Aposentos de Guinevere Pendragon

La muchacha parecía más un zombie que otra cosa mientras intentaba ubicar su cerebro para entenderme y buscarme los materiales que le habia pedido. Cuando la vi hurgar en su escritorio, de refilón, me pareció ver un papel con la marca de agua oficial de Ouroboros y un montón de letras. Bueno, en realidad un montón de papeles.

- El tratado? - pregunté, sí, debia de haber estado estudiando eso. Tendría que echarle un ojo, tarde o temprano. Menuda dejación de funciones. Pero Roma....tampoco podía dejarla tal cual. ¿Cómo hacer oidos sordos a aquello? Por eso necesitaba el papel y el lapiz!

Agarré ambas cosa y busqué un hueco para poder ponerme a escribir. No es que me molestase su desorden, pero era muy diferente a mi desorden. Me senté, asintiendo a su ofrecimiento.

- Té, si, cla.... iugh no, que asco. No. Nada. - me dio otro escalofrío al acordarme y al ser consciente de que habia estado a punto de decir que sí. La vi intentar peinarse y yo hice lo mismo, habia que intentar estar presentables por fuera. - No, por favor...nada que incluya hechos recientes... - solo quería olvidar esa agobiante sensación de no ser dueño de mi mismo. Porque a ratos todavía sentía que así era y no me gustaba en absoluto. Mientras ella bebía, yo extendí el pergamino frente a mi y tomé el lapiz con la izquierda, golpeando el lapiz un par de veces con mi índice recuperado. Gracias, Asiain - ¿Política? Acabaríamos peleándonos y me echaríais. Pero si quiero ser útil necesitaría escuchar bien las dos versiones de la misma historia. Puedo escuchar y no decir nada. Eso estaría bien.

"necesito ideas, ideas...nunca he diseñado un bloqueador mental. Se puede diseñar tal cosa? Fijo que se puede. Pero sin magia, no, tendría que usar magia, pero ahora no puedo. Los cimientos, empieza por los cimientos. Cómo funciona... eso lo primero"

- También puedes-podéis...contarme algo sobre ti. Algo sencillo, como vuestros pasatiempos.

"el maldito obelisco es un amplificador y al mismo tiempo la puerta a las necrópolis...como lo use para extender su campo de control mental sobre el resto de la ciudad... todos estarán a su favor. Merda, todos los planos y las instrucciones que saqué se quedaron ahi. No es que vayan a ser capaces de interpretarlos pronto pero... "

- O tu peluche favorito de la infancia....mascotas...algo que se te de bien hacer....


Miraba el papel en blanco de forma intensa, como si esperase que me diese la respuesta de algo, pasando el lapiz entre los dedos con habilidad.

-Aham.-Contesté suponiendo que iba a tomarlo para leerlo, sin embargo prefirió ponerse a dibujar algo. Tal vez no tenía en ese momento la cabeza despejada como para concentrarse en aquello.

Ante el desprecio por el té apreté mis labios, no es una mueca disconforme, más bien pretendía no reír, así que terminé esbozando una pequeña sonrisa que retendría el sonido. Agaché la mirada hacia el líquido.-Os ofrecería café pero temo que no es de muy buena calidad aquí.-Si había reaccionado así con la mera mención del té no quería imaginarlo al probar el café aguado y sin sabor de Avalon. Alcé la vista.-¿Tal vez vino?

Di un pequeño sorbo esperando la elección del tema a tratar pareciéndole bien las novedades de Ouroboros. Suspiré pensativa. Era de agradecer alguien del Consejo al menos simplemente pretendiese escuchar.-No pareció del agrado del Consejo la intención de expansión territorial de Avalon así que...nos expulsaron de vuestra isla. -Resumí percatándome de que parecía tener la mente en otro lugar en ese momento.-Como una medida, precipitada y desesperada-Aclaré con tono intenso-Planté una semilla de nuestro Árbol Sagrado, con intenciones de que necesitaseis nuestra presencia allí. Creía que íbamos a parlamentar pero...-Negué con la mirada perdida.-De pronto todo estalló en una batalla de la que salimos mal parados.-Ni siquiera sabía si estaba prestando atención.-Sé que no podéis entender la necesidad que tenemos de regresar a Ouroboros pero de alguna manera para nosotros es nuestro hogar. ¿No intentaríais todo lo posible por regresar a vuestro hogar?

No, definitivamente no parecía que estuviese muy despejado para aquello. Sobre todo porque después sugirió que le contase algo sobre mi. Fruncí un poco el ceño.-¿Peluche?-¿Cuántos años creía que tenía? Miré a la chimenea intentando pensar en algo.-Me gusta leer, no tanto como a mi hermano Cedric sin duda...mmm...toco el piano y el violín...bailo relativamente bien, creo.-Encogí mis hombros volviendo a tomar un sorbo algo incómoda.

Me asomé un poco desde mi posición observando el papel, aún en blanco.-Nada especialmente reseñable a decir verdad.-Continué.-¿Vais a pintar?

La perspectiva de tomar café aguachado no era mejor que la de tomar agua caliente con sabor a hojas. Vino. El de Avalon tenia calidad, me habia dicho.

- Tal vez vino. - repetí, a modo de afirmación, al tiempo que asentía con la cabeza. Detuve un momento mi constante vaivén del lápiz cuando habló de lo de expansión y que no había sentado bien. - Lo de vuestra intención de expansión del reino, o imperio, lo llegué a leer. No sabía de la expulsión. O si lo hacía no parecía importarme en ese.... - momento. Estado. Cosa. Me rasqué la sien, incómodo, y negué dejando el tema nuevamente.

Era extraño como se alineaban tus prioridades e intereses cuando te sometían a la voluntad de los deseos de otros. La escuché entera, sin volver a interrumpirla aunque lo del Sanguis me hizo apartar la mirada del papel en blanco para mirarla a ella.

"por qué hiciste eso?"

Guardé silencio pensando que sí, que debía haber estado muy desesperada para acabar con el unico sitio en el que podia estar a salvo del Sanguis. Todo con tal de que su familia siguiera siendo necesaria alli para poder asegurarse su presencia.

- Por supuesto que lo intentaría todo. ¿O acaso os pensáis que no voy a volver a Roma? No es cuestion de que fuese o no del agrado del Consejo vuestra intención de expansión territorial. Es que...entre las normas de Ouroboros reside el hecho de que ni ciudadanos ni Descendientes podemos ocupar ni poseer territorios, ni llevar campañas a cabo para tal fin. - pero no habia dicho que iba a escuchar y callar? - Scusate.... dije que solo escucharía.

El hecho de que ahora hubeise un Sanguis en Ouroboros, ese arbol devora maridos, no era mejor persepctiva, como tampoco lo era que hubiesen tenido su primera guerra abierta. Catherine...a estas alturas debía de ser el ultimo debil nexo entre Oroboros y Avalon que evitaba que hubiesemos terminado por matarnos unos a otros. Y era ella tambien, sin duda, la causante de que Wthyr y sus hermanas se hubiesen personado alli a ayudarme.

- Mmmm...

"y enviar un autómata? Sin mente , sin sangre. Una réplica perfecta mia. No, mis autómatas no son muy fuertes....por mucho que no pueda controlarlo sería ceniza tras unos pocos hechizos. Pff..como mucho serviría como una pequeña distracción"

Estaba bloqueadísimo. Por algun motivo era incapaz de empezar con el proyecto. Simplemente, la compuerta estaba cerrada. Sonreí nerviosamente al escuharla, tirando momentaneamente de las riendas para volver a la conversacion.

- Más que relativamente bien, diría yo. ¿Piano? Tenéis uno aquí? Podríamos hacer un dueto....musical. - cuando se asomó al papel en blanco emití un sonido de contrariedad y puse mis dos manos en el papel, soltando el lapiz que dio un par de vueltas antes de quedarse quieto. - No. Quería empezar a tomar notas para fabricar un bloqueador mental. No puedo llevar cadenas eternamente. Imaginate si aparezco asi por Ouroboros.

Volví a hacer un gesto de asentimiento breve con mi cabeza. -Vino entonces.-Sin embargo nuestra conversación me entretuvo de ir de inmediato a por la bebida. Hasta cierto punto entonces era consciente de lo que pasaba a su alrededor mientras estaba controlado. -Entiendo.-No tenía por que decir más, si lo que quería era quitar de su cabeza aquellos momentos.

Me percaté de aquella mirada, cosa que me incomodó e hizo que recolocase mi postura en el asiento antes de incorporarme finalmente a por el vino. Acerqué mis pasos por el frío suelo hasta el mueble donde tenía las copas y el decantador. Más cuando habló le miré de vuelta sin haber servido su copa todavía. ¿Volver a Roma? No en aquellas condiciones. Apreté mis labios disconforme con aquello y serví la copa encaminándome tras ello de nuevo hacia el escritorio.

Paré mis pasos con gesto serio cuando habló de Ouroboros, inspiré con gesto de molestia y continué hacia él.-Si querían que siguiésemos sus reglas hubiese estado a bien que Ouroboros nos reconociese como ciudadanos entonces ya que jamás nos entregaría un puesto en el Consejo. Fue una mera excusa para deshacerse de nosotros.-Dejé la copa sobre su papel en blanco, con cierta fuerza, escuchando su disculpa.-Supongo que sí tienen permitido deshonrar a los muertos, poseer a los vivos y hacer que unos hermanos luchen entre sí. Unos grandes valores, si me lo permite.

Regresé a mi asiento colocando con algún que otro tirón la capa antes de sentarme y alisando la tela después de hacerlo. No éramos ciudadanos de Ouroboros, no oficialmente. Mantenía el ceño leve pero apreciablemente fruncido cuando halagó mis dotes para el baile, negué y negué nuevamente ante lo del piano.-No...y temo que no son horas para tocar instrumentos. No queréis despertar a Lake.-Comenté sinceramente.

Su gesto, de evidente exasperación hizo que siguiese el lápiz en su rotación hasta quedar parado.-¿Sucedería algo?-No sabía que implicaciones podría tener aparecer en esta situación en la isla. Apreté mis labios con gesto pensativo. -No soy una mujer de ciencia.-Me incorporé de nuevo.-Pero sé que cuanto más me obsesiono para que el Sanguis Ligno me hable...menos consigo.-Extendí una mano hacia él.-Hay que despejar la mente de tal importante tarea, confundirla y enriquecerla con una tarea mecánica.-Susurré en confidencia.-Podemos dar un paseo a menos que al Descendiente de DaVinci se le ocurra algo mejor.

- En eso llevas razón. Podríamos haber hecho las cosas mejor desde el principio y no se habría llegado a este extremo. - le dije cuando comentó eso de que deberiamos haberlos reconocido como ciudadanos, y que lo otro sonaba a excusa para terminar de echarlos . Si, la excusa perfecta. La fuerza con la que dejó la copa sobre el papel en blanco no evitó que yo la cogiera con suavidad, casi con cuidado.

"ah, eso suena muy Matvey"

Me quedé mirando el vino recordando que no sabía que había sido de él tras lo del Monte Aventino. Ni Catherine, ni nadie.

- Unos valores de mierda que sirven a un propósito.

"O me vas a decir que vosotros no habríais hecho lo mismo?"

Podía ser ingenuo a veces, pero...me gustaba creer que no llegaba a tonto en esas cosas. Se me quedó una mueca amarga que disimulé con un trago de vino.

- Sí, tan bueno como deciais. -emití un sonido de disgusto por su negativa a lo de la música. - Ni suelos radiantes ni habitaciones insonorizadas. Por qué seguís viviendo en el siglo XIII? - que si sucedería algo.... encogí un solo hombro, descartando que pudiera pasar nada. No. Probablemente, no se darían ni cuenta si aparecía con unas cadenas del penitente en torno a mis muñecas.

Lo bueno era que, aunque la conversación fuese un poco tensa en algunos momentos, había dejado de pensar en otras cosas sin darme cuenta apenas. Lo de que no era una mujer de ciencia me arrancó un sonido de "no me digas, no me habia dado cuenta!" Miré su mano con un gesto de duda y luego apuré el vino, antes de volver a mirar su mano.

"También te puedo pintar como a una de mis chicas francesas"

- Un paseo está bien! - dije rapidamente, y me levanté de modo subito ignorando su mano. - Está bien pasearse por ahi en ropa de dormir?

Apreté los labios en una mueca al escuchar que me daba la razón. Seguía molesta pero no era cuestión de seguir discutiendo sobre el tema, no cuando aunque hacía puntualizaciones de forma educada era obvio que no llegaríamos a ningún acuerdo. No era momento ni lugar.

Sin embargo a lo siguiente, con ese tono... le miré frunciendo el ceño un momento.-Alejarnos de Ouroboros por nuestro apellido. ¿De veras habría sido tan horrible aceptar nuestra llegada?-Pregunté aún sin entenderlo, para mi era obvio que aportábamos valor a aquella comunidad que parecía estar más evadida del mundo que nosotros mismos aunque se creían más avanzados. Suspiré haciendo un gesto con la mano para que no contestase.

-Al menos valoráis algo nuestro-Murmuré por lo bajo estirando la tela de mi vestido. Alcé la vista hacia él cuando preguntó aquello y alcé ambas cejas de manera demasiado evidente, un gesto exagerado para lo normal en mí.-Porque... ¿Ouroboros no exilió a Tesla o a DaVinci?-Pregunté con ironía. Seguramente esa era la razón, habíamos avanzado a nuestra manera.

Estando ya más relajada o intentando parecerlo pues tampoco quería montar un escándalo y discutir con el invitado formal del Rey, escuché ese sonido y le dediqué una mirada algo severa. Estaba tratando de brindar mi ayuda y se burlaba de mi. Aspiré aire por la nariz y lo solté apretando mis labios.

Estaba plantada ahí de pie y parecía que se le hubiese ido el santo al cielo. De pronto se incorporó ignorando mi mano. Apreté mis labios y la aparté sujetándola con la contraria. Su pregunta hizo que quedase pensativa por un momento, observando nuestras vestimentas. Encogí un hombro finalmente y me dirigí hacia un lado para calzarme unos zapatos planos.-Es mi casa¿Qué más van a decir después de lo que dijo mi hermano en el templo?-Le hice un gesto para ir hacia la puerta y miré sus pies descalzos.-Vamos...le buscaremos un calzado y abrigo para que el Descendiente de DaVinci no se hiele.-Y con esas abandoné la habitación.



escucha mente?
se salta las reglas?

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'Probabilidad' :

Por fin dormía tranquilamente después de tantos días ajetreados. Era un alivio pues previsiblemente vendrían más de aquellos días pronto. Esperaba que Wthyr apareciese pronto para tener la reunión sobre el tratado, que obviamente NO era aceptable.

Pero por el momento descansaba. A pesar de el tremendo calor que creía por momentos y que hizo que apartase las mantas y sábanas a la par que buscaba algún espacio fresco en la cama. Resultó difícil, estaba sudando abundantemente.

Tal vez era demasiado tarde para seguir durmiendo y mi cuerpo me decía a gritos que abandonase la cama, pero me resistía a hacerlo. En duermevela luché un rato más contra aquel calor hasta que fue insoportable y me incorporé en busca de agua. Bebí con ansia. ¿Tal vez estaba enferma y había subido la fiebre?.

Despejé el sudor de mi frente justo antes de sentirlo. Ardía por dentro, de tal forma que hizo que mi cuerpo se doblase sobre sí mismo y ahogase un quejido de dolor. Sentía la sangre moverse rápido y los latidos de mi corazón acelerarse poco a poco cada vez más y más. Sería mejor que llamase a alguien. Sí. Sin calzarme ni hacer uso de la capa salí de mi habitación.

Nuevamente aquella sensación ahora más intensa paró mi camino. No eran los efectos del horror mágico...era...-¿SHYVANNA?!-Grité en el pasillo por si me escuchaba, aunque estaría dormida todavía, se había forzado demasiado.-¿LAKE?!-Me apoyé en la pared cuando el ardor, aquella quemazón fue tan intensa que comenzaron a temblarme las piernas y el cuerpo entero. Lancé un patronus reclamando ayuda a quién fuese, donde fuese, poco antes de que aquello fuese terriblemente insoportable.

Me escurrí por la pared gritando intensamente, gritando tanto, tan fuerte y totalmente desesperada que tal vez incluso lo reproduje mentalmente a quién sabe quién y quién sabe donde. Porque...no era capaz de controlarlo.

100 daño-30 Defensa mágica(stat): 70
PS: 200-70: 130 SB siguiente post

No, su primer grito no la despertó. Shyvanna había caído profundamente dormida después de que Wthyr la desmayara y era posible que siguiera durmiendo unas 24 horas más. Pero… El grito desesperado de Gwen a nivel mental logró penetrar las densas barreras del cansancio y de la relajación de la rubia.

Al principio, Shyvanna había movido un dedo, luego otro…Mientras su consciencia regresaba a la realidad y dejaba de nadar en oscuros ríos. Los gritos…pertenecían a alguien a quien quería, que adoraba. Y necesitaba su ayuda. Porque… Porque era raro. Porque no solía pedir ayuda. Porque ella era una persona culta, alguien que lo sabía todo, que daba todo, que había sido el canon de princesa de Ávalon desde el momento en el que había nacido…

Gwen.

Abrió los ojos, aturdida, mientras los incesantes gritos seguían clavandose en su mente. En su mente… ¿Gwen estaba gritandole a su mente? La rubia movió un brazo y sintió cómo pequeñas agujetas se clavaron en ellos, soltó un siseo de dolor pero le necesidad de ir hasta su hermana era mucho mayor que nada. Se impulsó, batallando contra el dolor, para poner los pies en el piso. El frío de la superficie la espabiló apenas un poco y se incorporó. O lo intentó, pero no logró ponerse de pie -Gwen…- Susurró -Voy- Quería gritarle que iba de camino pero no podía. Tenía la vista un poco nublada y los músculos dormidos.

Tomó una respiración y se rascó la piel tatuada o maldita, mejor dicho, antes de soltar otro siseo de dolor. Tenía la piel particularmente sensible y le molestaba… Le molestaba… Bajó la vista para darse cuenta de que tenía una bata de noche. Seguro algún sirviente se la había puesto o Darren…o alguien… No sabían lo que era sentir que el más suave de los algodones era parecido a papel de lija cuando despertaba así.

Pero eso no era importante. Se deslizó de la cama, si no podía pararse podía gatear. Así que así avanzó por el piso hasta que se pudo coger de un sofá e incorporarse yendo hasta la puerta sin mucho control corporal. Al salir, vio a Gwen en el piso -Gwen…- Carraspeó y fue guiándose por la pared hasta su hermana, dejándose caer a su lado y atrayéndola hacia sí misma. Estaba ardiendo… Estaba…Por el Sanguis Ligno, estaba ardiendo -Qué… - No sabía que le pasaba y por qué nadie estaba allí…¿Dónde estaban todos? -Templo…- Sí, tenían que ir al templo…rápido. Pero no podía cargarla… No iba a poder cargarla. Shyvanna se frotó los ojos tratando de pensar, de hilar sus pensamientos pero entre su cansancio y somnolencia, y los gritos de Gwen no podía -Gwen…- ¿Podría arrastrarla? No, no iba a poder. No importaba.

Le tomó el rostro de las manos y pegó su frente de la ella, conectando con su propia magia y activandola para buscar lo que había mal, tratando de absorberlo sin runas le doliera. Y en cuanto lo hizo, las heridas que Gwen estaba desarrollando pasaron a su cuerpo y entonces fue Shyvanna la que se unió a los gritos.


Sensibilidad a grito mental ? 5 se despierta pero está echa pija xD

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'Dado (10)' :

Los gritos de Gwen los habían alertado incluso dentro de las cuevas encantadas, alcanzando el campo mental de Catherine. Por eso salieron de allí tan rápido como pudieron, usando la piedra de los portales una vez que estuvieron fuera para así poder llegar directamente al castillo. El portal se abrió en el pasillo donde estaban varios de los aposentos, entre ellos el de Gwen. Allí la encontró junto con Shyvanna, ambas en el suelo y gritando como desesperadas.  

- Espera aquí un momento. - soltó la mano de Catherine y corrió hacia ellas mientras intentaba entender lo que estaba pasando, aunque la explicación más probable era la que tenía en mente.  Se arrodilló a su lado al llegar, separando a Gwen de Shyvanna porque se dio cuenta de que estaba intentando hacer una de sus sanaciones pero parecía demasiado doloroso. Además, todavía no se habría recuperado del todo de las que hizo en el templo. - Shyvanna, para, no estás en condiciones, déjame a mí. - la apartó para apoyarla de espaldas en la pared, tomando su lugar para encargarse de Gwen. Notó que ardía en cuanto la tocó, como si tuviese bastante fiebre. Pero no era solo eso...los gritos no podían ser por eso únicamente.

Enseguida la tumbó en el suelo, apoyando la mano entre su cuello y su clavícula para centrarse en su sangre. Se movía muy rápidamente, parecía estar casi en ebullición, iban a matarla de seguir así. Puso todo su empeño en armar una defensa mágica con magia de sangre para contrarrestar la felonía de quien les había robado su sangre. A pesar del esfuerzo no era suficiente, aunque había logrado rebajar algo los efectos.

Habían salido con premura de las cuevas y la verdad es que, para Catherine, había sido un golpe de realidad. En cuanto atravesaron el portal y oyó los gritos en directo se quedó paralizada y tuvo el…  deseo de huir. Volvió lentamente el rostro hacia Wthyr cuando le dijo que esperara allí, pero Catherine realmente sentía como si de pronto todo el peso de lo que habían dejado fuera cayera sobre sus hombros, hundiéndola lentamente y clavando sus pies en el piso sin permitirle moverse.

Observó la escena que estaba a su alrededor, la entrega de Shyvanna, el sufrimiento de Gwen y la desesperación de Wthyr y por un instante se abstrajo. ¿Rhaegar había sufrido así? ¿Desmond se había visto como Shyvanna o Wthyr con su mellizo en brazos? Pero había una pequeña diferencia, la muerte de Rhaegar había sido en conocimiento de sus riesgos esto…

-Tenemos que matarlo- Dijo Catherine con la mirada levemente perdida en algún punto del contacto de piel entre Wthyr y Gwen -Al Papa-  Parpadeó un momento y volvió a alzar la mirada hacia Wthyr -Es imperativo- Murmuró agitando la cabeza como reaccionando finalmente -¿Tenemos que llevarlas al Templo? ¿Shyvanna también está así?- La rubia podía empezar a gritarle insultos pertenecientes a todos los círculos del infierno, pero en realidad no preguntaba por ella sino porque sabía que Wthyr estaría preocupado por su hermana.

Entonces cayó en algo -¿Dónde están los guardias?- Inquirió y casi inmediatamente envió una orden mental en el que convocó al capitán que conocía para que acudiera allí.

Cuando llegó Shyvanna apenas me percaté de ello. Había cerrado los ojos con toda la fuerza que podía y me encontraba golpeando el suelo con mi puño una y otra vez, gritando sin control alguno. Era tal la sensación de quemazón que apenas controlaba mis actos y sentía que si continuaba así...

Pero Shyvanna tomó mi rostro y abrí los ojos llorosos, interrogante. ¿Qué era lo que estaba pasando? Brevemente y al unísono del grito de mi hermana, solté una gran bocanada de aire al sentir algún tipo de respiro en aquella situación. El dolor continuaba pero algo, algo había parado. -No...Shy, no.-Murmuré tratando de apartarla con poca fuerza. El escaso alivio no duró demasiado.

Wthyr me apartó de ella e instantáneamente aquella otra cosa volvió, apreté la mandíbula tratando de contener el grito mas fue en vano. A pesar de dejarme hacer, de que mi hermano trataba de arreglar aquello, grité desesperadamente sin poder aguantarlo más. Las manos fueron directas a mi pecho tratando de desgarrar la piel con todas mis fuerzas, causando serios arañazos.

Había comenzado a sangrar por la nariz irremediablemente y casi podía sentir como las venas se encogían, como si se evaporase su contenido. Miré a Wthyr con pavor. "¿Estoy muriendo?No...no puedo morir así. No así" Rogué en mi mente, tal vez de forma no privada porque no sabía ni que podía comunicarme mentalmente con nadie.

Arrugué el rostro llorando mientras mi cuerpo temblaba, buscando alguna solución en la mirada de mi hermano. Pero aquello...no cesaba, el corazón latía raudo desacompasado. Intenté decir algo y solamente conseguí que algo de sangre brotase de mi boca. Mis ojos se cerraron nuevamente antes de gritar una vez más.



Dado para ver duración de la mierda de sangre esta

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'Dado (10)' :

En otra situación tal vez Shyvanna hubiese opuesto resistencia, pero no lo hizo. Estaba tan exhausta que se desmayó en cuanto Wthyr la apartó de Gwen. De fondo escuchó lo que decía Catherine sobre matar al Papa, algo que tenían que hacer para estar seguros de nuevo. La idea del templo que le dio sería la primera opción, y si aquello no funcionaba...tal vez en el lago curativo de las cuevas. No estaba seguro, pero a él no le había pasado nada durante todo el tiempo que estuvo ahí dentro. Cabía la posibilidad de que estuviese fuera de su alcance, o que fuese simple coincidencia y no se le hubiese ocurrido joderle.

- No lo sé, creo que Shyvanna estaba intentando absorber su daño y no ha podido. - respondió con preocupación sin apartar la mirada de la hermana menor, intentando sin éxito menguar el dolor que parecía estar sintiendo. Ya había fallado en Italia intentando salvar a aquel guardiani, y no quería ni imaginar que podía suceder lo mismo con Gwen. Ella y Shyvanna lo habían salvado en el templo, y no podía permitirse no hacerlo. La levantó del suelo para sujetarla entre sus brazos, todavía manteniendo el contacto con una de las manos para controlar la sangre. - Vamos...joder. - Continuó tratando de controlar aquella felonía tan potente que le estaban haciendo, pero probablemente con una sola persona no fuese suficiente.

Se vio impotente ante los gritos de dolor, el modo en que se arañaba desesperada y la sangre que comenzó a brotar de la nariz de ella. El terror en los ojos de la morena era más que evidente, y lo que dijo sobre morir hizo que se le encogiese el corazón. Su hermana siempre había hablado de que moriría por ellos en el árbol como sacrificio, tenía esa idea metida en la cabeza. Por eso el "no así" cobró más significado. No tenía sólo miedo de morir, sino de que de su muerte no fuese "útil". - No, no, Gwen, no te estás muriendo. Voy a ayudarte, voy a...- dejó la frase a medias cuando más sangre brotó, esta vez de su boca. Se quedó paralizado un instante ante aquella imagen, pero enseguida reaccionó y la alzó del suelo, cargándola a su hombro. Hizo lo mismo con Shyvanna, subiéndola al otro hombro. Se giró a Catherine un instante, puesto que tenía que irse sin ella. - Avisa al resto de Pendragon, me las llevo al templo. - pidió con urgencia, desapareciendo de allí de manera instantánea y sin derecho a réplica.

El pensamiento de Gwen hizo que se le erizara la piel, avanzó un par de pasos hacia ella -No, Gwen… No, no lo vamos a permitir- Murmuró aunque no estaba segura de qué podía hacer pero recordó…Recordó cómo ella se había sentido cuando estaba envenenada, con la misma devastadora sensación. Conectó con Gwen mentalmente y trató de infundirle esperanza, de que iban a solucionarlo tal como habían hecho lo de Wthyr.

Vio la forma en la que la sangre salió de su boca y apretó las manos, iba a acercarse más pero entonces llegó el mensaje de Mei que la congeló en el sitio. ¿Podía… De verdad…

“Mei… Mei…Joder, Mei…”, era alivio. Sincero, puro y honesto alivio poder comunicarse con ella de esa manera. “Los dos han sangrado en Roma, el Papa tiene su sangre y está haciendo su magia…”, tensó los labios un poco y miró a Wthyr -Giordano también está sufriendo- Eso la hizo caer en que su amigo estaba en Ouroboros. Era comprensible. Dos días allí… y él tenía cosas que hacer. Lo entendía.

-De acuerdo- Le dijo a Wthyr al verlo levantar a sus hermanas y luego desaparecer. Se quedó un momento en la pared, justo cuando llegó el capitán. Muy bien, porque las rodillas le flaquearon un poco mientras un escalofrío le recorría la espalda. Sonrió apenas, extendiendo una mano para cogerse del brazo que le ofrecía.

“Mei, Wthyr estaba tratando de detenerlo pero no lo ha logrado. Se las ha llevado al Templo a ver si puede hacer algo, en caso de que lo logre, abriré un portal y buscaré a Gio. ¿Dónde están exactamente?”

Tras ello miró al capitán -Los guardias deberían haber llegado antes que nosotros- Reprendió antes de empezar a caminar. Se supone que debía…que debía controlar su estrés, su tiempo levantada…todo pero… Suspiró y envió un mensaje a los hermanos: Darren, Cedric y Lake.

“Wthyr se ha llevado a Shyvanna y a Gwen al templo. El Papa le está haciendo algo a Gwen…Pero no sé que puede ser, carezco de vuestros conocimientos”, explicó finalmente y luego miró al capitán -A mis aposentos, por favor- Solicitó y salieron de ahí ambos hacia la zona de su habitación, no sin antes cerrar las puertas de los cuartos de las hermanas.