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- Compartí una sonrisa cómplice con ella cuando me dijo que pronto tendría más práctica quitándolo, al parecer le había hecho gracia mi torpeza en lugar de irritarla. Me quedé unos segundos en mi propio brazo y lo inútil que me sentí cuando los perdí ambos el día que entramos a robar en Ouroboros. Por suerte los que tenía no se soltaban así como así, y pensé que podría conseguir uno para ella si así lo deseaba, siempre y cuando pudiésemos secuestrar un científico. Tal vez ni haría falta eso, si conseguíamos integrarnos en la isla y alguien de aquí quería hacerlo. Mis divagaciones no duraron mucho, pues poco después me centré en asuntos más inmediatos.
La ayudé a librarme de mis dos capas de ropa de la parte superior, quedando con el torso al aire por primera vez ante ella. Normalmente no se me podía ver la cicatriz del cuello, pero de ese modo quedaba bastante visible. No me gustaba vérmela porque era la prueba de que mi madre había querido eliminarme "por el bien mayor", pero no quería llevar mi mente a esos lugares, no en este momento. Respiré profundamente tratando de serenarme, centrándome más en el contacto de su mano sobre mi piel. Cuando me desabrochó el pantalón y se arrodilló comprendí lo que iba a hacer, era pardillo pero no hasta ese punto. Supuse que era lo que tenía que hacer cuando estaba trabajando con los clientes, que era costumbre, que se lo pedía la mayoría. Conmigo no era necesario, al menos no en la primera vez. Negué con la cabeza mientras la miraba a los ojos, tomando su mano con la mía.
- Hoy no. Hoy será de otra manera. Como si empezases de nuevo. - tomé su mano para que se dejase de estar arrodillada, alzándola del suelo por las caderas para recostarla sobre el colchón lentamente. Me deshice yo mismo de las botas y del pantalón, tirándolo por ahí. Quería hacerlo bien, aunque no estaba seguro de si lo estaba haciendo como ella esperaba. Al menos iba ganando confianza en mi mismo al ver que había podido llegar hasta aquí. Después junté mi cuerpo con el suyo para estar en contacto piel con piel, besándola con renovado ímpetu. Seguí deshaciéndome de prendas de ropa que nos estorbaban, en esta ocasión sus pantalones. Bajé hasta besar su abdomen, volviendo a subir con dedicación tras haber quitado de encima la última prenda que le quedaba. Dejé que ella hiciese lo propio conmigo. El juego preliminar de besos, abrazos y caricias provocó que ambos estuviésemos listos para el siguiente paso, momento en el que me di cuenta de que nos faltaba algo importante. - Este...siento cortar el rollo, pero...no tengo...ya sabes...no he traído nada. - yo no usaba de eso. Sólo solía pasarme el día reclutando y peleando. No me habían hecho falta hasta ahora.
Rosse Kenway
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- En verdad me sorprendió su negativa, abriendo los ojos un poco más de lo normal, pensando que algo había hecho mal, o tal vez no le gustaba, o no quería que llegara a tanto. Aquellos pensamientos en parte se esfumaron al escuchar sus palabras, baje un poco la cabeza con una pequeña sonrisa.
Me levanté del suelo dando una pequeña risotada al ser tomada entre los brazos del Soul sintiendo un cosquilleo en el estómago. Deje que me recostara mirándolo de arriba a abajo, mordiendo mi labio inferior de manera involuntaria. Deje que me quitara la ropa haciendo que aquel beso en mi vientre me erizara la piel, arqueando muy ligeramente mi espalda por aquel nuevo escalofrío. Le quite la ropa como él hizo conmigo, acariciando su cuerpo desnudo lentamente y admirando cada milímetro de su piel, las cicatrices, la musculatura, todo.
-No puedo creer que ocultes todo este monumento…-Dije aun viendo su cuerpo, poco mas y se me caía la baba. Sacudí un poco la cabeza al escuchar sus palabras y lo nervioso que se había puesto.- No te preocupes, mi plan era encontrarme contigo asique tengo una caja nueva solo para usar contigo…- Dije tranquilamente mientras me sentaba en la cama para meter mano en mi bolso, tomando la caja grande de condones, abriéndola y sacando un sobrecito plateado, tomándolo con los dientes mientras dejaba la caja de nuevo en su sitio. Gatee hasta él sentándome justo sobre su miembro, a horcajadas sobre él. Tome el sobre con mi mano.
-Necesito que me des una mano con esto…- Sonriendo mientras sacudía suavemente el paquetito brillante.
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- Pude comprobar que no estaba habituada a que le dijesen que no en su trabajo, pero no sabría decir si aquello la sorprendió para mal o para bien. Dejé pasar el momento, dejé que todo siguiese su curso para poder disfrutar de todas las sensaciones, de ver como ella también parecía gustarle lo que iba haciendo yo, la había llevado al punto de estar preparada para lo que vendría. Me entró una vergüenza absurda cuando dijo eso de ocultar mi cuerpo, yo no consideraba que fuese para tanto. - A mi me está gustando descubrir más a fondo el tuyo...- susurré en un intento de piropo, aunque no eran lo mío. Lo cierto es que me atraía, sus ojos, su piel, sus formas, sus pecas...
Me quedé más tranquilo al saber que no le había cortado el rollo por decirle si llevaba protección cuando llegó el momento, pero lo que realmente me sorprendió fue que hubiese traído una nueva por si se encontraba conmigo, por si sucedía esto y acababa necesitando. - ¿En serio? ¿habías pensado en esto antes? - yo ni siquiera sabía si iba a acabar aquí esta noche, ni me lo había planteado. Surgió, y me costaba creer que esto me estuviese sucediendo de verdad. Algo bueno al fin. Debía tomarlo como algo importante, teniendo en cuenta las palabras que me dijo antes de entrar a la habitación. Aguardé impaciente a que cogiese el sobre, apresurándome por ayudarle a rasgarlo y sacar después el preservativo, colaborando después con ella para colocarlo correctamente. Quería asegurarme de que lo hacíamos como debíamos, así que miré a Rosse para que me hiciese un gesto afirmativo antes de seguir. Después giré con ella hacia un lado para colocarme encima, mirándola a los ojos mientras entraba definitivamente en ella, comenzando a mover la cadera de manera rítmica y acompasada. Me dejé llevar por las sensaciones para aumentar un poco más la intensidad y el ritmo conforme pasaba el tiempo, prestándole también suficiente atención a ella, de ir por buen camino . Estaba seguro de que no lo habían hecho hasta ahora, de que sólo la habían tratado como a un objeto.
Rosse Kenway
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- Entendí totalmente su intento de piropo sonriendo y mirándolo con ternura, aunque nada me quitaba el calenton que tenia encima, por lo que dejaría en romanticismo y la diabetes para otro momento.
Me di cuenta lo extraño que sonaba que tuviera una caja nueva solo porque tenia planeado verlo, pero era una, no muy, larga historia de las chicas del burdel, algo que le contaría en profundidad luego si es que me lo preguntaba o salia el tema. - Es extraño de explicar… Yo les conté de ti a mis compañeras, y cuando dije que iría a ver si te encontraba en la torre me la regalaron por si llegaba a cumplirse mi fantasía contigo… Es...Tonto. -Dije algo avergonzada, mirando hacia otro lado cuando conté un pequeño resumen de porque tenia la caja nueva y exclusivamente para él. En verdad mi idea no era terminar en una habitación en una isla flotante, ni tampoco tenía en la cabeza un plan para terminar así, ni siquiera pensaba que Adra llegara a verme atractiva, pero de todos modos esa caja tenia el nombre del soul en ella.
Su apuro a desenfundar el preservativo dejaba a la vista el gran deseo que sentía en ese momento y las ganas por poder subir aun mas escalones. Lo ayude a ponérselo, abrazándolo por el cuello con mi brazo… y mi intento de brazo, para que el cambio de posiciones fuera mas fácil y rápida, sonriendole en gesto de que iba por buen camino. Mordí mi labio inferior, mirándolo a los ojos, volviendo a aparecer aquella rojiza tonalidad, que aunque siempre estuvo, ahora volvía a ser mas intensa. Como pude, con la poca movilidad que tenia, movía mis caderas al ritmo del moreno, y a su vez, dejando que pequeños suspiros y suaves gemidos salieran de mi garganta para inundar de a poco la habitación. En un rápido movimiento volví a hacer que las posiciones se invirtieran quedando arriba de él, poniendo mi mano sobre su pecho, para poder mantenerme estable, moviendo mis caderas con intensidad, cabalgando sobre él.
-No eras tan inexperto como pensaba...mm…- Hable como pude mirándolo con total lujuria. Esto en verdad era totalmente nuevo para mi, los sentimientos, las sensaciones, todo. Normalmente siempre huía mentalmente de esto, era la primera vez que sentía todo lo que pasaba, y era la primera vez que ansiaba que pasara, poder recordar todo y hacer las cosas bien.
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- - ¿Les hablaste de mí? - Me dio la impresión de que Rosse tenía muy buenas amigas, lo suficiente como para hacerle ese tipo de regalos y además animarla a cumplir lo que quería. Esbocé una pequeña sonrisa cuando dijo que era algo tonto, negando con la cabeza. - Ya me las presentarás algún día. Y me moriré de vergüenza. -
la pequeña aclaración dejó paso a la situación en la que ya sobraban todas las palabras. No eran necesarias.
Pasado ese primer momento mi cadera empezó a moverse ágilmente, con movimientos rítmicos y vigorosos. Dirigí una de las manos que tenía en el colchón hacia su mano, entrelazando nuestros dedos y apretando en ciertos momentos mientras intercalábamos besos y algún que otro mordisco por el cuello. La rapidez de nuestros movimientos fue en aumento, aunque sin llegar a la brusquedad. Con el paso de los minutos la intensidad y la velocidad se incrementó , mientras mi respiración se iba volviendo más agitada, con algún que otro jadeo por la actividad.
Empecé a sentir que se aproximaba el punto álgido, el clímax. Continué el tiempo necesario hasta que notar que ella también estaba cerca, empeñado en que esta vez fuese diferente. Mantuvimos el ritmo hasta que hicimos el giro en el que Rosse se puso encima de mí, momento en que ella fue marcando el ritmo mientras yo situaba las manos a ambos lados de sus caderas acompañando sus movimientos. Cerré los ojos un instante, dejando escapar un sonido de placer mientras terminaba, echando la cabeza hacia atrás. Después cambié de posición para abrazarla, tratando de acompasar la respiración durante el tiempo que permanecimos así tras acabar, todavía unidos. Le di un suave beso en los labios antes de salir definitivamente de ella, retirándome para tumbarme a su lado y dedicándole una sonrisa cómplice. Al final había sido menos complicado de lo que pensaba, y mi cuerpo se había relajado por completo.
Rosse Kenway
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- Los besos y las miradas lascivas no escaseaban frente a los movimientos pasionales, dejando que los jadeos se buscaran su libertad por mis labios entreabiertos. Mi respiración era agitada, entrelazando mis dedos con los ajenos, cuando tomo mi mano, recibiendo las embestidas del soul e intentando mover mis caderas al mismo ritmo. Comenzaba a sentir el cosquilleo en mi bajo vientre, intentaba aguantar lo mas que podía.
Seguí cabalgando sobre Adra, acrecentando la velocidad y fuerza de mis movimientos, notando lo poco que quedaba. Los minutos pasaron y se a poco los síntomas del orgasmo estaban más presentes. Entrecerré mis ojos, bajando la cabeza, dejando que un gruñido saliera de mi garganta. Sentía aquellos espasmos en mi interior, sumados a la descarga del moreno, que había quedado en aquella funda de látex. Lo abrace como hizo él, intentando calmar un poco mi respiración, dejando que volviera a cambiar de posición. Lleve una mano a su mejilla para acariciarlo con suavidad y cariño, mirándolo sonrojada. Correspondí suavemente a aquel beso, sobresaltándome ligeramente al sentir que salia de mi. Le sonreí de la misma forma, mirándolo a los ojos para darle un pequeño beso en la punta de la nariz.
-Te recomiendo que te lo quites antes de que se derrame… -Le aconseje refiriéndome al preservativo ahora cargado. Me quede boca arriba estirándome un poco y volviendo a girar la cabeza en la dirección del chico.- ¿Lo hice bien?... ¿Te gusto? - Pregunte algo insegura. Teniendo en cuenta mi trabajo aquella primera pregunta no tenia mucho sentido, pero en verdad quería saber que es lo que pensaba.
Poco a poco fue recuperando un ritmo normal de respiración, quedando tumbado al lado de ella. Con todas las endorfinas del momento ni me había fijado en el detalle que menciona Rosse, que debería quitármelo a no mucho tardar. Asiento y me río por lo bajo modo "soy un desastre", sentándome en la cama con la intención de levantarme para ir al aseo, aunque me detuve ante sus preguntas. Alcé mucho las cejas como si me sorprendiesen sus dudas, aunque tuve en cuenta que para ella también había sido algo nuevo. - ¿Acaso lo dudas? por supuesto. - yo no sabía si preguntar, aunque me había parecido que a ella también le había gustado. - Espero haber estado a la altura. - le di otro rápido beso en los labios antes de levantarme de la cama, yendo hacia el baño para tirar a la papelera el preservativo usado. Ya que estaba allí me di una ducha rápida, saliendo del baño secándome con la toalla antes de regresar a la cama. Esperé por si ella también quería ir al baño, abrazándola por detrás en la cama cuando por fin nos dispusimos a dormir juntos. No tardé mucho en dormirme, la noche había merecido la pena.
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Los sueños que siguieron a aquello no fueron precisamente tranquilos, pues apenas logré dormir en paz dos o tres horas. Las pesadillas me llevaron de vuelta a la Torre de la Alta Hechicería, sólo que estaba completamente a oscuras, como abandonada. Lo único que podía escuchar era mi propia respiración, pesada y agitada. Un escalofrío me recorrió el cuerpo al girarme, encontrando allí la figura de mi madre, pálida, demacrada, con los ojos vacíos, siniestra y ensangrentada. Mis labios pronunciaron su nombre, pero no escuché sonido alguno, sólo una especie de lamento que provenía de ella. Se desvaneció para aparecerse detrás de mí, momento en que giré repentinamente, asustado.
"Me has deshonrado, no sólo no vengas mi muerte, sino que encima yaces con esa ramera..."
Siempre había sabido como hacerme sentir mal sólo con sus palabras. La aparición escupió esa frase con desprecio, señalando con su mano huesuda a la cicatriz de mi garganta. Tragué saliva, completamente asustado.
"Ojalá hubiese terminado lo que empecé...ojalá hubieses muerto tú en lugar de tu hermano"
Quise gritarle nuevamente, pero esta vez soltando la rabia contenida. No funcionó, no tenía voz, estaba mudo. La aparición volvió a desvanecerse para reaparecer a escasos centímetros de mí, clavándome un puñal de hielo en el costado derecho. Lo hundió con saña, retorciéndolo más y más mientras se reía como una demente.
En ese mismo instante me desperté, incorporándome como un resorte mientras me llevaba una mano al costado. Jadeaba y estaba sudando, desorientado. El dolor era real y bastante intenso, pero allí no había ninguna marca de herida. Se extendía desde ahí hacia el resto del abdomen, como si de verdad me hubiesen retorcido una daga. Cerré los ojos mientras me pasaba una mano por la cara, repitiéndome a mi mismo que había sido una pesadilla. Miré hacia un lado esperando no haber despertado a Rosse, tratando de volver a acomodarme a su lado para calmarme. Notaba cómo mi cuerpo parecía una estufa en comparación al suyo, así que empecé a sospechar que algo no iba bien.
Rosse Kenway
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Lo mire con ternura ante su risa y su negativa con la cabeza. -Nunca sentí algo mejor.- Le respondí mirando al techo, son una sonrisa risueña en mi rostro. Mire nuestra ropa dispersa por la habitación, mientras Adra estaba estaba en el baño, le levante a recoger un poco el desorden. Me detuve al tomar la camiseta del chico sonriendo, para acercarla a mi rostro para aspirar su aroma, suspire, doble la camiseta y la puse con el resto de nuestra ropa sobre la cómoda. Una vez que el baño fue desocupado camine hacia la puerta de éste, no sin antes dirigirme al chico dándole un pequeño beso en los labios, sacandole la lengua y seguir con mi camino.
-Es de mala educación ducharse sin invitar.-Bromee mirándolo una última vez antes de entrar a hacer lo propio. Luego de ducharme salí con una única toalla sobre mis hombros, usándola para secarme el cabello. Una vez logre secarlo un poco, seque mi cuerpo, aunque haciendo algunas poses tontas, tratando de llamar la atención de Adra. Al terminar me recosté junto a él, acariciando su brazo humano con suavidad, hasta quedar en un estado de somnolencia, como era normal en mi, aunque poco duro ya que los pocos sonidos del lugar se apagaron e imágenes llegaron a mi mente. Me había dormido por completo, por primera vez en mucho tiempo. En verdad nada tenia mucho sentido, ni siquiera nitidez.
Me desperté algunas horas después algo sobresaltada al sentir bruscos movimientos en la cama. Me gire hacia el Soul que seguía dormido, murmurando cosas de forma realmente inentendibles. Levante un poco mi cuerpo, apoyándome sobre el codo de mi brazo mutilado, para poner mi mano sobre su pecho, sintiendo el calor que emanaba su cuerpo. Intente despertara aunque sin atreverme a moverlo mucho, susurrando suavemente su nombre. Se notaba que estaba sufriendo de una pesadilla, no sabia mucho que hacer en ese momento, por lo que solo me dedique a mover mi mano sobre su pecho intentando que despertara. Me aleje un poco de él al ver como se había despertado tomándose el costado, lo mire entre extrañada e intrigada, volviendo a acercarme a él para apoyar mi mano en su mejilla. -Tranquilo, solo fue una pesadilla… Pero… -Moví mi mano hasta su frente y dirigir mi mirada al sitio que se estaba tomando con la mano. Los dolores de los sueños no solían durar tanto, y ese calor era algo que había conocido poco después de que me cortaran el brazo. El hospital estaba aquí junto, no nos costaba mucho ir.
-¿Sientes nauseas?... ¿Donde te duele concretamente?... Tienes fiebre... - Debía descartar probabilidades, y al trabajar en un lugar tan poco sano, era normal que termináramos con heridas, infecciones o problemas, tanto evitables como no, había visto muchas cosas a estas alturas. Me levante acercándome a la cómoda, poniéndome mis pantalones y la camiseta de él, tomando los pantalones del moreno junto a su sudadera con claras intenciones de ayudarlo a vestirse.
- El hospital esta aquí junto, asique daremos un pequeño paseo nocturno.
-Es de mala educación ducharse sin invitar.-Bromee mirándolo una última vez antes de entrar a hacer lo propio. Luego de ducharme salí con una única toalla sobre mis hombros, usándola para secarme el cabello. Una vez logre secarlo un poco, seque mi cuerpo, aunque haciendo algunas poses tontas, tratando de llamar la atención de Adra. Al terminar me recosté junto a él, acariciando su brazo humano con suavidad, hasta quedar en un estado de somnolencia, como era normal en mi, aunque poco duro ya que los pocos sonidos del lugar se apagaron e imágenes llegaron a mi mente. Me había dormido por completo, por primera vez en mucho tiempo. En verdad nada tenia mucho sentido, ni siquiera nitidez.
Me desperté algunas horas después algo sobresaltada al sentir bruscos movimientos en la cama. Me gire hacia el Soul que seguía dormido, murmurando cosas de forma realmente inentendibles. Levante un poco mi cuerpo, apoyándome sobre el codo de mi brazo mutilado, para poner mi mano sobre su pecho, sintiendo el calor que emanaba su cuerpo. Intente despertara aunque sin atreverme a moverlo mucho, susurrando suavemente su nombre. Se notaba que estaba sufriendo de una pesadilla, no sabia mucho que hacer en ese momento, por lo que solo me dedique a mover mi mano sobre su pecho intentando que despertara. Me aleje un poco de él al ver como se había despertado tomándose el costado, lo mire entre extrañada e intrigada, volviendo a acercarme a él para apoyar mi mano en su mejilla. -Tranquilo, solo fue una pesadilla… Pero… -Moví mi mano hasta su frente y dirigir mi mirada al sitio que se estaba tomando con la mano. Los dolores de los sueños no solían durar tanto, y ese calor era algo que había conocido poco después de que me cortaran el brazo. El hospital estaba aquí junto, no nos costaba mucho ir.
-¿Sientes nauseas?... ¿Donde te duele concretamente?... Tienes fiebre... - Debía descartar probabilidades, y al trabajar en un lugar tan poco sano, era normal que termináramos con heridas, infecciones o problemas, tanto evitables como no, había visto muchas cosas a estas alturas. Me levante acercándome a la cómoda, poniéndome mis pantalones y la camiseta de él, tomando los pantalones del moreno junto a su sudadera con claras intenciones de ayudarlo a vestirse.
- El hospital esta aquí junto, asique daremos un pequeño paseo nocturno.
No conseguí volver a acomodarme debido al dolor intenso, y además desperté a Rosse sin que hubiese sido mi intención. La miré con cara de disculpa mientras ponía la mano en mi mejilla mencionando lo de la pesadilla, esperando olvidado lo antes posible.
- Lo sé...malos sueños No quería despertarte. - respiré hondo mientras ella subía la mano a mí frente para tomar la temperatura, suponiendo que estaba acertada porque me notaba bastante febril. No entendía por qué. Me encogí un poco sobre mí mismo apretando el costado con gesto de dolor cuando sentí una punzada fuerte, asintiendo a lo de las náuseas. - Por todo, pero sobre todo aquí. - murmuré señalando el lugar en el que había sentido la puñalada en sueños.
Yo quería intentar volver a dormir, pero ella de levantó de la cama de manera resuelta, vistiéndose y dándome ropa con la intención de ir al hospital. - Puedo esperar un poco a ver si se me pasa. Vuelve a la cama conmigo, esperemos a mañana. - era reticente a ir por allí, por varios motivos. Aún así empecé a vestirme, poniéndome al menos el pantalón con cierto esfuerzo porque hasta los movimientos hacían daño - No creo que...- dejé de hablar un momento al sentir las náuseas en aumento, inspirando profundamente. - ...que Lucio quiera recibirme en su hosp...- me levanté rápidamente de la cama en dirección al baño para llegar al retrete, arrodillándome frente a éste para empezar a vomitar lo que había tomado esa noche.
- Lo sé...malos sueños No quería despertarte. - respiré hondo mientras ella subía la mano a mí frente para tomar la temperatura, suponiendo que estaba acertada porque me notaba bastante febril. No entendía por qué. Me encogí un poco sobre mí mismo apretando el costado con gesto de dolor cuando sentí una punzada fuerte, asintiendo a lo de las náuseas. - Por todo, pero sobre todo aquí. - murmuré señalando el lugar en el que había sentido la puñalada en sueños.
Yo quería intentar volver a dormir, pero ella de levantó de la cama de manera resuelta, vistiéndose y dándome ropa con la intención de ir al hospital. - Puedo esperar un poco a ver si se me pasa. Vuelve a la cama conmigo, esperemos a mañana. - era reticente a ir por allí, por varios motivos. Aún así empecé a vestirme, poniéndome al menos el pantalón con cierto esfuerzo porque hasta los movimientos hacían daño - No creo que...- dejé de hablar un momento al sentir las náuseas en aumento, inspirando profundamente. - ...que Lucio quiera recibirme en su hosp...- me levanté rápidamente de la cama en dirección al baño para llegar al retrete, arrodillándome frente a éste para empezar a vomitar lo que había tomado esa noche.
Rosse Kenway
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Negué con la cabeza transmitiendo con mi mirada que no importaba, que estaba bien, ante sus disculpas. -No te preocupes… - Respondí a sus palabras. No sabia que era lo que le pasaba, pero esos síntomas me eran conocidos, su temperatura corporal había subido rápido en pocas horas, sumado a las náuseas, tal vez era otra cosa… Rogaba que lo fuera, pero eran claros síntomas de que el cuerpo estaba luchando contra una infección.
-Volveremos a la cama juntos luego de que te vea un médico. Ahora. No fue una pregunta, cariño, tu iras al hospital quieras o no. -Le dije con seriedad, ayudándolo a que se pusiera los pantalones, notando lo difícil que era intentar vestir a alguien con una sola mano, era la primera vez que lo hacía, estaba acostumbrada a hacerlo conmigo. Raro.
-Me da igual quien sea ese tal Lucio o lo que haya pasado, dudo que sea el único médico en toda la isla, y en caso de que lo sea, no dudare en apuntarlo con mi rifle con tal de que te atienda.
Lo seguí al baño llevando su sudadera sujeta como podía con el muñón. Me moje la mano con agua fría para pasarla por la nuca y la cabeza del moreno tratando que las náuseas y la temperatura disminuyeran un poco, o al menos le diera esa sensación. Espere a que terminara, tomándolo de la frente con la intención de que no hundiera su cabeza dentro del inodoro. Le pase su sudadera, para que no fuera encuerado al hospital, abrazándolo con un brazo, con la intención de que se apoyara en mí para que pudiera caminar bien.
-Estarás bien... -Susurre, más para intentar convencerme a mi que a él, intentando calmar un poco mi preocupación.
-Volveremos a la cama juntos luego de que te vea un médico. Ahora. No fue una pregunta, cariño, tu iras al hospital quieras o no. -Le dije con seriedad, ayudándolo a que se pusiera los pantalones, notando lo difícil que era intentar vestir a alguien con una sola mano, era la primera vez que lo hacía, estaba acostumbrada a hacerlo conmigo. Raro.
-Me da igual quien sea ese tal Lucio o lo que haya pasado, dudo que sea el único médico en toda la isla, y en caso de que lo sea, no dudare en apuntarlo con mi rifle con tal de que te atienda.
Lo seguí al baño llevando su sudadera sujeta como podía con el muñón. Me moje la mano con agua fría para pasarla por la nuca y la cabeza del moreno tratando que las náuseas y la temperatura disminuyeran un poco, o al menos le diera esa sensación. Espere a que terminara, tomándolo de la frente con la intención de que no hundiera su cabeza dentro del inodoro. Le pase su sudadera, para que no fuera encuerado al hospital, abrazándolo con un brazo, con la intención de que se apoyara en mí para que pudiera caminar bien.
-Estarás bien... -Susurre, más para intentar convencerme a mi que a él, intentando calmar un poco mi preocupación.
Supuse que negarme no tendría mucho efecto porque ella parecía que no aceptaría un no por respuesta. Al principio pensé que ella estaba siendo un poco exagerada, que quizás sería cuestión de esperar. Después comencé a darme cuenta de que Rosse tenía razón, cuando me vi tan jodido al ir al baño. En la situación en la que estaba apenas la escuché entrar, pero enseguida noté que trataba de refrescarme la nuca y que me sujetaba por la frente mientras yo seguía ahí, arrojando lo que tuviese dentro. Agradecí internamente que estuviese conmigo, aunque me sentía mal por ella. Paré un poco al cabo de unos minutos, aunque no tenía claro que hubiese terminado aún. - No era así como pretendía que acabase la noche...- murmuré respirando agitadamente por el esfuerzo. Ya no dije nada en contra de ir al hospital, aunque seguía dándome mucho palo ir al sitio en el que había entrado a atacar una vez. No quería ver la cara de Lucio con gesto triunfal al saber que yo necesitaba su ayuda.
Me levanté del suelo un tanto tembloroso, apoyándome en ella. Después tiré de la cadena y fui al lavabo a echarme agua. Al mirarme al espejo vi la mala cara que tenía, suspirando con resignación. Me puse la sudadera que me pasó Rosse, dándome cuenta de que la pobre había estado ayudándome sin su brazo, como buenamente podía. Supuse que ella no podía ponérselo sola. - Deja que te ayude por lo menos...- me separé de ella un momento para ir a por su brazo, que había quedado por ahí tirado cuando nos desvestimos. Hice un gesto de dolor al agacharme a cogerlo, llevándome una mano al abdomen mientras volvía a levantarme, regresando con mi compañera. Después me fijé bien en el modo de colocarlo, poniéndome frente a ella para enganchar las correas correctamente. Cuando estuvo colocado volví a apoyarme en ella, saliendo lentamente de la habitación para comenzar a caminar hacia el hospital.
Me levanté del suelo un tanto tembloroso, apoyándome en ella. Después tiré de la cadena y fui al lavabo a echarme agua. Al mirarme al espejo vi la mala cara que tenía, suspirando con resignación. Me puse la sudadera que me pasó Rosse, dándome cuenta de que la pobre había estado ayudándome sin su brazo, como buenamente podía. Supuse que ella no podía ponérselo sola. - Deja que te ayude por lo menos...- me separé de ella un momento para ir a por su brazo, que había quedado por ahí tirado cuando nos desvestimos. Hice un gesto de dolor al agacharme a cogerlo, llevándome una mano al abdomen mientras volvía a levantarme, regresando con mi compañera. Después me fijé bien en el modo de colocarlo, poniéndome frente a ella para enganchar las correas correctamente. Cuando estuvo colocado volví a apoyarme en ella, saliendo lentamente de la habitación para comenzar a caminar hacia el hospital.
Durante el camino hasta la habitación del feral, el berrinche fue en aumento entre llantos, gritos y mordidas y, aunque yo hacía todo lo posible por retenerla, reprenderla, consolarla, nada de lo que yo hacía parecía hacer efecto lo cual me tenía cada vez más nerviosa.
-Bueno ya que necesitas hacer ejercicio puedes intentar darme la paliza que me prometiste.- Dije para pensar en otra cosa que no sea la niña mientras esperaba a Kyllian en la puerta de su habitación para que abra y para que nos deje pasar, si quería.
-Bueno ya que necesitas hacer ejercicio puedes intentar darme la paliza que me prometiste.- Dije para pensar en otra cosa que no sea la niña mientras esperaba a Kyllian en la puerta de su habitación para que abra y para que nos deje pasar, si quería.
Kyllian Evans
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subimos por la escalera entre gritos y llantos que me estaban doblegando poco a poco, me costaba decirle que no a la pequeña pero por suerte Leila tenía más paciencia para eso, al llegar a la puerta hice flotar la comida pensando que era idiota por no haberlo pensado antes -A veces se me olvida que puedo hacer estas cosas- un "click" nos dio paso a la habitación y la comida voló hasta una pequeña mesa.
Aquello de la paliza me dio mal rollo considerando que la última vez acabé con el cuello roto -No sé cuando te dije eso pero creo que no me apetece, ni siquiera te ataqué en el torneo, le dejé el marrón a Setelah- rebusqué entre los cajones, buscando cubiertos para los tres encontrando dos tenedores y una cuchara pero Lila tenía su propio plato con dibujitos de colores y esas cosas que le gustaba a los críos -Mira lila! si dejas de llorar te lo doy- aquel platito flotó de igual forma hasta aquellas dos teniendo cuidado de que con la mala leche que tenía la niña no lo fuera a estampar contra algo -se lo encontré en el mercado antes del torneo- comenté a la Feral estirando los brazos para sentar a la niña en mi regazo y así darle de comer y que ella hiciera lo mismo.
Con mucha paciencia, mimos y carantoñas, Lila al fin empezó a calmarse y comer después de tirar la cuchara unas cuantas veces -¿Y qué habéis hecho estos días encerradas? ya sabemos que comer algo decente no- le di un besito a la niña en la mejilla mientras le daba otra cucharada de comida -después podría enviarle un mensaje al hermano de Reiv o a Altair por si saben algo ¿Has contactado con los de la brigada?-
Aquello de la paliza me dio mal rollo considerando que la última vez acabé con el cuello roto -No sé cuando te dije eso pero creo que no me apetece, ni siquiera te ataqué en el torneo, le dejé el marrón a Setelah- rebusqué entre los cajones, buscando cubiertos para los tres encontrando dos tenedores y una cuchara pero Lila tenía su propio plato con dibujitos de colores y esas cosas que le gustaba a los críos -Mira lila! si dejas de llorar te lo doy- aquel platito flotó de igual forma hasta aquellas dos teniendo cuidado de que con la mala leche que tenía la niña no lo fuera a estampar contra algo -se lo encontré en el mercado antes del torneo- comenté a la Feral estirando los brazos para sentar a la niña en mi regazo y así darle de comer y que ella hiciera lo mismo.
Con mucha paciencia, mimos y carantoñas, Lila al fin empezó a calmarse y comer después de tirar la cuchara unas cuantas veces -¿Y qué habéis hecho estos días encerradas? ya sabemos que comer algo decente no- le di un besito a la niña en la mejilla mientras le daba otra cucharada de comida -después podría enviarle un mensaje al hermano de Reiv o a Altair por si saben algo ¿Has contactado con los de la brigada?-
-Me encantaría que las olvides, al menos frente a la niña.- Murmuré mientras le tapaba la vista a la bebé en mis brazos para que no vea a las raciones flotar e ingresabamos a la habitación.
-Me lo prometiste en el Escocés Borracho, antes de que trajeras a la niña a mis espaldas… ¿El de kimono se llama Setelah?- Al parecer, el feral temía enfrentarme, no sabía por qué si casi llega al podio en el Torneo. La niña comenzó a calmarse y a mirar curiosa aquello que Kyllian le ofrecía pero me apresuré en taparle los ojos cuando hizo levitar el plato hasta nosotras, le dirigí una mirada con el ceño fruncido y tomé el plato flotante para destaparle los ojos a la niña y dejar que chupe y muerda el plástico.
-Es lindo.- Dije mientras le tendía a la niña para que él le dé de comer. Me dediqué a comer tranquila ahora que el otro se encargaba de ella, cuando me preguntó estaba masticando así que tuvo que esperar a que terminara con eso para responderle.
-Pues… hicimos acrobacias en la tela, comimos, dormimos, jugamos… y poco más.- La rutina se hizo aburrida, por eso salimos al hall a hacer acrobacias.
-La semana pasada hablé con ellos y me dijeron que nos reuniríamos, seguro que en cualquier momento Lykaios nos convoca.- Dije agitado la moneda comunicadora para dejarla sobre la mesa de luz y pinchar otro trozo con el tenedor. No tenía mucha más hambre así que fui al baño para lavar el plato y el tenedor y al volver le ofrecí darle yo de comer a la bebé por si quería comer tranquilo.
-El primer cumpleaños de la niña es en menos de un mes.-
-Me lo prometiste en el Escocés Borracho, antes de que trajeras a la niña a mis espaldas… ¿El de kimono se llama Setelah?- Al parecer, el feral temía enfrentarme, no sabía por qué si casi llega al podio en el Torneo. La niña comenzó a calmarse y a mirar curiosa aquello que Kyllian le ofrecía pero me apresuré en taparle los ojos cuando hizo levitar el plato hasta nosotras, le dirigí una mirada con el ceño fruncido y tomé el plato flotante para destaparle los ojos a la niña y dejar que chupe y muerda el plástico.
-Es lindo.- Dije mientras le tendía a la niña para que él le dé de comer. Me dediqué a comer tranquila ahora que el otro se encargaba de ella, cuando me preguntó estaba masticando así que tuvo que esperar a que terminara con eso para responderle.
-Pues… hicimos acrobacias en la tela, comimos, dormimos, jugamos… y poco más.- La rutina se hizo aburrida, por eso salimos al hall a hacer acrobacias.
-La semana pasada hablé con ellos y me dijeron que nos reuniríamos, seguro que en cualquier momento Lykaios nos convoca.- Dije agitado la moneda comunicadora para dejarla sobre la mesa de luz y pinchar otro trozo con el tenedor. No tenía mucha más hambre así que fui al baño para lavar el plato y el tenedor y al volver le ofrecí darle yo de comer a la bebé por si quería comer tranquilo.
-El primer cumpleaños de la niña es en menos de un mes.-
Kyllian Evans
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Era raro que Leila no quisiera enseñarle la magia a la niña... y bastante complicado ya que vivíamos rodeados de ella, me encogí de hombros y lo olvidé por un momento pasando a la habitación para poder comer todos juntos.
Me quedé pensando en lo de la paliza un buen rato, mirando al techo tratando de recordar hasta que al fin di con ello -AAAH! te refieres a lo del entrenamiento! joder Leila pero eso era más rollo jugar al pressing catch, no que quiera pegarte en plan chungo- me llevé una mano al cuello rascando mi nuca -la verdad dudo que pueda ponerte una mano encima así por las buenas.. y por cierto, ya hablamos lo dela niña, me puse nervioso y tenía fiebre! estaba solo en el barco y no sabía que hacer- di con los cubiertos y el platito de la niña que flotó hasta ellas y de nuevo Leila le cubrió los ojos dirigiéndome una mirad nada amable -Sabes que si se va a quedar conmigo en la isla va a ver magia casi todos los días...¿verdad? y de eso si me acuerdo, me lo dijiste en el baile-
La tranquilidad llegó y las dos chicas pudieron comer, su semana había sido tranquila, cosa que me sorprendió teniendo en cuenta lo poco que conocía a la Feral pero si algo tenía claro es que era un poco inquieta -Bueno, al menos habéis hecho más cosas que yo- tomé otra cucharada haciéndole cosquillas a lila para que abriera la boca y terminara de comer, al menos ahora se reía.
Dejé que Leila tomara a la niña y por fin pude comer mientras me explicaba lo de la brigada -Sabes, es extraño pero a mi me huele a que hay algo que no nos cuentan- tomé una gran cucharada y me la metí a la boca saboreando algo por fin que no fuera comida de hospital -Reiv no me ha querido contar porqué se coló en el torneo, aunque no era exactamente él... fue extraño pero seguro se lo saco con unas cervezas, quien sabe, a lo mejor se fue de fiesta con tus amigos y la liaron parda porque a Juliet tampoco se lo quiere decir-
Me quedé pensando en lo de la paliza un buen rato, mirando al techo tratando de recordar hasta que al fin di con ello -AAAH! te refieres a lo del entrenamiento! joder Leila pero eso era más rollo jugar al pressing catch, no que quiera pegarte en plan chungo- me llevé una mano al cuello rascando mi nuca -la verdad dudo que pueda ponerte una mano encima así por las buenas.. y por cierto, ya hablamos lo dela niña, me puse nervioso y tenía fiebre! estaba solo en el barco y no sabía que hacer- di con los cubiertos y el platito de la niña que flotó hasta ellas y de nuevo Leila le cubrió los ojos dirigiéndome una mirad nada amable -Sabes que si se va a quedar conmigo en la isla va a ver magia casi todos los días...¿verdad? y de eso si me acuerdo, me lo dijiste en el baile-
La tranquilidad llegó y las dos chicas pudieron comer, su semana había sido tranquila, cosa que me sorprendió teniendo en cuenta lo poco que conocía a la Feral pero si algo tenía claro es que era un poco inquieta -Bueno, al menos habéis hecho más cosas que yo- tomé otra cucharada haciéndole cosquillas a lila para que abriera la boca y terminara de comer, al menos ahora se reía.
Dejé que Leila tomara a la niña y por fin pude comer mientras me explicaba lo de la brigada -Sabes, es extraño pero a mi me huele a que hay algo que no nos cuentan- tomé una gran cucharada y me la metí a la boca saboreando algo por fin que no fuera comida de hospital -Reiv no me ha querido contar porqué se coló en el torneo, aunque no era exactamente él... fue extraño pero seguro se lo saco con unas cervezas, quien sabe, a lo mejor se fue de fiesta con tus amigos y la liaron parda porque a Juliet tampoco se lo quiere decir-
-¿Qué es el pressing catch?- Le pregunté confundida. Había veces en las que no entendía lo que la gente hablaba a mi alrededor, la razón más habitual era porque mi lengua natal era otra, distinta a la local, pero con Kyllian me pasaba más seguido porque él hablaba a su manera, una forma o muy autóctona o que él se inventaba, yo no tenía idea. Sabía que él había nacido en un pequeño pueblo rural en Escocia porque él mismo me lo había dicho, pero por más fluido que yo hable, había cortocircuitos en nuestras conversaciones, también sabía que él entendía algunas palabras en kirio, pero no estaba segura de si él sabría hablar o podría mantener conversaciones fluidas, ni siquiera sabía cómo es que sabía hablar mi idioma natal.
-Lo que dicen sobre lo difícil que es entender a los escoceses es cierto.- Dije mientras nos acomodaba sobre la cama y él buscaba los utensilios.
-¿Podrías, al menos, respetar los deseos de su madre?- Dije como respuesta a que en la isla vería magia constantemente mientras me volvía a sentar tras dejarle a la niña para que coma con él. Claro que lo sabía, por eso no la quería traer, pero me resultaba difícil decirle que no a Kyllian si estaba entre sus brazos. Mis ojos de color jade opaco pero brillante lo miraron profundamente para luego desviarse a la niña, la cual me contagió su sonrisa cuando él le hacía cosquillas. Alce a la bebe en brazos mientras él hablaba y asentía distraidamente como respuesta a sus teorías.
Le limpié la comida sobrante de las comisuras de la boca, de su mentón, de sus mejillas y de lo que había chorreado hasta su cuello mientras sonreía pensando en que era por la boca por donde debía comer y pensando en ella embarrada en torta de cumpleaños. Cuando mencioné el cumpleaños de la niña y él no hizo ningún tipo de reacción al respecto, lo miré con sospecha esperando que confirme mis suposiciones sobre su falta de afecto hacia la bebe, su interés pasajero sobre la experiencia de tener una versión pequeña de uno a su cargo, o su simple extraña forma de ser o una reacción con retraso porque tal vez no me había escuchado o no me había entendido. Intercambié una mirada de extrañeza con la bebe para luego ambas dirigir nuestras miradas a él.
-¡Batde!- Comentó ella.
-Lo que dicen sobre lo difícil que es entender a los escoceses es cierto.- Dije mientras nos acomodaba sobre la cama y él buscaba los utensilios.
-¿Podrías, al menos, respetar los deseos de su madre?- Dije como respuesta a que en la isla vería magia constantemente mientras me volvía a sentar tras dejarle a la niña para que coma con él. Claro que lo sabía, por eso no la quería traer, pero me resultaba difícil decirle que no a Kyllian si estaba entre sus brazos. Mis ojos de color jade opaco pero brillante lo miraron profundamente para luego desviarse a la niña, la cual me contagió su sonrisa cuando él le hacía cosquillas. Alce a la bebe en brazos mientras él hablaba y asentía distraidamente como respuesta a sus teorías.
Le limpié la comida sobrante de las comisuras de la boca, de su mentón, de sus mejillas y de lo que había chorreado hasta su cuello mientras sonreía pensando en que era por la boca por donde debía comer y pensando en ella embarrada en torta de cumpleaños. Cuando mencioné el cumpleaños de la niña y él no hizo ningún tipo de reacción al respecto, lo miré con sospecha esperando que confirme mis suposiciones sobre su falta de afecto hacia la bebe, su interés pasajero sobre la experiencia de tener una versión pequeña de uno a su cargo, o su simple extraña forma de ser o una reacción con retraso porque tal vez no me había escuchado o no me había entendido. Intercambié una mirada de extrañeza con la bebe para luego ambas dirigir nuestras miradas a él.
-¡Batde!- Comentó ella.
Kyllian Evans
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Me quedé mirando a Leila un segundo por su pregunta -Oh! pues es una cosa que veía en londres, los humanos tienen cosas raras pero entretenidas... bueno, tenían, solo vi vídeos grabados del viejo que vivía a mi lado en los suburbios- de nuevo la feral me había salido con otra ocurrencia de las suyas y me eché a reír -La verdad, no sé si soy totalmente escocés, soy más un poco de todo-
Lo preparamos todo para comer y el tema de la magia sin duda era algo que me sacaba de quicio -no te entiendo, ¿qué sentido tiene ocultarle la magia? acabará descubriendo que existe, todos saben que hay magos, la diferencia está en que la vea como lo hacen los humanos o como algo bueno- dejé el tema ahí mientras le daba de comer a Lila haciéndole cosquillas, al menos ella se lo pasaba bien, sin más preocupaciones que comer tarta y jugar.
Cuando empecé a hablar de mis teorías ella se limitó a asentir limpiando a la niña, pero el comentario del cumpleaños no me había pasado inadvertido, solo me había pillado con la boca llena y un ruido que vino desde abajo llamó mi atención, tragué y levanté la mano para indicarle que escuchara, había movimiento en la parte de abajo y eso casi que podrían significar problemas -No sé que pasa en la isla pero creo que tenemos que asegurarnos de que no es peligroso antes de pensar en cumpleaños...- me levanté dejando la comida para abrir la puerta viendo como la gente iba subiendo a sus habitaciones -Esperadme aquí, voy a ver que pasa- me desaparecí para no perder tiempo hasta la entrada del edificio.
Lo preparamos todo para comer y el tema de la magia sin duda era algo que me sacaba de quicio -no te entiendo, ¿qué sentido tiene ocultarle la magia? acabará descubriendo que existe, todos saben que hay magos, la diferencia está en que la vea como lo hacen los humanos o como algo bueno- dejé el tema ahí mientras le daba de comer a Lila haciéndole cosquillas, al menos ella se lo pasaba bien, sin más preocupaciones que comer tarta y jugar.
Cuando empecé a hablar de mis teorías ella se limitó a asentir limpiando a la niña, pero el comentario del cumpleaños no me había pasado inadvertido, solo me había pillado con la boca llena y un ruido que vino desde abajo llamó mi atención, tragué y levanté la mano para indicarle que escuchara, había movimiento en la parte de abajo y eso casi que podrían significar problemas -No sé que pasa en la isla pero creo que tenemos que asegurarnos de que no es peligroso antes de pensar en cumpleaños...- me levanté dejando la comida para abrir la puerta viendo como la gente iba subiendo a sus habitaciones -Esperadme aquí, voy a ver que pasa- me desaparecí para no perder tiempo hasta la entrada del edificio.
-¿Tu?¿Un poco de todo? Si, claro.- Dije irónicamente entre pequeñas risas.
-El mundo es más que Reino Unido y Ouroboros "Wild Panther", créeme, lo sé.- Todo lo que yo había pasado para llegar hasta allí y todo lo que estaba dispuesta a hacer por irme y no volver más solo yo lo sabía, pero quizás le había contado una décima parte en un momento vulnerable como lo era el preparto.
-Necesitas viajar un poco, conocer otros sitios, otras realidades, ver el mundo, asolearte.- Él solo conocía el paraíso, normal que no conozca los horrores del mundo ni los peligros de la magia. Era simple: los que conocen la magia, mueren, los que no, viven, pero él no lo entendería, no a menos que lo vea con sus propios ojos y lo experimente con su propia carne, así que no respondí su pregunta sobre por qué ocultarle la magia, solo negué frustrada con la cabeza para poder comer. Ser asolado por el terror desde el primer recuerdo, la brutalidad del mundo, las carencias a las que te expone.
"Que la vea como lo hacen los humanos" esa frase me saco una sonrisa, pero no fue una sonrisa de felicidad. El tiempo pasó y lo dejé ir para concentrarme en la niña. Agudice el oído cuando él lo indicó y escuché el movimiento normal que había en el edificio, él quizás no estaba habituado por su tiempo en el hospital y le intenté advertir que era la hora en la que la gente volvía de comer y que cerraban la ventanilla para pedir tu ración pero fue inútil. Al menos dejó la puerta abierta así que me puse a registrar su habitación hasta que encontré la cámara en su mochila, la tomé al igual que el plato que le compró y mi moneda comunicadora, alcé a la niña en brazos y nos fuimos de allí antes de que él vuelva.
-El mundo es más que Reino Unido y Ouroboros "Wild Panther", créeme, lo sé.- Todo lo que yo había pasado para llegar hasta allí y todo lo que estaba dispuesta a hacer por irme y no volver más solo yo lo sabía, pero quizás le había contado una décima parte en un momento vulnerable como lo era el preparto.
-Necesitas viajar un poco, conocer otros sitios, otras realidades, ver el mundo, asolearte.- Él solo conocía el paraíso, normal que no conozca los horrores del mundo ni los peligros de la magia. Era simple: los que conocen la magia, mueren, los que no, viven, pero él no lo entendería, no a menos que lo vea con sus propios ojos y lo experimente con su propia carne, así que no respondí su pregunta sobre por qué ocultarle la magia, solo negué frustrada con la cabeza para poder comer. Ser asolado por el terror desde el primer recuerdo, la brutalidad del mundo, las carencias a las que te expone.
"Que la vea como lo hacen los humanos" esa frase me saco una sonrisa, pero no fue una sonrisa de felicidad. El tiempo pasó y lo dejé ir para concentrarme en la niña. Agudice el oído cuando él lo indicó y escuché el movimiento normal que había en el edificio, él quizás no estaba habituado por su tiempo en el hospital y le intenté advertir que era la hora en la que la gente volvía de comer y que cerraban la ventanilla para pedir tu ración pero fue inútil. Al menos dejó la puerta abierta así que me puse a registrar su habitación hasta que encontré la cámara en su mochila, la tomé al igual que el plato que le compró y mi moneda comunicadora, alcé a la niña en brazos y nos fuimos de allí antes de que él vuelva.
Habitación MMMDCLIII
No solo no nos dejaron a solas, sino que nos transfirieron a una especie de gueto en el que también habían seres mágicos. Durante la semana me cruce con drows rastreros, elfos presumidos, alados llorones, licántropos bárbaros, enanos malhumorados, gárgolas parlantes e incluso vampiros. No sabía qué hacer con mi vida; no quería estar en la habitación, todos amuchados, pero tampoco quería salir para convivir con las bestias, eso sin mencionar a los guardias del infierno.
A la semana ya me había cagado en todos sus antepasados, la había pasado dando cacerolazos a modo de protesta, quizás si molestaba lo suficiente a todos a mi alrededor, con suerte me llevarían a los calabozos, así que eso hice.
Viendo que eso no daba resultado cambié de estrategia.
-Yo puedo ayudar con la inteligencia artificial ¿Puedo ir con los que se están encargando de eso?- Le pregunté a los guardias apostados en la puerta de la habitación tras abrir la puerta pero no cruzar el umbral. Finalmente los guardias aceptaron y nos llevaron a otro sitio.
Éxito: encuentra materia prima
Fallo: no encuentra
Dados
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El miembro 'Collins O'Connell' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
'Probabilidad' :
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