AntiSanguis

Miré a la niña en brazos de Sofía que me saludó a su modo, y le dediqué una breve y cálida sonrisa, que pronto abandonó mi rostro en cuanto volvimos al problema entre manos, al asunto que nos ocupaba. - Tranquila. - le dije por la niña- Por lo demas, me gustaría compartir tu optimismo.

Volví a mirar a los Pendragon, a la brigada y a Shyvanna, a Adael surcando los cielos tambien...

"mmm...."

- Sí...recuerda que estuve perdido en el otro lado. Será un lugar hostil. Lleno de espíritus que deseen dañarnos. El mundo no tendrá el aspecto que esperas y muchas reglas de la naturaleza que aquí das por supuestas, alli no tienen por qué cumplirse. Cambian a voluntad...de su dios corrupto. - le dije a Sofía aun con aquella mirada perdida en el cielo .Ya no observaba a los dragones ni a nadie. Al bajar la mirada a Sofía nuevamente, busqué a Catherine y entonces atisbé a Shyvanna ya aterrizada. Le mantuve la mirada, recordaba a la perfección nuestra ultima conversacion. Esperaba que hubiese cogido perspectiva.

Entonces lo noté, al igual que todos alli. Oí su voz en mi oido.

El arbol brilló, y la tierra tembló. Cerré los ojos...el silencio de la muerte se apoderó del lugar. Pero yo oía los susurros de los muertos entre medias.

- No deberían estar aquí... - repetí sus palabras, aun con los ojos cerrados. Puse mi mano sobre el hombro de Sofía. -...Que se marchen...son enemigos.......

"Está furioso...."

- Está luchando, Sofía. Le cuesta controlarse... - le dije al notar el avance de las raices. - Tenemos que ayudarle. - no solté el hombro de la pelirroja, si había que tratar con espiritus, debía ayudarla. Traté de concetrarme, buscar el espiritu de Jack....y conectar con él.

-Jack, son aliados, debes dejarlos pasar. - pero no pude evitar sentir cierta satisfaccion al ver como aquellas raices iban ahora a por ellos. Maldije para mi mismo al dejar mis emociones filtrarse en la conexion que quería establecer con el espiritu del arbol para calmarlo. No era eso lo que debia hacer.

Y la sacerdotisa Pendragon que acababa de llegar...sacrificio? Funcionaría? Era así como queríamos apaciguar al espiritu?
- No! No crearemos otro sanguis ligno! - una parte de mi sabia que eso lo apaciguaría. - Quizá lo calmes, pero y si no es el unico sacrificio que pide? Y si luego desea a otro? - esperaba que sus hermanos lo evitaran de algun modo. Entre Sofia y yo lograriamos apaciguar al espiritu pero... esos dragones! Dirigí la mirada hacia Wthyr y luego a sus numerosas huestes reptilianas... y quizá las no reptilianas tambien. - Diles que se retiren. Al menos por ahora.
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dado de apaciguación de espiritu 3 de 10...pos poca cosa

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'Dado (10)' :

Tras un largo silencio incómodo recibió una negativa. No conocía a la bruja pero se la veía distinta, más seria y había muchas buenas razones para ese cambio pero le dio curiosidad. -Ya veremos si la Brigada Blödhren me alcanza.- Dijo con una breve sonrisa desafiante. En ese momento llegó la Pendragon morena y el joven maestro la saludó de la misma forma. Iba a decir que no había sido su intención alterarlos y les iba a ofrecer una humilde disculpa pero negó suavemente con la cabeza cuando llegaron a sus oídos las palabras llevadas por el viento sobre perder compañeros de batalla. Así sí que daban ganas de confiar en ellos. Resopló humo por la nariz, mostrando su molestia, y voló en la misma dirección que los dragones y las brujas hasta aterrizar al lado de Rosse.

Allí contempló al mágico árbol despertar. El latente poder de la tierra se sentía con menor intensidad. La flora y la fauna dormían, excepto ese extraordinario árbol. Pudo sentir a una raíz rodeando el tobillo del pie descalzo y se quedó quieto. Tomó una profunda respiración y exhaló. Su vínculo con el Espíritu de la Naturaleza que, a su vez lo unía con sus antepasados, vibró ante su llamado y, con una plegaria en los labios, le rogó a la divinidad que los protegiera a todos. Vió con sorpresa a Guinevere hacerle frente al gran árbol a pesar que otras raíces se mostraban más violentas con los Pendragon y los dragones. Activó la piedra lunar para conjurar un escudo mágico para Shyvanna, otro para Guinevere, otro para la joven mujer peliblanca (Neftis) y otro para una mujer pelinegra (Freyja). No quería más conflictos de los que ya había, aunque conociéndolos harían de cualquier cosa un conflicto.

La conversación con Matvey, a pesar de ser un tanto graciosa por las intervenciones de Aura, no podía ser más sombría. Sofía estaba completamente sumergida en su elemento, así que se sentía en paz, pero una vez que atravesaran el portal, todo cambiaría. ¿Cómo haría para mantener la compostura? No tenía idea, pero era justamente su parte de la misión.- Entiendo. Aunque no puedo evitar sentirme optimista en este lugar, sé que tendré que luchar contra mis propios demonios en cuanto entremos. El Sanguis me rechaza, me ignora... Es otra realidad y debemos ir con cuidado. Voy a requerir de ti, Matvey. Mi magia, incluso mi magia negra, requiere luz.

A mitad de la conversación, comenzó a sentir... energía. El árbol estaba despertando, y la fascinación por aquella criatura solamente podía crecer dentro de su pecho. Así que, cuando sintió las ramitas rodeándole el tobillo, sonrió ampliamente a sabiendas de que Jack estaba encontrando su camino en aquella nueva forma de vida, aunque quizás aún no encontraba paz.- Jack...- Suspiró suavemente y levantó la mano en dirección a Catherine cuando la escuchó llamar su nombre. Era una señal de pausa, de contención, que nadie se moviera si era para algo más que respirar. Completa quietud; Catherine tenía que comprenderlo. Y, sin embargo, la mano de Matvey la trajo de nuevo. Lo miró asintiendo suavemente. Puso su propia mano sobre la de él y asintió.- Su consciencia no ha entendido que para controlarse en esta existencia debe soltar el control, Matvey.- Era muy paradójico, pero esperaba que Matvey lo entendiera y se lo supiera transmitir si eso era lo que estaba haciendo. Sin embargo... Gwen llegó.

La dejó hablar con cierta... inquietud de lo que pudiera decir. Había cierta animadversión entre ellas desde hacía muchísimo tiempo pero... las palabras que dijo fueron tales que le llegaron al corazón. Si bien, le había parecido demasiado osada su intervención, la verdad era que ella tampoco había pedido permiso cuando tocó al Sanguis aquella primera vez en Ávalon. De cierto modo tenían cosas en común. Con tranquilidad, puso su mano sobre el hombro de Gwen y respondió despacio a su oferta.- Gwen, este árbol no se creó ni se enaltecerá con sacrificios. Ha nacido de ofrendas, de momentos felices, de gratitud, paz, honor y lealtad. Y si buscas hacer una ofrenda, eso es lo que podemos ofrecerle. Te agradezco tu devoción.- La soltó y se volvió ahora al resto de los presentes.- Hagan el favor de estar en paz. Desde ahora les digo que no podrán pasar si no hay paz en su corazón.- Sí podían, pero eso no se los iba a decir. Lo haría todo más complicado.

Una vez tranquilizados todos, se arrodilló con cuidado, asegurándose de tocar la pequeña ramita que la rodeaba en una suave caricia. Quizás ya no podía abrazarle de la misma manera que antes hacía con Jack, pero podía darle su amor. Despacio, comenzó a desenroscarla de su pie, hasta que pudo tomarla con la mano y apretarla suavemente. No supo si Vishous se dio cuenta, pero se colgó de su magia para enganchar de nueva cuenta el centro de la tierra con lo más infinito del universo. Rozándolo con los dedos, como le había enseñado. Apenas un hilo de conexión que buscaría conectar tranquilamente con Jack si este se lo permitía. Después de eso, siguió acariciando la ramita en el suelo y comenzó a hablar con él:

Jack, querido... gracias, ¡gracias por estar con nosotros! Relájate, suelta el control. Ahora eres tan fuerte como lo es tu consciencia. Tan infinito como el universo. Eres uno con la fuerza de luz que nos guiará, pero eres el primero que debe trascender toda esa venganza y el dolor que sufrimos. Eres el primero que debes soltar los sentimientos negativos de todo lo que vivimos por culpa de Charles. Eso ya es demasiado humano para ti. Necesitas estar muy por encima de eso, o tus sentimientos actuarán por ti. No puedes vivir en odio como Charles hace. No quieres controlar tu nueva esencia con terror como él. Debes ser todo lo contrario. Tu controlaste la luz, el universo. Esto no es tan distinto. Ahora tú eres la luz y el universo. Será difícil, será todo un reto. Dame el permiso de moldearte a mi necesidad. Danos el permiso de trabajar contigo, Jack.

El miembro 'Sofía Dioscórides' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

No pudo evitar ponerle cara de "¿¿En serio??" cuando le dijo que los críos estaban con Darren, puesto que no se los imaginaba para nada con él. Lo cierto es que no tenían más familia con la que dejarlos, las opciones eran nulas, pero no dejaba de incomodarle que fuese su hermano el que se quedase a su cargo. Más les valía terminar con aquello rápido para que el mellizo de Shyvanna no tuviese que ejercer de niñero durante mucho rato. Él sí que era un básico, y no el kétchup o una patada en los cojones.

"Todo se pega, eres una mala influencia. Y yo no proyecto nada sobre ti, es lo que veo. ¿Fallar? en absoluto, me lo reprocharías hasta después de muerto."

Terminó de regruñir mentalmente poco antes de ponerse algo más serios al mirar al árbol, cuando entrelazó la mano con la suya mientras le transmitía su línea de actuación una vez empezase todo. Dicho así sonaba fácil, pero ambos conocían de sobra todas las variables que podía haber en batalla. -Sobre todo no hagas nada demasiado impulsivo ni heroico, eso no suele terminar bien.- si leía entre líneas podría deducir que no pusiese su vida en peligro por salvar la de otro. Le dirigió una mirada taciturna cuando mencionó lo de salvar a sus hermanos, como si no lo creyese posible en caso de que de verdad pudiesen encontrarlos. Él prefería no encontrarse con las almas de sus esposas, ni pensar en las de sus hijos. Ya tuvo suficiente con escuchar aquel llanto.

"Como mínimo les daremos paz y liberación"

Puede que incluso hasta el engreído nigromante que acababa de llegar estuviese de acuerdo con eso. Apenas le prestó atención a él y a la recién llegada Gwen, pues el árbol comenzó a dar señales de actividad más bien hostil. Genial, otro árbol sagrado furioso y vengativo. El alma del puñetero Newton ese. - ¿No se pudo sacrificar alguien más amable? - protestó mientras la raíz comenzaba a acercarse a ambos, preparándose para defenderlos con un escudo justo cuando su hermana se plantó junto a ellos con ese comentario sobre Catherine. Shyvanna siendo Shyvanna, tirándole a todos. - Coincido, eso mismo he pensado al verla. Ahora céntrate. - una cosa no quitaba la otra, fue eficiente al conjurar el escudo para evitar el golpe de las raíces.

- Gwen, no te acerques, no es como nuestro Sanguis...- al menos cuando era favorable a los Pendragon. Al ver lo que pretendía hacer se alarmó y no dudó en alcanzarla para cogerla del brazo, tirando para obligarla levantarse. - No. Se acabaron los sacrificios. Que se encarguen de domarlo los suyos. - porque estaba claro que tenía algo contra los Pendragon. Rodó los ojos por el comentario de Freyja, también muy en su línea. - Faltas tú detrás, no atacarías por la espalda. - porque eso era de débiles, algo que la vikinga no era. Entornó los ojos al escuchar al nigromante revelar lo que decía el espíritu descontrolado, detestando coincidir en eso de que podían crear otro Sanguis si empezaban a ofrecerle sacrificios en venganza. Hizo un sonido de indignación por lo de tener que apartar de manera temporal a los refuerzos que habían venido. - Os ha salido antisocial, qué bien. - replicó con sarcasmo antes de hacer un gesto con la mano para que se retirasen algo del área en la que parecían moverse las raíces. - Por ahora. Preparad el portal, convencedle sin sangre. - esperó expectante por ver qué hacían, aunque comenzó a arquear una ceja al escuchar las palabras de Dioscórides.

"Qué empalagosa...si yo fuera ese espíritu estaría irritándome más por exceso de azúcar"

Los intentos por atacar a los Pendragon no habían sido excesivamente agresivos, tal vez porque las intenciones no eran las de matarlos...al menos no aún. Las raíces siguieron agitándose inquietas después de que repeliesen sus ataques, extendiéndose con interés hacia Gwen cuando ofreció aquel sacrificio. Una parte del espíritu de Jack decidió que eso podía ser lo que necesitaban, vengarse de quienes habían traído la desgracia a la isla. Otra parte luchaba para no convertirse en lo mismo que querían destruir.

"¿Aliados, Matvey? Son indignos, fueron la destrucción de Ouroboros. Nadie asegura que no os traicionarán..."

LAs palabras de Sofía fueron calando lentamente en la conciencia ahora dispersa de Jack, sirviéndole de guía para retornar a la función que debía tener. No era la venganza lo que necesitaban ahora, ni replicar el monstruo que los Pendragon habían creado. Él debía trascender de otro modo, aunque le había costado controlar lo que era ahora.

"Todo por Ouroboros y por el Consejo. Sofía, Matvey, Giordano, Adael, Rosse, Catherine...dejo la misión en vuestras manos. Entregué mi vida para que podáis hacer algo excepcional con las vuestras. No las desperdiciéis".

Finalmente se abrió un portal entre las raíces del árbol, incrementando la luminosidad y dejándoles paso de este modo a un mundo desconocido y probablemente peligroso...


"Daos prisa, no se mantendrá abierto demasiado tiempo"
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¿Cuántos logran atravesar el portal en esta ronda?

El miembro 'Jack Newton' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

El ruidoso gruñido de unos motores empezó a hacerse oir en el ¿sagrado? lugar. Un petardeo que se escuchaba cada vez más y más cerca, hasta que el exhausto motor traqueteó un par de veces mas y se apagó, definitivamente, dejando a la moto-rueda circulando por inercia pero apagada, conmigo en su interior evidentemente. Me subí las gafas dandole al pito para que las numerosas tropas que habia traido Wthyr se hicieran a un lado o me abriesen hueco.

- Prego!!!

Les hice gestos con las manos para que se apartaran pero al tiempo les sonreía encantadoramente por casi atropellarlos, mientras que con la otra mano intentaba rearrancar el motor. O me iba a quedar atascado entre las filas de los Pendragon, veia el arbol brillar ahi mas adelante, pero me estaba perdiendo lo gordo.

- Scusi, passo, paaaaaaaaassso!!! que voy, make way!!!

"vamos bonita, en este sitio tienes magia para comer y alimentar esos motores"

Le di unas palmaditas al depósito, sirviendo yo mismo a ese proposito y visto y no visto, motor arrancado de nuevo. Pero ahora segui avanzando a una velocidad normal entre las tropas, hasta que divisé las enormes espaldas de Wthyr y las no tan enormes de Catherine, la lianta.

Había llegado allí acompañando a Sofía y a Vishous, con quienes había pasado bastante tiempo estos ultimos meses. Me decía que habia sido, exclusivamente, por ayudar a Sofía en lo que pudiera con la información necesaria para preparar al arbol, y ya que su marido habia estado convaleciente, ayudarlo también a él a la puesta a punto. Mis hermanas fueron llegando salvo la que no se le esperaba. Por suerte.

Puse la mirada en blanco brevemente por el comentario de Shyvanna y luego aguardé al lado del teniente, esperando a que Sofía pusiera en practica lo que habiamos estado cocinando tanto tiempo.

El árbol pareció alterarse, las raices buscaron a los descendientes y atacar al bando Pendragon....y noté el cosquilleo de la magia de V rodearme. Le lancé una mirada de soslayo con interés. Sin embargo la voz de Gwen me hizo fruncir los labios y....por suerte muchos se opusieron a ello, incluido el consejo. No tuve ni que intervenir.

"Bien hecho, Sofía"

Todo pareció volver a la calma y un portal se abrió. Miré al teniente y a su esposa, expectante. Asentí, indicándoles así que estaba preparado y entraria cuando ellos. Luego busqué a mis hermanos con la mirada, y le dediqué una breve reverencia a Wthyr con la cabeza.

Ahora mismo, sobraban las palabras.

Lancé una mirada asesina a Wthyr cuando dijo que si no se habia podido sacrificar a alguien más amable.

- Sacrifícate tu la proxima vez y libranos de tu estupidez, Wthyr Pendragon. O compórtate como el rey que dices ser.

Gruñí algo de modo malhumorado, probablemente, un soez insulto en ruso. Idiota. Menos mal que Sofia se encargó de Jack porque como le transmitiera yo mi energía, iba a empalar a todos los Pendragon. A veces me perdía el genio, pero por lo demas, solo frases. Sabía controlarlo.

- Es que es bastante abstracto eso de soltar y controlar, Dioscorides. - Jack habia sido como yo. Controlador. Frío. Técnico.

Sus palabras fueron como una ola tranquila en una playa, que venía a limpiar todo el cieno que pudiera haber. Funcionó, y escuché sus palabras.

- No Jack...nada lo asegura. - le respondí en voz baja a lo de la traicion, podía comunicarme con su espíritu, notaba su presencia por todas partes. - Pero Ouroboros se destruye y se regenera a si misma. Y ellos una vez fueron parte de Ouroboros. Quiza solo sea un ciclo mas.

El resto de su mensaje resonó en mi, casi como las palabras de una despedida.

"Gracias, amigo. Gracias por todo"

- Todo por Ouroboros y por el Consejo. Sofía, Matvey, Giordano, Adael, Rosse, Catherine...dejo la misión en vuestras manos. Entregué mi vida para que podáis hacer algo excepcional con las vuestras. No las desperdiciéis - repetí sus palabras para que todos fueran conscientes del legado que nos habían dejado. Cerré los ojos un momento, aproveché ese momento para inspirar, asentar el mensaje en mi interior...olvidar mi animadversión todo lo que pudiera. Esta vez no fue necesario usar los poderes de ningun demonio para abrir y atravesar el portal al otro lado. Estaba abierto frente a mi. Solté el hombro de Sofía y me adelanté.

- La muerte no es el final. - me dije a mi mismo. - Es solo otro camino que todos hemos de recorrer. - con la mirada fija al frente, avancé con decisión para atravesar el luminoso portal, desapareciendo de allí....
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1 de 11

El aviso de Matvey pidiendo auxilio hizo que Lucio no dudase en responder de inmediato. No le pediría ayuda si no fuese imprescindible, y al parecer la situación era de vida o muerte. No entendió muy bien eso del velo del Sanguis, pero sí lo que sucedería si no hacían nada. El problema acabaría llegando al mundo entero. Necesitaban sanadores, así que dejó sus labores humanitarias en África en manos de sus compañeros, y también a su hija adoptiva, la pequeña Erin O'Connell.  Viajó en un hipogrifo cebra africano hasta la frontera de Praga, y posteriormente siguió su camino a pie hasta llegar a la zona boscosa que le habían indicado. El brillo de aquel árbol enorme le llamó la atención, atrayéndolo al lugar de encuentro.

Soltó un sonido de sorpresa al salir al claro del bosque en el que se encontraban todos, más aún al ver cómo Matvey se adentraba el primero por un portal. No sabía si le habían visto con toda esa tensión que había allí, así que recorrió con la mirada el lugar para localizar al resto, alzando la mano para saludarlos. No estaban todos, pero sí bastantes de ellos.  - ¿Llego tarde para ayudar a mis viejos amigos? - preguntó con una una sonrisa nostálgica mientras se acercaba a Sofía para abrazarla. Le sorprendió ver a Catherine con Wthyr en aparente armonía, ya se enteraría de cómo estaba todo. - ¿Tus mellizos bien? - la última vez que la vio fue cuando le dio la noticia de que uno de los mellizos era niña. Luego miró a Rosse y Adael  - ¿Me ponéis al día de la misión o no hay tiempo para eso? - preguntó amablemente, aunque suponía que tenían que darse prisa porque Matvey ya había entrado.

Toda la situación había sido cuando menos... Tensa.

Para empezar, nada más había llegado, la saludó alguien que parecía que era de las vasallas de los pendragon, que luego fue a hablar con Wthyr.

Y tan rápido como pasó eso, luego procedió a alejarse de nuevo poco después de que llegase Catherine.

Y más que apartarse, parece que huyó incomodamente, como si no quisiera estar cerca de una discusión marital a punto de estallar, ni aunque esos dos no estuvieran intercambiando palabra alguna a primera vista.

Luego de eso, más llegaron, y todo lo que hizo ella fue mirarlos y esperar para la hora de marcharse, para hacer... Lo que había pensado.

Pues tal como dió la idea hace algún tiempo, había traído el slime, para ver si funcionaba, que en caso de hacerlo, pues estaría todo bien, y el caso de que no, directamente no existe nada que pueda hacer para contribuir.

Estuvo pensando en esto hasta que vió al árbol, al viejo Newton, empezar con lo suyo, brillaba, hacía el suelo temblar, e incluso le sujetó la pierna con una raíz...

Misma qué ella miró con una tristeza que no podía ocultar, afortunadamente nadie le prestaba atención en lo absoluto.

Y además parecía que estaba a punto de darles problemas, lo que, aunque le doliera, era lo más apremiante, pero afortunadamente, tanto el viejo Rasputin como Sofía lograron controlar la situación bastante rápido, eso no era ninguna problema por lo visto.

Sin embargo... Entonces escuchó a Matvey repetir las qué fueron las palabras del árbol.

Eso hizo que mostrase una sonrisa, todavía triste, pero ahí estaba.

No la desperdiciaré, lo prometo.

Entonces además miró el anillo de Ouroboros qué ahora tenía en la mano, y se sintió todavía más determinada, pues incluso si lo peor pasaba... No pasaría porque ella se hubiera negado a intentar.

Estuvo por pasar sin mirar atrás, pero antes de ello...

¿Huh?...

Lucio, ciertamente eso no se lo esperaba... Pero tal como él había dicho, no había tiempo.

Parece que hay que entrar ahí, buscar los huesos de Charles Pendragon y destruirlos, de ahí en fuera no sé nada.

Aún así lo ha resumido en pocas palabras, y le sonrió.

Vamos, no hay tiempo que perder.~

Ella sería la siguiente en entrar, sin decir nada más porque simplemente no iba a quedarse ahí esperando a que el portal colapse.

2/11

Catherine tensó suavemente al oír la advertencia de Wthyr, tenía razón pero a veces…lo de impulsiva… Pensó en Gwen y cómo habían acabado la última vez. Puso los ojos en blanco y decidió no darle vueltas al asunto. Tampoco que tuvieran mucho tiempo para ello.

Sofía pidió paciencia y Catherine torció el gesto. ¿Hola? Estaban atacando a su esposo y familia política. El escudo de Shyvanna llegó tan rápido como sus palabras y se giró para decirle cuatro cosas pero el comentario de Wthyr hizo que lo mirara a él, con las cejas arqueadas y un repentino rubor en las mejillas. Una cosa era la descarada  de Shyvanna pero que lo reconociera él a vox populi era un poco…, eso, descarado. Cerró los labios en una línea cuando dijo lo de centrarse pero la verdad Catherine estaba pensando en alguna que otra cosa aparte de los golpes de las ramas.

Catherine movió la cabeza en dirección a Gwen pero no la miró, estaba más concentrada en evitar que las ramas les pegaran y, además, no le apetecía. Fijo que se venía con algún discursito o lección y… ¿Sabes qué? Su madre había muerto hace un par de años.

-¿Qué hace?- Preguntó a Wthyr cuando se acercó pero de pronto se armó un pequeño alboroto con lo del sacrificio y Catherine se llevó la mano al rostro en un claro facepalm. Esto no estaba comenzando bien. ¿Acabaría igual? Se le formó un nudo en el estómago pero tanto Matvey como Sofía ejercieron su autoridad y lograron apaciguar al árbol.

El sonido de unos motores la distrajo de la situación y ubicó a Giordano, le sonrió brevemente al verlo montado en semejante cosa. Original. Hmm. Tenía que hablar con él. Pero no ahora. Ahora… Las palabras solemnes de Jack en la voz de Matvey hicieron que le recorriera un escalofrío. A veces, podía decirse, que se olvidaba que también era responsable de la gente de ambas islas y era lo suficientemente egoísta para hacer aquello por su familia. Pero esas palabras le recordaban el increíble peso que tenía sobre sus hombros y por apenas un instante se sintió…pequeña.

La llegada de Lucio hizo que la sensación se fuera un poco y no dudó en sonreír -Bien… y mi nuevo hijo también. Ya te contaré- Inspiró profundo una vez, como si con la llegada de Lucio aquello fuera más llevadero…que lo era.  Pero Matvey se puso sombrío y Catherine arqueó la ceja, poniendo los ojos en blanco después -Si soy yo la que tengo que adjudicarme el papel de optimista, definitivamente, estamos en las últimas- Echó en falta a Sean – Tratemos de no morir, de no dejar morir a nadie, y de resolver este lío en tiempo récord. Capici?- Dijo mirando alrededor y luego a Wthyr -Vamos- Tiró de su mano entrando al portal seguida por Shyvanna y Freyja.

Vishous captó la mirada de soslayo de Cedric, últimamente, por mucho que no quisiera, parecía estar particularmente atento a sus gestos. Quizás por el hecho de que, al no hablar, su lenguaje corporal era clave. El teniente le guiñó un ojo pero no emitió palabra.

Personalmente, Vishous no se iba a mover a detener a Gwen. Si se quería morir, adelante. De todos los Pendragon era a ella a quien más tirria le tenía, por muy buena que estuviera. Sin embargo, Sofía la puso en su lugar y básicamente le dijo que dejara la magia rastrera por algo mucho mejor. Sonrió brevemente, con cierto orgullo, antes de sentir perfectamente como se conectaba con él. No supo bien para qué le necesitaba, pero con el exceso de magia que solía tener constantemente cualquier drenaje iba bien.

Cuando todo se calmó y llegó Lucio, Vishous sonrió. A Arleen le vendría bien verlo ahora que estaba despierta. Seguro que Lucio podía ayudarla en…básicamente todo. Antes de entrar al portal Vishous se acercó a Aura, escuchando tanto a Matvey como a Le Fay.

“Pues tiene puta razón. Una Le Fay dando ánimos”

Abrazó a su hija y le prometió que volverían todos. Preferiblemente, de una pieza. Y dedicó más palabras que, de momento, quedaban entre ellos dos para después dejar que Sofía se despidiera antes de entregarla a sus padres. Vishous cogió el casco que llevaba apoyado en la cadera y lentamente empezó a ponérselo mientras caminaba al frente. Si bien, antes de pasar, esperó a Sofía para escoltarla. No se podía decir que fuera algo fácil, prefería pasar primero y limpiar el camino pero conociendo a su mujer sería una ofensa. O no. A veces ni sabía lo que pensaba.

Aquel pensamiento breve le frustró un poco y miró a Cedric -A ver qué tal el resultado de las prácticas- Mencionó antes de que todos entraran por el portal.

A Wthyr le dedicó algo especial; una mirada sombría ante su protesta. Usualmente tenía una expresión serena en el rostro pero podía hacer una excepción. Contuvo el aliento cuando las raíces se aproximaron peligrosamente a Guinevere pero volvió a respirar tranquilo cuando varios de los presentes se expresaron en contra de esa opción.

Paz en el corazón... buscó entre sus recuerdos las fiestas familiares, allí sentía el abrigo del amor incondicional y eso lo lograba calmar. Sintió un nudo en la garganta ante las conmovedoras y sabias palabras de sus compañeros. Podría decirles a sus hijos y a sus nietos que presenció cómo un árbol sagrado abría un luminoso portal ante él... eso si llegaba a tener hijos y nietos.

Tragó con fuerza cuando apareció en escena Lucio para poder despejar un poco la garganta, afortunadamente Rosse tomó la iniciativa e hizo un resumen que también le sirvió al joven maestro. -Pues yo ni eso sabía.- Dijo avergonzado. Ahora entendía un poco mejor lo que estaban buscando.

Luego de las palabras de Catherine, varios más atravesaron el portal. El moreno se acercó al portal, aún sin atravesarlo y acarició una gruesa raíz del árbol. -Por Ouroboros.- Pronunció con firmeza antes de avanzar adentrándose en lo desconocido y desapareciendo de allí.

10/11

Bueno, parecía que había algo de tensión en el ambiente.

Empezando por el hecho de que poco después de preguntarle por el plan al rey, su esposa vino y le dijo que se retirara, cosa que hizo sin chistar, porque solo verla parándose de forma defensiva como lo hizo fue aviso suficiente de que no quería estar en medio de lo que fuera a ser eso.

Además, conforme fueron llegando más, reuniones se dieron, algunas palabras aquí y allá.

Incluso la mujer nórdica llegó mofandose un poco del rey, cosa que tiene que admitir qué casi le saca una risa, pero se contuvo.

El problema fue que pareció que los descendientes estaban teniendo problemas con su árbol, al punto de que una de las hermanas del mismo ya se estaba ofreciendo como sacrificio en el acto.

Honestamente por un segundo creyó qué eso se iba a poner sangriento muy rápido, pero al final no fue el caso.

Los descendientes lograron calmar al árbol, mismo que... ¿Aparentemente les dió palabras bonitas? Eso era lo que parecía cuando uno de ellos mencionó varios nombres.

Entonces fue qué pasó, se abrió un portal y varios empezaron a entrar, ahí ella parpadeó con impresión.

Quedándose un poco estupefacta, quizás por mucho tiempo, porque la gente seguía pasando, y ella tardó algo de tiempo de más en reaccionar y correr en dirección al portal.

Esta va por tí... Hermano...

Murmuró para sí antes de entrar al portal.

11/11

Continuaba postrada esperando la respuesta de aquel árbol mágico pero alcé la vista clavando la mirada seriamente en Matvey. Apreté los labios por lo siguiente y miré al árbol sagrado de Ouroboros. No querían crear otro Sanguis Ligno ¿Qué habían creado si no era aquello mismo? Un sacrificio de vida , sangre y carne para crear un ente más poderoso de lo que era con anterioridad. Un sacrificio de alguien que sabía guardaba deseos de venganza y rencor en su interior.

El tirón de Wthyr me pilló desprevenida y me vi levantada del suelo repentinamente. Entrecerré los ojos. Que lo domasen los suyos...como había hecho nuestra familia todo este tiempo. Condenados a apaciguarlo. Tiré del brazo para liberarlo antes de que notase en mi hombro otro contacto. Sofía esta vez. Escuché sus explicaciones. Ofrendas, gratitud, honor, lealtad... -Le recuerdo, Descendiente, que el Sanguis Ligno nació del amor de una mujer y se alimentó de ofrendas, gratitud, honor y lealtad a nuestro pueblo.-Comenté calmada pero como advertencia.

¿Qué pasaría con este árbol si tenían éxito en su misión? Tendrían que continuar alimentándolo de buenos deseos. Hasta que no le fuese suficiente.

Me quedé en el sitio, esperando que aquel ser tomase su decisión. Parecía que lo que hubiese hecho Sofía le había calmado. Aparté mis pasos alejándome un poco, escuchando en el camino las palabras de mi hermano. Paré mirándole con algo de reproche.-Deberíais ser más respetuoso con el sacrificio de una persona, mi rey.-Comenté no muy alto y continué mi camino acercándome a Alud. Estaba charlando con ella cuando el jaleo de la máquina entró en escena y varios cruzaban el portal.

Desvié la vista por un momento pero la aparté enseguida, incómoda, para encontrar la mirada de Alud y esa sonrisa de maldita elfa conocedora de secretos. Entorné los ojos y ella soltó una risa a lo que yo respondí con una mirada seria y la cortó apretando sus labios conteniéndola. -[Ve con los críos de Wthyr y Catherine]-Ordené sabiendo por las palabras del nigromante que los dragones por el momento no serían bien recibidos. Abracé a la dragona deseándonos buena suerte en idioma antiguo y me aparté para dirigirme al portal.

En esas llegaron Hammurabi y varios soldados de diferentes casas vasallas. Y el antiguo Descendiente de Galeno al parecer se había unido al grupo. Mis hermanos ya habían cruzado al portal así que me adelanté hacia los vasallos. Varios saludaron formalmente, como correspondía. Hipatia en cambio se acercó tomando mi mano y alzándola.-Mis mejores deseos os acompañarán en esta batalla, mi señora.- Sonaba raro.-¿No os unís a nosotros mi señor de Hipatia?33]]-Oh...no sería prudente. No tengo ningún descendiente que pueda ocupar mi lugar, ¿recordáis? Pero os acompañarán parte de mis soldados. Además parte de los vasallos se encargarán de que los territorios estén a salvo.-Besó mi mano y apreté los labios. A la mierda el plan de que se partiese el cuello.-Me alegra que cambiaseis de idea.-Aparté la mano sutilmente, con una sonrisa no muy verdadera por mi parte e incliné la cabeza como despedida.

Pretendía dirigirme al portal. Pasé cerca de Galeno y DaVinci. Miré al primero sin saber muy bien como referirme a él. Ya no era descendiente, no sabía si ostentaba un título[i].-Lucio.-Saludé con una leve inclinación de cabeza.- Mi señor Descendiente.-Saludé a Giordano con seriedad. Continué el camino hacia el portal que tras el paso de Neftis se cerró.

Paré de golpe al igual que los soldados que también se dirigían allí. Sus hojas parecían más caídas que antes, como sin fuerza. Acerqué la mano a la tierra. No creía que fuese capaz de comunicarme con él, sin embargo si que era consciente de algunos movimientos que me resultaban familiares. Suspiré al incorporarme.-Parece que necesita tiempo para recuperar energía.- Comenté al resto, quedando ahora entre vasallos, Galeno y DaVinci. Apreté los labios desviando la mirada a otro lado tras pasar la vista de uno a otro. Aquello era ciertamente incómodo.

Para cuando me hice hueco del todo entre las tropas pendragonias, ganandome miradas no amistosas por cierto, vi como uno tras otro iban desapareciendo por el portal que se habia abierto en la base del tronco del enorme arbol...Jack...eh....ente.

"esperadme, stronzos"

Mas miembros de los vasallos Pendragon llegaron y ademas, me pareció oir la voz de ¿Lucio? Entorné la mirada extrañado y los divisé, por fin, cerca del arbol por donde ahora se marchaban Wthyr y Catherine. Fruncí un poco el ceño al fijarme en Gwen, pero lo que me hizo fruncirlo de verdad fue ver como un grupo de vasallos liderados por un señor mayor se acercaban a ella y el viejales tenía la jeta de agarrarle la mano para ....no iba a besarla? Uy, casi.

"que confianzas son esas?"

Habia decidido que lo odiaba.

"quien es ese?"

Observé los estandartes. Hammurabi. Bajé del vehículo y al poco de hacerlo este se plegó hasta ser una miniatura que pude guardar en mi bastón. Al volver a mirar al arbol fue cuando me di cuenta que no habia imaginado la voz de Lucio, si no que de verdad estaba alli.

- Lucio! - fui hacia él y lo saludé estrechandole las manos. - ¿Qué haces aqui? Te han avisado? Vienes bien provisto? Puedo dejarte algunas cosas. -desvié la mirada al escucharla a ella, de nuevo con los formalismos...

"..."

No era momento de despistes. Al encaminarnos al portal, se cerró. Suspiré y me crucé de brazos. Energía?

- Puedo regarlo con café.

Lucio se quedó con las ganas de más conversación con los compañeros que fueron entrando, pero claramente no era el momento de andar poniéndose al día. Al final se quedó casi el último, junto con Giordano y la chica Pendragon. Se dio cuenta de que no lo había saludado, por despiste o lo que fuera, y rápidamente se acercó a él para darle un apretón de manos. - ¡Giordano! ¿Cómo estás? disculpa, con todo el jaleo no me había fijado en que ya estabas aquí. - se fijó mejor en él, con sus pintas de inventor loco de siempre pero con aspecto algo más cansado. Era normal, supuso, llevaban mucho más estrés con el asunto de la sombra aquella.

- Sí, sí, me avisó Matvey de lo que sucedía. Me dijo que haría falta un sanador...aunque no veo por aquí ni a Arleen, ni a Anteia ni a Oscurus. Pensé que seríamos más. - echó un vistazo alrededor por si faltaba alguien más por llegar, pero no lo parecía. Luego asintió a lo de dejarle cosas, cualquier ayuda era bienvenida y tal vez estaba un poco oxidado en algunos tipos de curación porque había estado encargándose de otro tipo de problemas en África. Después saludó a Gwen con otra inclinación de cabeza cuando se refirió a él por su nombre. Sentía que se había perdido muchas cosas durante el tiempo que había estado lejos, como las relaciones entre Pendragon-Descendientes. Carraspeó un poco al notar que se habían quedado los tres ahí atrasados, que él árbol estaba algo mustio y no les dejaba atravesar el portal aún.

- Bueeeno...pues... habrá que espabilarlo, ¿no? con café o con lo que sea. - sonrió un poco incómodo, sin saber muy bien qué hacer. - Si hay algo más que queráis contarme mientras se anima un poco el portal...