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Recuerdo del primer mensaje :
En las proximidades de la Cueva de la Desesperacion, encontramos el Lago Hollow. La fuga de población de éste área a causa de la guerra a propiciado que la naturaleza vuelva a apoderarse de este enclave, aunque en las profundidades del lago aun se pueden encontrar desagradables sorpresas, fruto de la misma.
Anteia me confirma que es de los renegados, y me enseña una moneda identica a la que llevaba Vor'Kalth. Si, eso era una prueba feaciente. Me digo a mi mismo que es prueba suficiente, no estamos como para ponernos tiquismiquis. Asiento con mi cabeza a la rubia cuando me empieza a decir que ella va a....a echarle un vistazo a mi compañero, supongo.
El problema ya no es mi desconfianza hacia ella o la pelirroja, el problema es el licántropo que se revuelve como un maniaco entre esos arbustos. Dudo que el asunto dure mucho mas, y efectivamente asi demuestra ser mas tarde. Cuando veo las reacciones tanto de Emwyn como de Anteia ante mis fuegos fatuos, que en realidad he lanzado para intentar protegerlas del lobo, me estampo la mano contra la frente en un facepalm epico, porque Anteia chillando e interrumpiendo su hechizo y Emwyn nerviosa tambien bien merecen mi facepalm -NO QUEMA! ES INOFENSIVO! OS DIJE QUE OS IBA A AYUDAR! -Vale, si, quiza no habia sido buena idea, quiza debi decirles antes lo que iba a hacer. Estúpidos magos. Eran brujas! por qué se asustaban tanto? Ni el lobo parecia tan acojonado....
Tan poco acojonado que salta sobre Anteia. Presto mi daga rapidamente y voy a atacarlo para ayudar a las enredaderas de Emwyn. Creo que consigo clavarle mi daga al licántropo entre las costillas cuando se me echa encima. Lo creo, porque la siento hundirse y algo cálido manchar mi sangre, pero el dolor que me produce su zarpazo me nubla el entendimiento. El cabezazo de la bestia hace que me retumbe el cerebro y quede medio idiota, sin saber qué es arriba y qué es abajo. Luego siento que me estrello contra algo, un arbol, debe ser. Del impacto mi cabeza rebota y mi nuca golpea con fuerza contra el tronco, y el dolor se extiende de un modo sordo por toda mi cabeza, transmitiendose por la espalda hasta el resto del cuerpo. El segundo zarpazo y la caída al suelo ya no las noto. Mi consciencia se ha ido a tomar por saco y seguramente no vuelva en bastante tiempo. Los golpes en la cabeza han sido demasiado fuertes para mi y la fuerza física del lican supera con creces la mía. Me quedo tirado en el suelo, totalmente desmadejado como un muñeco de trapo mal tirado. Mi daga por ahí tirada tambien, ensangrentada, y unas heridas por zarpazo de licántropo bastante horribles por todo el torso y el costado izquierdo del cuerpo, incluido el brazo. Sí es cierto que el profuso sangrado se detiene bastante, pese a la profundidad y superficie de las heridas, gracias al hechizo de Vor.
El problema ya no es mi desconfianza hacia ella o la pelirroja, el problema es el licántropo que se revuelve como un maniaco entre esos arbustos. Dudo que el asunto dure mucho mas, y efectivamente asi demuestra ser mas tarde. Cuando veo las reacciones tanto de Emwyn como de Anteia ante mis fuegos fatuos, que en realidad he lanzado para intentar protegerlas del lobo, me estampo la mano contra la frente en un facepalm epico, porque Anteia chillando e interrumpiendo su hechizo y Emwyn nerviosa tambien bien merecen mi facepalm -NO QUEMA! ES INOFENSIVO! OS DIJE QUE OS IBA A AYUDAR! -Vale, si, quiza no habia sido buena idea, quiza debi decirles antes lo que iba a hacer. Estúpidos magos. Eran brujas! por qué se asustaban tanto? Ni el lobo parecia tan acojonado....
Tan poco acojonado que salta sobre Anteia. Presto mi daga rapidamente y voy a atacarlo para ayudar a las enredaderas de Emwyn. Creo que consigo clavarle mi daga al licántropo entre las costillas cuando se me echa encima. Lo creo, porque la siento hundirse y algo cálido manchar mi sangre, pero el dolor que me produce su zarpazo me nubla el entendimiento. El cabezazo de la bestia hace que me retumbe el cerebro y quede medio idiota, sin saber qué es arriba y qué es abajo. Luego siento que me estrello contra algo, un arbol, debe ser. Del impacto mi cabeza rebota y mi nuca golpea con fuerza contra el tronco, y el dolor se extiende de un modo sordo por toda mi cabeza, transmitiendose por la espalda hasta el resto del cuerpo. El segundo zarpazo y la caída al suelo ya no las noto. Mi consciencia se ha ido a tomar por saco y seguramente no vuelva en bastante tiempo. Los golpes en la cabeza han sido demasiado fuertes para mi y la fuerza física del lican supera con creces la mía. Me quedo tirado en el suelo, totalmente desmadejado como un muñeco de trapo mal tirado. Mi daga por ahí tirada tambien, ensangrentada, y unas heridas por zarpazo de licántropo bastante horribles por todo el torso y el costado izquierdo del cuerpo, incluido el brazo. Sí es cierto que el profuso sangrado se detiene bastante, pese a la profundidad y superficie de las heridas, gracias al hechizo de Vor.
Lo único que sentía era frío, en la espalda por la arena mojada, en el rostro por la lluvia y en el pecho por la poción. Nunca había tenido los cojones de probarla en sí misma pero quemaba, quemaba tanto como podrían hacerlo las llamas violáceas que aún me recubrían mientras golpeaba el morro del licántropo tratando de mantenerlo alejado de mi cara. YA a este punto no me importaba que me mordiera, sólo quería salir con vida. Cuando me doy cuenta el licántropo se ha ido y ya no tengo el pecho oprimido por el peso de la bestia, si no congelado. Intento mantener la calma y giro sobre mí arrastrandome hacia el lago con los pies porque los brazos se han empezado a congelar también.
“Lyran...Lyran me dijo que me sacara el cinto del pecho. Lo recuerdo. Te recuerdo bien, mi amor”
Lloriqueo un poco mentalmente mientras me pierdo la mega pelea que hay detrás porque necesito descongelarme, necesitaba agua pura para sacarme un poco de la poción y parar su efecto congelante. Joder, dónde estaban los piromanos en este momento? ¿Por qué las llamas violetas no ardían? Una hoguera, quería una hoguera. Toco el agua con mis dedos cuando comienzo a titirtar y me doy por vencida sólo unos segundos pensando en lo útil que sería mi hija en este instante.
“O ser telépata...o algo”
Sigo lloriqueando mientras doy un ultimo empujon que me hunde hasta la cadera en el lago, sin pensarlo bien, porque resulta que no tengo movilidad en los brazos aún y empiezo a ahogarme como la idiota que puedo llegar a ser. Me ayudo de las piernas para girarme preguntando cuanto más tardará la ayuda que pedí. Con un esfuerzo descomunal de mi abdome logro sentarme y toso un poco de agua. Cierro los ojos tranquilizandome porque la poción ha ido perdiendo efecto y mis dedos empiezan a responder.
“Tengo que dejar de hacer pociones así”
Me regaño a mí misma por el poder de esta y finalmente alzo la vista para ver a Vor moribundo ahí en plan caballero de brillante armadura protegiendo al incendiario de no sé qué. Lo miro dos segundos antes de cerrar los ojos y tranquilizarme, era eso lo primero que tenía que hacer. Después pensar en él y una vía entre nosotros dos para canalizar el sentimiento de tranquilidad hacia él. Tardo un par de segundos porque está muy alterado e histérico y yo sólo quiero que se tranquilice un poco, la adrenalina nos solía salvar el pellejo siempre. No podía hacerlo hippie de pronto.
-Necesito curarte. Joder… De lejos es muy molesto pero no me puedo mover aún. Tú no te muevas, por favor-
Murmuro y me muevo como si de dolor de cuello tuviera o estuviese enyesada de cintura para arriba y dirijo una de mis manos hacia él. Canalizo un poco de vitalidad hacia él sin lograrlo demasiado porque mi inmovilidad y frialdad me distrae.
-Necesito a Lyran...Necesito calor-
“Eso suena mal...Pero no me importa, lo necesito”
Cierro los ojos bastante cansada todavía y dejo de canalizar hacia él.
-Tenemos que volver, Vor. No es seguro. Sigue siendo de noche. Ya deben venir por nosotros...Alguien, envié un mensaje.
Dado:
Probabilidad.
Éxito tranquilizando.
Curación:
10 + 10 Habilidad= 20 PS regenerado a Vor.
“Lyran...Lyran me dijo que me sacara el cinto del pecho. Lo recuerdo. Te recuerdo bien, mi amor”
Lloriqueo un poco mentalmente mientras me pierdo la mega pelea que hay detrás porque necesito descongelarme, necesitaba agua pura para sacarme un poco de la poción y parar su efecto congelante. Joder, dónde estaban los piromanos en este momento? ¿Por qué las llamas violetas no ardían? Una hoguera, quería una hoguera. Toco el agua con mis dedos cuando comienzo a titirtar y me doy por vencida sólo unos segundos pensando en lo útil que sería mi hija en este instante.
“O ser telépata...o algo”
Sigo lloriqueando mientras doy un ultimo empujon que me hunde hasta la cadera en el lago, sin pensarlo bien, porque resulta que no tengo movilidad en los brazos aún y empiezo a ahogarme como la idiota que puedo llegar a ser. Me ayudo de las piernas para girarme preguntando cuanto más tardará la ayuda que pedí. Con un esfuerzo descomunal de mi abdome logro sentarme y toso un poco de agua. Cierro los ojos tranquilizandome porque la poción ha ido perdiendo efecto y mis dedos empiezan a responder.
“Tengo que dejar de hacer pociones así”
Me regaño a mí misma por el poder de esta y finalmente alzo la vista para ver a Vor moribundo ahí en plan caballero de brillante armadura protegiendo al incendiario de no sé qué. Lo miro dos segundos antes de cerrar los ojos y tranquilizarme, era eso lo primero que tenía que hacer. Después pensar en él y una vía entre nosotros dos para canalizar el sentimiento de tranquilidad hacia él. Tardo un par de segundos porque está muy alterado e histérico y yo sólo quiero que se tranquilice un poco, la adrenalina nos solía salvar el pellejo siempre. No podía hacerlo hippie de pronto.
-Necesito curarte. Joder… De lejos es muy molesto pero no me puedo mover aún. Tú no te muevas, por favor-
Murmuro y me muevo como si de dolor de cuello tuviera o estuviese enyesada de cintura para arriba y dirijo una de mis manos hacia él. Canalizo un poco de vitalidad hacia él sin lograrlo demasiado porque mi inmovilidad y frialdad me distrae.
-Necesito a Lyran...Necesito calor-
“Eso suena mal...Pero no me importa, lo necesito”
Cierro los ojos bastante cansada todavía y dejo de canalizar hacia él.
-Tenemos que volver, Vor. No es seguro. Sigue siendo de noche. Ya deben venir por nosotros...Alguien, envié un mensaje.
Dado:
Probabilidad.
Éxito tranquilizando.
Curación:
10 + 10 Habilidad= 20 PS regenerado a Vor.
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Anteia Malfoy' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Probabilidad' :
--------------------------------
#2 'Curación' :
#1 'Probabilidad' :
--------------------------------
#2 'Curación' :
Las plantas crecieron del suelo, todo iba bien en principio, pero el fuego a mi alrededor crepitaba aun sin arder, y noté como dejaban de obedecerme. Llegado un punto, en vez de intentar atrapar al lobo simplemente iban hacia él y se movían, como si más bien intentasen espantarle cual perro callejero. No, desde luego no estaba en un estado apto para conjurar, aquellas llamas me quitaban demasiada concentración, no me hacían daño, pero le había cogido mucho respeto a las mismas. De pronto el canino se lanzó a por mi, por puro instinto intenté hacer que las enredaderas parasen el ataque, pero se movieron en vano, pues antes de hacerlo cambió su trayectoria, dirigiéndose hacia el drow de la daga. Este recibió en apenas unos segundos una tunda, estampándole contra un árbol y asestándole todos los golpes posibles. Las plantas seguían cerrando su morro, si, pero no sabía cuanto podrían aguantar, si hubiese logrado mantener el hechizo habría podido afianzarlo, pero en ese estado probablemente no le habría costado mucho más librarse de aquella maraña verde y retorcida. Me aproximé, decidida a que, si debía, estrujaría su cuerpo con lo que quedaba de seto sobre él, al menos para incapacitarle... Pero de nuevo no haría falta. Otro aullido resonó en medio de la noche y tras aquello todo quedó en silencio unos instantes. Aquella bestia pareció sentirse atraída por la llamada, y como si no hubiese pasado nada, simplemente nos abandonó corriendo lejos. Pude haberle detenido, pero no encontré motivo para hacerlo, si se iba mejor por nosotros.
A partir de ahí vi una escena realmente... Emotiva. El tipo que estaba herido caminaba lentamente hacia el que había dejado inconsciente el licántropo. Apenas podía con su alma misma, pero sacaba fuerzas de algún rincón insospechado de su cuerpo y continuaba hasta llegar a él. Le había gritado algo a la bestia en algún idioma que desconocía, y con un lento caminar ahora intentaba ayudar a su compañero, aun estando él en peor estado. Quise ayudarle, pero creí que en aquel estado cualquier intento por aproximarme a él podría ocasionar poco más que un bufido. Había visto a personas así antes, necesitaba que primero se calmase. Intentó ayudar a Dyospiros (Así le llamó) de alguna forma, mediante su magia (Al parecer nos habíamos reunido un grupo de sanadores viajeros, casi podríamos habernos llamados Medimagos sin Fronteras. Siguió hablandonos despues en su idioma, tal vez no conocía el nuestro, pero no me hizo falta traducir para saber que aquella persona le importaba y que estaba realmente molesto con la situación.
Por su parte, la otra mujer se había medio sumergido en el lago, al parecer como un intento de quitarse los efectos de una poción que se le había derramado encima, y empezó a tratar al casi moribundo para evitar que se muriese allí mismo. Aunque en su caso tampoco era que estuviese mejor, con el frío que hacía, la lluvia y haberse metido directamente en el lago... Tendría que tener cuidado de no acabar con una pulmonía. La otra mujer volvió a hablar, indicando que había pedido ayuda, y que debíamos irnos, también pareció mencionar el hombre del drow al que acababa de sanar, el cual parecía llamarse Vor. Todos se conocían, y casi empezaba a sentirme como un sobrante en aquella situación. Aun así, sabiendo que la situación en la que estaba era bastante delicado y se iba a negar a marcharse fácilmente, sobre todo con su amigo así, decidí que quizás fuese un buen momento para intervenir, o tal vez cometía un error, pero preferí ayudar a quedarme de brazos cruzados. Me aproximé un poco a ellos dos y tiré un par de semillas más, me alegraba de tener siempre de sobra.
-No podemos dejar a... ¿Dyospiros? Aquí, obviamente, y es dificil llevarlo en este estado a cuestas, asique... Si no es molestia os echaré una mano, no le pasará nada, te lo prometo.-Le expliqué con toda la tranquilidad y amabilidad que pude, como si fuese un niño asustado en la consulta de un médico. Ya sin las llamas a mi alrededor me concentré un poco más en las semillas y las hice crecer bajo el cuerpo del inconsciente, intenté hacer que desarrollaran la mayor cantidad de corteza posible para otorgar rigidez, y rápidamente cree así una especie de camilla de madera, había dejado las hojas por encima, de forma que no se le clavase el entramado de ramas. No hacía algo tan "complejo" desde hacía tiempo, y cuando terminé me tambalee levemente, llevándome una mano a la cabeza, estaba terriblemente cansada, había utilizado mi magia repetidamente en poco tiempo, y tampoco tenía costumbre. No era nada realmente grave, pero sería buena idea descansar un poco mis poderes antes de volver a utilizarlos o acabaría como el propio drow.-Así podremos transportarlo cómodamente y no sufrirá ningún daño en el proceso. Él ya está bien, solo necesita un descanso... ¿Y tú? ¿Como te encuentras?-Le pregunté intentando seguir la amabilidad... Despues de aquello miré a la otra mujer.-¿Necesitas ayuda? ¿Estás mejor?
--------------------------------------
Off: Disculpad que haya tardado un poco... Exámenes! Pero ya está.
A partir de ahí vi una escena realmente... Emotiva. El tipo que estaba herido caminaba lentamente hacia el que había dejado inconsciente el licántropo. Apenas podía con su alma misma, pero sacaba fuerzas de algún rincón insospechado de su cuerpo y continuaba hasta llegar a él. Le había gritado algo a la bestia en algún idioma que desconocía, y con un lento caminar ahora intentaba ayudar a su compañero, aun estando él en peor estado. Quise ayudarle, pero creí que en aquel estado cualquier intento por aproximarme a él podría ocasionar poco más que un bufido. Había visto a personas así antes, necesitaba que primero se calmase. Intentó ayudar a Dyospiros (Así le llamó) de alguna forma, mediante su magia (Al parecer nos habíamos reunido un grupo de sanadores viajeros, casi podríamos habernos llamados Medimagos sin Fronteras. Siguió hablandonos despues en su idioma, tal vez no conocía el nuestro, pero no me hizo falta traducir para saber que aquella persona le importaba y que estaba realmente molesto con la situación.
Por su parte, la otra mujer se había medio sumergido en el lago, al parecer como un intento de quitarse los efectos de una poción que se le había derramado encima, y empezó a tratar al casi moribundo para evitar que se muriese allí mismo. Aunque en su caso tampoco era que estuviese mejor, con el frío que hacía, la lluvia y haberse metido directamente en el lago... Tendría que tener cuidado de no acabar con una pulmonía. La otra mujer volvió a hablar, indicando que había pedido ayuda, y que debíamos irnos, también pareció mencionar el hombre del drow al que acababa de sanar, el cual parecía llamarse Vor. Todos se conocían, y casi empezaba a sentirme como un sobrante en aquella situación. Aun así, sabiendo que la situación en la que estaba era bastante delicado y se iba a negar a marcharse fácilmente, sobre todo con su amigo así, decidí que quizás fuese un buen momento para intervenir, o tal vez cometía un error, pero preferí ayudar a quedarme de brazos cruzados. Me aproximé un poco a ellos dos y tiré un par de semillas más, me alegraba de tener siempre de sobra.
-No podemos dejar a... ¿Dyospiros? Aquí, obviamente, y es dificil llevarlo en este estado a cuestas, asique... Si no es molestia os echaré una mano, no le pasará nada, te lo prometo.-Le expliqué con toda la tranquilidad y amabilidad que pude, como si fuese un niño asustado en la consulta de un médico. Ya sin las llamas a mi alrededor me concentré un poco más en las semillas y las hice crecer bajo el cuerpo del inconsciente, intenté hacer que desarrollaran la mayor cantidad de corteza posible para otorgar rigidez, y rápidamente cree así una especie de camilla de madera, había dejado las hojas por encima, de forma que no se le clavase el entramado de ramas. No hacía algo tan "complejo" desde hacía tiempo, y cuando terminé me tambalee levemente, llevándome una mano a la cabeza, estaba terriblemente cansada, había utilizado mi magia repetidamente en poco tiempo, y tampoco tenía costumbre. No era nada realmente grave, pero sería buena idea descansar un poco mis poderes antes de volver a utilizarlos o acabaría como el propio drow.-Así podremos transportarlo cómodamente y no sufrirá ningún daño en el proceso. Él ya está bien, solo necesita un descanso... ¿Y tú? ¿Como te encuentras?-Le pregunté intentando seguir la amabilidad... Despues de aquello miré a la otra mujer.-¿Necesitas ayuda? ¿Estás mejor?
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Off: Disculpad que haya tardado un poco... Exámenes! Pero ya está.
Poco a poco me acomodaba en el embarrado suelo, acostumbrado ya a estar empapado. Dudaba que quedara algún centímetro de mi persona sin mojar. El flequillo se me pegaba a la frente y a los ojos, las gotas se deslizaban por la nariz y me hacían estornudar por el cosquilleo, y notaba una profunda mocarrera queriendo salir de allí dentro. Anteia parecía que estaba luchando un poco con el agua, que hasta entonces no me paré a pensar que debía ser para limpiarse los restos de la poción. La contemplaba como si fuera un extraña. La otra tía, la loca de las hierbas, parecía que no acababa de encajar allí. Antes había intentado ayudar pero en vano, aunque en gran parte mi compañero no se había llevado un bocado por ella. La poca coherencia que quedaba en mi interior se lo agradecía. Pero aún estaba nervioso, histérico, ni sentarme me hizo soltar el bastón. Lo tenía puesto entrecruzado, de forma defensiva, como indicando a ambas mujeres que no se acercaran. Esperaba que se olvidaran de mi pacíficamente y me dejaran con él, y que pudiera tranquilizarme en paz…
Vi a Anteia poco a poco rescuperándose. Antes de dirigirme la palabra siquiera empezó a hacer un hechizo, que pude notar casi de inmediato que se dirigi a mi. Mi bastón presentó un brillo extraño, rosado, en cuanto poco a poco me iba curando… Y me iba forzando a calmarme. Mi parte más nerviosa, ese drow de mi interior, con muchísima rabia tuvo que pasar a segundo plano. Pude notarlo casi como si fuera otra cosa y no yo mismo, como si el hechizo lo encerrara, lo encadenara, le impidiera abrir la boca, cediendo la palabra a la parte más coherente de mi, el elfo. Sin embargo no olvidemos que todo yo era una sola persona y no porque fueran partes de distintas razas, se llevaban mal. De hecho noté como la parte más calmada de mi persona se puso más furiosa que nunca, justo en cuanto Anteia dejó de canalizar el hechizo.
-¿Anteia?- Mi voz sonaba casi sorprendida de recordar su nombre. Aquella pregunta tan aparentemente inocente se volvió en una amenaza con mi expresión, de la más profunda molestia posible. -¿Hablas drow, ahora?- ¿Cómo coño sabía que quería quedarme allí? ¿Tal vez LEÍA pensamientos, esa hija…? -¿Lyran? Ve con él. No me importa.- Respondí de mala gana cuando empezó a farfullar algo de calor, que preferí hacer ver que no entendía. -Oh, “sigue siendo de noche”. Creo que te olvidar, tu, de que YO soy drow. YO vivo de noche. YO soy una criatura de esas que vosotros temer. No me pienso mover.- Empezaba a sacarme de mis casillas más que tranquilizarme. Me había curado. Y eso era una mala idea para ella, porque en caso que se acercara podría defenderme, cosa que antes no.
Le argumenté porqué me negaba a ir con ella o cualquier ayuda que se trajera. -¿Perdona? ¿Ir contigo? ¿Colaborar? ¿Esperas que me comportar como un niño obediente? Verás, querida… ¡Acabas de intentar domar mi persona como una bestia! Si eso piensas de mi, entonces me portaré como tal, morderé, gruñiré, ATACARÉ. ¡No pienso esperar a que uno pisotee mi dignidad! Acabas de usar control mental… ¡CONTROL MENTAL! Para tranquilizar mi drow… ¡Lo que yo soy! Y esperar tu que te diga que si… No, Anteia, no. Tengo una dignidad. La próxima vez… Que hagas algo ASÍ conmigo… Juro que lo único que sacar en futuro tu es quedarte con una mano menos.
Empezaba a tener el bastón en una posición casi más ofensiva que defensiva, me había arrodillado en caso de que tuviera que defender a Dyospiros de aquel par de locas. Aquella me la iba a guardar. Ya lo decía yo, las mujeres eran cruentas y rastreras, monstruos. Hería profundamente mis sentimientos que realmente me hubiera tratado así. Si había algo que detestaba en aquel mundo es que uno intentara tocarme los cojones mentales. Y esa era una de las pocas veces que no me defendí. Me arrepentiría, por supuesto.
Entonces la otra tiró cerca de nosotros un par de mierdas pequeñas que contemplé con miedo. Me pedía que me calmara. Mi respiración era audible, la rabia de mi interior arañaba las paredes de mi cerebro pidiendo poder salir, alejar a aquellas dos a base de ostias si era necesario. Las quería lejos. Lejos de lo que estaba protegiendo. No me fiaba de ellas. Una acababa de atacarme, y la otra, aunque me pedía que me calmara, no me inspiraba confianza. -¿Por qué demonios debo yo confiar? No… No quiero confiar… Dejar en paz, iros, basta…- Me sentí como un completo inútil en cuanto empezó a controlar más de aquellos hierbajos debajo de Dyospiros. Lo contemplé con miedo. Luego me puse en pie y apunté a Emwyn con el bastón, desafiandola con la mirada. No sabía que estaba haciendo, así que gruñía ante lo desconocido.
Había formado una especie de cama con… hierbajos. -Qué mierda… Eh… Bueno… Es útil. Sí, útil. Estar más cómodo, Dyos. Imagino que es mejor par…- Me interrumpió oír la palabra transportarlo. Decía que él estaba bien. Ahora que me fijaba mejor, la mujer parecía estar bastante débil por haber hecho eso. Casi que me daban ganas de reírme en su cara. ¿Transportar? ¿Acababa de decir en algún momento que me pareciera bien? Me volví a sentar al lado del drow, con una sonrisa amarga plasmada en el rostro, pensando en que había sido una falsa alarma. Pero no soltaba el bastón. En caso de que tuviera que defenderle lo haría. Era un drow, yo veía mejor que ellas. No debería ser un problema.
De hecho, mandé el bastón a dejar de brillar justamente por eso. Quería que se dieran cuenta que pretendía que vieran, cuanto menos, mejor. -Olath.- Y con un golpe pareció convertirse en simple cristal, con un tono bien apagado. Me las miré durante unos segundos más y luego dirigí mi mirada al drow. Sentí una especie de dolor recorrerme todo mi interior. No debía intentar curarle más, porque realmente ya no podía arreglar mucho. Levanté un poco su abrigo para inspeccionar la herida, casi olvidándome de que había más gente allí. No me había salido del todo mal. Decidí quitarme la capa con un poco de torpeza y se la puse por encima, de manta. Le puse mi mano encima del pecho como para darle fuerzas. Incluso si estaba inconsciente. -Vas a salir de esta mierda. No voy a dejar que te hagan nada. Están locas, las dos. Son unas hijas de… Bueno, la otra al menos te ha dado un sitio cómodo donde descansar. Pero me cago en todo. No quiero saber nada de ellas. No las necesito. Es mi culpa…
Giré mi cabeza para mirármelas de nuevo y volví a hablar en inglés. -Ya está, fuera. Marcháos. Estoy bien.- Tenía hambre, frío, estaba cansado, herido. -Yo cuido de Dyospiros. Dejadme en paz. No quiero saber de nadie. Sé como arreglármelas. No soy idiota. Voy a protegerle. Iros… ¡IROS DE UNA PUTA VEZ!- Lo peor es que intentaba hablar con calma. -No hacéis NADA MÁS que poner nervioso. No quiero que se despierte con vosotras dos. Ahí. No quiero llevármelo de aquí. No pienso llevar a NINGÚN lado sin su consentimiento. No pienso rodear a él de magos. Se pondrá nervioso. Y claro que se poner en futuro nervioso, ¡Tratar a nosotros como animales! Y os quejáis de alianza…- Definitivamente me había tomado fatal aquel hechizo. -Ssindosan…
Vi a Anteia poco a poco rescuperándose. Antes de dirigirme la palabra siquiera empezó a hacer un hechizo, que pude notar casi de inmediato que se dirigi a mi. Mi bastón presentó un brillo extraño, rosado, en cuanto poco a poco me iba curando… Y me iba forzando a calmarme. Mi parte más nerviosa, ese drow de mi interior, con muchísima rabia tuvo que pasar a segundo plano. Pude notarlo casi como si fuera otra cosa y no yo mismo, como si el hechizo lo encerrara, lo encadenara, le impidiera abrir la boca, cediendo la palabra a la parte más coherente de mi, el elfo. Sin embargo no olvidemos que todo yo era una sola persona y no porque fueran partes de distintas razas, se llevaban mal. De hecho noté como la parte más calmada de mi persona se puso más furiosa que nunca, justo en cuanto Anteia dejó de canalizar el hechizo.
-¿Anteia?- Mi voz sonaba casi sorprendida de recordar su nombre. Aquella pregunta tan aparentemente inocente se volvió en una amenaza con mi expresión, de la más profunda molestia posible. -¿Hablas drow, ahora?- ¿Cómo coño sabía que quería quedarme allí? ¿Tal vez LEÍA pensamientos, esa hija…? -¿Lyran? Ve con él. No me importa.- Respondí de mala gana cuando empezó a farfullar algo de calor, que preferí hacer ver que no entendía. -Oh, “sigue siendo de noche”. Creo que te olvidar, tu, de que YO soy drow. YO vivo de noche. YO soy una criatura de esas que vosotros temer. No me pienso mover.- Empezaba a sacarme de mis casillas más que tranquilizarme. Me había curado. Y eso era una mala idea para ella, porque en caso que se acercara podría defenderme, cosa que antes no.
Le argumenté porqué me negaba a ir con ella o cualquier ayuda que se trajera. -¿Perdona? ¿Ir contigo? ¿Colaborar? ¿Esperas que me comportar como un niño obediente? Verás, querida… ¡Acabas de intentar domar mi persona como una bestia! Si eso piensas de mi, entonces me portaré como tal, morderé, gruñiré, ATACARÉ. ¡No pienso esperar a que uno pisotee mi dignidad! Acabas de usar control mental… ¡CONTROL MENTAL! Para tranquilizar mi drow… ¡Lo que yo soy! Y esperar tu que te diga que si… No, Anteia, no. Tengo una dignidad. La próxima vez… Que hagas algo ASÍ conmigo… Juro que lo único que sacar en futuro tu es quedarte con una mano menos.
Empezaba a tener el bastón en una posición casi más ofensiva que defensiva, me había arrodillado en caso de que tuviera que defender a Dyospiros de aquel par de locas. Aquella me la iba a guardar. Ya lo decía yo, las mujeres eran cruentas y rastreras, monstruos. Hería profundamente mis sentimientos que realmente me hubiera tratado así. Si había algo que detestaba en aquel mundo es que uno intentara tocarme los cojones mentales. Y esa era una de las pocas veces que no me defendí. Me arrepentiría, por supuesto.
Entonces la otra tiró cerca de nosotros un par de mierdas pequeñas que contemplé con miedo. Me pedía que me calmara. Mi respiración era audible, la rabia de mi interior arañaba las paredes de mi cerebro pidiendo poder salir, alejar a aquellas dos a base de ostias si era necesario. Las quería lejos. Lejos de lo que estaba protegiendo. No me fiaba de ellas. Una acababa de atacarme, y la otra, aunque me pedía que me calmara, no me inspiraba confianza. -¿Por qué demonios debo yo confiar? No… No quiero confiar… Dejar en paz, iros, basta…- Me sentí como un completo inútil en cuanto empezó a controlar más de aquellos hierbajos debajo de Dyospiros. Lo contemplé con miedo. Luego me puse en pie y apunté a Emwyn con el bastón, desafiandola con la mirada. No sabía que estaba haciendo, así que gruñía ante lo desconocido.
Había formado una especie de cama con… hierbajos. -Qué mierda… Eh… Bueno… Es útil. Sí, útil. Estar más cómodo, Dyos. Imagino que es mejor par…- Me interrumpió oír la palabra transportarlo. Decía que él estaba bien. Ahora que me fijaba mejor, la mujer parecía estar bastante débil por haber hecho eso. Casi que me daban ganas de reírme en su cara. ¿Transportar? ¿Acababa de decir en algún momento que me pareciera bien? Me volví a sentar al lado del drow, con una sonrisa amarga plasmada en el rostro, pensando en que había sido una falsa alarma. Pero no soltaba el bastón. En caso de que tuviera que defenderle lo haría. Era un drow, yo veía mejor que ellas. No debería ser un problema.
De hecho, mandé el bastón a dejar de brillar justamente por eso. Quería que se dieran cuenta que pretendía que vieran, cuanto menos, mejor. -Olath.- Y con un golpe pareció convertirse en simple cristal, con un tono bien apagado. Me las miré durante unos segundos más y luego dirigí mi mirada al drow. Sentí una especie de dolor recorrerme todo mi interior. No debía intentar curarle más, porque realmente ya no podía arreglar mucho. Levanté un poco su abrigo para inspeccionar la herida, casi olvidándome de que había más gente allí. No me había salido del todo mal. Decidí quitarme la capa con un poco de torpeza y se la puse por encima, de manta. Le puse mi mano encima del pecho como para darle fuerzas. Incluso si estaba inconsciente. -Vas a salir de esta mierda. No voy a dejar que te hagan nada. Están locas, las dos. Son unas hijas de… Bueno, la otra al menos te ha dado un sitio cómodo donde descansar. Pero me cago en todo. No quiero saber nada de ellas. No las necesito. Es mi culpa…
Giré mi cabeza para mirármelas de nuevo y volví a hablar en inglés. -Ya está, fuera. Marcháos. Estoy bien.- Tenía hambre, frío, estaba cansado, herido. -Yo cuido de Dyospiros. Dejadme en paz. No quiero saber de nadie. Sé como arreglármelas. No soy idiota. Voy a protegerle. Iros… ¡IROS DE UNA PUTA VEZ!- Lo peor es que intentaba hablar con calma. -No hacéis NADA MÁS que poner nervioso. No quiero que se despierte con vosotras dos. Ahí. No quiero llevármelo de aquí. No pienso llevar a NINGÚN lado sin su consentimiento. No pienso rodear a él de magos. Se pondrá nervioso. Y claro que se poner en futuro nervioso, ¡Tratar a nosotros como animales! Y os quejáis de alianza…- Definitivamente me había tomado fatal aquel hechizo. -Ssindosan…
Paseo la mirada a ver si distingo a alguien pero no veo bien entre tanta oscuridad, pese a que la luna brillaba en lo alto. Entonces me pongo a buscar mi mochila que entre tanto jaleo a ido a parar a no sé donde. La veo a un par de metros de mí y suspiro decaída. Estar con parte de los brazos congelados era una mierda, apenas podía moverse y sentía mucho frío. Después alzó la vista hacia Vor cuando la llamó y le sonrío amablemente hasta que le preguntó si hablaba drow.
-No, él me habló en inglés...Creo-
“¿Hablo drow?”
Digo sin percatarme de su tono porque me quedé divagando un momento a ver si había aprendido esa lengua pero que yo recordara no, pero tampoco era muy buena recordando. Miro a Vor confudida porque no sé si fui sincera o no pues no lo recuerdo, pero lo dejo pasar porque estoy muerta de frío. Después miro a la otra chica en quien no había reparado del todo notando que es muy bonita y que me gusta el color de su pelo hasta que Vor comienza a gritarme. Giro mi vista hacia él con una ceja alzada cuando empieza a decir todas esas cosas dándome cuenta que tal vez me ha malentendido. Yo lo decía porque aún estaba la luna llena en alto y ya habíamos sobrevivido el ataque de un licántropo, no quería conseguirme con otro o con un vampiro. Se me eriza la piel de solo pensarlo. Había zafado por poco, gracias a la chica morena y sus plantas que le había atado el hocico al lobo. Miro a la mujer que lanza unas semillitas hacia ellos frunciendo el ceño hasta que flipo en colores con lo que hace.
“OMG OMG. Es una genia. La quiero de amiga, así puede ayudarme y guiarme a conseguir las plantas que necesi…”
Mi cadena de pensamiento se corta cuando Vor estalla y empieza a acusarme de hacer control mental y tratarlo como una bestia. Me amenazó con cortarme una mano y demás cosas horribles que nunca en la vida había oído sólo porque quería tranquilizarlo un poco para poder proceder. Tuve la precaución de dejarlo en alerta por si teníamos más problemas. Aparte le había curado...Yo no quería domarlo, sólo quería ayudar. Las palabras no salen de mi boca y se me hace un doloroso nudo en la garganta que empieza a deshacerse cuando dejo de contener las lágrimas y empiezan a brotar de mis ojos, pero claro, nadie se da cuenta porque llueve y no hay nada mejor para disimular un sollozo que la lluvia. Aparto la mirada cuando no contento con su griterío hacia mí le grita a la otra chica maja que le ha ayudado, pero no tengo voluntad ni fuerza para defenderla porque siento que todo lo hago mal.
Como puedo me arrodillo y comienzo a caminar hacia mi mochila teniendo la vista un poco empañada. Al sentir ya la movilidad de los dedos rebusco en mi mochila algo para contrarestar la congelación encontrando lo que creo es la poción cauterizante aunque no observo bien el color, pero no tengo el suficiente elasticidad para echarmela en el pecho. Ya a metros de ellos dejo que los sollozos salgan con más libertad y me siento sobre mis pies derrotada incapaz de llevarme las manos ni a la cara.
“La ayuda nunca llega. Me quiero ir de aquí y no verlos nunca más”
-No, él me habló en inglés...Creo-
“¿Hablo drow?”
Digo sin percatarme de su tono porque me quedé divagando un momento a ver si había aprendido esa lengua pero que yo recordara no, pero tampoco era muy buena recordando. Miro a Vor confudida porque no sé si fui sincera o no pues no lo recuerdo, pero lo dejo pasar porque estoy muerta de frío. Después miro a la otra chica en quien no había reparado del todo notando que es muy bonita y que me gusta el color de su pelo hasta que Vor comienza a gritarme. Giro mi vista hacia él con una ceja alzada cuando empieza a decir todas esas cosas dándome cuenta que tal vez me ha malentendido. Yo lo decía porque aún estaba la luna llena en alto y ya habíamos sobrevivido el ataque de un licántropo, no quería conseguirme con otro o con un vampiro. Se me eriza la piel de solo pensarlo. Había zafado por poco, gracias a la chica morena y sus plantas que le había atado el hocico al lobo. Miro a la mujer que lanza unas semillitas hacia ellos frunciendo el ceño hasta que flipo en colores con lo que hace.
“OMG OMG. Es una genia. La quiero de amiga, así puede ayudarme y guiarme a conseguir las plantas que necesi…”
Mi cadena de pensamiento se corta cuando Vor estalla y empieza a acusarme de hacer control mental y tratarlo como una bestia. Me amenazó con cortarme una mano y demás cosas horribles que nunca en la vida había oído sólo porque quería tranquilizarlo un poco para poder proceder. Tuve la precaución de dejarlo en alerta por si teníamos más problemas. Aparte le había curado...Yo no quería domarlo, sólo quería ayudar. Las palabras no salen de mi boca y se me hace un doloroso nudo en la garganta que empieza a deshacerse cuando dejo de contener las lágrimas y empiezan a brotar de mis ojos, pero claro, nadie se da cuenta porque llueve y no hay nada mejor para disimular un sollozo que la lluvia. Aparto la mirada cuando no contento con su griterío hacia mí le grita a la otra chica maja que le ha ayudado, pero no tengo voluntad ni fuerza para defenderla porque siento que todo lo hago mal.
Como puedo me arrodillo y comienzo a caminar hacia mi mochila teniendo la vista un poco empañada. Al sentir ya la movilidad de los dedos rebusco en mi mochila algo para contrarestar la congelación encontrando lo que creo es la poción cauterizante aunque no observo bien el color, pero no tengo el suficiente elasticidad para echarmela en el pecho. Ya a metros de ellos dejo que los sollozos salgan con más libertad y me siento sobre mis pies derrotada incapaz de llevarme las manos ni a la cara.
“La ayuda nunca llega. Me quiero ir de aquí y no verlos nunca más”
Habia tardado en leer el mensaje de auxilio del galeon pidiendo socorro en el lago hollow, a causa de haber estado encargandome del tipejo apalizado que paula y yo habiamos encontrado. Sin embargo nada mas leer el mensaje habia usado la desaparicion pa llegar al lago. Y alli estaba. Inquieto. Sabia que pocos de nosotros eramos ya los que teniamos la moneda, y tambien sabia que anteia habia salido. Era solo instinto y suposiciones. En cualquier caso alguien de nuestra antigua resistencia estaba en apuros. Y yo esperaba no llear demasiado tarde.
Rodeo la orilla, pues no me habia aparecido directamente donde estaban ellos, al desconocer su localizacion. Recorro la orilla a paso vivo amparado por la plateada luz de la luna, sin que la lluvia me suponga un problema. Cuando diviso unas siluetas mas alla, desenvaino mi katana. conforme avanzo, distingo: una chica pelirroja, en pie. Dos figuras agachadas, y otra mas, cerca del agua, arrodillada, rubia....echo a correr hacia ella
-ANTEIA!!!
No ignoro el hecho de que los demas puedan ser enemigos pero eso es secundario ahora. Me agacho a su lado, viendo los problemas que tiene en el brazo. Y la pocion que porta. No me cuesta mucho intuir lo que estaba haciendo asi que lo hago por ella antes que sea demasiado tarde, vertiendo esa pocion sobre su zona congelada. Miro a la chica pelirroja, y luego a los dos drows. Ninguno tiene buen aspecto y uno de ellos esta desmayado.
-que esta pasando aqui? -le susurro a anteia. En mi voz falsamente tranquila, se aprecia que estoy cabreado. Me levanto, quedando al lado de anteia con la espada en la mano, mirando a los desconocidos con una seriedad poco habitual en mi. Habia podido notar que Anteia estaba llorando. Me dirijo a Emwyn...por razones de idioma. Se muy bien lo que es un drow.
- no se quienes sois pero como hayais tenido algo que ver con esto.... - siempre era mejor preguntar antes. Pocas cosas hacian que me volviese agresivo y esta era una de ellas.
Rodeo la orilla, pues no me habia aparecido directamente donde estaban ellos, al desconocer su localizacion. Recorro la orilla a paso vivo amparado por la plateada luz de la luna, sin que la lluvia me suponga un problema. Cuando diviso unas siluetas mas alla, desenvaino mi katana. conforme avanzo, distingo: una chica pelirroja, en pie. Dos figuras agachadas, y otra mas, cerca del agua, arrodillada, rubia....echo a correr hacia ella
-ANTEIA!!!
No ignoro el hecho de que los demas puedan ser enemigos pero eso es secundario ahora. Me agacho a su lado, viendo los problemas que tiene en el brazo. Y la pocion que porta. No me cuesta mucho intuir lo que estaba haciendo asi que lo hago por ella antes que sea demasiado tarde, vertiendo esa pocion sobre su zona congelada. Miro a la chica pelirroja, y luego a los dos drows. Ninguno tiene buen aspecto y uno de ellos esta desmayado.
-que esta pasando aqui? -le susurro a anteia. En mi voz falsamente tranquila, se aprecia que estoy cabreado. Me levanto, quedando al lado de anteia con la espada en la mano, mirando a los desconocidos con una seriedad poco habitual en mi. Habia podido notar que Anteia estaba llorando. Me dirijo a Emwyn...por razones de idioma. Se muy bien lo que es un drow.
- no se quienes sois pero como hayais tenido algo que ver con esto.... - siempre era mejor preguntar antes. Pocas cosas hacian que me volviese agresivo y esta era una de ellas.
A veces es difícil suponer cuan rápido una situación puede torcerse y retorcerse, volviéndose cada vez más inestable. El drow estaba claramente nervioso, y por ello había decidido mantener la distancia con él, no quería que se sintiese amenazado, así pues hice todo lo posible por no incomodarle. Desgraciadamente, ya lo estaba, así que cualquier cosa podía hacer detonar aquello.
Empezó a hablar de nuevo en inglés, aunque lo hizo de una forma... Un tanto incorrecto. Se notaba que no conocía bien el idioma. Su ira era evidente, y estaba enfadado por alguna razón que no terminaba de comprender muy bien. Si no me equivocaba, lo que ocurría es que la rubia había utilizado algún tipo de magia para intentar calmar a Vor, el cual se sintió ofendido por haber utilizado aquello contra él, lo cual hacía la situación todavía más delicada. No había sido una gran idea, pero tampoco creí que lo hiciese con malicia. El chico se puso a la defensiva al lado de su compañero, no contento con mi propuesta de transportarle, no parecía comprender bien la situación, y simplemente explotó. Quería que nos fuésemos, quería que nos marchásemos y la abandonásemos. Desgraciadamente no podía hacer aquello, las posibilidades de que regresara el lobo eran grandes, y no quería que muriesen si podía evitarlo. La luz de su bastón se apagó, y rápidamente todo quedó más a oscuras. La luna seguía iluminando algo en el cielo, no era como si estuviese a cielo despejado, pero os sorprendería saber cuanto brilla ese astro en las noches. Podría haber creado mi propia fuente de luz, pero no lo consideré necesario por el momento, prefería descansar mis poderes. Sin acercarme me agaché un poco, poniendome a su misma altura, ahora que estaba sentado al lado del inconsciente, y alcé las manos, mostrándoselas rosadas y desnudas en señal de que no quería hacerles daño.
-No pasa nada, nadie quiere hacerte daño ni a ti ni a Dyospiros. Se que él no ha aceptado ir a ninguna parte, y que se sentirá incómodo si despierta rodeado de gente, pero por favor, piensa.-Hice una pausa y señalé por donde el lobo se había marchado.-No se ha ido para siempre, puede volver, y dime, si nos vamos y os dejamos solos ¿Podrías defenderte a ti... Y a Dyospiros a la vez?-Hice especial incapié en el segundo, notaba que le importaba más que su propia vida, lo había demostrado.-Le has curado, lo he visto, pero todavía no estás del todo recuperado. ¿De verdad quieres que salgais los dos más heridos?-Suspiré pero le sonreí, siempre respetuosa, amable, no levantaba la voz, intentaba ser suave, calmada.-No os he tratado como a animales... Solo estoy intentando ayudar. ¿No crees que sería una mala persona si no hubiese venido a avisaros del licántropo? ¿Y si no hubiese cerrado su boca para que no os mordiese? ¿No crees que habría sido peor si le dejase tirado en el suelo embarrado? No te he hecho nada malo, por favor, confía en mi palabra. No pertenezco a la alianza humana, ni tampoco a ningún otro grupo, solo soy alguien más que intenta vivir su vida, alguien que lo ha perdido todo salvo una triste flor.-Hablaba mucho, pero era para intentar relajarle con mi voz, casi como si cantase las palabras para que no se alterase.-Te prometí que no le haría daño, y no le hice nada ¿Ves? Está intacto. Pues mira, deberíamos alejarnos de aquí, da igual donde vayamos, solo alejarnos un poco, ponernos a resguardo de la lluvia para que no cojamos más frío y ya, después le dejamos descansar y que despierte cuando se haya recuperado, podrás cuidar de él y que tenga espacio para que no se asuste al despertar. Te prometo que no le haré nada.
Tras aquello me levanté para ver a la otra mujer, había salido del agua y parecía en un estado pésimo. Caminé hacia ella con intención de ayudarla, pero alguien más entró en escena aquella noche, parecía que había jaleo en el lago aquella noche. Un hombre se me adelantó y fue a por la maga que con una poción en las manos intentaba hacer algo, impedida por la costra de hielo que le cubría el pecho. Desde luego aquello solo iba de mal en peor. Por suerte, aquel recién apareció pareció actuar a tiempo de evitar algo grave, y se dirigió hacia mi. La conocía, evidentemente, le preocupaba, y pensaba que la culpa había sido nuestra. ¿Por que me había metido en aquel lío? Más bien los líos me seguían a mi.
-Bueno, tener supongo que hemos tenido que ver.-Le respondí, como con Vor, intentando relajarle.-Aunque no para mal. Estos últimos minutos han sido intensos, no creo que quieras que me entretenga en detalles, así que vayamos a la raíz. Un hombre lobo deambulaba por la zona y nos ha atacado, simplemente hemos coincidido en este lugar y por azares del destino hemos acabado intentando evitar morir. El licántropo se fue hace un momento, parece que hay otro más, escuchó su llamada y se fue en su busca, aunque podría volver en cualquier momento. En la pelea aquel drow quedó inconsciente y... ¿Anteia te llamabas?-Lo último lo dije preguntando a la mujer que intentaba recuperarse.-Bueno, a ella le atacó y se le rompió un frasco de poción encima, congelándose. Al menos no ha mordido a nadie. Dijo que pidió ayuda, supongo que eres los refuerzos.-Sacudí un poco el agua de mi hoja y volví a cubrirme con ella.-¿Puedes encargarte tu de ella? Yo intentaré ayudar a los drows, sería buena idea intentar buscar un sitio seguro.
Empezó a hablar de nuevo en inglés, aunque lo hizo de una forma... Un tanto incorrecto. Se notaba que no conocía bien el idioma. Su ira era evidente, y estaba enfadado por alguna razón que no terminaba de comprender muy bien. Si no me equivocaba, lo que ocurría es que la rubia había utilizado algún tipo de magia para intentar calmar a Vor, el cual se sintió ofendido por haber utilizado aquello contra él, lo cual hacía la situación todavía más delicada. No había sido una gran idea, pero tampoco creí que lo hiciese con malicia. El chico se puso a la defensiva al lado de su compañero, no contento con mi propuesta de transportarle, no parecía comprender bien la situación, y simplemente explotó. Quería que nos fuésemos, quería que nos marchásemos y la abandonásemos. Desgraciadamente no podía hacer aquello, las posibilidades de que regresara el lobo eran grandes, y no quería que muriesen si podía evitarlo. La luz de su bastón se apagó, y rápidamente todo quedó más a oscuras. La luna seguía iluminando algo en el cielo, no era como si estuviese a cielo despejado, pero os sorprendería saber cuanto brilla ese astro en las noches. Podría haber creado mi propia fuente de luz, pero no lo consideré necesario por el momento, prefería descansar mis poderes. Sin acercarme me agaché un poco, poniendome a su misma altura, ahora que estaba sentado al lado del inconsciente, y alcé las manos, mostrándoselas rosadas y desnudas en señal de que no quería hacerles daño.
-No pasa nada, nadie quiere hacerte daño ni a ti ni a Dyospiros. Se que él no ha aceptado ir a ninguna parte, y que se sentirá incómodo si despierta rodeado de gente, pero por favor, piensa.-Hice una pausa y señalé por donde el lobo se había marchado.-No se ha ido para siempre, puede volver, y dime, si nos vamos y os dejamos solos ¿Podrías defenderte a ti... Y a Dyospiros a la vez?-Hice especial incapié en el segundo, notaba que le importaba más que su propia vida, lo había demostrado.-Le has curado, lo he visto, pero todavía no estás del todo recuperado. ¿De verdad quieres que salgais los dos más heridos?-Suspiré pero le sonreí, siempre respetuosa, amable, no levantaba la voz, intentaba ser suave, calmada.-No os he tratado como a animales... Solo estoy intentando ayudar. ¿No crees que sería una mala persona si no hubiese venido a avisaros del licántropo? ¿Y si no hubiese cerrado su boca para que no os mordiese? ¿No crees que habría sido peor si le dejase tirado en el suelo embarrado? No te he hecho nada malo, por favor, confía en mi palabra. No pertenezco a la alianza humana, ni tampoco a ningún otro grupo, solo soy alguien más que intenta vivir su vida, alguien que lo ha perdido todo salvo una triste flor.-Hablaba mucho, pero era para intentar relajarle con mi voz, casi como si cantase las palabras para que no se alterase.-Te prometí que no le haría daño, y no le hice nada ¿Ves? Está intacto. Pues mira, deberíamos alejarnos de aquí, da igual donde vayamos, solo alejarnos un poco, ponernos a resguardo de la lluvia para que no cojamos más frío y ya, después le dejamos descansar y que despierte cuando se haya recuperado, podrás cuidar de él y que tenga espacio para que no se asuste al despertar. Te prometo que no le haré nada.
Tras aquello me levanté para ver a la otra mujer, había salido del agua y parecía en un estado pésimo. Caminé hacia ella con intención de ayudarla, pero alguien más entró en escena aquella noche, parecía que había jaleo en el lago aquella noche. Un hombre se me adelantó y fue a por la maga que con una poción en las manos intentaba hacer algo, impedida por la costra de hielo que le cubría el pecho. Desde luego aquello solo iba de mal en peor. Por suerte, aquel recién apareció pareció actuar a tiempo de evitar algo grave, y se dirigió hacia mi. La conocía, evidentemente, le preocupaba, y pensaba que la culpa había sido nuestra. ¿Por que me había metido en aquel lío? Más bien los líos me seguían a mi.
-Bueno, tener supongo que hemos tenido que ver.-Le respondí, como con Vor, intentando relajarle.-Aunque no para mal. Estos últimos minutos han sido intensos, no creo que quieras que me entretenga en detalles, así que vayamos a la raíz. Un hombre lobo deambulaba por la zona y nos ha atacado, simplemente hemos coincidido en este lugar y por azares del destino hemos acabado intentando evitar morir. El licántropo se fue hace un momento, parece que hay otro más, escuchó su llamada y se fue en su busca, aunque podría volver en cualquier momento. En la pelea aquel drow quedó inconsciente y... ¿Anteia te llamabas?-Lo último lo dije preguntando a la mujer que intentaba recuperarse.-Bueno, a ella le atacó y se le rompió un frasco de poción encima, congelándose. Al menos no ha mordido a nadie. Dijo que pidió ayuda, supongo que eres los refuerzos.-Sacudí un poco el agua de mi hoja y volví a cubrirme con ella.-¿Puedes encargarte tu de ella? Yo intentaré ayudar a los drows, sería buena idea intentar buscar un sitio seguro.
La cosa se me fue un poco demasiado de las manos. Primero de todo estaba el asunto de Anteia. Le costó un poco darse cuenta de que… Bueno, no tenía buenas intenciones, e incluso llegó a responderme con una sonrisita amable. Aunque fue cuestión de tiempo -y palabras agresivas- que se diera cuenta de que quería de todo menos una charla tranquilizada. Hacía aún bastante ruido al respirar, como un animal cabreado y tenso. Porque es que muchas veces tenía más de bestiajo que no de humano. Mi agresividad fue capaz de derrumbar a Anteia la eterna entusiasta, y durante unos segundos casi que parecía sorprendido de mi mismo, no creyendo que hubiera sido capaz de derrumbarla. Aunque de inmediato me sentí mal y me tuve que callar la boca, perdiendo algo de determinación. Me negaba que fuera porque Anteia en el fondo me importaba, pensaba más bien en las consecuencias que podía tener meterme con ella de caras a los renegados.
Levanté una mano en cuanto vi que se alejaba un poco, dispuesto a protestar, pero entonces me di cuenta que era exactamente lo que quería. Aún así pronuncié su nombre, -Anteia…- Como un suspiro. Llevé la mano de inmediato al bastón y me dispuse a olvidar cualquier remordimiento. No importaba, era necesario, ya lo arreglaría luego. Diría, “estaba nervioso”, cualquier cosa. Eso y cara de niño bueno, claro está. Observé como un pasmarote como intentaba echarse algo que había sacado de la mochila. En el fondo si, me hacía sentir como un monstruo verla de tal manera, pero no iba a moverme de allí. Eso lo tenía más que decidido. El problema sin embargo no se acababa ahí, estaba la otra pelmaza dando por culo, porque es que eran expertas en eso. ¿Cómo coño iba a contarle yo a nadie que me había cabreado porque un par de niñas les daba la gana de querer forzar su innecesaria ayuda?
La otra intentaba hacer señales para demostrar su inocencia. No acercarse, enseñarme las manos, ponerse a mi altura. En conjunto me hacía pensar que tenía miedo de que le mordiera como un perro rabioso, y que estaba haciendo servir el mismo protocolo que haría con un cánido cualquiera. Puta, pensé. Quería que pensara. -No hay nada a hablar. Basta. Basta…- Le pedí que se callara entre dientes. Oh, si, su bronca moral. “Que pueden venir peligros”. Me tocó los huevos y me hirió que me cuestionara mi capacidad para protegerme no sólo a mi mismo, si no a mi compañero. -Oh, chantaje emocional. Sí, niña. Adecuado. “No poder proteger tu a tu compañero”, restriégamelo si quieres. Estoy más seguro aquí que en otro lado…- ¿Nunca he comentado que yo era muy testarudo?
Luego empezó a hablarme de todas sus muchas cualidades, porqué debía agradecerle todas sus acciones y otras mierdas que me importaban absolutamente nada. Me la quedé mirando con los ojos entrecerrados, con cara de “¿En serio?”, porque no hacía más que ponerme aún de peor humor. Tosí un poco, no voluntariamente, pero procuré hacerle ruido para interrumpirle. Me reí un poco entre dientes cuando dijo que no le quedaba más que una triste flor. Una triste flor… ¡Pero si llevaba una hoja entera encima! Parecía un puto jardín andante casi. Olía a hierbajo. Alejarnos de ahí un poco, que se despertara, que no pasaba nada… -No, alejarnos no. El lobo nos encontrar aquí y en cualquier lado. No te preocupes. ¿Donde ir? ¿A cueva? ¿Quieres llevarlo de cueva? Venimos HUYENDO de ellas. No, él, él huía, a mi me cargaba. Porque es buen tío. Por eso lo ayudo. Las cuevas son peor. DRA-RA-ÑAS. ¿Entiendes? No se si pueden salir de allí, pero no pienso acercar a estas.- Le comenté de mala gana.
Aunque el bastón había pasado de una posición ofensiva a una un poco más relajada. Al menos hasta que oí un puñetero grito en la distancia. Lo que faltaba, un tío… ¿Amigo? ¿Novio? ¿Lameculos? De la rubia. Anteia, gritaba. Le susurró alguna cosa y luego muy cabreado se dirigió a nosotros, más bien a la pelirroja. Debía estar pensando que yo era el malo de la película, que había hecho llorar a esta, quizás me culpaba de la inconsciencia de Dyospiros y del empanismo de la otra. Bueno, lo primero era culpa mía, definitivamente. Le explicó la situación santificando un poco mi imagen y pidiendo que se llevara a la otra. Y es que… ¡Realmente era una buena idea! Pero por otra parte intuí que el otro era renegado, como la muchacha. Y prefería no mentirles, porque me tenían que dar trabajo. Era mejor que soltara yo la verdad antes que ella…
-Disculpa, buenhombre. Esta… Tía, a la cual yo ni conocer de absolutamente nada, se ha olvidado de un detalle. Llora por mi culpa. Le he gritado. Porque yo pedir que ellas se fueran. YO. CUIDAR. DE. HERIDO. Pero no, no entienden…- Gruñí con muy mala gana. -Llévatela. Sí. Olvídate de… Aunque, espera. Joder. Qué es esto…- Remordimientos, lo que tenía era remordimientos. Me levanté. Quería que aquel hombre no se cabreara en exceso. Que viera que en el fondo tenía intenciones pacíficas. Me puse de pie muy poco a poco pero no me acerqué a Anteia. Sujeté el bastón con fuerza. Curación, me dije, quiero una curación, pero estoy hasta los huevos de todo, una curación, pero me cago en, curación, curación, estoy hasta las narices, curación…
El bastón emitió un brillo rojizo muy extraño que me hizo ahogar un grito de sorpresa, de repente mis manos quemaban. Grité la palabra del hechizo que trataba de soltar en inglés… -¡CURACIÓN!- Y quizás por eso salió mal. En cuanto el brillo se fue Anteia no estaba curada. En absoluto. Y yo no sujetaba un bastón. En el suelo, desparramados, habían trozos de cristal. Se habían transformado. Bien, acababa de equivocarme de hechizo. Entonces me di cuenta que tenían unas formas… curiosas. Ahí en el suelo habían caído en… forma de letras. Ponía “Curación”, aunque estaba al revés mía, directamente dirigido a ellos. Literalmente. Acababa de hacer una curación. Había transformado mi bastón en putas letras. Que brillaban en rojo como mofándose de mi…
… Suspiré con infinita paciencia, ni me molesté en deshacer aquella bazofia. Me arrodillé al lado de mi compañero inconsciente y me puse a llorar. O reír. A su lado, con ambas manos en la cara, totalmente derrumbado. Jamás había sentido tanta vergüenza. No estaba ya cabreado. Me había rendido. Tenía miedo. Tenía muchísimo miedo. Y estaba yo ahí contándole las penas en forma de sollozo y risoteada al hombro del drow, que desde luego no se estaba empanando de nada. -Me odio… Me odio a mi mismo… Es que… ¿Lo habéis visto…? Curación… Joder, ¡CURACIÓN! Ahí, en letras… neón, literalmente… Joder. ¡JODER! El drow, la draraña, el puto lobo, las niñas, el novio cabreado, el bastón, el tiempo… ¿¡HAY ALGUIEN MÁS DISPUESTO A TOCARME LOS COJONES EN ESTA VELADA!? ¡Yo solo quería conejo, cenar con uno de míos, ser feliz! Disfrutar, como un crío… ¡NI ESO! Fui a por material, para curar renegados… Y ahora… Él… Él está herido, y yo, intento curar, yyy… VIIIIIIIIIIIIIITH…- Las risas lastimosas se habían convertido en un llanto sincero, mientras chillaba a toda ostia mi corta historia. No se si se la contaba al inconsciente Dyospiros, a los otros, o a la diosa que fuera a juzgarme el día de mi muerte.
_______________________________
La curación. Eso es pifia absoluta. Un 1. Nada de +10, no quiero saber nada, no cura a Anteia en absoluto.
Levanté una mano en cuanto vi que se alejaba un poco, dispuesto a protestar, pero entonces me di cuenta que era exactamente lo que quería. Aún así pronuncié su nombre, -Anteia…- Como un suspiro. Llevé la mano de inmediato al bastón y me dispuse a olvidar cualquier remordimiento. No importaba, era necesario, ya lo arreglaría luego. Diría, “estaba nervioso”, cualquier cosa. Eso y cara de niño bueno, claro está. Observé como un pasmarote como intentaba echarse algo que había sacado de la mochila. En el fondo si, me hacía sentir como un monstruo verla de tal manera, pero no iba a moverme de allí. Eso lo tenía más que decidido. El problema sin embargo no se acababa ahí, estaba la otra pelmaza dando por culo, porque es que eran expertas en eso. ¿Cómo coño iba a contarle yo a nadie que me había cabreado porque un par de niñas les daba la gana de querer forzar su innecesaria ayuda?
La otra intentaba hacer señales para demostrar su inocencia. No acercarse, enseñarme las manos, ponerse a mi altura. En conjunto me hacía pensar que tenía miedo de que le mordiera como un perro rabioso, y que estaba haciendo servir el mismo protocolo que haría con un cánido cualquiera. Puta, pensé. Quería que pensara. -No hay nada a hablar. Basta. Basta…- Le pedí que se callara entre dientes. Oh, si, su bronca moral. “Que pueden venir peligros”. Me tocó los huevos y me hirió que me cuestionara mi capacidad para protegerme no sólo a mi mismo, si no a mi compañero. -Oh, chantaje emocional. Sí, niña. Adecuado. “No poder proteger tu a tu compañero”, restriégamelo si quieres. Estoy más seguro aquí que en otro lado…- ¿Nunca he comentado que yo era muy testarudo?
Luego empezó a hablarme de todas sus muchas cualidades, porqué debía agradecerle todas sus acciones y otras mierdas que me importaban absolutamente nada. Me la quedé mirando con los ojos entrecerrados, con cara de “¿En serio?”, porque no hacía más que ponerme aún de peor humor. Tosí un poco, no voluntariamente, pero procuré hacerle ruido para interrumpirle. Me reí un poco entre dientes cuando dijo que no le quedaba más que una triste flor. Una triste flor… ¡Pero si llevaba una hoja entera encima! Parecía un puto jardín andante casi. Olía a hierbajo. Alejarnos de ahí un poco, que se despertara, que no pasaba nada… -No, alejarnos no. El lobo nos encontrar aquí y en cualquier lado. No te preocupes. ¿Donde ir? ¿A cueva? ¿Quieres llevarlo de cueva? Venimos HUYENDO de ellas. No, él, él huía, a mi me cargaba. Porque es buen tío. Por eso lo ayudo. Las cuevas son peor. DRA-RA-ÑAS. ¿Entiendes? No se si pueden salir de allí, pero no pienso acercar a estas.- Le comenté de mala gana.
Aunque el bastón había pasado de una posición ofensiva a una un poco más relajada. Al menos hasta que oí un puñetero grito en la distancia. Lo que faltaba, un tío… ¿Amigo? ¿Novio? ¿Lameculos? De la rubia. Anteia, gritaba. Le susurró alguna cosa y luego muy cabreado se dirigió a nosotros, más bien a la pelirroja. Debía estar pensando que yo era el malo de la película, que había hecho llorar a esta, quizás me culpaba de la inconsciencia de Dyospiros y del empanismo de la otra. Bueno, lo primero era culpa mía, definitivamente. Le explicó la situación santificando un poco mi imagen y pidiendo que se llevara a la otra. Y es que… ¡Realmente era una buena idea! Pero por otra parte intuí que el otro era renegado, como la muchacha. Y prefería no mentirles, porque me tenían que dar trabajo. Era mejor que soltara yo la verdad antes que ella…
-Disculpa, buenhombre. Esta… Tía, a la cual yo ni conocer de absolutamente nada, se ha olvidado de un detalle. Llora por mi culpa. Le he gritado. Porque yo pedir que ellas se fueran. YO. CUIDAR. DE. HERIDO. Pero no, no entienden…- Gruñí con muy mala gana. -Llévatela. Sí. Olvídate de… Aunque, espera. Joder. Qué es esto…- Remordimientos, lo que tenía era remordimientos. Me levanté. Quería que aquel hombre no se cabreara en exceso. Que viera que en el fondo tenía intenciones pacíficas. Me puse de pie muy poco a poco pero no me acerqué a Anteia. Sujeté el bastón con fuerza. Curación, me dije, quiero una curación, pero estoy hasta los huevos de todo, una curación, pero me cago en, curación, curación, estoy hasta las narices, curación…
El bastón emitió un brillo rojizo muy extraño que me hizo ahogar un grito de sorpresa, de repente mis manos quemaban. Grité la palabra del hechizo que trataba de soltar en inglés… -¡CURACIÓN!- Y quizás por eso salió mal. En cuanto el brillo se fue Anteia no estaba curada. En absoluto. Y yo no sujetaba un bastón. En el suelo, desparramados, habían trozos de cristal. Se habían transformado. Bien, acababa de equivocarme de hechizo. Entonces me di cuenta que tenían unas formas… curiosas. Ahí en el suelo habían caído en… forma de letras. Ponía “Curación”, aunque estaba al revés mía, directamente dirigido a ellos. Literalmente. Acababa de hacer una curación. Había transformado mi bastón en putas letras. Que brillaban en rojo como mofándose de mi…
… Suspiré con infinita paciencia, ni me molesté en deshacer aquella bazofia. Me arrodillé al lado de mi compañero inconsciente y me puse a llorar. O reír. A su lado, con ambas manos en la cara, totalmente derrumbado. Jamás había sentido tanta vergüenza. No estaba ya cabreado. Me había rendido. Tenía miedo. Tenía muchísimo miedo. Y estaba yo ahí contándole las penas en forma de sollozo y risoteada al hombro del drow, que desde luego no se estaba empanando de nada. -Me odio… Me odio a mi mismo… Es que… ¿Lo habéis visto…? Curación… Joder, ¡CURACIÓN! Ahí, en letras… neón, literalmente… Joder. ¡JODER! El drow, la draraña, el puto lobo, las niñas, el novio cabreado, el bastón, el tiempo… ¿¡HAY ALGUIEN MÁS DISPUESTO A TOCARME LOS COJONES EN ESTA VELADA!? ¡Yo solo quería conejo, cenar con uno de míos, ser feliz! Disfrutar, como un crío… ¡NI ESO! Fui a por material, para curar renegados… Y ahora… Él… Él está herido, y yo, intento curar, yyy… VIIIIIIIIIIIIIITH…- Las risas lastimosas se habían convertido en un llanto sincero, mientras chillaba a toda ostia mi corta historia. No se si se la contaba al inconsciente Dyospiros, a los otros, o a la diosa que fuera a juzgarme el día de mi muerte.
_______________________________
La curación. Eso es pifia absoluta. Un 1. Nada de +10, no quiero saber nada, no cura a Anteia en absoluto.
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El miembro 'Vor'Kalth' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Probabilidad' :
--------------------------------
#2 'Curación' :
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--------------------------------
#2 'Curación' :
Escucho de lejos al drow pero lo ignoro, no quiero que me siga diciendo cosas feas que me hacen pupa en el corazón. Me miro la costra helada como deseando que se rompiera sola pero no lo hace y comienzo a titiritar de manera brusca pensando que sí, me voy a morir, y me voy a morir por mi culpa. Por esa necesidad estúpida de ayudar a la gente, por esa necesidad de investigar, ese puto altruismo que de nada nos ha servido a Lyran y a mí. Miro la mochila con el monton de hierbitas pensando en Azahar y en Kyros, que todo esto era por ellos también. Que él se va a quedar sin su mente, sin nada y van a tener una relación tan difícil con Lyran y sin mí. Pero mi nombre me hace alzar la vista y reconozco su pelo azul con tanta alegría que casi me siento desmayar. Ayuda, sí, mi ayuda. Él. Comienzo a llorar de alegría cuando lo tengo cerca y descubre que es lo que quiero hacer. Cierro los ojos cuando la poción empieza a esparcirse y siento resquebrajarse la costra, me muevo con brusquedad para sacármela y empiezo a mover el brazo lentamente.
-N-no..Lyran..-
Murmuro alzando la vista hacia él, aún arrodillada me abrazo a su pierna con fuerza, como si de una niña se tratara. No quería más problemas, no querían ayuda y tampoco deseaba que Vor le dijera cosas feas a mi marido porque no se lo iba a permitir. No que no.
-Amor, só-so-solo abrá-abrazame, déjalos. N-no han te-tenido nada que ver-
Titirito contra él tratando de conseguir algo más de calor cuando la chica de las plantas se acerca hablando con tanta calma que logra que hasta yo me tranquilice un poco más y deje de llorar...De llorar tan desaforadamente.
-Sí...Gracias, por todo-
Le agradezco porque si no fuera por ella tal vez ahora estaría mordida por un licántropo y a Dios saber qué los Scalovix ya no existian. Casi escalando a Lyran me pongo en pie y me abrazo a él escondiendo mi cabeza en su cuello cuando Vor se acerca porque me aterra que hable de esa manera ahora. Sin embargo, con una mano aprieto la mano de Lyran, en la que sostiene el arma porque...Porque nosotros no somos así. Sabemos cuando no somos bienvenidos. Cuando pregunta “Qué es eso” no puedo evitar mirar con miedo por encima de mi hombro pensando que se trata de otra bestia que nos va a matar pero de la nada grita “Curación” y ocurre la cosa más extraña del mundo. Miro a Vor y después el piso y así un par de veces más sin comprender cómo demonios pretendía curarme si él no se podía casi estar en pie.
Me separo de Lyran un poco pero sin despegarme porque es mi fuente de calor pues sigo cagada de frío y escucho claramente todo lo que dice Vor dándome cuenta que si yo he tenido una noche fatal, el lo ha tenido peor.
-Mi a-amor, ¿Podrías levitar las piezas-s hacia e-el?-
Le pregunto a Lyran susurrándole y mantengo mis distancias, alzo las manos y respiro profundo concentrándome para terminar de sanarlas heridas o lo que sea que esté molestando fisicamente a Vor. No pienso usar mi empatía porque me va a cortar una mano pero de curar no recuerdo que haya dicho nada. ¿O sí? Frunzo el ceño pero aún así canalizo lo que quiero hacia él y hacia el otro drow que la castaña llamaba...No, no me acuerdo. Cuando bajo las manos siento que me tiemblan un poco las piernas y me agarro a Lyran con más fuerza.
-No puedo volver a hacerlo sin descansar.
Miro a Emwyn a los ojos con un poco de preocupación para después negar con la cabeza.
-No m-me atrevo a hacer más nada-da. Lyran…¿Vamos? Necesito entrar en calor-
OFF: 30+10 = 40 PS
Regenero 30 a Vor y 10 a Dyospis por si acaso
-N-no..Lyran..-
Murmuro alzando la vista hacia él, aún arrodillada me abrazo a su pierna con fuerza, como si de una niña se tratara. No quería más problemas, no querían ayuda y tampoco deseaba que Vor le dijera cosas feas a mi marido porque no se lo iba a permitir. No que no.
-Amor, só-so-solo abrá-abrazame, déjalos. N-no han te-tenido nada que ver-
Titirito contra él tratando de conseguir algo más de calor cuando la chica de las plantas se acerca hablando con tanta calma que logra que hasta yo me tranquilice un poco más y deje de llorar...De llorar tan desaforadamente.
-Sí...Gracias, por todo-
Le agradezco porque si no fuera por ella tal vez ahora estaría mordida por un licántropo y a Dios saber qué los Scalovix ya no existian. Casi escalando a Lyran me pongo en pie y me abrazo a él escondiendo mi cabeza en su cuello cuando Vor se acerca porque me aterra que hable de esa manera ahora. Sin embargo, con una mano aprieto la mano de Lyran, en la que sostiene el arma porque...Porque nosotros no somos así. Sabemos cuando no somos bienvenidos. Cuando pregunta “Qué es eso” no puedo evitar mirar con miedo por encima de mi hombro pensando que se trata de otra bestia que nos va a matar pero de la nada grita “Curación” y ocurre la cosa más extraña del mundo. Miro a Vor y después el piso y así un par de veces más sin comprender cómo demonios pretendía curarme si él no se podía casi estar en pie.
Me separo de Lyran un poco pero sin despegarme porque es mi fuente de calor pues sigo cagada de frío y escucho claramente todo lo que dice Vor dándome cuenta que si yo he tenido una noche fatal, el lo ha tenido peor.
-Mi a-amor, ¿Podrías levitar las piezas-s hacia e-el?-
Le pregunto a Lyran susurrándole y mantengo mis distancias, alzo las manos y respiro profundo concentrándome para terminar de sanarlas heridas o lo que sea que esté molestando fisicamente a Vor. No pienso usar mi empatía porque me va a cortar una mano pero de curar no recuerdo que haya dicho nada. ¿O sí? Frunzo el ceño pero aún así canalizo lo que quiero hacia él y hacia el otro drow que la castaña llamaba...No, no me acuerdo. Cuando bajo las manos siento que me tiemblan un poco las piernas y me agarro a Lyran con más fuerza.
-No puedo volver a hacerlo sin descansar.
Miro a Emwyn a los ojos con un poco de preocupación para después negar con la cabeza.
-No m-me atrevo a hacer más nada-da. Lyran…¿Vamos? Necesito entrar en calor-
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El miembro 'Anteia Malfoy' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Curación' :
'Curación' :
No atendía a razones. Fruncí el ceño sin estar de acuerdo con su testarudez, no era como un crío, era como, simplemente, si tuviese algún tipo de disfunción psíquica que le afectase al razonamiento. En pocas palabras, era gilipollas.
¿Ah? ¿Es que una chica no puede insultar? Toda rosa tiene su espina, y no soy una excepción. Parecía que quería ser devorado, y que su amigo también lo fuese, quizás me había equivocado y solo eran un par de suicidas masoquistas con ganas de liarla aquella noche, la luna llena cambiaba a la gente, y no solo a los lobos.
Cuando terminé de explicar la situación al hombre terminó demostrando su terrible deficiencia. Se puso a decirle tranquilamente que él había sido el responsable de hacer llorar a la mujer que claramente apreciaba aquel hombre. Así, como si nada, casi como si lo hiciese con recochineo, parecía incluir un matiz de arrepentimiento al final, pero desde luego podía tomarse las cosas muy mal. "Eh, si, yo he sido cruel con esa mujer, le he hecho llorar diciendo estupideces porque me apetecía, estoy herido y me gusta sufrir, así que no quiero ayuda, pero eh, lo siento, solo la he mandado a la mierda después de que nos ayudase." Contuve las terribles ganas de llevarme una mano a la cara, aunque él bien merecía que una le hiciese un aterrizaje forzoso en la suya.
Aun así, al final pareció intentar algo para arreglar las cosas... Intentó curar un poco a la mujer, no estaba muy bien, pero tampoco pareciera que se fuese a morir, solo requería de algo de calor. Si hubiese podido hacer algo con eso lo habría hecho, pero quien hizo algo fue ese drow... Aunque no salió bien. En vez de curarla hizo que su bastón se convirtiese en la palabra "Curación". Aquello logró enternecerme un poco. La intención es lo que contaba al menos ¿No? Después de aquello, simplemente se puso a llorar y lamentarse de su vida, de no lograr hacer nada bien y de que el otro hubiese tenido que cargar con él. Suspiré tras escucharle... Las cosas que hacía.
-¿Sabes? Si no quieres irte quédate aquí, pero al menos lejos del alcance de nada.-Le dije mientras cerraba los ojos y extendía los brazos. Aun me dolía un poco la cabeza, había descansado algo, aunque no demasiado, pero tenía que hacerlo, me iba a forzar bastante, como pocas veces antes. Los árboles cercanos empezaron a crujir y combarse hacia nosotros, y uno de ellos, el más proximo empezó a extender sus ramas hacia los drows.-Sobre los árboles... Nadie os podrá hacer daño... Aunque... Tened cuidado cuando bajéis... En cuanto haya terminado bajaré... Uhg...
Las ramas crearon una pequeña plataforma para ellos dos y para mi y empezamos a subir un par de metros, lo suficiente como para poder tener una panorámica del entorno y que cualquiera que intentase subir tuviese dificultades, curvé los bordes para evitar caídas accidentales, y las ramas superiores empezaron a engendrar pequeñas frutas. Estaba tan concentrada en hacer eso, en moldearlo todo y en que no fallase nada que no me fijé en muchos detalles de aquello, les iba a proporcionar un suelo elevado para que no les hiciesen daño, un tejado de hojas para evitar la lluvia y algo de comida para saciar aquel hambre, era todo lo que podía hacer por ellos... Y era más de lo que podía permitirme. Cuando terminé miré aquello, no era un lujo, pero esperaba que les sirviese... De pronto el dolor de cabeza se sintió como una punzada creciente, y después como un mazazo. Todo se volvió negro alrededor de mis ojos, y perdí el equilibrio... Demasiada magia, demasiado difícil... Abusé en exceso, y por poco acabo con mi propia vida.
Y lo peor es que mientras me desplomaba... Supe perfectamente que probablemente aquel drow jamás me agradeciese aquello. Ni siquiera que valorase lo que hice. Pero ¿Que mas daba? Me valía con saber que había ayudado a alguien, por muy gilipollas que fuese.
Lo último que sentí antes de caer inconsciente fue el suelo de madera y hojas que yo había creado, aunque sabía que estaba justo en el borde... Un poco más atrás y me habría precipitado al vacío.
----------------------------------------------------
Off: Tiro probabilidad. Si acierto caigo sobre el suelo de la plataforma que hice, si fallo me caigo.
¿Ah? ¿Es que una chica no puede insultar? Toda rosa tiene su espina, y no soy una excepción. Parecía que quería ser devorado, y que su amigo también lo fuese, quizás me había equivocado y solo eran un par de suicidas masoquistas con ganas de liarla aquella noche, la luna llena cambiaba a la gente, y no solo a los lobos.
Cuando terminé de explicar la situación al hombre terminó demostrando su terrible deficiencia. Se puso a decirle tranquilamente que él había sido el responsable de hacer llorar a la mujer que claramente apreciaba aquel hombre. Así, como si nada, casi como si lo hiciese con recochineo, parecía incluir un matiz de arrepentimiento al final, pero desde luego podía tomarse las cosas muy mal. "Eh, si, yo he sido cruel con esa mujer, le he hecho llorar diciendo estupideces porque me apetecía, estoy herido y me gusta sufrir, así que no quiero ayuda, pero eh, lo siento, solo la he mandado a la mierda después de que nos ayudase." Contuve las terribles ganas de llevarme una mano a la cara, aunque él bien merecía que una le hiciese un aterrizaje forzoso en la suya.
Aun así, al final pareció intentar algo para arreglar las cosas... Intentó curar un poco a la mujer, no estaba muy bien, pero tampoco pareciera que se fuese a morir, solo requería de algo de calor. Si hubiese podido hacer algo con eso lo habría hecho, pero quien hizo algo fue ese drow... Aunque no salió bien. En vez de curarla hizo que su bastón se convirtiese en la palabra "Curación". Aquello logró enternecerme un poco. La intención es lo que contaba al menos ¿No? Después de aquello, simplemente se puso a llorar y lamentarse de su vida, de no lograr hacer nada bien y de que el otro hubiese tenido que cargar con él. Suspiré tras escucharle... Las cosas que hacía.
-¿Sabes? Si no quieres irte quédate aquí, pero al menos lejos del alcance de nada.-Le dije mientras cerraba los ojos y extendía los brazos. Aun me dolía un poco la cabeza, había descansado algo, aunque no demasiado, pero tenía que hacerlo, me iba a forzar bastante, como pocas veces antes. Los árboles cercanos empezaron a crujir y combarse hacia nosotros, y uno de ellos, el más proximo empezó a extender sus ramas hacia los drows.-Sobre los árboles... Nadie os podrá hacer daño... Aunque... Tened cuidado cuando bajéis... En cuanto haya terminado bajaré... Uhg...
Las ramas crearon una pequeña plataforma para ellos dos y para mi y empezamos a subir un par de metros, lo suficiente como para poder tener una panorámica del entorno y que cualquiera que intentase subir tuviese dificultades, curvé los bordes para evitar caídas accidentales, y las ramas superiores empezaron a engendrar pequeñas frutas. Estaba tan concentrada en hacer eso, en moldearlo todo y en que no fallase nada que no me fijé en muchos detalles de aquello, les iba a proporcionar un suelo elevado para que no les hiciesen daño, un tejado de hojas para evitar la lluvia y algo de comida para saciar aquel hambre, era todo lo que podía hacer por ellos... Y era más de lo que podía permitirme. Cuando terminé miré aquello, no era un lujo, pero esperaba que les sirviese... De pronto el dolor de cabeza se sintió como una punzada creciente, y después como un mazazo. Todo se volvió negro alrededor de mis ojos, y perdí el equilibrio... Demasiada magia, demasiado difícil... Abusé en exceso, y por poco acabo con mi propia vida.
Y lo peor es que mientras me desplomaba... Supe perfectamente que probablemente aquel drow jamás me agradeciese aquello. Ni siquiera que valorase lo que hice. Pero ¿Que mas daba? Me valía con saber que había ayudado a alguien, por muy gilipollas que fuese.
Lo último que sentí antes de caer inconsciente fue el suelo de madera y hojas que yo había creado, aunque sabía que estaba justo en el borde... Un poco más atrás y me habría precipitado al vacío.
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Off: Tiro probabilidad. Si acierto caigo sobre el suelo de la plataforma que hice, si fallo me caigo.
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El miembro 'Emwyn' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
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Miro a Emwyn, muy receloso aun. Pero su modo calmado de dirigirse al drow, sus explicaciones, sus expresiones y sus razonamientos, me resultan logicos. No me parece que ella haya sido capaz de hacerle sentir mal a Anteia, ademas la actitud de mi mujer respecto a ella me indica lo mismo. La chica pelirroja no es aqui ninguna enemiga...por el momento, claro.
"en que momento te has vuelto tan desconfiado, Lyran?"
Niego con la cabeza al oir lo del licántropo. Sin duda...la luna llena causaba estragos. Esperaba que no hubiese sido ninguno de mis licans, conocía a varios de ellos y a todos los tenia en estima. La palabra draraña tambien llama mi atencion. Habia leido algo sobre ellas pero nunca visto una. Existian de verdad....! Me obligue a mi mismo a dejar de lado mis estupidos intereses academicos. Y me tranquilizo de sobremanera al oir que el licantropo no mordio a nadie. Observo al drow, sin soltar mi katana, aunque este se pone a hablar conmigo. Agradezco el esfuerzo de que emplee mi idioma, pero lo que dice no me gusta. Él es el culpable del estado de nervios de Anteia. Lo miro con cara de "te voy a pegar un puñetazo y me voy a quedar muy a gusto", y lo habria hecho de no ser porque Anteia me tiene abrazado y sujeta la mano de mi espada con firmeza. Expulso el aire por la boca con lentitud, sin apartar mis ojos de Vor.
-Tú te lo pierdes, drow. -Es lo unico que le digo.
Veo entonces la pifia que hace con su intento de hechizo, estaba por conjurar una barrera de escudo cuando veo que su baculo acaba convertido en cristales que parecen sobas de letra. Suspiro y al verlo derrumbarse de ese modo tan desesperanzado, levito los pedazos de su arma hacia él. No le digo nada mas. No hay mas sordo que el que no quiere oir. Abrazo yo tambien a Anteia con un brazo, porque pese a todo, ella le ha devuelto el favor y ha realizado una cura sobre el drow. Ésta gente que sabe de curar.... asiento, fijandome en Emwyn que parece querer ayudar tambien a los elfos. Realiza un tipo de magia hermosa, puesto que la veo controlar las plantas para que crezcan y creen un refugio.
-Oye...se cuidadosa alli arriba....
Advierto a la desconocida pelirroja. La veo ascender en la arborea plataforma, y luego oigo un "pof". Observo hacia arriba, y me parece que ella ya no está de pie. Guardo silencio unos instantes en tension, temiendo que el drow haya decidido hacerle algo. Mierda, mierda...me habria aparecido alli arriba, pero no queria soltar a Anteia, ni tampoco someterla al ajetreo que supone la desaparicion/aparicion. Asi que elevo mi voz para que el drow de arriba me escuche.
-No me voy sin la bruja que está arriba! Voy a subir a por ella....y más te vale que lo que me encuentre alli arriba no me disguste!
"en que momento te has vuelto tan desconfiado, Lyran?"
Niego con la cabeza al oir lo del licántropo. Sin duda...la luna llena causaba estragos. Esperaba que no hubiese sido ninguno de mis licans, conocía a varios de ellos y a todos los tenia en estima. La palabra draraña tambien llama mi atencion. Habia leido algo sobre ellas pero nunca visto una. Existian de verdad....! Me obligue a mi mismo a dejar de lado mis estupidos intereses academicos. Y me tranquilizo de sobremanera al oir que el licantropo no mordio a nadie. Observo al drow, sin soltar mi katana, aunque este se pone a hablar conmigo. Agradezco el esfuerzo de que emplee mi idioma, pero lo que dice no me gusta. Él es el culpable del estado de nervios de Anteia. Lo miro con cara de "te voy a pegar un puñetazo y me voy a quedar muy a gusto", y lo habria hecho de no ser porque Anteia me tiene abrazado y sujeta la mano de mi espada con firmeza. Expulso el aire por la boca con lentitud, sin apartar mis ojos de Vor.
-Tú te lo pierdes, drow. -Es lo unico que le digo.
Veo entonces la pifia que hace con su intento de hechizo, estaba por conjurar una barrera de escudo cuando veo que su baculo acaba convertido en cristales que parecen sobas de letra. Suspiro y al verlo derrumbarse de ese modo tan desesperanzado, levito los pedazos de su arma hacia él. No le digo nada mas. No hay mas sordo que el que no quiere oir. Abrazo yo tambien a Anteia con un brazo, porque pese a todo, ella le ha devuelto el favor y ha realizado una cura sobre el drow. Ésta gente que sabe de curar.... asiento, fijandome en Emwyn que parece querer ayudar tambien a los elfos. Realiza un tipo de magia hermosa, puesto que la veo controlar las plantas para que crezcan y creen un refugio.
-Oye...se cuidadosa alli arriba....
Advierto a la desconocida pelirroja. La veo ascender en la arborea plataforma, y luego oigo un "pof". Observo hacia arriba, y me parece que ella ya no está de pie. Guardo silencio unos instantes en tension, temiendo que el drow haya decidido hacerle algo. Mierda, mierda...me habria aparecido alli arriba, pero no queria soltar a Anteia, ni tampoco someterla al ajetreo que supone la desaparicion/aparicion. Asi que elevo mi voz para que el drow de arriba me escuche.
-No me voy sin la bruja que está arriba! Voy a subir a por ella....y más te vale que lo que me encuentre alli arriba no me disguste!
Noté una agresividad general hacia mi persona que con el tiempo me iba afectando más y más. Ciertamente era un capullo, pero… Tal y como iba intentando tranquilizarme, como mi rabia se convertía en llanto o temor, empezaba a sentarme todo peor y yo estaba más cansado de aquella continua bronca u odio que recibía. Las reacción del tío fue un poco… No sé. Me daba la sensación que me iba a hacer pelear en cualquier momento. Anteia lo abrazaba y hacían cosas que me hacían apartar un poco la mirada, pero sentía los ojos clavados en mi persona, como recriminandome los llantos de la pobre mujer. ¡Gracias, pedazo de…! Lo ÚLTIMO que necesitaba es que fueras tu a tirarme amenazas gitanas. Porque claro, eso de “tu te lo pierdes” probablemente se refiriera a un ostiazo. ¡Así se recompensaba la verdad! Podría haberme callado la boca, pero… En aquel momento no tenía fuerzas suficientes para mandarlo a la mierda un rato, pero en otra ocasión lo habría hecho. Luego estaba Anteia, que no debió entender mucho mi gran pifia hechizoril y en vez de curarse a si misma tuvo que lanzarme a mi uno de sus hechizos, bastante más poderoso que el anterior. También oí algo de levitar piezas o alguna porra similar. Estas se convirtieron involuntariamente en mi bastón en cuanto se acercaron, aunque no oí absolutamente nada por parte del hombre perro. Si, perro. Porque estaba más rabioso que un puto bull dog.
Y finalmente estaba la mujer pelmaza que se decidió por hacer algo útil. Levanté la cabeza agarrando mi bastón por mero instinto. Decía algo de subir a los árboles. Lo había pensado, pero… -No puedo subir…- Mascullé. Y entonces los putos árboles empezaron a moverse, la subieron a ella y a nosotros dos. Abrí mucho los ojos con una tensión más que palpable, procurando que mi compañero no cayera. Observaba sus movimientos. Pensaba que si quería matarme esa forma parecía un poco lenta, pero no tenía fuerzas ni para resistirme. Acostumbrado a estar en las copas de los árboles no me alarmé en exceso. Más me llamó la atención ver frutas. ¿Aquella tía podía hacer fruta? Eso era una novedad. Era un poco agradable aquello, teníamos techo, un poco de espacio seguro, estábamos a salvo del peligro… ¡Acababa de hacer algo útil! Fui a agradecérselo. - Eh, eso ha estado b-bien, eh…- Pero me di cuenta que acababa de caer redonda sobre la plataforma.
Joder, pensé. Un poco perdido me quedé inmóvil sin saber que hacer, medio arrodillado al lado de mi compañero, con el bastón entre las manos… Oí gritar al de abajo en un tono más que agresivo que iba a subir. Y una mierda. Para eso, la bajaba yo. Era lo mínimo que podía hacer. Dejé el bastón bien cerquita de Dyospiros como si eso pudiera protegerle. - No… debería llevarme mucho. Eh, tu… tu no te muevas, esto… Si, descansa, será lo mejor…- Tras eso salté hasta la rama de la muchacha. Era notable que estaba acostumbrado a aquello. Miré al suelo. Mucha altura. No, mala idea. Deja que suba el capullo. Pero… No me fiaba. ¿Y si rompía ramas? ¡Era más grande que yo! Y además, necesitaba hacer algo. Se me había pasado el cabreo y la culpabilidad me podía. Torpemente me subí a la inconsciente niña a mi espalda, agarrándola con toda la fuerza que podía. “Vor, eres pequeñajo tu también, te vas a hacer daño” “Mira cuanta altura” “Es un suicidio” “Vor, por dios, no me seas heroico, te vas a espachurrar contra el suelo…” -VOY.- Y salté. Me sentí mucho más pesado en mi caída. Por eso de cargar una niña en mi espalda. No tan niña. Más adulta que yo tal vez. El aterrizaje lo hize sobre un pie y una rodilla, indicador de que algo había ido mal. Ahogué un grito, una maldición (vith, para variar) mientras notaba el dolor treparme por toda la pierna. Pero la chica estaba ilesa en mi espalda. Inconsciente pero ilesa… Torpemente me puse en pie intentando no apoyarme demasiado con el susodicho pie, el izquierdo. Eché en mi falta mi bastón. Me acerqué al de melena azul, con un poco de miedo y cabeza gacha… Muy sumiso me atreví a soltarle, - ¿Esperabas que le hacer yo daño? No… No soy tan imbécil. Estoy nervioso, pero no soy imbécil. Suponer yo que es mejor que vosotros cuidar de ella… Agradecer tu de mi parte eso cuando despierte… Y disculpa a Anteia. Yo… Eh… Mierda. Eso. Ya está. - Me daba bastante miedo siquiera mirar a la rubia.
Y sin embargo él fue muy agresivo en su respuesta. Cogió a la chiquilla y se negó a agradecerle nada de mi parte, que si quería hacerlo lo hiciera yo. Hijo de la gran... Sabía que no podía hacer eso. Y me dejó claro que uno no podía ya esperarse nada de nadie. Y me recomendó que no mordiera a nadie si quería ayuda. No le dirigí la mirada. Me dolía bastante el pie, tenía frío, miedo y no me aguantaba despierto. Y aquel tío poco o nada ayudaba a que me calmara. -Es... estaba nervioso... Y-yo no quería eso... Yo... L-lo siento...- Dije en voz muy bajita. Le di la espalda de inmediato porque había logrado hundirme del todo, y no me apetecía que me viera llorando, la lluvia poco camuflaba los sollozos. Aquello me marcó más de lo que uno esperaría.
Decidí tratar lo menos posible que pudiera con cualquiera de ellos tres de caras al futuro. Quizás no volver a la base por miedo. Salí corriendo-cojeando, aterrorizado, y al llegar al lado del árbol me detuve unos segundos. Me di un momento para convencerme de que me iba a doler pero lo trepé, intentando no gemir en exceso. No lo logré, pero al menos estaba en la copa. Regresé al lado de Dyospiros. Ya no contenía las lágrimas. Suspiré muy sonoramente mientras me tumbaba, quería dormir un poco. Ya comería luego. Hacia tiempo que no estaba de tan pésimo humor... Pero ver al drow en su lugar me reconfortó. Dejé ir una muy débil sonrisa, saqué mi muñecajo de la bolsa y me tumbé abrazándolo con fuerza. Dentro de lo bueno, estaba cansado mucho y dormiría rápido a pesar del dolor... Y al menos esa vez no había fallado a la hora de proteger a alguien. Pensé en cómo había fallado a la hora de proteger a Osten en cuanto me quedé dormido, entre llantos.
Y finalmente estaba la mujer pelmaza que se decidió por hacer algo útil. Levanté la cabeza agarrando mi bastón por mero instinto. Decía algo de subir a los árboles. Lo había pensado, pero… -No puedo subir…- Mascullé. Y entonces los putos árboles empezaron a moverse, la subieron a ella y a nosotros dos. Abrí mucho los ojos con una tensión más que palpable, procurando que mi compañero no cayera. Observaba sus movimientos. Pensaba que si quería matarme esa forma parecía un poco lenta, pero no tenía fuerzas ni para resistirme. Acostumbrado a estar en las copas de los árboles no me alarmé en exceso. Más me llamó la atención ver frutas. ¿Aquella tía podía hacer fruta? Eso era una novedad. Era un poco agradable aquello, teníamos techo, un poco de espacio seguro, estábamos a salvo del peligro… ¡Acababa de hacer algo útil! Fui a agradecérselo. - Eh, eso ha estado b-bien, eh…- Pero me di cuenta que acababa de caer redonda sobre la plataforma.
Joder, pensé. Un poco perdido me quedé inmóvil sin saber que hacer, medio arrodillado al lado de mi compañero, con el bastón entre las manos… Oí gritar al de abajo en un tono más que agresivo que iba a subir. Y una mierda. Para eso, la bajaba yo. Era lo mínimo que podía hacer. Dejé el bastón bien cerquita de Dyospiros como si eso pudiera protegerle. - No… debería llevarme mucho. Eh, tu… tu no te muevas, esto… Si, descansa, será lo mejor…- Tras eso salté hasta la rama de la muchacha. Era notable que estaba acostumbrado a aquello. Miré al suelo. Mucha altura. No, mala idea. Deja que suba el capullo. Pero… No me fiaba. ¿Y si rompía ramas? ¡Era más grande que yo! Y además, necesitaba hacer algo. Se me había pasado el cabreo y la culpabilidad me podía. Torpemente me subí a la inconsciente niña a mi espalda, agarrándola con toda la fuerza que podía. “Vor, eres pequeñajo tu también, te vas a hacer daño” “Mira cuanta altura” “Es un suicidio” “Vor, por dios, no me seas heroico, te vas a espachurrar contra el suelo…” -VOY.- Y salté. Me sentí mucho más pesado en mi caída. Por eso de cargar una niña en mi espalda. No tan niña. Más adulta que yo tal vez. El aterrizaje lo hize sobre un pie y una rodilla, indicador de que algo había ido mal. Ahogué un grito, una maldición (vith, para variar) mientras notaba el dolor treparme por toda la pierna. Pero la chica estaba ilesa en mi espalda. Inconsciente pero ilesa… Torpemente me puse en pie intentando no apoyarme demasiado con el susodicho pie, el izquierdo. Eché en mi falta mi bastón. Me acerqué al de melena azul, con un poco de miedo y cabeza gacha… Muy sumiso me atreví a soltarle, - ¿Esperabas que le hacer yo daño? No… No soy tan imbécil. Estoy nervioso, pero no soy imbécil. Suponer yo que es mejor que vosotros cuidar de ella… Agradecer tu de mi parte eso cuando despierte… Y disculpa a Anteia. Yo… Eh… Mierda. Eso. Ya está. - Me daba bastante miedo siquiera mirar a la rubia.
Y sin embargo él fue muy agresivo en su respuesta. Cogió a la chiquilla y se negó a agradecerle nada de mi parte, que si quería hacerlo lo hiciera yo. Hijo de la gran... Sabía que no podía hacer eso. Y me dejó claro que uno no podía ya esperarse nada de nadie. Y me recomendó que no mordiera a nadie si quería ayuda. No le dirigí la mirada. Me dolía bastante el pie, tenía frío, miedo y no me aguantaba despierto. Y aquel tío poco o nada ayudaba a que me calmara. -Es... estaba nervioso... Y-yo no quería eso... Yo... L-lo siento...- Dije en voz muy bajita. Le di la espalda de inmediato porque había logrado hundirme del todo, y no me apetecía que me viera llorando, la lluvia poco camuflaba los sollozos. Aquello me marcó más de lo que uno esperaría.
Decidí tratar lo menos posible que pudiera con cualquiera de ellos tres de caras al futuro. Quizás no volver a la base por miedo. Salí corriendo-cojeando, aterrorizado, y al llegar al lado del árbol me detuve unos segundos. Me di un momento para convencerme de que me iba a doler pero lo trepé, intentando no gemir en exceso. No lo logré, pero al menos estaba en la copa. Regresé al lado de Dyospiros. Ya no contenía las lágrimas. Suspiré muy sonoramente mientras me tumbaba, quería dormir un poco. Ya comería luego. Hacia tiempo que no estaba de tan pésimo humor... Pero ver al drow en su lugar me reconfortó. Dejé ir una muy débil sonrisa, saqué mi muñecajo de la bolsa y me tumbé abrazándolo con fuerza. Dentro de lo bueno, estaba cansado mucho y dormiría rápido a pesar del dolor... Y al menos esa vez no había fallado a la hora de proteger a alguien. Pensé en cómo había fallado a la hora de proteger a Osten en cuanto me quedé dormido, entre llantos.
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Oigo al drow farfullar algo desde las alturas, no se si preocuparme por la seguridad de la joven o darle un voto de confianza al peliblanco. Sigo en guardia, totalmente tenso. Yo no soy asi, me repito mentalmente. Pero tener a Anteia tiritando a mi lado me enfurece de sobremanera. Es una ira visceral extraña en mi, pero que sin embargo, por desagradable que me sea no me resulta desconocida, pues ya la habia experimentado anteriormente cuando la vida de mi hija habia corrido peligro. Entonces lo oigo gritar "voy". Suelto el aire contenido en los pulmones y aguardo.
"está bien...."
Distingo al drow cargar a la chica a sus espaldas, y luego salta. El ruido que oigo al verlo caer mas su mala caída hacen que cierre un ojo inconscientemente...eso ha debido de doler. No hago ningun movimiento brusco cuando se acerca a mi renqueante, escuchandolo. Cuando me cede a Emwyn, antes envaino mi katana, liberando asi mi otro brazo. Me echo a la joven sobre el hombro, esperando que consigamos hacerla recuperar el sentido.
-Agradéceselo tu mismo si tanto te importa....la proxima vez no muerdas la mano de quien te intenta ayudar. Es un consejo. Y no te conozco, en tiempos como estos....uno puede esperarse lo que sea de quien sea. -aunque mi tono se ha suavizado, sigue siendo excesivamente férreo. Sin embargo y aunque el drow no lo note, ha despertado algo de comprensión en mí. Cuando lo veo marcharse cojeando de vuelta a su refugio no puedo menos que preocuparme un tanto por su futuro. Él cojo, su compañero herido por un licántropo. Una vocecita dentro de mi me dice que no descarte echarles un ojo, más tarde.
-Agárrate, Anteia. Nos vamos.- me aseguro te tener a las dos bien sujetas, antes de desaparecerme de alli con Emwyn y Anteia.
"está bien...."
Distingo al drow cargar a la chica a sus espaldas, y luego salta. El ruido que oigo al verlo caer mas su mala caída hacen que cierre un ojo inconscientemente...eso ha debido de doler. No hago ningun movimiento brusco cuando se acerca a mi renqueante, escuchandolo. Cuando me cede a Emwyn, antes envaino mi katana, liberando asi mi otro brazo. Me echo a la joven sobre el hombro, esperando que consigamos hacerla recuperar el sentido.
-Agradéceselo tu mismo si tanto te importa....la proxima vez no muerdas la mano de quien te intenta ayudar. Es un consejo. Y no te conozco, en tiempos como estos....uno puede esperarse lo que sea de quien sea. -aunque mi tono se ha suavizado, sigue siendo excesivamente férreo. Sin embargo y aunque el drow no lo note, ha despertado algo de comprensión en mí. Cuando lo veo marcharse cojeando de vuelta a su refugio no puedo menos que preocuparme un tanto por su futuro. Él cojo, su compañero herido por un licántropo. Una vocecita dentro de mi me dice que no descarte echarles un ojo, más tarde.
-Agárrate, Anteia. Nos vamos.- me aseguro te tener a las dos bien sujetas, antes de desaparecerme de alli con Emwyn y Anteia.
Aquellos porrazos que habia recibido en la cabeza mas el dolor de los zarpazos me habian mantenido inconsciente durante largas horas. Las suficientes como para perderme el desenlace de la batalla y todas las horas de la noche, hasta la mañana siguiente. No recordaba los ultimos instantes. Al principio, sólo soy consciente de que algo molesta a mis ojos a traves de los parpados. La luz diurna. Esto provoca que apriete los ojos, para luego abrirlos despacio, parpadeando varias veces al principio pues solo veo todo de blanco. Mis pupilas se adaptan dolorosamente a la luz del nuevo dia....vale, es un día nublado, ni si quiera asoma el sol tras ninguna nube. Ha dejado de llover y el ambiente es muy fresco.
Conforme mis ojos se van abriendo, los recuerdos de la noche van volviendo a mi mente .De modo lento y torpe... y hay un punto en el que no recuerdo nada, que es cuando el lobo se me tiró encima. Ni si quiera puedo traer a mi mente que sucedio entonces, qué me golpeó ni cómo, a partir de ahi todo es negrura. Suspiro, con un tremendo dolor de cabeza. ¿Cómo es que no estaba muerto tras eso? Porque sabía que no lo estaba, ya que tenia todo el cuerpo aterido de frío, y el dolor de las heridas lanzando punzadas a mi cerebro como diciendo "eh, aqui hay algo que está jodido. Arreglalo". Me miro y me veo tapado por una capa, es la del semielfo? La retiro, viendo mi ropa hecha jirones en el pecho y brazo, totalmente ensangrentada. Bajo las roturas de la ropa, aprecio las heridas. Pero estan en fase de cicatrizar...ya no sangraban, pese a la amplitud de piel que ocupaban. Ese hecho me extraña bastante, las heridas habian dejado bastante sangre y ya estaban cerradas...alguien debia haber intervenido. Con una mueca de dolor, me incorporo. Examinando a mi alrededor descubro que estamos en una especie de refugio arboreo. Ugh...cosas de ardillas. Pero al menos los arboles son seguros. Me retiro de encima la capa del semidrow, y entonces, me percato de que estaba conmigo tambien en ese refugio. Confuso, me acerco a él, mirandolo. Al principio lo doy por muerto, pero al acercarme me percato de que está dormido, abrazado a un...peluche? Le devuelvo la capa echandosela por encima.
-Chiquillo estúpido. -aunque las palabras son de insulto, mi tono de voz no lo es. Suena mas bien a la reprimenda de un adultyo a un joven, por haberse decidido a quedarse con un herido como yo. Con un leve esfuerzo que me sirve para medir mis fuerzas, me aproximo al borde del refugio que Emwyn nos construyó, aunque yo no tenia ni idea de tal cosa. No tiene mala pinta. Las ramas dan sombra. Está claro que eso no habia crecido ahi naturalmente, lo cual llama mas mi atencion. Magia, me digo a mi mismo mientras cojo una de esas frutas raras y la olisqueo. No es venenosa. Tengo una facultad especial para identificar eso. Le pego un bocado, agradeciendo el agua y el azucar que porta. Luego, resoplo y comienzo a silbar unos segundos mas tarde. Silbo una cancion apoyado contra el ramaje redondeado del borde, sentado mientras observo dormir a Vor.
Conforme mis ojos se van abriendo, los recuerdos de la noche van volviendo a mi mente .De modo lento y torpe... y hay un punto en el que no recuerdo nada, que es cuando el lobo se me tiró encima. Ni si quiera puedo traer a mi mente que sucedio entonces, qué me golpeó ni cómo, a partir de ahi todo es negrura. Suspiro, con un tremendo dolor de cabeza. ¿Cómo es que no estaba muerto tras eso? Porque sabía que no lo estaba, ya que tenia todo el cuerpo aterido de frío, y el dolor de las heridas lanzando punzadas a mi cerebro como diciendo "eh, aqui hay algo que está jodido. Arreglalo". Me miro y me veo tapado por una capa, es la del semielfo? La retiro, viendo mi ropa hecha jirones en el pecho y brazo, totalmente ensangrentada. Bajo las roturas de la ropa, aprecio las heridas. Pero estan en fase de cicatrizar...ya no sangraban, pese a la amplitud de piel que ocupaban. Ese hecho me extraña bastante, las heridas habian dejado bastante sangre y ya estaban cerradas...alguien debia haber intervenido. Con una mueca de dolor, me incorporo. Examinando a mi alrededor descubro que estamos en una especie de refugio arboreo. Ugh...cosas de ardillas. Pero al menos los arboles son seguros. Me retiro de encima la capa del semidrow, y entonces, me percato de que estaba conmigo tambien en ese refugio. Confuso, me acerco a él, mirandolo. Al principio lo doy por muerto, pero al acercarme me percato de que está dormido, abrazado a un...peluche? Le devuelvo la capa echandosela por encima.
-Chiquillo estúpido. -aunque las palabras son de insulto, mi tono de voz no lo es. Suena mas bien a la reprimenda de un adultyo a un joven, por haberse decidido a quedarse con un herido como yo. Con un leve esfuerzo que me sirve para medir mis fuerzas, me aproximo al borde del refugio que Emwyn nos construyó, aunque yo no tenia ni idea de tal cosa. No tiene mala pinta. Las ramas dan sombra. Está claro que eso no habia crecido ahi naturalmente, lo cual llama mas mi atencion. Magia, me digo a mi mismo mientras cojo una de esas frutas raras y la olisqueo. No es venenosa. Tengo una facultad especial para identificar eso. Le pego un bocado, agradeciendo el agua y el azucar que porta. Luego, resoplo y comienzo a silbar unos segundos mas tarde. Silbo una cancion apoyado contra el ramaje redondeado del borde, sentado mientras observo dormir a Vor.
Volvía a dormir, aunque esa vez no como un campeón. Fue un sueño extraño sin lugar a dudas. No excesivamente corto… Aunque yo pretendía que fuera una simple siesta. Mi cuerpo me lo pedía, y yo no fui capaz de decirle que no. Me llevó aún un rato que me dejaran de doler los huesos, incómodo por el tobillo que acababa de torcerme. Estaba empapado, tenía frío, me costaba respirar por la mocarrera, y aunque la herida de la draraña estaba bastante mejor que hacía una horita aún persistía. Pero en conjunto estaba suficiente cansado, así que fue un sueño profundo. No recuerdo soñar mucho. Algo que me apretaba un poco la cabeza. Ansiedad. Probablemente me moví durante la noche porque tendía a hacerlo. Pero para cuando pude darme cuenta, ya era de día.
De puto día. No necesitaba abrir los ojos para notar aquella bola de fuego. De la misma forma que casi todos los humanos se sentían altamente indefensos llegada la noche, yo me sentía igual de cegarruto en las horas contrarias. Cualquier cosa veía mejor que yo allí. Bueno, cualquier cosa excepto el otro drow. Aún no me había librado del sueño en cuanto sentí algo de movimiento, más calor -reparé en que ya no estaba todo tan empapado-, que asocié a mi propia capa. Olía a mí. Me dijo algo, que entonces entendí pero que se me olvidó en instantes y podría haberlo confundido con otro sueño. La respiración mía no era la de alguien que duerme en paz, notaba mocos impidiéndome usar ambos agujeros de la nariz…
… Entonces me di cuenta que si él se había despertado yo debería ponerme en pie. Ah, y que me estaría viendo abrazado al puto trozo de trapo. Perfecto. Tenía una capacidad maravillosa para que la gente me viera abrazado a cosas al dormir, definitivamente. Me di aún un poco de tiempo sin embargo. No es que intentara hacerme el dormido, es que tenía la mente muy espesa. Oía ruidos, que definitivamente me ponían algo nervioso. Intentaba escuchar atentamente. Debía haberse movido. ¿Estaba masticando? Seguramente él mismo se estaba sirviendo alguna ración de la fruta que la chiquilla generó ayer… Aunque lo siguiente me resultó extraño. Silbaba. Dejé ir un suspiro, como relajado, quizás agradeciendo algo tan… Mundano. Me tranquilizaba. Me dije que ya no tenía razones para seguir tan tenso. Que podía calmarme un poco, que podía finalmente comportarme como quisiera, no ponerme nervioso, no morder a nadie… Pensé un poco en el ayer y una punzada de dolor me recorrió la cabeza.
No quería hablar de ello. Lo decidí tal y como hice mi primer movimiento, un poco lento. Gruñí un poco, casi tímidamente, como si no quisiera interrumpir lo que Dyospiros iba silbando. Pero al apoyar el pie que me torcí el día anterior vi las estrellas. Me quedé unos segundos entre arrodillado, casi sorprendido de ver al muñeco, de ver el mundo quemarme la mirada, enroscado en la capa como un capullo. Bueno, capullo lo era. -Ngh…- Me desperecé estirando algo los músculos y a ciegas aún guardé el trozo de maraña en mi bolsa, como si nunca hubiera existido. Me froté los ojos, bostecé… Y me puse en pie. Mala idea. -Vith.- Me sorprendí a mi mismo hablando en drow. Oh, si, drow. Eso era un alivio, definitivamente.
Cogí el bastón y apoyé mi peso en él, aún sin atreverme a hablar. Cojeé de mala manera (intentando disimular sin mucho éxito) hasta una de las frutas. La tripa llevaba un rato haciendo un ruido incómodo. Arranqué la más hermosa, me senté yo también y me miré a Dyospiros de arriba a abajo. Se me escapó una sonrisa bastante tonta por verle en pie. No había fallado esa vez. Había logrado proteger algo. Me había costado, lo había hecho de la peor forma posible, pero… -¿Cómo estás?- Me atreví a preguntarle antes de darle un mordisco a la fruta. Me mordí la lengua porque no me acostumbraba a lo blando que solía estar todo lo que salía de los árboles. Y por supuesto, gruñí. -I-Imagino qué… Hay cosas que… no entiendes… Qué hacemos encima de un árbol… ¿Recuerdas es licántropo? Bueno… No sé ni como contártelo. ¿No te interesa mucho, no? Porque lo cierto es que yo tampoco recuerdo… Me duele la cabeza al pensar en ello. Bah. Ah, eso era una bonita canción, eh, per… dón.- Me disculpé apresuradamente al darme cuenta que lo debí haber interrumpido, un poco avergonzado.
Aquella fruta -como todo lo que no era carne- no lograba rellenar todas las energías gastadas la noche anterior, pero al menos me daba fuerza suficiente como para alzar cabeza y no caerme redondo al suelo. Yo hacía más o menos buena cara, pero tenía unas ojeras de la ostia, que un poco se notaban incluso teniendo la piel algo oscurita. Y entonces tosí. Oh, un resfriado, pensé. Qué original.
De puto día. No necesitaba abrir los ojos para notar aquella bola de fuego. De la misma forma que casi todos los humanos se sentían altamente indefensos llegada la noche, yo me sentía igual de cegarruto en las horas contrarias. Cualquier cosa veía mejor que yo allí. Bueno, cualquier cosa excepto el otro drow. Aún no me había librado del sueño en cuanto sentí algo de movimiento, más calor -reparé en que ya no estaba todo tan empapado-, que asocié a mi propia capa. Olía a mí. Me dijo algo, que entonces entendí pero que se me olvidó en instantes y podría haberlo confundido con otro sueño. La respiración mía no era la de alguien que duerme en paz, notaba mocos impidiéndome usar ambos agujeros de la nariz…
… Entonces me di cuenta que si él se había despertado yo debería ponerme en pie. Ah, y que me estaría viendo abrazado al puto trozo de trapo. Perfecto. Tenía una capacidad maravillosa para que la gente me viera abrazado a cosas al dormir, definitivamente. Me di aún un poco de tiempo sin embargo. No es que intentara hacerme el dormido, es que tenía la mente muy espesa. Oía ruidos, que definitivamente me ponían algo nervioso. Intentaba escuchar atentamente. Debía haberse movido. ¿Estaba masticando? Seguramente él mismo se estaba sirviendo alguna ración de la fruta que la chiquilla generó ayer… Aunque lo siguiente me resultó extraño. Silbaba. Dejé ir un suspiro, como relajado, quizás agradeciendo algo tan… Mundano. Me tranquilizaba. Me dije que ya no tenía razones para seguir tan tenso. Que podía calmarme un poco, que podía finalmente comportarme como quisiera, no ponerme nervioso, no morder a nadie… Pensé un poco en el ayer y una punzada de dolor me recorrió la cabeza.
No quería hablar de ello. Lo decidí tal y como hice mi primer movimiento, un poco lento. Gruñí un poco, casi tímidamente, como si no quisiera interrumpir lo que Dyospiros iba silbando. Pero al apoyar el pie que me torcí el día anterior vi las estrellas. Me quedé unos segundos entre arrodillado, casi sorprendido de ver al muñeco, de ver el mundo quemarme la mirada, enroscado en la capa como un capullo. Bueno, capullo lo era. -Ngh…- Me desperecé estirando algo los músculos y a ciegas aún guardé el trozo de maraña en mi bolsa, como si nunca hubiera existido. Me froté los ojos, bostecé… Y me puse en pie. Mala idea. -Vith.- Me sorprendí a mi mismo hablando en drow. Oh, si, drow. Eso era un alivio, definitivamente.
Cogí el bastón y apoyé mi peso en él, aún sin atreverme a hablar. Cojeé de mala manera (intentando disimular sin mucho éxito) hasta una de las frutas. La tripa llevaba un rato haciendo un ruido incómodo. Arranqué la más hermosa, me senté yo también y me miré a Dyospiros de arriba a abajo. Se me escapó una sonrisa bastante tonta por verle en pie. No había fallado esa vez. Había logrado proteger algo. Me había costado, lo había hecho de la peor forma posible, pero… -¿Cómo estás?- Me atreví a preguntarle antes de darle un mordisco a la fruta. Me mordí la lengua porque no me acostumbraba a lo blando que solía estar todo lo que salía de los árboles. Y por supuesto, gruñí. -I-Imagino qué… Hay cosas que… no entiendes… Qué hacemos encima de un árbol… ¿Recuerdas es licántropo? Bueno… No sé ni como contártelo. ¿No te interesa mucho, no? Porque lo cierto es que yo tampoco recuerdo… Me duele la cabeza al pensar en ello. Bah. Ah, eso era una bonita canción, eh, per… dón.- Me disculpé apresuradamente al darme cuenta que lo debí haber interrumpido, un poco avergonzado.
Aquella fruta -como todo lo que no era carne- no lograba rellenar todas las energías gastadas la noche anterior, pero al menos me daba fuerza suficiente como para alzar cabeza y no caerme redondo al suelo. Yo hacía más o menos buena cara, pero tenía unas ojeras de la ostia, que un poco se notaban incluso teniendo la piel algo oscurita. Y entonces tosí. Oh, un resfriado, pensé. Qué original.
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