Salón de Juicios

Había pasado alrededor de un mes desde la fiesta de los Pendragon, que acabó con una desastrosa escena que nadie trató de evitar. Era una lástima perder un hombre con ese físico, pero no me venía mal para mis aspiraciones. El asesinato de Matvey a manos de Bellatrix dejaba a mi hijo como único descendiente de Rasputín, y yo como su regente. Poco se había hablado de aquello, y ni siquiera habían esclarecido los motivos. Al menos yo no me había enterado. Tan poca información me hacia sospechar, pero más todavía el juicio de pacotilla que le hicieron. Ni siquiera estaba en el calabozo, según pude enterarme.

Por todo ello fui a los juzgados para presentar una demanda contra el Consejo por corrupción, y otra contra Bellatrix por asesinato. Además, pedí que inscribiesen a mi hijo como heredero de Rasputín, para que tuviese sus derechos al Consejo.
- No sé qué clase de justicia permite ese trato de favor con una asesina. - protesté muy dignamente, a sabiendo de que yo también lo era. Las normas sólo debían aplicarse si a mí me convenía. - Inscribidme como regente hasta la mayoría de edad de mi hijo. En la fiesta del renacimiento de Ouroboros se me dijo que había pruebas para poder acceder al Consejo, y se me ha ignorado. También se habló de la creación de un nuevo gobierno que incluyese a diferentes grupos, y tampoco se ha hecho nada. Está visto que en esta isla lo de ir despacio es la regla general, hay una dejación de funciones increíble. Necesitáis ayuda, es evidente, así que convoco una reunión en la sala general de reuniones para así tratar el tema. Enviad memorandums a los interesados. - dicho esto me di media vuelta de manera, caminando con aires altivos hasta abandonar el lugar.

Tranquilamente estaba yo saliendo de la tienda del orfebre en el mercado con los aretes puestos cuando fui abordada por dos soldaditos de plomo. Me negué a darles mí autógrafo e intenté proseguir con mi camino de vuelta a Cleo. Ésta fama no me gustaba, mí campo de trabajo era pasar desapercibida.

Los sentí volver a acercarse y aunque podría probar escabullirme entre la multitud, no traía la máscara encima así que los dejé taparme el paso para mirarlos. Al parecer tenía que seguirlos, lo hice porque no me dejaron otra opción más que hacer un escándalo y no tenía ganas. Hablando de abuso de poder, hm? Que Lyka luego me diga que no hay tal cosa, le voy a presentar a éstos plomo.

-Lindo lugar, en serio, tengo que volver, una amiga me está esperando.- Dije encaminandome a la salida.

La citación no había funcionado así que Amaya había enviado a dos guardias a buscar a la acusada. El caso seguía dándole mala espina pero no podía emitir juicios sin conocer todos los datos aunque la carpeta del caso que le habían copiado del hospital tenía bastante información. Quería hablar de forma personal con cada uno de ellos y explicarles la situación. Desafortunadamente, había una prioridad a nivel global que no podían ignorar.

El anuncio de la llegada de la mujer la hizo ir a la sala de juicios. Pronto seguramente empezarían a llegar el resto de convocados así que reforzó la seguridad por si se gestionaba algún altercado -Srta. Alabi, buenos dias- Saludo de forma cordial, retrayendo el casco para poder verla a los ojos. Se veía diferente a la foto que tenían de ella así que solicitaría que luego pasará para tomarle una foto nueva.

-Gracias por venir. Me temo que no ha recibido ala convocatoria o la ha ignorado deliberadamente- Soltó, pero no fue una pregunta, simplemente una realidad. Le ofreció un asiento y después de que se sentará lo hizo frente a ella -Tengo que comunicaros que debido a la situación actual, en la que SAM, es la prioridad de todos los grupos que habitan en Ouroboros; nos vemos en la necesidad de retrasar el juicio para enfocar todos nuestros esfuerzos en eliminar la amenaza-  Informo con claridad -Queria deciroslo en persona para que entendáis que no se os ha absuelto, simplemente se ha pospuesto para luego de la misión en tierra. ¿Me he explicado correctamente?

Con la llegada de un tercer soldado me resigné y me puse a mirar el lugar. -Hola.- Respondí a su saludo mientras recorría la estancia. Lo observaba todo, pero no veía nada. -No hay de qué.- Repliqué. En realidad sí hay de qué, pero no importa. Subí unos peldaños para ver la sala desde la tarima más alta, allí sentía que estaba en las nubes, lejos del común de los mortales. Sentada en un sillón que parecía de la Corte de Luis Nosécuantito, sentía que podía hacerlo todo, tenía el poder absoluto y buenas vistas panorámicas.

Ser una fugitiva de la ley no me era ajeno, eso me había obligado a arreglarmelas en tierra de nadie, por eso lo del reino de Genovia me resultaba nuevo y extraño. Era un espíritu libre, las personas que eran importantes para mí eran aquellas que me bajaban a tierra, para bien o para mal. En esa sala no había nadie que me importe, no tenía ningún motivo para estar allí y mi conciencia me decía que debía ir con la árabe a ayudarla. Me recliné en el asiento y uní las yemas de mis dedos, pensativa.

Los de la isla no tenían control sobre lo que pasaba afuera, es decir que si ellos o yo no estábamos en la isla, yo no tendría que rendir cuentas ante ellos ya que no estábamos en su terreno. Que ellos salgan de su isla era improbable, pero yo… la idea de posponerlo indefinidamente sonaba atractiva. Claro que tenía sus desventajas, pero mi mente imprudente prefería omitir esa parte. -A la perfección.- Respondí, aunque no era algo que no entendiese de la misma forma si me lo decía algún emisario.

¿Para eso me habían traído?¿Por qué estaban tan obsesionados conmigo? (mean girls quote) No expresé emoción, ni pensamiento, ni sentimiento, ni estado de ánimo de forma alguna, eso lo dejaba a libre interpretación del espectador. Aprovechaba al máximo el hecho de ya no ser soldado y de saber el mecanismo de las organizaciones militares, al menos por encima. Me puse de pié y bajé los peldaños. -Chau.- "Hasta nunca" querría haber dicho cuando pasé por su lado pero habría sido muy obvio, la cuestión es que me despedí y dejé el lugar.

La citación que le había llegado no había hecho más que volverla a deprimir. ¿Cómo una bebita tan pequeña había podido ser víctima de una joven tan irresponsable? ¿Por qué no pudo haber actuado más rápido? ¡Y el pobre de Kyllian! ¡Destrozado! Esperaba que Mer pudiera ayudarlo en lo posible para que avanzaran juntos porque si él no lograba recuperarse la pelirroja iba a tener que encargarse de dos personas en vez de una. Aunque ella estaría para ayudarle, de eso estaba segura. Para ella y toda la Brigada menos...

Para ella.

Vio a Leila salir de la sala de juicios justo cuando ella estaba saliendo. Anteia no le dedicó la mirada ni el saludo, sino que pasó por su lado como si fuera invisible pero en el fondo deseaba que estuviera encerrada en los calabozos pagando por lo que había hecho. Estúpida niña irresponsable. Era incapaz de concebir cómo seguía libre cuando ella misma había firmado todos los documentos de Servicios Sociales -Vengo a presentarme para el juicio de... por el caso de Lila Evans- Se negaba a decir el nombre de la feral. Se irguió suavemente y cuando le pidieron su nombre contesto y le pidieron que esperara un momento. Anteia se sentó fuera de la sala en una hilera de sillas a la espera, revisó su moneda y vio el mensaje de Mérida. Le parecía raro que no estuviera allí pero seguro la habían citado para otro día. Le avisó que en cuanto terminara se veían en el hospital.

Varios minutos mas tarde de recibir el ultimo mensaje de Leila, me habia aparecido alli. Todo solucionado? No lo tenía del todo claro asi que decidí acuidir alli de todos modos a comprobar las cosas por mi mismo.

Además, que ya era hora de retomar las riendas de todo, hacer las cosas necesarias. Ya había dedicado demasiado tiempo a torturarme y a pensar en lo ocurrido. Aunque eso no hacia que tuviese las cosas mas claras.

Al llegar me encontré alli con Anteia, y me acerqué hasta ella. Fui hacia las sillas y me senté a su lado, saludándola.
- Que tal Anteia? - le dije con un tono de voz un tanto cansado. Me había adecentado bastante para salir y mi porte era el de siempre pero las ojeras no podia disimularlas. Sabia mas o menos el papel que habia jugado ella en todo esto y supuse que la habian citado por lo mismo. Pero era todo bastante incómodo.

Alzó la mirada cuando sintió pasos, cuando vio a Lykaios sonrió. A primera vista estaba bien pero una mamá siempre sabe. Y daba igual que el la llamara prima, era uno de sus pequeños adoptados. Cuando se sentó a su lado alargó una mano y le acarició el cabello con suavidad escuchando su pregunta -He tenido semanas mejores ... Y peores también- Le dijo y se arrimo hacia él para envolverlo en uno de sus abrazos cálidos y maternales.

No había tenido la oportunidad de hablar con el después de todo lo ocurrido pero quiso demostrarle su apoyo en ese abrazo y se quedó un poco más en silencio hasta que finalmente se apartó. Llevó una mano a su mejillas y le dio una palmada -¿Por qué no vienes la Brigada mañana a cenar a casa? Podemos hacer una barbacoa- Le sugirió esperando que dijera que si, necesitaba algo familiar aunque no era momento de celebrar -Tus primos te extrañan- Jugo la carta con una sonrisa mientras tomaba las manos de él en las suyas -¿Por favor? ... Toda la Brigada... Excepto ella ¿Vale?- No creyó que fuera necesario agregar nada más - Haré magdalenas de las que te gusta, aparte hace mucho Ben no me la lia en casa-

- Qué me vas a contar... - le respondí como si entendiera a la perfección a que se refería, cuando levantó una mano para acariciarme el pelo en ese gesto cariñoso que recibí igual de a gusto que su abrazo, el cual devolví con fuerza. Sabía más allá del 100% lo equivocadas que habian sido las impresiones de Leila respecto a Anteia con su pequeña Lila. Aquella era otra de tantas cosas que me chocaban y que llevaban chocandome durante estos dias de reflexion. Menos mal que Gen había estado ahi conmigo al pie del cañón.

- Una barbacoa? Te la podemos liar parda, prima....ya lo sabes.- mis primejos. - Cómo va a Azahar? Lleva tiempo sin venir a darme el coñazo para entrenar juntos. La verdad es que me gustaría verla tambien. - me eché para atrás en la silla y apoyé los codos sobre el respaldo, pero duró poco la pose porque me atrapó las manos en un gesto para que me fuese imposible decirle que no. - Lo entiendo perfectamente. Si, por qué no? Se lo diré. Yo también tengo que verlos. Me he desentendido un poco desde que volvimos de la Ciudadela, porque han pasado....muchas cosas. - miré sus canas sin cortarme, ella sabía perfectamente a qué me refería, podía notarlo, porque eso antes no estaba ahi. - Y la verdad es que me siento fatal por ello.

"sé que todos lo están pasando mal de modo individual, cada uno a su modo.... "

- no podemos seguir así...con la moral baja antes de una misión.

Ella asintió con mucha suavidad cuando le respondió, pero el hecho de que le devolviera el abrazo de esa manera le comunicaba más cosas de las que debía. Su muchacho. Todos sus chicos. Necesitaban de ella más de lo que sabían.

-¿Y cuando les he regalado yo por ello? Sólo ayuden a limpiar antes de irse- Era una de las pocas reglas que tenía cuando la liaban en casa, pero el gran desastre era su pasión. En cuanto hablo de Azahar, Anteia sonrió ampliamente. Estaba creciendo tan rápido -Es toda una guerrera. Pero está modo chicos. Así que ... Bueno, podrías echarme una mano - Le guiño un ojo en modo cómplice porque tenía claro que dijera lo que dijera Azahar oiría y probablemente decidiría hacer lo que mejor le pareciera.

Cuando hablo de la ciudadela bajo la vista -Yo he estado en tratamiento. No creo que pueda acompañarlos en la próxima misión. Y no es por estar embarazada... Temo volver a perder el control- Le dijo, acariciándole suavemente la mano -Pero tienes razón, es momento de elevar la moral. Con alcohol, buena comida, postres y familia... Porque eso es la Brigada. Una familia que puede contar con el otro sin temor a ...nada- Dijo con una sonrisa pero cuando alzó la mirada había preocupación -Lykaios ... No me gusta Leila. No sé cómo llego a la Brigada pero... - Se reacomodó incom6oda -Se que es tu grupo pero escuchame como prima, como amiga, como lo que quieras. Cuidate, por favor. Por Lyran, por mi, vale? -

Después de la visita a Reiv y Juliet me encontraba de mejor ánimo, lo necesitaba para poder enfrentarme al juicio, les había hablado de ello pero nunca les dije la fecha porque seguramente habrían querido asistir y ninguno de los dos tenía el cuerpo para fiestas. Salí hasta la puerta del hospital y respiré  profundamente antes de mirar al típico cielo inglés, lleno de nubes y gris, algo que sin duda complementaba mis ganas de ir a aquel juicio... al menos no llovía.

Me aparecí en la entrada de aquel lugar en el que se llevaría a cabo el juicio pero antes que ver con mis ojos lo hacía con el olfato, había muchos que podía reconocer, uno en concreto que me hizo apretar los dientes y cerrar las manos en puños para contener la ira, era muy leve lo que quería decir que no estaba en aquel lugar. Caminé por el lugar hasta dar con dos personas sentadas en las sillas que hablaban de forma casual y tal vez muy familiar, a la rubia la conocía, me había ayudado mucho y era la que llevaba el progreso de la Alubia, levanté la mano esperando que me viera para saludarla, solo a ella porque de Lykaios no sabía que pensar.

Decidí no acercarme y mantenerme a una distancia prudente hasta dar con la general, en cuanto la encontré me acerqué a ella con la intención de disculparme por el entrenamiento, pedirle otra oportunidad y ya que estaba que me dijera porqué aquello estaba tan vacío.

- Anotado. Y para cuando es esa invitacion? que si no sabes que vamos de vagos y no vamos nunca. - asentí, estando de acuerdo con lo de Azahar, pero lo de modo chicos...la miré con cara de genuina curiosidad y sinceridad. - A quien hay que pegar? Que le doy.

Respecto a lo de la Ciudadela, me informó de sus intenciones....lo de estar embarazada me pilló de sorpresa, pues no me habia enterado. La miré a ella y luego a su barriga, que no se notaba nada. De pronto sonreí y le puse una mano en el hombro. - Enhorabuena! Serán mellizos tambien esta vez? Mola!

Aquello me animó visiblemente, mas de lo esperado a decir verdad. Pero de vuelta a la realidad tras aquella alegre noticia, le mantuve la mirada antes de apartarla. - No sé que le pasa. Antes no era...así. Pero ultimamente todo me choca demasiado. No me cuadra. Se me ha pasado por la cabeza, no te creas que no. Pero quizá sería darle el martillazo definitivo a algo que ya se está rompiendo, no crees? - no eramos un salvavidas, pero a veces, sí que lo éramos. Me parecía que ella me insinuaba que no debía de fiarme de tenerla a mi lado. Tenía que asegurarme. - Ya.... Me adviertes por algo en particular?

Entonces me percaté de la llegada de Kyllian. El feral se quedó apartado de nosotros, saludando solamente a Anteia.

"me culpa de lo ocurrido"

Pensé con pesar. Era logico, dado que él me había pedido que le echase un ojo a Leila. Y se lo habia echado, pero no habia servido de nada. Era muy absurdo si me levantaba y me disculpaba? Me sentía inquieto porque sabía que era lo que tenia que hacer, ademas quería hacerlo. Pero iba a ser tan inutil como todas las lamentaciones que...

"da igual"

Dejé de mirar a kyllian y miré a Anteia un momento como indicandole que iba a hablar con el. Luego me levanté y fui hacia donde el feral. Empecé a hablar sin saber muy bien como encontrar las palabras, pero al final salían solas, y se notaba que estaba avergonzado.
- Eh, Kyllian. - llamé su atención. - Quería...quería disculparme. No he hecho las cosas bien y no llegué a tiempo. No quiero que me perdones, ni nada de eso, sé que no puedes hacerlo porque yo no puedo. Solo... eso. Lo siento...

Mañana en la noche, tengo turno en la mañana luego en la tarde organizo todo y ya en la noche comemos todos juntos- En cuanto sucedió lo de Azahar, Anteia soltó una risa ante la actitud de Lykaios. Le recordó a Lance y la nostalgia le golpeó con tanta fuerza que hizo un leve puchero -Hasta donde yo se, nadie. Pero... Mantén un ojo en ella ¿Vale?- Pensó en el chico ensangrentado con mala hostia que no le había dado una pizca de confianza y al mismo tiempo se le había familiar. A lo de los mellizos negó -Creo que está vez es uno solo- Sonrió apretando sus manos con suavidad y dándole las gracias por el enhorabuena.

-¿El martillazo definitivo?- Inquirió y Anteia de reacomodo en el asiento -Esa muchacha necesita apoyos médico, Lykaios. No creo que haya nada que la Brigada o tu podáis hacer. Os veo como una familia pero también son un equipo de trabajo. Dime .. ¿Cómo puedes confiar en que alguien te cuide la espalda si no sabe cuidar de su propia sangre?- Aquella pregunta esperaba que le hiciera reflexionar un poco y después cuando preguntó si era por algo particular, se llevó una mano al corazón y se lo rasco. Él sabía perfectamente sus poderes y conocía su alcance pero no estaba segura de que se tratara de eso -Intuicion materna ¿Mi sexto sentido? No ... No quiero perderos- Musitó bajando la mirada.

Pero poco después apareció Kyllian y Anteia le sonrió con tranquilidad. ¿Sabria que Mer le había pedido cita? Seguro que si. Le pareció raro que no se hablarán entre sí pero tampoco sabía si se conocían. O no lo recordaba. Asintió cuando Lykaios se fue y espero un tiempo prudencial mirando el pasillo por donde se había ido la rubia. Si llegaba a saber que ponía a la Brigada en peligro iba a tomar cartas en el asunto. Finalmente se incorporó y entro a la sala seguida por un guardia para encontrarse a la General y a los dos hombres -Buenos días. Pensé que el juicio se realizaría hoy ... Y vi a la acusada irse por ahí muy a sus anchas- Se quejó aunque su tono era neutral.

No supo muy bien en qué momento la acusada malinterpretó el movimiento de la silla que hizo y se fue a otro lado cual dueña del recinto. La actitud sin duda ya le daba mala espina. Pareció entenderlo pero Amaya, que sabía evaluar bien a la gente, se percató de que le daba igual. Muy igual. ¿No tenia miedo?¿Culpa? Algo se le atragantó en la garganta . Ah sí, magníficos improperios.

Pero la dejó ir. No quería más líos. Organizo la carpeta y entonces llegaron todos los demás. Eso era un poco más difícil de enfrentar. Los dejo hablar entre ellos pero cuando ingreso la rubia, a quien conocía de vista del hospital -El juicio se retrasará hasta después de la misión en tierra. Actualmente estamos gastando todos nuestros recursos en combatir a SAM y por esa razón se ha tomado esta decision- Al ver el gesto de la rubia se reacomodo, firme ante la situación -Se que que es un trago amargo, pero hay que evaluar las prioridades. Tengo entendido que la Srta. Alabi forma parte de la brigada- Entonces giró su vista a Lykaios -La mantendré vigilada 24/7 no acudió a la primera citación y tuve que enviar guardias a buscarla. Espero poder contar con vos para que no genere más problemas. Ya tiene un expediente aquí, incluso antes de lo ocurrido recientemente. Si no la hemos echado de la isla es porque abajo no sobreviviría-

Inspiró con profundidad y entonces miro a Kyllian a los ojos. Extendió una mano y la puso sobre su hombro, apretándolo con fuerza -Lamento mucho lo ocurrido. Si necesitas algo, avísame- Miro hacia los guardias y activo su casco mandando el mensaje de seguimiento y vigilancia de la rubia a cada rato. Y no, no era necesario que fueran escondidos. Quería que viera que estaba vigilada -Por cierto, cuando lo consideres ponte en contacto con el teniente Vishous Royden. Te esperaremos- Índigo retrayendo el casco. Cogió la carpeta y los miro a todos -Con vuestro permiso- Indico y se retiró por propio pie de la sala.

Antes de que la General pudiera decirme nada, Lykaios se acercó saludando de forma casual ante lo cual arrugué un poco la nariz pero estaba feo pasar de él así que me giré y me crucé de brazos escuchando sus disculpas. Mi gesto era serio, no es que no viniera bien una disculpa pero desde que los guardias me explicaron lo que había sucedido para poder declarar en el juicio, no sabía cómo interpretar el papel de Lykaios en todo eso... estaba en el lugar, vio cómo Leila subía con la niña a esas malditas telas y ¿no pensó que era peligroso? su madre estaba loca pero esperaba más del líder de la brigada.

Quería decirle todo aquello, quería recriminarle, preguntar, sentenciar, gritarle lo irresponsable que me parecía pero no pude, no solo por mi voz, sino por Mérida, quien sentía auténtico aprecio por sus compañeros de brigada. Saqué mi libreta y empecé a escribir, no tardé mucho pero esperaba que el mensaje fuera claro -Ahora yo cuidaré de Mérida y mi hijo, no hace falta que les eches un vistazo, gracia por tus disculpas- en ese momento Anteia apareció, ya no me apetecía hablar con nadie, por suerte la general se unió a nosotros para informarnos sobre la cancelación del juicio y las razones... una vez más, la Feral conseguía escapar indemne o al menos retrasar las consecuencias de sus actos y eso me hacía hervir la sangre.

No me parecía bien que Leila siguiera libre a pesar de lo que había hecho, estábamos atrapados en la isla, si, pero ella no merecía recibir la luz del sol, tendría que estar encerrada en un calabozo, con aquello en mente empecé a escribir frunciendo el ceño para poder enseñarle el mensaje a la general justo después que dijera que la mantendrían vigilada -Solo le dais tiempo para que piense como librarse de esto! habrá justicia- " por vuestra parte o la mía" omití el último trozo, no era tan tonto como para revelar algo así a los presentes, pero tenía muy claro que me cobraría aquello. Amaya puso una mano en mi hombro pero solo recibió aquel gesto de enfado que tenía antes, me crucé de brazos y asentí cuando dijo que podía avisarle al igual que el asunto de la prueba, cuando se marchó hice lo mismo, sin despedirme ni de la rubia ni de el líder de la brigada, caminé por aquel pasillo apretando los dientes por la ira contenida que al final acabó pagando uno de los paneles de madera que rodeaban las sillas de aquel juzgado dejando un precioso agujero, después de eso me desaparecí para seguir con mis asuntos pendientes y calmarme antes de volver con la pelirroja.

Habia quedado con Anteia que mañana por la noche iríamos, y en que le echaría un ojo a mi prima, asi que aprovecharía en la propia fiesta. Y acerca de los apoyos médicos...empezaba a pensar que tenía razón. Nadie en su sano juicio....tendría las reacciones que ella tuvo, las que le vi tener. Y preguntando por la misión sin más?  Si estaba en shock, no era buena idea. Y si no lo estaba, que coño pensaba de la vida? - Lo pensaré, pero no lo voy a decidir solo yo. - le había dicho a Anteia.

El asunto con Kyllian fue bastante mal. Tardó bastante en responderme y cuando lo hizo, fue escribiendo.  Entorné la mirada para leer y cuando terminé de repasar la escueta frase se me hizo un nudo en la garganta, notando como me invadia una sensacion de angustia desde el estomago hasta el resto del cuerpo. Hasta ese momento habia albergado la pequeña esperanza de que no me guardase rencor pero pude comprobar que no era así.  

Asentí y no dije nada más. Lo único que tenía claro era que no iba a dejar de mirar por Mérida, daba igual lo culpable que me sintiera, o lo cabreado que estuviera Kyllian conmigo, eso nunca iba a ponerse entre medias de nosotros. Fruncí mi ceño y volví a levantar los ojos brevemente hacia Kyllian, antes de que Amaya hablase.

Aquello de que se retrasara me tomó por sorpresa.
- No acudió a la primera citación? por qué? - que coño piensa, en serio? No objeté nada respecto a la vigilancia, era lo que le tocaba, lamentablemente.  Eso, la respuesta anterior de Kyllian, y la idea de afrontar una mision complicada como Brigada antes de arreglar eso... no articulé muchas más palabras cuando ambos se fueron, la general como cabía esperar de ella y Kyllian mas enfadado que un mono. Intenté suspirar pero no pude, la sensacion de antes se habia intensificado y hasta podía oir los latidos de mi corazon en el pecho.

"debería irme, tengo que reunirlos y hablar..."

Me giré a Anteia que seguia ahi, y abri la boca para decirle algo pero no me salió de primeras. La cogí de un brazo inclinándome un poco hacia delante, hablando por fin en voz baja. - Anteia...no...no puedo respirar.... - en realidad si podía, pero acababa de entrarme un ataque de ansiedad muy burro y era bastante nuevo en eso.

Lykaios parecía un poco más pálido cuando lo vio después de su conversación con Kyllian, miró al moreno. No tardó mucho en comprender que había asperezas. No porque tuviera información sino porque lo sentía. Se mantuvo callada cuando la General empezó a hablar y Anteia frunció el ceño -Entiendo. Encarcélela, por prevención- Dijo, así sin pensarlo demasiado. El hecho de que no acudiera a la primera citación y que luego tuviera un “expediente” hizo que Anteia pensara en exigir que la encarcelaran. Kyllian se retiró, Amaya se retiró y ella se quedó pensando en que la burocracia era un desastre en esa isla. Hablaría con Catherine, que para algo era Descendiente y muy eficaz cuando quería. Pero por si acaso también investigaría si fue al psicólogo y si tenia algún perfil de ella.

La tenía atravesada.

Miró a Lykaios con los labios tensos -Pienso actuar. No sé t…- Le observó más detenidamente cuando abrió la boca sin decir nada y luego inclinándose hacia delante. Anteia lo sostuvo y se dio cuenta en seguida de lo que le estaba ocurriendo, no dudó en usar su magia para empezar a calmar su ansiedad pero eso era sólo el inicio de un largo proceso. Por lo pronto, debía concentrarse en calmarlo -Respira- Dijo guiándolo para que se sentara en una de las sillas de allí. Lo apoyó con suavidad y se sentó a su lado, sosteniendo su mano -Estoy aquí y te voy a ayudar en todo. No tienes que cargar con este peso tu solo ¿De acuerdo? Cierra los ojos y sólo intenta concentrarte en respirar-  Subió una mano hacia su cabello, Lykaios era mucho más alto que ella pero en ese momento, en la soledad de aquel Salón de Juicios; lo sintió aún más como uno de sus hijos. Lo fue guiando hasta que apoyara la cabeza en sus piernas  y estuviera recostado como lo solían hacer los mellizos. Luego hizo que centrara su vista en ella mientras le acariciaba el pelo con mucha suavidad y mantenía su magia sobre él -Lo vamos a arreglar ¿De acuerdo? La Brigada, tú y yo y todo va a estar bien. Confía en  mi, sabes que puedes hacerlo-

- no, es que... No sé qué me pasa... Últimamente...- le dije haciendo varias pausas para poder hablar, tratar de tomar aire, intentar controlarlo. Maldije internamente, de pronto volvía a ver esas imágenes que casi me vuelven loco al cruzar aquel portal, solo que ahora también veía la caída y el resultado final en aquella sala llena de telas, en bucle, una especie de infierno mezclado con nuestra realidad.

"Pero que coño me pasa, controla, joder"

- eh? Ah si, respirar. - se me había olvidado hacerlo durante algunos segundos. La habilidad de Anteia me sacó del bucle de antes. Le dije que si con la cabeza y me dejé llevar.

Pasaron varios minutos en los que su voz, sus instrucciones y su magia fueron calando, y a medida que lo hacían logré que mi respiración volviera a ser regular.

Al final resoplé agotado y me pase las manos por la cara de arriba abajo.
-aggggghhh...! Por qué tiene que ser tan difícil? No estoy acostumbrado a luchar contra lo que viene desde dentro cuando es malo.... - luego miré a Anteia, parpadeé y me incorporé, rodeándola en un abrazo - Gracias. - me separé, ahora que lo pensaba me daba un poco de palo que me hubiera visto ponerme asi sin razón ninguna - me guardarás el secreto?

-Hemos estado en guerra demasiado tiempo, Lykaios. No hemos tenido un momento de paz desde lo que parecen siglos- Explicó la rubia suspirando. Si ella había sufrido pese a haber tenido una niñez y adolescencia normal no podía ni pensar en lo que le sucedía a Lykaios. O a Azahar, ellos habían conocido apenas un poco de la buena vida antes de que cayeran en un espiral de sangre, muerte y destrucción. ¿Estaba mal mantener a los mellizos alli arriba ajenos a todo? Inspiró profundamente, no podía pensar en ello.

Vio que poco a poco se relajaba y le sonrió un poco -Porque nunca has tenido que hacerlo, a veces somos nuestro peor enemigo, Lykaios. Yo…A mi me costó admitirlo y tuve que ser una inservible en el momento menos oportuno. Casi perdemos a Chloe porque no supe reconocer cuando necesité ayuda. Así que… Deberías pensar en hablarlo, ir a apoyo psicológico no significa estar loco. Te lo digo por experiencia- Se cogió un mechón de pelo canoso y lo comparó con el de él con una sonrisa triste -De nada… Además…- Le respondió el abrazo con mucha fuerza, quería tratar de unir todas esas piezas desperdigadas con aquel abrazo -Nunca tuviste que enfrentar algo como esto, no con tu Brigada. Todos eran…normales- Expresó entrecerrando los ojos y lo apretó un poco más, esperando que fuera él quien se soltara. Cuando lo hizo se rió un poco y asintió -Si no…¿Para que está la familia?- Preguntó y finalmente salieron de allí y aunque Lykaios se fue por su lado, Anteia se quedó. Tenia una cosa más que hacer.

Se fue caminando hasta el área de recepción y cuando le tocó su torno le sonrió a la guardia -Vengo a poner una demanda - La Guardia le miró de arriba a abajo y ella sonrió con tranquilidad -Básicamente, estoy en descontento con el actuar de la Guardia. No me siento segura en la isla y creo que una mujer que tiene un juicio pendiente no debería estar libre- Finalmente, la muchacha se incorporó sin saber muy bien cómo reaccionar -¿Quiere presentar una queja a la guardia?- Cuestionó con una ceja arqueada, bastante sorprendida -Sí. O una demanda. Quiero ejercer mis derechos como habitante y trabajadora de la isla. Mi seguridad, la de los míos  y la de mis hijos está en peligro- No creyó que exageraba, después de todo su propio primo habia tenido un ataque de pánico. La Guardia seguía sin saber como reaccionar -No es tan dificil ¿Voy a estrenar el libro de quejas? Si quieres puedes llamarme a la General, hablaré con ella- Y en efecto, así lo hizo la guardia. Mientras esperaba envió un mensaje a Catherine

Como si no tuviera suficiente papeleo ahora alguien queria poner una queja sobre la guardia. Una queja o demanda. ¿A que venía todo aquello? La muchacha la había llamado un poco azorada sin saber que hacer y eso le hizo pensar en revisar la plantilla de atención al público de nuevo. Necesitaba gente con temple aunque no siempre se presentaban situaciones como estás.

-Señora Malfoy- Saludo, soltando el aire y apago el casco para que el improperio no abandonará y de explayara por todos lados. Hasta donde sabía la familia Knox Malfoy no había dado problema alguno desde que llegaron a la isla. Sin embargo , aquí estaba la mujer con un gesto adusto y para nada amigable aunque elegante. ¿Sería su perfil? Era una mujer hermosa, elegante.

Le señalo una de las salas aparte, la cual verifico que estaba sola, antes de abrirle la puerta y permitirle entrar -Imagino que es por el tema de la Srta. Alabi- La reacción de Kyllian le había dejado mal sabor de boca. Lykaios no parecía haberse enterado de lo que sucedía en su grupo y hasta Anteia había presionado para que la encarcelaran. Empezaba a pensar que esa muchacha era más peligrosa de lo que parecía. Y aún tenía esa impresión de que le importaba tres pepinos todo. No le agradaba, no. Iba a ordenar una revisión psicológica previa a la misión porque hasta donde sabía al ser miembro de la Brigada, bajaría.

Activo el casco y ordenó que dieran el memorando al hospital para una citación inmediata a una evaluación psicológica de la mujer. Entonces se sentó frente a Anteia -¿Os apetece agua o café?- Preguntó cortes y observó sus grandes ojos azules que la miraban sin ningún tipo de amistad. Estaba segura de que diría que no.