Página 3 de 3. • 1, 2, 3
Recuerdo del primer mensaje :
Uno de los sitio más mágicos y misterioso de Turín tiene que ser el Grotte Alchemiche (o Cuevas Alquímicas). Están situadas justo debajo del Palazzo Madama, en la Piazza Castello y en las cuevas se suponen que está toda las energías esotéricas - tanto del bien como del mal, las cuales estan en guerra en la ciudad - ya que convergen y se encuentran en la ciudad.
En ellas se entrecruzan grandes lineas teluricas y geomanticas. Aqui operaban los cientificos de la casa Saboya, encargados de encontrar la Piedra Filosofal. Se accedia desde la cropta de la SS. Annunziata y de los subterraneos del Palazzo Reale. En el pasado numerosos hechiceros videntes y sabios famosos como Paracelos, Nostradamus o Cagliostro llegaron convocados para realizar investigaciones en ellas, bajo la protección de "Madama Reale"
Según las leyendas locales, hay tres cuevas en total y es casi imposible de alcanzarlas, porque el subterráneo de Turín está lleno de túneles y pasadizos secretos que fueron creados para confundir a la gente y proteger las cuevas. La leyenda dice que si usted fuese capaz de encontrar uno de ellos, verían como sus pensamientos, esperanzas y temores se materializan.
Se dice que el Príncipe Umberto de Saboya había logrado llegar a la primera. Sin embargo, una vez que la encontró, pensó en su mayor temor: ser asesinado. Posteriormente, fue asesinado en Monza sólo unos días más tarde.
Las grutas, que se extienden por toda la ciudad en forma de misteriosos tuneles y calles subterraneas, conectan estas las tres cuevas, que no son otras que aquellas que coincidirian con las ubiaciones de la Piazza del Statuto (la zona negativa) y la Piazza Castello/Palazzo Reale y la Iglesia de la Gran Madre (las zonas positivas).
La razón, desconocida para muchos, por la cual estas Cuevas son practicamente inalcanzables es gracias a la acción de los Guardianes, quienes se encargan de su protección de diversas maneras. Si alguien entrara sin su consentimiento o conocimiento expreso, aun logrando el objetivo de hallarlas, sufrirá de persecucion hasta su muerte.
Las cuevas estan protegidas por hechizos que vuelven dementes o aterrorizan con visiones a los intrusos para que se den la vuelta, y las grutas están plagadas de poderosas y feroces quimeras, seres muy longevos creados por el gremio de alquimistas que servian a la Orden
[TURÍN SUBTERRÁNEO]
Uno de los sitio más mágicos y misterioso de Turín tiene que ser el Grotte Alchemiche (o Cuevas Alquímicas). Están situadas justo debajo del Palazzo Madama, en la Piazza Castello y en las cuevas se suponen que está toda las energías esotéricas - tanto del bien como del mal, las cuales estan en guerra en la ciudad - ya que convergen y se encuentran en la ciudad.
En ellas se entrecruzan grandes lineas teluricas y geomanticas. Aqui operaban los cientificos de la casa Saboya, encargados de encontrar la Piedra Filosofal. Se accedia desde la cropta de la SS. Annunziata y de los subterraneos del Palazzo Reale. En el pasado numerosos hechiceros videntes y sabios famosos como Paracelos, Nostradamus o Cagliostro llegaron convocados para realizar investigaciones en ellas, bajo la protección de "Madama Reale"
Según las leyendas locales, hay tres cuevas en total y es casi imposible de alcanzarlas, porque el subterráneo de Turín está lleno de túneles y pasadizos secretos que fueron creados para confundir a la gente y proteger las cuevas. La leyenda dice que si usted fuese capaz de encontrar uno de ellos, verían como sus pensamientos, esperanzas y temores se materializan.
Se dice que el Príncipe Umberto de Saboya había logrado llegar a la primera. Sin embargo, una vez que la encontró, pensó en su mayor temor: ser asesinado. Posteriormente, fue asesinado en Monza sólo unos días más tarde.
Las grutas, que se extienden por toda la ciudad en forma de misteriosos tuneles y calles subterraneas, conectan estas las tres cuevas, que no son otras que aquellas que coincidirian con las ubiaciones de la Piazza del Statuto (la zona negativa) y la Piazza Castello/Palazzo Reale y la Iglesia de la Gran Madre (las zonas positivas).
La razón, desconocida para muchos, por la cual estas Cuevas son practicamente inalcanzables es gracias a la acción de los Guardianes, quienes se encargan de su protección de diversas maneras. Si alguien entrara sin su consentimiento o conocimiento expreso, aun logrando el objetivo de hallarlas, sufrirá de persecucion hasta su muerte.
Las cuevas estan protegidas por hechizos que vuelven dementes o aterrorizan con visiones a los intrusos para que se den la vuelta, y las grutas están plagadas de poderosas y feroces quimeras, seres muy longevos creados por el gremio de alquimistas que servian a la Orden
Tenía la vista fija en los ojos de Lucio, apartaba los mechones de pelo que tenía en la cara, acariciaba su mejilla con cuidado de no tocar mucho las heridas que acababa de cerrar aunque su propio brazo estaba en unas condiciones horribles, de repente empieza a moverse, abre los ojos pero no parece reconocerlo en un primer instante, se lleva la mano al ojo que se había visto afectado con el incidente -Lucio! puedes... puedes verme? cómo te encuentras? dime algo por favor...- por fin contesta con una sonrisa y haciendo bromas sobre Zaph, las lágrimas le caen en cascada por las mejillas cual niña de studio ghibli, le sale una risita medio entre sollozos, lo primero que hace el médico es preocuparse por las heridas de su mano que desde su punto de vista no eran nada comparado a lo que él tenía, a duras penas había podido cerrarle las heridas pero las marcas eran claras, sobretodo la del ojo.
El abrazo le pila un poco de sorpresa pero de nuevo corresponde, esta vez solo con una mano pues la otra hasta le costaba moverla, esconde el rostro entre el cuello y el hombro de lucio, lo estaba llenando de lágrimas otra vez, todo el cuerpo le temblaba pero Lucio estaba bien, estaba vivo y de momento eso era más que suficiente, las palabras que le susurra a modo de agradecimiento hace que niegue levemente con la cabeza -Solo... no quería perderte, he hecho lo que me decía el corazón...- se separa de él e intenta sonreír -Pero no se lo digas a Zaph que me encierra de verdad en una torre- le devuelve el anillo y deja que le cure, se habría negado pero no quería hacer que se enfadara igual que antes, así que le dejó hacer.
Por otra parte Giordano no paraba de andar de un lado a otro mientas lucio usaba su magia de sanación, estaba histérico y tal vez algo preocupado a pesar de estarles gritando -Gracias Giordano, no lohabríamos conseguido sin ti... siento haberte preocupado pero debemos cuidarnos unos a otros, verdad? se preocupa cuando el italiano se enfrenta a los guardianes, no estaba seguro de poder saltar nuevamente al pozo justo a tiempo para salvarlo, tampoco si esta vez conseguirían salir vivos, pasara lo que pasara estaba pensando en un hechizo por si acaso.
Lucio también estaba enfadado, cuestionando a los guardianes y no era para menos, en cuanto terminan de curarle se levanta, acercándose de forma no muy estable al anciano que les había hablado antes y le tiende la mano -no sé que pretendíais con eso pero si no teníais la intención de ayudarnos habría bastado con echarnos, Realizaré el juramento, un trato es un trato y sé que la fuente es de vital importancia para todos, solo por eso lo hago porque sinceramente, ahora mismo me gustaría empujaros a todos a ese pozo pero me enseñaron a poner la otra mejilla- hablaba con total seriedad, apretando el puño de la mano contraria para contener el torbellino de sentimientos que lo estaban golpeando desde dentro.
El abrazo le pila un poco de sorpresa pero de nuevo corresponde, esta vez solo con una mano pues la otra hasta le costaba moverla, esconde el rostro entre el cuello y el hombro de lucio, lo estaba llenando de lágrimas otra vez, todo el cuerpo le temblaba pero Lucio estaba bien, estaba vivo y de momento eso era más que suficiente, las palabras que le susurra a modo de agradecimiento hace que niegue levemente con la cabeza -Solo... no quería perderte, he hecho lo que me decía el corazón...- se separa de él e intenta sonreír -Pero no se lo digas a Zaph que me encierra de verdad en una torre- le devuelve el anillo y deja que le cure, se habría negado pero no quería hacer que se enfadara igual que antes, así que le dejó hacer.
Por otra parte Giordano no paraba de andar de un lado a otro mientas lucio usaba su magia de sanación, estaba histérico y tal vez algo preocupado a pesar de estarles gritando -Gracias Giordano, no lohabríamos conseguido sin ti... siento haberte preocupado pero debemos cuidarnos unos a otros, verdad? se preocupa cuando el italiano se enfrenta a los guardianes, no estaba seguro de poder saltar nuevamente al pozo justo a tiempo para salvarlo, tampoco si esta vez conseguirían salir vivos, pasara lo que pasara estaba pensando en un hechizo por si acaso.
Lucio también estaba enfadado, cuestionando a los guardianes y no era para menos, en cuanto terminan de curarle se levanta, acercándose de forma no muy estable al anciano que les había hablado antes y le tiende la mano -no sé que pretendíais con eso pero si no teníais la intención de ayudarnos habría bastado con echarnos, Realizaré el juramento, un trato es un trato y sé que la fuente es de vital importancia para todos, solo por eso lo hago porque sinceramente, ahora mismo me gustaría empujaros a todos a ese pozo pero me enseñaron a poner la otra mejilla- hablaba con total seriedad, apretando el puño de la mano contraria para contener el torbellino de sentimientos que lo estaban golpeando desde dentro.
Un murmullo de sorpresa y aceptación recorrió el grupo de guardianes cuando vieron salir a Sean y a Lucio del pozo de fuente mágica. Ambos tenían un aspecto deplorable, pero habían conseguido salir con vida, con la ayuda de Giordano. Los guardianes se miraron entre ellos, asintiendo. Sabían lo que significaba aquello. Alguien con un poder mágico mediocre no habría aguantado ahí ni 5 segundos. Habría muerto de una manera horrible, sin ser capaz de soportarlo. Si habían aguantado significaba que eran dignos de acceder al secreto que las grutas albergan. También demostraron su valía al protegerse celosamente entre ellos, tal y como hacían los guardianes.
La indignación de los intrusos era comprensible, pero poco importó a los guardianes, que mantuvieron su gesto indiferente ante los reclamos. - ¿Acaso esperabais que esto fuese fácil? Ingenuos. - se burló uno de ellos, de los más jóvenes. El guardián de la cicatriz lanzó una mirada amenazante a Giordano cuando éste insistió en seguir golpeándole con su dedo acusador. Esta vez podía acabar en el pozo no por pasar la prueba, sino como castigo por faltar al respeto. - No vamos a ayudaros más allá de permitiros usar el material y salir de aquí con vida. Vosotros os encargaréis de extraer el material, mientras algunos de nosotros os vigilamos para que no toméis más de la cuenta. - se apartó bruscamente, dejando que fuese el anciano el que tratase con Sean.
- Sabias palabras, joven, pero recuerda que poner la otra mejilla no es siempre garantía de éxito. No es el caso, pues no somos vuestros enemigos, pero en ocasiones tu actitud podría suponer la muerte. No todos serán tan comprensivos como nosotros. Si la guerra queréis ganar, preparados para luchar debéis estar. - decidió que era el momento de proceder con el juramento, tomando la mano que Sean no tenía herida. Otro de los guardianes se acercó para proceder a realizar el Juramento Inquebrantable, extendiendo su mano sobre la de ellos mientras varios lazos mágicos que brillaban mientras surgían a su alrededor con cada voto pronunciado. +
- Juráis no revelar a nadie, bajo ningún concepto, la existencia de este lugar, ni cómo se accede a él. Juráis utilizar el material obtenido de la fuente de poder mágico únicamente para revertir el problema del bloqueo de magia a nivel mundial. Juráis respetar las normas de los guardianes y obedecer a sus directrices en todo momento, hasta que abandonéis el lugar. - Aquello era un contrato en toda regla, con la diferencia de que se pagaba con la muerte si se incumplían los términos. - Sea pues. - murmuró mientras el último lazo luminoso se cerró alrededor de sus manos, sellando así el trato. Después realizó el mismo procedimiento con el resto de los presentes, excepto con Setelah, debido a que estaba inconsciente. Tras esto llegó la hora de que abandonasen el lugar, no sin antes dejar a varios de ellos vigilando de cerca a los intrusos, por si acaso no cumplían con lo prometido. También les dieron un máximo de 24 horas para abandonar la cueva, a partir de ese momento.
La indignación de los intrusos era comprensible, pero poco importó a los guardianes, que mantuvieron su gesto indiferente ante los reclamos. - ¿Acaso esperabais que esto fuese fácil? Ingenuos. - se burló uno de ellos, de los más jóvenes. El guardián de la cicatriz lanzó una mirada amenazante a Giordano cuando éste insistió en seguir golpeándole con su dedo acusador. Esta vez podía acabar en el pozo no por pasar la prueba, sino como castigo por faltar al respeto. - No vamos a ayudaros más allá de permitiros usar el material y salir de aquí con vida. Vosotros os encargaréis de extraer el material, mientras algunos de nosotros os vigilamos para que no toméis más de la cuenta. - se apartó bruscamente, dejando que fuese el anciano el que tratase con Sean.
- Sabias palabras, joven, pero recuerda que poner la otra mejilla no es siempre garantía de éxito. No es el caso, pues no somos vuestros enemigos, pero en ocasiones tu actitud podría suponer la muerte. No todos serán tan comprensivos como nosotros. Si la guerra queréis ganar, preparados para luchar debéis estar. - decidió que era el momento de proceder con el juramento, tomando la mano que Sean no tenía herida. Otro de los guardianes se acercó para proceder a realizar el Juramento Inquebrantable, extendiendo su mano sobre la de ellos mientras varios lazos mágicos que brillaban mientras surgían a su alrededor con cada voto pronunciado. +
- Juráis no revelar a nadie, bajo ningún concepto, la existencia de este lugar, ni cómo se accede a él. Juráis utilizar el material obtenido de la fuente de poder mágico únicamente para revertir el problema del bloqueo de magia a nivel mundial. Juráis respetar las normas de los guardianes y obedecer a sus directrices en todo momento, hasta que abandonéis el lugar. - Aquello era un contrato en toda regla, con la diferencia de que se pagaba con la muerte si se incumplían los términos. - Sea pues. - murmuró mientras el último lazo luminoso se cerró alrededor de sus manos, sellando así el trato. Después realizó el mismo procedimiento con el resto de los presentes, excepto con Setelah, debido a que estaba inconsciente. Tras esto llegó la hora de que abandonasen el lugar, no sin antes dejar a varios de ellos vigilando de cerca a los intrusos, por si acaso no cumplían con lo prometido. También les dieron un máximo de 24 horas para abandonar la cueva, a partir de ese momento.
Que si podía verle, decía Sean. Ojalá pudiera verle del todo...no he necesitado mucho segundos para darme cuenta de que mi ojo derecho no es capaz de ver prácticamente nada, excepto un borrón. Me temo que las heridas de haber caído a ese sitio y sus secuelas son peores de lo que pensaba. - Me recuperaré, nadie quiere tener a un médico gruñón como paciente. - le paso una mano por el pelo para revolverlo al verle tan afectado, prometiendo que no le diré nada a Zaphira. - Tampoco quiero que me mate a mí. Guardaremos el secreto - le digo de modo confidencial, procediendo después a utilizar mi anillo de sanación para canalizar mi magia curativa hacia él. Esta vez si se deja, se ve que mi mosqueo de antes y las heridas que tiene son suficientes para convencerse. La curación podría ser mejor, así que supongo que tendré que hacer otra cuando me recupere un poco de eso de haber sido arrojado a un pozo de magia pura. - Luego te lo hago mejor, cuando nos alejemos un poco de aquí.
Cuando termino con Sean me levanto despacio del suelo, haciendo un gesto de disculpa hacia Giordano por lo alterado que parece. No sabrá expresarlo, pero queda claro que se ha preocupado por nosotros. Sonrío ligeramente, con cara de estar muy enterado de lo que en realidad pasa. - Si en el fondo nos aprecias, que lo sé yo. Por eso estás cabreado. Nosotros no te íbamos a abandonar, pero esta gente parece que tenía otras intenciones para nosotros...- comento con tono suspicaz mirando a los guardianes, que siguen con su tónica de ser misteriosos y bordes, todo en uno. - No esperábamos que fuese fácil, pero tampoco esperábamos es que unos compañeros atentasen contra nuestras vidas de este modo. El problema es de todos, no hagáis como si el favor fuese únicamente para nosotros. Lo que no sé es por qué no habéis intentado algo ya. En fin...- suspiro cansado y resignado, mirando a Sean con preocupación cuando se acerca al guardián anciano para acceder al juramento. Yo también me acerco a él, no vaya a ser que le de por arrojarlo al pozo. Tras soltarle el sermón a Sean de cómo debe ser (cosa que no le ha pedido) el viejo comienza con el ritual del Juramento Inquebrantable. Contengo la respiración mientras éste dura, memorizando todo aquello que debemos cumplir para no romperlo. Podemos hacerlo, no es nada del otro mundo. Repite el proceso conmigo, mismas palabras y condiciones, y una tercera vez con Giordano, para terminar con Mónica. Setelah sigue inconsciente, por eso no lo hace. Muy listo, mira cómo se escaquea por temas de parásitos intestinales.
- Juramos...- es la última palabra que repito antes de que se marchen y nos dejen ahí solos con el ultimátum de las 24 horas para extraer el material. Giordano sabe lo que hacer, ya ha estado hablando antes de su propuesta de hacer algo similar a los satélites usando el material opuesto, así que dejamos que se encargue él de dirigirnos. Su autómata puede sernos útil en esta ocasión, ya se encargará él de eso. Por mi parte decido fijarme en una de esas vetas en las que brilla el material de la fuente de magia, conjurando pequeñas explosiones a su alrededor para obtener algunos trozos, no demasiado grandes. Me acerco a recogerlos con cierto miedo y respeto, por todo lo que me ha pasado ahí abajo. - Sean, Gio. Puede que no necesitemos mucho...con que tengamos un poco cada uno será suficiente, podremos salir pronto. Otra cosa...los Soul deben estar arriba esperando, y creo que ellos ya han cumplido con su misión, según ese temblor que sentimos antes en las grutas. ¿Se os ocurre alguna manera de canalizar la magia del pozo de manera directa a la superficie para que se amplifique con la Mole? - miro alternativamente a mis compañeros, y en última instancia a Sean, especialmente al orbe que porta. Por probar...
Cuando termino con Sean me levanto despacio del suelo, haciendo un gesto de disculpa hacia Giordano por lo alterado que parece. No sabrá expresarlo, pero queda claro que se ha preocupado por nosotros. Sonrío ligeramente, con cara de estar muy enterado de lo que en realidad pasa. - Si en el fondo nos aprecias, que lo sé yo. Por eso estás cabreado. Nosotros no te íbamos a abandonar, pero esta gente parece que tenía otras intenciones para nosotros...- comento con tono suspicaz mirando a los guardianes, que siguen con su tónica de ser misteriosos y bordes, todo en uno. - No esperábamos que fuese fácil, pero tampoco esperábamos es que unos compañeros atentasen contra nuestras vidas de este modo. El problema es de todos, no hagáis como si el favor fuese únicamente para nosotros. Lo que no sé es por qué no habéis intentado algo ya. En fin...- suspiro cansado y resignado, mirando a Sean con preocupación cuando se acerca al guardián anciano para acceder al juramento. Yo también me acerco a él, no vaya a ser que le de por arrojarlo al pozo. Tras soltarle el sermón a Sean de cómo debe ser (cosa que no le ha pedido) el viejo comienza con el ritual del Juramento Inquebrantable. Contengo la respiración mientras éste dura, memorizando todo aquello que debemos cumplir para no romperlo. Podemos hacerlo, no es nada del otro mundo. Repite el proceso conmigo, mismas palabras y condiciones, y una tercera vez con Giordano, para terminar con Mónica. Setelah sigue inconsciente, por eso no lo hace. Muy listo, mira cómo se escaquea por temas de parásitos intestinales.
- Juramos...- es la última palabra que repito antes de que se marchen y nos dejen ahí solos con el ultimátum de las 24 horas para extraer el material. Giordano sabe lo que hacer, ya ha estado hablando antes de su propuesta de hacer algo similar a los satélites usando el material opuesto, así que dejamos que se encargue él de dirigirnos. Su autómata puede sernos útil en esta ocasión, ya se encargará él de eso. Por mi parte decido fijarme en una de esas vetas en las que brilla el material de la fuente de magia, conjurando pequeñas explosiones a su alrededor para obtener algunos trozos, no demasiado grandes. Me acerco a recogerlos con cierto miedo y respeto, por todo lo que me ha pasado ahí abajo. - Sean, Gio. Puede que no necesitemos mucho...con que tengamos un poco cada uno será suficiente, podremos salir pronto. Otra cosa...los Soul deben estar arriba esperando, y creo que ellos ya han cumplido con su misión, según ese temblor que sentimos antes en las grutas. ¿Se os ocurre alguna manera de canalizar la magia del pozo de manera directa a la superficie para que se amplifique con la Mole? - miro alternativamente a mis compañeros, y en última instancia a Sean, especialmente al orbe que porta. Por probar...
Demasiados sobresaltos para un solo día. No he ganado para sustos, entre las alucinaciones, las quimeras salvajes y los guardianes atacando a Setelah y al resto. La salvajada del parásito y lo de tirarlos al pozo hace que les coja bastante manía a los puñeteros guardianes, incluso aunque al final accedan a dejarnos llegar al pozo de magia. Poco puedo hacer para ayudar a los Descendientes en ese momento, no tengo un poder comparable al suyo y la verdad es que llego a pensar que no sirve de mucho que esté aquí ahora mismo. Lo único que puedo hacer es ocuparme de Setelah, que sigue inconsciente tras el ataque. - Seguro que sólo te haces el desmayado para librarte del juramento...si te conoceré yo. - murmuro mientras me quedo arrodillada a su lado, junto a la improvisada camilla que le hizo el médico. Me levanto cuando me toca ser parte de el maldito juramento, accediendo con bastante reticencia porque no me gustan este tipo de cosas.
Después nos quedamos sólo con unos cuantos guardianes, que vigilan cada uno de nuestros pasos mientras tratamos de conseguir algo de ese material de las múltiples vetas que tiene la cueva. Me dedico a intentar colaborar en eso, para al menos hacer algo útil en la misión. Sigo el método que usa Lucio, conjurando pequeñas explosiones sobre la piedra, aunque me llevo alguna que otra mirada reprobatoria por parte de los guardianes. Podría disculparme por hacer eso en "su" cueva, pero no se lo merecen. Todavía estoy esperando que se disculpen por lo que han hecho ellos. Consigo algunos trozos de ese extraño material, azulado y brillante, tan opuesto al que usa Setelah cuando conjura su antimagia. No termino de comprender muy bien cómo funciona, aunque me hago alguna suposiciones. Tal vez sean materiales capaces de atrapar las diferentes energías, la creadora de magia y la que la engulle, puesto que esas energías se encuentran por todo el planeta en ese supuesto equilibrio que se mencionó en la reunión que hicimos antes de partir.
Guardo parte de ese material, no mucho más que lo que cabe en mis manos. Tras eso espero a que los demás estén listos, aunque no me he fijado muy bien en qué proceso han ido siguiendo para sacarlo. Informamos a los guardianes de que hemos concluido, explicando también el asunto de los Soul Reaper y sus calaveras, con más información de la que les dimos antes. Concluyen en que ellos se encargarán de dirigir la energía hacia la fuente amplificadora de la Mole Antonelliana, siguiendo el ejemplo de los Soul, que claramente había funcionado. Parecen tener bastante interés en saber si el material de las calaveras de los Soul es el mismo que el de las grutas, pero nosotros no tenemos ni idea ni tenemos por qué decirles nada más. Finalmente comenzamos a recorrer el camino de vuelta hacia el exterior, acompañados por los guardianes en todo momento. Me hubiese gustado decirles que no era necesario, que con el juramento ya es más que de sobra para saber que no vamos a hacer nada peligroso.
Por fin abandonamos aquellas extrañas cuevas, saliendo al exterior para respirar aire fresco. En ese momento tomamos varias decisiones: yo decido marcharme primero de Turín, así que llevaré a Setelah hasta Smaug para que nos lleve de vuelta. Puede que él se oponga, pero como está inconsciente la que toma las decisiones soy yo. Los Soul irán a su bola, como cuando vinieron, y los Descendientes lo mismo, pues disponen de su propia dragona. - Iré a llevarles las buenas noticias a vuestros compañeros en el Castillo Le Fay. No tardéis mucho en volver. Necesitamos los conocimientos de Giordano para hacer la contra réplica del satélite. - dicho esto me despido del grupo, ellos se van por un lado y nosotros por otro, buscando una ruta segura por la que alejarme de la ciudad con Setelah. Horas después nos marchamos de allí junto a Smaug.
Después nos quedamos sólo con unos cuantos guardianes, que vigilan cada uno de nuestros pasos mientras tratamos de conseguir algo de ese material de las múltiples vetas que tiene la cueva. Me dedico a intentar colaborar en eso, para al menos hacer algo útil en la misión. Sigo el método que usa Lucio, conjurando pequeñas explosiones sobre la piedra, aunque me llevo alguna que otra mirada reprobatoria por parte de los guardianes. Podría disculparme por hacer eso en "su" cueva, pero no se lo merecen. Todavía estoy esperando que se disculpen por lo que han hecho ellos. Consigo algunos trozos de ese extraño material, azulado y brillante, tan opuesto al que usa Setelah cuando conjura su antimagia. No termino de comprender muy bien cómo funciona, aunque me hago alguna suposiciones. Tal vez sean materiales capaces de atrapar las diferentes energías, la creadora de magia y la que la engulle, puesto que esas energías se encuentran por todo el planeta en ese supuesto equilibrio que se mencionó en la reunión que hicimos antes de partir.
Guardo parte de ese material, no mucho más que lo que cabe en mis manos. Tras eso espero a que los demás estén listos, aunque no me he fijado muy bien en qué proceso han ido siguiendo para sacarlo. Informamos a los guardianes de que hemos concluido, explicando también el asunto de los Soul Reaper y sus calaveras, con más información de la que les dimos antes. Concluyen en que ellos se encargarán de dirigir la energía hacia la fuente amplificadora de la Mole Antonelliana, siguiendo el ejemplo de los Soul, que claramente había funcionado. Parecen tener bastante interés en saber si el material de las calaveras de los Soul es el mismo que el de las grutas, pero nosotros no tenemos ni idea ni tenemos por qué decirles nada más. Finalmente comenzamos a recorrer el camino de vuelta hacia el exterior, acompañados por los guardianes en todo momento. Me hubiese gustado decirles que no era necesario, que con el juramento ya es más que de sobra para saber que no vamos a hacer nada peligroso.
Por fin abandonamos aquellas extrañas cuevas, saliendo al exterior para respirar aire fresco. En ese momento tomamos varias decisiones: yo decido marcharme primero de Turín, así que llevaré a Setelah hasta Smaug para que nos lleve de vuelta. Puede que él se oponga, pero como está inconsciente la que toma las decisiones soy yo. Los Soul irán a su bola, como cuando vinieron, y los Descendientes lo mismo, pues disponen de su propia dragona. - Iré a llevarles las buenas noticias a vuestros compañeros en el Castillo Le Fay. No tardéis mucho en volver. Necesitamos los conocimientos de Giordano para hacer la contra réplica del satélite. - dicho esto me despido del grupo, ellos se van por un lado y nosotros por otro, buscando una ruta segura por la que alejarme de la ciudad con Setelah. Horas después nos marchamos de allí junto a Smaug.
Contenido patrocinado
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Página 3 de 3. • 1, 2, 3
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.