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Recuerdo del primer mensaje :
Después de un tiempo muy prudencial conseguí hacerme con el valor para empezar a salir de casa poco a poco. Todavía tenía pendiente terminar de rellenar el formulario del censo de Ouroboros, el hecho de poder hacerlo online y… hablar con Markus o con Adael sobre, bueno, cómo seguir adelante y mejorar mis poderes. Con todo el tema de la máquina me había quedado un poco estancada… parte de culpa la tuvo aquella ansiedad brutal y aquella paranoia sobre que todos eran máquinas. Bueno, al final de cuentas, no sabía si lo eran o no, solo quedaba saber qué había detrás del espejo y elegir la pastilla con sabiduría. Todavía tenía que ver a Iroh para darle la respuesta definitiva, supongo, si es que todavía seguía por la isla, que lo mismo se había ido ya. Además, debería empezar a buscar un trabajo, y empezar por el tema de organizar los documentos oficiales de Ouroboros podría ser un bien inicio… me permitía trabajar desde casa también en caso de que lo necesitara.
Había bastante lío en el laboratorio ese día, aunque pregunté directamente por el Descendiente de Tesla. Rápidamente me dijeron que estaba con sus cosas en la tienda-invernadero de la isla que se había desgajado. ¿Se había desgajado la isla? No me costó llegar hasta allí, a decir verdad. Cuando llegué parecía estar muy enfocado con algo que trabajaba delante de él. Supuse que sería una planta, como todas esas que estaban en todas las estanterías del invernadero. Las sentí mirarme de una forma que no supe comprender y sentí un escalofrío. -¿Descendiente Tesla? Venía a hablar con usted… eh… Adael me dijo que podía… bueno, quizás sea una tontería, pero…. ¿puedo preguntarle en qué está trabajando?- Sabía que si le contaba mis problemas antes de llamar su atención no me haría caso, por lo que traté de irme un poco por la tangente.
Había bastante lío en el laboratorio ese día, aunque pregunté directamente por el Descendiente de Tesla. Rápidamente me dijeron que estaba con sus cosas en la tienda-invernadero de la isla que se había desgajado. ¿Se había desgajado la isla? No me costó llegar hasta allí, a decir verdad. Cuando llegué parecía estar muy enfocado con algo que trabajaba delante de él. Supuse que sería una planta, como todas esas que estaban en todas las estanterías del invernadero. Las sentí mirarme de una forma que no supe comprender y sentí un escalofrío. -¿Descendiente Tesla? Venía a hablar con usted… eh… Adael me dijo que podía… bueno, quizás sea una tontería, pero…. ¿puedo preguntarle en qué está trabajando?- Sabía que si le contaba mis problemas antes de llamar su atención no me haría caso, por lo que traté de irme un poco por la tangente.
De las pruebas con sangre solo quedaba aquella de utilizar sangre envenenada y, por supuesto, con lo que le había costado, iba a hacer la prueba, aunque el científico ya suponía cuál iba a ser el resultado. El experimento de usar sangre mancilladas de distintas maneras no había resultado como el del bigote esperaba, ya que había hipotetizado que usar la sangre como vehículo de veneno o de muerte afectaría al árbol de alguna manera. La única manera en la que le afectaba es que parecía otorgarle más energía y que por alguna extraña razón, tal y como habían registrado con anterioridad, el Sanguis tenía afinidad por la magia, por cómo había podido observar el movimiento de las hojas al acercarse al esqueje. Todo aquello quedó apuntado gracias a la pluma, de la misma manera que el resultado negativo de añadir glifosfato con la sangre. Lejos de molestarse, el árbol, había crecido un tanto.
Pero la nueva atención de Markus se centraba en el tema de la alquimia como parte de conseguir un todo. Despejó parte de la mesa y conjuró un grueso tomo de alquimia de la biblioteca de la academia. Un libro que hacía mucho que no se usaba, quizás una reliquia de Paracelso, ya que en la portada se encontraba la serpiente con la cola mordida. Uno de los pocos libros que pudieron sobrevivir a la caída de la isla. -Eres toda una reliquia, amiguito- El científico abrió el libro por la mitad y fue pasando las hojas apergaminadas por el paso del tiempo con cuidado. Se saltó todo aquello que tenía que ver con los elementos alquímicos, los planetas y las fases de la luna y fue buscando todo aquello que tenía que ver con buscar sobre la forma, las sombras, el alma y el cuerpo, encontrando capítulos francamente interesantes. Markus debería hablar con Curie… y de paso que le invitase a codillo.
El científico siquiera alzó la mirada de la sesuda lectura en la que estaba enfrascado cuando una voz familiar con aroma a cereza le llamó. Masculló un muy bien muy bien poco interesado, sin prestar mucho interés. La lectura sobre los planos alquímicos le estaba pareciendo de lo más interesante y a la vez desconcertante. -Ah, sí, Adael me dejó recados para usted, señorita Simon. Tome asiento, hágame un café y apunte- Alzó la mirada al frente y luego a la muchacha -Mejor no apunte- Atrajo la pluma encantada y el pergamino y empezó a hacer algunos esquemas que solo podía entender él mezclado con ciertas copias de algunos círculos alquímicos y elementos químicos… algunos conocidos, otros no. -El descendiente Cohen confesó a Markus que estaba muy interesado en que ayudara usted con un tema sobre el censo y… ¿algo de una digitalización?- Bajó de nuevo el libro, con cara de desconcierto y se atusó el bigote, pensando en aquello que había leído en aquel libro. ¿Intercambio equivalente?
La pregunta llamó la atención del descendiente y dirigió su atención a la muchacha de pelo morado -¿Cómo rompería un recipiente? Responde, rápido- Azuzó el científico a la aprendiz. Tenía algunas ideas, por supuesto, pero nunca había trabajado con espíritus que poseen otros organismos u objetos, esa rama de la magia no era campo de trabajo del científico.
Pero la nueva atención de Markus se centraba en el tema de la alquimia como parte de conseguir un todo. Despejó parte de la mesa y conjuró un grueso tomo de alquimia de la biblioteca de la academia. Un libro que hacía mucho que no se usaba, quizás una reliquia de Paracelso, ya que en la portada se encontraba la serpiente con la cola mordida. Uno de los pocos libros que pudieron sobrevivir a la caída de la isla. -Eres toda una reliquia, amiguito- El científico abrió el libro por la mitad y fue pasando las hojas apergaminadas por el paso del tiempo con cuidado. Se saltó todo aquello que tenía que ver con los elementos alquímicos, los planetas y las fases de la luna y fue buscando todo aquello que tenía que ver con buscar sobre la forma, las sombras, el alma y el cuerpo, encontrando capítulos francamente interesantes. Markus debería hablar con Curie… y de paso que le invitase a codillo.
El científico siquiera alzó la mirada de la sesuda lectura en la que estaba enfrascado cuando una voz familiar con aroma a cereza le llamó. Masculló un muy bien muy bien poco interesado, sin prestar mucho interés. La lectura sobre los planos alquímicos le estaba pareciendo de lo más interesante y a la vez desconcertante. -Ah, sí, Adael me dejó recados para usted, señorita Simon. Tome asiento, hágame un café y apunte- Alzó la mirada al frente y luego a la muchacha -Mejor no apunte- Atrajo la pluma encantada y el pergamino y empezó a hacer algunos esquemas que solo podía entender él mezclado con ciertas copias de algunos círculos alquímicos y elementos químicos… algunos conocidos, otros no. -El descendiente Cohen confesó a Markus que estaba muy interesado en que ayudara usted con un tema sobre el censo y… ¿algo de una digitalización?- Bajó de nuevo el libro, con cara de desconcierto y se atusó el bigote, pensando en aquello que había leído en aquel libro. ¿Intercambio equivalente?
La pregunta llamó la atención del descendiente y dirigió su atención a la muchacha de pelo morado -¿Cómo rompería un recipiente? Responde, rápido- Azuzó el científico a la aprendiz. Tenía algunas ideas, por supuesto, pero nunca había trabajado con espíritus que poseen otros organismos u objetos, esa rama de la magia no era campo de trabajo del científico.
Sabiendo lo raro que era Markus su reacción no me sorprendió, aunque debía reconocer que me molestó un poco. Habían hablado de ella Adael y él, esperaba que no a mal. Tomé asiento, tal y como me pidió, en un taburete cerca del escritorio de trabajo -¿Que le haga... Qué?- Observé al científico con incredulidad palpable. Esperaba que estuviera de broma... Pero no. En cuanto me quitó las funciones de escriba revisé aquella especie de invernadero con un suspiro cansado. ¿Quién me mandaría a mi ir a allí? Yo estaba mejor en casa, ¿Lo estaba? No lo sé. Me topé con la cafetera, que tenía un extraño concepto que me era terriblemente familiar -¿Esa no es la cafetera de DaVinci?- Sí, sí lo era. La de los cafés buenos. Aquel diseño tan perfectamente caótico solo podía ser de él. Como Markus no estaba por la labor de soltar prenda con el tema que estaba investigando me levanté y fui a preparar el café pedido. Fue prender la máquina y el científico comenzar a dialogar, como soltado un resorte. -¿Digitalización? ... Sí, algo me dijo que quería que el sistema fuera más eficiente y que gastara menos espacio. Además de la reducción considerable de espacio de almacenamiento, claro- Pero no todo el mundo en la isla sabía usar un dispositivo tecnológico como para mandar una encuesta por aquel medio. Con el café listo lo dejé sobre la mesa, al lado del libro que estaba estudiando y me senté al lado, pero lejos, bajo la atenta mirada de una paloma con cara de pocos amigos.
La pregunta le sacó de aquel pensamiento sobre la paloma y necesitó un segundo para elaborar una respuesta que pudiera ser inteligente -Pues depende del material del recipiente, de las cualidades que tenga de resistencia, volumen que pueda asimilar... Un globo puede contener aire hasta cierto punto en el que si añades más aire terminará por explotar. Un vaso de cristal, en función de cómo caiga, puede llegar a romperse o no- Miró desconcertada al científico esperando que aquella fuera la respuesta que pedía. Sin embargo, fue en aquel momento cuando observó el vial de lo que parecía ser sangre hacer cosas raras ... Hervía, cambiaba de color... -De... Descendiente Tesla, no sé hasta qué punto eso es normal...- Señalé con el dedo, algo asqueada por el aspecto de aquello
La pregunta le sacó de aquel pensamiento sobre la paloma y necesitó un segundo para elaborar una respuesta que pudiera ser inteligente -Pues depende del material del recipiente, de las cualidades que tenga de resistencia, volumen que pueda asimilar... Un globo puede contener aire hasta cierto punto en el que si añades más aire terminará por explotar. Un vaso de cristal, en función de cómo caiga, puede llegar a romperse o no- Miró desconcertada al científico esperando que aquella fuera la respuesta que pedía. Sin embargo, fue en aquel momento cuando observó el vial de lo que parecía ser sangre hacer cosas raras ... Hervía, cambiaba de color... -De... Descendiente Tesla, no sé hasta qué punto eso es normal...- Señalé con el dedo, algo asqueada por el aspecto de aquello
El descendiente del bigote gruñó de una forma molesta, repitiendo que había pedido un café. Necesitaba su café de.. ¿Qué hora era? Pues la de esa hora. Tras insistir en las tareas de la aprendiz e insistir en que aquella no era la cafetera de Giordano (que sí lo era, pero no iba a confesarlo), rodeó los ojos y se puso de nuevo con sus cosas de ciencia alquímica, mientras pensaba en codillos y cómo quitarle la receta a Curie. -Ello es. Dijo, comentó, pidió que el censo dejara atrás el formato en pergamino, se conoce que se ha vuelto ecologista ahora y piensa en la deforestación del ya deforestado Amazonas- El científico se giró a la estudiante y se encogió de hombros, él no entendía nada, luego prosiguió dibujando una runa especialmente compleja -Como sea. La única preocupación de Markus es que un sistema similar sea accesible para posibles enemigos de Ouroboros, como la IA.. o la Alianza Muggle-
Oh, por Merlín, todas esa información accesible a manos enemigas, aliadas con el fin de destruir Ouroboros. Nonono. Impensable. El científico cogió aquel café cargado y le dio un largo sorbo mientras cesaba la escritura para escuchar la reflexión de la muchacha. Oh, la idea de buscar la fisura ya se le había ocurrido a él, por supuesto, y en eso llevaba ya un par de días tratando de acabar con el árbol. Diferente ... Más o menos... Era lo de saturar al árbol hasta que explotara. Pero, sabiendo que es insaciable de sangre y magia, en especial magia, qué más le podía dar. ¿Almas? Ya habían comentado aquello con Matvey, entrar como un alma en la especie de mente colmena que se trataba el árbol y, quizás, desde dentro, acabar con él. -Uhm... Quizá con la piedra de los mundos...- Bebió café y empezó a rebuscar en el libro, pues había leído algo sobre ella. Entonces Belle volvió a molestarle. El científico alzó la mirada con cierta molestia y luego se percató en lo que hablaba la chica, tratándose de la sangre de Matvey. Oh, vaya, parece que alguien estaba muy malito, tendría sentido entonces todo aquello de las runas y la sangre. Claro claro, pero la loca del pelo rubio se lo había llevado antes. Una pena... -ah! La sangre, échala al árbol, corre!- Directamente lo hizo él, aunque tuvo que quitarle el vial.
Los efectos no se hicieron esperar, la planta empezó a removerse molesta, incómoda, enfadada, extendiendo sus ramitas para atacar a aquellos que le estaban perpetrando aquel daño, sumado a la diferencia de la reacción de ataque del árbol hubo que añadir la clara merma vital de la planta, a diferencia de la reacción de las sangres anteriores. ¿Qué clase de maldición tenía Matvey para que hasta un árbol le rechace de aquella manera?
Oh, por Merlín, todas esa información accesible a manos enemigas, aliadas con el fin de destruir Ouroboros. Nonono. Impensable. El científico cogió aquel café cargado y le dio un largo sorbo mientras cesaba la escritura para escuchar la reflexión de la muchacha. Oh, la idea de buscar la fisura ya se le había ocurrido a él, por supuesto, y en eso llevaba ya un par de días tratando de acabar con el árbol. Diferente ... Más o menos... Era lo de saturar al árbol hasta que explotara. Pero, sabiendo que es insaciable de sangre y magia, en especial magia, qué más le podía dar. ¿Almas? Ya habían comentado aquello con Matvey, entrar como un alma en la especie de mente colmena que se trataba el árbol y, quizás, desde dentro, acabar con él. -Uhm... Quizá con la piedra de los mundos...- Bebió café y empezó a rebuscar en el libro, pues había leído algo sobre ella. Entonces Belle volvió a molestarle. El científico alzó la mirada con cierta molestia y luego se percató en lo que hablaba la chica, tratándose de la sangre de Matvey. Oh, vaya, parece que alguien estaba muy malito, tendría sentido entonces todo aquello de las runas y la sangre. Claro claro, pero la loca del pelo rubio se lo había llevado antes. Una pena... -ah! La sangre, échala al árbol, corre!- Directamente lo hizo él, aunque tuvo que quitarle el vial.
Los efectos no se hicieron esperar, la planta empezó a removerse molesta, incómoda, enfadada, extendiendo sus ramitas para atacar a aquellos que le estaban perpetrando aquel daño, sumado a la diferencia de la reacción de ataque del árbol hubo que añadir la clara merma vital de la planta, a diferencia de la reacción de las sangres anteriores. ¿Qué clase de maldición tenía Matvey para que hasta un árbol le rechace de aquella manera?
Reflexionó unos segundos sobre toda aquella información del censo, recordando que ella no lo había hecho, aún. Con todo el tema de su tía, Setelah, Iroh, ella misma, se le había pasado del todo. Era un tema que iba evitando hasta este momento. Suspiró, se sentó y colocó las manos entre sus piernas. -Todo eso se puede conseguir- Se colocó el pelo por detrás de la oreja, y apoyó las manos sobre la mesa tratando de apuntar algunas de sus ideas, para que no se le olvidaran, la inspiración le había venido con el vuelapluma que estaba usando Markus para transcribir sus ideas. A todo esto, ¿qué es lo que estaba haciendo? Trató de acercarse para ver, con curiosidad, qué eran aquellos símbolos y círculos, todo aquello le parecía alquimia, pero en unos niveles que no llegaba a entender, como algo muy avanzado. -La IA empezó a reforestar y recuperar muchos de los ecosistemas. Yo misma lo vi. Geoingeniería- Desvié levemente la mirada hacia la planta aquella, claramente no formaba parte de todo lo que SAM había creado, pero, ¿dé dónde había salido y por qué estaba allí? ¿Por qué se movía de aquella forma? -¿Está… viva? ¿El qué?- No había escuchado bien aquello de la piedra, ¿para qué la querría? Siguió con la mirada las páginas pasar en todas las direcciones hasta llegar a la página mencionada
-¿Qué tiene que ver esos círculos alquímicos, el censo y la piedra?- Por Merlín, estaba tan perdida que debía parecer hasta estúpida. Y mucho menos consiguió entender lo del árbol y la sangre. Miró incrédula al científico cuando le pidió que echara la sangre y, aunque fue él el que lo hizo al final, la reacción del árbol no dejó de sorprenderla. Incluso tuvo que dar un paso hacia atrás -¿Qué... qué clase de maldición es esa?- Apartó de un manotazo una de esas ramas fervientes gracias a que estaba lo suficientemente lejos como para que no le hicieran daño. -Ma…. Descendiente Tesla. Si no me dice qué es todo esto, no voy a poder ayudarle de verdad, sólo puedo hacer cábalas e insinuaciones absurdas…-
-¿Qué tiene que ver esos círculos alquímicos, el censo y la piedra?- Por Merlín, estaba tan perdida que debía parecer hasta estúpida. Y mucho menos consiguió entender lo del árbol y la sangre. Miró incrédula al científico cuando le pidió que echara la sangre y, aunque fue él el que lo hizo al final, la reacción del árbol no dejó de sorprenderla. Incluso tuvo que dar un paso hacia atrás -¿Qué... qué clase de maldición es esa?- Apartó de un manotazo una de esas ramas fervientes gracias a que estaba lo suficientemente lejos como para que no le hicieran daño. -Ma…. Descendiente Tesla. Si no me dice qué es todo esto, no voy a poder ayudarle de verdad, sólo puedo hacer cábalas e insinuaciones absurdas…-
-Pues habrá que trabajar en un prototipo. Lo estudiaremos pronto, pero antes tenemos que quitarnos este galimatías de encima, ¿no lo crees? Yo creo que sí- Alzó la mirada desconcertada cuando le comentó aquello de reforestar. Algo le sonaba de la misión a la que había asistido Sarah, pero tampoco estaba muy seguro de qué iba todo aquello porque, en verdad, la ignoró. Lo de la geoingeniería sí le pareció interesante, pero parecía que la conversación no iba a ir por aquellos derroteros, la planta se lo iba a impedir. Añadió una risotada con aquella pregunta sobre Perejil, había decidido llamar al esqueje con el que estaba trabajando así.
-Es un ser vivo. ¡Claro que está vivo! De lo contrario qué sería, ¿un jarrón sin alma? Ah, no, de esas tiene muchas- Y ese era el quid de la cuestión que les tenía en aquel invernadero en ese preciso momento. Pero la maldición de la sangre le había dado una idea que necesitaba poner en común con algunos de su compañeros, razón por la cual, el científico conjuró un patronus para Curie. La estela blanquecina no se había disipado todavía cuando la muchacha preguntó. El del bigote alzó la mirada confuso hacia la chica cuando le habló del censo, ¿qué censo? Ah, ese censo. ¿La piedra? Ah, esa piedra. Casi se rio de ella en su cara, pero arqueó las cejas con ternura y le hizo tap tap en la cabeza, diciendo algo así como, “angelito”. La pobre estaba más perdida de Marco en el día de la Madre. -Eso es lo que vamos a tratar de averiguar- Esta vez, con una media sonrisa victoriosa, le dio un golpecito en el hombro para volver a sus cosas, dejando la planta ligeramente a un lado, una vez que ésta se había tranquilizado.
El científico terminó de apuntar unas últimas cosas en un par de post-its de colores que pegó al libro donde estaba anotando todo aquello que había considerado como interesante para poder acabar con el Sanguis, escuchando, pero muy de lejos, a la chica de pelo morado. -No hay tiempo, no hay tiempo. Pero… Uhm… Cábalas. Me gusta cómo piensas. Recoge tus cosas, nos vamos- Ah, que no había traído nada. Ok, así sería más fácil. -Pues tú cargarás con Perejil. Así he decidido llamar a esta preciosidad. ¡Vamos que el avión va a despegar!- El científico dio la planta a la pelimorada, y la hizo abrazarla fuerte contra su pecho. Entonces modificó la silla para formar otra silla extra y montó a la chica al lado. Se puso las gafas de aviador y con un estruendo, la avioneta empezó a volar, empujada por las fuerzas magnéticas, aerodinámicas y… sí, magia.
-Es un ser vivo. ¡Claro que está vivo! De lo contrario qué sería, ¿un jarrón sin alma? Ah, no, de esas tiene muchas- Y ese era el quid de la cuestión que les tenía en aquel invernadero en ese preciso momento. Pero la maldición de la sangre le había dado una idea que necesitaba poner en común con algunos de su compañeros, razón por la cual, el científico conjuró un patronus para Curie. La estela blanquecina no se había disipado todavía cuando la muchacha preguntó. El del bigote alzó la mirada confuso hacia la chica cuando le habló del censo, ¿qué censo? Ah, ese censo. ¿La piedra? Ah, esa piedra. Casi se rio de ella en su cara, pero arqueó las cejas con ternura y le hizo tap tap en la cabeza, diciendo algo así como, “angelito”. La pobre estaba más perdida de Marco en el día de la Madre. -Eso es lo que vamos a tratar de averiguar- Esta vez, con una media sonrisa victoriosa, le dio un golpecito en el hombro para volver a sus cosas, dejando la planta ligeramente a un lado, una vez que ésta se había tranquilizado.
El científico terminó de apuntar unas últimas cosas en un par de post-its de colores que pegó al libro donde estaba anotando todo aquello que había considerado como interesante para poder acabar con el Sanguis, escuchando, pero muy de lejos, a la chica de pelo morado. -No hay tiempo, no hay tiempo. Pero… Uhm… Cábalas. Me gusta cómo piensas. Recoge tus cosas, nos vamos- Ah, que no había traído nada. Ok, así sería más fácil. -Pues tú cargarás con Perejil. Así he decidido llamar a esta preciosidad. ¡Vamos que el avión va a despegar!- El científico dio la planta a la pelimorada, y la hizo abrazarla fuerte contra su pecho. Entonces modificó la silla para formar otra silla extra y montó a la chica al lado. Se puso las gafas de aviador y con un estruendo, la avioneta empezó a volar, empujada por las fuerzas magnéticas, aerodinámicas y… sí, magia.
-Espera, no, ¡Para!¡Paraaa!- El sonido de un gran estruendo llenó el lugar y el taller entero tembló. La enorme figura de un cíclope entró en el edificio atravesando una sólida pared como si fuera papel mientras cargaba algo entre sus manos. Avanzó hacia el interior llevando una especie de caja de importante tamaño, tanto era así que el joven maestro sostenía el otro extremo para ayudar a transportar el metálico artefacto. Ingresaron entre la polvareda y varios objetos rotos del taller al tiempo que caían algunos escombros. -Aquí, bájalo.- Indicó el moreno dejando rápidamente el baúl en el suelo, se apresuró a soltarlo antes que el cíclope para no quedar con los dedos atrapados debajo de aquel yunque, las manos de la criatura de un ojo eran más resistentes, aunque la máquina terminó aterrizando de forma un poco brusca con un ruidoso golpe metálico más o menos en el centro de la gran sala.
-Bien, ahora déjame...- Dijo dirigiéndose a abrir el portón del taller por donde originalmente había planeado entrar pero un nuevo estruendo y temblor del edificio le dejó claro que el cíclope hacía sus propias puertas. -O atraviesa la otra pared, ¡claro que sí! ¡demuestra quién manda!- Exclamó girándose para ver la espalda de la criatura perderse entre la colorida arboleda primaveral. El mago puso los brazos en jarra, alzó la cabeza al techo y respiró profundamente esperando poder sacudirse el agobio de encima con el suspiro, pero en vez de eso el polvo que se había levantado lo hizo toser. Se frotó la cara que lucía una corta barba, el despeinado cabello castaño y los desnudos hombros para sacarse un poco de la tierra de encima. En ésa época del año, trabajar en el campo era sinónimo de sudar como puerco, para sobrellevar la situación el joven maestro usaba el traje enterizo para volar abierto y anudado a la cintura baja, solo haciendo uso del pantalón de la prenda. Aún no era verano y ya tenía ganas de arrancarse la piel a tiras para ver si así se sentía más fresco.
-Bien, ahora déjame...- Dijo dirigiéndose a abrir el portón del taller por donde originalmente había planeado entrar pero un nuevo estruendo y temblor del edificio le dejó claro que el cíclope hacía sus propias puertas. -O atraviesa la otra pared, ¡claro que sí! ¡demuestra quién manda!- Exclamó girándose para ver la espalda de la criatura perderse entre la colorida arboleda primaveral. El mago puso los brazos en jarra, alzó la cabeza al techo y respiró profundamente esperando poder sacudirse el agobio de encima con el suspiro, pero en vez de eso el polvo que se había levantado lo hizo toser. Se frotó la cara que lucía una corta barba, el despeinado cabello castaño y los desnudos hombros para sacarse un poco de la tierra de encima. En ésa época del año, trabajar en el campo era sinónimo de sudar como puerco, para sobrellevar la situación el joven maestro usaba el traje enterizo para volar abierto y anudado a la cintura baja, solo haciendo uso del pantalón de la prenda. Aún no era verano y ya tenía ganas de arrancarse la piel a tiras para ver si así se sentía más fresco.
Al poco tiempo de salir de la casa del descendiente de Rasputín, volví al centro de investigación I+D. Esperaba que Matvey no tardase mucho en regresar de sus quehaceres y se pusiera en contacto conmigo más antes que después. Cargaba a Perejil en los brazos, mientras que, después de haber pasado por casa, pude hacerme con el portátil y la tablet, cargadas en la mochila a las espaldas. Quise pasarme por la biblioteca para coger algún libro que pudiera ser de interés, pero pensé que sería mejor posponerlo a que llegara Matvey ya que él, con seguridad sabría qué buscar y dónde. De la misma manera que tampoco pude hacerme con el tablero de ouija, era algo que también me había quedado en pendiente. Supuse que era mucho más interesante preparar todos los puntos que había recabado Markus, algunos rebatidos por Curie, antes de exponérselos a Matvey y este sería el que decidiera qué camino seguir o no. Y es que había de todo, desde tableros de ouija hasta dementores, pasando por revenant y… ¿cómo lo había llamado Markus? ¿ejército de no muertos? Eso sin olvidar el tema de la sangre hirviendo del descendiente y cómo le afectó al árbol.
Iba dictando todo aquello en una nota personal a viva voz hasta que fue llegando al taller, mientras que la notificación superior le indicaba que debía encargarse del censo también, que llevaba posponiéndolo desde hace bastantes meses y le había prometido a Adael encargarse de ello lo antes posible… pero según se fue acercando al taller tuvo que ir dejando sus deberes de lado pues presentía que había problemas. Cuando se acercó al edificio, lleno de polvo, observó dos enormes agujeros en la pared, ¿había sido un ataque? -¡Hola! ¿Hay alguien ahí? ¿Alguien herido?- Traté de encender la luz del móvil muy patéticamente para orientarme entre la polvareda, evitando así el uso de la magia al estar cerca de la planta, que captaba la más mínima. Al final el tiento me llevó a ver una única figura entre todo aquel caos, encontrándome con Adael… muy… ¿tranquilo? -¡Descendiente Cohen!- Le llamé al reconocerlo tapándome la boca para no tragar demasiado polvo -¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿Han sido los Pendragon?- Quizás sabían del invernadero de Markus y querían acabar con él. Cuando llegó a él, se dio cuenta del torso descubierto e intacto del Descendiente, porque sí, le estudió no sin atención, y no era el típico escuchiminizado que siempre se había imaginado, sino que debajo de los harapos que solía llevar, había todo un hombre. Tras unos segundos de duda, volvió a preguntar -¿Qué es lo que ha pasado? ¿Hay heridos?-
Iba dictando todo aquello en una nota personal a viva voz hasta que fue llegando al taller, mientras que la notificación superior le indicaba que debía encargarse del censo también, que llevaba posponiéndolo desde hace bastantes meses y le había prometido a Adael encargarse de ello lo antes posible… pero según se fue acercando al taller tuvo que ir dejando sus deberes de lado pues presentía que había problemas. Cuando se acercó al edificio, lleno de polvo, observó dos enormes agujeros en la pared, ¿había sido un ataque? -¡Hola! ¿Hay alguien ahí? ¿Alguien herido?- Traté de encender la luz del móvil muy patéticamente para orientarme entre la polvareda, evitando así el uso de la magia al estar cerca de la planta, que captaba la más mínima. Al final el tiento me llevó a ver una única figura entre todo aquel caos, encontrándome con Adael… muy… ¿tranquilo? -¡Descendiente Cohen!- Le llamé al reconocerlo tapándome la boca para no tragar demasiado polvo -¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿Han sido los Pendragon?- Quizás sabían del invernadero de Markus y querían acabar con él. Cuando llegó a él, se dio cuenta del torso descubierto e intacto del Descendiente, porque sí, le estudió no sin atención, y no era el típico escuchiminizado que siempre se había imaginado, sino que debajo de los harapos que solía llevar, había todo un hombre. Tras unos segundos de duda, volvió a preguntar -¿Qué es lo que ha pasado? ¿Hay heridos?-
Se giró al escuchar que lo llamaban y quedó algo cegado al principio por la luz que le apuntaba pero alzó las cejas un poco sorprendido de encontrar a la pelimorada allí. -Señorita Simon, hola.- Asintió como respuesta a si se encontraba bien y una comisura de sus labios se alzó ante la seguidilla de preguntas que le recordó a cuando la atosigó con varios interrogantes aunque la situación era radicalmente distinta porque aquella vez estaban tomando el té tranquilamente y era más lógico tener una catarata de preguntas al encontrar un boquete en dos muros de un edificio. -No, no...- Comenzó a decir negando que los descendientes de los traidores fueran los autores de los destrozos pero se detuvo al ver la forma en la que era observado. Se encontraba en paz con la noción de que su cuerpo sea mirado, por esa razón apoyó despreocupadamente la cadera en la gran caja de metal que había traído con ayuda de la criatura de un ojo y dejó las manos descansando al borde de la máquina con forma de baúl enorme. La bruja podía observar a placer el torso y los brazos bien torneados del joven maestro ya que estaban frente a frente pero el moreno se dedicó a contemplarla a su vez viendo que en una mano llevaba un pequeño objeto que supuso era tecnomágico porque emitía luz y en la otra una pequeña planta.
Escuchó que ella repetía las preguntas pero se tomó un momento más para recrearse en la vista del esbelto cuerpo femenino hasta que los cálidos ojos marrones se detuvieron en el rostro de Belle con una sonrisa cómplice. -Un cíclope que me ayudó a traer el clonador decidió que el portón del taller se abría demasiado lento, por suerte el lugar estaba vacío así que no hay heridos.- Explicó señalando con un gesto de la cabeza la gran caja de metal sobre la que estaba apoyado cuya función era clonar específicos animales de granja. En ese preciso momento, del otro lado de la sala, un instrumento con una lente de cristal que había quedado balanceándose al borde de un estante por culpa de los derrumbes, cayó estrellándose en el suelo haciendo el claro ruido de vidrio rompiéndose. -Espero que las herramientas se puedan reconstruir.- Deseó consternado ya que él podía volver a levantar las paredes pero la fabricación de objetos más complejos era un área que controlaba poco. Se mantuvo pensativo por un instante y miró fijamente a la pelimorada. -Me alegra verte aquí.- En verdad le gustaba que estuviera fuera de su casa, fuera de su habitación, le había preocupado la última vez que la había visto.
Escuchó que ella repetía las preguntas pero se tomó un momento más para recrearse en la vista del esbelto cuerpo femenino hasta que los cálidos ojos marrones se detuvieron en el rostro de Belle con una sonrisa cómplice. -Un cíclope que me ayudó a traer el clonador decidió que el portón del taller se abría demasiado lento, por suerte el lugar estaba vacío así que no hay heridos.- Explicó señalando con un gesto de la cabeza la gran caja de metal sobre la que estaba apoyado cuya función era clonar específicos animales de granja. En ese preciso momento, del otro lado de la sala, un instrumento con una lente de cristal que había quedado balanceándose al borde de un estante por culpa de los derrumbes, cayó estrellándose en el suelo haciendo el claro ruido de vidrio rompiéndose. -Espero que las herramientas se puedan reconstruir.- Deseó consternado ya que él podía volver a levantar las paredes pero la fabricación de objetos más complejos era un área que controlaba poco. Se mantuvo pensativo por un instante y miró fijamente a la pelimorada. -Me alegra verte aquí.- En verdad le gustaba que estuviera fuera de su casa, fuera de su habitación, le había preocupado la última vez que la había visto.
La tranquilidad con la que respondió me llamó mucho la atención. Tanto que pensé por un momento que él tenía algo que ver con todo aquello. Entrecerré los ojos para dirigirlos del descendiente que se mostraba tan despreocupado con aquello y la dirigí hacia el muro y su agujero inmenso, casi con la misma cara que pondrías cuando ves un xenomorfo saliendo de una nave. Que fuera parco en palabras tampoco ayudaba, la verdad, daba la impresión que estaba metido en el ajo de todo esto. Luego vino demasiada información de golpe y tuve que pedir un segundo para asimilar toda aquella información, extendiendo las palmas de las manos para pedir un segundito, hasta que algo de cristal se rompió. -De todo lo que acabo de escuchar, lo que menos me asusta es saber que hay un cíclope enorme merodeando por la ciudad- Sonrisa irónica -La segunda parte de todo esto… ¿Clonador? ¿Quién ha … quién… ¿cómo?- Ahora sí tenía que saber qué era aquel chisme, tenía que tocarlo sentirlo, hablar con aquel aparato e iba a hacerlo, al extender la mano sobre el frío metal del clonador cuando Adael habló. Menos mal, porque no sabía cómo podía comportarse el esqueje del Sanguis que tenía cargado a brazos. El comentario me ruborizó y bajé la mirada -Sí. Un amigo me ayudó. Es bueno saber, de vez en cuando, que estás rodeada de gente bonita- “Aunque quieran hacerte el lío con la pastilla roja y azul” Pensé estúpidamente con aquella conversación con Iroh sobre Matrix. Máquinas o no, aquellos sentimientos podrían ser reales y no había que dejarlos de lado por muy falsos que nos pudieran parecer.
-Salí a buscar a Markus para preguntarle unas cosas del censo, le he estado dando vueltas a lo que hablamos. Pero la cosa se complicó y venía a gestionar unas cosas para hablar con el descendiente de Rasputín para cuando vuelva de la batalla. Tenía que comentarle un par de cosas del Sanguis, pero… ¿un clonador? ¿funciona? ¿es para humanos? ¿Vas a montar un ejército de clones como los de Stars Wars? Los de Jango Fett salieron luego rebeldes… No hay que fiarse de la orden 66- Comenté, después de haber estudiado el aspecto de la máquina externo con minucioso detalle, antes de volver a Adael, al que miré con cara confundida y divertida para explicarle -Es una franquicia muggle de películas. La space opera por excelencia- Iroh sabría. -¿Quién la ha diseñado?-
-Salí a buscar a Markus para preguntarle unas cosas del censo, le he estado dando vueltas a lo que hablamos. Pero la cosa se complicó y venía a gestionar unas cosas para hablar con el descendiente de Rasputín para cuando vuelva de la batalla. Tenía que comentarle un par de cosas del Sanguis, pero… ¿un clonador? ¿funciona? ¿es para humanos? ¿Vas a montar un ejército de clones como los de Stars Wars? Los de Jango Fett salieron luego rebeldes… No hay que fiarse de la orden 66- Comenté, después de haber estudiado el aspecto de la máquina externo con minucioso detalle, antes de volver a Adael, al que miré con cara confundida y divertida para explicarle -Es una franquicia muggle de películas. La space opera por excelencia- Iroh sabría. -¿Quién la ha diseñado?-
Miró por donde se había ido el cíclope y se rascó la nuca mientras la preocupación delineaba todos sus gestos. -Si, je, detalles.- Pronunció en el mismo tono irónico que la bruja ya que sus palabras le hicieron darse cuenta que la colosal criatura podría dar problemas y que debería seguirla para controlar los daños. -Crea exclusivamente estos animales de granja, ¿ves? Gallinas, cerdos, cabras, vacas y algunos más...- Explicó cuando el tema viró hacia el clonador señalando los botones en los que estaban dibujadas las siluetas de los animales. -Por ejemplo, si aprietas éste...- Mencionó señalando el botón que tenía plasmado el símbolo de Venus, al lado del interruptor con el símbolo de Marte. -Y éste...- Comentó indicando el botón con una gallina ilustrada. -Aquí dentro va a comenzar a gestarse una gallina.- Dijo abriendo una puerta de la máquina y señalando hacia adentro. -Y cuando esté terminada, la sacas o sale sola.- Básicamente el aparato se parecía a un horno de microondas muggle solo que mucho más grande... un macroondas (?, era un simétrico cubo de metal que le llegaba unos centímetros por debajo de la cadera al joven maestro.
-En realidad lo usamos poco, es por si en los campos nos quedamos con uno o ninguno de éstos animales.- Aclaró cerrando la puerta para volver a apoyar la cadera en el clonador y quedar al lado de la pelimorada. -Bien, entonces te espero en mi próxima clase, tal vez encuentres más personas buenas ahí. Lleva ropa para hacer ejercicio.- Sentenció manteniendo la mirada color caoba fija en el rostro de Belle y le tomó un poco desprevenido el deseo de tener la atención de aquellos cautivadores ojos celestes. Se fijó en los grandes boquetes de las paredes y se acercó a uno de ellos para tomar las dimensiones de lo que haría falta para repararlo porque, si continuaba observándola de ese modo, la atravesaría con la mirada. Fue hacia la otra pared arruinada mientras escuchaba lo que la bruja había estado haciendo y sintió un cosquilleo de entusiasmo en la base del estómago al saber que ella pensó en lo que hablaron, en cierta forma eso significaba que había pensado en él.
Aunque el tema del árbol maldito ensombreció su expresión, la curiosidad de la pelimorada por el clonador fue encantadora así que no pudo evitar girarse hacia ella con una lenta sonrisa. -Un clonador.- Dijo a su vez a modo de respuesta. -Funcionaba.- Énfasis en el tiempo pasado. -... No, es solo para esos animales.- Señaló los botones entre la sonrisa y el desconcierto pero lo que siguió lo dejó perdidísimo. Lo desorientado que quedó estaba escrito en su cara con coloridas luces pero asintió al comprender. -Escucho poca ópera, aún así ahora tengo curiosidad y quiero verla.- Mencionó sobre aquella franquicia de películas y luego abrió la boca para decir el nombre de la persona que había diseñado el clonador pero frunció el ceño al darse cuenta que esa información se le había escapado del cerebro. -Ehh...- Se rascó la barba mientras intentaba hacer memoria y chasqueó la lengua. -Lo sabía, pero se me fue, ya volverá.- Aseguró y se peinó el cabello castaño que le llegaba a la altura de los hombros hacia atrás para sacarse unos mechones de la cara.
-Hablando de volver, el Descendiente Rasputín ya volvió, si lo veo, le diré que lo buscas. En fin, traje el clonador porque llevaba algún tiempo funcionando raro, hacía sonidos extraños al prenderlo y sacaba olor a quemado mientras creaba lo que se le había pedido. Viendo esto, tuve la maravillosa idea de intentar arreglarlo yo mismo pero creo que metí la pata porque ahora directamente no enciende.- Nótese la ironía que marcaron las palabras “maravillosa idea”, dicho eso, se acercó a la máquina y apretó el botón de encendido para mostrarle a Belle que no se prendía. -Nada de nada, sería excelente si pudieras echarle un ojo. Debo irme ahora, lo dejo en tus manos. Después me encargaré de las paredes. Luego nos vemos, adiós.- Dijo atravesando uno de los gigantescos boquetes para salir del taller, se despidió y se internó en el bosque que lindaba con el edificio, perdiéndose de vista mientras iba en busca del cíclope.
-En realidad lo usamos poco, es por si en los campos nos quedamos con uno o ninguno de éstos animales.- Aclaró cerrando la puerta para volver a apoyar la cadera en el clonador y quedar al lado de la pelimorada. -Bien, entonces te espero en mi próxima clase, tal vez encuentres más personas buenas ahí. Lleva ropa para hacer ejercicio.- Sentenció manteniendo la mirada color caoba fija en el rostro de Belle y le tomó un poco desprevenido el deseo de tener la atención de aquellos cautivadores ojos celestes. Se fijó en los grandes boquetes de las paredes y se acercó a uno de ellos para tomar las dimensiones de lo que haría falta para repararlo porque, si continuaba observándola de ese modo, la atravesaría con la mirada. Fue hacia la otra pared arruinada mientras escuchaba lo que la bruja había estado haciendo y sintió un cosquilleo de entusiasmo en la base del estómago al saber que ella pensó en lo que hablaron, en cierta forma eso significaba que había pensado en él.
Aunque el tema del árbol maldito ensombreció su expresión, la curiosidad de la pelimorada por el clonador fue encantadora así que no pudo evitar girarse hacia ella con una lenta sonrisa. -Un clonador.- Dijo a su vez a modo de respuesta. -Funcionaba.- Énfasis en el tiempo pasado. -... No, es solo para esos animales.- Señaló los botones entre la sonrisa y el desconcierto pero lo que siguió lo dejó perdidísimo. Lo desorientado que quedó estaba escrito en su cara con coloridas luces pero asintió al comprender. -Escucho poca ópera, aún así ahora tengo curiosidad y quiero verla.- Mencionó sobre aquella franquicia de películas y luego abrió la boca para decir el nombre de la persona que había diseñado el clonador pero frunció el ceño al darse cuenta que esa información se le había escapado del cerebro. -Ehh...- Se rascó la barba mientras intentaba hacer memoria y chasqueó la lengua. -Lo sabía, pero se me fue, ya volverá.- Aseguró y se peinó el cabello castaño que le llegaba a la altura de los hombros hacia atrás para sacarse unos mechones de la cara.
-Hablando de volver, el Descendiente Rasputín ya volvió, si lo veo, le diré que lo buscas. En fin, traje el clonador porque llevaba algún tiempo funcionando raro, hacía sonidos extraños al prenderlo y sacaba olor a quemado mientras creaba lo que se le había pedido. Viendo esto, tuve la maravillosa idea de intentar arreglarlo yo mismo pero creo que metí la pata porque ahora directamente no enciende.- Nótese la ironía que marcaron las palabras “maravillosa idea”, dicho eso, se acercó a la máquina y apretó el botón de encendido para mostrarle a Belle que no se prendía. -Nada de nada, sería excelente si pudieras echarle un ojo. Debo irme ahora, lo dejo en tus manos. Después me encargaré de las paredes. Luego nos vemos, adiós.- Dijo atravesando uno de los gigantescos boquetes para salir del taller, se despidió y se internó en el bosque que lindaba con el edificio, perdiéndose de vista mientras iba en busca del cíclope.
-¿Detalles?- Qué divertida forma de quitar peso a algo como aquello. Repetí la pregunta retórica, añadiendo un poco más de énfasis con una ligera risotada, antes de continuar con aquello de la máquina. Un clonador, o sea, lol. -¿Y por qué solo animales de granja? Con esto podrías recuperar todas las especies extintas de todos los años atrás. ¿Sabe Sarah algo de todo esto? Va a flipar- Tras aquello seguí al Descendiente hasta la rueda de selección de animal. -¿Gallina? ¿Y por qué no humanos?- Dije observando el interior de la caja del horno raro antes de que empezara a hacer sus cosas de máquina…. Tras muchos muchos ruidos. Arqué la ceja y miré entonces al descendiente.
-¿Clase?- Ahora sí que no entendí nada. Yo… clase. Iba a reprochar, pero… vale. No dije nada más, asentí, al principio un poco tímida, pero luego con cierta convicción. Sonreí, dejé la planta en una superficie cómoda, me acomodé el pelo por detrás de la oreja y volví a mirar al aparato con curiosidad extendiendo las manos por encima de la caja de metal, como cuando me puse en contacto con el chip… el chip. Qué escalofrío. -Ya veo…- Respondí, aunque ya lo sabía por habérselo preguntado a la propia máquina. No ella no sabía qué era un humano, no tenía esa configuración almacenada. De la misma manera que tampoco sabía lo que era un demiguise, o un cocodrilo. -Oh, no es una ópera musical. Es un género de películas…- Iroh sabría, de la misma manera que sabría de todas las películas que un clonador saldría mal. -¿Se le fue?- Entrecerró los ojos ¿La máquina lo sabría?
Presioné el botón de encendido, esperando que la máquina hiciera algo más que quejarse. Pero, solo eso, ruidos. -Mala idea, mala idea, claramente. Claro, le echaré un ojo, pero no iré a su clase sin haber acabado. Nos vemos más tarde…. ¡Y arregla la pared!- Pero ya había perdido la noción del tiempo del espacio, ni siquiera supe cuando se fue Adael. Puse la música del Spotify, cogí las herramientas y, tras crujirme los dedos, me puse con ello, comunicándome con el clonador…. Perdiendo la noción del tiempo y casi del espacio, hasta que se hizo tarde y había que volver.
dados de saber x2 por poder
éxito: sé cosas de la máquina: inventor, funciones ocultas, etc
fallo: nada
-¿Clase?- Ahora sí que no entendí nada. Yo… clase. Iba a reprochar, pero… vale. No dije nada más, asentí, al principio un poco tímida, pero luego con cierta convicción. Sonreí, dejé la planta en una superficie cómoda, me acomodé el pelo por detrás de la oreja y volví a mirar al aparato con curiosidad extendiendo las manos por encima de la caja de metal, como cuando me puse en contacto con el chip… el chip. Qué escalofrío. -Ya veo…- Respondí, aunque ya lo sabía por habérselo preguntado a la propia máquina. No ella no sabía qué era un humano, no tenía esa configuración almacenada. De la misma manera que tampoco sabía lo que era un demiguise, o un cocodrilo. -Oh, no es una ópera musical. Es un género de películas…- Iroh sabría, de la misma manera que sabría de todas las películas que un clonador saldría mal. -¿Se le fue?- Entrecerró los ojos ¿La máquina lo sabría?
Presioné el botón de encendido, esperando que la máquina hiciera algo más que quejarse. Pero, solo eso, ruidos. -Mala idea, mala idea, claramente. Claro, le echaré un ojo, pero no iré a su clase sin haber acabado. Nos vemos más tarde…. ¡Y arregla la pared!- Pero ya había perdido la noción del tiempo del espacio, ni siquiera supe cuando se fue Adael. Puse la música del Spotify, cogí las herramientas y, tras crujirme los dedos, me puse con ello, comunicándome con el clonador…. Perdiendo la noción del tiempo y casi del espacio, hasta que se hizo tarde y había que volver.
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Habían pasado un par de días desde lo ocurrido en Tintagel y lo del hospital. Después de revisar y reparar los generadores de los bajos del hospital, donde por cierto me habia encontrado con más incómodas raices, me habia vuelto a mi taller donde me habia encontrado con una muy enfadada nonna, y no era para menos, le habia prometido llevarla de vuelta a Roma en breves. Total que me habia mandado a tomar por culo y se habia ido por la isla a explorar y a criticar la cocina de Ouroboros y vete a saber que mil cosas más estaría haciendo por ahi....
- Un par de días mas nonna, solo te pido eso. - iba diciendole al aire en italiano mientras ingresaba en el taller, necesitaba conseguirle un dispositivo para comunicarme con ella sin que requiriese el uso de magia por su parte, que fuese sencillo porque la tecnologia para mi abuela, si pasaba de quitarle la anilla a la granada y cuidar y limpiar su AK-47, le venia ya grande. Ademas quería equipar al grifo que le iba a dejar en propiedad con un sistema de GPS infalible para que pudiese volver a Ouroboros en cuanto quisiera, sin perderse.
Asi que pasé a una de las áreas de trabajo con los materiales para hacerle el comunicador, tras saludar a los demás que estaban por alli trabajando y esquivar sus varias preguntas sobre mi viaje por Italia y mi larga ausencia. Lo del comunicador no me llevó demasiado tiempo, un par de horas y lo tuve preparado.
Volví un momento al pabellón principal, donde se representaba el holograma de Ouroboros, una representacion a escala perfecta de la isla y lo que ocurría en ella en todo momento, ahora...sí, adornada por un arbolito nuevo. En realidad era un mapa que se podia ampliar y reducir. Lo reduje mucho hasta que salió tambien la superficie, para hacerme la idea de donde estabamos situados ahora mismo.
-Aham.... ok. - lo apunté en mi...mi...mierda, me habia dejado la libreta. Robé un boli y empecé a escribirme en la mano. - Coordenadas...mostrar....capicci.... -anoté eso también. - Coordenadas aproximadas en.... no, exactas, las quiero exactas. Mostrar trayectoria. - Reduje aun mas el mapa y miré como aparecían en el holograma las lineas de la trayectoria pasada y las de la trayectoria a seguir, las que estaban estipuladas. Me quedé un rato mirando, en silencio, algo me estaba diciendo que en esa escena habia algo que no terminaba de cuadrar.
"no cuadra la posición actual a dia de hoy con la posicion que estaba estipulada que tendríamos"
Empecé a emparanoiarme por si el sistema estaba mal configurado y me quedé un rato buscando fallos, comunicándome con el complicado aparato. Todo estaba bien. Era solo que no estábamos donde deberíamos estar en este preciso instante, no porque la magia hubiese fallado, o el mapa o el holograma lo mostrasen mal, no...todo eso estaba bien. Debía de ser algo de fuerza mayor.
Me rasqué con fuerza ambas sienes, mirando la posición que teníamos. Le pedí que nos mostrara lo que teníamos debajo. Aun estaba lejos pero... Sí. Me dio la impresión de que nos acercabamos a Tintagel.
En esas que me llegó un patronus que casi me mata del susto, pero que me alegró recibir, porque eso significaba que estaba bien. Tardé un poco en contestar porque no sabia como hacerlo o mas bien, qué decirle.
- Podéis avisarle a Tesla de que le he dejado unos escritos que quiero que revise? Gracie! Se los dejo en su...en....no sé, dáselos tú mismo. Son TOP SECRET! no se te ocurra mirarlos o se te caerán los ojos.... es broma. Pero no los abras. Tampoco es que fueras a entenderlos.... - terminé por soltar asi como muy sobrado, habia escrito lo justo y necesario de lo que habia descubierto (en forma de coordenadas, trayectorias, flujos y mapa) y se lo habia dejado a Tesla, para que lo revisara...para que confirmara mis sospechas, porque seguro que él podía confirmarlo o calcular con más precisión en donde estaríamos realmente de aqui a un mes, ya que el sistema de navegación parecía haber dejado de ser viable.
Después sali de alli , mandando un corto mensaje a Tesla y un patronus a Gwen. Volvería a mi taller, a esperar respuesta antes de irme de Ouroboros.
- Un par de días mas nonna, solo te pido eso. - iba diciendole al aire en italiano mientras ingresaba en el taller, necesitaba conseguirle un dispositivo para comunicarme con ella sin que requiriese el uso de magia por su parte, que fuese sencillo porque la tecnologia para mi abuela, si pasaba de quitarle la anilla a la granada y cuidar y limpiar su AK-47, le venia ya grande. Ademas quería equipar al grifo que le iba a dejar en propiedad con un sistema de GPS infalible para que pudiese volver a Ouroboros en cuanto quisiera, sin perderse.
Asi que pasé a una de las áreas de trabajo con los materiales para hacerle el comunicador, tras saludar a los demás que estaban por alli trabajando y esquivar sus varias preguntas sobre mi viaje por Italia y mi larga ausencia. Lo del comunicador no me llevó demasiado tiempo, un par de horas y lo tuve preparado.
Volví un momento al pabellón principal, donde se representaba el holograma de Ouroboros, una representacion a escala perfecta de la isla y lo que ocurría en ella en todo momento, ahora...sí, adornada por un arbolito nuevo. En realidad era un mapa que se podia ampliar y reducir. Lo reduje mucho hasta que salió tambien la superficie, para hacerme la idea de donde estabamos situados ahora mismo.
-Aham.... ok. - lo apunté en mi...mi...mierda, me habia dejado la libreta. Robé un boli y empecé a escribirme en la mano. - Coordenadas...mostrar....capicci.... -anoté eso también. - Coordenadas aproximadas en.... no, exactas, las quiero exactas. Mostrar trayectoria. - Reduje aun mas el mapa y miré como aparecían en el holograma las lineas de la trayectoria pasada y las de la trayectoria a seguir, las que estaban estipuladas. Me quedé un rato mirando, en silencio, algo me estaba diciendo que en esa escena habia algo que no terminaba de cuadrar.
"no cuadra la posición actual a dia de hoy con la posicion que estaba estipulada que tendríamos"
Empecé a emparanoiarme por si el sistema estaba mal configurado y me quedé un rato buscando fallos, comunicándome con el complicado aparato. Todo estaba bien. Era solo que no estábamos donde deberíamos estar en este preciso instante, no porque la magia hubiese fallado, o el mapa o el holograma lo mostrasen mal, no...todo eso estaba bien. Debía de ser algo de fuerza mayor.
Me rasqué con fuerza ambas sienes, mirando la posición que teníamos. Le pedí que nos mostrara lo que teníamos debajo. Aun estaba lejos pero... Sí. Me dio la impresión de que nos acercabamos a Tintagel.
En esas que me llegó un patronus que casi me mata del susto, pero que me alegró recibir, porque eso significaba que estaba bien. Tardé un poco en contestar porque no sabia como hacerlo o mas bien, qué decirle.
- Podéis avisarle a Tesla de que le he dejado unos escritos que quiero que revise? Gracie! Se los dejo en su...en....no sé, dáselos tú mismo. Son TOP SECRET! no se te ocurra mirarlos o se te caerán los ojos.... es broma. Pero no los abras. Tampoco es que fueras a entenderlos.... - terminé por soltar asi como muy sobrado, habia escrito lo justo y necesario de lo que habia descubierto (en forma de coordenadas, trayectorias, flujos y mapa) y se lo habia dejado a Tesla, para que lo revisara...para que confirmara mis sospechas, porque seguro que él podía confirmarlo o calcular con más precisión en donde estaríamos realmente de aqui a un mes, ya que el sistema de navegación parecía haber dejado de ser viable.
Después sali de alli , mandando un corto mensaje a Tesla y un patronus a Gwen. Volvería a mi taller, a esperar respuesta antes de irme de Ouroboros.
JULIO 2042.
Markus lo pone bien grande en el inicio del texto para que luego no haya conflictos temporales y administrador tenga que regañarle en el discord y/o por telegram. Que luego amenazan al pobre Markus que solo es una víctima del sistema, como el robo de los datos y los cálculos que Markus había conseguido y que el tonto de Gio había publicado antes.
En fin, veamos, por dónde íbamos.
Sí. El borde de Oscurus nos había citado a los dos por no sé qué de unas ideas. Pero como estaba ilocalizable, Markus le asaltó de mala manera por la calle a punta de pistola de la muerte para que soltara prenda. Tras conseguir una declaración, el científico del bigote citó al italiano guapete para reunirse lo antes posible para sacar adelante aquellas ideaciones. Con una no habría problema, la otra quizás se la dejase a los aprendices, para que consiguieran puntos de inventos. Markus qué sabía, todavía no se aclaraba con esa habilidad.
Por otro lado, todavía estaba pendiente el tema de entrar en el árbol. Habían avanzado poco, a decir verdad. La muchacha de pelo morado le había pedido los planes del satélite antimagia para hacer algo similar. Al parecer querían hacerle algo al árbol, una idea de Matvey. A Makus le gustaba más la idea de haber usado el sacrificio de una virgen para acceder al árbol, o de sacar las almas del tronco aquel, o de entrar dentro. Vaya, que le gustaban más sus ideas que cualquier otra, pero como es un científico loco todo el mundo le tacha de tarado y nunca le quieren escuchar. Pues que les dieran a todos.
Entonces, Markus había citado a Giordano bien temprano, porque al científico le gustaba disfrutar del arrullo de los pájaros de primera hora. Lo tenía como sonido del móvil de alarma. Se preparó un café en aquella cafeterarobada adquirida de forma legal y, como el gran compañero que es, preparó otro para el italiano. Porque la becaria ya ni se dignaba a contestar a sus peticiones de café caliente. Aprendices, ¿para qué tenerlos? No podía experimentar con ellos, no podía pedirles que trajeran café, no podía usar su sangre para regar a Perejil, entonces: ¿para qué servían? El científico aprovechó la mañana para, con el astrolabio, recalibrar y recalcular la posición de la isla sobre un gran mapa del Atlántico Norte. El mecanismo que tenía Newton para observar la posición de la isla con referencia a otros objetos, aquello que usaron para SAM, no estaba operativo al ser destruido por un bicho gigante que, por cierto, se había llevado media pared por delante.
Después de recalibrar la trayectoria y velocidad en el mapa, donde una gran esfera blanca indicaba la posición de la isla y otra de color rojo la de Tintagel, movió la silla de ruedas hasta el trabajo de Belle, al menos uno de ellos, porque tenía varias carpetas abiertas: clonador, censo, chip cerebral. Observó con cuidado lo que tenía apuntado como dispositivo antimagia, un modelo en miniatura del satélite y que iría enganchado a algún tipo de brazalete o cincha. Pero ese cálculo estaba mal, ya que había que recalcular la potencia de la onda para conseguir los hercios generados en función del tamaño del dispositivo, porque de lo contrario, estallaría. En efecto, el límite y la integral estaban mal desarrollados. Arrugó el bigote con cierta molestia, pero lo dejo estar tras corregirlo, porque él era el científico súper inteligente (por mucho que dijera la tonta de Curie) y los demás …. Bueno, pues no. Y se equivocaban.
Markus lo pone bien grande en el inicio del texto para que luego no haya conflictos temporales y administrador tenga que regañarle en el discord y/o por telegram. Que luego amenazan al pobre Markus que solo es una víctima del sistema, como el robo de los datos y los cálculos que Markus había conseguido y que el tonto de Gio había publicado antes.
En fin, veamos, por dónde íbamos.
Sí. El borde de Oscurus nos había citado a los dos por no sé qué de unas ideas. Pero como estaba ilocalizable, Markus le asaltó de mala manera por la calle a punta de pistola de la muerte para que soltara prenda. Tras conseguir una declaración, el científico del bigote citó al italiano guapete para reunirse lo antes posible para sacar adelante aquellas ideaciones. Con una no habría problema, la otra quizás se la dejase a los aprendices, para que consiguieran puntos de inventos. Markus qué sabía, todavía no se aclaraba con esa habilidad.
Por otro lado, todavía estaba pendiente el tema de entrar en el árbol. Habían avanzado poco, a decir verdad. La muchacha de pelo morado le había pedido los planes del satélite antimagia para hacer algo similar. Al parecer querían hacerle algo al árbol, una idea de Matvey. A Makus le gustaba más la idea de haber usado el sacrificio de una virgen para acceder al árbol, o de sacar las almas del tronco aquel, o de entrar dentro. Vaya, que le gustaban más sus ideas que cualquier otra, pero como es un científico loco todo el mundo le tacha de tarado y nunca le quieren escuchar. Pues que les dieran a todos.
Entonces, Markus había citado a Giordano bien temprano, porque al científico le gustaba disfrutar del arrullo de los pájaros de primera hora. Lo tenía como sonido del móvil de alarma. Se preparó un café en aquella cafetera
Después de recalibrar la trayectoria y velocidad en el mapa, donde una gran esfera blanca indicaba la posición de la isla y otra de color rojo la de Tintagel, movió la silla de ruedas hasta el trabajo de Belle, al menos uno de ellos, porque tenía varias carpetas abiertas: clonador, censo, chip cerebral. Observó con cuidado lo que tenía apuntado como dispositivo antimagia, un modelo en miniatura del satélite y que iría enganchado a algún tipo de brazalete o cincha. Pero ese cálculo estaba mal, ya que había que recalcular la potencia de la onda para conseguir los hercios generados en función del tamaño del dispositivo, porque de lo contrario, estallaría. En efecto, el límite y la integral estaban mal desarrollados. Arrugó el bigote con cierta molestia, pero lo dejo estar tras corregirlo, porque él era el científico súper inteligente (por mucho que dijera la tonta de Curie) y los demás …. Bueno, pues no. Y se equivocaban.
Aparecí en el i+D con peor cara de lo habitual (es decir, mas ojeras de lo habitual) ya que en los ultimos dias, mis horas de sueño no habian hecho más que reducirse, por digamos diversos motivos, y no todos divertidos o placenteros. Llevaba encima un sueño importante y mis bostezos que no tenian más de dos minutos entre medias de uno y otro, lo evidenciaban.
Arrastré los pies por el departamento de ciencias, con unos planos bajo los brazos. Uno de mis más jovenes aprendices iba por ahi como pollo sin cabeza y se me quedó mirando con carita de emocion al verme aparecer por alli.
- Si...tú...ven... - dije con pereza, entregandole un papel con unos materiales que necesitaba. - Acabas de ascender a ayudante principal.... - me lo pensé un poco. Era muy joven, - ..... quinto. Ves estos materiales? Los necesitamos para replicar uno de mis grandes exitos, si. Los vas buscando por aqui, estoy seguro de que tenemos de todo en stock. Y si falta algo haces inventario y me aaaaa....ahhggg.... - otro bostezo. - ...avisas. Ea. Y te llevas minipunto si luego has adivinado qué se fabrica con estas cosas- le di unas palmaditas y lo despaché, mandándolo a que me reuniera el material necesario.
En teoría, yo habia quedado con Tesla para no se que historia. Era demasiado temprano, maldita sea. Fui a donde estaba él, mas guiado por el aroma a café que otra cosa.
- Mmm...huele a traición... - habia una taza sin dueño asi que me la agencié, y empecé a beber sin decir nada más.
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1/3 busqueda de materiales
Arrastré los pies por el departamento de ciencias, con unos planos bajo los brazos. Uno de mis más jovenes aprendices iba por ahi como pollo sin cabeza y se me quedó mirando con carita de emocion al verme aparecer por alli.
- Si...tú...ven... - dije con pereza, entregandole un papel con unos materiales que necesitaba. - Acabas de ascender a ayudante principal.... - me lo pensé un poco. Era muy joven, - ..... quinto. Ves estos materiales? Los necesitamos para replicar uno de mis grandes exitos, si. Los vas buscando por aqui, estoy seguro de que tenemos de todo en stock. Y si falta algo haces inventario y me aaaaa....ahhggg.... - otro bostezo. - ...avisas. Ea. Y te llevas minipunto si luego has adivinado qué se fabrica con estas cosas- le di unas palmaditas y lo despaché, mandándolo a que me reuniera el material necesario.
En teoría, yo habia quedado con Tesla para no se que historia. Era demasiado temprano, maldita sea. Fui a donde estaba él, mas guiado por el aroma a café que otra cosa.
- Mmm...huele a traición... - habia una taza sin dueño asi que me la agencié, y empecé a beber sin decir nada más.
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1/3 busqueda de materiales
Cuando el científico corrigió los apuntes de la aprendiz de pelomorado se percató de que tenía una hoja pegada detrás. Con bastante saña se dedicó a despegar una hoja de la otra, fritando las yemas de los dedos con el papel. Al final despegó la hoja leyendo con curiosidad el texto en el que se refería al asunto del árbol y una idea de Matvey para usar los satélites que hicieran para luchar contra el antisistema satelital mágico para mantener la isla a flote el máximo tiempo posible a flote. Markus palideció ante aquello y tragó saliva. Todavía recordaba, con un nudo en el estómago, las peripecias que tuvieron que hacer para evitar que la isla completa se fuera al traste, con la inscripción del templete, la ayuda de Yaroslav y la muerte de Tepes. Markus se lo había gritado a Curie el día que discutieron, casi como si fuera un miedo. Suponiendo que Belle hubiera hablado de todas las investigaciones y de aquellos temores a Matvey tenía sentido lo que tenía ante sus cetrinas manos
¿Qué había percibido Matvey en aquel árbol maldito que pareciera que aquello era tan… urgente? -Huele a café. Markus ha preparado café para Giordano- masculló sin darle mucha más importancia al italiano cuando le habló sobre algo de una traición, pero que ni siquiera entendió. ¿Traición? ¿Lo que huele es a café? Debe ser que el secuestro ha vuelto a estúpido a Giordano. Le miró por encima de la nariz (a Markus le encanta esta expresión de Telegram, porque todo el mundo mira por encima de la nariz, ¿no? I mean, si miras por debajo tendrías, qué sabe Markus, un hijo deforme de Kiana. Y no somos engendros que estamos a punto de morir)
No añadió nada a aquel supuesto ataque que el científico no entendió. Sencillamente extendió un mapa en una mesa que vació de un manotazo de trastos inútiles en los que los estudiantes llevaban trabajando meses. El mapa era un plano sobre tela de lienzo, amarillento por la magia, surcado por las líneas que describían toda la isla de Ouroboros, caminos, fuentes, montañas, campos. Con un vuelapluma Markus dibujó un símbolo para marcar la posición del Sanguis Ligno, la burda copia de la isla, por supuesto. -Markus sabe que la isla está modificando el curso de su trayectoria sobre la proyección cartográfica del planeta. Pero no hemos calculado se está desplazando en la vertical- El científico trazó una línea de un lado a otro de la isla, le siguió otra y otra más. La verdad es que no lo comprobado aún, pero le dio un poquito de paranoia. Era algo que había que comprobar a l a voz de YA.
-¡Ah! Markus habló con Oscurus. Después de mandar a Markus y al Consejo a…. ¿la mierda? Bien, Markus no sabe bien dónde queda la mierda, pero al final Markus consiguió sonsacarle qué quería. Y tiene que ver con nuestro gran amigo…- Markus rodeó el árbol con la vuelapluma. El mapa era demasiado grande como para llegar sin levantarse de la silla. La pluma acabó su misión y, con suavidad, se posó sobre el mapa -Dice que estaría bien saber cuál es la extensión de las raíces en toda la isla. Dice que si podemos inventar algún tipo de detector de raíces succionadoras de magia, cito textual. Markus no tiene problema en ello, por supuesto-
¿Qué había percibido Matvey en aquel árbol maldito que pareciera que aquello era tan… urgente? -Huele a café. Markus ha preparado café para Giordano- masculló sin darle mucha más importancia al italiano cuando le habló sobre algo de una traición, pero que ni siquiera entendió. ¿Traición? ¿Lo que huele es a café? Debe ser que el secuestro ha vuelto a estúpido a Giordano. Le miró por encima de la nariz (a Markus le encanta esta expresión de Telegram, porque todo el mundo mira por encima de la nariz, ¿no? I mean, si miras por debajo tendrías, qué sabe Markus, un hijo deforme de Kiana. Y no somos engendros que estamos a punto de morir)
No añadió nada a aquel supuesto ataque que el científico no entendió. Sencillamente extendió un mapa en una mesa que vació de un manotazo de trastos inútiles en los que los estudiantes llevaban trabajando meses. El mapa era un plano sobre tela de lienzo, amarillento por la magia, surcado por las líneas que describían toda la isla de Ouroboros, caminos, fuentes, montañas, campos. Con un vuelapluma Markus dibujó un símbolo para marcar la posición del Sanguis Ligno, la burda copia de la isla, por supuesto. -Markus sabe que la isla está modificando el curso de su trayectoria sobre la proyección cartográfica del planeta. Pero no hemos calculado se está desplazando en la vertical- El científico trazó una línea de un lado a otro de la isla, le siguió otra y otra más. La verdad es que no lo comprobado aún, pero le dio un poquito de paranoia. Era algo que había que comprobar a l a voz de YA.
-¡Ah! Markus habló con Oscurus. Después de mandar a Markus y al Consejo a…. ¿la mierda? Bien, Markus no sabe bien dónde queda la mierda, pero al final Markus consiguió sonsacarle qué quería. Y tiene que ver con nuestro gran amigo…- Markus rodeó el árbol con la vuelapluma. El mapa era demasiado grande como para llegar sin levantarse de la silla. La pluma acabó su misión y, con suavidad, se posó sobre el mapa -Dice que estaría bien saber cuál es la extensión de las raíces en toda la isla. Dice que si podemos inventar algún tipo de detector de raíces succionadoras de magia, cito textual. Markus no tiene problema en ello, por supuesto-
- Al café de la traición. - pero vale, estaba rico. Asi que segui bebiendo y conforme lo hacía, el aroma y la cafeína reiniciaban mis sistemas.
"bendita droga de los dioses"
Me senté en una silla cualquiera que acerqué a la mesa, para observar el mapa que desplegaba, agarrando la taza con ambas manos cual mapache somnoliento.
- Ahá.. - tono aburrido de "eso ya lo sabia" hasta que...hostia, en la vertical? Aquello me hizo inclinarme hacia delante y observar mejor, fruncí el ceño y mis ojerosos ojos se estrecharon, brillando con interés.
- Perdemos potencia.
Puse los ojos en blanco cuando mencionó a Oscurus, al menos a él le habia dicho aquello para lo que nos había citado en lugar de pegarle empujones. La proxima vez se iba a enterar.
- Si.... te entiendo... - me pasé una mano por la barbilla, pensando. - Saber la extensión de las raices será util para saber hasta donde puede afectar. Hmm, se me ocurre...uno, dar una vuelta en grifo alrededor de la isla y ver si hay rastros externos de las raices, lo cual significaria que...estamos jodidos. Dos, diseñar un dispositivo similar a las básculas de bio-impedancia, basado en la transmisión y recepción de ondas por diferentes tipos de materia, pudiendo calcular el porcentaje de raices mágicas en base a la velocidad de expansión de las ondas. Al final, podriamos hasta crear un mapa 3D. Que me dices? seguro que no es muy complicado pero habrá que hacer trabajo de campo.
Mientras tanto, mi joven aprendiz se afanaba en ir completando la lista de materiales que le habia dado, yendo de un lado a otro del complejo de i+D. Microlattice en grandes, grandes cantidades....
___
2/3 de recolección.
"bendita droga de los dioses"
Me senté en una silla cualquiera que acerqué a la mesa, para observar el mapa que desplegaba, agarrando la taza con ambas manos cual mapache somnoliento.
- Ahá.. - tono aburrido de "eso ya lo sabia" hasta que...hostia, en la vertical? Aquello me hizo inclinarme hacia delante y observar mejor, fruncí el ceño y mis ojerosos ojos se estrecharon, brillando con interés.
- Perdemos potencia.
Puse los ojos en blanco cuando mencionó a Oscurus, al menos a él le habia dicho aquello para lo que nos había citado en lugar de pegarle empujones. La proxima vez se iba a enterar.
- Si.... te entiendo... - me pasé una mano por la barbilla, pensando. - Saber la extensión de las raices será util para saber hasta donde puede afectar. Hmm, se me ocurre...uno, dar una vuelta en grifo alrededor de la isla y ver si hay rastros externos de las raices, lo cual significaria que...estamos jodidos. Dos, diseñar un dispositivo similar a las básculas de bio-impedancia, basado en la transmisión y recepción de ondas por diferentes tipos de materia, pudiendo calcular el porcentaje de raices mágicas en base a la velocidad de expansión de las ondas. Al final, podriamos hasta crear un mapa 3D. Que me dices? seguro que no es muy complicado pero habrá que hacer trabajo de campo.
Mientras tanto, mi joven aprendiz se afanaba en ir completando la lista de materiales que le habia dado, yendo de un lado a otro del complejo de i+D. Microlattice en grandes, grandes cantidades....
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2/3 de recolección.
Markus directamente ignoró la puya sobre la traición, pues se estaba poniendo muy pesado sobre ese tema, siquiera reaccionó al comentario, ni un leve movimiento de bigote. Ignorar ignorar ignorar. De modo que bebió de su café conseguido de una forma totalmente legal y offrolera -Nos caemos- Inquirió el del bigote con cierto temor, recordando lo que pasó y lo que habían pronosticado tanto él como Matvey. Y que el italiano secundara sus sospechas indicaba que estaban en verdaderos problemas. Y que Newton estuviera vegetal tampoco ayudaba. Nada ayudaba a la paz de Ouroboros -¿Deberíamos decírselo a alguien?-
El científico del bigote reflexionó aquella aportación. ¿Rastros externos de las raíces? -¿Mas externos que el hospital?- Pensó en voz alta conjurando el vuelapluma para que hiciera cosas y marcara el hospital. La pluma no respondió a la primera, pero sí a la segunda. Markus arrugó el ceño con desconfianza -El dispositivo de bioimpedancia indicaría en masa cuántas raíces tenemos en funcionamiento- Pensó mientras jugueteaba con el labio, si era cosa de electricidad él mismo podría encargarse de ello, sin necesidad de recurrir a nuevos aparatos que podrían demorarse -Eso es un georradar, son esos que se usan para detectar muertos enterrados. Usando georradares deberíamos ser capaces de poder ver las raíces en comparación con la transmisión de las ondas en el entorno colindante. Total, funcionan con electromagnetismo, ¿y quién controla el electromagnetismo?- Markus se imaginó vítores en el aquel momento y alzó las manos con sentimiento de ser alguien importante.
-Oh, sí, sí. Trabajo de campo. Mucho de campo- ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Esto perfectamente podría haberlo hecho Markus sin recurrir a la ayuda de nadie. La cosa era poder recoger los datos y plasmarlos en el papel. -El otro asunto que me recordó Oscurus es algo de… líquido bacta, decía que era mucho más útil que tener que llevar el tanque a todas partes. ¿Conoces que Oscurus tenga un tanque en casa?- Markus añadió una risotada cantarina pensando en el pobre medimago dirigiendo un tanque militar, sin percatarse de que él mismo tenía un tanque bacta en su casa. Iluso de mi.
-Pues si quisiéramos hacer un sónar y grabar toda esa información en un mapa tridimendional, necesitaríamos…- Markus se movió con la silla por el estrecho pasillo hasta acercarse al sistema de esferas de Newton que flotaban una con la otra. Cogió uno de esos sensores que tenían por ahí guardados, algo de papel, bolígrafos…. Cables, muchos cables. Hasta que el sonido de una esfera cayendo al suelo despistó a Markus. Uno de aquellos globos flotantes de la tecnología de Newton, controlados con su magia de gravedad cayó al suelo. Markus señaló al estudiante que andaba buscando cosas -¡Ha sido él!- Le culpó sin ningún miramiento
1/3 recoger mierdas
El científico del bigote reflexionó aquella aportación. ¿Rastros externos de las raíces? -¿Mas externos que el hospital?- Pensó en voz alta conjurando el vuelapluma para que hiciera cosas y marcara el hospital. La pluma no respondió a la primera, pero sí a la segunda. Markus arrugó el ceño con desconfianza -El dispositivo de bioimpedancia indicaría en masa cuántas raíces tenemos en funcionamiento- Pensó mientras jugueteaba con el labio, si era cosa de electricidad él mismo podría encargarse de ello, sin necesidad de recurrir a nuevos aparatos que podrían demorarse -Eso es un georradar, son esos que se usan para detectar muertos enterrados. Usando georradares deberíamos ser capaces de poder ver las raíces en comparación con la transmisión de las ondas en el entorno colindante. Total, funcionan con electromagnetismo, ¿y quién controla el electromagnetismo?- Markus se imaginó vítores en el aquel momento y alzó las manos con sentimiento de ser alguien importante.
-Oh, sí, sí. Trabajo de campo. Mucho de campo- ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Esto perfectamente podría haberlo hecho Markus sin recurrir a la ayuda de nadie. La cosa era poder recoger los datos y plasmarlos en el papel. -El otro asunto que me recordó Oscurus es algo de… líquido bacta, decía que era mucho más útil que tener que llevar el tanque a todas partes. ¿Conoces que Oscurus tenga un tanque en casa?- Markus añadió una risotada cantarina pensando en el pobre medimago dirigiendo un tanque militar, sin percatarse de que él mismo tenía un tanque bacta en su casa. Iluso de mi.
-Pues si quisiéramos hacer un sónar y grabar toda esa información en un mapa tridimendional, necesitaríamos…- Markus se movió con la silla por el estrecho pasillo hasta acercarse al sistema de esferas de Newton que flotaban una con la otra. Cogió uno de esos sensores que tenían por ahí guardados, algo de papel, bolígrafos…. Cables, muchos cables. Hasta que el sonido de una esfera cayendo al suelo despistó a Markus. Uno de aquellos globos flotantes de la tecnología de Newton, controlados con su magia de gravedad cayó al suelo. Markus señaló al estudiante que andaba buscando cosas -¡Ha sido él!- Le culpó sin ningún miramiento
1/3 recoger mierdas
- Merda. - farfullé al oir aquello tan sentencioso, nos caíamos. Otra vez? Si, perdiamos altura, era porque perdiamos magia. El Sanguis, devorando la magia de la isla, por...falta de sangre Pendragon. - O sangre, o magia. El arbol necesita combustible. Tenemos que decirselo al resto del Consejo. Deben saberlo...voy a comunicárselo.
Dejé la taza de café y levanté el brazo para manejar el comunicador de mi brazalete, enviando un mensaje lo más rapido y detallado que supe.
Cuando terminé de redactarlo, volví al trabajo.
- Sí, las raices del hospital están en superficie. Yo digo de buscar las que van hacia abajo. - afirmé porque tanto las de bioimpedancia como un georadar nos harían el apaño, en realidad, no habia que construir mucho, solo recalibrar ciertas cosas. - Tú. Pues ponte a ello. - le gesticulé con las manos como diciendole que venga, que a que esperaba.
-Que tiene que ver lo de los tanques de bacta con todo esto? Robé los planos en la mierda esa de SAM, están descargados por aqui, cualquiera con algo de habilidad puede mirarlos y fabricarlos.... - bueno, algo de habilidad no, mucha habilidad, pero en fin. -de hecho ya se han fabricado unos cuantos- di una palmada, porque por lo visto, ya nos habiamos puesto de acuerdo.
- Vale pues... - de pronto, un orbe se cayó, sin más. Se habia quedado sin pilas? En ese momento me llegó el pajarillo de Arleen, el cual reconocí al instante. Leer la nota me dejó cabizbajo, pensativo y serio. No volví a hablar mientras escribia una respuesta en el dorso y la metía en el interior del pajaro, mandandolo de vuelta con su dueña.
"hijo de puta...."
Solo leer su nombre me ponía enfermo. Pero descubrir que además habia podido llegar a maldecir a aquellos... yo los había llevado allí. Estaba sobre mi consciencia. Aquel primer error. Todo. No me di cuenta de habia partido el lapiz que habia usado para responderle a Arleen. Cuando me quise dar cuenta, fue porque me habia clavado la madera astillada en la palma de la mano y me habia hecho sangre.
Ni si quiera respondí cuando mi aprendiz vino con una caja llena del metal que le habia pedido y varios carretes de hilo de veracero, dejó la caja cerca de mi con la lista de materiales tachados y...
- Déjalo en mi taller. - dije sin mas, y el muchacho volvió a recoger la caja y se marchó.
__
3/3 ya tengo los materiales x)
Dejé la taza de café y levanté el brazo para manejar el comunicador de mi brazalete, enviando un mensaje lo más rapido y detallado que supe.
Cuando terminé de redactarlo, volví al trabajo.
- Sí, las raices del hospital están en superficie. Yo digo de buscar las que van hacia abajo. - afirmé porque tanto las de bioimpedancia como un georadar nos harían el apaño, en realidad, no habia que construir mucho, solo recalibrar ciertas cosas. - Tú. Pues ponte a ello. - le gesticulé con las manos como diciendole que venga, que a que esperaba.
-Que tiene que ver lo de los tanques de bacta con todo esto? Robé los planos en la mierda esa de SAM, están descargados por aqui, cualquiera con algo de habilidad puede mirarlos y fabricarlos.... - bueno, algo de habilidad no, mucha habilidad, pero en fin. -de hecho ya se han fabricado unos cuantos- di una palmada, porque por lo visto, ya nos habiamos puesto de acuerdo.
- Vale pues... - de pronto, un orbe se cayó, sin más. Se habia quedado sin pilas? En ese momento me llegó el pajarillo de Arleen, el cual reconocí al instante. Leer la nota me dejó cabizbajo, pensativo y serio. No volví a hablar mientras escribia una respuesta en el dorso y la metía en el interior del pajaro, mandandolo de vuelta con su dueña.
"hijo de puta...."
Solo leer su nombre me ponía enfermo. Pero descubrir que además habia podido llegar a maldecir a aquellos... yo los había llevado allí. Estaba sobre mi consciencia. Aquel primer error. Todo. No me di cuenta de habia partido el lapiz que habia usado para responderle a Arleen. Cuando me quise dar cuenta, fue porque me habia clavado la madera astillada en la palma de la mano y me habia hecho sangre.
Ni si quiera respondí cuando mi aprendiz vino con una caja llena del metal que le habia pedido y varios carretes de hilo de veracero, dejó la caja cerca de mi con la lista de materiales tachados y...
- Déjalo en mi taller. - dije sin mas, y el muchacho volvió a recoger la caja y se marchó.
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