Taller de desarrollo tecnológico

No pierdo el tiempo, saliendo del comedor en seguida y llegando al taller de la base, mi permanente hogar. En el trayecto les cuento a ambos la situación, aunque R-D6N33L ya conoce la mayor parte, pero no lo que me ha encargado el Ministro, a mí, personalmente. Bueno... móvilmente (?). Me pongo a rebuscar entre este glorioso caos, compuesto por piezas sueltas, herramientas, aparatos extraños, cables y grasa. Meto en una bolsa lo que creo que puedo necesitar, que no es mucho. Es extraño que me asignen tal tarea, pero supongo que no voy solo a mirar como el resto de soldados cargan a sus compañeros muertos, sino a recuperar los restos de los Centinelas destruidos que puedan servir aún, adelantando el trabajo de reconstrucción. Miro a ambos androides, mi cabeza trabajando en diferentes opciones. ¿Debo llevarlos conmigo? ¿Dejarlos aquí? Aún tengo que encargarme de SD66, que acaba de "despertar" recientemente y se encuentra algo perdido, debo evaluar su evolución en los distintos lugares y las diferentes situaciones. Me encojo de hombros y sigo a lo mío, supongo que tendré que llevarlos a ambos, así el androide podrá ver lo que ocurre por culpa de los seres mágicos, y R-D6N33L dejará de darme un rato la vara por querer salir y hacer algo de provecho.

-Malditos magos...

Sí, no me caen bien, me han destrozado mis Centinelas queridos.

Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. O eso dicen. Supongo que ahora me tocaba ser la montaña- Habia dejado mi coche aparcado en el interior del recinto militar tras pasar miles de controles de seguridad.
Alli se olia el caos.

Y como no? Se habian quedado sin capitanes. Como mucho quedaba algun triste cabo. Asi que andé a paso rapido hacia los talleres de desarrollo, con muchas cosas en mente. Iba a necesitar a una de las mentes mas brillantes de la Alianza. Y no solo para el Programa Centinela, si no tambien para uno de mi propia cosecha, el de los Ejecutores....

Caminé a paso rapido por los pasillos, mi telefono llevaba un rato extrañamente silencioso.

Y los noticiarios? Alguien tendria que poner las cosas en marcha. Le deberia corresponder a Ruth encargarse de ello. Pero la mujer no me cogia el telefono, que llevaba, toda la semana en el spá?

Bufé pero coloqué la sonrisa mas implecable y carismatica que tenia cuando divisé a Toph. Llegué hasta ella, extendiendo una mano para estrecharsela a modo de presentacion.

-Buenas tardes, soldado Abagnale. Soy Andreas. He decidido desplazarme hasta aqui, en vista de que seria mas rapido y usted va a tener un monton de trabajo en estos dias que vienen. Por donde empezamos?

Miré a los androides que la acompañaban. Para uno de ellos recordé que nos habian pedido un monton de datos sobre los drows....y se los habiamos dado. Aunque ahora me disgustaba haberlo hecho, tener que verle de nuevo el careto aunque fuese en fase metalica o de polimeros o vete a saber como lo habian hecho, despues de toda la lata que nos habia dado en la batalla ultima y en sus fugas....

-Hum, muy logrado, si señor.

Alcé mis cejas pero no especifiqué nada mas, volviendo mis atenciones a Toph.

-Podriamos tratar esto en privado?

Estoy en eso de recoger cuando escucho unos pasos detrás mía, alguien que se acerca. Cuando me giro encuentro la cara del Ministro Andreas, sonriendo. "Mejor que no sonría... parece un psicópata". Lógicamente me guardo los pensamientos y pasado mi primera impresión y sorpresa por encontrarlo aquí en mi taller estrecho su mano escuchando sus palabras.

-Eh...

El hombre se queda mirando a SD66 y por un momento me da la impresión de que va a decir alguna cosa de políticos y echar por tierra todo el trabajo de esconderle su naturaleza real al androide, pero por suerte solo dice algunas palabras que pueden sonar extrañas. Es por la recuperación-articulo con los labios sin hacer sonido, para que solo los dos robots me vean y entiendan.

-Por supuesto, Ministro.

Lo guío un poco más lejos, a otra dependencia en el taller con distintos cacharros mecánicos, a la vista de los androides (para tenerlos controlados) pero suficientemente lejos como para que no puedan oir nuestras voces con sus orejas mejoradas artificialmente.

-Señor, el resto de soldados están preparando los vehículos y armas, dicen que aún los magos no han terminado de retirarse, están apurando la tregua al máximo.

Sonrío ansiosamente mientras toph se comunica con sus androides, esperando unos instantes a que la mujer se centre.

Por fin accede a mi petición y me guía a otra dependencia de ese desastroso antro. Así funcionan las mejores mentes, de que voy a quejarme?

-bien, respetaremos la tregua señorita Abagnale. Por la cuenta que nos trae. Esta usted al tanto de las bajas sufridas? Robert Mori y Morgana Wolf, entre otras muchas bajas humanas. Y materiales, más de doce centinelas eliminados. En cuanto se retiren los magos.... Irán ustedes. Que será en breves, ya casi cumplen las horas que acordamos.

Entrelace las manos a mi espalda mirándola con el mentón ligeramente bajado.

-pero no es esto lo único que me trae aquí. Morgana no está muerta. O eso pensamos. Ha sido tomada como rehén. El ejército ha quedado sin capitanes y hemos perdido a un ministro. Es prioritario recuperar a Wolf. Y necesito la ayuda de usted..... Una militar con seso, según he leído.

Me desajuste un poco el nudo de la corbata. Iba impecable, si, pero no dejaba de oler al clarísimo whisky de Robert que me había fundido de una tacada.

-también requeriré de sus conocimientos para mejorar el programa de ejecutores. El chip en el cuello ha probado estar desfasado. Se han adaptado y saben quitarlo. Querría contratarla para que desarrollara algo similar pero fusionado con las nanomáquinas.Cree que sería posible? Y por Dios, digame que entre todo este Apocalipsis tiene una maldita máquina de hacer cafés

El hombre comienza a hablarme sobre el desastroso resultado de la batalla, las muertes y Centinelas destruidos. Lamento mucho la pérdida del señor Mori, aunque no fuese alguien preciado se interesó por mi trabajo, y la señora Morgana... era una más, al fin y al cabo. Una mujer centrada en su carrera militar, seguro que a mi padre le había encantado que me pareciese un poco más a ella. Pero no está muerta, por lo que dice el Ministro al poco, sus manos tras la espalda en esa típica postura de político. Me sonrojo ligeramente cuando me llama militar con seso, probablemente sea el mejor cumplido que he recibido de una figura autoritaria en toda mi vida, mi padre no es muy dado a alabarme.

-Gracias, señor.

No se le ve muy cómodo cuando empieza a aflojarse el nudo de la corbata, supongo que ahora es cuando más trabajo y planes tiene que hacer, y cuenta conmigo para que algo salga bien. ¿Chip en las nanomáquinas? Hum...

-Por supuesto.

Lo llevo hasta una de las mesas sobre la que se esconde una pequeña cafetera eléctrica bajo unas cuantas capas de papel y cartón. Cojo una taza y la limpio un poco con la parte baja de mi camiseta (los trapos no están muy limpios aquí que digamos...) dejándola después bajo el chorro de café que cae caliente cuando le doy al botón.

-Puede que sea posible instalar algo en los nanorobots que tenemos, pero no estoy segura. La tecnología de los chips aunque es compacta es muy enrevesada y compleja, reducirla aún más de tamaño podría poner en riesgo su efectividad. Por otro lado los nanorobots están en el cuerpo del mago, quizá modificando algunas cosas podríamos utilizarlos como un campo antidesaparición, todos ellos conectados y funcionando como un solo chip.

Mi cabeza está dando vueltas y soltando ideas, algunas más absurdas que otras, pero todas ideas. Quizá sea posible hacer algo, sí... pero llevará tiempo y esfuerzo. Cuando volvamos de la misión de recuperación R-D6N33L y yo nos pondremos a trabajar en eso, estoy segura de que ambos conseguiremos algo, y él mejor que nadie conoce la nanotecnología que se encarga de implantar a los soldados para su recuperación en batalla. No tan efectivo como un buen sanitario pero por algo se empieza.

-En cuanto me sea posible comenzaré con el proyecto. Su café.

Le tiendo la taza caliente y algunas bolsitas de azúcar que hay junto a la cafetera. Sí, somos un ejército muy chulo que puede permitirse robots asesinos gigantes pero a los mecánicos no nos dejan un mísero azucarero aquí abajo.

"oh mirala, pero si se ha sonrojado, que adorable"

Siempre me gusta causar algun tipo de efecto en mis interlocutores, sea cual sea, menos al indiferencia, y si el caso es un interlocutor del genero femenino y ademas lo que hace es sonrojarse, mucho mejor.

-No las de, solo digo lo obvio.

Volví a sonreir de modo galán (aunque algun@s lo considerasen siniestro) y ladeé ligeramente el cuerpo para dejarla a ella espacio y que se moviese por su taller a su antojo. Su respuesta afirmativa me hace asentir con satisfaccion

-¡Excelente! eso es lo que queria oir....y este pequeño trasto...es la cafetera? Oh... -señalé al trasto en cuestion. El caso es que hacia café y era todo lo que necesitaba. -Gracias.

-Le dejo a usted eso de las ideas y el desarrollo. Contará con mi financiacion economica y el equipo del laboratorio de los campos, asi como de la ayuda del personal del que alli dispongo. Supongo que preferirá trabajar en su taller, aqui mismo. Podria enviarle los suministros aqui. Pero si desea desarrollar las nanomaquinas chips antimagia desaparicion en los campos, será mas que bienvenida.

Agarro el café que me pasa dedicandole una breve reverencia de cabeza, echandole algo de azucar y soplando antes de pegar un sorbo. Perfecto para evitar una resaca.
-Hablado esto....la dejaré para que puedan iniciar su mision de recoger los cadaveres de las calles de Bastion Hollow cuanto antes. Os pondré algo de seguridad, no te preocupes,s erá casi invisible. Tras esto, me gustaria debatir que podemos hacer con Morgana Wolf.

Mi viaje desde Irlanda transcurre sin dificultad alguna y con todas las comodidades que aporta un jet privado. Lo corto del viaje apenas me permite realizar gestiones durante el vuelo, pero sí me da tiempo a enviar algunos mensajes a mis socios, entre ellos al que voy a ver en breves.

Éamon escribió:Andreas, sé fuerte

El escueto mensaje va dirigido a mi antiguo compañero de universidad y posterior socio. Necesitará ánimos después del fiasco del ataque que lanzaron contra los seres mágicos. Están en un momento delicado, aunque todo se puede aprovechar. Mi jet privado aterriza finalmente en el interior del complejo militar, en las pistas de aterrizaje que se emplean para el resto de aviones. Bajo con mi comitiva de asesores, tres o cuatro de confianza. El encargado de la vigilancia en ese momento se encarga de mirar mi documentación para ver que estoy autorizado a estar aquí. También hacen escaneos a todos los que llegamos para comprobar que no se ha colado ningún ser mágico. Cuando todo está en orden entramos por fin al recinto, dejando a mis asesores esperando en la entrada por ahora. Un soldado se encarga de llevarme hacia donde está Andreas, una zona de talleres y demás cosas a las que no me acercaría porque no me gusta que mis impolutos trajes se manchen. Cuando nos abren la puerta me lo encuentro charlando con una joven, alguna de las mecánicas, supongo.

- ¿Está muy ocupado como para reunirse con un viejo amigo?- pregunto en tono grave y serio mientras me hago notar golpeando la puerta con los nudillos. Después sonrío de manera confiada, entrando aunque no me hayan dado permiso. Saludo a la muchacha de manera educada, pasando a mirar después a Andreas.

- Ya me he enterado de las funestas noticias. Han corrido como la pólvora...sois portada de los principales periódicos internacionales, y no para bien. No hace falta que me cuentes nada, sé casi todo los sucedido.- cierto tono de reproche acompaña a mis palabras, no me agrada ver muestras de debilidad como las que han tenido. - Por eso he venido, creo que necesitáis ayuda y algunos cambios importantes. Hay que centrarse cuanto antes...Todos queremos avanzar hacia el progreso, ¿verdad, señorita? - interactúo con la muchacha porque puede que sea importante. Debe de serlo para que Andreas venga a hablar con ella en persona. Y si trabaja en un taller puede venirme muy bien para mis empresas.

El Ministro no se ve muy complacido por la cafetera, llamándola trasto. Sonrío pero no digo nada y le tiendo el café. Me emociono cuando habla de apoyo económico y de personal de campos, eso realmente ayudaría mucho. Luego dice que hará algo con la seguridad, y me tranquilizo.

-Gracias, señor.

Un golpe en la puerta nos interrumpe cuando hablamos de la capitana Wolf, un hombre con traje y cara no muy simpática entra al taller. ¿Otro Ministro? ¿Ya han encontrado un sustituto para el señor Mori? Me enconjo un poco por la imponencia de ambos hombres y sus ropas, yo que soy bajita y voy cómoda para una misión de campo desentono bastante. Los escucho hablar sobre las noticias y ofrecer ayuda y demás hasta que me pregunta a mí.

-Eh... claro... Yo... debería irme. Lo avisaré a la vuelta, señor. Tengan buenos días...

Y muy cortada termino de recoger lo que necesito para la misión y salgo de allí con los androides, despidiéndome de ambos con un gesto de la cabeza y acelerando el paso. A ver si he hecho algo mal y lo que quieren es buscarme fallos para echarme o algo...

-No me lo agradezca con palabras, señorita. Si no con resultados. Tenemos un importante proyecto entonces, usted y yo. Avisaré ya mismo para que comiencen con los preparativos y los apoyos....no me ha mencionado nada en un principio, pero supongo que prefiere mantenerse en su taller.

Saqué mi telefono, y empecé a enviar unos cuantos mensajes a mis cientificos y desarrolladores de confianza, asi como a unos cuantos contactos mas, diciendoles que podian iniciar ya la operacion Beta. En verdad esto era algo que llevaba pensando tiempo, tenia los medios adecuados, solo necesitaba a la persona clave. Fue entonces cuando alcé la ceja al leer un viejo mensaje queme habia pasado desapercibido, de un antiguo compañero...

Y hablando del rey de roma, por la puerta asoma. Al principio miré molesto al oirgen de la voz, molesto por la interrupcion en mis negociaciones con Toph, pero al darme cuenta de quien era sustitui ese gesto por una diplomatica sonrisa.

-Qué ven mis ojos. Si no es el mismisimo Eamon O'Connell...

Se aproxima contando un poco el motivo de su visita, expresando asi su disgusto. Yo con un suspiro y un asentimiento de cabeza le doy la razon.
-Tendrias que haber estado aqui para verlo, Eamon. Qué desastre.....

Volvi a mirar a Toph, la cual dice ir a marcharse a su mision.
-Suerte en la mision soldado Abagnale....si, avíseme a su regreso, por favor. Tendremos que dar el entierro que se merecen a los caidos

"identificaciones de cadaveres y BLABLKABLABA CHARLIE"

-Tendrá la seguridad que le prometí.

La soldado se fue, con sus androides aquellos. Tras seguirlos con la mirada hasta que desaparecieron, posé mis ojos en Eamon.
-Buscamos otro sitio para hablar? Mas privado que este taller, y más comodo, por supuesto.

Hice un gesto con mi mano, invitándolo a salir de alli. Aquel no era el lugar mas adecuado para intercambiar las palabras que probablemente ibamos a intercambiar...asi que tras dejar que mi compañero saliera antes, todo modales yo, le seguí los pasos.

Soy trasladada a la base de la Alianza tras recuperarme un poco en el hospital, regresando a este lugar después de tantos y tantos meses de cautiverio. Por ello no les extraña demasiado el encontrarme algo ausente y poco comunicativa, pues asumen que es normal después del trauma sufrido. Apenas hablo con nadie cuando llego, ni siento necesidad de ello al seguir bajo los efectos del control mental. Dudo que hubiese sido de otro modo aunque no estuviese controlada, ya que el abandono que sufrí por parte de la Alianza hizo que perdiera mi fe en ellos, que comenzase a guardarles rencor por no haberme protegido y buscado. Lo di todo por ellos, y no removieron cielo y tierra para encontrarme, dejaron que me pudriera en esa celda oscura. Esos son los pensamientos que me consumían mientras estaba allí encerrada, pero al estar bajo control mental parece que todo queda sepultado y oculto bajo una extraña nebulosa en mi cabeza. Todavía no soy capaz de rebelarme y reaccionar contra aquello que fue ordenado por uno de mis captores, así que me dirijo sin dilación a cumplir con el cometido.

Hay varios puntos en aquello que me encomendaron, así que me dirijo a la zona del recinto en la que se realizan las tareas de desarrollo tecnológico. Aquí se encargan de los robots centinela, de los androides y de la creación y mantenimiento de armas. La parte de experimentación se la dejan a los de los campos de concentración, lugar en el que se investiga con seres vivos, armas químicas y biológicas y material genético. Los controles de seguridad me permiten el paso, no detectan rastro de magia en mi y además soy personal autorizado porque ocupaba un puesto de mando antes de que me capturasen. Ante la pregunta de qué me trae por aquí simplemente tengo que responder que deseo ponerme al día con los nuevos avances tecnológicos de la Alianza. No hay demasiados ingenieros trabajando aquí ahora mismo, y los pocos que hay están centrados en su trabajo y no hacen mucho caso a una cara conocida. Recorro el lugar en busca de algo que pueda ser de interés, acudiendo a la sala en la que se almacenan diversos tipos de planos e información. Acceder a las bases de datos de los ordenadores puede ser más complejo si exigen la clave del investigador que esté trabajando en ello, así que comienzo a buscar en los archivadores cualquier cosa que sea más accesible, aunque tenga menos valor. Tras rebuscar algunos minutos consigo dar con algunos planos que pueden resultar de interés, sacándolos del archivador para doblarlos y guardarlos por dentro de la ropa. Después regreso al punto de partida, saliendo del lugar con calma tras haber pasado relativamente poco tiempo allí.

planos:

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control mental 2 de 5

Tras una larga travesía en coche, que por supuesto no eran tan rapido como los centinelas, finalmente, llegué a la base militar. Ingresé el jeep tras presentar mis acreditaciones y pasar los controles de seguridad. Cargué el cuerpo de 3a, que se habia apagado hacia rato. Yo misma iba chorreando sangre de tal  modo que la parte ingerior de mi cara entera y la ropa del pecho estaban manchadas, con la consecuente falta de energia.

"buscar gameboy"



"wikipedia"






Me detuve en seco ante la puerta del taller con el cuerpo de 3a a modo de mochila, con la mirada fija en la nada.

-Esa CPU...esa RAM....4 pilas AA? y el diseño....



-No nos parecemos en nada.

Entré al taller, el sentido de la vista y de la logica de los humanos debia estar realmente afectado. Dejé a 3a en una mesa del taller para que los operarios lo arreglasen, y luego, yo me subí a otra, tenian que arreglarme a mi tambien. Mientras esperaba, miré mi reflejo en una pantalla de plasma enorme que habia alli, pero ahora mismo al estar apagada funcionaba como una especie de espejo.

"no, en nada"

Empezaron a arreglarme la cara con la pistola soldadora de tejidos artificiales, no seria muy ccomplicado gracias a la ayuda de la nanotecnologia. Vi entonces como entraban a James, apagado, en una camilla. Claro. Debió haberse ido a la enfermeria por su cuenta. Su despertar debia comenzar pronto.

Llegué al recinto militar y me encaminé hacia los talleres, siguiendo a los que llevaban a James en aquella camilla.

Al entrar, poco despues que ellos, al taller, encontré a la unidad ARX 7 sentada recibiendo reparaciones, y a 3A en un estado lamentable que requeriría varios dias de reparaciones.

"es la segunda vez que se rompe, necesita una update buena."

- He recibido los reportes del combate en Sherwood y hemos procesado los datos. Caras nuevas, por cierto. Al menos ya están registrados sus escaneres faciales y nombres. Lo malo es que solo habeis logrado capturar a uno de todos los que habian, aun teniendo el apoyo de un centinela.

"pero esos dragones siguen apareciendo..."

-Si, he recibido el informe completo. Tengo una mision nueva para vosotros, tan pronto estéis funcionales de nuevo. Está todo aqui. - me acerqué a ella y le di un pequeño USB con la informacion justa y necesaria para buscar a Tobias y capturarlo. Los androides no se hacian preguntas, los ejecutores si, era por ello que no podia confiarles esa mision a ellos.... - busqueda y caputra o busqueda y exterminar, ambas valen. Casi prefiero la segunda. Eso es todo ARX 7, espero resultados cuanto antes. Ciao ciao.

Les hice unos gestos a los mecanicos de alli para que se dieran vida y me los arreglasen cuanto antes. La androide tomó el usb y se lo guardó, luego, la apagaron para tumbarla y poder arreglarle mejor la cara. Y yo me fui de alli, a seguir atendiendo mis diversos asuntos.

Cuando las reparaciones estuvieron terminadas, los operarios me reiniciaron. Comprobaron que todos los protocolos y sistemas, conexiones, software y hardware funcionasen perfectamente. Cosa que asi era. Me incorporé, mirando a los humanos que tenía delante de mi.

- Como está la unidad 5T? lo necesitamos operativo para una mision.

Me indicaron donde estaba, ya lo habian arreglado tambien. No así a 3A, sus daños habian sido extensos. Me acerqué a James empleando mi habilidad para entrar a su red, y darle una sencilla orden.

- James, despierta.

Dije poniendole mi mano sobre su frente, esperando verle abrir los ojos

Nunca un despertar había sido tan sencillo. Simplemente fui llamado y me desperté. Sin haber tenido ningún sueño, sin haber sentido nada. Cuando abrí los ojos allí estaba Alice, con la misma cara tranquila de siempre, como si todo fuese rutinario y normal. Me incorporé en una extraña camilla, sin sentir dolor alguno, algo que me parecía inusual porque habíamos recibido serias heridas.

Enseguida recordé lo del bosque, los ferales, el licántropo.... - ¿Alice...? ¿qué? ¿qué hago en un taller? - no comprendía nada, debería estar en un hospital, por mucho que mis brazos ahora fuesen mecánicos. Lo que se llama un cyborg, humano con partes mecánicas.

Cerré los ojos y me llevé las manos a la cabeza, confuso. Demasiadas voces comenzaron a susurrar de manera molesta. Una que me decía que le pegase un buen morreo a la tía y le quitase esa cara de aburrimiento. Otra que me decía que decía que yo no era él, que despertase. Y una tercera que repetía "la Alianza no es el fin, es el medio". Esa voz...la había escuchado alguna vez, pero no sabía dónde. Sólo recuerdo que empecé a escucharla en la Ciudadela Alpha.

- Da igual. Me habrá sentado mal la droga de la enfermería. - intenté convencerme a mí mismo. - ¿ qué hay que hacer? ¿a dónde vamos? - baje de la camilla, poniéndome en pie, en perfecto estado. Raro.

James despertó, como era de esperar
Mostró confusión inicial pero pronto se sobrepuso, decidió ignorar la realidad y centrarse en el objetivo.

Aparente negación de la verdad.

Pero la verdad es necesaria... Se hace cada vez más necesaria.

- ven conmigo

Lo tomé como suavidad pero con firmeza por su antebrazo para sacarlo del taller, y una vez en la puerta, me detuve y lo solté, mirándolo a la cara.

- sabes dónde estás, James? Qué recuerdas?

Me dejo arrastrar por Alice cuando me lleva hasta la puerta del taller, todavía confuso por haber despertado en este lugar. No recordaba haber llegado aquí, ni haber despertado antes en un hospital. No sabía que la reparación de las armas de los brazos requiriese tanto material. Pero...no me habían herido precisamente en los brazos mecánicos, sino en el cuerpo. Decidí mirarme la herida del hombro, una de las que recuerdo que me hicieron. Ya no hay nada, ni venda, ni marcas de puntos, ni nada que indique que ahí había una herida hace unos días.

- Esto es...muy extraño. - murmuro para mi mismo, alzando después una mirada confusa hacia Alice. Sus preguntas también se me hacen como sospechosas, como si me tomase por loco. - Estoy...en un sueño. Sí, debe ser eso. - asiento para mí mismo, hablando después con voz más calmada que cuando me desperté. Trato de evocar lo que recuerdo, aunque esos recuerdos son confusos y tienen lagunas. - Recuerdo muchas cosas...pero algunas no estoy seguro de si las he soñado, o sucedieron realmente. Tengo recuerdos pilotando un avión. También de batallas contra los magos. De gente que he odiado. De gente que he amado. Recuerdos de sangre...y de muerte. O casi, porque me salvaron. - fue así como obtuve los nuevos brazos, tuvieron que salvarme de aquello que me pasaba. Ya casi no recuerdo qué fue.

- Y...una voz. Varias voces. - me atrevo a decir mirándola a los ojos. Cómo no me he dado cuenta antes. No son humanos, aunque ella si lo parezca. - Todas están en conflicto. Una de ellas me repite "la Alianza no es el medio, es el fin". C-creo que no es la primera vez que la escucho. Todo empezó en la Ciudadela Alpha. - empiezo a alterarme porque ahora me vienen imágenes muy extrañas, en las que estoy completamente desnudo, sentado en una silla de una sala oscura mientras me hacen preguntas para probar mi "fidelidad".

- ¿Qué significa eso? ¿me estoy volviendo loco? - pregunto con tono menos sereno y más angustiado, abandonando la seguridad que me fue programada por ser James Stwardson, el antiguo capitán del ejército.

"en un sueño"

- No, este no es uno de esos sueños. Estás despierto, es ahora.

Recuerdos. Era algo que él tenia y yo no. Bueno, a decir verdad, ahora tenia ya unos cuantos. De mis primeros contactos con la raza magica, de sus conversaciones, tecnicas de combate, insultos....pero no era lo mismo.

- Tus recuerdos están intactos, pero fluctuan en el tiempo. - analicé, escrutándole el rostro, pasando mi mirada por la suya y luego por el resto de su ser. Era muy curioso.  Voces. En su cabeza.

- Qué voz es? Es...la tuya?  O es la de alguien más? - varias. Habia dicho que varias - Tranquilo. Yo tambien escucho esa voz. La Alianza no es el fin, es un medio. Es un medio, no es el fin. -miré hacia atrás, hacia la puerta por al que acababamos de salir. James se ponia cada vez mas nervioso. Lo volvi a tomar por le antebrazo y nos alejamos un poco más.

- Limíta tu respuesta emocional. - le ordené, si se ponia agresivo, seria un problema, pero por otro lado, reprimirlo podia ser tambien perjudicial. - No te estás volviendo loco... porque esa voz tambien está en mi mente. James. ¿Aun no te has dado cuenta de quien eres? O de quien soy yo? Esos recuerdos de muerte, es la tuya de verdad?

Mis recuerdos están tan mezclados que me cuesta ordenarlos y saber dónde va cada uno, en qué momento. Por eso cuando me dice que es "ahora" me quedo como tratando de asimilarlo. La realidad es ahora, no estoy soñando. - Quiero que pare. Que dejen de fluctuar o lo que quiera que estén haciendo. Es...es como que no control mi mente. - mi visión del mundo se desmoronaba por momentos, no poder estar seguro de mi identidad, de mis recuerdos y de mi realidad es como estar sumido en un mar de incertidumbre en el que todo es relativo, todo es verdad y mentira a la vez.

- La voz que creo que es mía, la que suena como mi voz. Luego hay otra que es parecida, pero a la vez diferente. - no consigo explicarlo. Es como si fuesen dos caras de la misma moneda. Unas formas de actuar que reproduzco según me vienen, pero que no termino de sentir como mías. Al menos me reconforta, si se puede llamar así, el hecho de que ella también escuche ese mensaje relacionado con la Alianza. - ¿De dónde viene esa voz? ¿quién es...quién nos ha hecho eso? - cuando me coge del brazo me quedo paralizado, tanto por la orden de limitar mi respuesta emocional como por la asociación que acabo de hacer. Ambos escuchamos la misma frase, la misma voz. Ella es una androide, y yo...

De repente todo me da vueltas, empezando a cobrar sentido. El taller, la voz que escuchamos los dos, los recuerdos mezclados, las lagunas, los brazos metálicos, el destierro, la falta de herida, la falta de excesivo dolor, la confusión con las voces de mi cabeza, esa muerte de...de alguien. Era y no era yo. Todo se une finalmente. Alzo la vista hacia Alice, sereno por el simple hecho de que me ha dado la orden de reprimir la respuesta emocional. De lo contrario estaría disparada. - Somos iguales. Soy como tú. - cuando la orden ceda probablemente me explote la cabeza, o lo que quiera que tenga dentro.

- Lo que deseas es irrelevante ahora mismo si no puedes arreglar tus disociaciones. Debes arreglarlas primero. - el hecho de que a él le hayan escrito una historia, unos recuerdos e identidad, es lo que le crean ese conflicto. - Estás lleno de mentiras. - le dije de modo un tanto desapasionado, como no podia esperarse de otra manera de un androide. Con él, y ahora, no tenia que ejecutar los protocolos humanizantes....no como cuando lo recogí en Alpha.

- No lo sé. Hay cosas para las cuales no puedo encontrar respuesta. Para casi todo hay una..pero para la que tu me haces ahora, no, aun no.

Se puso nervioso, sus sistemas corrian el riesgo de colapsar y entrar en un reinicio quizá eterno. Por fortuna bloqueé su respuesta emocional a tiempo y vi que ahora era consciente de su realidad. Cuando cesase la limitacion emocional, que yo no podia mantener por siempre, esperaba que su respuesta fuese mas comedida.

- Correcto. Eres como yo. - me acerqué a su oido. - que crean que nos controlan. - volví a separarme, no era necesario contar mas secretos . - Ahora vamonos. Tenemos una mision que cumplir.

Lo cogí por la mano nuevamente, y caminamos por los pasillos para salir de ahi, sin darme cuenta de las miraditas suspicaces que nos lanzaban otros soldados de la base o sin entenderlas, al menos. Por el hecho de ir de la mano el uno del otro. Dejamos el recinto militar, volviendo a nuestros vehiculos de combate.