Bosque de Sherwood

Cuando pensaba que la situación no podía ponerse más entretenida con el borracho pelirrojo tropezándose y casi diría delirando.., ¿hasta que punto la historia de su quimera es cierta y no se le ha ido totalmente la pinza?, llega al claro un tio con el pelo de color blanco vestido demasiado elegante para ir por el bosque. Al principio me pongo algo nervioso por no haberlo visto llegar, mi falta de atención hoy es tremenda, estos baños relajantes se van a tener que acabar. Entonces coge y nos saluda educadamente y veo a sus mascotas. No pienso que venga con actitud hostil y no parece que esté armado.- Tranquila, parece que todo va bien, no parece una trampa, de todos modos voy a dar una vuelta rápida a ver si veo algo desde el aire.- le digo a Zoey.

Remonto el vuelo sin alejarme demasiado y reconozco los alrededores del claro. Al no ver nada especial vuelvo de nuevo y me poso en la rama de un ábol que me permite estar entre el desconocido y Zoe, por si tengo que intervenir.
- Llevamos semanas sin cruzarnos con nadie y, mira que el bosque es grande, ¿nos tenemos que cruzar con estos elementos justo en este claro? Debe haber algún sitio importante y poblado cerca o este estanque es mágico y atrae a la gente a él.- vuelvo a decirle a Zoey.- Pero tranquila, voy a controlar al pelirrojo, intenta averiguar qué quiere el otro.
Vuelo hasta el pelirrojo tirado en el suelo, parece que durmiendo y me poso en el suelo junto a él. Le doy un par de picotazos sin intención de hacerle daño, para ver si respira... lo mismo ha palmado ahí mismo.

Tras contarle la historia a Zoey me doy cuenta de que no me ha contestado, o si lo ha hecho no me he enterado. De hecho, no sé ni cuánto tiempo ha pasado, ya que me quedo medio sopas durante algunos minutos, hasta que el pajarraco me picotea repetidas veces. Me levanto sobresaltado y pegando un grito, diciendo algo así como que no he sido yo el que ha robado. Después me calmo un poco.

- Ah, sí eres tú...Oye, no intentes comerme, no estoy muerto todavía ¡carroñero! - grito rodando hacia un lado haciendo la croqueta, apoyándome después en el árbol más cercano para levantarme.

En ese momento comienza a lloviznar ligeramente, aunque amenaza con arreciar por las nubes que comienzan a formarse. No me vendría nada mal remojarme, puede que incluso me despeje un poco. La muchacha dueña del pájaro está saludando a un peliblanco que no sé si me suena o no, conozco demasiada gente y ahora mismo estoy confuso. - Mira, otro con mascotas. Ahora echo de menos a mi Vyras...más majo él. Vosotros soiis jodidamente raros, ¿sabéis? - los señalo a todos con el dedo, en plan borrachil, apoyado en el árbol.

- ¡ Quedaríais muuy bien en la Brigada de las Mil Grullas! - tampoco sé si me he presentado, pero si no lo he hecho lo haré ahora. - Benjamín Red, para serviros.- hago una reverencia cutre, con poco equilibrio. Sigo teniendo sueño, pero los picotazos me han cortado el rollo en esto de dormir. - No sé vosotros, pero yo no me voy a quedar aquí más rato, que luego vienen los goblins y los orcos y te atacan en mitad de la noche...- añado con gesto paranoico mirando alrededor, entornando los ojos como si vigilase. Y no miento, no es la primera vez que me atacan en un bosque, más al ser un grupo ruidoso como somos ahora. Bueno, sobre todo yo.

Un troll sediento de sangre ha abandonado la seguridad de sus montañas para aventurarse en el bosque en busca de carne humana. Con pesados pasos camina y cuando el aroma de humanos lo llama, empieza a correr hacia sus presas con gran frenesí.

Lanza un cavernoso grito que hace moverse y temblar las hojas de cada árbol a su alrededor mientras sus enormes pues hacen cargo de que la tierra tiemble también. Las hojas caen a su paso y los animales huyen.

Entra como un terremoto en aquel claro. En menos que canta un gallo ya tiene una victima fijada. Una elfa. Le encanta la carne de elfo. Corriendo, mueve su brazo pegándole un bandazo al diminuto ser de orejas picudas (aunque eso no quita que puedan esquivarlo)

-Prrrrrr- empezó a ronronear Night, algo extraño, solo lo hace con las personas mas cercanas y de confianza -Solo queríamos pasear un poco por el bosque- cuando Night dijo eso, pensaba en preguntarle a quien le decía, pero cuando observo bien este le estaba respondiendo a Zoey. Literalmente estaba fascinado por saber que alguien más puede comunicarse con los animales, pero quise hacer como si no me diera cuenta, pero Zeus metió la pata -Señor, ella puede hablarnos como usted-.

-Me di cuenta Zeus- le respondí mientras estiraba el brazo para que este volviera a su lugar y, desde luego, acariciarlo un poco ya que me reprochan que sea más cariñoso con ellos. Así que pensaba en preguntarle algo a la joven cuando escuche hablar al águila -Disculpe, pero como pueden notar no les haré nada, el bosque es tranquilo como para comenzar a destruir esa paz que emana- respondí en voz alta para que se diera cuenta que lo escuche perfectamente, para que luego el pelirojo comenzara hablar y señalarnos por tener "mascotas".

-Primero y principal, no son mis mascotas, son mis compañeros de vida y de viaje- le respondí en tonó serio y seco, ya que ese comentario me enojo un poco, -Segundo, si hablamos de raros, acá el raro es usted estando borracho en un bosque donde le pueden pasar muchas cosas- agregue a lo último para luego seguir escuchándolo sobre una brigada, la brigada de las mil grullas, había escuchado algo sobre esa brigada y tal vez mi hija este metida en eso, ya que tienen un complejo de justicia y de igualdad casi igual. Luego hizo su presentación, obviamente con el pedo que tenía apenas se podía sostener, pero por lo menos fue educado al presentarse -Mi nombre es Antonio- me presente de forma un poco más formal y ante lo último que dijo, sobre las criaturas, no mentía ya que abundan muchas por los bosques en busca de comida.

Cuando iba a continuar mi viaje y dejarlos tranquilos, Zeus y Night se pusieron nerviosos y atentos a la vez -SEÑOR- me grito Zeus -ALGO SE APROXIMA- continuo Night. Carajo y yo que quería estar tranquilo en el bosque algo viene a cortar con la paz, se sentía como el suelo temblaba por pasos muy pesados y luego un rugido al fondo que asusta a las aves y hace volar las hojas de los arboles, luego veo como muchos animales comienzan a huir en dirección de donde yo venía caminando -¿Y ahora que sera?- para ser honesto me he enfrentado con casi todas las criaturas, en mi búsqueda de encontrar a mi hija, y ya no me sorprende tanto al ver una. Hasta que se hace presencia, un Troll de la montaña, obviamente esta jodida la cosa ya que son muy bravos estos y este por lo visto tenía sus ojos puesto en la muchacha, ya que fue atacarla rápidamente.

-ZEUS, NIGHT ATENTOS-.

Narth emprende el vuelo para tranquilizarme, buscando alguna otra persona o algo fuera de lo normal, pero no hay nada. Bufo un poco graciosa ante su comentario y la denominación de estos dos como "elementos".
Yo voto por el estanque mágico.
Miro al peliblanco dejando que el águila se acerque a picotear un poco al pelirrojo (sí, y yo peliverde), que ha dejado de delirar hace rato pero tras algunos gritos comienza a hablar de algo sobre una tal Brigada (ojo cuidao, que no lo paso por alto, guardo la información para mi uso y disfrute cuando esté todo tranquilo). Pero entonces los animales hablan, me contestan, a mí y a su dueño. Yo lo flipo lo más grande, creo que me quedo hasta con la boca un poco abierta escuchando como el hombre le reprocha la borrachera al otro y se presenta. Yo estoy decidiendo si decir mi nombre o no cuando todo se pone en tensión, algo grande y furioso se acerca a nosotros corriendo.

-¡Narth cuidado!

Lo primero que hago es gritar hacia mi amigo, esperando que Ben me oiga y espabile un poco, luego me giro hacia el grito y veo la enorme e imponente figura de un Troll de Montaña que nos mira, y luego corre hacia mí. La única reacción que tengo es coger la ballesta de mi espalda y utilizarla como escudo entre el brazo del bicharraco y mi pecho, aunque más que minimizar el golpe sirve para no clavármela cuando caigo directa al suelo, quedándome sin respiración por unos momentos.
Estoy bien... Ugh... Dale fuerte.
Entonces abro la mano que me queda libre y con un gesto de los dedos prendo a Narth en un fuego rojizo y refulgente que lo envuelve sin dañarlo, creando una gran visión flamígera.

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Que tan grande va a ser el ostiazo?

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'Dado opciones' : 8

¿Brigada de las Mil Grullas? ¿Que será? Eso dijo el pelirrojo antes de presentarse como Benjamin Red. Cuando el peliblanco se pone a hablar con sus "compañeros de viaje" me quedo de piedra. ¿Entonces me ha escuchado? Que fallo... y yo hablando de él como si nada... Se presenta como un tal Antonio de forma muy formal y que viene en son de paz, menos mal, tantos sustos, gente que viene de repente sin darme cuenta y tal, en cualquier momento se nos planta alguien peligroso...

No termino de pensar la última frase cuando el grito de Zoey me quita del ensimismamiento y un enorme troll entra como una avalancha en el claro dirigiendose a Zoe en un pestañeo y yo sin poder mover ni una pluma. El troll derriba a mi compañera ante mi mirada impotente. ¿Debería transformarme? ¿Delante de estos desconocidos y Zoey? Lo mismo ellos son capaces de hacerse cargo de él.

"Estoy bien... Ugh... Dale fuerte." Me dice Zoey cuando me envuelve en llamas como suele hacer cuando tenemos problemas. Sonrío para mi mismo, se va a enterar ese estúpido troll de lo que pasa cuando se meten con las personas que me importan. Emprendo el vuelo y me lanzo a la cara del troll, tratando de clavar mis garras y arrancar sus ojos con mi pico mientras le quemo la cara con el halo de llamas que me rodea



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Perdonad la tardanza para responder y la brevedad pero estaba de examenes , ya me explayaré mas y mejor en adelante.

Me echo a reír a carcajada limpia cuando Antonio me responde como si se hubiese sentido ofendido, primero diciendo que no son sus mascotas y luego que el raro soy yo. - ¿Raro? ¡Pues claro que soy raro! naaaadie en la ...hip!...Brigada...es normal, naadie. - lo señalo  tras hipar alguna vez, muy cargado de razón, todo borracho.

- Y sí, estoy borracho, qué se le va a hacer, un bosque es tan bueno para emborracharse como cualquier otro lugar, no seas aguafiestas...te diría que te unieses a la fiesta, pero nos quedamos sin alcohol hace mucho rato. Te llamaré Chonio.  - ni el pájaro ni la chica me dan mucha conversación, creo que no les caigo bien, o algo. Los miro con los ojos entornados a ambos durante unos segundos, pensando que sospechan de mí, y yo sospecho de ellos.

- En fiiin...creo que lo mejor será que cada uno siga su camino, que era por...- me pongo a señalar al frente como si supiese por donde ir, aunque en realidad no tengo ni la menor idea. La búsqueda se ve interrumpida de repente por culpa de un horrible y enorme troll, que sale corriendo como un loco a a atacar a la muchacha.

- ¡EH! ¡no la matarás, brutaco! ¡No en mi turno! Vamos, Chonio, vamos a ayudarla- le pego en el hombro en plan cansino al pobre hombre, echando a correr hacia el troll, sin ningún plan en mente. El pájaro de la chica también se pone a atacarla, en plan salvaje y cosas que no recuerdo haber visto hacer a ningún pájaro, usar esa especie de fuego que ha creado la chica.

- No sé qué comen los pájaros de hoy en día, cada vez son más listos.- murmuro para mi mismo todo extrañado, dándome cuenta que he dejado de correr hacia el troll. Después me desempano y me pongo a correr de nuevo, sacando mi pistola para disparar al troll al cuello mientras grito. - ¡Por la Brigada!- descargo varios tiros en esa dirección, que la piel de los trolls es muy dura y no sé si le habré hecho suficiente daño. Mi error es seguir corriendo como un idiota, tanto que yo mismo me autoestampo con la la maza de madera que lleva el troll. Me pego tal golpe en la cabeza que, entre la borrachera intensa que llevo y la conmoción del porrazo, caigo al suelo completamente K.O., al menos por un buen rato.


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OFF: sin problema, Narth, no te preocupes =). Yo dejo a Benjamin de momento inconsciente xD podéis saltarlo, ya luego me reincorporo, o si termináis el rol antes dejadlo ahí tirao o sacadlo, yo me adapto.

El golpe contra la elfa es bastante contundente, y parece que no es ella la única a la que golpearé esta noche. Hay bastantes candidatos para ser destrozados y devorados. Un pajarraco molesto revolotea a la altura de mis ojos, picándome y haciéndome daño. - ¡No van a quedar de ti ni las plumas, triste pollo! - vocifero en una frase de las más inteligentes que podría decir un troll, pegando un fuerte manotazo al pájaro que me estorba, soltando después un grito gutural al sentir las llamas quemándome la cara.

El pelirrojo loco que viene hacia mi me dispara repetidas veces, aunque con la poca puntería que tiene apenas acierta a darme en algunos lugares, sin ser ninguno de ellos mortal. Además, mi gruesa piel me protege de ataques de ese tipo. El ignorante humano se choca contra mi maza de madera, quedando tirado en el suelo. - Comida fácil...- no tengo que hacer mucho, más que agarrarlo por la pierna para atraparlo. El resto de humanos los llevaré para que coman otros trolls de la comunidad. Golpeo a la elfa con el cuerpo de Benjamin que ahora llevo colgando por una pierna, y a acto seguido propino otro golpe en dirección a Antonio, pero esta vez con la mano que lleva el mazo de madera. Después abro la boca al máximo, comenzando a engullir a Benjamin, primero por la cabeza.

No puedo tratar de hablar con este troll porque evidentemente lo que lo esta llevando hacer esto es por comida, y cuando alguna criatura tiene hambre es imparable, así que decidí alejar a Zeus y Night de todo esto, no quiero que salgan lastimado o que se los termine comiendo, así que para mi suerte estos están a una buena distancia y lejos del peligro pero a la ves atentos por si los necesito para algo. La peli verde es quien se lleva el primer golpe, y que golpe más feo, pero puede lograr con algo de fuerzas envolver a su amigo en fuego (espero que eso sea algo bueno) y este se va directo a atacar al Troll, pero también se lleva un fuerte golpe, así que mande a Zeus para que fuera a agarrarlo y llevarlo lejos para que no le pasara nada más.

El peli rojo, se manda como loco a atacarlo mientras le dispara (cosa que si el muy tonto no estuviera borracho hubiera sido muy efectivo, pero no ¬¬) solo le da en algunas partes pero no aparece ninguna expresión de dolor en el troll, ya que con su piel gruesa de seguro no sintió nada, ademas que se chota contra este y queda inconsciente -_-. Y como si fuera poco, el troll lo lanza contra la peli verde como si fuera una pelota para darle otro golpe brutal, y yo no me quede atrás con los regalos de palizas de este. Recibí un golpe bastante fuerte con su mazo de madera y me lanzo hasta chocarme contra un árbol (menos mal que no estoy con el verdadero físico que tendría que tener, sino me hubiera asesinado en el acto), aduras penas podía respirar y levantarme del suelo, no sabia que hacer, no podía deducir si mandarle algo con magia le dañaria, ademas que estaba por empezar a comer al colorado, yo estaba poniéndome furioso. Pero luego recordé la flauta, una que me regalo un viejo amigo cuando viaje a Perú (mientras buscaba a mi hija) y sabia que con esa flauta podría aun que sea calmarlo para ganar tiempo.

-¡Ya fue suficiente!- dije, mientras recobraba el aliento, con voz firme y segura, ya que esto tenia que funcionar a toda costa, así que saco la flauta, me pongo en posición y comienzo a tocar una melodía tranquila para calmarlo. Y como deduje estaba surtiendo efecto, el troll se estaba calmando hasta casi dormirse, pero no sabía por cuanto tiempo duraría el efecto, ya que a veces dura mucho o poco tiempo, así que decidí acercarme a la peli verde -Tenemos que irnos rápido- le dije mientras trataba de levantar a la joven, observe al colorado y decidí levitar lo con magia para sacarlo también del lugar, el águila se lo llevo Zeus para que estuviera a salvo. -Venga señorita, la cargare, en ese estado no puede correr- me dirigí a la peli verde para esperar su respuesta y esperaba a que aceptara, sino se complicaría el salir de acá.

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Probabilidad
É: Suerte efecto la flauta
F: nos va a matar a todos

Dados opciones es hasta ver cuan efectivo será la flauta para calmarlo

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#1 'Probabilidad' :


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#2 'Dado opciones' : 2

En el suelo estoy aún recomponiéndome cuando veo al troll golpear a Narth, que le está haciendo daño entre picotazos y quemaduras. Mi corazón salta al ver su cuerpecillo por el aire, las llamas extinguiéndose y dejando al descubierto su plumaje revuelto por el manotazo. Por suerte Antonio lo ve antes y manda a uno de sus amigos a recojerlo, pero eso no me alivia en absoluto, tengo que llegar a él y ver cómo está, que yo soy débil de cuerpo pero Narth lo es más.

-¡Narth!

Estoy escuchando de fondo los disparos de Benjamin a la vez que me esfuerzo por recuperar el aliento cuando lo veo caer al suelo, no sé si por la borrachera o el golpe o la mezcla de ambos, pero pronto está bocabajo sujeto por un pie en la enorme manaza del animal. Tardo demasiado en cargar mi ballesta, arremete el cuerpo del pelirrojo desmayado contra mí, dejándome apenas un momento para rodar por el suelo y recibir todo el peso de Ben clavándome sus huesos en el costado. No sé si debería comer más o menos, pero desde luego no ser comido.

Cuando el troll lo levanta y abre su enorme boca para zamparse su cabeza apunto mi ballesta hacia su mano y disparo, con una brillante puntería a pesar de la mala postura, cosa de elfos. No hace mucho con su dura piel pero consigue frenarlo, suficiente para que el hombre peliblanco haga no sé qué con una flauta, adormilando al troll y después acudiendo a mi rescate. Me propone cargarme, lo que no me agrada mucho, el contacto con otros seres bípedos me echa bastante para atrás pero dada la situación y que el hombre está acompañado por sus dos amigos animales (cosa que aunque poco me hace confiar algo más) decido asentir.

-Gracias.


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¿Evito a Ben?

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'Probabilidad' :

Gruño más que furioso cuando me arrebatan a mi cena de esta noche, el pelirrojo. He golpeado a casi todos los presentes, pero el puñetero mago peliblanco no me deja seguir con mi tarea, se empeña en interrumpirme. Además, no contentos con eso me hieren, especialmente la chica de la ballesta. Golpeo con el mazo en el suelo para tratar de reventar al peliblanco, pero éste comienza a tocar la flauta. Me embobo un poco al principio, aunque no es suficiente para dormirme o pararme. Lo malo es que aprovechan mi breve distracción para salir pitando todos de allí, como los cobardes que son. No me doy por vencido, alzo el mazo en el aire tras blasfemar en troll, echando a correr entre los árboles para perseguirlos. Al final no los encuentro, puede que hayan usado ese estúpido truco de los magos para desaparecerse, porque no hay ni rastro. Regreso así a mi cueva para dormir, hambriento y furioso. El próximo que se cruce por aquí pagará, tengo el doble de hambre y de cabreo.

Chasqueé como con desprecio, no hacia él, si no hacia las mujeres drow. Eran cobardes y aburridas a pesar de ser superiores a los hombres, cobardes porque qué hay más valiente que mostrar tu supremacia a las demás razas. Así que Ilzt no miraba géneros... le mostré una sonrisa simpática, sí, aquella soltura y confianza con la que me lo dijo me causó empatía. - ¡Choca! - dije infantilmente. Choqué realmente la mano en el aire la bajé rápidamente para terminar de acomodarme la armadura.

Si él dice que recuperará sus extremidades... será por algo... - Por ahora empezarás recuperando peso. - él parecía convencido de que recuperaría su brazo y su pierna, yo de que aquella mitad de su cara era bastante atractiva como merecer un cuerpo más robusto.

¿No le gustaban los esclavos? Qué chasco, aunque decía tener sus trucos... - Yo también tengo los míos - me acerqué un poco a su oído izquierdo - no dejo que vivan lo suficiente como para que les de tiempo a pensar. - me retiré de su cara, guiñándole un ojo. ''Oh, siempre estoy a tiempo de huir.'', solté una pequeña carcajada. - Tú sabrás, estarás en mi territorio. Creo no soy mejor anfitriona de lo que he sido aquí. - tonteo, puro tonteo. Para ser honesta me sentía contenta de volver a tener contacto con alguien de mi raza aunque fuera un hombre.

Aunque logró zafarse de mi agarre por la nuca, conseguimos salir de allí dirección al bosque que rodeaba mi casa. El viento me enfrió más de lo normal debido a que todavía seguía algo mojada, y aquello me produjo varios escalofríos. Caminé a paso largo, con bastante energía, más bien prisas. - ¿Estás seguro de que quieres venir a casa? Quizás haya allí una horda de más elfas oscuras esperando para esclavizarte, o quizás esté tan hambrienta que planee devorarte... - si había algo que me gustaba era que me confirmasen una y otra vez que querían estar conmigo. Culminé aquella ñoñería propinándole un golpecito con mi codo en el suyo, y mirándole de reojo sonriente.

Me alegró que no echara en cara lo de mi poca estima al concepto de género. Después de ver demasiado zombie, de no ser capaz de saber el género originario de un cacho de chicha putrefacta, dejaba de importarmucho si uno tenía más carne en el pecho o entre las piernas. Melones y nabos eran ambos apetecibles. Chocó al aire y yo solté una suave carcajada, extrañamente, ni irónica ni forzada ni… Natural. Era algo tan ajeno en mí que se me notó incluso la alegría en el rostro.

Luego me habló de recuperar peso. Realmente si ganaba un brazo y una pierna fijo que subía unos cuantos quilitos de más, pero…-Oh, es distinto. Me viene de genética. Cuando era un rosado feto tuve la desgracia de compartir útero con mi querido mellizo del cual siquiera sé el nombre. Y el chaval tenía hambre y me dejó a mi poco desarrolladito. Fue un milagro que naciera.- Era bien sabido que los partos múltiples eran muy escasos en elfos, y eran considerados bendiciones porque significaba más críos a la vez. Pero pocas veces funcionaban correctamente. En el caso de unas gemelas anteriores a mí, una nació directamente muerta.

Cuando le hablé de esclavos me comentó que su forma de solucionarlo era no dejarlos vivir. Sonreí de esa forma que solo un nigromante desquiciado puede hacer. -Yo empiezo por ahí. Me son más fieles y útiles muertos.- Sobretodo porque podía levantarlos. La charla sobre escapar o no tenía un poco de problemática. Ni ella ni yo sabíamos qué podía hacer el otro. Así que me encogí de hombros casi como retándola a que fuera lo peor anfitriona que pudiera. Y con esas, salimos al bosque. Vientecillo, nubes y humedad. El jodido tiempo de aquella enorme mierda de isla en medio de aquel mar de mierda.

Ah, Anzus. No me gustaba Inglaterra. Me abrigué más con mi capita, abrochándomela bien. Daba mucho el pego de nigromante. El resto de ropa la había metido torpemente en el saco, y ahí iba yo, caminando con la guadaña de bastón. Ella hablaba y yo agradecía la conversación, aún fuera tan… Extraña. -Pongo en duda que habiendo drows tan mozos como los hay, con sus bonitos rasgos delicados, abdominales y encanto natural, uno tan sarcástico y enclenque como yo pueda servirles para el beso de la araña.- “El beso de la araña” hacía referencia a un “ritual” típico drow. Violaciones por parte de mujeres a hombres, que acababan con el brutal asesinato de este, como bien hacían arañas y mantis. -Y en el segundo caso dudo que tenga buen sabor. Estoy caducado.

Y lo acompañé con unas toses, que se me quitaron con su golpecito. Sonreía. Tenía un encanto infantil, que chocaba con lo fuerte de su cuerpo y de su personalidad. Había algo todo en ella que… No sé. Me gustaba. Seamos sinceros, Anzus. No sabía mucho de ella, pero me seguía bien en el mundo de los sarcasmos. Pero aquella melosa alegría terminó al oler algo… Extraño. Paré de golpe. -¿Lo hueles, Faeryl? No es otro el olor que el de la muerte, el de la putrefacción, pero no cualquiera… Si no la que devora, devora... Magia negra.- Críptico y ensimismado. Quizás no comprendiera mis palabras, pero el hecho que me pusiera en guardia debía explicar mejor que sentía algo de peligro.

Una alta figura paseaba sin rumbo entre los árboles, gruñendo por el hambre, seguramente había pasado días  y días sin comer. Tenía bastante agilidad, y al contrario que la parte superior de su cuerpo que se encontraba carcomida por los gusanos, sus piernas estaban intactas. En su rostro podrido a duras penas se podía distinguir ningún órgano, ni nariz ni ojos. Aquello dificultaba la búsqueda de algún ser vivo, y aunque era un ser torpe, tenía cierta ventaja con la rapidez y agilidad de sus piernas. Tan pronto como  detectó un ser vivo corrió despavorido, haciendo sonar a su paso multitud de ramas y hojas... No alcanzó a distinguir cuál de las figuras le apetecía más, así que se abalanzó sobre la más grande propinándole un mordisco en el antebrazo, le costó llegar a la carne, que por cierto, era toda magra,  traspasando con sus quebradizos dientes la ropa de aquel ser.
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Ataque físico a Faeryl: 5 + 5 (stats) = 10

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'Ataque Físico' :

Este otro zombie tenía pinta de haber comido muy bien en vida, pues la sebosa grasa lo hacía más lento de lo que pudiera ser adecuado. Esta caía grotescamente por una enorme herida abierta, lo cual daba al ser un aspecto absolutamente repugnante, y un hedor más que particular. Si bien no destacaba por su rapidez su tamaño era digno de temerse.

Desde que pasara a la otra vida y un descuidado nigromante lo trajera de vuelta el señor Gustavo había pasado mucha hambre. A él le habría parecido apetecible comerse su otro amigo inferi, pero no tenía órdenes de hacerlo. Así que debía limitarse a la carne de los vivos, la cual olió a mucha distancia. Con toda la torpeza que pueda tener el cuerpo de un zombie gordo traído a la vida empezó a correr, haciendo un ruido de mil demonios. -Ahahsshdaeheestoesunpollazoaltecladohehaeahurrdurrbaguettemierdas- Gruñó tal y como se tiraba a por una figura particularmente pequeñaja, a diferencia de su compizombie. Arrojó sus casi cien kg de grasa putrefacta sobre Ilztvyll, con intención de aplastarlo.

Ataco a: fallo Faeryl, exito Ilzt.
Daño a Ilztvyll: 20 + 5 = 25

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#1 'Probabilidad' :


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#2 'Ataque Físico' :