Big Ben y Parlamento Británico

Caminaba con una extrema lentitud calculando cada centímetro que separaba un pie del otro, sospesando toda sombra que pudiera esconder algo. No sabía el motivo por el que tras largas caminatas de guardia había terminado por hallarse en ese lugar desolado.
« ¿Cuántas batallas habrá concebido este lugar? ¿Cuántas muertes de soldados a manos de esas monstruosidades a las que hay quién considera humanas?», apretaba la mandíbula con cada palabra que cruzaba su mente «Necesito algo que me lleve a ellos, o alguien, pero cada vez que estoy más cerca se escapan de mis manos como el humo, como las tinieblas».
Tenía en sus brazos el fusil de todo francotirador como si en verdad se sintiera en peligro, apretándolo contra su pecho a medida que avanzaba.
« ¿Sacarlos del nido o atacarlos en él? Avanzamos y repentinamente todo cede, pero ¿cómo llegar hasta dónde se crían las musarañas? Demasiado silencio por continuos días, un silencio que no nos depara la paz, si pudiera encontrar el lugar dónde pueblan esas ratas…no te adelantes, Javert, paso por paso, pero necesito algo»
Repentinamente, escuchó un ruido a sus espaldas.

La ruta habitual de patrullas por la ciudad me lleva hoy hasta la zona del parlamento, ese lugar en el que se habían vivido tantos y tantos enfrentamientos. Demasiados daños para ser borrados de manera rápida, las huellas de los sucedido son muy palpables en este lugar. Es más, casi parece un sitio fantasma, un lugar que la mayoría prefiere evitar por estar en el foco de todas las miradas. Los delincuentes, normalmente, prefieren meterse por otras zonas como China Town o el East End. Los centinelas no han dado por ahora ningún aviso de actividad de magos por la zona, así que todo está en relativa calma.

"¿dónde demonios se esconden ahora? han pasado semanas sin actividad, nada"

Tras andar un rato me encuentro con el capitán Javert, bien pertrechado con su fusil, preparado para lo que pudiese suceder. Procuro acercarme haciendo ruido y hablando en voz alta, para dejarle bien claro que quien tiene detrás no es un enemigo a batir. - Buenas noches, capitán Javert. ¿Ha encontrado algo de interés por la zona? - espero el tiempo justo para que se de la vuelta, confesándole después mis sospechas. - Temo que estén tramando algo, no es normal que estén tanto tiempo sin actuar. Porque me cuesta creer que finalmente hayamos acabado con ellos.

"esas ratas siempre acaban escapando de algún modo, siempre terminar reproduciéndose"

- ¿Lleva mucho rato de patrulla?

− ¿Cuánto tiempo llevo de patrulla? La vida entera para saber que está calma no es real sino una ilusión.
Recogió entre sus manos un pequeño montón de polvo de unos escombros, apretándolo con la fuerza suficiente para que los granitos escapen y cayeran a merced del viento.
−Ese nido de ratas se encuentra en alguna parte, huelo su miedo, su asqueroso hedor que se burla de mis sentidos; tan cerca que puedo agarrarlo con mis manos de la misma manera en la que sostengo una sencilla montaña de arena pero ¿Cómo hacer para que no escapen y vuelvan a volar lejos de mí?
Se endereza lentamente mientras comienza a murmurar pensamientos dichos en voz alta, cavilaciones realizadas durante horas.
−Si se les atacará a un punto débil, si se les arrebatará algo de gran valor puede que la venganza nublará la conciencia y se precipitarán a un vacío en el que les esperáramos...o quizás la madriguera sea la clave, ir directos contra la reina.
Repentinamente posa su vista en ella.
−¿Usted qué haría cabo?

La verdad es que suena un poco desesperanzador eso de llevar la vida entera de patrulla, aunque supongo que para él su trabajo está muy ligado a su forma de vida. En el ejército se le conoce por su dedicación en esta guerra, no ha salido huyendo como lo hicieron algunos miembros del ejército anteriores. - Tampoco le vendría mal relajarse un poco de vez en cuando, capitán.- comento a modo de consejo, aunque no creo que me haga mucho caso porque está demasiado metido en todos los asuntos militares. La forma de hablar de Javert, las pocas ocasiones en las que me he cruzado con él, siempre me ha parecido bastante particular y carismática, dándome cierta aura de misterio. Una persona interesante, ciertamente.

- Suelen esconderse por un pueblo que está bastante arrasado, en alguna ocasión hemos ido a Bastion Hollow, pero son muy escurridizos, habría que tenderles algún tipo de emboscada, obligarlos a salir. Creo que no se atreven a atacar directamente nuestra base. Con los centinelas lo tienen muy complicado. No podrían ir con sigilo, en cuanto se acercasen los detectarían los escáneres.

Apoyo el pie en una pequeña montaña de escombros, dejando una mano sobre mi cadera en una actitud algo más relajada ahora que hemos comprobado que la zona está despejada. Con la otra mano sujeto el rifle, dejado de caer a un lado de mi cuerpo. Su pregunta sobre qué haría me invita a darle una idea muy similar a la suya, manipularlos donde más puede dolerles, en lo emocional.

- Ir a su terreno siempre es arriesgado. Pero podemos comenzar por arrebatarles uno a uno a aquellos que quieren, ya sea matándolos o encerrándolos en los campos. Se desesperarán y cometerán errores fatales. Y también, aunque no sea políticamente correcto decirlo, eliminaría a sus jóvenes, así evitamos que sigan procreando en un futuro.

−Poco a poco, Javert −se repitió para sí.
Mantuvo la vista en los escombros, pensativo, mientras se colgaba el fusil aun lado con intención de retomar la guardia. No le agradaban en absoluto los descansos y a pesar de hallarse en un lugar desolado, bajo la atenta mirada del cuerpo fallecido del gran reloj inglés, no se sentía del todo seguro como si las sombras pudiesen herirlo en la distancia.
«Es evidente que el ejército necesita de más personas como ella, pero ¿qué demonios, Javert? Necesitamos más soldados en sí capaces de levantar el culo de una oficina» meditaba tranquilamente lo hablado mientras jugueteaba inconscientemente con unas piedras.
−El águila al fin se abalanza contra el ratón, hagámonos pues aunque realizándolo de forma precisa y calculada ¿no tendrá por casualidad una deuda pendiente con alguno de esos bichos endemoniados? La mayoría de soldados son incapaces de cumplir su venganza y ahora se le muestra a usted, Morgana Wolf, la oportunidad de cobrarla, sea quién sea esta misión se advierte complicada.

Aparto el pie del pequeño montón de escombros sobre el que lo había plantado, comenzando a caminar de un lado a otro, frente a Javert. Eso de estar parada mucho tiempo no va conmigo, necesito movimiento. Parece que el capitán tiene una visión similar a la mía en esto de las ideas que nos planteamos a continuación, así que puede que me venga bien para tener algo de acción y resultados.

- Por suerte no tengo ninguna deuda en concreto con ellos, otros por desgracia sí.

"muchos compañeros han perdido a seres queridos a manos de eses crueles brujos"

- Pero no necesito un motivo concreto para perseguirlos hasta el agotamiento, puedo vengarme por todo lo que han hecho. Por joder nuestra paz, por los años que llevamos de guerra, por las vidas que se han llevado. La única manera de volver a vivir tranquilos es acabar con ellos. La idea de tratar de pactar con ellos me resulta odiosa. Por eso, hay que exterminarlos, o llenar los campos con ellos. Me da igual que sea complicado, estoy dispuesta. - añado al final con gesto serio, totalmente decidida. En realidad en ningún momento he considerado el llegar a sentir lástima por ellos. - Creo que debemos atacarlos haciendo que comentan errores. No creo que vayan a la base, ni que salgan. Están débiles y son pocos. Hay que hacer que emprendan acciones suicidas, acorrarlarlos. Podemos comenzar secuestrando a algunos de los suyos, para ver si así tratan de ir a rescatarlos. Es como tender una trampa, así se arriesgarán a mostrarse con menos prudencia. Y sobre todo debemos usar a los magos que haya reclutados como ejecutores. Pero para eso necesitamos llevarlos antes a los campos. ¿Qué me dice, capitán, comenzamos la cacería?

Sonrió fríamente con cada una de las palabras dichas, saboreando cada sílaba como si se tratase de una lágrima de sangre maga entre sus manos. Estaba decidido, la cacería comenzaría allí mismo entre los escombros de una guerra que se había extendido demasiado y de la que todavía no veía fin, al menos sabía cual sería su siguiente paso.
−Caerán en la desesperación, en la locura, en las tinieblas a las que no debieron abandonar; gritarán, llorarán y entonces cometerán un mínimo error que los arroje a la misma desolación con la que precipitaron a la humanidad.
Se volvió hacia Morgana sin un sólo gesto en su gélido rostro, la sonrisa había desaparecido bajo un ceño fruncido que remarcaba las pocas arrugas que reflejaban su edad.
−Cabo, requerimos de la máxima discreción pues el silencio es nuestro mayor aliado en esta misión; desde ahora debemos ser menos imperceptibles que las sombras, ser viento, ser la mismísima muerte si es necesario −observó su alrededor con el fin de asegurarse de que nadie los escuchara−, nuestro mayor enemigo somos nosotros mismo, no confíe en nadie, cuanto menos sepan de usted más posibilidades tendrá de sobrevivir y si se diera el caso recuerde que todo sea por la Alianza Humana; al fin y al cabo, sólo somos motas de polvo entre los escombros pero no por ello desprestigie las vidas humanas, desgraciadamente no somos tantos en el ejército (o no los suficientes).
Volvió a contemplar a su alrededor tratando de descubrir el indicio que provocaba su malestar en ese punto de la ciudad; en otro tiempo habría paseado por aquellas calles con Angela de la mano, no obstante, sus dedos le mostraban otra acompañante que la realidad le entregó ya hacia por los menos una década.
−Necesitaremos un lugar tranquilo dónde atacar a nuestra presa, alguno similar a este, aunque todavía nos falta el pequeño ratón al que apresar.

La ventaja que tienen las palabras de Javert residen en el poder motivador que pueden tener sobre las tropas, en la historia han quedado aquellos líderes capaces de infundir valentía o arrojo en sus soldados, nombres que han quedado grabados a lo largo del tiempo. En ese sentido puede ser de gran valor una persona que pueda despertar ese sentimiento de unión y valor en los soldados. Ahora nos toca iniciar le plan, una vez que parece que estamos más o menos de acuerdo en la idea que queremos desarrollar.

- Debemos movernos por todas partes, a la espera de capturar alguno. Sugiero que atrapemos a cualquier mago indefenso o solitario que veamos, tal vez en alguno de los barrios en los que se acercan a comerciar...en China Town hay muchos trapicheos, si capturamos uno allí sus gritos de cerdo antes de la matanza alertarán al resto de los que estén por los alrededores. ¿Qué le parece? ¿Iniciamos así la operación de tocarles la moral?

"aunque creo que ya la tienen bastante baja..."

- Además, cuantos más tengamos retenidos en los campos, más fácil irá siendo el trabajo en el exterior.

Me sorprende un poco eso de que considere su vida como insignificante, aunque en cierto modo en el ejército sólo somos números. Aún así no es bueno perder nuestra individualidad, difuminándola en la masa, por mucha disciplina militar que tengamos. - No se preocupe, no hará falta perder muchas vidas valiosas de gente de la Alianza, trataremos de que sea mínimo. - le hago un gesto para que comience a caminar conmigo por aquel inmenso y desolado lugar, mientras sigo hablándole de cosas ahora tal vez más personales, siempre es interesante saber algo de la persona tras el cargo. - Y...dígame, Javert, ¿qué es lo primero que hará cuando acabe la guerra? ¿Tiene familia, esposa, hijos?

"son cosas a tener en cuenta, quienes no los tienen suelen ser más imprudentes"

Se mostró algo nervioso, al fin y al cabo no acostumbraba a que se le hicieran tales preguntas...en realidad, no acostumbraba a las compañías en sí pero no por ello le molestaban; era un soldado, sí, pero también humano.
Cada vez que tenía que hablar sobre su mujer, sobre todo de su hijo, la incomodidad regresaba a él aunque nunca mostraba señal de ello; su rostro siempre se mantuvo estático.
−No paso por casa con normalidad −se limitó a mencionar− el trabajo ocupa la mayor parte de mi tiempo, mientras haya deformidades que irrumpan la ley, yo seguiré luchando por detenerlas; sólo un ser será capaz de concederme la tranquilidad y la paz ansiada, el único con el poder suficiente para arrebatarme de la ley y mi deber: la muerte.
Caminaba tras ella con tranquilidad, dirigiendo miradas hacia sus espaldas y su alrededor. Recordando un antiguo consejo de juventud decidió realizar la misma preguntar con cierta serenidad.
−¿Y usted? ¿Tiene familia? ¿Qué piensa hacer tras la guerra?
« Aún se puede confiar en el futuro con estos jóvenes, supongo que la mayoría se han acostumbrado a esta imagen desoladora »

Me deja bastante claro que es un hombre entregado a su trabajo, eso o no le gusta dar detalles de su vida privada. En general suelen ser todos bastante herméticos, aunque a veces no viene mal empatizar o ganarse la confianza de los soldados bajo tu mando. Incluso quedar en horas fuera del trabajo puede ayudar en ese sentido.

- No se preocupe, ya pillaremos a algún pez gordo entre tanto pez pequeño que deba caer en el anzuelo. Tendrá su ansiada justicia.- me aparto el pelo del hombro, echándolo hacia atrás mientras me pregunta. El final de la guerra parecía tan lejano que apenas me lo había planteado. Recuerdo que hubo un tiempo en que hablaba de estas cosas con mis compañeros de aquel entonces James Stwardson y Thalos Draven.

El primero murió por su propia codicia, y aunque tuvimos algún escarceo amoroso al principio de ser reclutados, en el fondo era un idiota. El segundo se demostró traidor, y ya no podía ser llamado 'colega' nunca más. Después ascendí rápidamente y todos pasaron a ser subordinados míos, y ahí no hay amigos. Tampoco tenía demasiada relación con mis padres, así que no los tengo muy en cuenta. - Quién sabe, puede que decida seguir el mismo camino que describe usted. Es un camino solitario, pero al menos no somos los únicos locos que deciden seguirlo. Eso, y disfrutar todo lo que se pueda, en todos los sentidos. - lo adelanto con una sonrisa pícara, pasando a andar delante de él, para alejarnos ambos de allí, saliendo del lugar.

"vamos a cazar magos"

Mi plan, a decir verdad, era una auténtica mierda, pero como estaba bastante hasta los cojones y eso de planear a mi no se me daba bien, no había salido con nada mejor. No solo se habían llevado a Ares si no que además me había quedado sin Benjamin, mi mano derecha.

Asi que, muy prudentemente, aparecí de modo intempestivo directamente en la zona del Big Ben y el parlamento. Era un tanto tarde, y la mayoría de los londinenses ya se habían ido a sus casas a refugiarse por el toque de queda impuesto por el ejercito a causa de las malvadísimas criaturas mágicas, pero aun quedaban algunos. Asi que armé un pequeño revuelo al aparecerme ahí.

Con un hechizo, todos los pergaminos de Se Busca que había duplicado volaron y se esparcieron por la plaza, pegándose por ahí gracias a un sencillo hechizo de adhesión, empapelando farolas, rejas y paredes.

Miré a dos abuelitas asustadas y a unos jóvenes que estaban por ahí y se habían quedado modo paralizado.

-SABED QUE VUESTRO QUERIDISIMO GOBIERNO SE DEDICA A SECUESTRAR Y A HACER QUE NUESTROS AMIGOS SE DESVANEZCAN EN LA NADA! A ESOS APOYAIS?!

Controlé el agua de la lluvia para crear lanzas de lluvia que empujaron a los guardias del parlamento que me apuntaron con sus bayonetas, desapareciéndome de allí después del pequeño revuelo causado.

SE BUSCAAAAAAAAAAAAAAAAAA:

63 + 10 ps (joya smaug) = 73 PS/150


5 fuego valyrio-1=quedan 4

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Setelah apareció directamente en Londres. Detestaba haber tenido que dejar a aquellos seres atrás, en la cripta. Pero de quedarse mas tiempo, habria muerto. La joya de su pecho brillaba bajo sus ropas, seguía siendo la unica parte de si mismo que permanecia inalterada por la corrupcion, que seguia brillando azul y prístina, aquella reliquia del dragon.

Habia llegado el momento de recordarles a los humanos por qué odiaban a los seres mágicos. De crear discordia, de hacer el mal en nombre de otras organizaciones.... Cualquier cosa que propiciara que se matasen entre ellos con mas ahínco aun, que se volviesen mas sanguinarios y vengativos.

Miré a mi alrededor nada mas aparecer. Alcé la vista a la torre del reloj.... y sonreí. Conjuré un hechizo de explosion desde aquella distancia, reventando una parte de la cara del reloj, pero no toda. Los cachos cayeron al suelo y comenzó a desatarse el caos. Lo siguiente era el fuego.... extraje de mi tunica una esfera de cerámica y lo tiré a las puertas del parlamento. Donde estalló y liberó sus voraces llamas verdes que comenzaron a devorar a los guardias que habrian intentado atacarme... (uso: fuego valyrio, seguirá ardiendo hasta que se agote la sustancia). Comencé a reir descontroladamente al ver como se extendian las llamas y desenvainé mi katana. Iba a disfrutar de aquello....

-Humanos debiluchos....los Renegados os mandan saludos!! - pero mi aspecto, como mi voz, seguian siendo inhumanas.

Khati paseaba por las calles con un vestido largo y su habitual máscara veneciana en el rostro observando el decrépito parlamento inglés. Recordaba su gloria pasada, con cientos de miles de personas pasando por aquellas calles diariamente y enorgulleciéndose de poder estar en presencia de un edifico tan magnificente. Sin duda había pasado mucho desde entonces y habían habido muchas batallas. Era magnífico observar la cumbre y decadencia de algo como fue el centro del mundo en su momento. Sin embargo, la lúgubre calma de aquella calle se vio interrumpida por un extraño sujeto que comenzó a conjurar explosiones en el emblemático Big Ben. Hablaba en nombre de los Renegados, parecía que había encontrado diversión sin tan siquiera buscarla. Una hermosa serendipia.

Se ocultó en un callejón en el que no le vería nadie y dejó su máscara en el suelo para mostrar su verdadera forma. Tal vez lograra ganarse la confianza de aquel supuesto renegado para internarse entre sus filas y conseguir información de lo que se movía por las islas británicas. Su piel comenzó a transformarse en escamas moradas, sus ojos como se tornaron como los de una serpiente brillando en un naranja intenso, de su espalda comenzaron a crecer protuberancias que obtuvieron la forma de alas, sus manos se convirtieron en garras y su tamaño comenzó a aumentar de manera desmedida. En unos segundos mostraba su poderosa forma de dragón llegando a los 16 metros de altura. Con ella comenzó a golpear edificios, aplastar vehículos y expandir el caos uniéndose a la destrucción de las calles riéndose y regocijándose en la destrucción que provocaba.

"Veamos qué sale de todo esto".

73 + 10 ps (joya smaug) = 83 PS/150


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Deambulaba de un lado para otro riendose por las llamas que ardían y ardían en su verde esplendor. Aunque algunos trataron de apagarlas, nada consiguieron. Se rió al ver un cadaver calcinado, ennegrecido, siendo devorado por el fuego. Pero habia que dejar algo a la defensa. Las energías le iban volviendo al cuerpo, poco a poco.

Desaparecio del lugar en el que estaba un instante para volver a reaparecer mas lejos de los guardias que podian suponerle un daño. Entonces lo vio, al enorme dragon. Observó sin pasion alguna, con parsimonia....hasta que entendió que la criatura no estaba alli para desrtuirlo, si no que tenia el mismo objetivo que él. El caos. Esperaba que su falso mensaje sobre que habian sido los renegados quedase claro....

Una torva sonrisa cruzó el ceniciento rostro del mago, los oscuros ojos pegados al cielo. En alguna ocasion tuvo que esquivar el cascote de algun edificio que el dragon destruyó. Pero no perdió la oportunidad. Asaltó a una joven que huía despavorida de su coche destruido y le cortó su garganta, desangrándola ahi mismo, agarrandola del cuero cabelludo.

- Que decepcionante...pensaba que los humanos tendrían algo mas interesante para luchar contra los magos. No me extraña que os extingáis. -eran palabras prefabricadas, cosas que Setelah habia oido con anterioridad y que ahora le hacia soltar en modo automático, con aquella voz que parecia poseer siniestros ecos.

Con un hechizo moví unas piedras que el dragon habia desprendido y las empujé contra dos policias que se habian acercado a la zona, impactándoles con fuerza en sus debiles cabezas. Habian aun mas victimas humanas por ahi, aunque todos comenzaban a huir con pavor ante el ataque de aquel terror alado.

-tienes hambre, dragon? Aqui tienes muchas presas!

10 dados + 15 ataque fisico + 25 ataque en forma dragon = 50 daño contra Setelah
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Cuando veo a una dragona y a un mortal causando destruccion sonrio porque se que he llegado a la zona, tanto jaleo por dos simpletones? Y Para esto me necesita la Alianza? Porque los mortales son incapaces de hacer nada en cuanto aparecen trucos baratos de magia? Desciendo haciendo el mayor jaleo posible al aterrizar en el suelo para hacer notar mi presencia. Aun en mi forma de dragon me rio, haciendo que el estruendo de mi risa draconica retumbe en todas las calles.

- Oooooh, habeis tirado la torrecita, que bonito... Cuando no erais mas que niños de teta yo ya tiraba reinos enteros, dejadme que os demuestre como se destruye realmente, insignificantes criaturas.

La gente por el panico de llegada y mi voz retumbante acaba vaciando la zona, mejor, asi no tendre que preocuparme de que civiles molestos, debiles y pateticos se pongan en mi camino y acaben muertos guiados por la tipica estupidez humana que los caracteriza, pero si que veo como algunos soldados se quedan prudentemente a mi lado para ayudarme a acabar con la amenaza de Setelah y Khati. Afile mis garras de dragon y con toda mi furia y odio desatado golpee a Setelah con las garras. Aaaah que bien sienta despues de tanto tiempo dar rienda suelta a tu imperiosa necesidad de destruir, a tu odio reprimido y generar el caso, el desorden y la muerte.

- Por favor, dame algo de juego, no te vayas a romper como hacen el resto de los mortales cuando los acaricio, no hagas como las plantas cada vez que las riego.

El miembro 'Erebo' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque Físico' :

Un Centinela volaba empujado por sus propulsores, tras el dragon negro. Rapidamente activó sus sensores de criaturas magicas, y obviamente a quien primero fichó su radar fue a Erebo.

Objetivo mágico identificado. Status: aliado. Procedimiento: vigilancia no agresiva. Los ojos del Centinela mutaron al color verde mientras enfocaba a Erebo y luego se puso a buscar a otros objetivos mágicos.

Otro dragón. Y éste no arrojaba estadisticas de aliado. El mago del suelo estaba siendo neutralizado ya por el aliado. Esta vez no tenian ordenes de hacer prisioneros, si no de ir a matar. Asi que enfocando a Khati y aun en pleno vuelo, estiró su brazo y desplegó su cañon de plasma, apuntando a la dragona mientras retransmitia a la base del ejército y al Sistema los datos que recopilaba mientras el escaner biometrico del cuerpo de aquel lagarto gigante.

-Exterminacion en curso. Evacuen la zona.

Anunció con metalica  voz, al tiempo que desplegaba los campos de ANTIDESAPARICION, mediante unas balizas que ya no salian desde los hombros, si no que mejor permanecian ocultas en la armadura del cuerpo que el centinela era, para evitar ser destruidas. Y cargando el cañón, disparó hacia Khati.

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ATAQUE PARA KHATI
25 base + 25 dados)= 50 ps daño khati

El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Centinela ataque' :

El mago parecía complacido por la ayuda del dragón y casi excitado por aquella demostración de interés mutuo. Cuando mató a aquella humana vio que no sólo quería hacer ruido sino que quería sembrar la desesperación. La gente huía despavorida en todas direcciones, pero Khat pudo llegar a tiempo para devorar a varios humanos. A los más lejanos les lanzó un aliento de pequeñas balas negras hechas de sombras puras. ¿Quién necesitaba fuego teniendo oscuridad?

Tras tanta destrucción no tardaron en aparecer "agentes del orden". La Alianza Humana parecía haber reclutado a un dragón  negro entre sus filas con aires de soberbia que Khat no podía tolerar. Su ruidosa entrada demostraba su teatralidad y gusto por ser el centro de atención. Sin embargo, sólo podía haber un protagonista en aquella escena.

- Los gusanos con aires de grandeza siempre acaban siendo pisoteados por la auténtica nobleza como yo.

Pero cuando se disponía a lanzarse hacia él, un disparo impactó en el lomo de la dragona le hizo cambiar su foco de atención. Sus hermosas escamas también eran útiles para defenderse de la mayoría de ataques que recibiera. En los cielos pudo divisar a su agresor: un sucio robot centinela. A penas le hizo un rasguño, pero no podía dejarlo impune por aquel acto siendo además un simple peón tecnológico. Gracias a sus potentes alas alzó el vuelo y fue directo a su objetivo. Persiguiéndolo en el aire, Khati se lanzó con las fauces abiertas para poder arrancar alguna de las extremidades de la molesta máquina. La ciencia jamás podría superar a la magia, eso era algo que tendría que enseñarle a los humanos.

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Defensa física de Robot Centinela
15 dados + 5 base + 25 forma dragón = 45
50 daño - 45 = 5 PS daño
150 - 5 = 145/150 PS

Ataque a Robot Centinela
15 dados + 15 base + 25 forma dragón = 55 PS daño