Taller de Da Vinci

Llegué a mi taller con el autómata detrás, pensando que quizá me diese tiempo a hacer algo antes de que comenzase el Cónclave aquel.

Tenía que evaluar al sujeto dentro de la armadura porque estaba conectado con aquella IA, y dejarlo fuera era peligroso. Podriamos obtener algo.

No pensé mas en los ministros, en el Cónclave informaría de la decisión que habia tomado. Algo me decía que a muchos no iba a agradarles. Tendría que ser cauteloso en como lo decía.

"pero un proyecto aguarda"

- Por aqui, vamos- animé a mi autómata hasta la sala de mi taller que tenía los mismos efectos aislantes que la propia armadura en la que lo habia transportado hasta aqui. - Espero que Lucio no tarde. Lo voy a necesitar para esto.

"y a algun entendido en materia de informática tambien"

Mandé un mensaje a Tesla usando nuestros comunicadores, pidiendole que viniese a mi taller, que le daria pizza. La armadura se tumbó en una mesa grande en el centro de la sala, sellé las puertas y procedí. Cuando se abrió vi al ministro, estaba inconsciente y no sabia si muy vivo o no. Asi que tomé el pulso.

"ok, vivo"

Aun seguia algo herido, no podria hacer mucho.

"Ah, la muchacha!"

Mandé otro mensaje, pidiendo que trajesen aqui tambien a Genievre. Y a algun sanador tambien. Despues de eso, me puse a hacerle varias pruebas a Andreas.

Los dos sanadores que habían salido pitando del hospital tras la alarma con el automata llegan hasta el taller del Descendiente de Da Vinci y tocan la puerta. Durante el viaje, uno de los sanadores le iba explicando a Gen todo lo que había pasado en voz demasiado alta pensando que no le escuchaba bien.

Después de que abrieran la puerta el amable joven le suelta cosas a Gio -Buenas. Ha sido muy oportuno, el hospital está en emergencia. ¿Desea que nos quedemos a ayudarlo?- Preguntaron esperando instrucciones rápidas porque ambos tenían que volver al hospital a ayudar.

Despues de hacer varios analisis a Andreas y contrastarlo con la informacion que se habia recopilado a lo largo de estos años sobre las operaciones a reclusos con chips y demás, llegué a la conclusión de que no era exactamente lo mismo, y que su extracción requeria de una cirugía para la cual yo no era el más cualificado.

Lo dejé en aquella mesa y salí de esa zona del taller, dejandola cerrada.  Alguien llamaba a la puerta así que me personé, me habia ido quitando ropa mientras hacía lo mio ahi dentro (hacia calor) y ya iba solo en pantalones y camisa abierta remangada y medio abierta. Ademas me iba limpiando la sangre de las manos con un trapo sucio.

- Sí? - dije soplandome el pelo fuera de la cara, echando el pañuelo sucio a un lado mientras me ponia una mano en la cadera muy casualmente, mirando a los sanadores que estaban ahi con mi otro automata.

- Oh, gracias por traerla. Emergencia, de que tipo? Se ha acabado el café?

Los evalué e hice un gesto raro con la cabeza. - Necesito alguien que sepa mucho de cirugía en la zona de las cervicales. O en su defecto, hackers informáticos. Que cosas mas dispares, no? Y café, por favor? - puse cara de gato abandonado. Asi no podrian decirme que no. - Es que tengo a un tipo inconsciente en la mesa.

Hice que la armadura con Gen pasase adentro y la llevé a la zona aislada del taller, donde podria sacarla del trasto sin que se estableciese conexion con la IA. Una vez allí, la armadura la liberó, y fue a posicionarse junto con la que habia liberado a Andreas anteriormente, que seguia inconsciente en la mesa. Pero ella, ella estaba despierta. - Hablemos.
Miré a mi alrededor. No quedaban mas superficies libres para que ella se sentase. Me rasqué la mejilla y resoplé, saqué un pergamino y dibuje en cinco segundos una silla digna de un niño de cuatro años, la cual proyecté al exterior. En 3D era mucho mas graciosa. La invité a sentarse ahi.

No paraba de resoplar y entornar los ojos mientras los guardias hablaban del nuevo modelo de cadenas antimagia que por lo visto era mucho mejor que el anterior, más rápido y mucho mas ligeras. Como si me importase. Estaba dentro de un trasto metálico y no veía un carajo.
De pronto el trasto paró y por arte de magia pum... di un traspiés porque no esperaba una liberación tan repentina. Miré al trasto que estaba a mi espalda y resoplé de nuevo mientras lanzaba mi pelo asalvajado por la falta de cuidado en mucho tiempo hacia un lado. Pero no estaba sola.
Miré al tipo. Era...era curioso. Alcé una ceja no muy confiada sobre todo por las pintas y la sangre.
-¿De qué?
Pregunté con desconfianza y se puso a hacer un dibujo. Puse una mano en mi cadera soltando aire por mi nariz como mosqueada. Mientras le daba a los dibujillos pude ver a un tipo tirado en la camilla.
"Vale...eso me mosquea más"
Cuando apareció aquella silla miré al mago. Al menos era un mago. Miré a la silla. Un mago con habilidades artísticas dudosas. Volví a mirarle e hizo un gesto para que me sentase en esa cosa. Gruñí acercándome a la silla y me senté...más o menos. La silla se tambaleaba y mi posición era un tanto extraña para mantener el equilibrio. Cuando conseguí una estabilidad más o menos adecuada volví a mirarle y señalé el cacharro.
-¿Tu me has metido ahí?¿Por qué?

Después de un rato caminando, lo que la ayudó a sentirse mucho más tranquila llegó a su destino. Llevaba el café con mucho cuidado mientras se dirigía hacia el taller de Da Vinci. Tendría que ponerlo a calentar pero estaba segura de que le serviría. Aunque ahora que lo pensaba ¿Por qué traía café? Miró la jarra con el ceño fruncido.

Después de ello volvió al bucle de pensamientos que ocupaba su mente. Divagaba sobre Cleopatra ¿Sería capaz? ¿Sería ella capaz de hacer algo así? Tenía un rostro de circunstancias. ¿Y Lucio? ¿Dónde estaba su maestro? Con esas dudas llegó al taller y tocó la puerta suavemente.

- Pues del tiempo que hace en Francia. - le respondí a la mujer como si fuese obvio. - o de tí, que parece mas interesante ahora mismo.

Me acerqué a ella y miré la silla con desagrado cuando no mostró muy buena estabilidad en cuanto ella se sentó. Tendría que haber dibujado un puff pero sin terciopelo, que de eso no me quedaba. Despues, me desplacé hacia donde estaba Andreas, y empecé a empujarlo hasta tirarlo fuera de la mesa. Cayó e hizo plof. O crunch.

- Mejor sientante ahi. Parece mas estable. Te he metido ahí porque esa armadura está diseñada para actuar como una jaula de Faraday, al igual que esta sala de mi taller. Me han dicho que tanto tú como ese de ahi habeis sido...chipeados y probablemente, estéis conectados a la inteligencia artificial que intenta exterminar nuestra raza.

Me reí absurdamente por la idea.

- Pero no aqui, aqui no hay conexion. No podrías descargarte ni un jpg de tres pixeles.... Entonces...este es uno de los pocos lugares en los que puedes estar segura sin que te localicen o interfieran.

Me senté en la mesa del centro del taller, observándola. - El objetivo es desconectarte de esa cosa. Se que es traumático y esas cosas, pero recuerdas que te hicieron?

"pero me temo que sacarle eso yo solo, es algo que no voy a poder hacer"

- Sabes si llevas lo mismo que él en la nuca? - dije señalandome atrás. Entonces llamaron a la puerta. Me desaparecí y apareci directamente en la entrada, viendo a Arleen.... con cara rara. Y una jarra que desprendia un inequivoco olor. La habria tocado para desaparecerla y meterla directamente en mi taller, pero solo moví la mano en el aire haciendo el efecto pinza.

- Pasa, por favor. A mi taller. - y volví a aparecer alli adentro, esperando que Arleen apareciese alli tambien. No era la primera vez que habia estado por ahi.

Apreté mis labios ante su respuesta. Era fan de la ironía y el sarcasmo pero después de despertarme en ese trasto no me apetecía lidiar con ella en demasía.
"¿De mí?"
Cuando se aproximó le observé. No parecía ser una gran amenaza pero sin duda era...perturbador. ¿que miraba?
"¿Está mirando la silla?"
Cuando fue hacia la camilla e hizo aquello me levanté de golpe llevando ambas manos a mi cabeza.
-¿Pero que haces?!!!
"Espera lo mismo está muerto"
Me asomé para ver al tipo que ahora estaba tirado en el suelo. Respiraba. Volví a mirar al tío loco mientras hablaba.
-Em... no sé si estoy muy cómoda contándote nada...acabo de ver como tratas a tus...¿pacientes?
Hice una mueca cruzando mis brazos ante esa risotada.
"Espera...espera!"
Me llevé ambas manos a la nuca como flipando. Ahí no tenía nada. ¿o sí?¿quién era ese tipo?
-Escucha no se de que hablas de un chisme en la nuca, yo solo tengo esta...
Y de pronto se desapareció. Gruñí. Sentía que me estaba poniendo más gruñona e irritable. Volví a cruzar mis brazos hasta que reapareció.
-Sé que me tenían conectada a algo...y que me hacían convertirme en licántropo y... que antes me hacían cosas ... y eso, que lo único que tengo es...
Me dí la vuelta mostrando mi espalda usando mis manos para abrir mas los jirones de la ropa rota para que viese los agujeros esos que tenía en la espalda. Le miré por encima del hombro.
-¿Dónde está la Brigada?

Arleen se echó hacia atrás cuando Gio apareció delante de ella. Lo observó a los ojos pero no dijo nada. ¿Qué había que decir? Asintió y desapareció, apareciendo directamente en el taller encontrándolo un poco distinto a la última vez que le había visto. Dejó la cafetera encima de una superficie estable cuidando de que no cayera sobre ningún trabajo, posible trabajo o incluso inspiración que pudiera usar el Descendiente.

Se dio cuenta de que estaba acompañado y observó a la mujer mientras hablaba, su mirada violácea hizo paneo y encontró el autómata. Sonriendo de lado al ver que estaba más o menos entera. Esperaba que su curación tuviese algo que ver con eso. Fue acercándose hacia donde estaban pero al ver a un hombre en el piso se alarmó. Estaba inconsciente y fue allí directamente, lo acomodó con mimo  y suavidad mientras lo observaba. Era...increíblemente atractivo. Y Arleen apostaba lo que fuera a que tenía una sonrisa espectacular pero tardó poco en ponerse a lo suyo.

Percibió las heridas y no preguntó quien era, qué hacía ni porqué estaba allí. Tras sanarlo le apartó el cabello del rostro y como Gen estaba levantada lo levitó para acomodarlo en la camilla. Después de eso fue buscando algo como una manta por allí para cubrirlo pero la pregunta de la mujer la hizo alzar la mirada -Hola, soy Arleen Royden, sanadora del hospital de Ouroboros- Dijo acercandose con cuidado, aún no era consciente de lo sucia de sangre que estaba -La Brigada se encuentra... esparcida en el hospital. Muchos de ellos están siendo evacuados porque se ha presentado una situación complicada con Mérida Pyro. Está poseída y atacando el hospital. Tu compañera Cleopatra está con ella. Lykaios está estable junto a otro pelirrojo. Imagino que estarán evacuándolos. Y... Oh, la chica alada. No sé su nombre pero también fue atendida- Explicó con voz dulce mientras acortaba las distancia con ella y la chequeaba con la mirada -Estaba preocupada por ti- Confesó -Imaginé que estabas en el autómata por alguna razón e intenté sanarte pero no conocía tu estado. ¿Cómo te sientes?- Preguntó aunque aquello de los jirones y los huecos le daban muy mala espina.

- Descendiente- Se dirigió a Gio -¿Manta y algo de ropa, por favor? La decencia de cada uno de los pacientes debe ser respetada. Estoy segura de que aunque haga calor...- Dijo y se dio un poco de aire con la mano. Al bajar la vista para ver si podía sacarse la bata se quedó patitiesa al verla llena de sangre. Se disculpó con la mirada y se dio la vuelta para quitarse la bata  y desaparecerla pero observó su vestido también manchado con algo de incomodidad. Suspiró levemente antes de volver a ver a Gen, sonriendo y excusandose por su imagen. Realizó un pequeño hechizo de reducción y sus sandalias bajaron varios centímetros hasta hacerle descansar el pie y así estar más cómoda. -Todos estaríamos más cómodos vestidos y el señor que duerme con una manta también se sentiría mejor-

20 +5 +10 : 35 para Andreas

El miembro 'Arleen Royden' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :

La destartalada silla de Markus va chirriando, tintineando y crujiendo a cada mínimo movimiento que hace en el trayecto desde las gradas al taller de Gio. Intentaba olisquear la pizza prometida, como la princesa, pero a su paso lo único que logra oler es café. Café al estilo hospital, de los de máquina chunga que te produce diarreas y dolores abdominales inhumanos. Pero ni rastro de la pizza.

Markus choca con una piedra en su recorrido, gruñe, se levanta, mueve la silla haciendo que se coche con todo y se vuelve a sentar, sin parar de hablar entre dientes porque el desarrollo de su silla voladora está demorando por motivos externos a él, cosa que no le está agradando de ninguna manera. Enciende el motorcillo y vuelve a avanzar hasta dar con el taller de Gio. Markus esperaba que la pizza del descendiente italiano estuviera buena, por el mero hecho de su descendencia. Markus no sabe, pero si le piden una kartoffen pues también la haría bien achicharradita, claramente.


Al llegar a la puerta Markus toca con los nudillos y empieza a contar hacia atrás. De demorarse mucho derribaría la puerta con su silla, al más puro estilo de un alunizaje. Y aquí Markus seguiría poniendo sandeces, pero su dueño tiene que irse a estudiar, de modo que, con esta información transcendental para la trama, Markus se da por contento y espera alegremente, a pesar de que el post le haya quedado ligeramente esmirriado.

Había vuelto a aparecer en la sala donde estaba ella y continuó con su relato.

- Te estuvieron investigando...la licantropía...

Dije pasandome una mano por la barbilla, y me la quedé mirando cuando se dio la vuelta y me mostró su espalda medio desnuda, con aquellas muestras de ingenieria a lo largo de toda la columna... Se me descolgó un poco la mandibula, y dejé de rascarme la mejilla quedandome un poco en pause. Había belleza en aquella imagen que percibí de pronto, una belleza rara.

- Tu Brigada está...una parte en el hospital, la otra descansando.

Mire a Arleen, que me habia acompañado como le pedi. Ella se fue a atender a Andreas, a todo el mundo parecia preocuparle el hombre inconsciente, pero yo fui a arrebatarle la cafetera y bebermela como si fuese agua. Me habia quedado un tanto distraido y necesitaba droja de la buena. - Ese de ahi es el ministro muggle Andreas Wilhelm. Cuidado que seguro que muerde.

La medimaga dio una explicacion mejor acerca de la Brigada de la licantropo, mientras yo le daba vueltas  y le miraba aquello. Era una combinacion bastante buena de maquinaria y....seguro que se comportaba correctamente cuando ella se transformase, verdad? Materiales versátiles, adaptables? Sin magia? Cambiantes segun la mutacion de la persona?

"increible"

- Mondadientes? - dije mirando a Arleen cuando me llamó "descendiente", sin pillar la palabra al completo. - Eso tú.

"suena mal"

La miré con el labio levantado y cara de "wot" cuando hablaba de mantas y decendia, en mi taller hacia un calor de morirse y el desnudo de la mujer de pelo morado era lo más artistico que podias echarte en cara.
- Yo la veo muy decente, a decir verdad.

Hice un gesto con las manos muy italiano a Arleen, como de exasperacion, porque me pedia mantas y decencia, y eso me importaba un pito ahora mismo.  

"sdfjszdklhgnzslfijdasd decencia"

"OK GIO OK"

- No tengo...ropa....tendría que rediseñar las cortinas de aquella otra sala...y sinceramente.... - me señalé a mi re arriba abajo, pobremente vestido con un pantalon y una camisa sucia y medio abierta.  - ahora mismo no...UGH!

ME fui a un rincon y me senté en el suelo, comenzando a dibujar frenéticamente.
- Necesito que los examines, él tiene algo instalado en las cervicales y habria que sacarselo y no sé si puede hacerse respetando su vida, y ella, lo de élla es distinto, pero con toda esa tecnologia que le han implantado debemos ver si puede dejarse o los riesgos para su salud. - me cargué un lapiz y tuve que sacar otro. Seguia dibujando y hablaba rapido. - Y si eso no es posible, o ella no quiere, pues hackers, muchos hackers. MARKUS ESTÁ ABIERTO, PASA!!!!

Grité como si estuviera en un bar vendiendo croquetas, y cuando terminé, hice mi magia, pero ante Genievre apareció un hato (hecho a partir de la tela de mis cortinas, toka koka) muy apañao, para que se vistiera si quería.

Entorné los ojos. Estaba claro que habían estudiado mi licantropía, si. Había visto clones míos pululando por ahí y algunos de ellos siendo licans.
"No me digas tío listo"
Seguí mirándole por encima de mi hombro y mi ceño se frunció cuando me miró tan creepy. Por suerte entró una mujer que se presentó adecuadamente mientras atendía al tipo desnudo del suelo. Que resulta que era un humano de la Alianza.
"Genial, todo genial"
Gruñí por lo bajo sin darme cuenta. Arleen me informó del paradero de la Brigada.
-¿Mérida?
"poseída?"
-Pero...pero...Cleo no es nigromante¿Está sola con ella?
Pregunté alterada girándome hacia ellos para dejar de darles la espalda. Volví a gruñir cuando se pusieron a hablar de la ropa y el tío loco se apartó para volver a dibujar. Miré a la puerta y me entraron unas ganas locas de salir corriendo. La mujer parecía más cuerda que el tipo ese así que me centré en ella.
-¿Podrías avisar a... no sé a mi...
Paré la pregunta. El loco comenzó a hablar de algo que tenía yo y algo de mi vida y parpadeé.
-¿Que tengo qué?¿riesgos para la salud?¿Que es diferente que?!
Chillé. No asustada, furiosa. Pero la furia paró cuando me encontré entre las manos un...¿vestido?¿El tipo me había hecho un vestido? Miré a Arleen, mi mirada reflejaba que creía que ese señor era un pirado. Después estiré la prenda de ropa ante mis ojos y ladeé la cabeza.
"oye pues es muy mono"
Procedí a cambiarme conforme hablaba y por lo visto alguien más se unía.
-Sea lo que sea mirádmelo ya y dejad que me vaya de aquí de una vez.

Hubo mucho, mucho, mucho debate en la cabeza de Arleen cuando Gio le dio nombre a la persona que estaba en la camilla. La castaña miró a los ojos al Descendiente para luego mirar al hombre. Los muggles querían matarlos. Al menos algunos y ella había tenido que curar sus atrocidades. Pero ella veía en Andreas una persona inconsciente. Nada más. Y… si había magos oscuros en su sociedad, no había ella conocido a algún humano que fuese más benevolente con los magos? Se había decantado por una frase de significado -Si está en vuestro taller tiene la protección de Ouroboros…- Señaló incorporándose para luego revisar otro par de signos vitales. Al menos estaba algo estable. Eso era importante -O tiene algo que negociar-  Murmuró más para sí, a sabiendas de que la política tampoco se le escapaba.

Arleen parpadeó cuando Giordano preguntó por un mondadientes y después frunció el ceño sin entender a qué venía aquello. Digamos que la sanadora estaba acostumbrada a ciertas excentricidades de los Descendientes así que miró a Gen con algo de comprensión.  Asintió cuando se refirió a Mérda -Está escoltada por la Guardia de Ouroboros mientras esperan al Descendiente Matvey- Explicó con calma a la mujer antes de escuchar a Giordano. Entonces volvió a mirar a Gen con curiosidad, la forma en la que la admiraba Giordano eso era, sin duda, interesante.

Después de la exasperación de Giordano, a lo que Arleen se le quedó mirando como quien espera que de la nada se le pase la rabieta a un niño; entendió a qué se refería. Miró a Andreas con otros ojos antes de tensar los labios con un gesto críptico. Se acercó a Gen poniendo una mano en su hombro -Lo que quiere decir es que debo evaluar si lo que te han colocado puedo removerlo sin poner en riesgo tu vida o si debo dejarlo para mantenerte íntegra- Explicó -Lo evaluaré si me dejas pero la decisión está en tus manos. Ahor…- El grito sobre Markus le hizo fruncir el ceño y con un gesto movió la mano hacia la puerta haciendo que se abriera. Observó al Descendiente con reproche -Sabe perfectamente que está curado, Markus, no es necesario seguir yendo en la silla…- Se acercó  a él con las manos en jarra -Apuesto a que es muy cómodo pero fomenta el sedentarismo. Aparte...Es propiedad del hospital- Dejó escapar un suspiro y se giró hacia Gen y Gio -Tengo que ir a buscar mis implementos pero para cualquier intervención necesito un área de quirófano, Giordano. Vuelvo en un momento... Disculpa. Intentaré que tu líder sepa donde estás- Dijo lo último hacia Gen al verla sola con esos dos pues sabía muy bien a qué dupla se enfrentaba y finalmente desapareció.

Estaba por ahí, haciendo trampas en el solitario del Windows cuando escuché de casualidad a uno de los chavales que trabajaban con Gio que había pedido café y hackers. Mayormente de lo primero, pero a mi me interesaba lo segundo. Dejé la bebida azucarada que estaba tomando por ahí, apagué el portátil y salí de allí, camino del taller de Giodano, pasando mientras por una cafetería random para pillar cappuccino, suponiendo que es el café que tomaría un italiano refinado, imagen que en mi mente de cómo debería ser Gio.

Al llegar al taller me encuentro con Markus Tesla en la puerta, pidiendo paso, y a Gio diciendo que podría entrar. Me pareció un tanto sospechoso que dos Descendientes estuvieran trabajando juntos, pero bueno, nada raro, al fin y al cabo, viven en la misma isla. Podrían tener proyectos. –Hola. Creo que estaba buscando hackers…- Me disculpo al entrar en el taller, abriendo la puerta para que Markus pudiera entrar. No sabía que iba todavía en silla, la última vez que le vi fue en el entierro de Snagov. Había mucha más gente que no esperaba encontrarme, me siento un poco abrumada por ello, e intento saludar a todo el mundo -Había traído café, pero no va a llegar para todos… lo siento-

Como no entendía muy bien lo que pasaba fuera de este taller con los nigromantes y los demonios y demas, deje que Arleen se encargase de explicar esa parte.

La chica se estaba alterando y eso me hizo arrugar la nariz mirandola intensamente de modo un poco raro. En realidad no estaba tramando nada, solo que no me gustaban demasiado las emociones a flor de piel.

- El problema es que si te vas sin que hayamos conseguido quitarte lo de la señal, pondrás en peligro a toda la isla, porque podrán localizarnos. Y aunque hayan hechizos y mil cosas, ya no nos fiamos. Asi que...piano. Por cierto, me llamo Giordano, me has dicho tu nombre? - le dije a Genievre. Creo que no nos habiamos presentado aun.

Arleen se fue y aquello me arrancó un largo suspiro.
- Esperaba que la medimaga nos pudiera echar una mano antes de irse. En fin! - ahora con Andreas bien ubicado y Gen vestida con mas normalidad, me puse a tamborilear sobre la mesa con los dedos. Iba a llegar tarde al Cónclave. Para variar.

Markus se acercó por fin al taller, con una chiquilla que decia ser hacker.
- Pero tu no eres muy joven?

"el talento no tiene edad! Si no, mírate a ti"

- Claro, claro, lo habia olvidado... - señalé el cafe para que se lo tomase markus, yo ya iba puesto. - Lo de la pizza era mentira, no distingues una mentira escrita cuando la lees, querido Tesla?

Negué muy rapido por lo que dijo.
- dio mio, Tesla! No! No voy a desmontar a nadie...ayudar es la palabra. Y ella es lican. No le toques las narices.

"o nos pegará una paliza"

- Pero crees que puedes ayudarme? He dibujado los diseños de los implantes de algo, pero mas allá de la estructura fisica y piezas que se aprecian externamente, no he...profundizado mucho mas. Requería cientificos y medicos. Y la chica de aqui...bueno, ellos están conectados a una IA, sobre todo el tipo de la camilla, eso 100%. Puedes hacer tus cosas de hacker?

"no se como va eso"

Cada persona que entraba en aquella sala era más rara que la anterior. Ahora el que dibujaba parecía mas cuerdo que el de la silla.
"¿Como han sobrevivido en esta isla con esta gente?"
Suspiré y escuché a la mujer. Me relajé un poco cuando explicó la situación de Cleo y al menos entendí algo al explicarme que debía revisarme para ver si podían quitarme esos chismes. Asentí comprendiendo. Crucé mis brazos para volver a mirar al tarado número uno. Fruncí la nariz de igual forma que él cuando capté esa extraña mirada.
-Gen, Genievre Rousseau. No soy muy de piano...soy más bien de quítame esta mierda antes de que vuelva a ser luna llena o al menos dame matalobos si no queréis que os desgarre la garganta.
Vale, lo mismo había sido muy brusca pero realmente estaba notando esa rabia previa a aquellos días aflorar. Cuando Arleen se marchó di un paso al frente.Joder, la única normal se marchaba.
"me cago en todo..."
Abrí los ojos muchísimo cuando el otro dijo algo de desmembrarme y volví a mirar al tal Giordano entrecerrando mis ojos. Por suerte contestó certeramente para cuando otra muchacha entró al taller.Al menos parecía medio normal.
-¿Vais a invitar a alguien más?
Pregunté cansada, tomando asiento en la tambaleante silla de Giordano.

Volvió a aparecer en el Taller ante la mirada de todos con un maletin de lo más particular. Tan brillante que casi parecía humano y aunque no se dieran cuenta pesaba…Y mucho. Había tardado lo suficiente para explicar la necesidad de moverlo de allí. Observó a la muchacha nueva con una sonrisa leve y luego a Gen -He dejado dicho que informen al líder de la Brigada de tu ubicación- Vio hacia Giordano y luego hacia Tesla con una leve curiosidad antes de buscar un sitio donde pudiera colocar el maletin abierto sin que le cayeran cosas encima.

Con mucha destreza Arleen encontró el sitio. Era lo más despejado del taller de Giordano y una de las zonas en las que menos calor sentía. Lo abrió, desconociendo si la miraban o no, y se metió dentro del maletin bajando las escaleras. Allí se encontró con todo un quirófano preparado para urgencias. Un proyecto que habían desarrollado los Descendientes para eventos muy específicos. Por ejemplo, aquel. Dentro Arleen se puso ropa médica y una nueva bata. Tras ello se colocó las gafas que necesitaba para estudiar exactamente contra que se enfrentaba  y finalmente salió.

-Entiendo que quieres irte así que te evaluaré a ti primero- Le miró la ropa con una sonrisa de lado y luego observó a Giordano guiñándole un ojo -Acompáñame- Invitó haciendole una seña a la licántropa y luego observó a los Descendientes -Si deseáis entrar más os vale asearos y desinfectaros. No quiero más riesgos de salud, contaminación, virus, etcétera- Volvió hacia la nueva muchacha y sonrió cálidamente -Hola, soy Arleen Royden. Encantada de conocerte. ¿Puedo encargarte de que me hagan caso?- No esperó la respuesta y escoltó a Gen dentro del maletin con sumo cuidado.

Cuando la llevó al área previa la ayudó a sentarse y a desvestirse. Tras ello se colocó unas gafas que parpadearon un poco antes de hacer su cometido. Pronto Arleen vio las vertebras, columna y médula espinal así como todo lo que le habían colocado. Estuvo algo de tiempo recitando hacia un vuela pluma los datos que encontraba. Eran datos técnicos, jerga médica. Siguió revisando incluso donde no se veían a simple vista la inserción de material. Cuando terminó el análisis se puso delante de Gen con una sonrisa de lado. -Puedo hacerlo, Gen. Pero…Tiene sus riesgos. Las inserciones las han colocado en zonas estratégicas cuyo mínimo margen de error puede generar un daño a corto, mediano o largo plazo- Explico -Y con daños me refiero a que puedes quedar inválida, puedes tener algún tipo de parálisis… Sin embargo, tienes a favor tu licantropía.Es lo que permitió que te las colocaran. Quiero que lo analices de acuerdo y me lo digas. Voy a subir a informarlo y a traer al Ministro muggle- Le sonrió y se acercó hacia ella con un gesto algo compungido. Tomó su mano y la apretó -Lamento mucho lo que te han hecho los humanos. No entiendo hasta dónde son capaces de llegar- Confesó y sonrió de nuevo antes de subir.

Cuando salió se fue directo a por el Ministro y con un movimiento de mano hizo que la camilla se pusiera en movimiento directo hacia el maletin -Puedo hacerlo, pero la decisión es de ella- Se detuvo un momento y miró a Giordano -¿A él le preguntamos o directamente, si puedo, me pongo en ello?- Inquirió un poco confundida con su propio código de honor -Deberíamos preguntarle…- Sugirió meditabunda, deteniendo la camilla.

Me siento un poco desplazada y fuera de lugar con la conversación que está ocurriendo en el taller de los dos descendientes. Siempre había esperado y deseado que una clase magistral con uno de ellos iba a ser algo como, no sé, magistral. Y esto parecía casi un estercolero más que una clase, un taller o qué sé yo. Mientras inspecciono en lugar en silencio intento captar retazos de la conversación, intentando hilar para que todo tuviera sentido. –Tengo algunos trucos bajo manga- Respondí al descendiente, que en realidad no parecía mucho más mayor que yo.

Desconecto y reconecto de forma un poco intermitente, el tema de la pizza no me interesa. Y lo de desmontar a las personas, ¿en qué clase de manicomio me he metido? Intento localizar la puerta, quizás sea lo más seguro para salir corriendo de allí si la cosa se pone fea “¿Conectados a una IA? Supongo que es de eso de lo que está hablando toda la isla”

La doctora se lleva a la chica que tiene el mismo color de pelo que el mio al interior del maletín, fuera quedamos los dos descendientes pirados y yo. Quizás debería rezar todo lo que supiera al quedarme sola, lo mismo me quieren desmembrar a mi también. A saber qué se estaban trayendo entre manos. -Según estaba entendiendo, el tipo inconsciente debía tener algo, no sé muy bien qué, que lo estaba conectando a la IA. Ehm, vale, veamos qué podemos tener aquí- Dejo el ordenador a un lado porque ahora mismo no lo iba a utilizar. Paso la mano por el brazo del hombre, la pierna, la cabeza palpando cada centímetro de piel para intentar localizar cualquier chisme mínimamente tecnológico que tuviera. Al final encuentro algo en el cuello con el que entablo contacto. Como si una mente orgánica se tratara consigo establecer contacto con la pila: su forma, su ubicación, su función… Arrugo el ceño al no entender lo que me quería decir. Vuelvo a preguntarle a la pila a qué se refería con que es la descarga de un humano -Veo una especie de disco. Me dice que es una especie de back-up de su portador. Es como una especie de USB donde está metida toda la información de él- Verbalizo según consigo información del ítem hasta que llega Arleen e interrumpe la conexión para llevarse a Andreas. -Puedo intentar ordenar al ítem que se apague, pero algo me dice que no va a ser tan fácil…-