Übermensch es una corporación creada por Tobias Gutenberg, mago alquimista, científico e inventor. Su objetivo es llevar a cabo investigaciones y experimentos de diversa índole, combinando magia y ciencia. A través de ello persigue metas como mejorar o modificar seres vivos, de cualquier raza, y buscar la inmortalidad. De este modo pretende ganar poder e influencia en el devenir de la sociedad, convirtiéndose en una corporación necesaria cuyos servicios estén altamente cotizados.
Su sede principal se encuentra en un edificio de Londres con numerosos laboratorios. Tiene varios trabajadores, tanto mágicos como no mágicos. También cuenta con mercenarios de seguridad, y sujetos para experimentos.
Pocos días después de la reunión con los magos en aquella siniestra taberna, acudí a la dirección que la tarjeta de Gutenberg decía. Pensé mucho en su propuesta y tenía que saciar la curiosidad que sentía por lo que el mago que había trabajado para mis padres tenía para ofrecer. El nombre de su organización empezaba con una letra que parecía una carita sonriente, algo que le sería muy útil a mercadotecnia si el objetivo de la empresa era mejorar a los seres. El edificio quedaba más cerca que la Posada de los Muertos, aún así salí temprano de la casa que ocupábamos con mi hermano porque no quería volver de noche otra vez.
Poco a poco el frío amainaba, oscurecía más tarde y el calor del sol estaba más presente aunque por la mañana la húmeda niebla londinense lo cubría todo como un manto. La caminata matutina entre la bruma me recordó las veces que volvía a casa después de una larga noche de fiesta, solo que en esa vida un chofer me pasaba a buscar en coche. Al encontrarme frente a la puerta delantera de la sede, miré la dirección en la tarjeta y la dirección en la que estaba alternativamente varias veces para cerciorarme que fuera el sitio que estaba buscando.
Alcé la vista buscando dónde terminaba el alto e imponente edificio pero la niebla obstaculizaba la visibilidad. Debo admitirlo, el alemán tenía mi atención pero ¿cómo había conseguido ese lugar? Supuse que era cuestión de conocerlo mejor. Llevaba puesta una chaqueta sobre el jersey, un chándal, unas zapatillas y una mochila pequeña en la que guardaba mis cosas, todo en tonos oscuros. Si, era la misma ropa que había usado hace unos días, no tenía muchas prendas pero las lavaba seguido para así poder volver a usarlas.
La cuestión es que entré a primera hora y recorrí la recepción con la mirada encontrando allí lo que parecía un guardia de seguridad que me miró así que me acerqué a él. -Vengo a ver a Tobías Gutenberg.- Le dije mientras me peinaba el pelo rubio hacia atrás porque los mechones algo largos se estaban metiendo en mis ojos. -¿Quién lo busca?- Preguntó observándome de arriba a abajo con cierto desdén. En ese momento no supe si darle mi nombre real o mi nombre falso, pero rápidamente decidí que no le daría ninguno. -El que sabe de ingeniería, él lo entenderá.- Alzó una ceja y me indicó que aguardara mientras lo llamaba para comprobar así que me crucé de brazos en el lugar y suspiré con la excusa de estar cansado por la caminata cuando en realidad estaba molesto por tener que esperar.
Poco a poco el frío amainaba, oscurecía más tarde y el calor del sol estaba más presente aunque por la mañana la húmeda niebla londinense lo cubría todo como un manto. La caminata matutina entre la bruma me recordó las veces que volvía a casa después de una larga noche de fiesta, solo que en esa vida un chofer me pasaba a buscar en coche. Al encontrarme frente a la puerta delantera de la sede, miré la dirección en la tarjeta y la dirección en la que estaba alternativamente varias veces para cerciorarme que fuera el sitio que estaba buscando.
Alcé la vista buscando dónde terminaba el alto e imponente edificio pero la niebla obstaculizaba la visibilidad. Debo admitirlo, el alemán tenía mi atención pero ¿cómo había conseguido ese lugar? Supuse que era cuestión de conocerlo mejor. Llevaba puesta una chaqueta sobre el jersey, un chándal, unas zapatillas y una mochila pequeña en la que guardaba mis cosas, todo en tonos oscuros. Si, era la misma ropa que había usado hace unos días, no tenía muchas prendas pero las lavaba seguido para así poder volver a usarlas.
La cuestión es que entré a primera hora y recorrí la recepción con la mirada encontrando allí lo que parecía un guardia de seguridad que me miró así que me acerqué a él. -Vengo a ver a Tobías Gutenberg.- Le dije mientras me peinaba el pelo rubio hacia atrás porque los mechones algo largos se estaban metiendo en mis ojos. -¿Quién lo busca?- Preguntó observándome de arriba a abajo con cierto desdén. En ese momento no supe si darle mi nombre real o mi nombre falso, pero rápidamente decidí que no le daría ninguno. -El que sabe de ingeniería, él lo entenderá.- Alzó una ceja y me indicó que aguardara mientras lo llamaba para comprobar así que me crucé de brazos en el lugar y suspiré con la excusa de estar cansado por la caminata cuando en realidad estaba molesto por tener que esperar.
En el edificio de la corporación tenía todo lo necesario para curarme tras el brutal ataque del estúpido Hacksaw, aunque tuve que gastar más pociones de las previstas hasta reponerme por completo. Tras unos días de descanso volví a la carga con el trabajo de los laboratorios, aunque todavía faltaba bastante para que aquello arrancase por completo. Había poco personal, pues era difícil encontrar gente válida y que quisiese colaborar. La purga de S.A.M-9917 había hecho estragos en la población, tanto en la mágica como en la no mágica. A eso se sumaba la escasez de recursos, aunque al menos tenía todo lo que me había podido llevar de Ouroboros.
Otro de los expulsados no había tenido tanta suerte, pero había sido lo suficientemente listo para aceptar la oferta y venir a buscarme. Por eso acudí a la entrada a verle en cuanto me avisaron de que el tipo de la ingeniería estaba allí. Me aproximé a él con las manos en los bolsillos de la bata y una sonrisa torva, con cara de que esperaba verle por allí.
- Dejadle pasar. Viene a dejar su currículum. ¿Verdad? - le puse una mano en el hombro para invitarle a entrar, indicándole que siguiese el camino hacia uno de los ascensores. Pronto nos alejamos de los guardias de la entrada. - Espero que no te de miedo entrar ahí y que a la vez puedas nombrarme unas cuantas películas en las que sucedan cosas malas en ascensores. - mi intención era la de inquietarle, pero por simple diversión. - Hiciste bien en venir. ¿Qué te hizo decidirte, Collins? ¿quieres aprender o te agarras a esto como un clavo ardiendo? ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar?
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PS: 53 + 2 frascos de herbovitalizante (50 PS x 2)= 150, PS restaurado y frena sangrado con una dosis de díctamo
OFF: Gastadas las herbos, comprado aquí https://magicworldwar.forosactivos.net/t1079p160-tienda-de-armas-y-otros-objetos#37466 aunque falte por descontar el dinero
Otro de los expulsados no había tenido tanta suerte, pero había sido lo suficientemente listo para aceptar la oferta y venir a buscarme. Por eso acudí a la entrada a verle en cuanto me avisaron de que el tipo de la ingeniería estaba allí. Me aproximé a él con las manos en los bolsillos de la bata y una sonrisa torva, con cara de que esperaba verle por allí.
- Dejadle pasar. Viene a dejar su currículum. ¿Verdad? - le puse una mano en el hombro para invitarle a entrar, indicándole que siguiese el camino hacia uno de los ascensores. Pronto nos alejamos de los guardias de la entrada. - Espero que no te de miedo entrar ahí y que a la vez puedas nombrarme unas cuantas películas en las que sucedan cosas malas en ascensores. - mi intención era la de inquietarle, pero por simple diversión. - Hiciste bien en venir. ¿Qué te hizo decidirte, Collins? ¿quieres aprender o te agarras a esto como un clavo ardiendo? ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar?
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No duré mucho tiempo quieto y, para cuando llegó el mago, había cambiado la proyección holográfica de una planta de hojas grandes que decoraba el vestíbulo por otra más exótica; una planta del tamaño suficiente para comerse a una persona promedio con cabeza de vaca y cencerro, que buscaba atraer mostrando una rebanada de pastel que tenía en la punta de la lengua y que movía sinuosamente. Me giré hacia Tobías un poco sorprendido al sentir su presencia, no esperaba que viniera a recibirme, pensaba que me indicarían cómo llegar a su oficina o algo así.
-Si... y quisiera un recorrido por las instalaciones.- Le daría el currículum de forma oral pero era mi oportunidad para ver el lugar. En la taberna había mencionado que su empresa experimentaba con magia y con ciencia con el objetivo de modificar seres y buscar la inmortalidad pero quería saber más. Mis músculos se tensaron cuando sentí su mano en mi hombro y recordé que estaba solo, nadie me salvaría si cometía un error que podía costarme la vida. A pesar de esto, avancé hacia el ascensor sintiendo mi pulso aumentar por los nervios.
-¿Miendo a los ascensores?- Resoplé esbozando una sonrisa que quería que fuera de suficiencia pero mostró la angustia que crecía dentro de mí, así que adopté una expresión pensativa mientras intentaba recordar alguna película y me esforzaba por poner un pie delante del otro en dirección al ascensor. -En “Metal espectral” el elevador mató a una chica cerrándose a su alrededor hasta aplastarla... mmm... ah, el protagonista de “El tatuaje” mató a algunos de un disparo en la cabeza en un ascensor... y deben haber muchas más. ¿Eres cinéfilo?- Él había dicho que buscaba mentes despiertas, los cadáveres no tienen mentes despiertas.
Tenía dos opciones: irme y seguir en solitario o quedarme confiando que Tobías no había mentido. Apenas lo conocía, aún así decidí quedarme pero cambié la mochila de mi espalda a mi pecho, metí la mano abriéndola lo justo y agarré el sable láser. No ayudaría mucho pero sentir el arma en mi mano me daba la falsa ilusión de control sobre la situación. Mantuve la mano que sostenía la espada dentro de la mochila mientras entraba en el ascensor. Una vez dentro, perdí la mirada en un punto lejano pensando en una respuesta. -Un poco de todo.- Repliqué finalmente, fijando mis ojos del color de la plata en los suyos.
-Soy mayor para cuidarme por mi cuenta, pero no lo suficiente para dejar de ser una carga así que, por lo general, soy excluído de los asuntos importantes “por mi propio bien”.- Hice las comillas con la mano que no tenía dentro de la bolsa. -Así que si, quiero aprender y acumular experiencia. Quiero crear las herramientas para modificar a los seres.- Para mejorar a mi hermana. -Quiero lograr la inmortalidad.- Para los míos. -Y quiero aliados, personas a las que poder pedir ayuda a cambio de mi colaboración, que es lo único que tengo en este momento.- Aliados circunstanciales en este caso, por lo menos hasta que la supremacía humana se restaure.
-Mi familia es una línea que no voy a atravesar. No voy a hacerles daño aunque mi vida dependa de ello, me enfrentaré a aquellos que los amenacen y, si los pierdo, los vengaré.- Respondí a la pregunta de hasta dónde estaba dispuesto a llegar. Los miembros de la Alianza Humana también eran un punto sensible, pero ése límite estaba un poco borroso en ese momento porque no sabía cuáles eran los ideales del bando. -¿Cuáles son tus condiciones?- Tal vez él también tenía límites... o tal vez no. -Mencionaste que los objetivos de...- Me detuve y leí el nombre de la corporación de la tarjeta que me había dado en un tosco alemán. -Ubamesh...- Hice una mueca de disconformidad, consciente de lo mal que lo había pronunciado, mi padre había estudiado en Alemania pero nunca había reunido el valor para pedirle que me ayude con el idioma.
-Que tienen metas como modificar y mejorar seres... eso suena a prótesis... ¿Te dedicas a la medicina?- Dije retomando el hilo. A ver... mensch significa humano y über tenía algo que ver con algo sobre algo, o con encima de... ¿Encima del humano? -¿Qué significa el nombre de la empresa?- Pregunté cansado de especular.
- (Planta):
-Si... y quisiera un recorrido por las instalaciones.- Le daría el currículum de forma oral pero era mi oportunidad para ver el lugar. En la taberna había mencionado que su empresa experimentaba con magia y con ciencia con el objetivo de modificar seres y buscar la inmortalidad pero quería saber más. Mis músculos se tensaron cuando sentí su mano en mi hombro y recordé que estaba solo, nadie me salvaría si cometía un error que podía costarme la vida. A pesar de esto, avancé hacia el ascensor sintiendo mi pulso aumentar por los nervios.
-¿Miendo a los ascensores?- Resoplé esbozando una sonrisa que quería que fuera de suficiencia pero mostró la angustia que crecía dentro de mí, así que adopté una expresión pensativa mientras intentaba recordar alguna película y me esforzaba por poner un pie delante del otro en dirección al ascensor. -En “Metal espectral” el elevador mató a una chica cerrándose a su alrededor hasta aplastarla... mmm... ah, el protagonista de “El tatuaje” mató a algunos de un disparo en la cabeza en un ascensor... y deben haber muchas más. ¿Eres cinéfilo?- Él había dicho que buscaba mentes despiertas, los cadáveres no tienen mentes despiertas.
Tenía dos opciones: irme y seguir en solitario o quedarme confiando que Tobías no había mentido. Apenas lo conocía, aún así decidí quedarme pero cambié la mochila de mi espalda a mi pecho, metí la mano abriéndola lo justo y agarré el sable láser. No ayudaría mucho pero sentir el arma en mi mano me daba la falsa ilusión de control sobre la situación. Mantuve la mano que sostenía la espada dentro de la mochila mientras entraba en el ascensor. Una vez dentro, perdí la mirada en un punto lejano pensando en una respuesta. -Un poco de todo.- Repliqué finalmente, fijando mis ojos del color de la plata en los suyos.
-Soy mayor para cuidarme por mi cuenta, pero no lo suficiente para dejar de ser una carga así que, por lo general, soy excluído de los asuntos importantes “por mi propio bien”.- Hice las comillas con la mano que no tenía dentro de la bolsa. -Así que si, quiero aprender y acumular experiencia. Quiero crear las herramientas para modificar a los seres.- Para mejorar a mi hermana. -Quiero lograr la inmortalidad.- Para los míos. -Y quiero aliados, personas a las que poder pedir ayuda a cambio de mi colaboración, que es lo único que tengo en este momento.- Aliados circunstanciales en este caso, por lo menos hasta que la supremacía humana se restaure.
-Mi familia es una línea que no voy a atravesar. No voy a hacerles daño aunque mi vida dependa de ello, me enfrentaré a aquellos que los amenacen y, si los pierdo, los vengaré.- Respondí a la pregunta de hasta dónde estaba dispuesto a llegar. Los miembros de la Alianza Humana también eran un punto sensible, pero ése límite estaba un poco borroso en ese momento porque no sabía cuáles eran los ideales del bando. -¿Cuáles son tus condiciones?- Tal vez él también tenía límites... o tal vez no. -Mencionaste que los objetivos de...- Me detuve y leí el nombre de la corporación de la tarjeta que me había dado en un tosco alemán. -Ubamesh...- Hice una mueca de disconformidad, consciente de lo mal que lo había pronunciado, mi padre había estudiado en Alemania pero nunca había reunido el valor para pedirle que me ayude con el idioma.
-Que tienen metas como modificar y mejorar seres... eso suena a prótesis... ¿Te dedicas a la medicina?- Dije retomando el hilo. A ver... mensch significa humano y über tenía algo que ver con algo sobre algo, o con encima de... ¿Encima del humano? -¿Qué significa el nombre de la empresa?- Pregunté cansado de especular.
- Por supuesto, aunque todavía falta completar muchos departamentos. Apenas llevamos un mes desde que empezamos a montarlo todo. - respondí con sinceridad a eso de hacer recorrido por las instalaciones. Me hizo gracia aquello de que sí parecía tenerle miedo a los ascensores, poniendo cara de ni idea con las películas que mencionó. Cosas de jóvenes, tal vez. - No soy particularmente cinéfilo, pero sí me gusta analizar patrones que se repiten tanto en escenas, como historias y comportamientos de personajes. Te ayuda a estudiar a los individuos. - no me paso desapercibido su gesto de meter la mano en la mochila, observando atentamente por si se le ocurría hacer alguna estupidez. El crío tenía miedo, definitivamente.
- Ya veo. Estás en esa edad rara en que no encajas muy bien en ningún sitio. Nada mejor que dedicar tu tiempo a ampliar tus conocimientos. - anoté mentalmente sus aspiraciones, pareciéndome un aprendiz con potencial e interesante a pesar de no tener magia. Nunca me había regido por ese tipo de racismo, lo veía todo en términos de poder. - Que te deban favores es una de las cosas más útiles, pero siempre hay desagradecidos que se olvidan y no quieren pagar. - recordaba un par de ellos, como por ejemplo el Black, cuando salvé a su mujer. Alcé ambas cejas ante la mención de que no dañaría a su familia, ni que fuera a pedirle algo así. - ¿Qué interés tendría que te mandase a dañar a tu familia? bien por ti por contemplar la venganza. Inútil, pero efímeramente satisfactoria. - la subida en el ascensor estaba resultando bastante útil para conocer mejor al joven aspirante, al menos no se quedaba callado mirando al suelo o hablaba del tiempo de manera incómoda. - Mis condiciones son dedicación y fidelidad absoluta con el proyecto. Que no tengas remilgos, todo en pos de la ciencia. Tu familia está a salvo. Los demás no importan. - me fijé en la luz de colores del ascensor, que ya estaba llegando casi a la última planta, donde estaba concentrado casi todo.
- Por supuesto. Mejorar seres al estilo de cyborgs. No sólo los que hayan perdido un miembro, sino mejorar la fuerza, la visión, la regeneración mediante nanobots... no todo es medicina. Además, disculpa que te lo diga, pero los seres humanos vulgares estáis quedando obsoletos para el futuro. Requerís una actualización y mejora si queréis estar adaptados a lo que viene. Es así. - el ascensor se abrió justo en el momento en que me preguntaba por el nombre de la empresa, tras un burdo intento de pronunciarlo. - Übermensch. Significa súper hombre. Esta empresa persigue eso, y el nombre está inspirado en la idea del superhombre propuesta por Nietzsche, que se refiere al hombre capaz de superarse a sí mismo y a su naturaleza. - no es que fuese estrictamente en el sentido filosófico de la idea, tenía otros matices. Le hice un gesto para que comenzase a avanzar por un pasillo metálico algo lúgubre, iluminado por una luz de neón blanca que parpadeaba ligeramente. Las goteras de las tuberías del techo aún estaban por reparar, y se escuchaba de vez en cuando el sonido rítmico de una gota cayendo. Al fondo del pasillo había una puerta también metálica, con un cartel que ponía área restringida.
- Ya veo. Estás en esa edad rara en que no encajas muy bien en ningún sitio. Nada mejor que dedicar tu tiempo a ampliar tus conocimientos. - anoté mentalmente sus aspiraciones, pareciéndome un aprendiz con potencial e interesante a pesar de no tener magia. Nunca me había regido por ese tipo de racismo, lo veía todo en términos de poder. - Que te deban favores es una de las cosas más útiles, pero siempre hay desagradecidos que se olvidan y no quieren pagar. - recordaba un par de ellos, como por ejemplo el Black, cuando salvé a su mujer. Alcé ambas cejas ante la mención de que no dañaría a su familia, ni que fuera a pedirle algo así. - ¿Qué interés tendría que te mandase a dañar a tu familia? bien por ti por contemplar la venganza. Inútil, pero efímeramente satisfactoria. - la subida en el ascensor estaba resultando bastante útil para conocer mejor al joven aspirante, al menos no se quedaba callado mirando al suelo o hablaba del tiempo de manera incómoda. - Mis condiciones son dedicación y fidelidad absoluta con el proyecto. Que no tengas remilgos, todo en pos de la ciencia. Tu familia está a salvo. Los demás no importan. - me fijé en la luz de colores del ascensor, que ya estaba llegando casi a la última planta, donde estaba concentrado casi todo.
- Por supuesto. Mejorar seres al estilo de cyborgs. No sólo los que hayan perdido un miembro, sino mejorar la fuerza, la visión, la regeneración mediante nanobots... no todo es medicina. Además, disculpa que te lo diga, pero los seres humanos vulgares estáis quedando obsoletos para el futuro. Requerís una actualización y mejora si queréis estar adaptados a lo que viene. Es así. - el ascensor se abrió justo en el momento en que me preguntaba por el nombre de la empresa, tras un burdo intento de pronunciarlo. - Übermensch. Significa súper hombre. Esta empresa persigue eso, y el nombre está inspirado en la idea del superhombre propuesta por Nietzsche, que se refiere al hombre capaz de superarse a sí mismo y a su naturaleza. - no es que fuese estrictamente en el sentido filosófico de la idea, tenía otros matices. Le hice un gesto para que comenzase a avanzar por un pasillo metálico algo lúgubre, iluminado por una luz de neón blanca que parpadeaba ligeramente. Las goteras de las tuberías del techo aún estaban por reparar, y se escuchaba de vez en cuando el sonido rítmico de una gota cayendo. Al fondo del pasillo había una puerta también metálica, con un cartel que ponía área restringida.
-Parece un lugar muy espacioso.- Comenté dando otro vistazo alrededor. Ansiaba saber cómo había conseguido un lugar así, pero sospechaba que no nos conocíamos lo suficiente como para que me explique detalladamente la manera en la que lo había obtenido, además podía no querer compartir esa información frente a los empleados de seguridad, tal vez más adelante. ¿Podría aclimatar algunos departamentos a mí gusto? Eso sería genial. El lugar me recordó a las empresas que tenía papá y fantaseé con impresionarlo, cuando hubiera conseguido recuperar a mi familia, mostrándole que había logrado crear mi propio imperio, pero no debía adelantarme.
-Pues no sé porqué pero esta situación me recuerda al cuento de Hansel y Gretel solo que, en vez de una casa de dulces, es un edificio en el que se crean inventos.- Dije mientras caminábamos hacia el ascensor. -¿Te gusta la carne humana?¿Planeas hacerme al horno?- Le pregunté mirándolo de arriba a abajo, notando que era más alto que yo, los pelos parados le daban ventaja. Con el arma en mano y dentro del ascensor, hablé de lo que me había motivado a venir mientras subíamos. Los ascensores no me daban miedo en sí, tampoco era claustrofóbico, estaba tenso porque estaba solo con un mago y, una de las primeras cosas que había aprendido era que exactamente eso era lo que no había que hacer.
Todo sea por adaptarme y salir adelante. Asentí como respuesta a lo de no encajar, no era un niño pero tampoco un hombre. -¿Eso era lo que hacías tú a mi edad?¿Ampliar tus conocimientos?- Inquirí ladeando la cabeza sinceramente curioso. -¿Qué se hace con los que no pagan?- Estaba haciendo lo que él me había recomendado; conseguir información. -¿Cómo eran mis padres como empleadores?- Alcé los hombros cuando preguntó qué interés podría tener en mi familia. -Solo quería que lo supieras, por si acaso.- Por como habló de la venganza, supuse que no tenía interés en desquitarse por algo que mis padres hubieran hecho.
Lo miré y entrecerré los ojos cuando mencionó sus condiciones. -Dedicación, fidelidad y no remilgos...- Repetí pensativo. -¿Quieres decir que no quieres que me dedique a otra cosa? Si descubrieras que también trabajo de... no lo sé... camarero, por ejemplo, ¿me dejarías fuera de la empresa?.- Mi idea era postularme también como científico en la base de la Alianza Humana ¿Podría con ambas responsabilidades? -Por fidelidad entiendo que debería evitar compartir los detalles de los proyectos de esta compañía ¿es correcto?- Sospeché que también se refería a no dificultar la realización de los proyectos, pero yo estaba ahí para obtener más experiencia y, si debía colaborar con seres mágicos para lograrlo, lo haría, con algo de buena suerte, con el tiempo, conseguiría beneficios.
-¿A qué te refieres exactamente con “remilgos”?¿Podrías darme ejemplos?- En mi defensa, sus condiciones eran conceptos algo amplios. -En verdad quiero cooperar con los proyectos, creo que es una oportunidad única para mejorar mis habilidades y para más cosas, pero me va a ser difícil si no te entiendo.- Tenía que tener paciencia para recuperar a mi familia y para conseguir poder, pero no podía perder tiempo en cometer errores ni en que me regañen, por eso quería tener una noción más o menos clara de las reglas. Es cierto que yo tenía un arma en la mano pero, aún así, calculaba que no era una amenaza para él por lo que recordaba del ataque del licántropo en el taller de la isla mágica... En la taberna dió a entender que un licántropo le había dejado la nariz sangrante... yo debería conseguirme algún arma de plata.
Escuché su respuesta sobre cómo se podía mejorar a los seres y aparté la mirada con aire pensativo cuando concluyó. -Descuida, te disculpo.- Dije con la intención de fastidiarlo un poco, él se había puesto tan serio a explicar que no pude evitarlo pero le había prestado atención y comencé a imaginar modificar, no solo el cuerpo de mi hermana, sino el de mi hermano, el de mi padre, el de mi familia (si encontraba a alguien) y el mío después de verificar que era seguro y útil, claro. Ahora que lo pienso... debería buscar a mis abuelos, tíos, primos y ¿quién sabe? tal vez encuentre que tengo más hermanos. Mamá tenía amigas, eran insoportables, pero podían ser útiles. Papá y Andres tenían... gente que los apoyaba. Tal vez había de los que defendían la supremacía humana, tenía que llegar a ellos.
Miré el sombrío paisaje que se revelaba ante mí cuando se abrieron las puertas del elevador mientras escuchaba a Tobías responder mi pregunta sobre el nombre de la empresa. Por lo que decía, parecía ser de los que saben de todo, como los polímatas. -¿Cómo estar seguro de que el superhombre no se revelará contra su creador?- Le pregunté mientras avanzaba por el pasillo que indicó ni muy rápido ni muy lento, sintiendo los nervios haciéndome cosquillas en las extremidades y agarrando el sable láser con fuerza pero sin sacarlo de la mochila ni activarlo. Ya habíamos pasado por una inteligencia artificial rebelada contra sus creadores y esperaba no volver a hacerlo.
Dí un leve respingo cuando me cayó una gota en la cabeza pero me recuperé rápido y seguí caminando mirando si había más puertas en ese pasillo o si llevaba a otros corredores o si había algo en las paredes de metal que me diera alguna pista del lugar que me quería mostrar. -¿Trabajaré contigo?- Pregunté para romper un poco con el silencio. -¿Quiénes más trabajan aquí?- Aceleré un poco el paso porque quería terminar con el suspenso, llegué al final del pasillo e intenté abrir la puerta de metal que advertía que era área restringida con la mano que no estaba dentro de la bolsa para ver lo que había del otro lado.
-Pues no sé porqué pero esta situación me recuerda al cuento de Hansel y Gretel solo que, en vez de una casa de dulces, es un edificio en el que se crean inventos.- Dije mientras caminábamos hacia el ascensor. -¿Te gusta la carne humana?¿Planeas hacerme al horno?- Le pregunté mirándolo de arriba a abajo, notando que era más alto que yo, los pelos parados le daban ventaja. Con el arma en mano y dentro del ascensor, hablé de lo que me había motivado a venir mientras subíamos. Los ascensores no me daban miedo en sí, tampoco era claustrofóbico, estaba tenso porque estaba solo con un mago y, una de las primeras cosas que había aprendido era que exactamente eso era lo que no había que hacer.
Todo sea por adaptarme y salir adelante. Asentí como respuesta a lo de no encajar, no era un niño pero tampoco un hombre. -¿Eso era lo que hacías tú a mi edad?¿Ampliar tus conocimientos?- Inquirí ladeando la cabeza sinceramente curioso. -¿Qué se hace con los que no pagan?- Estaba haciendo lo que él me había recomendado; conseguir información. -¿Cómo eran mis padres como empleadores?- Alcé los hombros cuando preguntó qué interés podría tener en mi familia. -Solo quería que lo supieras, por si acaso.- Por como habló de la venganza, supuse que no tenía interés en desquitarse por algo que mis padres hubieran hecho.
Lo miré y entrecerré los ojos cuando mencionó sus condiciones. -Dedicación, fidelidad y no remilgos...- Repetí pensativo. -¿Quieres decir que no quieres que me dedique a otra cosa? Si descubrieras que también trabajo de... no lo sé... camarero, por ejemplo, ¿me dejarías fuera de la empresa?.- Mi idea era postularme también como científico en la base de la Alianza Humana ¿Podría con ambas responsabilidades? -Por fidelidad entiendo que debería evitar compartir los detalles de los proyectos de esta compañía ¿es correcto?- Sospeché que también se refería a no dificultar la realización de los proyectos, pero yo estaba ahí para obtener más experiencia y, si debía colaborar con seres mágicos para lograrlo, lo haría, con algo de buena suerte, con el tiempo, conseguiría beneficios.
-¿A qué te refieres exactamente con “remilgos”?¿Podrías darme ejemplos?- En mi defensa, sus condiciones eran conceptos algo amplios. -En verdad quiero cooperar con los proyectos, creo que es una oportunidad única para mejorar mis habilidades y para más cosas, pero me va a ser difícil si no te entiendo.- Tenía que tener paciencia para recuperar a mi familia y para conseguir poder, pero no podía perder tiempo en cometer errores ni en que me regañen, por eso quería tener una noción más o menos clara de las reglas. Es cierto que yo tenía un arma en la mano pero, aún así, calculaba que no era una amenaza para él por lo que recordaba del ataque del licántropo en el taller de la isla mágica... En la taberna dió a entender que un licántropo le había dejado la nariz sangrante... yo debería conseguirme algún arma de plata.
Escuché su respuesta sobre cómo se podía mejorar a los seres y aparté la mirada con aire pensativo cuando concluyó. -Descuida, te disculpo.- Dije con la intención de fastidiarlo un poco, él se había puesto tan serio a explicar que no pude evitarlo pero le había prestado atención y comencé a imaginar modificar, no solo el cuerpo de mi hermana, sino el de mi hermano, el de mi padre, el de mi familia (si encontraba a alguien) y el mío después de verificar que era seguro y útil, claro. Ahora que lo pienso... debería buscar a mis abuelos, tíos, primos y ¿quién sabe? tal vez encuentre que tengo más hermanos. Mamá tenía amigas, eran insoportables, pero podían ser útiles. Papá y Andres tenían... gente que los apoyaba. Tal vez había de los que defendían la supremacía humana, tenía que llegar a ellos.
Miré el sombrío paisaje que se revelaba ante mí cuando se abrieron las puertas del elevador mientras escuchaba a Tobías responder mi pregunta sobre el nombre de la empresa. Por lo que decía, parecía ser de los que saben de todo, como los polímatas. -¿Cómo estar seguro de que el superhombre no se revelará contra su creador?- Le pregunté mientras avanzaba por el pasillo que indicó ni muy rápido ni muy lento, sintiendo los nervios haciéndome cosquillas en las extremidades y agarrando el sable láser con fuerza pero sin sacarlo de la mochila ni activarlo. Ya habíamos pasado por una inteligencia artificial rebelada contra sus creadores y esperaba no volver a hacerlo.
Dí un leve respingo cuando me cayó una gota en la cabeza pero me recuperé rápido y seguí caminando mirando si había más puertas en ese pasillo o si llevaba a otros corredores o si había algo en las paredes de metal que me diera alguna pista del lugar que me quería mostrar. -¿Trabajaré contigo?- Pregunté para romper un poco con el silencio. -¿Quiénes más trabajan aquí?- Aceleré un poco el paso porque quería terminar con el suspenso, llegué al final del pasillo e intenté abrir la puerta de metal que advertía que era área restringida con la mano que no estaba dentro de la bolsa para ver lo que había del otro lado.
- Sí, son unas cuantas plantas. - comenté de modo casual por darle conversación hasta que llegásemos a los asuntos importantes. Incluso solté una sonrisa burlona por su pregunta de si iba a comérmelo. - No, seguro que estás relleno de ultraprocesados. Qué asco. - por suerte pronto empezó a hacerme preguntas de más adulto, en vez de hablarme de cuentos infantiles. - Así es, a tu edad estudiaba incansablemente. - omití decir que tuve algunos accidentes con alquimia que pudieron acabar mal, no necesitaba saber eso porque no era mago. Hice un gesto con los dedos como si fuesen piernas andando, haciendo después un ruido de "crack" con la boca.
- Se les parten las piernas a los que no pagan. Es de primero de mafioso, mercenario o ese tipo de...gente. Tus padres pagaban bien, y tenían recursos. Por eso me fui con ellos. Pero luego la liaron, decidieron perseguirme y luego...bueno, cayeron en desgracia. Ya conoces la historia. Serás más listo y harás que no se repita.- tuve que reírme por su pregunta de si me enfadaría si hacía de camarero, negando rotundamente. - Obviamente no. Mientras cumplas y no perjudiques el trabajo aquí, me da igual lo que hagas. Oh..no querrás compartir detalles que no debes. - mantuve una sonrisa un tanto amenazante para que supiese que mejor no debía intentarlo por su seguridad. - Lo de los remilgos es sencillo. Que lo des todo en pos de la investigación. Si te digo que secuestres a alguien, lo haces. Si te digo que vayamos más allá con los experimentos, aunque el otro grite, lo haces. Si eres sensible o tienes problemas con eso, mejor te bajas del proyecto. Son ejemplos algo extremos, pero puede suceder. - le indiqué que siguiese caminando por el pasillo en el que estábamos, hasta casi llegar a la puerta metálica. Después puse mi mano en la biometría de seguridad, dejando paso al lugar en el que estaban aún las luces apagadas.
- No me entiendes porque acabas de llegar. En cuanto dejemos de hablar de otras cosas y nos centremos, lo harás. - ignoré lo de "te disculpo" porque tal vez lo él lo había entendido mal, y procedí a explicarle el resto de dudas que le quedaban para poder pasar a detalles más específicos después. - Buena pregunta. Piensas en que S.A.M se rebeló contra sus creadores. Pero no hablamos de máquinas, sino de seres vivos superiores. Mejorando los individuos tanto mágicos como no mágicos por medio de la tecnología, la magia y la ingeniería genética. Aquí no hay creadores, todos nos mejoraremos a nosotros mismos. Incluso tú, que estás obsoleto como ser. Si trabajas conmigo podrás mejorarte. Incluso hay modos de que alcances la inmortalidad. - encendí las luces de neón de la sala, azuladas y parpadeantes. Aún había que cambiar eso. En la sala había varias mesas de laboratorio y material de investigación, además de algunos tanques vacíos y aparatos tecnomágicos de Ouroboros. - Necesito más científicos. No conoces a nadie de los que están. Hay alguno de la Alianza que sobrevivió, pero no es suficiente. Los Descendientes no quieren trabajar conmigo, aunque es una lástima. No puedo traerlos a la fuerza, pero tal vez logremos convencer a otra persona que investigaba en su día. Se llama Victorya Blanc. Tal vez la has visto por la isla.
- Se les parten las piernas a los que no pagan. Es de primero de mafioso, mercenario o ese tipo de...gente. Tus padres pagaban bien, y tenían recursos. Por eso me fui con ellos. Pero luego la liaron, decidieron perseguirme y luego...bueno, cayeron en desgracia. Ya conoces la historia. Serás más listo y harás que no se repita.- tuve que reírme por su pregunta de si me enfadaría si hacía de camarero, negando rotundamente. - Obviamente no. Mientras cumplas y no perjudiques el trabajo aquí, me da igual lo que hagas. Oh..no querrás compartir detalles que no debes. - mantuve una sonrisa un tanto amenazante para que supiese que mejor no debía intentarlo por su seguridad. - Lo de los remilgos es sencillo. Que lo des todo en pos de la investigación. Si te digo que secuestres a alguien, lo haces. Si te digo que vayamos más allá con los experimentos, aunque el otro grite, lo haces. Si eres sensible o tienes problemas con eso, mejor te bajas del proyecto. Son ejemplos algo extremos, pero puede suceder. - le indiqué que siguiese caminando por el pasillo en el que estábamos, hasta casi llegar a la puerta metálica. Después puse mi mano en la biometría de seguridad, dejando paso al lugar en el que estaban aún las luces apagadas.
- No me entiendes porque acabas de llegar. En cuanto dejemos de hablar de otras cosas y nos centremos, lo harás. - ignoré lo de "te disculpo" porque tal vez lo él lo había entendido mal, y procedí a explicarle el resto de dudas que le quedaban para poder pasar a detalles más específicos después. - Buena pregunta. Piensas en que S.A.M se rebeló contra sus creadores. Pero no hablamos de máquinas, sino de seres vivos superiores. Mejorando los individuos tanto mágicos como no mágicos por medio de la tecnología, la magia y la ingeniería genética. Aquí no hay creadores, todos nos mejoraremos a nosotros mismos. Incluso tú, que estás obsoleto como ser. Si trabajas conmigo podrás mejorarte. Incluso hay modos de que alcances la inmortalidad. - encendí las luces de neón de la sala, azuladas y parpadeantes. Aún había que cambiar eso. En la sala había varias mesas de laboratorio y material de investigación, además de algunos tanques vacíos y aparatos tecnomágicos de Ouroboros. - Necesito más científicos. No conoces a nadie de los que están. Hay alguno de la Alianza que sobrevivió, pero no es suficiente. Los Descendientes no quieren trabajar conmigo, aunque es una lástima. No puedo traerlos a la fuerza, pero tal vez logremos convencer a otra persona que investigaba en su día. Se llama Victorya Blanc. Tal vez la has visto por la isla.
Noté que no respondió a la pregunta de si le gustaba la carne humana o no, pero supuse que prefería comer sano por lo que dijo, tal vez era vegetariano o vegano, tomé nota mental de eso. Esbocé una leve sonrisa nerviosa por lo que dijo de los ultraprocesados que se diluyó rápido. Si estaba bromeando o si lo estaba diciendo en serio, era un misterio para mí. Asentí cuando confirmó que, él a mi edad, se dedicaba a cultivar el intelecto y llevé mi mirada gris de sus dedos a sus ojos al ver el gesto de romper las piernas. Lo observé atentamente cuando habló de mis padres pero desvié la mirada con la mandíbula apretada al final. -Entiendo.- Respondí respecto a cumplir, no perjudicar el trabajo y no compartir detalles.
-Puedo hacerlo.- Respondí a su explicación de los remilgos. Haría lo que hiciera falta para conseguir armas y objetos que me sean útiles para recuperar a mi gente y mejorarlos. Aprovechando que estábamos a oscuras hice una silenciosa mímica de Tobías diciendo “estás obsoleto como ser” pero justo encendió las luces. -Inmortalidad que no tiene que ver con la trascendencia que proponía S.A.M. según recuerdo ¿Tiene que ver con los vampiros?- Pregunté acercándome y mirando los aparatos que se parecían a los que había visto en la isla de los magos. Caminé por el lugar mirando los tanques vacíos, ¿sería ahí donde los voluntarios en los experimentos serían torturados? me preguntaba mientras lo escuchaba hablar.
-Debe ser porque tienen escrúpulos.- Acote en tono irónico cuando dijo que los Descendientes no querían trabajar con él. No tuvieron reparos en dejar morir a mi madre, ni cuando nos separaron a mi hermano y a mí de lo que quedaba de nuestra familia. La idea de traerlos a la fuerza me agradó, pero no para trabajar con ellos, sino para probar los experimentos en ellos. Con mucho placer los haría gritar de dolor, no haría falta que el alemán me lo indicase. Una leve sonrisa se formó en mi rostro al imaginarme la escena y, al volver mi atención a la conversación, mi rostro era más bien risueño. -Su nombre no me suena, tal vez la recuerde si la veo.- Dije respecto a Victorya Blanc. -Supongo que aquí puedo usar mi nombre real.- Especule yendo junto a Tobías.
Mi mano seguía dentro de la mochila pero ya no estaba tan tenso. -No traje un currículum, pero sería algo así; mi formación académica llega hasta el nivel secundario incompleto, en la escuela aprendí lo que sé de ingeniería, sé hablar y escribir portugues y coreano a nivel medio, mi nivel de alemán es bajo y puedo recrear la pila cervical de S.A.M. con una antena rota. ¿Estoy dentro?- Pregunté sacando la mano de la mochila, dejando el sable de luz dentro, y extendiéndola hacia él, a la espera de que la estreche. -Estoy listo para empezar. ¿Qué me toca hacer?-
-Puedo hacerlo.- Respondí a su explicación de los remilgos. Haría lo que hiciera falta para conseguir armas y objetos que me sean útiles para recuperar a mi gente y mejorarlos. Aprovechando que estábamos a oscuras hice una silenciosa mímica de Tobías diciendo “estás obsoleto como ser” pero justo encendió las luces. -Inmortalidad que no tiene que ver con la trascendencia que proponía S.A.M. según recuerdo ¿Tiene que ver con los vampiros?- Pregunté acercándome y mirando los aparatos que se parecían a los que había visto en la isla de los magos. Caminé por el lugar mirando los tanques vacíos, ¿sería ahí donde los voluntarios en los experimentos serían torturados? me preguntaba mientras lo escuchaba hablar.
-Debe ser porque tienen escrúpulos.- Acote en tono irónico cuando dijo que los Descendientes no querían trabajar con él. No tuvieron reparos en dejar morir a mi madre, ni cuando nos separaron a mi hermano y a mí de lo que quedaba de nuestra familia. La idea de traerlos a la fuerza me agradó, pero no para trabajar con ellos, sino para probar los experimentos en ellos. Con mucho placer los haría gritar de dolor, no haría falta que el alemán me lo indicase. Una leve sonrisa se formó en mi rostro al imaginarme la escena y, al volver mi atención a la conversación, mi rostro era más bien risueño. -Su nombre no me suena, tal vez la recuerde si la veo.- Dije respecto a Victorya Blanc. -Supongo que aquí puedo usar mi nombre real.- Especule yendo junto a Tobías.
Mi mano seguía dentro de la mochila pero ya no estaba tan tenso. -No traje un currículum, pero sería algo así; mi formación académica llega hasta el nivel secundario incompleto, en la escuela aprendí lo que sé de ingeniería, sé hablar y escribir portugues y coreano a nivel medio, mi nivel de alemán es bajo y puedo recrear la pila cervical de S.A.M. con una antena rota. ¿Estoy dentro?- Pregunté sacando la mano de la mochila, dejando el sable de luz dentro, y extendiéndola hacia él, a la espera de que la estreche. -Estoy listo para empezar. ¿Qué me toca hacer?-
- Perfecto entonces, nada de remilgos. - le di una palmadita en la espalda, que no me llorase luego si le entraban los remordimientos. Suspiré como si me pareciese ingenuo por mencionar lo de los vampiros, pero luego me recordé que era un muggle, era lo único que conocían sobre inmortalidad. - No. ¿Es que no has oído hablar de la piedra filosofal? creo que se la mencioné a tu padre. - o tal vez fue a otro, tampoco lo recordaba bien. - Con ella produces el elixir de la vida eterna. No envejeces. Lo único que es un poco difícil de obtener, hay que matar a bastantes personas...se necesita almas para hacerla. - claro que a muchos eso no les parecía bien. Una vez más, los escrúpulos. Solté un 'bah' cuando mencionó a los Descendientes, esos sí que no avanzaban nada porque no se atrevían a experimentar.
- Sí, seguro que has visto a esa mujer. Me interesaría contactar con ella, o con cualquiera de los que trabajaste en el taller de Ouroboros. Supongo que puedes usar tu nombre real según en qué momentos. Tú mismo tendrás que pensar cuándo sí y cuándo no. - en cuanto a su formación académica no me pareció mal teniendo en cuenta lo joven que era, el resto se la daría yo. Al menos las partes que pudiese hacer, como las no mágicas.
- Estás dentro. Pareces inteligente y tienes interés, eso bastará por ahora.
Me acerqué a la mesa metálica para comenzar a escribir unos cuantos puntos en una nota, que sería lo que tenía que hacer. Luego se la entregué en mano.
- Empieza por esto. Estás en periodo de prueba. Si lo superas fe pagaré más. Por ahora puedes vivir aquí y tendrás formación, comida y armas. Puedes marcharte, si no tienes dudas.
--------------
dado: 4 tareas
1- Secuestra y trae al edificio a dos sujetos para experimentar (a ser posible que uno de los sujetos sea una embarazada )
2- Consigue un aliado para trabajar en la corporación.
3- Propón y crea algún invento/mejora útil para humanos sin magia.
4- Consigue un cliente interesado en hace un encargo a la corporación. Puedes hacerlo ofreciendo algún favor o muestra para que se interese
- Sí, seguro que has visto a esa mujer. Me interesaría contactar con ella, o con cualquiera de los que trabajaste en el taller de Ouroboros. Supongo que puedes usar tu nombre real según en qué momentos. Tú mismo tendrás que pensar cuándo sí y cuándo no. - en cuanto a su formación académica no me pareció mal teniendo en cuenta lo joven que era, el resto se la daría yo. Al menos las partes que pudiese hacer, como las no mágicas.
- Estás dentro. Pareces inteligente y tienes interés, eso bastará por ahora.
Me acerqué a la mesa metálica para comenzar a escribir unos cuantos puntos en una nota, que sería lo que tenía que hacer. Luego se la entregué en mano.
- Empieza por esto. Estás en periodo de prueba. Si lo superas fe pagaré más. Por ahora puedes vivir aquí y tendrás formación, comida y armas. Puedes marcharte, si no tienes dudas.
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1- Secuestra y trae al edificio a dos sujetos para experimentar (a ser posible que uno de los sujetos sea una embarazada )
2- Consigue un aliado para trabajar en la corporación.
3- Propón y crea algún invento/mejora útil para humanos sin magia.
4- Consigue un cliente interesado en hace un encargo a la corporación. Puedes hacerlo ofreciendo algún favor o muestra para que se interese
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El miembro 'Tobías Gutenberg' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Alce los hombros cuando mencionó la piedra filosofal, no recordaba que papá mencionara algo al respecto frente mío, tal vez Michael supiera, pero la comunicación entre padre e hijo había sido escasa. Él con lo suyo, yo con lo mío y todos felices. Ahora que me lo habían quitado, lo quería devuelta, ni yo en ese entonces era capaz de imaginar lo que haría por mi familia y mi gente, pero lo haría porque a Collins O’Connell nadie, repito, nadie le toca a la familia y sale impune. Escuché la explicación de aquel objeto mágico en silencio y asentí zanjando el tema momentáneamente porque más adelante esperaba poder preguntarle si no servían todos los que habían muerto durante el régimen de Sam, de la Alianza Humana, de los magos y antes.
Hice una mueca cuando mencionó el taller de Ouroboros, ahí me habían hecho trabajar con la escoba y llevando cafés. No recordaba los nombres de la gente en cuyos trabajos me había inmiscuido, pero estaba la princesa (Sigrid), Alexa (James), la de pelo morado (Belle), la que se casó (Arleen) y el que la acompañaba (Giordano). ¿Cómo contactar con esa gente? Puse los ojos en blanco cuando me dejó plantado con la mano extendida para ponerse a escribir pero miré extrañado el papel que puso en mi mano y lo leí. Despegué la vista del papel para depositarla sobre el alemán cuando dijo que podía vivir en el edificio. Yo quería estar con mi hermano, ver en persona que estaba bien me consolaba, no sabía si él querría vivir allí, debería hablar con él.
-Voy a pensar lo de vivir aquí, pero el resto me gusta, de hecho, voy a agarrar comida antes de irme. Respecto a esto...- Dije volviendo a posar los ojos sobre las cuatro tareas. -Me tomará mucho tiempo.- Que luego no me venga con fecha de entrega porque el que avisa, no traiciona. Guardé el papel en la mochila, saqué mi libreta y bolígrafo, anoté mi número de teléfono, arranqué la hoja y la dejé sobre la mesa metálica. -Mi número, por si acaso.- Dije volviendo a guardar mis cosas. -Nos vemos.- Me despedí girándome y caminando hacia el ascensor mientras Tobías iba hacia el lado contrario, internándose en la sala de luces parpadeantes, perdiéndose entre tecnología rara y estantes con sustancias extrañas. Me llevé latas de conservas y algunos sándwiches.
Una vez fuera del edificio, en la acera, probé uno de los emparedados y el sabor a comida de gato me hizo estremecer de desagrado, pero lo tragué y seguí comiendo porque comida era comida. Entre mordiscos y muecas me alejé del lugar.
Hice una mueca cuando mencionó el taller de Ouroboros, ahí me habían hecho trabajar con la escoba y llevando cafés. No recordaba los nombres de la gente en cuyos trabajos me había inmiscuido, pero estaba la princesa (Sigrid), Alexa (James), la de pelo morado (Belle), la que se casó (Arleen) y el que la acompañaba (Giordano). ¿Cómo contactar con esa gente? Puse los ojos en blanco cuando me dejó plantado con la mano extendida para ponerse a escribir pero miré extrañado el papel que puso en mi mano y lo leí. Despegué la vista del papel para depositarla sobre el alemán cuando dijo que podía vivir en el edificio. Yo quería estar con mi hermano, ver en persona que estaba bien me consolaba, no sabía si él querría vivir allí, debería hablar con él.
-Voy a pensar lo de vivir aquí, pero el resto me gusta, de hecho, voy a agarrar comida antes de irme. Respecto a esto...- Dije volviendo a posar los ojos sobre las cuatro tareas. -Me tomará mucho tiempo.- Que luego no me venga con fecha de entrega porque el que avisa, no traiciona. Guardé el papel en la mochila, saqué mi libreta y bolígrafo, anoté mi número de teléfono, arranqué la hoja y la dejé sobre la mesa metálica. -Mi número, por si acaso.- Dije volviendo a guardar mis cosas. -Nos vemos.- Me despedí girándome y caminando hacia el ascensor mientras Tobías iba hacia el lado contrario, internándose en la sala de luces parpadeantes, perdiéndose entre tecnología rara y estantes con sustancias extrañas. Me llevé latas de conservas y algunos sándwiches.
Una vez fuera del edificio, en la acera, probé uno de los emparedados y el sabor a comida de gato me hizo estremecer de desagrado, pero lo tragué y seguí comiendo porque comida era comida. Entre mordiscos y muecas me alejé del lugar.
Regresé al edificio de la corporación después de haber capturado una buena presa, un licántropo. Por suerte aún iba dormido por el pedazo de dardo tranquilizante que le había lanzado, así que no se me revolvió tras aparecerme con él en la sala de experimentación. Pedí a un par de ayudantes que me lo pusiesen boca arriba en la camilla metálica, y que trajesen cadenas de plata para atarle por las muñecas y los tobillos. El gas que había usado podría haberle hecho bastante daño, pero mientras lo tuviese vivo para unas cuantas pruebas me serviría. No partía de cero en mis investigaciones, y así empezaba con uno de los proyectos mientras que Collins me conseguía a más sujetos.
Cogí mi libreta con anotaciones previas sobre los licántropos, dejándola en la bandeja de al lado para ir echándole un vistazo de tanto en tanto. Luego cogí una aguja para pinchar a Ian en el brazo y sacarle sangre, poniendo la muestra en un tubo que entregué al ayudante. - Sácame los valores que tengo anotados en el cuaderno, y prepara para hacer una secuencia genética. - después cogí un bisturí comenzando a hacer varios cortes aleatorios por el brazo, el torso y el abdomen con la intención de medir la velocidad del factor de regeneración.
Cogí mi libreta con anotaciones previas sobre los licántropos, dejándola en la bandeja de al lado para ir echándole un vistazo de tanto en tanto. Luego cogí una aguja para pinchar a Ian en el brazo y sacarle sangre, poniendo la muestra en un tubo que entregué al ayudante. - Sácame los valores que tengo anotados en el cuaderno, y prepara para hacer una secuencia genética. - después cogí un bisturí comenzando a hacer varios cortes aleatorios por el brazo, el torso y el abdomen con la intención de medir la velocidad del factor de regeneración.
Los efectos del dardo somnífero comenzaron a desaparecer poco a poco, haciendo que mi embotada cabeza comenzase a ser consciente de la realidad. Sentía un dolor lacerante en las muñecas y en los tobillos, además de notar que me ardían los pulmones y la garganta. Al toser noté el característico sabor metálico de la sangre, pero todavía seguía sin tender lo que sucedía. Me había levantado en casa, ahogándome de manera repentina. Casi ni llegué a ver a la persona del pasillo, antes de eso ya había caído al suelo por el dardo. Ahora tampoco veía con claridad a la persona que estaba cerca, una cegadora luz blanca que estaba sobre mí me impedía distinguir el rostro.
Me removí al notar varios cortes sobre la piel, intentando levantarme, escapar de donde quiera que estuviese. Tirar de las cadenas hizo que fuese peor, enseguida comprendí que era plata lo que me estaba quemando en la piel. Lo primero que se me vino a la cabeza fue Aedan, estaba solo con él en casa y no sabía lo que acababa de pasar. No estaba conmigo, eso estaba claro. Pegué otro tirón para levantarme, gruñendo con voz rasposa.
- ¡¿Dónde está mi hijo?! ¿¡Qué le habéis hecho!?- aquello no podía ser verdad...tenía que estar soñando. Era imposible que nos hubiesen atacado en nuestra propia casa sin que yo me enterase. Hice bastante fuerza para lograr doblarme lo suficiente como para soltarle un cabezazo en toda la cara a la persona que tenía más cerca, reconociendo de inmediato el olor del enemigo. La última vez que le había visto fue cuando le pegué un puñetazo en aquella taberna.
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Éxito: Logra darle un cabezazo
Fallo: nah de nah
Me removí al notar varios cortes sobre la piel, intentando levantarme, escapar de donde quiera que estuviese. Tirar de las cadenas hizo que fuese peor, enseguida comprendí que era plata lo que me estaba quemando en la piel. Lo primero que se me vino a la cabeza fue Aedan, estaba solo con él en casa y no sabía lo que acababa de pasar. No estaba conmigo, eso estaba claro. Pegué otro tirón para levantarme, gruñendo con voz rasposa.
- ¡¿Dónde está mi hijo?! ¿¡Qué le habéis hecho!?- aquello no podía ser verdad...tenía que estar soñando. Era imposible que nos hubiesen atacado en nuestra propia casa sin que yo me enterase. Hice bastante fuerza para lograr doblarme lo suficiente como para soltarle un cabezazo en toda la cara a la persona que tenía más cerca, reconociendo de inmediato el olor del enemigo. La última vez que le había visto fue cuando le pegué un puñetazo en aquella taberna.
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Hice un sonido de disgusto al ver que despertaba, chistando por lo bajo al escucharle preguntar por su hijo. Ah, claro, el insufrible mocoso que tenía con Le Fay. - Ni lo he visto ni me interesa en absoluto. - en eso si que estaba siendo sincero, ahora mismo me interesaban cero y nada los niños de esa edad para experimentar. Mi hijo clon se lo llevaron hace tiempo, y ese era el único que era útil. - Se habrá quedado en la casa, estará perfecto. Tú sin embargo... bueno. Supongo que te ahogas por haber respirado gas con partículas de plata. -
suspiré modo "así es la vida", apartando un poco el bisturí para observar sus cortes. Sangraban, y por el momento no se regeneraban. Se ve que no era inmediato, y tal vez le estaba afectando tanta plata.
- Llevo tiempo investigando licántropos, pero eso tú ya lo sabes. Ahora mismo no estoy interesado en controlaros, eso quedó en el pasado. Me interesa más vuestra fuerza y capacidad de regeneración, y eso mismo estoy probando. ¿No estás contento de contribuir a que pueda sacar un producto que todo el mundo querrá? imagina algo que te hace ganar fuerza y que te acelera la curación. Eso te lo quitan de las manos. - ya sabía que era muy difícil, dada la naturaleza de la licantropía, pero podía intentar encontrar una fórmula que al menos diese efectos temporales.
Me quedé ensimismado con eso un momento, lo suficiente como para no apartarme a tiempo. - ¡AGHH!- El cabezazo que me llevé fue tan fuerte que acabé tirado en el suelo boca arriba, con un buen golpe en la cabeza. Me retorcí llevándome las manos a la frente, maldiciendo en alemán. - Scheiße! Arschloch! Verdammt! Hurensohn! Schwein! - al levantarme cogí otra cadena de plata, pero esta vez la puse alrededor de su cuello para que no se le ocurriese dar más cabezazos.
- Mira si podías haber colaborado...se acabó. Vamos a ver cuánto aguantas. - le agarré por la cara de manera violenta, estrujándola antes de empujarla hacia un lado. Después les dije a mis aprendices que me dejasen a solas con él. Cogí los bisturís de plata, haciendo los cortes esta vez al lado de los anteriores, hechos con metal normal.
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post 1 de 8 hasta fundirlo con plata(?) si no escapa antes
suspiré modo "así es la vida", apartando un poco el bisturí para observar sus cortes. Sangraban, y por el momento no se regeneraban. Se ve que no era inmediato, y tal vez le estaba afectando tanta plata.
- Llevo tiempo investigando licántropos, pero eso tú ya lo sabes. Ahora mismo no estoy interesado en controlaros, eso quedó en el pasado. Me interesa más vuestra fuerza y capacidad de regeneración, y eso mismo estoy probando. ¿No estás contento de contribuir a que pueda sacar un producto que todo el mundo querrá? imagina algo que te hace ganar fuerza y que te acelera la curación. Eso te lo quitan de las manos. - ya sabía que era muy difícil, dada la naturaleza de la licantropía, pero podía intentar encontrar una fórmula que al menos diese efectos temporales.
Me quedé ensimismado con eso un momento, lo suficiente como para no apartarme a tiempo. - ¡AGHH!- El cabezazo que me llevé fue tan fuerte que acabé tirado en el suelo boca arriba, con un buen golpe en la cabeza. Me retorcí llevándome las manos a la frente, maldiciendo en alemán. - Scheiße! Arschloch! Verdammt! Hurensohn! Schwein! - al levantarme cogí otra cadena de plata, pero esta vez la puse alrededor de su cuello para que no se le ocurriese dar más cabezazos.
- Mira si podías haber colaborado...se acabó. Vamos a ver cuánto aguantas. - le agarré por la cara de manera violenta, estrujándola antes de empujarla hacia un lado. Después les dije a mis aprendices que me dejasen a solas con él. Cogí los bisturís de plata, haciendo los cortes esta vez al lado de los anteriores, hechos con metal normal.
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post 1 de 8 hasta fundirlo con plata(?) si no escapa antes
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Que dijese eso sobre Aedan no me servía como prueba, bien podría estar mintiendo. No me quedaría tranquilo hasta poder verle con mis propios ojos. Aunque fuese cierto que no lo hubiese cogido...se había quedado completamente SOLO en la casa. - Si le pasa algo te parto el puto cuello...- intenté hacer una inspiración profunda, pero no pude. Lo del gas con plata explicaría por qué era como si estuviese respirando fuego. Nunca me habían hecho algo así, y eso que ya había pasado por esa mierda de las torturas. La situación pintaba fatal, y ni siquiera sabía si podría aguantar hasta liberarme.
- Que no funciona así, idiota. Que te crees muy listo y no llegas ni a...- tosí otra vez antes de insultarle, decidiendo que no merecía la pena el esfuerzo de hablar ni de dirigirle la palabra. Mejor guardaba fuerzas, por ejemplo para lo del cabezazo. ¿Por qué seguía vivo el indeseable de Tobías? ¿Por qué seguía escabulléndose a pesar de todo el daño que había hecho?
Quise volcar la camilla hacia un lado a base de moverme, aprovechando el momento en que él estaba en el suelo lanzando insultos en alemán. No lo logré a tiempo, y más cadenas de plata acabaron alrededor de mi garganta. Me retorcí como si eso pudiese impedir que no me clavase los otros bisturís, pero esta vez grité de dolor al notar que eran de plata. El tiempo corría en mi contra, no escaparía de allí si no lograba debilitar a Tobías de algún modo, y ahora mismo no podía usar sólo la fuerza bruta. Me concentré para canalizar la magia oscura que había estado aprendiendo con Catherine, haciendo un simple gesto con la mano para provocar múltiples cortes profundos y sangrantes en el oponente mediante el uso de la magia, sin necesidad de tocar.
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Ataque mágico:
dado 15 + 28 stat + 10 habilidad= 53 a Tobías
- Que no funciona así, idiota. Que te crees muy listo y no llegas ni a...- tosí otra vez antes de insultarle, decidiendo que no merecía la pena el esfuerzo de hablar ni de dirigirle la palabra. Mejor guardaba fuerzas, por ejemplo para lo del cabezazo. ¿Por qué seguía vivo el indeseable de Tobías? ¿Por qué seguía escabulléndose a pesar de todo el daño que había hecho?
Quise volcar la camilla hacia un lado a base de moverme, aprovechando el momento en que él estaba en el suelo lanzando insultos en alemán. No lo logré a tiempo, y más cadenas de plata acabaron alrededor de mi garganta. Me retorcí como si eso pudiese impedir que no me clavase los otros bisturís, pero esta vez grité de dolor al notar que eran de plata. El tiempo corría en mi contra, no escaparía de allí si no lograba debilitar a Tobías de algún modo, y ahora mismo no podía usar sólo la fuerza bruta. Me concentré para canalizar la magia oscura que había estado aprendiendo con Catherine, haciendo un simple gesto con la mano para provocar múltiples cortes profundos y sangrantes en el oponente mediante el uso de la magia, sin necesidad de tocar.
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El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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- Ay...qué violento. Ya estamos con las amenazas. - Amenazas que intentó cumplir con ese cabezazo, aunque tampoco fue para tanto. Me saldría un moratón en la frente, pero poco más. Ni siquiera me dio conversación con el tema de mi investigación, así que eché de menos a Collins porque él al menos hablaba de los temas que me interesaban. Dejé los objetos cortantes de plata en cuanto sentí que varias heridas se abrían en mi cuerpo de manera simultánea, haciendo un breve sonido de sorpresa porque eso no me lo esperaba. - Magia oscura... - murmuré mientras mi bata se teñía se rojo, más aún de lo que solía estar. Mi cara de contrariedad fue evidente. - Pues no es para tanto. - Un pequeño error de cálculo que no tardaría en subsanar.
Las ganas de iniciar los experimentos habían hecho que me olvidase de inyectarle una dosis de poción de chizpurffles, para que no pudiese utilizar magia. No tenía el frasco a mano, (fail, no lo llevo equipado xD) , pero iría a buscarlo enseguida. Total, se debilitaba por la plata y tampoco pensaba que pudiese dar mucha más guerra. Cogí una aguja bastante grande, clavándola con saña en el hueso de su cadera para sacar así una muestra de médula ósea. Después me fijé en que los cortes hechos con metal normal empezaban a cerrar por aproximación, pero los cortes de plata permanecían igual, incluso parecía que los bordes ya empezaban a oscurecerse. Con eso y con la sangre ya tenía muestras interesantes para hacer un intento de suero.
- Va, si me respondes a unas cuantas cositas a lo mejor te libero. Por otra parte...no sé si sobrevivirás después de lo que has inhalado, así que a lo mejor tienes que suplicarme para que te de un poco de elixir hecho con piedra filosofal. ¿Cuánto estarían dispuestos a pagar por tu rescate? ¿Puedes conseguirme clientes útiles? -
de la inmunidad ante los de Ouroboros ni hablaba, era absurdo pensar que fuesen a dármela.
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post 2 de 8
defensa: 25 dado + 10 stat= 35
daños: 53 - 35= 18 sangrado fuerte -10 PS siguiente post
PS: 150 - 18= 132
Las ganas de iniciar los experimentos habían hecho que me olvidase de inyectarle una dosis de poción de chizpurffles, para que no pudiese utilizar magia. No tenía el frasco a mano, (fail, no lo llevo equipado xD) , pero iría a buscarlo enseguida. Total, se debilitaba por la plata y tampoco pensaba que pudiese dar mucha más guerra. Cogí una aguja bastante grande, clavándola con saña en el hueso de su cadera para sacar así una muestra de médula ósea. Después me fijé en que los cortes hechos con metal normal empezaban a cerrar por aproximación, pero los cortes de plata permanecían igual, incluso parecía que los bordes ya empezaban a oscurecerse. Con eso y con la sangre ya tenía muestras interesantes para hacer un intento de suero.
- Va, si me respondes a unas cuantas cositas a lo mejor te libero. Por otra parte...no sé si sobrevivirás después de lo que has inhalado, así que a lo mejor tienes que suplicarme para que te de un poco de elixir hecho con piedra filosofal. ¿Cuánto estarían dispuestos a pagar por tu rescate? ¿Puedes conseguirme clientes útiles? -
de la inmunidad ante los de Ouroboros ni hablaba, era absurdo pensar que fuesen a dármela.
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