Mazmorra. Pruebas día 3+4 (Kiana) FINALIZADA

Las rejas de la mazmorra se abrieron para dar paso a la participante, cerrándose de manera estruendosa una vez que se adentra en el húmedo y verdoso túnel. Pronto comenzó a cambiar de manera progresiva, transformándose en un frondoso bosque. La ilusión creada por Mei reproducía el hogar de los licántropos del Clan de la Luna Roja, mostrando a los hijos de Kiana corriendo por ahí.  "Bonita camada."  susurró la voz en la mente de la mujer, mostrándola en esa ilusión como la líder del grupo que era. Después pasó a hacerla rememorar su encuentro con otra de las participantes del torneo, Leila, a la que casi mata en una ocasión.  "¿Sabes que ella también participa en el torneo? si pasas a la siguiente fase tendrás ocasión de ajustar cuentas con ella?"  la Descendiente había visto los deseos que tuvo Kiana de eliminarla aquel día, sabía de la naturaleza agresiva de la licántropa. Quería ver hasta dónde podía llegar.  "Aunque con los hombres actúas de modo distinto...los quieres a todos para seguir ampliando tu camada"  
una breve risa cotilla se dejó escuchar al mostrar las imágenes de Altair sin camiseta, cosa que era habitual en él, y de algunos otros hombres que había conocido, Benjamin Red entre ellos.


La imagen idílica del bosque empezó a cambiar, de repente  era pasto de las llamas, se escuchaban disparos, gritos...la sangre manchaba el suelo. "Incluso ahí llega la guerra. Hasta tus hijos...ellos también morirán si te niegas a colaborar y a dejar de lado tu ideología de superioridad de los licántropos y conversión masiva. ¿Acaso Altair no te ha hablado de eso? ¿Por qué seguís enfrentados al clan de los Hijos de Fenrir? la desunión en estos tiempos solo traerá más desgracias."  un robot Centinela irrumpió en el claro del bosque, disparando a bocajarro a una de las predilectas de Kiana, su hija Ona. Aquello no había sucedido, pero pretendía ser una advertencia de que no podrían vivir al margen nunca más. "Tal vez esté pasando eso ahora mismo. ¿Cuánto tiempo hace que dejaste tu clan en el bosque? ¿Qué has venido a buscar a este torneo?" la ilusión de las llamas envolvió a Kiana, provocando las sensaciones que provocarían las reales. "Si quieres salir de aquí deberás responder correctamente a un acertijo. Cuando lo hagas todo el horror desaparecerá y podrás llegar hasta el objeto que te dará la llave de huida de esta prueba" el fuego siguió devorando su hogar, su gente, su prole...incluso comenzaba a hacerla arder a ella misma. En esas condiciones le costaría concentrarse.

"Devora todas las cosas: aves, bestias, plantas y flores; roe el hierro, muerde el acero, mata reyes, arruina ciudades y derriba las altas montañas."

Con el inicio del tercer día del torneo, comienza una nueva prueba. Para desayunar me cocino la lengua del demonio alado que me guardé de ayer y una vez lista me adentro en las mazmorras. Me giro sorprendida cuando las rejas se cierran de aquel modo, pero continúo y avanzo agazapada, lista para un ataque. A medida que sigo, surge a mi alrededor una imagen conocida, mi hogar, así que voy tomando una postura más erguida, más relajada y menos defensiva, del mismo modo, camino con más soltura y un poco más rápido.

El susurro en mi mente hace que me detenga donde estoy y me gire para revisar si es alguien que me está hablando y no lo olí acercarse tanto o si, efectivamente, hay alguien hablando en mi cabeza. Eso me recuerda lo que pasó ayer, la dragón parecía escuchar lo que yo pensaba, pero el pensamiento me queda a medias cuando recuerdo el ataque de la feral.

-Hmmm... Creí haberla olido en la cabaña.- Me saca una sonrisa pensar que podría ajustar cuentas con ella.

-Los necesito.- Digo hablando de los hombres lobo y encogiéndome de hombros. -Si podría tener hijos sola, lo haría. Algunos me salen mejores que otros.- Digo refiriéndome ahora a mis hijos mientras me sonrío mirando a Altaïr. Al ver al mago del fuego recuerdo que habíamos acordado que hablaría con su jefe para que se reúna conmigo, pero nunca más apareció, así que le lanzo un cuchillo a la cabeza, furiosa, pero éste lo atraviesa.

-¿Ésto se trata sobre magia de la mente? Puedo escucharte pero no te veo. ¿Eres invisible? No, si fuera así podría olerte... Entre los licantropos del clan tenemos una conexión mental, pero últimamente siento que mis pensamientos los pueden escuchar aquellos que no pertenecen al clan, incluso que no son licantropos... No lo entiendo...- Digo mientras voy a buscar el cuchillo que no quedó clavado en el hombre al tiempo que sigo revisando mis alrededores, cautelosa por si viene algún ataque.

De un momento a otro, el caos se desata en torno a mí, hay muerte y dolor allí donde miro, mientras aquella voz sigue hablando. Una exclamación ahogada surge de mí al ver a Ona ser acecinada por aquel monstruo de metal, a continuación una sonrisa aparece en mi rostro mientras una lágrima cae por mi mejilla. El dolor enseña, estoy aprendiendo.

-Si para hacer del mundo un lugar mejor tengo que sacrificar a mis hijos, lo haré. Haré lo que sea necesario.- Debo dejar ir, que todo se vaya. No quiero ataduras que me coarten el poder al que puedo llegar.

-Vine a buscar dolor.- Respondo secamente a la última pregunta de la voz con la mandíbula apretada. Cuando siento las llamas envolverme, agarro con tanta fuerza los cuchillos que mis nudillos se vuelven blancos. Respiro profundamente mientras aprieto más las mandíbulas hasta sentir que mis dientes se van a romper, sé que la vena del cuello y la de la frente las tengo a punto de explotar y, ademas, el calor entra por mis fosas nasales junto con el olor a mi carne chamuscada. El dolor enseña, estoy aprendiendo. No cierro los ojos ante las vistas del fuego quemandolo todo e incluso en estas condiciones de mí sale una risa ahogada.

-¿Piensas que ésto es el dolor? No. Éste es el camino.- Mi voz sale cortada por el dolor que está sufriendo mi cuerpo, el fuego me está purificando. Aún así tengo que seguir, así que pienso en el acertijo que recitó. Primero pienso que se podría estar refiriendo a un licántropo ya que, si merma la carne, comemos lo que tenemos más cerca, luego pienso que podría estar refiriéndose a un licántropo de mi clan por nuestro potencial, también pienso que podría estar refiriéndose a mí, o quizás a un monstruo más grande... ¿Un dragón?¿Juliet Bennett?¿A ésto se refería Altaïr en la primera prueba? Pienso pienso y pienso mientras el fuego avanza, intento recordar que el dolor enseña pero me es difícil ignorarlo. Tengo el presentimiento de que la respuesta es muy diferente a alguna bestia y que la sé de algún modo, pero no soy capaz de ponerme a pensar. Empiezo a sentir miedo, y esto es malo para pensar. El fuego avanza y se vuelve insoportable, eso hiere mi orgullo ya que yo fui educada así, al igual que mis hermanos, al igual que mis hijos, al igual que mis padres, al igual que mis tíos, al igual que sus padres, y yo tengo que ceder. Mi lengua parece haberse pegado al paladar; quería gritar: ¡Dame tiempo! Pero todo lo que salió en un súbito chillido fue:

-¡Tiempo! ¡Tiempo!-

La Descendiente se escandalizó un poco con la perspectiva de Kiana sobre sus parejas, sólo como cosas útiles para tener hijos. Dudaba si ella sería capaz de querer alguien, y si realmente lo hacía con su prole. El susurro siguió con voz amable en la cabeza de Kiana, resolviendo sus dudas. "Está en tu mente, sí, ¿pero acaso deja de ser real para ti por eso?" trató de confundirla con lo que podía considerarse real, o en qué podía creer y en qué no. "Quién sabe...tal vez tengas alguna habilidad de telepatía por desarrollar...naciste bruja, no humana" ya explorarían esa posibilidad si se daba la circunstancia para ello.

La lágrima en la mejilla de Kiana hizo pensar a Mei que sí que le importaban sus hijos, aunque luego cambió de opinión al escuchar que estaría dispuesta a sacrificarlos por el mundo. Ni siquiera el dolor por el fuego que la envolvía la hizo cambiar de opinión, era como si lo necesitase para seguir, para superarse. Encajaba bastante en el perfil de lo que Mei sabía sobre ese clan, aunque nunca había conocido a una en persona. Estaba a punto de dejarla por imposible y de hacerla fallar la prueba porque no respondía, hasta que finalmente dio con la palabra correcta.

"Exacto. Todo es cuestión de tiempo. Es lo único que importa, al fin y al cambo." las llamas desaparecieron súbitamente, dejando tan sólo la ilusión del bucólico bosque de nuevo. "Puedes seguir adelante, busca el objeto que te permitirá salir de aquí, pero ten mucho cuidado..." la voz se desvaneció poco a poco en un eco, al igual que la ilusión. Volvía a estar en el pasillo del principio, aunque al fondo de éste se veía una armadura de aspecto antiguo. En teoría sólo tenía que llegar hasta ella...

spoiler:

Abro los ojos como platos al escuchar aquel susurro delator sobre mi verdadero origen. Yo nací licantropa. Yo nací licantropa. Yo nací licantropa. Ni humana, ni bruja, licantropa. Me siento liviana en el fuego, como si pudiera alcanzar las estrellas. Se lo lleva todo a su paso, destruye todo aquello que se aferra a mí y me permite volar. Aunque también cabe la posibilidad de que esté delirando. Ésa idea me trae devuelta a mi presente, al ardor del fuego en mi piel y me obliga a pensar para que mi cuerpo sea liberado. Aunque me avergüence admitirlo, no puedo soportarlo, mi cuerpo es débil aún... pero no por mucho tiempo.

Escuchar la voz en mi cabeza diciendo que había dado con la respuesta me toma por sorpresa y cuando desaparecen las llamas repaso en mi cabeza el acertijo y qué tiene que ver con la respuesta, aunque tampoco le doy muchas vueltas. El siguiente paso parece ser encontrar un objeto específico, pero la voz se desvanece antes de dar más indicaciones.

-Eh! ¿Qué objeto?- Grito mientras giro sobre mi eje buscando a la voz. Mi mirada encuentra una armadura de aspecto antiguo al fondo del pasillo del principio ¿Ése es el objeto? Lo miro y camino desconfiada hacia él cuando, de las sombras aparece una araña de mi altura y del ancho del pasillo que me hace frente. Tras profundas respiraciones me lanzo a ella esquivando sus patas y su pico y luego de una intensa lucha consigo abrirla al medio con mis cuchillos. Con la cara llena de sangre de la araña me sonrío y miro triunfal mis cuchillos llenos de sangre, es una sonrisa feroz llena de adrenalina, pero de pronto el olor de mas de esos bichos llena mi nariz. Del otro lado del pasillo una turba de arañas gigantes se acerca a toda velocidad haciendo retumbar el corredor con sus muchas patas, viendo ésto decido echar a correr hacia la armadura tras un gruñido de impotencia y cuando tomo el metal oxidado me siento empujada lejos hasta salir de aquel lugar.

El miembro 'Kiana Wolfrun' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 3