China Town

Aparecí en China Town tras marchar del hospital. Nada mas hacerlo, el chirrido de mi cabeza lejos de aliviarse, se volvió mas doloroso, era como una migraña mas intensa que una telenovela turca. Sospechaba que debía ser culpa de la potenciación de la magia. Aun duraba su efecto?

"Debería haber llevado registro del tiempo que tarda en desaparecer el efecto... asi nunca sé cuando me va a dejar tirado"

En un lapso de tiempo brevisimo habia decidido que antes debía comprobar si funcionaba la maquina a la perfeccion, verla en accion. Para eso necesitaba espiritus y un lugar despejado. Pero yo no sabia detectar espiritus.

Emprendí mi camino hacia el mercado negro, que ya me iba conociendo demasiado bien para disgusto y desagrado mío, pensativo, a paso rapido, ignorando a la gente, en general siendo yo también ignorado por los otros pocos viandantes que habían por ahi... Queria diseñar un radar de espiritus, un detector. Como no se me habia ocurrido antes? Existían rádares de otros tipos de seres. Con tecnomagia, imbuir un radar normal con eso, sería pan comido. Y no solo eso, seria extremadamente util para los "ciegos" como yo a los espiritus...saber cuando un Charles andaba cerca.

Iba a ser rápido, solo necesitaba hacerme con un radar viejo como los que usaban los humanos y hacerle algunas modificaciones. Me acerqué a un puesto de chatarra y me puse a mirar, cogiendo varias cosas antes de descartarlas.

A quien quería engañar. Era perfectamente capaz de hacer un radar desde cero...

__
recoleccion materiales 1/1

Los "distribuidores" de la droga de potenciación mágica en el mercado negro no habían tardado en hacerse eco de que había algún que otro comprador conocido e importante por la zona. No era la primera vez que se veía por allí a Giordano Da Vinci, y por eso mismo era importante darle lo que quería para que se enganchase cada vez más. Tobías recibió el soplo y tardó apenas unos minutos en ir hacia allá, apareciéndose en la zona con una vestimenta un tanto extraña. Llevaba gorra y unas gafas de sol para pasar desapercibido, llevando además un chándal anticuado y multicolor.

Siguió los pasos de Giordano en cuanto dio con él, llegando a su altura en cuanto lo vio en un puesto de chatarra. No, eso no era lo que tenía que comprar. Tenían que seguir comprándole su sustancia, haciéndose cada vez más dependientes. - ¡Psst! ¡Psst! - lo llamó de manera más o menos disimulada, terminando por acortar la distancia con él. - ¿Seguro que has venido a por chatarra? Me han dicho que lo que necesitas es otra cosa...alguien tan importante como tú seguro que se beneficia mucho más de lo que tú ya sabes...el potencial es infinito. Además, puedo hacerte una oferta especial...- se separó levemente antes de empezar a dirigirse al callejón más cercano, esperando que fuese lo suficientemente listo para saber que debía seguirle si quería continuar la transacción.

Encontré un viejo radar roto, le faltaban piezas por doquier y era claramente tecnología pre-SAM.

- A cuanto esto? - me dio un precio un tanto elevado, lo que sin dudar, regateé genuinamente indignado. - No, no esto está roto, signore! No me puedes vender esta chatarra semejante precio. Si acaso vale un tercio de lo mencionado!

Ladeé la cabeza y mire a Tobias cuando chistó. Lo ignoré y volví a mirar al comprador, pero dos segundos mas tarde volví a mirar al hombre de la gorra a quien, huelga decir, no terminé de reconocer.

- Es a mi? -venia hacia mi, asi que si. Lo miré con desconfianza cuando dijo... "me han dicho". Miré alrededor, con cierta cautela.

"alguien tan importante como yo?"

- sabes quien soy? - no debería, eso no era bueno. Estaban siguiendo mis pasos? Se alejó y por unos instantes, traté de ignorarlo, y hacer como que no lo habia oido porque...A. muchas red flags, sabia quien era yo y no al reves B. sabía que ya había comprado cierta cosa antes. Eso apestaba a vigilancia.

Pero ah...oferta especial? Esa cosa era cara, mucho, y me quedaba poca. Llevaba un buen rato con dolor de cabeza, sudores frios y palpitaciones. La visión borrosa no tardaría en aparecer y pronto, estaria sin poder usar magia un buen rato, como efecto rebote. Empecé a ponerme nervioso, mirando la chatarra e ignorando al chatarrero. La necesitaba. No, no la necesitaba, ya disponía de mi magia normal, el vínculo con Ouroboros se había roto y el drenaje del Sanguis ya no me afectaba. Solo la habia usado como medida para seguir con vida entonces.

"no la necesito"

"mierda, sí la necesito"

Dejé de morderme los labios por dentro cuando noté que me habia hecho sangre por culpa del nerviosismo. Miré al vendedor, cabreado.
- Te doy la mitad. - le pagué y me llevé el maldito radar, siguiendo al del chandal hortera a aquel callejon. Alli solo estaban ellos dos.

"Lo dejaré cuando solucionemos el problema con Ouroboros y Avalon"

- Ve cantando, bambino...que tengo algo de prisa.... - las luces de neon del callejón parpadearon, chisporrotearon y tras un pequeño estallido por sobrecarga, se apagaron, dejando como unica fuente de luz la que venia de la otra calle.

Le dejó con el enigma de si sabía quién era para así asegurarse de que le acababa siguiendo, cosa que hizo a los pocos segundos. No tenía pinta de que le hubiese identificado, a pesar de que hubiesen compartido tiempo y espacio durante alguna temporada. Poco observador, o muy despistado. Esbozó una sonrisa perspicaz cuando el otro le metió prisa con lo de hablar. Parecía nervioso, tanto más a su favor.

- Un poco de calma, señor Da Vinci. - se metió una mano a la riñonera que hacía juego con su chándal hortera, pero por el momento no sacó nada. - Mis informantes me dijeron que la última vez adquirió el elixir de potenciación mágica...así que podría considerarle como un cliente preferente. - sacó por fin de la riñonera un saquito que contenía la droga en polvo, alzándolo un momento para mostrárselo.

- Hay suficiente cantidad para un par de semanas, incluso si quiere compartirla con alguno de sus compañeros. Puede llevárselo por una módica cantidad...o por alguna de sus últimas innovaciones tecnológicas. ¿Qué tipo de chatarra estaba adquiriendo antes? - últimamente no estaba muy al tanto de los asuntos de los Descendientes, y no le venía mal la información. Tenía rumores de aquí y de allá, pero la mayoría eran relacionados con lo que estaba sucediendo en Londres tras los bombardeos  y demás.

Metí las manos en los bolsillos y parpadeé en par de veces para ajustarme la vista. Ese tío.... Su voz me sonaba de algo. Lo que decía eran todo un cúmulo de advertencias de peligro y estaba preparado para defenderme si era el caso. No me iba a pasar como en el Vaticano.

No, me di cuenta que era diferente. Entonces caminé yo solito a eso sin darme cuenta de donde me metía hasta que era demasiado tarde. Ahora tenía muy claro donde me estaba metiendo y sin embargo seguía, por más que mi sentido común me advertía lo contrario había algo en esa maldita sustancia que me hacía ignorar las malas consecuencias de la misma. Eso me disgustaba, y mucho.

- creo que te conozco, nos hemos visto antes. -; arriesgué sin estar muy seguro porque definitivamente él sabía quién era, su voz me sonaba y fuera de ouroboros, no me conocía tanta gente.

- lo hice por necesidad- farfulle molesto cuando me llamó cliente preferente. Luego observé la mercancía con más deseo del que yo mismo habría esperado. Dos semanas? Eso sería suficiente para ponerle punto y final al problema con las islas?

- un radar para modificarlo y convertirlo en un radar de espíritus. - no quería dar muchos datos de nuestra precaria situación. Me empecé a acercar a él. Se sentía como vender el alma cambiar eso por alguno de mis inventos.

- como sé que es buena? Las que he adquirido hasta ahora tienen muchos efectos secundarios.

"Qué puedo intercambiar? La caja atrapa espiritus no, acabamos de terminarla y es necesaria...."

Menudo despistado estaba hecho el tipo. Ni siquiera se acordaba de que habían coincidido en Ouroboros, y que hasta había compartido laboratorio con él aunque no fuese durante mucho tiempo. Tobías esbozó una leve sonrisa de reconocimiento cuando le dijo que creía que se habían visto antes. - Por supuesto que sí. Seguro que si haces memoria un poco más logras dar con la respuesta. Digamos que no soy muy aceptado entre ciertas personas que me acusan de cosas sin motivos...hay mucho desagradecido en el mundo. - concluyó haciendo un gesto de desagrado, pensando en los muchos ofendidos que tenía con él. Demasiados enemigos por todas partes.

- Lo sé, lo sé...y para eso está el avance de la ciencia y de la magia, para cubrir las necesidades de las personas que lo necesiten. No es nada malo usar lo que está a nuestro alcance. Sólo los necios aceptarían conformarse con menos. - jugueteó con el pequeño saco de droga en polvo, haciéndolo saltar un par de veces en la palma de su mano. Luego entornó los ojos con interés al escuchar lo de los espíritus, el radar para localizarlos.

- Interesante. ¿Sirve para invocarlos también o sólo para localizar a los que se encuentran en nuestro plano? - aunque...para aplicarlo al mercado tampoco tenía mucho interés en la situación actual. Pocos en Londres querrían algo así. - Pues claro que es buena, ¿qué te crees? se ha perfeccionado mucho desde la fórmula inicial. - evitó decir que la primera fórmula se cargó a la mujer del paliducho aquel que fue a recuperar a su hijo, pero eso no contaba, era la fase de ensayo. - Si no queda satisfecho le devolvemos el dinero. - agregó con sorna, como frase hecha. De todos modos por el momento le interesaba más que todos se enganchasen a eso.

- Por el momento dame alguno de los objetos de valor que lleves encima, así cerramos esta transacción. Para el futuro...sugiero una colaboración. Tal vez en el nuevo hospital que se ha inaugurado. - echó un vistazo fugaz al exterior del callejón, esperando cerrar la transacción rápido antes de que llegasen entrometidos. Extendió la mano con el saco hacia él, a la espera de que lo cogiese y le entregase algo a cambio. Si intentaba alguna estupidez...peor para él.

"como para hacer memoria estoy yo"

Rodé la cabeza, odiaba mucho, muchisimo, que me hicieran perder el tiempo. Cubrí mis ojos con una mano masajeandome la sien. El estupido chandal de tactel no ayudaba. Me acerqué a él tras retirar la mano de mi cara y le retiré las gafas de sol, bruscamente, para ver sus ojos.

-No vale si te escondes.

Al verle directamente a los ojos, entorné los míos, cayendo por fin en la cuenta. Eran las expresiones lo que no se me olvidaban.

- Tobías? - solté sus gafas de sol con indignación. Era él quien estaba detrás del amplificador de magia?

"éste no estaba en búsqueda o algo? Tendré que preguntarle a Amaya"

Sincerametne no me acordaba y no le iba a preguntar a él directamente, "oye, eres un criminal buscado?" ni nada por el estilo. Sus argumentos parecían convincentes. Pero evidentemente, estaba en el papel del vendedor, cómo no iba a ser convincente?

- uy, demasiadas preguntas para alguien que aun no ha pagado. - le dije cuando siguió interesandose por el radar de espiritus. Suspiré de modo borrascoso cuando afirmó que ahora era mejor. - es peor que el café. Sin café podía funcionar.

"de mala hostia, pero..."

- sin eso no. - pero qué le iba a contar? - seguro que no es una casualidad. - después del pico siempre llegaba. La debilidad, el dolor, irritabilidad, temblores...

- el futuro está fuera de mi alcance. Solo prometo el ahora. - y sin duda no podía apostar el hospital de Arleen .Verdad? Quizá....

Negué. Levanté el brazo, girando una ruletita que provocó se abriera una rendija por la que salió un pequeño cubo. Se lo entregué a Tobías, cogiendo con la otra mano el frasco. Intercambio hecho. - Es un autómata medicalizado, una creación de lo mas util para curaciones sobre el campo de batalla. En la proxima transacción te paso las instrucciones, si no las has descubierto tu solito para entonces. Arrivederci. - me desaparecí, sin ganas de prolongar aquello por mas tiempo

Le sorprendió un poco que de una se decidiese a quitarle las gafas, como si fuese imposible reconocerle con ellas. Debía ser una de esas personas a las que se le engañaba fácil con un simple disfraz de peluca y gafas. Al menos así recordó de una vez su nombre, para bien o para mal. - El mismo. - respondió con toda la tranquilidad del mundo, a pesar de que sabía que el tipo estaría recordando ahora algunos de los cargos y acusaciones que tenían en su contra. - Tú tampoco pareces mal negociante, dosificas la información sobre tus artefactos. - tampoco le insistió más, por ahora no le interesaba tanto ese aparato porque no podía sacarle rentabilidad. Fingió indignación cuando dijo que su droga era peor que el café. Pues obviamente...

- El café tampoco te proporciona ese aumento de poderes. Es evidente que si recurres a mi maravillosa creación es porque has descubierto el potencial que tiene, a pesar de que haya unos leves efectos secundarios. Pero hasta la más simple medicina los tiene. Simplemente tienes que evaluar beneficios y riesgos...- terminó de hacer la entrega del saco con el adictivo contenido, cogiendo con la otra lo que él le tendía. Lo observo con curiosidad mientras le explicaba que era un autómata medicalizado, algo que podía serle muy útil para uso personal y tal vez para replicarlo.

- Se te olvida con quién estás hablando... claro que descubriré con facilidad cómo funciona. - no hubo tiempo para mucho más, puesto que Da Vinci desapareció de allí rápidamente. Tobías se echó el pequeño cubo al bolsillo, echando un vistazo alrededor antes de salir del callejón para desaparecer de allí también. El negocio de ese día no había estado mal.

Y alli estaba, una vez más. El portal que Catherine me hizo a Londres fue a China Town por expresa petición mía. ¿Qué? Habría preferido hacer esto solo. Pero Gwen tenía razon, y había impuesto un poco de lógica a la descabellada diatriba que una histérica Cath y un histérico yo estabamos desarrollando con un plan de mierda que...sí, es que era cierto.

No podíamos quedarnos solos si las pruebas que esas bolas de luz espirituales nos traían podían acaecer en cualquier momento. Así que cuando la morena de los Pendragon propuso aquello, no me quedó mas que morderme los labios, tragarme el orgullo y asentir. Ella sabía guardar un secreto, no era así? Ya me lo había demostrado. Qué era otro mas? Habían cosas mas importantes en juego que mi reputación. A la mierda mi reputación! Para empezar, ya era un desastre desde hacía tiempo.

Me iba rascando el tatu recién hecho por encima de la camiseta porque...por qué habia elegido las costillas? Era muy sexy sí, y a prueba de ser arrancado pero....Dolía que te cagas.
- El tuyo también pica tanto? - le pregunté a Gwen porque sabía que ella llevaba otro en la base del cuello, se lo había visto junto a las raices. Miré su espalda, ahora la tapaba con el cabello suelto porque el vestido era transparente y....oh dios, llamaba muchisimo la atención en China Town. Sin duda atrajo la mirada de más de un interesado... y yo que estaba de un humor de perros y me dolía todo el maldito cuerpo, ni corto ni perezoso les lancé varios improperios en italiano, antes de acercarme a Gwen y bajar la voz. - Tengo que hacer unas gestiones aquí antes, conseguir ciertas cosas y...cuento con tu discreción. Esperame un momento - la miré a los ojos, luego al escote, luego otra vez a los ojos, sonreí incómodo y le di unas palmaditas en el brazo, antes de separarme para ir en búsqueda del que me hacía los intercambios cuando Tobias no estaba.

Pensaba que irían directamente al laboratorio que tenía montado en el hospital pero DaVinci al parecer necesitaba algo en China Town. No conocía ese barrio, había leído cosas y escuchado historias pero nunca lo había visitado.

Al llegar le pareció algo más mágico que otras zonas de la ciudad que conocía, que eran pocas, y aún así era bastante...decadente. -Al principio sí ahora solo noto algo de tensión en la zona.-Comentó mirando con el ceño fruncido un negocio que tenía animales un tanto extraños en jaulas mientras pasaban al lado.

Los gritos en italiano hacia otras personas hicieron que Gwen desviase la atención de aquellos negocios. ¿Por qué se ponía a decir aquellas cosas a esa gente? El comportamiento de DaVinci continuaba siendo más extraño de lo normal. Al bajar la voz le dedicó una mirada confusa. Gestiones, cosas, discreción. Apretó los labios observando esa mirada errática y miró su brazo por la palmadita.-¿Q..qué?-Preguntó al verse abandonada en mitad de aquel lugar.-Descendiente no...-Apretó los labios molesta y tras mirar a su alrededor resopló soltando aire por la nariz antes de seguir sus pasos alcanzándole.-No puedes estar solo ¿Es que no has entendido nada de lo que puede pasar?-Soltó por lo bajo en un tono confidencial.

Miró de nuevo a su alrededor. No era un espacio seguro y no entendía que hacían allí.-¿Qué puedes necesitar de un sitio como este?-Y de pronto tenía a una mujer anciana acariciándole el brazo mientras le ofrecía algo como una hierba que no entendió muy bien que era.-Em...no, gracias.-Sonrió incómoda apartando el brazo y miró a DaVinci con gesto interrogante.

No pasó mucho tiempo hasta que Gwen vino tras de mi con sus preocupaciones.
- si, si, que en cualquier momento me pueden dar al botón de apagado como a Wthyr y Sofía y caerme al suelo redondo entre un monton de desconocidos, pero, para estás tú aquí no?

"Precisamente por eso, hay que ser rápido...y esta es la mejor manera"

- no pretendo insultar más a tu inteligencia. - dije sin mirarla cuando preguntó qué podia necesitar yo d allí, porque estaba mas ocupado paseando mis ojos por allí pues estaba buscando al enlace. Hasta que finalmente la pose en ella, haciendo por fin una breve pausa en aquel frenético comportamiento. - asi que te digo directamente lo que estoy buscando: sustancias ilegales. - ya no tenia ni tiempo ni ganas para inventar excusas. La pausa no duró mucho.

No, el espacio no era seguro para ninguno de los presentes, eso lo sabia...pero la interrupcion de la vieja gitana con el romero le robó un momento de atención.
- Es romero. Te quiere leer la fortuna. Y no es gratis aunque te diga que si. - le di una monedita falsa a la gitana, era una moneda bailonga de juguete con el emblema de los antiguos galeones que usaban los magos en Londres. Pero al menos parecía de oro. A esas horas de la noche, China Town estaba algo más concurrido de lo habitual, pero al llegar al portal donde sabía que estaria el enlace de Tobias (unos pocos metros mas allá de donde la anciana habia asaltado a Gwen) encontré alli a uno de sus mercenarios o mandados o lo que fueran esos tipos con las caras llenas de tatuajes y pinta de matones.
- Tu jefe no está? Necesito unas cuantas dosis de amplificador. Cuántas puedes darme? - una no me iba a bastar. Y como habia pillado todo tan desprevenido, no tenía encima los planos del autómata ni nada nuevo en particular. Y de dinero ni hablemos, solo me habia echado un puñado de dinero falso que había hecho hacía algun tiempo a modo de juguete para Aedan, para cuando "quisiera aprender matematicas y economia".

Esperaba liquidar aquella transacción lo más rapida y limpiamente posible. El caso es que cuanto mas cerca estaba de obtenerla, mayor necesidad parecía sentir.

Le observó con gesto crítico mientras hablaba de lo que iba a pasar. Gwen a veces pensaba que DaVinci era extremadamente inteligente y otras muchas que toda esa brillantez nublaba su cabeza demasiado.-¿Y por qué pretendías entonces dejarme esperando?-Contestó esperando que el inventor atase cabos sobre tal absurda petición.

Apretó los labios por aquello. ¿La estaba llamando estúpida? Que no fuese una mujer de ciencia no significaba que lo fuese. Sin embargo cuando finalmente confesó lo que buscaba paró sus pasos a pesar de que Giordano parecía seguir buscando a su ritmo. Comprendió entonces o quiso relacionar al menos su comportamiento con aquella revelación. Se puso en marcha.-Oh...-Simplemente no dijo más pero le observó de reojo en repetidas ocasiones mientras recordaba momentos en los que podía haber estado perjudicado por las drogas. ¿Las usaba siempre?¿Por eso era tan hiperactivo y tenía bajones de humor?

La gitana interrumpió aquel hilo de pensamientos y cuando DaVinci le dio el dinero se atrevió a tomar la mano de la morena, que volvió a sonreír incómoda apartándola.-No hace falta, gracias.-Ya había tenido suficiente con las hadas y sus predicciones. Pareció insistir mientras Giordano se alejaba y Gwen trataba de no perderle de vista y con la mayor de las educaciones la morena finalmente se libró de la mujer acelerando el paso para alcanzarle.

Para ese momento él ya estaba hablando con un hombre de mal aspecto. Podría haberse quedado en un discreto segundo plano, alejada lo suficiente para no interrumpir, sin embargo se acercó lo suficiente como para quedar a un par de pasos de ellos. El hombre pareció preocuparse por su presencia.-Vengo con él.-Aclaró antes de que siguiese con aquella transacción. Gwen cruzó sus brazos casi en un pequeño abrazo mientras miraba alrededor y suspiró pesadamente casi en silencio. ¿Amplificador?¿De qué?¿Por qué necesitaba algo así?¿Estaba enfermo, era por placer o simple costumbre? No llegaba a comprenderlo a pesar de que ella misma había usado ciertas sustancias en rituales concretos. ¿Las necesitaba para su trabajo?

- Para ser justos, te dije "esperame un momento" no "esperame aqui un momento", ergo no insinué en ningún instante que debías quedarte apartada de mi en un escenario fisicamente hablando si no que me tenías que conceder cierta cantidad de tiempo. - expliqué rápido y conciso, alzando la mirada un momento en busqueda de posibles cuerpos voladores extraños.

En vista de que no llevaba los planos originales saqué una bolsita de dinero (cuyo contenido en mas del cincuenta por ciento eran monedas de juguete, aunque eso lo vería Tobias luego) para pagar, el tipo sopesó y quedó medio conforme aunque me miró con cara de pocos amigos, al igual que a Gwen, que no tardó en presentarse y a lo que no repliqué. Estaba siendo extremadamente discreta.

- Con esto solo te llevas dos dosis - dijo el mercenario mientras hacia el intercambio conmigo, a lo que contuve un bufido de disconformidad, pero me callé y lo tomé, porque sinceramente yo tambien andaba haciendo trampas. - Ya está entonces.

Me giré hacia Gwen guardando aquello en el bolsillo de mis pantalones, sin saber si tenía preguntas, o si.... simplemente le daría lo mismo. Siempre y cuando pudiera hacer mi trabajo, claro está. Cosa que iba a hacer estupendamente. De veinte sobre diez.
- Hecho. Ves? Ha sido rapido. Vamos al sótano del hospital a concluir lo de las hadas. - solté con tono algo brusco, poniendo mi mano sobre su hombro y esperando a que nos desapareciera de alli, para marcharnos rumbo al hospital.

Su puntualización simplemente molestó a Gwen, cosa evidente por el gesto que le dedicó. Finalmente no pudo evitar rodar disimuladamente sus ojos y apartar la mirada de Giordano.-El lenguaje corporal refleja mejor las intenciones que cualquier palabra mi señor Descendiente. -Comentó con cierto tono serio. Si no pretendía insultar a su inteligencia tal y como había dicho no lo estaba consiguiendo.

Prosiguió con su transacción y la morena aunque manteniéndose al margen no perdió detalle sobre la misma. Parecía molesto y ansioso a su vez por conseguir poco de aquello que no logró distinguir bien a pesar de observar como lo guardaba en su bolsillo.

Al finalizar y acercarse a ella simplemente le dedicó una mirada seria antes de desaparecerse junto a él.