Salón de Juicios

La orden fue alta y clara y dos movimientos firmes de su mano hicieron que los guardias cerraran las puertas y, por ende, el juicio siguiera su curso. La única apertura fue para Dioscórides, su futura prima. Tras ello Amaya observó hacia Jack, la castaña sabía perfectamente todos y cada uno de los cargos que reposaban ahí porque se había tomado el tiempo de leer el expediente, tanto a su llegada como un repaso en ese instante. Eamon parecía bastante arisco y obstinado de todo, por ella, bien...

Muy en su línea, Sofía hablaba de los ecosistemas lo que le hacía recordar que había un bosque sufriendo en la isla. Quizás debía hablar con ella también, Sarah por los animales y Sofía por las plantas. Cambió el peso de un pie a otro y cuando miró a Eamon soltar aquello de la pena de muerte ladeó la cabeza. Era mejor exterminarlos, sí. ¿No? Y aún así algo dentro de ella le impedía estar absolutamente de acuerdo. Quizás eran los niños o la muerte de la morena. También lo recordó, del momento en el que interrumpió en la reunión de todos los bandos antes de bajar hacia SAM. Miró hacia Jack, luego hacia Sofía, luego hacia el puesto "vacío" del Descendiente que abogaba por los acusados. Alzó la mano un instante y esperó que le dieran permiso para hablar, sabiendo que Sofía sin duda lo haría -En el caso de O'Connell fue voluntario a la misión final contra SAM, igual que su esposa, quien falleció dejando tres hijos huérfanos. Yo estuve allí y aunque no mentiré diciendo que saben trabajar en equipo, eso no quita mérito a considerar que quisieron rectificar sus acciones aunque fuera con fines propios- No se movió de su posición. Le daba igual lo que pensara Jack, Sofía o cualquiera de los Descendientes. Poco de ellos habían bajado a aquel infierno y ella no era de mantener la boca callada. Si querían un General que sólo asintiera bien podrían despedirla -Podrían haberse quedado o podrían haber muerto los dos. Creo que a partir de este momento podemos decidir qué tipo de sociedad queremos tener- Resumió.

Maldita nuestra suerte de como habíamos terminado aqui, la verdad. A Eamon, viudo y sin hijos, y yo, sin mis hamster. Bueno, lo mismo eran ahora hamster gigantes mutados de las alcantarillas.

"bien por ellos"


El caso es que no habia sido posible realizar planes de fuga y me llevaron poco despues a la sala de juicios. La prioridad era conservar el gaznate intacto, la cabeza sobre los hombros, que se dice. Porque por lo que pude ver de Eamon, su gesto y su huidiza manera de no mirarme, sabía que él ya se había rendido.

Resoplé poniendo los ojos en blanco sin poder disimular cuando, tras la lectura de cargos, Eamon soltó aquello.

"no ayudas"

Aguardé pacientemente a que terminara también Sofia y poder hablar.

- Bien, se me permite hablar? Si? Gracias. - me puse en pie, no sabia hablar sentado. - Está claro que la Alianza Humana ha perdido esta batalla, esta guerra, no solo contra la raza mágica si no sobre todo, contra nosotros mismos. Es por eso que hoy somos juzgados Eamon y yo, pues como todos sabemos, la historia y los juicios....las narran los vencedores. Aun así me cuestiono la potestad de este..imperio....reino...lo que quiera que seais, para juzgar nada, ya que nosotros nos enfrentamos al Ministerio Mágico de Termeritus Jones, y Alphonse Bertram, en resumen. - les dediqué un breve aplauso de dos palmaditas, porque habian ganado y eso . -.... Perdimos contra nosotros mismos en el momento en el que creamos una tecnología que nos superó, un arma que, programada por nosotros, siguió sus propios....pensamientos. Sabéis cuales eran? Proteger a la raza humana. Derivó en.... que para protegernos, debía controlarnos y esclavizarnos, y reducir nuestros numeros. Porque, Señora Dioscórides, como bien ha dicho, la destrucción de los ecosistemas estaba en un punto de no retorno, que aunque no lo crea usted, su pelirroja señoría,  me preocupa mucho más que la guerra entre razas o nuestras diferencias etnicas o como las llames. Que hizo Sam? Los ha restaurado. De todos modos, dudo que tanto a Eamon como a mi se nos pueda acusar del desastre ecológico del último siglo.... si bien, mi gobierno intentó paliarlo creando a la IA De Sam, la cosa se nos fue de las manos, pero los ecosistemas? Están mejor que nunca. Gracias a una tecnología humana.... desbocada.

"de nada, pringada"

- No creamos a SAM como un sistema de genocidio, si no como un sistema de protección. No podeis juzgarnos bajo ese móvil, si no en todo caso, bajo una negligencia. Un terrible error en la programación, pero...puede programarse la ética y la moral de una...maquina?

"se podía? Tengo ganas de descubrirlo"

- No declaramos la guerra señor Newton, nos fue declarada, esto no es algo unilateral. Le debo recordar que hubieron unos años muy oscuros para los humanos en los que nuestra tecnología no os llegaba ni a la suela del zapato, en la oscura y fria superficie....? Ministerio de Magia de Alemania, Francia le suena? También han habido campos de concentración para humanos. Rusia. Las torturas y los informes que nos llegaban de allí....Sin ir más lejos.... pero claro, se me olvidaba, hemos perdido. - hice un gesto alzando mis hombros, como indicando que por eso eramos nosotros quienes pagabamos los platos rotos de todos.

Hice una mueca, como indicando que para lo del lanzamiento de los satelites de antimagia no tenia mucha excusa.
- Si os sirve de algo, jamás en nuestros calculos pudimos preveer que la falta de magia a nivel global afectaría tanto a la Tierra. Pero eso nos hizo ver....que la magia es necesaria para todos. Supongo que mas de uno abriría los ojos. - carraspeé. Ah, los campos... - no era una cuestión racial. Allí se destinaban tambien criminales de la raza humana. Era una prisión...en tiempos de guerra, aprovechamiento. De hecho, uno de mis ejecutores humanos, Jed, fue asesinado por....Sayid Ibn Salah. Que no está presente aqui, por lo que veo.

"no, claro que no"

- En resumen, lo unico que estoy diciendo es que si declaran la pena máxima contra nosotros, también deberían declararla contra ustedes mismos y sus congéneres.

Dejé paso a Sofía para que añadiese más crímenes al historial de los antiguos gobernantes de la Alianza, considerando importante que se tomase en cuenta el daño de los ecosistemas y la persecución étnica. Éamon no parecía por la labor de defenderse, lo cual era mucho mejor para nosotros porque acabaríamos antes.  - También es culpable de abuso, por lo que hemos visto en las memorias de una acusada anterior, Leila. - Era, sin duda, un ser despreciable.  - El veredicto lo decidimos nosotros, no usted, así que cállese. - ordené a Éamon al verlo hablar de ese modo tan poco educado.  Carraspeé al escuchar la intervención de Amaya, dándome la impresión de que quería defender a los humanos.  

- Amaya, eso no borra lo que hicieron. Que bajasen a la misión no justifica eximirles de responsabilidad por lo que hicieron antes. - mi tono era calmado pero serio, con cierta dureza. - Permitir la compasión con ellos sería un acto de desprecio a aquellos que sufrieron y perecieron por su culpa. La sociedad del futuro no puede permitirse ser benevolente con este tipo crímenes. - resultó que Andreas si tenía ganas de defenderse, parecía tener preparado un discurso digno de un abogado defensor. Apoyé las manos en el atril mientras lo escuchaba, sin mover un ápice un músculo de la cara. Al menos luchaba por su vida, no como el otro. En algunas cosas tenía razón, pero en otras...

- Es evidente que una guerra la hacen varios bandos. Nadie lo niega. Sin embargo...siempre hay unos más dañinos que otros, o que no tienen ninguna razón legítima para hacer lo que hacen. Resulta que las acusaciones que hace a otros no son el objeto de este juicio. No desvíe la atención cuando estamos juzgando otros asuntos. Dioscórides y yo nos retiraremos a deliberar el veredicto. - hice un gesto a Sofía para que acudiese a donde yo estaba, esperando que caminase conmigo hacia la puerta de entrada al salón de juicios para así poder pensar de manera conjunta. Amaya se encargaría de ellos mientras tanto.

Ah, el abuso. Sí, el abuso. Se le había olvidado esa parte entre los tantísimos crímenes horribles que había en la carpeta. No hubo más qué agregar. Incluso cuando Amaya intervino, por más cariño que le tuviera a la mujer, le había parecido fuera de lugar. Un bien no borraba cientos de males y, por lo que apreció después, ese par no deseaba redimirse. El solo pensar en la pena de muerte hizo que un escalofrío le quitara la respiración. No. Había más maneras. Definitivamente.

Se desasoció un poco durante el discurso de Andreas, salvo para aclarar con uno que otro gesto de su mano lo innecesario que era que le llamara su Señoría y cosas de ese estilo.- No estoy juzgando lo que hizo S.A.M. por los ecosistemas cuando se declaró autónomo. Estoy juzgando lo que hicieron ustedes al colocar los satélites y llevar a cabo ese horrible golpe contra la naturaleza.- Aclaró, porque parecía querer adjudicarse las cosas buenas que S.A.M. había hecho y no era el caso.

No le convenció su tonito de "más de uno abriría los ojos", porque claro estaba que él... hmmm... no se contaba entre esos. El nombre de Sayid le dio un vuelco al corazón. Si quería arrastrarlo con él, definitivamente estaba muy equivocado. Dejó que Jack hablara, o que al menos lo pusiera en su lugar. Mientras tanto, tomó su carpeta con papeles, aunque quería tirarla y no volver a pensar nunca en ella, y bajó grácilmente del estrado, tomándose del brazo de Jack como solía hacerlo en variadas ocasiones para salir de la sala de juicios. No fueron muy lejos, pues la sala del jurado estaba bastante cerca, y una vez estuvieron dentro, con los guardias apostados por fuera de la puerta, tomó su asiento y cerró los ojos con intranquilidad.

Sabemos cómo declararlos, pero... ¿Cuál será la sentencia, Jack? La pena de muerte no debería ser una opción. Sería una imposición y el Consejo debe seguir siendo imparcial.- Abrió sus verdes ojos despacio, fijándolos en el hombre que la acompañaba.- ¿Haz pensado en Mei? Quizás si les convertimos en miembros más... activos de una mejor sociedad sirvan más que muertos.

Permanecí con la cabeza baja, esperando que todo acabase pronto. Era imposible convencerlos, tenía la certeza de que ya estaba todo decidido de antemano. Me disgustó bastante la idea de que además hubiesen visto el abuso usando su magia para hurgar en las memorias de Leila. Otro cargo más, aunque desconocía el motivo por el que la habían juzgado a ella. Miré de reojo a Andreas cuando comenzó a hacer ese alegato tan bien planteado.

Él no se había rendido, al contrario que yo, y todo lo que decía tenía bastante sentido. Estaba haciendo una defensa bastante digna, sin dejarse llevar por un odio que le habría impedido hablar. Lástima que ni el viejo ni la otra fuesen receptivos. El primero le dio largas, y la otra siguió con el tema de los ecosistemas. Parecía que le importaba más eso que toda la gente que habíamos matado de manera directa o indirecta. La única que nos "defendió" fue la tal Amaya, una que había bajado a las misiones. Al menos alguien se acordaba de que habíamos estado allí, colaborando. Y que Blair había muerto...

Aproveché para mirar a Andreas cuando los magos se retiraron, bajando la voz para intentar comunicarme con él. Apenas habíamos hablado en el último mes. - Buen intento, pero no funcionará. Quieren su Núremberg particular. - nosotros no habíamos podido escapar, como Gelion, o Sigrid. Esos eran casi tan culpables como nosotros, y no estaban siendo juzgados.

Oí como reprendian el alegato de Amaya y levanté una ceja.

- hay una gran diferencia entre eximir y atenuar. No pedimos eximientes por las acusaciones, alego atenuantes. Y la colaboración que hemos prestado debería ser tenida en cuenta como atenuante.

"Panda de estupidos estirados.....id a aprender derecho penal"

La otra mujer, Sofía, al igual que Jack, dieron cortas respuestas muy tajantes y se retiraron. Bufé, indignado, cruzando mis brazos y sentándome de nuevo.

- pff, no tienen ganas de dialogar o hacer justicia de verdad. Eso es un teatro. Juicio a puerta cerrada?

Miré a Eamon, parecía opinar como yo. Pensé como podía darle ánimos pero era complicado dado su situación.

- que diría Blair si te viera asi? No se me ocurre ningún insulto tan pintoresco como los que te dedicaba ella.

"Tch, maldita sea"

- podemos negociar. Tenemos muchos nombres. No me importa arrojarlos sobre la mesa. Aunque probablemente ya están muertos... Sam no ha dejado mucho títere con cabeza.

Debía reconocer que llevaban algo de razón con lo de los atenuantes, pero eso era según el código penal que hubo en tierra un día. Los tiempos habían cambiado, y desde luego que en la isla no teníamos su mismo código. Wilhelm era el que, en mi opinión, tenía mejores perspectivas. A pesar de ello era suficiente. Al retirarme con Sofía tuve unos minutos para  hablar con ella, aunque era tal y como sospechaba. No quería tomar acciones demasiado radicales.

- Es evidente que son culpables de lo que hemos dicho, aunque tratasen de enmendar sus errores. Tal vez más por ver si con eso se salvaban que otra cosa. Es cierto que el Consejo era imparcial, pero cuando decidimos involucrarnos en la guerra aceptamos esto. Nadie los va a juzgar abajo porque no hay gobiernos. Los únicos que podemos juzgarlos somos nosotros. - negué a lo de Mei, no quería involucrarla de nuevo. En el último juicio no se había sentido cómoda teniendo que mostrar  a todos las horribles imágenes en las memorias de Leila. - Ya hay gente muy válida. No los necesitaríamos. Hubo un tiempo en que pensaba como tú respecto a la pena de muerte en sociedades civilizadas, pero después de ver tal genocidio...casi llevan a cientos de seres a la extinción. No me malinterpretes. No es porque sean seres sin magia. Yo tenía muchos amigos así en mis tiempos. Sabes que jamás he tenido problema con eso. Trataría igual a cualquier mago que hubiese cometido los mismos crímenes que ellos. - me llevé la mano a la barba para rascarla distraídamente mientras pensaba en qué hacer con esos dos. La integración me parecía demasiado buena para ellos, y podían ser reincidentes. Si les borrábamos la memoria tampoco recordarían el daño que habían causado. Había que decirle al mundo que se hacía justicia, que los crímenes no quedarían impunes.

- Ya tengo mi sentencia pensada. - resolví finalmente, comenzando a caminar de vuelta a la sala. - Propón tú la tuya y veremos en qué queda esto. - regresé de nuevo a mi atril, alzando la voz. - Éamon O'Connell y Andreas Wilhelm. Habéis sido declarados culpables de los crímenes anteriormente descritos. La sentencia propuesta por mí es la siguiente: seréis devueltos a tierra para ser torturados y ejecutados mediante linchamiento público. El pueblo os dará vuestro merecido. Sacad de mi vista a estar escoria, los quiero fuera de Ouroboros. Ya han consumido demasiados recursos aquí. A no ser que Sofía tenga algo que objetar...- comenté girándome hacia ella un momento con los ojos levemente entornados. Tras eso me retiré, dejándolos solos con Sofía y Amaya. O casi, porque en la puerta tenía a varios de mis estudiantes y a otro par de guardias de Ouroboros, a los que pedí que me mantuviesen informado de los movimientos que hiciesen las dos mujeres a continuación.

- Es una farsa...- coincidí con Andreas mientras los dos idiotas se retiraban a deliberar. Me tapé la cara con la mano con gesto de cansancio cuando me mencionó a Blair, imaginado exactamente lo que me diría. Podía hasta escuchar su voz y ver los gestos que habría puesto. - Diría que soy patético, y que no dejase solos a los críos. Eso diría...pero ya no está para decirlo. Y por suerte nunca sabrá lo que pasó. - desvié la mirada hacia Andreas un momento, preguntándome si él "sobreviviría" por llevar la pila cervical. En mi caso no había plan B.

- ¿Qué nombres? ¿quedará alguien vivo? no lo creo...somos los únicos chivos expiatorios que quedamos para cargarles el muerto. Esta gente no quiere negociar. - dije eso un poco más alto, para que Amaya nos escuchase. A lo mejor se daba cuenta de que sus jefes eran idiotas y dejaba de obedecerles. El viejo nos declaró culpables en cuanto regresó. Me lo esperaba, pero no lo que dijo a continuación. Sentí que me mareaba y me faltaba el aire, a pesar de estar convencido de que no nos dejarían vivir. Pensé que al menos sería una muerte rápida, una de esas con magia que tantas veces había visto. Un destello de luz verde y adiós. Pero no...no se iban a dignar ni a usar magia en nosotros. Arrojados al populacho como si fuésemos dos trozos de carne.

- ¡No! ¡Tengo tres hijos que todavía me necesitan! ¿¿Dónde los tenéis?? ¡Quiero verles!

La corriente de aire invernal era fuerte y fría, parecía estar empecinada en soplar y soplar para derrumbar todo a su paso. Los grandes ventanales cerrados del pasillo sonaban al recibir estoicos el golpe de la ventisca, aunque alguna que otra brisa traviesa se filtraba al interior del edificio. El trabajo le había dado sentido al día a día del Descendiente de Moisés, toda su casa estaba llena del recuerdo de su familia así que intentaba pasar el mayor tiempo posible lejos de ahí. Era doloroso, sobre todo sabiendo que se acercaba el primer cumpleaños que pasaría sin ellos. Los recuerdos de celebraciones anteriores le hacían sentir el pecho oprimido y un lacerante nudo en la garganta por lo que cualquier distracción era bienvenida.

Justamente por eso, llegaba muy tarde a un compromiso fundamental. El tiempo se le había ido charlando con un rabino (eso rima xD). Había acudido al estudioso de la religión en busca de consuelo, el hombre mayor habló largo y tendido y el joven maestro lo escuchó irse por las ramas con fascinación ya que éso era lo que estaba buscando; alguien con quien hablar, no importaba de qué. Apretó el paso para llegar al salón de juicios y, estando a un par de metros, notó que los guardias abrían la puerta dejando salir al mayor de los Descendientes. Lo alarmó pensar que habían dado por finalizado el juicio. -Señor Newton, quisiera hablar con usted en privado un día de estos.- Le dijo amablemente, aunque no supo si lo escuchó o no.

Le agradeció a los guardias que le abrieron la puerta mientras se quitaba la capucha e ingresaba. Recorrió con la mirada el lugar y encontró a Amaya junto a los acusados así que inclinó la cabeza en dirección a la mujer a modo de saludo al tiempo que avanzaba. Daba la impresión por la atmósfera de expectación que aún no se había dicho la última palabra, así que se dirigió rápidamente a la sala del jurado. -Receso de cinco minutos.- Proclamó antes de hacerle un gesto a la Descendiente de Dioscórides para que se acerque y adentrarse en la sala aledaña.

-¿Qué pasó?- Preguntó esperando un breve resumen de la seción. Leyó los archivos rápidamente y la información lo hizo estremecer. -No podemos permitir que olviden lo que han hecho.- Dijo seriamente. -Deben vivir en el mundo que crearon, podemos hacer que empiecen de nuevo pero sin ayuda y enfrentando la miserias de tierra firme. La adolescencia es una etapa difícil, que Keli’l Franklin convierta sus cuerpos en el de adolescentes con su control de la carne y los dejamos a su suerte fuera de Ouroboros.- Propuso con la mirada opacada por el pesar.

Comenzó a escuchar a Jack, tratando de reunir todo el aplomo que podía. El mayor había visto muchas cosas en su vida, lo sabía, pero hacía tiempo que sentía que no lo conocía.- Entonces hay que esperar a que haya gobiernos. Esperar a que reestablezcan su orden. No podemos dictar una sentencia de una guerra a la que nos involucramos al último, tu lo haz dicho. Lo sé, Jack, sé que no es porque sean humanos, pero no podemos olvidar que... que nosotros en imagen y semejanza, también somos humanos y la pena de muerte es demasiado. No puedo lidiar con eso.- Se pasó entonces una mano por el cabello, tratando de pensar en algo un poco más atenuado que ese tipo de cosas. La justicia era una línea delgada. Muy delgada. Y le estaba costando no caer en la compasión. Se levantó al instante cuando vio a Jack salir de la sala como si ya tuvieran la sentencia pensada.- ¿Qué? ¿Qué clase de justicia se dicta en dos minutos, Jack? - Le cuestionó justo antes de entrar a la sala, viéndolo subir a su atril Sabía que era mayor, pero estaba segura de que podía perder unos minutos más. Terminó por acomodarse en su lugar. Ya no tenía sus papeles con los qué escudarse, pues los había dejado cuando salió apresuradamente de la sala de jurados.

Se preparó entonces a escuchar la propuesta de Jack, pero tuvo que esforzarse porque en la cara no se le viera la incredulidad por aquella mounstruosa propuesta. ¿Tenía que aceptarla? ¿Sin más? Le fue difícil hasta que el acusado principal comenzó a suplicar por su vida. ¿No acababa de pedir que apuraran la sentencia? Específicamente había pedido la pena de muerte que ella le estaba queriendo evitar. Lo peor era que... tenía la sensación, en lo hondo del pecho, de que si los dejaban en una plaza a merced del público, lograrían sobrevivir. Por eso era que no se atrevía a dejar la justicia en tantísimas manos. Se acercó entonces al borde del atril, con una breve determinación.- Gracias, Descendiente Newton. Aquí va mi propuesta.- Tras un breve momento en que se dignó a ver a los acusados, los salvó la campana de Adael entrando de manera... apresurada al salón. Miró en su dirección y le pareció la cosa más grosera que con la mano la llamara como a cualquier camarera. Los hombres se peleaban por tomar su mano y ayudarla a bajar un escalón, tal como lo hizo el apuesto guardia que la apoyó antes de salir tras de Adael un tanto... exasperada, cerrando la puerta tras ella.

¿Qué pasó? Pues no llegaste y Jack dictó su parte de la sentencia, y no puedes pedir recesos a menos que traigas nueva evidencia.- No estaba cerrada a la nueva evidencia, pero cuando se acercó a la mesa, los modales de su compañero daban que desear. Ni siquiera la miraba mientras hablaba. Que descaro. Pero en algo estaba de acuerdo. Él quería que vivieran y que no olvidaran lo que habían hecho. Por un momento, vio un atisbo de esperanza. ¿Él traía la solución? Nunca había dudado de las capacidades de su compañero, aunque sí de su puntualidad.- Estoy de acuerdo, no deben olvidar. Es demasiado fácil solo desaparecerlos de este mundo.- Susurró, aceptando la premisa de su compañero y mirándolo interesada en lo que quería decir, hasta que... La idea se le fue formando en la cabeza y, a decir verdad, le resultó bastante decepcionante. Se notó bastante el contraste de su rostro contra el de él.- Adael. Esta es la... la propuesta más sin sentido que he escuchado. Es... completamente absurda.- Y mira que ella se había puesto creativa.- Nada, absolutamente nada va a cambiar por cambiar a dos hombres adultos por cuerpos pequeños.- La sola mención era... un desperdicio de los poderes de Keli'l. Ella no habría tenido cara para pedírselo.- Ya tomé mi decisión. Si me disculpas...- Se dio la media vuelta y salió de aquella sala de nueva cuenta, llegando hasta su atril, esta vez el central, como debía ser. A veces a Jack se le olvidaba por ser el más viejo que no era el linaje más antiguo del Consejo.

Éamon O'Connell y Andreas Wilhelm. Me remito a las pruebas cuando digo que los actos no pueden quedar impunes. Sin embargo, no coincido con mi colega. Permanecerán en los calabozos hasta que la Guardia encuentre en la Tierra un espacio adecuado para enviarlos. Una cárcel, idoneamente. Se aplazará su pena hasta que se establezca, un gobierno que no sea afín a sus ideales. El castigo vendrá de los grupos más afectados por su persecución.

Hizo una pequeña pausa antes de continuar.- Les concedo diez hojas de nerium oleander a cada uno. Pueden pedirlas a los guardias en cualquier momento. Ellos me hará llegar sus deseos.- Si querían tanto la pena de muerte, les daría la oportunidad, pero de matarse ellos solos. Dicho aquello, bajó del atril. No tenía nada más que decir, y si Jack quería volver y anular su propia sentencia, que lo hiciera. Sin más, terminó por salir de la sala, haciéndole un gesto a Amaya de que podía llevárselos.

- No digas eso. Seguro que está mirándote desde el infierno y criticándonos. - respondí mientras tiraba un poco de mi corbata, para abrir un poco el cuello de la camisa. A decir verdad, empezaba a sentir calor alli. - Ni si quiera han pedido nombres. - sí, entendía que era dificil negociar cuando el otro no quería nada de ti. Por qué? Con la de informacion que tenia....

La cosa duró poco, Jack retornó en seguida. Culpable, eso me lo esperaba. Lo que intentaba evitar era una pena de muerte. Sin embargo, la resolución de Jack me dejó...pasmado. Tortura y linchamiento publico en Londres? Qué clase de sentencia a muerte era esa?

- Disculpe, no lo he entendido en ese lenguaje del siglo XIII que ha empleado. ¿Ha dicho muerte por linchamiento publico? - fue lo unico medianamente avispado que atiné a decir antes de que el juez se marchara y a mi la sangre se me agolpase en el cerebro y el corazón comenzara a no dar a basto.

"es absurdo, totalmente absurdo. El pueblo? Cual pueblo? El suyo?"

- Qué sois, animales? - Eamon estaba en fase de ira, yo, negación. Él iba más rapido. Luego vino la otra, Dioscorides, con una sentencia distinta. Algo de esperanza, a decir verdad. Pero ya no sabía quien decía la verdad, o la ultima palabra alli, pues no parecian ponerse de acuerdo. Que sentencia era la válida? Luego, tras ofrecernos un modo de suicidio que incluye muchas arritmias y vómitos, los guardias nos escoltaron de alli de vuelta a los calabozos.

Cuando la pocionista estuvo adentro de la sala, él soltó la puerta que había abierto para ella. -Me disculpo por ambas cosas, estoy muy distraído últimamente.- Muchos pensamientos bailaban en su mente sin orden ni concierto; el censo, su cumpleaños, el tema de la zona inexplorada, la vuelta a clases, Sarah, Catherine, etcétera. Se propuso concentrarse ya que era un tema muy serio el juicio a los líderes de la Alianza Humana.

Lo alentó saber que su compañera se mostraba de acuerdo con él, así que asintió y prosiguió con convicción pero, al terminar, la expresión en los gestos de la mujer le dijo todo. Escuchó las opiniones de Sofía sobre su propuesta serenamente y en silencio. -Claro.- Respondió mientras abría la puerta para que la Descendiente de Dioscórides pase primero. Una vez estuvo fuera del alcance de su vista, se permitió suspirar, desinflándose un poco.

Luego de eso, él también salió para ver el desenlace desde uno de los cuatro balcones salientes en silencio. Hizo una mueca disconforme al saber que los acusados seguirían estando en la isla y que se les daba la opción de quitarse la vida. -Los raros días en los que mi nombre y “buena idea” van juntos en la misma oración, la lluvia cae de forma horizontal.- Se dijo a sí mismo al dirigirse a la salida ya que todos se habían ido del lugar. Al final, él también se fué.