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Kyle Franklin
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Rosse me mostró con qué tipo de defensas contaríamos, y la verdad, me quedé impresionado. Si bien, esas cosas no parecían tener voluntad ninguna, para evitar que un ataque en masa nos golpeara con graves consecuencias nos vendrían de perlas, sin duda.
-Estás hecha una artista, Rosse. Mas me vale ponerme las pilas, a ver si consigo impresionarte un poco.
Le apreté el hombro levemente como muestra de complicidad y me dirigí hacia la muestra que me había dado de la especie de tanque que cargaría con enormes armas, y debería enfrentarse a dragones. Tratar de hacerle inmune al fuego no debería ser muy difícil con mis habilidades, pero hacía mucho que me no me dedicaba a esto, y prueba de ello, quizá, había sido mi fracaso con las muestras del falso árbol.
Conecté el aparato que me permitiría modificarla a placer para hacer pruebas hasta conseguir mi objetivo, metiendo la muestra, y seguí hablando con Rosse sin quitarle la vista de encima a la peligrosa muestra.
-Despues podríamos tomarnos un descanso y come algo por ahí, ¿te parece? Tengo ganas de sushi.
Quizá hablar de comer algo, con semejantes cosas modificadas de forma grotesca por doquier fuera de lo mas raro, pero estaba habituándome bastante rápido a volver a trabajar en cosas así, y el olor que emanaba la muestra ya casi ni me molestaba. Empecé a manipular ciertos marcadores para volverla inmune al fuego, y cuando estuve seguro de haberlo hecho bien, esperé a que la maquina la manipulara, mirándola expectante.
-Hecho, Rosse. Ahora podrá inmunizar a esa especie de tanque viscoso contra el fuego.
Se lo comenté muy emocionado al ver que había salido bien, sintiéndome mas que bien conmigo mismo, sonriéndole ampliamente.
-Parece que no he perdido mi toque.
Le guiñé un ojo con complicidad, haciendo crujir mis dedos al retorcerlos, entrelazando mis manos en un gesto de victoria.
Volver inmune al fuego a la cosa viscosa: ÉXITO
-Estás hecha una artista, Rosse. Mas me vale ponerme las pilas, a ver si consigo impresionarte un poco.
Le apreté el hombro levemente como muestra de complicidad y me dirigí hacia la muestra que me había dado de la especie de tanque que cargaría con enormes armas, y debería enfrentarse a dragones. Tratar de hacerle inmune al fuego no debería ser muy difícil con mis habilidades, pero hacía mucho que me no me dedicaba a esto, y prueba de ello, quizá, había sido mi fracaso con las muestras del falso árbol.
Conecté el aparato que me permitiría modificarla a placer para hacer pruebas hasta conseguir mi objetivo, metiendo la muestra, y seguí hablando con Rosse sin quitarle la vista de encima a la peligrosa muestra.
-Despues podríamos tomarnos un descanso y come algo por ahí, ¿te parece? Tengo ganas de sushi.
Quizá hablar de comer algo, con semejantes cosas modificadas de forma grotesca por doquier fuera de lo mas raro, pero estaba habituándome bastante rápido a volver a trabajar en cosas así, y el olor que emanaba la muestra ya casi ni me molestaba. Empecé a manipular ciertos marcadores para volverla inmune al fuego, y cuando estuve seguro de haberlo hecho bien, esperé a que la maquina la manipulara, mirándola expectante.
-Hecho, Rosse. Ahora podrá inmunizar a esa especie de tanque viscoso contra el fuego.
Se lo comenté muy emocionado al ver que había salido bien, sintiéndome mas que bien conmigo mismo, sonriéndole ampliamente.
-Parece que no he perdido mi toque.
Le guiñé un ojo con complicidad, haciendo crujir mis dedos al retorcerlos, entrelazando mis manos en un gesto de victoria.
Volver inmune al fuego a la cosa viscosa: ÉXITO
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Rosse McGonagall
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Rosse mostró una sonrisita altiva cuando recibió la felicitación, el reforzamiento positivo era algo que siempre la animaba, y además la ponía a pesar... Tal vez exageró un poco pensando que estaba haciendo cosas tan malas... Es decir, Keli'l no se veía demasiado afectado por la escena y hasta la felicitaba.
Pensamientos así comenzaron a ingresar en su mente, mientras que la falta de sueño provocaba qué los razonara poco, y su estado emocional hacía qué quisiera sentirse mejor, pensando que tal vez esto es lo que se espera de ella... Qué tal vez debería dejar de cuestionarse tanto lo que hace.
Sé que lo harás, eres bueno en lo que haces... Aunque no más que yo.~
Su actitud usual va volviendo de a poco, cosa que sin dudas es una mejora por su propio lado, puesto que estaba en un estado deplorable... Y todavía debería dormir un poco, a decir verdad.
En todo caso ella se aproximó a ver lo que estaba haciendo, y además también para vigilar a la muestra, que podría hacer un movimiento brusco en un mal momento sin embargo, al final tenía pinta de que no terminaría por hacerlo.
Genial idea, ¡Llevo días sin comer como corresponde!
Se queja, por mucho que es literalmente su culpa, ya que ella misma se ha puesto a hacer estos experimentos por propia mano, aunque se ha convencido de que las circunstancias la han obligado a ello, y ya de eso nadie la saca.
Pero fuera de eso, miró con interés el proceso de modificacion genética, siendo ella una experta en modificar la estructura de las cosas, también le gustaba eso, y no podía evitar mirar con cierto asombro el proceso, hasta que finalmente lo observó terminado, y una sonrisa se formó en su rostro.
Definitivamente no has perdido el toque, parece que estar desconectados del consejo no nos ha afectado.~
Procuró ser optimista con ello, a sabiendas ahora de que ambos habían estado desentendidos de todo esto por un rato largo.
Pensamientos así comenzaron a ingresar en su mente, mientras que la falta de sueño provocaba qué los razonara poco, y su estado emocional hacía qué quisiera sentirse mejor, pensando que tal vez esto es lo que se espera de ella... Qué tal vez debería dejar de cuestionarse tanto lo que hace.
Sé que lo harás, eres bueno en lo que haces... Aunque no más que yo.~
Su actitud usual va volviendo de a poco, cosa que sin dudas es una mejora por su propio lado, puesto que estaba en un estado deplorable... Y todavía debería dormir un poco, a decir verdad.
En todo caso ella se aproximó a ver lo que estaba haciendo, y además también para vigilar a la muestra, que podría hacer un movimiento brusco en un mal momento sin embargo, al final tenía pinta de que no terminaría por hacerlo.
Genial idea, ¡Llevo días sin comer como corresponde!
Se queja, por mucho que es literalmente su culpa, ya que ella misma se ha puesto a hacer estos experimentos por propia mano, aunque se ha convencido de que las circunstancias la han obligado a ello, y ya de eso nadie la saca.
Pero fuera de eso, miró con interés el proceso de modificacion genética, siendo ella una experta en modificar la estructura de las cosas, también le gustaba eso, y no podía evitar mirar con cierto asombro el proceso, hasta que finalmente lo observó terminado, y una sonrisa se formó en su rostro.
Definitivamente no has perdido el toque, parece que estar desconectados del consejo no nos ha afectado.~
Procuró ser optimista con ello, a sabiendas ahora de que ambos habían estado desentendidos de todo esto por un rato largo.
Kyle Franklin
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Rosse pareció aceptar que fuéramos luego a comer algo, para salir de este lugar al menos por un rato. Ella lo necesitaba más que yo, le vendría bien desconectar un rato y distraerse con algo tan frugal como comer, simplemente.
Celebramos que hubiera conseguido a la primera el objetivo que nos habíamos impuesto con esa cosa pegajosa y la miré intensamente con una sonrisa. Cada vez me estaba relajando más, pero era porque estábamos recuperando el buen feeling que teníamos desde hacia tiempo como amigos, solo que estaba algo oxidado tras estos dos años lejos.
-Bueno, aprovechando que estoy en racha, ¿hay algo más en lo que pueda ayudarte, antes de irnos a comer? Estoy deseando enseñarte el nuevo restaurante japonés verdadero que han abierto en la ciudad, es una gozada.
Como no sabía cuánto duraría mi racha, y seguiría de tan buen humor, estaba deseando seguir siendo útil a Rosse en la medida de lo posible, no solo con nuestra amistad recuperada.
-Veamos… la idea es muy interesante, seguro que algo podremos hacer para fastidiar aún más al enemigo... Sinceramente, están empezando a darme pena como lleguemos a lanzarles esto a la cabeza. ¿Deberíamos hacer algo que pueda resistir el hielo o el veneno? Al menos, lo justo para hacer el mayor posible. No sé si tienes ya algo listo en ese tema.
Volví a bromear imaginando como todo lo que Rosse ya había creado fuera contra ellos, sus caras ante el aspecto de cada cosa… y lo letal que serían a los pocos segundos de caer sobre ellos, atacándoles sin piedad… y sin saber cómo quitárselos de encima, recorriendo las jaulas con curiosidad.
Celebramos que hubiera conseguido a la primera el objetivo que nos habíamos impuesto con esa cosa pegajosa y la miré intensamente con una sonrisa. Cada vez me estaba relajando más, pero era porque estábamos recuperando el buen feeling que teníamos desde hacia tiempo como amigos, solo que estaba algo oxidado tras estos dos años lejos.
-Bueno, aprovechando que estoy en racha, ¿hay algo más en lo que pueda ayudarte, antes de irnos a comer? Estoy deseando enseñarte el nuevo restaurante japonés verdadero que han abierto en la ciudad, es una gozada.
Como no sabía cuánto duraría mi racha, y seguiría de tan buen humor, estaba deseando seguir siendo útil a Rosse en la medida de lo posible, no solo con nuestra amistad recuperada.
-Veamos… la idea es muy interesante, seguro que algo podremos hacer para fastidiar aún más al enemigo... Sinceramente, están empezando a darme pena como lleguemos a lanzarles esto a la cabeza. ¿Deberíamos hacer algo que pueda resistir el hielo o el veneno? Al menos, lo justo para hacer el mayor posible. No sé si tienes ya algo listo en ese tema.
Volví a bromear imaginando como todo lo que Rosse ya había creado fuera contra ellos, sus caras ante el aspecto de cada cosa… y lo letal que serían a los pocos segundos de caer sobre ellos, atacándoles sin piedad… y sin saber cómo quitárselos de encima, recorriendo las jaulas con curiosidad.
Rosse McGonagall
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Por lo que parece, solo era cuestión de volver a ver a Kyle para darse cuenta de lo mucho que lo echó de menos, era algo vergonzoso pero podría decir que incluso quiere otro abrazo, la vida de descendiente es... Solitaria, bastante solitaria, la verdad que en el consejo las relaciones casi siempre son meramente profesionales.
Pero el caso ahora mismo es que podía decir que le alegraba, y las cosas iban a mejor cuando le mencionaba aquello de el restaurante japonés verdadero, se le hacía agua la boca, nada como pensar en comida para percatarte de que tienes hambre.
Joder qué bueno suena... ¡Ya estoy impaciente!
Se pone impaciente a la mínima de cambio, es parte de su infantil naturaleza, pero dejando eso de lado la oferta qué Kyle le hizo la dejó pensando unos segundos, ¿Qué podría pedirle?, bueno, él mismo acabó por dar buenas ideas.
Pues la última vez no llevaron algo así... ¡Pero nunca se sabe!, así que es mejor hacerlo, sí, hay que preparar a la criatura también para el hielo y el veneno... Y quizás también a los contempladores, podrían tratar de hacerles bastante daño...
Caminó entonces en dirección a la jaula de esos bichos... La más grande de todas con diferencia, estos yacian aparentemente dormidos y tirados en el suelo de la jaula, eran tres, criaturas de pesadilla como bolas deformadas y negruzcas, con una gran boca, un enorme ojo y tentáculos con pequeños ojos.
Estos con sus variados rayos oculares servirán muy bien como artillería, y tienen un cono antimagia en su ojo más grande, servirán muy bien para proteger a otros.
Ahora sonaba mucho más segura de lo que decía, cada vez se reafirmaba más en lo que estaba haciendo.
Pero el caso ahora mismo es que podía decir que le alegraba, y las cosas iban a mejor cuando le mencionaba aquello de el restaurante japonés verdadero, se le hacía agua la boca, nada como pensar en comida para percatarte de que tienes hambre.
Joder qué bueno suena... ¡Ya estoy impaciente!
Se pone impaciente a la mínima de cambio, es parte de su infantil naturaleza, pero dejando eso de lado la oferta qué Kyle le hizo la dejó pensando unos segundos, ¿Qué podría pedirle?, bueno, él mismo acabó por dar buenas ideas.
Pues la última vez no llevaron algo así... ¡Pero nunca se sabe!, así que es mejor hacerlo, sí, hay que preparar a la criatura también para el hielo y el veneno... Y quizás también a los contempladores, podrían tratar de hacerles bastante daño...
Caminó entonces en dirección a la jaula de esos bichos... La más grande de todas con diferencia, estos yacian aparentemente dormidos y tirados en el suelo de la jaula, eran tres, criaturas de pesadilla como bolas deformadas y negruzcas, con una gran boca, un enorme ojo y tentáculos con pequeños ojos.
Estos con sus variados rayos oculares servirán muy bien como artillería, y tienen un cono antimagia en su ojo más grande, servirán muy bien para proteger a otros.
Ahora sonaba mucho más segura de lo que decía, cada vez se reafirmaba más en lo que estaba haciendo.
Kyle Franklin
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Parecía que nuestro día en el laboratorio estaba dando sus frutos. Después de tanto tiempo, en pocos minutos habíamos recuperado la química que solíamos tener, y estábamos aunando esfuerzos para crear defensas y armas capaces de matar y asegurarnos la victoria por desgaste del enemigo… y por bajarles la moral con apestosos aditivos.
Rosse quería hacer inmune (o todo lo que fuera posible) al tanque de aspecto negro y viscoso también al frío y al veneno. Combinar dos mutaciones mas como esas me llevaría tiempo, y seguramente, no sería fácil, si quería evitar que se convirtiera en algo inservible. Tantas mutaciones juntas podían arruinarlo todo.
-Me pondré a ello después de comer, eso me llevará tiempo, espero poder conseguirlo.
Aunque no dudaba que, si yo no lo conseguía, con su ayuda, acabaríamos por hacerlo realidad, ya estaba dándole vueltas en mi mente a las técnicas que usaría. Mientras, me mostró tres especímenes que dormitaban en el suelo de las jaulas. No eran nada bonitos de contemplar, pero por lo que me explicaba Rosse que debían hacer, nos vendrían de perlas.
-Bien pensado, me gustan tus ideas para cargar contra ellos, aparte de aterrorizarlos. Hasta un dragón se echaría atrás al verlos acercarse por tierra,
Se lo dije con una amplia sonrisa, feliz tras tanto tiempo viviendo con rencor y agobios por los recuerdos y malos momentos vividos, por la soledad al tener que esconderme… Algo que, desde luego, no pensaba volver a hacer.
-Te invito a comer, a esta hora ya estarán preparando la primera tanda de sushi, con el pescado bien fresco.
Me aseguré de dejar a buen recaudo la muestra que me había entregado para hacer las pruebas, revisamos que todas las jaulas estuvieran bien cerradas, y nos reencontramos junto a la puerta del laboratorio.
-¿Quieres que nos aparezcamos en algún sitio cerca del restaurante donde no puedan vernos o a medio camino?
Yo había estado bastante tiempo fuera, y no estaba seguro si la política sobre dónde y cómo usar nuestra magia de ese modo estaba permitida, así que preferí preguntarle primero y no meternos en líos con el Consejo.
Rosse quería hacer inmune (o todo lo que fuera posible) al tanque de aspecto negro y viscoso también al frío y al veneno. Combinar dos mutaciones mas como esas me llevaría tiempo, y seguramente, no sería fácil, si quería evitar que se convirtiera en algo inservible. Tantas mutaciones juntas podían arruinarlo todo.
-Me pondré a ello después de comer, eso me llevará tiempo, espero poder conseguirlo.
Aunque no dudaba que, si yo no lo conseguía, con su ayuda, acabaríamos por hacerlo realidad, ya estaba dándole vueltas en mi mente a las técnicas que usaría. Mientras, me mostró tres especímenes que dormitaban en el suelo de las jaulas. No eran nada bonitos de contemplar, pero por lo que me explicaba Rosse que debían hacer, nos vendrían de perlas.
-Bien pensado, me gustan tus ideas para cargar contra ellos, aparte de aterrorizarlos. Hasta un dragón se echaría atrás al verlos acercarse por tierra,
Se lo dije con una amplia sonrisa, feliz tras tanto tiempo viviendo con rencor y agobios por los recuerdos y malos momentos vividos, por la soledad al tener que esconderme… Algo que, desde luego, no pensaba volver a hacer.
-Te invito a comer, a esta hora ya estarán preparando la primera tanda de sushi, con el pescado bien fresco.
Me aseguré de dejar a buen recaudo la muestra que me había entregado para hacer las pruebas, revisamos que todas las jaulas estuvieran bien cerradas, y nos reencontramos junto a la puerta del laboratorio.
-¿Quieres que nos aparezcamos en algún sitio cerca del restaurante donde no puedan vernos o a medio camino?
Yo había estado bastante tiempo fuera, y no estaba seguro si la política sobre dónde y cómo usar nuestra magia de ese modo estaba permitida, así que preferí preguntarle primero y no meternos en líos con el Consejo.
Rosse McGonagall
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Rosse puede sentir como el buen rollo le va volviendo al cuerpo, que es como la más grande de las bocanadas de aire fresco, luego de haberse visto inundada todo este tiempo por los peores sentimientos, ahora podía sentirse mejor, y tener a alguien cerca tras todo este tiempo.
Seguro que puedes, yo confío en tí.
Entonces levantó el pulgar en simbolo de que le daba su confianza, sabe que él es un experto... E incluso si no funcionaba por un motivo u otro seguro que entre ambos podrían pensar algo que funcione, o una alternativa... Porque hacen buen equipo.
Y además de todo... Hay que decir que pueden volar cosa que les agrega un punto más.~
Otra vez se oía esa nota de orgullo en su voz, al denotar qué podían moverse por aire con tranquilidad.
Pero más allá de todo eso, escuchó su estómago rugir, sí, definitivamente qué tenía hambre y bastante, porque eso ya en este punto pasaba con solo imaginarse el sushi, por lo cual le llegó el pensamiento de que quizás debería de ir ahora en vez de pensar más en la guerra y todo eso.
No puedo esperar, jaja.~
Luego de decir esto, se llevó un momento la mano al mentón, de notando qué no lo había pensado, pero la verdad es que tampoco conoce al consejo y su funcionamiento tanto, porque bueno, siempre le pareció demasiado aburrido... Y siendo justos, aún se lo parece pero ahora le escuece no saber.
Mejor en el sitio donde no puedan vernos, solo por si acaso.
Comentó... Aunque no tuvo en consideración qué haciendo eso seguro todos pensarían qué ella sigue en el laboratorio y eso podría traer algún problema... Pero lleva días qué no piensa correctamente, así que...
Seguro que puedes, yo confío en tí.
Entonces levantó el pulgar en simbolo de que le daba su confianza, sabe que él es un experto... E incluso si no funcionaba por un motivo u otro seguro que entre ambos podrían pensar algo que funcione, o una alternativa... Porque hacen buen equipo.
Y además de todo... Hay que decir que pueden volar cosa que les agrega un punto más.~
Otra vez se oía esa nota de orgullo en su voz, al denotar qué podían moverse por aire con tranquilidad.
Pero más allá de todo eso, escuchó su estómago rugir, sí, definitivamente qué tenía hambre y bastante, porque eso ya en este punto pasaba con solo imaginarse el sushi, por lo cual le llegó el pensamiento de que quizás debería de ir ahora en vez de pensar más en la guerra y todo eso.
No puedo esperar, jaja.~
Luego de decir esto, se llevó un momento la mano al mentón, de notando qué no lo había pensado, pero la verdad es que tampoco conoce al consejo y su funcionamiento tanto, porque bueno, siempre le pareció demasiado aburrido... Y siendo justos, aún se lo parece pero ahora le escuece no saber.
Mejor en el sitio donde no puedan vernos, solo por si acaso.
Comentó... Aunque no tuvo en consideración qué haciendo eso seguro todos pensarían qué ella sigue en el laboratorio y eso podría traer algún problema... Pero lleva días qué no piensa correctamente, así que...
Kyle Franklin
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Rosse me animaba tanto como yo a ella, y empezábamos a soltarnos un poco más, sonriendo más veces… Aunque estuviéramos preparándonos para más que una posible guerra, nos dejábamos llevar por el positivismo. Y más, cuando teníamos en mente comer sushi y pasar un rato fuera del laboratorio… y sin estar muy seguros, quizá rompiendo alguna norma.
-Tengo el lugar perfecto donde aparecernos.
Le guiñé un ojo, ofreciéndole que cogiera mi mano, y en apenas unos instantes, nos desaparecimos.
-Tengo el lugar perfecto donde aparecernos.
Le guiñé un ojo, ofreciéndole que cogiera mi mano, y en apenas unos instantes, nos desaparecimos.
Markus había montado un mini invernadero a espaldas de todo el mundo, de la propia administración, pues Markus trabaja en la sombra. Había conseguido sus muestras de árbol chungo y se había medio mudado a la isla aislada, tal y como se había indicado durante la reunión del Consejo, para hacer sus experimentos con fragmentos del árbol insidioso necesitado de magia. ¿Qué magia? Pues es lo que iba a tratar de averiguar, de la misma manera que quería saber cómo reaccionaría a la sangre. Tenía sangre de pollo, de conejo, de humano y… de dragón. Algo valioso que Noligma había conseguido en sus mercados. Nadie pregunta. Markus tampoco, solo paga y calla.
Resumiendo. Que tenía montado un laboratorio de botánica en la isla aislada. Allí había colocado todo tipo de chismes pseudomágicocientíficos inventados por él que medían la emisión de ondas y ondas vibratorias. También había robado la máquina de café de la casa de Giordanoporque hacía mejor café que la de Markus (esto no lo reconocerá nunca) y ahora que la becaria se dedicaba a jugar a la guerritas pues Markus estaba solo con Entropía, ella nunca le abandonaría.
Aquella mañana, o tarde, qué más daba, Markus dispensaba un agar mágico que había conseguido después de colarse en el invernadero de Sofía y robar, a traición, gran parte del fertilizante que usaba. Markus tenía colocadas varias ramitas y hojas del Sanguis de Ouroboros en frascos de pociones fertilizantes, en macetas con tierra y en matraces Erlenmeyer con el agar antes mencionado. Le había puesto auxinas de leguminosas para fomentar la formación de un sistema radicular nuevo, además de Nitrobacter para la fijación de nitrógeno. Lo que no estaba seguro es de si tenía que poner Streptococcus β-hemolíticos…. Tendría que colarse en el hospital y robar muestras de LCR de algún niño con meningitis. Es por ese motivo que había varios post-its color azul recordándole aquel hecho, no sea que la planta necesitase de productos de degradación de la hemoglobina o de la propia hemoglobina para crecer. Por el momento le había puesto hierro a unas cuantas, para ver qué pasaba.
Pero en este preciso momento, la planta que más le llamaba la atención era aquel esqueje que había conseguido de un tamaño considerable. Markus lo había puesto sobre matraz con el agar antes mencionado. Lo había dejado al sol y parecía que las hojas rojas estaban frescas, como lechugas. Por esa la seleccionó. Cogió la planta y la llevó a la mesa de estudio, donde estaba el café. Markus estaba interesado en el comportamiento de la planta ante distintas alteraciones, no tanto como el batiburrillo mágico de los espíritus. Eso es cosa de los chamanes. Él es un hombre de ciencia, pues ciencia haría. Dejó la planta con cuidado sobre un poyete de metal que descansaba sobre la mesa la mesa y se frotó las manos, con avidez, antes de cubrirla con una campana de cristal (como la de la rosa de la peli de la Bella y la Bestia) a la que había pegado con celo unos tenedores de plata, de los que había robado en la última boda a la que asistió…. La de Sofía con el teniente barbudo, esa boda. Los tenedores estaban conectados a un generador de energía, y un amperímetro y un voltímetro. Y una lucecita de colorines. Entonces…. Encendió el interruptor.
Resumiendo. Que tenía montado un laboratorio de botánica en la isla aislada. Allí había colocado todo tipo de chismes pseudomágicocientíficos inventados por él que medían la emisión de ondas y ondas vibratorias. También había robado la máquina de café de la casa de Giordano
Aquella mañana, o tarde, qué más daba, Markus dispensaba un agar mágico que había conseguido después de colarse en el invernadero de Sofía y robar, a traición, gran parte del fertilizante que usaba. Markus tenía colocadas varias ramitas y hojas del Sanguis de Ouroboros en frascos de pociones fertilizantes, en macetas con tierra y en matraces Erlenmeyer con el agar antes mencionado. Le había puesto auxinas de leguminosas para fomentar la formación de un sistema radicular nuevo, además de Nitrobacter para la fijación de nitrógeno. Lo que no estaba seguro es de si tenía que poner Streptococcus β-hemolíticos…. Tendría que colarse en el hospital y robar muestras de LCR de algún niño con meningitis. Es por ese motivo que había varios post-its color azul recordándole aquel hecho, no sea que la planta necesitase de productos de degradación de la hemoglobina o de la propia hemoglobina para crecer. Por el momento le había puesto hierro a unas cuantas, para ver qué pasaba.
Pero en este preciso momento, la planta que más le llamaba la atención era aquel esqueje que había conseguido de un tamaño considerable. Markus lo había puesto sobre matraz con el agar antes mencionado. Lo había dejado al sol y parecía que las hojas rojas estaban frescas, como lechugas. Por esa la seleccionó. Cogió la planta y la llevó a la mesa de estudio, donde estaba el café. Markus estaba interesado en el comportamiento de la planta ante distintas alteraciones, no tanto como el batiburrillo mágico de los espíritus. Eso es cosa de los chamanes. Él es un hombre de ciencia, pues ciencia haría. Dejó la planta con cuidado sobre un poyete de metal que descansaba sobre la mesa la mesa y se frotó las manos, con avidez, antes de cubrirla con una campana de cristal (como la de la rosa de la peli de la Bella y la Bestia) a la que había pegado con celo unos tenedores de plata, de los que había robado en la última boda a la que asistió…. La de Sofía con el teniente barbudo, esa boda. Los tenedores estaban conectados a un generador de energía, y un amperímetro y un voltímetro. Y una lucecita de colorines. Entonces…. Encendió el interruptor.
Después de dar un tiempo prudencial para que alguien respondiera a Markus, Markus decidió que debía seguir con su vida, saliendo de una espacie de catarsis. Chasqueó la lengua, molesto, porque nadie quería venir a jugar con Markus, pues a freír espárragos, nunca mejor dicho, se iban a ir todos. Cuando consiguiera gloria y poder y reconocimiento y fuese mejor que Edison ya volverían todos arrastrándose. Y, aunque no quería reconocerlo, porque a tozudo no gana a nadie a Markus, debía reconocer que echaba de menos las visitas con pizzas de Shyvanna. Pero.. habían los Pendragon habían sido malos con Markus y, por ese motivo, ya no podían seguir en Ouroboros. ¡Ah! Bueno, también habían hecho el mal a la isla, pero eso era secundario.
Volviendo a lo que estábamos haciendo, Markus encendió el chisme acercando los electrodos a la campana donde estaba encerrado el esqueje. Hubo una especie de aumento paulatino de luz que fue invadiendo el espacio hasta que se volvió cegador. Menos mal que los googles que tenía puestos tenían cristales tintados, porque aquello emitía los mismos lúmenes que el Sol, solo en el pequeño laboratorio que tenía montado. Y aquello fue aumentando hasta que…. PLOOF
Fue un poco frustrante, para Markus, que hasta las explosiones le salieran con mayor contundencia a Giordano: un gran bombazo que hace temblar toda la isla. Eso es lo que esperaba del experimento. Y no aquel pedo que siquiera le había despeinado el mostacho. Ni fuego, ni humo, ni nada. Y es que Markus se había tirado pedos con más fuerza que aquella implosión. Suspiró y se echó sobre el respaldo de la silla, observando la planta, inamovible e impasible a la carga eléctrica. Impasible. Bueno, pareció agitarse, molesta, para quitarse el polvo de los ácaros y esporas carbonizadas que sí habían sufrido los efectos del subidón energético. Los electrodos se habían calentado tanto que se habían fundido. -Juro que superaré tus avances, Frankenstein- Dijo Markus elevándose las lentes para colocarlas sobre la frente
Giré la silla hacia otra de las plantas y la llevé a otra de las mesas del minilaboratorio -A otra cosa, polilla- Atraje las cosas con magia y las fui colocando sobre el escritorio, distribuidas de una forma muy anárquica. Tenía una lupa, con la que observó con detenimiento las hojas de la muestra antes de la prueba. Anotó lo que pudo ser interesante en un pergamino al que dictaba con el vuelapluma, tal y como hacía la becaria cuanto anotaba sus cafés. ¿Arleen, por qué me has abandonado? La grabadora se había frito al haberla dejado al lado de la campana electrificada. -Objeto de experimentación 2. Prueba con sangre. Las muestras de la planta han mostrado unas cualidades muy interesantes de protección contra los altos voltajes de electricidad. Markus esperará a estudiar sus capacidades cuando el cristal se haya enfriado, que ahora quema, para revisar los apuntes del Dr. Frankenstein. Mientras tanto, Markus ha dispuesto una planta a la que va a someter a sangre. Empezando por sangre de pollo. Lo siento Entropía no mires a Markus así, también tengo de otros animales. Si la planta pide sangre, pues sangre habrá que darle. Procedamos-
Sin muchas más tonterías, Markus abrió el vial con el tapón de cocho y echó un chorro generoso sobre las hojas de la planta crecida. La sangre empezó a fluir de una forma densa por cada hoja, recorriendo sus nerviaciones y filos, goteando con una cadencia lenta e hipnótica.
Volviendo a lo que estábamos haciendo, Markus encendió el chisme acercando los electrodos a la campana donde estaba encerrado el esqueje. Hubo una especie de aumento paulatino de luz que fue invadiendo el espacio hasta que se volvió cegador. Menos mal que los googles que tenía puestos tenían cristales tintados, porque aquello emitía los mismos lúmenes que el Sol, solo en el pequeño laboratorio que tenía montado. Y aquello fue aumentando hasta que…. PLOOF
Fue un poco frustrante, para Markus, que hasta las explosiones le salieran con mayor contundencia a Giordano: un gran bombazo que hace temblar toda la isla. Eso es lo que esperaba del experimento. Y no aquel pedo que siquiera le había despeinado el mostacho. Ni fuego, ni humo, ni nada. Y es que Markus se había tirado pedos con más fuerza que aquella implosión. Suspiró y se echó sobre el respaldo de la silla, observando la planta, inamovible e impasible a la carga eléctrica. Impasible. Bueno, pareció agitarse, molesta, para quitarse el polvo de los ácaros y esporas carbonizadas que sí habían sufrido los efectos del subidón energético. Los electrodos se habían calentado tanto que se habían fundido. -Juro que superaré tus avances, Frankenstein- Dijo Markus elevándose las lentes para colocarlas sobre la frente
Giré la silla hacia otra de las plantas y la llevé a otra de las mesas del minilaboratorio -A otra cosa, polilla- Atraje las cosas con magia y las fui colocando sobre el escritorio, distribuidas de una forma muy anárquica. Tenía una lupa, con la que observó con detenimiento las hojas de la muestra antes de la prueba. Anotó lo que pudo ser interesante en un pergamino al que dictaba con el vuelapluma, tal y como hacía la becaria cuanto anotaba sus cafés. ¿Arleen, por qué me has abandonado? La grabadora se había frito al haberla dejado al lado de la campana electrificada. -Objeto de experimentación 2. Prueba con sangre. Las muestras de la planta han mostrado unas cualidades muy interesantes de protección contra los altos voltajes de electricidad. Markus esperará a estudiar sus capacidades cuando el cristal se haya enfriado, que ahora quema, para revisar los apuntes del Dr. Frankenstein. Mientras tanto, Markus ha dispuesto una planta a la que va a someter a sangre. Empezando por sangre de pollo. Lo siento Entropía no mires a Markus así, también tengo de otros animales. Si la planta pide sangre, pues sangre habrá que darle. Procedamos-
Sin muchas más tonterías, Markus abrió el vial con el tapón de cocho y echó un chorro generoso sobre las hojas de la planta crecida. La sangre empezó a fluir de una forma densa por cada hoja, recorriendo sus nerviaciones y filos, goteando con una cadencia lenta e hipnótica.
Los tallos del Sanguis Ligno, tras unos segundos parecieron agitarse levemente, una ligera vibración como si el nerviosismo se apoderase de ellos. Las raíces se elevaron y extendieron en busca de la sangre hasta absorberla.
Brilló, en un color carmesí por un instante para después recuperar su tono natural nuevamente y brotes nuevos surgieron sin demora. El crecimiento de aquellos tallos era resultaba bastante acelerado.
Brilló, en un color carmesí por un instante para después recuperar su tono natural nuevamente y brotes nuevos surgieron sin demora. El crecimiento de aquellos tallos era resultaba bastante acelerado.
Aquel movimiento de las hojas y tallos y lucecitas despertó en Markus una gran y atrayente curiosidad y, también había que decirlo, ciertas ínfulas de grandeza de tal manera que dibujo una sonrisa con cierta malicia que hizo que se le abrieran las narinas. -De modo que te gusta la sangrecita de pollo, ¿eh? No eres al único al que le gustan unas cuantas morcillas, de las de Burgos, que tienen arrocito y cebollita y denominación de origen… aunque… igual ya no hay Burgos del que comprar morcillas. Oh… qué fallo. Volviendo al objeto de mi investigación….- Iba a empezar a narrar, pero… nop. Porque empezaron a rugirle las tripas al científico y tuvo que parar a comer, no morcilla, porque no había, pero sí se pidió una buena pizza de salami. Y que se la mandaran allí, y si eran uno de los elfos libres de Bellatrix pues genial, ahora que ya no tenían que servirla se aburrían demasiado en casa.
Después del leve receso, en el que cogió un fragmento de hoja para describirlo y anotar las observaciones conseguidas al microscopio óptico, con aceite de inmersión a 100x, y comía a la vez (nota, esto no se hace, es que Markus está muy loco, pero no se come en el laboratorio, que te cargas la muestra o te contaminas tú mismo de químicos, qué guarrada!), decidió que era momento de seguir con la fase tester de la sangre con el árbol. Ahora tenía aspecto de bonsái, se preguntó si a Sofía le gustaría tener uno de esos en casa, aunque lo mismo le daban yuyu, después de que secuestraran…. Pobre Sofía, siempre le pasan cosas: le atacan los Souls, la secuestran los Pendragon… En fin. Esta Administración se la tiene jurada.
-Vamos a ver si te enciendes como un farolillo en Navidad ahora- Oh, a Markus se le ocurrió que si no acaban con el Sanguis ahora, podrían poner ramitas colgadas por las calles y regarlas con sangre. Si la tradición funciona con el muérdago y los besos, ¿por qué no con el Sanguis? Lo apuntó en un postit. Por otro lado, cogió el vial con sangre que tenía y le canalizó electricidad a través del cristal. La idea era destruir esa sangre y destruirla por calor y choque eléctrico, alterando los estados de las partículas y de los estados de ionización. La sangre empezó a tornarse más clara y brillante, fruto de la hemolisis, pero pronto se oscureció debido a los procesos oxidativos de la hemoglobina libre y de la posterior destrucción del grupo hemo. -Bien, bien… ahora probemos cómo te sienta esto, hierbajo- Y, procediendo de la misma manera que antes, describió todo el proceso al vuelapluma.
Después del leve receso, en el que cogió un fragmento de hoja para describirlo y anotar las observaciones conseguidas al microscopio óptico, con aceite de inmersión a 100x, y comía a la vez (nota, esto no se hace, es que Markus está muy loco, pero no se come en el laboratorio, que te cargas la muestra o te contaminas tú mismo de químicos, qué guarrada!), decidió que era momento de seguir con la fase tester de la sangre con el árbol. Ahora tenía aspecto de bonsái, se preguntó si a Sofía le gustaría tener uno de esos en casa, aunque lo mismo le daban yuyu, después de que secuestraran…. Pobre Sofía, siempre le pasan cosas: le atacan los Souls, la secuestran los Pendragon… En fin. Esta Administración se la tiene jurada.
-Vamos a ver si te enciendes como un farolillo en Navidad ahora- Oh, a Markus se le ocurrió que si no acaban con el Sanguis ahora, podrían poner ramitas colgadas por las calles y regarlas con sangre. Si la tradición funciona con el muérdago y los besos, ¿por qué no con el Sanguis? Lo apuntó en un postit. Por otro lado, cogió el vial con sangre que tenía y le canalizó electricidad a través del cristal. La idea era destruir esa sangre y destruirla por calor y choque eléctrico, alterando los estados de las partículas y de los estados de ionización. La sangre empezó a tornarse más clara y brillante, fruto de la hemolisis, pero pronto se oscureció debido a los procesos oxidativos de la hemoglobina libre y de la posterior destrucción del grupo hemo. -Bien, bien… ahora probemos cómo te sienta esto, hierbajo- Y, procediendo de la misma manera que antes, describió todo el proceso al vuelapluma.
Aparecí, para mi contrariedad, en el otro destino que tenía en mente, además del hospital...el taller de desarrollo. ME habia planteado ir al hospital antes pero en ultima instancia habia vuelto a acordarme del comunicador, para poder avisar a Catherine, y para ello necesitaba uno nuevo o una reparacion y....acabé apareciendo aquí.
El taller estaba bullicioso, y los aprendices que estaban alli trabajando emitieron sonidos de espanto al verme aparecer alli de golpe, sangrando por practicamente todos los orificios de la cara y con la ropa goteando sangre, tambien.
"ya que estamos aqui..."
Emití un ronco gruñido de cansancio y me moví despacio hacia uno de los aprendices.
- Está Tesla? - negó rapidamente con la cabeza y dijo que se encontraba a parte. Investigando cosas secretas, habia dicho.
"Habra comenzado con su tarea sobre el Sanguis...."
Despacio, muy despacio, me fui moviendo hasta salir de ahi y localizar el invernadero "secreto" de Tesla. Entorné la mirada... no sabía si era la falta de sangre, la niebla mental que tenía por culpa del dolor y el viaje, o....o estaba oyendo susurros. Ouroboros estaba cargado con una poderosa energía que antes no percibía. Y casi tangible...más alla, la fuerza de las barreras entre ambos mundos. Parpadeé, trantando de controlar esas sensaciones nuevas, esa manera nueva de mirar al mundo. Entre a su invernadero, interrumpiendolo en plena investigacion.
- Tesla. - me quité el brazalete comunicador que llevaba, roto, y pringado de sangre. - Puedes arreglarlo?
El taller estaba bullicioso, y los aprendices que estaban alli trabajando emitieron sonidos de espanto al verme aparecer alli de golpe, sangrando por practicamente todos los orificios de la cara y con la ropa goteando sangre, tambien.
"ya que estamos aqui..."
Emití un ronco gruñido de cansancio y me moví despacio hacia uno de los aprendices.
- Está Tesla? - negó rapidamente con la cabeza y dijo que se encontraba a parte. Investigando cosas secretas, habia dicho.
"Habra comenzado con su tarea sobre el Sanguis...."
Despacio, muy despacio, me fui moviendo hasta salir de ahi y localizar el invernadero "secreto" de Tesla. Entorné la mirada... no sabía si era la falta de sangre, la niebla mental que tenía por culpa del dolor y el viaje, o....o estaba oyendo susurros. Ouroboros estaba cargado con una poderosa energía que antes no percibía. Y casi tangible...más alla, la fuerza de las barreras entre ambos mundos. Parpadeé, trantando de controlar esas sensaciones nuevas, esa manera nueva de mirar al mundo. Entre a su invernadero, interrumpiendolo en plena investigacion.
- Tesla. - me quité el brazalete comunicador que llevaba, roto, y pringado de sangre. - Puedes arreglarlo?
El científico ladeó el bigote ante la falta de respuesta de la planta a la sangre muerta. Algo esperable, sin lugar a dudas, pero francamente decepcionante y a la par divertido -De modo que te gusta la sangre caliente, ¿eh? Recién exprimida… qué eres, ¿un vampiro con hojas?- Le gruñó el científico a la planta mientras metía la nariz entre las hojas, con tanta ramita era ahora mucho más complicado, pero no imposible -Como enfades mucho a Tesla, amiguito, te voy a traer un conejo que te va a desollar- Amenazó verbalmente a la rama, señalándola con el dedo con bastante ahínco. Al final la dejó sobre la mesa de trabajo, junto al vuelapluma que, gracias a administración no había apuntado nada de aquello, pues tenía a la pluma entrenada para que evitara poner aquellas cosas.
-Bien bien bien. Pasaremos a la siguiente fase- Tesla se desplazó marcha atrás por el espacio (no hagáis esto en un laboratorio, por favor, que hay cosas muy frágiles que se pueden romper) para acabar en un pequeño armarito en el que tenía unos cuantos químicos no alquímicos. Los fue leyendo en voz alta -Cianuro potásico, matarratas, fungicida, mercurio del termómetro, este puede servir, cromo, piretrina… Este es el que quería: Glifosfato: es un herbicida de sal de amonio diluido en agua en proporción…- La lectura se vio interrumpida por cierto personaje del foro no esperado. Todo el mundo esperaba que llegara Gio o su contraparte maligna más allá del espejo, pero apareció Matvey, todo lleno de sangre. Un poco decepcionante, había que añadir. El científico le revisó de arriba abajo y se dio la vuelta, sin decir nada para volver a su químico y dejarlo sobre la mesa. Se giró e hizo llegarle al nigromante un pequeño tubo de ensayo, habló sin maldad, al contrario, con cierto tono infantil y suplicante -Dame un poco de sangre. Tú estás lleno- Le soltó, señalando con un aspaviento su aspecto -No pretenderás que Markus se hiera para usar la suya propia. Iba a pedírselo a estos pero…- Encorvó el labio, en una mueca rara y frustrada, y desvió la mirada en dirección a uno de los estudiantes de alguien poco interesante que, muy torpemente, se tropezó con la mesa de investigación y tiró todo por los suelos. Menos mal que estaba lejos de Markus y no era el experimento de Markus, de lo contrario ese estudiante alimentaría al Sanguis lo que le quedaba de vida.
A cambio del vial Markus se hizo con el brazalete comunicador -Claro que Markus puede arreglarlo- A ver si se pensaban que aquí el único que arregla cosas es Gio. Recepcionó el brazalete y comprobó que estaba roto, localizando la falla muy pronto -Markus ha hecho avances muy interesantes sobre nuestro amiguito vegetal- Giró sobre su silla para quedar en otra mesa que no era la del esqueje del árbol crecido. Abrió con bastante facilidad el chisme, sin aparatos, pues su control del metal le permitía hacerlo. Fue conjurando un pequeño soldador, una cizalla de tamaño diminuto y unas pinzas de reparación de relojes, que fueron volando de su lugar de almacenaje a la mano de Markus mientras el científico quitaba y ponía cables. -El Sanguis es un serbal. Especie: Sorbus aucuparia, descrita por Linneo en el 1753. Nada más y nada menos. Muérete de envidia, Darwin- Chispazo -Más allá de la filia vaginal que tenía el botánico por las plantas, Markus ha encontrado un libro muy interesante sobre los vegetales, fuera del Species Plantarum o del Systema naturæ, que esos están muy manidos ya…- Fue Entropía quien, con un gorgojo, indicó al nigromante dónde estaba abierto el libro indicado por el científico abierto por una página con una lámina, a todo color, del serbal. -Sus hojas, en otoño tornan del color de la sangre- Markus cogió otro chisme que tenía sobre la mesa, ¿era un tenedor? Era un tenedor. De plata, concretamente, y si alguien se fijaba bien, tenía grabado la fecha de la boda de Catherine con Ian. En la página se indicaba que el árbol tenía cualidades protectoras, entre mundos, además de canalización mágica -Seguramente, por la protección que ejerce el árbol sobre Ávalon, no hayamos conseguido saber nada de ellos en estos años. Y por supuesto, protege nuestro plano del … otro. Ya sabes. El de los muertos. ¿Café? ¿Pizza?- Se giró y lanzó el brazalete iniciándose de nuevo, volviendo a funcionar, mientras una taza de café cargado volaba hacia el nigromante y el cintífico del bigote se hacía con un trozo de pizza de pepperoni -¿Botiquín? Markus también tiene de eso, tiene povidona yodada a montones. Y pociones de curación-
-Bien bien bien. Pasaremos a la siguiente fase- Tesla se desplazó marcha atrás por el espacio (no hagáis esto en un laboratorio, por favor, que hay cosas muy frágiles que se pueden romper) para acabar en un pequeño armarito en el que tenía unos cuantos químicos no alquímicos. Los fue leyendo en voz alta -Cianuro potásico, matarratas, fungicida, mercurio del termómetro, este puede servir, cromo, piretrina… Este es el que quería: Glifosfato: es un herbicida de sal de amonio diluido en agua en proporción…- La lectura se vio interrumpida por cierto personaje del foro no esperado. Todo el mundo esperaba que llegara Gio o su contraparte maligna más allá del espejo, pero apareció Matvey, todo lleno de sangre. Un poco decepcionante, había que añadir. El científico le revisó de arriba abajo y se dio la vuelta, sin decir nada para volver a su químico y dejarlo sobre la mesa. Se giró e hizo llegarle al nigromante un pequeño tubo de ensayo, habló sin maldad, al contrario, con cierto tono infantil y suplicante -Dame un poco de sangre. Tú estás lleno- Le soltó, señalando con un aspaviento su aspecto -No pretenderás que Markus se hiera para usar la suya propia. Iba a pedírselo a estos pero…- Encorvó el labio, en una mueca rara y frustrada, y desvió la mirada en dirección a uno de los estudiantes de alguien poco interesante que, muy torpemente, se tropezó con la mesa de investigación y tiró todo por los suelos. Menos mal que estaba lejos de Markus y no era el experimento de Markus, de lo contrario ese estudiante alimentaría al Sanguis lo que le quedaba de vida.
A cambio del vial Markus se hizo con el brazalete comunicador -Claro que Markus puede arreglarlo- A ver si se pensaban que aquí el único que arregla cosas es Gio. Recepcionó el brazalete y comprobó que estaba roto, localizando la falla muy pronto -Markus ha hecho avances muy interesantes sobre nuestro amiguito vegetal- Giró sobre su silla para quedar en otra mesa que no era la del esqueje del árbol crecido. Abrió con bastante facilidad el chisme, sin aparatos, pues su control del metal le permitía hacerlo. Fue conjurando un pequeño soldador, una cizalla de tamaño diminuto y unas pinzas de reparación de relojes, que fueron volando de su lugar de almacenaje a la mano de Markus mientras el científico quitaba y ponía cables. -El Sanguis es un serbal. Especie: Sorbus aucuparia, descrita por Linneo en el 1753. Nada más y nada menos. Muérete de envidia, Darwin- Chispazo -Más allá de la filia vaginal que tenía el botánico por las plantas, Markus ha encontrado un libro muy interesante sobre los vegetales, fuera del Species Plantarum o del Systema naturæ, que esos están muy manidos ya…- Fue Entropía quien, con un gorgojo, indicó al nigromante dónde estaba abierto el libro indicado por el científico abierto por una página con una lámina, a todo color, del serbal. -Sus hojas, en otoño tornan del color de la sangre- Markus cogió otro chisme que tenía sobre la mesa, ¿era un tenedor? Era un tenedor. De plata, concretamente, y si alguien se fijaba bien, tenía grabado la fecha de la boda de Catherine con Ian. En la página se indicaba que el árbol tenía cualidades protectoras, entre mundos, además de canalización mágica -Seguramente, por la protección que ejerce el árbol sobre Ávalon, no hayamos conseguido saber nada de ellos en estos años. Y por supuesto, protege nuestro plano del … otro. Ya sabes. El de los muertos. ¿Café? ¿Pizza?- Se giró y lanzó el brazalete iniciándose de nuevo, volviendo a funcionar, mientras una taza de café cargado volaba hacia el nigromante y el cintífico del bigote se hacía con un trozo de pizza de pepperoni -¿Botiquín? Markus también tiene de eso, tiene povidona yodada a montones. Y pociones de curación-
Me acerqué a Markus cuando me pidió sangre, la verdad...yo la estaba perdiendo a raudales. Agarré el vial que me hizo llegar y lo miré alzando una ceja.
- Pues estoy seguro de que a ti te sobra más sangre que a mi... - y me tapé la boca de nuevo porque volví a toser de ese modo sanguinolento de antes. Todo me sabía a sangre. Respiré por la nariz, realmente agotado.
No me costó mucho rellenarle el vial y darselo al científico, mirando de paso lo que estaba haciendo con mi brazalete. Sacudí la cabeza, estaba lento para tratar de discernir si Markus acababa de hablar de las filias vaginales de Darwin con las plantas o...me lo imaginaba yo. No, probablemente, lo estuviera haciendo.
- Saber la especie ayuda en algo...? - dije ahogando un gruñido de dolor, arrastrando cualquier silla que hubiese por ahi para sentarme. Tenía el rostro contraido por los accesos de dolor que seguia sufriendo, aunque eran mas controlables... y volvía a estar más del color de los muertos que de los vivos.
- Gracias- agarré el brazalete y me lo coloqué nuevamente en la muñeca. Todo en orden, funcionando. Otro gruñido, esta vez me sujeté las costillas y me costó algo más recuperarme. - Tesla.... - hice una pausa para tomar aire y poder seguir hablando, me costaba hacerlo de manera visible, y no podia hablar muy alto.
- si bebo algo vomitaré seguro. - apreté los dientes y negué, mirando la muestra del sanguis que había aislado. - es un receptáculo de almas. Una fracción del reino de los espíritus en este plano. Exige sangre mágica o magia en estado puro, por la gran cantidad de arcano que consume tener semejante ente en el plano de los vivos. O le damos sangre, o drenará Ouroboros. Es insaciable. Es... una mente colmena de espíritus que se autoprotegen.... O eso creo, al menos, por lo que he podido descubrir yo. - informé al científico, sin entrar en detalles de mi revelador viajecito por el Reino de los Espíritus. Luego miré la taza de café que me habia ofrecido que se habia quedado flotando por ahi, hasta que la agarré, aunque no la iba a beber. - Habeis tenido noticias de Catherine o de Giordano? La misión de Roma concluyó. - y yo no sabía nada....de ninguno. - Una reabastecedora de sangre no estaría mal.
- Pues estoy seguro de que a ti te sobra más sangre que a mi... - y me tapé la boca de nuevo porque volví a toser de ese modo sanguinolento de antes. Todo me sabía a sangre. Respiré por la nariz, realmente agotado.
No me costó mucho rellenarle el vial y darselo al científico, mirando de paso lo que estaba haciendo con mi brazalete. Sacudí la cabeza, estaba lento para tratar de discernir si Markus acababa de hablar de las filias vaginales de Darwin con las plantas o...me lo imaginaba yo. No, probablemente, lo estuviera haciendo.
- Saber la especie ayuda en algo...? - dije ahogando un gruñido de dolor, arrastrando cualquier silla que hubiese por ahi para sentarme. Tenía el rostro contraido por los accesos de dolor que seguia sufriendo, aunque eran mas controlables... y volvía a estar más del color de los muertos que de los vivos.
- Gracias- agarré el brazalete y me lo coloqué nuevamente en la muñeca. Todo en orden, funcionando. Otro gruñido, esta vez me sujeté las costillas y me costó algo más recuperarme. - Tesla.... - hice una pausa para tomar aire y poder seguir hablando, me costaba hacerlo de manera visible, y no podia hablar muy alto.
- si bebo algo vomitaré seguro. - apreté los dientes y negué, mirando la muestra del sanguis que había aislado. - es un receptáculo de almas. Una fracción del reino de los espíritus en este plano. Exige sangre mágica o magia en estado puro, por la gran cantidad de arcano que consume tener semejante ente en el plano de los vivos. O le damos sangre, o drenará Ouroboros. Es insaciable. Es... una mente colmena de espíritus que se autoprotegen.... O eso creo, al menos, por lo que he podido descubrir yo. - informé al científico, sin entrar en detalles de mi revelador viajecito por el Reino de los Espíritus. Luego miré la taza de café que me habia ofrecido que se habia quedado flotando por ahi, hasta que la agarré, aunque no la iba a beber. - Habeis tenido noticias de Catherine o de Giordano? La misión de Roma concluyó. - y yo no sabía nada....de ninguno. - Una reabastecedora de sangre no estaría mal.
-Matvey Rasputin- La voz de Anteia sonó de una forma que escasas veces en la vida usaba. En ese momento, no era nada Knox. Era Malfoy. Y si Jane la hubiese visto estaría más que orgullosa de ella. Los pasos resonaban en el piso del laboratorio mientras caminaba hacia él con el ceño fruncido.
El Ghoul había ido a buscarla a la casa Hacksaw interrumpiendo un bonito juego y espantando a los críos, excepto Ivanov, por supuesto. A quien en ese momento no llevaba consigo porque no concebía que un niño presenciará lo que iba a decirle al descarado Descendiente que tenía delante de ella y que parecía un trapo.
-Te ves horrible. Y te vas a sentir peor- Le soltó poniéndose delante de él con las manos en las caderas y el gesto de madre enfadada. Lo cambio apenas un instante para mirar a Markus y hacer un leve asentimiento de cabeza con una sonrisa plácida - Descendiente- Volvió la vista hacia Matvey y observó los ojos claros con los propios entrecerrados -Tu Gho…- Se quedó patitiesa al ver que el Ghoul había desaparecido -Es un cobarde-
Negó con la cabeza -Voy a curarte primero y después te voy a regañar como bien te mereces. Catherine ya me ha contado de tus andanzas… IVANOV ESTÁ BIEN, POR CIERTO- Levantó las manos para empezar a canalizar su magia -Ni se te ocurra responderme ahora mismo, Matvey. Te vas a quedar calladito hasta que te suelte todo lo que venía pensando en el viaje- Espetó y cerró los ojos conectando con su magia interior para revisar el estado general de Matvey, frunciendo el ceño en el proceso. Se concentró primero en las heridas.
El Ghoul había ido a buscarla a la casa Hacksaw interrumpiendo un bonito juego y espantando a los críos, excepto Ivanov, por supuesto. A quien en ese momento no llevaba consigo porque no concebía que un niño presenciará lo que iba a decirle al descarado Descendiente que tenía delante de ella y que parecía un trapo.
-Te ves horrible. Y te vas a sentir peor- Le soltó poniéndose delante de él con las manos en las caderas y el gesto de madre enfadada. Lo cambio apenas un instante para mirar a Markus y hacer un leve asentimiento de cabeza con una sonrisa plácida - Descendiente- Volvió la vista hacia Matvey y observó los ojos claros con los propios entrecerrados -Tu Gho…- Se quedó patitiesa al ver que el Ghoul había desaparecido -Es un cobarde-
Negó con la cabeza -Voy a curarte primero y después te voy a regañar como bien te mereces. Catherine ya me ha contado de tus andanzas… IVANOV ESTÁ BIEN, POR CIERTO- Levantó las manos para empezar a canalizar su magia -Ni se te ocurra responderme ahora mismo, Matvey. Te vas a quedar calladito hasta que te suelte todo lo que venía pensando en el viaje- Espetó y cerró los ojos conectando con su magia interior para revisar el estado general de Matvey, frunciendo el ceño en el proceso. Se concentró primero en las heridas.
El científico ignoró la queja del nigromante cuando le recriminaba sobre la cantidad de sangre que poseía cada uno. Le puso cara larga, eso sí, hasta que cedió en sus peticiones y le pudo devolver el brazalete. -Todo ayuda, mi básico amigo. Conocer la especie permite saber, en parte, contra qué luchamos. No es lo mismo lidiar con un girasol que con caracol o un demonio. De modo que sí- Markus no se metía con los métodos del nigromante, que no se metiera él con los suyos, carambola. Seguro que a Gio no le ponían tantas trabas, claro que era el preferido por todos. Mosqueado, volvió a lo suyo, que era añadir el glifosfato a la sangre de pollo… hasta que le volvieron a interrumpir. Puso los ojos en blanco y volvió hacia el compañero.
Markus casqueó la lengua cuando rechazó su café y las ampliaciones de las teorías de protección que él tenía sobre aquel tipo de árboles. Pero era tozudo, y volvería a insistir en el tema. Estaba seguro de que aquello protegía algo, aunque fuera a sí mismo, o la estabilidad de los mundos separados -Eso ya lo sabíamos. Creo. O no. Markus no sabe, ya no sabe ni lo que lee ni lo que no lee. EN cualquier caso ahora lo sabe con seguridad. De la misma manera que la planta quiere sangre y/o magia. Mira cómo le hacen chiribitas cuando le pongo un poco de sangre de pollo… y créeme, no es sangre de pollo mágico. Lo siento Entropía, no era un diricawl, era un pollo escuchimizao. Esta paloma es muy sensible cuando se habla de pájaros a su alrededor- Añadió, en confidencia con su compañero del consejo, guardando aquella sangre valiosa para sus experimentos -Si es un receptáculo, se podrá romper- Añadió, rascándose la barbilla. Markus era más de pensar en mundano, más allá del alma intangible. Esas cosas él no las podía controlar. -¿Y si mandamos un alma que destruya el Sanguis… desde dentro?- Pensó mientras volvía a regar la planta de nuevo con la sangre de pollo, igual que había hecho antes, para mostrarle a Matvey que todo lo que tenía hemoglobina hacía brillar aquello como un farolillo -Si lo piensas bien, como mesilla de noche tiene cierto encanto. ¿Fantasmas, eh? ¿Y si el arbustillo este sirve como faro para atraer gente del más allá? Quizás alguien lo dejó en la tierra para que viniera alguien… o algo- Levitó el botiquín hasta Matvey, abriéndolo delante de él -Sírvete- Añadió sin decir mucho más -Markus sigue creyendo que el árbol protege algo o alguien. Aunque para ello necesite de esas almas. Jugar con la vida y la muerte requiere mucha magia…- Señaló al nigromante con la palma de la mano -Solo un ente puede jugar con eso: vida y muerte. Y es: Dios. Yahvé. Alá. Gea y Hades… -
Se giró para volver a su escritorio, dando la espalda al nigromante. -¿Noticias? ¿Las de NewYork Times o la BBC?- Dejando el vial de sangre envenenada en la gradilla con sumo cuidado, entendiendo al final a qué se refería. Añadió una risotada, con cierta molestia, sin girar -Aquí nadie dice nada. Cada uno actúa por su cuenta y riesgo. Te vas a Roma a hacer cosas sin dar explicaciones a nadie. Otra decide inmiscuirse con cierta familia. Otro decide largarse por la puerta de atrás dejándonos al borde de su primo. Otros tienen sus propias batallas y luego vuelven ensangrentados… ¿Noticias? ¿Para qué?- Volvió a sus postits, a apuntar un par de cosas sobre el tema del receptáculo de almas, bastante molesto por tener que tratar con aquello, pareciéndole mucho más interesante el hecho de que tenía que elaborar una poción para separar un alma de un cuerpo y meterlo en aquel árbol. Noticias decía y pedía. Nadie hablaba con Markus, ¿qué noticias iba a tener él de nada ni de nadie? -Puede que Oscurus a Markus no le caiga bien, pero razón no le faltaba cuando en su post dijo que….- Iba a seguir cuando una voz femenina hizo acto de aparición. El científico alzó las cejas a modo de saludo informal cuando la rubia se dirigió al mismo. Luego trató de hacer que no estaba, pero en verdad estaba. ¿Cómo se hace para no estar aun estando? Ah, claro, siendo invisible, como parecía que era ahora. -¿Ya ha acabado la discusión de pareja? Markus lo dice por traer palomitas- Dijo mirando a ambos de forma alternante, pestañeando múltiples veces y fingiendo una sonrisa. Quien no lo conociera podría tomarse aquello como una broma, pero en verdad Markus estaba empezando a enfadarse porque no le dejaban seguir investigando tranquilamente con tantos griteríos. El resto de la conversación era blablá. Y encima sin colores para facilitar la lectura, o sea, pereza. Markus hará el esfuerzo…. Markus lo hizo y añadió comentarios a su post, para completar el texto.
Markus casqueó la lengua cuando rechazó su café y las ampliaciones de las teorías de protección que él tenía sobre aquel tipo de árboles. Pero era tozudo, y volvería a insistir en el tema. Estaba seguro de que aquello protegía algo, aunque fuera a sí mismo, o la estabilidad de los mundos separados -Eso ya lo sabíamos. Creo. O no. Markus no sabe, ya no sabe ni lo que lee ni lo que no lee. EN cualquier caso ahora lo sabe con seguridad. De la misma manera que la planta quiere sangre y/o magia. Mira cómo le hacen chiribitas cuando le pongo un poco de sangre de pollo… y créeme, no es sangre de pollo mágico. Lo siento Entropía, no era un diricawl, era un pollo escuchimizao. Esta paloma es muy sensible cuando se habla de pájaros a su alrededor- Añadió, en confidencia con su compañero del consejo, guardando aquella sangre valiosa para sus experimentos -Si es un receptáculo, se podrá romper- Añadió, rascándose la barbilla. Markus era más de pensar en mundano, más allá del alma intangible. Esas cosas él no las podía controlar. -¿Y si mandamos un alma que destruya el Sanguis… desde dentro?- Pensó mientras volvía a regar la planta de nuevo con la sangre de pollo, igual que había hecho antes, para mostrarle a Matvey que todo lo que tenía hemoglobina hacía brillar aquello como un farolillo -Si lo piensas bien, como mesilla de noche tiene cierto encanto. ¿Fantasmas, eh? ¿Y si el arbustillo este sirve como faro para atraer gente del más allá? Quizás alguien lo dejó en la tierra para que viniera alguien… o algo- Levitó el botiquín hasta Matvey, abriéndolo delante de él -Sírvete- Añadió sin decir mucho más -Markus sigue creyendo que el árbol protege algo o alguien. Aunque para ello necesite de esas almas. Jugar con la vida y la muerte requiere mucha magia…- Señaló al nigromante con la palma de la mano -Solo un ente puede jugar con eso: vida y muerte. Y es: Dios. Yahvé. Alá. Gea y Hades… -
Se giró para volver a su escritorio, dando la espalda al nigromante. -¿Noticias? ¿Las de NewYork Times o la BBC?- Dejando el vial de sangre envenenada en la gradilla con sumo cuidado, entendiendo al final a qué se refería. Añadió una risotada, con cierta molestia, sin girar -Aquí nadie dice nada. Cada uno actúa por su cuenta y riesgo. Te vas a Roma a hacer cosas sin dar explicaciones a nadie. Otra decide inmiscuirse con cierta familia. Otro decide largarse por la puerta de atrás dejándonos al borde de su primo. Otros tienen sus propias batallas y luego vuelven ensangrentados… ¿Noticias? ¿Para qué?- Volvió a sus postits, a apuntar un par de cosas sobre el tema del receptáculo de almas, bastante molesto por tener que tratar con aquello, pareciéndole mucho más interesante el hecho de que tenía que elaborar una poción para separar un alma de un cuerpo y meterlo en aquel árbol. Noticias decía y pedía. Nadie hablaba con Markus, ¿qué noticias iba a tener él de nada ni de nadie? -Puede que Oscurus a Markus no le caiga bien, pero razón no le faltaba cuando en su post dijo que….- Iba a seguir cuando una voz femenina hizo acto de aparición. El científico alzó las cejas a modo de saludo informal cuando la rubia se dirigió al mismo. Luego trató de hacer que no estaba, pero en verdad estaba. ¿Cómo se hace para no estar aun estando? Ah, claro, siendo invisible, como parecía que era ahora. -¿Ya ha acabado la discusión de pareja? Markus lo dice por traer palomitas- Dijo mirando a ambos de forma alternante, pestañeando múltiples veces y fingiendo una sonrisa. Quien no lo conociera podría tomarse aquello como una broma, pero en verdad Markus estaba empezando a enfadarse porque no le dejaban seguir investigando tranquilamente con tantos griteríos. El resto de la conversación era blablá. Y encima sin colores para facilitar la lectura, o sea, pereza. Markus hará el esfuerzo…. Markus lo hizo y añadió comentarios a su post, para completar el texto.
Emití un sonido por la nariz cuando dijo lo de girasoles y demonios, no sabiendose muy bien si aquello me habria producido risa o enfado. Lo de que le diera igual la naturaleza de la sangre me rompió un poco la teoría, pero podia encajarlo aun.
- Cualquier tipo de sacrificio, entonces. Pero será mas poderosa si reclama sangre de Pendragon de vez en cuando. - asentí por lo que dijo de enviar un alma dentro del sanguis para investigarlo desde dentro.
- En eso mismo estaba yo pensando. Pero si alli hay muchas almas....bastará con una? - lo dudaba. Era una interrogación retórica. Podia intentar en algun momento a futuro adentrarme en el sanguis con los poderes de Valqar pero....
- Dioses. Pff. ¿Y como que no? Mandé un patronus a Sofia y a Jack para pedirles que os avisaran de lo que habia encontrado en Roma y de que iba a quedarme a averiguar más. Catherine nos dijo que teniamos que ir alli y ademas yo tenía un encargo de otro nigromante.... por que no os avisaron? - malditos- ah, eso, comunicador roto.
Hubo un momento en el que me tuve que aferrar a los reposabrazos de la silla y hasta clavarle las uñas, inclinandome hacia delante para no gritar.
"Asi no voy a poder hacer el ritual... "
Entonces escuché la voz de Anteia diciendo mi nombre. Por la casualidad, pensé que quiza me habia imaginado eso, como sabia que estaba aqui? Me incorporé levemente y alli estaba. Espléndida, como siempre.
Y cabreada. Por qué, en los 9 infiernos, estaba cabreada? El dolor me estaba dando un respiro asi que la miré con el ceño fruncido cuando me dijo que estaba horrible. Llevaba sin dormir no sabía cuantos dias, habia muerto, y luego sido poseido por un demonio, su cuerpo torturado por un hechicero de sangre....se habia fugado al plano de los espiritus, habia controlado al demonio y habia regresado solo para robar cadáveres y seguir siendo torturado en la distancia por su sangre. Eso después de la guerra contra los Pendragon y de redactar un Tratado con los del Consejo. Claro que estaba horrible.
- Dadme un respiro.... - dije en voz baja, mas para mi mismo que para los demás. - Este maldito ghoul traidor....se va a.... - me emocioné demasiado, tosiendo de nuevo para liberar las vias respiratorias de sangre. Al terminar, inspiré adolorido. Catherine le había contado las andanzas? Entonces estaba bien. Espera, que andanzas le habia contado....? Ivanov estaba bien. Sí, con eso contaba. Que estuviera bien. La miré sorprendido, no habia visto a Anteia así, con ese carácter. Conocía su lado dulce. Y al verla así...maldije, maldije una y mil veces para mis adentros. Porque... condenada fuera mi suerte, ahora me gustaba incluso más.
Fue a responderle pero...El respiro que parecía me habían concedido llegó a su fin con otra sacudida de dolor en la zona del pecho y el estómago. Cerré los ojos, abriendo y cerrando los dedos varias veces, tratando de controlar el dolor. Me mordí los labios y cuando cedió finalmente la miré de nuevo. Si no le repliqué, fue porque el dolor no me habia dejado.
- voy justo de tiempo, no puedo callarme. Que te ha dicho Cath? Cómo está? dónde está? Ivanov sigue en tu casa? - decepcionar hijos e hijas postizas parecía que no era novedad asi que ya no iba a deprimirme por ello, al menos no en este preciso instante. Empecé a notar la magia de sanación de Anteia hacer efecto, al menos ya no sentía que fuese a caerme redondo ahi mismo pero el dolor....persistía, atacándome fuerte un momento, dandome un respiro al siguiente. - Para! - no podía curar los cortes de los brazos. No antes de grabarlos bien del todo. Me remangué para enseñarle esas heridas, eran intrincados cortes con forma de runas y simbolos. - No cierres esto. Sostienen un hechizo que necesito.
No iba a entrar en detalles de para qué.
- Necesito algunas pociones... específicas.
"Discusión de pareja?"
Miré a Markus como si pudiera matarlo.
- Ya nos vamos.
- Cualquier tipo de sacrificio, entonces. Pero será mas poderosa si reclama sangre de Pendragon de vez en cuando. - asentí por lo que dijo de enviar un alma dentro del sanguis para investigarlo desde dentro.
- En eso mismo estaba yo pensando. Pero si alli hay muchas almas....bastará con una? - lo dudaba. Era una interrogación retórica. Podia intentar en algun momento a futuro adentrarme en el sanguis con los poderes de Valqar pero....
- Dioses. Pff. ¿Y como que no? Mandé un patronus a Sofia y a Jack para pedirles que os avisaran de lo que habia encontrado en Roma y de que iba a quedarme a averiguar más. Catherine nos dijo que teniamos que ir alli y ademas yo tenía un encargo de otro nigromante.... por que no os avisaron? - malditos- ah, eso, comunicador roto.
Hubo un momento en el que me tuve que aferrar a los reposabrazos de la silla y hasta clavarle las uñas, inclinandome hacia delante para no gritar.
"Asi no voy a poder hacer el ritual... "
Entonces escuché la voz de Anteia diciendo mi nombre. Por la casualidad, pensé que quiza me habia imaginado eso, como sabia que estaba aqui? Me incorporé levemente y alli estaba. Espléndida, como siempre.
Y cabreada. Por qué, en los 9 infiernos, estaba cabreada? El dolor me estaba dando un respiro asi que la miré con el ceño fruncido cuando me dijo que estaba horrible. Llevaba sin dormir no sabía cuantos dias, habia muerto, y luego sido poseido por un demonio, su cuerpo torturado por un hechicero de sangre....se habia fugado al plano de los espiritus, habia controlado al demonio y habia regresado solo para robar cadáveres y seguir siendo torturado en la distancia por su sangre. Eso después de la guerra contra los Pendragon y de redactar un Tratado con los del Consejo. Claro que estaba horrible.
- Dadme un respiro.... - dije en voz baja, mas para mi mismo que para los demás. - Este maldito ghoul traidor....se va a.... - me emocioné demasiado, tosiendo de nuevo para liberar las vias respiratorias de sangre. Al terminar, inspiré adolorido. Catherine le había contado las andanzas? Entonces estaba bien. Espera, que andanzas le habia contado....? Ivanov estaba bien. Sí, con eso contaba. Que estuviera bien. La miré sorprendido, no habia visto a Anteia así, con ese carácter. Conocía su lado dulce. Y al verla así...maldije, maldije una y mil veces para mis adentros. Porque... condenada fuera mi suerte, ahora me gustaba incluso más.
Fue a responderle pero...El respiro que parecía me habían concedido llegó a su fin con otra sacudida de dolor en la zona del pecho y el estómago. Cerré los ojos, abriendo y cerrando los dedos varias veces, tratando de controlar el dolor. Me mordí los labios y cuando cedió finalmente la miré de nuevo. Si no le repliqué, fue porque el dolor no me habia dejado.
- voy justo de tiempo, no puedo callarme. Que te ha dicho Cath? Cómo está? dónde está? Ivanov sigue en tu casa? - decepcionar hijos e hijas postizas parecía que no era novedad asi que ya no iba a deprimirme por ello, al menos no en este preciso instante. Empecé a notar la magia de sanación de Anteia hacer efecto, al menos ya no sentía que fuese a caerme redondo ahi mismo pero el dolor....persistía, atacándome fuerte un momento, dandome un respiro al siguiente. - Para! - no podía curar los cortes de los brazos. No antes de grabarlos bien del todo. Me remangué para enseñarle esas heridas, eran intrincados cortes con forma de runas y simbolos. - No cierres esto. Sostienen un hechizo que necesito.
No iba a entrar en detalles de para qué.
- Necesito algunas pociones... específicas.
"Discusión de pareja?"
Miré a Markus como si pudiera matarlo.
- Ya nos vamos.
-¡No insultes a tu ghoul!- Ella ya lo había insultado pero el pobre sirviente había cuidado al niño, la había ayudado y encima había ido a buscar colaboración al ver el estado de Matvey -Deberías recompensarlo, está claro que tiene más percepción de lo que necesitan Ivanov y tú que tú mismo…- Se echó un poco hacia atrás cuando empezó a toser de esa forma, preocupándose por la pérdida de sangre. Menos mal que había traído su bolsa con pociones porque iba a necesitar reabastecedoras por un tubo.
Notó la forma en la que intentaba controlar algo pero no estaba segura de saber qué era -¿Justo de tiempo? ¿Justo de tiempo? Pues quizás lo que necesitas no es un ghoul o un sanador sino un asistente que te lleve la agenda, Matvey- Ahora parecía que había vuelto en sí mismo, no veía mucho de ningún demonio pero no estaba segura de querer sacar el tema ahora delante del otro Descendiente a quien conocía más bien poco.
-Las andanzas de Catherine la han atado a una cama en Ávalon después de que Wthyr la devolviera de Italia a través de un portal y le robara la piedra. Tenía contracciones así que está de reposo absoluto. Voy a verla mañana para controlarle el embarazo… ¡De verdad, vosotros dos estáis hechos de la misma madera!- Soltó un poco exasperada porque parecían demasiadas preguntas de las que él DEBERÍA tener la respuesta -Ivanov está perfecto en la casa Hacksaw, no le sorprendió el Ghoul pero a Kyla, Aedan y Daryl sí, así que Lyran se quedó con cuatro críos y tres de ellos histéricos- Se lo echó en cara un poco para que también se diera cuenta de que su hijo estaba muy bien cuidadito.
-Pero ¿Cómo voy a parar?- Espetó y entonces al ver los símbolos, la rubia entrecerró los ojos y alzó la vista hacia Matvey con un gesto que dejaba entrever que comprendía la situación. Así que no parecía libre del demonio simplemente lo había encerrado de alguna forma -Me hago la idea de qué hechizo necesitas- Soltó, perspicaz. Lo de las pociones hizo que arqueara una ceja -No me digas como hacer mi trabajo- Sí, estaba molesta y hormonal.
Y Markus no ayudó.
Volvió la vista hacia el Descendiente con el mismo gesto que Matvey -No somos pareja pero si queréis os puedo regañar también por falta de empatía y comprensión de relaciones humanas. Seguro que os atragantareis con las palomitas- Paró su magia de sanación cuando el nigromante dijo que se iban y cogió del brazo a Matvey sin mucho miramiento para que se parara de la silla y ayudarle a caminar -Abre un portal- Le ordenó después de que recuperaron un poco el balance y, cuando lo hizo, lo atravesaron. Esta vez Anteia no se despidió de Tesla.
Notó la forma en la que intentaba controlar algo pero no estaba segura de saber qué era -¿Justo de tiempo? ¿Justo de tiempo? Pues quizás lo que necesitas no es un ghoul o un sanador sino un asistente que te lleve la agenda, Matvey- Ahora parecía que había vuelto en sí mismo, no veía mucho de ningún demonio pero no estaba segura de querer sacar el tema ahora delante del otro Descendiente a quien conocía más bien poco.
-Las andanzas de Catherine la han atado a una cama en Ávalon después de que Wthyr la devolviera de Italia a través de un portal y le robara la piedra. Tenía contracciones así que está de reposo absoluto. Voy a verla mañana para controlarle el embarazo… ¡De verdad, vosotros dos estáis hechos de la misma madera!- Soltó un poco exasperada porque parecían demasiadas preguntas de las que él DEBERÍA tener la respuesta -Ivanov está perfecto en la casa Hacksaw, no le sorprendió el Ghoul pero a Kyla, Aedan y Daryl sí, así que Lyran se quedó con cuatro críos y tres de ellos histéricos- Se lo echó en cara un poco para que también se diera cuenta de que su hijo estaba muy bien cuidadito.
-Pero ¿Cómo voy a parar?- Espetó y entonces al ver los símbolos, la rubia entrecerró los ojos y alzó la vista hacia Matvey con un gesto que dejaba entrever que comprendía la situación. Así que no parecía libre del demonio simplemente lo había encerrado de alguna forma -Me hago la idea de qué hechizo necesitas- Soltó, perspicaz. Lo de las pociones hizo que arqueara una ceja -No me digas como hacer mi trabajo- Sí, estaba molesta y hormonal.
Y Markus no ayudó.
Volvió la vista hacia el Descendiente con el mismo gesto que Matvey -No somos pareja pero si queréis os puedo regañar también por falta de empatía y comprensión de relaciones humanas. Seguro que os atragantareis con las palomitas- Paró su magia de sanación cuando el nigromante dijo que se iban y cogió del brazo a Matvey sin mucho miramiento para que se parara de la silla y ayudarle a caminar -Abre un portal- Le ordenó después de que recuperaron un poco el balance y, cuando lo hizo, lo atravesaron. Esta vez Anteia no se despidió de Tesla.
El científico se encogió de hombros sin saber la respuesta clara a aquello de los sacrificios. Ya había propuesto lo de sacrificar un buen alma en nombre del Sanguis y le tacharon de científico loco. Al final no pudo llevar a cabo aquel experimento, no por falta de ganas, sino de voluntarios -Markus no sabe si de Pendragon, ¿pero averiguas quién ha conseguido sangre de dragón?- Oh sí mama, el nene. Markus trató de hacerse el interesante alzando las cejas y señalando el vial de sangre draconiana. Pero vaya que tampoco tiene mucho interés seguir con esta conversación, si total, nadie va a contestar. En fin… vamos a seguir con esto -Ríete de las teorías de Markus. Pero recuerda que tienes, ni más ni menos que a uno de los descendientes del mismísimo Adán entre tus filas. Y a la descendiente de Circe, y de Lykaión, ¿quieres que Markus siga?- Recordó el científico al nigromante, mentando algunos de los compañeros más antiguos del consejo. Carraspeó y se recolocó en su silla de ruedas -Además, hay muchas teorías que indican que los dioses eran, en verdad, magos poderosos. ¿No conoces a una bruja que puede controlar las cosechas? ¿El rayo? ¿La muerte?- Markus alzó, de nuevo, las cejas, invitándole a que respondiera. Bueno, no lo hará, claro porque ahora está posteando en otro sitio. Tras aquello asintió patéticamente a lo del comunicador roto. Sí, sería eso, aunque… -El de Markus no estaba roto- ¿O quizás sí? No, definitivamente, no estaba roto, lo estaba comprobando en ese momento. No, el último mensaje era del de Sofía sobre el tema del sello del teniente, como se habló en la reunión del Consejo.
Siguió con la mirada al nigromante mientras tomaba asiento, que no las pociones que le había ofrecido el científico con anterioridad. Pues mira, mejor para el del bigote, así no tenía que quitárselas del inventario -Markus no conoce el mundo de lo espiritual, eso es cosa de vosotros, los nigromantes. Pero piénsalo. Vida y muerte no dejan de ser las caras de la misma moneda. De alguna manera, se atraen. Bien y mal. Luz y oscuridad. Una no puede convivir sin la otra, ¿de qué estábamos hablando? Ah, sí de tu novia- La que llegó, ahora con colorinchis. Markus se puso cómodo y decidió comer mientras seguía con la mirada la conversación de aquellos dos, hasta que saltó. Más que nada porque quería saber si iban a participar en la investigación, o no. De todo aquello, lo más relevante, era que Catherine estaba en cama con contradicciones. Oh, pues qué novedad aquella. Markus atrajo la pizza.
-¿Por qué no? Discutís como si lo fuerais. Estaba el tema muy interesante, seguid seguid. No tengo palomitas, pero tengo pizza- Markus ofreció a aquella bruja que parecía muy enfadada, pero la comida no pareció satisfacerla y se desaparecieron los dos juntos. Markus se encogió de hombros sin darle la más mínima importancia aquella interrupción, añadiendo un “pues vale”
Tras aquello se volvió al escritorio, cogiendo el pergamino que, gracias a la entrenada vuelapluma, había apuntado lo del receptáculo. Ahora le tocaría desdeñar qué podría significar aquello. Se atusó el bigote releyendo la conversación desde cero -De modo que tenemos un receptáculo de almas… un receptáculo de almas… una fracción del reino de los espíritus en este plano- Entrecerró los ojos mirando desde el otro lado de la sala a la planta que le saludaba impasible desde la otra mesa, ahora estaba mucho más crecida después de haberle dado de comer sangre por segunda vez -Alma… mente… cuerpo- ¿Dónde había escuchado eso Markus con anterioridad? Mientras se acercaba con la sangre envenenada para dársela de beber a la planta -Una fracción… una fracción es la parte de un todo… Claro no puedes estar completo, pero, ¿Qué quieres? ¿Y lo más importante, qué pides?- Maldita sea, casi se bebe el pesticida -Un receptáculo… alma, mente, cuerpo… ¡Ya está! ¡ALQUIMIA!-
Siguió con la mirada al nigromante mientras tomaba asiento, que no las pociones que le había ofrecido el científico con anterioridad. Pues mira, mejor para el del bigote, así no tenía que quitárselas del inventario -Markus no conoce el mundo de lo espiritual, eso es cosa de vosotros, los nigromantes. Pero piénsalo. Vida y muerte no dejan de ser las caras de la misma moneda. De alguna manera, se atraen. Bien y mal. Luz y oscuridad. Una no puede convivir sin la otra, ¿de qué estábamos hablando? Ah, sí de tu novia- La que llegó, ahora con colorinchis. Markus se puso cómodo y decidió comer mientras seguía con la mirada la conversación de aquellos dos, hasta que saltó. Más que nada porque quería saber si iban a participar en la investigación, o no. De todo aquello, lo más relevante, era que Catherine estaba en cama con contradicciones. Oh, pues qué novedad aquella. Markus atrajo la pizza.
-¿Por qué no? Discutís como si lo fuerais. Estaba el tema muy interesante, seguid seguid. No tengo palomitas, pero tengo pizza- Markus ofreció a aquella bruja que parecía muy enfadada, pero la comida no pareció satisfacerla y se desaparecieron los dos juntos. Markus se encogió de hombros sin darle la más mínima importancia aquella interrupción, añadiendo un “pues vale”
Tras aquello se volvió al escritorio, cogiendo el pergamino que, gracias a la entrenada vuelapluma, había apuntado lo del receptáculo. Ahora le tocaría desdeñar qué podría significar aquello. Se atusó el bigote releyendo la conversación desde cero -De modo que tenemos un receptáculo de almas… un receptáculo de almas… una fracción del reino de los espíritus en este plano- Entrecerró los ojos mirando desde el otro lado de la sala a la planta que le saludaba impasible desde la otra mesa, ahora estaba mucho más crecida después de haberle dado de comer sangre por segunda vez -Alma… mente… cuerpo- ¿Dónde había escuchado eso Markus con anterioridad? Mientras se acercaba con la sangre envenenada para dársela de beber a la planta -Una fracción… una fracción es la parte de un todo… Claro no puedes estar completo, pero, ¿Qué quieres? ¿Y lo más importante, qué pides?- Maldita sea, casi se bebe el pesticida -Un receptáculo… alma, mente, cuerpo… ¡Ya está! ¡ALQUIMIA!-
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