Recuerdo del primer mensaje :
En los alrededores de la localidad inglesa de Margate, en el condado de Kent, se encuentra una misteriosa cueva decorada con más de 4 millones de conchas marinas. Su nombre es The Shell Grotto y es una atracción turística envuelta de enigmas: nadie sabe quién la construyó, ni cuándo, ni para qué. The Shell Grotto fue descubierta en el año 1835. Las teorías dicen que pudo haber sido un calendario astronómico prehistórico; que perteneció a los Caballeros Templarios; que está conectada con la masonería; que fue construida por los fenicios; que fue un edificio funerario construido por los cretenses, etc…
Esta cueva todavía tiene muchos misterios por descubrir para aquellos que la exploren a conciencia.
En los alrededores de la localidad inglesa de Margate, en el condado de Kent, se encuentra una misteriosa cueva decorada con más de 4 millones de conchas marinas. Su nombre es The Shell Grotto y es una atracción turística envuelta de enigmas: nadie sabe quién la construyó, ni cuándo, ni para qué. The Shell Grotto fue descubierta en el año 1835. Las teorías dicen que pudo haber sido un calendario astronómico prehistórico; que perteneció a los Caballeros Templarios; que está conectada con la masonería; que fue construida por los fenicios; que fue un edificio funerario construido por los cretenses, etc…
Esta cueva todavía tiene muchos misterios por descubrir para aquellos que la exploren a conciencia.
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El miembro 'Lykaios Knox' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Defensa Física' :
'Defensa Física' :
Rasputin, Lykaios, sook
0+10=10ps curados a cada uno o
150-55= 95Ps
__
-Estoy contigo- Fue lo único que le dijo Anteia y sonrió maternalmente hacia Lykaios. No le importaba que la diferencia de edad fuese poca, pero ella así como Lyran habían vivido una época sin esto. Habían sido felices, muy felices, y las generaciones posteriores no habían disfrutado eso. Ellos peleaban por devolverselo y Anteia no iba a ser menos -Eres un Knox, eres un Resistente, eres líder de la Brigada de las Mil Grullas… No ibas a decepcionarme ¿No es así?- Le guiñó un ojo, en plan mucho más optimista.
La sonrisa se borra en cuanto el demonio ataca. No es la única en caer de rodillas y sostenerse la cabeza mientras suelta un grito desgarrador pero...Pero el momento pasa, motherfucker. He dado a luz a tres hijos. El último parto fue de mellizos. Sin anestesia. Go fuck yourself. Sin embargo, tal como en el parto, las consecuencias perduran. La vista se le nubló e intentó lanzar una curación que no sirvió de mucho, pero consideró que siempre que podía aportar ayuda lo haría.
Cuando pudo fijó su vista en Matvey y escuchó claramente las palabras que intercambiaban y Anteia no pudo evitar mirar a Matvey -¿Sabes que experimentan con nosotros, no? Tienen más que los campos de concentración. Ni siquiera Hitler se compara con ellos. Y yo lo viví en carne propia- Musitó antes de extenderle las manos a Lykaios para ayudarle a incorporarse y escuchar el resto de intercambios. A Reiv, a dragón, a todos. Anteia cerró los ojos con desgano mientras se limpiaba la nariz que empezaba a chorrearle sangre -El demonio se ha ido Lykaios. Vamos a Ouroboros. La brigada te necesita- Murmuró antes de que uno de sus muchachos se acercara hacia él y se dejara caer de rodillas. La mujer sonrió con amabilidad y hundió sus dedos en el cabello azul de Ares con un sentimiento fraternal y nostálgico -Te prometo que estaré allí la próxima vez y con mejor repertorio que ahora- Anteia era, del grupo, probablemente la más vieja de los resistentes y la más antigua sanando. Había comenzado inmediatamente después de graduarse de Hogwarts como enfermera del colegio. Y se había vuelto experta en pociones….Debía ponerse a hacer otras.
Observó las diferencias entre el grupo de la Alianza con ojo curioso para luego esperar a que Lykaios le diera un asentimiento o seña y así desaparecer con ellos a cuestas. Total, era la que mejor estaba de todos ellos.
0+10=10ps curados a cada uno o
150-55= 95Ps
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-Estoy contigo- Fue lo único que le dijo Anteia y sonrió maternalmente hacia Lykaios. No le importaba que la diferencia de edad fuese poca, pero ella así como Lyran habían vivido una época sin esto. Habían sido felices, muy felices, y las generaciones posteriores no habían disfrutado eso. Ellos peleaban por devolverselo y Anteia no iba a ser menos -Eres un Knox, eres un Resistente, eres líder de la Brigada de las Mil Grullas… No ibas a decepcionarme ¿No es así?- Le guiñó un ojo, en plan mucho más optimista.
La sonrisa se borra en cuanto el demonio ataca. No es la única en caer de rodillas y sostenerse la cabeza mientras suelta un grito desgarrador pero...Pero el momento pasa, motherfucker. He dado a luz a tres hijos. El último parto fue de mellizos. Sin anestesia. Go fuck yourself. Sin embargo, tal como en el parto, las consecuencias perduran. La vista se le nubló e intentó lanzar una curación que no sirvió de mucho, pero consideró que siempre que podía aportar ayuda lo haría.
Cuando pudo fijó su vista en Matvey y escuchó claramente las palabras que intercambiaban y Anteia no pudo evitar mirar a Matvey -¿Sabes que experimentan con nosotros, no? Tienen más que los campos de concentración. Ni siquiera Hitler se compara con ellos. Y yo lo viví en carne propia- Musitó antes de extenderle las manos a Lykaios para ayudarle a incorporarse y escuchar el resto de intercambios. A Reiv, a dragón, a todos. Anteia cerró los ojos con desgano mientras se limpiaba la nariz que empezaba a chorrearle sangre -El demonio se ha ido Lykaios. Vamos a Ouroboros. La brigada te necesita- Murmuró antes de que uno de sus muchachos se acercara hacia él y se dejara caer de rodillas. La mujer sonrió con amabilidad y hundió sus dedos en el cabello azul de Ares con un sentimiento fraternal y nostálgico -Te prometo que estaré allí la próxima vez y con mejor repertorio que ahora- Anteia era, del grupo, probablemente la más vieja de los resistentes y la más antigua sanando. Había comenzado inmediatamente después de graduarse de Hogwarts como enfermera del colegio. Y se había vuelto experta en pociones….Debía ponerse a hacer otras.
Observó las diferencias entre el grupo de la Alianza con ojo curioso para luego esperar a que Lykaios le diera un asentimiento o seña y así desaparecer con ellos a cuestas. Total, era la que mejor estaba de todos ellos.
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El miembro 'Anteia Malfoy' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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70-5 veneno- 5 sangrado fuerte+10 sanacion Anteia= 70/150 PS
desaparece sangrado fuerte, persiste el veneno.
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La mayoria de ellos parecia haber resultado bastante afectado por el ataque mental. Con expresión hosca avancé unos pasos hacia Michael cuando él lo hizo. Y me detuve, cuando él se detuvo. Pero habiamos acortado las distancias.
Escuché su nombre y su rango comprendiendo que se trataba de alguien importante entre ellos.
-En eso...estamos de acuerdo. -no era el momento ni el lugar para ponerse a hablar, ni a pelear. Muchos de los nuestros ya habian sido evacuados. No, no era el momento.
Asentí a Michael respecto a la futura charla en la que me dejaba poner las condiciones en cuanto al lugar y modo de acceso. Me era irrelevante eso ahora. Seguí su mirada cuando señalo al dragon. Miré a Erebo serio, y comencé a sonreir de modo suave, volviendo mi mirada hacia Michael. Era una sonrisa fria pues mis ojos calculadores no acompañaban a los labios.
"Sea cual sea tu intencion con esto...."
- Has elegido bien por ahora. La cordura es una virtud.
Le dije cuando empezó a reclamar a los suyos para que se marchasen. El dragon obviamente no estaba satisfecho. Lykaios me decía que no lo escuchase. Reiv gritó.
-Pero Michael, no tenemos miedo de conversar con vosotros. No me importa que penséis hacer algo malo antes, durante o tras la charla, eso no os aportaría nada bueno a vosotros, es un mal en si mismo....asi que no necesito un seguro en forma de ser mágico, en forma de dragón, nuestra confianza no nace de vuestras garantías si no de nuestra fuerza. El Consejo respeta a esas criaturas, incluso a los feroces y caóticos dragones negros, yo no seré el carcelero de una de esos seres. - miré a Erebo finalmente, del cual no conocía su nombre. - Tú verás.
Me di la vuelta, dandoles la espalda y caminando hacia los demás. Me fijé en Reiv, sabía que era el aprendiz de Snagov, visto asi entendí mejor los gritos del castaño....Snagov podia sentirse orgulloso de su "aprendiz", aunque llevaba mucho sin pasar por Ouroboros.
-Tú, a Ouroboros, ahora mismo. - no esperaría a que el muchacho replicase. Generé otro de esos portales demoniacos a los pies de Reiv, y uno de mis esbirros apareció tras sus hombros, agarrandole por ahi con una mano huesuda y negra y tapándole los ojos con la otra antes de hacerlo desaparecer por el portal con una gutural risita.
Yo aun no me iría hasta que no se hubiesen marchado todos y hubiese visto que decidía el dragón. Por mi parte ya habia indicado que no queria un rehén y que tampoco lo necesitaba, pero queria observar las reacciones finales. Pero no era cuestion de entretenerse eternamente, no sabiamos si habian alertado ya aun monton de centinelas.
- Recibirás noticias, en breves. - le dije finalmente a Wilhelm, mirandolo de reojo esperando a que se marchasen de una vez. Una parte de mi, decepcionado de no haber podido desatar sobre sus cabezas la furia que merecian y que nos habiamos estado guardando por tantos años. De modo erróneo.
desaparece sangrado fuerte, persiste el veneno.
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La mayoria de ellos parecia haber resultado bastante afectado por el ataque mental. Con expresión hosca avancé unos pasos hacia Michael cuando él lo hizo. Y me detuve, cuando él se detuvo. Pero habiamos acortado las distancias.
Escuché su nombre y su rango comprendiendo que se trataba de alguien importante entre ellos.
-En eso...estamos de acuerdo. -no era el momento ni el lugar para ponerse a hablar, ni a pelear. Muchos de los nuestros ya habian sido evacuados. No, no era el momento.
Asentí a Michael respecto a la futura charla en la que me dejaba poner las condiciones en cuanto al lugar y modo de acceso. Me era irrelevante eso ahora. Seguí su mirada cuando señalo al dragon. Miré a Erebo serio, y comencé a sonreir de modo suave, volviendo mi mirada hacia Michael. Era una sonrisa fria pues mis ojos calculadores no acompañaban a los labios.
"Sea cual sea tu intencion con esto...."
- Has elegido bien por ahora. La cordura es una virtud.
Le dije cuando empezó a reclamar a los suyos para que se marchasen. El dragon obviamente no estaba satisfecho. Lykaios me decía que no lo escuchase. Reiv gritó.
-Pero Michael, no tenemos miedo de conversar con vosotros. No me importa que penséis hacer algo malo antes, durante o tras la charla, eso no os aportaría nada bueno a vosotros, es un mal en si mismo....asi que no necesito un seguro en forma de ser mágico, en forma de dragón, nuestra confianza no nace de vuestras garantías si no de nuestra fuerza. El Consejo respeta a esas criaturas, incluso a los feroces y caóticos dragones negros, yo no seré el carcelero de una de esos seres. - miré a Erebo finalmente, del cual no conocía su nombre. - Tú verás.
Me di la vuelta, dandoles la espalda y caminando hacia los demás. Me fijé en Reiv, sabía que era el aprendiz de Snagov, visto asi entendí mejor los gritos del castaño....Snagov podia sentirse orgulloso de su "aprendiz", aunque llevaba mucho sin pasar por Ouroboros.
-Tú, a Ouroboros, ahora mismo. - no esperaría a que el muchacho replicase. Generé otro de esos portales demoniacos a los pies de Reiv, y uno de mis esbirros apareció tras sus hombros, agarrandole por ahi con una mano huesuda y negra y tapándole los ojos con la otra antes de hacerlo desaparecer por el portal con una gutural risita.
Yo aun no me iría hasta que no se hubiesen marchado todos y hubiese visto que decidía el dragón. Por mi parte ya habia indicado que no queria un rehén y que tampoco lo necesitaba, pero queria observar las reacciones finales. Pero no era cuestion de entretenerse eternamente, no sabiamos si habian alertado ya aun monton de centinelas.
- Recibirás noticias, en breves. - le dije finalmente a Wilhelm, mirandolo de reojo esperando a que se marchasen de una vez. Una parte de mi, decepcionado de no haber podido desatar sobre sus cabezas la furia que merecian y que nos habiamos estado guardando por tantos años. De modo erróneo.
Ares Kylee
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20 dados + 10 defensa física = 30 defensa
45 - 30 = 15 daño
81 - 15 - 5 sangrado = 61 PS
--------------------------------------------------------
Victoria, el demonio agotó todas sus energías y pudimos sellarlo, pero para nuestra sorpresa le dió tiempo a un último ataque sorpresa. Chipeado como estaba no podía hacer gran cosa, salvo tratar de aguantar aquel suplicio mental. Era como tener el infierno desatado dentro de ti mismo, caí de rodillas y empecé a gritar y a retorcerme de dolor, pensaba que me moría, que me iban a faltar las fuerzas, el aliento, todo... Me puse vomitar todo y nada de lo que tenía en el estomago, además de sangre, estaba sudando, con la cara de manchas rojas del esfuerzo sobrehumano que hice para aguantar todo eso y la vomitera, respiraba muy fuertemente como si me faltara el aire.
Al final me pude poner en pie tambaleandome y fui paso a paso muy lentamente hacia Lykaios, me dolía todo, estaba cansado, tenía tentaciones de dejarme caer y cerrar los ojos y dormir hasta más no poder, había recibido la paliza de mi vida y me estaba muy bien merecida. Cerca de Lykaios me dejé caer sobre mis propias rodillas, le miré y medio sonreí.
- Pensaba que la Brigada no eran exorcistas... tío, la próxima vez que quieras hacerme pelear contra una cosa así, trae mil curanderos y a ser posible sin chips para que la menos yo también pueda curar y poner escudos protectores... - riendo y tosiendo a la vez me deje medio caer contra sus piernas, apoyando la cabeza en estas.
La Alianza no quería más guerra por el momento y empezó a levantar el campamento y los más heridos eran trasladados hacia lugares donde pudieran ser curados, las fuerzas cada vez me fallaban más y los ojos me pesaban demasiado, además de todo el dolor que tenía por todo el cuerpo. Si algún día tengo nietos y son quejicas les contaré esta mierda de historia para que vean que su abuelo ha llevado palos por todas partes y aun sigue en pie.
45 - 30 = 15 daño
81 - 15 - 5 sangrado = 61 PS
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Victoria, el demonio agotó todas sus energías y pudimos sellarlo, pero para nuestra sorpresa le dió tiempo a un último ataque sorpresa. Chipeado como estaba no podía hacer gran cosa, salvo tratar de aguantar aquel suplicio mental. Era como tener el infierno desatado dentro de ti mismo, caí de rodillas y empecé a gritar y a retorcerme de dolor, pensaba que me moría, que me iban a faltar las fuerzas, el aliento, todo... Me puse vomitar todo y nada de lo que tenía en el estomago, además de sangre, estaba sudando, con la cara de manchas rojas del esfuerzo sobrehumano que hice para aguantar todo eso y la vomitera, respiraba muy fuertemente como si me faltara el aire.
Al final me pude poner en pie tambaleandome y fui paso a paso muy lentamente hacia Lykaios, me dolía todo, estaba cansado, tenía tentaciones de dejarme caer y cerrar los ojos y dormir hasta más no poder, había recibido la paliza de mi vida y me estaba muy bien merecida. Cerca de Lykaios me dejé caer sobre mis propias rodillas, le miré y medio sonreí.
- Pensaba que la Brigada no eran exorcistas... tío, la próxima vez que quieras hacerme pelear contra una cosa así, trae mil curanderos y a ser posible sin chips para que la menos yo también pueda curar y poner escudos protectores... - riendo y tosiendo a la vez me deje medio caer contra sus piernas, apoyando la cabeza en estas.
La Alianza no quería más guerra por el momento y empezó a levantar el campamento y los más heridos eran trasladados hacia lugares donde pudieran ser curados, las fuerzas cada vez me fallaban más y los ojos me pesaban demasiado, además de todo el dolor que tenía por todo el cuerpo. Si algún día tengo nietos y son quejicas les contaré esta mierda de historia para que vean que su abuelo ha llevado palos por todas partes y aun sigue en pie.
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El miembro 'Ares Kylee' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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'Defensa Física' :
Bram Leroux
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No me importo para nada la cara de Lykaios hacia mi cuando la granada exploto en sus narices, ni siquiera lo mire ya que mi vista estaba fija en Erebo. Vi como todos excepto Rei y yo, se retorcían antes de que el demonio desapareciera por completo y aunque los medidores de magia seguían altos no me afectaron en lo mas mínimo.
Escuche a el viejo mágico que estaba con los demás preparado para disparar en cualquier momento al terminar de hablar escuche el trato que le ofrecía Michael por lo que lo mire con el ceño fruncido y realmente furioso.
-¡¿Que?!
Escuche la respuesta del viejo mago lo cual dejaba la decisión en Erebo, gruñí furioso y me acerque al menor de los Wilhelm para darle un puñetazo en toda la cara, camine a paso firme hasta Erebo para tomarlo por una de sus muñecas para prácticamente arrastrarlo conmigo hasta el auto en el que vinimos.
-Eso si que no lo permitiré, no dejare que lo traten como un objeto y mucho menos que lo dejen en tener que decidir si ayudar a la Alianza o quedar como un desobediente... Lo lamento Erebo pero es la primera vez que no me importa tu opinión ni la de ningún otro. Michael si quieres poner a alguien como moneda de cambio pon tu maldito y flácido trasero en juego.
Subí al ejecutor a los asientos traseros del auto en el que vinimos juntos y me subí para conducir, arrancando el auto y alejándonos de ahí a toda velocidad.
Escuche a el viejo mágico que estaba con los demás preparado para disparar en cualquier momento al terminar de hablar escuche el trato que le ofrecía Michael por lo que lo mire con el ceño fruncido y realmente furioso.
-¡¿Que?!
Escuche la respuesta del viejo mago lo cual dejaba la decisión en Erebo, gruñí furioso y me acerque al menor de los Wilhelm para darle un puñetazo en toda la cara, camine a paso firme hasta Erebo para tomarlo por una de sus muñecas para prácticamente arrastrarlo conmigo hasta el auto en el que vinimos.
-Eso si que no lo permitiré, no dejare que lo traten como un objeto y mucho menos que lo dejen en tener que decidir si ayudar a la Alianza o quedar como un desobediente... Lo lamento Erebo pero es la primera vez que no me importa tu opinión ni la de ningún otro. Michael si quieres poner a alguien como moneda de cambio pon tu maldito y flácido trasero en juego.
Subí al ejecutor a los asientos traseros del auto en el que vinimos juntos y me subí para conducir, arrancando el auto y alejándonos de ahí a toda velocidad.
75+10= 85/150 PS
eliminado sangrado fuerte
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Al parecer, no habian mas ordenes. Seguia apuntando al mago mientras oia a Michael hablar, pero no dejé de apuntarlo ni bajar el arma hasta quela androide se puso en medio y bajó el cañon de mi dominator. La mire de rejo, y luego de nuevo a Michael. Bajé y guardé definitivamente el arma, me senté y dejé que la androide emplease sus tecnicas de restauracion conmigo, no iba a negarme alas utilidades de la máquina aquella que tenia por inspector.
-Cervezas con una inspector? Intenta que el sabor no se vuelva mas amargo...
Le respondí, no habia denegado su invitacion, era mi manera de decir que si. Cuando ocurrió todo el asunto aquello de Erebo y Bram, me puse en pie repentinamente, todo habia sido muy rapido. No me dio tiempo a meterle una bala en el cuerpo a Bram, sabia que la dominator no haria nada contra él (de momento...) pero tenia otras armas....
-Pero que cojones....
Y se piraron. Sin mas. Cabreado, abrí la puerta de nuestro ultimo coche para que Michael entrase.
-Eso pasa por tener a monstruos al servicio de la alianza, no te puedes fiar de ellos! Ya ha pasado una vez y seguirá pasando.
Miré a los magos, a aquellos dos objetivos.... y hablé en voz baja ahroa para que solo me oyesen los mios-
-No solo perdemos la oportunidad de capturar a dos de los objetivos de la mision si no que ademas tambien se arma una insurgencia de un inspector y del dragon. Si, buen trabajo....joder. Esos dos estan liados- me cabreé y me metí al coche, esperando a que ellos dos entrasen, porque como no fuesemos tras ellos ahora mismo, mi cabreo iría en aumento. -
eliminado sangrado fuerte
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Al parecer, no habian mas ordenes. Seguia apuntando al mago mientras oia a Michael hablar, pero no dejé de apuntarlo ni bajar el arma hasta quela androide se puso en medio y bajó el cañon de mi dominator. La mire de rejo, y luego de nuevo a Michael. Bajé y guardé definitivamente el arma, me senté y dejé que la androide emplease sus tecnicas de restauracion conmigo, no iba a negarme alas utilidades de la máquina aquella que tenia por inspector.
-Cervezas con una inspector? Intenta que el sabor no se vuelva mas amargo...
Le respondí, no habia denegado su invitacion, era mi manera de decir que si. Cuando ocurrió todo el asunto aquello de Erebo y Bram, me puse en pie repentinamente, todo habia sido muy rapido. No me dio tiempo a meterle una bala en el cuerpo a Bram, sabia que la dominator no haria nada contra él (de momento...) pero tenia otras armas....
-Pero que cojones....
Y se piraron. Sin mas. Cabreado, abrí la puerta de nuestro ultimo coche para que Michael entrase.
-Eso pasa por tener a monstruos al servicio de la alianza, no te puedes fiar de ellos! Ya ha pasado una vez y seguirá pasando.
Miré a los magos, a aquellos dos objetivos.... y hablé en voz baja ahroa para que solo me oyesen los mios-
-No solo perdemos la oportunidad de capturar a dos de los objetivos de la mision si no que ademas tambien se arma una insurgencia de un inspector y del dragon. Si, buen trabajo....joder. Esos dos estan liados- me cabreé y me metí al coche, esperando a que ellos dos entrasen, porque como no fuesemos tras ellos ahora mismo, mi cabreo iría en aumento. -
Michael Wilhelm
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120 PS - 5 Sangrado = 115 PS
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Parece que el alto cargo de los mágicos estaba dispuesto a conversar conmigo, aunque rechazó la oferta y pude ver sonriente como los elementos subversivos mágicos se ofendían ante mi oferta. Nunca pensé que un dragón fuera tan valioso para ellos, lo tendré en cuenta para la próxima vez que tengamos que ahcer algo con ellos. Lo peor viene después, nunca creí que un Inspector, y más siendo un androide, se fuera a sublevar de esa manera pegándome y escapando con un rehén. ¡Maldita sea, ya tuvimos que dar el espectáculo delante de los magicosos y dar signos de debilidad! Me llevo el puño a la boca limpiandome la sangre que me hizo el bastardo ese y me recompuse mientras Jed abría el coche. Envié un mensaje a Andreas conforme había conseguido hablar con un pez gordo de los mágicos, que ya le contaría cuando cenaramos juntos y que el Inspector Bram se había sublevado, amotinado y escapado secuestrando a Erebo en el proceso. Después puse en la tablet un anuncio a todos los soldados de la Alianza, una recompensa muy generosa por traer vivo al traidor de Bram.
- No es el mejor momento para tus sugerencias, ejecutor - dije claramente enfadado como solo un Wilhelm se puede cabrear - vamos a ir tras esos dos y los vamos a llevar vivos de vuelta a la Alianza y a hacer un maldito consejo de guerra.
Me subí al coche a la parte del conductor y puse en la tablet el programa para seguri los movimientos del coche en el que huyeron tanto Bram como Erebo, una vez localizados, puse la quinta marcha y apreté el acelerador hacia abajo para salir corriendo en su búsqueda y captura.
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Parece que el alto cargo de los mágicos estaba dispuesto a conversar conmigo, aunque rechazó la oferta y pude ver sonriente como los elementos subversivos mágicos se ofendían ante mi oferta. Nunca pensé que un dragón fuera tan valioso para ellos, lo tendré en cuenta para la próxima vez que tengamos que ahcer algo con ellos. Lo peor viene después, nunca creí que un Inspector, y más siendo un androide, se fuera a sublevar de esa manera pegándome y escapando con un rehén. ¡Maldita sea, ya tuvimos que dar el espectáculo delante de los magicosos y dar signos de debilidad! Me llevo el puño a la boca limpiandome la sangre que me hizo el bastardo ese y me recompuse mientras Jed abría el coche. Envié un mensaje a Andreas conforme había conseguido hablar con un pez gordo de los mágicos, que ya le contaría cuando cenaramos juntos y que el Inspector Bram se había sublevado, amotinado y escapado secuestrando a Erebo en el proceso. Después puse en la tablet un anuncio a todos los soldados de la Alianza, una recompensa muy generosa por traer vivo al traidor de Bram.
- No es el mejor momento para tus sugerencias, ejecutor - dije claramente enfadado como solo un Wilhelm se puede cabrear - vamos a ir tras esos dos y los vamos a llevar vivos de vuelta a la Alianza y a hacer un maldito consejo de guerra.
Me subí al coche a la parte del conductor y puse en la tablet el programa para seguri los movimientos del coche en el que huyeron tanto Bram como Erebo, una vez localizados, puse la quinta marcha y apreté el acelerador hacia abajo para salir corriendo en su búsqueda y captura.
Rei Wells
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Escuche lo que tenían que decir los mágicos, aunque poco me importaba, terminarían muertos a la primera de cambio. Rechazaron la oferta de Michael y me levante del suelo de la misma forma que Jed solo que yo si transforme mi brazo en arma apuntando a el coche de Bram pero fueron mas rápidos y lograron escapar... Al menos eso es lo que cree Michael, vi la recompensa que puso para encontrar a Bram vivo. Una táctica un tanto cobarde para mi gusto, si quería venganza que la haga él mismo. Pude haber disparado ya que mi rango de tiro y precisión eran perfectos y así llegar a atraparlos, pero esa no era una orden que me hubieran dado a mi, ademas de que esto claramente demostraba que los androides eramos mucho mejores que los humanos. Baje mi cañón volviendo a transformar mi brazo para notar la furia de ambos hombres. Tranquilamente me subí al auto y vi como el punto del gps se movía en función del otro auto.
No dije nada en ningún momento solo me quede mirando al frente mientras enviaba un informe a Andreas con todo lo ocurrido en esa pelea, sumado el secuestro del dragón y la huida del otro inspector y el cabreo de Michael. También le mande un mensaje al Bram avisando que íbamos por ellos. Si Michael quería encontrarlo tendría que mover su, como era... Oh si...Flácido trasero... Para llegar a encontrarlo. Solo deje que Michael saliera tras el punto del gps, llevándonos a Jed y a mi con él.
No dije nada en ningún momento solo me quede mirando al frente mientras enviaba un informe a Andreas con todo lo ocurrido en esa pelea, sumado el secuestro del dragón y la huida del otro inspector y el cabreo de Michael. También le mande un mensaje al Bram avisando que íbamos por ellos. Si Michael quería encontrarlo tendría que mover su, como era... Oh si...Flácido trasero... Para llegar a encontrarlo. Solo deje que Michael saliera tras el punto del gps, llevándonos a Jed y a mi con él.
post sin reg.
40-5 SF-10 plata+10 anteia= 35/150 PS
____________________
Le agradecí a Anteia aquellas palabras con una mirada brillante y sincera bajo todas aquellas capas de polvo y sangre reseca que cubrina mi rostro. Por algun motivo sus palabras de aliento me resultaban bastante reconfortantes, no que las cosas que ella me habia dicho se me hubiesen olvidado en algun momento, pero saber que la tenia en mi bando era como un gran plus. Y la verdad, guardaba buenos recuerdos de cuando me fugué y me iba a la casa de los knox en Londres y ella estaba por ahi con mi primo.
Ya estabamos todos de pie, Matvey se habia negado a aquello, la Alianza tuvo problemas internos, lo cual me arrancó una sonrisa, aunque no dejase de fruncir mi ceño todo el rato.... y Anteia realizó otra sanacion sobre mi que al menos logró que me dejase de sangrar la nariz. La miré a ella de reojo.
-Experimentaron contigo...? -le pregunté en voz baja. Uno mas a la lista.
Vino Ares entonces, y sonreí de oreja a oreja satisfecho de verle a él al menos de una pieza, ademas de a Sook. La elfa habia peleado como una autentica loba. Me reí por las palabras de Ares, y envainé mi katana. Quedé con el bate de Mérida en la mano, el cual me eché al hombro.
"cuatro strikes"
- Nosotros los de la Brigada hacemos toda clase de trabajos, ya sea de exorcismo, de amenizar una fiesta de despedida de soltera o soltero, de liberar a un monton de presos de los campos de concentracion o desratizar un bar. Por cierto, me apetece des-cervezar un bar.... - por todas las pintas de mi tierra, llevaba dias y dias sin parar de pelear, de correr de un lado para otro, de tramar, de huir....era hora de descansar. Extendí mi brazo hacia Ares, agarré su antebrazo en un estrechamiento de manos extra-fuerte y tiré de él hacia arriba para ponerlo en pie. Le di una palmada en el brazo acompañado de un apretón.- Has visto bro? Si nos lo proponemos...seremos imparables.
Le dije eso, pero estaba serio, porque pensaba en los compañeros que habian quedado sin conocimiento, pero él ya me habia mostrado su lealtad...a decir verdad, me habia mostrado algo mas que solo lealtad...pero estaba orgulloso de ver a donde habia sido capaz de llegar. Miré a Anteia y asentí.
-Necesitamos descansar. Pero Ares y yo...ambos llevamos un chip en el el cuello, ahi atras. - señalé la zona donde sospechaba que estaba. - Da descargas cuando queremos usar la magia, por eso no hemos podido. Y sospecho que lleva localizacion o algo asi. Por eso no deberiamos ir ninguno de los dos ni al hospital de Sherwood, ni al de Ouroboros...podriamos revelarles las coordenadas. No hemos tenido tiempo de quitarnoslo hasta ahora...ni...los conocimientos necesarios. - aunque me mantenía en pie todo el rato y mi voz seguía firme, la fiebre y el agotamiento general, golpeando mas fuerte ahora por la bajada de adrenalina, amenazaban ahora con derrumbarme definitivamente. Entonces recordé algo...ella seguro que sabia como arreglarlo. -Anteia...que se le da a un hombre lobo que se ha herido con plata? Muchas heridas que me hice antes se han cerrado con vuestras sanaciones, pero esa de la pierna...Y yo me salté esa lección en el colegio.
40-5 SF-10 plata+10 anteia= 35/150 PS
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Le agradecí a Anteia aquellas palabras con una mirada brillante y sincera bajo todas aquellas capas de polvo y sangre reseca que cubrina mi rostro. Por algun motivo sus palabras de aliento me resultaban bastante reconfortantes, no que las cosas que ella me habia dicho se me hubiesen olvidado en algun momento, pero saber que la tenia en mi bando era como un gran plus. Y la verdad, guardaba buenos recuerdos de cuando me fugué y me iba a la casa de los knox en Londres y ella estaba por ahi con mi primo.
Ya estabamos todos de pie, Matvey se habia negado a aquello, la Alianza tuvo problemas internos, lo cual me arrancó una sonrisa, aunque no dejase de fruncir mi ceño todo el rato.... y Anteia realizó otra sanacion sobre mi que al menos logró que me dejase de sangrar la nariz. La miré a ella de reojo.
-Experimentaron contigo...? -le pregunté en voz baja. Uno mas a la lista.
Vino Ares entonces, y sonreí de oreja a oreja satisfecho de verle a él al menos de una pieza, ademas de a Sook. La elfa habia peleado como una autentica loba. Me reí por las palabras de Ares, y envainé mi katana. Quedé con el bate de Mérida en la mano, el cual me eché al hombro.
"cuatro strikes"
- Nosotros los de la Brigada hacemos toda clase de trabajos, ya sea de exorcismo, de amenizar una fiesta de despedida de soltera o soltero, de liberar a un monton de presos de los campos de concentracion o desratizar un bar. Por cierto, me apetece des-cervezar un bar.... - por todas las pintas de mi tierra, llevaba dias y dias sin parar de pelear, de correr de un lado para otro, de tramar, de huir....era hora de descansar. Extendí mi brazo hacia Ares, agarré su antebrazo en un estrechamiento de manos extra-fuerte y tiré de él hacia arriba para ponerlo en pie. Le di una palmada en el brazo acompañado de un apretón.- Has visto bro? Si nos lo proponemos...seremos imparables.
Le dije eso, pero estaba serio, porque pensaba en los compañeros que habian quedado sin conocimiento, pero él ya me habia mostrado su lealtad...a decir verdad, me habia mostrado algo mas que solo lealtad...pero estaba orgulloso de ver a donde habia sido capaz de llegar. Miré a Anteia y asentí.
-Necesitamos descansar. Pero Ares y yo...ambos llevamos un chip en el el cuello, ahi atras. - señalé la zona donde sospechaba que estaba. - Da descargas cuando queremos usar la magia, por eso no hemos podido. Y sospecho que lleva localizacion o algo asi. Por eso no deberiamos ir ninguno de los dos ni al hospital de Sherwood, ni al de Ouroboros...podriamos revelarles las coordenadas. No hemos tenido tiempo de quitarnoslo hasta ahora...ni...los conocimientos necesarios. - aunque me mantenía en pie todo el rato y mi voz seguía firme, la fiebre y el agotamiento general, golpeando mas fuerte ahora por la bajada de adrenalina, amenazaban ahora con derrumbarme definitivamente. Entonces recordé algo...ella seguro que sabia como arreglarlo. -Anteia...que se le da a un hombre lobo que se ha herido con plata? Muchas heridas que me hice antes se han cerrado con vuestras sanaciones, pero esa de la pierna...Y yo me salté esa lección en el colegio.
Regreso de nuevo al campo de batalla en el que había dejado a mis compañeros, aunque he tardado unos minutos más de lo previsto al esperar a que me curasen un poco en el hospital. Espero que en ese tiempo de más no haya sucedido nada irreparable y que no haya caído ninguno. No teníamos suficiente con el demonio ese raro que encima han tenido que venir los putos eso de la Alianza. Por eso no puedo evitar llevarme una sorpresa cuando al llegar no me encuentro ni al bicho ni a los otros, se han esfumado como si nada.
- Joder...veo que habéis sido efectivos con eso de resistir y eliminar al enemigo. No sé cómo lo habéis conseguido, pero buen trabajo. ¿Los de la Alianza se cagaron con lo del demonio y se largaron? - suelto en voz alta tras soltar un largo silbido de admiración. Echo un vistazo alrededor para ver quiénes quedaban por allí, pues parece que ya han ido recogiendo a algunos heridos, gente que estaba antes tirada por el suelo y ya no está. Prefiero pensar que es eso, antes de pensar que se los han llevado los de la Alianza o algo así. La gente de la Brigada de las Mil Grullas sigue por aquí, siempre aguantando hasta el final de cada batalla y dando lo mejor de sí mismos. Lykaios no es el único peliazul del lugar, también lo acompaña otro muchacho con el cabello del mismo color. Supongo que la mujer elfa también será de su grupo, no me suena haberla visto por nuestra base. Matvey sigue por allí, y además ha llegado Anteia, que debe haber venido a asistir a los heridos.
Paso al lado del nigromante, antes quise decirle algo y no tuve la oportunidad. - Creo que va siendo hora de que Catherine y tu os veáis. - espeto de manera bastante directa, pasando de largo para ir hacia donde está Anteia. No la veo desde que fui a ver a Azahar a la casa de Ouroboros, y no llegué en muy buen momento. Quisiera preguntarle por ella, pero no es el entorno para hacerlo. Esperaré. Y también en algún momento tendrán que saber lo de Catherine, por ahora no lo sabe nadie. - ¿Dónde llevamos los heridos, Anteia? He llevado a un par al hospital del bosque, pero si son demasiados podemos repartirlos entre Ouroboros y el otro hospital. - me recorre un escalofrío al escuchar hablar a Lykaios sobre las heridas con plata, un asunto serio para los licántropos. Yo no he tenido que probar la plata por el momento, y espero no tener que hacerlo. - Qué cabrones...seguro que te han disparado esos que estaban ahí antes.- murmuro mirando las heridas de Lykaios, soltando un sonido de indignación. De repente, un mensaje de Catherine entra en mi mente. Arqueo una ceja con gesto divertido al escuchar lo de su antojo y lo de que casi quema media casa, e intento disimular cuando se da cuenta de que algo estaba yendo mal. Es difícil ocultarle el estado de mi mente, lo cual puede ser problemático en algunos momentos.
"Tranquila, había una pelea, pero ya lo hemos solucionado y no hay peligro. Volveré a casa pronto y mandaré a Chloe a robar a Desmond, a ella no le dirá nada si la pilla."
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PS: 150 - 5 (veneno)= 145
- Joder...veo que habéis sido efectivos con eso de resistir y eliminar al enemigo. No sé cómo lo habéis conseguido, pero buen trabajo. ¿Los de la Alianza se cagaron con lo del demonio y se largaron? - suelto en voz alta tras soltar un largo silbido de admiración. Echo un vistazo alrededor para ver quiénes quedaban por allí, pues parece que ya han ido recogiendo a algunos heridos, gente que estaba antes tirada por el suelo y ya no está. Prefiero pensar que es eso, antes de pensar que se los han llevado los de la Alianza o algo así. La gente de la Brigada de las Mil Grullas sigue por aquí, siempre aguantando hasta el final de cada batalla y dando lo mejor de sí mismos. Lykaios no es el único peliazul del lugar, también lo acompaña otro muchacho con el cabello del mismo color. Supongo que la mujer elfa también será de su grupo, no me suena haberla visto por nuestra base. Matvey sigue por allí, y además ha llegado Anteia, que debe haber venido a asistir a los heridos.
Paso al lado del nigromante, antes quise decirle algo y no tuve la oportunidad. - Creo que va siendo hora de que Catherine y tu os veáis. - espeto de manera bastante directa, pasando de largo para ir hacia donde está Anteia. No la veo desde que fui a ver a Azahar a la casa de Ouroboros, y no llegué en muy buen momento. Quisiera preguntarle por ella, pero no es el entorno para hacerlo. Esperaré. Y también en algún momento tendrán que saber lo de Catherine, por ahora no lo sabe nadie. - ¿Dónde llevamos los heridos, Anteia? He llevado a un par al hospital del bosque, pero si son demasiados podemos repartirlos entre Ouroboros y el otro hospital. - me recorre un escalofrío al escuchar hablar a Lykaios sobre las heridas con plata, un asunto serio para los licántropos. Yo no he tenido que probar la plata por el momento, y espero no tener que hacerlo. - Qué cabrones...seguro que te han disparado esos que estaban ahí antes.- murmuro mirando las heridas de Lykaios, soltando un sonido de indignación. De repente, un mensaje de Catherine entra en mi mente. Arqueo una ceja con gesto divertido al escuchar lo de su antojo y lo de que casi quema media casa, e intento disimular cuando se da cuenta de que algo estaba yendo mal. Es difícil ocultarle el estado de mi mente, lo cual puede ser problemático en algunos momentos.
"Tranquila, había una pelea, pero ya lo hemos solucionado y no hay peligro. Volveré a casa pronto y mandaré a Chloe a robar a Desmond, a ella no le dirá nada si la pilla."
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PS: 150 - 5 (veneno)= 145
Cero veneno para Lyka. Marditos. Fuck yeah. Mama is home.
30 + 10 = 40 PS y eliminación de veneno
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Anteia derivó su mirada de Matvey hacia Lykaios con un brillo cansado en los ojos -¿Realmente crees que abandonaría a mi familia? No quiero hablar del tema...No ahora, Lykaios- Respiró profundamente mientras sentía un escalofrío recorrerle el cuerpo de sólo recordar ciertas imágenes. La forma de sanar de los magos les daba demasiada curiosidad. Demasiada. Agujas, muchas agujas. Cerró los ojos un momento e inspiró profundamente para luego alzar la vista hacia Lykaios -Si se lo proponen serán exitosos, no imparables. Lykaios, avísame específicamente cuando necesites ayuda. No son imparables, Azahar ha perdido un ojo en la última batalla. Necesitan sanadores y cada vez somos menos. No juegues una Knox de nuevo, de acuerdo?- Esta vez, cuando habló lo hizo de una manera más seria, no sin quitar su tono maternal, pero era una reprimenda justa que de vez en cuando debía echarles.
Cuando mencionaron lo del chip no pude evitar mirar a Ian que recién había llegado. -¿Tú estás bien?- Se acercó a él preocupada y le tomó del rostro para mirarlo, ojeandole y tocándolo un poco a ver si daba con alguna herida. -Lo del chip Lucio puede hacerlo, pero es cierto que si tienen coordenadas va a estar complicado. Cuando suba a Ouroboros se lo mencionaré para saber cómo proceder. No me atrevo a realizar una cirugía. No es mi especialidad- Dijo y finalmente volvió su vista hacia Ian -Han estado perdidos demasiado tiempo- Murmuró, más para él que para la galería pero sabía perfectamente a lo que se refería así que sacó sus manos del rostro.
-Matvey ha llevado varios a Ouroboros, a través de sus portales y si has llevado un par al hospital... Este chico creo que lo he regenerado bien. ¿No?- Cuestionó a Ares con una sonrisa que se eliminó en cuanto Lykaios preguntó por la plata. El rostro de Anteia se volvió ceniciento antes de fruncir el ceño -Me lo tenías que haber dicho antes, no lo he percibido, perdona- Murmuró acercandose a él y tomando el rostro de Lykaios ahora, cerró los ojos y se puso a canalizar su energía sintiendo pronto el veneno que estaba corroyendolo. Inspiró profundamente y después soltó el aire mientras la luz azulada que generalmente salía de sus manos empezaba a ponerse gris mientras eliminaba la plata. Así estuvo varios segundos hasta que finalmente consideró que la había eliminado toda. Abrió los ojos y acercó el rostro de su primo al tuyo -Si no me llamas la próxima vez, te vas a quedar sin mis pastelitos. Avísame donde van a estar- Musitó y le dejó un beso en la frente antes de ir caminando hacia Matvey.
Finalmente le tocó el hombro con un rostro serio -¿Tienes alguna herida que precises curar con urgencia?- Inquirió antes de mirar por donde se habían ido los de la Alianza. Un sentimiento raro se anidó en su pecho -No confíes en ellos. Sé que ustedes son poderosos, pero ellos...Son retorcidos. ¿Tienen que hablar con el consejo para establecer la reunión? Quiero estar ahí...- Mencionó pensativa. Porque si atacaban ellos también iban a necesitar una sanadora. Estaría Lucio allí pero podrían necesitar ayuda igualmente.
30 + 10 = 40 PS y eliminación de veneno
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Anteia derivó su mirada de Matvey hacia Lykaios con un brillo cansado en los ojos -¿Realmente crees que abandonaría a mi familia? No quiero hablar del tema...No ahora, Lykaios- Respiró profundamente mientras sentía un escalofrío recorrerle el cuerpo de sólo recordar ciertas imágenes. La forma de sanar de los magos les daba demasiada curiosidad. Demasiada. Agujas, muchas agujas. Cerró los ojos un momento e inspiró profundamente para luego alzar la vista hacia Lykaios -Si se lo proponen serán exitosos, no imparables. Lykaios, avísame específicamente cuando necesites ayuda. No son imparables, Azahar ha perdido un ojo en la última batalla. Necesitan sanadores y cada vez somos menos. No juegues una Knox de nuevo, de acuerdo?- Esta vez, cuando habló lo hizo de una manera más seria, no sin quitar su tono maternal, pero era una reprimenda justa que de vez en cuando debía echarles.
Cuando mencionaron lo del chip no pude evitar mirar a Ian que recién había llegado. -¿Tú estás bien?- Se acercó a él preocupada y le tomó del rostro para mirarlo, ojeandole y tocándolo un poco a ver si daba con alguna herida. -Lo del chip Lucio puede hacerlo, pero es cierto que si tienen coordenadas va a estar complicado. Cuando suba a Ouroboros se lo mencionaré para saber cómo proceder. No me atrevo a realizar una cirugía. No es mi especialidad- Dijo y finalmente volvió su vista hacia Ian -Han estado perdidos demasiado tiempo- Murmuró, más para él que para la galería pero sabía perfectamente a lo que se refería así que sacó sus manos del rostro.
-Matvey ha llevado varios a Ouroboros, a través de sus portales y si has llevado un par al hospital... Este chico creo que lo he regenerado bien. ¿No?- Cuestionó a Ares con una sonrisa que se eliminó en cuanto Lykaios preguntó por la plata. El rostro de Anteia se volvió ceniciento antes de fruncir el ceño -Me lo tenías que haber dicho antes, no lo he percibido, perdona- Murmuró acercandose a él y tomando el rostro de Lykaios ahora, cerró los ojos y se puso a canalizar su energía sintiendo pronto el veneno que estaba corroyendolo. Inspiró profundamente y después soltó el aire mientras la luz azulada que generalmente salía de sus manos empezaba a ponerse gris mientras eliminaba la plata. Así estuvo varios segundos hasta que finalmente consideró que la había eliminado toda. Abrió los ojos y acercó el rostro de su primo al tuyo -Si no me llamas la próxima vez, te vas a quedar sin mis pastelitos. Avísame donde van a estar- Musitó y le dejó un beso en la frente antes de ir caminando hacia Matvey.
Finalmente le tocó el hombro con un rostro serio -¿Tienes alguna herida que precises curar con urgencia?- Inquirió antes de mirar por donde se habían ido los de la Alianza. Un sentimiento raro se anidó en su pecho -No confíes en ellos. Sé que ustedes son poderosos, pero ellos...Son retorcidos. ¿Tienen que hablar con el consejo para establecer la reunión? Quiero estar ahí...- Mencionó pensativa. Porque si atacaban ellos también iban a necesitar una sanadora. Estaría Lucio allí pero podrían necesitar ayuda igualmente.
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El miembro 'Anteia Malfoy' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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-Ngggg..... Me aburro, no se que hacer, tengo hambre.... Y decían que Inglaterra era interesante...
Mientras camino sin rumbo oigo alboroto a lo lejos.
-OH! Hay gente! Quizás se esté armando alguna pelea, es más, quizás incluso hay algún chico guapo Pienso en voz alta mientras no puedo evitar que se me caiga la baba de emoción.
En fin, me decido a ir a ver que pasa en el lugar de donde viene el ruido. Creí que seria interesante pero cuando llego veo a un grupo bastante malherido en un coche. La verdad había bastante sangre y no pude aguantar mucho mi figura dejando paso a alguna que otra arcada. Cuando por fin soy capaz de recuperarme decido acercarme y dejarme ver. Al descubrir a los chicos tan destrozados, no puedo evitar ofrecerles mi ayuda.
-Ehm... Hola.. ¿Necesitáis ayuda? Aunque aún soy un poco novicia puedo usar magia de sanación... Digo mientras muestro como brillan mis manos. Luego me doy cuenta de que una chica rubia ya los esta curando....
Mientras camino sin rumbo oigo alboroto a lo lejos.
-OH! Hay gente! Quizás se esté armando alguna pelea, es más, quizás incluso hay algún chico guapo Pienso en voz alta mientras no puedo evitar que se me caiga la baba de emoción.
En fin, me decido a ir a ver que pasa en el lugar de donde viene el ruido. Creí que seria interesante pero cuando llego veo a un grupo bastante malherido en un coche. La verdad había bastante sangre y no pude aguantar mucho mi figura dejando paso a alguna que otra arcada. Cuando por fin soy capaz de recuperarme decido acercarme y dejarme ver. Al descubrir a los chicos tan destrozados, no puedo evitar ofrecerles mi ayuda.
-Ehm... Hola.. ¿Necesitáis ayuda? Aunque aún soy un poco novicia puedo usar magia de sanación... Digo mientras muestro como brillan mis manos. Luego me doy cuenta de que una chica rubia ya los esta curando....
70-5 veneno= 65/150PS
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Observé aquella disrupcion entre las filas de la Alianza, no parecian en absoluto unidos. Tenia sentido...si su fuerza se sostenia sobre una tirania, esclavitud y represion, acabarian cayendo por su propio peso. Pero habia decidido que no podiamos esperar pacientemente a que la bola de nieve cayese por la ladera hasta romperse, pues aquello aun podia durar unos años. Debiamos volatilizar aquello con un alud,o .... mi mente divaga demasiado. Era consciente en que algunos delirios podrían acabar acechandome como no solucionase lo del veneno. Pero Anteia parecia una mujer mas que competente, y de ello me di cuenta cuando fue capaz de sanar tan solo son sus propias manos y energia magica la herida del licántropo provocada con plata.
Miré a Ian frunciendo mi ceño cuando fue tan directo metiendose en aquellos asuntos entre Catherine y yo. Es verdad, sabia que los dos chicos se llevaban bien, pero desconocia hasta que punto así que me tome aquello como una impertinencia...una impertinencia a la que no le faltaba razón. Aparté la mirada molesto.
-Lo sé... pero necesita tiempo para perdonarme, si es que puede. Cuando quiera verme, acudiré. No he sabido nada de ella desde que le di el sigilo.
Dirigí mi vista a Ares y Lykaios, pensando que seria un problema meter a aquellos con localizadores en la isla. Anteia afortunadamente se habia encargado de los primeros auxilios.
-Podemos enviar a alguien al lugar en el que os quedéis para que os extraigan los chips. Informando a Lucio.... - era basicamente lo que la mujer rubia acababa de decir. Asi que simplemente terminé de afirmar con la cabeza y recargué mi peso sobre el bastón de tosco roble.
Anteia vino hacia mi y colocó su mano en mi hombro, pese a que esa cercania se me hacia demasiado intima para ser las primeras palabras que cruzabamos, simplemente aparté mis ojos de la mano de la mujer para sostenerle la mirada y de paso, evaluar esos ojos y sus gestos. Mi cuerpo habia recibido varios embites durante la batalla, tenia varias magulladuras, cortes por la cara, alguna quemadura por culpa de Mérida y quizá alguna costilla fisurada. Pero las hemorragias severas se habian detenido ya...aunque el mareo me indicaba que eso no era todo.
-Envenenamiento, probablemente. Escorpiones del averno. -mascullé por lo bajo examinando la marca que me habia dejado una de ellas en la mano. -Sí, habrá un consejo, no puedo actuar por mi cuenta en algo como esto. - su petición me pilló levemente por sorpresa. Aunque al ver aquella determinacion tampoco me resultó tan extraño, tras uno de esos analisis mios basados simplemente en actitudes y gestos. -Valoraré los riesgos...ahora debería volver a Ouroboros a informar y a atender a la evolucion de los que fueron poseídos, sobre todo de la última en perder a Azi Dahaka.
Pero antes de decir nada mas, o de marcharme, miré a Ian con una peticion en los ojos. -Si vas con Catherine...pregúntale si ha usado el sigilo ya. De mi parte.
Apareció entonces una elfa pelirrosa, totalmente desconocida para mi. Alcé mi barbilla y la miré con un semblante un tanto serio y distante. No iba a permitir que una desconocida usase magia conmigo, ahi fuese altruismo o una maldita trampa. Al menos eso si...no tenia un aura demoniaca ni nada que le hiciese a uno elevar las barreras.
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Observé aquella disrupcion entre las filas de la Alianza, no parecian en absoluto unidos. Tenia sentido...si su fuerza se sostenia sobre una tirania, esclavitud y represion, acabarian cayendo por su propio peso. Pero habia decidido que no podiamos esperar pacientemente a que la bola de nieve cayese por la ladera hasta romperse, pues aquello aun podia durar unos años. Debiamos volatilizar aquello con un alud,o .... mi mente divaga demasiado. Era consciente en que algunos delirios podrían acabar acechandome como no solucionase lo del veneno. Pero Anteia parecia una mujer mas que competente, y de ello me di cuenta cuando fue capaz de sanar tan solo son sus propias manos y energia magica la herida del licántropo provocada con plata.
Miré a Ian frunciendo mi ceño cuando fue tan directo metiendose en aquellos asuntos entre Catherine y yo. Es verdad, sabia que los dos chicos se llevaban bien, pero desconocia hasta que punto así que me tome aquello como una impertinencia...una impertinencia a la que no le faltaba razón. Aparté la mirada molesto.
-Lo sé... pero necesita tiempo para perdonarme, si es que puede. Cuando quiera verme, acudiré. No he sabido nada de ella desde que le di el sigilo.
Dirigí mi vista a Ares y Lykaios, pensando que seria un problema meter a aquellos con localizadores en la isla. Anteia afortunadamente se habia encargado de los primeros auxilios.
-Podemos enviar a alguien al lugar en el que os quedéis para que os extraigan los chips. Informando a Lucio.... - era basicamente lo que la mujer rubia acababa de decir. Asi que simplemente terminé de afirmar con la cabeza y recargué mi peso sobre el bastón de tosco roble.
Anteia vino hacia mi y colocó su mano en mi hombro, pese a que esa cercania se me hacia demasiado intima para ser las primeras palabras que cruzabamos, simplemente aparté mis ojos de la mano de la mujer para sostenerle la mirada y de paso, evaluar esos ojos y sus gestos. Mi cuerpo habia recibido varios embites durante la batalla, tenia varias magulladuras, cortes por la cara, alguna quemadura por culpa de Mérida y quizá alguna costilla fisurada. Pero las hemorragias severas se habian detenido ya...aunque el mareo me indicaba que eso no era todo.
-Envenenamiento, probablemente. Escorpiones del averno. -mascullé por lo bajo examinando la marca que me habia dejado una de ellas en la mano. -Sí, habrá un consejo, no puedo actuar por mi cuenta en algo como esto. - su petición me pilló levemente por sorpresa. Aunque al ver aquella determinacion tampoco me resultó tan extraño, tras uno de esos analisis mios basados simplemente en actitudes y gestos. -Valoraré los riesgos...ahora debería volver a Ouroboros a informar y a atender a la evolucion de los que fueron poseídos, sobre todo de la última en perder a Azi Dahaka.
Pero antes de decir nada mas, o de marcharme, miré a Ian con una peticion en los ojos. -Si vas con Catherine...pregúntale si ha usado el sigilo ya. De mi parte.
Apareció entonces una elfa pelirrosa, totalmente desconocida para mi. Alcé mi barbilla y la miré con un semblante un tanto serio y distante. No iba a permitir que una desconocida usase magia conmigo, ahi fuese altruismo o una maldita trampa. Al menos eso si...no tenia un aura demoniaca ni nada que le hiciese a uno elevar las barreras.
Ares Kylee
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61 PS - 5 Sangrado = 56 PS
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Una mujer esbelta con el pelo dorado como los rayos del sol se puso a hacer curaciones a diestro y siniestro, en especial a Lykaios, acarició mis cabellos y continuó con sus cuidados a Lykaios pero este aun tenía mala cara debido al veneno de plata que llevaba dentro, él me ayudó a levantarme y nos dimos un apretón de manos, además de bromear sobre vaciar un bar. Sonreí.
- Hola, soy Ares, encantado... sobre la plata, intenté avisar al cabezón este de que tenían que verselo, lleva ya mucho tiempo así y no me hace caso.
Vi como anteia y Matvey decían que probablemente nuestra salvación fuera Lucio, ese nombre no me sonaba de nada, pero que debíamos ir a algún sitio y esperar allí a hacer la cirugía, pues los chips parece que tienen un sistema por el cual pueden saber en todo momento donde estamos, era un asunto bastante complicado pero mi cabeza daba miles de vueltas y no estaba para pensar en cosas muy grandes, más bien mis pensamientos se limitaban a poder mantenerme en pie y no caerme, además del hambre y de la sed que tenía. Mire aMatvey, quizá era una pregunta estúpida, el no ya lo tenía, así que debía intentarlo igualmente.
- Disculpad, Matvey, Anteia, pero ¿conoceís a alguien que no le importe tener un discípulo más? Cuando me quiten el chipo me gustaría poder tomar lecciones, no hace mucho que he descubierto mis poderes mágicos y que soy hijo de la Luna, quiero empezar a comportarme como tal y aprender a manejar mis poderes y poder ayudar... - dije tímidamente.
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Una mujer esbelta con el pelo dorado como los rayos del sol se puso a hacer curaciones a diestro y siniestro, en especial a Lykaios, acarició mis cabellos y continuó con sus cuidados a Lykaios pero este aun tenía mala cara debido al veneno de plata que llevaba dentro, él me ayudó a levantarme y nos dimos un apretón de manos, además de bromear sobre vaciar un bar. Sonreí.
- Hola, soy Ares, encantado... sobre la plata, intenté avisar al cabezón este de que tenían que verselo, lleva ya mucho tiempo así y no me hace caso.
Vi como anteia y Matvey decían que probablemente nuestra salvación fuera Lucio, ese nombre no me sonaba de nada, pero que debíamos ir a algún sitio y esperar allí a hacer la cirugía, pues los chips parece que tienen un sistema por el cual pueden saber en todo momento donde estamos, era un asunto bastante complicado pero mi cabeza daba miles de vueltas y no estaba para pensar en cosas muy grandes, más bien mis pensamientos se limitaban a poder mantenerme en pie y no caerme, además del hambre y de la sed que tenía. Mire aMatvey, quizá era una pregunta estúpida, el no ya lo tenía, así que debía intentarlo igualmente.
- Disculpad, Matvey, Anteia, pero ¿conoceís a alguien que no le importe tener un discípulo más? Cuando me quiten el chipo me gustaría poder tomar lecciones, no hace mucho que he descubierto mis poderes mágicos y que soy hijo de la Luna, quiero empezar a comportarme como tal y aprender a manejar mis poderes y poder ayudar... - dije tímidamente.
Casi al instante de recibir el mensaje mental de Catherine me llega uno de su hermano, Desmond, que parece que se han puesto de acuerdo para contactarme. Tal vez sea que me ha pillado pensando eso de mandar a Chloe a robarle comida, que es mucha casualidad que me pregunte por ella en este momento. Frunzo el ceño algo mosqueado, respondiendo de todos modos.
"No sé dónde está, pero puedes venir a casa y esperarla allí. Ah, y trae comida. Hemos quemado lo que teníamos para hacer. Tu hermana también está allí y creo que que quiere veros a ambos, que hace tiempo que no os veis"
Lo dejo caer así, para que no piense que pase nada malo. Ya luego que hablen con ella. Espero que mi mente quede tranquila por unos segundos, volviendo a centrarme en la gente que está aquí. La siempre atenta y maternal Anteia no tarda en acercarse a mí en cuanto me ve, tomando mi rostro un momento entre sus manos para preguntarme si estaba bien. Asiento con la cabeza, explicándole lo del hospital. - Sophia me atendió en el hospital del bosque para curarme las heridas. De todos modos no tenía nada demasiado grave. Otros se han llevado peor parte. - después se pone a preguntar y a atender a otros, con ese "modo madre" que la caracteriza. Yo creo que ya no tengo mucho más que hacer por aquí, ahora que están atendidos por Anteia y otra muchacha de cabellos rosados que se acerca ofreciendo ayuda. No la conozco de nada, pero su presencia no levanta sensación de peligro en mi instinto. Si tiene magia de sanación puede venir bastante bien a los heridos que quedan por aquí.
- Hola. Puees...tal vez puedas echar una mano a Anteia, ella también usa magia de sanación. Menos mal que has llegado ahora, unos minutos antes y te hubieses encontrado aquí con la Alianza y con un demonio muy jodido. - le explico brevemente a la muchacha, que ahora que me fijo en sus orejas clasifico como elfa. - Ellos te podrán guiar un poco. Yo tengo que marcharme ya. - pero antes de eso Matvey quiere darme un mensaje en referencia a Catherine, que acudirá cuando ella quiera. No hemos tratado el tema del nigromante desde hace mucho, pero se lo comentaré.
- Yo creo que ella querría verte. Digamos que eres lo más parecido a una figura paterna que tiene.- de eso entiendo bastante, aunque yo tenga padre siempre he tenido a Lyran como referencia paterna. - Se lo diré de todos modos. Eso del sigilo no tengo ni puñetera idea de qué es, pero se lo diré también-. No espero por ninguno, puesto que Matvey y Anteia se tienen que quedar a terminar de ayudar y a responder a Ares sobre la duda de maestros para una habilidad de la luna, lo cual me resulta interesante. Me quedaría a cotillear, pero luego le preguntaré a Anteia. - Quien quiera venir...os espero en mi casa. Nos vemos. - me despido de todos, usando desaparición para marcharme del lugar.
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PS: 145-5 (veneno)= 140
post con reg.
35-5= 40
40+40(anteia)= 80/150 PS y adios daño por plata *_*
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En ese momento volvió a aparecer Ian, que habia marchado para evacuar algunos heridos, y puso cara de sorpresa al ver que alli no quedaba nadie. Me rei pese al agotamiento y señale con el pulgar por donde se fueron.
-Trabajo en equipo, chaval. La alianza se largó cuando el viejo aqui presente se puso en plan mafias....
Sorbí por la nariz, mareado, dejando que ellos hablasen de sus cosas y adminsitraran el como repartir a los heridos. Esuché a Anteia y desvié mi cansada mirada hacia ella, guiñandole un ojo cuando dijo que no queria que hablasemos de esas cosas ahora.
"Entendido"
-Siii mamáa... - le dije a la mujer. Hasta el General de la Brigada de las Mil Grullas se sentía abroncado por los consejos de Anteia cuando llegaba el caso, pero oye, me gustaba. Oi lo de Azahar y arrugué mi nariz. -Dile a mi primita que venga a verme cuando haya recueprado mi magia, le enseñaré a usar el control del agua para la sanación. Y de paso si necesita que la anime un poco me encargaré de ello. No sabia lo que le habia pasado.
Asentí a lo que ella y Matvey dijeron, pareciendome lo mas adecuado ahora que ninguno nos estabamos muriendo.
Ella se acercó a mi cuando le conté aquello, con cara seria. Por un momento temí que no tuviese modo de eliminar la plata, pero solo requirió mas esfuerzo y concentracion. Me dejé en sus manos totalmente, confiando en ella. No cerré los ojos,queria ver que hacia. La sensacion fue extraña, no dolorosa, pero tampoco agradable del todo. La sensacion de alivio vino a los pocos segundos de que la luz se hubiese desvanecido....
-Gracias...en la playa de Durdle Door, un barco abanonado llamado el Escoces Borracho, en el limite de la costa. Trae pastelitos.
Tras su beso en la frente alcé la mirada satisfecho y sonriente, eran pocas las veces que me encontraba con mi familia de sangre pero me recordaba lo agradable que podia ser, y ahora con el plus de que mi cuerpo ya no amenazaba con derrumbarse. Me giré hacia Ares y sonreí de lado.
-Ella es Anteia Malfoy, esposa de mi primo Lyran...en resumidas cuentas, prima mía.
Escuché la pregunta que le hizo a Matvey y pensé que Ares sería un buen candidato para llevarlo a Ouroboros. Me habia demostrado en estos ultimos dias que podia contar con su fidelidad.
-Ya era hora, tio! - le solté una palmada a Ares con renovadas energias, en su espalda. Miré a Anteia y a Matvey. -Ares es de fiar. Si hay alguien en Ouroboros...cuando solucionemos la mierda de los chips...
Sobraba terminar aquella frase. -Yo mismo quiero encontrar a Altair Kirgyakos. Donde puñetas está? - habia algo de gruñido en mi voz cuando pregunté eso al nigromante.
Una voz desconocida llamó mi atencion y desvié la mirada viendo a una elfa de pelo rosa, bastante curiosa.
-Ey, aquí. - Ian se habia ido y Anteia no tardaría en irse. Le hice un gesto a mi prima para que se quedase tranquila. - ¿Quien eres?
35-5= 40
40+40(anteia)= 80/150 PS y adios daño por plata *_*
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En ese momento volvió a aparecer Ian, que habia marchado para evacuar algunos heridos, y puso cara de sorpresa al ver que alli no quedaba nadie. Me rei pese al agotamiento y señale con el pulgar por donde se fueron.
-Trabajo en equipo, chaval. La alianza se largó cuando el viejo aqui presente se puso en plan mafias....
Sorbí por la nariz, mareado, dejando que ellos hablasen de sus cosas y adminsitraran el como repartir a los heridos. Esuché a Anteia y desvié mi cansada mirada hacia ella, guiñandole un ojo cuando dijo que no queria que hablasemos de esas cosas ahora.
"Entendido"
-Siii mamáa... - le dije a la mujer. Hasta el General de la Brigada de las Mil Grullas se sentía abroncado por los consejos de Anteia cuando llegaba el caso, pero oye, me gustaba. Oi lo de Azahar y arrugué mi nariz. -Dile a mi primita que venga a verme cuando haya recueprado mi magia, le enseñaré a usar el control del agua para la sanación. Y de paso si necesita que la anime un poco me encargaré de ello. No sabia lo que le habia pasado.
Asentí a lo que ella y Matvey dijeron, pareciendome lo mas adecuado ahora que ninguno nos estabamos muriendo.
Ella se acercó a mi cuando le conté aquello, con cara seria. Por un momento temí que no tuviese modo de eliminar la plata, pero solo requirió mas esfuerzo y concentracion. Me dejé en sus manos totalmente, confiando en ella. No cerré los ojos,queria ver que hacia. La sensacion fue extraña, no dolorosa, pero tampoco agradable del todo. La sensacion de alivio vino a los pocos segundos de que la luz se hubiese desvanecido....
-Gracias...en la playa de Durdle Door, un barco abanonado llamado el Escoces Borracho, en el limite de la costa. Trae pastelitos.
Tras su beso en la frente alcé la mirada satisfecho y sonriente, eran pocas las veces que me encontraba con mi familia de sangre pero me recordaba lo agradable que podia ser, y ahora con el plus de que mi cuerpo ya no amenazaba con derrumbarse. Me giré hacia Ares y sonreí de lado.
-Ella es Anteia Malfoy, esposa de mi primo Lyran...en resumidas cuentas, prima mía.
Escuché la pregunta que le hizo a Matvey y pensé que Ares sería un buen candidato para llevarlo a Ouroboros. Me habia demostrado en estos ultimos dias que podia contar con su fidelidad.
-Ya era hora, tio! - le solté una palmada a Ares con renovadas energias, en su espalda. Miré a Anteia y a Matvey. -Ares es de fiar. Si hay alguien en Ouroboros...cuando solucionemos la mierda de los chips...
Sobraba terminar aquella frase. -Yo mismo quiero encontrar a Altair Kirgyakos. Donde puñetas está? - habia algo de gruñido en mi voz cuando pregunté eso al nigromante.
Una voz desconocida llamó mi atencion y desvié la mirada viendo a una elfa de pelo rosa, bastante curiosa.
-Ey, aquí. - Ian se habia ido y Anteia no tardaría en irse. Le hice un gesto a mi prima para que se quedase tranquila. - ¿Quien eres?
Intento de curación a Matvey
30 + 10 = 40 PS restaurado a Matvey y eliminado el veneno.
This is how we dooo oooo ooo (
___
No se me pasa muy por alto la conversación que Ian mantiene con Matvey pero prefiero no emitir comentarios ahora, es lo más sabio. Eso me hace sonreír, ese tipo de pensamientos me hace darme cuenta de los años que llevo encima y lo mucho que he cambiado desde que conocí el mundo mágico. Volví la vista hacia Lykaios sonriendo respecto a lo de Azahar pensando que le haría bien rodearse más de Knox, es más, debería haber más Knoxes en el mundo. Un raro sentimiento de repoblar el mundo con Knoxes se coló en mi corazón pero intenté controlarlo moviendo la cabeza con suavidad.
Subo el pulgar en señal de entendimiento respecto a la ubicación esperando que Matvey también la escuche bien porque tengo la mala manía de tener momentos de amnesia. Miro a la dulce muchacha que se acerca con toda la buena intención de curar y abro mi campo empático por si acaso encontrando sólo buena voluntad y sonrío de lado -Claro querida, siempre es bueno recibir ayuda. Ares o ella pueden tener aún algunas heridas- Señalo a Sook antes de volver a mirar a mi primo cuando me presenta, haciendo un elegante movimiento con la cabeza y una especie de reverencia al mejor estilo Malfoy antes de elevarse con un porte bastante grácil.
-Yo no puedo ayudarlos con Ouroboros. Nuestra colaboración es limitada, pero se lo haré saber a Catherine. Hasta donde sé los discípulos se ganan sus puestos en torneos. Pero puedo estar equivocada- Anteia se había ido empapando de la situación en Ouroboros y su funcionamiento ante la necesidad de trabajar en el hospital y ser la primera en incorporarse a la isla como una “extranjera”. Posdata: Tenía que preguntarle a Lyran qué era un hijo de la luna. Tras ello paso la vista hacia el nigromante oyendo lo del veneno y frunciendo la nariz de manera graciosa -Los demonios son cosas feas..- Se acercó para tomar el rostro de Matvey con la misma familiaridad con la que lo hizo con Lykaios y se concentró en curarlo, esta vez la luz pasó de azulada a negra pronto al sentir la potencia de veneno y frunció el ceño -Me ...Me estoy descomponiendo- murmuró hasta que finalizó la extracción, movió las manos alejándose y respirando profundo. Fue una sensación horrible. Sabía que había recibido el ataque del demonio de lleno y que la nariz le goteaba también por el esfuerzo de las curaciones así que se sacó una toallita húmeda -porque toda madre lleva toallitas húmedas encima- y se limpió bien el rostro aunque la presión mental seguía presente.
-Bien, creo que ya está- Se pasó las manos por el rostro tratando de avivarse hasta que escuchó a Ian decir que los esperaba en su casa y desaparecer. Volvió su vista azulada a Matvey y alzó las cejas -¿Ian...Un Hacksaw nos acaba de invitar a su casa?- Cuestionó antes de volver a acercarse al nigromante -A veces...No puedes esperar a que ellos vengan a ti, tienes que ir por ellos….- Alzó suavemente el hombro -Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite. Ley de vida- Le tomó de la mano sin preguntarle si va o no -Nos vemos después, Lyk, Ares, elfa de cabello envidiable- ¿Por qué ella no podía tener el cabello rosa? ¡Era hermosooooo! Con ese pensamiento desaparecen ambos directo a la casa de los Hacksaw.
30 + 10 = 40 PS restaurado a Matvey y eliminado el veneno.
This is how we dooo oooo ooo (
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No se me pasa muy por alto la conversación que Ian mantiene con Matvey pero prefiero no emitir comentarios ahora, es lo más sabio. Eso me hace sonreír, ese tipo de pensamientos me hace darme cuenta de los años que llevo encima y lo mucho que he cambiado desde que conocí el mundo mágico. Volví la vista hacia Lykaios sonriendo respecto a lo de Azahar pensando que le haría bien rodearse más de Knox, es más, debería haber más Knoxes en el mundo. Un raro sentimiento de repoblar el mundo con Knoxes se coló en mi corazón pero intenté controlarlo moviendo la cabeza con suavidad.
Subo el pulgar en señal de entendimiento respecto a la ubicación esperando que Matvey también la escuche bien porque tengo la mala manía de tener momentos de amnesia. Miro a la dulce muchacha que se acerca con toda la buena intención de curar y abro mi campo empático por si acaso encontrando sólo buena voluntad y sonrío de lado -Claro querida, siempre es bueno recibir ayuda. Ares o ella pueden tener aún algunas heridas- Señalo a Sook antes de volver a mirar a mi primo cuando me presenta, haciendo un elegante movimiento con la cabeza y una especie de reverencia al mejor estilo Malfoy antes de elevarse con un porte bastante grácil.
-Yo no puedo ayudarlos con Ouroboros. Nuestra colaboración es limitada, pero se lo haré saber a Catherine. Hasta donde sé los discípulos se ganan sus puestos en torneos. Pero puedo estar equivocada- Anteia se había ido empapando de la situación en Ouroboros y su funcionamiento ante la necesidad de trabajar en el hospital y ser la primera en incorporarse a la isla como una “extranjera”. Posdata: Tenía que preguntarle a Lyran qué era un hijo de la luna. Tras ello paso la vista hacia el nigromante oyendo lo del veneno y frunciendo la nariz de manera graciosa -Los demonios son cosas feas..- Se acercó para tomar el rostro de Matvey con la misma familiaridad con la que lo hizo con Lykaios y se concentró en curarlo, esta vez la luz pasó de azulada a negra pronto al sentir la potencia de veneno y frunció el ceño -Me ...Me estoy descomponiendo- murmuró hasta que finalizó la extracción, movió las manos alejándose y respirando profundo. Fue una sensación horrible. Sabía que había recibido el ataque del demonio de lleno y que la nariz le goteaba también por el esfuerzo de las curaciones así que se sacó una toallita húmeda -porque toda madre lleva toallitas húmedas encima- y se limpió bien el rostro aunque la presión mental seguía presente.
-Bien, creo que ya está- Se pasó las manos por el rostro tratando de avivarse hasta que escuchó a Ian decir que los esperaba en su casa y desaparecer. Volvió su vista azulada a Matvey y alzó las cejas -¿Ian...Un Hacksaw nos acaba de invitar a su casa?- Cuestionó antes de volver a acercarse al nigromante -A veces...No puedes esperar a que ellos vengan a ti, tienes que ir por ellos….- Alzó suavemente el hombro -Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite. Ley de vida- Le tomó de la mano sin preguntarle si va o no -Nos vemos después, Lyk, Ares, elfa de cabello envidiable- ¿Por qué ella no podía tener el cabello rosa? ¡Era hermosooooo! Con ese pensamiento desaparecen ambos directo a la casa de los Hacksaw.
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