Recuerdo del primer mensaje :
El Palacio de Buckingham era la residencia oficial del monarca británico en Londres. Buena parte de la familia real huyó de la capital al poco de estallar la guerra, dejando el poder en manos del ejército, principalmente. Al menos así fue durante varios años, mientras que los políticos quedaron en segundo plano, hasta su relativamente reciente resurgir. Durante algunos años podría decirse que coexistieron dos monarquías en suelo británico. Por un lado el autoproclamado rey de la Inglaterra Mágica, Termeritus Jones (y posteriormente Alphonse Bertram) y por otro los exiliados monarcas de raza humana. El palacio se encuentra actualmente en manos de Frances Burkes, relacionada con la familia real y ministra de sabiduría. Cuenta con vigilancia en el perímetro, alarmas y francotiradores apostados en las zonas altas.
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La actitud del par de humanos me repatea, pues actúan como si fuesen los buenos de la historia, como si nosotros fuésemos lo peor y ellos fuesen las víctimas. No son más falsos porque no lo intentan, la manera de fingir que tienen es detestable. Las palabras y las cosas que dicen suenan más o menos bien, pero no me fío nada de ellos. La historia de Ares y su escape me escama un poco, pero por ahora no digo nada para llevarle la contraria, pues no tengo pruebas.
- No sé dónde está Lykaios . Nunca contesto al mensaje. Tal vez le haya pasado algo, hace por lo menos unos días desde el primer mensaje. - puede que esté infectado incluso, y que esté por ahí perdido, pero ya se encargará su brigada de eso. Me encojo de hombros, volviendo a prestar atención a lo que dicen Andreas y Éamon. El muy caradura de Andreas propone echarnos de Inglaterra para ir a vivir a Irlanda, dejando un par de zonas de convivencia experimentales. No me gusta nada la propuesta, aunque luego el otro se pone a decir lo que nos ofrecen a cambio de mudarnos y de colaborar con ellos con nuestro conocimiento mágico.
- No agresión a cambio de completa sumisión a lo que digáis. Queréis además rehenes para aseguraros que haremos caso, y que actuemos de chivatos de lo que veamos. Eso es lo que ofrecéis. Una vergüenza. - me cruzo de brazos, en actitud poco receptiva mientras niego con la cabeza. Está resultando bastante complicado, a pesar de que negociar signifique ceder algo. Pero la parte en la que ellos ceden no es suficiente.
- Y si tenéis la cura para el SPM...¿no sería una muestra de buena voluntad darla sin condiciones? ¿Tiene que ir incluido en el acuerdo? - por un lado me gustaría pasar del acuerdo y seguir intentando vencerlos sin tener que pactar con ellos, pero por otro es cierto que ninguno de los bandos podrá resistir durante mucho tiempo. Además está el problema de irnos de aquí rompiendo el acuerdo y sin una posible cura. - Sería más sencillo que todo permaneciese como hasta ahora, pero evitando las agresión mutua y eliminando centinelas y campos. Nosotros no tenemos una prisión para vosotros, que cada uno juzgue a los suyos. - me cuesta mucho firmar algo así, por mucho que parezca una "oportunidad" para que todo se calme. Es como doblegarse a ellos, después de aguantar tanto tiempo. Los que van hablando tampoco parecen contentos con la propuesta, por ahora no parece que convenza. La chica que se presenta como Rosse no firma y propone que nadie tenga que mudarse, tras exponer todas sus razones para no aceptar. Por fin habla el silencioso elfo, haciendo gala de un refinado discurso, lo que me hace sentir que mis palabras son un tanto toscas y burdas.
Tampoco me sorprende la reacción de Juliet, pues la sola mención de Italia hace que salte indignada. Es lógico, teniendo en cuenta lo que sufrió allí, aunque creo que Éamon se refiere al extraño acuerdo de paz que se alcanzó hace algún tiempo. Ella no termina de creerse la historia de Ares, aunque yo no sé qué pensar al respecto. Demasiados asuntos a la vez. La miro alucinado por la agresividad con la que termina su discurso, creo que nunca la había oído hablar así. - Joder...- susurro cuando termina de hablar y vuelve a su sitio, sin dejar de mirarla. - No conocía esa faceta tuya, a veces das verdadero miedo, ¿los sabías? - y lo cierto es que me parece interesante descubrirlo, por mucho que supiese lo que hizo en el coliseo. Si se ve acorralada ataca de ese modo. Lyran me "regaña" mínimamente por decir lo de que somos superiores. En muchas cosas lo somos, así que no miento. Resoplo sin decirle nada, no quiero discutir ahora. El tío también amenaza un poco con eso de los dementores, y también da algo de miedo modo profesor. Le falta traerse la botella con la etiqueta "lágrimas de alumnos" o, en este caso, de Alianza. Tampoco parece querer firmar, sino que propone más reuniones y mejorar los acuerdos, al igual que el resto de los que han hablado. No quieren la responsabilidad o privilegio de ser los únicos que decidan. Ojalá esto hubiese funcionado y saliésemos de aquí con un acuerdo. Sonaba demasiado bonito para ser verdad.
- Pues nada. Todo hablado. Negociaciones rotas por ahora, si no hay mejor oferta o no recapacitáis. La mayoría ha hablado, aunque queda Ares por decidir. - miro de reojo a Kylee, a la vez que me levanto de la mesa y camino hacia la puerta. No salgo todavía, pues estoy esperando a escuchar la última decisión del chico y a que Juliet venga conmigo. También espero ver la cara de fastidio de los de la Alianza, pues esto debe ser un fracaso para ellos. Yo también lo siento como un fracaso, si es cierto que tienen al cura la hemos perdido.
- No sé dónde está Lykaios . Nunca contesto al mensaje. Tal vez le haya pasado algo, hace por lo menos unos días desde el primer mensaje. - puede que esté infectado incluso, y que esté por ahí perdido, pero ya se encargará su brigada de eso. Me encojo de hombros, volviendo a prestar atención a lo que dicen Andreas y Éamon. El muy caradura de Andreas propone echarnos de Inglaterra para ir a vivir a Irlanda, dejando un par de zonas de convivencia experimentales. No me gusta nada la propuesta, aunque luego el otro se pone a decir lo que nos ofrecen a cambio de mudarnos y de colaborar con ellos con nuestro conocimiento mágico.
- No agresión a cambio de completa sumisión a lo que digáis. Queréis además rehenes para aseguraros que haremos caso, y que actuemos de chivatos de lo que veamos. Eso es lo que ofrecéis. Una vergüenza. - me cruzo de brazos, en actitud poco receptiva mientras niego con la cabeza. Está resultando bastante complicado, a pesar de que negociar signifique ceder algo. Pero la parte en la que ellos ceden no es suficiente.
- Y si tenéis la cura para el SPM...¿no sería una muestra de buena voluntad darla sin condiciones? ¿Tiene que ir incluido en el acuerdo? - por un lado me gustaría pasar del acuerdo y seguir intentando vencerlos sin tener que pactar con ellos, pero por otro es cierto que ninguno de los bandos podrá resistir durante mucho tiempo. Además está el problema de irnos de aquí rompiendo el acuerdo y sin una posible cura. - Sería más sencillo que todo permaneciese como hasta ahora, pero evitando las agresión mutua y eliminando centinelas y campos. Nosotros no tenemos una prisión para vosotros, que cada uno juzgue a los suyos. - me cuesta mucho firmar algo así, por mucho que parezca una "oportunidad" para que todo se calme. Es como doblegarse a ellos, después de aguantar tanto tiempo. Los que van hablando tampoco parecen contentos con la propuesta, por ahora no parece que convenza. La chica que se presenta como Rosse no firma y propone que nadie tenga que mudarse, tras exponer todas sus razones para no aceptar. Por fin habla el silencioso elfo, haciendo gala de un refinado discurso, lo que me hace sentir que mis palabras son un tanto toscas y burdas.
Tampoco me sorprende la reacción de Juliet, pues la sola mención de Italia hace que salte indignada. Es lógico, teniendo en cuenta lo que sufrió allí, aunque creo que Éamon se refiere al extraño acuerdo de paz que se alcanzó hace algún tiempo. Ella no termina de creerse la historia de Ares, aunque yo no sé qué pensar al respecto. Demasiados asuntos a la vez. La miro alucinado por la agresividad con la que termina su discurso, creo que nunca la había oído hablar así. - Joder...- susurro cuando termina de hablar y vuelve a su sitio, sin dejar de mirarla. - No conocía esa faceta tuya, a veces das verdadero miedo, ¿los sabías? - y lo cierto es que me parece interesante descubrirlo, por mucho que supiese lo que hizo en el coliseo. Si se ve acorralada ataca de ese modo. Lyran me "regaña" mínimamente por decir lo de que somos superiores. En muchas cosas lo somos, así que no miento. Resoplo sin decirle nada, no quiero discutir ahora. El tío también amenaza un poco con eso de los dementores, y también da algo de miedo modo profesor. Le falta traerse la botella con la etiqueta "lágrimas de alumnos" o, en este caso, de Alianza. Tampoco parece querer firmar, sino que propone más reuniones y mejorar los acuerdos, al igual que el resto de los que han hablado. No quieren la responsabilidad o privilegio de ser los únicos que decidan. Ojalá esto hubiese funcionado y saliésemos de aquí con un acuerdo. Sonaba demasiado bonito para ser verdad.
- Pues nada. Todo hablado. Negociaciones rotas por ahora, si no hay mejor oferta o no recapacitáis. La mayoría ha hablado, aunque queda Ares por decidir. - miro de reojo a Kylee, a la vez que me levanto de la mesa y camino hacia la puerta. No salgo todavía, pues estoy esperando a escuchar la última decisión del chico y a que Juliet venga conmigo. También espero ver la cara de fastidio de los de la Alianza, pues esto debe ser un fracaso para ellos. Yo también lo siento como un fracaso, si es cierto que tienen al cura la hemos perdido.
Durante el último mes, no habia permanecido ocioso. En absoluto. Desde que me reencontrase con Adele y ordenasemos la reconstruccion del castillo de Stirling, me habia dedicado a reclutar a aquellos Blood Keeper dispersos, los cuales se habian dispersado a causa de nuestra aparente debilidad. Debia reconocer que mi larga desaparicion en las dependencias de la Alianza no habian ayudado en absoluto.... tambien, habia reclutado a algunos nuevos magos y brujas, bastante hartos ya de nuestra "docilidad".
Y entonces una voz habia invadido mi mente, una que conocia. Era la de la joven descendiente que yo elegí como mentora. Me sorprendió que se acordase de mi y acudiese a mi para algo, pero su mensaje decía que me encontrase con ella en Buckingham Palace. Estaba pasando algo que no podía perderme....
Pero en cuanto reuní a un puñado de misaurores blood keepers, e intenté aparecer alli directamente, descubrimos que no podiamos. Asi que tuvimos que aparecernos en el siguiente punto más aproximado, un parque, alli si que pudimos realizar la aparicion. Afortunadamente estaba medio vacío pero la poca gente que nos vió (unos jovenzuelos fumando porros) se apartaron de inmediato y se largaron corriendo. No querian problemas.
"y hacen bien"
- les seguimos, Rybar? -preguntó uno de los blood keeper que me acompañaba.
-No, no queremos causar un tumulto. Además, mira ahí a lo lejos. No le ves? -señalé hacia el final del parque, mas alla de las copas de los arboles destacaban, para la vista cuidadosa, las cabezas de los Centinelas. -Vosotros quedaos aqui y escondeos, tomad posiciones separadas y estratégicas, y si os necesito os avisaré. No hagáis nada que no os ordene. Si os descubren y os plantan batalla cread algo de tumulto y escapad.
No admití réplica alguna, y eché a andar mientras se ocultaban y tomaban sus puestos. Llevabamos todos el uniforme distintivo, aquel que para los que tuvieran memoria, aun recordaba algo, aun decía algo....: apartaos de nuestro camino. Salí del parque aquel y llegué a pie hasta Buckingham, mirando a las malditas moles de hierro en la lejania, que no me hicieron nada. La ultima vez que vi una de aquellas...acabé con mis huesos en una celda, perdiendo mi protesis, mi magia y casi mi cordura. Miré mi reloj de bolsillo y esperé afuera. Estuviera pasando lo que estuviera pasando alli adentro, no pensaba arriesgarme.
Y entonces una voz habia invadido mi mente, una que conocia. Era la de la joven descendiente que yo elegí como mentora. Me sorprendió que se acordase de mi y acudiese a mi para algo, pero su mensaje decía que me encontrase con ella en Buckingham Palace. Estaba pasando algo que no podía perderme....
Pero en cuanto reuní a un puñado de mis
"y hacen bien"
- les seguimos, Rybar? -preguntó uno de los blood keeper que me acompañaba.
-No, no queremos causar un tumulto. Además, mira ahí a lo lejos. No le ves? -señalé hacia el final del parque, mas alla de las copas de los arboles destacaban, para la vista cuidadosa, las cabezas de los Centinelas. -Vosotros quedaos aqui y escondeos, tomad posiciones separadas y estratégicas, y si os necesito os avisaré. No hagáis nada que no os ordene. Si os descubren y os plantan batalla cread algo de tumulto y escapad.
No admití réplica alguna, y eché a andar mientras se ocultaban y tomaban sus puestos. Llevabamos todos el uniforme distintivo, aquel que para los que tuvieran memoria, aun recordaba algo, aun decía algo....: apartaos de nuestro camino. Salí del parque aquel y llegué a pie hasta Buckingham, mirando a las malditas moles de hierro en la lejania, que no me hicieron nada. La ultima vez que vi una de aquellas...acabé con mis huesos en una celda, perdiendo mi protesis, mi magia y casi mi cordura. Miré mi reloj de bolsillo y esperé afuera. Estuviera pasando lo que estuviera pasando alli adentro, no pensaba arriesgarme.
Ares Kylee
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- No sabemos de el desde hace un par de dias, Lyran, pense que esatria aqui en la reunion, sera un atolondrado pero jamas deja asuntos serios sin atender, lo cual me da muy mala espina.
Cruce los brazos y baje la cabeza un poco en señal de preocupacion quedandome pensativo un rato. Despues de todo los ojos acusadores empezaban a recaer en mi, sobretodo de la paranoica de Juliet. Internamente resople, antaño la gente era mas facil de mentirle, cuantas comidas gratis no habre conseguido asi años atras, aunque tampoco la conocia lo suficiente como para saber si su perspicacia hacia mi tapadera era por una mala interpretacion mia o ella tambien era experta en tapaderas y descubrirlas. Las negociaciones no iban a ningun lugar, todos expusieron sus puntos de vista sobre el reparto del mapa y los asuntos magicos. Me levante de la mesa con disposicion de largarme de alli, no tenia mas paciencia para aguantar tonterias, pero bastantes ojos me persiguen inquisitivamente.
- Sera mejor hacer otra reunion y que este presente mas gente y sobre todo lideres si queremos llegar a algun lugar, los autografos los dejamos para cuando este todo mas equilibrado y a gusto de todos. Por mi parte voy a buscar a Lykaios y hablar con los de la Brigada a ver si alguien sabe algo mas sobre el, si hay alguna boticia, les dire que os la comunique.
Me dirigi a la puerta y sali por ella, no iba a esperar al resto. Cerca de la salida, un guardia me devolvio el arco y le acerque la mano pidiendole que me pusiera el sello de la discoteca para volver a entrar bromeando, pero el guardia me puso cara de pocos amigos. Resople y sali de alli en direccion los campos de concentracion a hacer una breve visita.
Cruce los brazos y baje la cabeza un poco en señal de preocupacion quedandome pensativo un rato. Despues de todo los ojos acusadores empezaban a recaer en mi, sobretodo de la paranoica de Juliet. Internamente resople, antaño la gente era mas facil de mentirle, cuantas comidas gratis no habre conseguido asi años atras, aunque tampoco la conocia lo suficiente como para saber si su perspicacia hacia mi tapadera era por una mala interpretacion mia o ella tambien era experta en tapaderas y descubrirlas. Las negociaciones no iban a ningun lugar, todos expusieron sus puntos de vista sobre el reparto del mapa y los asuntos magicos. Me levante de la mesa con disposicion de largarme de alli, no tenia mas paciencia para aguantar tonterias, pero bastantes ojos me persiguen inquisitivamente.
- Sera mejor hacer otra reunion y que este presente mas gente y sobre todo lideres si queremos llegar a algun lugar, los autografos los dejamos para cuando este todo mas equilibrado y a gusto de todos. Por mi parte voy a buscar a Lykaios y hablar con los de la Brigada a ver si alguien sabe algo mas sobre el, si hay alguna boticia, les dire que os la comunique.
Me dirigi a la puerta y sali por ella, no iba a esperar al resto. Cerca de la salida, un guardia me devolvio el arco y le acerque la mano pidiendole que me pusiera el sello de la discoteca para volver a entrar bromeando, pero el guardia me puso cara de pocos amigos. Resople y sali de alli en direccion los campos de concentracion a hacer una breve visita.
Dejadme que os haga un lay out de como estaban saliendo las cosas.....: mal, por supuesto que mal. Los seres magicos, pese a nuestras amenazas e insinuaciones, no cedian ni un milimetro de territorio para el pacto. Ni Rosse, ni Lyran, ni Reiv, Juliet o Thranduil...y Ares claro , seguia en su papel , uno que interpretaba bastante bien a decir verdad. Me pregunté entonces en una especie de flashazo muy breve cuan roto podia estar alguien para hacer tanto por un "supuesto" padre, a aceptar una verdad tan rapidamente. Ese breve pensamiento me duró menos de medio segundo.
Miré nerviosito la ortopedica mano de Rosse, si, me ponia nervioso esa protesis.
-Londres ya es zona humana, Rosse. No hay viviendas de magos ahi....este territorio ya es nuestro. Vosotros ocupais el extrarradio. Os cuesta menos moveros.
Sentencié a la mujer con una impecable y paciente sonrisa. Los habria , no se, que se yo, drogado a todos ahi para que hicieran lo que yo queria. El elfo hablo y ojala no lo hubiese hecho porque casi me mata de sopor. Le habria contestado "no se de que estas hablando, rubio, puedes meterte tus tengwar por donde te quepan" pero eso solo habria supuesto un inutil gasto de energia. Juliet sospechaba mucho, demasiado, pero en verdad no tenia pruebas ningunas contra Ares, y yo lo unico que tenia que hacer era poner cara de no tener ni puta idea y mirarla como si fuese una maldita paranoica, en plan Andreas indignado, me hieres el corazoncito de muggle.
-Ah! Eres tu la que no se ha enterado, señorita Irina. En Italia, los magos firmaron un acuerdo de paz con los humanos, hace no mucho. Este acuerdo está bajo grandes sospechas porque como sabemos todos, hasta entonces, el ministerio humano de Italia habia sido de los mas radicales, incluyendo combates en los Coliseos como hace milenios se hiciese. Por eso esa paz repentina no termina de convencer a la mayoria....es una paz falsa y se dice que los dirigentes politicos italianos están bajo el influjo de algun hechizo o treta magica. Si me permitis la opinion, esa paz falsa no durará mucho.
"dirás que los coliseos son crueles y carnicerias, y es verdad, pero al menos son mas justos, porque son verdad, y los luchadores son conscientes de su suerte y pueden defenderse. No son boniatos mentales!!"
-La creativa pareces tu, que menudos cuentos te estas montando por estar tan nerviosa. No hace falta sudar tanto, no vamos a matar a nadie.
Y mas nos y nos y nos...y por favor danos una prorroga. Miré a Eamon indicandole con la mirada en plan: "hasta aqui hemos llegado". Ares se fue, yo me puse en pie con cara seria.
-Entonces creo que esto da por concluida la reunion, sin haber llegado a acuerdo. Nada para nadie. Lamentable. Sin embargo y ya que se aproximan fechas...navideñas...propongo una tregua sin mas condiciones que la paz durante estas fechas. El pueblo, tanto el magico como el no mágico, necesitan descansar.
Miré nerviosito la ortopedica mano de Rosse, si, me ponia nervioso esa protesis.
-Londres ya es zona humana, Rosse. No hay viviendas de magos ahi....este territorio ya es nuestro. Vosotros ocupais el extrarradio. Os cuesta menos moveros.
Sentencié a la mujer con una impecable y paciente sonrisa. Los habria , no se, que se yo, drogado a todos ahi para que hicieran lo que yo queria. El elfo hablo y ojala no lo hubiese hecho porque casi me mata de sopor. Le habria contestado "no se de que estas hablando, rubio, puedes meterte tus tengwar por donde te quepan" pero eso solo habria supuesto un inutil gasto de energia. Juliet sospechaba mucho, demasiado, pero en verdad no tenia pruebas ningunas contra Ares, y yo lo unico que tenia que hacer era poner cara de no tener ni puta idea y mirarla como si fuese una maldita paranoica, en plan Andreas indignado, me hieres el corazoncito de muggle.
-Ah! Eres tu la que no se ha enterado, señorita Irina. En Italia, los magos firmaron un acuerdo de paz con los humanos, hace no mucho. Este acuerdo está bajo grandes sospechas porque como sabemos todos, hasta entonces, el ministerio humano de Italia habia sido de los mas radicales, incluyendo combates en los Coliseos como hace milenios se hiciese. Por eso esa paz repentina no termina de convencer a la mayoria....es una paz falsa y se dice que los dirigentes politicos italianos están bajo el influjo de algun hechizo o treta magica. Si me permitis la opinion, esa paz falsa no durará mucho.
"dirás que los coliseos son crueles y carnicerias, y es verdad, pero al menos son mas justos, porque son verdad, y los luchadores son conscientes de su suerte y pueden defenderse. No son boniatos mentales!!"
-La creativa pareces tu, que menudos cuentos te estas montando por estar tan nerviosa. No hace falta sudar tanto, no vamos a matar a nadie.
Y mas nos y nos y nos...y por favor danos una prorroga. Miré a Eamon indicandole con la mirada en plan: "hasta aqui hemos llegado". Ares se fue, yo me puse en pie con cara seria.
-Entonces creo que esto da por concluida la reunion, sin haber llegado a acuerdo. Nada para nadie. Lamentable. Sin embargo y ya que se aproximan fechas...navideñas...propongo una tregua sin mas condiciones que la paz durante estas fechas. El pueblo, tanto el magico como el no mágico, necesitan descansar.
Éamon O'Connell
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Mi indignación va en aumento tras ver como uno por uno van rechazando el acuerdo propuesto. Todo son trabas, pues no quieren ni mudarse de sitio ni admiten que nos mantengamos a salvo o tengamos lugares para tener a los delincuentes que nos ataquen. - Eso es lo que queréis, entonces. Impunidad para seguir atacando como lo hacéis. - hago un gesto negativo con la cabeza, haciendo un sonido de decepción. El único que no se ha mostrado en contra es Ares, sólo ha propuesto posponer la reunión, pero sin poner tantos inconvenientes como los otros. Reiv apela a nuestra buena voluntad para darles la cura, a lo que respondo con una falsa sonrisa. - Tú mismo lo has dicho, no hay pacto, y eso entraba en el pacto. - no vamos a darles algo a cambio de nada, que es lo que pretenden. Al menos Andreas y Ares han hecho bien su papel fingiendo que no están compinchados, pero la chica pelirroja no deja de hacer preguntas y sospechar.
- No le ha gustado mi oferta de ser embajadora de paz, por lo que veo. Lástima...es una lástima que sólo haya esfuerzos por parte de la Alianza. En cuanto a la señorita Kenway...discrepo fuertemente. No es cierto que no estemos haciendo nada. Hemos convocado esta reunión para negociar, pero si no se tiene la más mínima intención, se viene con exigencias y se desdeñan los intentos de conversación no llegaremos a ningún sitio. Tenía la esperanza de conseguir algo con esta reunión, pero ya veo que me equivocaba. Respecto a lo que dice Thranduil...- voy pasando mi mirada de uno a otro conforme hablo, dando alguna calada ocasional. Me esfuerzo por mantener las formas, aunque con lo irritantes que son me cuesta.
- No vamos a robaros nada. Sólo queremos conocer aquello que tratáis como secreto, aunque no tengamos magia sí podemos manipular artefactos, o usar pociones. Y en cuanto a lo de la inmortalidad...permíteme decirte que me han contado cosas de lo que vosotros llamáis "piedra filosofal", así que no os hagáis los ingenuos-. el peliazul, el Knox, se dirige a mi apelando a mi nacionalidad. Supongo que lo ha sabido por el típico nombre y apellido. Dejo escapar una risa irónica antes su pregunta de cómo me siento con esto, pues me parece absurda. - No apeles ahora al sentimiento nacionalista irlandés ni nada de eso, porque está desfasado. Estamos en un siglo en el que deberíamos comenzar a obviar las estupideces de las fronteras, y repartir el terreno como más convenga al bien común, que es lo que todos deseamos. Ah, y más le vale que eso de los dementores no sea una amenaza, porque a las amenazas sabemos jugar todos, señor Knox. - largo un suspiro de hastío al escuchar que todos quieren otra reunión, o simplemente dar largas sin decir la verdad. Que da igual lo que digamos porque nunca aceptarán algo que no les dejé como los mejor posicionados. Deberían alegrarse de que no los hemos matado a todos aquí, y, aunque todavía estamos a tiempo, más vale que se confíen.
- Pues nada, tregua navideña como dice Wilhelm y después...ya se verá. - me pongo en pie, dando la reunión por terminada. Hago un gesto a Andreas para indicar a qué despacho del palacio iré, aunque me detengo en la puerta antes de salir. - Suerte solucionado lo de vuestra epidemia. Y pensad en la oportunidad perdida hoy...- los miro con condescendencia antes de salir de allí, perdiéndome por uno de los pasillos.
- No le ha gustado mi oferta de ser embajadora de paz, por lo que veo. Lástima...es una lástima que sólo haya esfuerzos por parte de la Alianza. En cuanto a la señorita Kenway...discrepo fuertemente. No es cierto que no estemos haciendo nada. Hemos convocado esta reunión para negociar, pero si no se tiene la más mínima intención, se viene con exigencias y se desdeñan los intentos de conversación no llegaremos a ningún sitio. Tenía la esperanza de conseguir algo con esta reunión, pero ya veo que me equivocaba. Respecto a lo que dice Thranduil...- voy pasando mi mirada de uno a otro conforme hablo, dando alguna calada ocasional. Me esfuerzo por mantener las formas, aunque con lo irritantes que son me cuesta.
- No vamos a robaros nada. Sólo queremos conocer aquello que tratáis como secreto, aunque no tengamos magia sí podemos manipular artefactos, o usar pociones. Y en cuanto a lo de la inmortalidad...permíteme decirte que me han contado cosas de lo que vosotros llamáis "piedra filosofal", así que no os hagáis los ingenuos-. el peliazul, el Knox, se dirige a mi apelando a mi nacionalidad. Supongo que lo ha sabido por el típico nombre y apellido. Dejo escapar una risa irónica antes su pregunta de cómo me siento con esto, pues me parece absurda. - No apeles ahora al sentimiento nacionalista irlandés ni nada de eso, porque está desfasado. Estamos en un siglo en el que deberíamos comenzar a obviar las estupideces de las fronteras, y repartir el terreno como más convenga al bien común, que es lo que todos deseamos. Ah, y más le vale que eso de los dementores no sea una amenaza, porque a las amenazas sabemos jugar todos, señor Knox. - largo un suspiro de hastío al escuchar que todos quieren otra reunión, o simplemente dar largas sin decir la verdad. Que da igual lo que digamos porque nunca aceptarán algo que no les dejé como los mejor posicionados. Deberían alegrarse de que no los hemos matado a todos aquí, y, aunque todavía estamos a tiempo, más vale que se confíen.
- Pues nada, tregua navideña como dice Wilhelm y después...ya se verá. - me pongo en pie, dando la reunión por terminada. Hago un gesto a Andreas para indicar a qué despacho del palacio iré, aunque me detengo en la puerta antes de salir. - Suerte solucionado lo de vuestra epidemia. Y pensad en la oportunidad perdida hoy...- los miro con condescendencia antes de salir de allí, perdiéndome por uno de los pasillos.
Rosse Kenway
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Ocupación
Bando
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Edad
Nacionalidad
Negué con la cabeza ante lo que dice Andreas de que Londres solo estaba siendo ocupara por humanos, ya que en las mesas de poker había conocido a algunos magos que se habían colado y ocultado ahí, hasta ella misma lo había hecho aunque al ser humana pasaba completamente desapercibida. Ver la sonrisa de Andreas solo me dio ganas de meter mi prótesis en su boca y arrancarle los dientes de un tirón. Abrí y cerré mi mano ortopédica para calmar mis ganas de tirarme sobre aquellos dos y golpearlos hasta matarlos, dándole una larga calada a mi cigarro volviendo a largar el humo por la nariz, como acostumbraba hacer cuando debía mantener la calma en una jugada de poker.
Mire al elfo sin entender ni una palabra de lo que decía, aunque lo que llegue a entender tardaban unos 200 años en llegar a comprender lo que imaginaba que era un idioma. Alterne mi vista entre todos los presentes a medida de que hablaban.
-Si, tienes razón, convocar una maldita reunión ofreciendo cosas de mierda que no ayudan para nada a los mágico y sin un mínimo esfuerzo por modificar las cosas por al menos una mínima parte de nuestras peticiones es demasiado trabajo para ustedes, sobre todo porque ademas de eso seguro tienen que intentar sobrevivir en sus lujosas casas, comiendo lo que les cocinan sus empleados y poner el culo en una silla para escupir mierda.
Apreté mi mano metálica fuertemente dejando escuchar el chillido que hacia el fuerte roce de los metales con una sonrisa en los labios y el ceño fruncido, con la pequeña parte que aun quedaba del humeante cigarro en mi mano real. Dije mientras me levantaba de la silla con el puño metálico sobre la mesa. Podía no ser la mejor manera de hablar con alguien que podía matarnos a todos, pero poco me importaba, todos los que estaban del lado mágico ahí eran desconocidos y me importaban mierda, y las cicatrices de mi única muñeca demostraba que poco importaba lo que me pasara a mi.
Al menos se había arreglado paz en las fechas navideñas...Aunque el mundo estaba como la mierda y todos morían aun así seguían festejando navidad y año nuevo como si todo fuera paz y felicidad.
''Que idiotez''
Con el mal genio con el que había quedado quería mandar a la mierda a esos dos alianzosos, pero era suficiente con lo que ya les había dicho hasta ahora. Camine hacia la puerta, mis pasos resonaban por todo el salón para mirar al moribundo que aun seguía por la ventana, Lyran, si no me equivoco.
-Hora de largarnos viejo...Y por lo que escuche de la enfermedad esa, sumado con tu estado y la forma en que te alejaste de los mágicos se me hace con que también la tienes tu...¿Tan contagiosa es?
Aunque poco me importaba la muerte o las enfermedades de los demás me daba curiosidad y quería saber de que se trataba, por lo que me acerque un poco al peliazul dándole la ultima calada a mi cigarrillo para tirarlo al piso, del pulcro salón, pisando las brasas de aquel pequeño filtro de tabaco.
Mire al elfo sin entender ni una palabra de lo que decía, aunque lo que llegue a entender tardaban unos 200 años en llegar a comprender lo que imaginaba que era un idioma. Alterne mi vista entre todos los presentes a medida de que hablaban.
-Si, tienes razón, convocar una maldita reunión ofreciendo cosas de mierda que no ayudan para nada a los mágico y sin un mínimo esfuerzo por modificar las cosas por al menos una mínima parte de nuestras peticiones es demasiado trabajo para ustedes, sobre todo porque ademas de eso seguro tienen que intentar sobrevivir en sus lujosas casas, comiendo lo que les cocinan sus empleados y poner el culo en una silla para escupir mierda.
Apreté mi mano metálica fuertemente dejando escuchar el chillido que hacia el fuerte roce de los metales con una sonrisa en los labios y el ceño fruncido, con la pequeña parte que aun quedaba del humeante cigarro en mi mano real. Dije mientras me levantaba de la silla con el puño metálico sobre la mesa. Podía no ser la mejor manera de hablar con alguien que podía matarnos a todos, pero poco me importaba, todos los que estaban del lado mágico ahí eran desconocidos y me importaban mierda, y las cicatrices de mi única muñeca demostraba que poco importaba lo que me pasara a mi.
Al menos se había arreglado paz en las fechas navideñas...Aunque el mundo estaba como la mierda y todos morían aun así seguían festejando navidad y año nuevo como si todo fuera paz y felicidad.
''Que idiotez''
Con el mal genio con el que había quedado quería mandar a la mierda a esos dos alianzosos, pero era suficiente con lo que ya les había dicho hasta ahora. Camine hacia la puerta, mis pasos resonaban por todo el salón para mirar al moribundo que aun seguía por la ventana, Lyran, si no me equivoco.
-Hora de largarnos viejo...Y por lo que escuche de la enfermedad esa, sumado con tu estado y la forma en que te alejaste de los mágicos se me hace con que también la tienes tu...¿Tan contagiosa es?
Aunque poco me importaba la muerte o las enfermedades de los demás me daba curiosidad y quería saber de que se trataba, por lo que me acerque un poco al peliazul dándole la ultima calada a mi cigarrillo para tirarlo al piso, del pulcro salón, pisando las brasas de aquel pequeño filtro de tabaco.
La insistencia en de todos por Lykaios le hacía dudar con mayor fuerza. Quizás porque tenía algo que ver con Ares y no confiaba en absoluto en él, a pesar de que la Alianza se desviviera en aparentar otra cosa, tampoco confiaba en ellos de cualquier modo. Y aunque no lo conocía, tenía la sensación de que podía estar en peligro si Ares le encontraba.
Realmente había dicho todo lo que tenía que decir, por lo que se mantuvo sentada con las manos sobre el regazo. El comentario de Reiv le hizo echarle una miradilla de complicidad, aunque se sentía exhausta por lo que había hecho. Enfrentarse a la Alianza con palabras era algo que prefería no hacer. Los puños eran más efectivos para sacar a la luz las mentiras.- Me molesta mucho que me mientan. Más aún que me subestimen.- Susurró para Reiv, pues sabía que, de alguna manera, todo lo que aclamaban no podía ser verdad. Era absurdo. Dejó que Andreas siguiera intentando mentirle en la cara. De cualquier modo, con todos yéndose del lugar, nada más quedaba ahí por hacer. Podía dejar de gastar energías en dialogar y convencerles de que el trato era una basura... aunque todos se habían dado cuenta en seguida de eso. Le gustó eso de "creativa". Tuvo la ocasión de responderle aquel adjetivo con una sonrisa ladina, de puro gusto.
Con l misma sonrisa en labios, asintió a Éamon.- Es correcto, una que solo busca sobrevivir a toda costa no es suficientemente pacífica para ese tipo de negociaciones, sobre todo bajo condiciones adversas... No se molesten, me mostraré la salida yo misma...- Le guiñó un ojo a Éamon. Ahora que por fin estaban yéndose todos. Se levantó con gracia y la felicidad que no había experimentado en las últimas horas. A pesar de que quería hablar con Thranduil, aquel lugar podía no ser el momento adecuado. Tomó la mano de Reiv, que se encontraba en la puerta, y se detuvo un segundo. Miró hacia atrás, soplando suavemente mientras la habitación comenzaba a congelarse desde las paredes hacia el centro, incluido el techo. Dejando un muñeco de nieve enorme encima de la mesa, con la esperanza de que se derritiera y les arruinara la caoba, les sonrió y se despidió.- Feliz navidad.- Y antes de que la mataran o algo, tiró de Reiv, saliendo de la barricada sin problema alguno, por fin pudiendo respirar con facilidad una vez que estuvieron afuera.
Tras recoger sus cosas del suelo del parque donde lo habían dejado todo, incluidos los huevos de dragón, le tomó la mano de nuevo para salir de allí, a modo de mago.
Realmente había dicho todo lo que tenía que decir, por lo que se mantuvo sentada con las manos sobre el regazo. El comentario de Reiv le hizo echarle una miradilla de complicidad, aunque se sentía exhausta por lo que había hecho. Enfrentarse a la Alianza con palabras era algo que prefería no hacer. Los puños eran más efectivos para sacar a la luz las mentiras.- Me molesta mucho que me mientan. Más aún que me subestimen.- Susurró para Reiv, pues sabía que, de alguna manera, todo lo que aclamaban no podía ser verdad. Era absurdo. Dejó que Andreas siguiera intentando mentirle en la cara. De cualquier modo, con todos yéndose del lugar, nada más quedaba ahí por hacer. Podía dejar de gastar energías en dialogar y convencerles de que el trato era una basura... aunque todos se habían dado cuenta en seguida de eso. Le gustó eso de "creativa". Tuvo la ocasión de responderle aquel adjetivo con una sonrisa ladina, de puro gusto.
Con l misma sonrisa en labios, asintió a Éamon.- Es correcto, una que solo busca sobrevivir a toda costa no es suficientemente pacífica para ese tipo de negociaciones, sobre todo bajo condiciones adversas... No se molesten, me mostraré la salida yo misma...- Le guiñó un ojo a Éamon. Ahora que por fin estaban yéndose todos. Se levantó con gracia y la felicidad que no había experimentado en las últimas horas. A pesar de que quería hablar con Thranduil, aquel lugar podía no ser el momento adecuado. Tomó la mano de Reiv, que se encontraba en la puerta, y se detuvo un segundo. Miró hacia atrás, soplando suavemente mientras la habitación comenzaba a congelarse desde las paredes hacia el centro, incluido el techo. Dejando un muñeco de nieve enorme encima de la mesa, con la esperanza de que se derritiera y les arruinara la caoba, les sonrió y se despidió.- Feliz navidad.- Y antes de que la mataran o algo, tiró de Reiv, saliendo de la barricada sin problema alguno, por fin pudiendo respirar con facilidad una vez que estuvieron afuera.
Tras recoger sus cosas del suelo del parque donde lo habían dejado todo, incluidos los huevos de dragón, le tomó la mano de nuevo para salir de allí, a modo de mago.
Aunque había guardado silencio la mayor parte de la reunión, el resto de los presentes hizo también sus amanes de no decidir por todos, incluso al que tachaban de traidor. Las reacciones de todos ante lo propuesto eran de lo ma´s interesantes, sobre todo la de Irina, que reaccionaba con tanta alevosía al escuchar hablar de Italia. Anoté su nombre de nuevo, con un 'Italia' al lado. Era muy probable que fuera ella, sobre todo porque se parecía mucho a la que debería ser su madre. Con esas caderas y... erm... Si.
No tardé mucho en escuchar el mensaje de Lyran para mi. Asentí suavemente, casi como quien piensa para sus adentros, en vez de enviarle una confirmación a su cabeza. Trataba de invadir lo menos posible. Era curioso saber cómo había sabido de mi poder especial. Sobre todo porque, si fuera un mentalista él mismo, podría enviarme el mensaje en vez de hacerme leer su mente de nuevo. La otra posibilidad era que él mismo estuviera contagiado. Uno a uno, se fueron levantando de la mesa. Hice lo mismo cuando Rosse abandonó la posición para acercarse a Lyran. Me acercaría también, aunque de lejos, por si acaso la tos de antes no era exactamente por el cigarro. Ella también parecía dudar de la salud de Lyran, tal como se lo hizo saber.
Me acerqué sigiloso, observando al peliazul detrás de la chica, Rosse, con una relajada expresión.- Habría que irnos de aquí. Aunque aún estoy curioso de cómo supiste que yo...- Dejo la expresión a medias, era mejor que Rosse no lo supiera, porque después las cosas se tornaban extrañas. De repente, las paredes comenzaron a ponerse bastante heladas, y era claro que el momento de irse había llegado. Aunque no hubo ocasión de hablar con la chica.
Caminé hacia la salida, cruzando el perímetro de seguridad sin demasiadas dificultades. Solo quedaba irse caminando y buscar un lugar seguro donde estudiar el trato con tranquilidad.
No tardé mucho en escuchar el mensaje de Lyran para mi. Asentí suavemente, casi como quien piensa para sus adentros, en vez de enviarle una confirmación a su cabeza. Trataba de invadir lo menos posible. Era curioso saber cómo había sabido de mi poder especial. Sobre todo porque, si fuera un mentalista él mismo, podría enviarme el mensaje en vez de hacerme leer su mente de nuevo. La otra posibilidad era que él mismo estuviera contagiado. Uno a uno, se fueron levantando de la mesa. Hice lo mismo cuando Rosse abandonó la posición para acercarse a Lyran. Me acercaría también, aunque de lejos, por si acaso la tos de antes no era exactamente por el cigarro. Ella también parecía dudar de la salud de Lyran, tal como se lo hizo saber.
Me acerqué sigiloso, observando al peliazul detrás de la chica, Rosse, con una relajada expresión.- Habría que irnos de aquí. Aunque aún estoy curioso de cómo supiste que yo...- Dejo la expresión a medias, era mejor que Rosse no lo supiera, porque después las cosas se tornaban extrañas. De repente, las paredes comenzaron a ponerse bastante heladas, y era claro que el momento de irse había llegado. Aunque no hubo ocasión de hablar con la chica.
Caminé hacia la salida, cruzando el perímetro de seguridad sin demasiadas dificultades. Solo quedaba irse caminando y buscar un lugar seguro donde estudiar el trato con tranquilidad.
120 PS
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Suspiré por las respuestas de Ares y Reiv, ninguno sabia donde se hallaba mi primo. A saber .Solo me quedaba confiar en que estuviese sabiendo cuidar de si mismo, como siempre. Andreas y Eamon parecian querer dar por concluido esto.
-No, no queremos impunidad para atacar. Si no jurisdicción para castigar los crimenes de origen mágico. Es decir....volver a formar el Ministerio de Magia y operar en coordinacion con vuestros Ministerios. No es tan dificil de concebir, señores....
Asi que no habia pacto. Ni remedio, por supuesto. Reiv habia sido un tanto ingenuo al sugerir que nos la diesen, era obvio lo que iban a responder. La piedra filosofal? Afilado tema.
-A eso me refería, Eamon. Sólo se conoce una piedra filosofal desde hace años, y fue utilizada por un mago oscuro para intentar volver a la vida. Estan prohibidas en el mundo mágico que yo conocí, y se penan con la cárcel. Y tu...has insinuado querer usar una. Entiendes ahora por qué he dicho que necesitaremos jurisdicción para juzgar a los nuestros? -expliqué con calma, sin miedo a hablar de más o de menos. Estaba aguantando el tipo perfectamente pese a que me estaba subiendo la fiebre.
-Supongo que me dejé llevar. - respondí por aquello de apelar al sentimiento nacional. -Uhm, no, en absoluto era una amenaza. Son criaturas a las que les gusta dar besos, nada mas.
Pero Eamon se levantó, y dijo que ya veriamos qué hacer pasadas las navidades. Me apoyé contra la pared y me crucé de brazos, bastante abatido....no podia dejar de pensar en la oportunidad perdida como bien habian dicho. Aunque bien sabiamos todos que nos lo habian puesto muy dificil para aceptar. Habia apagado el cigarro para cuando Rosse se acercó a mi y me llamó viejo, a lo que la miré con cara de sorpresa
-Bastante....de hecho no deberias acercarte a mi, no es cuestion de que todos acabemos igual.
Observé de reojo la salida de Juliet, congelando la habitacion y dejando un muñeco de nieve antes de largarse. Resoplé y cansado, pasé una mano p or mi cansados ojos.
"esas son precisamente el tipo de cosas que no ayudan...."
Thranduil y nosotros dos eramos los tres ultimos que quedaban. El elfo se acercó a nosotros, preguntando....me di un toque con el indice en la sien para responderle.
-Oclumente. Puedo ocultar pero no leo. Eso sí, noto cuando leen....aunque ahora ya...lo dudo...
Me despedí del elfo diciendole que esperaba que nos lo volviesemos a encontrar bajo mejores circunstancias....decidí que debia ir a ver a Johan, y tratar de hablar con todos los Renegados posibles sobre esta reunion y lo que nos habian propuesto. Miré a Rosse, que era la unica que se habia acercado a mi y parecia que quisiera acompañarme.
-Hora de irse.
Me aparté de la pared, y comencé a andar rumbo hacia la salida.
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Suspiré por las respuestas de Ares y Reiv, ninguno sabia donde se hallaba mi primo. A saber .Solo me quedaba confiar en que estuviese sabiendo cuidar de si mismo, como siempre. Andreas y Eamon parecian querer dar por concluido esto.
-No, no queremos impunidad para atacar. Si no jurisdicción para castigar los crimenes de origen mágico. Es decir....volver a formar el Ministerio de Magia y operar en coordinacion con vuestros Ministerios. No es tan dificil de concebir, señores....
Asi que no habia pacto. Ni remedio, por supuesto. Reiv habia sido un tanto ingenuo al sugerir que nos la diesen, era obvio lo que iban a responder. La piedra filosofal? Afilado tema.
-A eso me refería, Eamon. Sólo se conoce una piedra filosofal desde hace años, y fue utilizada por un mago oscuro para intentar volver a la vida. Estan prohibidas en el mundo mágico que yo conocí, y se penan con la cárcel. Y tu...has insinuado querer usar una. Entiendes ahora por qué he dicho que necesitaremos jurisdicción para juzgar a los nuestros? -expliqué con calma, sin miedo a hablar de más o de menos. Estaba aguantando el tipo perfectamente pese a que me estaba subiendo la fiebre.
-Supongo que me dejé llevar. - respondí por aquello de apelar al sentimiento nacional. -Uhm, no, en absoluto era una amenaza. Son criaturas a las que les gusta dar besos, nada mas.
Pero Eamon se levantó, y dijo que ya veriamos qué hacer pasadas las navidades. Me apoyé contra la pared y me crucé de brazos, bastante abatido....no podia dejar de pensar en la oportunidad perdida como bien habian dicho. Aunque bien sabiamos todos que nos lo habian puesto muy dificil para aceptar. Habia apagado el cigarro para cuando Rosse se acercó a mi y me llamó viejo, a lo que la miré con cara de sorpresa
-Bastante....de hecho no deberias acercarte a mi, no es cuestion de que todos acabemos igual.
Observé de reojo la salida de Juliet, congelando la habitacion y dejando un muñeco de nieve antes de largarse. Resoplé y cansado, pasé una mano p or mi cansados ojos.
"esas son precisamente el tipo de cosas que no ayudan...."
Thranduil y nosotros dos eramos los tres ultimos que quedaban. El elfo se acercó a nosotros, preguntando....me di un toque con el indice en la sien para responderle.
-Oclumente. Puedo ocultar pero no leo. Eso sí, noto cuando leen....aunque ahora ya...lo dudo...
Me despedí del elfo diciendole que esperaba que nos lo volviesemos a encontrar bajo mejores circunstancias....decidí que debia ir a ver a Johan, y tratar de hablar con todos los Renegados posibles sobre esta reunion y lo que nos habian propuesto. Miré a Rosse, que era la unica que se habia acercado a mi y parecia que quisiera acompañarme.
-Hora de irse.
Me aparté de la pared, y comencé a andar rumbo hacia la salida.
Rosse Kenway
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Nacionalidad
Me sobresalte un poco al escuchar hablar al elfo detrás mio girándome un poco para mirarlo alzando una ceja al ver que no termina de decir lo que estaba diciendo. Lance un suspiro y le acerque al peliazul colocando mi única mano en su hombro.
-Si pudiera contagiarme había salido cagando leches de aquí... Soy humana, una no mágica o como sean que ustedes nos llamen...Y por lo que se ese virus solo los afecta a ustedes.
Me encogí de hombros para sonreír de lado al ver el muñeco de nieve que había dejado la pelirroja antes de irse. Fruncí el ceño al escuchar hablar a Lyran sobre algo de leer mente por lo que rápidamente pose mi vista sobre el elfo.
''Esto si que es nuevo''
Le hice un gesto con la mano al rubio como un salido militar para despedirme de él y seguir al viejo.
-Deje mi vehículo a unos veinte minutos de aquí... Dudo que puedas desaparecerte asique puedo llevarte si quieres.
Dije tranquilamente caminando junto al mago, abriendo y cerrando la mano metálica viendo algunos tornillos de mi prótesis que debería aceitar luego ya que comenzaba a sentir que los movimientos eran algo ásperos. Luego desarmaría una parte para ver cual era el problema, habían muchos autos abandonados por lo que seria fácil encontrar algunos repuestos.
-Si pudiera contagiarme había salido cagando leches de aquí... Soy humana, una no mágica o como sean que ustedes nos llamen...Y por lo que se ese virus solo los afecta a ustedes.
Me encogí de hombros para sonreír de lado al ver el muñeco de nieve que había dejado la pelirroja antes de irse. Fruncí el ceño al escuchar hablar a Lyran sobre algo de leer mente por lo que rápidamente pose mi vista sobre el elfo.
''Esto si que es nuevo''
Le hice un gesto con la mano al rubio como un salido militar para despedirme de él y seguir al viejo.
-Deje mi vehículo a unos veinte minutos de aquí... Dudo que puedas desaparecerte asique puedo llevarte si quieres.
Dije tranquilamente caminando junto al mago, abriendo y cerrando la mano metálica viendo algunos tornillos de mi prótesis que debería aceitar luego ya que comenzaba a sentir que los movimientos eran algo ásperos. Luego desarmaría una parte para ver cual era el problema, habían muchos autos abandonados por lo que seria fácil encontrar algunos repuestos.
Lo normal hubiese sido desaparecernos juntos desde Ouroboros hasta aquí, pero en esta ocasión hemos salido cada uno por nuestro lado, a pesar de tener el mismo lugar de destino. Yo aparezco a escasos metros de la verja metálica por la que se accede a la entrada principal del palacio, custodiada por soldados. Los centinelas se encuentran también custodiando el lugar, aunque algo más alejados, como si estuviesen de vigilantes en caso de ser necesarios. Catherine se ha aparecido más o menos donde yo, a unos 4 o 5 metros de donde yo estoy. Decido acercarme a ella para iniciar la conversación, nos toca comunicarnos si queremos que esto salga bien. Como si fuesen simples negocios, con la diferencia de que no lo son, es algo muy serio.
- Supongo que todavía siguen dentro reunidos, los guardias siguen aquí. Tampoco parece que se hayan peleado o se estén peleando, aunque no sabemos si hay alguna trampa dentro. Si nos están engañando podrás leer la mente de los tipos de la reunión para saberlo, ¿no?
Sé que no le gusta eso de meterse sin permiso en las cabezas de otros, pero la situación lo requiere. Nos acercamos ambos a la puerta, tras haberle dicho esto en voz baja para no ser escuchados por los guardias. Pedimos que nos dejen pasar a la reunión, así que somos escoltados por éstos, caminando a su lado con bastante desconfianza. Nos conducen por las escaleras y después por un pasillo, hasta que nos encontramos de frente con Lyran y otra mujer que lo acompaña. - ¡Lyran! ¿estás bien? ¿ ya ha acabado la reunión? - miro alrededor, sin ver a nadie más por allí, así que no entiendo casi nada de lo que está pasando. - ¿Qué ha pasado...? Catherine dijo que hacía falta apoyo.
- Supongo que todavía siguen dentro reunidos, los guardias siguen aquí. Tampoco parece que se hayan peleado o se estén peleando, aunque no sabemos si hay alguna trampa dentro. Si nos están engañando podrás leer la mente de los tipos de la reunión para saberlo, ¿no?
Sé que no le gusta eso de meterse sin permiso en las cabezas de otros, pero la situación lo requiere. Nos acercamos ambos a la puerta, tras haberle dicho esto en voz baja para no ser escuchados por los guardias. Pedimos que nos dejen pasar a la reunión, así que somos escoltados por éstos, caminando a su lado con bastante desconfianza. Nos conducen por las escaleras y después por un pasillo, hasta que nos encontramos de frente con Lyran y otra mujer que lo acompaña. - ¡Lyran! ¿estás bien? ¿ ya ha acabado la reunión? - miro alrededor, sin ver a nadie más por allí, así que no entiendo casi nada de lo que está pasando. - ¿Qué ha pasado...? Catherine dijo que hacía falta apoyo.
En el primer momento en el que impiden la aparición donde lo desea le daban la razón a Ian. Empezaban a coaccionar su propia naturaleza. Respiró nuevamente y apareció en otro sitio, cercana a Ian. Esperó a que se acercara a ella mientras mantenía la vista fija en el palacio. Escuchó claramente sus palabras asintiendo sin llegar a decir nada. El que sabía de esas cosas era él. La muchacha sentía que algo le oprimía el pecho y se ahogaba lentamente en un profundo desasosiego por la reacción de Azahar. Todo era mucho más fácil cuando sólo se dedicaba a sus amigos descendientes. Con Ian, con Aza, con Lyran y Anteia todo iba de discutir, chocar y debatir. En el momento en el que pusiera su isla en marcha se iría. Los dejaría a salvo y desaparecería.
-No estoy hecha para seguir convenciones sociales- Mencionó.
La frase podría bien interpretarse para el hecho de aquella reunión aunque el tono dejaba entrever que se trataba de otra cosa. Detenida ahí comprendió porqué Ian se iba, era más fácil que aprender a lidiar con la gente...Porque lo peor era sentir que los habías heridos y ni siquiera saber la razón. Suspiró quedamente cuando empezó a caminar sintiendo el frío morderle la piel al darse cuenta de que en el apuro había dejado la chaqueta arriba. Finalmente, miró a Ian cuando habló de leer las mentes y asintió. Tenía el rostro en una mueca de incomodidad.
-Supongo que ese es mi trabajo-
Del resto estaba bastante consciente de que era inútil. De que sólo servía para ser una víctima fácil ante los centinelas. No había tenido el valor de mirarlos. Por el contrario, había mantenido la vista fija en algún punto del palacio para que ni sus sombras se acercaran a su mente. Las manos que había metido en sus bolsillos en busca de calor se habían crispado al sentir la presencia de semejantes robots. Y aunque Ian arremete con preguntas Catherine sólo se digna a mirar a los ojos de Lyran con una decepción tan fuerte que su rostro, impávido, finalmente muestra una mueca.
-No pasó nada. No funcionó ¿No es así?- Preguntó. Estaba bastante acostumbrada a esa reacción, era una con la que volvía a casa después de cada reunión del consejo. -Lamento la tardanza. Yo sólo… - Abrió la boca para empezar a dar una excusa pero se dio cuenta de la señorita que no conocía y entrecerró los ojos -Matvey- Añadió finalmente, suponiendo que Lyran e Ian comprenderían. Después respiró profundamente y miró a la mujer.
“Convenciones Sociales, allá vamos”
-Soy Catherine, encantada- Extendió la mano de manera amable. No podían decir que no era educada. O eso intentaba. ¿Malhumorada? Sí, pero con modales. Tras saludar se llevó la mano a la sien para masajearsela.
"Rybar, estamos dentro. ¿Dónde estás?"
-No estoy hecha para seguir convenciones sociales- Mencionó.
La frase podría bien interpretarse para el hecho de aquella reunión aunque el tono dejaba entrever que se trataba de otra cosa. Detenida ahí comprendió porqué Ian se iba, era más fácil que aprender a lidiar con la gente...Porque lo peor era sentir que los habías heridos y ni siquiera saber la razón. Suspiró quedamente cuando empezó a caminar sintiendo el frío morderle la piel al darse cuenta de que en el apuro había dejado la chaqueta arriba. Finalmente, miró a Ian cuando habló de leer las mentes y asintió. Tenía el rostro en una mueca de incomodidad.
-Supongo que ese es mi trabajo-
Del resto estaba bastante consciente de que era inútil. De que sólo servía para ser una víctima fácil ante los centinelas. No había tenido el valor de mirarlos. Por el contrario, había mantenido la vista fija en algún punto del palacio para que ni sus sombras se acercaran a su mente. Las manos que había metido en sus bolsillos en busca de calor se habían crispado al sentir la presencia de semejantes robots. Y aunque Ian arremete con preguntas Catherine sólo se digna a mirar a los ojos de Lyran con una decepción tan fuerte que su rostro, impávido, finalmente muestra una mueca.
-No pasó nada. No funcionó ¿No es así?- Preguntó. Estaba bastante acostumbrada a esa reacción, era una con la que volvía a casa después de cada reunión del consejo. -Lamento la tardanza. Yo sólo… - Abrió la boca para empezar a dar una excusa pero se dio cuenta de la señorita que no conocía y entrecerró los ojos -Matvey- Añadió finalmente, suponiendo que Lyran e Ian comprenderían. Después respiró profundamente y miró a la mujer.
“Convenciones Sociales, allá vamos”
-Soy Catherine, encantada- Extendió la mano de manera amable. No podían decir que no era educada. O eso intentaba. ¿Malhumorada? Sí, pero con modales. Tras saludar se llevó la mano a la sien para masajearsela.
"Rybar, estamos dentro. ¿Dónde estás?"
- entiendo... Una suerte entonces... Te agradecería que me llevases a un lugar, Rose...
Dije cansado, pensando en el hospital de sherwood cuya ubicación no diría aquí. La verdad es que iba encontrándome peor cada vez, me costaba sostenerme y sentía un punzante dolor en el pecho a ratos si y a ratos no.
-veinte minutos...? Por Merlín... Espero aguantar andando todo ese tiempo. Por cierto.... Gracias por quedarte. -. me reí un poco, con cierta debilidad, transformando la sonrisa al final en una mueca de dolor.
Caminé al lado de bRosse , aunque nos detuvimos al ver aparecer a los dos jóvenes frente a nosotros.
-Ian... Catherine...No os acerquéis más a mi si no queréis acabar contagiados de spm... Johan y varios más ya han caído por eso. -hice un gesto con mi mano para que se apartaran de mi. - lo del apoyo fue por si esto era una trampa. Ellos tenían a sus centinelas.... Pero al final no fue una trampa. Hemos hablado y...
Me detuve un momento a tomar aire y me apoyé en el hombro de Rosse, ahora me faltaba el habla.
-no te preocupes por el retraso Catherine.... Por dónde....Ah si.... Las exigencias... Eran grandes.. Demasiada para aceptar... Debíamos consultar a más de vosotros antes de aceptar... Pedimos prórroga... Tenemos paz hasta final de Navidades... Luego volvemos a reunirnos si todo va bien...
Me habría gustado seguir hablando pero paraba cada dos por tres y no podía seguir demasiado bien
-aún nos falta un largo camino. -me refería a la paz y un acuerdo decente, pero miré al frente viendo a mi hermana Alhena tras Ian y Cat. Me reí pasándome una mano por la cara.
- estoy empezando a alucinar...Rosse , v...vámonos de aquí. Vosotros también pero por otro lado. Nada de empezar violencia hoy, nosotros no...
Dije cansado, pensando en el hospital de sherwood cuya ubicación no diría aquí. La verdad es que iba encontrándome peor cada vez, me costaba sostenerme y sentía un punzante dolor en el pecho a ratos si y a ratos no.
-veinte minutos...? Por Merlín... Espero aguantar andando todo ese tiempo. Por cierto.... Gracias por quedarte. -. me reí un poco, con cierta debilidad, transformando la sonrisa al final en una mueca de dolor.
Caminé al lado de bRosse , aunque nos detuvimos al ver aparecer a los dos jóvenes frente a nosotros.
-Ian... Catherine...No os acerquéis más a mi si no queréis acabar contagiados de spm... Johan y varios más ya han caído por eso. -hice un gesto con mi mano para que se apartaran de mi. - lo del apoyo fue por si esto era una trampa. Ellos tenían a sus centinelas.... Pero al final no fue una trampa. Hemos hablado y...
Me detuve un momento a tomar aire y me apoyé en el hombro de Rosse, ahora me faltaba el habla.
-no te preocupes por el retraso Catherine.... Por dónde....Ah si.... Las exigencias... Eran grandes.. Demasiada para aceptar... Debíamos consultar a más de vosotros antes de aceptar... Pedimos prórroga... Tenemos paz hasta final de Navidades... Luego volvemos a reunirnos si todo va bien...
Me habría gustado seguir hablando pero paraba cada dos por tres y no podía seguir demasiado bien
-aún nos falta un largo camino. -me refería a la paz y un acuerdo decente, pero miré al frente viendo a mi hermana Alhena tras Ian y Cat. Me reí pasándome una mano por la cara.
- estoy empezando a alucinar...Rosse , v...vámonos de aquí. Vosotros también pero por otro lado. Nada de empezar violencia hoy, nosotros no...
"Concentración, respirar profundamente. Exhalar. Sentir como la sangre fluye por tu cuerpo y se oxigena. Sentir como la energía se acumula en los puntos cercanos a tu cerebro, experimentas un repentino mareo, pero es lo normal, ya tu conciencia no le pertenece a tu cuerpo, ahora estas en sincronía con el Cosmos."
Una habitación vacía y blanca la contiene, ni un sonido penetra aquella pared mientras se encuentra en posición de meditación, suavemente emite un mantra que acompaña la situación. Debe buscar un punto de encuentro para dirigirse solo a ella, sin interrupciones, crea una vía y la protege, para evitar intrusos. Lentamente va sincronizando pensamientos. Primeros, unos susurros sin sentidos, ruido blanco, y luego, su último pensamiento
"¿Dónde estás?"
No desespera, pues no quiere asustarla, no quiere invadirla, simplemente hablar con ella. Poco a poco, piensa en su nombre “Mei” , haciendo que naturalmente la joven Le Fay haga lo mismo. Una vez que el pensamiento es mutuo, se siente con la libertad de hablar
-Catherine, sé que puede que no sea el mejor momento, no te alarmes, solo sigue normalmente con tus cosas. Necesito que nos reunamos las dos, debemos hablar con urgencia. Piensa en un lugar, yo sabré como encontrarte allí. Lamento no haberte contactado antes, prometo responder todas tus preguntas. Espero una respuesta positiva, cuídate y nos vemos luego-
Lentamente apaga su propia voz, se retira de igual manera como entro, cuidadosamente, sin dejar rastros mágicos. Espera con esto, poder tener tiempo para recuperar a quien es su mejor amiga y ayudarla. Algo cambio en ella, es poco perceptible, pero esta alli. Es momento de que la joven Xian haga algo al respecto
Una habitación vacía y blanca la contiene, ni un sonido penetra aquella pared mientras se encuentra en posición de meditación, suavemente emite un mantra que acompaña la situación. Debe buscar un punto de encuentro para dirigirse solo a ella, sin interrupciones, crea una vía y la protege, para evitar intrusos. Lentamente va sincronizando pensamientos. Primeros, unos susurros sin sentidos, ruido blanco, y luego, su último pensamiento
"¿Dónde estás?"
No desespera, pues no quiere asustarla, no quiere invadirla, simplemente hablar con ella. Poco a poco, piensa en su nombre “Mei” , haciendo que naturalmente la joven Le Fay haga lo mismo. Una vez que el pensamiento es mutuo, se siente con la libertad de hablar
-Catherine, sé que puede que no sea el mejor momento, no te alarmes, solo sigue normalmente con tus cosas. Necesito que nos reunamos las dos, debemos hablar con urgencia. Piensa en un lugar, yo sabré como encontrarte allí. Lamento no haberte contactado antes, prometo responder todas tus preguntas. Espero una respuesta positiva, cuídate y nos vemos luego-
Lentamente apaga su propia voz, se retira de igual manera como entro, cuidadosamente, sin dejar rastros mágicos. Espera con esto, poder tener tiempo para recuperar a quien es su mejor amiga y ayudarla. Algo cambio en ella, es poco perceptible, pero esta alli. Es momento de que la joven Xian haga algo al respecto
Rosse Kenway
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Entendía que no quisiera decir a donde lo llevara, no ahí, tal vez era su guarida o algo así que no quería que los tontos de la Alianza los escuchara. Pude notar que no estaba lo suficientemente bien como para caminar hasta la motocicleta.
Al ver a aquellos dos maldije al principio por no tener mis armas ahí, hasta que me di cuenta que venían de parte de Lyran, por el pequeño colibrí que había enviado a sus supuestos centinelas. Hice una pequeña reverencia con la cabeza a ambos.
-Rosse...Igualmente...
Le dije a Catherine viendo la mano que extendía, suspirando ya que debía darle la mano con la prótesis, pero sin embargo lo hice, intentando medir un poco la fuerza para no herirle la mano con el metal. Para retirarme y volver junto al peliazul escuchando lo que decían.
-Tengo una idea, no tardare en volver...
Le dije al viejo despidiéndome de los otros dos para salir corriendo lo mas rápido que podía, al menos llegaría en menos tiempo, tardo un poco menos de lo que tardaría normalmente caminando, hasta llegar al arbusto donde había dejado mis cosas y mi vehículo. Acomode mi machete y mi cuchillo en sus fundas, me colgué el rifle, algo inservible por cierto. Encendí la motocicleta para dirigirme nuevamente al palacio a toda velocidad.
-Fue un placer conocerlos pero es hora de irnos.
Ayude a Lyran a subir detrás de mi atándolo a mi con la cinta del rifle para que no se cayera por si llegaba a desmayarse o algo y acelere a toda velocidad para alejarnos de ahí lo mas rápido que podía en dirección a donde debía llegar aquel hombre.
Al ver a aquellos dos maldije al principio por no tener mis armas ahí, hasta que me di cuenta que venían de parte de Lyran, por el pequeño colibrí que había enviado a sus supuestos centinelas. Hice una pequeña reverencia con la cabeza a ambos.
-Rosse...Igualmente...
Le dije a Catherine viendo la mano que extendía, suspirando ya que debía darle la mano con la prótesis, pero sin embargo lo hice, intentando medir un poco la fuerza para no herirle la mano con el metal. Para retirarme y volver junto al peliazul escuchando lo que decían.
-Tengo una idea, no tardare en volver...
Le dije al viejo despidiéndome de los otros dos para salir corriendo lo mas rápido que podía, al menos llegaría en menos tiempo, tardo un poco menos de lo que tardaría normalmente caminando, hasta llegar al arbusto donde había dejado mis cosas y mi vehículo. Acomode mi machete y mi cuchillo en sus fundas, me colgué el rifle, algo inservible por cierto. Encendí la motocicleta para dirigirme nuevamente al palacio a toda velocidad.
-Fue un placer conocerlos pero es hora de irnos.
Ayude a Lyran a subir detrás de mi atándolo a mi con la cinta del rifle para que no se cayera por si llegaba a desmayarse o algo y acelere a toda velocidad para alejarnos de ahí lo mas rápido que podía en dirección a donde debía llegar aquel hombre.
Las crípticas frases de Catherine hacen que me cueste un poco descifrar posibles mensajes con dobles intenciones o con algún tipo de ironía, aunque estoy seguro que algo de eso hay en lo que dice sobre las convenciones sociales. Lo dejo pasar porque no es el momento apropiado para montar un interrogatorio, antes tendríamos que hablar de muchas más cosas. También me da la impresión de que hay un deje de resignación respecto a lo de que su supuesto trabajo es leer mentes, algo que se confirma con su gesto de incomodidad. Por lo general me resulta más fácil adivinar en los gestos de las personas que dilucidar significados en las palabras que dicen, puede que sea parte del instinto que viene aparejado con la licantropía.
- Serás buena leyendo mentes...pero a ti es fácil leerte los gestos. - murmuro apenas segundos antes de que nos encontrásemos con Lyran y una chica que lo acompaña. Catherine parece decepcionada al darse cuenta de que tiene pinta de que no ha habido acuerdo, algo que yo ya me esperaba. - Por lo menos no ha sido una emboscada. Creo. - miro a todos lados con los ojos levemente entornados, sin terminar de fiarme de que no vayan a asaltarnos en cualquier momento. Lo malo es que ella parecía albergar cierta ilusión por un posible cambio, mientras que yo era algo más pesimista en ese sentido.
No hace falta que diga nada más que el nombre de Matvey para suponer que ha estado resolviendo o hablando sus asuntos con él, justo lo que le recomendé hace tiempo. Puede que al final tenga más en cuenta mis consejos de lo que parece. Otra cosa más que se añade a lo que tenemos que hablar en algún momento, cuando estemos predispuestos. Dejo que socialice y se presente a la chica que acompaña a Lyran, que supongo será conocida suya y por eso va con él. Lyran no nos deja acercanos a ninguno de los dos, alegando que está infectado por SPM. He estado tan desconectado últimamente que ni me he enterado, ahora se juntan todos los problemas. - ¿Desde cuándo? ¿nuestros sanadores no han encontrado cura todavía? Podemos llevarte con Galeno...- voy a acercarme a él, pero a su orden obedezco y me detengo, aunque por un momento estoy a punto de aproximarme más. Incluso le cuesta hablar y explicar todo lo que les han propuesto los de la Alianza, algo bastante injusto.
- Pero qué se han creído...no podemos pactar con ellos después de todo lo que han hecho. No mientras sean la Alianza. No me reuniría con ellos más. - me da igual si me oyen los guardias que nos escoltan hasta la sala de reuniones, son simples peones al fin y al cabo. Me enfurece la idea de pensar que vamos a pactar con los mismos que tienen abierto un campo de torturas. Con esta gente no se pacta, no hay lugar para eso. Rosse se ofrece para acompañar a Lyran, el cual parece de acuerdo. De todos modos le pido que avise cuando llegue que no conozco a la chica y por eso no sé si fiarme o no. Por fin nos quedamos solos, y aunque vinimos a recoger a Lyran (al menos yo) sé que Catherine querrá hablar con alguno de los que mandan. - Yo te acompaño, pero no estoy de acuerdo con esto. No merecen que nos reunamos. Seré simplemente tu guardaespaldas, porque como hable sé que no voy a poder controlarme. le aviso antes de que terminen de guiarnos hasta la sala en la que está Wilhelm, puesto que el resto se han marchado.
- Serás buena leyendo mentes...pero a ti es fácil leerte los gestos. - murmuro apenas segundos antes de que nos encontrásemos con Lyran y una chica que lo acompaña. Catherine parece decepcionada al darse cuenta de que tiene pinta de que no ha habido acuerdo, algo que yo ya me esperaba. - Por lo menos no ha sido una emboscada. Creo. - miro a todos lados con los ojos levemente entornados, sin terminar de fiarme de que no vayan a asaltarnos en cualquier momento. Lo malo es que ella parecía albergar cierta ilusión por un posible cambio, mientras que yo era algo más pesimista en ese sentido.
No hace falta que diga nada más que el nombre de Matvey para suponer que ha estado resolviendo o hablando sus asuntos con él, justo lo que le recomendé hace tiempo. Puede que al final tenga más en cuenta mis consejos de lo que parece. Otra cosa más que se añade a lo que tenemos que hablar en algún momento, cuando estemos predispuestos. Dejo que socialice y se presente a la chica que acompaña a Lyran, que supongo será conocida suya y por eso va con él. Lyran no nos deja acercanos a ninguno de los dos, alegando que está infectado por SPM. He estado tan desconectado últimamente que ni me he enterado, ahora se juntan todos los problemas. - ¿Desde cuándo? ¿nuestros sanadores no han encontrado cura todavía? Podemos llevarte con Galeno...- voy a acercarme a él, pero a su orden obedezco y me detengo, aunque por un momento estoy a punto de aproximarme más. Incluso le cuesta hablar y explicar todo lo que les han propuesto los de la Alianza, algo bastante injusto.
- Pero qué se han creído...no podemos pactar con ellos después de todo lo que han hecho. No mientras sean la Alianza. No me reuniría con ellos más. - me da igual si me oyen los guardias que nos escoltan hasta la sala de reuniones, son simples peones al fin y al cabo. Me enfurece la idea de pensar que vamos a pactar con los mismos que tienen abierto un campo de torturas. Con esta gente no se pacta, no hay lugar para eso. Rosse se ofrece para acompañar a Lyran, el cual parece de acuerdo. De todos modos le pido que avise cuando llegue que no conozco a la chica y por eso no sé si fiarme o no. Por fin nos quedamos solos, y aunque vinimos a recoger a Lyran (al menos yo) sé que Catherine querrá hablar con alguno de los que mandan. - Yo te acompaño, pero no estoy de acuerdo con esto. No merecen que nos reunamos. Seré simplemente tu guardaespaldas, porque como hable sé que no voy a poder controlarme. le aviso antes de que terminen de guiarnos hasta la sala en la que está Wilhelm, puesto que el resto se han marchado.
-No tengo nada que esconder- Respondió a aquello de que era fácil leerle los gestos. Había gente que siempre tenía una cara críptica, ceñuda y seria que no dejaba entrever lo que realmente estaba pensando pero Catherine no era una de ellas. No tenía filtro. Era como un libro abierto con una historia peliaguda que contar.Y lo sabía. Así que le deba igual que se entararan.
Aquello de que mencione la emboscada hace que frunza el ceño y mire hacia los lados levemente paranoica, aunque bien hace su subconsciente en evitar que mire hacia los Centinelas. Cuando vuelve su vista a Lyran empieza a notar más efectivamente que no tenía buena pinta. Eso la pone en alerta pero en cuanto suelta las siglas SPM, Catherine no puede evitar soltar una risa nerviosa que rompe con cualquier tipo de ambiente que estuviese instalado ahí -¿Y por qué sufre de síndrome pre menstrual? Yo sufro de eso, no se contagia. Y nos da a todas una vez al mes. Súperelo con chocolate, es lo que hago yo. Des tiene una receta excelente- Señaló sin poder ocultar la sonrisa divertida que eso le hacía. Sin embargo, la forma en la que Ian se congela ante la orden de Lyran y el deteriorado estado de salud del Knox hace que la pelinegra mire a Ian interrogándolo con la mirada sintiendo que acaba de decir la cosa más estúpida del mundo aunque no tuviera idea de qué era -¿De qué cura están hablando? Galeno encontrará lo que sea…- Murmuró, vaga, aún sin comprender la crueldad de aquella epidemia porque en todos los universos habidos y por haber Catherine nunca contemplaría uno en el que la magia no fluyera por sus venas.
Al oír las palabras del licántropo acerca de la paz hace que se replantee el hecho de reunir a ambos bandos sin la presencia de los Descendientes. O de alguno que sirva de árbitro. Estuvo a punto de decir algo pero la mujer -la cual tenía una prótesis y a Cath no le pasó desapercibido- terminó llevándose a Lyran. Los siguió con la mirada antes de que su estado mental mutara. Fue lento, suave y no invasivo. No necesito que dijera su nombre para reconocerla.
“En el palacio de Buckingham. Envíe un mensaje. La alianza se reunió con la Resistencia. Hay paz momentánea durante las navidades”
Explicó a Mei girándose hacia Ian mientras sus ojos se quedaban clavados en su hombro como ancla. Escuchó el mensaje de su colega y cerró los ojos asintiendo antes de permitir que la conexión se desvaneciera. Estaba con demasiadas cosas en la mente pero iría tachando una a una las que debía hacer. Su lista por hacer… Cuando abrió los ojos Mei ya no estaba, tampoco la sala blanca, solo Ian hablándole. Posó sus orbes sobre las de él y guardó silencio durante un tiempo -Si saben de mi existencia me cazarán- Musitó antes de mirar el largo pasillo hacia las salas donde asumió que estaría la reunión. Se humedeció los labios de manera pensativa. No podía cometer errores y si Ian no lograba contenerse… Bueno, un huracán encontrándose con un volcán para destrozar todo a su paso. -No creo que sea buena idea hacerlo. No puedo hablar por Los Descendientes sin consultarlo con el Consejo. No puedo ser árbitro sin hablar con los líderes de la Resistencia y no puedo mostrarme a la Alianza sin ponernos en peligro. Si saben quien soy...No saldremos de aquí. Y nunca más permitiré que sufras por mi estupidez- Empezó a caminar hacia afuera sin ningun atisbo de ganas de regodearse en el fracaso de aquella reunión, en las palabras de decepción de Lyran y en las de odio de Ian. Y en la ilusión destruida de ella misma.
Respiró profundamente antes de darse vuelta y mirarlo seriamente, aunque iba caminando de espaldas -Realmente necesito hablar contigo a solas…¿A dónde podemos ir?- Quería ir a la playa, tenía buenos recuerdos, pero en el fondo sentía que aquella conversación los distanciaría más.
Aquello de que mencione la emboscada hace que frunza el ceño y mire hacia los lados levemente paranoica, aunque bien hace su subconsciente en evitar que mire hacia los Centinelas. Cuando vuelve su vista a Lyran empieza a notar más efectivamente que no tenía buena pinta. Eso la pone en alerta pero en cuanto suelta las siglas SPM, Catherine no puede evitar soltar una risa nerviosa que rompe con cualquier tipo de ambiente que estuviese instalado ahí -¿Y por qué sufre de síndrome pre menstrual? Yo sufro de eso, no se contagia. Y nos da a todas una vez al mes. Súperelo con chocolate, es lo que hago yo. Des tiene una receta excelente- Señaló sin poder ocultar la sonrisa divertida que eso le hacía. Sin embargo, la forma en la que Ian se congela ante la orden de Lyran y el deteriorado estado de salud del Knox hace que la pelinegra mire a Ian interrogándolo con la mirada sintiendo que acaba de decir la cosa más estúpida del mundo aunque no tuviera idea de qué era -¿De qué cura están hablando? Galeno encontrará lo que sea…- Murmuró, vaga, aún sin comprender la crueldad de aquella epidemia porque en todos los universos habidos y por haber Catherine nunca contemplaría uno en el que la magia no fluyera por sus venas.
Al oír las palabras del licántropo acerca de la paz hace que se replantee el hecho de reunir a ambos bandos sin la presencia de los Descendientes. O de alguno que sirva de árbitro. Estuvo a punto de decir algo pero la mujer -la cual tenía una prótesis y a Cath no le pasó desapercibido- terminó llevándose a Lyran. Los siguió con la mirada antes de que su estado mental mutara. Fue lento, suave y no invasivo. No necesito que dijera su nombre para reconocerla.
“En el palacio de Buckingham. Envíe un mensaje. La alianza se reunió con la Resistencia. Hay paz momentánea durante las navidades”
Explicó a Mei girándose hacia Ian mientras sus ojos se quedaban clavados en su hombro como ancla. Escuchó el mensaje de su colega y cerró los ojos asintiendo antes de permitir que la conexión se desvaneciera. Estaba con demasiadas cosas en la mente pero iría tachando una a una las que debía hacer. Su lista por hacer… Cuando abrió los ojos Mei ya no estaba, tampoco la sala blanca, solo Ian hablándole. Posó sus orbes sobre las de él y guardó silencio durante un tiempo -Si saben de mi existencia me cazarán- Musitó antes de mirar el largo pasillo hacia las salas donde asumió que estaría la reunión. Se humedeció los labios de manera pensativa. No podía cometer errores y si Ian no lograba contenerse… Bueno, un huracán encontrándose con un volcán para destrozar todo a su paso. -No creo que sea buena idea hacerlo. No puedo hablar por Los Descendientes sin consultarlo con el Consejo. No puedo ser árbitro sin hablar con los líderes de la Resistencia y no puedo mostrarme a la Alianza sin ponernos en peligro. Si saben quien soy...No saldremos de aquí. Y nunca más permitiré que sufras por mi estupidez- Empezó a caminar hacia afuera sin ningun atisbo de ganas de regodearse en el fracaso de aquella reunión, en las palabras de decepción de Lyran y en las de odio de Ian. Y en la ilusión destruida de ella misma.
Respiró profundamente antes de darse vuelta y mirarlo seriamente, aunque iba caminando de espaldas -Realmente necesito hablar contigo a solas…¿A dónde podemos ir?- Quería ir a la playa, tenía buenos recuerdos, pero en el fondo sentía que aquella conversación los distanciaría más.
No estaría tan seguro afirmando eso de que no tiene nada que esconder, al menos desde que pasó todo aquello en el castillo Le Fay, cuando comenzó a comportarse de manera extraña y en cierto modo a distanciarse. Ahora parece estar algo más "normal" que en aquella ocasión, pero me da la impresión de que sigue sin ser la misma. Eso o simplemente que me da rabia que las cosas hayan cambiado y no saber qué hacer para arreglarlo. - Aunque no tengas nada que esconder, así todo el mundo puede aprovecharse de lo que ve en ti para utilizarlo. - precisamente pienso en Max al decir eso, si le resulta tan fácil leer en ella puede ser muy manipulable, aunque no se meta en su mente para conocerla mejor.
El ambiente tenso se rompe por un momento con la broma del síndrome premenstrual que hace Catherine, que se ve que no sabe de qué va lo del síndrome de pérdida de magia. No puedo evitar que se me escape una risa por lo bajo, de estas que te salen en situaciones en las que no debes reírte, y que son difíciles de controlar. Lo cierto es que se agradece ese corte de tensión momentáneo. - No, no tiene que ver con eso...- consigo decir cuando controlo lo de la maldita risa. - Es una enfermedad que hace que pierdas la magia, además de ser bastante grave. Se le llama síndrome de pérdida de magia, de ahí lo de SPM. - los que le pusieron el nombre debieron ser unos cachondos que lo hicieron para confundir con lo otro, aunque a mí no se me había ocurrido. Tanto Lyran como su acompañante marchan, así que estaré intranquilo hasta que sepa que han llegado bien al hospital. Los ojos de Catherine se quedan fijos en mi hombro durante unos segundos, como si estuviese concentrada comunicándose con alguien. Casi prefiero no preguntar quién es por si no me gusta la respuesta, así que aguardo hasta que ella termina, volviendo a encontrarme con su mirada cuando está de vuelta.
- ¿Ya no quieres hablar con ellos? - pregunto para asegurarme de que se haya decidido, ya que hace unos minutos parecía convencida. - Por mi mejor, ya sabes lo que opino de eso. Además, veníamos a por Lyran, y ya lo tenemos a salvo. - cambio un poco el gesto a uno de disgusto cuando me da las razones para no hacerlo ahora, por falta de acuerdo con el Consejo o con otros miembros de la Resistencia. En resumen, quiere dejarlo para luego.
Niego con la cabeza como molesto porque se eche la culpa de mi captura, ella no tuvo nada que ver. Es inevitable que me vengan a la mente imágenes de cuando fui capturado, de las torturas e interrogatorios, de sus "visitas" mentales. - Deja de pensar eso. Ya te dije que no fue culpa tuya. Si sufrimos es por ellos, y es por eso que debemos destruirlos. Ni negociar, ni perdonar, ni olvidar. - sé que en ese punto vamos a chocar mucho cuando toque tratarlo, y dudo que nos convenzamos el uno al otro. Damos media vuelta para deshacer el camino andado por el pasillo, en dirección a la salida del edificio.Me pega un pequeño salto el corazón al escuchar eso de que quiere hablar conmigo a solas, poniéndome absurdamente nervioso aunque no tenga ni idea de lo que quiere. Todavía me rondan por la cabeza las cosas que escuché decir a Azahar cuando hablaba con su madre, a pesar de que me había enterado a medias. - Claro, por qué no. Hablar siempre es un buen comienzo... sin nadie que interrumpa, hablando claro de una vez por todas, que llevamos evitándonos demasiado tiempo. - esto último lo suelto más rápido de lo que hubiese querido, así que antes de arrepentirme de ir la cojo de la mano, tirando de ella hacia mí.
- Creo que ya sé dónde podríamos ir. - murmuro con la certeza de que ella también tiene idea de dónde vamos, visualizando ese lugar en mi mente antes de desaparecernos los dos.
El ambiente tenso se rompe por un momento con la broma del síndrome premenstrual que hace Catherine, que se ve que no sabe de qué va lo del síndrome de pérdida de magia. No puedo evitar que se me escape una risa por lo bajo, de estas que te salen en situaciones en las que no debes reírte, y que son difíciles de controlar. Lo cierto es que se agradece ese corte de tensión momentáneo. - No, no tiene que ver con eso...- consigo decir cuando controlo lo de la maldita risa. - Es una enfermedad que hace que pierdas la magia, además de ser bastante grave. Se le llama síndrome de pérdida de magia, de ahí lo de SPM. - los que le pusieron el nombre debieron ser unos cachondos que lo hicieron para confundir con lo otro, aunque a mí no se me había ocurrido. Tanto Lyran como su acompañante marchan, así que estaré intranquilo hasta que sepa que han llegado bien al hospital. Los ojos de Catherine se quedan fijos en mi hombro durante unos segundos, como si estuviese concentrada comunicándose con alguien. Casi prefiero no preguntar quién es por si no me gusta la respuesta, así que aguardo hasta que ella termina, volviendo a encontrarme con su mirada cuando está de vuelta.
- ¿Ya no quieres hablar con ellos? - pregunto para asegurarme de que se haya decidido, ya que hace unos minutos parecía convencida. - Por mi mejor, ya sabes lo que opino de eso. Además, veníamos a por Lyran, y ya lo tenemos a salvo. - cambio un poco el gesto a uno de disgusto cuando me da las razones para no hacerlo ahora, por falta de acuerdo con el Consejo o con otros miembros de la Resistencia. En resumen, quiere dejarlo para luego.
Niego con la cabeza como molesto porque se eche la culpa de mi captura, ella no tuvo nada que ver. Es inevitable que me vengan a la mente imágenes de cuando fui capturado, de las torturas e interrogatorios, de sus "visitas" mentales. - Deja de pensar eso. Ya te dije que no fue culpa tuya. Si sufrimos es por ellos, y es por eso que debemos destruirlos. Ni negociar, ni perdonar, ni olvidar. - sé que en ese punto vamos a chocar mucho cuando toque tratarlo, y dudo que nos convenzamos el uno al otro. Damos media vuelta para deshacer el camino andado por el pasillo, en dirección a la salida del edificio.Me pega un pequeño salto el corazón al escuchar eso de que quiere hablar conmigo a solas, poniéndome absurdamente nervioso aunque no tenga ni idea de lo que quiere. Todavía me rondan por la cabeza las cosas que escuché decir a Azahar cuando hablaba con su madre, a pesar de que me había enterado a medias. - Claro, por qué no. Hablar siempre es un buen comienzo... sin nadie que interrumpa, hablando claro de una vez por todas, que llevamos evitándonos demasiado tiempo. - esto último lo suelto más rápido de lo que hubiese querido, así que antes de arrepentirme de ir la cojo de la mano, tirando de ella hacia mí.
- Creo que ya sé dónde podríamos ir. - murmuro con la certeza de que ella también tiene idea de dónde vamos, visualizando ese lugar en mi mente antes de desaparecernos los dos.
Me quedé aburrido sentado en la mesa tamborileando con los dedos esperando a que todos se fueran despues de que Eamon lo hiciese. Una nos congeló las paredes y dejó un estupido muñeco de nieve ahi plantado. Bufé, cabreado, porque odiaba cuando se ponian en plan prepotentes en plan "oh mira lo que puedo hacer".
-Eso no ayuda, querida.
Afortunadamente se fueron marchando. Cuando lo hicieron, me puse en pie y hablé con el sustituto de la Ministra de Sabiduria, encomendándole una sencillisima mision.
-Mañana quiero en la prensa un comunicado hablando del fracaso de nuestro intento de paz, porque los magos son muy malos y blabla no han querido pactar, pero que hemos conseguido un alto el fuego para las navidades. Ya veras que contentos todos.
Entonces me sonó el movil, era la linea segura que le habia propocionado a Ares. Leí su mensaje y puse la vista en blanco. Maldita sea, como un chiquillo crecidito y musculoso como él podia ser tan padredependiente? Y ademas de uno falso.....aunque precisamente por ser tan padredependiente, pensé, habia tragado tan facilmente mi anzuelo. Casi tuve que contener la risa cuando dijo que hasta cuando tendriamos que aparentar estar separados y cuando podría salvarme.
-Ah, empiezas a hacerte demasiadas preguntas inútiles que no te llevarán a ningun sitio, querido hijo postizo.
Decidí ir hacia donde me había dicho que se encontraba, para ver cual era su estado y si podia seguir usándolo o tocaba ponerlo fuera de circulacion. La pelirroja sospechaba algo...era posible que Ares ya no me sirviera como doble agente si lo habian visto siendo secuestrado y ahora el General de su brigada había desaparecido. Asi que decidí iniciar otro segundo y genial plan, Ares debía recuperar la confianza de los demás.
Salí del castillo pidiendo que deshicieran el operativo de centinelas y los mandaran a sitios mas utiles, marchándome de alli.
-Eso no ayuda, querida.
Afortunadamente se fueron marchando. Cuando lo hicieron, me puse en pie y hablé con el sustituto de la Ministra de Sabiduria, encomendándole una sencillisima mision.
-Mañana quiero en la prensa un comunicado hablando del fracaso de nuestro intento de paz, porque los magos son muy malos y blabla no han querido pactar, pero que hemos conseguido un alto el fuego para las navidades. Ya veras que contentos todos.
Entonces me sonó el movil, era la linea segura que le habia propocionado a Ares. Leí su mensaje y puse la vista en blanco. Maldita sea, como un chiquillo crecidito y musculoso como él podia ser tan padredependiente? Y ademas de uno falso.....aunque precisamente por ser tan padredependiente, pensé, habia tragado tan facilmente mi anzuelo. Casi tuve que contener la risa cuando dijo que hasta cuando tendriamos que aparentar estar separados y cuando podría salvarme.
-Ah, empiezas a hacerte demasiadas preguntas inútiles que no te llevarán a ningun sitio, querido hijo postizo.
Decidí ir hacia donde me había dicho que se encontraba, para ver cual era su estado y si podia seguir usándolo o tocaba ponerlo fuera de circulacion. La pelirroja sospechaba algo...era posible que Ares ya no me sirviera como doble agente si lo habian visto siendo secuestrado y ahora el General de su brigada había desaparecido. Asi que decidí iniciar otro segundo y genial plan, Ares debía recuperar la confianza de los demás.
Salí del castillo pidiendo que deshicieran el operativo de centinelas y los mandaran a sitios mas utiles, marchándome de alli.
Frustrante. La palabra para definir el resultado de aquello no era otra que frustrante. Toda clase de personajes pertenecienes al mundo magico habian salido de alli, sin mas ni mas. A juzgar por los animos de todos, no habian logrado nada. Los observé desde una posicion privilegiada, hasta que marcharon, incluso los Centinelas se fueron. Catherine Le Fay no volvó a establecer conexion mental conmigo, y la maldije internamente.
"No debía de haberme fiado de alguien tan joven para escogerla como mentora...."
Para mi, cada vez tenia mas claro que los del Consejo, y Ouroboros en sí, era un maldito fiasco. Díscolos y poco afines a cumplir sus palabras.
Desparecí de alli y reuní al resto de Blood Keeper que habian sido repartidos por la zona, en caso de que ocurriese algo.
-Volved a Stirling, y montad guardia alli, supervisad que las tareas de reconstruccion se estén llevando a cabo como debe ser... con suerte dentro de poco podremos volver a nuestra base.
"a esa que nunca debieron de quitarnos"
Ellos se desaparecieron tras recibir mis ordenes, y al poco, yo hice lo mismo, dirigiendome a las calles de londres.
"No debía de haberme fiado de alguien tan joven para escogerla como mentora...."
Para mi, cada vez tenia mas claro que los del Consejo, y Ouroboros en sí, era un maldito fiasco. Díscolos y poco afines a cumplir sus palabras.
Desparecí de alli y reuní al resto de Blood Keeper que habian sido repartidos por la zona, en caso de que ocurriese algo.
-Volved a Stirling, y montad guardia alli, supervisad que las tareas de reconstruccion se estén llevando a cabo como debe ser... con suerte dentro de poco podremos volver a nuestra base.
"a esa que nunca debieron de quitarnos"
Ellos se desaparecieron tras recibir mis ordenes, y al poco, yo hice lo mismo, dirigiendome a las calles de londres.
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