Cúpula de Dragones

Las palabras de Darren tenían la intención de calmar mis dudas respecto al Papa, sin embargo mi gesto se arrugó en un pequeño atisbo de duda y preocupación. Duró poco dado el gesto del gemelo apretando mis manos, le miré ahora pensando que mis hermanos últimamente se comportaban de manera extraña. Primero Lake y ahora Darren. Sin embargo asentí quedando conforme.

Negué. No le había mostrado el libro a Cedric, tal vez él fuese el más indicado para ello. Por su parte Wthyr habló de algo que había encontrado en las cuevas.-¿Vas a decírselo? O de los dragones ancestrales.-Pregunté, temiendo que también se lo quitase de la cabeza, como muchas otras ideas.

Asentía a la opinión de Darren sobre el tratado hasta que planteó la pregunta de si queríamos Ouroroboros o no. Le miré de reojo atendiendo todavía a su discurso, frunciendo el ceño por tal desfachatez sobre sus deseos. Pero Wthyr le dio la razón, así que mi mirada fue hasta él rápidamente, apretando más mis manos entre sí. -Los templos.-Solté a mitad de sus palabras de forma seca, tomando aire por la nariz mientras desviaba la mirada hacia los dragones, terminando de escuchar sus palabras.

No estaba conforme, no lo estaba para nada. Apreté mis labios al escuchar la exigencia de voto.-Es la lucha de nuestra familia.-Volví a mirarles como si hubiesen perdido el juicio.-¡Durante cientos de años!-Alcé un poco la voz sin llegar a gritar pero mostrando mi enfado. Alcé la mano negando y desviando la mirada.-Haced lo que creáis conveniente mi Rey. Estoy segura de que la Reina estará complacida con tal acuerdo así como los Descendientes de Ouroboros.

Le devolví el libro a Wthyr, pues había dicho que seguiría investigando.-Sabed también que el Sanguis Ligno da el visto bueno al casamiento de nuestro hermano.-Miré a Darren aún molesta.-Tened a bien organizar vuestra boda, aunque tal vez tampoco os agrade honrar los deseos de nuestros ancestros de ese modo-Tras eso marché de allí.

El Pendragon rubio, aunque se mantuvo impasible, estaba sorprendido de que Wthyr le llevara la razón. Quizás por eso Cedric había insistido tanto en que acercaran posiciones, porque tal vez supiera algo más. El Consejo, tal y como añadía Wthyr a día de hoy ya no tenía sentido, cenizas o no, estaba seguro de que se matarían antes entre ellos. Solo había que observarlos un poco, lanzando tantas rencillas entre ellos. -Era la lucha de nuestra familia. De la misma manera que ahora nos toca a nosotros luchar contra una maldición- Espetó, en el mismo tono que la hermana pequeña había usado contra ellos, y desviando la mirada por un instante a Wthyr, preguntándose si creería o no en la maldición del Papa.

-En Ouroboros no están todos los templos. Sal de esa tierra baldía y trata de localizar el que falta- Añadió como respuesta a Gwen por lo de su boda mientras salía de allí enojada. Si preguntaban opiniones y no las querían escuchar, ¿para qué se molestaban en hacerlo? -En cualquier caso, estaré a tu disposición, Wthyr. Si no necesitas más, iré a visitar a Shyvanna antes de retirarme- Y con un leve asentimiento, el rubio se giró sobre sí mismo para abandonar la sala y acabar con aquella conversación.

Entrecerró los ojos mirando a Gwen cuando le preguntó si iba a decirle a Catherine lo del libro o los dragones ancestrales. En la cueva habían descubierto algunas cosas, pero no recordaba haber hablado de los dragones antiguos. Claro que...habían pasado demasiadas cosas ese día y no lo recordaba todo. - No. Ni siquiera es un tema del que esté al tanto. Tiene preguntas sobre el Sanguis, como todos nosotros. Y necesitamos respuestas. - porque no podían sentirse completamente superiores con algo que no dominaban.

La reacción no comedida de Gwen fue suficiente para saber cuánto le molestaba lo que le habían respondido ambos sobre reconducir el rumbo de la situación. Wthyr bufó por lo bajo, un tanto irritado con el enfado de su hermana. ¿Qué parte de que no iban a aceptar el acuerdo no había entendido? - Te estás equivocando. Sólo hay una cosa que nos interese en Ouroboros, y desde luego que no es esa isla ni el Consejo. Sólo los malditos templos. Si pudiera me llevaría los templos y destruiría Ouroboros para acabar con el ego de esos imbéciles. - añadió con vehemencia, avanzando un paso hacia Gwen antes de que ella le entregase el libro de nuevo. Lo de la boda de Darren y Freyja no le importaba mucho en ese momento, aunque era bueno saber que su compañera de batallas no acabaría engullida por el árbol como su simiesco predecesor en la boda de Shyvanna.

Siguió con la mirada a Gwen mientras se marchaba, después de que tanto Darren como él hubiesen estado de acuerdo en algo. Lo detuvo poniendo una mano en su hombro antes de que se fuese también, haciendo que se girase. Ya era hora de decirle aunque fuesen cuatro palabras, antes de que fuese tan escurridizo como siempre. Bajó la mano después, quedando cara a cara. - Sé que piensas que no te tengo en cuenta y no sé cuántas cosas más. Incluso a veces pienso que tienes algo de rencor hacia mí por algún motivo que desconozco. Por mi parte no es así. Valoro tu lealtad y te escucho, a pesar de que no siempre pensemos igual o no sepamos entendernos. Os defendería a todos por igual, costase lo que costase. - a ver si le quedaba claro que no era el hermano "menos favorito". Tras eso se retrocedió unos cuantos pasos de espaldas, desapareciéndose del lugar.

El rubio se detuvo en seco cuando notó el contacto de la mano de su hermano mayor y, regente. Se giró en seco y observó al moreno, temiendo por un momento que le fuera a castigar por haber expresado su opinión. Demasiado discordante, a padre no le gustaba cuando daba la nota y se salía del sendero marcado.

Escuchó sin moverse el discurso que había preparado el hermano moreno. No dudaba en que las intenciones de Wthyr fueran malas, pero sí que estaban fuera de lugar. Si estaba marcando territorio, había otras cosas más acuciantes que tratar, como, por ejemplo, los templos, el tratado y la reunión con el Consejo. -No esperaba menos, Wthyr- Respondió con un leve movimiento de cabeza a modo de agradecimiento y siguió con la mirada a Wthyr desaparecerse. Un párrafo, eso es lo que le había dedicado desde hacía años. Ladeó la mandíbula, analizando aquello, mientras volteaba y volvía a iniciar el camino, hacia la habitación de Shyvanna a la que le iría con el cuento del hermano mayor preocupado por alguien que no fuera él mismo.

Salir a pasear por Ávalon, de la mano, era una experiencia surrealista. Lo cierto es que ir con Wthyr facilitaba mucho su desenvolvimiento porque no se sentía insegura, por el contrario, el rumor de la magia y la energía que compartían la hacian sentir poderosa…la hacían sentir invencible, así que a medida que ingresaban en la cúpula se dignó sólo a admirar mientras él la guiaba.

Observó la ingente cantidad de dragones de todos los colores habidos y por haber y trató de ubicar a Nekros entre ellos, sin mucho éxito lo que la llevó a preguntar -¿Qué sucede cuando congelas un huevo de dragón?- Preguntó al recordar el hechizo que había hecho Sean cuando Catherine entró en un episodio histérico al recordar que Nekros le había dado un huevo.

Siguió a Wthyr hasta que subieron al dragón de su elección. Sentía aún el estómago un poco revuelto pero seguía vinculándolo a la emoción. Se acomodó entre sus brazos, apoyando su espalda de él y cogiéndose de él en vez de las escamas del dragón. Desde ese punto se veía muy bien la cúpula y la distancia le dio cierto…respeto, pero siempre se lo daba. No era algo nuevo…

Sin embargo, cuando inició el vuelo y las maniobras de Wthyr empezaron a ponerle el mundo patas arriba le pidió que bajara, que aterrizara -Joder…- Expresó agarrándose a él con fuerza, cometiendo el grave error de cerrar los ojos lo que acrecentó la sensación de descontrol y mareo -Todo me da vueltas…- Murmuró y ladeó la cabeza apoyandola contra el hombro de Wthyr. Había palidecido. Era la primera vez que le pasaba algo así…Ni siquiera el mismo día de la boda que tan mal se encontraba le había sucedido. Intentó controlar la respiración… -Creo que hoy no podré seguir...Y voy a necesitar ayuda para bajar


Vamos a ver

Que tanto le afecta las maniobras de wiwi??

El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

Caminaron con cierta parsimonia hacia la cúpula de dragones, aprovechando el trayecto para explicarle algunas cosas sobre ellos y resolver dudas que tenía. La que más le sorprendió fue la de congelar un huevo, lo que hizo que pusiese cara de extrañeza porque no sabía a qué venía esa idea. - Eso depende. A la mayoría de los dragones los matas si congelas el huevo. El que podría sobrevivir es un dragón de hielo, pero no son lo más habitual. El de Zephyr por ejemplo no lo es. - otro día le explicaría más sobre las diferentes razas, cuando no fuesen a volar. Escogieron a uno de los hermanos de Thauren por afinidad, montando ambos sobre él. Antes de alzar el vuelo se aseguró de que estuviese bien sujeta y con la espalda contra su pecho, como lo habían hecho en las escasas ocasiones anteriores.

- ¿Preparada? Agárrate fuerte.- preguntó antes de que el dragón batiese las alas para elevarlos por el aire, estabilizándolos cuando estuvieron lo suficientemente alto. Comenzó describiendo algunos círculos sobre la cúpula antes de ascender un poco más, lo suficiente para poder bajar muy deprisa y en barrena, como describiendo un tirabuzón. Esta vez no la escuchó reír, sino más bien al contrario. No podía verle bien la cara al ir delante, pero le dio la impresión de que se estaba mareando. Enseguida se lo confirmó de palabra y con aquel gesto de apoyarse sobre su hombro, por lo que decidió dar marcha atrás y no seguir con las demostraciones. También sería mejor dejar el viaje para otro día. Igual se había pasado un poco así con tanta intensidad para empezar, hacía mucho que no la subía por los aires.

- Claro. Bajamos enseguida. - procuró que el aterrizaje fuese lo más controlado y lento posible, aunque al tocar tierra siempre había una caída un tanto brusca. Cuando la ayudó a descender del dragón pudo ver por fin que se había quedado muy pálida tras las vueltas, y que iba bastante inestable. Maldijo internamente porque no era esa su intención, pero no había salido bien la jugada. - Vamos a caminar que te de un poco el aire. - Rodeó su cintura con el brazo cuando estuvieron en tierra para que no se cayese, aunque no llegaron a avanzar muchos pasos porque ella comenzó a dar señales de encontrarse cada vez peor. Frunció el ceño algo preocupado, y sintiéndose culpable por las maniobras. Era tan inminente lo que iba a pasarle que no se sorprendió cuando finalmente Catherine se inclinó hacia delante para empezar a vomitar. - Mierda...- Rápidamente le sujetó el pelo con la mano libre y movió la otra hacia su abdomen para sostenerla. Resultaba frustrante no poder hacer mucho más en esa situación, odiaba verla pasarlo así de mal.

- Enseguida estarás mejor. Ya está...- estuvo así con ella mientras terminaba de devolver todo el desayuno de esa mañana en la tierra, ayudándola a erguirse de nuevo cuando pareció haberse vaciado del todo. Volvió a rodearla con el brazo para guiarla a una fuente de piedra cercana en la que se sentaron en el borde, dejando que ella se enjuagase la boca con agua. Después él estuvo refrescándole un poco la nuca y la cara, mojándola con sus manos. Al menos comprobó que no tenía fiebre ni nada por el estilo, así que lo achacó al mareo de volar. - Lo siento, demasiados giros para una novata. Luego te cobras la revancha de algún modo. - bromeó cuando la vio algo mejor después de un buen rato allí sentados. Dudó si sería mejor llevarla de vuelta a los aposentos, pero al final decidieron dar un paseo para ver si así se le terminaba de pasar. Abandonaron el lugar a paso lento pero seguro, en dirección al Sanguis.