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Recuerdo del primer mensaje :
En las proximidades de la Cueva de la Desesperacion, encontramos el Lago Hollow. La fuga de población de éste área a causa de la guerra a propiciado que la naturaleza vuelva a apoderarse de este enclave, aunque en las profundidades del lago aun se pueden encontrar desagradables sorpresas, fruto de la misma.
Mientras silbo y observo con cansancio a Vor, lo veo empezar a removerse, inquieto. Estaba durmiendo pero tambien estaba claro que no era el mejor de los sueños que habia tenido. Siento curiosidad por ver que me dice al despertarse, pero cuando lo hace, antes que saludar normalmente, se dedica a recoger la cosa que abrazaba al dormir, como si ahi no hubiese pasado nada de nada.... y luego, tambien, se dedica a agarrar su desayuno. No me pasa desapercibida ni su maldicion ni el hecho que use el baston para tan corto desplazamiento. Ademas parece cojear un poco. Asi que miro hacia sus pies.
Guardo silencio, aun sentado. Pego el ultimo bocado a la fruta aquella y tiro el hueso, mirándolo de frente cuando me pregunta como estoy. -Vivo.- y supongo que eso es lo suficientemente bueno. -Hiciste algo con mis heridas? No me he desangrado durante la noche. -a parte de un dolor de cabeza lógico y merecido, las heridas me molestaban por su tirantez, y me sentía bastante debil y con frío. Pero nada mas.
-Si que me interesa, quiero saber que pasó cuando perdi el conocimiento. Las dos brujas aquellas que prendi en llamas...se distrajeron, no debi hacer aquello. El lobo, está muerto? Quien nos ha subido aqui? Que te ha pasado en la pierna? Como estás del envenenamiento?
Son muchas preguntas pero necesito saber. Tambien me vendria bien saber que fue de mi daga y mi espada, puesto que sin ellas me siento muy desprotegido. Arranco otra fruta que tengo a mano, pero a esta le pego un solo bocado antes de dejarla de nuevo, mirando al ojeroso semidrow. Habia notado que queria desviarme el tema y no hablar de lo ocurrido pero yo si queria saberlo, no queria quedarme en la ignorancia. Entonces recuerdo lo del galeon, me lo habia guardado yo. Lo saco y se lo extiendo, para que él recupere su moneda. -Al menos no han sido centinelas.
Guardo silencio, aun sentado. Pego el ultimo bocado a la fruta aquella y tiro el hueso, mirándolo de frente cuando me pregunta como estoy. -Vivo.- y supongo que eso es lo suficientemente bueno. -Hiciste algo con mis heridas? No me he desangrado durante la noche. -a parte de un dolor de cabeza lógico y merecido, las heridas me molestaban por su tirantez, y me sentía bastante debil y con frío. Pero nada mas.
-Si que me interesa, quiero saber que pasó cuando perdi el conocimiento. Las dos brujas aquellas que prendi en llamas...se distrajeron, no debi hacer aquello. El lobo, está muerto? Quien nos ha subido aqui? Que te ha pasado en la pierna? Como estás del envenenamiento?
Son muchas preguntas pero necesito saber. Tambien me vendria bien saber que fue de mi daga y mi espada, puesto que sin ellas me siento muy desprotegido. Arranco otra fruta que tengo a mano, pero a esta le pego un solo bocado antes de dejarla de nuevo, mirando al ojeroso semidrow. Habia notado que queria desviarme el tema y no hablar de lo ocurrido pero yo si queria saberlo, no queria quedarme en la ignorancia. Entonces recuerdo lo del galeon, me lo habia guardado yo. Lo saco y se lo extiendo, para que él recupere su moneda. -Al menos no han sido centinelas.
Bueno, estaba vivo. Eso era un adelanto. No parecía que fuera una respuesta tremendamente positiva, de hecho casi que indicaba que no debía ser el drow más sano de la zona. Creo que se fijó en mi cojeo incluso cuando intenté tan buenamente como podía esconderlo. Suspiré un poco pero me dije que era normal que se percatara en esas cosas, más cuando yo disimulaba de puta pena. Me preguntó si hice algo con las heridas. Definitivamente él se acordaba de poco. -N-No fue nada… una curación, simple… ¿Recuerdas que dije que era curandero? No mentía en ello… Pero debí haber revisado mejor la herida antes de cerrarla, ugh…- Él se acabó su fruta. Yo solía comer lento -más de lo que uno se esperaría de alguien con dientes como cuchillas- pero tenía un hambre vor-az. Vor-az… ¿Se entiende? Esto…
Miraba un poco a sus heridas en cuanto me hizo el bombardeo de preguntas. Alcé la mirada y con un poco de miedo se la mantuve, porque él si que no tenía reparos en clavar los ojos aquí y allá. Más seguro de si mismo que yo, pensé. Escuché con atención todas sus preguntas. Me tentaba decirle que no sabía que había pasado, que había caído inconsciente, que habíamos amanecido ahí y que no tenía ni idea. No quería hablarle de mi comportamiento irracional, las punzadas que me daba pensar en los gritos e insultos profesados a todo el mundo… Pero definitivamente yo era el drow más gilipollas de la historia y no tenía ni idea de mentir. Y mira que eso es cosa común en nuestra raza.
Aunque eran medias verdades. -El lobo… El lobo se fue. Creo que oyó a otro aullar, justo después de que te derribara… No pude pararle los pies antes…- Se notaba un deje de culpabilidad en mis palabras. No había preguntado nada exactamente sobre que pasó con las otras dos mujeres, pero tendría que hablar de ellas para explicar lo sucedido. No quería. -Nos… Nos subió una… una de ellas… Eh, ni sé como se llama… La loca de las hierbas. No me acuerdo porqué lo hizo. Recuerdo agresividad, pero…- Había llegado a tener verdadero miedo la noche anterior. Se me notaba un poco en el tartamudeo o continuos agachamientos de mirada. Luego lo de la pierna, lo del envenenamiento…
-La pierna… Creo que me he torcido un tobillo. Al bajar a la pelirroja, para que se la llevaran… Ah, llevaran, sí… Apareció otro hombre. Peliazul. Bastante agresivo conmigo. Mujer de la otra. Creo que ha de ser de los margin… Renegados, que diga, como la otra. No quiero cruzármelo de vuelta- Cogí otra fruta tras partir el hueso de la anterior con muy mala leche y escupirlo hecho pedazos al vacío. -No importa. La cargué y salté. Aterricé mal y me hice daño en la pierna, pero no es nada. Tengo el bastón, me he torcido los tobillos miles de veces de corretear en las cuevas.- Y el envenenamiento. Tenía que mencionar a la otra. Mierda. No quería. Se me notaba más tenso que la cuerda de una guitarra. -Fue cosa de ir curando… Aún pincha un poco pero estoy mucho mejor.- Sonreí un poco triste.
Entonces me regresó mi galeón de vuelta con un comentario. -Centinelas… Sí, podría haber acabado peor, aunque salí más sano del encuentro con el centinela.- Reparé en algo de inmediato. -Ah, tus… T-Tus cosas, están debajo, yo… ¡Mierda! No me acordé, esto…- Me había acabado ya otra fruta pero la tripa aún pedía más. Me levanté casi con brusquedad y me asomé un poco para ver el suelo. Seguía allí todo. -¿Quieres que baje a por ello? Es mi culpa… Tienes el abrigo tu ahí, ¿No? Si, claro…- Se lo había puesto también por encima. Entonces recordé mi capa y torpemente me la puse. -¿Tu necesitas descansar más? Yo estoy bien, sí… Eh, ¿Qué querrías hacer? ¿Donde querrías ir?- Me miraba el suelo con vértigo, recordando que el día anterior me la había pegado por saltar. No me atrevía ahora, esperaba u respuesta. Se me notaba en la voz que iba un poco apresurado, que seguía bastante nervioso. Qué mal lograba disimular mi estado de ánimo. Le eché una última mirada buscando orientación, porque yo mentalmente como que no me aclaraba solito.
Miraba un poco a sus heridas en cuanto me hizo el bombardeo de preguntas. Alcé la mirada y con un poco de miedo se la mantuve, porque él si que no tenía reparos en clavar los ojos aquí y allá. Más seguro de si mismo que yo, pensé. Escuché con atención todas sus preguntas. Me tentaba decirle que no sabía que había pasado, que había caído inconsciente, que habíamos amanecido ahí y que no tenía ni idea. No quería hablarle de mi comportamiento irracional, las punzadas que me daba pensar en los gritos e insultos profesados a todo el mundo… Pero definitivamente yo era el drow más gilipollas de la historia y no tenía ni idea de mentir. Y mira que eso es cosa común en nuestra raza.
Aunque eran medias verdades. -El lobo… El lobo se fue. Creo que oyó a otro aullar, justo después de que te derribara… No pude pararle los pies antes…- Se notaba un deje de culpabilidad en mis palabras. No había preguntado nada exactamente sobre que pasó con las otras dos mujeres, pero tendría que hablar de ellas para explicar lo sucedido. No quería. -Nos… Nos subió una… una de ellas… Eh, ni sé como se llama… La loca de las hierbas. No me acuerdo porqué lo hizo. Recuerdo agresividad, pero…- Había llegado a tener verdadero miedo la noche anterior. Se me notaba un poco en el tartamudeo o continuos agachamientos de mirada. Luego lo de la pierna, lo del envenenamiento…
-La pierna… Creo que me he torcido un tobillo. Al bajar a la pelirroja, para que se la llevaran… Ah, llevaran, sí… Apareció otro hombre. Peliazul. Bastante agresivo conmigo. Mujer de la otra. Creo que ha de ser de los margin… Renegados, que diga, como la otra. No quiero cruzármelo de vuelta- Cogí otra fruta tras partir el hueso de la anterior con muy mala leche y escupirlo hecho pedazos al vacío. -No importa. La cargué y salté. Aterricé mal y me hice daño en la pierna, pero no es nada. Tengo el bastón, me he torcido los tobillos miles de veces de corretear en las cuevas.- Y el envenenamiento. Tenía que mencionar a la otra. Mierda. No quería. Se me notaba más tenso que la cuerda de una guitarra. -Fue cosa de ir curando… Aún pincha un poco pero estoy mucho mejor.- Sonreí un poco triste.
Entonces me regresó mi galeón de vuelta con un comentario. -Centinelas… Sí, podría haber acabado peor, aunque salí más sano del encuentro con el centinela.- Reparé en algo de inmediato. -Ah, tus… T-Tus cosas, están debajo, yo… ¡Mierda! No me acordé, esto…- Me había acabado ya otra fruta pero la tripa aún pedía más. Me levanté casi con brusquedad y me asomé un poco para ver el suelo. Seguía allí todo. -¿Quieres que baje a por ello? Es mi culpa… Tienes el abrigo tu ahí, ¿No? Si, claro…- Se lo había puesto también por encima. Entonces recordé mi capa y torpemente me la puse. -¿Tu necesitas descansar más? Yo estoy bien, sí… Eh, ¿Qué querrías hacer? ¿Donde querrías ir?- Me miraba el suelo con vértigo, recordando que el día anterior me la había pegado por saltar. No me atrevía ahora, esperaba u respuesta. Se me notaba en la voz que iba un poco apresurado, que seguía bastante nervioso. Qué mal lograba disimular mi estado de ánimo. Le eché una última mirada buscando orientación, porque yo mentalmente como que no me aclaraba solito.
-Es cierto, lo recuerdo. Asi que es cierto. Claro. Y pensar que estuve a punto de cortarte el cuello. No eres mal curandero.
Examino mis heridas con la mirada...afortunadamente el sol de mediodia ya iba cayendo. Y no llovia más. Maldita sea, habia sido salir de una para meternos en otra casi peor.
-Estamos empate, a ti una draraña y a mi un licántropo, que te parece?
Tiro de un chacho de tela de mi ropa echa jirones advirtiendo que Vor me deja mi amado abrigo al lado, que a parte de un poco humedo y con algun manchote de sangre, estaba intacto. Con todos mis viales y mis cosas, y el veneno de draraña. Tanto es asi que agarro mi abrigo y me lo pongo por encima cuidadosamente. El resto de la ropa...ya arreglaria algo. Ahora parecia un drow cocainomano. Me rio porque al decir eso de que el licántropo se fue porque oyó un aullido recuerdo algo
-Creo que consegui enterrarle mi daga en las costillas. -me recorre un leve escalofrio. No entiendo por qué se podría sentir Vor culpable de que me hubiesen herido, asi que no me percato de ello, no reparo en el tono de su voz. Atiendo al resto de su explicacion. La joven de las plantas, creando ese refugio para nosotros. Un detalle, sinceramente. Otro mago, renegado, al cual no queria volver a cruzarse.
-Se han largado todos ya? Menuda noche... Oye, deja de tartamudear. De momento hemos sobrevivido. Un día más, un día menos. - a mi lo que me acojonaba realmente eran los soldados. Bueno, las drarañas tampoco me hacian ninguna gracia...
Cuando menciona lo de mis armas y que si quiere que bajo a por ellas, le gruño y con un gesto le indico que se siente.
-Estas tonto, enano? Tienes el tobillo mal por haber bajado anoche. Cúrate eso antes, y luego bajas. Yo puedo bajar por mi mismo, no tengo nada roto. - me pongo en pie, y en ese momento me siento bastante mareado. No habia perdido mucha sangre...eso desde luego, pero seguia teniendo algun que otro escalofrio. Me afianzo bien mi abrigo y me acerco al borde.
Hacia tiempo que no las usaba, y estaban bastante oxidadas, mas aun teniendo en cuenta que llevaba bastante tiempo viviendo en la superficie...aunque vale, pasaba bastante tiempo en cuevas poco profundas. Pruebo, antes de saltar, a usar mis habilidades de levitacion. Creo que me iria eso mejor que trepar cual mono (o elfo del bosque) por esa estructura ramosa. Tras comprobar que sigo siendo capaz de levitar un poco, salto. Mi caida es lenta, pero para nada grácil o relajada. En el ultimo tramo se me va al garete la habilidad y caigo al suelo cual saco de cebollas, de costado. Al menos caigo por el costado que no estaba herido.
- Ouf! hijo de un goblin y una svirfnebli....agh!- me incorporo, fastidiado, yendo a por mis armas. Rebuscandolas por el suelo hasta dar con ellas. Luego levanto la mirada hacia la estructura refugio de ramas, elevando un poco mi voz.
-Puedes bajar?
Examino mis heridas con la mirada...afortunadamente el sol de mediodia ya iba cayendo. Y no llovia más. Maldita sea, habia sido salir de una para meternos en otra casi peor.
-Estamos empate, a ti una draraña y a mi un licántropo, que te parece?
Tiro de un chacho de tela de mi ropa echa jirones advirtiendo que Vor me deja mi amado abrigo al lado, que a parte de un poco humedo y con algun manchote de sangre, estaba intacto. Con todos mis viales y mis cosas, y el veneno de draraña. Tanto es asi que agarro mi abrigo y me lo pongo por encima cuidadosamente. El resto de la ropa...ya arreglaria algo. Ahora parecia un drow cocainomano. Me rio porque al decir eso de que el licántropo se fue porque oyó un aullido recuerdo algo
-Creo que consegui enterrarle mi daga en las costillas. -me recorre un leve escalofrio. No entiendo por qué se podría sentir Vor culpable de que me hubiesen herido, asi que no me percato de ello, no reparo en el tono de su voz. Atiendo al resto de su explicacion. La joven de las plantas, creando ese refugio para nosotros. Un detalle, sinceramente. Otro mago, renegado, al cual no queria volver a cruzarse.
-Se han largado todos ya? Menuda noche... Oye, deja de tartamudear. De momento hemos sobrevivido. Un día más, un día menos. - a mi lo que me acojonaba realmente eran los soldados. Bueno, las drarañas tampoco me hacian ninguna gracia...
Cuando menciona lo de mis armas y que si quiere que bajo a por ellas, le gruño y con un gesto le indico que se siente.
-Estas tonto, enano? Tienes el tobillo mal por haber bajado anoche. Cúrate eso antes, y luego bajas. Yo puedo bajar por mi mismo, no tengo nada roto. - me pongo en pie, y en ese momento me siento bastante mareado. No habia perdido mucha sangre...eso desde luego, pero seguia teniendo algun que otro escalofrio. Me afianzo bien mi abrigo y me acerco al borde.
Hacia tiempo que no las usaba, y estaban bastante oxidadas, mas aun teniendo en cuenta que llevaba bastante tiempo viviendo en la superficie...aunque vale, pasaba bastante tiempo en cuevas poco profundas. Pruebo, antes de saltar, a usar mis habilidades de levitacion. Creo que me iria eso mejor que trepar cual mono (o elfo del bosque) por esa estructura ramosa. Tras comprobar que sigo siendo capaz de levitar un poco, salto. Mi caida es lenta, pero para nada grácil o relajada. En el ultimo tramo se me va al garete la habilidad y caigo al suelo cual saco de cebollas, de costado. Al menos caigo por el costado que no estaba herido.
- Ouf! hijo de un goblin y una svirfnebli....agh!- me incorporo, fastidiado, yendo a por mis armas. Rebuscandolas por el suelo hasta dar con ellas. Luego levanto la mirada hacia la estructura refugio de ramas, elevando un poco mi voz.
-Puedes bajar?
Me estremecí un poco en cuanto mencionó lo de cortar el cuello, se lo tomaba con bastante… ligereza. A mí me ponía algo nervioso pensar en ello, personalmente, pero al menos me alegraba de que no se arrepentiera de no haberlo hecho. Yo también le miraba de vez en cuando las heridas, pensando en que podría haber hecho algún mejor trabajo con ello. Me preguntaba aún si podría ser capaz de curar, pero… Me asustaba un poco volver a intentarlo viendo el último intento que hice de curar. -Definitivamente anoche se pusieron de acuerdo en eso de intentar tocar los cojones a los pocos drows que deambulamos por aquí fuera…- Respondí. Lo dije con algo de mala gana, pero es que realmente me cansaba pensar en ello. Pareció agradecer su abrigo y no tardó en ponérselo, probablemente le tuviera más aprecio que el resto de la ropa.
Recordó un detalle de la noche. Que le había dado un dagazo. -Según sé, los licántropos son… ¿Personas transformadas o algo así? Me pregunto que pensará cuando se vea la herida… Mucha pena no me da, en lo personal.- Yo no había reparado en eso debido a los nervios. Pero le sonreí un poco, contento con que al menos se hubiera llevado algo a cambio. A ver si para la próxima se pensaba dos veces eso de meterse con un drow. Entrechocaba mis dedos cuando preguntó si se habían ido ya todos. Y me pidió que dejara de tartamudear. -¡A-Ah, perdón! No era mi intención, esto… Sí, marcharse se han marchado.- “Costó un poco pero la verdad es que creo que se le han quitado todas las ganas de venir”. Bueno, eso no lo dije en voz alta. No sabía como se lo tomaría. Volví a levantar cabeza porque de nuevo le estaba rehuyendo la mirada.
Me insultó. Le fruncí el ceño porque me hacía sentir algo inútil. Me dijo que él no se había roto nada. -¡Es solo un tobillo torcido! No he conocido a nadie que no se le cure esto, y créeme, me he encargado de bastante gente.- Le respondí. Le observé levantarse en silencio, a mí me parecía que tenía peor cara que yo, pero decidí no cuestionarle mucho más su fortaleza. Me quité yo el zapato y busqué en la bolsa alguna venda… ¡Adivinad quien no tenía! Gruñí otra vez cual perro. No me fiaba de usar magia para curar eso, no me daba la salud ya. Así pues apañé un vendaje tosquísimo con mi bufanda. Joder, eso era parte del uniforme. Le tenía bastante respeto. Pero ya lo limpiaría, me dije.
Lo vi a él utilizar algo que se intuía como levitación con un éxito un poco discutible, acabó cayendo de costado. Alargué una mano, preocupado. Él maldijo. -¿¡E-Estás bien, Dyospiros!?- Le grité con un poco de miedo. Le vi recuperar sus armas. Bueno, ahora solo faltaba yo… Antes de nada cogí unas cuantas frutas que metí dentro de un saco improvisado que hice con la misma capa, la cual volví a quitarme. Tenía hambre. Miré de nuevo la altura que había… Esta vez no cargaba con ninguna persona. No iba a poder matarme más, pensé. Transformé el bastón en una especie de gancho-guadaña, cogí el saco-capa con la boca, y descendí un poco agarrándome en el palo del bastón, que pendía hacia abajo. Pero era muy corto y la altura me daba miedo, y se me resbalaban las manos… Y me di cuenta de eso cuando ya había descendido. Estaba más o menos a una distancia equitativa del suelo con la copa. Dejé ir el saco, que cayó al suelo, y recé para que no se me hubiera desgraciado ninguna fruta…
Y tal como miraba abajo no me percaté que la rama de la que pendía se estaba rompiendo. “Catacrec”. No solté el bastón en toda la caída y me di yo un buen batacazo también, aunque al menos había aterrizado de espaldas y no me había roto ningún hueso de la pierna más. Me quedé un momento inmóvil. Si hubiera tenido la capa no me dolería tanto. ¿Nunca os han dado un golpe en las costillas? Esos te dejan unos momentos sin respiración. Suspiré sólamente cuando me permitió mi cuerpo soltar algo de aire y me incorporé, pasándome una mano por la espalda. Cargué el saco de nuevo, probablemente sabiendo que había destrozado alguna fruta.
Me ayudaba bastante del bastón para caminar. Me acerqué a mi compañero y me lo miré una vez más. -No haces aún del todo buena cara, ¿Eh?- Le recriminé porque no me acababa de fiar. Yo caminaba raro. Medio encorvado por el golpe en la espalda, cojeando, aunque el vendaje me permitía apoyar el pie en el suelo. Había metido el otro zapato en mi bolsa. -¿Tu necesitas encontrar algún refugio nuevo, no? Yo… te di aquella idea, y… aunque hay un tío al que tendría que esquivar, sigo insistiendo que es a prueba de drarañas. Y si no, siempre hay más cuevas… Aunque algo me dice a mí que las de esta zona deben estar un poco ocupadicas…- Me acerqué al lago para beber agua y lavarme la cara. Ya no hacía tanto frío. Levanté la cabeza, más despierto.
Aunque allí abajo no tenía la protección del Sol de las hojas. Rebusqué en mi saco y me puse las gafas de sol… Una lente tenía un agujero. Pero menos daba una piedra. -Tu decides, grandullón.- Le dije con un poco de sorna, con aquellas pintas que me gastaba… Que daban más ganas de llorar que de reír. Pero al menos no me faltaba ningun cacho.
___________________________
La tirada determinó que se diera el porrazo u_u
Recordó un detalle de la noche. Que le había dado un dagazo. -Según sé, los licántropos son… ¿Personas transformadas o algo así? Me pregunto que pensará cuando se vea la herida… Mucha pena no me da, en lo personal.- Yo no había reparado en eso debido a los nervios. Pero le sonreí un poco, contento con que al menos se hubiera llevado algo a cambio. A ver si para la próxima se pensaba dos veces eso de meterse con un drow. Entrechocaba mis dedos cuando preguntó si se habían ido ya todos. Y me pidió que dejara de tartamudear. -¡A-Ah, perdón! No era mi intención, esto… Sí, marcharse se han marchado.- “Costó un poco pero la verdad es que creo que se le han quitado todas las ganas de venir”. Bueno, eso no lo dije en voz alta. No sabía como se lo tomaría. Volví a levantar cabeza porque de nuevo le estaba rehuyendo la mirada.
Me insultó. Le fruncí el ceño porque me hacía sentir algo inútil. Me dijo que él no se había roto nada. -¡Es solo un tobillo torcido! No he conocido a nadie que no se le cure esto, y créeme, me he encargado de bastante gente.- Le respondí. Le observé levantarse en silencio, a mí me parecía que tenía peor cara que yo, pero decidí no cuestionarle mucho más su fortaleza. Me quité yo el zapato y busqué en la bolsa alguna venda… ¡Adivinad quien no tenía! Gruñí otra vez cual perro. No me fiaba de usar magia para curar eso, no me daba la salud ya. Así pues apañé un vendaje tosquísimo con mi bufanda. Joder, eso era parte del uniforme. Le tenía bastante respeto. Pero ya lo limpiaría, me dije.
Lo vi a él utilizar algo que se intuía como levitación con un éxito un poco discutible, acabó cayendo de costado. Alargué una mano, preocupado. Él maldijo. -¿¡E-Estás bien, Dyospiros!?- Le grité con un poco de miedo. Le vi recuperar sus armas. Bueno, ahora solo faltaba yo… Antes de nada cogí unas cuantas frutas que metí dentro de un saco improvisado que hice con la misma capa, la cual volví a quitarme. Tenía hambre. Miré de nuevo la altura que había… Esta vez no cargaba con ninguna persona. No iba a poder matarme más, pensé. Transformé el bastón en una especie de gancho-guadaña, cogí el saco-capa con la boca, y descendí un poco agarrándome en el palo del bastón, que pendía hacia abajo. Pero era muy corto y la altura me daba miedo, y se me resbalaban las manos… Y me di cuenta de eso cuando ya había descendido. Estaba más o menos a una distancia equitativa del suelo con la copa. Dejé ir el saco, que cayó al suelo, y recé para que no se me hubiera desgraciado ninguna fruta…
Y tal como miraba abajo no me percaté que la rama de la que pendía se estaba rompiendo. “Catacrec”. No solté el bastón en toda la caída y me di yo un buen batacazo también, aunque al menos había aterrizado de espaldas y no me había roto ningún hueso de la pierna más. Me quedé un momento inmóvil. Si hubiera tenido la capa no me dolería tanto. ¿Nunca os han dado un golpe en las costillas? Esos te dejan unos momentos sin respiración. Suspiré sólamente cuando me permitió mi cuerpo soltar algo de aire y me incorporé, pasándome una mano por la espalda. Cargué el saco de nuevo, probablemente sabiendo que había destrozado alguna fruta.
Me ayudaba bastante del bastón para caminar. Me acerqué a mi compañero y me lo miré una vez más. -No haces aún del todo buena cara, ¿Eh?- Le recriminé porque no me acababa de fiar. Yo caminaba raro. Medio encorvado por el golpe en la espalda, cojeando, aunque el vendaje me permitía apoyar el pie en el suelo. Había metido el otro zapato en mi bolsa. -¿Tu necesitas encontrar algún refugio nuevo, no? Yo… te di aquella idea, y… aunque hay un tío al que tendría que esquivar, sigo insistiendo que es a prueba de drarañas. Y si no, siempre hay más cuevas… Aunque algo me dice a mí que las de esta zona deben estar un poco ocupadicas…- Me acerqué al lago para beber agua y lavarme la cara. Ya no hacía tanto frío. Levanté la cabeza, más despierto.
Aunque allí abajo no tenía la protección del Sol de las hojas. Rebusqué en mi saco y me puse las gafas de sol… Una lente tenía un agujero. Pero menos daba una piedra. -Tu decides, grandullón.- Le dije con un poco de sorna, con aquellas pintas que me gastaba… Que daban más ganas de llorar que de reír. Pero al menos no me faltaba ningun cacho.
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La tirada determinó que se diera el porrazo u_u
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Vor'Kalth' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
'Probabilidad' :
-Ajá...estoy bien, no me he torcido ningun tobillo al caer -le respondo a Vor'Kalth cuando me llama, pareciendo preocupado por mi estado tras la semihostia.
Envaino mis armas, dejando la daga y la espada en su lugar. Ahora me siento un poco mas seguro. Sigo mirando hacia arriba, dudando en si Vor será capaz de bajar de una pieza. Yo no lo he logrado con mucho estilo.
-Estas seguro de que vas a poder...? - yo descartaba ayudarlo usando la levitacion, si ni conmigo mismo habia podido.
Entonces con su ingenio comienza a descender apoyandose del uso de su baston. Por un momento pienso que lo va a hacer bien hasta que se le rompe una rama y cae estrepitosamente contra el suelo. Me aproximo lo mas rapido que puedo a el esperando que no se haya torcido el otro tobillo. Por suerte, parece ileso. Ahostiado pero ileso, pues se levanta y se aproxima a mi tambien. Le bufo, deteniendome en mi sitio, algo cansado. Cuando me dice que no tengo buena cara hago una mueca, las heridas me duelen y la cabeza tambien. Pero eso es lo normal, supongo. A parte, solo tengo algun escalofrio adicional y cansancio.
-Necesitaré reposo, es todo. - y vendas, y descansar, y limpiarme las heridas.... asiento, un refugio si que necesito.
- No se como van a recibirme esos renegados si creen que les prendi fuego... podria echarles una mano, siempre que vayan contra la Alianza. Y tu, por que querrias evitar a nadie? Es al mago que te has referido antes? -yo particularmente preferia otra cueva pero... fiate tu.
Sigo a Vor con la mirada, que se va al lago. Mis pies se quedan en el sitio, buscando otros instantes mas de reposo. Lo veo volver con unas divertidas y rotas gafas de sol. -Buena idea. Para los ojos. -los mios estaban aun un tanto entornados por la luz. Alzo una ceja cuando me llama grandullon, creo que vengandose por haberlo llamado enano. -Eres mas joven que yo, no? No? No? Y más insensato, si, eso tambien.
Se oye un trueno a lo lejos. Las nubes se estaban acumulando de nuevo a lo lejos. Las puñeteras lluvias de esta region...nunca paraban. Miro a Vor, no iba a hacerme mucho de rogar. -Intentemoslo. Pero no va a ser facil . Cual es tu idea de plan de ataque? Hey, mira, somos los drows que os causamos problemas ayer. Nos dais techo?
Envaino mis armas, dejando la daga y la espada en su lugar. Ahora me siento un poco mas seguro. Sigo mirando hacia arriba, dudando en si Vor será capaz de bajar de una pieza. Yo no lo he logrado con mucho estilo.
-Estas seguro de que vas a poder...? - yo descartaba ayudarlo usando la levitacion, si ni conmigo mismo habia podido.
Entonces con su ingenio comienza a descender apoyandose del uso de su baston. Por un momento pienso que lo va a hacer bien hasta que se le rompe una rama y cae estrepitosamente contra el suelo. Me aproximo lo mas rapido que puedo a el esperando que no se haya torcido el otro tobillo. Por suerte, parece ileso. Ahostiado pero ileso, pues se levanta y se aproxima a mi tambien. Le bufo, deteniendome en mi sitio, algo cansado. Cuando me dice que no tengo buena cara hago una mueca, las heridas me duelen y la cabeza tambien. Pero eso es lo normal, supongo. A parte, solo tengo algun escalofrio adicional y cansancio.
-Necesitaré reposo, es todo. - y vendas, y descansar, y limpiarme las heridas.... asiento, un refugio si que necesito.
- No se como van a recibirme esos renegados si creen que les prendi fuego... podria echarles una mano, siempre que vayan contra la Alianza. Y tu, por que querrias evitar a nadie? Es al mago que te has referido antes? -yo particularmente preferia otra cueva pero... fiate tu.
Sigo a Vor con la mirada, que se va al lago. Mis pies se quedan en el sitio, buscando otros instantes mas de reposo. Lo veo volver con unas divertidas y rotas gafas de sol. -Buena idea. Para los ojos. -los mios estaban aun un tanto entornados por la luz. Alzo una ceja cuando me llama grandullon, creo que vengandose por haberlo llamado enano. -Eres mas joven que yo, no? No? No? Y más insensato, si, eso tambien.
Se oye un trueno a lo lejos. Las nubes se estaban acumulando de nuevo a lo lejos. Las puñeteras lluvias de esta region...nunca paraban. Miro a Vor, no iba a hacerme mucho de rogar. -Intentemoslo. Pero no va a ser facil . Cual es tu idea de plan de ataque? Hey, mira, somos los drows que os causamos problemas ayer. Nos dais techo?
A veces Dyospiros soltaba algunas indirectas de esas que me hacían un poco la puñeta, pero sin embargo ya empezaba a acostumbrarme. No parecía que tuviera malas intenciones en el fondo, tras aquellos momentos tan tensos había demostrado ser más honrado de lo que solía aparentar. Me puso en duda mi capacidad bajitoril… ¿Bajitoril? Y tenía razones para ello. Más que nada porque, como ya expliqué, me acabé ahostiandome. Bueno, no parecía excesivamente indiferente ante mi caída. En cuanto me puse en pie me dijo que necesitaría reposo. Si, definitivamente yo también. Y no reposo de dormir, si no de quedarme en la base como un buen crío, cuidar peña si es que la había y… Mierda, no tenía setas. Perfecto. Había ido a por material y tenía de todo (golpes, picaduras, tobillos torcidos, enemigos nuevos, un drow…) excepto lo que necesitaba. Era, definitivamente, gilipollas.
-Definitivamente me dan ganas de no salir jamás de allí abajo. Pero tampoco de quedarme… Con las putas drarañas… Quizás me haga una casa en un árbol y no salga de ella jamás. Suena más seguro.- Le dije yo casi como si fuera en serio. -Reposar…- Me dije a mi mismo casi como un sueño. Luego el tema de los renegados. -Ya entendieron que era con buenas intenciones. Tu solo haz buena cara, o déjame hablar a mi. Los magos tienen debilidad por los críos, y a mi se me da perfectamente parecer un niño inocentillo cuando me da la gana. El tío ese… Es que la rubia es un poco tonta y se puso a llorar y claro, ¿Qué va a ser culpa del licántropo? Es más fácil culpar al drow, que por algo es negro. En el fondo un poco racistas si que son algunos capullos.- Mentía un poco pero Dyospiros no tenía porqué enterarse.
Apreció la idea de las gafas de sol. Me di un par de golpecitos en el pecho. -Te conseguiré unas. Y una gorra. Yo perdí la mía, pero son puto bien.- Me recriminó lo de haberle llamado grandullón restregándome que era más pequeño e insensato. Me reí un poco, y me dio la sensación que necesitaba hacerlo más a menudo. -Treinta y siete llevo contados. Me tocaría ser un poco más grandote, pero imagino que si tengo sangre elfa tardaré más en crecer. Porque los pobres son un poco retrasadicos al hacerse grandes. E insensato… Eh, yo eso lo pondría en duda. ¿Quién se pone a ayudar un drow de origen dudoso recién conocido y pasearlo por ahí cual saco patatas?- Le dije con una sonrisa cabrona, que luego se cambió a una más sincera. -Esto… Realmente lo agradezco. A este paso no creo que viva mucho más, pero sinceramente no me apetecía acabar en el buche de una draraña.- Lo dije casi como de paso.
Nos tuvimos que poner en marcha. No parecía convencido de los renegados pero no me esperaba un sí rotundo, porque había aprendido ya que mi compañero era un “poco” gruñón. -No realmente. El plan es… Encontrar a uno de mis compañeros. Si pillara al tal Johan, que era líder de la resistencia, seguro que nos puede enchufar. Más si vas a ayudar a matar pedazos de bazofia infame. No ponen requisitos, hay muchos refugiados según me dijeron… Hay uno que te podría contratar y quizar soltar pasta, mi “camarrada”. Es una palabra que me enseñó él. Tío peliblanco, majo, bastante. Si logro dar con uno de esos dos… Podría usar la moneda para buscarlos, estoy seguro de que no te pondrán pegas. Ya nos presentarán a los otros de forma amistosa.- “O ya le diré yo que mantengan al tío de la mala ostia lejos de mí”.
Con un paso un poco más saltimbanqui del que alguien se esperaría de un cojo con una bufanda en el pie empecé a caminar, haciendo yo de guía. Había pasado por algún lado del lago de camino, creía recordar, y no debía ser excesívamente difícil dar con el pueblo. Aunque una capacidad de teletransportarse debía ser mucho más cómoda, creí. -No está precisamente lejos, pero… Augh, duele. Si vamos cerca de la orilla no debería bloquearnos nada el paso. Luego hay que girar un poco, y ya lo veremos…- Me detuve unos momentos para asegurarme de que él fuera de una pieza. Ya había tomado confianzas suficientes como para ir mucho menos despreocupado que antes. Aún me podía dar un poco de miedo porque… Seamos claros, no era el tío mas cuerdo que conocía, pero no era la gran cosa. -¿Qué silbabas antes? Sonaba bien. ¿Sabes? Yo… Yo solía canturrear un poco, pero… Da igual, cuenta, cuenta. Que si no se hace algo pesado el camino. Y si hay alguien espiandonos pensará que estamos diciendo cosas malignas. La gente dice que el drow suena un poco… satánico.- Todo fuese por amenizar el viaje, me dije.
-Definitivamente me dan ganas de no salir jamás de allí abajo. Pero tampoco de quedarme… Con las putas drarañas… Quizás me haga una casa en un árbol y no salga de ella jamás. Suena más seguro.- Le dije yo casi como si fuera en serio. -Reposar…- Me dije a mi mismo casi como un sueño. Luego el tema de los renegados. -Ya entendieron que era con buenas intenciones. Tu solo haz buena cara, o déjame hablar a mi. Los magos tienen debilidad por los críos, y a mi se me da perfectamente parecer un niño inocentillo cuando me da la gana. El tío ese… Es que la rubia es un poco tonta y se puso a llorar y claro, ¿Qué va a ser culpa del licántropo? Es más fácil culpar al drow, que por algo es negro. En el fondo un poco racistas si que son algunos capullos.- Mentía un poco pero Dyospiros no tenía porqué enterarse.
Apreció la idea de las gafas de sol. Me di un par de golpecitos en el pecho. -Te conseguiré unas. Y una gorra. Yo perdí la mía, pero son puto bien.- Me recriminó lo de haberle llamado grandullón restregándome que era más pequeño e insensato. Me reí un poco, y me dio la sensación que necesitaba hacerlo más a menudo. -Treinta y siete llevo contados. Me tocaría ser un poco más grandote, pero imagino que si tengo sangre elfa tardaré más en crecer. Porque los pobres son un poco retrasadicos al hacerse grandes. E insensato… Eh, yo eso lo pondría en duda. ¿Quién se pone a ayudar un drow de origen dudoso recién conocido y pasearlo por ahí cual saco patatas?- Le dije con una sonrisa cabrona, que luego se cambió a una más sincera. -Esto… Realmente lo agradezco. A este paso no creo que viva mucho más, pero sinceramente no me apetecía acabar en el buche de una draraña.- Lo dije casi como de paso.
Nos tuvimos que poner en marcha. No parecía convencido de los renegados pero no me esperaba un sí rotundo, porque había aprendido ya que mi compañero era un “poco” gruñón. -No realmente. El plan es… Encontrar a uno de mis compañeros. Si pillara al tal Johan, que era líder de la resistencia, seguro que nos puede enchufar. Más si vas a ayudar a matar pedazos de bazofia infame. No ponen requisitos, hay muchos refugiados según me dijeron… Hay uno que te podría contratar y quizar soltar pasta, mi “camarrada”. Es una palabra que me enseñó él. Tío peliblanco, majo, bastante. Si logro dar con uno de esos dos… Podría usar la moneda para buscarlos, estoy seguro de que no te pondrán pegas. Ya nos presentarán a los otros de forma amistosa.- “O ya le diré yo que mantengan al tío de la mala ostia lejos de mí”.
Con un paso un poco más saltimbanqui del que alguien se esperaría de un cojo con una bufanda en el pie empecé a caminar, haciendo yo de guía. Había pasado por algún lado del lago de camino, creía recordar, y no debía ser excesívamente difícil dar con el pueblo. Aunque una capacidad de teletransportarse debía ser mucho más cómoda, creí. -No está precisamente lejos, pero… Augh, duele. Si vamos cerca de la orilla no debería bloquearnos nada el paso. Luego hay que girar un poco, y ya lo veremos…- Me detuve unos momentos para asegurarme de que él fuera de una pieza. Ya había tomado confianzas suficientes como para ir mucho menos despreocupado que antes. Aún me podía dar un poco de miedo porque… Seamos claros, no era el tío mas cuerdo que conocía, pero no era la gran cosa. -¿Qué silbabas antes? Sonaba bien. ¿Sabes? Yo… Yo solía canturrear un poco, pero… Da igual, cuenta, cuenta. Que si no se hace algo pesado el camino. Y si hay alguien espiandonos pensará que estamos diciendo cosas malignas. La gente dice que el drow suena un poco… satánico.- Todo fuese por amenizar el viaje, me dije.
-Yo...hacer buena cara...? Estás loco....
Se me habia olvidado un poco como era eso. Lo escucho, pero tengo pocas energias para responder a eso. Mi amigo parece mas animoso ahora. Encojo un hombro, y asiento. Si no me querian ahi...bueno, estaba acostumbrado a que me dijeran que no. A buscar otra cueva. Eso se me daba bien, siempre que no aparecieran engendros a robarmelas
-Pueden ayudar, si...aunque el sol ya no pega fuerte. Es cuestion de acostumbrarse... -menos mal que el verano ya quedaba atrás... menciona su edad, efectivamente yo le sacaba bastantes años, y eso de que su condicion elfa lo hacia mas canijo por ralentizar su crecimiento me sono a chino, pero el sabria...
-Te saco unos cuantos años, y lo que yo hice fue en agradecimiento por.... -por qué? si el conejo lo habia cazado yo! -...por...bah. ¿Sólo sabes quejarte? No deberias insultar a tus mayores. -vale, no le saco tanto. PEro como no se como responderle a que me llame a mi insensato porque tiene razon, me pongo en modo gruñón y echo a andar tambien.
-Estamos en paz, no me lo agradezcas.
Lo escucho hablar, aunque el tiene el pie torcido parece andar mejor que yo, que ando un poco falto de fuerzas incluso para responderle. Él va exponiendo su plan, de momento no tengo nada en contra, ni nada mejor que aportar. Asiento, aunque como he quedado retrasado, creo que no me ve. Siento otro escalofrio y me cierro el abrigo, animandome un poco cuando me pregunta por la cancion.
-Es una que escuché hace un tiempo, tenia letra, pero...no se me da bien cantar, asi que silbo. Es como la nana de una batalla, o eso escuché porque ni si quiera estaba en ingles, como para traducirla a drow....
Me agarro a silbarla de nuevo, mientras camino. Al poco rato, un aleteo cercano y un graznido me anuncian el retorno de mi urraca. Roac pasa volando sobre mi cabeza y se va con Vor, posandose sobre su brillante baston.
-Maldito pajarraco.
_____
cancion que silba
Se me habia olvidado un poco como era eso. Lo escucho, pero tengo pocas energias para responder a eso. Mi amigo parece mas animoso ahora. Encojo un hombro, y asiento. Si no me querian ahi...bueno, estaba acostumbrado a que me dijeran que no. A buscar otra cueva. Eso se me daba bien, siempre que no aparecieran engendros a robarmelas
-Pueden ayudar, si...aunque el sol ya no pega fuerte. Es cuestion de acostumbrarse... -menos mal que el verano ya quedaba atrás... menciona su edad, efectivamente yo le sacaba bastantes años, y eso de que su condicion elfa lo hacia mas canijo por ralentizar su crecimiento me sono a chino, pero el sabria...
-Te saco unos cuantos años, y lo que yo hice fue en agradecimiento por.... -por qué? si el conejo lo habia cazado yo! -...por...bah. ¿Sólo sabes quejarte? No deberias insultar a tus mayores. -vale, no le saco tanto. PEro como no se como responderle a que me llame a mi insensato porque tiene razon, me pongo en modo gruñón y echo a andar tambien.
-Estamos en paz, no me lo agradezcas.
Lo escucho hablar, aunque el tiene el pie torcido parece andar mejor que yo, que ando un poco falto de fuerzas incluso para responderle. Él va exponiendo su plan, de momento no tengo nada en contra, ni nada mejor que aportar. Asiento, aunque como he quedado retrasado, creo que no me ve. Siento otro escalofrio y me cierro el abrigo, animandome un poco cuando me pregunta por la cancion.
-Es una que escuché hace un tiempo, tenia letra, pero...no se me da bien cantar, asi que silbo. Es como la nana de una batalla, o eso escuché porque ni si quiera estaba en ingles, como para traducirla a drow....
Me agarro a silbarla de nuevo, mientras camino. Al poco rato, un aleteo cercano y un graznido me anuncian el retorno de mi urraca. Roac pasa volando sobre mi cabeza y se va con Vor, posandose sobre su brillante baston.
-Maldito pajarraco.
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cancion que silba
-¡Buena cara! Se sonríe y ya. Es más fácil cuando no tienes los dientes afilados.- Le dije animosamente. No esperaba desde luego que sus respuestar fueran tan alegres como las mías, pero al menos lograba entretenerle un poco. O eso esperaba. Me dijo que lo del Sol era cuestión de acostumbrarse. Enfurruñé un poco el morro porque yo no había notado mucha mejora desde que había salido por primera vez. -Pero es que me hace sentir indefenso, como cuando estos salen por la noche, que no ven un carajo. Aunque es cierto que a veces se ve menos y en general no da tanta calor, pero aún se está un poco mal de temperatura. Prefiero mucho el frío.
Me confirmó que me sacaba unos cuantos años. No esperaba que fuera una diferencia tampoco abismal, en realidad. No sé porqué. Era más adulto que yo… Pero en el fondo también hacía sus fallos. No supo darme ninguna excusa de porqué me ayudó y me desvió el tema. Yo le dejé ir otra sonrisa, un poco divertido. -¿Quizás te dio pena dejar un niño indefenso como yo para que se lo merendara una draraña?- ¿Estaba intentando hacerse el tipo duro conmigo? No le iba a funcionar. Me dijo que no se lo agradeciera. Yo me encogí de hombros casi ignorando esa recomendación. Uno agradecía fuera como fuera conservar todas las tripas donde tocaba.
Lo noté un poco lento y decidí aminorar el paso. Definitivamente le pasaba algo. ¿Aún tenía frío? ¿Seguía empapado? Observé como se iba abrochando los botones, parecía que no le parecía mal hablar de los silbidos. Una nana de una batalla. Y se puso a silbar. Yo me quedé bastante satisfecho. Animaba bastante el viaje y, sobretodo, ayudaba a que uno pensara en mejores cosas. Intentaba memorizar la melodía para algún futuro, porque hacía tiempo que no lograba canturrear nada… Cuando fuimos un poco interrumpidos por una temible urraca, la cual pareció conforme con apoyarse en mi bastón. Dyospiros la maldijo.
-¿Maldito? Míralo que majo. Ya me tiene confianza.- Empecé a rebuscar en mi saco improvisado una de las frutas y se la tendí, para que picara. No sabía si le gustaba aquello, pero yo lo intentaba. -Algún día quiero tener un pájaro así. No quiero una rapaz de estas. Esos con pico curvo. Quiero uno… Uno negro. Muy negro. He visto pájaros negros. Que hacen algo como “caw”. O no sé. Cuidaré de un bicho de estos que hace “miau”, también negro. Perros no, perros caca. Chupan, dan la tabarra. A mi no me gustan.- La idea de tener una mascota no era tan descabellada… No más que tener arañas en las esquinas de las cuevas. No era dado a animales, pero había estado planteándomelo desde que vi a Roac. Alguna gente tenía lagartos allí abajo, que los montaban. -Y respecto lo de cantar… Argh, yo apenas recuerdo ya nada. Alguna canción, pero la letra poco. Mi padre cantaba… Lo recuerdo, pero tampoco me suena que mi padre pasara mucho tiempo conmigo, es extraño. No importa. Yo he visto gente que tiene… Móviles. Camarrada los llamó móviles. Hacen música. Me iría bien, pero dice que son malos…- Fruncí mucho el ceño.
-... ¿Estás bien?- Le pregunté repentinamente, desviando mi mirada de la urraca a él. -No hace demasiado frío pero vas bien tapado, ¿No tendrás fiebre?- Quería estamparle la mano en la frente para comprobarlo, pero no me acababa de atrever. Vacié de mala manera la capa de frutas, teniendo que dejar alguna allí tirada y no llegando a sujetar más de tres con un brazo. Le tendí mi capa. -Toma. Es lo mejor que tengo para abrigar.- Y no, no mentía.
Me confirmó que me sacaba unos cuantos años. No esperaba que fuera una diferencia tampoco abismal, en realidad. No sé porqué. Era más adulto que yo… Pero en el fondo también hacía sus fallos. No supo darme ninguna excusa de porqué me ayudó y me desvió el tema. Yo le dejé ir otra sonrisa, un poco divertido. -¿Quizás te dio pena dejar un niño indefenso como yo para que se lo merendara una draraña?- ¿Estaba intentando hacerse el tipo duro conmigo? No le iba a funcionar. Me dijo que no se lo agradeciera. Yo me encogí de hombros casi ignorando esa recomendación. Uno agradecía fuera como fuera conservar todas las tripas donde tocaba.
Lo noté un poco lento y decidí aminorar el paso. Definitivamente le pasaba algo. ¿Aún tenía frío? ¿Seguía empapado? Observé como se iba abrochando los botones, parecía que no le parecía mal hablar de los silbidos. Una nana de una batalla. Y se puso a silbar. Yo me quedé bastante satisfecho. Animaba bastante el viaje y, sobretodo, ayudaba a que uno pensara en mejores cosas. Intentaba memorizar la melodía para algún futuro, porque hacía tiempo que no lograba canturrear nada… Cuando fuimos un poco interrumpidos por una temible urraca, la cual pareció conforme con apoyarse en mi bastón. Dyospiros la maldijo.
-¿Maldito? Míralo que majo. Ya me tiene confianza.- Empecé a rebuscar en mi saco improvisado una de las frutas y se la tendí, para que picara. No sabía si le gustaba aquello, pero yo lo intentaba. -Algún día quiero tener un pájaro así. No quiero una rapaz de estas. Esos con pico curvo. Quiero uno… Uno negro. Muy negro. He visto pájaros negros. Que hacen algo como “caw”. O no sé. Cuidaré de un bicho de estos que hace “miau”, también negro. Perros no, perros caca. Chupan, dan la tabarra. A mi no me gustan.- La idea de tener una mascota no era tan descabellada… No más que tener arañas en las esquinas de las cuevas. No era dado a animales, pero había estado planteándomelo desde que vi a Roac. Alguna gente tenía lagartos allí abajo, que los montaban. -Y respecto lo de cantar… Argh, yo apenas recuerdo ya nada. Alguna canción, pero la letra poco. Mi padre cantaba… Lo recuerdo, pero tampoco me suena que mi padre pasara mucho tiempo conmigo, es extraño. No importa. Yo he visto gente que tiene… Móviles. Camarrada los llamó móviles. Hacen música. Me iría bien, pero dice que son malos…- Fruncí mucho el ceño.
-... ¿Estás bien?- Le pregunté repentinamente, desviando mi mirada de la urraca a él. -No hace demasiado frío pero vas bien tapado, ¿No tendrás fiebre?- Quería estamparle la mano en la frente para comprobarlo, pero no me acababa de atrever. Vacié de mala manera la capa de frutas, teniendo que dejar alguna allí tirada y no llegando a sujetar más de tres con un brazo. Le tendí mi capa. -Toma. Es lo mejor que tengo para abrigar.- Y no, no mentía.
-Indefenso? Te has visto? Vas hablando y saltando como un conejillo....de donde sacas las energias? -en serio, no lo comprendia. A mi solo me apetecia volver a sentarme un rato largo, y el con un tobillo torcido era capaz de al menos, mantener el tipo. Chasqueo la lengua cuando menciona eso de darme pena dejar a un crio a modo de cena de draraña.
-No lo hice tanto por tí como por joder a la draraña y quitarle su cena....ademas de indefenso tienes poco.
Habia detenido mis silbidos, aquellos que nos habian acompañado algunos minutos de caminata alrededor del lago, en cuanto Roac entro en escena eligiendo una percha diferente a mi hombro. Me alegraba verla de una pieza y tal...a la muy cabrona
-Los amigos de Roac son mis amigos. No queda otra.- cuando se pone a hablar de aves, me muestro algo interesado por sus comentarios -Un cuervo, quieres? Una corneja? Son mas listos que otros pajaros... -parece que se quiere rodear de animales negros
-Tu padre cantaba? Es raro que los drow canten. -muy raro, de hecho...nunca habia visto a un solo drow de las cuevas entonar una cancion. Eso era cosa de la gente de la superficie....algo que me habia llamado mucho la atencion la primera vez que lo vi.
Frunzo el ceño por lo de los telefonos moviles, se que los usan los humanos más que los magos, porque nunca he visto a un mago usar un movil...pero no entiendo por que habrian de ser malos, salvo por el hecho de ser sus portadores quienes son. Me detengo entonces cuando me vuelve a preguntar si estoy bien o si tengo fiebre. Siento escalofrios de vez en cuando acompañados de alguna tiritona, y me duele la cabeza bastante. Me echa su capa por encima....al principio parece que hace algo, pero los escalofrios no desaparecen del todo. Respondo a su pregunta con una afirmacion
-Voy a tener que practicar lo de mi cara buena para cuando veas a ese de los renegados que dices. Eso o....ir a alguna de las posadas que conozco.
-No lo hice tanto por tí como por joder a la draraña y quitarle su cena....ademas de indefenso tienes poco.
Habia detenido mis silbidos, aquellos que nos habian acompañado algunos minutos de caminata alrededor del lago, en cuanto Roac entro en escena eligiendo una percha diferente a mi hombro. Me alegraba verla de una pieza y tal...a la muy cabrona
-Los amigos de Roac son mis amigos. No queda otra.- cuando se pone a hablar de aves, me muestro algo interesado por sus comentarios -Un cuervo, quieres? Una corneja? Son mas listos que otros pajaros... -parece que se quiere rodear de animales negros
-Tu padre cantaba? Es raro que los drow canten. -muy raro, de hecho...nunca habia visto a un solo drow de las cuevas entonar una cancion. Eso era cosa de la gente de la superficie....algo que me habia llamado mucho la atencion la primera vez que lo vi.
Frunzo el ceño por lo de los telefonos moviles, se que los usan los humanos más que los magos, porque nunca he visto a un mago usar un movil...pero no entiendo por que habrian de ser malos, salvo por el hecho de ser sus portadores quienes son. Me detengo entonces cuando me vuelve a preguntar si estoy bien o si tengo fiebre. Siento escalofrios de vez en cuando acompañados de alguna tiritona, y me duele la cabeza bastante. Me echa su capa por encima....al principio parece que hace algo, pero los escalofrios no desaparecen del todo. Respondo a su pregunta con una afirmacion
-Voy a tener que practicar lo de mi cara buena para cuando veas a ese de los renegados que dices. Eso o....ir a alguna de las posadas que conozco.
-No es que salte, es que me tropiezo constantemente.- Algunas veces las gilipolleces que decía eran dignas de apuntarmelas para recriminarme el restraso en las noches de no dormir, pero dejando esto aparte…
Me dijo que no fue por mí. Le sonreí. Le podría haber buscado más las costillas, porque en el momento que salimos de la cueva me podría haber tejado tirado. Me gustaba convencerme de que no era tan malo. Aunque lo de indefenso… -Con una picadura de draraña hasta un orco que vuelve indefenso, Dyos. Esa cosa no es ni medio normal… Si te interesan los símptomas para cuando lo pongas en uso, te los puedo nombrar por orden.- Aunque no me apetecía someterme a más venenos para poder explicar sus efectos, claro está.
Me sorprendió que considerara amistades a aquel quien le cayera bien al pájaro. Me alegraba de haber atraído la atención de aquel animalejo. Me lo miraba con curiosidad. En las cuevas poca cosa volaba, porque no era algo especialmente… Útil. Los pájaros eran extraños. Se alzaban por los cielos y como si fuera lo más normal del mundo. Al principio me daban miedo, pensando que eran seres colosales como los dragones, pero luego entendí que en gran parte lo peor que podían hacer era cagarte encima. -Cuervo, creo que es un cuervo lo que busco. Son grandes. Me gustan grandes.- Pensaba en tener uno encima de mi hombro… Así, así impondría. -Pero no se de donde sacarlos… ¿Como encontraste a Roac?- ¡Historias! Me gustaban las historias.
Le llamó la atención el dato del drow cantarín. -Si, cantaba. Supongo que tiene que ver con que… Bueno, se liara con una elfa. Poco sé yo. Seguro que se lo enseñó ella. No me acuerdo demasiado… A veces cantaba cosas en otras lenguas. Muy chungas, tal vez élfico. Los elfos cantan.- Me rascaba la barbilla. Ahora que lo decía era probable que lo que cantara en drow lo compusiera él mismo, porque no parecía que hubiera ninguna hecha. A no ser que fuera para adorar arañas, entonces seguro que si…
Me empezó a preocupar más en cuanto se paró. No, no estaba fino. Me acerqué un poco, no sabiendo exactamente qué decirle. -Puedo probar a curar… Ugh…- Estaba pensando en el error de ayer. Aunque más me calló cuando dijo eso de quedarse en alguna posada. -¡Estás tonto, Dyos! Estamos bastante lejos de cualquier posada, los renegados tienen la base muy muy cerquita. Y joder. No me dieron ganas de arrancarle una mano a Anteia a mordiscos ayer para que no pueda asegurarme de que te cures decentemente. ¡Deja! Yo te curo…
Intenté ahuyentar un poco a Roac porque no me fiaba de qué pudiera hacer el bastón. Me concentré. No iba a soltar palabras, no iba a decir curación en inglés. Una fiebre… No estaba seguro de poder arreglar fiebres. De hecho, en aquella condición, poco estaba capacitado para absolutamente nada. Clavé el palo en el suelo. Brilló con fuerza, en turquesa. Bien, eso no era rojo. Aunque sentí un dolor profundo en las palmas de mis manos, que se extendió por todo el cuerpo. Estaba empezando a forzarme demasiado con aquella cantidad de curaciones que había hecho últimamente.
El hechizo salió con considerable éxito pero a mi me dejó un poco caldado. Y aquello curaba, no daba energías, así que tampoco le quitaría mucho cansancio de encima a mi compañero. Me apoyé con fuerza con el bastón, durante un momento viendo todo de color negro… Y luego empecé a toser. Oh, si, el resfriado. Aquella manía mía de enfermarme. Y la tripa rugiendo. Se me acababan de ir todas las ganas de ir pegando botes por el mundo. Le dejé ir una sonrisilla débil mientras trataba de retomar el paso, esta vez dependiendo más del puñetero palo para caminar. Si mi mentor me viera, incapaz de ir por el mundo sin su jodido palillo de dientes…
¡Tenía solo treinta y siete años! Y estaba ya como los viejos. -No puedo hacer más. No tenía tantas… fuerzas como esperaba. Ayer la cagué muchísimo. ¿Ayuda en algo?- Le pregunté tímidamente. -Ahora ya puedes practicar buenas caras. Creo. Sonreír, ¿Sabes sonreír?- Esbocé yo mismo una sonrisa un poco irónica que abandoné para volver a toser. Tenía la nariz llena de mocos y no tenía pañuelos. Hacía un ruido raro al respirar. -Venga, enséñame esos dientecicos
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Dentro de lo que cabe es una curación decentilla! 40
Me dijo que no fue por mí. Le sonreí. Le podría haber buscado más las costillas, porque en el momento que salimos de la cueva me podría haber tejado tirado. Me gustaba convencerme de que no era tan malo. Aunque lo de indefenso… -Con una picadura de draraña hasta un orco que vuelve indefenso, Dyos. Esa cosa no es ni medio normal… Si te interesan los símptomas para cuando lo pongas en uso, te los puedo nombrar por orden.- Aunque no me apetecía someterme a más venenos para poder explicar sus efectos, claro está.
Me sorprendió que considerara amistades a aquel quien le cayera bien al pájaro. Me alegraba de haber atraído la atención de aquel animalejo. Me lo miraba con curiosidad. En las cuevas poca cosa volaba, porque no era algo especialmente… Útil. Los pájaros eran extraños. Se alzaban por los cielos y como si fuera lo más normal del mundo. Al principio me daban miedo, pensando que eran seres colosales como los dragones, pero luego entendí que en gran parte lo peor que podían hacer era cagarte encima. -Cuervo, creo que es un cuervo lo que busco. Son grandes. Me gustan grandes.- Pensaba en tener uno encima de mi hombro… Así, así impondría. -Pero no se de donde sacarlos… ¿Como encontraste a Roac?- ¡Historias! Me gustaban las historias.
Le llamó la atención el dato del drow cantarín. -Si, cantaba. Supongo que tiene que ver con que… Bueno, se liara con una elfa. Poco sé yo. Seguro que se lo enseñó ella. No me acuerdo demasiado… A veces cantaba cosas en otras lenguas. Muy chungas, tal vez élfico. Los elfos cantan.- Me rascaba la barbilla. Ahora que lo decía era probable que lo que cantara en drow lo compusiera él mismo, porque no parecía que hubiera ninguna hecha. A no ser que fuera para adorar arañas, entonces seguro que si…
Me empezó a preocupar más en cuanto se paró. No, no estaba fino. Me acerqué un poco, no sabiendo exactamente qué decirle. -Puedo probar a curar… Ugh…- Estaba pensando en el error de ayer. Aunque más me calló cuando dijo eso de quedarse en alguna posada. -¡Estás tonto, Dyos! Estamos bastante lejos de cualquier posada, los renegados tienen la base muy muy cerquita. Y joder. No me dieron ganas de arrancarle una mano a Anteia a mordiscos ayer para que no pueda asegurarme de que te cures decentemente. ¡Deja! Yo te curo…
Intenté ahuyentar un poco a Roac porque no me fiaba de qué pudiera hacer el bastón. Me concentré. No iba a soltar palabras, no iba a decir curación en inglés. Una fiebre… No estaba seguro de poder arreglar fiebres. De hecho, en aquella condición, poco estaba capacitado para absolutamente nada. Clavé el palo en el suelo. Brilló con fuerza, en turquesa. Bien, eso no era rojo. Aunque sentí un dolor profundo en las palmas de mis manos, que se extendió por todo el cuerpo. Estaba empezando a forzarme demasiado con aquella cantidad de curaciones que había hecho últimamente.
El hechizo salió con considerable éxito pero a mi me dejó un poco caldado. Y aquello curaba, no daba energías, así que tampoco le quitaría mucho cansancio de encima a mi compañero. Me apoyé con fuerza con el bastón, durante un momento viendo todo de color negro… Y luego empecé a toser. Oh, si, el resfriado. Aquella manía mía de enfermarme. Y la tripa rugiendo. Se me acababan de ir todas las ganas de ir pegando botes por el mundo. Le dejé ir una sonrisilla débil mientras trataba de retomar el paso, esta vez dependiendo más del puñetero palo para caminar. Si mi mentor me viera, incapaz de ir por el mundo sin su jodido palillo de dientes…
¡Tenía solo treinta y siete años! Y estaba ya como los viejos. -No puedo hacer más. No tenía tantas… fuerzas como esperaba. Ayer la cagué muchísimo. ¿Ayuda en algo?- Le pregunté tímidamente. -Ahora ya puedes practicar buenas caras. Creo. Sonreír, ¿Sabes sonreír?- Esbocé yo mismo una sonrisa un poco irónica que abandoné para volver a toser. Tenía la nariz llena de mocos y no tenía pañuelos. Hacía un ruido raro al respirar. -Venga, enséñame esos dientecicos
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Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Vor'Kalth' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Curación' :
--------------------------------
#2 'Probabilidad' :
#1 'Curación' :
--------------------------------
#2 'Probabilidad' :
-Hacer bromas de tus propias desgracias...has llegado al punto de demencia, deberias anotarlo, es un punto maravilloso. ¿Te acuerdas de lo que me dijiste de no querer morirte? Espero que no te lo tomases a mal.... y sí....guarde veneno de esa abominacion para luego usarlo en mis armas. Me interesa saber que efectos tiene, para ver en quien lo uso y en quien no.
Impregnar los filos de mis armas en veneno era una tactica habitual en mi. Habia conseguido hilar varias frases seguidas, un gran esfuerzo, porque cada vez el cansancio me pesaba mas y mas.
-Puedes....lo mejor es criar a uno desde pequeño para que se acostumbre a tí. Eso, en el caso de los normales. Luego los hay raros, como Roac...él me encontró a mi, en una noche de lobos. De lobos normales...si. Cuando yo aun era inexperto. Me enseñó un camino a traves del bosque a un lugar mas seguro. Ya podia volar entonces. Yo...puedo entenderle. Y Roac a mi. Lo sé. No es que hable con ella ni nada pero... supe que no queria que te clavase la daga en el pecho alli en la gruta.
Ah, claro, su padre drow, pero su madre elfa. Casi se me habia olvidado eso de que era un mestizo. Eso me venia dando un poco igual...en ese asunto, yo era un drow un tanto pasota. -Si, los elfos cantan mucho, y cantan bien. Tu sabes cantar?
Miro para otro lado disgustado porque ahora no quiere hacerme caso, yo preferiria la tranquilidad e una posada, sin duda, si, pero... -Eh tú no me llamas tonto, y deja de apuntarme con el baston ya! -de no ser porque habia ganado en confiaza con ese drow, mis armas estarian en mis manos, dispuesto a saltarle encima. Pero lo clava en el suelo y realiza un hechizo aparentemente exitoso. Siento como las heridas de los zarpazos del licántropo se cierran aun mas, reduciendo la superficie de piel que ocupan considerablemente. Y el dolor en mi cabeza desaparece un tanto, mas el cansancio no me lo quita ya nadie.
-Debes pedir permiso antes de hacer eso, si te caes muerto al suelo por intentar curarme, tendria que cargarte otra vez, y no me apetece.
Le suelto comenzando a andar de n uevo tras el, hasta conseguir situarme a su altura ya que ahora tambien él va mas lento. Como Roac habia sido espantada del baston de mago, se vuelve a mi hombro, graznandome en el oido.
-Ahora tu pareces el viejo. ¿Falta mucho? Y claro que sé sonreir. Pero no me apetece. A ver...pensare en algo que me guste....
Me concentro en pensar algo que me mole y me imagino a mi mismo despedazando a un soldado de la alianza. Entonces se dibuja en mi rostro una sonrisa que es como una mueca asesina mal disimulada. -¿ves que bien?
Impregnar los filos de mis armas en veneno era una tactica habitual en mi. Habia conseguido hilar varias frases seguidas, un gran esfuerzo, porque cada vez el cansancio me pesaba mas y mas.
-Puedes....lo mejor es criar a uno desde pequeño para que se acostumbre a tí. Eso, en el caso de los normales. Luego los hay raros, como Roac...él me encontró a mi, en una noche de lobos. De lobos normales...si. Cuando yo aun era inexperto. Me enseñó un camino a traves del bosque a un lugar mas seguro. Ya podia volar entonces. Yo...puedo entenderle. Y Roac a mi. Lo sé. No es que hable con ella ni nada pero... supe que no queria que te clavase la daga en el pecho alli en la gruta.
Ah, claro, su padre drow, pero su madre elfa. Casi se me habia olvidado eso de que era un mestizo. Eso me venia dando un poco igual...en ese asunto, yo era un drow un tanto pasota. -Si, los elfos cantan mucho, y cantan bien. Tu sabes cantar?
Miro para otro lado disgustado porque ahora no quiere hacerme caso, yo preferiria la tranquilidad e una posada, sin duda, si, pero... -Eh tú no me llamas tonto, y deja de apuntarme con el baston ya! -de no ser porque habia ganado en confiaza con ese drow, mis armas estarian en mis manos, dispuesto a saltarle encima. Pero lo clava en el suelo y realiza un hechizo aparentemente exitoso. Siento como las heridas de los zarpazos del licántropo se cierran aun mas, reduciendo la superficie de piel que ocupan considerablemente. Y el dolor en mi cabeza desaparece un tanto, mas el cansancio no me lo quita ya nadie.
-Debes pedir permiso antes de hacer eso, si te caes muerto al suelo por intentar curarme, tendria que cargarte otra vez, y no me apetece.
Le suelto comenzando a andar de n uevo tras el, hasta conseguir situarme a su altura ya que ahora tambien él va mas lento. Como Roac habia sido espantada del baston de mago, se vuelve a mi hombro, graznandome en el oido.
-Ahora tu pareces el viejo. ¿Falta mucho? Y claro que sé sonreir. Pero no me apetece. A ver...pensare en algo que me guste....
Me concentro en pensar algo que me mole y me imagino a mi mismo despedazando a un soldado de la alianza. Entonces se dibuja en mi rostro una sonrisa que es como una mueca asesina mal disimulada. -¿ves que bien?
El drow más colgado de la historia me decía que yo había llegado a no se cual punto de la demencia, luego me dijo que esperaba que no me hubiera tomado a mal uno de sus comentarios… Que eran un poco crueles, pero en el fondo habían logrado animarme. Y finalmente resultó estar interesado en el tema del veneno de draraña. -¿Tomarme mal yo algo? Si me tomara mal todo lo que dices te juro que estaría haciendo otra cara. Es mejor reírse de las desgracias personales, a veces ayuda. Y el veneno de drarañaa… uh, déjame pensar…- No me pude llevar una mano a la barbilla porque tenía ambas ocupadas. -Pueeeees… Lo principal es parálisis. Imagino que intentan dejar tiesa a la presa para poder zampársela con facilidad. No es inmediato, como viste, pero si lo utilizas y logras entretener al rival unos minutillos estoy seguro de que ya le reduciría mucho la agilidad.- Pensé un poco más.
-Yo lo vomité todo también. Lo cual es un problema porque te deja con hambre y pierdes tiempo. Luego, dolor… Como pinchazos. Lo puedes notar corriendo por las venas. Alucinaciones ya no, pero al estar quieto uno se emparanoia bastante. La paralización hace difícil poder respirar también. Visto así puede ser una gran ayuda en batalla, ¿Eh? ¡Y no lo podríamos saber si no me hubiera picado! Si es que todo tiene algo positivo…- Esa última frase estaba dicha con una fuertísima ironía, porque desde luego no estaba orgulloso de aquello.
Luego me dio algún consejo para conseguirme un pajarraco. Criarlo… Uh, sería cuestión de encontrar un nido y hacerme con uno, para que se convirtiera en una ave grande y gloriosa. Y negra. Me explicó la historia de Roac, que desde luego era un poco curiosa. -No había escuchado algo similar… ¡Y clavarme una daga! No sé que me vio para impedírtelo, pero desde luego se lo agradezco. Aunque yo no entiendo mucho de lo que dice el animalico, la verdad es que no.- Quería hacer un comentario explicando que lo noté un poco bastante agresivo en la cueva, pero decidí no romper el buen rollo que poco a poco se generaba.
¿Que si yo cantaba? Una cosa es que me gustara cantar, otra que supiera hacerlo. -¿Y-Yo, cantar? Eh… U-Uh… L-La verdad es que… sí, algo sé… Podría hacerlo mejor, pero… Me gusta. Solía cantarle nanas a mi hermano, el mellizo… Y a veces a S-Savant le divertía que cantara, cuando estaba cansado…- Lo dije todo en voz un poco bajita porque en el fondo me avergonzaba.
Lo puse nervioso al ir a curarlo, y más al decirle que no al tema de la posada. Le sonreí un poco cuando se quejó de que lo llamara tonto. Y en cuanto hice el hechizo me dijo que debía pedirle permiso la próxima vez. -Estoy seguro de que como te caigas tu al suelo yo, como cojo, no podré cargar contigo. Mucho menos. ¿Y no querríamos que eso pasara, no?- Le dije con una expresión un poco cansada. Oh, había tirado la fruta por el suelo. Y me dolía el pie, curar cuando estaba rebentado solía acentuar todos los malestares. Dividí el bastón en una especie de muletas para seguir caminando. Que parecía un viejo, cierto era.
-Que va, que va, si está aquí mismo- Le respondí ante el falta mucho. Me quedé mirando como expectante a que sonriera. Le costó un poco hacerlo. Daba un poco de mal rollo, pero en el fondo lo había intentado. A mí me hizo reír. -Practica un poco porque eso servirá. Uno con una sonrisita asesina y el otro con unos dientes que parece un tiburón, ¿Qué podría ir mal?- Me encogí de hombros. -Roac quizás pueda colaborar, a la gente le gustan los animales.- Y entonces aceleré el ritmo todo lo que puede acelerar alguien que va con muletas. Ya hacía un rato que habíamos dejado el lago atrás, y finalmente veíamos el pueblo. ¡No me había perdido! -¡Ahí está! Eh… si, el pueblo está hecho polvo. Pero hay una entrada a una base subterránea. Que no es un lujo pero está protegida. Aunque… M-Me gustaría intentar ser un poco discreto al acercarnos allí, que la primera vez… Tuve problemillas.- No debí haber comentado eso porque iba a poner paranoico a mi compañero. Al menos no especifiqué que fue un centinela. Yo volvía a apartar la mirada al suelo.
-Yo lo vomité todo también. Lo cual es un problema porque te deja con hambre y pierdes tiempo. Luego, dolor… Como pinchazos. Lo puedes notar corriendo por las venas. Alucinaciones ya no, pero al estar quieto uno se emparanoia bastante. La paralización hace difícil poder respirar también. Visto así puede ser una gran ayuda en batalla, ¿Eh? ¡Y no lo podríamos saber si no me hubiera picado! Si es que todo tiene algo positivo…- Esa última frase estaba dicha con una fuertísima ironía, porque desde luego no estaba orgulloso de aquello.
Luego me dio algún consejo para conseguirme un pajarraco. Criarlo… Uh, sería cuestión de encontrar un nido y hacerme con uno, para que se convirtiera en una ave grande y gloriosa. Y negra. Me explicó la historia de Roac, que desde luego era un poco curiosa. -No había escuchado algo similar… ¡Y clavarme una daga! No sé que me vio para impedírtelo, pero desde luego se lo agradezco. Aunque yo no entiendo mucho de lo que dice el animalico, la verdad es que no.- Quería hacer un comentario explicando que lo noté un poco bastante agresivo en la cueva, pero decidí no romper el buen rollo que poco a poco se generaba.
¿Que si yo cantaba? Una cosa es que me gustara cantar, otra que supiera hacerlo. -¿Y-Yo, cantar? Eh… U-Uh… L-La verdad es que… sí, algo sé… Podría hacerlo mejor, pero… Me gusta. Solía cantarle nanas a mi hermano, el mellizo… Y a veces a S-Savant le divertía que cantara, cuando estaba cansado…- Lo dije todo en voz un poco bajita porque en el fondo me avergonzaba.
Lo puse nervioso al ir a curarlo, y más al decirle que no al tema de la posada. Le sonreí un poco cuando se quejó de que lo llamara tonto. Y en cuanto hice el hechizo me dijo que debía pedirle permiso la próxima vez. -Estoy seguro de que como te caigas tu al suelo yo, como cojo, no podré cargar contigo. Mucho menos. ¿Y no querríamos que eso pasara, no?- Le dije con una expresión un poco cansada. Oh, había tirado la fruta por el suelo. Y me dolía el pie, curar cuando estaba rebentado solía acentuar todos los malestares. Dividí el bastón en una especie de muletas para seguir caminando. Que parecía un viejo, cierto era.
-Que va, que va, si está aquí mismo- Le respondí ante el falta mucho. Me quedé mirando como expectante a que sonriera. Le costó un poco hacerlo. Daba un poco de mal rollo, pero en el fondo lo había intentado. A mí me hizo reír. -Practica un poco porque eso servirá. Uno con una sonrisita asesina y el otro con unos dientes que parece un tiburón, ¿Qué podría ir mal?- Me encogí de hombros. -Roac quizás pueda colaborar, a la gente le gustan los animales.- Y entonces aceleré el ritmo todo lo que puede acelerar alguien que va con muletas. Ya hacía un rato que habíamos dejado el lago atrás, y finalmente veíamos el pueblo. ¡No me había perdido! -¡Ahí está! Eh… si, el pueblo está hecho polvo. Pero hay una entrada a una base subterránea. Que no es un lujo pero está protegida. Aunque… M-Me gustaría intentar ser un poco discreto al acercarnos allí, que la primera vez… Tuve problemillas.- No debí haber comentado eso porque iba a poner paranoico a mi compañero. Al menos no especifiqué que fue un centinela. Yo volvía a apartar la mirada al suelo.
-Yo prefiero reirme de las desgracias de otros, sinceramente, y que a mi no me ocurran - regruño un poco malhumorado. Vale que yo no era el tipico que se parte el culo cuando alguien se cae en plan patetico,pero una draraña y un lican en una misma noche me parecia demasiado...que nos faltaba ya, un centinela?
-Mierda, es un buen veneno. Hice bien en cogerlo. Quiza me vuelva cazador de drarañas....sacarles una utilidad a esos bichos me haria sentir mas que satisfecho.
Lo miro de lado con cara de "oh si, eso es muy positivo" con mis cejas totalmente rectas y una expresion que dice . No habia molado nada la parte de la lluvia en el lago y el lobo y yo pensando que el otro se moria. Respecto a lo de Roac, alzo el hombro sobre el que está el.
-Igual no lo hizo por tí...igual lo hizo por mi. No querría que matase a alguien que parece un buen tipo y que luego le da cosas brillantes.
Avanzo con el, algo trabajosamente por culpa del cansancio...pero encontrandome un poco mejor que antes. -No me imagino a un drow cantando, repito.- no cabia en mi cabeza. PEro tenia que ser curioso. Luego lo amenazaria con mi daga para que cantase algo. Igual funcionaba....
Incremento mi sonrisa asesinilla cuando dice que está bien, viendo que como él indica, nos estamos acercando. Asi pues, continuando con nuestra conversacion y tambien guardando aire para los pulmones, dejamos atras el lago, aventurandonos hacia el pueblo.
-Mierda, es un buen veneno. Hice bien en cogerlo. Quiza me vuelva cazador de drarañas....sacarles una utilidad a esos bichos me haria sentir mas que satisfecho.
Lo miro de lado con cara de "oh si, eso es muy positivo" con mis cejas totalmente rectas y una expresion que dice . No habia molado nada la parte de la lluvia en el lago y el lobo y yo pensando que el otro se moria. Respecto a lo de Roac, alzo el hombro sobre el que está el.
-Igual no lo hizo por tí...igual lo hizo por mi. No querría que matase a alguien que parece un buen tipo y que luego le da cosas brillantes.
Avanzo con el, algo trabajosamente por culpa del cansancio...pero encontrandome un poco mejor que antes. -No me imagino a un drow cantando, repito.- no cabia en mi cabeza. PEro tenia que ser curioso. Luego lo amenazaria con mi daga para que cantase algo. Igual funcionaba....
Incremento mi sonrisa asesinilla cuando dice que está bien, viendo que como él indica, nos estamos acercando. Asi pues, continuando con nuestra conversacion y tambien guardando aire para los pulmones, dejamos atras el lago, aventurandonos hacia el pueblo.
La luna llena habia pasado ya. Habia sido un caos de noche. Los aullidos me llevaron algo lejos, más no lo suficiente como para dejar atras el lago, puesto que pronto se extinguieron y me dejaron sin rastro a seguir. Deambulé mas por la zona, buscando caza...hasta que el sol dio paso a un nuevo dia.
Estoy tirado en el suelo de una de las laderas cercanas al lago, entre un monton de matorrales, pringado de tierra y barro hasta las cejas, totalmente inconsciente. Poco a poco la consciencia vuelve a mi y abro los ojos. Huelo la tierra mojada a mi alrededor, con un dolor de cabeza de mil resacas, y con un dolor de huesos de mil quinientas fiestas, no disfrutadas, que es lo peor. Alargo mi mano y agarro un monton de tierra, aun tendido de lado en el suelo y viendo medio borroso. Me llevo el puñado de tierra a los labios, y le doy un beso. Una noche más, una luna más, de vuelta. -Hola.
Saludo así, con una sonrisa, aunque sea un amasijo de cansancio y dolor de cabeza. Con un gruñido me incorporo, quedando sentado. Miro a mi alrededor viendo...una extraña cantidad de matorrales arrancados y ramitas alargadas a mi alrededor. Nunca me habia despertado viendo semejante cosa. Pero en fin, eran plantas.Se ve que me habia metido en un zarzal o algo....
-Pfff....menuda noche de mierda... no estoy en mi refugio. Nota mental: buscar uno mas resistente. - ahora me tocaba volver alli a por mi ropa y por mis armas. Trato de orientarme, me conozco la zona...no tardaria en llegar al recoveco en las piedras donde guarde mis cosas y habia intentado encerrarme. Me levanto sintiendo una pequeña punzada en las costillas y me las miro, viendo una herida incisiva, como de pinchazo. No sangraba ni nada, pero era de la noche. Eso me indica que debo de haber tenido algun enfrentamiento y no con un animal, precisamente. Maldigo pegandole un puñetazo a un arbol. -Mierda puta! AAAAAAAFGHG!
No era la herida lo que me fastidiaba, puesto que sanaria...era la idea de haberme peleado con alguien y haber causado daño, mas que nada. Pero por ahora, poco mas podia hacer. Recomponerme, ponerme en marcha. Echo a andar hasta que hallo mi pequeño refugio....ahi estaban mis cosas. Vuelvo a vestirme con lo que dejé por ahi tirado, recupero mi katana, y resoplo. Bajo la mirada unos instantes, concediendome unos segundos. "Respira fuerte y continúa. Ve con los tuyos."
Consigo renovar mi resolución, listo para desaparecerme de alli y retomar las patrullas, y recordando lo que me dijo Catherine sobre su propuesta.
"Catherine, tú y yo tenemos que hablar"
Con este pensamiento, me desaparezco de las orillas del lago Hollow destino a un nuevo lugar, puesto que habia mucho trabajo por hacer aun.
Estoy tirado en el suelo de una de las laderas cercanas al lago, entre un monton de matorrales, pringado de tierra y barro hasta las cejas, totalmente inconsciente. Poco a poco la consciencia vuelve a mi y abro los ojos. Huelo la tierra mojada a mi alrededor, con un dolor de cabeza de mil resacas, y con un dolor de huesos de mil quinientas fiestas, no disfrutadas, que es lo peor. Alargo mi mano y agarro un monton de tierra, aun tendido de lado en el suelo y viendo medio borroso. Me llevo el puñado de tierra a los labios, y le doy un beso. Una noche más, una luna más, de vuelta. -Hola.
Saludo así, con una sonrisa, aunque sea un amasijo de cansancio y dolor de cabeza. Con un gruñido me incorporo, quedando sentado. Miro a mi alrededor viendo...una extraña cantidad de matorrales arrancados y ramitas alargadas a mi alrededor. Nunca me habia despertado viendo semejante cosa. Pero en fin, eran plantas.Se ve que me habia metido en un zarzal o algo....
-Pfff....menuda noche de mierda... no estoy en mi refugio. Nota mental: buscar uno mas resistente. - ahora me tocaba volver alli a por mi ropa y por mis armas. Trato de orientarme, me conozco la zona...no tardaria en llegar al recoveco en las piedras donde guarde mis cosas y habia intentado encerrarme. Me levanto sintiendo una pequeña punzada en las costillas y me las miro, viendo una herida incisiva, como de pinchazo. No sangraba ni nada, pero era de la noche. Eso me indica que debo de haber tenido algun enfrentamiento y no con un animal, precisamente. Maldigo pegandole un puñetazo a un arbol. -Mierda puta! AAAAAAAFGHG!
No era la herida lo que me fastidiaba, puesto que sanaria...era la idea de haberme peleado con alguien y haber causado daño, mas que nada. Pero por ahora, poco mas podia hacer. Recomponerme, ponerme en marcha. Echo a andar hasta que hallo mi pequeño refugio....ahi estaban mis cosas. Vuelvo a vestirme con lo que dejé por ahi tirado, recupero mi katana, y resoplo. Bajo la mirada unos instantes, concediendome unos segundos. "Respira fuerte y continúa. Ve con los tuyos."
Consigo renovar mi resolución, listo para desaparecerme de alli y retomar las patrullas, y recordando lo que me dijo Catherine sobre su propuesta.
"Catherine, tú y yo tenemos que hablar"
Con este pensamiento, me desaparezco de las orillas del lago Hollow destino a un nuevo lugar, puesto que habia mucho trabajo por hacer aun.
"Necesito estirar las alas, hace días que no lo hago".
Había sido el primer pensamiento de esta mañana cuando salí de la base de los Renegados, pero estuve toda la mañana caminando y recorriendo nuevos lugares para ir en mis momentos de meditación. Pasando el día, me di cuenta que no había comido nada y por suerte mi sombra pudo encontrar un lugar para comer lejos de Londres, fui y volví en menos de 30 minutos por suerte para seguir mi caminata, pero esta vez decidí volar un poco aún que deje mis cicatrices expuestas, el viento fresco que golpea mi cara es tan tranquilo que a veces pensaba que ocultar las alas era mala idea.
Luego de volar por un rato observo hacia abajo un paisaje hermoso con un lago esplendido, observe bien por si llegaba haber algo que me alterara un poco, pero para mi suerte estaba tranquilo, así que decidí bajar y sentarme en las orillas del rió para respirar y meditar un rato, dejando mi saco al lado mio la verdad que ya no me molestaba dejar mis cicatrices expuestas ya que es algo del pasado y como dicen "pasado pisado". Estire, hasta donde no podía más, las alas y comencé a meditar para concentrarme bien, también quiero manejar a la perfección las sombras ya que me parece fascinante perfeccionar las cosas. Respire hondo para que el aire recorra mi cuerpo y cerré mis ojos para comenzar a meditar, me concentre lo más que pude para poder levitar y seguir meditando mejor, ya que tengo las alas y estar sentada en el piso me hes incomodo.
"Me gustaría que papá estuviera aquí con migo, él me enseñaría más de lo que me enseño y más a a la edad que tengo ahora".
Mientras me concentraba, mi sombra se levanta literalmente del suelo para comenzar a recorrer el lugar y ser mis ojos y oídos por si aparece alguien, ella me observo por un rato mientras meditaba ya que le gustaba mucho verme tranquila. Luego de un rato ella comienza a recorrer por los alrededores del lago y se da cuenta que por un momento las sombras de los arboles se estaban levantando, pude ver a través de ella que tenían una forma extraña y tétrica, pero al no poder perfeccionar aún esta técnica volvieron a su lugar enseguida.
Abrí mis ojos, observe hacia atrás y solté una risa mientras suspire un poco por que estaba feliz, casi lo había logrado solo me faltaba seguir meditando y tal vez seguir practicando con mi sombra para tener más conocimiento sobre ellas. Me di vuelta para observar el lago y el hermoso paisaje mientras no podía parar de sonreír por la paz y tranquilidad que había en este lugar.
Luego escucho que algo se acerca y observo a mi izquierda, era un pequeño zorro albino muy herido y rápidamente concentro mi magia para hacerlo levitar hacia donde estaba yo para curarlo enseguida, era un poco tacaño y me quiso morder unas cuantas veces pero a lo ultimo vio que no quería hacerle daño y se dejo curar, para mi suerte pude curar todas sus heridas y estaba sano. Lo deje en el suelo y le hice seña con la mano que ya estaba bien y que se podía marchar, pero este se quedo sentado a mi lado, luego puso su hocico en mis piernas y se durmió, observo mi saco y lo envuelvo al pequeño zorro para que no pase frió ya que no me gustaría que pesque un resfriado o algo.
"Que hermoso que es, tal vez me lo quede".
Seguí observando el lago, mientras me daba cuenta que mis alas estaban apoyadas en el suelo, las observe por un segundo y note su color blanco como la nieve y los toques azules, cada tanto aleteaba un poco para acompañar el movimiento del viento, el frió no me molestaba y menos estando en remera. Ya bastante tranquila comencé a cantar un poco de opera, hacia bastante tiempo que no cantaba y tuve suerte de practicar bastante con la voz sino desafinaría enseguida y eso no es bueno para los oídos míos ni de los demás, ademas me gustaba cantar. En mi camino siempre cantaba para que la persona se alegrara y estuviera tranquila, practique bastante hasta poder llegar a cantar opera y eso para los oídos ajenos era algo esplendido.
Estuve como 3 horas tranquila, escuchando el viento y el agua, el zorro se despertó y se quedo a mi lado mientras que mi sombra volvió -vi lugares muy lindos para usted, oh que hermoso zorrito- me comento mientras observo al pequeño albino, este se acurruco sobre mi apenas vio a mi sombra, no sabia si quedarme o irme del lugar estaba bastante tranquilo y podía quedarme por más tiempo, pero creo que era hora de seguir mi camino el tiempo corría y el sol seguía pasando. Me levante mientras sacudía mi pantalón, observe al zorrito que no dejaba de mirarme -si quieres puedes venir con migo- le dije con una sonrisa y este automáticamente salto hacia mis brazos, agarre el saco para envolverlo así no sufría el frió por la velocidad a la que iría, pero decidí ir despacio así que con esto ultimo mi sombra se ubico en su lugar y levante vuelo, comencé a volar pero a una velocidad lenta para no lastimarlo y me fui de ese hermoso lugar.
(Listo saque la nena de acá XD)
Había sido el primer pensamiento de esta mañana cuando salí de la base de los Renegados, pero estuve toda la mañana caminando y recorriendo nuevos lugares para ir en mis momentos de meditación. Pasando el día, me di cuenta que no había comido nada y por suerte mi sombra pudo encontrar un lugar para comer lejos de Londres, fui y volví en menos de 30 minutos por suerte para seguir mi caminata, pero esta vez decidí volar un poco aún que deje mis cicatrices expuestas, el viento fresco que golpea mi cara es tan tranquilo que a veces pensaba que ocultar las alas era mala idea.
Luego de volar por un rato observo hacia abajo un paisaje hermoso con un lago esplendido, observe bien por si llegaba haber algo que me alterara un poco, pero para mi suerte estaba tranquilo, así que decidí bajar y sentarme en las orillas del rió para respirar y meditar un rato, dejando mi saco al lado mio la verdad que ya no me molestaba dejar mis cicatrices expuestas ya que es algo del pasado y como dicen "pasado pisado". Estire, hasta donde no podía más, las alas y comencé a meditar para concentrarme bien, también quiero manejar a la perfección las sombras ya que me parece fascinante perfeccionar las cosas. Respire hondo para que el aire recorra mi cuerpo y cerré mis ojos para comenzar a meditar, me concentre lo más que pude para poder levitar y seguir meditando mejor, ya que tengo las alas y estar sentada en el piso me hes incomodo.
"Me gustaría que papá estuviera aquí con migo, él me enseñaría más de lo que me enseño y más a a la edad que tengo ahora".
Mientras me concentraba, mi sombra se levanta literalmente del suelo para comenzar a recorrer el lugar y ser mis ojos y oídos por si aparece alguien, ella me observo por un rato mientras meditaba ya que le gustaba mucho verme tranquila. Luego de un rato ella comienza a recorrer por los alrededores del lago y se da cuenta que por un momento las sombras de los arboles se estaban levantando, pude ver a través de ella que tenían una forma extraña y tétrica, pero al no poder perfeccionar aún esta técnica volvieron a su lugar enseguida.
Abrí mis ojos, observe hacia atrás y solté una risa mientras suspire un poco por que estaba feliz, casi lo había logrado solo me faltaba seguir meditando y tal vez seguir practicando con mi sombra para tener más conocimiento sobre ellas. Me di vuelta para observar el lago y el hermoso paisaje mientras no podía parar de sonreír por la paz y tranquilidad que había en este lugar.
Luego escucho que algo se acerca y observo a mi izquierda, era un pequeño zorro albino muy herido y rápidamente concentro mi magia para hacerlo levitar hacia donde estaba yo para curarlo enseguida, era un poco tacaño y me quiso morder unas cuantas veces pero a lo ultimo vio que no quería hacerle daño y se dejo curar, para mi suerte pude curar todas sus heridas y estaba sano. Lo deje en el suelo y le hice seña con la mano que ya estaba bien y que se podía marchar, pero este se quedo sentado a mi lado, luego puso su hocico en mis piernas y se durmió, observo mi saco y lo envuelvo al pequeño zorro para que no pase frió ya que no me gustaría que pesque un resfriado o algo.
"Que hermoso que es, tal vez me lo quede".
Seguí observando el lago, mientras me daba cuenta que mis alas estaban apoyadas en el suelo, las observe por un segundo y note su color blanco como la nieve y los toques azules, cada tanto aleteaba un poco para acompañar el movimiento del viento, el frió no me molestaba y menos estando en remera. Ya bastante tranquila comencé a cantar un poco de opera, hacia bastante tiempo que no cantaba y tuve suerte de practicar bastante con la voz sino desafinaría enseguida y eso no es bueno para los oídos míos ni de los demás, ademas me gustaba cantar. En mi camino siempre cantaba para que la persona se alegrara y estuviera tranquila, practique bastante hasta poder llegar a cantar opera y eso para los oídos ajenos era algo esplendido.
Estuve como 3 horas tranquila, escuchando el viento y el agua, el zorro se despertó y se quedo a mi lado mientras que mi sombra volvió -vi lugares muy lindos para usted, oh que hermoso zorrito- me comento mientras observo al pequeño albino, este se acurruco sobre mi apenas vio a mi sombra, no sabia si quedarme o irme del lugar estaba bastante tranquilo y podía quedarme por más tiempo, pero creo que era hora de seguir mi camino el tiempo corría y el sol seguía pasando. Me levante mientras sacudía mi pantalón, observe al zorrito que no dejaba de mirarme -si quieres puedes venir con migo- le dije con una sonrisa y este automáticamente salto hacia mis brazos, agarre el saco para envolverlo así no sufría el frió por la velocidad a la que iría, pero decidí ir despacio así que con esto ultimo mi sombra se ubico en su lugar y levante vuelo, comencé a volar pero a una velocidad lenta para no lastimarlo y me fui de ese hermoso lugar.
(Listo saque la nena de acá XD)
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