Piso Hacksaw Le Fay || Le Fay Hacksaw

No contestó a su insistencia. No pensaba explicarle nada, mucho menos teniendo en cuenta que no le daba la gana que supiese quien era él.
Aprovechó que Azahar se adelantó para bajar la mirada a su trasero. No le había mentido en eso de que lo tenía bien puesto. Al menos si iba a acabar muerto tendría una bonita imagen para la eternidad. Aunque estaba más que claro que este no era su final. Ya se lo había dicho antes al puto androide. No él, no así.
Tiró del cinturón haciendo que pasase por toda su cintura rápidamente mientras la peliazul contestaba de ese modo, casi tartamudeando. Sonrió traviesamente, efectivamente se había puesto nerviosa, aunque algo le decía que no había sido por su pregunta.
Cuando el gesto de la chica pasó a cierto gesto de enfado, alzó las manos a modo de detenido.
-Vamos belleza...no te enfades con un moribundo.
Agarró el calzoncillo de los laterales bajándolo un poco cuando escuchó esa orden. La observó por encima del hombro.
-¿estás seguro de que funciona así?Mira que si no lo has hecho nunca lo mismo no lo tienes claro y se necesita estar completamente desnudo.
Soltó el calzoncillo sin terminar de bajarlo y se aproximó a la bañera entrando en la misma. Se tumbó poco a poco conforme le dejaban sus dolores y desde ahí simplemente le hizo un gesto muy de reverencia con la mano indicándole que podía proceder.
-Tranquila...seguro que lo haces de puta madre.

A Anteia habían cosas que le gustaban mucho y se le daban de forma natural: Ser una excelente anfitriona, ser mamá gallina, ser una cocinera maravillosa, una curandera con experticia, una experimentadora de pociones increíble (futura compañía de cosmética), estupenda organizadora de eventos (excepto por imprevistos como los Souls Reapers y la paz mundial) y...POR SUPUESTO, decoradora de interiores talentosa. Por eso, era evidente que Catherine acudiría a ella para darle algo de aspecto de "hogar" al frío departamento en el que solían dormir Ian, Aedan y ella.

-No lo sé cariño... Tal vez está con la tía Chloe. Pero es que es más pequeño, ustedes son mis ayudantes oficiales. Obviamente  pueden ayudarme- Le indicó a los gemelos de cuatro años que caminaban a su lado cargando, cada uno, un cojín... porque claro, trabajo había que darles. De lo contrario... Temió arruinar su momento estrella de decoradora.  Abrió la puerta sin preguntar, sin tocar, sin anunciar. Entró de espaldas porque llevaba un par de rollos de cortinas y otras cosas levitando tras ella. Entró haciendo acopio de todo y pendiente de que los pequeñajos no se enredaran con las cintas y telas.

Fue un éxito total.
Hasta que cerró la puerta y se dio la vuelta.

La mirada celeste de Anteia se clavó en las manchas de sangre que daban la bienvenida a la casa. Evidentemente, no eran parte de la decoración porque lo "gore" estaba fuera de su catálogo. Sintió un nudo en el estómago. Ni Daryl ni Kyla habían conocido la guerra como Azahar, ni sus padres. No podía, siquiera, darle índice de algo. No quería que fueran conscientes de esa realidad. Le tiró la cortina encima para que no apreciaran la escena -Oh pero qué torpe...- Dejó caer en un susurro mirando  con más atención alrededor. No lo dudó, miró a los revoltosos gemelos que ahora intentaban salir de debajo de las cortinas y se mordió los labios un poco nerviosa -Lo siento, pequeños- Murmuró y los levitó hacia una habitación que revisó previamente y los encerró -Ya vuelvo, no salgáis- Enmudeció la sala para que no los oyeran en caso de que el peligro siguiera vigente.

Fue entonces cuando Anteia decidió que era hora de atarse el pelo y mientras lo hacía agudizó el oído mientras seguía las manchas. Pronto reconoció el sonido del agua y entrecerró los ojos. Su magia no se distinguía por ser muy buena atacando pero... Algo podría intentar.  Finalmente dio con el lugar de donde provenía el sonido del agua y, dramáticamente, se recostó de la pared, respiró hondo dos veces y después apareció de improvisto hacia la escena con las manos en posición de ataque.

No obstante, se quedó patitiesa cuando se percató de la escena. Sus ojos azules iban de Azahar al herido y viceversa. Así se mantuvo unos largos segundos sin comprender qué estaba pasando. Por su perfecto rostro pasaron muchas emociones, pues Anteia era un libro abierto en ese aspecto. Cuando la confusión dejó paso a la ...objetividad, espabiló. Volvió a tener un poco el control -¿Hay peligro? Tus hermanos están aquí, cariño-

-estoy muuuy segura, tú tranquilo, confía en mí. -le dije con cierto tono de tensión asesinilla en la voz porque claramente estaba jugando con la cintura de sus ropas interiores, y me hacía preguntarme por qué carajos le había dicho que no se los quitase

"Ah sí, porque no estás en tu casa, no conoces su nombre, es un casi desconocido yyyy está herido"


Se colocó y me indicó que podía proceder. Me arrodillé al borde de la bañera y lo miré algo extrañada, creo que eran las primeras palabras amables que me había dedicado.

-... Gracias. -luego respire profundo, cerré los ojos y extendí mis manos con las palmas hacia abajo, los dedos relajados, y las aproximé al agua. Me centré totalmente en el elemento, y traté de sincronizar mi energía mágica con la suya, buscando sus vibraciones. Cuando lo tuve, el agua respondió emitiendo un tenue y relajante brillo azulado. De ahí, pasé a buscar la energía de Reed, que se encontraba ahora inmersa en aquella masa de agua, y a partir de ese nexo hacer circular la energía mágica de mí hacia el, usando como canalización y filtro el propio agua.

No sé, me monte unas movidas muy raras en la cabeza. El caso es que sentía que estaba funcionando. Seguía con los ojos cerrados, concentrada. Sin embargo empecé a notar cierto mareo y debilidad. No había imaginado que una sanación así pudiera pasar tanta factura. Menudo aguante tendría Chloe...

Algo me sacó de mi trance. Pare al oír una puerta y me giré, viendo a mi madre. La sorpresa de mi cara era notable.

-eh?! Que? Uhh... Peligro? No que va, todo controlado. Tengo que limpiar la casa a Ian eso sí. Es que no sabía dónde llevarlo, dice que no quiere ir al hospital. Lo miras por si acaso? Le han apuñalado... Puedo encargarme de los enanos mientras

"Si eh. Que palo joder, que palo"

"ya me pedirás que me los quite"
Pensó para si mismo a la respuesta de la chica y observó como se acercaba a la bañera. Reed no pudo evitar reirse cuando ella le dio las gracias. Le hacía gracia cuando la muchacha no pillaba sus indirectas aunque en esta ocasiones tenía sentido pero él lo había dicho en otro sentido completamente diferente y obsceno. La risa le provocó tos, un par de veces, lo sufieciente para soltar un gargajo gelatinoso de sangre.
Sentía el sudor correr por su frente y el tembleque del cuerpo que no presagiaba nada bueno. Observó a la chica que cerró los ojos. Se quedó bastante embobado mirando sus gestos, parecía concentrada y hacía pequeñas muecas que se notaban sobre todo en su ceño de cuando en cuando. Su mirada fue a las manos cuando comenzó a sentir algo, era como si...como si estuviese hablando con su magia. Era una sensación extraña, algo desagradable por un lado. Era una intromisión a su privacidad mágica, por otro lado resultaba agradable.
El agua resplandeció y Reed sintió como algo en su interior se movía recolocándose. Apretó los labios y se sujetó con las manos a los bordes de la bañera intentando evitar los quejidos que le hubiese gustado soltar en ese momento, no quería desconcentrar a la peliazul. Volvió a observarla, parecía algo pálida y se tambaleaba un poco. Aguantó un poco más mientras en su interior todo volvía su ser, tendría que haber aguantado más aún pero se incorporó dispuesto a agarrar a la muchacha que parecía a punto de desvanecerse.
No llegó a hacerlo ya que alguien sacó del trance a la chica. Sentado en la bañera observó a la mujer. Rubia, Malfoy sin duda. Su madre tenía cierto aire a esa rubia pero sobre todo se parecía a los cuadros de su abuela que había visto alguna vez. Pasó su mirada de la rubia a la peliazul en un par de ocasiones y alzó una de sus cejas cuando la segunda llamó cariño a la primera mirando a la peliazul con una sonrisa bastante cabrona en la cara.
"Cariño eh?y hermanos..."
Reed fue a decir algo cuando Azahar empezó a soltar toda la mierda a su madre. La miró sorprendido, vale que se había puesto nerviosa pero de ahí a ser tal tipo de chivata... Carraspeó incorporándose aún dentro de la bañera plantando ambas manos en sus partes por eso de que incluso a él le daba cosa estar así delante de la rubia.
-No, no es necesario. De veras- Murmuró cuando la chica sugirió que su madre le revisase. Lo hizo de mala gana mirando malamente a Azahar.
"chivata de mierda"
-Su hija me ha curado bastante bien.
El agua caía por su pelo y varias gotas por su cara. Volvió a mirar a ambas varias veces aún dentro de la bañera. Azahar interrumpía su paso. Se inclinó acercándose a su oreja. Carraspeó.
-Si te quedas ahí te voy a mojar.
Susurró por lo bajo tal vez con un mínimo tono guarro y volvió a tomar su posición original mirando a la rubia sonriendo algo incómodo.

La mirada de Anteia se deslizó por los rasgos de Azahar con preocupación. Notó que el color de su piel no era el normal y le preocupó. Hace un tiempo había demostrado curiosidad por la sanación pero Anteia no sabía hasta que punto había investigado su hija. Ahora era consciente así que se lo anotó mentalmente. Escuchó todo lo que Azahar tenía que decir y miró al muchacho que se incorporaba tapándose los calzoncillos. Ignoró el gesto.

-No te preocupes. Lo revisaré. ¿Tú te encuentras bien?- Preguntó acercándose a ella e ignorando deliberadamente las palabras de Reed sobre que estaba bien. Más que nada porque no le conocía de nada, no sabía porqué le habían apuñalado ni si era peligroso. Últimamente, Anteia ponía muchísimo sus prioridades en orden a diferencia de Lyran. Bueno, y Azahar que tenía el mismo espíritu de su padre. Y como no podía doblegar a ninguno simplemente hizo con sus decisiones lo que la hiciera feliz y eso era estar atenta sólo a su familia. Cuando volvió a hablar, Anteia volvió su vista hacia el joven con una pasmosa calma -Si mi hija me ha dicho que te revise, lo haré. Azahar tiene muchos talentos pero la sanación aún no está consagrada- Dijo con suavidad y se separó un poco para ir a buscar una toalla, perdiéndose el coqueteo de Reed. Cuando volvió le dio la toalla.

Los he encerrado en el estudio de pintura, tienen unas cortinas encima... si se han liberado seguro han hecho un desastre- Se rio un poco -Llévalos al cuarto de Aedan. Así podrás limpiar y en cuanto termine con él, hará exactamente lo mismo que tú- Soltó, cual madre, y volvió su mirada hacia Reed -¿No es así?- Inquirió alzando una de sus cejas y cuando finalmente estuvo seco extendió las manos hacia él -Ahora...¿Cuál es tu nombre, desconocido y extraño a quien no conozco y que aparece ensangrentado y apuñalado con mi hija?- Sonrió con suavidad. Había una pizca de gracia y jocosidad en los azules y sabios de Anteia. Movió los dedos invitándolo a darle las manos.

Respondí a Reed con un gruñido muy perruno cuando se me acercó a susurrarme eso, ahora si que capté el tonillo ese. Luego me incorporé para levantarme y dejarlo salir, y al hacerlo (como cuando te sales muy rapido de la cama) noté el agotamiento por aquel hechizo, se me quedó la vista en blanco unos instantes y la cabeza se me fue. Me tuve que parar unos instantes y agarrarme al lavabo.

"puto crío bromista maleducado...."

- Estabas más jodido por dentro de lo que habia pensado en un inicio, me ha costado bastante....

Miré a mi madre cuando preguntó por mi. Para que mentir. Ella era capaz de oler las mentiras.

- Me he mareado un poco. No tengo el aguante que Chloe para estas cosas.

Me mordí los labios cuando mi madre me dijo de ir a por los enanos, eso significaba dejarla sola con Reed. No se por qué pero me daba un poco de aprehensión hacerlo. No sabía hasta que punto a Reed podía irsele...me acordé cuando me amenazó con un arma. De pronto, me encontré mirando al chico con gesto muy adusto, extrañamente serio para mi, demasiado penetrante. Mi mirada decía claramente que, como se pasase con Anteia, mi madre, me lo cargaba. Que me daría igual lo bonito que tuviese el culo o la cara. Me lo cargaba y punto.

Luego suspiré, sonreí y salí del cuarto de baño para ir a salvar a mis hermanos pequeños de un estrangulamiento por cortinas o vete a saber qué. En poco tiempo podían desatar el caos. Debía encerrarlos en el cuarto de Aedan cuanto antes, asi que los cargué en brazos, cuales sacos de papas, sin atender a sus quejas.

- Dios, Daryl, no te limpies los mocos en mi pantalón, das mucho asco en serio. Y tu de que te ries, lunática?

"Por Merlín..."

Ignoró sus palabras, la mujer había pasado bastante de lo que decía. Entornó los ojos al oír que iba a hacerle un chequeo. No le gustaba el contacto físico, no de esa forma. Para Reed solo existían dos formas de tocar la piel de otra persona, para meterle una hostia o para meter mano.
Salió de la bañera sonriendo satisfecho por el quejido de Azahar, le resultaba curioso que captase las indirectas sutiles y las no tan sutiles a veces ni las pillaba. Miraba de reojo a su madre.
-Tu madre es insistente ¿eh?
Soltó por lo bajo antes de que Azahar se tambalease hasta el lavabo. Tomó la toalla que le ofreció Anteia comenzando a secarse.
-Estaba a punto de sacarte del trance justo cuando llegó tu madre.
Volvió a mirar a la rubia mientras frotaba sus brazos con la toalla.
-A mí me parece que las habilidades de su hija han quedado más que demostradas.
No lo dijo por no ser revisado por la mujer. Se sentía bien, se sentía de puta madre y le pareció un comentario bastante menospreciante por parte de una madre hacia su hija por lo que contestó en un tono bastante serio.Rodeó su cintura con la toalla pasando una mano por su pelo sacudiéndolo. Asintió de mala gana a lo de limpiar pero al fin y al cabo no se trataba más que de un hechizo chorra, aunque a él no se le daban demasiado bien ese tipo de hechizos.
Captó la mirada de Azahar. Era diferente, sólo le había mirado de forma parecida y no tan intensa aquella vez en el servicio del bar cuando usó su magia. Algo se removió en su interior, para que negarlo también en su cuerpo. Aquella mirada le había puesto bastante burro.
Carraspeó mientras la muchacha salía y dio un paso atrás cuando Anteia se acercó extendiendo sus manos. No. De ninguna forma le iba a tocar.
-Em...
Era una sonrisa de madre, de madre pero que buscaba algo. Respuestas. No le gustaban esas sonrisas.
-Dean, mi nombre es Dean.
Soltó agachándose para recoger la ropa y el paquete de tabaco que estaba tirado por el suelo.
-No se preocupe, se lo agradezco pero como ya le he dicho.
Chasqueó los dedos limpiando el baño aparentemente bien.
-Su hija lo ha hecho perfectamente.
Pasó por su lado ignorando sus amables manos y se dirigió al salón procediendo a sentarse para vestirse. Su ropa también había quedado más o menos limpia y trataba de ponérsela a toda prisa para largarse de ahí.

Anteia se movió con rapidez hacia su hija cuando la vio cogerse del lavabo. Tras ello escuchó su análisis y asintió con una leve sonrisa -Procura, cuando lo hagas, pensar que siempre están el triple de peor de lo que imaginas. Tengo una poción en casa que te ayudará- Explicó, para que pudiera volver a tener las fuerzas de antes. Le tomó del hombro y se lo apretó -Pero lo has dejado de una pieza y eso es lo más importante- Le dijo afectuosamente y escuchó al amigo de Azahar -Mucho. Muy insistente...- Señaló con tranquilidad.

Tras ello, escucho el tono serio del chico y sólo le dirigió la mirada como si estuviera analizandolo. Era evidente que no conocía muy bien a Azahar pues, si lo hiciera, sabría que la determinación de su hija era increíble. Por ende, si se mostraba dudosa de algo era porque no confiaba del todo en sus poderes. Pero lo dejó pasar, no tenía porqué darle explicaciones a un crío -Chloe tiene mucha más practica. Es normal. Si quieres te puedes venir conmigo a practicar- Le sugirió respecto a venirse al hospital. Mientras más práctica tuviera, más confianza tendría.

Al dejarlos solos, el chico en seguida se apartó de Anteia -Ummm.. - Soltó con curiosidad cuando el se echó hacia atrás -Dean, encantada, soy Anteia- Le dijo mientras lo chequeaba visualmente y observaba los movimientos y gestos de su rostro. No había pizca de dolor en ellos. Salió detrás de él -No te conozco, Dean- Indicó pero algo en su instinto le decía que había algo extraño allí -Y tampoco las circunstancias que te han traído hacia Azahar, pero deberías saber que así como sé sanar, sé hacer daño- Le amenazó sin mirarlo. Y no lo dudó, usó sus propios poderes empáticos para infundirle temor apenas unos escasos segundos  mientras se retiraba del salón e iba al cuarto de Aedan encontrando a los mellizos.  

-El chico no se dejó tocar pero parece que está bien. No me da tranquilidad, haz lo que mejor te parezca con él- Ya no tenia ganas de ofrecerle ni hogar, ni decirle qué lo mejor era borrarle la memoria y no permitirle volver a la isla. Ni siquiera la miró cuando dijo eso. Cogió a los niños -Me voy al baile. Dejaré a los mellizos con su niñera. Luego te veo- Dijo y la miró a los ojos - Ten cuidado- Sugirió, pero sabía que haría lo que le diera la gana. Le dolió ese pensamiento, pero intentó ocultarlo -Decirle adiós a vuestra hermana- Tras ello desapareció hacia su propia casa.

Me fui a limpiar todo el estropicio sangriento pero lo dejé a mitad al ver salir a mi madre y a Reed/Dean (puto), dirigiendome nuevamente al cuarto de Aedan donde habia encerrado a mis hermanos. Escuché a mi madre atentamente y asentí, creia que tenia razon.

- Hay algo raro en él, en eso coincido contigo.

La miré a los ojos, tenia ganas de contarle algo más, mas impresiones que Reed me causaba, como aquella extraña sensacion de que lo conocia, de algun modo extraño, o cómo de modo semejante me sentia inclinada a echarle un ojo. Pero ella fue bastante tajante, y se marcho. Suspiré tragandome mis pensamientos y dudas. Ah si, el baile. A mi el baile no me interesaba, me interesaba el torneo de despues.

- Adios enanos, portaos bien. - les lancé unos besitos y luego se fueron. Bufé y seguí limpiando la sangre a base de hechizos, para despues volver al salon donde Reed. Me quedé con cara de empanamiento al oir a Cat, y sonreí. Tenia ganas de verlos...

"Sí Cat! Me arreglo un poco y voy enseguida, guardame cerveza o algo, porfa"

- Tengo que irme a una cosa de comer y luego de pegarnos. Tú...eres libre de hacer lo que quieras pero no te puedes quedaren esta casa.

Le abri la puerta, invitandolo a salir.

Reed se apresuró a abrocharse las botas una vez con el pantalón puesto. Desvió la mirada a Anteia que había seguido sus pasos hasta el salón.
"insistente"
Para su sorpresa la mujer no insistió sino que le soltó aquello. Entrecerró los ojos por un segundo y sonrió tratando de quitarle hierro al asunto y responder pero su sonrisa se borró aún mirando los profundos ojos de la rubia. Algo se apoderó de su cabeza y su cabeza no estaba muy bien que digamos. Un temor profundo que le dejó paralizado durante varios minutos hasta que la presencia de la mujer se esfumó del lugar.
Inclinó su torso hacia delante sintiendo una pequeña liberación, sin embargo aún se sentía confuso. Esa mujer no era alguien con quien meterse. Pero su cabeza le dijo que de algún modo volvería a sentir esa sensación, porque él también era muy insistente cuando se proponía algo.
A los pocos segundos llegó la peliazul, traía una sonrisa en los labios que confundió de nuevo a Reed. ¿su madre le había contado lo que había hecho con él y eso le hacía gracia?. Se incorporó y alzó una ceja al oírla siguiendo sus pasos hacia la puerta.
-Captado belleza.
Gruñó por lo bajo recogiendo su camiseta y chaqueta que aún no se había puesto. Avanzó hacia la puerta. Por su actitud estaba claro que no había pasado la prueba de la madre. Mejor. Salió por la puerta pero paró antes de largarse girando para mirarla. Se suponía que tenía que agradecerle la curación.
-La próxima vez no acojas a un moribundo como yo. Tu familia no se lo toma demasiado bien.
Eso no era un agradecimiento. Buscó entre su ropa el paquete de tabaco sacando un destrozado piti que puso entre sus labios y encendió, soltando el humo hacia un lado sonriendo.
-Para ser tu primera vez me ha parecido cojonuda.
Eso sí que lo era, al menos para él. Se acercó a ella bastante y alzó la mano hasta la altura de su mejilla.Chasqueó limpiando el salón que era lo que faltaba.
-No queremos que llegues tarde a la fiesta.¿verdad?
Giró sobre si mismo dejando caer la ropa sobre su hombro mientras abandonaba el lugar, escuchando a la chica como cerraba la puerta y se marchaba por otra dirección.

Catherine se miraba al espejo una y otra vez. Se acercaba y se alejaba con un gesto inseguro en el rostro. Se mordía el labio inferior mientras oía los gritillos de los chiquillos mientras mantenía la ilusión de una cama elastica donde todos estaban saltando -sin potar- con mucha diversión. El piercing era dorado y...era bonito. Pero lo suyo eran los tatuajes. Movió la cabeza hacia un lado, luego hacia el otro -¿Tu crees que le guste?- Arrugó la nariz y aquello le provocó un poco de dolor a raíz de la "herida". Fue a llevarse un dedo allí cuando Jo con un gesto casi espontáneo le hizo saber que eso no tenía que hacerlo.

-Vale...- Se acomodó los collares y luego sonrió un poco -Me gusta...- Indicó, algo cortada y luego sonrió un poco más -Gracias- Indicó - Después de la prueba de Adramelech quedé bastante agotada, aparte me tocó unos botones que...No pensaba que me iba a tocar. Menos siendo él- Dijo alzando suavemente los hombros pensando en cómo había podido vincularse tanto al Soul Reaper que había destruido su boda y adelantado su parto. Supuso que se debía a que, pese a ser un momento feliz, Ian y ella no habían necesitado tanto bombo. A fin de cuentas, ella se había casado con sus botas militares y como una vaca.

Salió del baño esperando que Jo la siguiera hacia la cocina -Te diría que ...tomarámos café o té o algo. Pero soy un poco mierda en la cocina. Antes se encargaba Desmond, luego Ian y yo nos las apañabamos pero... - hizo una mueca para luego cruzarse de brazos en medio de la cocina -Aunque supongo que un té no es muy complicado- La comida de Aedan también era simple, aunque empezaba a comer más cosas casi todo habían sido purés de verduras hervidas. Desde la guardería le habían echado una mano con eso, incluso Atenea, una de las encargadas la había ayudado unas noches en casa para guiarla sobre una dieta balanceada. Ahora... -Tés.... es agua caliente y bolsita. ¿Verdad?...Ahora...bolsitas... Creo que Atenea me trajo un dia unas tilas...- Empezó a rebuscar en los cajones.

Desaparecí todo lo que había necesitado para hacerle aquel piercing. No sé en que momento o porque habíamos acabado en el baño con la idea de hacerlo, la verdad. Sonreí levemente al ver como se miraba al espejo como si no estuviese muy convencida de lo que acaba de hacer.
-Em... no sé...¿A ti te gusta?
Mi nariz se arrugó al ver que se llevaba el dedo a la nariz y alcé la mano para indicarle que no se toquetease. Hice un gesto de conformidad porque lo pilló sin tener que decirle nada y procedí a lavar mis manos.
-Pues si a ti te gusta a él debería gustarle.Y si no le gusta... pues que se aguante.
Solté sin mas negando mientras sonreía por aquello de darle las gracias.
-Descuida, mi hermana se pasaba el día haciendo estas cosas a sus amigas y yo siempre andaba rondando por ahí...
Encogí mis hombros como queriendo decir que era pan comido. Sequé mis manos alzando ambas cejas.
-Adramelech...ese es...
"no conozco a la mitad de la gente"
-Es uno de esos Soul Reapers¿no?
Pregunté algo dudosa siguiendo los pasos de Catherine. La cocina era muy moderna. A decir verdad toda la casa lo era, me resultaba algo sorprendente para ser uno de los descendientes a los que tenía por ser arraigados a ciertas tradiciones antiguas, pero es verdad que ella parecía más relajada que otros de los que había visto por la isla. Más...normal.
Cuando habló de un tal Desmond puse cara de no conocerle pero no pregunté. Realmente no conocía a nadie maldita sea¿Me había convertido en alguna especie de ser asocial o algo así?.
Observé sus movimientos por la cocina poniéndome un poco nerviosa. Yo si era una de esas personas, me movía por las cocinas perfectamente bien, sobre todo con las pociones pero también cuando se trataba de preparar alimentos. Mordí mi labio tentada de ponerme manos a la obra.
-Si...bueno hay té en bolsa o...
Hice un gesto con las manos riendo un poco.
-Vale...déjame a mí.
Hice un gesto con mi mano y empezaron a abrirse armarios de los que salieron un par de tazas de té y una tetera que fue a llenarse de agua mientras que por otro lado volaron unas bolsitas de te hacia las tazas. Sin varita tenía la necesidad de hacer el gesto que solía hacer con ella, era como instintivo aunque no fuese necesario en realidad. Miré a Catherine a la par que algo se estaba amasando solo por otro lado y sonreí algo cortada, avergonzada.Tal vez se tomase a mal que invadiese su cocina y no la dejase hacer a ella.
-Perdón...es que...bueno no pretendía sonar a que no pudieses hacer un simple te.
"Eso ha sonado peor"
-quiero decir...seguro que puedes hacerlo es solo que yo...
Traté de buscar las palabras sin que sonase mal.No sé si el problema era que me había convertido en una asocial ya que iban 3 nombres que yo no conocía, el problema es que era una bocazas. Reí algo nerviosa pasando el pelo tras mi oreja mientras el agua hirviendo se vertía en las tazas.
-Bueno es que...me gusta cocinar y machacar y cortar cosas y...básicamente me paso el día en la cocina cuando no estoy curando a nadie y...wow!...tenéis un montón de ingredientes aquí¿Sabes que en casa de Johan sólo hay latas y regaliz?
Solté muy rápidamente apretando después mis labios. Era una bocazas.
-Puedo enseñarte un par de hechizos...si quieres.
Dije finalmente posando ambas manos alrededor de la taza.

-No sé... Es que yo soy un poco cabrita con eso de mi imagen. Ian creo que le da igual...- Sonrió de lado pensando en aquel momento en la cabaña en la que le dijo que se rapara. Se quitó un par de mechones de la cara para ponérselos tras la oreja. No se peinaba mucho pero raparse no se iba a rapar. Se rió de sólo pensarlo y de su respuesta hacia él cuando se lo sugirió.  Ella alzó la vista cuando hizo referencia a una hermana -¿Tenías una hermana? ¿Falleció?- Preguntó ladeando la cabeza -¿O le perdiste la pista?- Había aprendido que Jo tampoco había tenido una vida fácil, por no decir que había estado varias veces a punto de morir.

-Ajam, el que interrumpió mi boda- Alzó los hombros como restándole algo de importancia. Parecía algo del pasado, que, en efecto, era. Ya casi tres años. Catherine movió los dedos sintiendo su anillo y pensando en Ian. No sabía cómo estaba ni en qué había avanzado y eso le generaba algo de ansiedad. Imaginaba que Jo estaba igual y por eso habían hecho tan buenas migas. Total, Anteia se había ido. Azahar estaba en el torneo y Desmond era un capullo así que en su soledad logró vincularse con ella.

Se rió cuando le dijo que la dejara a ella y Cath alzó las manos dándole total libertad para luego sonreír ante sus comentarios -No te preocupes... Es que la cocina no se me da bien. Quemo cosas... y ... bueno. - Alzó los hombros con suavidad mientras se sentaba en una de las sillas apoyando las botas en el palo de metal. Vio hacia donde estaban los peques cambiandoles la ilusión para que empezaran a jugar en una piscina de pelotas. -¿Has pensado en eso de practicar combate?- Preguntó volviendo la vista hacia ella mientras arrastraba su taza para sí misma. El azucar si sabía donde estaba y la levitó para sí, endulzando así su té.

-Hechizos de cocina... ¿Te imaginas?- Le preguntó sonriendole para luego reírse -Ian va a volver mirandome con un piercing, una amiga y cocinando. Dirá ¿Quién eres tú y qué han hecho con Catherine?- Negó con la cabeza. Intentaba usar el humor para no pensar demasiado en ello pero de sólo pensar en Francia otro pensamiento cruzó por su mente -Sean y Lucio también están allá. Una parte de mi me dice que debí ir con él y la otra me dice que tomé la decisión correcta...- Suspiró sonoramente -Ya me puse emo de nuevo... Dime...Hechizos de cocina...Venga-

Soltó una pequeña risotada por lo de su imagen pensando en las veces que había ido por ahí ella con un abrigo roñoso y cosas parecidas.
-¿Crees que yo me preocupo mucho por eso?Hechizos de peinados...hechizos de maquillaje...seh...creo que mi hermana estaba obsesionada con la imagen personal.
Murmuré más para mi misma que para Cath. Mordí mi labio inferior asintiendo a lo de mi hermana.
-Oh...no..ella está...está viva...solo que bueno, la Alianza Humana se puso a jugar con su coco y...ya no es ella.
Comenté costándome un poco expresar aquello. Sabía que Scrat se preocupaba por ella, sin embargo yo no había sido capaz de acercarme a verla y menos teniendo en cuenta que la última vez que hubo contacto entre nosotras casi había acabado matándome.
Estaba empanada en mi mundo pensando en mi pobre hermana cuando dijo eso de interrumpir la boda. Mis ojos sorprendidos buscaron los suyos y la señalé con la boca algo abierta.
-¿En serio?¿A ti también te interrumpieron la boda?- Me señalé a mi misma- Mi boda también!!O sea..no ellos...creo...no sé quien fue, teníamos muchos enemigos... pero si, una mierda todo.
Miré hacia los críos, Nya no parecía estar haciendo mucho el burro por el momento. Giré un poco la taza de té entre mis manos y desvié la vista a la cosa que andaba amasándose y demás que ahora parecía estar en el horno.
-Podría practicar pero...creo que me darías una paliza.
Solté con sinceridad sonriendo de medio lado llevando la taza a mis labios.
-¿Por qué no?son hechizos muy...
"pregunta retórica Jo, calla"
Volví a sorber el líquido y al escucharle ladeé la cabeza.
-Catherine... tú misma lo dijiste, tus poderes...
Negué como indicando que tampoco hubiese servido de mucho allí.
-Si alguien en esta casa se tiene que sentir mal por no ir...soy yo...mírame, la sanadora cobarde que se dedica a hacer piercings y pasteles.
Y justo del horno salió una bandeja con pastelitos que se acercó a nosotras.
-Ten cuidado, quema. Puedo apuntarte hechizos básicos de cocina y...alguna que otra cosa para pelo, ropa...

Cuando habló de la Alianza Humana, frunció el ceño pensando en lo que habían hecho con Ian -Eh..Jo, si lo suyo es mental. Creo que podría ayudarla- Expresó con un gesto algo neutral pero no parecía que Jo realmente estuviese dispuesta a acercarse a ella así que prefirió no presionar el tema. El tema de la familia se volvía cada vez más escabroso con cada nueva persona que conocía y que había vivido los años fuera de la isla.

Alzó una ceja sorprendida cuando reaccionó de esa manera con respecto a la boda - Sí... ¿A ti también? - Hizo un pequeño gesto de decepción -Supongo que las bodas, en esta era, ya no están destinadas a ser felices- Tomó un poco de té mientras escuchaba lo del entrenamiento -Normal, pero al menos tú puedes regenerarte. Esperariamos, te curarías y podríamos continuar. Aparte no esta mal que tú también aprendas a defenderte. A veces tienes que hacerlo por ti misma-

- Sí.. Pero es que descubrí otras cosas- Expresó y movió la mano hacia Jo, de pronto empezaron a recorrerle la mano una densa masa de oscuridad de la que luego se alzaron pequeños tentáculos puntiagudos que se le clavaron en la piel. Realmente era sólo una demostración, no le hizo daño. Cuando finalizó, quitó la oscuridad -Eso si puede hacerlo. Y creo que si empiezo a manejar este tipo de rango de oscuridad sería capaz de convocar a un elemental a mis ordenes- Dijo con una sonrisa -Pero para eso debo entrenar-

-Hay otra cosa que nos ata aquí Jo, ellos. ¿La hubieses dejado sola? ¿Aunque fueras valiente? Yo podría haberme ido pero...No podía dejar a Aedan- Expresó y le sonrió, mientras cogía uno de los pastelitos pese a la advertencia. Siseó al quemarse y lo dejó un ratito mientras escuchaba lo de dejarle escrito -Lo de cocina sí, lo demás...Pues  perdería parte de mi marca personal- Le soltó guiñándole un ojo.

-Es algo complicado, ella es...ella pero, bueno supongo que tiene demasiados conflictos internos y digamos que es mejor que pase algún tiempo apartada.
O eso es lo que me decía a mi misma para evitar pensar en el asunto.
-Pero gracias.
Sonreí tomando algo más de te. Sopesé su ofrecimiento y encogí un hombro.
-Podríamos probar... además tengo barreras mágicas aunque no creo que pueda bloquear tus ataques.
"estoy algo oxidada"
Mis cejas se alzaron cuando la masa negra apareció y se acercó a mi hasta tocar mi piel y la miré a los ojos. Me recordaba a la masa esa demoníaca que se había puesto a poseer a medio personal de la resistencia.
-Ou...ya veo...es, es interesante.
Asentí.
"interesantemente acojonante"
Volví a mirar a los pequeños, ahora si que pillé a la enana saltando en plan burra sobre el niño y con intenciones claras de morderle.
-Nya!No se muerde a los amigos hija por favor....
Entorné los ojos volviendo a prestar atención a Catherine. Suspiré sabiendo que tal vez no iba a resultar una respuesta que a la chica le gustaría demasiado.
-Dada la situación... si no resultase una carga para el resto del grupo....sí, hubiese ido.
Tomé un poco más de té y cogí uno de los pastelitos con cuidado a la par que aparecía un papel y pluma comenzando a escribir hechizos.
-Si luchan contra el fin del mundo...y pudiese aportar...¿Para qué quedarme?Eso significaría que quizás no hubiese un mundo para Nya mañana y quiero que tenga un mundo y que pueda crecer y decidir si quiere ser medimaga o elementarista o largarse con un humano a tener aventuras locas o lo que ella quiera...
Solté imaginándome a la pequeña y sus mil futuros posibles con cierta ilusión.Pegué un mordisco al pastel encogiendo un hombro.
-Y tal vez quedándome le quitase esa oportunidad. Quiero que tenga un mundo esté yo en el o no.

Movió suavemente las manos como estableciendo una barrera, dándole a entender que no volvería  a tocar el tema. Al menos ya sabía que estaba disponible y, por ende, ya había hecho su parte. En cuanto la conversación cambió al combate, Catherine sonrió de lado -Hasta que puedas. Yo invoco mi elemental y tu mejoras tus barreras. Nos hará mejores, Jo...Y nos hará sentir como que podemos hacer algo para realmente mejorar el mundo...- Suspiró -¿Sabes qué es lo que no entiendo? durante años y años y años convivimos con los humanos sin que ellos se dieran cuenta. Sí, hubo uno que otro problema a gran escala que generó la muerte de varios humanos pero siempre consideramos compartir el mundo con ellos. ¿De dónde nace este odio acérrimo hacia nosotros?- Preguntó mientras daba vueltas a su taza.

Sacó un pedazo de pastelito y se lo llevó a la boca para saborear. Estaba deliciosos, cómo no? Le gustaría tener esas habilidades. Notó la sorpresa de Jo ante sus poderes y sonrió de lado. Ian ya los había visto y la habia ayudado a entrenar con otras cosas más físicas, preparándola. Joder cómo lo extrañaba. Se acarició el cabello con suavidad mientras miraba a Jo gritarle a su hija -Y si te muerde, la muerdes tu también- Indicó con mucha tranquilidad Catherine -Deja que le pegue un par de porrazos... Creo que no has visto a los mellizos Knox en acción- Se rió y volvió a comer del pastelito.

Escuchar el análisis de Jo sobre su disposición para salvar el mundo aunque ella no estuviese la hizo mirarla con profundidad a los ojos -Soy egoísta. Nunca haría eso. Sé lo que es crecer sin el amor de mis padres y...no quiero que Aedan sufra eso- Bajó la vista hacia la taza con el ceño fruncido, sintiéndose fatal pero al mismo tiempo no dispuesta a que él viviera como ella. Inspiró profundamente.

Un colibrí mágico aparece volando entre las dos, frente a Catherine, portando un mensaje con mi voz.

Catherine, hemos vuelto de la Ciudadela. Hemos perdido, había demasiada resistencia. La retirada ha sido peligrosa. Estamos en Stonehenge, pero vamos a necesitar a Matvey y a algún sanador sobre el terreno para ayudar con los heridos. Estamos trasladando a algunos ya a la isla, que preparen el hospital... Lucio está fuera de juego. Daos prisa, por favor.

Mi gesto indicaba duda mientras sorbía el te que prácticamente ya había terminado del todo. Era un buen plan para mejorar mis habilidades, aunque ella estuviese en clara ventaja no sería peligroso.
-Tienes razón...además podría encargarme de proteger a los niños.
Murmuré dando un par de toquecitos a la taza con mis dedos mientras sonreía tímidamente. Hacía tanto que no practicaba la magia en una simulación de combate...hacía tanto que no estaba en un combate. Cuando empezó a hablar de los humanos encogí un hombro.
-Miedo. Tienen miedo de lo que somos capaces de hacer.
Dije con total seguridad suspirando.
-Es lógico, quiero decir... nosotros también tenemos miedo de lo que pueden hacer esas máquinas, porque en parte desconocemos ese mundo y...no sabemos hasta donde pueden llegar.¿no?
Comenté con calma y en cierto modo empatizando con esos humanos. Pocos habían sido capaces de comprender que éramos exactamente igual de peligrosos unos y otros. Los niños jugaban y soltaban carcajadas y ante la respuesta de Catherine quedé mas tranquila, yo ya había advertido que Nya podía ser extremadamente intensa.
-Oh...debería juntarles con Nya y apostar por quien gana.
Solté sin pensar. Tal vez había sonado a mala madre . Carraspeé algo cortada.
-Eso no es ser egoísta, tu tienes tus razones, son totalmente válidas.
De pronto un colibrí apareció y empezó a sonar la voz de Lyran. Fruncí mi ceño conforme seguía hablando y me levanté a mitad de conversación.
-Vale...voy a...
Señalé a los niños y luego negué. Pensaba llevarlos a la guardería sin embargo mandé un patronus para que alguien se los llevase por nosotras.
-Tengo que avisar a los sanadores y...
Tardó poco en aparecer alguien para llevarse a los críos mientras trataba de comunicarme con la gente. Miré a Catherine pensando en que Lyran no había mencionado a Ian, pensé en decirle algo al respecto pero lo descarté enseguida y tras hacerle un gesto ambas salimos de allí.

Serían ya las tantas de la madrugada cuando aparecimos en nuestro piso, justo después de desaparecernos del hospital. La idea de irnos a tierra había quedado descartada, aunque la de quedarnos aquí tampoco era lo que más me tranquilizaba. Todo lo que había contado Catherine había sonado a amenaza muy real, a pesar de que antes no le prestase demasiada atención y pensase que eran cuentos de asustaviejas. Me hervía la sangre de sólo pensar que Desmond, poseído o no, pudiera haberle hecho algo a Aedan. Comprendía de sobra el estado en el que había llegado Catherine, y esperaba que el Consejo fuese capaz de solucionar aquello cuanto antes.

Chloe utilizó el Vilya nada más llegar para proteger y ocultar la casa, la única opción que teníamos si queríamos quedarnos en la isla en vez de bajar al infierno en el que se había convertido todo lo que había en tierra. Estábamos atrapados en cualquier lado, y eso me hacia sentir como un animal enjaulado. Mi hermana también se encargó de hacerme otra de esas sanaciones que me habían mandado en el hospital, otro de los motivos por los que se había venido. Necesitaba descansar y dormir en condiciones de una vez por todas, cosa que no habíamos podido hacer desde la misión fallida en la Ciudadela, el maldito paso por el infierno, la posesión, el veneno, el exorcismo, la amenaza de los Pendragon... por eso agradecí infinitamente cuando Chloe se encargó de Aedan, llevándoselo con ella a la habitación de invitados. No es que no quisiera estar con él, pero ahora mismo no podía atenderlo como era debido. Le di las buenas noches al pequeño con un beso en la cabeza, dejando después que Catherine se separase también de él, aunque probablemente iba a costarle después de la mierda de noche que había tenido.

Por fin pudimos dirigirnos a nuestro cuarto, a la comodidad de nuestra cama. Me tumbé en mi sitio haciéndole después un gesto para que viniese conmigo, esperando a que se tumbase a mi lado para poder abrazarla y encontrar algo de calma. - Siento mucho no haber estado ahí para protegeros. Ojalá ni hubiese ido a ese desastre de misión...no hemos conseguido nada. - nada excepto acabar hechos mierda y no estar aquí a tiempo para resolver lo que debíamos. - Matvey se encargará de que tu hermano vuelva a la normalidad. - murmuré después de unos segundos mientras acariciaba su pelo de manera distraída. - Pudo hacerlo con el demonio que casi me mata hace unas horas, podrá de sobra con un espíritu cabreado con el pasado. - no, no era amenaza suficiente. Bastaría con expulsarlo.