Castillo

Las palabras de su padre le hicieron mirarlo en silencio pero no se encontró con la valentía de contarle lo que realmente estaba pensando su mente, los derroteros a los que se dirigía cuando no estaba ocupada con algo. Asintió y volvió a tomar jugo para tener algo que hacer con las manos.

Con la llegada de Wthyr y su respuesta, Catherine le miró sonriendo quedamente por su voluntad e iba a responder que no era necesario cuando su padre abrió la boca. La morena se le quedó mirando con el ceño fruncido, sobre todo, cuando le alzó la mano como diciendo que no necesitaba que le respondiera. Había olvidado lo irritante que era ese movimiento, bajó la vista un momento al plato y cogió otro pedazo de fruta antes de alzar la cara -Necesito hablar con Ian de cosas complicadas, si te ve, van a terminar discutiendo. Lo mejor es que vaya sola- Volvió a su padre -Tú ya verás a Ian otro día- Lo de volver a la isla le hizo asentir pero luego pensó que aún tenía asuntos que hablar con él -Me gustaría que te quedaras, tengo dudas sobre los vínculos mágicos. En específico, el que tú tenías con Altair-

Asintió a lo del ritual, no era complicado. Banquete…siempre había un banquete. Ofú. Cuánta gente para verla cuando no se encontraba en sus mejores días. Pero no dijo nada. Lo de Aelin hizo que le mirara de vuelta, comprendiendo su mirada -Debemos ser sinceros, será lo mejor para todos, Wthyr. La mentira tiene patas cortas y no quiero que nadie confunda relaciones, ni títulos ni nada…- Inspiró profundo, era una buena decisión. Igualmente, lo comentaría con Ian pero estaba segura de que estaría de acuerdo con ella.

Abrió la boca para responderle que sí, que tenía meses allí cuando le lanzó otra pregunta sobre su curiosidad. Catherine frunció el ceño y, la verdad, entre el poco descanso y la situación entre los dos, se irritó -He estado ocupada estos meses batallando una maldición de la que ni siquiera tú te diste cuenta. Así que no he cumplido mi papel de turista, he preferido ser reina- Entonces soltó aquello de prohibirle la entrada a Ávalon y Catherine miró a Wthyr arqueando una ceja, como preguntándole si ya lo había hecho y no se había enterado. Luego volvió la vista hacia su padre, captando su guiño, sin llegar a comprender de donde venía su buen humor.

“¿Recuerdas lo que te dije de mis comidas en familia?”

Le preguntó a Wthyr mentalmente. Era como si su padre disfrutara del caos, de la discusión maquillada con cortesía y educación. Volvió a por el jugo y bebió largos tragos -Esta isla ya no pertenece al linaje Le Fay y no volverá a hacerlo mientras yo siga viva. Por mí se la pueden quedar los Pendragon por los siguientes milenios. No la necesito, ni la quiero. No estoy ni quiero estar alineada con los objetivos de Morgana, las rencillas del pasado se van a quedar ahí. Estoy hasta…Estoy hasta la CORONILLA de pagar por vuestras estupideces. Eso es lo que he hecho desde que nací, arreglar vuestros malditos errores- Espetó con un poco más de vehemencia de lo que esperaba para luego cerrar los ojos, maldiciéndose por haber perdido el control.

A ninguno de los dos le agradó lo más mínimo la idea de que visitase Ávalon, pero el argumento de Catherine al menos tenía más peso que el de Stavron. Ese hombre estaba empezando a hacérsele pesado y eso que apenas lo conocía. - Hablas como si me importase irritar a otros con mi presencia. Descuida, no me importa provocar esas reacciones, pero en este caso ni siquiera me merece la pena. - a decir verdad no le apetecía verle la cara al chucho rabioso que Catherine había tenido por marido. Dio por pasado ese tema, terminándose lo que quedaba en su copa mientras ella le dejaba claro que no quería mentir sobre Aelin. - Como quieras. - replicó de manera algo seca, aunque después de todo era elección suya. - Aún así dejaré claro que está bajo mi protección en Ávalon, y que se criará junto a su hermano en igualdad de condiciones. - porque de lo contrario...esa niña podría crecer incluso con rencor hacia Zephyr, podría sentirse inferior y eso no sería bueno para nadie.

La conversación con Stavron fue volviéndose más tensa, en especial con la mención de prohibir su entrada a Ávalon. Provocó en Catherine la reacción esperada, alzarle la ceja con suspicacia. - ¿Acaso hay algún motivo por el que debería prohibírtela? ¿Es lo que te dijo Matvey que haría? se le da muy bien mandar a otros en su lugar a cumplir sus órdenes...- comentó de manera sarcástica, esbozando una sonrisa de superioridad en respuesta a la de Stavron cuando dijo aquello de "testimonial".

- En efecto, los estandartes de la reina están en el salón del trono, pero no has entendido lo que quise decir. Nada queda aquí del poder de los Le Fay, excepto vestigios caducos y de nulo poder. Olvida tu nostalgia por los fantasmas del pasado. - Catherine pareció pillar a la perfección a qué se refería Stavron, trayendo a colación a Morgana y sus ansias por recuperar la isla. La observó serio y en un tenso silencio mientras perdía los nervios, intentando no mostrar preocupación por su estado mental. Había visto lo que podía llegar a pasarle, y no quería que llegase tan lejos. En ese momento Zephyr se puso a lloriquear un poco, se había despertado al escuchar su voz más alta y alterada. Wthyr lanzó una mirada de reproche a Stavron y se levantó para ir a cogerlo en brazos, tratando de calmarlo. Si su queridísimo suegro tenía que decirle algo más, que se lo dijese en privado y no delante de ella.

- Sólo encuentra rencillas quien las busca, y aquí no las queremos. Menos unas que tienen que ver con un espíritu vengativo. - además, ya tenían el suyo propio...el de Charles Pendragon. - Tenemos cosas más importantes de las que ocuparnos. ¿Vienes, o te quedas con tu padre? - preguntó a Catherine mientras seguía tratando de calmar a Zephyr, que no parecía querer volver a dormirse.

Escuchó la respuesta de Wthyr pero no se preocupó de responderlo. Entonces, le encantaba molestar a la gente. Eso explicaba cómo la relación entre Ávalon y Ouroboros había llegado a ese punto. Asintió brevemente a Catherine cuando habló sobre Ian -Sí, lo tengo pendiente- Quería saber, por ejemplo, qué estaba pensando cuando decidió jugar con Morgana. Menuda inocentada. ¿Qué le habría pedido la antigua bruja? ¿Qué le había dado a cambio? Esos eran cuestionamientos que le mantenían despierto por la noche. Y el rostro de Matvey al ver a los hijos de Catherine, él no había percibido nada pero el nigromante sí, lo sabía. Lo que sí no esperó fue la pregunta de Catherine sobre el vínculo. Evaluó su rostro lentamente y luego miró a  Wthyr. Era una de las cosas que había cambiado en su vida desde que habían hablado la última vez y aunque en ese instante todo había sido más bien sentimentalismo, volvió la vista hacia ella -¿Con quién lo tienes?- Porque de lo contrario no le preguntaría. Ese detalle abría una nueva dimensión a su relación con esa persona que, sospechaba, era el Pendragon.

Lo que sí,  se sorprendió de la posición del Rey respecto a Aelin, lo que aumentaba su curiosidad. ¿Lo hacía por la niña? ¿Lo hacía para quedar bien delante de Catherine? ¿O para no alejarla? Estaba claro que su hija tenía un increíble vínculo con sus hijos y no estaba dispuesta a aceptar demasiadas cosas en torno a ellos.

Soltó una leve risa cuando mencionó a Matvey -No eres el protagonista de nuestras conversaciones, Wthyr. Y en esta nueva vida soy un agente libre, no sigo las órdenes de nadie ni respondo a ningún gobierno- Ya que él le tuteaba, perfecto, le devolvería el “gesto de confianza” -No, no hay motivo -Indicó, pero reservó su observación de que seguramente, más pronto que tarde, encontraría una excusa. No quería seguir recibiendo esas miradas de Catherine pero pareció haber tocado una fibra sensible cuando su hija dirigió semejantes palabras hacia él, echándole en cara que no se había dado cuenta de la maldición. Eso parecía resentimiento -Por supuesto- Dijo bebiendo de la copa comprendiendo que había tenido otras prioridades que el estudio, aunque en su opinión siempre podría haber hecho una mejor distribución de su tiempo.

Dirigió una corta mirada a Wthyr cuando le dijo que olvidara su nostalgia -Como vosotros habéis olvidado Ouroboros ¿No? Enseña con el ejemplo, Pendragon- Espetó pero para su sorpresa fue su hija la que espetó, en un tono cada vez más alto, su desagrado y rechazo a Ávalon. Stavron frunció el ceño. Catherine nunca en la vida le había hablado de esa manera. Ya no sabía si es que se había saltado su época de adolescente rebelde o, simplemente, era la persona que era ahora tras todo lo vivido. Sonaba…Harta, quemada, hastiada -Catherine- La llamó cuando la vio cerrar los ojos. Necesitaba profundizar en el tema, pero Zephyr empezó a llorar y Wthyr decidió intervenir. No necesitó que Catherine respondiera para saber que se iría -Puedes enviarme un mensaje cuando nos vayamos a Ouroboros- Le dijo a su hija antes de retirarse del salón. Tenía mucho que analizar.

-Gracias- Le dijo Catherine notando el cambio en su tono de voz pero…Él no podía elegir cómo decidía presentar a Aelin, era la hija de Ian y suya. Pero la decisión de darle el mismo trato que Zephyr era una consideración que apreciaba con el corazón. Bastante le partía el alma tener que mantenerlo alejado de Ian y Aedan para evitar problemas, discusiones o encontronazos ya que él había dejado bien en claro su posición respecto a Zephyr, como si su hijo tuviera la culpa de algo.

-Wthyr- Dijo ladeando la cabeza hacia él con suavidad antes de tomar un poco de los huevos y, tras tragar, coger la tostada y pegarle un mordisco. Esperó a que su padre dijera algo más pero sólo hubo silencio. Lo miró de vuelta con el ceño fruncido -Quiero conocer los límites, saber si podemos gestionarlo sin contacto, desde la distancia, cuánta distancia, runas de potenciación, etc- Añadió esperando que empezara a responder pero la conversación se fue por otros derroteros que le colmaron el ánimo.

Estaba segura de que Wthyr había hablado sobre el tema de Morgana más para reubicar a su padre que por estar de su lado. Pero le daba igual, era un apoyo. Pero Stavron no tenía una lengua amable y cuando le echó en cara lo de Ouroboros, Catherine se llevó una mano a la frente. HARTA. Harta la tenían. ¿Pasaba algo si renunciaba a su apellido, al Consejo, al Reinado, a su apellido de casada? ¿Podía convertirse en una maldita ermitaña y olvidarse de todos?

Escuchó a su padre llamarle pero le ignoró y se giró hacia Zephyr,irritada de haber perdido el control y despertarlo. La pregunta de Wthyr fue como un salvavidas en su remolino de emociones. Ni le respondió porque tenía un nudo en la garganta. Se incorporó, dejando la servilleta sobre el plato en un gesto molesto. Le tendió los brazos  a Wthyr para que le diera al niño y cuando lo hizo lo acunó contra ella escuchando a su padre, ladeó la cabeza para mirarlo brevemente y asentir antes de salir con su esposo de allí en dirección a sus aposentos.

Tras el encuentro con Gio iba un poco alcoholizada, para ella que no bebía, el vino de Ávalon había pegado fuerte. Ni siquiera había sido consciente de que al amamantar podría causar problemas. Solo… no pensó. Ahora que estaba en Ávalon se sentía fatal.

Iba con el mismo vestido sencillo que había elegido para ponerse ese día, acompañada de sus botas militares y poco más. Llevaba sus anillos, eso sí y el brazalete. Ahora que no era la reina supuso que podía ir vestida como realmente le daba la gana, sea como sea, igual la juzgarian. Además, no tenía que impresionar a Wthyr. Él sabía bien cómo era ella. La cosa era que… con cada paso que daba allí con ese vestido se sentía mal arreglada, como si fuera una niña que volvía con el rabo entre las piernas y no la mujer en la que de había convertido.

Mientras avanzaba sentía un nudo en el estómago, no sabía cómo iba a enfrentar la mirada de Wthyr ni lo que le había hecho. Todo aún era muy reciente y, tal como le había dicho a Giordano, todo le daba vueltas. Suspiró quedamente cuando la hicieron ir hacia un despacho que no era el de ellos.

El de él. El de Wthyr, se corrigió.

Pero no se sorprendió al ver a Rodrigo con los documentos y todo dispuesto para la firma. Sintió decepción pero también comprendió que no quisiera verla. Una de sus últimas palabras había sido "vete". Pese a la sorpresa inicial, Catherine avanzó hacia Rodrigo con una tensa sonrisa -Hola Rodrigo, cómo estás?- Supuso que feliz como debían estar los hermanos de Wthyr y sus vasallos. Puso las manos en la espalda, como si con eso pudiera prevenir tener que firmarlos. Odiaba la sensación que le dejaba y más aún cuando sentía perfectamente el latir de su vínculo, cuando sabía exactamente en qué parte de Ávalon estaba -Lamento que no tuviéramos tiempo para conocer a tu linaje. Quizás viaje a España y coma alguno de esos platos que me dijiste

Emme

No le agradaba en absoluto la tarea que le había encomendado Wthyr, ni entendía nada de lo que estaba sucediendo. ¿Tenían que divorciarse tan rápido después del nacimiento del heredero? ¿A qué venían esas prisas? Ellos sabrían…el caso es que él tenía que cumplir llevando los papeles para que firmase, porque Wthyr se había excusado diciendo que tenía cosas que hacer. Eso sí, le había pedido sutilmente que le informase de cómo se encontraba Catherine.

Esperó en el despacho hasta que anunciaron su llegada, sonriendo cortésmente al verla pasar. Su estilo de ropa se le hizo algo extraño, pero tenía sentido si había cambiado de papel.

- Buenos días, Catherine. Ponte cómoda. - le ofreció asiento al otro lado de la mesa, haciendo él lo mismo.

- Yo estoy bien, aunque he de reconocer que me ha sorprendido la noticia tan repentina. Haciais buena pareja.- se lamentó sinceramente, porque la muchacha le había caído en gracia. - En fin…¿Cómo estás tú? ¿Ya recuperada del parto? ¿Has descansado? - cuestionó con su tono de amabilidad, aunque siguiendo las directrices del Pendragon. Fue preparando los papeles sin dejar de mirar de reojo, como intentando adivinar algo más por su aspecto.

- Ya, te pierdes buena comida…podría pedirle a mi esposa que te dejase una merendera para llevar. Y sí, definitivamente deberías visitar España. Ahora tendrás más tiempo libre, ¿no?

"Ponte cómoda… cómoda cómoda… que palabra tan graciosa. ¿Cómo se puede estar cómodo con mi situación?"

Le recorrió el rostro cuando dijo que estaba sorprendido y su siguiente comentario le borró la sonrisa de un latigazo. Subió la mirada al techo a ver si con eso se le quitaba el vértigo que le estaba dando -¿Mejor que Dana y él?- Sí, el vino le había soltado la lengua. Bajo la cabeza para poder mirarlo mientras se acercaba -Ignorame- Movió la mano con pesadez como quitándole importancia.

"¿Por qué la gente se empeña en preguntarme cómo estoy? Nunca en la puta vida me habían preguntado tanto"

-Hm…- Hizo un sonido de disconformidad mientras se sentaba -¿Has volado en dragón? ¿Te han enseñado lo que es un tirabuzón?- Le preguntó a Rodrigo arqueando las cejas con ojos luminosos pero no por las lágrimas si no por el alcohol -Un poco así - Murmuró inspirando lentamente para luego tomar los papeles y esforzarse en leerlos.

Pero esforzarse de verdad porque entre su dislexia y el alcohol se le estaba haciendo cuesta arriba - No… un poco- Respondió al resto de sus preguntas con sinceridad, pero también con su atención puesta en los papeles al menos hasta que habló de su esposa y el tiempo libre -Eso me gustaria- Mencionó q lo de la merendera -Quizás- Dijo vagamente respecto a los viajes y al tiempo libre, como si todo fuera demasiado inestable para hacer un plan que la involucrara tanto.

El cansancio y el esfuerzo empezaba a pasarle factura pero ya iba por la mitad del documento cuando recordó las cuevas -Por cierto, nunca te di las gracias por enviarnos a las cuevas- Alzó la vista hacia él y forzó un sonrisa y un movimiento de cabeza suave -Por darnos tiempo- Había comprendido que seguiría teniendo al menos cierto respeto hacia su persona por ser madre del príncipe.

-Necesito pedirte un favor- Murmuró volviendo su atención a los papeles -Cuando me fui me olvidé de varios dibujos en mi escritorio, el primer cajón. Si puedes recogerlos… y …- ¿Y que? ¿Acaso los quería guardar? ¿Para qué? -Y quemarlos sin que Wthyr lo sepa te lo agradecería.

Emme

La pregunta de Catherine le hizo parpadear un par de veces sorprendido, como si no se esperase algo tan directo por su parte. Hizo un gesto con la mano como queriendo decir que daba igual, que no iba a ignorarlo.

- Era mi hermana, para mí no va a ser nadie nunca mejor que mi hermana. Pero tú…bueno, creo que encajabais de algún modo. - pasado ese momento de sinceridad intentó comprender la extraña metáfora de volar en dragón.

La verdad es que no, no he probado tales cosas, pero me temo que me daría vértigo. No soy muy aficionado a las alturas. - estudió con más detenimiento tanto el rostro de la mujer como sus palabras, dándole la impresión de que había bebido antes de ir allí. ¿Tanto le costaba el trámite que supuestamente hacían de mutuo acuerdo?

- Aunque creo que entiendo tu metáfora.- asintió de nuevo de manera afable para acordar que sí, que le daría la merendera antes de irse. Después de todo su mujer siempre cocinaba de más. Le pasó una pluma especial para ese tipo de contratos mágicos, de modo que cuando firmara se hiciese efectivo el hechizo que rompía ese pacto. La miró ciertamente conmovido por el modo en que le dio las gracias por lo de las cuevas, recordando aquel día tan “movido” en el templo. Menuda locura.

- No hay por qué darlas. Creo que ambos lo necesitabais para recuperaros y tener algo de tiempo al margen de todo. - su siguiente petición le extrañó un poco, pero también le interesó.

- ¿Dibujas? ahora tengo curiosidad. Lo haré, pero…¿Por qué quieres que los destruya? - no quería meterse donde no le llamaban cuando ni siquiera Wthyr le había dado detalles, pero… - ¿Realmente han acabado las cosas bien entre vosotros?

"De algún modo… Si, de algún modo", al escuchar decirle eso, Catherine se miró las manos como buscando allí las respuestas que no tenía. Abrió y cerró los dedos de nuevo, sintiendo esa rara sensación de que no estaba viviendo como debía. Pero era algo bueno, de alguna forma, con ayuda del vino, las cosas ya no dolían tanto. La tensión y el dolor se habían apaciguado aunque el vértigo no había desaparecido del todo -Hmm- Fue su respuesta a Rodrigo.

-Yo tampoco lo era… pero cuando vuelas hay un sentido de libertad o de soledad que es muy apreciable- Comentó de manera objetiva pensando que aprender eso le hacía comprender mejor a los Pendragon, incluso a Shyvanna con su obsesión con los dragones y su puesto de trabajo, ese que había aprendido en las cuevas.

No cogió la pluma, no había terminado de leer y cogerla significaba que la firma sería inminente y quizás, en el fondo, también quería alargar su visita por ese cosquilleo que había bajo su piel, solo para saborear el grandioso poder de aquella isla que no paraba de seducirla hasta los más recónditos y oscuros lugares de su mente.

Asintió, tenía razón en su planteamiento pero la verdad es que Catherine le agradecía por otro par de cosas que no era necesario comentar -Sí… bastante- Murmuró cuando preguntó si dibujaba y entonces llegó a lo del bautismo notando que ya no podría sostener a Zephyr, se le hizo un nudo en el estómago -¿Hay fecha para el bautismo?- Preguntó en un susurro. Empezaba a perderse partes importantes de la vida de su hijo pero se las apañaría, de alguna manera.

Alzó la vista hacia él cuando preguntó porqué y le sonrió con tristeza -Porque son retazos de un futuro que no va a cumplirse- Le explicó porque había dibujado lo que había visto en aquella visión en la que ambos marchaban en sus dragones y bajó de ellos el vasto y gran corazón del imperio Pendragon, brillando y lleno de poder y de magia. Se le quedó mirando ante su siguiente pregunta y empezó a negar con la cabeza hasta que finalmente se percató de que… si tenía que preguntarlo quería decir que Wthyr no se lo había dicho. Joder.

JODER.
Era su amigo… ella le había dicho cosas a Gio.

-Sí… sí - Murmuró rápidamente al darse cuenta de su error y cogió la pluma con dedos torpes para empezar a buscar la línea que le correspondía viendo que Wthyr ha había firmado. Carraspeó un poco de manera brusca -Necesitaré una copia para anularlo también en Ouroboros- Le dijo irguiendo la espalda para tratar de parecer más completa y menos un puto desastre. Firmó finalmente el documento percibiendo el hilo que recorrió su mano para luego desvanecerse, se quedó mirando sus dedos con una sensación extraña en el pecho.

Emme

No dijo nada más sobre los dragones porque…sinceramente, le daría algo de miedo volar a esas alturas. Aunque podía entenderlo en cierto modo. Entrelazó las manos sobre la mesa mientras ella seguía leyendo los papeles del divorcio, suspirando cuando le preguntó lo del bautizo de su niño.

- Sí, sí…es dentro de unos días. En el templo de sangre. - llevó la mano a su bolsillo, sacando un pequeño sobre con una invitación en la que ponía el día exacto. Se la había dado Wthyr, pero siendo bastante escueto.

- Creo que aún le faltan detalles por cerrar, ya sabes lo que le gusta controlarlo todo…aunque estos días ha estado algo desaparecido. - y más seco de lo habitual, a decir verdad. Se quedó un tanto intrigado con lo de los dibujos y retazos del futuro, ahora estaba seguro de que iba a cotillearlos antes de tirarlos…o tal vez no los tiraba.

- Entiendo. Siempre te los puedo entregar a ti. Es una lástima tirar arte. - esperó un poco más hasta que por fin puso su firma en el lugar correcto, con el consiguiente efecto de anulación del contrato mágico. Aún así no le había parecido muy convincente con lo del mutuo acuerdo. Ahí había algo más, se lo olía. Utilizó un papel mágico autocopiable para entregarle una copia para el registro de Ouroboros, dándoselo en mano.

- Bueno, pues eso es todo, Catherine. ¿Quieres preguntar alguna cosa más o quieres que le diga algo a él? ¿Tal vez algo sobre el bautizo?

Vio la invitación durante un momento en silencio. No es que Catherine supiera organizar ningún ritual Pendragon pero, de alguna forma, en la coronación, Shyvanna había logrado incluirla. Allí… Ahora solo era una invitada más y por deferencia de Wthyr, estaba segura. Extendió la mano y cogió el sobre sin decir nada.

"Desaparecido…Lo siento, Wthyr"

Ojalá su vínculo fuera suficiente para que sintiera lo que ella estaba sintiendo, que se asemejara más al telepático… porque ahora le daba vergüenza y temor establecer ese vínculo con él -Estoy segura de que Shyvanna o Gwen se encargarán de ayudarle. Tiene una familia que le apoya- Y ella también, a su manera. Tenía a Matvey, a Gio, a Ian, a su padre. Suspiró quedamente tratando de no emitir ningún ruido.

-No- Negó con la cabeza cuando sugirió que podía dárselos a ella -Si te gustan, quedatelos. Pero que no los vea Wthyr- Fue bastante determinada al respecto porque si a ella le hacían daño, quizás a él también. La copia fue rápida y Catherine bajo la mirada a su mano para quitarse la alianza que le había hecho elegir cuando Rodrigo preguntó si había algo más. Sí, lo había. Se acercó a él y le cogió la mano para ponerle el anillo, luego le cerró los dedos -Dile que me gustaría traer a sus hermanos al bautizo si no es molestia. Puede enviarme una carta o dejármelo dicho con Eretria cuando venga a visitar a Zephyr- Es decir, comprendía perfectamente que no quería verla y lo respetaba. Se quedó mirando un momento la mano de Rodrigo y luego alzó la vista hacia él -Y que si tiene ganas de quemar algo hasta que no queden más que cenizas, existe un cuadro, en las ruinas de un antiguo castillo en Escocia que le espera. Lo reconocerá cuando lo vea-

Se alejó un par de pasos y le sonrió brevemente -Espero la merendera y me voy- Dijo y cruzó las manos tras su espalda.

Emme

- Sí, su familia le ayudará, supongo. Tampoco los he visto muy comunicativos estos días. Cada uno tiene sus problemas, al parecer. - y ya no se metió más, no fuese a ser que lo tachasen de cotilla.

- Vale, vale…nada de que los vea Wthyr, no vaya a ser que…- no sabía, pero se ve que podían sentarle mal o darle vergüenza a Catherine. Su posible futuro…ya no lo tendrían. Tomó el anillo de matrimonio que le tendió la joven, lo último que le quedaba de aquella unión que habían realizado frente al Sanguis.


- Bueno, con esto estaría todo. Os quedan solo los nombres en la espalda…esos rituales Pendragon son tan intensos que aunque se separen quedan marcados. Menos mal que nuestras bodas no son así. - no respondió al instante cuando dijo lo de los hermanos de Zephyr, temiendo decirle que tal vez no fuesen muy bien recibidos ahora que ya no era reina de Ávalon. Shyvanna era impredecible, pero esperaba que no hiciese desprecios a unos niños, y menos delante de todos. Esperaba que la rubia tuviese sus límites, aunque después de lo que vio en el templo…no tenía nada claro.

- Eh…se lo diré. Pero tal vez no sea buena idea. - Lo del cuadro le intrigó, pero más lo de quemar cosas. Eso quería decir que Wthyr debía estar enfadado. Qué raros el par de dos.


- Tal vez puedas decírselo tú. ¿Qué es lo peor que puede pasar porque dos personas con un hijo en común hablen? - le guiñó un ojo modo cómplice, y después la invitó a irse con él para darle el prometido almuerzo español para llevar. Al menos no se iría de vacío de allí, con un divorcio bajo el brazo.