Templo de Sangre

A medida que se adentraban en los dominios de los Pendragon, se arrepentía más y más de haber accedido a aquella petición. Estaba obligándose grandemente a verse regia, serena y controlada como debía a los protocolos, mas por dentro sentía el malestar que no había sentido nunca. Entendió pronto que Catherine estaba en sus propios asuntos y decidió callar sus inseguridades para tiempos menos adversos. Le hubiera gustado abrazarse a ella, escoltarla para darle seguridad, pero debía pretender. La morena tenía su propia batalla que luchar para presentarse regia e impotente, para ganarse el respeto de aquella gente.

Siguió a Catherine de cerca en todo momento, sobre todo cuando aquellas mujeres llegaron hasta ella y le indicaron el camino. El enfrentamiento no se hizo esperar, pero aquella mujer era lo suficientemente prudente para no luchar batallas perdidas. Sintió terror cuando quisieron tocar a la morena, y algo más le recorrió la espalda cuando cayó en cuenta de que aquello era sangre. ¿De dragón? ¿De animales? ¿De personas? De haber podido verse más pálida que lo normal, la gente lo habría notado. Así, permaneció de pie, tan cerca como pudo de aquella pequeña... piscina extraña, con las manos palma con palma por debajo de su pecho, observando alrededor y, sobre todo, manteniéndose cerca para ella mientras comenzaban con las runas. Abrumada, vio como la sangre de la morena se hundía y se compenetraba con el resto, como un solo gran cuerpo líquido. Para ese momento, de no haberse controlado en concentrar su propio perfume entorno a ella, habría vaciado el estómago más de tres veces. Y solo hacía una hora habían salido de Ouroboros.

Cuando Shyvanna interrumpió, no tuvo más que mantenerse en su lugar y escuchar la sarta de... insultos que tenía para ella. Fue especialmente tétrico el relato sobre el asesinato, y se preguntó si pasaría algo especialmente malo si terminaba por vomitar en aquella piscina. ¿Los Pendragón se inmolarían repentinamente? Tuvo que levantar el rostro hacia el hermoso techo del lugar para mantener en el cuerpo la calma. En más de una ocasión susurró el nombre de la rubia como brisa del viento, tratando de traerla de nuevo a la cordura, aunque ni los intentos de su propia hermana eran suficientes. Por el momento tenso en el que estaban, se le pasó responder a la inclinación de Gwen.

¿Cómo podía ser posible que cambiara tan rápido de página? Ella misma se tardó un momento en reparar en la rubia y en poder contestarle.- Mencionó algo de que su agenda estaba llena.- Se ahorró el resto del chiste de "hasta el próximo milenio" que le había dicho Vishous durante la fiesta de victoria. ¿Tercera? ¿Tercera esposa? ¿Qué le había pasado a las otras? ¿Cómo podía cambiar de mente de un segundo a otro? Según entendía, alguna muerte relacionada a la maldición había ocurrido, y su corazón se encogió pensando en Aedan. Seguramente estaba comenzando a experimentar las primeras sensaciones de la poción. Necesitaba saber cuanto tardaría Catherine en estar lista. Cuando tendría que soportar Aedan.- Gwen, ¿qué duración tienen los rituales?

Catherine estaba cuan tranquila podía estar. Mirando hacia el techo y siguiendo las indicaciones de las sacerdotisas hasta que Shyvanna arribó. Los ojos de la bruja descendieron para absorber la imagen de la rubia con detalle. Ojos llorosos, nariz roja, llena de insultos. Ella había estado alguna vez así, tras una pérdida -No menciones sus nombres en tu boca sucia- Espetó cuando se atrevió a hablar de sus hermanos. Nunca en la vida habría puesto ese sacrificio en sus hombros, quizás ni siquiera estando vivos. Lo de frígida hizo que frunciera el ceño pero el resto de amenazas…

Pese a que Catherine no hizo nada más que mirarla controlando su gesto neutro, bajo la sangre que cubría hasta el nacimiento de sus pechos su piel de ébano la recubría por si le daba la locura de atacarla. La descripción del asesinato de Ian hizo que ladeara la cabeza hacia ella -Esas son tus amenazas, tras una pérdida reciente. ¿Quieres saber cuántos he perdido yo, Shyvanna?- Inquirió - ¿Quieres saber de lo que yo soy capaz?- La voz resultó un suave murmullo, lleno de una amenaza distinta a vociferar a los cuatro vientos de lo que era capaz -Darren, Lake, Cedric, Gwen… Y tus dragones…- Frunció el ceño pero mantuvo el gesto neutro, aunque sus ojos brillaban suavemente mientras contaba con los dedos -Mantendré a Wthyr conmigo, lo necesito pero…Ah, Shyvanna, tanto que perder aún…- Canturreó -Tienes madera para hacer enemigos- Añadió cuando Gwen apareció llamándole la atención a la rubia. Catherine deslizó su mirada hacia ella y luego hacia la rubia. Le tentó usar sus poderes para hacerla moverse pero aquello habría sido catalogado de agresión y aún no era miembro oficial de la familia.

Mejor esperar…y golpear cuando menos se lo esperaba.
La observó irse con la boca cerrada.

Miró a las sacerdotisas que continuaron trabajando y escuchó aquello sobre Aelle, confirmando sus sospechas -Lamento vuestra pérdida- Mencionó Catherine observando a Gwen con un gesto vacío de expresión y no porque tuviese una ilusión -Desconocía los efectos acelerados de mi hechizo. Mi hijo también está sufriéndolo- Explicó resumidamente, no sabía si Wthyr les había explicado eso y mantuvo el miedo…Ese miedo de creer que la maldición se habría cobrado la vida de Aedan, a raya. No quería pensar demasiado en eso. La pregunta de Sofía fue respondida por Minerva, que informó sería toda la noche y el día siguiente…

Y así fueron, runas, rituales, bebidas, cánticos… Catherine no dejaba de sorprenderse de todo lo que le hacían y cómo la magia fluía en ella con tanto poderío. Se dio cuenta, tarde, que no había traído ninguna pertenencia y tuvo que ponerse todo lo que le dieron las sacerdotisas. Desde la ropa interior hasta el perfume pero al menos esa parte la hizo a solas con Sofía, preparando el vestido, maquillaje y su cabello.  Cuando el sol empezó a caer suspiró, esperando que aún tuviera tiempo para remediarlo y permitiéndose sólo un momento de organización mental antes de salir de allí hacia el Sanguis Ligno, o al menos una antesala cerca, donde esperaría a Matvey.

Mientras más se alejaba de Ouroboros más era consciente de cómo su cuerpo volvía a responder a sus órdenes, asumiendo entonces que el control mental necesitaba alguna especie de cercanía y tenía límite geográfico. Intento hacer una evaluación de la brigada pero no pudo y aunque su nerviosismo no le permitía estarse mucho tiempo quieta sabía que hasta que llegarán a Avalon...no había nada que hacer.

Así que organizó su entrada.

Desde el instante en el que sus pies pisaron tierra gruñó órdenes. La primera de ellas fue anunciar la preparación del templo para cuidar las heridas del Rey, cosa que haría personalmente. Luego ordenó que exigieran el retorno de todos los ejércitos y sus hermanos y vasallos. Ouroboros iba a pagar por lo que hizo. Tras eso dio la información de que, de momento, ella sería la encargada de Avalon. Y la isla de los Descendientes iba a lamentarlo.

Trasladaron a Wthyr, no sin antes detener los sangrados, con premura mientras que Artamir y los especialistas de la Brigada se encargaban de Alud, ella lo haría con su hermano que… estaba mal. Estaba muy mal. Al verlo postrado en aquella cama con aquel color cenizo se esperó lo peor y entonces recordó las palabras…

"Wthyr está de año sabático, cariño"

-Buscad… algo para retener a un demonio. Buscad a los de Hipatia. Algo deben tener… y leche de amapola- Dijo a las sacerdotisas que allí estaban para ayudarla.  Podía curarlo pero eso no implicaba que debía despertar directamente. Tras eso empezó a dibujarse runas más intrincadas que antes porque sabía que las heridas eran brutales y poco a poco se concentró en absorber las heridas, percibiendo cómo la sangre en su abdomen empezaba a chorrear hacia sus piernas antes de detener el sangrado y empezar a curarse.

No tardaron mucho en ponerle la leche de amapola- y cuando los de Hipatia llegaron, Shyvanna los miro con intensidad -La última vez que lo vi, estaba poseído- Aquello los hizo palidecer pero pronto se pusieron en acción al rodearlo de cristales que, aseguraban, lo mantendrían en una cárcel.


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'Curación' :

Wthyr no recuperó la consciencia durante el vuelo en dragón desde Ouroboros a Ávalon, llegando al hogar más cerca de la muerte que de la vida. Poco a poco comenzó a escuchar ecos lejanos, mezclados con horribles chillidos que parecían sacados del mismo infierno. Una risa demoníaca le taladró el cerebro. Su cuerpo comenzó a atenazarse de dolor y desesperación en cuanto comenzó a ser consciente de él, desde el momento en que Shyvanna inició su canalización de magia. Hubiese querido despertar, pero no pudo.

Por suerte la leche de amapola que le pusieron hizo su efecto, permitiéndole permanecer dormido, sin soñar y sin sentir durante al menos las siguientes dos  o tres horas. A partir de entonces comenzó a respirar de manera más irregular, apretando levemente los ojos al notar que los dolores volvían. Su mente seguía aún embotada, pero las imágenes del desastre empezaban a acecharle y a atormentarle de nuevo.

Tauren, cayendo y siendo profanado. Él mismo, atacando a sus hermanas e hiriéndolas. Ellos, los Pendragon que se creían invencibles, perdiendo de manera humillante. No había podido hacer nada, había sido un mero espectador y esbirro del nigromante. Los había puesto a todos en peligro.  Sus ojos estaban empañados cuando logró abrirlos, una silenciosa lágrima rodó discretamente  por su mejilla. Logró enfocar el techo del templo de sangre, asumiendo con eso que estaba vivo. Apenas podía moverse, pero logró girar la cabeza hacia un lado para ver allí a Shyvanna a su lado. Había estado curándole, como siempre hacia. Eso le hizo sentir peor, no se merecían eso.  - Lo siento...os he arrastrado...- necesitaba saber qué había pasado, pues sólo veía allí a la melliza y no sabía qué suerte habían corrido Gwen, Cedric, Goth... - Dime que están bien.

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PS: 5 - 20SB= -15 + 80 curación= 65

Cuando paró con la primera sanación, Shyvanna se tomó un momento para respirar y luego chequeó a su hermano. Tenía un pulso estable así que aquello la dejó más tranquila. Pidió a las sacerdotisas que empezara a quitarle la armadura poco a poco y con cuidado. Tras eso retiró la parte de los brazos para tener más espacio con las runas y siguió absorbiendo sus heridas hasta donde su propio cuerpo pudo.

Tras eso se sentó y se quitó las botas y el peto, la casaca y capucha quedando con la sucia ropa que tenía debajo de la armadura y suspiró. Tenía la cabeza aún un poco ligera, la sensación de hacer algo en contra de su voluntad era horroroso y se preguntaba si Catherine era igual de horrible que esa morena que la había controlado.

"Haré 20 tumbas. Una para cada Descendiente y una para mí, no es algo que me afecte, perra. Esa es la diferencia entre tú y yo. Le teméis demasiado a la muerte y no peleais hasta el final. Os falta convicción. El fin siempre justifica los medios"

Mientras las sacerdotisas se retiraban para limpiar las armaduras Cedric entró y tuvieron una corta conversación en la que se reorganizaban las tareas mientras Wthyr estuviera inconsciente. Había muchos soldados que curar así que Shyvanna envío con él a la mayoría de las sacerdotisas.  Sin embargo, le dio una noticia que no le gusto: todos los dragones vivos habían llegado pero ninguno llevaba a Gwen. Shyvanna sintió que se le retorcía algo dentro del estómago. Había dado las órdenes de recoger a los jinetes, incluso controlada había logrado elegir las palabras correctas. Y si Gwen hubiese estado muerta… la habrían traído a casa. Así que la tenían de rehén. Cedric tuvo que controlarla en su ataque de ira y devastación, tardó mucho más de lo que lo haría Darren pero sus hermanos tenían bastante experiencia en controlar sus arranques de ira.

-Lake. Cuando llegue Lake y Freyja- Le señaló con un poco más de calma -Van a desatar el infierno en esa isla. La quiero envuelta en cenizas. Quiero destruido el consejo. ¡CUESTE LO QUE CUESTE!- Le había gritado a su hermano pese a estar más calmada -Busca a los Cheschire. Si lograron envenenar a Catherine pueden envenenar al Consejo- Entonces cayó en cuenta de algo -¿Donde esta Catherine? Nosotros también tenemos una rehén- Porque en ese momento, y pocas veces en la vida, consideraba a Catherine algo más que una intrusa -Buscala y vigila a Alud- Porque si se enteraba de la situación de Gwen todo iba a complicarse con su recuperación.

Cuando volvió a quedarse sola pidió un recipiente con agua y toallas limpias, tras eso pidió que la dejarán sola con Wthyr y controlo su rabia e ímpetu mientras le quitaba la ropa sucia y empezaba a asearlo con la toalla. Estaba lleno de sangre por todos lados, porque había recibido una gran paliza - Espero que el demonio sepa dónde se ha metido … como si tengo que desangrarte un poco en el árbol y que se encargue el Sanguis de estrangularlo- Musitó Shyvanna en silencio para luego dejar a su mente saltar de pensamiento en pensamiento.

No supo cuánto tiempo paso entre limpiar y vestir a Wthyr con una túnica limpia y seguir curandolo pero llegó un momento en el que se dejó caer en una silla al lado de él mientras miraba el templo recordando las historias y… sonrió de lado. Templos… dragones. Fuego y sangre. Tenía que salvar a Gwen y despertar a los dragones y entonces Ouroboros se doblegaría a los deseos de los Pendragon justo antes de matarlos a todos. La sonrisa resultaba maquiavélica hasta que se dio cuenta de que Wthyr estaba moviéndose. Se acomodó en la silla y se giró hacia él observando la lágrima que había dejado un rastro húmedo y… la hizo sentir desamparada porque nunca, pese a todo lo que habían vivido juntos, había visto a Wthyr llorar.

Iba a matarlos a todos.

Shyvanna sonrió un poco y le limpió el rostro - Podrías ir al infierno mismo y todos nosotros te seguiríamos por decisión propia- Todos habían recibido la misma educación, todos habían aprendido cuál era su objetivo y su el hecho de que Cedric acudiera a la batalla no era suficiente ejemplo entonces no sabía bien que más podía decirle a su hermano. El rostro de Shyvanna cambió un poco ante lo que preguntó -Cedric, Goth y yo estamos bien. Artamir y Dhávar están heridos y siendo atendidos. Alud está… en peores condiciones y…- Bajó la mirada un instante antes de alargar la mano hacia el pecho de Wthyr -Gwen está en Ouroboros, sospecho como rehén. Pero voy a solucionarlo- Mencionó asintiendo con seguridad -He convocado a nuestros ejércitos y hermanos. Freyja con su invisibilidad podría pasar y Lake tiene sus… virtudes. Además…- Sabía que aquello quizás no iba a caerle del todo bien -Nosotros también tenemos una rehén. ¿Dónde está Catherine, Wthyr? Te prometo que no le haré daño, sé lo que me juego pero… no deja de ser una opción-

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'Curación' :

El infierno...aquella palabra provocó un angustioso desasosiego en Wthyr, haciéndole revivir la sensación de estar controlado por aquel demonio que lo usó a voluntad. No sabía si realmente se había librado de él ni cómo había sido, pero aún tenía el temor de que reapareciese de algún modo. De ningún modo había logrado resistirse, y aún así había acabado exhausto por la posesión y todo lo demás. La horrible imagen de atacar a su propia sangre, a su familia, permanecería con él durante bastante tiempo.

- ¿Por qué no me culpas? yo inicié esto, por mi orgullo, por no ceder...- tuvo que hacer una pausa, cada palabra y cada respiración le costaban y se le hacían dolorosas. Se llevó una mano a la zona de las costillas, haciendo una mueca de molestia por las fracturas. Cerró los ojos y descanso un momento, escuchando las buenas noticias. Al menos Shyvanna y Cedric estaban bien, al igual que Goth. Lo de los dragones dejaba en él una sensación de pérdida irreparable, sentía que les había fallado también. Volvió a abrir los ojos para mirarla cuando notó su silencio y la mano que puso sobre su pecho, teniendo un mal presentimiento al respecto.

Aquello fue como otro golpe le sacudiese de manera brutal, dejando una fuerte sensación de opresión en su pecho. Gwen, capturada. Su hermana pequeña como rehén de Ouroboros. - No...Gwen ni siquiera...- Hasta eso habían llegado, habían cruzado esa línea. Ya ni siquiera escuchó el resto de cosas que dijo sobre Lake o Freyja, el chispazo de odio le invadió la mente como una centella. - Los voy a matar. Juro que les voy a hacer pagar por  todo. - quiso incorporarse para levantarse rápidamente, pero el cuerpo no le acompañaba ni respondía a la ira que lo había reavivado. Tuvo que dejar caer de nuevo la cabeza sobre la cama, tras ver blanco y destellos durante un momento. Dejó escapar un ronco grito de impotencia y rabia que resonó en todo el silencioso templo, devolviéndole el eco.

No entendió por dónde iba Shyvanna con lo de la rehén hasta que mencionó a Catherine, entrando en conflicto al instante con aquello. Sí, casi parecía una rehén por el modo en que Wthyr la había obligado a quedarse en Ávalon, pero había sido por su seguridad, porque no quería que le pasase nada yendo a esa misión suicida en Italia.  - Está aquí, la...secuestré. -  desmayarla había sido un secuestro en toda regla, desde luego.  - Ella no está bien, no irá a ningún sitio. No podemos arriesgarla.  

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PS 65+75: 140PS.

La pregunta de Wthyr hizo que  frunciera el ceño con suavidad pero entonces, poco despu{es, entendió que las lágrimas venían porque estaba seguro de que era el culpable de todo. La rubia se inclino y apoyó su frente en la de él con los ojos cerrados y se quedó en silencio durante un rato -No… Porque tú no tienes la culpa de esto, eres la persona a la que le ha tocado liderarnos- Susurró pensando en algo que estaba claro que pasaría -Si Darren fuese nuestro Rey habríamos acabado igual, si yo hubiese sido la primogénita también. Nos han criado siempre dirigidos a este camino Wthyr, hiciste lo que tenias que hacer y nosotros te seguimos porque es lo que estamos educados para hacer- Subió una mano hacia su cabello y se lo acarició tratando de tranquilizarlo -¿Crees que habría sido diferente si hubiese ocurrido en la época de papá?- Preguntó ladeando la cabeza mientras se incorporaba -Yo no- le dijo con profunda sinceridad.

Sin embargo, la noticia de Gwen hizo que su actitud cambiara y Shyvanna sabía bien porqué. Era la menor, una chiquilla. Shyvanna le llevaba casi 10 años y Wthyr unos pocos más.  Y no era una guerrera, a diferencia de la rubia y la pelirroja…Ella no tenía nada que hacer en una batalla y por eso recordar sus gritos la partían pro dentro -Lo sé, me he hecho la misma promesa- Le dijo pero presionó un poco su pecho para que parara pensando en lo que Cedric había dicho -No estás en condiciones, no puedes ir a rescatarla para acabar muerto- Le advirtió y entonces apartó la mano para dibujarse un par de runas más que le permitieran quitarle un poco más de molestias y dolor, pero igualmente tendría que reposar -Darren, Lake y nuestros vasallos están volviendo. Tenemos que analizar cómo proceder y lo sabes….Hasta yo lo sé,  y lo sé porque Cedric me lo dijo…Yo misma habría vuelto a recuperarla pero…-

Notó cómo su rostro cambió al mencionar a Catherine y se concentró en no hacer una mueca. Sabía que tenía…¿sentimientos?...por ella pero no dejaba de ser una carta a jugar. Aún así se sorprendió de que le dijera que la secuestró -¿Qué? ¿Por qué? ¿Se quería…pero … ¿ella no estaba fuera de Ávalon?- Indiferentemente de eso, la tenía en su territorio así que podía usarla aunque lo que dijo después hizo que se levantara con cierta rabia en cima -¿Cómo que no está bien? ¿Ahora que le pasa? ¡Es una quejica endeble!- Dijo frustrada -Sé lo que me juego, no iba a lastimarla y…- Apretó las muelas con fuerza porque ellos también sabían que no podía lastimar a Catherine porque los condenaba a todos, así que su amenaza sería en vano. Gruñó de frustración -Ella puede ir a buscar a Gwen y traerla a casa, puede usar sus poderes y traerla. Es Reina de Ávalon y tiene que proteger a sus súbditos. Tenemos que hablar con ella, tiene que saber lo que ha ocurrido-


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'Curación' :

La comprensión demostrada por su hermana no era suficiente para acallar la voz de su conciencia, pero agradeció que intentase confortarlo diciendo que había dado igual si ella o sus hermanos hubiesen estado al mando. Eso no quitaba que hubiese actuado de modo impulsivo, siendo arrogante y creyéndose muy superior a los Descendientes. No supo qué decir a si habría sido diferente con su padre, pero deseó que estuviese vivo en ese momento. Luego se dio cuenta de que tal vez se sentiría decepcionado, y prefirió no pensarlo demasiado. Era injusto que hubiesen tenido que sacrificarse al Sanguis, todavía le costaba aceptarlo.

La noticia sobre Gwen fue la gota que colmó el vaso, provocando aquel arranque de ira en Wthyr. Contrastaba con la aparente calma de Shyvanna, pero él sabía que compartían la misma furia, y que debía estar ardiendo dentro de ella de modo lento para explotar en cualquier momento.  - Necesitamos mantener la cabeza fría para no cometer los mismos errores. Esta vez no puede haber fallos en el plan.  - murmuró, más para él que para ella. Tenía que pensar hasta el último detalle para lograr su objetivo, por mucho que lo único que quisiese en ese momento fuese lanzarse a la desesperada. La realidad mandaba, y había estado muy cerca de la muerte como para ser capaz de salir corriendo al instante. Llevó la mano al antebrazo de Shyvanna para impedirle que siguiese haciendo lo de las runas, debía estar exhausta porque no era la primera curación que le hacía.  

- Para. Terminaré de recuperarme por mis propios medios, con pociones. No te debilites más. Centremos nuestras fuerzas en lo que vamos a hacer. - apartó la mano lentamente del brazo de su hermana, dejándola caer a un lado de su cuerpo. La mención de Darren hizo que recordase lo que el demonio le había mostrado, pero no quiso dedicarle atención, no en ese momento. Por eso le vino bien que le distrajese preguntándole sobre Catherine, por muy espinoso que resultase también ese asunto.  

- Claro que estaba fuera, pero vino a decirme que se iba a Italia a rescatar a Giordano, que iba sola o que la acompañase. Le dije que no, que en su estado no era buena idea ir a rescatar a nadie. - se tomó un breve descanso al contarlo, carraspeando un poco. Le ardía la garganta y no sabía si eso también era culpa del demonio.  - Por eso la desmayé y la traje aquí. No se lo tomó nada bien. Está como apática y deprimida desde que se fue a la cabaña, pero ahora más. - reconoció con voz más apagada, inspirando todo lo profundo que le permitían las costillas rotas. Shyvanna tenía razón, tal vez ella era la única oportunidad de que liberasen a su hermana sin hacerle daño. No se arriesgarían a una batalla abierta si Catherine estaba allí.   - Llévame con ella, aparécenos en los aposentos. - extendió la mano hacia su hermana al tomar la decisión, incorporándose un poco en la cama. No tenía muchas esperanzas, pero Catherine podía ser su última oportunidad.

Suspiró quedamente al escuchar aquello de tener la cabeza fría -Te oyes como Cedric- Murmuró poniendo los ojos en blanco, aunque aún así estaba plenamente consciente de que debían tener un mejor plan para ir. Quizás de joven no le enseñaban tanto de estrategia militar como a sus hermanos pero cuando su talento con los dragones empezó a relucir fue necesario que recibiera cierta formación sobre escenarios de guerra, a fin de cuentas, participaría en ellos.

Al ver su mano, alzó la mirada escuchando aquello de que debía parar de curarlo y la verdad a la rubia no le sentó para nada bien pero .. ¿Que podía decirle? ¿Que estaba aún a tope? -Cuando duerma, no sé cuándo me voy a despertar- Le avisó porque era consciente de que lo mejor era que tuviera un preaviso, había gastado mucha de su energía curando a él pero también a la asiática estúpida.

Acomodó los tobillos mientras descansaba los hombros, daría lo que fuera en ese momento por tener allí a Gwen asegurándoles que todo iba a salir bien, que el Sanguis los protegería. Alzó la mirada hacia Wthyr cuando explicó lo de Catherine -Es una inconsciente- Insulto, porque era gratis aunque lo de Giordano casi le dejo más tranquila porque a fin de cuentas eso quería decir que el solito se metía en problemas y no todo era cosa suya.

-Mmm… más de lo común?- preguntó porque lo cierto es que desde que la había conocido se veía de esa forma excepto contadas ocasiones en las que la había visto más relajada. La petición hizo que lo mirará con seriedad -Te vas a quedar en cama sea como sea. De última le pedimos a Cedric que vaya con ella, a él no lo han visto tanto en la isla- Dijo Shyvanna antes de cogerlo del brazo y desaparecerse.

Nunca se había dado el tiempo de sanar tanto como lo ha estado haciendo ultimamente...

Y bueno, aparentemente es algo que salta a la vista, porque Shyvanna lo ha llamado al templo de sangre por lo manco qué es a la hora de sanar, y no es que la contradiga, no practicaba mucho desde la adolescencia...

También cabe decir que ahora mismo va diferente, con una túnica blanca con detalles rojos qué simbolizan a los pendragon, pero también algo más apropiado para un sanador, y que curiosamente le da un aspecto extraño al ser su piel blanca como el papel y su pelo grisáceo.

Mientras avanza por el recinto piensa en todo lo que ha estado ocurriendo hasta ahora, finalmente teniendo la ocasión de reflexionar qué los pendragon están mucho más expuestos de lo que cabría esperar, bastaría con una traición cualquiera para que algo así pase otra vez.

También no pudo evitar reflexionar sobre el hecho de que actuó por impulso por primera vez en mucho tiempo, podría intentar engañarse y decirse a sí mismo que fue la mejor opción ya que todo acabó bien y que solo pensó rápido, pero él sabe que eso no es cierto, no lo pensó y no es el tipo de hombre que se engaña a sí mismo.

Por lo tanto, ahora mismo se encuentra en una encrucijada, preguntándose de donde vienen estos extraños sentimientos qué le son tan ajenos, y si debería considerarlos una amenaza, porque ahora las cosas salieron bien pero esto no sería siempre así.

Buenas tardes.

Saludó una vez llegado al sitio acordado, finalizando con una reverencia y mostrando un gesto centrado, esperando además los gritos, porque seamos honestos, es Shyvanna, y seguro no la encontrará en su mejor estado, así que solo puede mantenerse de pie y escuchar lo que tenga que decirle.

Después del fracaso en Ouroboros había curado cuanto fue posible a Wthyr y varios de los heridos pero eso siempre le pasaba factura y acabó durmiendo todo el día, pasando de largo tanto el rescate de Gwen como el ataque de los vikingos. Al día siguiente se despertó mucho más recompuesta para encontrarse con Wthyr delegandole todas las funciones, convirtiéndola en la majestuosa Reina de Ávalon por un día. Eso estaba perfecto…

Lo que no le gustó fue la razón: Irse a Roma a rescatar a Gio porque Catherine se lo pedía.

La verdad es que su cuñada era una cajita de sorpresas que tenía poca estabilidad mental, lo que le recordaba bastante a sí misma pero eso no era algo que iba a comentar en voz alta. Lo mejor era ir con cuidadito porque… No sabía de que iba esa mierda negra que soltaba.

También le sorprendió oír que Asiaín había curado a Wthyr y que, ENCIMA, le había hecho pupa. Menudo manco. Si es que si ella no hacía las cosas, todos los demás eran unos inútiles así pues…Pese a ser la increíble y más preciosa reina que Ávalon hubiese tenido nunca, iba a sacar unas horas de su complicada y apretada agenda, para enseñarle a su primo a no hacer sufrir a los enfermos.

Aún quedaban varios heridos de la batalla en Ouroboros y también del encuentro con los vikingos, así que tenían material para experimentar. Lo mandó a llamar cuando ya estaba en el Templo de Sangre, ella mirando más o menos cuales sujetos serían fáciles de curar sin sacrificar aquello de quedarse despierta -Asiaín… Mira de verdad, con lo divina que estoy de reina y venir  a enseñarte la cosa más básica de la curación…No le hagas pupa a los enfermos- Puso los ojos en blanco y entonces se giró a mirarlo, haciendo un gesto de asco con la cara -Pareces un fantasma…Tipo que los heridos te ven y van a pensar que se están muriendo de verdad- Porque filtro, la Pendragon, no tenía ninguno. Y menos siendo Reina por un día.

Finalmente señaló a un área detrás de él donde, de momento, no había ninguno mutilado y se encaminó hacia allí -Quiero ver tu método- Dijo señalando a Arthur que tenía una herida en el abdomen bastante fea -No te vas a morir, es sólo Asiaín que se cree un espíritu- Le dijo al herido y luego le sonrió -Pero puedes verme a mí que soy preciosa- Dijo guiñándole un ojo al hombre de la casa de Hipatía -Seguro que te sirvo de inspiración-

Conforme iba, se dedicó a mirar a los heridos, que obviamente iban a ser bastantes, puede que la insurrección haya sido pequeña dentro de lo que cabe, pero entre eso y lo que pasó en Ouroboros, fueron dos golpes seguidos, es evidente qué no iban a estar demasiado bien.

En fin, luego de eso vió a Shivanna, y la escuchó qué fue la parte más divertida.

Y yo le agradezco infinitamente su tiempo.~

Enunció con toda la propiedad pertinente y unos suaves gestos de sus manos enguantadas, mientra sque seguía escuchando...

Lo lamento, buscaré algo más apropiado la próxima vez...

Y luchaba internamente por no reír a carcajadas, ¿Un fantasma, de verdad? ¿Qué acaso tiene seis años? Se le hizo bastante difícil no reírse de todo esto, puesto que hasta le hace sentir que si quería ofenderlo, podría haberlo hecho mejor.

Pero por suerte mantiene la compostura y empieza con este proceso, agradeciendo qué al menos de momento no le ha dado por ponerse a gritar, aunque por lo que ha dicho, cuando lo vea sanar es posible que la calma se acabe, pero ¿Qué se le va a hacer?

Se aproximó tranquilamente al herido.

Entendido.

Bueno, mientras que Shivanna parece estar tirándole un poco los tejos al herido, distrayendolo de forma bastante efectiva, Asiaín decide extraer su vial de sangre de su manga, y abrirlo momentáneamente, para verter una porción del contenido en la herida, esparciendose la sangre negra.

Esta no se demoró demasiado en actuar, pues Asiaín empezó a recitar encantamientos para que los hilos sangrientos de formarán y con movimientos suaves y elegantes de sus dedos estos empezaron a tomar acción.

Se unieron a la sangre, fungiendo como funestas suturas, haciendo que el tejido antes abierto por la herida comience a cerrarse lentamente movido por los hilos, de tal forma que todo el proceso sea fácilmente visible, y una vez la herida se ve cerrada los hilos empiezan a fundirse en el tejido y a regenerarlo para que este se quede unido, todo de una forma sencilla pero efectiva, Asiaín no se imprime demasiado en la tarea a sabiendas de que seguramente tenga que curar mucho por la práctica.

Sanación:

El miembro 'Asiaín Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :

-Deberías, sí- Le soltó de la forma más irreverente posible pero como tenía el tiempo contado empezó a poner todo en práctica.

Al observar cómo Asiaín sacaba un vial de algo negro asumió que se trataba de su sangre, para nadie de los Pendragon era un secreto que su primo era un rarito con todas las letras. Todos hablaban de una maldición y, la verdad, es que parecía un espectro que necesitaba un par de meses en alguna playa del Caribe pero aún así…

Se sentó en la cama al lado del paciente que empezó a gruñir un poco, Shyvanna extendió la mano hacia él para tomársela y apretársela, haciendole saber que estaba allí mientras estudiaba lo que hacía. Parecía una forma “mágica” y “mejorada” de lo que había estudiado en algunos libros sobre lo primitivo de la medicina muggle. Entrecerró con suavidad los ojos -Normal que les duela- Asintió suavemente -Pero es efectivo- Indicó.

-Tu sangre reconoce la herida y la recompone. Mi magia funciona distinto, yo absorbo la herida y mi cuerpo la regenera- Lo de Asiaín era más exterior -Pero hasta hace un par de meses era incapaz de hacerlo sin dolor, tuve que estudiar y experimentar con un par de runas de sangre nuevas. Te mostraré…-

Se incorporó después de que el paciente le diera las gracias, Shyvanna ordenó que le dieran alguna poción para apaciguar el dolor y que descansara. Entonces se fue a otro paciente que tenía múltiples heridas cortantes en el brazo y el pecho, que Shyvanna sólo podía reconocer como una batalla con alguien que peleaba con hachas cortas o dagas -Hola Frank- Era un guardia de los Pendragon que sin duda se las había visto con los nórdicos -Vengo a convertirme en tu ángel- Le guiñó el ojo mientras se sacaba una daga que llevaba atada al muslo, se la mostró a Asiaín antes de cortarse el índice con un corte algo profundo para que su sangre roja brotara. Tras eso se dibujó las runas en los antebrazos, previamente descubiertos, y acercó las manos a las heridas. Momentos después, mientras el cuerpo del paciente se curaba, Shyvanna iba presentando todos y cada uno de los cortes pero su rostro seguía inmaculado y precioso, como tallado por los dioses.

De verdad le está costando mantenerse imperturbable por la risa qué se acumula en sus pulmones, porque no es solo lo que dice, es como lo dice, pero él sabe de sobras qué no trata de hacerlo reír, por lo cual se abstiene de ello.

En todo caso, tenía que centrarse en lo que hacía, mientras observaba el dolor de su paciente, cosa que ya era normal para él, sabía que dolía, pero hasta ahora nunca consiguió evitar que fuera doloroso, por mucho que solía tener interés en evitar el dolor... Un interés qué ya había desaparecido en realidad, y se había visto reemplazado por la eficacia, pero eso no lo diría.

Y bueno, eso fue justo lo que recibió por contestación, cosa que para él era suficiente, sí somos honestos, que le dijeran qué era efectivo, pero se guardó su orgullo para sí mismo y asintió.

Ciertamente, es como siempre he manejado mi magia... Primero reconocer la herida y luego haciendo los movimientos qué la recompondran.

Cabía decirlo, su magia, si bien sana, no sabe si considerarla magia de sanación al uso, queriendo decir esto qué no es en lo que alguien pensaría cuando escucha "magia de sanación".

Puesto que, lo que hace es cosa suya en igual medida de lo que es cosa de la magia, cuando sus hilos trabajan, él también trabaja, y la carne se deja trabajar, mientras que la magia de sanación... Suele tener esta aura casi milagrosa de solo sanar, de acabar con el dolor, mientras la suya con frecuencia duele tanto como hacerse la propia herida.

Pero por otra parte, la forma de curar de Shyvanna siempre le pareció muy... ¿Extrema?, no es ninguna exageración decir que se hiere a sí misma voluntariamente mientras la hace.

En todo caso, se puso a escuchar con atención mientras comentaba qué hasta hace dos meses no podía hacerlo sin dolor, eso sí le sorprendió, porque... Ya no era solo herirse voluntariamente, si no además sufrir por esas heridas voluntariamente, cosa que a él le resultaba incomprensible... Es decir, si él pudiera elegir no sufrir, lo eligiría, así que otra cosa se le hace demasiado rara.

Pero fuera de eso, también observó como Shivanna parecía tirarle los tejos a un segundo guardia, que parecía haber tenido un mal encuentro con los vikingos, definitivamente, y ahí fue cuando se puso a observar de manera analítica.

Primero el proceso de escritura de las runas, siempre le han gustado las runas mágicas, aunque de momento no llega a mucho más que una afición propia de alguien que disfruta estudiando magia, luego de eso, ve la transferencia de heridas... Y comprueba qué lo que dice es cierto.

A Asiaín se le da bien leer expresiones y Shivanna no parece dolorida a ningún nivel a pesar de las heridas ahora visibles en su brazo y en la parte de su pecho qué suele estar descubierta, por eso sé da cuenta de que lo que ha dicho es cierto sin dudas.

Asiaín espera a que termine y luego asiente.

Ya veo... Ningún dolor...

Un concepto qué casi se le hace alienigena, pues si bien este varía en intensidad, su calvario es constante, pero que empieza a entender ahora mismo, mientras observa a la gente a su alrededor evaluando a quien podría curar con el menor dolor posible para ver si consigue practicar como hacerlo mejor.

Tras hacer la cura, ShYvanna cogió de las mejillas al guardia haciendo de sus labios un puchero mientras le movía la cabeza de un lado a otro -A que te sientes mucho mejor…- Lo hizo asentir de forma obligada y luego soltó una melodiosa risa, antes de guiñarle un ojo e incorporarse con gracia y elegancia -Quédate medio día más descansando y luego libera la camilla ¿De acuerdo? Y cuidado cuando vayas a retomar los entrenamientos.

Se volvió a Asiaín que se había quedado mirando alrededor y alzó una mano como preguntandole qué estaba pensando, mientras la otra la apoyaba en su cadera -¿Quieres que te empuje o elija yo?- Quizás es que la línea principal de los Pendragon tenía mucha más voluntad, determinación o … ¿ganas? de hacer las cosas.

-¿Le tienes miedo al dolor?- Preguntó con curiosidad concentrándose en terminar de cerrar las heridas y mirando su índice tan bello como siempre, con su manicura cuidada y perfecta…Como debía ser la de una reina, aunque Catherine ignorara tales beneficios de una imagen perfecta. Aún no podía superar sus botas ni las puntas de su cabello.

Literalmente tomó a Asiain de los hombros con un gesto exasperado y se movió a la siguiente camilla donde estaba un guardia también, pero de este no conocía el nombre -Hola, ¿Cuál es tu nombre?- Preguntó mientras despachaba a quien le estaba atendiendo y veía el feo corte del muslo. Torció un poco el gesto, casi había llegado al hueso -Prueba a ver… En vez de colocar la sangre directamente, prueba a dibujar las runas alrededor de la herida antes de que actúes-

PD: Tira dado D20

Decidió mirar en otra dirección un segundo con tal de no ver las gracias qué hace Shyvanna, que a este ritmo estallará en carcajadas en poco tiempo si no lo hace, al menos con todo eso puede decir que le cae bastante bien, aunque no precisamente por su perfecta imagen.

Aunque luego de eso le llegó la pregunta, que por suerte hizo bien su trabajo de volver a ponerlo serio, así que él primeramente dijo.

Oh no será nece--.

Sin embargo, lo siguiente, eso sí que fue lo máximo, necesitó toda su fuerza de voluntad para no mostrar una sonrisa irónica...

Preguntarle a él si le tenia miedo al dolor, es casi como preguntarle si le tiene miedo a respirar, su existencia se basa en buena medida en dolor puro, pero claro tampoco puede culparla, eso no es algo que él permita qué se sepa.

No realmen--- ¡Oh!

Entonces fue directamente tomado por los hombros y llevado ante un guardia qué tenía una herida especialmente fea, que seguro dolería mucho si decidía curarla de forma convencional, y no quedaría del todo perfecta ni con esas por la gravedad qué demuestra...

Luego cuando escuchó lo siguiente que le indicó, Asiaín asintió conciensudamente había observado esas runas, así que tenía que tener la posibilidad de hacer alguna cosa, por lo tanto iba a tratar.

Entendido.

Y entonces volvió a destapar el vial qué contenía su oscura sangre, que curiosamente tenía bastante pinta de que le iba a escribir con tinta, y luego...

Escribe las runas alrededor de la herida, como las escribiría alguien que las escribe por primera vez en su vida, que para ser justos, es justo lo que está haciendo, sin embargo, a pesar de esto, de buenas a primeras consigue algo, las runas zumban ligeramente cuando empieza a murmurar sus encantamientos, y a mover los dedos, lo cual hace que la sanación de una herida de semejante categoría, sea menos dolorosa de lo que podría haber sido, pasando de lo que podría fácilmente haber sido una agonía a algo que cae en el rango de lo soportable, mientras los hilos negros se encargan de resurcir la carne como si de tela se tratase...

Bueno, no ha sido ninguna maravilla pero es un progreso, o al menos así lo considera Asiaín cuando se percata del resultado.