Torre Turín Del Núcleo De S.A.M- 9917. Nivel 1

Los escasos días que pasaron desde lo de la montaña hasta el día de la misión fueron extraños. Apenas pude ver a Catherine porque estaba con cosas del Consejo y personales, y no llegué a ver a Jarkko o Savannah porque cuando fui al hospital ya se habían ido. Pasé el tiempo, principalmente, con Aedan y mi padre en casa de los Knox. Desde allí me informé mediante mensajes de los detalles de la misión y la distribución de grupos. Me preparé y me equipé en consecuencia, consiguiendo incluso una especie de chisme del I+D que servía de pequeña mochila propulsora. El día de la partida me despedí de Catherine y Aedan, aunque teniendo una extraña sensación que no lograba quitarme de encima.

Los trasladores de Sean nos llevaron a una zona de Turín cercana a la torre, pero todavía fuera de la influencia del área antimagia. A partir de ahí avanzamos a pie todo lo rápido que pudimos para no dar tiempo a los androides a encontrarnos. Yo iba bastante en mi mundo, hasta que llegamos frente a la maldita torre que teníamos que asaltar. Los idiotas de la Alianza habían bajado también, así que eché una mirada de odio a Éamon antes de agarrarlo por el brazo para empujarlo contra la puerta metálica. Al final iban armados con las cosas que les habían quitado en la isla, más valía que hicieran algo útil.

- Haz un agujero con el puñetero sable láser para que podamos entrar. - solté de mala leche, instándolo a hacer aquello lo más rápido posible. Cada segundo contaba.

Aquel viaje en traslador me dejó bastante mareado, como cada maldito método de transporte que tenían los magos. No podían darme mi puñetero avión, no. Teníamos que ir así. Blair y yo habíamos logrado unirnos a la misión con el equipamiento que nos robaron al ir a la isla. Nos tenían estrechamente vigilados y la relación era de desconfianza, pero sin magia nos necesitaban. Ella se había pasado todo el rato encerrada con los críos, muy poco comunicativa conmigo. Yo de tanto en tanto salía a pasear para que le diera el aire a la pobre Erin, y también para despejarme yo. Ni siquiera habíamos hablado mucho antes de bajar, era como que estábamos muy cansados y hartos de todo. Queríamos acabar con la misión, volver a por nuestros hijos e intentar largarnos.

Tratamos de darnos prisa al poner un pie en tierra, corriendo hacia la zona en la que se erigía la torre del núcleo en la zona antimagia. Yo intentaba ignorar a la gente con la que íbamos, pues a muchos de ellos me gustaría meterles un tiro y a tomar por culo. El asqueroso licántropo me puso la zarpa encima cuando llegamos a la puerta de entrada de la torre, pidiéndome de malas formas que abriese un agujero de entrada con el sable láser. Le eché una mirada asesina, sacando el sable sin mediar palabra. Lo habría cortado allí mismo de no ser porque necesitaríamos su fuerza bruta, y porque tenía al resto de amiguitos mágicos detrás. Al final encendí el sable y lo clavé en la puerta de metal, dibujando un círculo bastante grande para que pudiésemos colarnos. El metal quemado cedió, haciendo que cayese hacia dentro la puerta metálica.

- Andando. Vosotros primero. - grité de malas dándome la vuelta al resto, no iba a ser yo el que entrase primero para arriesgarse con lo que hubiese en el interior.

Finalmente el día de la maldita misión suicida estaba por llegar. No me apetecía mucho bajar, las cosas como eran porque ya me había acomodado al sillón del despacho de Lucio, donde había conseguido pasar bastantes horas muertas en los tiempos muertos de las guardias correspondientes. Pero era verdad que me apetecía algo de acción y no volverme un pez gordo de despacho, y hablando de peces gordos, todavía no había vuelto a saber nada de Newton después de que habláramos, lo cual me estaba tocando la pelotada, ¿dejaría que Lucio se le subiera a la barba y nunca mejor dicho?

Había conseguido hacerme con bastantes provisiones para curaciones de emergencia, bastante muggles, porque no estaba del todo seguro de si las pociones funcionarían al 100% en Turín. Sabía que algunas habían perdido su función con el apagado mágico, por eso se había equipado con material muggle, que conocía bastante bien. Uno de los trasladores de la rata Eire nos trajo a la ciudad italiana. Cargué el botiquín de mochila a mis espaldas y caminé en silencio entre el grupo. Con nosotros venía Chloe, de modo que me acerqué a ella -Pelirroja. ¿Solucionaste tu problema con el barbas de Newton?-

Ya llegados a la puerta pareció que ninguno de los putos gallinas que nos acompañaban quería asomar el hocico, observé asomando brevemente la cabeza, lo justo para poder mirar al interior. -Perfetto, campo libero. Presto- Dejé caer el botiquín Fui el primero en encaramarme al agujero y acceder al interior, encontrando una recepción con dos mostradores de los que parecían de información. Lo cual me apreció de coña, porque, ¿quién nos iba a recibir? ¿La robot esa china para darnos la bienvenida? No me jodas -Este sitio parece bueno para establecer un hospital de campaña- Dado que podríamos asegurar ambos pasillos y la entrada solo tenía un único acceso, el agujero que había abierto el muggle

Bajé a la misión bien aprovisionada con material del hospital de todo tipo, ya que no podía usar mi magia ni el anillo en el lugar al que íbamos. Eso me preocupaba, aunque me defendía bastante bien con la curación tradicional por todos los años que había practicado en la base de la Resistencia. Apenas hablé con Ian los días previos a la misión, ni tampoco en el breve trayecto hasta la torre. Estaba como más metido en sí mismo que de costumbre, y lo achaqué a que estaba mosqueado conmigo todavía. Resoplé por lo bajo, murmurando algo así como "terco" antes de empezar a moverme con el grupo. Me quedé cerca de Oscurus, que iba a formar parte del equipo médico conmigo.

- ¿Lo de Newton? no me ha dicho nada más. Aldaron me dijo que ni caso, que el otro no mandaba en el hospital. La verdad es que me llevé un buen disgusto cuando me llegó ese howler. Encima delante de todos los pacientes...- comenté llevándome una mano a la cara, bastante avergonzada al recordarlo. Mientras hablábamos Éamon se encargó de abrir un agujero en la puerta, dejando vía libre. No nos atacaban, por el momento.

Le seguí rápidamente, colándome en el interior tras dirigir una mirada de ánimo a Ian. La entrada del sitio estaba vacía, y parecía buen lugar para establecerse, tal y como decía Oscurus. - Por ahora sí. Pero me temo que esto se empezará a llenar de enemigos pronto.-

[DE 1 a 2]

Después de la pequeña misión en Londres estuve pasando los días hasta año nuevo en el hospital, dando vueltas por los pasillos de la UCI bajo la cargante mirada de Astaroth que me repetía de una forma cansina y muy molesta que me estuviera quieta. Mira, guapo, ni follando me estaba quita. De modo que en algún momento le solté una barbaridad y tuve que salir de por allí. Tampoco tenía noticias de khaled, Lyosha ni nadie del estilo. La moto robada se la dejó al grupo que se iba a ir a Londres ya que ella iría a Turín porque conocía la ciudad de cuando fueron Adramelech y ella en su aventura anterior. Se le hacía súper extraño salir de misión sin él, y no podía evitar sentirse culpable por dejarle allí, pero algo en su corazoncito le decía que todo iba a estar bien, al fin de cuentas, estaría con su hermano.

Finalmente el día de la misión había llegado. Ella había pasado por la torre Soul para coger las armas y equiparse hasta los dientes. En aquella ocasión no usaría la magia, de modo que comprobó que tendría munición suficiente y hasta fabricó sus propias balas usando los poderes del metal. Un cacharro de esos mágicos le sacó de la isla y les hizo aparecer en Turín. Reconoció la calleja y guio al grupo hasta la torre de SAM. Alcé la vista para recorrer todo el largo de la misma, recordándome a un grandísimo falo. Vanesa por favor, basta. Atravesé el agujero de la puerta, dejando atrás a los médicos hablando de sus cosas y me fui con la espalda pegada a la pared izquierda hasta el pasillo que se abría hacia lo que parecía un almacén, por lo que pudo asomarse al llegar a la esquina. Enfrente de ella había un mostrador con PCs y cosas, que quizás a alguien que supiera de máquinas podría serle de interés. Asomé la cara para ver lo que tenía delante de mí y encendí la scooter para buscar enemigos en el almacén (sala 3)

La pantalla me dijo que la zona estaba aparentemente tranquila y que solo había un androide. Gruñí al grupo para que me siguieran hasta la esquina susurrando al primero que me alcanzó -Hay una de esas latas con patas- Cargué el arma y esperé que el compañerx estuviera listx para atacar.


Dado opciones para enemigos:
0-4 Nadie
5-6 Un soldado muggle chipeado
7-8 Un androide
9-10 Dos soldados + Un muggle chipeado

El miembro 'Vanessa Montenegro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 7

[SALA 2]

Me guardé las manos en el bolsillo apretando las muelas cuando Chloe empezó a contar la versión de la historia. -Valiente imbécil- Gruñí cuando me dijo que no se había puesto en contacto con ella de ninguna manera. Al menos el elfo pareció tener la sangre bien colocada en ese momento y no estaba pensando con otra cosa cuando le dijo que no le hiciera caso. -A mí me lo dijo cuando estuve hablando con él. Traté de hacerle entender lo equivocado de su decisión y de las bondades y la profesionalidad que profesas. Pero parece que no me hizo mucho caso- Me encogí de hombros, renegando de la pésima decisión del profesor. Al menos, lo había intentado. La cogí por los hombros para pegarla a mi cuerpo, a modo de abrazo -Ni te rayes, tú no hiciste nada malo. Deberíamos mandarle los howler a él, pero mientras estén en sus aburridas clases-

Cargué la el botiquín a mi espalda una vez que entramos a la sala de entrada. Había cogido materiales para curas y también para un traslado rápido, como mantas de traslado, vendas e inmovilizaciones varias por su hubiera alguna fractura rara. -No quiero decir la palabra mágica, pero hay demasiados pocos enemigos…. Y tú sabes lo que pasa en las guardias cuando empiezan bien- Dirigí una mirada de complicidad a la compañera. Durante una guardia, y menos en urgencias, se podía decir que la cosa estaba “tranquila” porque en ese caso, se gafaba y empezaba el caos. Siguió con la mirada a la mujer tetuda que se posicionó en aquella esquina y Oscurus avanzó hasta los paneles del mostrador, cotilleando a ver qué podría encontrar por allí. Quizás hubiera alguna tarjeta para abrir puertas o algún acceso remoto a otras instalaciones o información a tiempo real de los enemigos.

El cónclave había sido una solemne pérdida de tiempo, como casi todos los cónclaves últimamente. Estaba claro que allí solo iba a pasar el día y terminar de broncas con todo el mundo. Cada vez le hastiaban más tantos comentarios y estupideces. Le jodía que Giordano, Catherine y Markus se tomaran tan a la ligera el mes que estuvo reposando por tratar de infiltrarse en el campamento de los Pendragon, o lo que hicieron con Sofía. Que claro, los comentarios de la misma también se los traía consigo. Y , sinceramente, iluso Sayid si pensaba que los otros no iban a seguir viéndose con los Pendragon… en fin. Tuvo que contenerse para no volver a saltar en la reunión.

Días previos a la misión Sarah había quedado con Amaya en el despacho de la misma para pedirle algo de protección. Hablaron de lo que se comentó en el cónclave, y le contó en especial lo acordado con la Brigada. Era lo único que celebraba de todo aquello…. Eso y que todavía se les podría juzgar a los ministros humanos por sus atrocidades. Satah pidió expresamente bajar con la muchacha del pelo morado para defenderla, tal y como se le había ordenado en la misión anterior.

Aparecieron en la ciudad italiana con los trasladores de Sean. No conocía la ciudad y se perdía en la inmensidad de las calles. Hasta que vio al grupo de humanos en su grupo. Se guardó sus comentarios y continuó la marcha gruñendo y maldiciendo que ellos estuvieran allí. Reconocía a algunos de los presentes, pero ninguno le caía en gracia, de modo que trató de arrimarse a la guardia de Ouroboros con su protegida.

(SALA 3)


Gruñí a Éamon al escuchar eso de que pasásemos primero, pegándole otro empujón para meterle dentro. - Mejor que te pase a ti. - tras eso me metí yo, pasando de largo de él. Pasé también de largo de Chloe y Oscurus, no sin antes hacer un gesto a mi hermana para que estuviese atenta. - Aseguraremos la zona, estad atentos. - La cháchara para luego.


Seguí a VAnessa porque era la que estaba más adelantada por el momento, escuchando su advertencia de que había un androide. Uno solo no era nada, y mejor matarlo antes de que alertase al resto. Aunque no tenía claro que no supiesen ya que estábamos ahí y que estuviesen preparando un ataque con todos sus efectivos. Me puse al lado de la Soul, asomándome también a lo que parecía ser un enorme almacén. Asentí haciéndole un gesto para decir que me encargaba yo, desenvainando muy despacio las cimitarras - Remátalo si no lo elimino. - avisé en voz baja antes de lanzarle rápidamente a por el enemigo.

Aproveché que estaba de espaldas para soltar una doble estocada, primero un tajo a sus piernas y después un tajo a la cabeza con la intención de decapitarlo. El siguiente tajo fue a la mano del arma, con la idea de cortarle el brazo o al menos desarmarlo.



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AT.F: 25 dado + 66 stat + 5 lican + 10 hab. + 5 guanteletes= 111 al ANDROIDE que descubre Vanessa

El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque Físico' :

El cónclave, la misión, la guardia y mis problemas personales me tenían agotado mentalmente, en cuanto salí del cónclave la lista de cosas pendientes solo se hizo más larga al recibir la carta de Anteia sobre el estado de Arleen. En cuanto dejé todo el trabajo hecho hablamos sobre su obsesión, no profundizamos en el tema pero quería decirle que lo más importante era su salud.

El día de la misión muchos fueron a despedirnos, algunos entre risas, otros entre lágrimas... ni yo mismo tenía claro si volvería a pisar la isla. Sean se presentó para darnos los trasladores con las indicaciones y hechizos pertinentes, al menos parecía que se le había pasado un poco la mala leche del cónclave, alcancé a ver como abrazaba a Giordano antes de volver con mi mujer para despedirme yo también y marchar hasta Turín.

Conmigo iban mi compañero italiano que ya había ido anteriormente a la ciudad, la general y el chico Feral, Kyllian -Intentad mantener juntos, no hay magia así que debemos cubrirnos las espaldas, Giordano es clave en esto así que tiene prioridad, ¿entendido? - la orden era para Amaya y el moreno que parecía cabizbajo, seguramente por su despedida con su pareja. Avanzamos por las calles hasta llegar al destino, el ministro muggle abrió un agujero en la puerta y todos fuimos pasando a la primera sala.

Después del encuentro en el bar y de las pocas órdenes de arriba, traté de volver a pasarme por el local para encontrar a la licántropa amiga de mi compañero, sin éxito, había que añadir. Esa muchacha y yo teníamos una partida pendiente, maldita sea, y estaba entre mis planes cobrármela. A veces me venía a la cabeza algunas frases de Rybar o de Adele diciendo lo horribles que eran los licántropos y, aunque era verdad que deberían ser usados como armas por los que portábamos magia, ella tenía la capacidad de poder tener visiones así que….

Pocas instrucciones y sí mucha prisa cuando llegó el momento de ir a Turín. La guardia iba acompañando a los Descendientes que iban a Italia. De modo que preparamos todas las cosas necesarias para poder bajar a la superficie. Había otro chaval, aquel que encontré una vez en las dependencias de la Guardia vestido como tal, de modo que entendí que le habrían reclutado. Trataría de hacer lazos con él. Saludé de aquella forma militar a Sayid cuando nos dio órdenes para entrar en el edificio, que parecía demasiado tranquilo. También venía con nosotros Chloe, lo cual me satisfizo. Trataría de no quedar mal ante ella ni morir demasiado rápido. -No os quedéis demasiado atrás, o quedaréis desprotegidos- Les indiqué a los medimagos, avanzando por la recepción hasta quedar a media altura de la sala, teniendo el pasillo de la derecha del mapa enfrente, por si apareciera un enemigo por aquella zona.

[De SALA 2 a 7 (el círculo ese azul)



Oscurus fue bastante majo apoyándome con lo del despido improcedente de Jack, poniéndose de mi parte. Además había hablado e intercedido por mí, no sé cómo decían de él que era un borde. A mí me parecía un buen tío, seguro que era incomprendido.  - Bueno, es una persona un tanto...estricta. Seguro que son manías. Aldaron creo que también habló con él, os lo agradezco mucho a los dos. - sonreí divertida imaginando lo del howler en clase de Jack, pero luego acabé negando. No se lo haría, no era vengativa. - Ya lo perdoné, sin rencores. - me encogí de hombros y después le devolví el breve abrazo, centrándome en lo que teníamos entre manos.

- Uff...sí. Esas guardias "tranquilas" son las peores. Esperemos que el material que hemos traído sea suficiente. - mi hermano pasó al lado con cara de pocos amigos, a lo mejor porque pensaba que estaba despistada. Siguió de largo hasta la izquierda, siguiendo a la SOul. Enseguida pasó Ben, recomendándonos que no nos quedásemos atrás. Le saludé con una sonrisa, asintiendo a lo de movernos.  - Sí, si nos quedamos atrás nos rodearán. Os seguimos. - tiré de la manga de mi compañero de trabajo, girando hacia la derecha para encarar el nuevo pasillo con cautela, por si hubiese enemigos a la vuelta.

(se sala 2 a 4a)
Llevaba ya muchos días fuera de combate, que invadieran aquella isla dejaba claro que no había lugar seguro y lo peor de todo es como habían dejado a Collins, por suerte no murió y no sabía si debía echarle la bronca o llorar porque al menos con vida. El silencio reinaba en casa, no había hablado mucho con Éamon pero si que trabajaba e intentaba hacer todo lo posible por trazar un plan, algo para poder escapar de los magos en cuanto acabaran con la máquina pero no se me ocurría nada y todo era cada vez peor. Legad el día de la misión tuvimos que usar uno de los transportes de los magos para viajar a Turín, Éamon y yo lo hicimos con los menos hostiles hacia nosotros pero en fin, tampoco éramos bien recibidos pero no tenía ganas de discutir ni luchar con nadie.

Mi marido se encargó de abrir la puerta  hasta el edificio y cuando parecía seguro y no se escucharon gritos de agonía lo hice yo esperando a que él también lo hiciera, que no discutiera no quería decir que quisiera ir pegada a los magos. Unos se fueron hacia la izquierda así que mejor ir al otro lado -Éamon- llamé su atención e hice un movimiento de cabeza para que supiera que mejor íbamos por el otro lado.

me dirigí a aquel mostrador que parecía separar la zona de otro pasillo, mi intención era encontrar un ordenador u otra cosa conectada a la red pero no había nada -Tenemos que encontrar un ordenador para poder ir al sitio que queremos y no como pollos sin cabeza, quiero terminar con esto rápido y volver con los niños, no me fío de dejarlos con Andreas- saqué mi arma de iones y me preparé para entrar en la siguiente sala.

Alcé la mirada cuando llegó el muchacho (joder qué muchachote también) a mi vera, dejando que se que arrimara todo cuando quisiera a mi calenturienta persona, frotando como quien no quiere la cosa mi costado con esos perfectos abdominales que tenía el chaval. Ah, coño, pero si es el pringao al que le jodimos la boda. Pues tenía su gracia, buena caza por parte de la estirada de la descendiente, a mí tampoco me importaría triscarme al  hombretón tantas veces como quisiera y en todas las posiciones que le apeteciese. Me quedé toda embobada, asintiendo como una bobalicona cuando me dicho que lo rematase. Avancé detrás de él, quedando en la esquina de la sala, apuntando con el arma ya cargada. Una vez que el chico atacó por primera vez le grité que se apartase y disparé apuntando directamente a la cabeza de la lata con patas.

Ataque Techno: 17 stat + 15 dados + 10 habilidad soldado + 5 guantes = 47

El miembro 'Vanessa Montenegro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque Tecnológico' :

SALA 3

El androide DARK RED se encontraba en la sala de almacén terminando de organizar unas cajas cuando dos intrusos ingresaron para atacar. El primero de ellos le pilló desprevenido y una de sus piernas cayó al piso lo que le permitió esquivar el golpe certero en la nuca  activando un campo de repulsión y así podía proteger sus circuitos de información. Tardó unos segundos en enviar la señal de alarma y cuando se giró para atacar dirigió sus disparos hacia Ian para intentar sacárselo de encima y así poder moverse con facilidad. Escaneó ambas caras a envió la información al servidor.

111 Ian + 47 Vanessa:  158 de daño total
DF:  10 + 15 + 5: 30 -158: 128 - 150 : 22PS

AT:  25 + 15 + 5: 45 a Ian.  

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ÁREA 7 + PASILLO

Después de recibir la voz de alarma , la puerta de la sala 7 se abrió mientras un pitido infernal salía de una de los paneles tecnologicos ubicados en la sala  4A y se iluminaba de color rojo. Salieron cinco unidades androides y no tardaron demasiado en ponerse en línea y atacar de lleno a los que se encontraban allí. Una de ellas ya estaba dentro del historial como objetivo primordial: Chloe Hacksaw, sanación. El otro no, pero no tardaron demasiado en registrar sus facciones y ponerlos dentro de sus registros. Otro par de androides se movieron más hacia la entrada y apuntaron a Sayid.

AT: 25 + 15 +5 : 45 *5: 225 de daño.

85 Daño a Sayid
85 Daño a Chloe
55 Daño a Oscurus.

Androide Red
Androide Orange
Androide Brown
Androide Yellow
Androide Green

El miembro 'Androide' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Defensa Tecnológica' :


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#2 'Ataque Tecnológico' :

SALA 3

Os encontráis con un androide en una sala de visible almacenamiento, cuyas estanterías están llenas de cajas precintadas con un código. Pero en la parte superior tienen un títulos como: "Piezas de reparación", "Equipamiento", "Hardware", etcétera. Podría haber cosas interesantes o no...Pero escucháis numerosos disparos afuera. Es decisión de ustedes ¿Os quedáis a registrar o ayudareis a vuestros amigos?

SALA 4A

Tres paneles de control en color azul con numerosos códigos corriendo. De pronto, uno de ellos cambia a color rojo y un pitido infernal empieza a retumbar los oídos. Una de las puertas de las salas centrales que veis en el pasillo se abre y salen cinco unidades de androides que en seguida empiezan a atacar a vuestros ¿Compañeros?

Qué curioso... Tres paneles. Tres salas. Un pasillo lleno de enemigos y el otro libre.
La segunda empieza a pitar continuamente. Cada cinco segundos un pitido. Cada tres...

Cuando las prioridades están claras las decisiones son fáciles.