Übermensch Corp.

Los días habían ido transcurriendo y con ellos había ido mejorando un poco, tanto física como mentalmente. Aún así n terminaba de levantar cabeza del todo, y lo único que crecía en él era el odio y el rencor, las ganas de devolver todo el daño que le habían hecho. No había mucho más que pudiese hacer con su vida ahora. Había perdido a Blair, Erin estaba desaparecida y nunca la recuperaría, y estaba en busca y captura.

Al menos con Tobías tenían refugio temporal, y Collins había sido acogido por él. Además, la banda de delincuentes y criminales que trabajaban para el mago le resultaba útil para poder descargar y canalizar lo podrido que estaba por dentro. Sabía que era un lastre para su hijo, pero aún así no podía separarse de él hasta asegurarse de que supiese destrozar a sus enemigos, hasta hacerlo lo suficientemente fuerte.

Estaba en su cuarto de mierda cuando escuchó la voz de Collins buscándolo, por primera vez después de días. Abrió la puerta mirando a todos lados de modo paranoico, tirando del brazo de Collins para meterlo en el cuchitril que tenía por habitación. - Las paredes tienen ojos. Ven, ven. - lo guio para sentarse en el borde de la cama, indicándole que bajase la voz. - Andreas se fue hace ya, no lo busques. Él anda en negocios con Tobías pero lejos de Londres. - se quedó mirando a su hijo en silencio unos segundos, era la primera conversación normal que iban a poder tener desde el incidente del río. Estaba profundamente avergonzado por aquello, por haber hecho que se tirase al río para salvarlo. - Tenemos una conversación pendiente, hijo. Empieza tú.

No me esperaba que tirara de mí de esa forma así que entré en la habitación trastabillando un poco. Obedecí sentándome en el borde de la cama y bajando la voz. -Hace bien.- Yo quería hacer lo mismo que Andreas y, de paso, trasladar a mi familia a un lugar más seguro.

Me removí incómodo cuando se instaló el silencio y sentí sus ojos sobre mí. Recorrí con la mirada el lugar y fruncí la nariz al ver lo poco confortable que parecía la habitación. Alcé la vista hacia él decidido a encontrarle algo más cómodo en la ciudad de los androides, me sorprendió cuando dijo que quería conversar y necesité un momento para ordenar mis ideas. -Bien, debemos ir a la Ciudadela Alpha, es muy arriesgado quedarnos aquí. Tú tienes experiencia en... tienes más experiencia que yo en general y eso me serviría mucho, para empezar sería útil que me enseñes alemán.- Me rasqué una espinilla de la mejilla que me picaba. -¿Sabes algo de los tíos?- Si había alguien que tenía un poco más de probabilidades de estar enterado sobre el estado de nuestra familia, ese era papá.

-Mira lo que se me ocurrió.- Le dije desplegando frente a él unos planos que había dibujado, el dibujo no era mi fuerte. -Dormir consume muchas horas del día pero ésta máquina permitirá que, con un breve descanso, se reponga toda la vitalidad y se despierte como nuevo. Incorpora un sistema de audio que permite que suaves sonidos relajen de pies a cabeza mediante la emisión de vibraciones de baja frecuencia que inducen a la mente a caer en distintas fases de relajación y hacen experimentar un gran nivel de descanso en un período de tiempo relativamente corto, lo llamo “Sedante maravilla”, ¿qué te parece?- Le señalé los parlantes y le pregunté por su opinión mirándolo expectante.

Observó a su hijo en silencio mientras comenzaba a hablar, pensando que aún tenía esperanza porque era joven. Él ya no tenía ninguna, pero no se veía en el derecho de cortarle las alas. Negó con la cabeza a la propuesta de huir a la Ciudadela Alpha. - No iré a ningún sitio, Collins. No quiero ir a esa horrible ciudad. Tengo experiencia suficiente para enseñarte que a partir de ahora no deberás mostrar piedad por nadie, nunca. De nada te servirá aprender alemán, y no, dudo que tus tíos sigan con vida después del cataclismo de la IA.- fue suficientemente tajante al decir aquello, que se le quitase la idea de la cabeza. Ni siquiera él podría iniciar una nueva vida entre aquellas máquinas. A pesar de sonar brusco decidió echar un vistazo a los planos que le mostraba, pues a Collins siempre le había interesado eso de hacer nuevos inventos.

- Es interesante. - comentó fijándose en los dibujos mientras le explicaba, aunque no sabía si actualmente tendría salida en el mercado. - Pero necesitarás compradores de la idea en este mundo tan extraño que ha quedado. Necesitarías contactos fiables. Y estamos solos. - le recordó, porque su único aliado actual era Tobias, alguien poco de fiar. Hizo una breve pausa, apartando la mirada del papel para posarla sobre la de su hijo. - Agradezco que hicieras lo posible para sacarme de aquel infierno de calabozos en la isla de los magos. Y que me salvaras después del río. No quería vivir, no después de haber perdido tanto. Ahora sé que hay un motivo para seguir aquí. Infligir tanto dolor como pueda a quienes nos hicieron esto, comenzando por los magos. Nos lo quitaron todo. La gente del hospital de la isla dejó morir a tu madre. Dicen que no pudieron salvarla, pero yo sé que mienten. Y la voy a vengar. Los voy a hacer sufrir todo lo que pueda con lo que me quede de vida. Así que decide si estás en el mismo camino que yo o si quieres apartarte. - un cierto brillo de odio y locura encendió sus ojos violáceos, imaginando todo lo que quería hacer ahora que había un motivo para levantarse. Destrozar.

-Esa horrible ciudad es nuestra mejor oportunidad.- Espeté, yo tampoco quería huir porque eso demostraría una vez más lo bajo que habíamos caído, pero en la Ciudadela Alpha podríamos escondernos y recuperar lo que nos pertenecía. -Lo sé, pisar cabezas es la única forma de ser alguien en la vida.- Dije cabizbajo, luego de haberlo perdido todo, usualmente era mi cabeza la que era pisada así que, por mucho que quisiera destruir vidas, tenía que andar con pies de plomo si no quería ser asesinado y eso me avergonzaba.

Me abracé a mí mismo con fuerza al escuchar que seguramente el resto de mi familia también estaba muerta. Se me iluminaron los ojos cuando empezó a hablar de contactos fiables, esperaba que me diera la forma de encontrarlos pero me desinflé al recordar que estábamos solos y guardé los planos mientras él hablaba. Alcé la mirada hacia él cuando me agradeció lo que había hecho, fue emocionante que me mostrara gratitud y en mi rostro podía verse claramente el alivio que sentía de haberlo recuperado.

Sus palabras tenían menos magnetismo que sus discursos en actos políticos pero decía algo bastante parecido y yo estaba de acuerdo con todo. -¿Apartarme? Yo quiero infligirles un dolor tan inmenso que se olviden de quiénes son, quiero convertirlos en muertos vivientes pero no tenemos los medios para hacerlo y, en el supuesto caso de lograrlo, estaremos vulnerables en el centro de la mira de sus aliados, por eso digo de ir a la Ciudadela Alpha, allí conseguiremos colaboradores que nos ayudarán a cumplir nuestro cometido.-

- Tal vez para ti. Yo no quiero empezar una nueva vida. - replicó de manera que no admitía réplica. No se iría a esconderse a esa ciudad entre las mismas máquinas que habían causado, al menos en parte, su caída. Dio una palmada en el hombro de su hijo de manera orgullosa al ver que reconocía que el único modo de sobrevivir era machacar a otros a su paso. Si titubeaba o tenía piedad no lograría nada. No quiso consolarle con lo del resto de la familia muerta, pues era lo más probable. Incluso su pobre e inocente Erin. Se la habían llevado, y probablemente ya ni siquiera existía. Se aseguraría también de vengarla a ella. Ahora faltaba la decisión de Collins. Durante algunos segundos esperó su respuesta, pensando en aceptar cualquier respuesta que le diera porque tampoco iba a obligarle a ir por un camino que no quisiera. Eso sí, que no intentase impedirle nada a él.

- Dolor y daño...dilo otra vez. - murmuró con una sonrisa entre sádica y triunfal al ver el camino que escogía finalmente. - Matar es demasiado sencillo. Los torturaremos y les haremos sufrir. Se arrepentirán de todo lo que nos han hecho. Por tu madre. Por Erin. Por nosotros. - apretó su hombro con más fuerza antes de soltarlo, pensando en algunos cabos sueltos. - Tu hermano no lo soportaría. Lo enviaré lejos con Andreas. Es el único que nos queda del pasado. Lo entenderá. Él siempre fue un acomodado que quería vivir bien. Que huya. - se puso en pie con energías renovadas, decidido a comenzar ya mismo con aquella venganza. - Nadie te ayudará en ese lugar. He estado allí, sólo hay androides. Aquí tenemos a los mercenarios de Tobías. La mayoría son gente sin magia, como nosotros. Nos los llevaremos y dejaremos que saqueen a las víctimas, que se diviertan con ellos. Ya los conocemos. Ven, tenemos que preparar los detalles. - tiró del brazo de su hijo para levantarlo, saliendo después de allí con él para hacer los preparativos. Comenzaba la caza.

En mi trasiego por Londres como un ente de sombras, me habia podido apercibir de que la luz habia retornado solo dentro del recinto que se denominaba como territorio de "los Reales" pero que el resto de Londres seguia a oscuras. Eso habia hecho que la violencia y delincuencia aumentara en las calles, ya sabemos lo que viene con la oscuridad...el ser humano se deja llevar. Quizá como un reflejo de los monstruos que llevaban dentro, creian que las sombras los amparaban.

Qué equivocados estaban. Los auténticos monstruos nos escondíamos en esas sombras. En mi camino a este lugar que habia determinado como nuestra despensa, habia atacado a un hombre que estimaba de mi altura más o menos, que se estaba dedicando al vandalismo muy alegremente. Lo había seleccionado y me lo había bebido entero y luego me había quedado con su ropa. Era un capullo pero tenía gusto vistiendo.

Luego desecho en sombras habia llegado a aquel lugar que... sí, tenía sus medidas de seguridad, pero no suficentes para mi. Ademas tambien parecían estar lidiando con problemas con la luz. Inspeccioné la zona externa, habian...varios mercenarios vigilando. Necesitaba ropa, no podían seguir con esos monos naranjas, y víctimas. Resurgí tras dos mercenarios de esos, dandoles unos toquecitos en los hombros. A uno con la dominacion lo hice quedarse quietecito y al otro lo golpeé con fuerza en la cabeza con intenciones de dejarlo inconsciente.

Al cabo de unos minutos, entre la fuerza potenciada, la dominación y los zarcillos de oscuridad habia conseguido unas buenas 5 presas. Algunos sangraban algo, otros solo estaban dormidos, y otros empanados.

Habian terminado por hacer saltar las alarmas, pero aquello tampoco me puso nervioso. Habia detectado por alli el aroma de un viejo conocido y...aquello me hizo sonreír, de modo algo perturbador, quiza. Porque sin duda, esta sería ahora mi despensa.

No había ido mas alla del perimetro externo, a decir verdad no habia penetrado en aquel edificio demasiado porque la vigilancia me habia servido para surtirme. Arrastré a dos inconscientes por el suelo, cada uno lo llevaba en una mano argarrados por el cuello de la ropa. Otro gemía amordazado por las sombras, el cuarto yacía con semejante golpe en la cabeza y el quinto...seguia "empanado", quieto, presa de la dominación. Hice que las sombras los envolvieran juntos y caminé hacia una sombra cualquiera en la pared, cruzándola y abandonando aquel lugar, aunque en principio con destino diferente al del Mausoleo.