Canterbury

-Que te jodan, vas a saber si soy o no soy una mujer religiosa- Me cabreo todavía mucho más, haciendo que más y más cosas metálicas leviten a mi alrededor llegando a lanzar, tal vez un candelabro a la pared, lejos del tipo de bigote. No quería luchar, no saldría de allí entera si luchaba, pero sí quería respuestas, y no risas.
 
Me doy cuenta, cuando lo dice él, que me había referido a mí en plural, incluyendo a Adramelech. Maldita sea y malditos sean él y todos sus antepasados Souls por no venir conmigo, y maldito sea la familia al completo del tipo del bigote que parece que se jacta de una pobre señorita malherida. -Me cago en todo lo que se menea, sabes perfectamente a quién me refiero. Aunque no esté aquí. ¿QUE QUÉ QUIERES? ¿Para qué me has traído aquí?- Grito haciendo eco en toda la iglesia, aprieto el puño dispuesta a mandarle todo lo que tengo cuando de la sombra algo me abraza y me aprieta fuerte. Todos los elementos metálicos que estaban levitando caen al suelo, con su característico sonido. Gruño molesta cuando veo a dos bicharracos que no me dejan moverme. Pataleo, gruño y hago todo lo que tengo que hacer para soltarme, aunque la fuerza de los orcos es elevada contra una pobre damisela como yo. Uso la habilidad del metal para mover una cadena que estaba a mi alrededor, seguramente de un incensario o de algún candelabro de techo, retorciéndose por el cuello del orco y apretando para estrangularlo.
 
-Me queda sangre para enfrentarme a ti y a tus orcos y contra el bigotón. Y todavía me sobrarían tres litros- miento, haciéndome la brabucona, a la nueva mujer que entra y que parece controlar de alguna forma a los orcos. Respiro con fuerza cuando Marcus se acerca a mí, enseñándome otro maldito frasco de esencia de díctamo. Aparto la mirada cuando la clava en mis ojos, mirando hacia la oscuridad, de donde sale otro chico joven y un pelirrojo que parece hacerme una pregunta -Vaya gilipollez de pregunta. ¿Tú me has visto en apuros? ¿¡Pues qué demonios crees que está pasando?!- Arrugo el ceño cuando me dice lo del ménage à trois, anonadada porque no esperaba que nadie me ofreciera una cosa de esas en este momento. A ver, con unas copichuelas de por medio.... -¿Qué dices? ¿Qué quieres? ¿Qué queréis de mí? DEJADME EN PAZ. ¡SUÉLTAME YA! ¡¡¡¡SOLTADME, ME CAGO EN LA HOSTIA PUTA!!!!! Ya le habéis oído- Intento razonar con los orcos ante la orden de Marcus -El del bigote ha dicho que me soltéis. Y parece que es el único que piensa en este jodido sitio-

PS: 64-5=59 (me muerooooooo soltadme orcos para tomar la poción! )

La vampiro se alarmó cuando vio la cadena del candelabro del techo cerrarse en el cuello del Orco Red que amenazaba con su espada a Vanessa, así que corrió a auxiliarlo. Con su vampírica fuerza cortó la cadena y urgió a los Orcos a moverse.

-Atesora esa sangre, quizás es el último fluido que corra por tu cuerpo si mantienes esos malos modales.- Dijo mirando a Vanessa con una falsa sonrisa mientras empujaba a los Orcos a la salida. En ese momento apareció en escena un tercero, un pelirrojo al que parece gustarle nuestra pequeña e improvisada tertulia.

-¿Verdad que es una linda fiesta? Hmmm... No, no tengo ni té ni pastas, pero puedo conseguir fácilmente. Aguarda un momento ¿Qué demonio? … Cuando termine con esto me contestas.- le decía al pelirrojo con la voz marcada por el esfuerzo físico de empujar amablemente a dos Orcos hasta que desapareció de la vista de la “amiga nada más”, el pelirrojo y de Marcus.

-Gracias. Han hecho un espléndido trabajo. Los llamaré si los necesito. Mantendremos una rápida reunión aquí, nada importante. Mientras tanto ustedes vigilen el perímetro, ya saben, den vueltas alrededor de la catedral y aplasten a todo lo que se mueva.- Dijo rápidamente a los Orcos mientras los empujaba como se empuja un auto que no arranca hasta la salida de la catedral, pasando al lado de su Cerbero. En el microsegundo en el que dejó de hablar cerró la puerta en las caras de los Orcos. Al final los Orcos terminaron afuera y su Cerbero adentro, Desislava estaba de acuerdo con eso, siempre se llevó mejor con bestias de cuatro patas que con las de dos patas. Deisy había sido categóricamente ignorada por Marcus, en el momento no hizo nada al respecto porque había cosas más urgentes pero, ahora ya era tarde para seguir recriminando. Se acercó a su Cerbero para acariciarlo, eso la calmaba, pero en ese momento recordó que Marcus le había pedido que recibiera a un invitado. Quizás se refería al pelirrojo que había mencionado al demonio… o tal vez a alguien más. Tocó el corazón del gigantesco can y le habló amablemente.

-¿Hay por aquí alguien que mis ojos no ven?- Le preguntó. Con su olfato lo encontraría y así fue. -¡Qué buen chico!- Y la vampiro se encaminó de vuelta a la capilla cerca de una una entrada lateral, allí lo vio escondido en las sombras. Con decisión se acercó a él sin darle la oportunidad de escapar, lo tomó de la ropa y lo lanzó con su vampírica fuerza contra una columna para que caiga en las escaleras al pié del altar donde Marcus había estado hace un momento.

-Más vale que traigas comida contigo. Es de mala educación autoinvitarse a una reunión, pero lo es más no traer aperitivos.- Dijo al mago intruso mientras caminaba hacia el pelirrojo. -Ahora sí. Déjame explicarme, me he relacionado con múltiples demonios a lo largo de mi … tiempo en este mundo, lo que quiero saber es si este demonio que tu mencionas conoce a una tal Lilith.- Le habló con amabilidad al de ojos verdes y melena roja quedando a su lado, lo que le permitía bajar el tono de su voz para que no cualquiera la escuche, manteniendo su mirada en Marcus.

Cuando el Orco Darkred vió que a su compañero lo estaba ahorcado una serpiente de metal rugió furioso y aprisionó más a la débil humana pero de un momento a otro la heroica vidente lo obligó a dejar en libertad a esa pequeña cosa rabiosa y a caminar fuera del edificio. Una vez fuera, se dió cuenta que el Orco red estaba con él y estaba bien, entonces siguió las órdenes de vigilar el perímetro.

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El orco red por poco suelta su enorme espada cuando algo frío se cerró en torno a su cuello y no le permitió respirar. Intento desesperadamente agarrar la cadena, pero sus dedos eran muy grandes para hacer espacio entre esta y su piel, hasta que, por fin pudo recobrar el aire gracias a la heroica vidente. Aunque quedó doblado unos segundos tratando de serenar su respiración, la heroína le obligó a retirarse del lugar, así que después de quedarse sentado unos minutos fuera de la catedral mirando la noche, se incorporó y acató la orden de vigilar el perímetro.

Lo que escucho y veo en el interior de la catedral me parece de lo más raro y sospechoso, y aunque tuve que desviarme del camino para llegar a la base de los Blood Keeper, la información que extrajera de estar inmiscuido podría ser interesante... si es que sé de qué hablan. En cualquier caso el del bigote habla de otros "juguetes" repartidos por la ciudad. Hablaba como una especie de maníaco que cree que todos somos sus piezas en el tablero de ajedrez. Me recordó un poco a Termetius, ¿podría estar ante el nuevo líder de los Blood Keeper?

Sin embargo se aparece un pelirrojo con extrañas frases que nadie parece entender. Algo del té y de las pastas. Como si estuviera fuera de lugar, aunque por sus intenciones quería llevarse por las malas o por las malas a la mujer atrapada por los orcos. ¿Souls? No estaba seguro de qué significaba eso de ser "soul". En cuanto salga de allí y pueda encontrar a Rybar en su castillo en la base blood se lo preguntaré. Y qué implicaciones tienen los souls en toda nuestra jerarquía social mágica. En cualquier caso, la mujer atrapada, merece un buen lavado de boca, ¡qué vocabulario tan soez! Su comportamiento de brabucona me hace hasta gracia y me recuerda a mi antigua mentora de pelo blanco.

Sin embargo el hecho de poder seguir en mi escondite parece que se va a ir al traste, intento salir de allí por el mismo rincón por el que había entrado, pero la mujer libre me coge por la solapa de la ropa y me lanza al otro lado de la catedral, chocando con fuerza en una de las paredes de piedra. Aprieto los dientes gruñendo porque el golpe había sido bueno, volviéndome a poner en pie -¿Quiénes sois vosotros y qué tramáis?- Me preparo para atacar en el caso de que hiciera falta, aunque está claro que de hacerlo tendría todas las de perder.

Pareciera como si el piso de mármol se fuera a romper por el peso de una gran bestia con ojos rojos, brillantes como los de Desislava en aquel momento en que se conocieron. Su piel estaba hecha como de piedra y llevaba en su mano derecha un arma tejida también con rocas fuertes y resistentes. Salió de la sacristía con un rugido que resonó en todo el alboroto del lugar. Siguió caminando, dispuesto a seguir a Marcus a donde fuera, retirándose junto con él.

Señor del Caos, padre querido, dame paciencia porque como me deas fuerzas empujo a varios escaleras abajo... Que encanto de modales, savoir faire, ese derroche de feminidad, entusiasmo tan extremadamente delicado y hermoso que tiene Vanessa. Por favor, que alguien le ponga un calcetín en la boca, le pondría un monumento en el centro de Londres.

- Bueno, al menos alguien decente que no pierde los modales con la que hablar - le dije a Desislava.

Vi como acompañaba a los orcos y a su mascota afuera antes de ponerse a cazar a un intruso entre las sombras que enseguida se puso en actitud defensiva/agresiva, estos hombres modernos y su ímpetu masculino que tan pronto sale a relucir, si fueran tan impetuosos en ciertas materias, no tendría que estar buscándome así el pan, en una inglesia perdida de la mano de Dios literalmente, porque esta mas ruinosa que la cartera de los pensionistas a final de mes.

- Soy la bruja Avería y estas son mis Electrohadas y estamos en una convención sobre los peligros de acercar un tenedor a un enchufe y de la electricidad en general. - conteste en tono medio burlon a la pregunta del joven sobre quienes éramos y que tramábamos.

Después de eso vi como la mujer que antes me habló me preguntó por Diablo ya que tuvo muchos affaires con demonios y una tal Lilith, curiosa pregunta, pero si conoce muchos demonios probablemente se haya topado con toda la descendencia de Lilith y le hayan aconsejado.

- Se llama Diablo, pero no es su nombre real y sobre Lilith, ¿qué deseas saber? La mujer que tuvo muchos "tratos" con demonios y dio a luz a las sucubos, prácticamente se podría decir que es como mi "madre" después de todo soy uno de los varios Emperadores Sucubo que las custodian, aunque técnicamente no tengo prole propia porque estan caput, cosas de no querer seguir las viejas tradiciones de los otros emperadores que parece ser que se han olvidado de ella por otro demonio y tratar de mantener la lealtad.

-Esta princesa es de las de armas tomar. Y se ha tenido que rescatar sola muchas veces, gracias por la ayuda y tal- Estudio a la otra mujer cuando dice que atesore esa sangre con una cara de muy pocos amigos, lanzándole una mirada de odio. Tengo pocos, poquísimos amigos, pero por los que tengo ma-to. Mi mirada hacia ella tiene, además, cierto toque de superioridad cuando el trajeado dice que me ha traído aquí para que le ayude. Pues ya me puede ir soltando que tengo prisa y una cita a la que llegar. Siento que toda esa  gente quiere o bien reírse de mí, o volverme a encerrar o algo turbio, a pesar de que necesiten mi ayuda. Es más, la sonrisa y el torno de sorna me cabrea más, incluso. Gruño molesta cuando los orcos me dejan tirada en el suelo, delante del frasco de la esencia de díctamo.

Recojo el frasco lo estudio con cautela: el color, la textura del líquido, el olor... Recuerdo algunas de las características por cómo era las pociones con las que Chloe me ayudó cuando hubo que cortar el brazo a Adramelech. Rememoro ese momento y se me revuelven las tripas. También me doy cuenta de que el frasco de Lyran nos había dado en la prisión en Ouroboros era exactamente igual que el que tengo delante de mis narices. Maldigo en mis pensamientos por no haberme fiado del tipo de pelo azul y por haber sido tan desconfiada con él, porque de haberlo hecho Adra y yo seguiríamos juntos y de una pieza. Me pregunto qué le habrá pasado con la sombra esa, si estará bien... Me aplico la esencia notando cómo el escozor que invade cada una de mis células mientras se recupera la piel. Es una sensación molesta, pero no dolorosa, hasta que finalmente estoy de una pieza, ahora sí.

Los otros hablan de no sé que de demonios. No es de mi interés y hablan de cosas que no entiendo. Algo de una tal Lilith que me da igual porque no tengo ni idea de quién es. El perro de tres cabezas llega con un invitado más: un chaval joven, bien ataviado, monín... y el pelirrojo le contesta con no sé qué de la bruja Avería. Eso me reconecta otra vez con lo que está pasando en la catedral aquí y ahora, porque eso de la bruja y Alaska, Los Pegamoides, los Lunnis y todos estos muñecajos eran de mi infancia en España. ¿Sería ese tipo de Albacete como la menda?

De todos modos me jode muchísimo que ninguno de los tres presentes no sean lo suficientemente claros como para decirnos, al chaval retenido o a mí, qué es lo que está pasando. Muy bien, me secuestras, me das una poción para que me cure, pero... ¿qué más? ¿mi ayuda? ¿para qué? Estudio a los otros, poniéndome de pie, esperando a que siguieran, como estaba haciendo yo, al tipo del bigote, llegando en tres grandes zancadas hasta él. -¿Ayuda? ¿Ayuda para qué?- Continúo andando con él, intentando sonsacarle algo de información, poca, pues el bigotudo no es de mucho hablar, dejando detrás, el frasco vacío de esencia, esperando más respuestas, aunque tendré que esperar para hablar después, como buenos niños. "¬¬"

Fin (por fin) del sangrado
PS finales: 59

Desislava apareció echando a los mal olientes orcos, por lo que el Cerbero movió su cola más feliz y no solo eso, sinó que después su ama se le acercó y lo acarició, así que él se mantuvo echado sobre su panza porque parece que estaba haciendo las cosas bien y movió aún más su cola porque le gustaba cumplir las expectativas. En eso Deisy le preguntó si había algún otro ser que los sentidos de ella no percibían y solo tuvo que olisquear el ambiente para pasarle a ella la información que su inocente mente no entendía y ella lo premió con palabras alentadoras, pero luego se volvió a ir así que el Cerbero volvió a apoyar las tres cabezas sobre sus patas que le servían de almohada. Él descansaba cuando su ama volvió a aparecer, ante lo que subió las cabezas en señal de estar atento a sus órdenes. Ella ahora parecía más serena, hasta podría decirse feliz, como si hubiera encontrado un hueso que había enterrado hace tiempo. Cerbero le ofreció su pata como para que pudiera subirse a su lomo y siguió sus órdenes de atravesar esa cosa extraña de muchos colores detrás de esa chica que olía como si necesitara un baño (Vanessa). Dos de las cabezas de Cerbero estornudaron porque el olor a sangre y suciedad en ella era potente y le hacían picar el hocico.

Se vé que el intruso de exóticos ojos celestes la pasó mal con la entrada que la vampiro le dió, ante eso ella se cuestionó si se había sobrepasado pero la duda desapareció cuando el mago se puso a preguntar quiénes eran y que hacían “¿Cuál es la finalidad de todo esto? ¿Por qué Marcus lo mantiene todo en suspenso?”. Desislava frunció el ceño sin entender a qué se refería Alpha con eso de “la bruja Avería”, sin embargo captó rápidamente su tono burlon y, sonriente, hizo una reverencia al mago intruso cuando las Electrohadas fueron mencionadas, como dando a entender que ella era una de esas. Ese hombre demoníaco le agradaba, era simpático. Pero la respuesta del pelirrojo a su pregunta de si la conocía la sorprendió y, aunque intentó no mostrar ninguna expresión facial más que la de concentración en lo que él le respondía, no pudo evitar quedarse sin habla, algo muy inusual en Deisy. El rugido del monumental y tosco troll que siguió a Tesla resonó en todo el lugar e interrumpió la conversación que la vampiro y el hombre demoníaco mantenían, pero las palabras del Descendiente resonaron en su cabeza, aunque no le sacaba el ojo de encima, no había prestado atención a su conversación con la morocha porque estaba concentrada en la respuesta del que contenía a Diablo. Las palabras de Marcus parecían hacer querer entender que debía huir de algo. “¿Necesito?” Al parecer, los presentes estaban cobrando importancia para Tesla. Deisy resolvió volverse un pilar indispensable en el plan que Macus tenga así, si a ella no le gustaba, se le daría vuelta y lo traicionaría pero si le gustaba, recibiría más porcentaje de la gloria. “¿¡¿NIÑOS?!? ¿Qué se piensa?¿Que soy joven e inexperta? Bueno, lo de joven... cuenta como punto para él, pero lo de inexperta resta, así que...” Desislava se decidió a demostrar que ella poseía experiencia, nadie que ponga en tela de juicio su larga trayectoria podría vivir para contarlo, era su honor. Cualquiera que se atreva a manchar su honor se ganaría un muerte extremadamente lenta y aún más extremadamente dolorosa, lo haría recorrer los siete círculos del infierno una y otra vez hasta que suplique la muerte, de paso podría visitar a los demonios con los que realizó “tratos”, a sus hijas súcubos y a sus hijos guardianes Emperadores súcubos. Éste hombre demoníaco podría guiarla en aquella travesía porque, quizás sea por el tiempo que lleva fuera, pero la realidad es que no recuerda cómo llegar y, por lo que el pelirrojo comentaba, parecía urgente volver para imponer presencia para que sus custodios no la abandonen. Eso quiere decir que mantener una buena relación con Alpha es primordial. Marcus y su troll se encaminaban hacia el portal mientras la vampiro, al fin enfrentaba al hombre que contenía en su interior al demonio para mirar directamente a esos ojos verdes y sonreírle amablemente.

-Un nombre original ¿verdad?- Bromeó acerca del nombre del demonio que llevaba dentro. -Es un placer conocerlo, hazle saber que tengo curiosidad por verlo en persona, aunque sea por poco tiempo. Ahora dime tú ¿Cuál es tu nombre?- Sea cual sea la razón por la que éste hombre haya acordado contener al demonio en su interior y llevarlo de paseo por el mundo mortal, era importante entablar una buena relación con el envase. -No debe ser sencillo ser el guardián del legado de tu madre, al mismo tiempo de las viejas tradiciones, destruir a otros Emperadores y, además, seguir manteniendo la lealtad a pesar de las tentaciones.- Quizá lo anterior, la vampiro lo decía no tan enserio, pero lo de la lealtad le parecía honestamente admirable. -Desislava Ukyowicz es el nombre que uso este siglo...- Se presentó sin muchos más detalles por si alguien no deseado escuchaba más de lo que debía. Marcus y su troll dejaron la Catedral pasando a través de aquel portal y la vampiro no iba a quedarse rodeada de bancos de sangre sin nada con lo que defenderse, así que fué hasta donde las cadenas ataban a su Cerbero y se subió a él, quedando en su cabeza y ordenándose que atravesara el portal.

-¡Vengan! ¿No sienten curiosidad de a dónde nos puede llevar este portal?- Le dijo al mago intruso y a Alpha intentando animarlos a que los acompañen desde la cabeza de su obediente Cerbero mientras este cruzaba el portal dejando atrás la catedral. En eso la vampiro escuchó los estornudos de dos de las cabezas de Cerbero y levantó una ceja entendiendo lo que significaba.

-Cerbero necesita que esta jovencita tome un profundo baño. Su hedor le esta prácticamente bloqueando el olfato.- Dijo la vampiro como para que todos la escuchen, pero sobre todo Marcus, que era quien decidía a dónde vamos. Deisy rogaba por que sea un lugar que tenga duchas o bañeras o cualquier estanque de agua.

Desislava está así:

Por supuesto que mi pregunta no recibe respuesta, contaba con ello, pero sí intento identificar qué o quiénes son los que me rodean. Tenemos un tipo con bigote, que parece ser el que lleva la voz cantante, la mujer a la que parecen que han dado una paliza gritando y diciendo palabras bastante fuertes, otra que parece mandar sobre los orcos y el cerbero y el pelirrojo que hablar de demonios, es posible que sea uno de ellos, un demonio, quiero decir.

No sé bien de qué hablan estos dos últimos, parece que de eternidades, pero se entienden. Por tanto la mujer no es ni una humana ni una maga normal. ¿Qué cosa? Da igual. ¿Qué tramaban? Sin moverme desde mi sitio observé que la gente empezaba a andar hacia un portal, siguiéndoles con la mirada, hasta Desislava invita a los rezagados.

No sé qué se traen estos entre manos, nada bueno, pero si uno de ellos maneja o controla muertos o demonios es posible que tenga conocimientos de nigromancia y por tanto puede ser útil para revivir a Termetius. Solo por eso podría valer la pena poder conocerles más detenidamente, y tal vez, hacer alguna alianza con vistas al futuro. Les sigo en silencio, observándoles, estudiándoles.

- Un placer Desislava, yo me llamo Alpha Kakumei y creeme, no quieres ver a Diablo en persona, a no ser que se dedique con todas sus fuerzas a putear a alguien, entonces te divertiras un rato.

Mr Bigote de pocas palabras se refiere a nosotros como niños, qué encantador, seguramente sienta que sea nuestro papuchi, qué tierno. La cosa es que se va por un portal porque asegura que se tiene que ir y que ya hablaremos. Desislava nos anima a entrar mientras Vanessa se rocía la pócima para curarse, provocando que con su olor, además del propio de días sin una apropiada higiene.

Después el monoso espía se queda sin palabras, como si un gato le hubiera comido la lengua, eso o que mi oratoria era cosa de pasmo y lo deje sin palabras, y hasta si quisiera sin aliento, solo como aperitivo claro está, un buen plato fuerte me espera en algún lado cuando consiga que Vanessa me diga donde está. Empiezo a caminar hasta el portal quedándome a unos pasos de este.

- ¡O Tempora, O Mores! Antes me sentaba y una ristra de hombres hacía cola para poder verme tan sólo 5 minutos, y ahora tengo que ir yo detrás de ellos.

Un pequeño portal de tamaño de la palma de una mano se abré cerca mío a la altura de mi cabeza y un pequeño muñeco con la forma de Diablo cae y lo agarro por la cola demoniaca, sin mover la mirada y el portal se cierra. Es un muñeco normal de trapo con la forma demoniaca de Diablo en pequeño relleno de algodón que hago tambalearse mientras camino sujeto por su cola a modo de desestresante. Entro por el portal rumbo lo desconocido.