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Recuerdo del primer mensaje :
Uno de los sitio más mágicos y misterioso de Turín tiene que ser el Grotte Alchemiche (o Cuevas Alquímicas). Están situadas justo debajo del Palazzo Madama, en la Piazza Castello y en las cuevas se suponen que está toda las energías esotéricas - tanto del bien como del mal, las cuales estan en guerra en la ciudad - ya que convergen y se encuentran en la ciudad.
En ellas se entrecruzan grandes lineas teluricas y geomanticas. Aqui operaban los cientificos de la casa Saboya, encargados de encontrar la Piedra Filosofal. Se accedia desde la cropta de la SS. Annunziata y de los subterraneos del Palazzo Reale. En el pasado numerosos hechiceros videntes y sabios famosos como Paracelos, Nostradamus o Cagliostro llegaron convocados para realizar investigaciones en ellas, bajo la protección de "Madama Reale"
Según las leyendas locales, hay tres cuevas en total y es casi imposible de alcanzarlas, porque el subterráneo de Turín está lleno de túneles y pasadizos secretos que fueron creados para confundir a la gente y proteger las cuevas. La leyenda dice que si usted fuese capaz de encontrar uno de ellos, verían como sus pensamientos, esperanzas y temores se materializan.
Se dice que el Príncipe Umberto de Saboya había logrado llegar a la primera. Sin embargo, una vez que la encontró, pensó en su mayor temor: ser asesinado. Posteriormente, fue asesinado en Monza sólo unos días más tarde.
Las grutas, que se extienden por toda la ciudad en forma de misteriosos tuneles y calles subterraneas, conectan estas las tres cuevas, que no son otras que aquellas que coincidirian con las ubiaciones de la Piazza del Statuto (la zona negativa) y la Piazza Castello/Palazzo Reale y la Iglesia de la Gran Madre (las zonas positivas).
La razón, desconocida para muchos, por la cual estas Cuevas son practicamente inalcanzables es gracias a la acción de los Guardianes, quienes se encargan de su protección de diversas maneras. Si alguien entrara sin su consentimiento o conocimiento expreso, aun logrando el objetivo de hallarlas, sufrirá de persecucion hasta su muerte.
Las cuevas estan protegidas por hechizos que vuelven dementes o aterrorizan con visiones a los intrusos para que se den la vuelta, y las grutas están plagadas de poderosas y feroces quimeras, seres muy longevos creados por el gremio de alquimistas que servian a la Orden
[TURÍN SUBTERRÁNEO]
Uno de los sitio más mágicos y misterioso de Turín tiene que ser el Grotte Alchemiche (o Cuevas Alquímicas). Están situadas justo debajo del Palazzo Madama, en la Piazza Castello y en las cuevas se suponen que está toda las energías esotéricas - tanto del bien como del mal, las cuales estan en guerra en la ciudad - ya que convergen y se encuentran en la ciudad.
En ellas se entrecruzan grandes lineas teluricas y geomanticas. Aqui operaban los cientificos de la casa Saboya, encargados de encontrar la Piedra Filosofal. Se accedia desde la cropta de la SS. Annunziata y de los subterraneos del Palazzo Reale. En el pasado numerosos hechiceros videntes y sabios famosos como Paracelos, Nostradamus o Cagliostro llegaron convocados para realizar investigaciones en ellas, bajo la protección de "Madama Reale"
Según las leyendas locales, hay tres cuevas en total y es casi imposible de alcanzarlas, porque el subterráneo de Turín está lleno de túneles y pasadizos secretos que fueron creados para confundir a la gente y proteger las cuevas. La leyenda dice que si usted fuese capaz de encontrar uno de ellos, verían como sus pensamientos, esperanzas y temores se materializan.
Se dice que el Príncipe Umberto de Saboya había logrado llegar a la primera. Sin embargo, una vez que la encontró, pensó en su mayor temor: ser asesinado. Posteriormente, fue asesinado en Monza sólo unos días más tarde.
Las grutas, que se extienden por toda la ciudad en forma de misteriosos tuneles y calles subterraneas, conectan estas las tres cuevas, que no son otras que aquellas que coincidirian con las ubiaciones de la Piazza del Statuto (la zona negativa) y la Piazza Castello/Palazzo Reale y la Iglesia de la Gran Madre (las zonas positivas).
La razón, desconocida para muchos, por la cual estas Cuevas son practicamente inalcanzables es gracias a la acción de los Guardianes, quienes se encargan de su protección de diversas maneras. Si alguien entrara sin su consentimiento o conocimiento expreso, aun logrando el objetivo de hallarlas, sufrirá de persecucion hasta su muerte.
Las cuevas estan protegidas por hechizos que vuelven dementes o aterrorizan con visiones a los intrusos para que se den la vuelta, y las grutas están plagadas de poderosas y feroces quimeras, seres muy longevos creados por el gremio de alquimistas que servian a la Orden
Me mordía el labio de abajo para no gritar, pero lo que no conseguía evitar eran los jadeos y los gruñidos de dolor. Que era eso? No paraba de moverse. No parecia una herida normal. Me apretaba la herida con ambas manos, hecho un ovillo en el suelo.
- prohibiciones...? - pregunté a aquella voz, sintiendo luego la presencia de Monica cerca de mi y la electrizante sensacion que producían las barreras de Sean en cuanto las conjuraba. Al menos el muchacho se habia andado mas rapido que yo.
Les dio algo de informacion. Uno de ellos recogió el pergamino que les habian tirado y lo leyó en silencio.
- N-no soy un impostor y ellos no son lad- - queria decir que ellos no eran ningunos ladrones de magia ni nada por el estilo, pero nada, que dificil era hablar, carajo. Siento como si la herida fuese profundizando mas y mas. Protesto ante el contacto de Lucio, pues parece querer examinarme, pero cambiar de posicion es molesto. Parasito ha dicho? Eso no suena bien. Aunque la joya de mi pecho brilla canalizando la magia para hacer su parte en la regeneracion de heridas, y el propio Lucio pone de su parte, aquello solo parece darle mas energía al bichaco y mas ganas de comer. Sujeto la mano del medimago con fuerza para que se detenga, ahogando un grito casi angustioso y con fuertes espasmos de dolor. Pero sin perder el estilo, eso, no.
- Mala idea, galeno....! - pero que hubiera reaccionado tan fuertemente a la magia me hizo pensar en algo. Quizá sabia como eliminarlo, o al menos detenerlo, pero eso tiraría abajo tambien la barrera de Sean y los dejaría desprotegidos ante cualesquiera otros ataques que quisieran lanzarles.... - creo que reacciona a la magia.
- Sí, no te equivocas. Para empezar, tendrás que demostrar que es verdad que no eres un impostor.
- Aquí tambien ha afectado lo que sea que ha pasado. Toda Turín se quedó sin magia salvo por estos pequeños reductos. Por eso ahora más que nunca debemos protegerlos.
El del pergamino, que habia estado en silencio leyendo, avanzó un par de pasos. - Es esto cierto? Y de dónde han sacado el poder que usan esos satélites? Porque me recuerdan a algo que conocemos muy bien.... Por lo que a nosotros respecta, no tenemos garantías de que no pretendáis vendernos. No seríais los primeros... incluso dentro de la orden de los guardianes hay alguno que se desvía de su camino....- se notaba la desconfianza en su voz, una voz femenina en este caso. Temían que quisieran robar lo unico que aun podia hacer frente a la desaparicion de magia. Pasó el pergamino a otro de ellos y se produjo una especie de silencio entre ellos. Me di cuenta de que hasta que no estuviesen cien por cien seguros de que lo que deciamos era verdad, no nos creerían del todo, y en cierto modo no los culpaba. Supuse que mi carnet de identidad sería mi habilidad.
- necesito distancia... alejaos cuanto podais- mascullé, mareado, apartandome de Monica y de Lucio. No queria tirar por tierra la barrera, pero por suerte, habia distancia aun entre ellos y nosotros, aunque esperaba que ellos colaborasen y se retirasen un poco, solo por si acaso. Me puse de rodillas, llegar a ponerme de pie parecia impensable ahora mismo. Me desaparecí y reaparecí frente a los guardianes, ahora si pude distinguirles mejor las caras. No tardé en hacerlo, porque tampoco creia que fuese a aguantar mucho. Levanté un puño cerrado y conjuré la zona de antimagia a nuestro alrededor. Abrí la mano para enseñarles lo que tenía, aquel pequeño trozo de mineral azabache y esférico. Instantáneamente, noté como aquello dejó de retorcerse en mi interior, y aunque la herida que habia dejado era severa, por fin pude respirar con normalidad. Los miré y sonreí de lado. - Barrett. Un placer. - luego fui yo mismo quien metió la mano en la herida y sacó lo que no debería estar ahi. No era pequeño, el cabrón. Que angustia. Casi vomito. De hecho lo hice, pero era mas sangre que otra cosa. Destruí al desagradable ser con mi katana, ahora que la magia no lo llamaba era poco mas que un cascaron vacio. Y luego, no fui capaz de saber que mas ocurría porque me quedé inconsciente ahi a los pies de los tios esos.
[...]
Me agaché pra tomarlo por los hombros y ponerlo boca arriba, para poder tomarle el pulso, seguía vivo. Había usado aquella habilidad - Ha dicho Barrett?. - Habría dicho algo más a sus acompañantes, pero...en ese momento las grutas temblaron. Lo que estaba ocurriendo en la Mole Antonelliana se dejó sentir aquí tambien. Los cristales que se habian apagado a nuestro alrededor hacia unos instantes a causa de la zona negativa de Setelah, ahora brillaban mucho mas que antes, como si latiesen. Fue un momento que duró solo unos diez segundos, por un momento pareció que fuesen a reventar con todos nosotros aqui adentro...pero tras aquellos instantes...volvieron a su estado habitual. O casi. - Que se supone que significa esto? Vosotros lo sabéis? También teneis que ver en ello? Explicáos de una vez. De vuestras respuestas dependerán muchas cosas....
- prohibiciones...? - pregunté a aquella voz, sintiendo luego la presencia de Monica cerca de mi y la electrizante sensacion que producían las barreras de Sean en cuanto las conjuraba. Al menos el muchacho se habia andado mas rapido que yo.
Les dio algo de informacion. Uno de ellos recogió el pergamino que les habian tirado y lo leyó en silencio.
- N-no soy un impostor y ellos no son lad- - queria decir que ellos no eran ningunos ladrones de magia ni nada por el estilo, pero nada, que dificil era hablar, carajo. Siento como si la herida fuese profundizando mas y mas. Protesto ante el contacto de Lucio, pues parece querer examinarme, pero cambiar de posicion es molesto. Parasito ha dicho? Eso no suena bien. Aunque la joya de mi pecho brilla canalizando la magia para hacer su parte en la regeneracion de heridas, y el propio Lucio pone de su parte, aquello solo parece darle mas energía al bichaco y mas ganas de comer. Sujeto la mano del medimago con fuerza para que se detenga, ahogando un grito casi angustioso y con fuertes espasmos de dolor. Pero sin perder el estilo, eso, no.
- Mala idea, galeno....! - pero que hubiera reaccionado tan fuertemente a la magia me hizo pensar en algo. Quizá sabia como eliminarlo, o al menos detenerlo, pero eso tiraría abajo tambien la barrera de Sean y los dejaría desprotegidos ante cualesquiera otros ataques que quisieran lanzarles.... - creo que reacciona a la magia.
- Sí, no te equivocas. Para empezar, tendrás que demostrar que es verdad que no eres un impostor.
- Aquí tambien ha afectado lo que sea que ha pasado. Toda Turín se quedó sin magia salvo por estos pequeños reductos. Por eso ahora más que nunca debemos protegerlos.
El del pergamino, que habia estado en silencio leyendo, avanzó un par de pasos. - Es esto cierto? Y de dónde han sacado el poder que usan esos satélites? Porque me recuerdan a algo que conocemos muy bien.... Por lo que a nosotros respecta, no tenemos garantías de que no pretendáis vendernos. No seríais los primeros... incluso dentro de la orden de los guardianes hay alguno que se desvía de su camino....- se notaba la desconfianza en su voz, una voz femenina en este caso. Temían que quisieran robar lo unico que aun podia hacer frente a la desaparicion de magia. Pasó el pergamino a otro de ellos y se produjo una especie de silencio entre ellos. Me di cuenta de que hasta que no estuviesen cien por cien seguros de que lo que deciamos era verdad, no nos creerían del todo, y en cierto modo no los culpaba. Supuse que mi carnet de identidad sería mi habilidad.
- necesito distancia... alejaos cuanto podais- mascullé, mareado, apartandome de Monica y de Lucio. No queria tirar por tierra la barrera, pero por suerte, habia distancia aun entre ellos y nosotros, aunque esperaba que ellos colaborasen y se retirasen un poco, solo por si acaso. Me puse de rodillas, llegar a ponerme de pie parecia impensable ahora mismo. Me desaparecí y reaparecí frente a los guardianes, ahora si pude distinguirles mejor las caras. No tardé en hacerlo, porque tampoco creia que fuese a aguantar mucho. Levanté un puño cerrado y conjuré la zona de antimagia a nuestro alrededor. Abrí la mano para enseñarles lo que tenía, aquel pequeño trozo de mineral azabache y esférico. Instantáneamente, noté como aquello dejó de retorcerse en mi interior, y aunque la herida que habia dejado era severa, por fin pude respirar con normalidad. Los miré y sonreí de lado. - Barrett. Un placer. - luego fui yo mismo quien metió la mano en la herida y sacó lo que no debería estar ahi. No era pequeño, el cabrón. Que angustia. Casi vomito. De hecho lo hice, pero era mas sangre que otra cosa. Destruí al desagradable ser con mi katana, ahora que la magia no lo llamaba era poco mas que un cascaron vacio. Y luego, no fui capaz de saber que mas ocurría porque me quedé inconsciente ahi a los pies de los tios esos.
[...]
Me agaché pra tomarlo por los hombros y ponerlo boca arriba, para poder tomarle el pulso, seguía vivo. Había usado aquella habilidad - Ha dicho Barrett?. - Habría dicho algo más a sus acompañantes, pero...en ese momento las grutas temblaron. Lo que estaba ocurriendo en la Mole Antonelliana se dejó sentir aquí tambien. Los cristales que se habian apagado a nuestro alrededor hacia unos instantes a causa de la zona negativa de Setelah, ahora brillaban mucho mas que antes, como si latiesen. Fue un momento que duró solo unos diez segundos, por un momento pareció que fuesen a reventar con todos nosotros aqui adentro...pero tras aquellos instantes...volvieron a su estado habitual. O casi. - Que se supone que significa esto? Vosotros lo sabéis? También teneis que ver en ello? Explicáos de una vez. De vuestras respuestas dependerán muchas cosas....
Demasiado bien les estaban saliendo las cosas hasta ese momento, mientras Setelah se esforzaba por excusarse Lucio ya se había acercado para curarlo con su anillo y canalizar la magia, lo que parecía ser aún peor pues parecía que le hacía más daño, Mira a los supuestos guardianes para pedirles que se detengan -¡Ya basta! esto no es lo que necesitamos en este momento! al parecer uno de aquellos hombres habia leído el pergamino que les había lanzado y ahora hacía preguntas -No os diremos nada hasta que paréis lo que le estáis haciendo a nuestro compañero, no pienso tratar con matones por muy guardianes que sean... los miró todo lo serio que pudo pero la verdad era que estaba muy preocupado, canalizaba toda la magia que podía para hacerla lo más fuerte y resistente, nada podía entrar o salir sin ser desintegrado o dañado de extrema gravedad, temía que le hicieran daño al resto, sobretodo a Lucio a Giordano, no lo permitiría mientras pudiera mantenerse en pie, de repente Setelah se levanta desapareciendo y haciéndolo de nuevo frente a ellos -¡No! Setelah!- apenas pudo bajar la barrera un instante antes de que lo hiciera, ¡menudo loco! ¿que sentido tendría una barrera de esas si simplemente pudieras aparecerte dentro? obviamente era algo extremadamente peligroso de hacer.
Analiza la situación todo lo rápido que puede, algo podría hacer para traer de vuelta a Setelah, pero este activa su habilidad y por lo que puede ver se saca algo asqueroso y acaba con ello él mismo, al menos ya no deberían preocuparse del alien, aún así nada aseguraba que aquellos tipos no le hicieran daño, quizás un actio ayudara a traerlo, iba a hacerlo pero entonces se le nubla levemente la vista a la vez que siente como pierde el equilibrio, no lo había notado pero su camiseta se sentía empapada, al mirarse la herida de la quimera esta había empezado a sangrar mucho, estaba perdiendo sangre pero no se había dado cuenta, tal vez la tensión del momento y el tener que estar más preocupado del resto que de él mismo no le dejaron notar aquello hasta que fue demasiado tarde, no puede evitar caer al suelo y apoyar una rodilla, todo sin dejar la barrera, de repente las luces de la cueva parpadean, como si se sobrecargaran de magia, como si se viera aumentada y canalizada, Zaph y los soul habían conseguido llegar hasta la mole antoneliana.
Uno de los guardianes parece pensar o intuir que tienen algo que ver con lo que acaba de ocurrir, toma aire poco a poco, intentando calmarse pues empezaba a acelerarse su ritmo cardiaco por la perdida de sangre -Hemos... encontrado un método de amplificar la magia, más o menos, ahora en teoría, en toda la ciudad se puede usar magia... eso nos dará tiempo pero teneis que ayudarnos con esos pozos de magia... no puede hablar mucho más sin sentir que se asfixia o que se va a comer el suelo, apoya ambas rodillas y una mano mientras con la otra sigue manteniendo a salvo a sus amigos, su familia.
------
Éxito: no pasa nah
Fallo: Veneno pal body por el zarpazo de Quimera.
Analiza la situación todo lo rápido que puede, algo podría hacer para traer de vuelta a Setelah, pero este activa su habilidad y por lo que puede ver se saca algo asqueroso y acaba con ello él mismo, al menos ya no deberían preocuparse del alien, aún así nada aseguraba que aquellos tipos no le hicieran daño, quizás un actio ayudara a traerlo, iba a hacerlo pero entonces se le nubla levemente la vista a la vez que siente como pierde el equilibrio, no lo había notado pero su camiseta se sentía empapada, al mirarse la herida de la quimera esta había empezado a sangrar mucho, estaba perdiendo sangre pero no se había dado cuenta, tal vez la tensión del momento y el tener que estar más preocupado del resto que de él mismo no le dejaron notar aquello hasta que fue demasiado tarde, no puede evitar caer al suelo y apoyar una rodilla, todo sin dejar la barrera, de repente las luces de la cueva parpadean, como si se sobrecargaran de magia, como si se viera aumentada y canalizada, Zaph y los soul habían conseguido llegar hasta la mole antoneliana.
Uno de los guardianes parece pensar o intuir que tienen algo que ver con lo que acaba de ocurrir, toma aire poco a poco, intentando calmarse pues empezaba a acelerarse su ritmo cardiaco por la perdida de sangre -Hemos... encontrado un método de amplificar la magia, más o menos, ahora en teoría, en toda la ciudad se puede usar magia... eso nos dará tiempo pero teneis que ayudarnos con esos pozos de magia... no puede hablar mucho más sin sentir que se asfixia o que se va a comer el suelo, apoya ambas rodillas y una mano mientras con la otra sigue manteniendo a salvo a sus amigos, su familia.
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Éxito: no pasa nah
Fallo: Veneno pal body por el zarpazo de Quimera.
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El miembro 'Sean Eire' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Dejo de hacer inmediatamente la canalización de magia sanadora en cuanto me doy cuenta de que eso sólo empeora la situación de Setelah, haciendo que esa especie de parásito de su interior se retuerza todavía más. No va a quedar otro remedio que extraerlo primero, abriendo allí donde se ve moverse. - Lo siento, deja que lo intente de otra forma. - me disculpo por el dolor extra que he podido provocarle, comenzando a pensar igual que él, que la magia sólo hace que esa cosa se mueva más, como si lo alimentase. Alzo la mirada hacia los guardianes cuando ellos mismos lo confirman, entornando los ojos con cara de estar bastante molesto con la situación. ¿No pueden simplemente creer en nuestra buena voluntad y dejarnos avanzar? aunque no nos ayuden, al menos que nos dejen seguir.
- ¡Que no somos impostores! - repito empezando a perder un poco la paciencia, raro en mí. - Si descubrís que tenemos malas intenciones, hacednos lo que queráis. Hasta entonces, dejadnos seguir. . - trato de impedir que Setelah haga una locura, pero de nada sirve que intente detenerlo, pues en un abrir y cerrar de ojos utiliza la desaparición para salirse del interior de la cúpula que había creado Sean. Peor todavía, va a plantarse frente a los guardianes. El propósito parece ser el de presentarse a los guardianes "formalmente", haciendo una demostración de aquello que podía hacer para ahogar la magia a su alrededor. Como si se tratase de un satélite en miniatura. Lo que sigue a continuación me hace recordar mis tiempos de estudiante, en los que me inflé a ver fotos de parásitos, pero pocos tan desagradables y grandes como este que se saca Setelah de las tripas.
- ¡Sean! ¡necesito que abras la barrera para ir a atenderle! - me giro rápidamente hacia él, pero entonces compruebo alarmado que él también requiere atención urgente. Corro hacia él para agacharme a su lado, pues está con una rodilla en el suelo, como si no pudiese aguantar más en pie. - Deja de esforzarte, estás sangrando demasiado. - le pido con preocupación, obligándolo a que se tumbe en el suelo para que pueda examinarlo y atenderlo correctamente. Después levanto su camiseta para ver su herida, un zarpazo que va del hombro al pecho, más profundo de lo que imaginaba. En estos momentos no pienso en otra cosa que no sea curarle, pero lo cierto es que habría estado bien poder hacer lo de la camiseta sin que fuese por una herida de por medio. Sitúo mis manos sobre su herida, comenzando a utilizar mi magia de sanación sobre Sean. Esta vez está potenciada gracias a la canalización de mi anillo, así que la herida no tarda mucho en dejar de sangrar. Intensifico un poco más el flujo de energía, de tal manera que conforme pasan los segundos la herida va cerrándose de manera progresiva, poco a poco. - Ni se te ocurra intentar levantarte cuando termine, ¿eh? que nos conocemos. Necesitas reposar por la sangre perdida.- murmuro mientras sigo con la sanación, aunque sigo escuchando lo que comentan de fondo los guardianes, sobre el efecto que hemos notado en las grutas. Debe ser porque Zaphira y los Soul lo han conseguido, sin duda.
- Las calaveras de los Soul Reaper, las hemos traído y parece que ha funcionado. Esos objetos son poderosos, pero no sé si será suficiente para contrarrestar el bloqueo de todos los satélites que orbitan alrededor del planeta. Por eso hemos venido aquí, a esta fuente de energía mágica...tal vez se pueda hacer algo similar a lo que han hecho esas calaveras. Ahora sabemos que funcionan, sigamos investigando por ese camino. - intento guiar la conversación con los guardianes hasta el punto en que ellos entienden y colaboran, aunque visto lo visto no sé si será posible.
- ¡Que no somos impostores! - repito empezando a perder un poco la paciencia, raro en mí. - Si descubrís que tenemos malas intenciones, hacednos lo que queráis. Hasta entonces, dejadnos seguir. . - trato de impedir que Setelah haga una locura, pero de nada sirve que intente detenerlo, pues en un abrir y cerrar de ojos utiliza la desaparición para salirse del interior de la cúpula que había creado Sean. Peor todavía, va a plantarse frente a los guardianes. El propósito parece ser el de presentarse a los guardianes "formalmente", haciendo una demostración de aquello que podía hacer para ahogar la magia a su alrededor. Como si se tratase de un satélite en miniatura. Lo que sigue a continuación me hace recordar mis tiempos de estudiante, en los que me inflé a ver fotos de parásitos, pero pocos tan desagradables y grandes como este que se saca Setelah de las tripas.
- ¡Sean! ¡necesito que abras la barrera para ir a atenderle! - me giro rápidamente hacia él, pero entonces compruebo alarmado que él también requiere atención urgente. Corro hacia él para agacharme a su lado, pues está con una rodilla en el suelo, como si no pudiese aguantar más en pie. - Deja de esforzarte, estás sangrando demasiado. - le pido con preocupación, obligándolo a que se tumbe en el suelo para que pueda examinarlo y atenderlo correctamente. Después levanto su camiseta para ver su herida, un zarpazo que va del hombro al pecho, más profundo de lo que imaginaba. En estos momentos no pienso en otra cosa que no sea curarle, pero lo cierto es que habría estado bien poder hacer lo de la camiseta sin que fuese por una herida de por medio. Sitúo mis manos sobre su herida, comenzando a utilizar mi magia de sanación sobre Sean. Esta vez está potenciada gracias a la canalización de mi anillo, así que la herida no tarda mucho en dejar de sangrar. Intensifico un poco más el flujo de energía, de tal manera que conforme pasan los segundos la herida va cerrándose de manera progresiva, poco a poco. - Ni se te ocurra intentar levantarte cuando termine, ¿eh? que nos conocemos. Necesitas reposar por la sangre perdida.- murmuro mientras sigo con la sanación, aunque sigo escuchando lo que comentan de fondo los guardianes, sobre el efecto que hemos notado en las grutas. Debe ser porque Zaphira y los Soul lo han conseguido, sin duda.
- Las calaveras de los Soul Reaper, las hemos traído y parece que ha funcionado. Esos objetos son poderosos, pero no sé si será suficiente para contrarrestar el bloqueo de todos los satélites que orbitan alrededor del planeta. Por eso hemos venido aquí, a esta fuente de energía mágica...tal vez se pueda hacer algo similar a lo que han hecho esas calaveras. Ahora sabemos que funcionan, sigamos investigando por ese camino. - intento guiar la conversación con los guardianes hasta el punto en que ellos entienden y colaboran, aunque visto lo visto no sé si será posible.
Ruego a Lucio que deje de hacer lo que está haciendo con Setelah, pues lejos de mejorarlo sólo está haciendo que empeore su situación. Permanezco al lado de Setelah mirándolo con expresión angustiada, especialmente cuando dicen eso de que le han atacado con un parásito. Esos malditos guardianes han atacado de buenas a primeras, y encima de manera radical, sin dar lugar a réplica. Trato dedetener a Setelah cuando dice que nos alejemos, pero no consigo que se quede quieto, a pesar de mis intentos y los del médico. Rápidamente me pongo en pie para ir tras él, aunque me detengo antes de chocar con la barrera que ha levantado Sean. Me giro rápidamente al chico para pedirle que abra la barrera, aunque Lucio se me adelanta y lo pide antes. Ahogo un grito al ver lo que hace Setelah con lo del parásito, medio tapándome la cara con las manos por la impresión. No tarda en caer al suelo, como era de esperar. El mercenario no parece ser la única baja del día, ahora también tenemos herido al descendiente de Merlín, que es incapaz de mantenerse en pie. El galeno se va a pasar atendiendo gente un buen rato, aunque para mí la prioridad es Setelah.
- ¡Ni os acerquéis a él! - - lanzo una mirada de rabia a los guardianes, temiendo que se les ocurra acercarse a Setelah ahora que está en el suelo. Dejo que Lucio y Sean se encarguen de decirles lo que está pasando en la Mole Antonelliana con lo de los Soul Reapers, esperando que eso sea suficiente para que de una vez abran los ojos. - El material que genera los pozos de magia ha caído en manos de la Alianza Humana, por culpa de un mago traidor que ahora mismo no está aquí. Setelah ha protegido muy bien el secreto, así que la culpa no es suya, el traidor dio con el secreto de la antimagia por otros medios. - evito por el momento decir cómo ha sido, prosiguiendo con lo que quiero de ellos. - Si aquí hay una potente fuente de energía mágica y material opuesto al de la antimagia... ¿por qué no usarlo? ¿y si sirve para contrarrestar los efectos? - lo último son un poco suposiciones mías, porque la única certeza que tenemos es sobre los satélites "pozos" de magia y que el material de las calaveras, alimentado por la energía mágica de la zona, ha conseguido amplificar la magia en todo Turín.
- Por favor...guiadnos por las cuevas hasta llegar a la fuente de energía...nadie podrá aguantar mucho más si la situación sigue así. - pido tras unos segundos de silencio, intentan apelar a su sentido del deber. Ahora ya les hemos dado información de sobra de nuestra misión, y creo que han aceptado que Setelah es uno de los guardianes. Los rostros de dichos guardianes permanecen fríos e impertérritos durante algunos segundos más, como si se lo estuviesen pensando. - ¿Qué decís? - pregunto con impaciencia, empezando a desesperarme ya. Finalmente parecen tomar una decisión, tras reunirse en círculo para hablar entre ellos. Uno se adelanta tras algunos minutos, dando el veredicto.
- Os guiaremos al mismo corazón de la energía mágica del planeta. Seréis testigos de lo que sólo los guardianes tienen permitido ver. Seréis supervisados por nosotros en todo momento. Cualquier intento por quebrantar las normas será castigado con la muerte de todos vosotros. Debéis realizar un Juramento Inquebrantable para no revelar la ubicación de este lugar, ni lo que significa. Prometeréis usar todo lo que consigáis de aquí sólo para restaurar el equilibrio y el orden. Seguidnos...- el grupo se da la vuelta y comienza a moverse de manera lenta y silenciosa, avanzando por el corredor pétreo. Dudo que podamos seguirles el ritmo teniendo en cuenta el estado de Setelah y el de Sean.
- ¡Ni os acerquéis a él! - - lanzo una mirada de rabia a los guardianes, temiendo que se les ocurra acercarse a Setelah ahora que está en el suelo. Dejo que Lucio y Sean se encarguen de decirles lo que está pasando en la Mole Antonelliana con lo de los Soul Reapers, esperando que eso sea suficiente para que de una vez abran los ojos. - El material que genera los pozos de magia ha caído en manos de la Alianza Humana, por culpa de un mago traidor que ahora mismo no está aquí. Setelah ha protegido muy bien el secreto, así que la culpa no es suya, el traidor dio con el secreto de la antimagia por otros medios. - evito por el momento decir cómo ha sido, prosiguiendo con lo que quiero de ellos. - Si aquí hay una potente fuente de energía mágica y material opuesto al de la antimagia... ¿por qué no usarlo? ¿y si sirve para contrarrestar los efectos? - lo último son un poco suposiciones mías, porque la única certeza que tenemos es sobre los satélites "pozos" de magia y que el material de las calaveras, alimentado por la energía mágica de la zona, ha conseguido amplificar la magia en todo Turín.
- Por favor...guiadnos por las cuevas hasta llegar a la fuente de energía...nadie podrá aguantar mucho más si la situación sigue así. - pido tras unos segundos de silencio, intentan apelar a su sentido del deber. Ahora ya les hemos dado información de sobra de nuestra misión, y creo que han aceptado que Setelah es uno de los guardianes. Los rostros de dichos guardianes permanecen fríos e impertérritos durante algunos segundos más, como si se lo estuviesen pensando. - ¿Qué decís? - pregunto con impaciencia, empezando a desesperarme ya. Finalmente parecen tomar una decisión, tras reunirse en círculo para hablar entre ellos. Uno se adelanta tras algunos minutos, dando el veredicto.
- Os guiaremos al mismo corazón de la energía mágica del planeta. Seréis testigos de lo que sólo los guardianes tienen permitido ver. Seréis supervisados por nosotros en todo momento. Cualquier intento por quebrantar las normas será castigado con la muerte de todos vosotros. Debéis realizar un Juramento Inquebrantable para no revelar la ubicación de este lugar, ni lo que significa. Prometeréis usar todo lo que consigáis de aquí sólo para restaurar el equilibrio y el orden. Seguidnos...- el grupo se da la vuelta y comienza a moverse de manera lenta y silenciosa, avanzando por el corredor pétreo. Dudo que podamos seguirles el ritmo teniendo en cuenta el estado de Setelah y el de Sean.
Antes de caer al suelo deshace la barrera, está claro que necesitan ir a por Setelah, tanto Lucio como Mónica se lo piden así que no se puede negar a pesar de no querer hacerlo, los guardianes tenían claras intenciones hostiles para con ellos y ya estaban las cosas lo suficientemente mal fuera como para perder gente en esa cueva. Cuando Lucio se acerca a atenderlo intenta negarse, lo suyo no era tan grave como lo de Setelah, tenía un agujero enorme y su pérdida de sangre era peor -No, puedes ocuparte después de mi... dame una poción y ve por setelah...- lo ignoró por completo, ayudandolo a tumbarse en el suelo o más bien obligandolo pues sus negativas no surtían efecto.
Cuando le levanta la camisa no puede evitar sentir un poco de vergüenza, apartando la mirada para no encontrarse con la del médico mientras toca su herida y la va curando, se muerde el labio inferior pues picaba un poco pero por suerte empieza a sentirse mejor, recuperando su ritmo cardíaco normal, respirando calmadamente y llevando la mano con la que no sujetaba el orbe a la de Lucio, volviendo a mirarle cuando le dice que no se levante -Siempre que intento ayudar acabo contigo curándome, creo que no debería salir de la biblioteca- dice mientras sonríe en tono de broma, ahora escucha a Mónica hablar con los guardianes, se sorprende al ver que aceptan llevarlos hasta la fuente de energía, abriendo los ojos como platos, se incorpora a pesar de la negativa de Lucio, se iba a enfadar con él pero tenían que seguir avanzando -Tenemos que seguir Lucio, ya estoy bien, no te preocupes por mi y cura a Setelah, está bastante mal... - echa un vistazo a Giordano, no sabía si pedirle ayuda o no para caminar, era tan raro a veces... pre fiere quedarse calladito y levantarse por su propia cuenta, mejor caminaba apoyándose en las paredes.
Levanta la vista a los guardianes para contestarles -Realizaremos el juramento, haremos lo que digáis con tal de recuperar el equilibrio, os doy mi palabra como descendiente de Merlín y miembro del consejo de los 20..- apenas puede mantenerse en pie así que mientras Lucio cura a Setelah no le queda otra que sujetarse de Giordano, solo esperaba que no se apartara como hizo con Johan cuando se desmayó en la habitación de josephine -Lo siento Giordano, solo será por un momento...-
Cuando le levanta la camisa no puede evitar sentir un poco de vergüenza, apartando la mirada para no encontrarse con la del médico mientras toca su herida y la va curando, se muerde el labio inferior pues picaba un poco pero por suerte empieza a sentirse mejor, recuperando su ritmo cardíaco normal, respirando calmadamente y llevando la mano con la que no sujetaba el orbe a la de Lucio, volviendo a mirarle cuando le dice que no se levante -Siempre que intento ayudar acabo contigo curándome, creo que no debería salir de la biblioteca- dice mientras sonríe en tono de broma, ahora escucha a Mónica hablar con los guardianes, se sorprende al ver que aceptan llevarlos hasta la fuente de energía, abriendo los ojos como platos, se incorpora a pesar de la negativa de Lucio, se iba a enfadar con él pero tenían que seguir avanzando -Tenemos que seguir Lucio, ya estoy bien, no te preocupes por mi y cura a Setelah, está bastante mal... - echa un vistazo a Giordano, no sabía si pedirle ayuda o no para caminar, era tan raro a veces... pre fiere quedarse calladito y levantarse por su propia cuenta, mejor caminaba apoyándose en las paredes.
Levanta la vista a los guardianes para contestarles -Realizaremos el juramento, haremos lo que digáis con tal de recuperar el equilibrio, os doy mi palabra como descendiente de Merlín y miembro del consejo de los 20..- apenas puede mantenerse en pie así que mientras Lucio cura a Setelah no le queda otra que sujetarse de Giordano, solo esperaba que no se apartara como hizo con Johan cuando se desmayó en la habitación de josephine -Lo siento Giordano, solo será por un momento...-
"oh por...nooo...no hagas esooo...."
Pensaba para mis adentros cuando Setelah protagonizó una escena digna de una peli de alien versus predator o algo asi. Si esta mision se habia convertido en una de esas pelis, yo ponia pies en polvorosa ya mismo, que los artistas excéntricos eramos los primeros en morir, y de aqui solo se iba a salvar Sean por ser la princesa. Lucio tambien moriria pronto, Mónica tenia alguna posibilidad, segun mi guion de Hollywood.
"ves, lo que yo te decia"
Pensé al ver caer a Sean de rodillas al suelo, sí, el seria el primero en morir. Y yo despues. Esta pelicula ya no me gustaba. Incluso el electrizante torrente de energia que recorrió la cueva no fue suficiente para detener aquellos pensamientos malos.
- Por favore alguien puede convencer a estos patéticos emús de que no somos el enemigo? - dije comenzando a exasperarme. Pero pareció que entre eso que acababa de pasar de la magia y la demostracion de Setelah y las palabras de los otros, acabaron por dar su brazo a torcer. La barrera magica de Sean se retiró y los guardianes aquellos comenzaron a caminar. - Mira que estos no esperan a nadie, te revientan a hostias y luego te dicen ahi te las apañes! Ves Sean, ves como hice bien en mancillar sus libros. Mi mano no se equivoca, es infalible.
Sean se levantó y me miró raro. Yo me ajusté mejor el pañuelo verde de mi cuello y le devolví la mirada. Que quería? por qué me miraba asi? Que deseaba de mi? Que siniestro. Que mirada tan perturbadora. Qué....
Carraspeo. Despues de mirarme, el muchacho no hace nada y echa a andar modo walking dead. Que momento mas incomodo, por favor. Las miradas silenciosas e intensas me ponen nervioso porque no se que quieren decir. Me espabilé y di un par de pasos para comenzar a andar tambien haciendo ver que ese momento no habia existido.
- Perdon, señores! Pueden aflojar el ritmo? - les grité a los malditos guardianes, que no parecian pararse a pensar que veniamos de luchar contra sus maldiciones y su ejercito de quimeras. De pronto noté el contacto de algo/alguien y en principio me sobresalté y pegué un bote hasta que me di cuenta de que era Sean, entonces me quedé en el sitio para que pudiera apoyarse y no se fuese a la puta. Lo miré extrañado, y un poco incómodo por la cercania. - Oh, asi que no estás enfadado. Pensé que me estabas mirando mal por lo del sandwich.... - le pasé una mano por la espalda y lo ayudé a caminar a mi lado, bien pegadito para que no se cayese.
Pensaba para mis adentros cuando Setelah protagonizó una escena digna de una peli de alien versus predator o algo asi. Si esta mision se habia convertido en una de esas pelis, yo ponia pies en polvorosa ya mismo, que los artistas excéntricos eramos los primeros en morir, y de aqui solo se iba a salvar Sean por ser la princesa. Lucio tambien moriria pronto, Mónica tenia alguna posibilidad, segun mi guion de Hollywood.
"ves, lo que yo te decia"
Pensé al ver caer a Sean de rodillas al suelo, sí, el seria el primero en morir. Y yo despues. Esta pelicula ya no me gustaba. Incluso el electrizante torrente de energia que recorrió la cueva no fue suficiente para detener aquellos pensamientos malos.
- Por favore alguien puede convencer a estos patéticos emús de que no somos el enemigo? - dije comenzando a exasperarme. Pero pareció que entre eso que acababa de pasar de la magia y la demostracion de Setelah y las palabras de los otros, acabaron por dar su brazo a torcer. La barrera magica de Sean se retiró y los guardianes aquellos comenzaron a caminar. - Mira que estos no esperan a nadie, te revientan a hostias y luego te dicen ahi te las apañes! Ves Sean, ves como hice bien en mancillar sus libros. Mi mano no se equivoca, es infalible.
Sean se levantó y me miró raro. Yo me ajusté mejor el pañuelo verde de mi cuello y le devolví la mirada. Que quería? por qué me miraba asi? Que deseaba de mi? Que siniestro. Que mirada tan perturbadora. Qué....
Carraspeo. Despues de mirarme, el muchacho no hace nada y echa a andar modo walking dead. Que momento mas incomodo, por favor. Las miradas silenciosas e intensas me ponen nervioso porque no se que quieren decir. Me espabilé y di un par de pasos para comenzar a andar tambien haciendo ver que ese momento no habia existido.
- Perdon, señores! Pueden aflojar el ritmo? - les grité a los malditos guardianes, que no parecian pararse a pensar que veniamos de luchar contra sus maldiciones y su ejercito de quimeras. De pronto noté el contacto de algo/alguien y en principio me sobresalté y pegué un bote hasta que me di cuenta de que era Sean, entonces me quedé en el sitio para que pudiera apoyarse y no se fuese a la puta. Lo miré extrañado, y un poco incómodo por la cercania. - Oh, asi que no estás enfadado. Pensé que me estabas mirando mal por lo del sandwich.... - le pasé una mano por la espalda y lo ayudé a caminar a mi lado, bien pegadito para que no se cayese.
Hago un sonido de reproche por la terquedad de Sean, siempre pidiendo que vaya a curar a otros antes que a él. El médico soy yo y yo decido lo que es mejor para cada paciente. No le digo nada porque va a hacer lo que él quiera, pero pongo cara de disconformidad. Nuestras miradas no se cruzan mientras utilizo mi magia de sanación sobre él, dándome la impresión de que evita mirarme o que está incómodo. Me desconcentro un poco y la curación me lleva más rato del esperado, aunque ya me termino de descentrar del todo cuando Sean pone su mano sobre la mía. Sonrío levemente, asintiendo para mirarle directamente a los ojos. - En eso coincido, eso de ser hombre de aventuras te está sentando fatal. Y...creo que te estoy acostumbrando mal con eso de ser tu médico personal. - susurro en tono más confidencial para que no nos escuche Giordano, aunque dudo que lo haga con los gritos que está pegando.
Suspiro con resignación cuando Sean decide desatender mis indicaciones, levantándose casi como un resorte cuando escucha la respuesta afirmativa por parte de los guardianes. Casi no puede ni tenerse, y sé que en algún momento tendré que volver a recogerle del suelo. - Voy.- respondo un poco serio cuando me dice que vaya con Setelah, caminando hacia él ahora que se ha levantado la barrera mágica. Mónica ya ha corrido hacia él en cuanto ha podido, y se encuentra con la cabeza del hombre sobre sus rodillas. - Se pondrá bien, no te preocupes. - le digo de manera amable, poniéndome después manos a la obra para utilizar mi magia sanadora sobre el agujero que se había abierto en las tripas. Al menos éste está inconsciente y no se empeñará en levantarse como ha hecho el cabezota de Sean. De tanto en tanto echo miradillas de reojo a Sean y a Giordano, que ya han comenzado a caminar para seguir a los guardianes. Está claro que tiene que apoyarse en él porque no puede. Niego con la cabeza y vuelvo a lo mío, a seguir cerrando la herida para que deje de sangrar y ser tan grande. No me pasan desapercibidos el gesto de preocupación de Mónica con Setelah, mientras le aparta suavemente el pelo de la cara. Esas muestras de afecto hacen que se me remueva algo, porque a mí también me gustaría poder estar así con Sean, aunque no puede ser, no debemos.
- Ya está...fuera de peligro. - concluyo cuando termino, levantándome del suelo mientra me limpio las manos con lo que llevo en mi maletín plegable. Después le entrego una poción a Mónica para que se la de a Setelah, y saco también una especie de camilla plegable para poder subir al herido hasta que despierte. La mujer utiliza una sencilla magia de levitación con la camilla tras cargar a Setelah, y de este modo nos ponemos en marcha los tres para seguir los pasos de Sean y Gio. Me adelanto un poco a Mónica para que pueda ir algo más despacio con Setelah, aunque sin ir demasiado deprisa para que pueda seguirnos el ritmo. Después llego a la altura de mis compañeros, que siguen a cierta distancia a los guardianes. Hablan de un sándwich, o algo así. Cosas de Giordano. Camino en silencio y sin meterme mucho en la conversación, pendiente de seguir el ritmo para no perdernos en esas grutas. Tras más de media hora de caminata los cristales de las paredes brillan cada vez con más intensidad, de manera que casi obliga a entornar los ojos. Ya debemos estar muy cerca.
Suspiro con resignación cuando Sean decide desatender mis indicaciones, levantándose casi como un resorte cuando escucha la respuesta afirmativa por parte de los guardianes. Casi no puede ni tenerse, y sé que en algún momento tendré que volver a recogerle del suelo. - Voy.- respondo un poco serio cuando me dice que vaya con Setelah, caminando hacia él ahora que se ha levantado la barrera mágica. Mónica ya ha corrido hacia él en cuanto ha podido, y se encuentra con la cabeza del hombre sobre sus rodillas. - Se pondrá bien, no te preocupes. - le digo de manera amable, poniéndome después manos a la obra para utilizar mi magia sanadora sobre el agujero que se había abierto en las tripas. Al menos éste está inconsciente y no se empeñará en levantarse como ha hecho el cabezota de Sean. De tanto en tanto echo miradillas de reojo a Sean y a Giordano, que ya han comenzado a caminar para seguir a los guardianes. Está claro que tiene que apoyarse en él porque no puede. Niego con la cabeza y vuelvo a lo mío, a seguir cerrando la herida para que deje de sangrar y ser tan grande. No me pasan desapercibidos el gesto de preocupación de Mónica con Setelah, mientras le aparta suavemente el pelo de la cara. Esas muestras de afecto hacen que se me remueva algo, porque a mí también me gustaría poder estar así con Sean, aunque no puede ser, no debemos.
- Ya está...fuera de peligro. - concluyo cuando termino, levantándome del suelo mientra me limpio las manos con lo que llevo en mi maletín plegable. Después le entrego una poción a Mónica para que se la de a Setelah, y saco también una especie de camilla plegable para poder subir al herido hasta que despierte. La mujer utiliza una sencilla magia de levitación con la camilla tras cargar a Setelah, y de este modo nos ponemos en marcha los tres para seguir los pasos de Sean y Gio. Me adelanto un poco a Mónica para que pueda ir algo más despacio con Setelah, aunque sin ir demasiado deprisa para que pueda seguirnos el ritmo. Después llego a la altura de mis compañeros, que siguen a cierta distancia a los guardianes. Hablan de un sándwich, o algo así. Cosas de Giordano. Camino en silencio y sin meterme mucho en la conversación, pendiente de seguir el ritmo para no perdernos en esas grutas. Tras más de media hora de caminata los cristales de las paredes brillan cada vez con más intensidad, de manera que casi obliga a entornar los ojos. Ya debemos estar muy cerca.
Los guardianes no se detienen ante las peticiones de Giordano, siguen avanzando sin pausa, a un paso que podría considerarse incluso ceremonioso. El silencio entre ellos es sepulcral, como si no necesitasen comunicarse mediante palabras o como si hubiese una conexión más profunda entre ellos. La gruta se ilumina cada vez más conforme pasan el tiempo, acabando por ser de un tono azulado e intenso, inundando de luz todo el lugar.
Unos pocos minutos más transcurren hasta que una amplia pasarela de piedra se convierte en el único camino a seguir. La iluminación se concentra ahora en símbolos y dibujos esquemáticos realizados sobre la propia piedra. Su aspecto sugiere que han sido dejados allí hace miles de años, en los albores de la civilización. Finalmente, los guardianes se detienen. Se posicionan separados a cada lado de la pasarela, permitiendo así el paso de aquellos que han decidido traer hasta aquí dada la situación de extrema necesidad. - Sólo saldréis vivos de aquí si sois dignos. Sólo si juráis... - declara uno con voz grave, clavando su mirada especialmente en los que van delante, Sean, Giordano y Lucio.
Otro de ellos extiende la mano, en un gesto de querer mostrar algo. - Acercaos...asomaos al corazón de la energía mágica, aquella que fluye a través de nosotros porque nacimos para estar en consonancia con ella, porque somos afines a ella. Recocijaos con aquello que sólo unos pocos elegidos como nosotros han podido contemplar... - lo que pretende mostrarle es un amplio y profundo cono en el suelo, del cual irradia toda esa luz y energía mágicas. El guardián espera pacientemente a que se acerquen, todavía con la mano extendida.
Se queda un tanto sorprendido por las palabras de Giordano, desde que llegaron a Turín no había hecho nada estúpido así que no tenía razón alguna para enfadarse con él, ni siquiera sabía a que bocadillo se refería -No pretendía mirarte mal, estaba pensando si sería buena idea pedirte ayuda, si no lo necesitara no lo pediría, la verdad es esperaba que te apartaras en cuanto me he acercado y respecto al bocata... no tengo ni idea de que estás hablando, no sería importante, puedo enfadarme porque dibujes un miembro en una libro con más de 500 años o por enviar un robot a una reunión importante, pero no por eso, aunque reconozco que me pasé un poco esa vez, lo siento- Hablaba pausadamente y con dificultad, sin embargo al acercarse cada vez más a la fuente de la magia, por algún motivo empieza a sentirse mejor, necesitando cada vez menos la ayuda de su compañero descendiente, los guardianes iban a su ritmo, todos juntos, en silencio, la verdad es que daban un poco de mal rollo pero si eso les ayudaba a recuperar la magia tenía que continuar.
Llega un momento en el que las luces se hacen tan intensas que casi tienen que cerrar los ojos, por suerte él mismo había creado un encantamiento para atenuar la intensidad lumínica, era necesario cuando alguna de sus invocaciones de luz se descontrolaban, Primero se lo lanzó a sí mismo, luego a Giordano y por último a Lucio que ya los estaba alcanzando, con él que tardó un poco más a cosa hecha, no mucho, lo justo para notar que estaba un poco de morros por haberle desobedecido pero ya conocía las consecuencias, posa suavemente la mano sobre sus ojos y pronuncia el encantamiento -Cuando la luz sea menos intensa desaparecerá, no os preocupéis, mejor ir con los ojos bien abiertos por lo que pueda pasar- ahora que tenía a Lucio al lado le habría gustado sujetarse de él, al menos tendría una excusa para estar cerca, pero no quería parecer un acosador ni muy empalagoso, lo cierto es que si se había convertido en su médico personal y lo último que quería era causarle problemas.
Una vez pasan la zona de azul intenso unos pocos minutos después, el encantamiento desaparece dejando ver la nueva estancia a la que habían llegado, una enorme pasarela de piedra marca el camino, no puede evitar emocionarse por las distintas marcas que hay en las paredes, no se parecen en nada a algo que haya visto, los símbolos y dibujos se dan un aire a otras cosas muy antiguas pero sin lugar a dudas aquello era único y especial, tanto que ya tiene esa mirada de niño el día de navidad, poco le dura pues más adelante los guardianes los esperan, mirando concretamente a los tres descendientes.
Se aventura a dar un paso por si mismo, apartándose de Giordano, pasara lo que pasara ahora mismo, si tenían que salir corriendo no se permitiría retrasarlos, camina hasta el guardián que les tiende la mano para ver la fuente de la magia, la luz era la misma que iluminaba la cueva pero daba una sensación diferente a todo lo que habían visto y sentido hasta entonces, vuelve la mirada a uno de los guardianes para que le resuelva algunas dudas -¿Qué debemos hacer ahora? antes de hacer el juramento me gustaría saber cómo neutralizamos la antimagia, de que forma esto nos puede ayudar a acabar con los satélites o contrarrestar su efecto? la magia solo es efectiva aquí y si tenemos que salir de la ciudad para acabar con ellos será inútil...y ¿cómo sabréis si somos dignos o no?.... no me gustaría una visita inesperada de un parásito como habéis hecho con Setelah-
Llega un momento en el que las luces se hacen tan intensas que casi tienen que cerrar los ojos, por suerte él mismo había creado un encantamiento para atenuar la intensidad lumínica, era necesario cuando alguna de sus invocaciones de luz se descontrolaban, Primero se lo lanzó a sí mismo, luego a Giordano y por último a Lucio que ya los estaba alcanzando, con él que tardó un poco más a cosa hecha, no mucho, lo justo para notar que estaba un poco de morros por haberle desobedecido pero ya conocía las consecuencias, posa suavemente la mano sobre sus ojos y pronuncia el encantamiento -Cuando la luz sea menos intensa desaparecerá, no os preocupéis, mejor ir con los ojos bien abiertos por lo que pueda pasar- ahora que tenía a Lucio al lado le habría gustado sujetarse de él, al menos tendría una excusa para estar cerca, pero no quería parecer un acosador ni muy empalagoso, lo cierto es que si se había convertido en su médico personal y lo último que quería era causarle problemas.
Una vez pasan la zona de azul intenso unos pocos minutos después, el encantamiento desaparece dejando ver la nueva estancia a la que habían llegado, una enorme pasarela de piedra marca el camino, no puede evitar emocionarse por las distintas marcas que hay en las paredes, no se parecen en nada a algo que haya visto, los símbolos y dibujos se dan un aire a otras cosas muy antiguas pero sin lugar a dudas aquello era único y especial, tanto que ya tiene esa mirada de niño el día de navidad, poco le dura pues más adelante los guardianes los esperan, mirando concretamente a los tres descendientes.
Se aventura a dar un paso por si mismo, apartándose de Giordano, pasara lo que pasara ahora mismo, si tenían que salir corriendo no se permitiría retrasarlos, camina hasta el guardián que les tiende la mano para ver la fuente de la magia, la luz era la misma que iluminaba la cueva pero daba una sensación diferente a todo lo que habían visto y sentido hasta entonces, vuelve la mirada a uno de los guardianes para que le resuelva algunas dudas -¿Qué debemos hacer ahora? antes de hacer el juramento me gustaría saber cómo neutralizamos la antimagia, de que forma esto nos puede ayudar a acabar con los satélites o contrarrestar su efecto? la magia solo es efectiva aquí y si tenemos que salir de la ciudad para acabar con ellos será inútil...y ¿cómo sabréis si somos dignos o no?.... no me gustaría una visita inesperada de un parásito como habéis hecho con Setelah-
Voy escuchando la conversación entre Giordano y Sean mientras camino cerca de ellos, aunque marcando a propósito cierta distancia. Puede que sea una actitud poco madura, pero en este momento estoy molesto por el modo en que siempre desatiende y desobedece mis consejos como médico. Ya estoy acostumbrado a que los pacientes no cumplan a rajatabla todo lo que les digo, pero que también lo haga Sean me fastidia, ya que me preocupo por su salud más allá del simple interés profesional como médico. En este momento no puedo evitar pensar en que tal vez debería haberme quedado allí, en el castillo Le Fay, atendiendo mis obligaciones en la enfermería. Sé que hay otros médicos para ayudar, pero tampoco termino de quedarme tranquilo. Sigo un tanto ausente con esos pensamientos, sin apreciar demasiado lo que hay a nuestro alrededor, aunque al entrar a la cueva me había llamado mucho la atención.
Asiento a Sean cuando se acerca un momento para hacer un encantamiento útil para que la intensa luz no nos moleste, pero no le digo nada más por ahora. Suspiro cuando vuelve a alejarse, caminando varios minutos más hasta que por fin desciende de nuevo la luz. Echo un vistazo hacia Setelah y Mónica, que van algo atrasados por eso de que la camilla del inconsciente Setelah va levitando. Habrá que llevarlo a un lugar con enfermería cuando salgamos de aquí, para que pueda descansar. Por fin parece que llegamos a un lugar de interés, los dibujos de las rocas consiguen captar mi atención y hacerme sentir como un insignificante grano de arena en lo que es la Historia. Desvío la mirada hacia los guardianes cuando se detienen cerca de la entrada a la fuente, caminando hacia Sean para no dejarlo solo cuando se aventura a hacer las preguntas que todos tenemos. Suena muy complejo todo lo que dicen, demasiado críptico.
- Necesitamos que forméis parte de esto, que no nos abandonéis una vez que hemos llegado aquí. El descendiente de Merlín lleva razón, nada nos asegura que haber llegado hasta aquí nos sirva de algo. Hay que arreglar la situación en el resto del mundo. - me adelanto un poco más, hacia el guardián que ha extendido la mano para mostrarnos la energía que surge del suelo. Me asomo totalmente atraído y fascinado por lo que ahí se ve, sintiendo casi mareo por la intensidad e inmensidad de lo que hay ante nosotros. Alzo la cabeza despacio, pasándome una mano por la frente antes de volver a mirar a los misteriosos guardianes. - Vale, ¿cuál es el plan ahora?
Asiento a Sean cuando se acerca un momento para hacer un encantamiento útil para que la intensa luz no nos moleste, pero no le digo nada más por ahora. Suspiro cuando vuelve a alejarse, caminando varios minutos más hasta que por fin desciende de nuevo la luz. Echo un vistazo hacia Setelah y Mónica, que van algo atrasados por eso de que la camilla del inconsciente Setelah va levitando. Habrá que llevarlo a un lugar con enfermería cuando salgamos de aquí, para que pueda descansar. Por fin parece que llegamos a un lugar de interés, los dibujos de las rocas consiguen captar mi atención y hacerme sentir como un insignificante grano de arena en lo que es la Historia. Desvío la mirada hacia los guardianes cuando se detienen cerca de la entrada a la fuente, caminando hacia Sean para no dejarlo solo cuando se aventura a hacer las preguntas que todos tenemos. Suena muy complejo todo lo que dicen, demasiado críptico.
- Necesitamos que forméis parte de esto, que no nos abandonéis una vez que hemos llegado aquí. El descendiente de Merlín lleva razón, nada nos asegura que haber llegado hasta aquí nos sirva de algo. Hay que arreglar la situación en el resto del mundo. - me adelanto un poco más, hacia el guardián que ha extendido la mano para mostrarnos la energía que surge del suelo. Me asomo totalmente atraído y fascinado por lo que ahí se ve, sintiendo casi mareo por la intensidad e inmensidad de lo que hay ante nosotros. Alzo la cabeza despacio, pasándome una mano por la frente antes de volver a mirar a los misteriosos guardianes. - Vale, ¿cuál es el plan ahora?
- Entonces.... Lucio y tú no sabíais lo del ultimo bocata de mortadela de las provisiones...? un momento...eso no me cuadra...entonces....a qué se debe la extraña actitud que habeis tenido estos dias?
Le pregunté al chico, totalmente perdido en mi mundo de las raras relaciones humanas.
- Bueno, no sería importante como tu has dicho. Ea ea, no hables, que te cansas. - le di unas palmaditas en la espalda. Asi que la mirada de antes era porque estaba sopesando si lo iba a dejar caer como hice con aquel tal Johan. Nah, Sean parecia pesar mucho menos que Johan, no habria problema en cargarlo. Era importante saber realizar calculos rapidos en estos casos, pero para eso.
Avanzamos, despacio pero al menos sin detenernos, hasta llegar a aquel mistico lugar. Me quedé boquiabierto, y pocas cosas me dejaban boquiabierto. La belleza del lugar era tal que calaba hasta los mismisimos huesos, hasta la propia alma. Aquella imagen se quedaría grabada en mi retina durante algunos varios años y acabaria obsesionandome hasta el punto de que todo lo que pintase durante una buena temporada, sería azul. Tan ensimismado estaba que no me di cuenta cuando Sean dejo de apoyarse en mi para avanzar un poco mas por su cuenta por aquella pasarela. Lucio tambien se me adelantó.
- Dignos? Quienes? Ninguna persona puede decidir eso. - farfullé para mi mismo mientras los demás hablaban. Veía algo divino en aquello, que ninguna ser, masculino o femenino, magico o no, podía otorgar o arrebatar.
Avanzo hacia mis compañeros y hacia aquel guardián, deteniendome unos cinco o seis pasos por detrás, ya en la pasarela, cuando una sensacion importante de vertigo me invade al mirar hacia abajo. Aparté la mirada rapido tomando aire. Ugh. Parecía un cono eterno que fuese a tragarnos a todos. Maldito vértigo.
- No os importa, no...? - me agaché poniendome a cuatro patas porque asi reducía la sensacion de vertigo y podia observar mejor. - Bueno, lo ideal sería poder obtener una muestra de este material y meterla en una de esas maquinas de amplificacion. Tenemos algo similar a unos planos, podriamos replicar algo en pequeña escala. Quizá lo suficiente para Londres, lo suficiente para combatir y poder encontrar un modo de destruir los satelites. Nos prestaríais eso? Haremos el juramento, secreto de sumario y eso. Pero seppuku no. Amo la vida.
Le pregunté al chico, totalmente perdido en mi mundo de las raras relaciones humanas.
- Bueno, no sería importante como tu has dicho. Ea ea, no hables, que te cansas. - le di unas palmaditas en la espalda. Asi que la mirada de antes era porque estaba sopesando si lo iba a dejar caer como hice con aquel tal Johan. Nah, Sean parecia pesar mucho menos que Johan, no habria problema en cargarlo. Era importante saber realizar calculos rapidos en estos casos, pero para eso.
Avanzamos, despacio pero al menos sin detenernos, hasta llegar a aquel mistico lugar. Me quedé boquiabierto, y pocas cosas me dejaban boquiabierto. La belleza del lugar era tal que calaba hasta los mismisimos huesos, hasta la propia alma. Aquella imagen se quedaría grabada en mi retina durante algunos varios años y acabaria obsesionandome hasta el punto de que todo lo que pintase durante una buena temporada, sería azul. Tan ensimismado estaba que no me di cuenta cuando Sean dejo de apoyarse en mi para avanzar un poco mas por su cuenta por aquella pasarela. Lucio tambien se me adelantó.
- Dignos? Quienes? Ninguna persona puede decidir eso. - farfullé para mi mismo mientras los demás hablaban. Veía algo divino en aquello, que ninguna ser, masculino o femenino, magico o no, podía otorgar o arrebatar.
Avanzo hacia mis compañeros y hacia aquel guardián, deteniendome unos cinco o seis pasos por detrás, ya en la pasarela, cuando una sensacion importante de vertigo me invade al mirar hacia abajo. Aparté la mirada rapido tomando aire. Ugh. Parecía un cono eterno que fuese a tragarnos a todos. Maldito vértigo.
- No os importa, no...? - me agaché poniendome a cuatro patas porque asi reducía la sensacion de vertigo y podia observar mejor. - Bueno, lo ideal sería poder obtener una muestra de este material y meterla en una de esas maquinas de amplificacion. Tenemos algo similar a unos planos, podriamos replicar algo en pequeña escala. Quizá lo suficiente para Londres, lo suficiente para combatir y poder encontrar un modo de destruir los satelites. Nos prestaríais eso? Haremos el juramento, secreto de sumario y eso. Pero seppuku no. Amo la vida.
Qué debemos hacer ahora? antes de hacer el juramento me gustaría saber cómo neutralizamos la antimagia, de que forma esto nos puede ayudar a acabar con los satélites o contrarrestar su efecto? la magia solo es efectiva aquí y si tenemos que salir de la ciudad para acabar con ellos será inútil...y ¿cómo sabréis si somos dignos o no?.... no me gustaría una visita inesperada de un parásito como habéis hecho con Setelah-
Los guardianes destacan por ser un tanto parcos en palabras, los momentos de silencio abundan más que los momentos de esmeradas explicaciones, cosa que no proporcionan a los recién llegados. No apartan la mirada de ellos en ningún momento, especialmente de los tres que se acercan hasta la fuente de magia situada en el suelo. Algún que otro sonido de suspicacia se escucha en el grupo al escuchar eso de descendiente de Merlín, pero no dicen nada al respecto, como tampoco mencionan nada sobre lo de abandonar a nadie. Ellos tenían clara su función, que era proteger tan sagrado lugar. Por ese motivo reaccionan cuando Giordano propone sacar material de allí para la creación de réplicas de los satélites usados con el material de los pozos de magia. Tras varios cruces de miradas, otro de los guardianes más anciano se digna a hablar.
- Sí, cabe la posibilidad de que se pueda resolver anteponiendo la energía opuesta en igualdad, mas no se ha intentado nunca algo así. El desequilibrio originado en 2012 dejó muy claro que no se debe alterar el orden natural de aquello que nos trasciend. No obstante, si os lo dejamos, nada nos asegura que no desveléis el secreto de la ubicación y de la importancia de lo que aquí se encuentra. Sería igual de catastrófico que descubriesen la fuente de la antimagia, que también se encuentra en Turín. Es por ello que antes de salir de aquí haréis el juramento, sólo morirán aquellos que osen traicionarnos, aquellos que sean corroídos por la codicia. - se aproxima a Giordano, que se encuentra ahora a cuatro patas mientras contempla el abismo. - Cuidado, un exceso de energía puede quemarte, consumirte. - as preguntas del joven mago, el descendiente de Merlín, quedan parcialmente resueltas con la propia aportación de su compañero, aunque ninguno de ellos obtiene respuesta por ahora sobre cómo sabrán si son dignos o no. - Ser digno del poder y el conocimiento...ser digno para utilizarlo y poseerlo...sobrevivir sin arder ni corromperse...- El anciano mago intercambia una mirada con aquel que invitó al grupo a acercarse al borde de la fuente. El aspecto de dicho guardián es algo más desagradable que el del resto, con un ojo blanquecino y una cicatriz cruzándole la cara de arriba a abajo, pasando por dicho ojo. Ambos asienten como entendiéndose, y es entonces cuando el guardián actúa.
Apenas hay tiempo para entender lo que sucede a partir de ese momento. El guardián de la cicatriz golpea a Lucio de manera brutal y certera, empujándolo de ese modo al interior del pozo. No le cuesta hacerlo, la proximidad del galeno al agujero y la falta de alerta hacen que sea muy sencillo. Después alza su inquietante mirada en gesto de advertencia a los otros dos, manteniéndose críptico con las intenciones que tiene a continuación.
Los guardianes destacan por ser un tanto parcos en palabras, los momentos de silencio abundan más que los momentos de esmeradas explicaciones, cosa que no proporcionan a los recién llegados. No apartan la mirada de ellos en ningún momento, especialmente de los tres que se acercan hasta la fuente de magia situada en el suelo. Algún que otro sonido de suspicacia se escucha en el grupo al escuchar eso de descendiente de Merlín, pero no dicen nada al respecto, como tampoco mencionan nada sobre lo de abandonar a nadie. Ellos tenían clara su función, que era proteger tan sagrado lugar. Por ese motivo reaccionan cuando Giordano propone sacar material de allí para la creación de réplicas de los satélites usados con el material de los pozos de magia. Tras varios cruces de miradas, otro de los guardianes más anciano se digna a hablar.
- Sí, cabe la posibilidad de que se pueda resolver anteponiendo la energía opuesta en igualdad, mas no se ha intentado nunca algo así. El desequilibrio originado en 2012 dejó muy claro que no se debe alterar el orden natural de aquello que nos trasciend. No obstante, si os lo dejamos, nada nos asegura que no desveléis el secreto de la ubicación y de la importancia de lo que aquí se encuentra. Sería igual de catastrófico que descubriesen la fuente de la antimagia, que también se encuentra en Turín. Es por ello que antes de salir de aquí haréis el juramento, sólo morirán aquellos que osen traicionarnos, aquellos que sean corroídos por la codicia. - se aproxima a Giordano, que se encuentra ahora a cuatro patas mientras contempla el abismo. - Cuidado, un exceso de energía puede quemarte, consumirte. - as preguntas del joven mago, el descendiente de Merlín, quedan parcialmente resueltas con la propia aportación de su compañero, aunque ninguno de ellos obtiene respuesta por ahora sobre cómo sabrán si son dignos o no. - Ser digno del poder y el conocimiento...ser digno para utilizarlo y poseerlo...sobrevivir sin arder ni corromperse...- El anciano mago intercambia una mirada con aquel que invitó al grupo a acercarse al borde de la fuente. El aspecto de dicho guardián es algo más desagradable que el del resto, con un ojo blanquecino y una cicatriz cruzándole la cara de arriba a abajo, pasando por dicho ojo. Ambos asienten como entendiéndose, y es entonces cuando el guardián actúa.
Apenas hay tiempo para entender lo que sucede a partir de ese momento. El guardián de la cicatriz golpea a Lucio de manera brutal y certera, empujándolo de ese modo al interior del pozo. No le cuesta hacerlo, la proximidad del galeno al agujero y la falta de alerta hacen que sea muy sencillo. Después alza su inquietante mirada en gesto de advertencia a los otros dos, manteniéndose críptico con las intenciones que tiene a continuación.
Lucio y Giordano también tenían preguntas, aún así, Gio parecía tener un plan, sinceramente no había tenido mucho tiempo para pensar en eso, desde el cónclave había tenido demasiado en la cabeza y el tiempo escaseaba, era de agradecer la ayuda de Giordano y al parecer los guardianes se sienten un tanto incómodos sobre el plan de Gio para sacar parte del material de su lugar de culto, uno de ellos salta al ruedo para hablar cosa que agradece pues el resto solo se dedica a mirarlos y cuchichear entre ellos.
Escucha atentamente lo que dice el guardián, si conseguían sacar algo de ahí, serían los primeros en conseguirlo, por no hablar de las posibles consecuencias, algo sobre un desequilibrio en 2012... -...desastre en 2012... desequilibrio...- dice mientras se pone la mano en el mentónn y piensa, algo le suena de eso, lo ha escuchado hace relativamente poco, al final cae en que puede ser, la historia que contaron los Soul, el día que unieron las calaveras, probablemente esos sucesos guardaran relación unos con otros, igualmente se queda callado, no dice nada por si acaso. De nuevo sale el tema sobre el juramento -No diremos nada, pero si os deja más tranquilos acepto hacer el juramento- el más anciano se acerca a Giordano que aún se encontraba mirando al vacío de ese pozo del cual emanaba la magia, le dice algo sobre el exceso, como todo, en exceso puede matar, ya lo había pensado pero ahora estaba un poco más seguro de ello, una magia tan pura y probablemente sin "refinar" sería como la leche de la amapola, un poco te ayuda a dormir pero todo el contenido puede matarte, estaba claro que no debían tocar la fuente sin tener el máximo cuidado posible.
Estaba un poco perdido en sus pensamientos, tanto que no ve venir lo siguiente, todo pasa rápido, tanto que su cuerpo actúa antes de pensar, el guardián que les había invitado a acercarse acababa de golpear a Lucio para acto seguido empujarlo por el agujero, apenas puede gritar el nombre del mago antes de precipitarse al vacío tras él, intentando alcanzarlo, tomar su mano para intentar salvarlo, no cabe otra cosa en su mente, solo puede verlo a él, solo puede pensar en salvarlo a pesar de que la luz de lo que sea que hubiera allí abajo intentara cegarlo, estira el brazo tanto como puede, alargando la mano para poder tomar finalmente la contraria pero para cuando lo consigue ya están casi llegando al final, rápidamente convoca un encantamiento, tan simple y básico que lo enseñan en primer año pero en sus manos podría ser suficiente para salvarles la vida, recita un encantamiento de levitación a la perfección que a duras penas puede frenar su caída dejándolos a escasos centímetros del fondo, en suspensión.
-Lucio! Lucio.... estás bien!?- lo sujeta con todas sus fuerzas para no dejarlo caer, ni sabía de dónde las sacaba pues hasta hace poco no podía ni moverse, las lágrimas empiezan a inundarle los ojos pues se había llevado un buen susto, en un abrir y cerrar de ojos podría haber perdido a alguien tan importante como para jugarse la vida de esa forma, ahora debía sacarlo de ahí pero necesitaría un buen hechizo para conseguirlo.
Escucha atentamente lo que dice el guardián, si conseguían sacar algo de ahí, serían los primeros en conseguirlo, por no hablar de las posibles consecuencias, algo sobre un desequilibrio en 2012... -...desastre en 2012... desequilibrio...- dice mientras se pone la mano en el mentónn y piensa, algo le suena de eso, lo ha escuchado hace relativamente poco, al final cae en que puede ser, la historia que contaron los Soul, el día que unieron las calaveras, probablemente esos sucesos guardaran relación unos con otros, igualmente se queda callado, no dice nada por si acaso. De nuevo sale el tema sobre el juramento -No diremos nada, pero si os deja más tranquilos acepto hacer el juramento- el más anciano se acerca a Giordano que aún se encontraba mirando al vacío de ese pozo del cual emanaba la magia, le dice algo sobre el exceso, como todo, en exceso puede matar, ya lo había pensado pero ahora estaba un poco más seguro de ello, una magia tan pura y probablemente sin "refinar" sería como la leche de la amapola, un poco te ayuda a dormir pero todo el contenido puede matarte, estaba claro que no debían tocar la fuente sin tener el máximo cuidado posible.
Estaba un poco perdido en sus pensamientos, tanto que no ve venir lo siguiente, todo pasa rápido, tanto que su cuerpo actúa antes de pensar, el guardián que les había invitado a acercarse acababa de golpear a Lucio para acto seguido empujarlo por el agujero, apenas puede gritar el nombre del mago antes de precipitarse al vacío tras él, intentando alcanzarlo, tomar su mano para intentar salvarlo, no cabe otra cosa en su mente, solo puede verlo a él, solo puede pensar en salvarlo a pesar de que la luz de lo que sea que hubiera allí abajo intentara cegarlo, estira el brazo tanto como puede, alargando la mano para poder tomar finalmente la contraria pero para cuando lo consigue ya están casi llegando al final, rápidamente convoca un encantamiento, tan simple y básico que lo enseñan en primer año pero en sus manos podría ser suficiente para salvarles la vida, recita un encantamiento de levitación a la perfección que a duras penas puede frenar su caída dejándolos a escasos centímetros del fondo, en suspensión.
-Lucio! Lucio.... estás bien!?- lo sujeta con todas sus fuerzas para no dejarlo caer, ni sabía de dónde las sacaba pues hasta hace poco no podía ni moverse, las lágrimas empiezan a inundarle los ojos pues se había llevado un buen susto, en un abrir y cerrar de ojos podría haber perdido a alguien tan importante como para jugarse la vida de esa forma, ahora debía sacarlo de ahí pero necesitaría un buen hechizo para conseguirlo.
Permanezco absorto contemplando la inmensidad de la fuente mágica que se abre ante nuestros pies, teniendo que entornar los ojos para que no me deslumbre tanta luz. Es como si me llamase, impidiéndome escuchar con total atención y claridad lo que dicen los guardianes y mis compañeros. Sólo puedo pensar en todo lo que podría conseguir con tal cantidad de poder, en toda la gente que podría salvar, no como aquellos por los que no pude hacer nada. En un momento dado sólo consigo escuchar mi propio latido, golpeando con fuerza contra mi pecho. Me obligo a apartar la mirada de ahí, desviándola hacia Giordano cuando propone una solución. Dicho así suena lógico, algo a lo que el guardián parece estar más o menos de acuerdo. Sólo falta que nos dejen llevarnos parte del material, si es que eso es posible.
Asiento a lo que dice Sean sobre hacer el juramento, yo también estoy dispuesto si es el precio a pagar por conseguirlo. - Lo haremos. No podemos regresar a nuestro país con las manos vacías. La solución se está demorando demasiado. Somos de fiar, y Giordano es un genio, sabrá utilizar el material si se le permite estudiarlo. - el tema de ser dignos o no empieza ya a tocarme la moral, pensando que es muy hipócrita que digan ellos mismos han atacado con un parásito muy puto a alguien que no les había hecho nada. Eso es indigno, en mi opinión, y aquí están. Miro alternativamente al guardián anciano y al de la cicatriz cuando éstos empiezan a hacerse como gestos que sólo ellos entienden. Para nada me espero lo que uno de ellos hace a continuación.
De un momento a otro me veo empujado al interior del agujero del suelo, sin tiempo para reaccionar o defenderme. Un grito se queda congelado en mi garganta sin llegar a salir, por culpa de la impresión. La caída, a pesar de la velocidad, se me hace eterna. Tan bloqueado estoy que ni siquiera consigo pensar en un modo de salvarme, hasta que aparece él. Agarro su mano con fuerza, es lo único que puedo hacer en este momento. No puedo creerme que haya saltado detrás de mí, muy pocos harían lo mismo. Giro la cara hacia él, con el miedo dibujado en el rostro. Bueno, en el fondo no sería tan mal final, morir en una fuente de energía mágica y con él a mi lado. Estaría bien si no fuese porque todavía nos quedan muchas cosas por hacer y tenemos que regresar. - ¡Sean! - consigo por fin gritar su nombre, aunque es como si me faltase el aire. Al menos ha detenido la caída y parece que no vamos a estamparnos contra el fondo del pozo de manera inminente, aunque ha faltado bien poco. - ¡¿Por qué has hecho eso?! ¿¿estás loco?? ¡nos habríamos matado los dos! - le reprocho asustado, aunque al final acabo por atraerlo hacia mí para darle un fuerte abrazo. Si no fuese por su locura, puede que yo no hubiese conseguido frenar mi propia caída.
El instante de alivio y de reunión no dura demasiado, enseguida comienzo a sentir como si la piel me quemase o como si empezase a resquebrajarme por dentro. - ...mierda...no puedo con...tanta...energía...- farfullo mientras me llevo una mano a las sienes, notando cómo palpitan. La piel se ilumina por debajo como si un pulso de luz azulada corriese por ella, y en un momento dado acaba por romperla. El destello comienza por el pecho para ir ascendiendo hasta la barbilla, y después hacia el ojo, que se ilumina también en ese tono azulado, dejando una marca en su recorrido similar a la del guardián que me tiró. - ¡ARRGHHHHHHHH!- me llevo la cara, retorciéndome de dolor y sin poder contener lo que supone estar en este lugar. Quemándonos...como habían dicho.
Asiento a lo que dice Sean sobre hacer el juramento, yo también estoy dispuesto si es el precio a pagar por conseguirlo. - Lo haremos. No podemos regresar a nuestro país con las manos vacías. La solución se está demorando demasiado. Somos de fiar, y Giordano es un genio, sabrá utilizar el material si se le permite estudiarlo. - el tema de ser dignos o no empieza ya a tocarme la moral, pensando que es muy hipócrita que digan ellos mismos han atacado con un parásito muy puto a alguien que no les había hecho nada. Eso es indigno, en mi opinión, y aquí están. Miro alternativamente al guardián anciano y al de la cicatriz cuando éstos empiezan a hacerse como gestos que sólo ellos entienden. Para nada me espero lo que uno de ellos hace a continuación.
De un momento a otro me veo empujado al interior del agujero del suelo, sin tiempo para reaccionar o defenderme. Un grito se queda congelado en mi garganta sin llegar a salir, por culpa de la impresión. La caída, a pesar de la velocidad, se me hace eterna. Tan bloqueado estoy que ni siquiera consigo pensar en un modo de salvarme, hasta que aparece él. Agarro su mano con fuerza, es lo único que puedo hacer en este momento. No puedo creerme que haya saltado detrás de mí, muy pocos harían lo mismo. Giro la cara hacia él, con el miedo dibujado en el rostro. Bueno, en el fondo no sería tan mal final, morir en una fuente de energía mágica y con él a mi lado. Estaría bien si no fuese porque todavía nos quedan muchas cosas por hacer y tenemos que regresar. - ¡Sean! - consigo por fin gritar su nombre, aunque es como si me faltase el aire. Al menos ha detenido la caída y parece que no vamos a estamparnos contra el fondo del pozo de manera inminente, aunque ha faltado bien poco. - ¡¿Por qué has hecho eso?! ¿¿estás loco?? ¡nos habríamos matado los dos! - le reprocho asustado, aunque al final acabo por atraerlo hacia mí para darle un fuerte abrazo. Si no fuese por su locura, puede que yo no hubiese conseguido frenar mi propia caída.
El instante de alivio y de reunión no dura demasiado, enseguida comienzo a sentir como si la piel me quemase o como si empezase a resquebrajarme por dentro. - ...mierda...no puedo con...tanta...energía...- farfullo mientras me llevo una mano a las sienes, notando cómo palpitan. La piel se ilumina por debajo como si un pulso de luz azulada corriese por ella, y en un momento dado acaba por romperla. El destello comienza por el pecho para ir ascendiendo hasta la barbilla, y después hacia el ojo, que se ilumina también en ese tono azulado, dejando una marca en su recorrido similar a la del guardián que me tiró. - ¡ARRGHHHHHHHH!- me llevo la cara, retorciéndome de dolor y sin poder contener lo que supone estar en este lugar. Quemándonos...como habían dicho.
Tragué saliva, maldito vértigo! Me costó apartar la mirada de aquel foso luminoso. El guardián me dijo aquello sobr el exceso de energia que podria consumirme, y yo solté una risita nerviosa. No, idiota, no estaba ambicionando lo que habia ahi abajo ni flipándolo, estaba muerto del vértigo. Me senté, quitándome mi sombrero y echandome el pelo hacia atras con una mano. El gran Da Vinci, postrado en el suelo por un foso. Con razon nunca habia terminado de contruir mi maqueta de pajaro, en realidad me daba un poco de mal yuyo eso de volar sin un dragon fuerte y robusto entre mis patas. Pero que es la vida si no superar los miedos y....?
Asentí dos veces más. Si, juraríamos. Si era necesario no hablariamos de esto con nadie mas lo que nos restase de vida. Que viendo lo visto....iba a ser bien poca.
- Un genio con vértigo. - le respondí a Lucio cuando dijo aquello sobre mi. Pero entendía a que se referian los guardianes, y hasta a mi me preocupaba aquello. Todos los aqui presentes usariamos un poder asi de grande para hacer el bien....eso...al menos en principio. Sí, era peligroso sin duda.
Entonces pasó aquello. Lucio estaba demasiado empanado y lo empujaron. Me quedé ojiplático. Luego...bueno, a Sean no lo empujaron. Se arrojó el solito tras él.
-NO! - me incorporé rapidamente, olvidandome momentaneamente del vértigo, y me lancé contra el borde. Yo no salté tras ellos cual lemming, no. Estiré una mano con la que traté de atrapar a Sean pero solo atrapé aire...y al mirar hacia abajo los vi suspendidos, dos motas oscuras y pequeñas al final de todo aquello, contra aquel deslumbrante brillo azulado. Me pareció escuchar a Lucio gritar.
"mierda, estan demasiado lejos para utilizar el bastón desaparecedor y traerlos aqui"
"piensa, Giordano, piensa"
-QUE TAL SI TE EMPUJO A TI PEDAZO DE MIERDA?!- grité levantandome para agarrar al guardian de los empujones por los cuellos de la estupida tunica y zarandearlo cual panini. Pero no iba a empujarlo, claro que no, no era capaz de hacerle eso a una vida humana. Ademas, mantén tu estilo, por favor.....qué impropio de mi era eso! Piensa, piensa.... . Ojalá hubiese terminado mi invento del ortóptero para estas alturas...unas alas me habrian venido de putisima madre. - Así es como comprobais que alguien sea digno, arrojándolos a ese poder? Como una quema de brujas? No tiene sentido! Muchas probabilidades actúan ahi que no miden la dignidad de un alma! Ellos lo son, mas que cualquier otro del Consejo! Sé de lo que hablo... - dije por la boca pequeña. - Pero tampoco le digais que os lo he dicho o se lo creerán mucho y se pondran in-so-por-ta-bles
Si no me detenían ni hacian nada para impedirmelo, iba a ayudarles, no a dejar que el destino decidiese su suerte. Me quité mi chaquetón dejando al descubierto el brazalete que me habia diseñado antes del viaje, al menos, en base, y que antes de venir aqui y con disponibilidad de magia habia terminado de cargar y equipar. Este invento estaba en proceso de pruebas, porque la habia pensado para misiones de ataque, no de rescate.... era un látigo buscador de enemigos, una cuerda retráctil de longitud variable logrado mediante la unión de pequeñas arandeñas metálicas y un hechizo del estilo geminio, duplicidad. Fui a encaramarme al borde de la cornisa, para accionar el dispositivo del brazalete y disparando en direccion a ellos, pensando lo mucho que los odiaba cuando se habian metido con mi ceja quemada. El látigo los buscaría, y quizá les haría un poquitito de daño al enrollarse en sus brazos....pero oye, de lograr hacer lo que pretendía, no se iban a soltar.
Asentí dos veces más. Si, juraríamos. Si era necesario no hablariamos de esto con nadie mas lo que nos restase de vida. Que viendo lo visto....iba a ser bien poca.
- Un genio con vértigo. - le respondí a Lucio cuando dijo aquello sobre mi. Pero entendía a que se referian los guardianes, y hasta a mi me preocupaba aquello. Todos los aqui presentes usariamos un poder asi de grande para hacer el bien....eso...al menos en principio. Sí, era peligroso sin duda.
Entonces pasó aquello. Lucio estaba demasiado empanado y lo empujaron. Me quedé ojiplático. Luego...bueno, a Sean no lo empujaron. Se arrojó el solito tras él.
-NO! - me incorporé rapidamente, olvidandome momentaneamente del vértigo, y me lancé contra el borde. Yo no salté tras ellos cual lemming, no. Estiré una mano con la que traté de atrapar a Sean pero solo atrapé aire...y al mirar hacia abajo los vi suspendidos, dos motas oscuras y pequeñas al final de todo aquello, contra aquel deslumbrante brillo azulado. Me pareció escuchar a Lucio gritar.
"mierda, estan demasiado lejos para utilizar el bastón desaparecedor y traerlos aqui"
"piensa, Giordano, piensa"
-QUE TAL SI TE EMPUJO A TI PEDAZO DE MIERDA?!- grité levantandome para agarrar al guardian de los empujones por los cuellos de la estupida tunica y zarandearlo cual panini. Pero no iba a empujarlo, claro que no, no era capaz de hacerle eso a una vida humana. Ademas, mantén tu estilo, por favor.....qué impropio de mi era eso! Piensa, piensa.... . Ojalá hubiese terminado mi invento del ortóptero para estas alturas...unas alas me habrian venido de putisima madre. - Así es como comprobais que alguien sea digno, arrojándolos a ese poder? Como una quema de brujas? No tiene sentido! Muchas probabilidades actúan ahi que no miden la dignidad de un alma! Ellos lo son, mas que cualquier otro del Consejo! Sé de lo que hablo... - dije por la boca pequeña. - Pero tampoco le digais que os lo he dicho o se lo creerán mucho y se pondran in-so-por-ta-bles
Si no me detenían ni hacian nada para impedirmelo, iba a ayudarles, no a dejar que el destino decidiese su suerte. Me quité mi chaquetón dejando al descubierto el brazalete que me habia diseñado antes del viaje, al menos, en base, y que antes de venir aqui y con disponibilidad de magia habia terminado de cargar y equipar. Este invento estaba en proceso de pruebas, porque la habia pensado para misiones de ataque, no de rescate.... era un látigo buscador de enemigos, una cuerda retráctil de longitud variable logrado mediante la unión de pequeñas arandeñas metálicas y un hechizo del estilo geminio, duplicidad. Fui a encaramarme al borde de la cornisa, para accionar el dispositivo del brazalete y disparando en direccion a ellos, pensando lo mucho que los odiaba cuando se habian metido con mi ceja quemada. El látigo los buscaría, y quizá les haría un poquitito de daño al enrollarse en sus brazos....pero oye, de lograr hacer lo que pretendía, no se iban a soltar.
El grupo de guardianes apenas se inmutó con la caída de Lucio, aunque sí mostraron cierto interés y sorpresa con la acción suicida de Sean. Aunque se asomasen no podían ver lo que sucedía en el fondo del agujero, demasiada distancia para distinguir si se habían estampado contra el suelo o si habían sobrevivido utilizando alguno de sus poderes. En caso de que sobreviviesen, no podrían soportar demasiado tiempo en el núcleo de energía. Demasiado intensa y difícil de soportar para sus cuerpos, no pueden utilizarla y canalizarla adecuadamente sin que acabe por destrozarlos. El guardián de la cicatriz hizo una mueca de desagrado ante el atrevimiento de Giordano, que se había atrevido a agarrrarle de la túnica para zarandearlo. Sabían que se enfadarían, era la reacción lógica, pero era necesario hacerlo.
- Aquellos que codician el poder deben enfrentarse a él, con todas sus consecuencias. Si sobreviven, si la magia que tanto ansían no los destroza y logran regresan, entonces serán dignos. - el guardián señala su propio rostro, muestra de que a él también le hicieron enfrentarse a aquello en algún momento de su vida. No era el procedimiento habitual para elegir a los guardianes, sino uno llevado a cabo para casos muy puntuales, como el que tenían entre manos ahora. Pudo ver la ira en los ojos de Da Vinci, se notaba que realmente se preocupaba por sus compañeros y que no anhelaba quedarse él como único ganador de aquella batalla, ni deseaba volver victorioso con la solución a pesar de la pérdida de sus compañeros. El otro, el que se había lanzado, parecía haber decidido arriesgar su propia vida por salvar la del hombre que había sido arrojado en primer lugar. El guardián se zafó del agarre de Giordano sin demasiados problemas, respondiéndole de modo bastante impasible.
- Ocúpate tú de la solución. Si han sobrevivido, claro...- se retiró del borde del agujero, regresando al grupo del resto de los suyos. Sólo quedaba aguardar y esperar para ver si aquellos dos individuos salían de ahí, si merecían llevarse parte de aquel sagrado lugar, por ínfima que fuese la cantidad, si tenían derecho de regresar al mundo exterior después de haberles sido revelado el secreto.
- Aquellos que codician el poder deben enfrentarse a él, con todas sus consecuencias. Si sobreviven, si la magia que tanto ansían no los destroza y logran regresan, entonces serán dignos. - el guardián señala su propio rostro, muestra de que a él también le hicieron enfrentarse a aquello en algún momento de su vida. No era el procedimiento habitual para elegir a los guardianes, sino uno llevado a cabo para casos muy puntuales, como el que tenían entre manos ahora. Pudo ver la ira en los ojos de Da Vinci, se notaba que realmente se preocupaba por sus compañeros y que no anhelaba quedarse él como único ganador de aquella batalla, ni deseaba volver victorioso con la solución a pesar de la pérdida de sus compañeros. El otro, el que se había lanzado, parecía haber decidido arriesgar su propia vida por salvar la del hombre que había sido arrojado en primer lugar. El guardián se zafó del agarre de Giordano sin demasiados problemas, respondiéndole de modo bastante impasible.
- Ocúpate tú de la solución. Si han sobrevivido, claro...- se retiró del borde del agujero, regresando al grupo del resto de los suyos. Sólo quedaba aguardar y esperar para ver si aquellos dos individuos salían de ahí, si merecían llevarse parte de aquel sagrado lugar, por ínfima que fuese la cantidad, si tenían derecho de regresar al mundo exterior después de haberles sido revelado el secreto.
La cara de Lucio al momento de sujetarle la mano era de autentico pánico y no era para menos pues la situación era realmente de vida o muerte, él mismo estaba totalmente aterrado pero no tanto por la caída, era sobretodo por perder a Lucio, los reproches por su parte no se hacen esperar en el momento que para la caída, era normal pues si la situación hubiera sido al contrario tampoco querría que el medimago arriesgara su vida de esa forma -Lo siento, no...no podía dejarte morir, yo no...- dice un poco entre sollozos, no ganaba para lágrimas en los últimos meses y eso que al principio se negaba a hacerlo, el abrazo no se hace esperar, corresponde a Lucio rodeandolo con sus brazos con fuerza, escondiendo el rostro en su pecho, sintiendo como el corazón le iba a mil por aquella descarga de adrenalina.
Debían salir de allí inmediatamente pues empezaba a sentir que su cuerpo se calentaba y no era por el abrazo, eso seguro, estar tan cerca de semejante poder mágico no era bueno, se separa un poco de Lucio pero éste empieza a tener una reacción más agresiva ante la proximidad de la fuente, se lleva la mano a la sien y grita de dolor, puede ver perfectamente como una luz empieza a subir desde su pecho hasta el rostro dejando grietas en la misma, se había acabado el momento feliz, estaba claro que el maldito universo no les iba a dejar un solo segundo a solas desde la enfermería y aún en ese momento Gio y saladino estaban ahí, inconscientes pero estaban. Su rostro entra en pánico, sujeta a Lucio con fuerza y extiende su mano, lanzando un hechizo de "ascendio" puede que si fuera solo él el hechizo habría funcionado como debería, sin embargo iban más lentos de lo que esperaba, los gritos de dolor de Lucio lo desesperaban cada vez más y a duras penas podía concentrarse en mantener el hechizo, la distancia era demasiado amplia.
iban un poco más arriba de la mitad cuando siente que por fin ese calor empieza a atenuar, sin embargo el cansancio y la falta de sangre le estaban pasando factura pues cada vez se movían más lentamente, casi consiguen detenerse cuando algo parecido a una cuerda aparece desde arriba y se le envuelve a la mano tenía levantada para realizar el encantamiento y parte del antebrazo, no puede evitar hacer un gesto de dolor pues le hace bastante daño, estaba compuesto por arandelas metálicas y llevaba pinchos en ella, estos le perforan la piel y la desgarran un poco pero le sujeta firmemente y les ayuda a ascender, así después de unos segundos logra llegar hasta el borde de la cornisa, quien les había echado un cable era Giordano, les ayuda a subir pues por si mismo casi ni podía sujetar a Lucio, ahora aún menos con un brazo herido.
En cuanto ambos están arriba del todo, Lucio deja de brillar, pero las heridas empiezan a sangrar, se veían bastante mal, no había tiempo que perder, acerca el maletín de Lucio con un actio y rebusca en él pero no había pociones de esencia de díctamo, tenía sentido pues Lucio usaba su poder y su anillo para curar -El...el anillo!- dice en voz alta casi sin darse cuanta, su propia mano estaba llena de heridas pero no importaba, le quita el anillo a lucio y se lo pone en la mano que no tiene herida empezando con el hechizo de curación, no es tan rápido ni mucho menos tan efectivo como Lucio pero como mínimo consigue detener el sangrado -Lucio... aguanta Lucio por favor...- hace todo lo que puede hasta quedarse sin una gota de energía, lo justo para poder posar la mano en la mejilla del medimago y esperar que le mirara a los ojos como siempre, para decirle que todo estaba bien.
Debían salir de allí inmediatamente pues empezaba a sentir que su cuerpo se calentaba y no era por el abrazo, eso seguro, estar tan cerca de semejante poder mágico no era bueno, se separa un poco de Lucio pero éste empieza a tener una reacción más agresiva ante la proximidad de la fuente, se lleva la mano a la sien y grita de dolor, puede ver perfectamente como una luz empieza a subir desde su pecho hasta el rostro dejando grietas en la misma, se había acabado el momento feliz, estaba claro que el maldito universo no les iba a dejar un solo segundo a solas desde la enfermería y aún en ese momento Gio y saladino estaban ahí, inconscientes pero estaban. Su rostro entra en pánico, sujeta a Lucio con fuerza y extiende su mano, lanzando un hechizo de "ascendio" puede que si fuera solo él el hechizo habría funcionado como debería, sin embargo iban más lentos de lo que esperaba, los gritos de dolor de Lucio lo desesperaban cada vez más y a duras penas podía concentrarse en mantener el hechizo, la distancia era demasiado amplia.
iban un poco más arriba de la mitad cuando siente que por fin ese calor empieza a atenuar, sin embargo el cansancio y la falta de sangre le estaban pasando factura pues cada vez se movían más lentamente, casi consiguen detenerse cuando algo parecido a una cuerda aparece desde arriba y se le envuelve a la mano tenía levantada para realizar el encantamiento y parte del antebrazo, no puede evitar hacer un gesto de dolor pues le hace bastante daño, estaba compuesto por arandelas metálicas y llevaba pinchos en ella, estos le perforan la piel y la desgarran un poco pero le sujeta firmemente y les ayuda a ascender, así después de unos segundos logra llegar hasta el borde de la cornisa, quien les había echado un cable era Giordano, les ayuda a subir pues por si mismo casi ni podía sujetar a Lucio, ahora aún menos con un brazo herido.
En cuanto ambos están arriba del todo, Lucio deja de brillar, pero las heridas empiezan a sangrar, se veían bastante mal, no había tiempo que perder, acerca el maletín de Lucio con un actio y rebusca en él pero no había pociones de esencia de díctamo, tenía sentido pues Lucio usaba su poder y su anillo para curar -El...el anillo!- dice en voz alta casi sin darse cuanta, su propia mano estaba llena de heridas pero no importaba, le quita el anillo a lucio y se lo pone en la mano que no tiene herida empezando con el hechizo de curación, no es tan rápido ni mucho menos tan efectivo como Lucio pero como mínimo consigue detener el sangrado -Lucio... aguanta Lucio por favor...- hace todo lo que puede hasta quedarse sin una gota de energía, lo justo para poder posar la mano en la mejilla del medimago y esperar que le mirara a los ojos como siempre, para decirle que todo estaba bien.
Ojalá hubiese podido responder a Sean y decirle que yo también habría ido tras él, y ojalá hubiese podido seguir abrazándolo un poco más. La desbordante energía mágica impide todo eso, provocando en mí una reacción que hace que me sienta a punto de combustionar, explotar, resquebrajarme, implosionar...todo junto y de manera muy dolorosa. Tan extrema es la sensación que ni siquiera consigo ver ni oír lo que sucede a mi alrededor, sólo un intenso y agudo pitido en los oídos. Grito de dolor mientras ascendemos por el profundo pozo, llegando un punto en que pierdo el conocimiento y ya no sé qué más sucede.
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No pasa demasiado tiempo hasta que recupero la consciencia y vuelvo a abrir los ojos, aunque sienta como si me hubiese pasado una apisonadora por encima. Lo primero que noto es la calidez de una mano sobre mi mejilla, además de una voz llamándome, una voz que conozco muy bien. No consigo enfocar bien la mirada, especialmente con ojo con el cual no veo nada, y al cual me llevo una mano. Pronto me doy cuenta de que es Sean, que se encuentra a mi lado con esa cara de preocupación que me hace sentir culpable. Logro sonreír débilmente para tranquilizarlo, murmurando después. - Zaphira te va a decir eso de..."si Lucio se tira a un pozo, ¿tú te tiras detrás de él?" - es algo que diría la dragona, y seguro que me echa la bronca cuando se entere. - Qué desastre... -Después le miro con sumo agradecimiento, poniendo mi mano sobre la que tiene él en mi mejilla. Me fijo entonces en las heridas que tiene en su brazo y mano, incorporándome despacio para verlo mejor. También me doy cuenta de que lleva mi anillo y que lo ha usado para que mis heridas dejen de sangrar.
- Por Merlín...mírate. Tengo que curarte eso. - me incorporo lentamente, volviendo a mirar a mi compañero con preocupación mientras reanudo el abrazo que interrumpimos abajo. - Me has salvado la vida...estoy en deuda contigo para el resto de mis días. Creo que nadie habría hecho algo así por mí. - susurro a su oído, dándome cuenta de lo cerca que hemos estado de perecer en ese pozo. Me separo de él lentamente, tomando su mano para que me entregue el anillo y ser yo ahora el que le ayude. Busco a Giordano con la mirada, haciéndole un gesto para que se acerque a nosotros. Temo que los guardianes le hagan lo mismo que a mí, no entiendo por qué han hecho eso. - Tenemos que marcharnos de aquí antes de que nos maten. - murmuro al darme cuenta de que los malnacidos de los guardianes siguen aquí, y que seguro que no hay dos sin tres. Ya atacaron a Setelah, ahora a mí...dudo que se queden parados. - ¿¿Qué pretendíais con eso?? - alzo la voz indignado, aunque me arrepiento al instante de hacerlo porque la cabeza me sigue doliendo a horrores.
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No pasa demasiado tiempo hasta que recupero la consciencia y vuelvo a abrir los ojos, aunque sienta como si me hubiese pasado una apisonadora por encima. Lo primero que noto es la calidez de una mano sobre mi mejilla, además de una voz llamándome, una voz que conozco muy bien. No consigo enfocar bien la mirada, especialmente con ojo con el cual no veo nada, y al cual me llevo una mano. Pronto me doy cuenta de que es Sean, que se encuentra a mi lado con esa cara de preocupación que me hace sentir culpable. Logro sonreír débilmente para tranquilizarlo, murmurando después. - Zaphira te va a decir eso de..."si Lucio se tira a un pozo, ¿tú te tiras detrás de él?" - es algo que diría la dragona, y seguro que me echa la bronca cuando se entere. - Qué desastre... -Después le miro con sumo agradecimiento, poniendo mi mano sobre la que tiene él en mi mejilla. Me fijo entonces en las heridas que tiene en su brazo y mano, incorporándome despacio para verlo mejor. También me doy cuenta de que lleva mi anillo y que lo ha usado para que mis heridas dejen de sangrar.
- Por Merlín...mírate. Tengo que curarte eso. - me incorporo lentamente, volviendo a mirar a mi compañero con preocupación mientras reanudo el abrazo que interrumpimos abajo. - Me has salvado la vida...estoy en deuda contigo para el resto de mis días. Creo que nadie habría hecho algo así por mí. - susurro a su oído, dándome cuenta de lo cerca que hemos estado de perecer en ese pozo. Me separo de él lentamente, tomando su mano para que me entregue el anillo y ser yo ahora el que le ayude. Busco a Giordano con la mirada, haciéndole un gesto para que se acerque a nosotros. Temo que los guardianes le hagan lo mismo que a mí, no entiendo por qué han hecho eso. - Tenemos que marcharnos de aquí antes de que nos maten. - murmuro al darme cuenta de que los malnacidos de los guardianes siguen aquí, y que seguro que no hay dos sin tres. Ya atacaron a Setelah, ahora a mí...dudo que se queden parados. - ¿¿Qué pretendíais con eso?? - alzo la voz indignado, aunque me arrepiento al instante de hacerlo porque la cabeza me sigue doliendo a horrores.
Pegué el tirón al notar el látigo agarrarse. Sujeté con fuerza, y luego accioné el mecanismo retráctil, y las cadenas volvieron a enrollarse por dentro de mi brazalete, ocultando los pinchitos. Ayudé a Lucio y a Sean a terminé de subir a la plataforma, ignorando muy directamente a los guardianes, asi, como con recochineo.
Cuando los dos por fin estuvieron sobre tierra firme de dejé caer de culo, sudando e hiperventilando un poco. Ya no podia hacer mas, Lucio tenia un aspecto terrible y el resto le correspondía a Sean. Al menos el medimago da señales de vida...solté un resoplido/bufido, no se sabia si era alivio, indignacion, o que. Me habia puesto en pie y andaba tres pasos hacia un lado, tres pasos hacia otro, masajeandome las sienes, lanzando miradas furtivas de vez en cuando al par de tórtolos, reventadisimos los dos....y luego miraba mal a los guardianes, y por ultimo al estupido, estúpido pozo. Me detuve, y desde mi altura, señalé al par de dos.
- La proxima vez que pretendáis abandonarme tan a la ligera prefiero que me pongais un fax por adelantado! Nadie abandona a Giordano Da Vinci tan a la ligera! Y VOSOTROS; MALAS PERRAS! Siiiii ooooooohhhhhh si, para vosotros tambien tengo.
Caminé cual italiano enfadado hacia ese que me dijo que me ocupase yo de la solucion si es que habian sobrevivido, y le dí con mi afilado dedo indice de la indignacion, repetidas veces, en su pecho desalmado.
- Yo me ocupé de la solucion, y tú, que vas a hacer? Eh? MMMMH? Vas a colaborar, o vas a seguir siendo misterioso y poniendo a gente en orbita? Hace falta que me tire yo tambien? Voy a cogerlo con las manos? O vamos a hacer ese maldito juramento impepinable de una vez?
Cuando los dos por fin estuvieron sobre tierra firme de dejé caer de culo, sudando e hiperventilando un poco. Ya no podia hacer mas, Lucio tenia un aspecto terrible y el resto le correspondía a Sean. Al menos el medimago da señales de vida...solté un resoplido/bufido, no se sabia si era alivio, indignacion, o que. Me habia puesto en pie y andaba tres pasos hacia un lado, tres pasos hacia otro, masajeandome las sienes, lanzando miradas furtivas de vez en cuando al par de tórtolos, reventadisimos los dos....y luego miraba mal a los guardianes, y por ultimo al estupido, estúpido pozo. Me detuve, y desde mi altura, señalé al par de dos.
- La proxima vez que pretendáis abandonarme tan a la ligera prefiero que me pongais un fax por adelantado! Nadie abandona a Giordano Da Vinci tan a la ligera! Y VOSOTROS; MALAS PERRAS! Siiiii ooooooohhhhhh si, para vosotros tambien tengo.
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