Recuerdo del primer mensaje :
El Palacio de Buckingham era la residencia oficial del monarca británico en Londres. Buena parte de la familia real huyó de la capital al poco de estallar la guerra, dejando el poder en manos del ejército, principalmente. Al menos así fue durante varios años, mientras que los políticos quedaron en segundo plano, hasta su relativamente reciente resurgir. Durante algunos años podría decirse que coexistieron dos monarquías en suelo británico. Por un lado el autoproclamado rey de la Inglaterra Mágica, Termeritus Jones (y posteriormente Alphonse Bertram) y por otro los exiliados monarcas de raza humana. El palacio se encuentra actualmente en manos de Frances Burkes, relacionada con la familia real y ministra de sabiduría. Cuenta con vigilancia en el perímetro, alarmas y francotiradores apostados en las zonas altas.
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Aparecemos Juliet y yo en las inmediaciones del palacio de Buckingham, más concretamente en el parque cercano a éste. Ya desde allí se observa el dispositivo de seguridad que tienen montado, entre soldados y centinelas. Así de primeras da bastante mala espina y puede parecer un suicidio, pero sería estúpido convocar una reunión en la que como mucho podrán matar unos cuantos de los que vayan. No les sale rentable teniendo en cuenta la que se puede liar si lo hacen. O sí, yo ya no entiendo qué cojones quieren los de la Alianza. Apoyo la espalda contra el tronco de un árbol, mirando con desconfianza hacia el lado por el que se ve el palacio mientras susurro a Juliet.
- Plagado de gente de la Alianza. Pero ya que hemos llegado hasta aquí...habrá que seguir. ¿Estás nerviosa?- suelto la mano de la muchacha varios segundos después de habernos aparecido, casi sin darme cuenta de que seguía agarrándola. La sensación de peligro que tengo me agrada y me inquieta a partes iguales, y aunque lo sensato sea irse creo que sería perder una oportunidad.
- Lo mejor será que escondamos aquí nuestras cosas, por si las confiscan o acabamos atrapados. Son demasiado valiosas. Incluso la moneda, si se hacen con ella nos tendrán pillados los mensajes. - me agacho para cavar hoyo junto al árbol, removiendo la tierra húmeda para hacer un buen agujero en el que quepan mis pertenencias, entre ellas las armas. Mientras tenga mi magia todo irá bien allí dentro, es la mejor arma. Vuelvo a levantarme, dejando el agujero abierto por si ella quiere guardar aquí sus cosas, dándole tiempo para que se mentalice. Cuando lo haga iremos hacia la verja del palacio, donde supongo que nos conducirán al interior.
- Seguiremos tu estrategia si vemos que nos quieren atrapar, creo que es buena idea y que serás buena compañera de fechorías. Debería ficharte para mi banda de mercenarios. Futura banda. - rectifico carraspeando porque realmente estoy más solo que la una y no tengo ni banda ni leches. Al menos tengo la sensación de haber encontrado una persona con la que puedo contar en situaciones complicadas como a la que nos vamos a enfrentar, una compañera de batalla y supervivencia. - cuando estés lista vamos
- Plagado de gente de la Alianza. Pero ya que hemos llegado hasta aquí...habrá que seguir. ¿Estás nerviosa?- suelto la mano de la muchacha varios segundos después de habernos aparecido, casi sin darme cuenta de que seguía agarrándola. La sensación de peligro que tengo me agrada y me inquieta a partes iguales, y aunque lo sensato sea irse creo que sería perder una oportunidad.
- Lo mejor será que escondamos aquí nuestras cosas, por si las confiscan o acabamos atrapados. Son demasiado valiosas. Incluso la moneda, si se hacen con ella nos tendrán pillados los mensajes. - me agacho para cavar hoyo junto al árbol, removiendo la tierra húmeda para hacer un buen agujero en el que quepan mis pertenencias, entre ellas las armas. Mientras tenga mi magia todo irá bien allí dentro, es la mejor arma. Vuelvo a levantarme, dejando el agujero abierto por si ella quiere guardar aquí sus cosas, dándole tiempo para que se mentalice. Cuando lo haga iremos hacia la verja del palacio, donde supongo que nos conducirán al interior.
- Seguiremos tu estrategia si vemos que nos quieren atrapar, creo que es buena idea y que serás buena compañera de fechorías. Debería ficharte para mi banda de mercenarios. Futura banda. - rectifico carraspeando porque realmente estoy más solo que la una y no tengo ni banda ni leches. Al menos tengo la sensación de haber encontrado una persona con la que puedo contar en situaciones complicadas como a la que nos vamos a enfrentar, una compañera de batalla y supervivencia. - cuando estés lista vamos
Apareci alli tras haber hecho una fugaz e inadvertida visita a nuestro lugar en Ouroboros, donde habia dejado mi katana y el galeón, asi como las joyas protectoras o pociones. Habia conservado el colibrí y el peto, nada mas. Al ser un encuentro pacifico pude suponer que nos pedirian dejar las armas, pero esperaba que no se considerasen como armas aquellas cosas.... que en realidad no podian hacer ningun daño. El peto de plata lo llevaba encima de una camisa, pero debajo de un jersey gris oscuro y una chaqueta de pana marron, ademas de una buffanda al cuello de los colores rojo oscuro y amarillo.
Asi que apareci alli, frente a Buckingham. No encontré aun ni a Juliet ni a Reiv, pues ellos habian aparecido mas atrás, cercanos a un parque. Pensé entonces que habia llegado el primero, erroneamente. Miré mi reloj de bolsillo y miré alrededor:
Al cerco de seguridad que habian montado. Centinelas, soldados....una escolta. Obviamente no se fiaban de nosotros o de nuestras intenciones pacíficas. Lo cual me arrancó una mueca de desagrado. Mal empezaban entonces esta "reunion" de negociaciones. Con eso dejaban claras sus intenciones de prevalecer a cualquier precio.
Me aventuré a avanzar hacia aquel cerco de soldados de la entrada del palacio, con mis dos manos en alto. Una parte de mi cabeza me estaba diciendo que esto estaba resultando totalmente estupido, que estabamos vendidos. Otra me decia que habia que intentarlo, oir lo que tenian que decir. Probar por esta via. Me hubiera gustado avisar a Anteia de viva voz antes de esto, pero solo le habia dejado una nota en el piso de abajo contandoselo un poco, y a parte de aquello, los mensajes por galeon que Reiv se habia encargado de enviar.
Informé a los soldados de a qué venia y dejé que me escoltasen hacia el interior tras el chequeo de armas, no tuve nada de lo que ser despojado. La verdad es que el camino hasta aquella gran sala de reuniones fue de los mas tenso y esperaba que los demas pudiesen llegar pronto.
"no puedo negociar yo solo, no me corresponde ese derecho."
Por mi cabeza pasaba la idea de que quiza hubiesen podido apresarlos? Esperaba que no. Al abrir las puertas de la sala vi a mas soldados, y a dos tipos con pinta de politicos alli sentados. Una cara, la del moreno, me sonaba. La otra...no tanto. Aun no tomé asiento.
-Buenas noches. He de decir que me ha sorprendido mucho vuestro perímetro de seguridad....no hace un gran favor a un intento de negociaciones pacíficas, y mas cuando a nosotros se nos pidió venir desarmados. No me parece correcto que esto empiece de modo tan desequilibrado. Debería hacer llamar yo tambien a nuestros "centinelas"? O podéis hacer vosotros que los vuestros se retiren pacíficamente? Por favor.
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3er post tras contagio
Asi que apareci alli, frente a Buckingham. No encontré aun ni a Juliet ni a Reiv, pues ellos habian aparecido mas atrás, cercanos a un parque. Pensé entonces que habia llegado el primero, erroneamente. Miré mi reloj de bolsillo y miré alrededor:
Al cerco de seguridad que habian montado. Centinelas, soldados....una escolta. Obviamente no se fiaban de nosotros o de nuestras intenciones pacíficas. Lo cual me arrancó una mueca de desagrado. Mal empezaban entonces esta "reunion" de negociaciones. Con eso dejaban claras sus intenciones de prevalecer a cualquier precio.
Me aventuré a avanzar hacia aquel cerco de soldados de la entrada del palacio, con mis dos manos en alto. Una parte de mi cabeza me estaba diciendo que esto estaba resultando totalmente estupido, que estabamos vendidos. Otra me decia que habia que intentarlo, oir lo que tenian que decir. Probar por esta via. Me hubiera gustado avisar a Anteia de viva voz antes de esto, pero solo le habia dejado una nota en el piso de abajo contandoselo un poco, y a parte de aquello, los mensajes por galeon que Reiv se habia encargado de enviar.
Informé a los soldados de a qué venia y dejé que me escoltasen hacia el interior tras el chequeo de armas, no tuve nada de lo que ser despojado. La verdad es que el camino hasta aquella gran sala de reuniones fue de los mas tenso y esperaba que los demas pudiesen llegar pronto.
"no puedo negociar yo solo, no me corresponde ese derecho."
Por mi cabeza pasaba la idea de que quiza hubiesen podido apresarlos? Esperaba que no. Al abrir las puertas de la sala vi a mas soldados, y a dos tipos con pinta de politicos alli sentados. Una cara, la del moreno, me sonaba. La otra...no tanto. Aun no tomé asiento.
-Buenas noches. He de decir que me ha sorprendido mucho vuestro perímetro de seguridad....no hace un gran favor a un intento de negociaciones pacíficas, y mas cuando a nosotros se nos pidió venir desarmados. No me parece correcto que esto empiece de modo tan desequilibrado. Debería hacer llamar yo tambien a nuestros "centinelas"? O podéis hacer vosotros que los vuestros se retiren pacíficamente? Por favor.
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3er post tras contagio
La aparición fue más difícil de lo que parecía. El lugar donde habían puesto pie parecía una fortaleza y no tenía la infraestructura como para obligarles a salir tal como había planeado. Nerviosa, tal y como el chico lo ponía, era poco decir. Sentía que se estaba metiendo por su propia voluntad de vuelta al coliseo. Tenía tantas ganas de dar media vuelta que lo único que podía hacer era tocarse las manos nerviosamente una vez que el contrario le soltó. Al menos la idea de dejar las cosas le agradaba.
Tenían algunos segundos, así que tomó su bolsa y colocó un guante que llevaba dentro, dejando después todas sus armas y los huevos en el hoyo cavado para echar un poco de tierra con los pies. A pesar de que el guante parecía bastante inofensivo, lo había comprado por ahí, donde alguien le juró que mataría lentamente a quien tocara con él y lo deseara con fuerza. Soltó el suspiro más largo que pudo lanzar, para luego coger a Reiv por el cuello y darle un fuerte abrazo. Se sentía de lo más mortificada, pero era hora de componer el semblante e iniciar con aquel ritual suicida.
- ¿Banda de mercenarios? - Rió por lo bajo, consiguiendo relajarse un poco a pesar de la tensión.- Solo si prometes que no tengo que tratar con humanos...- Sonrió dulcemente, tomándole de la mano para jalarle un poco y caminar hacia la entrada de aquel impresionante recinto. De cerca, el dispositivo de seguridad era aún más imponente de lo que parecía de lejos.- Esto me da mal rollo.- Susurró para sí misma mientras se separaba de Reiv para pasar por aquel lugar. Le esperó del otro lado una vez que comprobaron que no llevaba nada consigo y alcanzó a ver a Lyran mientras entraba al lugar. No le daba confianza que un posible infectado fuera a permanecer en la reunión, pero si querían aparentar fortaleza, no le quedaba otra opción.
- Ahí está Lyran, creo que deberíamos asegurarnos antes de que no esta infectado y no acercarnos demasiado. Esto necesita ser breve o terminaremos infectados todos los presentes.- Suspiró, contando otro peligro más a aquella apabullante reunión. Una vez en la sala, alcanzó a escuchar claramente lo que el mago decía.- Coincido contigo, me parece que es un exceso dadas las condiciones que propusieron y que hemos respetado por el momento. Sería un acto de buena fe el retirar a sus centinelas para que sus 'invitados' se sientan más cómodos.- Dijo en voz clara, disimulando perfectamente cualquier inseguridad que le invadiera. Se acercó el lugar y se sentó en una silla que le quedaba alejada de Lyran, pero cuidando que no fuera suficientemente lejos como para que pareciera que se tenía la intención de permanecer separados.
Tenían algunos segundos, así que tomó su bolsa y colocó un guante que llevaba dentro, dejando después todas sus armas y los huevos en el hoyo cavado para echar un poco de tierra con los pies. A pesar de que el guante parecía bastante inofensivo, lo había comprado por ahí, donde alguien le juró que mataría lentamente a quien tocara con él y lo deseara con fuerza. Soltó el suspiro más largo que pudo lanzar, para luego coger a Reiv por el cuello y darle un fuerte abrazo. Se sentía de lo más mortificada, pero era hora de componer el semblante e iniciar con aquel ritual suicida.
- ¿Banda de mercenarios? - Rió por lo bajo, consiguiendo relajarse un poco a pesar de la tensión.- Solo si prometes que no tengo que tratar con humanos...- Sonrió dulcemente, tomándole de la mano para jalarle un poco y caminar hacia la entrada de aquel impresionante recinto. De cerca, el dispositivo de seguridad era aún más imponente de lo que parecía de lejos.- Esto me da mal rollo.- Susurró para sí misma mientras se separaba de Reiv para pasar por aquel lugar. Le esperó del otro lado una vez que comprobaron que no llevaba nada consigo y alcanzó a ver a Lyran mientras entraba al lugar. No le daba confianza que un posible infectado fuera a permanecer en la reunión, pero si querían aparentar fortaleza, no le quedaba otra opción.
- Ahí está Lyran, creo que deberíamos asegurarnos antes de que no esta infectado y no acercarnos demasiado. Esto necesita ser breve o terminaremos infectados todos los presentes.- Suspiró, contando otro peligro más a aquella apabullante reunión. Una vez en la sala, alcanzó a escuchar claramente lo que el mago decía.- Coincido contigo, me parece que es un exceso dadas las condiciones que propusieron y que hemos respetado por el momento. Sería un acto de buena fe el retirar a sus centinelas para que sus 'invitados' se sientan más cómodos.- Dijo en voz clara, disimulando perfectamente cualquier inseguridad que le invadiera. Se acercó el lugar y se sentó en una silla que le quedaba alejada de Lyran, pero cuidando que no fuera suficientemente lejos como para que pareciera que se tenía la intención de permanecer separados.
Se me estaba por acabar el porro y eso solo indicaba que era momento de moverse. Tenía poco más de dos horas en el techo de un edificio cercano al palacio cuando vi a los primeros seres mágicos entrando al gigantesco lugar. Decidí que era hora de hacer la aparición que tanto había estado esperando. Como habían dicho que no debía llevar armas, lo único que llevaba conmigo era un trozo de cristal en la bota, esperando que un detector de metales no la encontrara fácilmente. Así, al menos no tenía que luchar a golpes contra los robots y quizás podría tomar un rehén o dos.
Claro, estos no eran pensamientos que fueran a ayudar de algo en una reunión 'pacífica', pero siempre es mejor tener un buen plan de escape que ir como vaca al matadero. Bajé del edificio sin presiones ni apuros. Estarían un rato hablando del clima en lo que llegaba más gente, de seguro. Dirigí mis pasos lo más tranquilamente que pude hacia aquel lugar lleno de guardias armados y los centinelas que siempre se encontraban cerca de los territorios humanos. Aunque no había estado en Londres en un tiempo, podía recordad bien el temor que se sentía al pasear por ellas, con la ilusión de que nadie te descubriera las orejas. Ahora, en este instante al menos, no había gran necesidad de ocultarlas.
- ¿Qué tal, apreciables centinelas? Espero desde el fondo de mi corazón que el humo no sea desagradable para vuestros más estimados cables y sensores.- Recité dándole la última calada a lo que apenas eran un par de centímetros de cigarrillo, y lo pisé en mi camino adentro.
Escoltado, como habían pasado el resto de los seres mágicos, llegamos a una gran sala. Sin mucho alboroto, me senté lo más lejos posible de humanos y mágicos, casi como si fuera una especie de mediador transitorio en el lugar. Saqué una pluma del bolsillo y una libreta pequeña, y comencé a anotar lo que creía pertinente, como el penoso despliegue de las tropas de la Alianza dentro del mismo palacio. Así, al menos tendríamos las ideas frescas si salíamos de ahí con vida.
Claro, estos no eran pensamientos que fueran a ayudar de algo en una reunión 'pacífica', pero siempre es mejor tener un buen plan de escape que ir como vaca al matadero. Bajé del edificio sin presiones ni apuros. Estarían un rato hablando del clima en lo que llegaba más gente, de seguro. Dirigí mis pasos lo más tranquilamente que pude hacia aquel lugar lleno de guardias armados y los centinelas que siempre se encontraban cerca de los territorios humanos. Aunque no había estado en Londres en un tiempo, podía recordad bien el temor que se sentía al pasear por ellas, con la ilusión de que nadie te descubriera las orejas. Ahora, en este instante al menos, no había gran necesidad de ocultarlas.
- ¿Qué tal, apreciables centinelas? Espero desde el fondo de mi corazón que el humo no sea desagradable para vuestros más estimados cables y sensores.- Recité dándole la última calada a lo que apenas eran un par de centímetros de cigarrillo, y lo pisé en mi camino adentro.
Escoltado, como habían pasado el resto de los seres mágicos, llegamos a una gran sala. Sin mucho alboroto, me senté lo más lejos posible de humanos y mágicos, casi como si fuera una especie de mediador transitorio en el lugar. Saqué una pluma del bolsillo y una libreta pequeña, y comencé a anotar lo que creía pertinente, como el penoso despliegue de las tropas de la Alianza dentro del mismo palacio. Así, al menos tendríamos las ideas frescas si salíamos de ahí con vida.
Colaboro con Juliet en eso de tapar el agujero del suelo en el que acabamos de dejar nuestras armas o pertenencias que queremos ocultar, cubriendo con tierra todos los huecos hasta que quede todo perfectamente camuflado. Me da no sé qué eso de dejar ahí los huevos de dragón, pero llevarlos a la reunión sería muy arriesgado. Comparto el gesto de resignación por tener que abandonar aquí las armas, esperando que no se arrepienta justo ahora y decida no entrar. - Intentaremos que sea breve, no nos interesa que la reunión se alargue. - la impresión que me da es que ella está mucho más nerviosa que yo ante esta reunión, probablemente la reacción más sensata en este momento. Le devuelvo con fuerza y bastante naturalidad el abrazo que me da, me sale el gesto bastante espontáneo. Incluso lo habría alargado un poco más, no sé si porque la otra opción es entrar a la reunión o por otros motivos. Cuando nos separamos llega el momento de abandonar el parque en el que hemos aparecido, avanzando hacia la zona del palacio.
- Tss...no puedo prometerte nada de eso. - sonrío negando con la cabeza ante su idea de no tratar con humanos. - los humanos son bastante intratables, pero los mercenarios no pueden tener demasiados remilgos a la hora de tomar trabajos. ¿Y si fuese uno que te pagase mucho? O que te paguen por eliminar a uno de ellos. Suele ser venderse al mejor postor, aunque siempre puedes poner tus propios límites, o aceptar sólo lo que te interese, si tienes cierto nivel.- la sigo hasta que llegamos a la entrada del palacio, dejando de hablar automáticamente al comprobar lo exagerado del dispositivo de seguridad. Puede que piensen que venimos a pelear, o simplemente pretenden liarla ellos. Me da el mismo mal rollo que confiesa ella, lo reconozco. A pesar de ello no digo nada al respecto, avanzo hasta que llegamos a los soldados que custodian la entrada, en las verjas. Ellos nos guían al interior del palacio, a través de escaleras y un par de pasillos. Antes de dejarnos entrar se han asegurado de que no llevemos armas con nosotros, por lo que me alegro de haberlas dejado fuera.
Casi no cruzamos palabra con los soldados, que nos dejan ante la puerta de la sala de reuniones para que entremos. Lyran es el primero y único conocido que se encuentra allí, además de otros tres tipos trajeados de la Alianza. - Es probable que esté infectado, él ha sido quien se ha llevado a Johan y a Ellyos. En fin...que sea lo que tenga que ser.- murmuro a Juliet antes de entrar a la sala para tomar asiento, mirando alrededor con mucha desconfianza. Me percato de que hay otro más por el bando mágico, un elfo que no había visto en mi vida y que parece preparado para escribir todo lo que se diga allí. Tanto Lyran como Juliet se quejan de la presencia de los centinelas en la entrada, pidiendo que no exageren tanto con las medidas de seguridad. Lo cierto es que yo también pondría muchas medidas si recibiese a alguien en mi terreno, pero da a entender que el ambiente es hostil. Tomo asiento junto a Juliet, apoyando los antebrazos sobre la mesa mientras observo a los humanos analíticamente.
- Pues eso que han dicho los dos. Cualquiera diría que tenéis pensado atrapar a todos los que vengan a esta reunión. Supongo que falta gente por llegar, o tal vez no vengan porque suena a maldita emboscada, así que ya podéis empezar a largar los motivos por los que nos habéis citado aquí. ¿De qué va esto? ¿por qué una reunión ahora? ¿qué es lo que vamos a negociar?
- Tss...no puedo prometerte nada de eso. - sonrío negando con la cabeza ante su idea de no tratar con humanos. - los humanos son bastante intratables, pero los mercenarios no pueden tener demasiados remilgos a la hora de tomar trabajos. ¿Y si fuese uno que te pagase mucho? O que te paguen por eliminar a uno de ellos. Suele ser venderse al mejor postor, aunque siempre puedes poner tus propios límites, o aceptar sólo lo que te interese, si tienes cierto nivel.- la sigo hasta que llegamos a la entrada del palacio, dejando de hablar automáticamente al comprobar lo exagerado del dispositivo de seguridad. Puede que piensen que venimos a pelear, o simplemente pretenden liarla ellos. Me da el mismo mal rollo que confiesa ella, lo reconozco. A pesar de ello no digo nada al respecto, avanzo hasta que llegamos a los soldados que custodian la entrada, en las verjas. Ellos nos guían al interior del palacio, a través de escaleras y un par de pasillos. Antes de dejarnos entrar se han asegurado de que no llevemos armas con nosotros, por lo que me alegro de haberlas dejado fuera.
Casi no cruzamos palabra con los soldados, que nos dejan ante la puerta de la sala de reuniones para que entremos. Lyran es el primero y único conocido que se encuentra allí, además de otros tres tipos trajeados de la Alianza. - Es probable que esté infectado, él ha sido quien se ha llevado a Johan y a Ellyos. En fin...que sea lo que tenga que ser.- murmuro a Juliet antes de entrar a la sala para tomar asiento, mirando alrededor con mucha desconfianza. Me percato de que hay otro más por el bando mágico, un elfo que no había visto en mi vida y que parece preparado para escribir todo lo que se diga allí. Tanto Lyran como Juliet se quejan de la presencia de los centinelas en la entrada, pidiendo que no exageren tanto con las medidas de seguridad. Lo cierto es que yo también pondría muchas medidas si recibiese a alguien en mi terreno, pero da a entender que el ambiente es hostil. Tomo asiento junto a Juliet, apoyando los antebrazos sobre la mesa mientras observo a los humanos analíticamente.
- Pues eso que han dicho los dos. Cualquiera diría que tenéis pensado atrapar a todos los que vengan a esta reunión. Supongo que falta gente por llegar, o tal vez no vengan porque suena a maldita emboscada, así que ya podéis empezar a largar los motivos por los que nos habéis citado aquí. ¿De qué va esto? ¿por qué una reunión ahora? ¿qué es lo que vamos a negociar?
-Ya te digo. Los esbirros de antes eran mejores, aguantaban el tirón como autenticos maquinas. Pero ahora...consumen tu tiempo para luego no dar resultados.
Males comunes, al parecer. Mientras mi compañero seguia hablando , a mi empezaron a llegarme mensajes de Ares. Lo lei con una ceja muy alzada, eso el primero, que iba a contactar con Jed y que tenia planes. Me pregunté entonces si Ares seria uno de esos esbirros que duraban poco, o uno de esos esbirros a los cuales tendria que hacerles un lavado de cerebro, y que luego duraria entre poco-y-mucho.
-Me gusta eso del revisionismo. Pues diran dos cosas, una que fuimos unos malditos dictadores, y nos odiarán. Otros dirán que fuimos los padres de la Revolución de los Humanos y nos celebrarán.
Asenti mientras recibia otro mensaje de Ares, esta vez con foto incluida, y casi solté una risotada al verla. Me incliné un poco hacia Eamon para enseñarsela.
-Mira lo que me ha cazado mi ultimo esbirro. Un recien adquirido ejecutor...y ya he conseguido que cace a su antiguo jefe. -me jacté de aquello sin poder evitarlo. Ademas esa presa que habia hecho no era una presa pequeña. Respondí a Ares diciendole que habia hecho un gran trabajo de soldado, y que me habia sorprendido, que lo llevasen a los campos de concentracion y que luego acudiese aqui si lo deseaba. Aun podia ponerlo mas a prueba..... - bueno, una cosa mas para chantajear, no crees?
Asentí mostrandole que estaba de acuerdo en aquello de ofrecerles ventajosas situaciones a los renegados, de modo diplomatico. No tardaron en llegar los primeros magos...uno adulto, de pelo azul, y al poco otros dos mas jovenes. Miré al peliazul entornando los ojos, su cara me sobana y no solo de haberlo leido en los archivos criminales
"perro viejo..."
-Ah! ya te recuerdo, ya... - pero no dije nada mas. Él era uno de los que se habia colado en los campos de concentracion para rescatar a un licantropo y que habia condenado a muerte a varios de mis soldados mediante un truco de magia muy, pero que muy siniestro. ...emparedados en el suelo del recinto. La mujer pelirroja dijo lo mismo. Un elfo llegó sin apenas hacer ruido y se sentó, poniendose a escribir y ya....olía a porro? Reiv se unio a las quejitas por nuestros robotes pero ademas hizo preguntas en ese tono borde y prepotente que solo tienen los crios muy estupidos o los adultos mas estupidos aun.
Entrelacé mis dedos con las manos sobre la mesa y miré a los presentes con una de mis sonrisas.
-Lo primero las presentaciones, caballeros, necesitaremos nombres con los que dirigirnos los unos a los otros. Yo soy Andreas Wilhelm y él es Eámon O'Connell. El otro es un sustituto de la Ministra Ruth, que no ha podido acudir, pero en funciones cumple los mismos deberes que ella. -esperaría a sus presentaciones antes de proseguir.
-Sobre los Centinelas ahi afuera apostados...son simples medidas de seguridad, que seguro que vosotros por vuestra parte habeis tomado tambien .No suponen una agresion. Como bien habran podido notar os han desarmado a la entrada, pero aqui ninguno nos chupamos el dedo y sabemos que no necesitais de armas para hacer mucho, mucho daño. Los Centinelas no bloquean la magia, unicamente están aqui para crear un campo de antidesaparicion alrededor de la cúpula politica y así poder evitaros las tentaciones de cometer algun secuestro estupido.... y confio en que todos los demas seamos lo bastante inteligentes para guardaros los hechizos en vuestro caso, y las balas, en el nuestro. Si os sentís mas cómodos llamando a vuestros...centinelas....adelante. Pero cualquier tipo de amenaza por parte de esos centinelas vuestros acabaría con esta conversacion. En fin...dejadas atrás las naturales pero improductivas desconfianzas, podemos comenzar? Os hemos citado para iniciar un proceso de transición a la paz. Un camino hacia una futura convivencia entre magos y humanos. Y no solo los magos, tambien la comunidad élfica podria incluirse aqui..... veo que han enviado a un representante. Creo que la sociedad de Londres ya está preparada para ello. Pero todos tendremos que hacer sacrificios.
Hice entonces como que me daba cuenta de algo importante, mirando al joven castaño. -Por qué no ha acudido el líder de los Renegados? Entiendo de la ausencia de ningun Blood Keeper aqui, pero.... -y me hice un poquito el indignado.
Males comunes, al parecer. Mientras mi compañero seguia hablando , a mi empezaron a llegarme mensajes de Ares. Lo lei con una ceja muy alzada, eso el primero, que iba a contactar con Jed y que tenia planes. Me pregunté entonces si Ares seria uno de esos esbirros que duraban poco, o uno de esos esbirros a los cuales tendria que hacerles un lavado de cerebro, y que luego duraria entre poco-y-mucho.
-Me gusta eso del revisionismo. Pues diran dos cosas, una que fuimos unos malditos dictadores, y nos odiarán. Otros dirán que fuimos los padres de la Revolución de los Humanos y nos celebrarán.
Asenti mientras recibia otro mensaje de Ares, esta vez con foto incluida, y casi solté una risotada al verla. Me incliné un poco hacia Eamon para enseñarsela.
-Mira lo que me ha cazado mi ultimo esbirro. Un recien adquirido ejecutor...y ya he conseguido que cace a su antiguo jefe. -me jacté de aquello sin poder evitarlo. Ademas esa presa que habia hecho no era una presa pequeña. Respondí a Ares diciendole que habia hecho un gran trabajo de soldado, y que me habia sorprendido, que lo llevasen a los campos de concentracion y que luego acudiese aqui si lo deseaba. Aun podia ponerlo mas a prueba..... - bueno, una cosa mas para chantajear, no crees?
Asentí mostrandole que estaba de acuerdo en aquello de ofrecerles ventajosas situaciones a los renegados, de modo diplomatico. No tardaron en llegar los primeros magos...uno adulto, de pelo azul, y al poco otros dos mas jovenes. Miré al peliazul entornando los ojos, su cara me sobana y no solo de haberlo leido en los archivos criminales
"perro viejo..."
-Ah! ya te recuerdo, ya... - pero no dije nada mas. Él era uno de los que se habia colado en los campos de concentracion para rescatar a un licantropo y que habia condenado a muerte a varios de mis soldados mediante un truco de magia muy, pero que muy siniestro. ...emparedados en el suelo del recinto. La mujer pelirroja dijo lo mismo. Un elfo llegó sin apenas hacer ruido y se sentó, poniendose a escribir y ya....olía a porro? Reiv se unio a las quejitas por nuestros robotes pero ademas hizo preguntas en ese tono borde y prepotente que solo tienen los crios muy estupidos o los adultos mas estupidos aun.
Entrelacé mis dedos con las manos sobre la mesa y miré a los presentes con una de mis sonrisas.
-Lo primero las presentaciones, caballeros, necesitaremos nombres con los que dirigirnos los unos a los otros. Yo soy Andreas Wilhelm y él es Eámon O'Connell. El otro es un sustituto de la Ministra Ruth, que no ha podido acudir, pero en funciones cumple los mismos deberes que ella. -esperaría a sus presentaciones antes de proseguir.
-Sobre los Centinelas ahi afuera apostados...son simples medidas de seguridad, que seguro que vosotros por vuestra parte habeis tomado tambien .No suponen una agresion. Como bien habran podido notar os han desarmado a la entrada, pero aqui ninguno nos chupamos el dedo y sabemos que no necesitais de armas para hacer mucho, mucho daño. Los Centinelas no bloquean la magia, unicamente están aqui para crear un campo de antidesaparicion alrededor de la cúpula politica y así poder evitaros las tentaciones de cometer algun secuestro estupido.... y confio en que todos los demas seamos lo bastante inteligentes para guardaros los hechizos en vuestro caso, y las balas, en el nuestro. Si os sentís mas cómodos llamando a vuestros...centinelas....adelante. Pero cualquier tipo de amenaza por parte de esos centinelas vuestros acabaría con esta conversacion. En fin...dejadas atrás las naturales pero improductivas desconfianzas, podemos comenzar? Os hemos citado para iniciar un proceso de transición a la paz. Un camino hacia una futura convivencia entre magos y humanos. Y no solo los magos, tambien la comunidad élfica podria incluirse aqui..... veo que han enviado a un representante. Creo que la sociedad de Londres ya está preparada para ello. Pero todos tendremos que hacer sacrificios.
Hice entonces como que me daba cuenta de algo importante, mirando al joven castaño. -Por qué no ha acudido el líder de los Renegados? Entiendo de la ausencia de ningun Blood Keeper aqui, pero.... -y me hice un poquito el indignado.
Ares Kylee
Raza
mensajes
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Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Estaba claro que Jed no era el hada del buen humor y la conduccion segura. Gire los ojos y resople, Jed era feliz siendo un amton que se centra en hacer lo que sus amos ordenan cual perro fiel. Obedeciendo y haciendo su trabajo para olvidar su vida, sin ningun sueño al que atarse y luchar por el. Cuando se me paso un poco el cabreo, empece a sentir lastima por el, era parecido a mi. Alguien sin rumbo y perdido en un mundo que parece que no das encajado en el.
- Solo son mensajes con Andreas informando, nada mas. Y tranquilo, ya no te dare mas la lata.
Nos dirigimos al palacio, al llegar me baje del jeep y me acerque a la puerta. Requisaron mi arco y me hicieron todos los chequeos oportunos de seguridad. Habia mas seguridad que en un aeropuerto y que en una visita del papa Bennettdixon. Entre por los oscuros pasillos hasta la sala de reuniones. Entre todos los presentes vi a los dos tortolitos del parque. Me fui a una parte lejos de todos ellos pero desde la que pudiera divisar todas sus acciones y a la vez estar cerca de Andreas en caso de problemas. Ahi empezo mi actuacion en el papel estrella.
- Hola, siento llegar tarde, Ares Kylee.
Salude llevandome dos dedos a la frente y torciendolos, saque una silla y me sente en ella como alguien sin educacion alguna poniendo los pies cruzados encima de la mesa y los brazos cruzados, en una actitud pasota y chulesca, como si todo aquello me importase una mierda y quisiera que la reunion terminase de una vez para asaltar el minibar del piscolabis que suelen poner los ministros al finalizar sus reuniones. Me meti aun mas en mi papel de mago resentido y con pocos amigos y mire a Andreas y Eamon, rezando porque mi padre se diera cuenta de que era un farol y no lo insultaba enserio.
- Eh chulopollas, hacedle caso a estos que muerden, las manitas donde podamos verlas todos. - les dije a ambos con una sonrisa, finjiendo estar del lado de los demas.
- Solo son mensajes con Andreas informando, nada mas. Y tranquilo, ya no te dare mas la lata.
Nos dirigimos al palacio, al llegar me baje del jeep y me acerque a la puerta. Requisaron mi arco y me hicieron todos los chequeos oportunos de seguridad. Habia mas seguridad que en un aeropuerto y que en una visita del papa Bennettdixon. Entre por los oscuros pasillos hasta la sala de reuniones. Entre todos los presentes vi a los dos tortolitos del parque. Me fui a una parte lejos de todos ellos pero desde la que pudiera divisar todas sus acciones y a la vez estar cerca de Andreas en caso de problemas. Ahi empezo mi actuacion en el papel estrella.
- Hola, siento llegar tarde, Ares Kylee.
Salude llevandome dos dedos a la frente y torciendolos, saque una silla y me sente en ella como alguien sin educacion alguna poniendo los pies cruzados encima de la mesa y los brazos cruzados, en una actitud pasota y chulesca, como si todo aquello me importase una mierda y quisiera que la reunion terminase de una vez para asaltar el minibar del piscolabis que suelen poner los ministros al finalizar sus reuniones. Me meti aun mas en mi papel de mago resentido y con pocos amigos y mire a Andreas y Eamon, rezando porque mi padre se diera cuenta de que era un farol y no lo insultaba enserio.
- Eh chulopollas, hacedle caso a estos que muerden, las manitas donde podamos verlas todos. - les dije a ambos con una sonrisa, finjiendo estar del lado de los demas.
Éamon O'Connell
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Andreas y yo aprovechamos los últimos minutos a solas para terminar nuestra charla, incluso me da tiempo a reírme con ganas por el comentario de que nos llamarán dictadores o padres de la Revolución. Me inclino un poco para observar el mensaje que acaban de mandarle al teléfono, un nuevo ejecutor que ya le ha traído su primera presa.
- Te ha traído un jefazo, no está nada mal. Eso sí...no te confíes, los ejecutores siempre me han dado mala espina. Es como tener perros rabiosos bajo tu control que en cualquier momento pueden morder la mano que les da de comer. Lo digo por otras cosas que han sucedido con ellos desde que lleva funcionando el programa ejecutor. - le advierto para que no se relaje con ese tema, aunque me muestro satisfecho con la captura. - Puede ser un añadido a la neegociación, sí. Lo usaremos si es necesario...- por fin comienzan a llegar diversos idiotas a la reunión, los supuestos representantes para la negociación, aunque no sé si se habrán organizado o puesto de acuerdo entre ellos. Saludo con un educado 'buenas noches', esperando a que se sienten en los asientos libres. Pronto empiezan a sentirse amenazados ya quejarse, no es un buen comienzo. Tampoco me esperaba otra cosa. Andreas se encarga de dejarles claro el tema de la seguridad, para que no se vengan arriba tan rápido. Sonrío levemente cuando introduce el tema de hacer sacrificios, para que vayan entrando en materia. Por lo visto echa en falta a un líder en concreto, el cual no sabemos por qué no ha venido. Tal vez desconfíe y haya mandado una avanzadilla. Me parecen todos unos chulos desvergonzados, pero habrá que mantener las formas por ahora.
- Puesto que tenéis ganas de ir al grano comenzaremos ya con los motivos por los que se ha convocado esta reunión. Ha llegado el momento de sentarse a negociar, todos coincidiremos en que esta guerra está durando ya demasiado, para desgracia de todos...- compongo mi mejor pose pesarosa, soltando un largo suspiro después. Bajo mis manos a los papeles que tengo en la mesa, con algunas notas que había preparado para la reunión.
- Os proponemos una vía para mejorar la situación, porque ha llegado el momento de hacer algo así. Se propone un cese de las hostilidades mutuo, al menos temporal y siempre y cuando se cumplan unas clausulas. Seguro que todos deseamos que se alcance la paz, pero la convivencia no es algo que contemplemos a medio y corto plazo. Proponemos una división del territorio, dejando zonas exclusivamente para seres mágicos y otras zonas para nosotros, divididas de manera eficaz. Si no hay choque no habrá problema. Cualquiera que decida permanecer cerca de nuestra zona deberá renunciar a realizar magia, por los métodos que se consideren más convenientes. Así mismo se asegura que los centinelas no entrarán en la zona que os pertenezca. Para ello se exige buena fe y colaboración...podemos daros cosas que necesitéis y haceros algunos favores, a cambio de otros. De eso se trata negociar, dar, ceder, recibir. ¿Qué os gusta más, dar o recibir? - pregunto finalmente mientras doy una larga calada al cigarro, sonriendo torvamente por el doble sentido de la pregunta. - Mi compañero Wilhelm os dará más detalles sobre el tema y realizará su aportación, espero que encontréis atractiva la oferta.
- Te ha traído un jefazo, no está nada mal. Eso sí...no te confíes, los ejecutores siempre me han dado mala espina. Es como tener perros rabiosos bajo tu control que en cualquier momento pueden morder la mano que les da de comer. Lo digo por otras cosas que han sucedido con ellos desde que lleva funcionando el programa ejecutor. - le advierto para que no se relaje con ese tema, aunque me muestro satisfecho con la captura. - Puede ser un añadido a la neegociación, sí. Lo usaremos si es necesario...- por fin comienzan a llegar diversos idiotas a la reunión, los supuestos representantes para la negociación, aunque no sé si se habrán organizado o puesto de acuerdo entre ellos. Saludo con un educado 'buenas noches', esperando a que se sienten en los asientos libres. Pronto empiezan a sentirse amenazados ya quejarse, no es un buen comienzo. Tampoco me esperaba otra cosa. Andreas se encarga de dejarles claro el tema de la seguridad, para que no se vengan arriba tan rápido. Sonrío levemente cuando introduce el tema de hacer sacrificios, para que vayan entrando en materia. Por lo visto echa en falta a un líder en concreto, el cual no sabemos por qué no ha venido. Tal vez desconfíe y haya mandado una avanzadilla. Me parecen todos unos chulos desvergonzados, pero habrá que mantener las formas por ahora.
- Puesto que tenéis ganas de ir al grano comenzaremos ya con los motivos por los que se ha convocado esta reunión. Ha llegado el momento de sentarse a negociar, todos coincidiremos en que esta guerra está durando ya demasiado, para desgracia de todos...- compongo mi mejor pose pesarosa, soltando un largo suspiro después. Bajo mis manos a los papeles que tengo en la mesa, con algunas notas que había preparado para la reunión.
- Os proponemos una vía para mejorar la situación, porque ha llegado el momento de hacer algo así. Se propone un cese de las hostilidades mutuo, al menos temporal y siempre y cuando se cumplan unas clausulas. Seguro que todos deseamos que se alcance la paz, pero la convivencia no es algo que contemplemos a medio y corto plazo. Proponemos una división del territorio, dejando zonas exclusivamente para seres mágicos y otras zonas para nosotros, divididas de manera eficaz. Si no hay choque no habrá problema. Cualquiera que decida permanecer cerca de nuestra zona deberá renunciar a realizar magia, por los métodos que se consideren más convenientes. Así mismo se asegura que los centinelas no entrarán en la zona que os pertenezca. Para ello se exige buena fe y colaboración...podemos daros cosas que necesitéis y haceros algunos favores, a cambio de otros. De eso se trata negociar, dar, ceder, recibir. ¿Qué os gusta más, dar o recibir? - pregunto finalmente mientras doy una larga calada al cigarro, sonriendo torvamente por el doble sentido de la pregunta. - Mi compañero Wilhelm os dará más detalles sobre el tema y realizará su aportación, espero que encontréis atractiva la oferta.
Rosse Kenway
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El haber estado toda la noche bebiendo ahora me pasaba factura. Había escuchado sobre la reunión de paz que organizo la Alianza, decidiéndome por ir, al menos si no arreglaban nada podría golpear a alguien.
Era extraño detestar a los humanos y mágicos y aun así ir a una reunión donde era claro que ellos estarían. Largue un suspiro cansado, mi cabeza daba vueltas deje mi motocicleta entre algunos arbustos con mis armas. Era algo suicida hacer eso pero daba igual.
Estuve caminando por 20 minutos hasta llegar a la puerta del palacio, viendo la gran cantidad de soldados y robots que habían ahí, pase por el sistema de seguridad que ahí teniendo en cuenta que mi maldito brazo metálico no representaba ninguna amenaza para ellos. En lo que caminaba terminaba de armarme un cigarro, entrando al gran salón donde habían algunas personas en lo que lamia el papel de mi cigarro cerrándolo por completo.
-Perdón por la tardanza, había mucho trafico...
Dije con algo de burla en lo que me sentaba entre el elfo y el mago de cabello azul, con dos asientos de distancia de cada uno, no me interesaba socializar con nadie. Había llegado unos pocos minutos después que Ares. Puse mi cigarrillo entre mis labios en lo que buscaba mi encendedor, suspire con resignación al no encontrarlo para re colocar el cigarro detrás de mi oreja para que no se arruine.
Escuche a los charlatanes de la Alianza mirándolos seriamente en lo que apoyaba mis brazos sobre la mesa haciendo algo de ruido por el golpe del metal sobre la rustica madera...Ojala deje marcas.
-¿Aquellos métodos convenientes para no usar magia seria el uso de chips o campos de concentración?... ¿No seria mas conveniente que todos se acostumbren a vivir como personas civilizadas? La división de terrenos no me parece mal, pero, al menos, para demostrar su pacifismo deberían quitar completamente el uso de centinelas...
Podía que mi punto suene algo estúpido, sobre todo estando algo ebria, pero en verdad me hartaba que a los humanos nos metieran, de pequeños, miedo a todo maldito ser mágico.
-Dejar de inculcarse miedo entre ustedes seria una buena forma para llegar a algo parecido a la paz...
Era extraño detestar a los humanos y mágicos y aun así ir a una reunión donde era claro que ellos estarían. Largue un suspiro cansado, mi cabeza daba vueltas deje mi motocicleta entre algunos arbustos con mis armas. Era algo suicida hacer eso pero daba igual.
Estuve caminando por 20 minutos hasta llegar a la puerta del palacio, viendo la gran cantidad de soldados y robots que habían ahí, pase por el sistema de seguridad que ahí teniendo en cuenta que mi maldito brazo metálico no representaba ninguna amenaza para ellos. En lo que caminaba terminaba de armarme un cigarro, entrando al gran salón donde habían algunas personas en lo que lamia el papel de mi cigarro cerrándolo por completo.
-Perdón por la tardanza, había mucho trafico...
Dije con algo de burla en lo que me sentaba entre el elfo y el mago de cabello azul, con dos asientos de distancia de cada uno, no me interesaba socializar con nadie. Había llegado unos pocos minutos después que Ares. Puse mi cigarrillo entre mis labios en lo que buscaba mi encendedor, suspire con resignación al no encontrarlo para re colocar el cigarro detrás de mi oreja para que no se arruine.
Escuche a los charlatanes de la Alianza mirándolos seriamente en lo que apoyaba mis brazos sobre la mesa haciendo algo de ruido por el golpe del metal sobre la rustica madera...Ojala deje marcas.
-¿Aquellos métodos convenientes para no usar magia seria el uso de chips o campos de concentración?... ¿No seria mas conveniente que todos se acostumbren a vivir como personas civilizadas? La división de terrenos no me parece mal, pero, al menos, para demostrar su pacifismo deberían quitar completamente el uso de centinelas...
Podía que mi punto suene algo estúpido, sobre todo estando algo ebria, pero en verdad me hartaba que a los humanos nos metieran, de pequeños, miedo a todo maldito ser mágico.
-Dejar de inculcarse miedo entre ustedes seria una buena forma para llegar a algo parecido a la paz...
A la reunión llegaron personajes de lo más particulares. Alcanzó a ver las puntiagudas orejas de un elfo que no había hablado por ahora, aquella chica que más que un miembro mágico parecía oler a humana, sumado a su brazo robótico, lo que lo hacía todo más raro por el momento.
De cualquier modo, aún trataban de mantener la compostura, teniendo en mente el peligro inminente de los centinelas afuera, el hecho de que no podían desaparecerse y también el que no tenían expectativas para aquella reunión. Comenzó a enfriar su mano, para luego posarla sobre la de Reiv. No había manera más discreta de hacerle sentir sus nervios que lo que ya había planeado con él en anticipación. Y la voz del moreno no hacía sino provocarle más ansiedad al decir aquello sobre atrapar a quienes asisten a la reunión.
-En la comunidad hay más que solo magos y humanos. Como bien dice, hay elfos y alados, y nuestras simpatías se extienden a todas las demás razas. Y como supongo debe estar enterado, el último ataque hacia la base de los renegados nos ha dejado con asuntos pendientes que atender... Pueden llamarme Irina, si así lo desean.- Dice, sonriendo suavemente a manera conciliadora, aunque realmente quería tirarle a la cara que si alguien no estaba ahí era porque no le daba la gana verle la cara. El ruido de una persona llegando tarde le llamó la atención antes de poder "presentarse". Se le heló la sangre, quizás más por desconfianza que otra cosa. Todo aquello de que si alguien les agredía se acabaría la simpatía de la Alianza y un tío recién secuestrado que llegaba en actitud de chulería.
"Fuck, fuck, fuck, fuck, fuck, fuck, fuck... ¡Cómo carajos salió si hace 10 horas le avisamos a Lykaios que le había secuestrado la Alianza! Seguro que le hicieron algo y ahora el idiota hará que nos maten..." Su mano, la que posaba sobre la de Reiv, se calentó hasta llegar a una temperatura normal. Era hora de salir de allí y llevársela con cuidado, ya le importaba un carajo la cura del SPM si no podía salir de ahí con vida para comunicarlo, a pesar de que apenas había iniciado la reunión." Esto se ve demasiado bien orquestrado..."- Ares, que sorpresa verte, sobre todo después de que nuestro último encuentro fue durante tu tan desdichado secuestro hace pocos días.- Le sonrió a él para después dirigirse a Andreas.- Me permitirá si desconfío de él después de que le ha secuestrado uno de sus propios ejecutores, aún cuando creí que estábamos en una especie de "paz". Claramente, al menos, su resentimiento contra la Alianza tiene tintes más recientes que el resto y no creo que sea un portavoz adecuado de nuestros mejores intereses. Me gustaría que disculpen sus... palabras.- Murmuró para que el resto del grupo tuviera al menos la información completa y que los tipos aquellos no se cabrearan por su tontería de llamarles 'chupapollas'. A pesar de que su estómago era un nudo, su semblante y voz no dejaban a relucir nada de su nerviosismo.
Alcanzó a captar el chistaco de doble sentido que el tal Eamon promulgaba, sonriéndole de lado.- Ciertamente es una propuesta interesante. La historia humana me ha mostrado que los muros son para ser destruidos, y una división no colaboraría con los objetivos de convivencia, sin embargo, es un inicio...- Tomó un momento para tomar aire y se levantó de su silla con gracia y elegancia, invitando a Reiv a que hiciera lo mismo.- Siendo esa su propuesta y esperando que las negociaciones sean lo más fructíferas para ambos bandos, me gustaría proponer reuniones posteriores, con el objetivo de llevar las noticias de paz a nuestros compañeros y tener ocasión de crear una propuesta para ustedes y quizás alternativas sostenibles para todos... Si no hay más por el momento, sería un buen momento para retirarnos.- Susurró al final con una sonrisa suave y clara, con toda la confianza que fue capaz de reunir. Si la prisa no lograba sacar a relucir sus verdaderas intenciones, dudaba que algo menos que una agresión directa lo haría.
"Carajo, y tu sola te metiste a la boca del lobo... Oh Dilong, gran dragón misericordioso, que se les atoren los cables a los centis que están a punto de matarnos a todos..."
De cualquier modo, aún trataban de mantener la compostura, teniendo en mente el peligro inminente de los centinelas afuera, el hecho de que no podían desaparecerse y también el que no tenían expectativas para aquella reunión. Comenzó a enfriar su mano, para luego posarla sobre la de Reiv. No había manera más discreta de hacerle sentir sus nervios que lo que ya había planeado con él en anticipación. Y la voz del moreno no hacía sino provocarle más ansiedad al decir aquello sobre atrapar a quienes asisten a la reunión.
-En la comunidad hay más que solo magos y humanos. Como bien dice, hay elfos y alados, y nuestras simpatías se extienden a todas las demás razas. Y como supongo debe estar enterado, el último ataque hacia la base de los renegados nos ha dejado con asuntos pendientes que atender... Pueden llamarme Irina, si así lo desean.- Dice, sonriendo suavemente a manera conciliadora, aunque realmente quería tirarle a la cara que si alguien no estaba ahí era porque no le daba la gana verle la cara. El ruido de una persona llegando tarde le llamó la atención antes de poder "presentarse". Se le heló la sangre, quizás más por desconfianza que otra cosa. Todo aquello de que si alguien les agredía se acabaría la simpatía de la Alianza y un tío recién secuestrado que llegaba en actitud de chulería.
"Fuck, fuck, fuck, fuck, fuck, fuck, fuck... ¡Cómo carajos salió si hace 10 horas le avisamos a Lykaios que le había secuestrado la Alianza! Seguro que le hicieron algo y ahora el idiota hará que nos maten..." Su mano, la que posaba sobre la de Reiv, se calentó hasta llegar a una temperatura normal. Era hora de salir de allí y llevársela con cuidado, ya le importaba un carajo la cura del SPM si no podía salir de ahí con vida para comunicarlo, a pesar de que apenas había iniciado la reunión." Esto se ve demasiado bien orquestrado..."- Ares, que sorpresa verte, sobre todo después de que nuestro último encuentro fue durante tu tan desdichado secuestro hace pocos días.- Le sonrió a él para después dirigirse a Andreas.- Me permitirá si desconfío de él después de que le ha secuestrado uno de sus propios ejecutores, aún cuando creí que estábamos en una especie de "paz". Claramente, al menos, su resentimiento contra la Alianza tiene tintes más recientes que el resto y no creo que sea un portavoz adecuado de nuestros mejores intereses. Me gustaría que disculpen sus... palabras.- Murmuró para que el resto del grupo tuviera al menos la información completa y que los tipos aquellos no se cabrearan por su tontería de llamarles 'chupapollas'. A pesar de que su estómago era un nudo, su semblante y voz no dejaban a relucir nada de su nerviosismo.
Alcanzó a captar el chistaco de doble sentido que el tal Eamon promulgaba, sonriéndole de lado.- Ciertamente es una propuesta interesante. La historia humana me ha mostrado que los muros son para ser destruidos, y una división no colaboraría con los objetivos de convivencia, sin embargo, es un inicio...- Tomó un momento para tomar aire y se levantó de su silla con gracia y elegancia, invitando a Reiv a que hiciera lo mismo.- Siendo esa su propuesta y esperando que las negociaciones sean lo más fructíferas para ambos bandos, me gustaría proponer reuniones posteriores, con el objetivo de llevar las noticias de paz a nuestros compañeros y tener ocasión de crear una propuesta para ustedes y quizás alternativas sostenibles para todos... Si no hay más por el momento, sería un buen momento para retirarnos.- Susurró al final con una sonrisa suave y clara, con toda la confianza que fue capaz de reunir. Si la prisa no lograba sacar a relucir sus verdaderas intenciones, dudaba que algo menos que una agresión directa lo haría.
"Carajo, y tu sola te metiste a la boca del lobo... Oh Dilong, gran dragón misericordioso, que se les atoren los cables a los centis que están a punto de matarnos a todos..."
Yo sabía que las cosas no tardarían nada en calentarse. Es más, estaba seguro de que, para cuando llegara al centro de la sala y me acomodara sacando la libreta y todo, ya estarían dándose de golpes. Por supuesto, la tensión se sentir en el aire de parte de los dos bandos. Los mágicos nos veíamos desconfiados y los humanos aún más.
Al menos uno de los asistentes, el chico joven, él iba al grano. Él y la chica con la que estaba, seguro que no deseaban estar ahí, lo que solo me llevaba a cuestionar el por qué lo habían hecho.
Presentaciones, por supuesto, a los humanos les importan mucho esas cosas del apellido y el estatus social. Los mágicos somos más de razas. Todos se creen la raza suprema, aunque hay quienes de verdad nos toman a todos por iguales. Lo cierto es que todos tenemos debilidades, y en detectarlas está la fortaleza. Asiento serenamente hacia Andreas cuando reconoce a la comunidad élfica. A pesar de que ya no tengo la corona, negociar un buen trato para los elfos siempre es un motivo de alegría, seguro que mi hijo aceptaría buenos términos... lástima que la colonia esté tan lejos en los países nórdicos... aunque también es una suerte.
Quien sí me sorprende, a pesar de que todos venimos con intenciones diplomáticas, es el chico irrespetuoso que se sienta cerca de la Alianza. Sobre todo ese detalle me llama la atención, la ubicación donde decide quedarse. Si yo ya me sentía muy cerca de ellos él debería sentirse un poco más invadido, pero aprovecha para insultarles.
No tardé en anotar aquel 'incidente' en mi libreta, así como algunas de las cosas que decían los dos que nos acompañaban. Cosas como separación de territorios, renunciar a la magia y que la convivencia no sería pacífica en un futuro próximo. Levanté el rostro cuando una chica más entró, extendiéndole la mano con mi mechero en mano, dispuesto a encender su cigarrillo si así lo deseaba. No la culparía si quería compartir tampoco.
Métodos para no usar la mágica. Eso también lo anoté con impecable caligrafía. Era importante saber si, de nueva cuenta, estaban tratando de quitarnos la magia. Aunque eso realmente se sentía imposible desde un punto de vista más holístico. No podía negar que las chicas de la sala, aunque eran pocas, estaban bastante... deseables. Era una gran distracción tener tan hermosas mujeres reunidas en el mismo pequeño espacio. Ojala hubiera más. Mientras ensoñaba, los pensamientos de la pelirroja comenzaron a gritar dentro de mi cabeza, entendiendo su paranoia al saber que el chico chulero era ahora una especie de prófugo que la Alianza había tenido en su poder. Eso nunca daba para nada bueno, probablemente tenía razón con aquello de que era hora de irse, pero si teníamos que huir de las reuniones de negociación, quizás no habría nunca una verdadera cooperación. Claro, no hay que ser nunca tan ingenuos.
Me aclaré la garganta carraspeando un poco antes de escribir 'Dilong' e 'Irina' en el papel. Aquella chica tenía que ser un dragón, y aunque no recordaba pero ni un poquito a la chica a la que estaba buscando, mi sobrina, aquella joven podía ser un inicio.
Moví un poco los pies, sintiendo claramente el lugar donde el trozo de vidrio se tocaba con la piel de mi tobillo. Estaría listo en caso de necesitarse.
Al menos uno de los asistentes, el chico joven, él iba al grano. Él y la chica con la que estaba, seguro que no deseaban estar ahí, lo que solo me llevaba a cuestionar el por qué lo habían hecho.
Presentaciones, por supuesto, a los humanos les importan mucho esas cosas del apellido y el estatus social. Los mágicos somos más de razas. Todos se creen la raza suprema, aunque hay quienes de verdad nos toman a todos por iguales. Lo cierto es que todos tenemos debilidades, y en detectarlas está la fortaleza. Asiento serenamente hacia Andreas cuando reconoce a la comunidad élfica. A pesar de que ya no tengo la corona, negociar un buen trato para los elfos siempre es un motivo de alegría, seguro que mi hijo aceptaría buenos términos... lástima que la colonia esté tan lejos en los países nórdicos... aunque también es una suerte.
Quien sí me sorprende, a pesar de que todos venimos con intenciones diplomáticas, es el chico irrespetuoso que se sienta cerca de la Alianza. Sobre todo ese detalle me llama la atención, la ubicación donde decide quedarse. Si yo ya me sentía muy cerca de ellos él debería sentirse un poco más invadido, pero aprovecha para insultarles.
No tardé en anotar aquel 'incidente' en mi libreta, así como algunas de las cosas que decían los dos que nos acompañaban. Cosas como separación de territorios, renunciar a la magia y que la convivencia no sería pacífica en un futuro próximo. Levanté el rostro cuando una chica más entró, extendiéndole la mano con mi mechero en mano, dispuesto a encender su cigarrillo si así lo deseaba. No la culparía si quería compartir tampoco.
Métodos para no usar la mágica. Eso también lo anoté con impecable caligrafía. Era importante saber si, de nueva cuenta, estaban tratando de quitarnos la magia. Aunque eso realmente se sentía imposible desde un punto de vista más holístico. No podía negar que las chicas de la sala, aunque eran pocas, estaban bastante... deseables. Era una gran distracción tener tan hermosas mujeres reunidas en el mismo pequeño espacio. Ojala hubiera más. Mientras ensoñaba, los pensamientos de la pelirroja comenzaron a gritar dentro de mi cabeza, entendiendo su paranoia al saber que el chico chulero era ahora una especie de prófugo que la Alianza había tenido en su poder. Eso nunca daba para nada bueno, probablemente tenía razón con aquello de que era hora de irse, pero si teníamos que huir de las reuniones de negociación, quizás no habría nunca una verdadera cooperación. Claro, no hay que ser nunca tan ingenuos.
Me aclaré la garganta carraspeando un poco antes de escribir 'Dilong' e 'Irina' en el papel. Aquella chica tenía que ser un dragón, y aunque no recordaba pero ni un poquito a la chica a la que estaba buscando, mi sobrina, aquella joven podía ser un inicio.
Moví un poco los pies, sintiendo claramente el lugar donde el trozo de vidrio se tocaba con la piel de mi tobillo. Estaría listo en caso de necesitarse.
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150-10=140 ´PS
______________
Miré con atencion y sincera curiosidad al elfo que entró en escena, pues llevaba tiempo sin ver ninguno de su estirpe, y menos, uno tan adulto. Debia de tener un buen taco de años...pero vamos a lo que vamos. Los dos hombres se negaron elegantemente a retirar sus refuerzos de Centinelas y yo les sonreí.
"Dice mucho de vosotros"
Tambien entró una humana, de los renegados. Aunque su cara no me sonaba demasiado, pero parecia que los tenia bien puestos. Carraspeé y miré a los interlocutores que tenia en frente para las pertinentes presentaciones.
-Soy Lyran, y si aquí es interesante en algo decir los cargos....fui profesor de Hogwarts. Y los Centinelas no bloquean la magia, ya lo sabemos, pero....
Llevé mi mano al colgante del colibrí del cuello. Mi magia se habia ido para entonces aunque yo no era consciente aun, pero le susurré un mensaje a la estatuilla, se iluminó y salio volando velozmente de mi cuello marchandose de alli.
- Como dije, he llamado a nuestros "centinelas". No harán nada, por supuesto....si los vuestros tampoco lo hacen.
Vale. Me estaba marcando un farol como una catedral. Habia mandado ese colibrí a Catherine. Quería que en Ouroboros estuviesen al tanto de lo que estaba pasando aqui, solo....por si acaso. Suspiré etonces y segui escuchandolos-. Y llegó Ares, usando un lenguaje un tanto inapropiado que me hizo alzar una ceja. Juliet le planteó una pregunta que me hizo fruncir el ceño. Que estaba pasando ahí...? Estuve de acuerdo en todo lo demas que la pelirroja dijo ante la propuesta de Andreas y lo hice saber asintindo con mi cabeza. Un profundo dolor de cabeza habia comenzado a atacarme las sienes.
"ese elfo es muy elfo, solo escribe y no habla....espera, eso es un mechero?"
Miré al rubio, el tal Éamon, mientras fumaba. Me estaba dando una envidia impresionante. Me habria fumado cuatro cigarros.
-A mi me gusta más dar, soy bastante generoso. -le dije inclinandome hacia delante y entrelazando mis dedos con la mirada fija. Dobles sentidos, a mi.... - Entiendo. Estoy a favor de un cese de las hostilidades, pero me gustaria que fuese definitivo. Cómo plantearíais la division territorial? Por qué un mago o cualquier criatura magica, digamos alados, elfos o dragones querrian convivir con vosotros a costa de un chip en el cuello? Podemos aceptar una division del territorio, aunque eso si que deberia ser temporal. No podemos aceptar el chip. Que queremos de vosotros? Que desarméis a los centinelas y deshagais los campos de concentracion. Y vosotros de nosotros qué quereis? Nuestra magia puede ofreceros innumerables ventajas....maravillas. -no me resistí mas y saqué mi propio pitillo, encendiendolo tambien a golpe de mechero....pegué una calada y me entró un breve acceso de tos. Raro. Estaba demasiado acostumbrado al tabaco como para toser por eso. Pero disimulé haciendome el novato. -Retomar viejas practicas...nunca es bueno.
Miré a mis acompañantes. Esperé que Ares no dijese ninguna burrada mas. Rosse, habia expuesto lo mismo que yo, asi que desde la distancia le guiñé un ojo. Juliet y Reiv, esperaba que el castaño dijese algo, antes de que Juliet lo arrastrase fuera ed alli. Si querian irse me parecia una idea mas que sensata. En ese momento lo miré, viendole un asombroso parecido con Johan que no le habia visto antes. No...mas bien, con Sirius. Carraspeé porque me habia quedado momentaneamente empanado mirandolo y lo achaqué a ese dolor de cabeza (a estas alturas ya estaba con algo de fiebre)
150-10=140 ´PS
______________
Miré con atencion y sincera curiosidad al elfo que entró en escena, pues llevaba tiempo sin ver ninguno de su estirpe, y menos, uno tan adulto. Debia de tener un buen taco de años...pero vamos a lo que vamos. Los dos hombres se negaron elegantemente a retirar sus refuerzos de Centinelas y yo les sonreí.
"Dice mucho de vosotros"
Tambien entró una humana, de los renegados. Aunque su cara no me sonaba demasiado, pero parecia que los tenia bien puestos. Carraspeé y miré a los interlocutores que tenia en frente para las pertinentes presentaciones.
-Soy Lyran, y si aquí es interesante en algo decir los cargos....fui profesor de Hogwarts. Y los Centinelas no bloquean la magia, ya lo sabemos, pero....
Llevé mi mano al colgante del colibrí del cuello. Mi magia se habia ido para entonces aunque yo no era consciente aun, pero le susurré un mensaje a la estatuilla, se iluminó y salio volando velozmente de mi cuello marchandose de alli.
- Como dije, he llamado a nuestros "centinelas". No harán nada, por supuesto....si los vuestros tampoco lo hacen.
Vale. Me estaba marcando un farol como una catedral. Habia mandado ese colibrí a Catherine. Quería que en Ouroboros estuviesen al tanto de lo que estaba pasando aqui, solo....por si acaso. Suspiré etonces y segui escuchandolos-. Y llegó Ares, usando un lenguaje un tanto inapropiado que me hizo alzar una ceja. Juliet le planteó una pregunta que me hizo fruncir el ceño. Que estaba pasando ahí...? Estuve de acuerdo en todo lo demas que la pelirroja dijo ante la propuesta de Andreas y lo hice saber asintindo con mi cabeza. Un profundo dolor de cabeza habia comenzado a atacarme las sienes.
"ese elfo es muy elfo, solo escribe y no habla....espera, eso es un mechero?"
Miré al rubio, el tal Éamon, mientras fumaba. Me estaba dando una envidia impresionante. Me habria fumado cuatro cigarros.
-A mi me gusta más dar, soy bastante generoso. -le dije inclinandome hacia delante y entrelazando mis dedos con la mirada fija. Dobles sentidos, a mi.... - Entiendo. Estoy a favor de un cese de las hostilidades, pero me gustaria que fuese definitivo. Cómo plantearíais la division territorial? Por qué un mago o cualquier criatura magica, digamos alados, elfos o dragones querrian convivir con vosotros a costa de un chip en el cuello? Podemos aceptar una division del territorio, aunque eso si que deberia ser temporal. No podemos aceptar el chip. Que queremos de vosotros? Que desarméis a los centinelas y deshagais los campos de concentracion. Y vosotros de nosotros qué quereis? Nuestra magia puede ofreceros innumerables ventajas....maravillas. -no me resistí mas y saqué mi propio pitillo, encendiendolo tambien a golpe de mechero....pegué una calada y me entró un breve acceso de tos. Raro. Estaba demasiado acostumbrado al tabaco como para toser por eso. Pero disimulé haciendome el novato. -Retomar viejas practicas...nunca es bueno.
Miré a mis acompañantes. Esperé que Ares no dijese ninguna burrada mas. Rosse, habia expuesto lo mismo que yo, asi que desde la distancia le guiñé un ojo. Juliet y Reiv, esperaba que el castaño dijese algo, antes de que Juliet lo arrastrase fuera ed alli. Si querian irse me parecia una idea mas que sensata. En ese momento lo miré, viendole un asombroso parecido con Johan que no le habia visto antes. No...mas bien, con Sirius. Carraspeé porque me habia quedado momentaneamente empanado mirandolo y lo achaqué a ese dolor de cabeza (a estas alturas ya estaba con algo de fiebre)
El ministro de la Alianza que toma la voz cantante en primer lugar comienza con las presentaciones de los presentes, instando a que nos presentemos nosotros también. No tengo ningún inconveniente en hacerlo, pero me parecen formalidades absurdas. Se nota que es político, que bien que enreda con las palabras y da mil vueltas para decir algo que podría hacer más sencillo. Encima trata de emplear formas de hablar que en principio parecen poco agresivas, aunque esas resultan ser las más venenosas. Negociación para un proceso de paz, algo que me suena inverosímil y extraño, como si me costase creerme que haya salido de ellos. Permanezco tenso mientras voy escuchando las propuestas de uno y otro, emitiendo algún sonido sarcástico con algunas de las cosas que dicen. A pesar de ello los dejo terminar, esperando hasta que Andreas y Éamon terminen de hablar.
En mitad de las intervenciones llega a la reunión Ares, el chaval que vimos siendo secuestrado en el parque. No puedo disimular la cara de sorpresa que se me queda, ya lo hacía carne de presidio y jamás me hubiese imaginado verlo allí. - ¿Ares...? ¿te llamas así, no? Es el nombre que dijiste para avisar al jefe de la Brigada. ¿Cómo te has librado de los cerdos de la Alianza? - lanzo una mirada acusadora a Andreas, que sé que es el encargado de los campos de concentración. No sé si Ares consiguió librarse antes de llegar allí o si el puto de Andreas le ha hecho ya lo del chip o le ha toqueteado la mente. Incluso puede que sea un falso Ares, toda paranoia es poca tratándose de la Alianza. Aparto la mirada de Andreas, posándola en Ares de manera interrogante - Avisamos a Lykaios como nos dijiste, pero no nos respondió. - nos dejó en visto, literalmente. Me estremezco un poco al notar la helada mano de Juliet sobre la mia, recordando lo que dijo antes de entrar a la reunión como modo de aviso. Dejo por ahora el asunto del recién llegado, centrándome en responder tanto a los puñeteros ministros.
- Comienzo presentándome. Reiv Black, hermano del que dices que falta. Apuesto a que no hubiese querido perderse la reunión, pero un sospechoso caso de SPM le ha impedido venir. ¿No sabéis nada de eso? - pregunto de manera inquisitiva, recordando las sospechas de Ellyos y Johan sobre la relación de la Alianza con lo que les estaba pasando. Se incorpora a la reunión otra chica que no había visto antes, que al parecer viene de nuestro lado. Coincide con la opinión de Lyran de retirar los centinelas, que son un maldito dolor de cabeza. Lo que me parece muy utópico es que crea que podemos convivir. Muchos años de odio no harán tan fácil la convivencia, llevará tiempo.
- Respecto a lo demás...habláis de sacrificios, pero da la impresión de que los que tenemos que hacer los sacrificios somos sólo nosotros. ¿Un muro? ¿dividir el territorio? ¿quién decide cómo se divide? Yo, al contrario que ellas dos - me refiero a Juliet y a Rosse, que han mencionado lo de convivir. -no creo que se pueda convivir por ahora. Tendrá que pasar por lo menos una generación para que eso suceda, nadie va a querer vivir cerca de aquel que le ha arrebatado a su familia. La convivencia no se puede lograr sin que haya antes justicia y se cierren las heridas, con poner un parche que diga "paz" no sirve. Si se tiene que dividir el territorio para tener algo de tranquilidad que así sea, pero no tragaremos con cualquier condición. Y por supuesto que se tienen que desactivar los centinelas y cerrar esos infames campos de concentración. - miro de reojo a Juliet que parece con ganas de irse, proponiendo más reuniones. No sé si es por temor o porque de verdad quiere pensarse mejor la estrategia, pero por mi parte prefiero aguantar un poco más y dejar esto zanjado. Tal vez no sea justo que decidamos por los que no han podido venir, pero intentaremos sacar el mejor acuerdo posible, algo que nos convenga a todos. La pregunta de por qué han decidido esto ahora sólo me la han respondido en parte, diciendo que llevamos mucho tiempo de desgaste, pero no han dado motivo concreto.
- Se me ocurre pensar que después de la última batalla tenéis miedo. Habéis visto lo que podemos hacer...y no sé si queréis parecer magnánimos o si esto es algún tipo de truco. Obviamente todos los bandos están agotados...vosotros sin vuestras máquinas no sois nada, por mucho poder de ataque que parezca que tenéis así. La raza mágica es superior en muchos aspectos, así que no tenemos ni que escondernos ni avergonzarnos sólo porque vosotros nos temáis, odiéis o nos tengáis envidia. Con esto aclarado... ¿intentamos la negociación? - pregunto tanto a los del bando rival como a los del nuestro, mirando incluso al elfo silencioso que cuando hable seguro que se pone a soltar misticismos de elfo como para llenar un libro.
En mitad de las intervenciones llega a la reunión Ares, el chaval que vimos siendo secuestrado en el parque. No puedo disimular la cara de sorpresa que se me queda, ya lo hacía carne de presidio y jamás me hubiese imaginado verlo allí. - ¿Ares...? ¿te llamas así, no? Es el nombre que dijiste para avisar al jefe de la Brigada. ¿Cómo te has librado de los cerdos de la Alianza? - lanzo una mirada acusadora a Andreas, que sé que es el encargado de los campos de concentración. No sé si Ares consiguió librarse antes de llegar allí o si el puto de Andreas le ha hecho ya lo del chip o le ha toqueteado la mente. Incluso puede que sea un falso Ares, toda paranoia es poca tratándose de la Alianza. Aparto la mirada de Andreas, posándola en Ares de manera interrogante - Avisamos a Lykaios como nos dijiste, pero no nos respondió. - nos dejó en visto, literalmente. Me estremezco un poco al notar la helada mano de Juliet sobre la mia, recordando lo que dijo antes de entrar a la reunión como modo de aviso. Dejo por ahora el asunto del recién llegado, centrándome en responder tanto a los puñeteros ministros.
- Comienzo presentándome. Reiv Black, hermano del que dices que falta. Apuesto a que no hubiese querido perderse la reunión, pero un sospechoso caso de SPM le ha impedido venir. ¿No sabéis nada de eso? - pregunto de manera inquisitiva, recordando las sospechas de Ellyos y Johan sobre la relación de la Alianza con lo que les estaba pasando. Se incorpora a la reunión otra chica que no había visto antes, que al parecer viene de nuestro lado. Coincide con la opinión de Lyran de retirar los centinelas, que son un maldito dolor de cabeza. Lo que me parece muy utópico es que crea que podemos convivir. Muchos años de odio no harán tan fácil la convivencia, llevará tiempo.
- Respecto a lo demás...habláis de sacrificios, pero da la impresión de que los que tenemos que hacer los sacrificios somos sólo nosotros. ¿Un muro? ¿dividir el territorio? ¿quién decide cómo se divide? Yo, al contrario que ellas dos - me refiero a Juliet y a Rosse, que han mencionado lo de convivir. -no creo que se pueda convivir por ahora. Tendrá que pasar por lo menos una generación para que eso suceda, nadie va a querer vivir cerca de aquel que le ha arrebatado a su familia. La convivencia no se puede lograr sin que haya antes justicia y se cierren las heridas, con poner un parche que diga "paz" no sirve. Si se tiene que dividir el territorio para tener algo de tranquilidad que así sea, pero no tragaremos con cualquier condición. Y por supuesto que se tienen que desactivar los centinelas y cerrar esos infames campos de concentración. - miro de reojo a Juliet que parece con ganas de irse, proponiendo más reuniones. No sé si es por temor o porque de verdad quiere pensarse mejor la estrategia, pero por mi parte prefiero aguantar un poco más y dejar esto zanjado. Tal vez no sea justo que decidamos por los que no han podido venir, pero intentaremos sacar el mejor acuerdo posible, algo que nos convenga a todos. La pregunta de por qué han decidido esto ahora sólo me la han respondido en parte, diciendo que llevamos mucho tiempo de desgaste, pero no han dado motivo concreto.
- Se me ocurre pensar que después de la última batalla tenéis miedo. Habéis visto lo que podemos hacer...y no sé si queréis parecer magnánimos o si esto es algún tipo de truco. Obviamente todos los bandos están agotados...vosotros sin vuestras máquinas no sois nada, por mucho poder de ataque que parezca que tenéis así. La raza mágica es superior en muchos aspectos, así que no tenemos ni que escondernos ni avergonzarnos sólo porque vosotros nos temáis, odiéis o nos tengáis envidia. Con esto aclarado... ¿intentamos la negociación? - pregunto tanto a los del bando rival como a los del nuestro, mirando incluso al elfo silencioso que cuando hable seguro que se pone a soltar misticismos de elfo como para llenar un libro.
Más gente llegó. Una mujer manca. Ares. El mono de la bebida. Los diversos freaks alli presentes comenzaron a darme sus nombres. Reiv Black, Lyran, Irina...Ares Kylee (no en seriooo) la manca no se presentó. Ares soltó una burrada y yo puse mi mejor cara de indignación hacia él.
"como te me vayas de las manos te pego un chustazo y caes frito aquí mismo. Pero de momento te voy a seguir el juego minimamente. Espero que lo de traerme a tu jefe haya sido en serio....tengo que verificarlo con los cientificos"
-Estamos intentando ser educados aquí.... pero ya veo que algunos de vosotros carecéis de modales. -no le dije nada a Eamon por el momento sobre que Ares era mi señuelo. Asi todo resultaria mas creible.
El maldito irlandés rubiales me echó al final a mi el trabajo tras terminar con su discurso. Esnifé el aire porque alli todo dios se habia puesto a fumar. Donde habian quedado las leyes de espacios sin humo? Sucios irrespetuosos contaminantes de mi aire..... aproveché que los demas hablaban y hablaban para enviar un mensaje por mi tablet a mi secretaria en el recinto de los campos, para que me confirmase el ingreso en las instalaciones del knox. Pronto recibí la confirmacion y dí instrucciones de qué quería que fuesen haciendo con él, tecleando rapidamente antes de volver a guardar la tablet en mi traje.
-No, no serían ni los chips ni los campos de concentracion. - JA. - De todos modos el chip es reajustable, a ciertos niveles permite hacer magia. Pero como comprenderán no nos sentimos a gusto con los mentalistas.... hemos recibido rumores preocupantes desde Italia, y desde entonces.... hay ciertos tipos de magia que no podemos tolerar. Es un abuso, y una injusticia. - Contesté así a Rosse, que queria ademas, como otros tantos, desmantelamiento total de los Centinelas. - Vosotros lo habéis dicho. Ustedes tienen su magia, nosotros, nuestra tecnologia. No podemos deshacernos de lo unico que actualmente, impide que vosotros nos destroceis y tomeis el control....la poblacion humana no se sentiria segura, no lo verian bien. Podemos reajustarlos, eliminarles la funcion de persecución y desrtuccion. Y finalmente, cuando se llegué a mas paz, desmantelarlos definitivamente, pero empezar por deshacernos de ellos sin mas...es como bajarnos los pantalones y ofreceros nuestras nalgas. Vosotros os pondriais el chip si os lo pidiese? Si os lo poneis todos, desmantelamos a los centinelas. A que no cuela? Pues eso. -concluí con una naturalidad pasmosa y un aspaviento.
La pelirroja que parecia muy nerviosa, inquirió que carajos pasaba con Ares al igual que Reiv. Mala cosa, esos dos habian estado cuando lo capturamos. Puse cara de sorprendido por tal hecho, como si yo no supiese nada. Me hice el loco como solo un politico sabe hacerse, escurrir el bulto. Miré a Juliet en ese estado de negacion
-¿qué? Yo no ordené tal cosa! Los ejecutores tenian ordenes de vigilancia, pero no de atacar a nadie....lo lamento, sinceramente. Los ejecutores son en su mayoria criminales y... -negué con la cabeza y volvi a sacar mi tablet mirando a Ares. - puede identificarme al sujeto? Y en fin, disculpamos sus palabras tambien.
Irina parecía deseosa de retirarse asi que le sonreí, le asentí y le indiqué que podia irse. No asi parecian los demas. El elfo me estaba poniendo un poco de los nervios tanto escribir, aunque debia reconocer que su raza me caia bien, eran como puto ecologistas. Levanté ambas cejas mirando a Lyran cuando realizó magia ante nosotros y envió lo que parecia un mensajero...para llamar a sus centinelas
"what the fuck"
-Supongo que esos son como vuestros whatsapp.... -Lyran hizo demasiadas preguntas. Ese hombre comenzaba a cansarme con sus insidias. Saqué un mapa, era hora de exponer los pormenores que habia pedido Eamon. Y quizá...meter presion. El peliazul tosió y se hizo el loco. Y si....? Extendí el mapa, mostrandoles. Un holograma se elevó y mostró las diferentes islas destacadas en diversos colores.
-Inglaterra permaneceria para los humanos. Irlanda se unificaría y permaneceria para magos y demas criaturas magicas. Escocia permanecería neutral y se permitiria la conviviencia de ambas razas. Al igual que Gales, serian pruebas para ver como puede funcionar el desarrollo de la sociedad en convivencia en el futuro. En esas zonas no se permitirian armas
Reiv, el hermano del enfermo lider, hablaba tambien por los codos. Lo miré con cara de aburrimiento. Me habria encantado pedir que lo eliminasen ahi mismo, entonces mencionó aquello del SPM. Bien. Habiamos conseguido esparcirlo y que llegase a un alto cargo.
-Por qué habriamos de saber algo? nos estas acusando? No obstante como muestra de buena voluntad si aceptais estos terminos os podremos ayudar con ese problema que os ha surgido....antes de que sea demasiado tarde. Tengo entendido que ese virus os deja sin magia, no? -el sutil chantaje habia sido lanzado.
-Te equivocas señorito Black, no, esto no es un concurso de a ver quien la tiene mas larga o quien es mas guay que el otro. No tenemos miedo ni envidia y permiteme la expresion, lo que pasa es que estamos hasta los cojones y Londres está hecho mierda, y sí, se agotan recursos básicos. Nosotros no seremos nada sin la tecnologia pero vosotros no sois nada sin la magia. - le sonreí a Reiv con una ceja alzada. -Con esto aclarado, iniciamos la negociacion? -y señalé al mapa con la palma de mi mano abierta. Aquel era el primer punto.
"como te me vayas de las manos te pego un chustazo y caes frito aquí mismo. Pero de momento te voy a seguir el juego minimamente. Espero que lo de traerme a tu jefe haya sido en serio....tengo que verificarlo con los cientificos"
-Estamos intentando ser educados aquí.... pero ya veo que algunos de vosotros carecéis de modales. -no le dije nada a Eamon por el momento sobre que Ares era mi señuelo. Asi todo resultaria mas creible.
El maldito irlandés rubiales me echó al final a mi el trabajo tras terminar con su discurso. Esnifé el aire porque alli todo dios se habia puesto a fumar. Donde habian quedado las leyes de espacios sin humo? Sucios irrespetuosos contaminantes de mi aire..... aproveché que los demas hablaban y hablaban para enviar un mensaje por mi tablet a mi secretaria en el recinto de los campos, para que me confirmase el ingreso en las instalaciones del knox. Pronto recibí la confirmacion y dí instrucciones de qué quería que fuesen haciendo con él, tecleando rapidamente antes de volver a guardar la tablet en mi traje.
-No, no serían ni los chips ni los campos de concentracion. - JA. - De todos modos el chip es reajustable, a ciertos niveles permite hacer magia. Pero como comprenderán no nos sentimos a gusto con los mentalistas.... hemos recibido rumores preocupantes desde Italia, y desde entonces.... hay ciertos tipos de magia que no podemos tolerar. Es un abuso, y una injusticia. - Contesté así a Rosse, que queria ademas, como otros tantos, desmantelamiento total de los Centinelas. - Vosotros lo habéis dicho. Ustedes tienen su magia, nosotros, nuestra tecnologia. No podemos deshacernos de lo unico que actualmente, impide que vosotros nos destroceis y tomeis el control....la poblacion humana no se sentiria segura, no lo verian bien. Podemos reajustarlos, eliminarles la funcion de persecución y desrtuccion. Y finalmente, cuando se llegué a mas paz, desmantelarlos definitivamente, pero empezar por deshacernos de ellos sin mas...es como bajarnos los pantalones y ofreceros nuestras nalgas. Vosotros os pondriais el chip si os lo pidiese? Si os lo poneis todos, desmantelamos a los centinelas. A que no cuela? Pues eso. -concluí con una naturalidad pasmosa y un aspaviento.
La pelirroja que parecia muy nerviosa, inquirió que carajos pasaba con Ares al igual que Reiv. Mala cosa, esos dos habian estado cuando lo capturamos. Puse cara de sorprendido por tal hecho, como si yo no supiese nada. Me hice el loco como solo un politico sabe hacerse, escurrir el bulto. Miré a Juliet en ese estado de negacion
-¿qué? Yo no ordené tal cosa! Los ejecutores tenian ordenes de vigilancia, pero no de atacar a nadie....lo lamento, sinceramente. Los ejecutores son en su mayoria criminales y... -negué con la cabeza y volvi a sacar mi tablet mirando a Ares. - puede identificarme al sujeto? Y en fin, disculpamos sus palabras tambien.
Irina parecía deseosa de retirarse asi que le sonreí, le asentí y le indiqué que podia irse. No asi parecian los demas. El elfo me estaba poniendo un poco de los nervios tanto escribir, aunque debia reconocer que su raza me caia bien, eran como puto ecologistas. Levanté ambas cejas mirando a Lyran cuando realizó magia ante nosotros y envió lo que parecia un mensajero...para llamar a sus centinelas
"what the fuck"
-Supongo que esos son como vuestros whatsapp.... -Lyran hizo demasiadas preguntas. Ese hombre comenzaba a cansarme con sus insidias. Saqué un mapa, era hora de exponer los pormenores que habia pedido Eamon. Y quizá...meter presion. El peliazul tosió y se hizo el loco. Y si....? Extendí el mapa, mostrandoles. Un holograma se elevó y mostró las diferentes islas destacadas en diversos colores.
- MAPA:
-Inglaterra permaneceria para los humanos. Irlanda se unificaría y permaneceria para magos y demas criaturas magicas. Escocia permanecería neutral y se permitiria la conviviencia de ambas razas. Al igual que Gales, serian pruebas para ver como puede funcionar el desarrollo de la sociedad en convivencia en el futuro. En esas zonas no se permitirian armas
Reiv, el hermano del enfermo lider, hablaba tambien por los codos. Lo miré con cara de aburrimiento. Me habria encantado pedir que lo eliminasen ahi mismo, entonces mencionó aquello del SPM. Bien. Habiamos conseguido esparcirlo y que llegase a un alto cargo.
-Por qué habriamos de saber algo? nos estas acusando? No obstante como muestra de buena voluntad si aceptais estos terminos os podremos ayudar con ese problema que os ha surgido....antes de que sea demasiado tarde. Tengo entendido que ese virus os deja sin magia, no? -el sutil chantaje habia sido lanzado.
-Te equivocas señorito Black, no, esto no es un concurso de a ver quien la tiene mas larga o quien es mas guay que el otro. No tenemos miedo ni envidia y permiteme la expresion, lo que pasa es que estamos hasta los cojones y Londres está hecho mierda, y sí, se agotan recursos básicos. Nosotros no seremos nada sin la tecnologia pero vosotros no sois nada sin la magia. - le sonreí a Reiv con una ceja alzada. -Con esto aclarado, iniciamos la negociacion? -y señalé al mapa con la palma de mi mano abierta. Aquel era el primer punto.
Ares Kylee
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
No puedo evitar perder mi mirada por un momento ante el aburrimiento y tratar de disimular algunos bostezos mientras intentaba no sacar ojo a los presentes, pero el bla bla bla que habia era demasiado "intenso" como para no poder evitar que las neuronas se me fueran suicidando una a una. Juliet era la que mas reacia estaba a mi presencia, Revi tambien estaba extrañado, pero no parecia tan alterado como Juliet que parecia que hubiera visto un fantasma. Explicarme iba a estar dificil y mas aun cuando Andreas se ocupo de destruir uno de mis posibles argumentos: "hola, no puedo demostrar que no tengo chip haciendo magia porque Andreas ya tuvo que decir que si se puede aun con chip". Gire y entorne los ojos frustrado.
- Ares, el mismo que viste y calza, genio y figura hasta la sepultura - dije poniendome bien, bajando los pies de la mesa - Bueno, me desperte en un hospital, cuando me curase me iban a mandar a los campos, pero por suerte me estudie el horario de los medicos y enfermeras y cuando tuve la oportunidad escape, aunque solo con una bata de medico, tuve que birlar algo de ropa, por eso me queda como el culo, mientras trataba de volver y por el camino buscar a Lykaios por si me estaba buscando y fue cuando vi un puto centinela y ya pense que venia a por mi, pero solo solot un mensajito apra venir aqui, pense que quiza lo encontraria aqui, donde cojones esta si no habeis conseguido hablar con el? Cuanto tiempo lleva sin dar señales? Es raro que no haya venido a una reunion importante como esta ...
Dije poniendo cara de preocupacion quedandome en postura pensativa. Mire a Andreas cuando me pregunto quien habia sido el culpable de mi secuestro
- Veamos, era alto, estaba fibrado, cabeza cuadrada cual aleman, cara de pocos amigos y necesitar una tia, vestia con ropas militares ... creo que escuche su nombre en el hospital porque tambien estaba KO ... mmm ... J-Jed, Jed creo que se llamaba
La reunion continua, la gente se pone a fumar y yo abanico con la mano delante de la cara para espantar el humo, pensando para dentro si no podian esperarse los ansias a que acabe la reuinion en vez de apestarnos y ahumarnos a todos como vulgares jamones en la casa de un pueblerino que acaba de matar al cerdo y recogido sus trofeos. Se empiezan a repartir las tierras, que enternecedor, y eso que aun no era san valentin para empezar a regalarse cosas.
- No tengo problema en convivir con los humanos, despues de todo no dejo de ser uno pero con poderes, y durante mucho tiempo me he relacionado y convivido con ellos, puede que muchos seres magicos y muchos humanos no estan preparados para convivir, hay tiempo de sobra para que se acostumbren. Ademas, magicos o no, somos iguales en cuanto a buenos o malos, no debemos generalizar, el ser humano es un ser demasiado complejo y complicado como para ponerle etiquetas tan simples como "bueno" o "malo". Porque no podemos tratar de ver un futuro comun y negociamos? No solo por cada uno de nuestros bandos, sino por el planeta entero que esta sufriendo las consecuencias de nuestra cabezoneria, como parasitos que se pelean por la supervivencia en un huesped, le vamos haciendo daño y mientras seguimos peleando, mas lo vamos destruyendo, luego dara igual si nuestro trasero es magico o no, no quedara nada que llamar hogar y no nos quedara otra que extinguirnos despues de haber extinguido al planeta. No hablo como la Brigada, sino como la hermana de la Tierra, la Luna.
- Ares, el mismo que viste y calza, genio y figura hasta la sepultura - dije poniendome bien, bajando los pies de la mesa - Bueno, me desperte en un hospital, cuando me curase me iban a mandar a los campos, pero por suerte me estudie el horario de los medicos y enfermeras y cuando tuve la oportunidad escape, aunque solo con una bata de medico, tuve que birlar algo de ropa, por eso me queda como el culo, mientras trataba de volver y por el camino buscar a Lykaios por si me estaba buscando y fue cuando vi un puto centinela y ya pense que venia a por mi, pero solo solot un mensajito apra venir aqui, pense que quiza lo encontraria aqui, donde cojones esta si no habeis conseguido hablar con el? Cuanto tiempo lleva sin dar señales? Es raro que no haya venido a una reunion importante como esta ...
Dije poniendo cara de preocupacion quedandome en postura pensativa. Mire a Andreas cuando me pregunto quien habia sido el culpable de mi secuestro
- Veamos, era alto, estaba fibrado, cabeza cuadrada cual aleman, cara de pocos amigos y necesitar una tia, vestia con ropas militares ... creo que escuche su nombre en el hospital porque tambien estaba KO ... mmm ... J-Jed, Jed creo que se llamaba
La reunion continua, la gente se pone a fumar y yo abanico con la mano delante de la cara para espantar el humo, pensando para dentro si no podian esperarse los ansias a que acabe la reuinion en vez de apestarnos y ahumarnos a todos como vulgares jamones en la casa de un pueblerino que acaba de matar al cerdo y recogido sus trofeos. Se empiezan a repartir las tierras, que enternecedor, y eso que aun no era san valentin para empezar a regalarse cosas.
- No tengo problema en convivir con los humanos, despues de todo no dejo de ser uno pero con poderes, y durante mucho tiempo me he relacionado y convivido con ellos, puede que muchos seres magicos y muchos humanos no estan preparados para convivir, hay tiempo de sobra para que se acostumbren. Ademas, magicos o no, somos iguales en cuanto a buenos o malos, no debemos generalizar, el ser humano es un ser demasiado complejo y complicado como para ponerle etiquetas tan simples como "bueno" o "malo". Porque no podemos tratar de ver un futuro comun y negociamos? No solo por cada uno de nuestros bandos, sino por el planeta entero que esta sufriendo las consecuencias de nuestra cabezoneria, como parasitos que se pelean por la supervivencia en un huesped, le vamos haciendo daño y mientras seguimos peleando, mas lo vamos destruyendo, luego dara igual si nuestro trasero es magico o no, no quedara nada que llamar hogar y no nos quedara otra que extinguirnos despues de haber extinguido al planeta. No hablo como la Brigada, sino como la hermana de la Tierra, la Luna.
Éamon O'Connell
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Edad
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Permanezco a la espera de respuestas a la propuesta de negociar, apagando el cigarro contra el cenicero que tengo al lado mientras miro de reojo a la mujer recién llegada, una que ha llegado a tiempo para enterarse de todo. El tipo de opinión que tiene ya me la esperaba, parece lógico eso de los chips y los campos, yo en su lugar pediría algo parecido. Le habría hecho más caso, pero parecía venir borracha y seguro que se ha imaginado un utópico mundo en su cabeza que poco tiene que ver con la realidad. Esta muchacha no se presenta, pero sí que lo hace la pelirroja, una tal Irina, que empieza a cuestionar lo de Ares. No muevo un solo músculo para no delatar lo que sé, simplemente dejo que Andreas se apañe y cree una explicación convincente, una buena mentira de político.
La que también parece que tiene dotes para la política es la chica que habla, ha dicho un montón de cosas y palabrería sólo para ganar tiempo. En resumen...no le hace gracia lo del muro y da largas para posteriores reuniones. Curvo levemente los labios en una sonrisa perspicaz, encendiendo otro cigarro con calma, escuchando en silencio hasta que todos terminen de dar su opinión. En estos momentos estoy tan callado como el elfo, que a saber qué está anotando en el papel. Muestro un leve cambio de gesto, a uno de ligero interés, al escuchar lo del profesor de Hogwarts. Uno de esos maestros para engendros mágicos. El tío hace una de esas amenazas que suenan amables, pero que a mi no me gusta nada en absoluto. Si lo hace lo lamentará. Al escucharlo toser entorno los ojos, recordando lo que ha dicho el Black sobre el SPM. No sería de extrañar que fuese otro infectado. Tampoco me agrada en absoluto la insinuación de Reiv, asociando el hecho de convocar reunión a que tengamos miedo, ni su declaración de intenciones con eso de la superioridad. Él mismo intenta hacerse el superior, perdiendo de vista el propósito de la negociación. Hubiese querido responder ya a tal insolencia, pero aguardo pacientemente a que Andreas exponga sus puntos, mapa incluido. Ares sabe salir airoso de las preguntas extrañas de Reiv y Juliet, aunque su discurso de salvar el planeta y el futuro no termina de encajar con las ideas predeterminadas con las que vengo. Doy una larga calada al cigarro antes de dejarlo a un lado, apoyando la espalda sobre el respaldo de la silla.
- Aclaremos que esto es un proceso de transición. La paz no va a llegar tan fácil como para decir "vamos a convivir" y que todo salga bien. La educación será fundamental de cara al futuro. Aquí nadie quiere meter miedo a nadie, señorita...- espero que Rosse diga su nombre para poder dirigirme a ella de alguna manera, prosiguiendo mi discurso para responder a otros. - El que sí parece que quiere atemorizar es el tal Black, haciendo gala de un discurso muy propio de aquellos que llamáis "Blood Keepers" o como sea. Tampoco es de ayuda que el profesor decida llamar a sus "centinelas". Un poco de confianza no vendría mal. Como dice Andreas...no se trata de decidir aquí quién puede más, pues se ha visto que las fuerzas están muy igualadas. - por ahora me callo la amenaza de "tenemos armamento, centinelas, posibilidades de tortura y armas biológicas". Me reservo esta carta para cuando no haya otra vía.
- Lyran, estudiaremos la eliminación del chip, pero como dice Andreas...no se puede permitir algunos tipos de manipulación. Quienes hagan eso serán tachados de delincuentes, y por ello permanecerán los campos sólo a modo de prisión, para aquellos que atenten contra la seguridad, nadie más. El que no haya hecho nada malo no tiene nada que temer. Los centinelas sólo son eso, guardianes. No os darán caza, pero alertarán de intrusiones y actividades poco lícitas. A mi me parece un gran avance, teniendo en cuenta la situación actual. Sobre lo que habéis dicho del virus ese... podemos ayudaros buscando cura y vacuna, si vamos a ser colaboradores tendría sentido. En cuestión de unos días podría estar, tengo entendido que antiguos científicos de la Alianza trataron con ese asunto.- tanteo sus gestos mientras Andreas les mostraba el mapa con el reparto, demasiado generoso para lo que se merecen. Las zonas comunes me preocupan, aunque he de reconocer que también me crean curiosidad, como cualquier experimento. - Ares tiene parte de razón, no debemos olvidar lo que está sufriendo también nuestro entorno. Sería positivo organizar un cuidado común de las zonas más devastadas. Sugiero, que además de la división de zonas, se organice una comisión por la paz en las zonas comunes. Y que los encargados de mantenerlas en paz sean por ahora Ares y Juliet, por el bando mágico. Parece que a ella se le da bien eso de las reuniones, negociar, pensar... Por el bando de la Alianza enviaremos a nuestros propios observadores, para hacer un reparto equilibrado. - él es un infiltrado de Andreas, podrá controlarla a ella. Y así intento implicarla un poco más en esta reunión de la que pretende irse, acercarse al enemigo puede ser útil.
- Volviendo a lo que dice Lyran...no vamos a ser los únicos que demos sin recibir. - pido a los secretarios de la reunión que comiencen a redactar los puntos del acuerdo, ahora que parece que vamos encaminados. Cuantos menos rodeos y vueltas demos mejor, que no les de tiempo a pensarlo.
- Vosotros obtenéis seguridad frente a los centinelas, no os perseguirán ni irán a por vosotros. Sólo nos defenderán si hay ataques contra nuestra población o el gobierno. Los campos serán una simple prisión, al igual que vosotros tenéis la vuestra. Habrá juicios en cada caso. Lo mismo para cualquiera de los nuestros que viole el acuerdo a partir de ahora. Cada bando permanecerá el el territorio estipulado, según el mapa que ha traído Andreas. No creo que sea mucho sacrificio hacer una pequeña mudanza si con ello se gana paz, por ahora empezaremos así, luego ya se verá, según funcionen las zonas comunes. Los gobiernos serán independientes, cada uno llevará sus asuntos. Os ayudaremos con el problema del virus que habéis dicho. Eso es todo. A cambio...vosotros no invadiréis nuestro territorio sin permiso, detendréis cualquier acción hostil a partir de ahora. - La oferta de Lyran no se puede rechazar, por mucho que sea más tentador pedirles que desaparezcan de la faz de la tierra. Como buen político y empresario debo buscar el beneficio, por encima de los supuestos ideales de la Alianza. Al fin y al cabo lo que manda es el interés personal, más que las ideas, por mucha tirria que les tenga a los engreídos mágcios. - También queremos beneficiarnos de esa magia que decís que es tan maravillosa, que hasta ahora sólo nos ha traído problemas. Queremos acceso a vuestros conocimientos, libros, objetos mágicos, pociones, sanaciones, aquello que os puede hacer inmortales...ya sabéis de lo que hablo. - sí, he escuchado historias de todo tipo sobre cierta piedra, aunque nunca he visto una. - ...queremos tener garantías de que esto va a salir bien, así que necesitaremos que al menos unos pocos de vosotros, 2 o 3 tal vez, vengan con nosotros para descubrirnos aquello que queremos, y como muestra de buena voluntad, para asegurarnos de que el resto no va a iniciar una rebelión. Tenéis que comprometeros a cumplir el acuerdo para que no se rompa, denunciando a quienes lo incumplan. - cojo una estilográfica que llevo en el bolsillo, preparada para firmar el documento que ha ido redactando un secretario a mano (porque se ha roto la impresora) mientras yo hablaba. - ¿Algo más que añadir antes de la firma?
La que también parece que tiene dotes para la política es la chica que habla, ha dicho un montón de cosas y palabrería sólo para ganar tiempo. En resumen...no le hace gracia lo del muro y da largas para posteriores reuniones. Curvo levemente los labios en una sonrisa perspicaz, encendiendo otro cigarro con calma, escuchando en silencio hasta que todos terminen de dar su opinión. En estos momentos estoy tan callado como el elfo, que a saber qué está anotando en el papel. Muestro un leve cambio de gesto, a uno de ligero interés, al escuchar lo del profesor de Hogwarts. Uno de esos maestros para engendros mágicos. El tío hace una de esas amenazas que suenan amables, pero que a mi no me gusta nada en absoluto. Si lo hace lo lamentará. Al escucharlo toser entorno los ojos, recordando lo que ha dicho el Black sobre el SPM. No sería de extrañar que fuese otro infectado. Tampoco me agrada en absoluto la insinuación de Reiv, asociando el hecho de convocar reunión a que tengamos miedo, ni su declaración de intenciones con eso de la superioridad. Él mismo intenta hacerse el superior, perdiendo de vista el propósito de la negociación. Hubiese querido responder ya a tal insolencia, pero aguardo pacientemente a que Andreas exponga sus puntos, mapa incluido. Ares sabe salir airoso de las preguntas extrañas de Reiv y Juliet, aunque su discurso de salvar el planeta y el futuro no termina de encajar con las ideas predeterminadas con las que vengo. Doy una larga calada al cigarro antes de dejarlo a un lado, apoyando la espalda sobre el respaldo de la silla.
- Aclaremos que esto es un proceso de transición. La paz no va a llegar tan fácil como para decir "vamos a convivir" y que todo salga bien. La educación será fundamental de cara al futuro. Aquí nadie quiere meter miedo a nadie, señorita...- espero que Rosse diga su nombre para poder dirigirme a ella de alguna manera, prosiguiendo mi discurso para responder a otros. - El que sí parece que quiere atemorizar es el tal Black, haciendo gala de un discurso muy propio de aquellos que llamáis "Blood Keepers" o como sea. Tampoco es de ayuda que el profesor decida llamar a sus "centinelas". Un poco de confianza no vendría mal. Como dice Andreas...no se trata de decidir aquí quién puede más, pues se ha visto que las fuerzas están muy igualadas. - por ahora me callo la amenaza de "tenemos armamento, centinelas, posibilidades de tortura y armas biológicas". Me reservo esta carta para cuando no haya otra vía.
- Lyran, estudiaremos la eliminación del chip, pero como dice Andreas...no se puede permitir algunos tipos de manipulación. Quienes hagan eso serán tachados de delincuentes, y por ello permanecerán los campos sólo a modo de prisión, para aquellos que atenten contra la seguridad, nadie más. El que no haya hecho nada malo no tiene nada que temer. Los centinelas sólo son eso, guardianes. No os darán caza, pero alertarán de intrusiones y actividades poco lícitas. A mi me parece un gran avance, teniendo en cuenta la situación actual. Sobre lo que habéis dicho del virus ese... podemos ayudaros buscando cura y vacuna, si vamos a ser colaboradores tendría sentido. En cuestión de unos días podría estar, tengo entendido que antiguos científicos de la Alianza trataron con ese asunto.- tanteo sus gestos mientras Andreas les mostraba el mapa con el reparto, demasiado generoso para lo que se merecen. Las zonas comunes me preocupan, aunque he de reconocer que también me crean curiosidad, como cualquier experimento. - Ares tiene parte de razón, no debemos olvidar lo que está sufriendo también nuestro entorno. Sería positivo organizar un cuidado común de las zonas más devastadas. Sugiero, que además de la división de zonas, se organice una comisión por la paz en las zonas comunes. Y que los encargados de mantenerlas en paz sean por ahora Ares y Juliet, por el bando mágico. Parece que a ella se le da bien eso de las reuniones, negociar, pensar... Por el bando de la Alianza enviaremos a nuestros propios observadores, para hacer un reparto equilibrado. - él es un infiltrado de Andreas, podrá controlarla a ella. Y así intento implicarla un poco más en esta reunión de la que pretende irse, acercarse al enemigo puede ser útil.
- Volviendo a lo que dice Lyran...no vamos a ser los únicos que demos sin recibir. - pido a los secretarios de la reunión que comiencen a redactar los puntos del acuerdo, ahora que parece que vamos encaminados. Cuantos menos rodeos y vueltas demos mejor, que no les de tiempo a pensarlo.
- Vosotros obtenéis seguridad frente a los centinelas, no os perseguirán ni irán a por vosotros. Sólo nos defenderán si hay ataques contra nuestra población o el gobierno. Los campos serán una simple prisión, al igual que vosotros tenéis la vuestra. Habrá juicios en cada caso. Lo mismo para cualquiera de los nuestros que viole el acuerdo a partir de ahora. Cada bando permanecerá el el territorio estipulado, según el mapa que ha traído Andreas. No creo que sea mucho sacrificio hacer una pequeña mudanza si con ello se gana paz, por ahora empezaremos así, luego ya se verá, según funcionen las zonas comunes. Los gobiernos serán independientes, cada uno llevará sus asuntos. Os ayudaremos con el problema del virus que habéis dicho. Eso es todo. A cambio...vosotros no invadiréis nuestro territorio sin permiso, detendréis cualquier acción hostil a partir de ahora. - La oferta de Lyran no se puede rechazar, por mucho que sea más tentador pedirles que desaparezcan de la faz de la tierra. Como buen político y empresario debo buscar el beneficio, por encima de los supuestos ideales de la Alianza. Al fin y al cabo lo que manda es el interés personal, más que las ideas, por mucha tirria que les tenga a los engreídos mágcios. - También queremos beneficiarnos de esa magia que decís que es tan maravillosa, que hasta ahora sólo nos ha traído problemas. Queremos acceso a vuestros conocimientos, libros, objetos mágicos, pociones, sanaciones, aquello que os puede hacer inmortales...ya sabéis de lo que hablo. - sí, he escuchado historias de todo tipo sobre cierta piedra, aunque nunca he visto una. - ...queremos tener garantías de que esto va a salir bien, así que necesitaremos que al menos unos pocos de vosotros, 2 o 3 tal vez, vengan con nosotros para descubrirnos aquello que queremos, y como muestra de buena voluntad, para asegurarnos de que el resto no va a iniciar una rebelión. Tenéis que comprometeros a cumplir el acuerdo para que no se rompa, denunciando a quienes lo incumplan. - cojo una estilográfica que llevo en el bolsillo, preparada para firmar el documento que ha ido redactando un secretario a mano (porque se ha roto la impresora) mientras yo hablaba. - ¿Algo más que añadir antes de la firma?
Rosse Kenway
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Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Mire al elfo con una ceja alzada al ver que me ofrecía aquel mechero, lo tome haciéndole una leve reverencia con la cabeza, tome un papelillo, un poco de tabaco de una pequeña bolsita de cuero en mi cinturón armando otro cigarro, volví a tomar el cigarrillo de detrás de mi oreja para colocarlo entre mis labios y encenderlo para devolverle el mechero con el cigarro que había armado recientemente como muestra de agradecimiento. Le di una calada al mio largando el humo por la nariz.
-No digo que sea fácil acostumbrarse, cada uno tiene sus problemas con el bando contrario, si no fuera así nunca hubiera comenzado la guerra...Pero puede seguir habiendo los territorios que están ahora, por lo menos no he visto muchos problemas en los territorios que tiene un bando y el otro, y los únicos problemas que vi fueron por culpa de los centinelas, pero no se si hubieron mas problemas con ciudadanos humanos con mágicos... El delimitar un nuevo terreno se me hace algo estúpido, al menos a mi, y mas si es como un muro... ¿Es que acaso quieren hacer un nuevo muro de Berlin o algo así? Y si hay problemas pueden delimitar solo esos ciertos territorios... Algunos mágicos cometen el abuso de utilizar aquella magia, y ustedes cometen la total aberración de asesinarlos a diestra y siniestra como si no fueran nada...Si quieren tener seguridad dejen solo a los soldados, los centinelas son demasiado... Y lo de bajarse los pantalones y que ofrezcan sus nalgas no estaría nada mal, al menos seria algo mejor a lo que me contaron hasta ahora...
Le respondí a Andreas tranquilamente gesticulando solo un poco con mi mano ortopédica y sonriendo un poco ante mi ultima frase, mire a Eamon suspirando para responderle, quise reírme en la cara del rubio, al escuchar que ellos no les metía miedo a nadie, para luego hundirle el rostro de un golpe por mentiroso .
-No digo que la convivencia sea pan comido ni que todos sean felices con todos así como si nada, todo en la vida lleva su tiempo, se como tratan a sus ciudadanos y su forma de referirse a los mágicos... Kenway, Rosse Kenway... Te aseguro que si fuera un Blood Keeper no estaría aquí y no estaría intentando negociar con ustedes una división de terreno...Es irónico en pedir confianza cuando tuvimos aquel recibimiento. Ustedes tienen robots y guardias en todos lados es justo que nosotros tengamos también con que defendernos...
Uno decía que los campos de concentración se quitarían y el otro decía que seguirían estando... Parece que alguien no se puso de acuerdo para mentir. Alce una ceja lanzando una carcajada al ver la división la cual era completamente injusta y estúpida.
-Eso es completamente estúpido...No pueden mover a toda la comunidad mágica de esa forma porque a ustedes se les da la gana... Ustedes no están haciendo nada, ¿porque mejor no se deja a Londres como zona neutral y ustedes se mueven a escocia? Así se irán los que quieran, los mágicos con su completa magia sin necesidad de chips y los humanos que deseen quedarse lo harán... No permitiré que familias enteras pierdan sus hogares por por un capricho suyo... Yo no decidiré por esa gente, porque yo no me iré de Londres...No cargare con la culpa de que los mágicos pierdan sus viviendas o que deban renunciar a sus poderes para poder quedarse...
Dije apoyando mi espalda en el respaldo de mi silla dándole una larga calada a mi cigarrillo, negándome rotundamente a firmar, y escuchando las avariciosas peticiones de los no mágicos...Los otros no mágicos...Los estúpidos alianzosos. Y sin prestarle mucha atención a los delirios cósmicos del chico que se creía la luna.
-No digo que sea fácil acostumbrarse, cada uno tiene sus problemas con el bando contrario, si no fuera así nunca hubiera comenzado la guerra...Pero puede seguir habiendo los territorios que están ahora, por lo menos no he visto muchos problemas en los territorios que tiene un bando y el otro, y los únicos problemas que vi fueron por culpa de los centinelas, pero no se si hubieron mas problemas con ciudadanos humanos con mágicos... El delimitar un nuevo terreno se me hace algo estúpido, al menos a mi, y mas si es como un muro... ¿Es que acaso quieren hacer un nuevo muro de Berlin o algo así? Y si hay problemas pueden delimitar solo esos ciertos territorios... Algunos mágicos cometen el abuso de utilizar aquella magia, y ustedes cometen la total aberración de asesinarlos a diestra y siniestra como si no fueran nada...Si quieren tener seguridad dejen solo a los soldados, los centinelas son demasiado... Y lo de bajarse los pantalones y que ofrezcan sus nalgas no estaría nada mal, al menos seria algo mejor a lo que me contaron hasta ahora...
Le respondí a Andreas tranquilamente gesticulando solo un poco con mi mano ortopédica y sonriendo un poco ante mi ultima frase, mire a Eamon suspirando para responderle, quise reírme en la cara del rubio, al escuchar que ellos no les metía miedo a nadie, para luego hundirle el rostro de un golpe por mentiroso .
-No digo que la convivencia sea pan comido ni que todos sean felices con todos así como si nada, todo en la vida lleva su tiempo, se como tratan a sus ciudadanos y su forma de referirse a los mágicos... Kenway, Rosse Kenway... Te aseguro que si fuera un Blood Keeper no estaría aquí y no estaría intentando negociar con ustedes una división de terreno...Es irónico en pedir confianza cuando tuvimos aquel recibimiento. Ustedes tienen robots y guardias en todos lados es justo que nosotros tengamos también con que defendernos...
Uno decía que los campos de concentración se quitarían y el otro decía que seguirían estando... Parece que alguien no se puso de acuerdo para mentir. Alce una ceja lanzando una carcajada al ver la división la cual era completamente injusta y estúpida.
-Eso es completamente estúpido...No pueden mover a toda la comunidad mágica de esa forma porque a ustedes se les da la gana... Ustedes no están haciendo nada, ¿porque mejor no se deja a Londres como zona neutral y ustedes se mueven a escocia? Así se irán los que quieran, los mágicos con su completa magia sin necesidad de chips y los humanos que deseen quedarse lo harán... No permitiré que familias enteras pierdan sus hogares por por un capricho suyo... Yo no decidiré por esa gente, porque yo no me iré de Londres...No cargare con la culpa de que los mágicos pierdan sus viviendas o que deban renunciar a sus poderes para poder quedarse...
Dije apoyando mi espalda en el respaldo de mi silla dándole una larga calada a mi cigarrillo, negándome rotundamente a firmar, y escuchando las avariciosas peticiones de los no mágicos...Los otros no mágicos...Los estúpidos alianzosos. Y sin prestarle mucha atención a los delirios cósmicos del chico que se creía la luna.
Sacando el mechero para dárselo a Rosse, me llegó a la cabeza la sorpresa con la que Lyran, el profesor de Hogwarts, pensaba de mi. Era cierto que la mayoría de los elfos eran unos puritanos místicos, pero yo por mi parte había dejado esa vida atrás hacía un tiempo. Alcancé a percibir el deseo que tenía este por fumar, así que al recibir el cigarro de Rosse, le pagué con una sonrisa y lo encendí entre los labios, dándole una buena calada a salud de la chica. Soltando el humo suavemente mientras le sonreía a Lyran, alcancé a ver como él tambien, al final, había decidido sacar uno de sus cigarros. Me resultaba divertido que la gente se sorprendiera cuando hacía cosas que no iban con una criatura tan pura como un elfo.
Al parecer, Lyran y Reiv parecían caras de la misma moneda. De alguna manera sus pensamientos fluían hacia donde mismo, solo que uno era más sombrío que otro al mencionar las cuestiones a las que querían enfocarse. Anoté bastante de lo que Reiv decía. Tenía una manera muy clara de decir las cosas, aunque realmente parecía una hostilidad de su parte.
Aparte de los mágicos, había ciertas palabras de Andreas que me hacían desconfiar de la buena voluntad del bando humano, sobre todo la prisa de Éamon por zanjar el asunto. Quizás ya era hora de intervenir.
Saqué de mi boca el cigarro obsequiado tras dar una fuerte calada y dejar salir el humo, mientras terminaba de escribir algunas palabras en mi pequeña libreta. Así, al menos parecería una de esas viejas películas del padrino.- Thranduil de Woodland. Elfo retirado.- Dije en voz clara, un poco ronca, cuando comencé a hablar. Levantando la mirada, me dirigí a Éamon y a Andreas, haciendo que mi mirada viajara entre ambos.- A diferencia de ustedes, nosotros no somos representantes oficiales electos democráticamente de los mágicos, aunque a mi me vayan más las monarquías. A menos que absolutamente todos los seres mágicos de Inglaterra hayan sido notificados de esta reunión con la antelación suficiente para su llegada, no tenemos voz ni voto para decidir por todos los mágicos del país. Cualquier tratado que arreglemos de esta manera es fácilmente apelable.- Si de algo servían tantos años vivo era para haber leído muchos libros de leyes humanas.
Por otro lado...- Continué tras darle una nueva calada al pitillo.- No entregaré mis libros y que tengan todo el conocimiento élfico del mundo ni aunque me dieran los planos de hasta para qué sirve cada cable de sus centinelas. Son la herencia de mis compatriotas. Preferiría una especie de colaboración, si así lo desean, en la que pudiera compartir lo que yo se y la experiencia que yo tengo en mi memoria. Así al menos habría un interés mutuo en la paz. Y lo de la eterna juventud siempre ha sido mentira. La realidad es que mi cuerpo se descompone veinte veces más lento que el suyo. Así es, necesito fumarme unos cien mil cigarros para que me de lo que a ustedes les da... ¿Necrosis? No, algo así. Su mejor aliado es el frío, que conserva la carne en su lugar... Ah, eso y que ya nadie habla noldorin, ni sindarin, ilkorin, doriathrin, falathrin ni sindarin del norte. Y les juro que nunca van a aprender a leer Tengwar, nos toma dos cientos años aprender lo básico y hay miles de criaturas más que no hacen libros de lo que descubren... solo tienen buena memoria.
Volví a mi pitillo y fumé y fumé.
Al parecer, Lyran y Reiv parecían caras de la misma moneda. De alguna manera sus pensamientos fluían hacia donde mismo, solo que uno era más sombrío que otro al mencionar las cuestiones a las que querían enfocarse. Anoté bastante de lo que Reiv decía. Tenía una manera muy clara de decir las cosas, aunque realmente parecía una hostilidad de su parte.
Aparte de los mágicos, había ciertas palabras de Andreas que me hacían desconfiar de la buena voluntad del bando humano, sobre todo la prisa de Éamon por zanjar el asunto. Quizás ya era hora de intervenir.
Saqué de mi boca el cigarro obsequiado tras dar una fuerte calada y dejar salir el humo, mientras terminaba de escribir algunas palabras en mi pequeña libreta. Así, al menos parecería una de esas viejas películas del padrino.- Thranduil de Woodland. Elfo retirado.- Dije en voz clara, un poco ronca, cuando comencé a hablar. Levantando la mirada, me dirigí a Éamon y a Andreas, haciendo que mi mirada viajara entre ambos.- A diferencia de ustedes, nosotros no somos representantes oficiales electos democráticamente de los mágicos, aunque a mi me vayan más las monarquías. A menos que absolutamente todos los seres mágicos de Inglaterra hayan sido notificados de esta reunión con la antelación suficiente para su llegada, no tenemos voz ni voto para decidir por todos los mágicos del país. Cualquier tratado que arreglemos de esta manera es fácilmente apelable.- Si de algo servían tantos años vivo era para haber leído muchos libros de leyes humanas.
Por otro lado...- Continué tras darle una nueva calada al pitillo.- No entregaré mis libros y que tengan todo el conocimiento élfico del mundo ni aunque me dieran los planos de hasta para qué sirve cada cable de sus centinelas. Son la herencia de mis compatriotas. Preferiría una especie de colaboración, si así lo desean, en la que pudiera compartir lo que yo se y la experiencia que yo tengo en mi memoria. Así al menos habría un interés mutuo en la paz. Y lo de la eterna juventud siempre ha sido mentira. La realidad es que mi cuerpo se descompone veinte veces más lento que el suyo. Así es, necesito fumarme unos cien mil cigarros para que me de lo que a ustedes les da... ¿Necrosis? No, algo así. Su mejor aliado es el frío, que conserva la carne en su lugar... Ah, eso y que ya nadie habla noldorin, ni sindarin, ilkorin, doriathrin, falathrin ni sindarin del norte. Y les juro que nunca van a aprender a leer Tengwar, nos toma dos cientos años aprender lo básico y hay miles de criaturas más que no hacen libros de lo que descubren... solo tienen buena memoria.
Volví a mi pitillo y fumé y fumé.
Mientras el resto de los presentes hablaba y daba sus sinceras opiniones, la chica no pudo dejar de ver el colibrí que Lyran había invocado. Aquello la dejaba tranquila, al menos un poco, pues aún podía hacer magia. Eso no descartaba en absoluto que estuviera infectado, solo le daba más serenidad dentro de la tormenta. Al menos él había estado de acuerdo con lo que la joven decía, asintiendo la cabeza mientras lo comentaba. Y aunque no pensaba decir nada del SPM, el que Reiv lo mencionara le había quitado, sorpresivamente, uno de los nudos del estómago. Hacerles saber que estaban en necesidad, pero que no temían a la adversidad, era precisamente lo que necesitaba decirse en aquel momento. Sin embargo, cualquier posibilidad de negociación le parecía insulsa después de escuchar a Reiv llamando a los mágicos como raza superior. Muy Hitleriano todo.
Aquel discurso de lo que podían soportar o no por parte de Andreas... palabrería. Se atrevía a mencionar a Italia como una fuente confiable después de que eran cerdos sin corazón. Posó las manos en la mesa aún de pie, mirándole directamente, bastante cabreada por lo menos. - ¿Italia dice? Creo que debería reconsiderar sus fuentes si quiere la paz. Sobre todo porque Italia nos utiliza como carne para los leones y como entretenimiento para sus aburridas vidas en el Coliseo. Eso... ¡Eso y no menos! ¡Eso es lo que realmente es un abuso y una injusticia!- Dictaminó finalmente, lanzándole una mirada con todo su asco a quien había osado nombrarlos como nobles pacificadores. Cuando tuvo el descaro aún de hacerse el ofendido ante las acusaciones del secuestro de Ares, soltó una carcajada y volvió a sentarse. Se había tornado personal.- Andreas, baje eso...- Murmuró señalando la tableta que llevaba en mano, con la que pretendía reportar al ejecutor secuestrador.- Usted sabe que no hace falta esa falsa cortesía y teatrito. Como usted bien dijo, aquí nadie nos chupamos el dedo. Haríamos bien en recordarlo.- Su mirada no podía ser más gélida a pesar de que una sonrisa se dibujaba en sus labios. Estaba segura de que la silla había comenzado a congelarse, al menos de las manos, pero no hubo ocasión para cerciorarse.
Pasó por alto la invitación del moreno para que saliera del recinto. Aunque al inicio era parte de lo que quería, ahora ya habían despertado el dragón, aunque no lo supieran. Había una ira asesina dentro de su pecho, con la que no había convivido en años.- ¿También tiene voto en lo que harán los Irlandeses en esta guerra? - Preguntó extrañada por el mapa.- No importa, es igual, soy Londinense. Nací aquí y mi familia tiene aquí generaciones. Y si está 'hecho mierda', tal como usted dice, la culpa no nos corroe.
Y como en aquel momento ya no estaba para cuentitos, el de Ares solo pudo terminar de sacarle el corcho.- ¿Qué te dieron por ser el traidor de turno? Si su tecnología se basara en cómo se ve la gente en bata de doctor, ninguno de nosotros estaría aquí hoy negociando para que los centinelas dejen de hacernos su diana para dardos.- Miró a Andreas de nuevo, solo porque ya le tenía echado el ojo.- A la próxima ayúdele a inventarse la excusa, que usted parece más creativo.- Dejó que el chico dijera lo que quería de la luna y las estrellas, total, considerar un poco a la tierra, aunque fuera un traidor hecho y derecho, no hacía daño.
Con las manos arañando fuertemente los brazos de la silla donde le había tocado sentarse, se decidió escuchar lo que Andreas tenía para decir. Después de todo, parecía que el elfo que anotaba cosas sería de alguna ayuda. Le habría gustado tener una libreta para ella misma también cuando empezaban a decir tantas cosas tan rápido. Escuchó con atención lo que decía la chica Rosse. Sería quizás porque ella misma no era muy parlanchina normalmente, pero las palabras de Rosse le sonaban más sensatas de lo que la joven pelirroja podría decir jamás. Y justo cuando estaba por comenzar a hablar en su apoyo, el elfo le calló la boca pronunciando un nombre que conocía muy bien.
No pudo evitar verle con sorpresa. Sabía que había alguien con ese nombre, de ese lugar, al que conocía de hacía tiempo. Sería tal vez el tiempo que hacía que él no la recordara. Se enfocó en su cara más que en sus palabras, y en efecto, le resultaba familiar. No recordaba nunca haberle visto fumar, pero los vicios iban y venían siempre.
Dejando de lado aquella ensoñación de haber encontrado a su familia, lo que no le agradaba era aquello de que los campos seguirían abiertos para quien rompiera las normas. Habló serenamente, a pesar de que la sangre le hervía.- Suena a que quiere legislar algo que ni siquiera conoce. No puede imponer reglas a la magia a conveniencia de los humanos, pues no todos podemos elegir que magia nos toca o no y no somos delincuentes por aprovechar nuestros talentos, así como seguro usted uso sus dotes de actor para tener un cargo de poder... Así que hagan el favor de dejar de decidir por nosotros. Yo no gastaré mi tiempo en una comisión de paz impuesta por ustedes con alguien a quien estoy acusando de traidor con amplia seguridad, eso es algo que no les toca decidir... Y como dije con anterioridad, si quiere hacer juicios, regular las zonas comunes, sacarnos de su camino... es más factible que no lo hagamos todo en una sola reunión, pues eso solo puede ser de provecho para un bando... Por mi parte, yo no firmaré hasta que esto tenga beneficios para ambos... Y si Kylee firma, juro por lo más sagrado que lo desollaré vivo, no por traidor, sino porque no sabe reconocer un trato que le conviene del que no.
Con aquello dictado, entrelazó las manos sobre el regazo, mostrando su negativa a la firma. Además de cualquier cosa que pudiera surgir, debían sacar a Lyran del lugar antes de que comenzara a delirar. Con suerte, aún podría transportarse solo, y no habría necesidad de tocarle.
Aquel discurso de lo que podían soportar o no por parte de Andreas... palabrería. Se atrevía a mencionar a Italia como una fuente confiable después de que eran cerdos sin corazón. Posó las manos en la mesa aún de pie, mirándole directamente, bastante cabreada por lo menos. - ¿Italia dice? Creo que debería reconsiderar sus fuentes si quiere la paz. Sobre todo porque Italia nos utiliza como carne para los leones y como entretenimiento para sus aburridas vidas en el Coliseo. Eso... ¡Eso y no menos! ¡Eso es lo que realmente es un abuso y una injusticia!- Dictaminó finalmente, lanzándole una mirada con todo su asco a quien había osado nombrarlos como nobles pacificadores. Cuando tuvo el descaro aún de hacerse el ofendido ante las acusaciones del secuestro de Ares, soltó una carcajada y volvió a sentarse. Se había tornado personal.- Andreas, baje eso...- Murmuró señalando la tableta que llevaba en mano, con la que pretendía reportar al ejecutor secuestrador.- Usted sabe que no hace falta esa falsa cortesía y teatrito. Como usted bien dijo, aquí nadie nos chupamos el dedo. Haríamos bien en recordarlo.- Su mirada no podía ser más gélida a pesar de que una sonrisa se dibujaba en sus labios. Estaba segura de que la silla había comenzado a congelarse, al menos de las manos, pero no hubo ocasión para cerciorarse.
Pasó por alto la invitación del moreno para que saliera del recinto. Aunque al inicio era parte de lo que quería, ahora ya habían despertado el dragón, aunque no lo supieran. Había una ira asesina dentro de su pecho, con la que no había convivido en años.- ¿También tiene voto en lo que harán los Irlandeses en esta guerra? - Preguntó extrañada por el mapa.- No importa, es igual, soy Londinense. Nací aquí y mi familia tiene aquí generaciones. Y si está 'hecho mierda', tal como usted dice, la culpa no nos corroe.
Y como en aquel momento ya no estaba para cuentitos, el de Ares solo pudo terminar de sacarle el corcho.- ¿Qué te dieron por ser el traidor de turno? Si su tecnología se basara en cómo se ve la gente en bata de doctor, ninguno de nosotros estaría aquí hoy negociando para que los centinelas dejen de hacernos su diana para dardos.- Miró a Andreas de nuevo, solo porque ya le tenía echado el ojo.- A la próxima ayúdele a inventarse la excusa, que usted parece más creativo.- Dejó que el chico dijera lo que quería de la luna y las estrellas, total, considerar un poco a la tierra, aunque fuera un traidor hecho y derecho, no hacía daño.
Con las manos arañando fuertemente los brazos de la silla donde le había tocado sentarse, se decidió escuchar lo que Andreas tenía para decir. Después de todo, parecía que el elfo que anotaba cosas sería de alguna ayuda. Le habría gustado tener una libreta para ella misma también cuando empezaban a decir tantas cosas tan rápido. Escuchó con atención lo que decía la chica Rosse. Sería quizás porque ella misma no era muy parlanchina normalmente, pero las palabras de Rosse le sonaban más sensatas de lo que la joven pelirroja podría decir jamás. Y justo cuando estaba por comenzar a hablar en su apoyo, el elfo le calló la boca pronunciando un nombre que conocía muy bien.
No pudo evitar verle con sorpresa. Sabía que había alguien con ese nombre, de ese lugar, al que conocía de hacía tiempo. Sería tal vez el tiempo que hacía que él no la recordara. Se enfocó en su cara más que en sus palabras, y en efecto, le resultaba familiar. No recordaba nunca haberle visto fumar, pero los vicios iban y venían siempre.
Dejando de lado aquella ensoñación de haber encontrado a su familia, lo que no le agradaba era aquello de que los campos seguirían abiertos para quien rompiera las normas. Habló serenamente, a pesar de que la sangre le hervía.- Suena a que quiere legislar algo que ni siquiera conoce. No puede imponer reglas a la magia a conveniencia de los humanos, pues no todos podemos elegir que magia nos toca o no y no somos delincuentes por aprovechar nuestros talentos, así como seguro usted uso sus dotes de actor para tener un cargo de poder... Así que hagan el favor de dejar de decidir por nosotros. Yo no gastaré mi tiempo en una comisión de paz impuesta por ustedes con alguien a quien estoy acusando de traidor con amplia seguridad, eso es algo que no les toca decidir... Y como dije con anterioridad, si quiere hacer juicios, regular las zonas comunes, sacarnos de su camino... es más factible que no lo hagamos todo en una sola reunión, pues eso solo puede ser de provecho para un bando... Por mi parte, yo no firmaré hasta que esto tenga beneficios para ambos... Y si Kylee firma, juro por lo más sagrado que lo desollaré vivo, no por traidor, sino porque no sabe reconocer un trato que le conviene del que no.
Con aquello dictado, entrelazó las manos sobre el regazo, mostrando su negativa a la firma. Además de cualquier cosa que pudiera surgir, debían sacar a Lyran del lugar antes de que comenzara a delirar. Con suerte, aún podría transportarse solo, y no habría necesidad de tocarle.
130 PS
__________
-Lykaios? Hay algún problema con él? - inquirí en voz baja mirando a Reiv primero y después a Ares. Aunque estuviese medio loco, Lykaios no dejaba de ser mi primo y me preocupaba por él.
Luego escuché al joven Black y pasé una mano por mi frente pero sonreí y negué con la cabeza. Blacks, al fin y al cabo...tan tercos como los Hacksaw. Y eso era bueno en cierto modo. Pero no estuve de acuerdo cuando dijo que la raza mágica era superior en muchos aspectos, y lo miré tranquilamente para decirselo, con cara hasta amable y las cejas alzadas. Aunque no se lo dije reprendiéndolo, solo para que lo recordase.
-No somos...superiores, Reiv.
Luego escuché a Andreas con mi ceño fruncido y cara de pocos amigos, creyendo poco menos del 50% de todo de lo que salia de su boca. Asentí sin darle mayor importancia a aquello de los whatssapp, y luego...miré el mapa que representó frente a nosotros. Vi una Irlanda entera (por fin) y una Inglaterra de ellos. Escocia, como Gales, tierra de nadie.
-Irlanda... -hablé en voz muy baja, meditaba para mi mismo solamente. Miré a Eamon. -¿tu no eres irlandes? Como te sientes con esto? - observé de nuevo el mapa y pensé. -Aqui, parece bonito. Pero la realidad es...no es sencillo realizar un desplazamiento como el que decís. Harian falta años para establecer estas fronteras, para mover a toda la gente, habrian mas revueltas y revoluciones, por todas partes. No lo veo tan factible..... Y tampoco es justo que los aquí reunidos, que somos tan pocos, decidamos por tantos y tantos, incluyendo además a otros paises. Harán falta posteriores reuniones para decidir esto, debemos consultarlo.... pido pues una prórroga.
Fumé un poco mas, conteniendo a duras penas un ataque de tos. Oi a Andreas pronunciar aquel chantaje....me daba igual. No iba a caer en aquello por ahora. Abrí los ojos al oir a Eamon pronunciar mi nombre y referirse despues a que mantendrian los campos a modo de prision para los que incumplieran la ley.
- Quienes hagan eso serán tachados de delincuentes, y por ello permanecerán los campos sólo a modo de prisión? Eso? -me puse en pie. -No. Si esto sale adelante, formaremos de nuevo un Ministerio de Magia, los seres mágicos que incumplan la ley de convivencia y usen sus poderes incorrectamente serán juzgados por NUESTRA ley, como siempre ha sido, y si son encontrados culpables irán a prisiones mágicas, como siempre se ha hecho...y los humanos serán juzgados por vosotros....no necesitamos vuestras cárceles.... y créeme no deseáis las nuestras. Sabeis como se siente tener a un dementor encima?
"estan dispersos en los paises del norte, lo sé...reunirlos...sería..."
"Lyran...."
"Qué"
Miré a Thranduil brevemente, sorprendido, y mi mirada se cruzó con la suya. Había notado una pequeña intromisión mental? No me molestaba, en absoluto.....pero tampoco me resultaba agradable del todo. Fue entonces, cuando intenté levantar mis barreras de oclumante, cuando me di cuenta de que no podía. Definitivamente no podía. Para asegurarme intenté convertir el cigarrillo que tenia entre mis dedos en agua, pero no pude.
"mierda. Totalmente, mierda"
Pegué otra calada. Si algo se le daba bien a un ex profesor y a un padre de familia, era fingir que las cosas iban jodidamente bien, aunque no fuese así. Me aparté de la mesa y me dirigí a uno de los ventanales, un tanto apartado de los demas.
-Ese punto debe de quedar claro. Ningún ser mágico será juzgado ni encarcelado por vosotros. Lo mismo va para los humanos. Podemos no invadir territorios...podemos ceder en cualquier accion hostil.
Sonreí mirando hacia atrás a Eamon como quien mira a un chiquillo que se ha hecho demasiadas ilusiones, pero sin intenciones de resultar borde. -Como bien ha dicho Thranduil....la inmortalidad no existe, solo puedes retrasar un poco lo inevitable. Pero mas alla de dejar juguetes peligrosos en vuestras manos, que es lo que nos pides, os enseñariamos como beneficiaros de ciertas cosas. De poco os sirve un libro de pociones, sin magia no pueden realizarse.... y es por poner un ejemplo. - miré la pluma de la firma que ofrecia el rubio y negué- Lo siento, no podemos decidir algo tan importante por todos. De verdad quiero llegar a un acuerdo justo...Debemos consultarlo con los demás asi que vuelvo a pediros una prórroga. Y tú Eamon, estas pidiendonos rehenes o me lo parece a mi?
Habia escuchado tambien los demas argumentos de Thranduil y Rosse, los cuales compartía. Tambien los de Juliet. En mi posicion un tanto apartada, examiné a los dos lideres muggles, con la duda de si nos darian la prorroga o no. EStaba algo tenso...y era algo que se podia averiguar por mi modo de fruncir el ceño.
"sin duda han tenido algo que ver con lo del SPM.... y están intentando chantajearnos, eh, Thranduil, si lo que he notado antes es cierto y realmente tienes las antenas puestas, a la mínima que veas algo raro...sácalos de aqui"
__________
-Lykaios? Hay algún problema con él? - inquirí en voz baja mirando a Reiv primero y después a Ares. Aunque estuviese medio loco, Lykaios no dejaba de ser mi primo y me preocupaba por él.
Luego escuché al joven Black y pasé una mano por mi frente pero sonreí y negué con la cabeza. Blacks, al fin y al cabo...tan tercos como los Hacksaw. Y eso era bueno en cierto modo. Pero no estuve de acuerdo cuando dijo que la raza mágica era superior en muchos aspectos, y lo miré tranquilamente para decirselo, con cara hasta amable y las cejas alzadas. Aunque no se lo dije reprendiéndolo, solo para que lo recordase.
-No somos...superiores, Reiv.
Luego escuché a Andreas con mi ceño fruncido y cara de pocos amigos, creyendo poco menos del 50% de todo de lo que salia de su boca. Asentí sin darle mayor importancia a aquello de los whatssapp, y luego...miré el mapa que representó frente a nosotros. Vi una Irlanda entera (por fin) y una Inglaterra de ellos. Escocia, como Gales, tierra de nadie.
-Irlanda... -hablé en voz muy baja, meditaba para mi mismo solamente. Miré a Eamon. -¿tu no eres irlandes? Como te sientes con esto? - observé de nuevo el mapa y pensé. -Aqui, parece bonito. Pero la realidad es...no es sencillo realizar un desplazamiento como el que decís. Harian falta años para establecer estas fronteras, para mover a toda la gente, habrian mas revueltas y revoluciones, por todas partes. No lo veo tan factible..... Y tampoco es justo que los aquí reunidos, que somos tan pocos, decidamos por tantos y tantos, incluyendo además a otros paises. Harán falta posteriores reuniones para decidir esto, debemos consultarlo.... pido pues una prórroga.
Fumé un poco mas, conteniendo a duras penas un ataque de tos. Oi a Andreas pronunciar aquel chantaje....me daba igual. No iba a caer en aquello por ahora. Abrí los ojos al oir a Eamon pronunciar mi nombre y referirse despues a que mantendrian los campos a modo de prision para los que incumplieran la ley.
- Quienes hagan eso serán tachados de delincuentes, y por ello permanecerán los campos sólo a modo de prisión? Eso? -me puse en pie. -No. Si esto sale adelante, formaremos de nuevo un Ministerio de Magia, los seres mágicos que incumplan la ley de convivencia y usen sus poderes incorrectamente serán juzgados por NUESTRA ley, como siempre ha sido, y si son encontrados culpables irán a prisiones mágicas, como siempre se ha hecho...y los humanos serán juzgados por vosotros....no necesitamos vuestras cárceles.... y créeme no deseáis las nuestras. Sabeis como se siente tener a un dementor encima?
"estan dispersos en los paises del norte, lo sé...reunirlos...sería..."
"Lyran...."
"Qué"
Miré a Thranduil brevemente, sorprendido, y mi mirada se cruzó con la suya. Había notado una pequeña intromisión mental? No me molestaba, en absoluto.....pero tampoco me resultaba agradable del todo. Fue entonces, cuando intenté levantar mis barreras de oclumante, cuando me di cuenta de que no podía. Definitivamente no podía. Para asegurarme intenté convertir el cigarrillo que tenia entre mis dedos en agua, pero no pude.
"mierda. Totalmente, mierda"
Pegué otra calada. Si algo se le daba bien a un ex profesor y a un padre de familia, era fingir que las cosas iban jodidamente bien, aunque no fuese así. Me aparté de la mesa y me dirigí a uno de los ventanales, un tanto apartado de los demas.
-Ese punto debe de quedar claro. Ningún ser mágico será juzgado ni encarcelado por vosotros. Lo mismo va para los humanos. Podemos no invadir territorios...podemos ceder en cualquier accion hostil.
Sonreí mirando hacia atrás a Eamon como quien mira a un chiquillo que se ha hecho demasiadas ilusiones, pero sin intenciones de resultar borde. -Como bien ha dicho Thranduil....la inmortalidad no existe, solo puedes retrasar un poco lo inevitable. Pero mas alla de dejar juguetes peligrosos en vuestras manos, que es lo que nos pides, os enseñariamos como beneficiaros de ciertas cosas. De poco os sirve un libro de pociones, sin magia no pueden realizarse.... y es por poner un ejemplo. - miré la pluma de la firma que ofrecia el rubio y negué- Lo siento, no podemos decidir algo tan importante por todos. De verdad quiero llegar a un acuerdo justo...Debemos consultarlo con los demás asi que vuelvo a pediros una prórroga. Y tú Eamon, estas pidiendonos rehenes o me lo parece a mi?
Habia escuchado tambien los demas argumentos de Thranduil y Rosse, los cuales compartía. Tambien los de Juliet. En mi posicion un tanto apartada, examiné a los dos lideres muggles, con la duda de si nos darian la prorroga o no. EStaba algo tenso...y era algo que se podia averiguar por mi modo de fruncir el ceño.
"sin duda han tenido algo que ver con lo del SPM.... y están intentando chantajearnos, eh, Thranduil, si lo que he notado antes es cierto y realmente tienes las antenas puestas, a la mínima que veas algo raro...sácalos de aqui"
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