Piazza Castello y Palazzo Reale

- Más que una teoría es una hipótesis. - le dije al soul con rentintín. Que rencoroso, la leche.... bufé. No tenía ningun interes en jugar con esto. Yo solo les robé aquel par de calaveras en aquella ocasion porque queria darle un empujoncito al dragon....

Los Soul aceptaron su rol en todo esto, llevando sus tesoros. Menos mal que Smaug no estaba cerca para ponerle ojitos. Esperaba de todos modos que el dragon pudiera recuperarse en cuanto amplificasemos el radio de accion de la magia a toda la ciudad... Adramelech se paró a mi lado, diciendo algo mas. Lo miré de reojo.

- Suerte. - y era sincero, necesitabamos que a todos nos saliese bien la cosa para que el plan funcionase.

Cuando se hubieron marchado miré a los demás
- Ahora bien, hay una entrada a las grutas oculta en algun lugar de ese palacio, pero para ello tendremos que abandonar tambien la seguridad de este escudo.

"ahora viene la parte sincera..."

-Ahora que la parte dificil no va a ser solo acceder a los subterráneos.... la orden se encarga de protegerlos, y asumo que incluso ahora estarán haciendolo. No se que podremos encontrar alli exactamente. Id preparados.

Dejé algunos minutos para que los integranes del equipo se preparasen todo lo que necesitasen para la mision. La mujer peliblanca, amiga de Sean (que en principio no reconoci como la dragona por el cambio, aunque algo pude intuir) decidió que acompañaria a los soul reaper. Una vez formados los grupos, abandonamos la seguridad de la cupula para prepararnos a realizar una incursión al Palazzo, donde en algun recondito pasadizo del sotano mas perdido se encontraba la entrada a las grutas

Brindó su ayuda a los recién llegados, brindó agua al resto de acompañantes de Adramelech, el señor Khaled parecía cansado, a su edad esas cosas no debían ser buenas y suponía que ya tenía una edad por la historia que les contaron sobre las calaveras, porque si tuviera que decirlo por su rostro jamás lo habría adivinado. No pasó mucho tiempo hasta que fue necesario abrir la barrera nuevamente y con la llegada de Setelah ya estaban todos los que eran necesarios para esa misión.

prestó mucha atención a las palabras del guardián, lo que decía tenía sentido sin embargo si él se iba la barrera se debilitaría, así que cuanto antes lo hicieran, mejor, por su parte los souls ya se estaban poniendo en marcha pero necesitarían a alguien que les protegiera, no conocían conjuros ni encantamientos de protección si su magia solo se limitaba al poder que las calaveras podían ofrecerles, se quedó unos instantes pensándolo hasta que Adramelech se puso en marcha -Espera un momento Adramelech, necesitareis ayuda, si vais a usar las calaveras como canalizadores para la magia no estaréis al 100% para protegeros las espaldas, es peligroso...- volvió la mirada para estudiar las posibilidades, a Setelah lo necesitaban, Lucio... ni en broma, solo conocía hechizos de defensa y curación, no sabía como funcionaba la cabeza de Giordano y a la mujer nueva no la conocía lo suficiente eso solo dejaba a una candidata, Zaphira.

La miró fijamente, no hizo falta que dijera nada pues ella ya sabía lo que pasaba, negó con la cabeza pues no estaba dispuesta a dejarlo solo pero era la única que podía ayudarlos, no sabía como convencerla así que sacó su as en la manga, su mirada de cachorrillo abandonado a la que pocas veces podía resistirse la dragona -Por favor Zaph, te necesitan, sin ti no podremos completar esta misión, por favor..- bingo, al final con un bufido aceptó de mala gana, a lo que el joven respondió con una sonrisa casi triunfal, ella se marchó junto a los Souls no sin antes dejar algunas advertencias y directrices, más vergüenza, al final hasta tuvo que meterle prisa para que el resto de los souls no la dejaran atrás.

Le sabía un poco mal pero en cuanto se alejan suspira aliviado, jamás dejaría de ser un crío a ojos de su amiga, casi que podría decir su hermana aunque a veces se comportara como su abuela. Setelah habla de nuevo, al parecer la entrada a las cuevas estaba en el castillo, debían dejar el escudo pero siempre que hubiera magia podría levantar otro pero si Setelah lo decía podría ser que fuera inútil -Puedo daros hechizos de protección individuales, tengo unos cuantos pergaminos, también algún encantamiento contra maldiciones pero no sé si sea suficiente, en cualquier caso debemos darnos prisa, con la magia tan limitada si me alejo del escudo se debilitará y no aguantará mucho, aún hay gente herida aquí y si cae la barrera no aguantarán ni una hora- toma su bolsa y saca dos pergaminos por cada persona que bajará a esas cuevas, los reparte por si llegaran a necesitarlos y prepara algún que otro encantamiento más que pueda serles útil, piensa en unos cuantos y mira a Setelah -La entrada está protegida por algún tipo de magia? si es así podría usar un encantamiento de detección para ahorrarnos trabajo- espera su respuesta mientras sigue escribiendo y recitando conjuros con los que va a cargar sus pergaminos, de los cuales ya le quedaban pocos.

Una vez están listos los preparativos se dirige con los otros al castillo, alguno de los magos random lo intercepta por si intentaba marcharse pero más o menos logra tranquilizarlo dándole algunas pautas a seguir para que puedan reforzar la barrera mientras él no está. Por fin llegan al castillo y después de un rato, por fin encuentran la entrada a las cuevas.

Estaba totalmente concentrada en su muchacho, hasta se había lamido un dedo para limpiarle una mejilla, estaba claro que no le hacía gracia, menos delante de Lucio, se había puesto rojo como un tomate y eso era tan malditamente divertido que le costó mucho no reírse, poco le duró la broma porque se había montado jaleo fuera de la barrera, Sean se apresuró a acercarse pues se trataba de los Souls que por fin habían llegado y estaban siendo perseguidos, el joven mago abre la barrera y ella corre tras él, se queda ahí esperando a que retomen el aliento cuando aparece también el "amigo" de Smaug, no conocía realmente cual era su relación pero si no se lo había comido debía ser bastante buena.

El jovencito de los Souls y Setelah hablan, exponiendo ambos la situación y lo que parecía el plan a seguir, estaba clarísimo que dónde fuera Sean iría ella o eso pensaba hasta que se giró para mirarla y pedirle ayuda, no lo dijo pero estaba clarísimo que en eso estaba pensando -No señor, ni hablar, yo me voy contigo, cada vez que te dejo solo te pasa algo! ni lo pienses- tendría que haber apartado la mirada y mantenerse firme porque el chico ya estaba poniendo esa carita, la miraba como si quisiera un juguete o en su caso un libro nuevo, diciendole que solo ella podía ayudar, "mierda" pensó mientras suspiraba y se daba por vencida, ese maldito crio se las iba a pagar después por manipularla de esa forma -Está bien! iré con ellos... tu ganas...- echa un vistazo a los que se supone que van a irse con su cachorro, con cara seria y en tono serio -Como le pase algo os enteráis...- dicho esto se marcha junto a Khaled y el resto, rumbo al edificio aquel de nombre raro.

Aparecí nuevamente en los límites de la cúpula, por desgracia ante un par de soldados pero ya que la magia había vuelto me di el placer de petrificarlos. Los hechizos de Sean casi siempre tenían una "puerta trasera" así que pronuncié las palabras adecuadas para abrir la barrera y poder entrar sin necesidad alguna de pedir ayuda a alguien del interior, lo primero que hice fue buscar al pequeño (que ya no lo es tanto) y a sus amigos descendientes, por desgracia por más que busqué no los encontré en toda la plaza, pregunté a todo el que pude y solo me decían que se habían adentrado en el castillo hacía ya mucho tiempo, tiene sentido, probablemente la entrada a las dichosas cuevas estuviera allí, fuera era imposible captar su olor pero una vez dentro a lo mejor conseguía algo, así que me dirijo hacia las puertas ignorando a los lepro.... heridos que se acumulaban en el lugar, había poca gente que pudiera curar y no daban a basto.

Paso por la gran puerta que da a un majestuoso recibidor lleno de más gente quejándose, ¿es que todos los castillos desde londres hasta italia estaban llenos de gente herida quejándose? -Castillo le fay 2.0- digo para mi misma antes de empezar la búsqueda, tarea difícil con tantos olores mezclándose en el aire, por suerte o más bien por desgracia, al fondo y saliendo por una puerta consigo ver un pelo de color lila o morado, cargando con el tío de la bata de baño, estaba bastante mal pero mientras Sean estuviera bien no importaba, me acerco para recibir a mi pequeño pero si tuviera el pelo negro se me habría puesto blanco en ese mismo instante, consigo ver sangre en el vientre de setelah, la herida está curada pero detrás aparece el chico, blanco como el papel, casi no podía tenerse en pie y llevaba la ropa rasgada y llena de sangre por no hablar de unas marcas en el brazo , oh y a su lado lucio con un nuevo look y Gio con su juguete.

Me acerco rápidamente para servir de apoyo a Sean, estaba preocupada pero también enfadada, había confiado en ellos y volvían hechos un asco, aunque Giordano parecía bastante enterito, tanto a él como a Lucio solo les dedico una mirada severa, esperaba que no hiciera falta nada más para que notaran mi enfado porque si llego a abrir la boca me los como a los dos. La chica de cabello morado se va junto a Setelah, deciden volver de inmediato -Nosotros nos quedaremos al menos una noche más aquí para descansar y no acepto ningún tipo de replica, negativa o cualquier otra cosa que se os pase por esas cabecitas, os calláis y esta vez me vais a obedecer, los tres- contesto mirando a los tres descendientes de forma severa, cual madre reprendiendo a sus hijos, si hace falta les doy con una chancla pero no pueden viajar en ese estado y parecen entenderlo, aunque un poco por las malas.

Salimos del castillo hasta la plaza y les voy informando de la situación -Los Soul han conseguido canalizar la magia, probablemente ya estén volviendo a Londres o de turismo, puede que Khaled dando de comer a sus perros chupa almas, en cualquier caso este sitio puede resistir pero nosotros nos vamos a la iglesia, ese lugar llama menos la atención y por el momento no estoy muy segura del alcance que tiene la mole... espero que me expliquéis que demonios ha pasado ahí abajo para acabar así de mal... dicho esto nos dirigimos hasta la iglesia de la gran madre di dio, a paso lento pues no estaba segura de que pudieran aparecerse .

Al final nos reunimos unas cuantas personas en la plaza entre guardias y otros que se ofrecieron voluntarios, Reiv ya se había unido en otras ocasiones a nosotros así que fui con él con mi traslador y el fénix que ya había repartido el resto para que todos pudiéramos bajar. Una vez nuestros pies tocaron tierra... unos mejor que otros, la vista de aquella plaza me trajo recuerdos, desagradables, pero que sin duda me habían llevado hasta donde estaba en ese momento. No tardé mucho en echar a correr por el lugar en línea recta hasta el lugar en el cual sabía que estaba la zona antimagia marcando el camino a los demás, todo parecía sospechosamente tranquilo pero no me iba a detener por eso si conseguía ganar tiempo -¡Debe ser aquel edificio!- dije sin detenerme y preparado para conjurar una barrera por si hiciera falta.

Podría haberse reído de lo que le había dicho Azahar. “Su princeso” pero… Pero no podía. ¿Y si SAM tenía razón y estaban fallando? La sensación del traslador sólo acrecentó las naúseas que tenía su cuerpo. Al llegar allí observó que la gente volvía a acumularse, empezando a salir de distintos callejones hacia un solo sitio.

No le costó demasiado ubicar a Sean cuando gritó. Ni a ella ni a los demás y gracias a su potenciador mágico detuvo los movimientos de muchos de ellos -¡SEAN APÚRATE!- Gritó con toda su fuerza y miró a Kyle -Llévala, yo los mantendré aquí- Le dijo a su compañero descendiente y movió el grifo para que se acercara al de él -Dile al princeso que estoy esperándolo- Murmuró.

Sin embargo, de pronto, la presión mental cambió. Confusión, terror, sueño real… Catherine sintió un escalofrío y ahogó un gemido -Lo lograron- Dijo en un murmullo y entonces observó a la gente desconcertada, desorientada que se reunía bajo los dos grifos voladores. Podía sentir su miedo, podía oír sus pensamientos y entonces Catherine hizo un encantamiento para que su voz resonara por toda Italia de ser necesario -SOIS LIBRES- Gritó sintiendo, que de alguna forma, esas dos palabras eran el final de una era y el inicio del otra. Como si el mundo contuviera el aliento mientras el destino era consciente de esas palabras.

Volvió a sentir ganas de llorar, pero de felicidad. ¿Cuántos años habían trabajado para acabar esta guerra? ¿Su padre estaría orgulloso? Probablemente, pero ella no estaría bien hasta que lo viera a él. Tomó las riendas del grifo en el momento en el que los demás guardias y el resto del equipo de rescate aparecía y se movían hacia el edificio donde estaba Sean, cuya estructura se veía peligrosamente endeble.

Había llegado sólo un poco de tiempo más tarde que los Descendientes pero al hacerlo miró con curiosidad a la gente que parecía desorientada. ¿Lo habían logrado? Él había visto a las máquinas detenerse. Ya no había disparos en el cielo y aunque al isla estaba en pánico todos estaban cumpliendo el plan de evacuación menos las dos mujeres más tercas de su vida después de su madre.

No dudó en moverse con los otros dos guardias que se habían quedado atrás con él para seguir la estela de los otros grifos.

Ya habían evacuado a todos en casa y los pequeños estaban todos ya en la biblioteca. Al menos allí estarían todos seguros. Sin embargo algo que había dicho Justin le estaba rodando la cabeza, quizás lo hubiera dicho sin querer o no, pero era verdad que aquello de estar cruzados de brazos era algo que le estaba atormentando los nervios. Ya en la biblioteca trató de localizar a su compañero porque… eran un equipo. Sin embargo, por más que buscó no era capaz de localizarlo por ninguna parte y nadie le había visto hasta que una señora le explicó que se había cruzado con él en dirección al hospital. De modo que no se había quedado de brazos cruzados.

Lanzó una mirada furtiva a su tía que estaba con los niños, y luego otra en dirección a la salida de la biblioteca. De modo que había un equipo de rescate para ir a por la gente de Turín y de Londres. Volvió a mirar a su familia sopesando qué es lo que debía de hacer y luego al exterior de nuevo. ¿Era miedo? Su hermana había conseguido vencerlo y ahora estaba en Italia…. Y estaba Iroh también. Y Justin también ha conseguido superar su miedo e ir a ayudar al hospital. ¿Por qué él no podía? ¿Qué se lo impedía? Se mordió el labio, cerró los ojos y se desapareció a la calle. Al alzar la mirada comprobó cómo el ataque estaba cesando. ¿Lo habrían conseguido? En ese caso no tenía tiempo que perder. Corrió para localizar el punto de encuentro del grupo que salía a Turín.

Lo siguiente que recordaba era estar en una ciudad que le era del todo desconocida. De modo que aquello era Italia… o lo que quedaba de ella. Observó con curiosidad a su alrededor a la multitud confusa, el edificio medio derruido… los descendientes moviéndose en aquella dirección y supo que era la correcta. Corrió con el grupo para salir de aquella plaza, dirección a la Torre.

115 PS
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El viajecito en traslador tenía tela, llevaba tiempo sin usar uno de esos y casi vomito las galletas con chocolate que me habia estado jalando antes con los mellizos en casa.... si es que quien me manda merendar tanto cuando estamos en alerta roja?

- Eh, que bonito, nunca habia estado en Italia! - dije observando alrededor....vale, podria haber sido mas bonito de no ser por el gentio raro que Cath tuvo que controlar.

Aproveché que aqui aun habia magia para curarme un poco las heridas causadas por los porrazos  y el veneno en Londres, eliminando cualquier efecto adverso con mis habilidades.

- Eso está hecho Cath

Me apresuré y junto con Kyle, dejamos atrás la plaza rumbo a aquella torre
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115+ 15 dado + 10 hab + 5 base + 40 vilya= 70 sanacion
PS a full de mango de nuevo
150/150

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'Curación' :

Al final tanto Allen como Lorcan decidieron acompañarme, así que nos pusimos en marcha hacia la zona de la ciudad en la que estaba la zona de refugiados. Se habían habilitado algunas áreas de edificios aledaños al palacio para que la gente tuviese un lugar para estar bajo techo, una solución temporal mientras se buscaban alternativas. Algunos se irían a otras ciudades, otros...tal vez buscarían una casa en condiciones en el propio Turín. Cualquier cosa daría igual si los de la misión no encontraban solución. Ese pensamiento me asaltaba con más frecuencia de la que me hubiese gustado. Probé a darles conversación por el camino, para distraerme un poco del maldito asunto.

- Me dijeron que por aquí está la zona para amplificar la energía mágica e irradiarla a toda la ciudad. Es uno de los puntos principales de concentración de energía. Fue muy útil a la hora de derribar los satélites de SAM.

Durante el trayecto había tenido que cargar a Aedan para llevarlo a hombros para así ir más rápido. Además, empezaba a caer la tarde y el frío invernal de enero calaba ya hasta los huesos. - Ya casi estamos, aunque supongo que sabes que esta es la zona en la que refugian a la gente. - comentó a Allen, imaginando que al ser Soul sabría cómo estaba organizado todo el asunto. - ¿Tú estabas viviendo por aquí o estás en Roma con el resto de de jefazos? - en cuanto a Lorcan...pues no tenía claro dónde se habría estado quedando. Finalmente entraron al viejo edificio, dividido en varios pisos. Los Knox solían estar en el de arriba, y su padre con la niña también. Los condujo a una zona con pinta de almacén con varios sofás y cajas medio destartalados, además de muebles cubiertos con sábanas. - Quédate con Aedan un momento, voy a buscar a Chloe. - bajó al crío de sus hombros para dejarlo con Lorcan, perdiéndose por las escaleras para ir a buscar a su hermana.

Sus pasos los llevaron hacia otro de los sectores de Turín, el castillo. Observo con atención mientras escuchaba las patas de Geri golpear el piso correteando detrás de Ian que aun llevaba al pequeño. Parecía que eso le hacía gracia al perro. En el camino, este había comenzado una charla amena, pero monótona, de lo que él se había enterado en su justa medida.

Antes de encaminarse hacia el lugar donde la mayoría de refugiados se encontraba, había escuchado sobre el par de sanadoras que podían ayudar al hombre con su mal, nunca se imaginó de quienes se podían tratar, tanto como lo había hecho con Savannah, porque ella era especial.

Podía añadir que era una de las zonas donde se refugiaba la gente, pero si, en general era la macro zona donde se conjugaban más de la mayoría. La creencia de estar juntos y protegidos ganaba ante el rechazo de seguir con ese estilo de vida por más tiempo, haciendo que se desperdigaran y no podía decir nada puesto que él era uno de ellos que se movía de un lado para el otro con esa cierta inquietud que le recorría constantemente.

-Nos quedaremos con él. – Asintió dejando que el niño se alejara e hiciera lo que quisiese siempre y cuando estuviera dentro de su radar de atención. -Vigílalo. - Esa sería la primera orden que le diera al perro y esperaba que lo entendiera, porque el solo movió la cabeza y las orejas mirándolo. Con un movimiento de su mentón le indico al niño haciendo que el saliera disparado. –Bueno…- Murmuro hacia el invitado. –Si gustas puedes ponerte comodo mientras esperamos que vuelva con la persona que te podrá ayudar. - Indico hacia el poco mobiliario esparcido por lo que podría llamarse una sala, y el misterio había sido descubierto. No sabía que Chloe podía ser una sanadora tan talentosa, a pesar de que ya le había recompuesto bastantes veces.

Estaba siendo un día larguísimo entre ayudar en el campamento, en la "casa" y el gripazo que había pillado con aquellos fríos. Fue a punto de irse a dormir cuando apareció su hermano para explicarme lo del Soul de la hermandad de sanación que buscaba ayuda para mejorar, así que no pudo negarse. Al menos saber lo que quería exactamente, era lo menos que podía hacer después de que les hubiesen dado refugio. Ian se había quedado arriba un rato con Aelin para dormirla después de cenar, liberando un rato a su padre como niñero. Se puso encima la capa de paño negro para tener menos frío, subiéndose un poco los cuellos para abrigar la garganta dolorida.

Al bajar las escaleras para ir donde le esperaban escuchó una voz familiar que no se esperaba allí. Maldito Ian, no le había dicho que venía Lorcan también. ¿Y ahora cómo se supone que iba a saludarlo después de haberse ido así el otro día? Se atusó un poco el pelo y se arregló la trenza antes de seguir bajando, saludando en general al entrar a la sala-almacén aquella. Respiró hondo, evitando mirar a cierto licántropo.

- Buenas, soy Chloe. Me ha dicho mi hermano que buscabas sanadora. ¿En qué puedo ayudarte? - se dirigió en primer lugar al que no conocía, mirando después muy brevemente a Lorcan con timidez. Por suerte estaba por allí Aedan jugando y se acercó corriendo a ella para darle un abrazo mientras gritaba "tiiita". Alzó al pequeño del suelo para espachurrarlo un poco, revolviéndole el pelo. - Anda, ¿y ese perrito tan guapo? - el niño le dijo que era de Lorcan, y que era su amigo. Al final tuvo que dirigirse a él porque sería raro no hacerlo.

- Ehmm...¿dónde lo encontraste? ¿tenía hermanos? - eso, hablar del perro podía romper el hielo para empezar. No quería seguir mosqueada con él, aunque tampoco sabía muy bien cómo retomar.

Estaba paseando por la plaza en esos momentos, habiendo sido transferida ahí junto a los tantos refugiados de Ouroboros.

La verdad que había sido estancia cuando menos poco agradable, esto debido a que aún tenía algunos problemas con su padre, y la verdad lo entendía, en su momento le dijo que se decepcionaba de ella y de sí mismo por lo que ha pasado.

Así que iba a la plaza para sentir la energía positiva y consolarse un poco, básicamente porque era todo lo contrario a su magia natural, la cual era terriblemente oscura. Y se sentía ultimadamente maldecida por ella.

A veces llegaba la punto de lamentar el hecho de estar viva, de haberle dado a su padre un motivo para estar preocupado, cuando él estaba tan conforme con las decisiones que había tomado antes de que ella viniera, aunque él realmente nunca se lo echó en cara.

Pero ella sabe bien qué eso no es porque no sea cierto.

Eso pensaba mientras caminaba despacio, con su ropa mal cuidada y su cabello enmarañado, que ya en este punto era un poco su aspecto más habitual, viéndose bastante miserable.

Y entonces de repente.

"¿No tienes la sensación de que algo muy malo va a pasar?"

Escuchó la voz de Amnael.

¿Por qué iba a?...

Pero ahora que lo mencionaba... Ahora mismo sentía... Flujos, como si de repente pudiera experimentar la magia a su alrededor de una forma qué antes no era capaz...

Y entonces lo vió en primera persona... Algunas personas empezaron a lanzar hechizos de la nada, otras parecían intentarlo sin lograrlo, algunas más empezaron a hacer un tipo de magia totalmente diferente al qué hacían, y se volvió todo realmente extraño.

Extraño y que le daba dolor de cabeza, era un poco como estar enfre del maldito árbol aquél, sobrecargaba ese nuevo sentido mágico qué le acababa de surgir.

Pero... Qué... Demon--

Se tambaleó evidentemente mareada todo era demasiado extraño y repentino, ¿Qué estaba pasando?... La verdad no se le ocurrió mirar al cielo en el momento...

Dado del caos:

El miembro 'Lemóni Cefiadis' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :

-Eso es bueno.- Respondí asintiendo cuando el rubio aseguró que no habían tenido problemas pero de todos modos miré a ambos lados vigilando los alrededores. -De nada.- Le dí una palmada en el hombro. -Si se están refugiando aquí es porque en su hogar no pueden estar, eso debe ser difícil. En mi caso, decidí dejar el lugar en el que nací y viajar por el mundo para ayudar allí donde hiciera falta, después me enteré de seres que nacían sin magia pero que se hacían con ella y me obsesione con encontrarlos para poder sanar aquello que la medicina convencional no puede. Pero al fin y al cabo fue mi decisión, no como ustedes que se vieron obligados. ¿Tienen novedades sobre el avance del velo de la muerte?-

Me encogí de hombros con algo de desgana cuando el moreno dijo que no era usual andar admitiendo por ahí que estaba experimentando con la magia. -Tampoco es usual que un ser que se caracteriza por transformarse con la luna llena y se vuelve sanguinario, se dedique a la medicina pero heme aquí.- Seres como yo éramos buenos guerreros pero no era una buena combinación el descontrol en los sanadores por eso suprimía ese costado mío con la poción matalobos. Me mostré abiertamente interesado en aquella sanadora que podría enseñarme y se llevaba muy bien con los míos pero apreté los labios en una línea tensa cuando mencionó que no estaba muy bien. -No quisiera molestar.-

Alcé las cejas al escuchar la idea del moreno. -Eso no se me había ocurrido, es una buena idea.- La risa del niño era contagiosa así que lo miré y sonreí brevemente mientras seguía al grupo por las calles italianas. -Por ahora solo hizo eso de mostrarme futuros en los lugares en los que me encuentro, no puedo ver el futuro de Londres, por ejemplo, porque no me encuentro allí. Es fácil reconocer cuando estoy viendo una premonición porque se ilumina.- Le respondí al rubio mientras caminábamos. Uno pensaría que se espantarían al escuchar sobre el intento de posesión de un demonio, a mí aún me daba escalofríos de solo recordarlo, pero se mostraron como si fuera lo más normal del mundo, vaya uno a saber con qué se enfrentaron ellos para resultarles tan corriente.

Finalmente llegamos al área que servía de residencia para los refugiados que estaba junto al palacio. -Eso tal vez hace que aquí la magia sea más fácil de manejar… o más impredecible…- Acote al comentario del moreno sobre la zona de amplificación de la energía mágica. -Si, pero quisiera ver con mis propios ojos cómo se encuentran, son huéspedes de los Soul Reapers, es nuestra responsabilidad que tengan calefacción y abrigo.- Me quedaría la duda de por qué no se hospedaban directamente en el palacio. Esbocé una sonrisa de lado y resoplé por la nariz ante el comentario del moreno. -Vivo en Roma pero comencé a aburrirme mucho allí, todo lo que había para hacer eran chequeos de rutina, limpiar caries y quitar callos.- Dije mientras entraba en el edificio, miraba a mi alrededor con curiosidad analizando el lugar, olfateaba el aire y paraba la oreja en busca de alguna pista de descontento entre los refugiados. Los seguí hasta el almacén/salón y miré las cajas intrigado. Me acerqué a una de ellas y traté de ver por algún agujero qué era lo que había en su interior. -Ah, gracias.- Respondí al ofrecimiento del rubio y tomé asiento en uno de los sofás. -Perdona, no escuché tu nombre…- Le dije mientras esperábamos. -¿A qué te dedicas?- Le pregunté, yo había contado varios detalles sobre mí, ahora quería saber sobre ellos.

Al escuchar pasos bajando por la escalera volví a ponerme de pie para mirar de arriba a abajo a una muchacha bellísima pero joven para mí gusto, estaba seguro que en unos años sería toda una rompecorazones. -Hola, mucho gusto Chloe, soy Allen, Soul Reaper miembro de la Hermandad de la Calavera de Sanación. Verás, soy nuevo en ésto de la magia y estoy buscando alguien que me enseñe algunos trucos. Me especializo en la medicina de combate pero me adapto fácil a lo que me digas.- Miró la tierna escena familiar y luego al rubio cuando ella se dirigió a él pero se mantuvo al margen… más o menos… -Tu hermano nos dijo que no te encontrabas muy bien, si quieres vuelvo en otra ocasión en la que te sientas mejor o, si me permites, puedo intentar hacer algo al respecto.- Entonces comenzaron a escucharse sonidos raros como de alboroto y miré a los presentes tratando de dilucidar si ellos tenían una explicación. En eso salió una ráfaga de magia de mí que tiró algunas cajas, una se movió hacia mí a gran velocidad, una sábana se puso a levitar por los aires y, al moverme para tratar de atraparla, noté que mi mano estaba desapareciendo. -Ustedes también están viendo ésto.- Pregunté girandome hacia Chloe y el rubio, para luego mirar lo que le estaba pasando a mi mano. Tal vez era una premonición y no me estaba dando cuenta.

Incremento temporal de poder mágico

Lo que dijera Allen hace unos momentos sobre lo difícil de ser un refugiado, porque tu hogar estaba destruido, le llego a fondo. Como el incendio que también lo había dejado sin hogar y a parte se había llevado a su madre, y ahora por segunda vez... Y muy a pesar de todo, no dejaba de molestarle.

-Así que eres una especie de trotamundos. - Dijo, debido a los comentarios de Allen sobre siempre moverse de un lado para el otro de forma inquieta, también podía entender eso. Al ser de su especie, muchas veces se le hacia imposible estar quieto un largo rato y luego con lo de quitar callos, arrugó la nariz en un gesto de repugnancia.

Y el también se sentó, pero al contrario que el hombre, el decidió descansar en una de las cajas de ese lugar, mientras observaba al niño y al perro que en un momento decidió que era buena idea recostarse en el piso. Parecía como si hubiese agotado energías. - Soy Lorcan. Uno de los miembros de la guardia de Ouroboros.- O de lo que fue Ouroboros si es que los descendientes no lograban restablecer todo a su cause. Se sintió cómodo mientras conversaba con el otro hombre, a pesar de que en un principio si que había tenido la desencia de sentirlo como una amenaza.

Los pasos que sintieran momentos después, el único efecto que causará en el, fue girar la vista hacia las escaleras por las cuales descendió la pelirroja. La actitud que percibió en el ambiente por parte de ella fue recibida completamente por cierto gesto cómico aunque al principio lo extrañará que no se le acercara a preguntar lo típico o a hablarle hasta por los codos. Tampoco parecía una persona enojada o molesta como le habían comentado. ¿En que más le habría mentido? Así que solo se cruzó de brazos y observó mientras dialogaban entre ellos... Era verdad que no se veía para nada bien, a sus ojos parecía demacrada. Resoplo antes de comezar a hablar. - Lo encontré metido en problemas y lo ayude... No lo se. - La pregunta también lo dejo con la interrogante. - ¿Tienes hermanos? - se dirigió hacia el perro, que ya se encontraba corriendo al encuentro de una nueva conocía y comenzaba a menear le la cola. Lorcan solo rodó los ojos mientras lo hacía. - Parece que le agradas, y mucho. -

Se puso en alerta ante las cajas siendo golpeadas por una rafaga de algo, poder magico, y se encamino hacia el niño y su tia, intentando evitar cualquier riesgo innecesario de accidentes. Miro la mano del Soul desaparecer, al igual que su sentido afinado del oido parecia descender dejandolo a la altura de un humano ordinario, lo que le causo molestias que le hicieron apretar los dientes.
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3.Inversion temporal de una habilidad.

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'Dado (10)' :

Volvió a dejar al niño en el suelo después de alzarlo un momento al saludarlo, haciéndole caso mientras le decía cosas del perrillo. Se agachó también a hacerle unas caricias mientras Lorcan explicaba su origen. - Mira, entonces se te parece. - respondió bromeando a lo de que se encontró al perro metido en problemas, rascándole las orejas y el cuello mientras el animal movía la cola feliz. - Suelo gustarle a los perros. - o al menos a la mayoría, pensó. Había uno al que no le gustaba, y allí estaba de visita en ese momento. Dejó a Aedan con su nuevo amigo, volviéndose a poner en pie mientras suspiraba levemente. Le dolía la cabeza y estaba cansada, pero también le hacía ilusión poder ayudar a alguien a mejorar y a aprender. Podía usar las enseñanzas de quienes le habían instruido en el hospital.

- Encantada, Allen. Yo estudié medicina y mejoré mis habilidades mágicas de sanación en el hospital de Ouroboros. ¿Desde cuándo tienes tus poderes de la hermandad?- avanzó hacia él, retirando de los sillones una de las telas que los cubrían para sentarse. - También estoy especializada en medicina en combate, llevo en esto desde que era una cría. Puedes decirme en qué tienes más dificultades o qué querrías mejorar para empezar desde ahí. - carraspeó un poco al escuchar lo que les había dicho Ian, que bien podría haberse callado. - Descuida, podemos seguir. Debe ser que cogí frío hace un par de días o así. En estos casos suele servir más la medicina corriente que la magia de sanación. ¿Tienes base en eso?- de repente se empezó a escuchar bastante jaleo en la calle, y a la vez comenzaron a pasar cosas raras con Allen y sus poderes. Parecían estar descontrolados, incluso una de sus manos se estaba volviendo invisible.

- ¿¿Estás bien?? - se levantó alarmada yendo en dirección a él, aunque echándole un vistazo de reojo a Lorcan. Él aparentemente estaba bien, sólo parecía molesto. Ella empezó a notarse acelerada, con el corazón a un ritmo más rápido de lo normal. Rápidamente conjuró alrededor de todos ellos un escudo defensivo, por si acaso se trataba de alguna amenaza que venía de la calle. Normalmente le habría llevado varios segundos para uno de gran tamaño tipo cúpula, pero ese le salió casi instantáneo.


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d10: hechizos más rápidos

El miembro 'Chloe Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (10)' :