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Recuerdo del primer mensaje :
La catedral de esta ciudad ha servido durante la guerra como lugar de refugio de los más desfavorecidos, especialmente humanos, si se localizaba un mago no se le permitía quedarse.
Todo estaba llendo de maravilla, tenían al centinela Red acorralado y cuando terminaran con ese, la vampiro, haría que el centinela Darkred crea que el ser mágico era él mismo, así procedería a la autodestrucción y todo resuelto, salvo por el detalle que de seguro los centinelas habían emitido una alarma a la base, aunque... quizás Deisy tambien podía emitir a través del centinela Darkred un mensaje de falsa alarma. De todos modos no se iba a confiar; traería a su cerbero para que custodie el lugar por ella mientras buscaba a Marcus Tesla. La vampiro deseaba con todo su podrido corazón que el mago se encontrara en la zona de reunión del Consejo de los veinte, ansiaba conocer su ubicación.
- Off:
- Me olvide que los centinelas tienen ataque y defensa propios
Robot Centinela
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Resuena el metal con el metal cuando el centinela Darkred impacta con el ser mágico. Ahora, el androide, cambia su ataque y el brazo derecho se alza, adoptando la forma de un cañón de láser letal. La energía comienza a cargarse en la boca del cañon y puede apreciarse cierta luminosidad, además de un pitido que no augura nada bueno. La carga dura unos 5 segundos, y entonces, el rayo láser sale disparado hacia donde está el centinela Red.
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Primero el ataque del Orco Red, luego el del Orco Darkred y por último, el centinela Red, se desequilibra ante el golpe del centinela Darkred. Ante los ataques frustrados del centinela Red y los ataques combinados, el robot resuelve que sus probabilidades de derrota aumentaron exponencialmente, así que enciende los propulsores de la espalda y eleva el vuelo para atacar desde un punto más estratégico haciendo un ruido de mil demonios, levantando una humareda de polvo de toda la suciedad acumulada en la calle, y haciendo que vuelen algunos papeles mientras apunta y dispara su ametralladora al Orco Red.
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Primero el ataque del Orco Red, luego el del Orco Darkred y por último, el centinela Red, se desequilibra ante el golpe del centinela Darkred. Ante los ataques frustrados del centinela Red y los ataques combinados, el robot resuelve que sus probabilidades de derrota aumentaron exponencialmente, así que enciende los propulsores de la espalda y eleva el vuelo para atacar desde un punto más estratégico haciendo un ruido de mil demonios, levantando una humareda de polvo de toda la suciedad acumulada en la calle, y haciendo que vuelen algunos papeles mientras apunta y dispara su ametralladora al Orco Red.
- Spoiler:
- Ataque de centinela Darkred a centinela Red 40 + 2º Ataque de centinela Darkred (Dados 30 + Ataque tecnológico 25) + Ataque de Orco Darkred 15 + Ataque de Orco Red 25= 135
Ataque tecnológico de centinela Red a centinela Darkred 25 + Dados 15= 40
Defensa de centinela 25 + Dados 25= 50
Daño total= -85 - 20= -105
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El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Centinela ataque' :
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#2 'Centinela defensa' :
#1 'Centinela ataque' :
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#2 'Centinela defensa' :
Orco
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Luego de pegarle en donde parece ser la cabeza con el mazo, el Centinela Red agarra vuelo para disparar su ametralladora en dirección a su compañero, el Orco Red, pero el Orco Darkred no le permitirá ir muy lejos ya que, evadiendo las balas y rayos láser de milagro, pega un salto con un gruñido como para agarrar al centinela del que parece ser el pie, para desestabilizarlo y que le erre a su compañero en los tiros y aprovechar para golpearle otro poco con el pesado mazo en donde alcanzara. Se mantenía peligrosamente agarrado con un brazo del centinela y balanceaba el otro brazo con el mazo para golpearlo. El reactor del pié queda muy cerca de su cara así que debió soltarse del monstruo de metal para que la cara no se le quemara. El Orco Darkred cayó pesadamente en la tierra.
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El Orco Red se refugia tras el centinela Darkred del ataque con metralleta viendo que no los atacaba, incluso atacaba al centinela Red y ve a su compañero saltar para luego caer.
- Spoiler:
- Ataque físico 15 + Dado 5= 20
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El Orco Red se refugia tras el centinela Darkred del ataque con metralleta viendo que no los atacaba, incluso atacaba al centinela Red y ve a su compañero saltar para luego caer.
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'Ataque Físico' :
'Ataque Físico' :
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El brazo derecho del Centinela Darkred se mantiene alzado, manteniendo la forma de un cañón de láser letal, si el rayo impacta en la carne, la desintegra, directamente, pero el resistente metal del centinela Red simplemente se quema, mientras que recibe las balas de las metralletas del ser mágico sin inmutarse, ya que las balas rebotan en el resistente metal. El Centinela Darkred recarga el cañón, puede apreciarse nuevamente la luminosidad y el pitido, y el rayo láser sale disparado nuevamente hacia donde está el centinela Red.
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El centinela Red le dispara con su metralleta a el Centinela Darkred desde las alturas queriendole dar al el Orco Red, mientras el otro orco se agarró de su pié desestabilizando su vuelo y perdiendo el control cayendo finalmente golpeando, antes, alguna edificación cercana. El centinela Red se incorporó, de sus hombros caían ligeros escombros, había dejado la huella del impacto en un edificio que figuraba como comercio de ventas. Se dirigió corriendo a toda velocidad con sus pesados pasos a enfrentar a el Orco Darkred que tenía en su campo de visión, aunque, gracias a los escáneres sabe que el Orco Red está cubierto detrás del Centinela Darkred. Ataca al Orco Darkred con la metralleta.
- Spoiler:
- 25 Dado + 25 Defensa de ataque de centinela Red= 50
30 Dado + 25 Ataque a centinela Red= 55
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El centinela Red le dispara con su metralleta a el Centinela Darkred desde las alturas queriendole dar al el Orco Red, mientras el otro orco se agarró de su pié desestabilizando su vuelo y perdiendo el control cayendo finalmente golpeando, antes, alguna edificación cercana. El centinela Red se incorporó, de sus hombros caían ligeros escombros, había dejado la huella del impacto en un edificio que figuraba como comercio de ventas. Se dirigió corriendo a toda velocidad con sus pesados pasos a enfrentar a el Orco Darkred que tenía en su campo de visión, aunque, gracias a los escáneres sabe que el Orco Red está cubierto detrás del Centinela Darkred. Ataca al Orco Darkred con la metralleta.
- Spoiler:
- 15 Dado + 25 Defensa de ataque de Orco Darkred= 40 - (20 ataque de Orco Darkred + 55 ataque de centinela Darkred)= -35
Daño Total= -35 + -105= -140
20 Dado + 25 Ataque a Orco Darkred= 45
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El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Centinela defensa' :
--------------------------------
#2 'Centinela ataque' :
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#3 'Centinela defensa' :
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#4 'Centinela ataque' :
#1 'Centinela defensa' :
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#2 'Centinela ataque' :
--------------------------------
#3 'Centinela defensa' :
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#4 'Centinela ataque' :
Marcus Tesla
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Mir Budi Sa Svijetom, Krv Bude Mir
Capítulo primero
Sangre y misterio
Tercera parte
Metales fundidos sobre piedras devastadas
Capítulo primero
Sangre y misterio
Tercera parte
Metales fundidos sobre piedras devastadas
El sonido de las alarmas y los suelos moviéndose no eran propios de la catedral. A treinta metros del desastre que se aproxima, una singular batalla de dos por dos era el centro de atención que traía como consecuencia el despido de todo el personal que ahí dentro se encontraban. Corrían las gentes en masa, pisándose unas a otras en pánico demoledor y solo bastó que el último de los humanos se fuera para ser testigos de un nuevo ataque.
Los pisos se removieron, el suelo ahora era marrón por el barro, con puntas verdes sobre él por el césped y un color metálico parecido a una caja de gran tamaño, levantándose por sí sola a un poco menos de una legua de distancia. Aquella caja se abre y no es para mostrar ciertas sorpresas. Una esfera de metal arremete primero contra uno de los centinelas. Así como los cohetes al llegar al espacio, el metal se desprende de la bola y deja ver un centro peculiar con radios de electricidad chocando con sus paredes rojas.
Lo anterior no era lo peor. Una nueva esfera sale de la caja de sorpresas, sino que esta se dirige hacia el segundo centinela. Cuando el cristal toca el vidrio, el verdadero pánico comienza en realidad. ¿Quién o qué activa la máquina? Sin duda estaba digitalizada para apuntar una vez el castillo esté libre de humano. ¿Quién ideó cosa semejante?
- Spoiler:
A centinela Darkred
Ataque mágico: 27
Dado: 10
Habilidad de ficha: 10
Cañón (canalizador): 5
Total: 52 de daño.
A centinela Red
Ataque mágico: 27
Dado: 25
Habilidad de ficha: 10
Cañón (canalizador): 5
Total: 67 de daño.
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El miembro 'Marcus Tesla' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Ataque Mágico' :
'Ataque Mágico' :
Robot Centinela
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El rayo desintegrador del Centinela Darkred se desvía tras ser víctima de un ataque de bombas eléctricas de extraña procedencia. Luego de ver al ser mágico caer, el centinela recibe nuevas órdenes; emitir un mensaje de falsa alarma a la base de la Alianza y lo cumplió:
“Criatura mágica neutralizada. No fue posible recolectar más datos de los ya emitidos.”
En ese momento el sistema indicó:
Daños iguales al 100%. Reinicio del sistema.
Protocolo de emergencia activado. Cuenta atrás iniciada.
Las luces de los ojos, parpadean, iniciando una cuenta atrás, la cual anuncia en forma de cinco pitidos. Terminados dichos pitidos, la máquina se hace explotar a sí misma, con las consecuencias que ello conlleva para los que están próximos.
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Daños iguales al 101%. Reinicio del sistema.
Protocolo de emergencia activado. Cuenta atrás iniciada.
Las luces de los ojos, parpadean, iniciando una cuenta atrás, la cual anuncia en forma de cinco pitidos. Terminados dichos pitidos, la máquina se hace explotar a sí misma, con las consecuencias que ello conlleva para los que están próximos.
“Criatura mágica neutralizada. No fue posible recolectar más datos de los ya emitidos.”
En ese momento el sistema indicó:
Daños iguales al 100%. Reinicio del sistema.
Protocolo de emergencia activado. Cuenta atrás iniciada.
Las luces de los ojos, parpadean, iniciando una cuenta atrás, la cual anuncia en forma de cinco pitidos. Terminados dichos pitidos, la máquina se hace explotar a sí misma, con las consecuencias que ello conlleva para los que están próximos.
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Centinela Red
Daños iguales al 101%. Reinicio del sistema.
Protocolo de emergencia activado. Cuenta atrás iniciada.
Las luces de los ojos, parpadean, iniciando una cuenta atrás, la cual anuncia en forma de cinco pitidos. Terminados dichos pitidos, la máquina se hace explotar a sí misma, con las consecuencias que ello conlleva para los que están próximos.
Al final pudo emitir el mensaje a los de la Alianza y esa arma metálica digitalizada que fue el autor del nuevo ataque a los centinelas, tenía la firma de Tesla por doquier, pero la pelea aún no terminaba... escuchó los pitidos que emitían los centinelas y con su vampírica velocidad corrió a la ventana más próxima a los orcos a la salida de la catedral y grito:
-¡ENTREN RÁPIDO, VAN A EXPLOTAR!- A los orcos que la habían ayudado.
Esperó a que entraran para cerrar velozmente la puerta principal para atenuar las explosiones, las cuales se escucharon poderosas pero que no lograron afectar a las grandes y viejas puertas.
-Irónico. Uno nace del polvo y con bloques de polvo macizo levantan un templo. ¿Sabían que la catedral de Canterbury o de Cantorbery es una de las más antiguas y famosas estructuras cristianas en Inglaterra? Es la catedral del arzobispo de Canterbury, el líder religioso de la Iglesia de Inglaterra. Esta iglesia es el foco de la Religión Anglicana. Su título formal en inglés es Cathedral and Metropolitical Church of Christ at Canterbury.- Dijo hablando en inglés a los Orcos, caminando recorriendo el hermoso edificio unos metros y mirando.
Luego de un suspiro algo melancolico dijo -Espérenme aquí un momento, recuerden vigilar que nadie entre. Lo hicieron excelente, ahora su futuro está a salvo. Yo vuelvo antes de que terminen de decir esternocleidomastoideo.- Y la vampiro se retiró en la noche a buscar a su cerbero con su hipervelocidad, él estaba recluido en una cueva cargada de misterios, pero ya iba siendo tiempo de sacarlo a pasear. Desislava, con su disciplina Animalismo, no tuvo que hacer más que poner una mano en donde estaba su corazón para calmar su entusiasmo de ver a su dueña luego de tanto tiempo.
-Calma chicos- Dijo para apaciguar al perro gigante de tres cabezas y rascó detrás de sus seis orejas, lo que hizo que las cadenas tintinearan, luego la vampiro liberó al Cerbero y utilizó las cadenas como correas. Nuevamente Desislava se puso ante el gigante can con las cadenas en una mano y la otra libre para tocar la suave y violácea piel donde estaba su corazón mientras le decía -Mi hogar está siendo atacado por monstruos de metal, pido tu ayuda, todo lo que tengo para ofrecer es comida... tengo filete... asado...-
Cerbero y ella llegaron a la catedral, él pasó por los pelos por la puerta. -Bien, los presento...- dijo mientras utilizaba su vampírica fuerza para encadenar fuertemente al perro gigante, pero como para que tenga la suficiente movilidad para apresar a cualquiera que pase caminando por la puerta o el hall principal, de todos modos olería a cualquiera que entrara o se encontrara próximo a cualquier puerta de la edificación y comenzarían a ladrar, alertando a los Orcos, los cuales se encargarían del intruso. -Orcos, él... o ellos son Cerbero. Cerbero, ellos son orcos. Yo ahora me tengo que ir, pero mientras yo no estoy conozcanse, recorran el lugar... Si quieren jugar no le den nada de madera, ni que se pueda astillar, porque, ya saben... su mordida es potente y cosa que se ponen en la boca, cosa que se tragan y no sé si habrá algún veterinario que esté dispuesto a ocuparse de ellos. Denle alguna cortina, o una soga bien larga...- Le susurro las indicaciones a los orcos. -Y ustedes... Acostumbrense al olor de estos dos, son amigos, no comida- Le susurró a su perro gigante. -Portese bien coshita peshosa de mama. Sí ¿Quiénes son los solecitos más pochochos del univesho?¿Eh?¿Quiénes? Ayy, siii, ustedes, ustedes, siii.- Dijo despidiéndose cariñosamente del can con tres cabezas, rascándole la enorme panza en la que, tranquilamente, se podría acostar y aún cabrían uno o dos más. Luego se incorporó y saludó con la mano y una sonrisa a los Orcos que la habían ayudado antes de irse de la catedral con su vampírica velocidad. Antes de dejar el lugar y adentrarse nuevamente en la noche para salir en busca de su muy especial presa, un miembro del Consejo de los Veinte, vió que en la entrada del lugar había quedado esparcidos algunos restos de los centinelas que habían procedido a la autodestrucción, eran partes interesantes y mirando un poco más detalladamente alrededor vio una mochila bastante desgastada, pero que serviría para llevar las piezas más enteras que encuentre. Al abrirla, notó que su contenido era ropa para una niña pequeña, algunos útiles escolares y una muñeca, arriba de eso metió las partes de los centinelas verificando que no tengan ningún chip de rastreo o algo así, sabía de una amiga a quién le serviría ya que entendía de lo tecnológico. Se colgó al hombro la mochila con las piezas y las pertenencias de la anterior dueña y dejó oficialmente el lugar.
-¡ENTREN RÁPIDO, VAN A EXPLOTAR!- A los orcos que la habían ayudado.
Esperó a que entraran para cerrar velozmente la puerta principal para atenuar las explosiones, las cuales se escucharon poderosas pero que no lograron afectar a las grandes y viejas puertas.
-Irónico. Uno nace del polvo y con bloques de polvo macizo levantan un templo. ¿Sabían que la catedral de Canterbury o de Cantorbery es una de las más antiguas y famosas estructuras cristianas en Inglaterra? Es la catedral del arzobispo de Canterbury, el líder religioso de la Iglesia de Inglaterra. Esta iglesia es el foco de la Religión Anglicana. Su título formal en inglés es Cathedral and Metropolitical Church of Christ at Canterbury.- Dijo hablando en inglés a los Orcos, caminando recorriendo el hermoso edificio unos metros y mirando.
Luego de un suspiro algo melancolico dijo -Espérenme aquí un momento, recuerden vigilar que nadie entre. Lo hicieron excelente, ahora su futuro está a salvo. Yo vuelvo antes de que terminen de decir esternocleidomastoideo.- Y la vampiro se retiró en la noche a buscar a su cerbero con su hipervelocidad, él estaba recluido en una cueva cargada de misterios, pero ya iba siendo tiempo de sacarlo a pasear. Desislava, con su disciplina Animalismo, no tuvo que hacer más que poner una mano en donde estaba su corazón para calmar su entusiasmo de ver a su dueña luego de tanto tiempo.
-Calma chicos- Dijo para apaciguar al perro gigante de tres cabezas y rascó detrás de sus seis orejas, lo que hizo que las cadenas tintinearan, luego la vampiro liberó al Cerbero y utilizó las cadenas como correas. Nuevamente Desislava se puso ante el gigante can con las cadenas en una mano y la otra libre para tocar la suave y violácea piel donde estaba su corazón mientras le decía -Mi hogar está siendo atacado por monstruos de metal, pido tu ayuda, todo lo que tengo para ofrecer es comida... tengo filete... asado...-
Cerbero y ella llegaron a la catedral, él pasó por los pelos por la puerta. -Bien, los presento...- dijo mientras utilizaba su vampírica fuerza para encadenar fuertemente al perro gigante, pero como para que tenga la suficiente movilidad para apresar a cualquiera que pase caminando por la puerta o el hall principal, de todos modos olería a cualquiera que entrara o se encontrara próximo a cualquier puerta de la edificación y comenzarían a ladrar, alertando a los Orcos, los cuales se encargarían del intruso. -Orcos, él... o ellos son Cerbero. Cerbero, ellos son orcos. Yo ahora me tengo que ir, pero mientras yo no estoy conozcanse, recorran el lugar... Si quieren jugar no le den nada de madera, ni que se pueda astillar, porque, ya saben... su mordida es potente y cosa que se ponen en la boca, cosa que se tragan y no sé si habrá algún veterinario que esté dispuesto a ocuparse de ellos. Denle alguna cortina, o una soga bien larga...- Le susurro las indicaciones a los orcos. -Y ustedes... Acostumbrense al olor de estos dos, son amigos, no comida- Le susurró a su perro gigante. -Portese bien coshita peshosa de mama. Sí ¿Quiénes son los solecitos más pochochos del univesho?¿Eh?¿Quiénes? Ayy, siii, ustedes, ustedes, siii.- Dijo despidiéndose cariñosamente del can con tres cabezas, rascándole la enorme panza en la que, tranquilamente, se podría acostar y aún cabrían uno o dos más. Luego se incorporó y saludó con la mano y una sonrisa a los Orcos que la habían ayudado antes de irse de la catedral con su vampírica velocidad. Antes de dejar el lugar y adentrarse nuevamente en la noche para salir en busca de su muy especial presa, un miembro del Consejo de los Veinte, vió que en la entrada del lugar había quedado esparcidos algunos restos de los centinelas que habían procedido a la autodestrucción, eran partes interesantes y mirando un poco más detalladamente alrededor vio una mochila bastante desgastada, pero que serviría para llevar las piezas más enteras que encuentre. Al abrirla, notó que su contenido era ropa para una niña pequeña, algunos útiles escolares y una muñeca, arriba de eso metió las partes de los centinelas verificando que no tengan ningún chip de rastreo o algo así, sabía de una amiga a quién le serviría ya que entendía de lo tecnológico. Se colgó al hombro la mochila con las piezas y las pertenencias de la anterior dueña y dejó oficialmente el lugar.
Orco
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Ambos orcos quedaron cegados por un momento luego del impacto de las bombas eléctricas de extraña procedencia, las cuales explotaron muy cerca de ellos ya que se encontraban cerca de los centinelas. Cando recuperaron la visión y la audición escucharon a la heróica adivina advirtiendoles que las hojalatas explotariían, en ese momento dieron cuenta de los pitidos y corrieron a refugiarse dentro del edificio cerrando con fuerza la puerta tras ellos antes de las explosiones. Luego la adivina se puso a hablar de cosas que ellos no entendían, pero ellos emitieron un respetuoso gruñido a modo de respuesta. Elevaron el pecho, orgullosos cuando la adivina los felicitó e intentaron decir esa larga palabra pero, no habían terminado de decirla con voces profundas y toscas, cuando su heroína llegó acompañada de un animal enorme. Luego de ser presentados, los orcos se pusieron a los lados de la adivina y acercaron sus puntiagudas orejas para prestar atención a las instrucciones que les susurraba para luego mirarse entre ellos mientras ella se acercaba al animal de tres cabezas, para luego despedirse, nuevamente. Luego de ver cómo mimaba a el animal ellos le respondieron el saludo alzando sus grandes y cayudas manos a modo de saludo. Una vez que la mujer se fué los orcos se dedicaron a observar al animal y a olfatearlo, lo que hizo que uno de ellos estornudara. Luego empezaron a patrullar el edificio y a charlar un poco; ellos siempre con enfadadas expresiones, que trataban de suavizar con decoraciones en las largas cabelleras, pero la amenazante mandíbula de filosos colmillos, las posturas amenazantes y su mala reputación echaba el esfuerzo por la borda.
Cerbero
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Otro día más en la cueva, la bestia de tres cabezas no sabía si era de día o de noche y anhelaba el viento del exterior y a su ama, sobre todo a Deisy. En eso percibió su aroma ¿Podrá ser?¿Vino al fin su ama? El animal estaba inquieto removiendose y sus tres cabezas ladraban llamando a su querida amiga. Cuando la vió se empezó a remover aún más, parándose en dos patas, avanzando sin importar que las cadenas ahogen su aire, pero se calmó al sentir la mano de su amiga en el corazón y cuando le rascaba detrás de las orejas su pata trasera se movía involuntariamente como rascándose. Luego de escuchar que su ama tomaba las correas se sentó bien erguido para escuchar las órdenes mientras sentía la mano de ella en su corazón, al parecer el refugio de su ama estaba en peligro, él mostró los dientes amenazando a quien ponga en peligro la seguridad de su buena amiga.
Al fin fuera, pudo sentir la brisa nocturna y ver la noche estrellada, al menos hasta que llegaron al refugio de su ama, en el cual había dos seres a los que su ama identificó como “Orcos” mientras lo encadenaba nuevamente de la manera en la que ella sabía que le gustaba; ni muy flojo, ni muy apretado, lo justo. Cuando escuchó que su ama se volvería a ir, las tres cabezas lloriquiaron y reclamaron atención, cuando Deisy terminaba de susurrarles algo a los Orcos, empujando con su cabeza, tirando de las ropas de su ama y lamiéndola. Registró que los orcos eran amigos y no comida y se volteó panza arriba para que su ama le hiciera mimos cuando le empezó a hablar cariñosamente sacando las lenguas feliz las cuales, al estar panza arriba, caían descuidadamente en sus respectivos hocicos. Cuando su ama se fué, se dió vuelta y se empezó a sentir observado, miró a los orcos y, efectivamente, lo estaban mirando. El Cerbero se dedicó a olfatear a los Orcos a su vez, luego, cuando los orcos se fueron, se abocó a olfatear el lugar, y recorrió todo lo que la cadena le permitía. Una vez que registró el olor de cada rincón del lugar se echó dejando el hocico a unos centímetros de la puerta por la que su ama salió, esperandola con ansias.
Al fin fuera, pudo sentir la brisa nocturna y ver la noche estrellada, al menos hasta que llegaron al refugio de su ama, en el cual había dos seres a los que su ama identificó como “Orcos” mientras lo encadenaba nuevamente de la manera en la que ella sabía que le gustaba; ni muy flojo, ni muy apretado, lo justo. Cuando escuchó que su ama se volvería a ir, las tres cabezas lloriquiaron y reclamaron atención, cuando Deisy terminaba de susurrarles algo a los Orcos, empujando con su cabeza, tirando de las ropas de su ama y lamiéndola. Registró que los orcos eran amigos y no comida y se volteó panza arriba para que su ama le hiciera mimos cuando le empezó a hablar cariñosamente sacando las lenguas feliz las cuales, al estar panza arriba, caían descuidadamente en sus respectivos hocicos. Cuando su ama se fué, se dió vuelta y se empezó a sentir observado, miró a los orcos y, efectivamente, lo estaban mirando. El Cerbero se dedicó a olfatear a los Orcos a su vez, luego, cuando los orcos se fueron, se abocó a olfatear el lugar, y recorrió todo lo que la cadena le permitía. Una vez que registró el olor de cada rincón del lugar se echó dejando el hocico a unos centímetros de la puerta por la que su ama salió, esperandola con ansias.
Marcus Tesla
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Mir Budi Sa Svijetom, Krv Bude Mir
Finalización del primer capítulo
Finalización del primer capítulo
La sacristía de lo que era la catedral de Canterbury ahora es un pedazo de ruinas con estandartes que los humanos usan para colocar sus vestidos y ropas para regalar a las personas más desfavorecidas. Lo que era antes el lugar donde se cernía una imagen de Cristo crucificado, ahora está vació, siendo absorbido por los feroces dientes de la corrosión y las garras sangrientas del moho y la humedad. El closet donde se almacenaban los ornamentos de lino fino con bordados de hilo que parecían de oro, rubí, zafiro, esmeralda y erinita, ahora están todos vacíos. Quién sabe si la religión existirá en aquel mundo.
Marcus Tesla, el desaparecido de la Isla de Ouroboros, o tal vez muerto, estaba ahí en la mesa central, sentado campantemente sobre la madera llena de polvo, cuan buda con vestidos modernos. Abrió sus ojos muy deprisa y asustado. No estaba soñando, sino controlando a su señuelo.
Fue una buena jugada la del rostro de Lyran. Sabía perfectamente que, al entrar en un lugar donde habitan magos, con una máscara notable en su rostro, sería un desperdicio de juego si trataban de quitársela y descubrir quién se esconde tras de ella. En su momento, escogió al azar un habitante de Ouroboros, pero nunca pensó que, quien estaría en las celdas era el mismo espécimen que usó para crear la masa de cuero parecida a la carne de la piel del Knox.
Aquello le trajo gratos recuerdos en su realidad. Era el mejor en ajedrez, pero nunca pensó en usar sus conocimientos en campo abierto y con peones reales de carne y hueso.
Curvó sus labios, se hizo más grande; mostró sus dientes, un gemido sale de su garganta; abrió su boca y comenzó una línea interminable de carcajadas que se escuchaban en toda la catedral con sus respectivos ecos. Era como escuchar a un gato en celo por las noches, pero generaba un sentimiento de satisfacción en el anima del científico victorioso.
Atravesar el portal ha sido el mayor salto de fe después de hacer caso a Zayra para ayudarla a encontrar a sus hijos en Italia después de que me salvara la vida en el Panteón de Agripa. Atravesar el umbral me evoca a ese momento pasado y me carga de frustración por no haber podido terminar el legado que me ha sido asignado proteger a Adra, pero, ¿cómo puede alguien proteger a otra persona si esta no se termina de dejar?
El portal se abre en lo que parecen ser unas ruinas que no reconozco, por supuesto. Reculo un paso hacia atrás para protegerme de una emboscada, preferible a estar encerrada como un conejo aterrado en la cárcel de los descendientes. Pero parece que no ocurre nada y solo el silbido del viento susurrando entre los escombros de la catedral.
El portal se cierra. Estoy sola. Estúpidame de mí, por un segundo pensaba que Adramelech me seguiría por el portal, pero no ha sido así. Me derrumbo de rodillas, como el edificio que me rodea, agotada mental, física y anímicamente; ahora que por fin puedo mostrarme débil y pusilánime. Flaquean las fuerzas, flaquean los ánimos. Me permito una lágrima, rápida, invisible. Si cualquiera me viera solo me vería de rodillas en el suelo, hecha un guiñapo, ensangrentada y murmurando, pero no llorando. Porque Vanessa no se puede permitir el lujo de llorar en público -Idiota. Idiota. Idiota. Éramos un equipo joder. Maldito @Adramelech Svensson ¿Por qué? ¿Por qué no has venido? ¿Por qué me has abandonado? ¿¿¡¡POR QUÉ TE HE ABANONADO??!!- Grito mientras doy un puñetazo al suelo, descargando toda mi frustación.
"No es la misión, no son las calaveras. Mi razón eras tú. Idiota"
Suspiro y me recompongo, las heridas ahora duelen más que nunca. -Basta de debilidad. Juro y perjuro que te sacaré de ahí aunque tenga que matar uno a uno a todos los descendientes y sus amigos. Lo juro- Me pongo en pie para inspeccionar el lugar, revisando lo que hay alrededor. Poca cosa, la verdad. De repente escucho unas risotadas que me ponen los pelos como escarpias ¿No estaba sola?, pensaba que sí.
Sigo el rastro de carcajadas hasta encontrar a un tipo sentado en el altar del atrio principal de la catedral que por fin identifico como tal. Entrecierro los ojos y me expongo. Supongo que él habrá sido el que me ha liberado, dudo si debo agradecérselo u obligarle a que me devuelva otra vez a Ouroboros para traer a Adramelech a rastras, si hace falta. Sin embargo: esa silueta, esa ropa, ese bigote.... -¡TÚ, maldito bastardo!- Me contraigo toda, enfurecida, haciendo que algunos objetos metálicos de mi alrededor se alzaran como caldelabros, clavos, cadenas... dispuestos a ser lanzados -¿Primero nos encierras y ahora nos traes aquí? ¡¿Qué coño quieres de nosotros?!-
PS (deja que los mire, que no me acuerdo): 69 - 5= 64
El portal se abre en lo que parecen ser unas ruinas que no reconozco, por supuesto. Reculo un paso hacia atrás para protegerme de una emboscada, preferible a estar encerrada como un conejo aterrado en la cárcel de los descendientes. Pero parece que no ocurre nada y solo el silbido del viento susurrando entre los escombros de la catedral.
El portal se cierra. Estoy sola. Estúpidame de mí, por un segundo pensaba que Adramelech me seguiría por el portal, pero no ha sido así. Me derrumbo de rodillas, como el edificio que me rodea, agotada mental, física y anímicamente; ahora que por fin puedo mostrarme débil y pusilánime. Flaquean las fuerzas, flaquean los ánimos. Me permito una lágrima, rápida, invisible. Si cualquiera me viera solo me vería de rodillas en el suelo, hecha un guiñapo, ensangrentada y murmurando, pero no llorando. Porque Vanessa no se puede permitir el lujo de llorar en público -Idiota. Idiota. Idiota. Éramos un equipo joder. Maldito @Adramelech Svensson ¿Por qué? ¿Por qué no has venido? ¿Por qué me has abandonado? ¿¿¡¡POR QUÉ TE HE ABANONADO??!!- Grito mientras doy un puñetazo al suelo, descargando toda mi frustación.
"No es la misión, no son las calaveras. Mi razón eras tú. Idiota"
Suspiro y me recompongo, las heridas ahora duelen más que nunca. -Basta de debilidad. Juro y perjuro que te sacaré de ahí aunque tenga que matar uno a uno a todos los descendientes y sus amigos. Lo juro- Me pongo en pie para inspeccionar el lugar, revisando lo que hay alrededor. Poca cosa, la verdad. De repente escucho unas risotadas que me ponen los pelos como escarpias ¿No estaba sola?, pensaba que sí.
Sigo el rastro de carcajadas hasta encontrar a un tipo sentado en el altar del atrio principal de la catedral que por fin identifico como tal. Entrecierro los ojos y me expongo. Supongo que él habrá sido el que me ha liberado, dudo si debo agradecérselo u obligarle a que me devuelva otra vez a Ouroboros para traer a Adramelech a rastras, si hace falta. Sin embargo: esa silueta, esa ropa, ese bigote.... -¡TÚ, maldito bastardo!- Me contraigo toda, enfurecida, haciendo que algunos objetos metálicos de mi alrededor se alzaran como caldelabros, clavos, cadenas... dispuestos a ser lanzados -¿Primero nos encierras y ahora nos traes aquí? ¡¿Qué coño quieres de nosotros?!-
PS (deja que los mire, que no me acuerdo): 69 - 5= 64
Orco
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Los pasos de los orcos a la carrera hacen que los escombros tiemblen. La heróica adivina aún no había vuelto, pero ellos sabían que no debían tocar al bigotudo, por otro lado, la que se encontraba frente a él, amenazandolo con objetos metálicos era una intrusa. Corrieron hasta que el Oco Darkred quedó detrás de Vanessa, con su mazo levantó por encima de su cabeza sus pequeños brazos y los aprisionó para que no pueda moverse, hasta esperar las ordenes de Desislava, no vaya a ser que hagan algo mal y pongan en riesgo, de nuevo, su futuro. El orco Red quedó en frente de ella, con su espada desenvainada y gruñéndole en señal de advertencia.
Desislava ingresó en las ruinas de la catedral de Canterbury, aún perduraba el humo que ella había lanzado. Saludó a su feliz Cerbero que se movió inquieto al verla, ella le sonrió, lo acarició y continuó adentrándose en el edificio ordenándole que continuara con su vigilancia. Avanzó hasta encontrarse con los dos orcos aprisionando a una muchacha y a Marcus sentado en la mesa central, se lo veía feliz, por el contrario, la muchacha se veía enfurecida y, al mismo tiempo, agotada, normal habiendo perdido tanta sangre.
-Marcus, si la deseas viva, debes sanarla o llevarla a un hospital. Está perdiendo mucha sangre, puedo olerlo, en cualquier momento va a desmayarse por la falta de sangre.- Dijo la vampiro acercándose a Marcus hasta quedar a su lado, su rostro estaba sereno, no le asustaba la idea de que la joven muriera desangrada.
-Pasando a otros temas, me encantaría saber porqué no me comentaste acerca del arma metálica que hizo volar a los centinelas.- Esta vez se notaba el tono de reproche en su voz. -Tambien quiero saber qué fue lo que pasó, quién es ella y por qué está aquí.- Dijo mirándolo directamente a los ojos.
-Marcus, si la deseas viva, debes sanarla o llevarla a un hospital. Está perdiendo mucha sangre, puedo olerlo, en cualquier momento va a desmayarse por la falta de sangre.- Dijo la vampiro acercándose a Marcus hasta quedar a su lado, su rostro estaba sereno, no le asustaba la idea de que la joven muriera desangrada.
-Pasando a otros temas, me encantaría saber porqué no me comentaste acerca del arma metálica que hizo volar a los centinelas.- Esta vez se notaba el tono de reproche en su voz. -Tambien quiero saber qué fue lo que pasó, quién es ella y por qué está aquí.- Dijo mirándolo directamente a los ojos.
Reaparezco en el primer lugar que se me ocurre fuera de Londres, lejos de todos esos molestos humanos que intentan amotinarse contra el gobierno de Eamon y de Andreas. Como ya había dicho en parte me alegra de que los pazguatos de los resistentes hayan dado su apestoso mensaje y que la gente haya decidido salir. Eso debilitará sus mermadas fuerzas.
Lo que me jode es que en el intento no se hayan llevado a Johan por delante, o su asqueroso amigo del parche. Incluso la torre, ya podría haber reventado y haberse derruído. Pero no, todo va a ser mucho más pausado y lento.
Al llegar a la catedral, medio destrozada, me sorprende encontrarme a un cerbero merodeando por allí. ¿Desde cuándo había perros de tres cabezas protegiendo una catedral? Intento acercarme despacio, por otro lado, lejos del olfato del animal para entrar por un atrio de la iglesia, evitando las zonas principales. En silencio paso dentro de la capilla donde dos orcos, alguien que parece mandar sobre ellos y un bigotón maníaco, se ríe en el altar.
"No sé qué mierda de aquelarre es este, pero se ve interesante, sobre todo eso del "arma que hace volar a los centinelas" "Estudio a los presentes, todos parecen manejar magia, pero ¿serían afines a qué facción del mundo mágico?
Lo que me jode es que en el intento no se hayan llevado a Johan por delante, o su asqueroso amigo del parche. Incluso la torre, ya podría haber reventado y haberse derruído. Pero no, todo va a ser mucho más pausado y lento.
Al llegar a la catedral, medio destrozada, me sorprende encontrarme a un cerbero merodeando por allí. ¿Desde cuándo había perros de tres cabezas protegiendo una catedral? Intento acercarme despacio, por otro lado, lejos del olfato del animal para entrar por un atrio de la iglesia, evitando las zonas principales. En silencio paso dentro de la capilla donde dos orcos, alguien que parece mandar sobre ellos y un bigotón maníaco, se ríe en el altar.
"No sé qué mierda de aquelarre es este, pero se ve interesante, sobre todo eso del "arma que hace volar a los centinelas" "Estudio a los presentes, todos parecen manejar magia, pero ¿serían afines a qué facción del mundo mágico?
Marcus Tesla
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Sus dientes dejaron de mostrarse, sus labios empezaron nuevamente a estar juntos según la naturaleza del cuerpo humano, pero la curva de su sonrisa nunca desapareció, ni tampoco el recuerdo de las carcajadas haciendo de eco en la catedral. Estaba sentado sobre el altar, cuya mesa se usaba desde antiguo para los sacrificios, según la costumbre hebrea. Pensó estar solo, pero sus maquinaciones habían dado resultado.
Marcus escuchaba el jadeo frustrante de la única dama que había venido con ellos. Tenía en su tono cierta angustia, cierto deseo peculiar. No era el eros del amor, mucho menos la philia, era el storgé que no había sentido desde aquel día de la boda, pero aún así dudó como es correspondiente a todo aquel que reciba el título de científico.
─ Es ley divina no jurar en vano, ─ dice Marcus, confiado en que el eco sea el micrófono que aumente la frecuencia del sonido de sus palabras. Sin duda, estaba siendo un poco sátiro. Estaban en un templo religioso, cuya ley señala los juramentos en la presencia de Dios. ─ Lo olvidaba, no eres una mujer tan religiosa. ─ Con esto último, da más batería a la máquina de su risa, aumenta la rabia del ser de la mujer.
Solo con un suspiro se dio cuenta de todos los objetos de metal que había a su alrededor, aquella mujer les hace honor a sus habilidades, como en la boda. Recuerda cuando los disparos de cuchillos y trinches de metal le causaron un daño bastante mínimo, tanto que se recuperó solo al día siguiente, el día en que se dispuso a trabajar verdaderamente.
─ ¿De “ustedes”, preguntas?, ─ interroga Marcus a Vanessa recordándole su soledad. ─ A decir verdad, solo te veo a ti. ─
Sus zapatos de tacón varonil tocan el suelo de mármol y baja lentamente por las escaleras que dividen la parte de las naves y el presbiterio. Camina por el castillo en torno al centro, observa la interrupción del orco, no presta atención a ninguna de las palabras del vampiro, solo sigue caminando desde el altar, abriendo su chaqueta y tomando lo que quería mostrarle. Un pequeño frasco de esencia de díctamo tan pequeño que puede cerrarlo con su puño y abrir la palma de su mano para mostrarle a aquella mujer, cuan princesa en apuros fue salvada de su frío calabozo.
─ Es una amiga, nada más, ─ responde a los interrogantes de Desislava. ─ por cierto, ¿te avisé que tengo muchos juguetes repartidos en varias zonas de los alrededores de Londres?, ─ musita aún sin desaparecer aquella perniciosa curva de sus labios. ─ Esencia de díctamo. Ideal para curar las heridas. Evitará tu sangrado y podremos hablar más claramente, ─ susurra estando al frente de Vanessa. Quería generar confianza al verla a los ojos y no ocasionarle ningún daño, aún estando cerca. Estaba apurado, debía salir de ahí rápido. ─ Dile a tu muñeco que baje el arma, es nuestra aliada, ─ gira su cabeza sin dejar de mirarla a los ojos. Ya el tiempo corría y se acercaba el momento decisivo. ─ Y recibe, por favor a nuestro invitado. ─ Sin duda, había visto a aquel joven. ¿Quién era? ¿Un humano que se había decidido a regresar? ¿Un espía? Habría que averiguarlo.
Alpha Kakumei
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Después de estar buscando por toda la torre donde solían reunirse los Souls me aburrí ya harté soberanamente de no encontrar, además de ningún alma en pena por todo el lugar, ni una miserable pista de donde se ha escondido todo el mundo. Por lo pronto pienso que podría ir de caza y engatusar al primer estúp... buen hombre que encuentre, pero mis planes se ven anulados por la voz de Diablo, pequeño demonio aguafiestas.
"Lo he oido... Ahem... Parece que se está liando una gorda en el tejido temporal, están sucediendo cosas muy gordas y gracias a ello he podido ver una pequeña pista de por medio. No sabría muy bien quién es, pero he visto a un Soul en apuros, si me das el permiso podría llevarnos allí."
"Por tu bien espero que sea algo emocionante, útil y todas esas cosas que alegran mi corazón."
Sonriendo, besé la yema de mi dedo índice y en el aire empecé a dibujar un círculo con él, haciéndo que un portal demoniaco se abriese, el cual me llevó hasta la iglesia o, más bien, lo que quedaba de ella, que interior tan... bucolico y pintoresco, por no decir que más bien parece que en cualquier momento con un estornudo se iba a venir abajo. Lo poco del interior que se odía ver era un can cerbero vigilando las puertas, un hombre vestido de una manera muy... peculiar, acompañado por otra mujer y después estaba cierta chica, que no era Adramelech en apuros pero realmente era ella en apuros y posiblemente la Soul que vio Diablo, que pena, pero quizás sea quién me lleve de vuelta hasta él. Subí un poco el índice como haciendo un gesto de "¿puedo hacer una pregunta?" hacia Vanessa.
- Por casualidad no serás una Soul en apuros, ¿verdad? - sonreí y miré para todas partes, para tener una visión de todo el lugar - Querida, si querías un ménage à trois con Orcos me podías haber avisado mujer, conozco unos cuantos que además de saber romper craneos, saben también enviarte al paraiso... ¡Qué bonita fiesta tenéis aquí montada! ¿Tenéis té y pastas para acompañar una calurosa conversación? No será por mucho tiempo, porque veréis, necesito llevarmela, no por nada en especial, pero necesito que me ayude a encontrar a cierta persona. A veces los demonios no son tan fiables para encontrar cosas perdidas y se necesita un poquito de ayuda externa.
"Lo he oido... Ahem... Parece que se está liando una gorda en el tejido temporal, están sucediendo cosas muy gordas y gracias a ello he podido ver una pequeña pista de por medio. No sabría muy bien quién es, pero he visto a un Soul en apuros, si me das el permiso podría llevarnos allí."
"Por tu bien espero que sea algo emocionante, útil y todas esas cosas que alegran mi corazón."
Sonriendo, besé la yema de mi dedo índice y en el aire empecé a dibujar un círculo con él, haciéndo que un portal demoniaco se abriese, el cual me llevó hasta la iglesia o, más bien, lo que quedaba de ella, que interior tan... bucolico y pintoresco, por no decir que más bien parece que en cualquier momento con un estornudo se iba a venir abajo. Lo poco del interior que se odía ver era un can cerbero vigilando las puertas, un hombre vestido de una manera muy... peculiar, acompañado por otra mujer y después estaba cierta chica, que no era Adramelech en apuros pero realmente era ella en apuros y posiblemente la Soul que vio Diablo, que pena, pero quizás sea quién me lleve de vuelta hasta él. Subí un poco el índice como haciendo un gesto de "¿puedo hacer una pregunta?" hacia Vanessa.
- Por casualidad no serás una Soul en apuros, ¿verdad? - sonreí y miré para todas partes, para tener una visión de todo el lugar - Querida, si querías un ménage à trois con Orcos me podías haber avisado mujer, conozco unos cuantos que además de saber romper craneos, saben también enviarte al paraiso... ¡Qué bonita fiesta tenéis aquí montada! ¿Tenéis té y pastas para acompañar una calurosa conversación? No será por mucho tiempo, porque veréis, necesito llevarmela, no por nada en especial, pero necesito que me ayude a encontrar a cierta persona. A veces los demonios no son tan fiables para encontrar cosas perdidas y se necesita un poquito de ayuda externa.
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