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La prueba del día 1 del Torneo Fénix tiene lugar en el Coliseo Ouroboros, donde ha sido construido un laberinto de piedra para la ocasión. Todos los participantes entrarán a dicho laberinto a través de la puerta que les correspondiese, avanzando hasta encontrar al Descendiente contra el que deban combatir.
Altair Kirgyakos
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Al abrir la primera puerta no se encuentra ningún laberinto, es un pasillo recto con antorchas bastante largo. Hay bastante eco y solo se escucha el crujir de la madera al quemarse en las paredes y al fondo se divisan dos crías de lobo, uno blanco y otro negro jugando entre ellos. En este punto el pasillo diverge en dos rutas.
Cuando se acercan los participantes, el lobo negro va hacia estos y comienza a ladrar. Tiene los ojos inyectados en sangre, casi se palpa la furia con su presencia pero no ataca a ningún participante. Sin embargo, el lobo blanco está muy tranquilo, tumbandose en el suelo bastante sosegado. Ambos tienen un collar que pone “PET ME”.
Es el momento de decidir la ruta por la que avanzar. Los lobos os siguen a cada lado, cada uno representando sus personalidades, pero solo os siguen, no os guían.
La salida tiene un pasillo que conduce a la salida de la otra sala y a otra puerta con este símbolo:
Cuando se acercan los participantes, el lobo negro va hacia estos y comienza a ladrar. Tiene los ojos inyectados en sangre, casi se palpa la furia con su presencia pero no ataca a ningún participante. Sin embargo, el lobo blanco está muy tranquilo, tumbandose en el suelo bastante sosegado. Ambos tienen un collar que pone “PET ME”.
- ACARICIAR AL LOBO BLANCO:
- Es como levantarse una mañana en la que no te apetece hacer nada y descubrir que no tienes responsabilidades o tareas pendientes, ni nadie a quien atender o prestar atención. El día es tuyo y puedes dormir hasta tan tarde como quieras. Así que tiras del edredón y te acurrucas en el blandito y cálido abrazo de las sábanas, para así volver a un agradable mundo de ensueño que te recibe con besos en las mejillas y el sonido de una nana arrastrado por la brisa.
Es como una vela de barco desplegada cuya lona, de repente, se destensa y se vuelve a abombar con el soplo del viento, haciendo *POP* y empujando tu velero hacia un horizonte dorado. Es como hacer borrón y cuenta nueva, tus errores han sido perdonados y un nuevo mundo lleno de aventuras te espera a tu llegada. Ni siquiera te molestas en mirar atrás. El futuro es emocionante. No puedes apartar la mirada. Sientes el impulso de tu velero flotando con ligereza y dejando su rastro en un suave mar verde, como si toda tu vida te llevase a un momento emocionante. Estiras los brazos y dejas que las gotitas de la neblina marina se posen en tu piel como confeti.
Es como armarse de valor para confesar un “te quiero”, a la espera de que te rompan el corazón y te decepcionen con la respuesta posterior, pero, sin embargo, los ojos de tu amado o amada se iluminan y sus labios tiemblan cuando te agarra las manos y responde: “¿Por qué no lo has dicho antes?”. Entonces, te estampa el beso en los labios que tanto has estado esperando.
Es un sentimiento muy adictivo.
- ACARICIAR AL LOBO NEGRO:
- Cuando estos dulces sueños que has sentido con el lobo blanco se agrian y se convierten en una pesadilla venenosa de la que no te puedes despertar; cuando las oscuras olas golpean y hunden tu alma hasta el fondo de un abismo olvidado y tu amor empieza a reírse malévolamente y la crueldad se manifiesta con una voz que nunca podrás olvidar… en ese momento, lo sabrás. Sabrás qué se siente al ser tragado por un demonio con quien has sellado el pacto. No eres más que un bocado, un aperitivo para sus fauces, así que cuando acabe ese dulce viaje que recorrerás cuando te trague, se pondrá las botas contigo.
Es un sentimiento muy adictivo que te llena de fuerza, valor y ganas de luchar.
Es el momento de decidir la ruta por la que avanzar. Los lobos os siguen a cada lado, cada uno representando sus personalidades, pero solo os siguen, no os guían.
- DERECHA:
- Por aquí llegas a una habitación en la que hay un solo foco alumbrando el centro de la sala, donde hay un atril de piedra con una gruesa cuerda con varios nudos y parece haber sido usada y desgastada. El lobo blanco se posa junto al atril, y en su mirada casi te pide que cojas el objeto para seguir. El lobo negro se posa en la salida, es imposible distinguirlo por su oscuro pelaje excepto por sus brillantes ojos rojos, que parece que pidan que sigas el camino ignorando aquella cuerda. Si la coges ya no puedes dejarla y el lobo blanco se hace grande y fuerte.
- IZQUIERDA:
- Por aquí llegas a una habitación en la que hay un solo foco alumbrando el centro de la sala, donde hay un atril de piedra con una daga de plata que parece haber sido usada y desgastada. El lobo negro se posa junto al atril, y en su mirada casi te pide que cojas el objeto para seguir. El lobo blanco se posa en la salida, se le aprecia un poco en la oscuridad debido a su blanco pelaje, pero sobretodo se le ve por sus brillantes ojos verdes, que parece que pidan que sigas el camino ignorando aquella daga. Si la coges ya no puedes dejarla y el lobo negro se hace grande y fuerte.
La salida tiene un pasillo que conduce a la salida de la otra sala y a otra puerta con este símbolo:
Le dediqué una seca inclinación de cabeza ante su halago. El atuendo, después de todo, no es algo que demuestre la fuerza. Los pasos de baile los fuí aprendiendo sobre la marcha, aunque mi agilidad como fisicoculturista fue de mucha ayuda. En el clan, los bailes no son de salón, la mayoría son para rituales. Aquella fiesta pareció ser una especie de rito ante mis ojos. Entre las nuevas políticas licanas dejé caer la idea de que los miembros del clan de La Luna Roja, al ser los únicos licántropos capaces de tener más de un hijo por cada parto, estamos empezando a sufrir los efectos de la sobrepoblación. A pesar de que durante el estancamiento del flujo de la magia, la abundante ira y el descontrol de los licántropos se encargó por sí sola de hacer un control de natalidad y de dejar en el clan a los más fuertes y capaces, plantee la necesidad de un aumento del espacio bajo el dominio del clan. También aproveché para explicarle que la bendición de Fenrir nos inclinaba a matar durante la noche de luna llena para acumular poder y aumentar de tamaño corporal. Utilicé ese argumento para recalcar la necesidad de expandir nuestras fronteras para así alejar al clan de los Hijos de Fenrir de nuestros terrenos para evitar más ataques no deseados a su clan de nuestra parte.
A pesar de todo, el descendiente de Licaón se mostró reacio a llegar a algún acuerdo que muestre particular ventaja hacia mi clan. Durante la fiesta busqué mantener la compostura, reproducía lo que veía a mi alrededor sobre las formas y los modos, me mantuve junto a Altaïr mientras recorría con la mirada a los invitados buscando posibles nuevos miembros del clan, humanos y magos sobre todo, al resto los miraba con desdén. Hablé con dos o tres, siempre cerca del miembro del Consejo de los 20, sobre sus intereses y habilidades mientras en mi mente buscaba cómo encajaban sus respuestas con el objetivo del Clan de La Luna Roja de llevar la evolución y la expansión de la conciencia para ayudar al mundo entero a superar la debilidad de sus nacimientos ciegos y desamparados. Buqué explicar los cometidos del clan con las suaves palabras que las sacerdotisas me habían indicado y conseguí convencer a una joven pareja de hechiceros que se mostraron interesados en expandir su conocimiento y sus poderes. Acordamos que, luego del torneo, irían a visitar el clan.
Tras esto Altaïr me llevó de vuelta al claro que era el hogar de la luna roja, me dió un colgante y, en el momento que desapareció me dedique arrancar gruesas ramas de árboles llena de furia y a crear explosiones de pequeña magnitud con magia. Varios miembros del clan se acercaron para ver qué pasaba pero yo simplemente los aparté de mi camino, molesta, para ir a ver a mis cachorros y descansar. El día de la primera instancia del torneo ha llegado. El mediador entre los clanes es recibido del mismo modo que ayer, sólo que yo no me encuentro ataviada en un vestido, ahora tengo el top blanco de piel de lobo y pantalones que permiten una amplia movilidad, dejando a la vista mi tez oscura, mis curvas y mi musculatura, del mismo modo que mi cicatriz en cerca del ojo izquierdo y la L en la parte interna de mi muñeca marcada por el Bando Ministerial cuando todavía era un cachorro. También llevo la habitual tela blanca atada al antebrazo y el brazalete artesanal decorado por una joya con intrincadas decoraciones herencia de la familia (offrol: es el giratiempo, pero yo no lo sé). No llevo nada en los pies, voy descalza. El descendiente de Licaón me lleva a mi y a un par de miembros beta a nuestro lugar en la arena de combate de la isla antes de volver a desaparecer.
Los miembros omega se dedican a ajustar la cota de mithril bien en su lugar para que no estorbe ni se caiga mientras yo inspecciono el colgante que el miembro del Consejo de los 20 me dió anoche. En eso, tocandolo aquí y allí, activo un interruptor que hace que el colgante se abra para revelar un mensaje en su interior. Allí decía que si demostraba mi valía en el torneo, contaría con la oportunidad de llevar en el vientre al futuro descendiente de Licaón miembro del Consejo. Cierro el colgante dejando el mensaje adentro con una sonrisa de lado. Sé que Fenrir está de mi lado, últimamente está haciendo caer las oportunidades más jugosas que alguna vez pude imaginar. Engancho las pociones herbovitalizantes y la esencia de escrúpulos de nalhrout en mis cinturones y agarro dos cuchillos, uno para cada mano. Observo las gradas y la cantidad de asistentes que hay en el evento mientras otro miembro del Consejo da su discurso, luego poso mi mirada en mi compañera, una mujer pelirroja que parece de mi edad o parecida, algo más enana que yo, de aspecto debilucho, apesta a dragon así que revoleo los ojos ante la idea de colaborar entre diferentes razas.
Con las palabras finales del hombre dando inicio al torneo, las luces danzantes que enva al cielo y los aplausos del público, los miembros omega incluidos, choco los cuchillos que tengo en las manos entre sí como una forma de intimidar al oponente con el sonido y dar ánimos tanto a mi misma como al público, para comenzar a avanzar adentrándome en el laberinto de paredes kilométricas.
-Juliet ¿Verdad? Mi nombre es Kiana Wolfrun.- Le hablo para que mi mente no se pierda entre los pasadizos. Algunos pasajes me impacientan pensando que estamos caminando en círculos, pero finalmente encontramos la puerta. Entramos en el pasillo recto al tiempo que el sonido de nuestras pisadas acompañan al crujir de la madera quemada.
A pesar de todo, el descendiente de Licaón se mostró reacio a llegar a algún acuerdo que muestre particular ventaja hacia mi clan. Durante la fiesta busqué mantener la compostura, reproducía lo que veía a mi alrededor sobre las formas y los modos, me mantuve junto a Altaïr mientras recorría con la mirada a los invitados buscando posibles nuevos miembros del clan, humanos y magos sobre todo, al resto los miraba con desdén. Hablé con dos o tres, siempre cerca del miembro del Consejo de los 20, sobre sus intereses y habilidades mientras en mi mente buscaba cómo encajaban sus respuestas con el objetivo del Clan de La Luna Roja de llevar la evolución y la expansión de la conciencia para ayudar al mundo entero a superar la debilidad de sus nacimientos ciegos y desamparados. Buqué explicar los cometidos del clan con las suaves palabras que las sacerdotisas me habían indicado y conseguí convencer a una joven pareja de hechiceros que se mostraron interesados en expandir su conocimiento y sus poderes. Acordamos que, luego del torneo, irían a visitar el clan.
Tras esto Altaïr me llevó de vuelta al claro que era el hogar de la luna roja, me dió un colgante y, en el momento que desapareció me dedique arrancar gruesas ramas de árboles llena de furia y a crear explosiones de pequeña magnitud con magia. Varios miembros del clan se acercaron para ver qué pasaba pero yo simplemente los aparté de mi camino, molesta, para ir a ver a mis cachorros y descansar. El día de la primera instancia del torneo ha llegado. El mediador entre los clanes es recibido del mismo modo que ayer, sólo que yo no me encuentro ataviada en un vestido, ahora tengo el top blanco de piel de lobo y pantalones que permiten una amplia movilidad, dejando a la vista mi tez oscura, mis curvas y mi musculatura, del mismo modo que mi cicatriz en cerca del ojo izquierdo y la L en la parte interna de mi muñeca marcada por el Bando Ministerial cuando todavía era un cachorro. También llevo la habitual tela blanca atada al antebrazo y el brazalete artesanal decorado por una joya con intrincadas decoraciones herencia de la familia (offrol: es el giratiempo, pero yo no lo sé). No llevo nada en los pies, voy descalza. El descendiente de Licaón me lleva a mi y a un par de miembros beta a nuestro lugar en la arena de combate de la isla antes de volver a desaparecer.
Los miembros omega se dedican a ajustar la cota de mithril bien en su lugar para que no estorbe ni se caiga mientras yo inspecciono el colgante que el miembro del Consejo de los 20 me dió anoche. En eso, tocandolo aquí y allí, activo un interruptor que hace que el colgante se abra para revelar un mensaje en su interior. Allí decía que si demostraba mi valía en el torneo, contaría con la oportunidad de llevar en el vientre al futuro descendiente de Licaón miembro del Consejo. Cierro el colgante dejando el mensaje adentro con una sonrisa de lado. Sé que Fenrir está de mi lado, últimamente está haciendo caer las oportunidades más jugosas que alguna vez pude imaginar. Engancho las pociones herbovitalizantes y la esencia de escrúpulos de nalhrout en mis cinturones y agarro dos cuchillos, uno para cada mano. Observo las gradas y la cantidad de asistentes que hay en el evento mientras otro miembro del Consejo da su discurso, luego poso mi mirada en mi compañera, una mujer pelirroja que parece de mi edad o parecida, algo más enana que yo, de aspecto debilucho, apesta a dragon así que revoleo los ojos ante la idea de colaborar entre diferentes razas.
Con las palabras finales del hombre dando inicio al torneo, las luces danzantes que enva al cielo y los aplausos del público, los miembros omega incluidos, choco los cuchillos que tengo en las manos entre sí como una forma de intimidar al oponente con el sonido y dar ánimos tanto a mi misma como al público, para comenzar a avanzar adentrándome en el laberinto de paredes kilométricas.
-Juliet ¿Verdad? Mi nombre es Kiana Wolfrun.- Le hablo para que mi mente no se pierda entre los pasadizos. Algunos pasajes me impacientan pensando que estamos caminando en círculos, pero finalmente encontramos la puerta. Entramos en el pasillo recto al tiempo que el sonido de nuestras pisadas acompañan al crujir de la madera quemada.
- Equipamiento:
- giratiempo
cota de mithril
pociones herbovitalizantes (x3) y la esencia de escrúpulos de nalhrout (x1)
dos cuchillos
Era un mal día para iniciar un torneo, de lo que fuera. Al menos tenía el equipo completo, pues después de una charla con Reiv decidieron invocar por fin al genio de la lámpara para pedir uno de los deseos. Ella solo quería recuperar su anillo de Vilya, pero Reiv le abrió un poco el panorama para pensar también en quienes habían perdido cosas a causa de la Alianza. Seguro que los Black tenían un almacén de tanto que los atrapaban... Un genio azulado salió de esta y parecía más amable de lo que se veía. Trató de convencer al genio de pedir ganar el torneo no era tan malo como creía, aunque al verle decidido terminó por pedir que se les regresara a las personas aliadas todo lo que habían perdido al ser capturadas. El genio, antes de encerrarse de nuevo, aseguró que cada persona obtendría de vuelta los objetos perdidos. Así, las últimas horas habían sido sorpresa tras sorpresa.
Su mente estaba distraída por todo lo acontecido durante la noche anterior, la madrugada y esa misma mañana en su habitación. Habían calentado bastante antes tomar una ducha con agua fría y sin embargo sus músculos seguían protestando a cada paso. Para el momento en que se despidió de Reiv y se fue a buscar a su compañera de equipo ya estaba deseando de nuevo tenerlo cerca. Sus pensamientos traían con mucha facilidad el recuerdo de sus labios y manos, mostrándole agonía, deseo, lujuria mientras complacientemente se aferraban de... Concéntrate, Juliet. Enfócate. Respira. Todo estará bien. Se repitió una y otra vez para sus adentros, buscando olvidar las sensaciones. Se recogió el pelo, que aunque lo llevaba suelto por la ocasión no podía ignorar el calor que le recorría cuando su boca recordaba el sabor salado de la piel húmeda y de la boca de... ¡Enfócate! Maldijo por lo bajo al elfo y sus ofertas que los obligaron a pasar horas en vela. Estaba de lo más relajada y descansada a pesar de haber pasado la noche despierta cuando por fin llegó al lugar de inicio correspondiente. La boca se le estaba secando por lo acelerado de su corazón aunque, como siempre, su rostro no demostraba tal condición. Se relamió los labios, haciendo lo posible por sacarse del cuerpo la sensación espesa y caliente que recorría... ¡Ya, ya, ya! ¡Basta, es suficiente!
Comenzó a moverse para tratar de olvidarse de todo, comenzando de nuevo el calentamiento desde los girar los tobillos hasta el cuello. Quería también sentir la ropa que traía puesta, sobre todo la cota de mythril que llevaba debajo y el agarre de los zapatos. Parecía todo adecuado. Aunque se veía poco práctico, la realidad es que iba bien cubierta. Del cinturón colgada llevaba una espada que se cubría bien entre su ropa, además de algunos pocos chismes que su tío le había conseguido y que le parecían un tanto excesivos. Detuvo unos minutos su preparación para observar la inauguración que los Descendientes hacían. No cabía duda que los magos hacían cosas interesantes, y que la magia parecía poder ser usada con fines mucho muy variados. Cuando Jack Newton terminó de dar la bienvenida, se acercó por fin a su compañera, que se encontraba en el lugar donde ella iniciaría el torneo. En seguida supo que su compañera era una licántropa, con lo que no pudo más que dar una media sonrisa, con la vista al frente mientras se daba cuenta que la pelea sería un show de transformaciones. No planeaba decir nada por un rato mientras evaluaba la situación, mas el sonido de su nombre y el de la chica en el aire le hizo girarse para verla. Asintió ante su pregunta, tomando aire profundamente. El apellido no era importante, pero ya que ella lo había dado no debía ser tan complicado.- Juliet Bennett. Tu apellido es bastante especial. - Aprovechó para evaluar un poco a la chica. No parecía débil ni cobarde, con lo que se encontraba más o menos a gusto con su suerte. Esperaba que no fuera una detractora y pudieran colaborar de manera inteligente.
Las pisadas de ambas al iniciar el laberinto sonaban casi huecas ante tal lugar. Odiaba los espacios así a pesar de que no estaba encerrada. Al menos fue así hasta que el olor de ciertas criaturas le hizo reconocer, después de mucho tiempo, que iban por buen camino, hasta que el laberinto dio la vuelta de nuevo... La puerta la encontraron fácil después de un rato, como si hubieran dado buenos giros la mayoría del tiempo, ahora venía la prueba de verdad. La chica tenía un aire muy de líder, pero si no estaban en equilibrio poco podrían hacer. Pasaron la puerta, la chica primero que parecía que le salía natural eso de ser la primera en todo. No se iba a poner modo dragón orgullosa. Al menos no en una prueba de parejas, ya vería en las siguientes.
El crepitar de las llamas era lo que les iba guiando mientras pasaba por el largo pasillo. No podían ver mucho más adelante hasta que la imagen de dos cachorros a lo lejos fue visible. Uno de ellos era negro y el otro blanco. No había medias tintas. Echó un vistaso a la chica, que llevaba ropas blancas mientras las de ella eran negras. ¿Tendría algo que ver? Se detuvo un instante, observando el jugueteo entre ellos que era bastante igualitario. No se dominaban.- Comienzo a creer que la prueba está diseñada para que trabajemos en equipo. En perfecto conjunto.- Dejó que se adelantara de nuevo mientras analizaba la situación. No cabía duda de que quien había preparado aquello tenía algo preciso en mente. No conocía nada de lobos, pero tenían ventaja con Kiana si es que ella estaba dispuesta a compartir sus conocimientos entorno a la cultura lobal. Lobo blanco, lobo negro. Black. Reiv Black. Al menos ahora podía pensar en él sin ponerse a recordar lo complaciente de sus manos mientras con fiereza se clavaban en... Enfócate. No, aún no podía.
Su mente estaba distraída por todo lo acontecido durante la noche anterior, la madrugada y esa misma mañana en su habitación. Habían calentado bastante antes tomar una ducha con agua fría y sin embargo sus músculos seguían protestando a cada paso. Para el momento en que se despidió de Reiv y se fue a buscar a su compañera de equipo ya estaba deseando de nuevo tenerlo cerca. Sus pensamientos traían con mucha facilidad el recuerdo de sus labios y manos, mostrándole agonía, deseo, lujuria mientras complacientemente se aferraban de... Concéntrate, Juliet. Enfócate. Respira. Todo estará bien. Se repitió una y otra vez para sus adentros, buscando olvidar las sensaciones. Se recogió el pelo, que aunque lo llevaba suelto por la ocasión no podía ignorar el calor que le recorría cuando su boca recordaba el sabor salado de la piel húmeda y de la boca de... ¡Enfócate! Maldijo por lo bajo al elfo y sus ofertas que los obligaron a pasar horas en vela. Estaba de lo más relajada y descansada a pesar de haber pasado la noche despierta cuando por fin llegó al lugar de inicio correspondiente. La boca se le estaba secando por lo acelerado de su corazón aunque, como siempre, su rostro no demostraba tal condición. Se relamió los labios, haciendo lo posible por sacarse del cuerpo la sensación espesa y caliente que recorría... ¡Ya, ya, ya! ¡Basta, es suficiente!
Comenzó a moverse para tratar de olvidarse de todo, comenzando de nuevo el calentamiento desde los girar los tobillos hasta el cuello. Quería también sentir la ropa que traía puesta, sobre todo la cota de mythril que llevaba debajo y el agarre de los zapatos. Parecía todo adecuado. Aunque se veía poco práctico, la realidad es que iba bien cubierta. Del cinturón colgada llevaba una espada que se cubría bien entre su ropa, además de algunos pocos chismes que su tío le había conseguido y que le parecían un tanto excesivos. Detuvo unos minutos su preparación para observar la inauguración que los Descendientes hacían. No cabía duda que los magos hacían cosas interesantes, y que la magia parecía poder ser usada con fines mucho muy variados. Cuando Jack Newton terminó de dar la bienvenida, se acercó por fin a su compañera, que se encontraba en el lugar donde ella iniciaría el torneo. En seguida supo que su compañera era una licántropa, con lo que no pudo más que dar una media sonrisa, con la vista al frente mientras se daba cuenta que la pelea sería un show de transformaciones. No planeaba decir nada por un rato mientras evaluaba la situación, mas el sonido de su nombre y el de la chica en el aire le hizo girarse para verla. Asintió ante su pregunta, tomando aire profundamente. El apellido no era importante, pero ya que ella lo había dado no debía ser tan complicado.- Juliet Bennett. Tu apellido es bastante especial. - Aprovechó para evaluar un poco a la chica. No parecía débil ni cobarde, con lo que se encontraba más o menos a gusto con su suerte. Esperaba que no fuera una detractora y pudieran colaborar de manera inteligente.
Las pisadas de ambas al iniciar el laberinto sonaban casi huecas ante tal lugar. Odiaba los espacios así a pesar de que no estaba encerrada. Al menos fue así hasta que el olor de ciertas criaturas le hizo reconocer, después de mucho tiempo, que iban por buen camino, hasta que el laberinto dio la vuelta de nuevo... La puerta la encontraron fácil después de un rato, como si hubieran dado buenos giros la mayoría del tiempo, ahora venía la prueba de verdad. La chica tenía un aire muy de líder, pero si no estaban en equilibrio poco podrían hacer. Pasaron la puerta, la chica primero que parecía que le salía natural eso de ser la primera en todo. No se iba a poner modo dragón orgullosa. Al menos no en una prueba de parejas, ya vería en las siguientes.
El crepitar de las llamas era lo que les iba guiando mientras pasaba por el largo pasillo. No podían ver mucho más adelante hasta que la imagen de dos cachorros a lo lejos fue visible. Uno de ellos era negro y el otro blanco. No había medias tintas. Echó un vistaso a la chica, que llevaba ropas blancas mientras las de ella eran negras. ¿Tendría algo que ver? Se detuvo un instante, observando el jugueteo entre ellos que era bastante igualitario. No se dominaban.- Comienzo a creer que la prueba está diseñada para que trabajemos en equipo. En perfecto conjunto.- Dejó que se adelantara de nuevo mientras analizaba la situación. No cabía duda de que quien había preparado aquello tenía algo preciso en mente. No conocía nada de lobos, pero tenían ventaja con Kiana si es que ella estaba dispuesta a compartir sus conocimientos entorno a la cultura lobal. Lobo blanco, lobo negro. Black. Reiv Black. Al menos ahora podía pensar en él sin ponerse a recordar lo complaciente de sus manos mientras con fiereza se clavaban en... Enfócate. No, aún no podía.
- Código:
Cositas:
Anillo Vilya
Cota de Mythril
Guanteletes de Acero Negro
Diamante de Babilonia
Espada
Dagas
Piedra filosofal
Golpe de suerte
Piedra Gaia
-Gracias. Lo escogí de entre los apellidos que las sacerdotisas me ofrecieron cuando tuve que ponerme uno al ganar el puesto de alfa de mi clan.- Digo seria, manteniendo mi concentración en los pasadizos.
-¿Conoces al resto de los participantes?- Dirijo mi mirada a ella por un momento esperando la respuesta para luego devolverla al intrincado camino. Una vez atravesada la puerta, con los cachorros de lobos a la vista y luego de un par de pasos en los que siento los ojos de la mujer sobre mí, percibo que los pasos de ella se detienen, así que yo también me detengo y me giro para mirarla. Aparto la mirada digiriendo sus palabras. El torneo está diseñado para colaborar, así que no me queda de otra.
-Sé pelear cuerpo a cuerpo y con armas blancas, cuchillos, sobre todo. También sé reconocer piedras para crear fuego, para crear cuchillos improvisados y para afiliarlos, pero no creo que eso sirva aquí. Tengo un buen ataque físico pero mi agilidad para esquivar o defenderme físicamente no es tan buena.- Expreso resignada. No sé si esa información servirá de algo.
-Tu te ves pequeña, seguro que se te da mejor que a mi esquivar los ataques.- La complexión delgada de la chica contrasta con mi espalda ancha, eso le debe proporcionar un plus de agilidad en sus movimientos en comparación a los míos, más toscos y rudimentarios. Vuelvo mi vista a los lobos con expresión pensativa y retomo la marcha. Al llegar al final del pasillo y ver que el cachorro de lobo negro demuestra su furia reconozco ese sentimiento producto del dolor sufrido. Busco dar una imagen imponente y segura al lobo negro siempre de frente a él para demostrarle que sus ladridos no generaban miedo en mi. El lobo blanco, por el contrario, me da ganas de golpearlo una y otra vez para que entienda y absorba el dolor y así expandir su conocimiento. Por eso me agacho para empujar el lomo del lobo negro contra el piso para que se dé una idea de la fuerza que poseo comparada a la suya.
-Me recuerdan a un cuento viejo. Habla sobre que dentro de cada uno de nosotros ocurre una pelea terrible entre dos lobos. Uno es blanco y el otro es negro. Uno está lleno de rabia y lucha contra todos incesantemente. El otro lobo no hace ningún daño a nadie, vive en armonía con todo lo que le rodea y no se ofende cuando no hubo intención de ofensa. Los dos tratan de dominar el espíritu y ganará aquel que sea alimentado. Puedes intentar matar de hambre a uno o al otro, pero el que dejes vivir se volvería incontrolable o ausente… o puedes decidir alimentar a ambos y te servirán bien nutriendote con sus energías contrapuestas. Yo no lo entiendo, pero las sacerdotisas dicen que se refiere al equilibrio… o algo así.- Aunque el cachorro sigue moviéndose inquieto, incluso estando preso por mi fuerza, acaricio su cabeza en el espacio entre sus orejas para sentir todas esas sensaciones que evoca una simple caricia a ésta criatura. Desesperación, impotencia. Me dan ganas, también de lanzarlo lejos, pero simplemente me incorporo sorprendida. Luego alterno mi mirada entre las dos rutas posibles.
-¿Vamos por allí?- Propongo entre dientes señalando hacia la derecha haciendo un esfuerzo por suprimir mi instinto de líder en pos del trabajo en equipo.
-¿Conoces al resto de los participantes?- Dirijo mi mirada a ella por un momento esperando la respuesta para luego devolverla al intrincado camino. Una vez atravesada la puerta, con los cachorros de lobos a la vista y luego de un par de pasos en los que siento los ojos de la mujer sobre mí, percibo que los pasos de ella se detienen, así que yo también me detengo y me giro para mirarla. Aparto la mirada digiriendo sus palabras. El torneo está diseñado para colaborar, así que no me queda de otra.
-Sé pelear cuerpo a cuerpo y con armas blancas, cuchillos, sobre todo. También sé reconocer piedras para crear fuego, para crear cuchillos improvisados y para afiliarlos, pero no creo que eso sirva aquí. Tengo un buen ataque físico pero mi agilidad para esquivar o defenderme físicamente no es tan buena.- Expreso resignada. No sé si esa información servirá de algo.
-Tu te ves pequeña, seguro que se te da mejor que a mi esquivar los ataques.- La complexión delgada de la chica contrasta con mi espalda ancha, eso le debe proporcionar un plus de agilidad en sus movimientos en comparación a los míos, más toscos y rudimentarios. Vuelvo mi vista a los lobos con expresión pensativa y retomo la marcha. Al llegar al final del pasillo y ver que el cachorro de lobo negro demuestra su furia reconozco ese sentimiento producto del dolor sufrido. Busco dar una imagen imponente y segura al lobo negro siempre de frente a él para demostrarle que sus ladridos no generaban miedo en mi. El lobo blanco, por el contrario, me da ganas de golpearlo una y otra vez para que entienda y absorba el dolor y así expandir su conocimiento. Por eso me agacho para empujar el lomo del lobo negro contra el piso para que se dé una idea de la fuerza que poseo comparada a la suya.
-Me recuerdan a un cuento viejo. Habla sobre que dentro de cada uno de nosotros ocurre una pelea terrible entre dos lobos. Uno es blanco y el otro es negro. Uno está lleno de rabia y lucha contra todos incesantemente. El otro lobo no hace ningún daño a nadie, vive en armonía con todo lo que le rodea y no se ofende cuando no hubo intención de ofensa. Los dos tratan de dominar el espíritu y ganará aquel que sea alimentado. Puedes intentar matar de hambre a uno o al otro, pero el que dejes vivir se volvería incontrolable o ausente… o puedes decidir alimentar a ambos y te servirán bien nutriendote con sus energías contrapuestas. Yo no lo entiendo, pero las sacerdotisas dicen que se refiere al equilibrio… o algo así.- Aunque el cachorro sigue moviéndose inquieto, incluso estando preso por mi fuerza, acaricio su cabeza en el espacio entre sus orejas para sentir todas esas sensaciones que evoca una simple caricia a ésta criatura. Desesperación, impotencia. Me dan ganas, también de lanzarlo lejos, pero simplemente me incorporo sorprendida. Luego alterno mi mirada entre las dos rutas posibles.
-¿Vamos por allí?- Propongo entre dientes señalando hacia la derecha haciendo un esfuerzo por suprimir mi instinto de líder en pos del trabajo en equipo.
Arqueó la ceja cuando escuchó el trasfondo del apellido, porque no creyó que hubiera nada que contar. Solo pensó lo gracioso que era que se apellidara wolf siendo licántropa. Ahora no podía decir ni reírse de eso porque de seguro la ofendía.
A la pregunta del resto de los participantes negó mientras cruzaban el laberinto.- A algunos, pero la mitad son desconocidos. Por lo que alcancé a sentir ayer en la fiesta hay varios dragones... y algunos lobos más.- Mientras veían a los cachorros jugar a lo lejos, escuchó también lo que tenía por habilidades la licántropa. Era todo lo previsible: habilidades de lucha y de supervivencia. Sin embargo, debía haber algo más si tenía esperanzas de ganar el torneo tal como había ganado su puesto de alfa. No lo estaría poniendo en jaque por nada.
No se sintió ofendida por lo de verse pequeña En comparación con la amazonas que la acompañaba sí que lo era. Y sí, se había destacado en antaño por su agilidad.- El combate cuerpo a cuerpo no se me da mal. No me he probado a mí misma como tú, pero creo que mi agilidad será un punto a favor. Tengo buena defensa a distancia. Trataré de que nos golpeen lo menos posible.- No quiso mencionar nada del Coliseo, porque de eso hacía tiempo. Lo que la había hecho ganar en aquel entonces no se comparaba ahora, así que no había caso en recordarlo en ese instante. Mientras la chica detuvo el ataque del lobo negro, su mirada se fue directo al blanco, pensando en lo tranquilo y pacífico que se veía. Caminó hacia él, agachándose hasta poner una rodilla en el piso para pasar la mano por detrás de las orejas y acariciarlo como indicaba el collar. Mientras pasaba las manos por su suave pelaje, escuchó el viejo cuento del que Kiana hablaba. Los ojos verdes del cachorro blanco le traían paz, tranquilidad y una sonrisa a los labios. Lo cogió en brazos un momento, no pudiendo evitar las ganas de abrazarlo contra su pecho. Comprendía el cuento porque a menudo le pasaba. Si el lobo blanco viviera solo en ella la guerra nunca terminaría y, sobre todo, sería incapaz de seguir luchando. Si el negro dominara nunca tendría paz. El negro ya había dominado su vida por demasiado tiempo y aceptar su lobo blanco sería una tarea difícil si nunca se daba la oportunidad. Abrazó al lobo un segundo más antes de dejarlo en el suelo. Era muy achuchable, pero había que seguir con la prueba. Asintió entonces cuando Kiana preguntó si quería ir al lado derecho, que de seguro tendría también que ver con el equilibrio y la simetría de la vida, porque el lobo blanco parecía más contento que el negro.
Cuando llegaron a la habitación, observó la cuerda con curiosidad, dándose cuenta poco después de la mirada con que ambos lobos analizaban la situación. El negro estaba en penumbra, alejado, mientras el blanco parecía desear algo. Se acercó y observó la cuerda. Parecía bastante normal. Se acercó entonces a la salida antes de tocar nada, confirmando que esta también tenía simbolismos lobunos.- Comienzo a pensar que nos tocó Altair...- Murmuró por lo bajo tras un rápido recuento de quienes participaban en el torneo. Al ver a los lobos al inicio no pensó en ello, pero ya eran demasiadas referencias.
¿El cuento dice algo de una cuerda?
A la pregunta del resto de los participantes negó mientras cruzaban el laberinto.- A algunos, pero la mitad son desconocidos. Por lo que alcancé a sentir ayer en la fiesta hay varios dragones... y algunos lobos más.- Mientras veían a los cachorros jugar a lo lejos, escuchó también lo que tenía por habilidades la licántropa. Era todo lo previsible: habilidades de lucha y de supervivencia. Sin embargo, debía haber algo más si tenía esperanzas de ganar el torneo tal como había ganado su puesto de alfa. No lo estaría poniendo en jaque por nada.
No se sintió ofendida por lo de verse pequeña En comparación con la amazonas que la acompañaba sí que lo era. Y sí, se había destacado en antaño por su agilidad.- El combate cuerpo a cuerpo no se me da mal. No me he probado a mí misma como tú, pero creo que mi agilidad será un punto a favor. Tengo buena defensa a distancia. Trataré de que nos golpeen lo menos posible.- No quiso mencionar nada del Coliseo, porque de eso hacía tiempo. Lo que la había hecho ganar en aquel entonces no se comparaba ahora, así que no había caso en recordarlo en ese instante. Mientras la chica detuvo el ataque del lobo negro, su mirada se fue directo al blanco, pensando en lo tranquilo y pacífico que se veía. Caminó hacia él, agachándose hasta poner una rodilla en el piso para pasar la mano por detrás de las orejas y acariciarlo como indicaba el collar. Mientras pasaba las manos por su suave pelaje, escuchó el viejo cuento del que Kiana hablaba. Los ojos verdes del cachorro blanco le traían paz, tranquilidad y una sonrisa a los labios. Lo cogió en brazos un momento, no pudiendo evitar las ganas de abrazarlo contra su pecho. Comprendía el cuento porque a menudo le pasaba. Si el lobo blanco viviera solo en ella la guerra nunca terminaría y, sobre todo, sería incapaz de seguir luchando. Si el negro dominara nunca tendría paz. El negro ya había dominado su vida por demasiado tiempo y aceptar su lobo blanco sería una tarea difícil si nunca se daba la oportunidad. Abrazó al lobo un segundo más antes de dejarlo en el suelo. Era muy achuchable, pero había que seguir con la prueba. Asintió entonces cuando Kiana preguntó si quería ir al lado derecho, que de seguro tendría también que ver con el equilibrio y la simetría de la vida, porque el lobo blanco parecía más contento que el negro.
Cuando llegaron a la habitación, observó la cuerda con curiosidad, dándose cuenta poco después de la mirada con que ambos lobos analizaban la situación. El negro estaba en penumbra, alejado, mientras el blanco parecía desear algo. Se acercó y observó la cuerda. Parecía bastante normal. Se acercó entonces a la salida antes de tocar nada, confirmando que esta también tenía simbolismos lobunos.- Comienzo a pensar que nos tocó Altair...- Murmuró por lo bajo tras un rápido recuento de quienes participaban en el torneo. Al ver a los lobos al inicio no pensó en ello, pero ya eran demasiadas referencias.
¿El cuento dice algo de una cuerda?
Magos, sobre todo, ayer olí quienes quedaron clasificados y la mayoría eran magos. Algunos ya son seres influenciables por la luna llena, ésos son un caso perdido, al igual que los dragones. Los que me interesan son los magos o los humanos para poder convertirlos en licántropos.
-Intentaré atacar para distraer o desestabilizar.- Asiento ante el esbozo de plan de lucha; yo ataco, ella defiende. Me parece bien y podemos modificarlo de acuerdo a las circunstancias. Cuando mi compañera asiente, al fin, nos dirigimos hacia la derecha. Las patas de los cachorros resuenan en la estancia mientras nos siguen. Al ver al lobo blanco junto al atril me resulta bastante fácil ignorar su deseo de tomar aquella cuerda y seguir al lobo negro el cual parece más versado en la filosofía del dolor para salir de aquella habitación.
-Eso espero.- Respondo a la suposición de Juliet sobre Altaïr adoptando una sonrisa de lado mientras avanzo a paso lento por la habitación, con precaución, mirándolo todo, olfateando el aire en busca de cualquier indicio de trampa. La pregunta de la dragona me hace mirar la cuerda, dudosa.
-No que yo recuerde... Aunque, ya te digo, no entiendo ese cuento... así que puede que se me hallan escapado detalles...- Digo restandole importancia.
-Sigamos.- Estoy acostumbrada a hablar dando órdenes, por eso el tono. Salgo de la habitación siguiendo al cachorro negro por el pasillo.
-Intentaré atacar para distraer o desestabilizar.- Asiento ante el esbozo de plan de lucha; yo ataco, ella defiende. Me parece bien y podemos modificarlo de acuerdo a las circunstancias. Cuando mi compañera asiente, al fin, nos dirigimos hacia la derecha. Las patas de los cachorros resuenan en la estancia mientras nos siguen. Al ver al lobo blanco junto al atril me resulta bastante fácil ignorar su deseo de tomar aquella cuerda y seguir al lobo negro el cual parece más versado en la filosofía del dolor para salir de aquella habitación.
-Eso espero.- Respondo a la suposición de Juliet sobre Altaïr adoptando una sonrisa de lado mientras avanzo a paso lento por la habitación, con precaución, mirándolo todo, olfateando el aire en busca de cualquier indicio de trampa. La pregunta de la dragona me hace mirar la cuerda, dudosa.
-No que yo recuerde... Aunque, ya te digo, no entiendo ese cuento... así que puede que se me hallan escapado detalles...- Digo restandole importancia.
-Sigamos.- Estoy acostumbrada a hablar dando órdenes, por eso el tono. Salgo de la habitación siguiendo al cachorro negro por el pasillo.
Asintió con rapidez. Lo mejor sería un ataque doble, no importaba lo que sucediera, aunque fuera de diferentes frentes. Se encontraba tratando de pensar una estratégica cuando arqueó una ceja escuchando la respuesta de la mujer.- ¿Eso esperas? - Murmuró muy por lo bajo. Si no tenía buen oído no sería capaz de escuchar la incredulidad de su voz. Quizás de todos era el que menos ganas tenía de enfrentar. No se entrometió en su interacción con los lobos en la habitación, más bien observó la desigualdad entre sus comportamientos. Eran contrarios, definitivamente. También los dragones tenían esa dualidad, como los dorados y los negros cuyas formas eran totalmente distintas.
Caminó tras Kiana, esperando al pequeño lobo blanco mientras salían por aquel pasillo que seguía. Por la mitad del pasillo había una puerta con ambos lobos. Una especie de Ying y Yang. Equilibrio de nuevo. Un presentimiento la albergó, pues nunca vieron lo que había en la habitación de la izquierda.- Daré una vuelta rápida.- Murmuró, pasando la puerta de largo y siguiendo hasta encontrar un nuevo atril de piedra.
La otra habitación era idéntica. Solo que en lugar de una cuerda, hay una daga de plata. Muy para matar lobos. Si pensaba en el equilibrio del cuento y en las reacciones... Miró de pronto al perrito junto a ella. El lobo negro parece tan afín a la daga como el blanco a la cuerda. Y el blanco tan reacio a ella como el negro lo estuvo con la cuerda. Estaban haciéndose espejo prácticamente. Siguió caminando por la sala hasta ver por el pasillo el lugar por el que encontraron a los lobos. Si hubieran escogido la izquierda habrían llegado a esa habitación. Miró una vez más a los lobos, pasando de largo de ambos, dirigiéndose esta vez a donde Kiana había encontrado la puerta de salida. O al menos la siguiente.
- La habitación es idéntica. Hay una daga que le gusta al lobo negro, como la cuerda al blanco. De eso va todo, son dos caras de una moneda. O les negamos a los dos lo que desean o les damos a ambos lo que quieren.- Susurró, parándose de nuevo frente a la puerta, tocando la imagen por si había algo de relieve en ella, lo que fuera. Los símbolos no los reconocía de nada, pero los lobos conservaban la simetría. No debía estar equivocada.- ¿Sí puedes tocar la plata o no? - Preguntó, pues la afinidad se le notaba más con el lobo negro.- Dijiste que si a ambos los alimentabas, los dos servirían en armonía... Quizás...- Pensó un momento más, no muy segura de lo que decía. Ahora entendía bien que ser el alfa no era ni siquiera saber lo que hacías, sino hacerlo con seguridad, pues así había actuado en la otra habitación. No necesitaba su respeto, pero si no arreglaba sus ideas podía despedirse de esa idea. Los cachorros seguían a los pies de ambas, expectantes de lo que había por hacer.- Hay que tomar ambos objetos.- Susurró, perdiéndose en los ojos verdes que el lobo blanco le ponía.- Pasé mucho tiempo dominada por mi lobo negro. Tanto que ahora lo rechazo y tampoco puedo aceptar al blanco como parte de mi después de todo. No creo que la prueba sea tan... profunda, pero sí que hay un significado en todo.
Caminó tras Kiana, esperando al pequeño lobo blanco mientras salían por aquel pasillo que seguía. Por la mitad del pasillo había una puerta con ambos lobos. Una especie de Ying y Yang. Equilibrio de nuevo. Un presentimiento la albergó, pues nunca vieron lo que había en la habitación de la izquierda.- Daré una vuelta rápida.- Murmuró, pasando la puerta de largo y siguiendo hasta encontrar un nuevo atril de piedra.
La otra habitación era idéntica. Solo que en lugar de una cuerda, hay una daga de plata. Muy para matar lobos. Si pensaba en el equilibrio del cuento y en las reacciones... Miró de pronto al perrito junto a ella. El lobo negro parece tan afín a la daga como el blanco a la cuerda. Y el blanco tan reacio a ella como el negro lo estuvo con la cuerda. Estaban haciéndose espejo prácticamente. Siguió caminando por la sala hasta ver por el pasillo el lugar por el que encontraron a los lobos. Si hubieran escogido la izquierda habrían llegado a esa habitación. Miró una vez más a los lobos, pasando de largo de ambos, dirigiéndose esta vez a donde Kiana había encontrado la puerta de salida. O al menos la siguiente.
- La habitación es idéntica. Hay una daga que le gusta al lobo negro, como la cuerda al blanco. De eso va todo, son dos caras de una moneda. O les negamos a los dos lo que desean o les damos a ambos lo que quieren.- Susurró, parándose de nuevo frente a la puerta, tocando la imagen por si había algo de relieve en ella, lo que fuera. Los símbolos no los reconocía de nada, pero los lobos conservaban la simetría. No debía estar equivocada.- ¿Sí puedes tocar la plata o no? - Preguntó, pues la afinidad se le notaba más con el lobo negro.- Dijiste que si a ambos los alimentabas, los dos servirían en armonía... Quizás...- Pensó un momento más, no muy segura de lo que decía. Ahora entendía bien que ser el alfa no era ni siquiera saber lo que hacías, sino hacerlo con seguridad, pues así había actuado en la otra habitación. No necesitaba su respeto, pero si no arreglaba sus ideas podía despedirse de esa idea. Los cachorros seguían a los pies de ambas, expectantes de lo que había por hacer.- Hay que tomar ambos objetos.- Susurró, perdiéndose en los ojos verdes que el lobo blanco le ponía.- Pasé mucho tiempo dominada por mi lobo negro. Tanto que ahora lo rechazo y tampoco puedo aceptar al blanco como parte de mi después de todo. No creo que la prueba sea tan... profunda, pero sí que hay un significado en todo.
Espero a que vuelva de su vuelta rápida mirando la imagen de los dos lobos cruzada de brazos. Cuando aparece escucho lo que tiene para decir y mi interés aumenta cuando menciona una daga. Siguiendo la filosofía del dolor, habría que negarles a ambos lo que quieren, pero ésta es una situación particular.
-Los objetos tal vez nos sirvan para más adelante.- Digo pensativa. Mi expresión de desagrado es patente cuando ella menciona la plata. Supongo que puedo agarrarla pero recibir un ataque con plata puede ser letal para un licántropo. Asiento cuando dice de agarrar los dos objetos, pero me muestro confundida cuando habla de sus lobos. Alterno la mirada entre los cachorros de lobo y ella.
-¿Son tus lobos?- Digo suponiendo que se conocían.
-En tu forma de dragón te será más fácil agarrar la cuerda que la daga, además manejar una daga no debe ser tan distinto a manejar un cuchillo, suponiendo que no me convierta.- Digo pensando en la practicidad de cada objeto con cada una de nosotras. Tanto pensar me impacienta así que me dirijo a la habitación de la izquierda para ver la daga por mi misma. La daga de plata en el atril de piedra me atrae y me repele por partes iguales, pero la mirada del lobo negro me inclina a tomarla. Ya en mi mano noto cómo el cachorro comienza a agrandarse, intento deshacerme de la daga pero me es imposible, hasta que se convierte en un lobo grande y fuerte. La ira en su mirada sigue allí. Avanzo por el pasillo notando que continúa siguiendome, encontrándome con Juliet por el camino. Veo que ella agarró la cuerda y que el lobo blanco también creció aceleradamente como el negro y abro con decisión la puerta de los lobos esperando encontrar una explicación del otro lado.
-Los objetos tal vez nos sirvan para más adelante.- Digo pensativa. Mi expresión de desagrado es patente cuando ella menciona la plata. Supongo que puedo agarrarla pero recibir un ataque con plata puede ser letal para un licántropo. Asiento cuando dice de agarrar los dos objetos, pero me muestro confundida cuando habla de sus lobos. Alterno la mirada entre los cachorros de lobo y ella.
-¿Son tus lobos?- Digo suponiendo que se conocían.
-En tu forma de dragón te será más fácil agarrar la cuerda que la daga, además manejar una daga no debe ser tan distinto a manejar un cuchillo, suponiendo que no me convierta.- Digo pensando en la practicidad de cada objeto con cada una de nosotras. Tanto pensar me impacienta así que me dirijo a la habitación de la izquierda para ver la daga por mi misma. La daga de plata en el atril de piedra me atrae y me repele por partes iguales, pero la mirada del lobo negro me inclina a tomarla. Ya en mi mano noto cómo el cachorro comienza a agrandarse, intento deshacerme de la daga pero me es imposible, hasta que se convierte en un lobo grande y fuerte. La ira en su mirada sigue allí. Avanzo por el pasillo notando que continúa siguiendome, encontrándome con Juliet por el camino. Veo que ella agarró la cuerda y que el lobo blanco también creció aceleradamente como el negro y abro con decisión la puerta de los lobos esperando encontrar una explicación del otro lado.
Altair Kirgyakos
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Al cruzar la puerta se repite la atmósfera que en las anteriores: una sala oscura iluminada solo en el centro, la puerta se cierra y ya no se puede abrir. Sin embargo, esta es redonda con paja en sus bordes, y sobre la paja hay una gran cantidad de lobos que os miran atentamente. Estos aullan, exigen un alfa que los guíe.
AMBAS (ESCOGIDA POR LOS PARTICIPANTES)
-No esperaba otra opción, sería necio no elegir el poder y la ventaja. Yo represento la fuerza, el poder y la lucha por lo que quiero. Y yo siempre consigo lo que quiero- A penas se le entiende, como si hablase un monstruo con la rabia y andando acechando todo el que se le acerca. -Habéis hecho bien en elegirme. Con la violencia no se va a ninguna parte, la inteligencia y la paciencia es vuestra mejor baza- Dice el lobo blanco con su voz es suave y calmada, transmite pura paz. Este avanza con lentos andares, pero firmes hasta llegar con el lobo negro. Ambos pelean. el lobo negro ataca sin compasión y a lo bestia, con todas sus fuerzas, mientras que el lobo blanco se limita a esquivar, ideando un plan para vencerlo sin tener que pelear. Al poco tiempo el negro alcanza al negro, pero antes de que pueda hacer nada el lobo blanco le da un lametón en la cara al negro, el cual parece calmarese. Sin saber cómo, acaban jugando entre ellos mientras ríen como cuando eran pequeños, hasta que acaban fusionándose en un lobo gigante bicolor, igual que el retrato que hay en la entrada de la puerta.
-Felicidades, habéis hallado la solución, y yo estaba ahí para ver cómo os habéis complementado entre vosotras. Altaïr está orgulloso de vosotras - Hice una reverencia ante ellas, simbolizado orgullo ante las competidoras. - En otra ocasión os habría dejado pasar sin tener que luchar pero… Creo que le debemos un combate a los espectadores - sonreí de forma ladeada mientras corría hacia Juliet para darle un mordisco en la pierna.
DADOS
50 base + 15 dado + 10 hab ficha + 12 transformación = 87 daño a Jul
- NO ELEGIR NINGÚN OBJETO:
- Los dos lobitos corren hacia el centro para pelear entre sí, sin embargo acaban jugando entre ellos, no tienen la madurez suficiente para entender lo que es ser un líder. Los lobos de los lados se acercan a ellos, indignado, para morderles y lanzarlos contra la pared hasta perder el conocimiento. No hay líder, reina la anarquía. Los lobos empiezan a pelearse entre sí y tres de ellos os atacan.
- ELEGIR LA DAGA:
- -No esperaba otra opción, sería necio no elegir el poder y la ventaja - Dice el lobo negro de repente mientras camina hacia el centro, el lobito blanco lo sigue con sus patitas hasta llegar también. Los lobos de alrededor aullan. Quieren pelea. El lobo negro se pone en posición de batalla, acechante con sus ojos inyectados en sangre y la baba cayendo de gruñir. El lobo blanco bosteza, no se da cuenta de la situación en la que está y se tumba con la intención de dormirse. -Yo represento la fuerza, el poder y la lucha por lo que quiero. Y yo siempre consigo lo que quiero- A penas se le entiende, como si hablase un monstruo con la rabia. El lobo negro levanta una de sus garras y le da al lobito blanco. Este empieza a sangrar, tiñendo su suave y blanco pelo con su roja sangre mientras jadea desesperadamente. El lobo negro se acerca para morderlo y se lo traga de un bocado, se gira hacia los concursantes y dice:
-Ahora es vuestro turno… A ver si os podéis defender solas El lobo se abalanza y ataca a uno de los concursantes junto a otro lobo grande, el cual parece un beta..
DAGA DE PLATA
Útil para herir a los licántropos. Hacen un daño extra de 20 PS. al terminar este combate desaparece.
- ELEGIR CUERDA:
- -Habéis hecho bien en elegirme. Con la violencia no se va a ninguna parte, la inteligencia y la paciencia es vuestra mejor baza- Dice el lobo blanco con su voz es suave y calmada, transmite pura paz. Este avanza con lentos andares, pero firmes, seguido del pequeño lobo negro, el cual no puede hablar. Los lobos de alrededor se acercan a este y gruñen. No están de acuerdo con ese alfa, intentan atacar pero el lobo es muy ágil y predice los movimientos de los lobos hasta que se cansa. De repente los lobos se paran y vuelven a las sombras. El lobo blanco vuelve al centro y empieza a lamer al negro, que ha sido pisoteado y magullado por el jaleo de los lobos, cuando de sepente empiezan a fusionarse. De esta fusión sale Altaïr con la cota de malla en su forma de Gabro.
-Me da que no habéis elegido bien, así que ahora iré con todo- Invoqué los guantes de boxeo y me lancé hacia uno de los participantes para darle en toda la cara.
CUERDA
Si la lanzas al aire Altaïr irá detrás de ella, por lo que no atacará ni se defenderá en ese turno.
AMBAS (ESCOGIDA POR LOS PARTICIPANTES)
-No esperaba otra opción, sería necio no elegir el poder y la ventaja. Yo represento la fuerza, el poder y la lucha por lo que quiero. Y yo siempre consigo lo que quiero- A penas se le entiende, como si hablase un monstruo con la rabia y andando acechando todo el que se le acerca. -Habéis hecho bien en elegirme. Con la violencia no se va a ninguna parte, la inteligencia y la paciencia es vuestra mejor baza- Dice el lobo blanco con su voz es suave y calmada, transmite pura paz. Este avanza con lentos andares, pero firmes hasta llegar con el lobo negro. Ambos pelean. el lobo negro ataca sin compasión y a lo bestia, con todas sus fuerzas, mientras que el lobo blanco se limita a esquivar, ideando un plan para vencerlo sin tener que pelear. Al poco tiempo el negro alcanza al negro, pero antes de que pueda hacer nada el lobo blanco le da un lametón en la cara al negro, el cual parece calmarese. Sin saber cómo, acaban jugando entre ellos mientras ríen como cuando eran pequeños, hasta que acaban fusionándose en un lobo gigante bicolor, igual que el retrato que hay en la entrada de la puerta.
-Felicidades, habéis hallado la solución, y yo estaba ahí para ver cómo os habéis complementado entre vosotras. Altaïr está orgulloso de vosotras - Hice una reverencia ante ellas, simbolizado orgullo ante las competidoras. - En otra ocasión os habría dejado pasar sin tener que luchar pero… Creo que le debemos un combate a los espectadores - sonreí de forma ladeada mientras corría hacia Juliet para darle un mordisco en la pierna.
- AMBOS OBJETOS:
DAGA DE PLATA
Útil para herir a los licántropos. Hacen un daño extra de 20 PS. al terminar este combate desaparece.
CUERDA
Si la lanzas al aire Altaïr irá detrás de ella, por lo que no atacará ni se defenderá en ese turno.
JUNTOS
Si se ata la cuerda a la daga Altaïr no atacará a quien lo porte
DADOS
50 base + 15 dado + 10 hab ficha + 12 transformación = 87 daño a Jul
- EQUIPAMIENTO:
- Cota
Guantes de boxeo
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El miembro 'Altair Kirgyakos' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Ataque Físico' :
'Ataque Físico' :
Los lobos empezaron a aullar de nueva cuenta. Si se fijaba en la habitación la única palabra que le venía a la mente era una perrera, aunque también le recordaba a las habitaciones del coliseo, solo que con más paja. Se enrolló la cuerda en la muñeca sin saber qué era lo que se hacía con ella. La daga sabía para qué, pero con todo lo de la dualidad y el equilibrio no podía más que pensar que era para ahorcar a alguien, a pesar de no ser lo contrario. Los perros comenzaron a tratar de matarse hasta que el blanco calmó al negro y volvieron a jugar como antes habían hecho, cuando eran pequeños y cordiales. No pudo evitar una sonrisa suave al ver como el lobo blanco solucionaba los problemas con una lamida.
Altair no tardó en aparecer, felicitándolas por completar el laberinto de la manera correcta. Al menos después de tanto pensarlo habían atinado en las suposiciones de todo.
Apenas y tuvo tiempo de reaccionar. Si un segundo más hubiera tardado, se habría encontrado con las fauces enormes de Altair contra su pierna. Golpeó estas con su cola cuando la transformación se completó, valiéndose de sus habilidades de combate y agilidad se alejó de él por la orilla del campo de combate y levantó contra él pinchos de hielo del suelo que salieron en su búsqueda, tratando de estamparse contra algo blando.
PS=150
ATAQUE A ALTAIR: 10 dado + 25 dragón + 10 hab. + 32 stat = 77
DEFENSA: 30 dado + 25 dragón + 10 hab. + 24 stat = 89
PS= 150 - 87 + 89 = 150
Altair no tardó en aparecer, felicitándolas por completar el laberinto de la manera correcta. Al menos después de tanto pensarlo habían atinado en las suposiciones de todo.
Apenas y tuvo tiempo de reaccionar. Si un segundo más hubiera tardado, se habría encontrado con las fauces enormes de Altair contra su pierna. Golpeó estas con su cola cuando la transformación se completó, valiéndose de sus habilidades de combate y agilidad se alejó de él por la orilla del campo de combate y levantó contra él pinchos de hielo del suelo que salieron en su búsqueda, tratando de estamparse contra algo blando.
PS=150
ATAQUE A ALTAIR: 10 dado + 25 dragón + 10 hab. + 32 stat = 77
DEFENSA: 30 dado + 25 dragón + 10 hab. + 24 stat = 89
PS= 150 - 87 + 89 = 150
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El miembro 'Juliet Bennett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Defensa Física' :
--------------------------------
#2 'Ataque Mágico' :
#1 'Defensa Física' :
--------------------------------
#2 'Ataque Mágico' :
Las palabras del lobo negro me dejan una sonrisa de lado en el rostro. Presencio el combate de las bestias mientras observo los lobos al rededor. El lobo bicolor me resulta familiar, su olor, su voz...
Respondo a su reverencia con otra reverencia siendo que se trata del descendiente. Lo siguiente pasa muy rápido, mientras me incorporo y resuena en mi cabeza "luchar" y "combate", Altaïr se lanza por la pierna de Juliet, la cual demuestra tener rápidos reflejos para transformarse y contra-atacar con su cola para luego alejarse y, siendo que estaba a mi lado, dejarme al lado del licántropo en su forma Lupus. De reojo alcanzo a ver que la dragona plateada lanza un ataque de hielo así que tomo al licantropo con fuerza del cogote, lo empujo para moverlo a un punto en el que el ataque de mi compañera le dé de lleno y lo sostengo allí con una llave con la que intento inmovilizarlo.
-¿Le dirás cómo salir del laberinto a la futura madre de tus hijos?- Le digo con una sonrisa burlona muy cerca de la oreja peluda del descendiente.
Ataque físico: 15 Dado + 10 ataque si se usan habilidades especiales aprobadas en fichas (Experta en combate cuerpo) + 5 de ataque y defensa física en forma normal + 35 Stat = 65 Ataque Físico a Altaïr
Respondo a su reverencia con otra reverencia siendo que se trata del descendiente. Lo siguiente pasa muy rápido, mientras me incorporo y resuena en mi cabeza "luchar" y "combate", Altaïr se lanza por la pierna de Juliet, la cual demuestra tener rápidos reflejos para transformarse y contra-atacar con su cola para luego alejarse y, siendo que estaba a mi lado, dejarme al lado del licántropo en su forma Lupus. De reojo alcanzo a ver que la dragona plateada lanza un ataque de hielo así que tomo al licantropo con fuerza del cogote, lo empujo para moverlo a un punto en el que el ataque de mi compañera le dé de lleno y lo sostengo allí con una llave con la que intento inmovilizarlo.
-¿Le dirás cómo salir del laberinto a la futura madre de tus hijos?- Le digo con una sonrisa burlona muy cerca de la oreja peluda del descendiente.
Ataque físico: 15 Dado + 10 ataque si se usan habilidades especiales aprobadas en fichas (Experta en combate cuerpo) + 5 de ataque y defensa física en forma normal + 35 Stat = 65 Ataque Físico a Altaïr
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El miembro 'Kiana Wolfrun' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Ataque Físico' :
'Ataque Físico' :
Altair Kirgyakos
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La transformación de la otra chica a dragón me sorprendió bastante, no estaba acostumbrado a transformaciones rápidas, ya que los licántropos tardamos más en convertirnos en algo tan grande. No pude evitar darme de bruces contra su cola y que esquivase mi mordida, pudiendo incluso reposicionarse a un lado de la sala.
Me volví a dividir en dos. Mi parte blanca estaba en forma de Galbro, mostrando el pelo blanco y una postura relajada, dejando a mi parte negra en forma de lupus rabioso. Kiana aprovechó la fisión para coger al lobo negro y susurrarme al oído mientras me tiraba a los pinchos creados por la dragona, por lo que me acerqué por detrás de ella con la forma blanca para susurrarle al oído:
-¿Le dirás tú esto a nuestros hijos?-
Le di un buen gancho en la mandíbula con los guantes de boxeo cuando se giró al notar que estaba allí, mientras el lobo negro perseguía a Juliet como si estuviese poseído por algún demonio.
--------
ATAQUE
50 base + 5 dado + 10 hab ficha + 12 transformación + 5 Guantes = 82 daño a Kiana
DEFENSA
25 base + 20 dado + 10 hab ficha + 12 transformación + 25 cota = 92 defensa
VIDA
-Lobo blanco = (77 + 65) 142 ataques - 92 defensa = 50 daño
100PS - 50daño = 50PS y sangrado brutal
-Lobo negro = 100PS
Me volví a dividir en dos. Mi parte blanca estaba en forma de Galbro, mostrando el pelo blanco y una postura relajada, dejando a mi parte negra en forma de lupus rabioso. Kiana aprovechó la fisión para coger al lobo negro y susurrarme al oído mientras me tiraba a los pinchos creados por la dragona, por lo que me acerqué por detrás de ella con la forma blanca para susurrarle al oído:
-¿Le dirás tú esto a nuestros hijos?-
Le di un buen gancho en la mandíbula con los guantes de boxeo cuando se giró al notar que estaba allí, mientras el lobo negro perseguía a Juliet como si estuviese poseído por algún demonio.
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ATAQUE
50 base + 5 dado + 10 hab ficha + 12 transformación + 5 Guantes = 82 daño a Kiana
DEFENSA
25 base + 20 dado + 10 hab ficha + 12 transformación + 25 cota = 92 defensa
VIDA
-Lobo blanco = (77 + 65) 142 ataques - 92 defensa = 50 daño
100PS - 50daño = 50PS y sangrado brutal
-Lobo negro = 100PS
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El miembro 'Altair Kirgyakos' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Ataque Físico' :
--------------------------------
#2 'Defensa Física' :
#1 'Ataque Físico' :
--------------------------------
#2 'Defensa Física' :
Mientras Kiana distraía a Altair, soltó un nuevo ataque de hielo contra él, muy seguido del anterior. Alcanzó a ver que era el lobo negro al que se acercaban ambos de sus ataques. Vio también al lobo negro tan cerca de Kiana que solo atinó a colocar una barrera de hielo cuando el gancho del lobo se acercó a ella. El hielo no había tenido tiempo de endurecerse, pero algo de fuerza restaría al ataque.
La descolocó un poco la pregunta de Kiana. Sería loba pero era muy lanzada si creía que por ser líder de un clan ya sería madre de los hijos de un descendiente... o eso pensaba hasta que Altair le siguió el juego. Quizás era un poco lenta con esas cosas del amor y otras tonterías, pero definitivamente había gato (o lobo) encerrado en todo aquello.
Analizó la situación un segundo. Y pensar que cinco minutos atrás lo tenía en brazos haciendole caricias... Pensar en eso le hizo sentirse nerviosa de repente, por lo que sacó el pensamiento rápidamente de su cabeza, apenada de haberlo tocado sin saber. Eso de separarse era una habilidad asombrosa si lo pensaba. Era una transformación física y una división mágica al mismo tiempo. Sin tiempo que perder, bajó la cabeza para sostenerle la mirada al lobo negro que, rabioso, parecía faltarle totalmente el raciocinio. Le recordaba a Lala aquel día en el hospital, pero sin rastro de su lado humano. Antes le había funcionado el estar a la defensiva, pero necesitaba colaborar con Kiana si quería que las cosas salieran bien.
PS=150
ATAQUE A LOBO NEGRO: 5 dado + 25 dragón + 10 hab. + 32 stat = 72
DEFENSA: 5 dado + 25 dragón + 10 hab. + 16 stat = 56 a Kiana
La descolocó un poco la pregunta de Kiana. Sería loba pero era muy lanzada si creía que por ser líder de un clan ya sería madre de los hijos de un descendiente... o eso pensaba hasta que Altair le siguió el juego. Quizás era un poco lenta con esas cosas del amor y otras tonterías, pero definitivamente había gato (o lobo) encerrado en todo aquello.
Analizó la situación un segundo. Y pensar que cinco minutos atrás lo tenía en brazos haciendole caricias... Pensar en eso le hizo sentirse nerviosa de repente, por lo que sacó el pensamiento rápidamente de su cabeza, apenada de haberlo tocado sin saber. Eso de separarse era una habilidad asombrosa si lo pensaba. Era una transformación física y una división mágica al mismo tiempo. Sin tiempo que perder, bajó la cabeza para sostenerle la mirada al lobo negro que, rabioso, parecía faltarle totalmente el raciocinio. Le recordaba a Lala aquel día en el hospital, pero sin rastro de su lado humano. Antes le había funcionado el estar a la defensiva, pero necesitaba colaborar con Kiana si quería que las cosas salieran bien.
PS=150
ATAQUE A LOBO NEGRO: 5 dado + 25 dragón + 10 hab. + 32 stat = 72
DEFENSA: 5 dado + 25 dragón + 10 hab. + 16 stat = 56 a Kiana
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Juliet Bennett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Ataque Mágico' :
--------------------------------
#2 'Defensa Mágica' :
#1 'Ataque Mágico' :
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#2 'Defensa Mágica' :
No me fijo mucho en lo que agarro ya que los pinchos que se acercan a toda velocidad es mi principal interés para amenazar a Altaïr y así conseguir superar ésta prueba. Por eso escuchar su voz detrás mío me eriza la piel. Dejo ir sorprendida al rabioso licántropo negro en su forma lupus y me giro para ver al descendiente atravesar una barrera de hielo que antes no estaba allí. Como acto reflejo logro interponer una mano, agarrando su guante de boxeo y deteniendo su ataque (al estilo Hela)
Su ataque me hace retroceder un paso porque mi cuerpo no esta en una posición correcta como para absorber el impacto pero sin soltar el guante. La cota le permite a mi brazo tener la fuerza suficiente como para aguantar su fuerza.
-Probablemente, les contaré de las veces que dejé a su padre para el arrastre... ¿Tu otra parte siente lo mismo que tu?- Le digo con una sonrisa de lado y moviendo la daga de plata en mi mano para ponerla en una posición que en la que sea fácil clavársela entre las costillas. En cuanto la consigo muevo mi brazo libre para hincarla en su costado.
-Puedo imaginarme para qué es la daga... pero ¿Para qué la cuerda?- Digo mirando a los lobos que seguían allí, expectantes.
Defensa Física: Dado 25 + Stat 15 + licántropo 5 + Cota de mithril 25 = 70 + Jul 56 = 126 - 82 Defensa supera ataque, no hay daño.
Ataque Físico: Dado 30 + Stat 35 + hab. 10 + licántropo 5 = 80 ataque físico a Altaïr
- Spoiler:
Su ataque me hace retroceder un paso porque mi cuerpo no esta en una posición correcta como para absorber el impacto pero sin soltar el guante. La cota le permite a mi brazo tener la fuerza suficiente como para aguantar su fuerza.
-Probablemente, les contaré de las veces que dejé a su padre para el arrastre... ¿Tu otra parte siente lo mismo que tu?- Le digo con una sonrisa de lado y moviendo la daga de plata en mi mano para ponerla en una posición que en la que sea fácil clavársela entre las costillas. En cuanto la consigo muevo mi brazo libre para hincarla en su costado.
-Puedo imaginarme para qué es la daga... pero ¿Para qué la cuerda?- Digo mirando a los lobos que seguían allí, expectantes.
Defensa Física: Dado 25 + Stat 15 + licántropo 5 + Cota de mithril 25 = 70 + Jul 56 = 126 - 82 Defensa supera ataque, no hay daño.
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