Übermensch Corp.

Su cara de sorpresa al ver las heridas hechas con magia me hizo darme cuenta de un par de cosas. No se lo esperaba, como si creyese que no iba a poder hacer nada, y además no me habían puesto nada para restringir el uso de magia. Si eso era cierto era un fallo muy estúpido por su parte, y mi única forma de escapar de allí desapareciéndome. Sólo tenía que lograr concentrarme lo suficiente, a pesar de lo que costaba hacerlo en esas circunstancias. Justo cuando lo estaba intentando me clavó aquella aguja en la cadera, lo que me hizo perder por completo la concentración por el dolor del brusco pinchazo.

- ¿Eres tonto? ¿De verdad piensas que haría lo que pides?- pregunté apretando los dientes y echándole una mirada de odio, pensando que era más imbécil de lo que creía si pensaba que le iba a buscar clientes o pedir un rescate. Lo que de verdad me preocupó fue lo que decía, desgraciadamente sabía que con la plata nunca se iba de farol, no para un licántropo. Cada vez me costaba más respirar, si no me desaparecía rápido no lo lograría.

- Tal vez...conozco a alguien que querría... - Fingí que me estaba pensando lo de responderle las preguntas, pero en realidad sólo estaba utilizando aquellos valiosos segundos para buscar el modo de largarme de allí. Cerré los ojos un momento, consiguiendo así usar la desaparición para marcharme de allí porque no había nada que me lo impidiese.

Estaba claro que era inútil hablar con el maleducado licántropo, ni respondía a mis preguntas ni valoraba ser sujeto de experimentos. Me quede con cara de 'oh' cuando de repente se desapareció, recordándome a mí mismo que aún teníamos pendiente el tema de la seguridad en el edificio. Administrarles poción antimagia nada más llegar, algunas cadenas de penitente, algún tipo de collar restrictor de magia similar a los chips de la Alianza...en fin. Cualquiera de esas cosas para impedir que el pato se escapase a medias de cocinar. Aunque en este caso ya tenía todo lo que necesitaba de él, como la muestra de sangre o la muestra que había sacado del hueso de su cadera. En cuanto a la plata...la verdad es que había aguantado bastante, pero estaba prácticamente condenado.

Pedí a mis ayudantes que acudiesen al laboratorio para limpiar el lugar, y después de eso me encerré en mi zona exclusiva y personal para ponerme a trabajar con lo que había obtenido y para hacer una lista de mejoras necesarias en la empresa. Tendría que quitarles la máquina de café para poder invertir más en seguridad, eso estaba claro.

Noté la desconfianza en el Teniente pero me agradó que las presentaciones se hicieran bien. A través de la bruma del alcohol logré registrar información que me pareció crucial; el señor Saint George era miembro de la fuerza aérea, lo que se traducía en la existencia de aeronaves disponibles que podría usar para llegar a la isla flotante y rescatar a mi gente. Contuve un resoplido al escuchar que no podíamos hacer uso de la propiedad de la Alianza, hubo una época en la que yo podía disponer de los automóviles del ejército humano para impresionar a la gente, ese tiempo había quedado en el pasado.

Puse los ojos en blanco ante el comentario del alemán sobre la reciente autonomía de los robots, claramente en desacuerdo con él, mientras me balanceaba ligeramente de un lado a otro por la borrachera. Me volví a dirigir torpemente a la tabernera cuando se resolvió que iríamos todos juntos para pedirle un café bien cargado porque quería estar despejado para poder conocer más a éstas personas y trabajar. Asentí ante la respuesta del lugar de procedencia del castaño, no conocía ese lugar, me colgué la mochila al hombro luego de guardar allí dentro todas mis cosas y acompañé al variopinto grupo fuera de la posada hacia la mañana despejada entre algunos tropiezos de ebrio.

Caminando debajo de un claro cielo azul, salimos de la periferia de Neo Londres para adentrarnos en el centro de la ciudad, una zona reconstruida por Sam de forma más metódica en la que abundaba la última tecnología. -No lo puedo creer, trabajar en el Día de San Patricio...- Me quejé mientras me comía las últimas papas y tiraba el recipiente de la comida y el del café (que ya había hecho su trabajo aclarando mi mente) en un ultra moderno contenedor de reciclaje cuando pasamos a su lado. -¿Tu celebras el Oktoberfest?- Le pregunté al mago ya cerca de la fachada del imponente edificio.

Entré, saludé a los guardias de seguridad con un escueto “Hola”, mantuve la puerta abierta e hice un gesto con la mano en una clara invitación a todo el grupo para que pase a la recepción en la que daba la bienvenida una proyección holográfica de una planta del tamaño suficiente para comerse a una persona promedio con cabeza de vaca y cencerro, que buscaba atraer mostrando una rebanada de pastel que tenía en la punta de la lengua y que movía sinuosamente. -No se me olvida la partida de cartas que tenemos pendiente.- Dije con las pupilas plateadas fijas en Victorya.

(Planta):

-Me da gusto saber que llegan refuerzos de Estados Unidos para el ejército humano. Son muy necesarios. Hace falta orden.- Dije para todos en general pero dirigiéndome al Teniente. -A mí me interesan las nuevas tecnologías, por eso me atrajeron éstos proyectos.-

El grupo que salió de la posada no podía ser más variopinto: un soldado de la Alianza, una androide, una bruja embarazada, un adolescente hijo de un ministro venido a menos y un mago mitad científico mitad alquimista. No tardamos demasiado en alcanzar el edificio de la corporación Übermensch, en el cual había mejorado algunos detalles de seguridad tras la última fuga del licántropo que secuestré. Los nuevos "invitados" podían ser útiles en más de un sentido, aunque ninguno de ellos estaba especialmente convencido. Únicamente Collins, pero a veces parecía más interesado en la fiesta que en trabajar. Lo miré como si fuese un protozoo cuando dijo eso de trabajar en San Patricio, negando rotundamente cuando habló del Oktoberfest.  - No. Qué asco. Compartir espacio con gente borracha bebiendo, sudando, resuellando...no lo celebraba entonces, y mucho menos ahora. ¿Quién crees que celebra fiestas así después de años de guerra y un apocalipsis androide? - volví a negar, definitivamente era un crío. Además, si quería tomarme una cerveza prefería hacerlo sin seres que me interrumpiesen.

Adelanté unos cuantos pasos para ingresar en el edificio, haciendo un gesto a los tipos de seguridad para que no interviniesen a pesar de ver caras nuevas. Observé de reojo a Collins y a Joseph, interesado en saber de qué iba el yankee.  - Eso, cuéntanos. Hay mucho que desconocemos sobre las nuevas intenciones de lo que ha quedado del ejército de la Alianza. ¿Cómo lograron sobrevivir a la purga de S.A.M.-9917?¿Qué pretenden hacer ahora? se rumorea que la Alianza de aquí pretende iniciar un proceso de "paz"...aunque hubo conflictos en el intento de inauguración de un hospital que atienda a cualquiera, seres mágicos incluidos. - deslicé las manos en los bolsillos antes de seguir caminando, pasando cerca de Victorya por si le daba por escaparse.  Esa seguro que también sabía muchos secretos. - ¿Tu amiguito el Black está tramando algo? ¿Colaborará con la Alianza? - a veces era más útil tenerlos enfrentados, aprovecharse del caos de esas situaciones. Otras...acababa en problemas que podían salpicar. Suspiré murmurando algo en alemán por lo bajo, dirigiéndome al ascensor de la planta baja.

- Si habéis llegado hasta aquí es porque estáis interesados en los proyectos. Ya habéis leído el cartel a la entrada, "Übermensch". La mejora del ser humano hasta límites insospechados, sin importar si posee magia o no. ¿Quién no querría algo así?

A pesar de lo seco y poco brillante que podía ser Tobías socialmente hablando, le dio algo de gracia la manera en que respondió lo del Oktoberfest. Los alemanes eran taaan aburridos cuando les entraba la edad. Parecían ancianos prematuros, sobre todo si eran tan antisociales como el mago. Al menos el camino había sido algo rápido. Lo agradecía. No estaba segura de poder contar con Johan en caso de emergencia, sobre todo porque hacía varios días que no sabía nada de él, pero con Tobías tenía que tener sus bases cubiertas y un par de redes de seguridad por si algo fallaba. Le envió un mensaje a cierto elfo donde, en caso de no reportarse en un par de días, al menos tendría la pista de cómo encontrarla.

Le hubiera gustado que las cosas fueran un poco más siniestras en el edificio, pero...- Ah, todo esto es tan bizarro.- Murmuró para sí misma, ahora sí ya nada convencida de que estar ahí fuera la mejor idea. La vacaplanta se lo confirmó bastante bien mientras la observaba fuera de lugar en aquel edificio olvidado por Dios. De la misma manera extraña se encargó de mirar a Collins cuando le dijo que tenían una partida pendiente. Si a esas iban, también le debía un trago y no se lo pensaba dar ni tomar.- Te diría que mejor te enfocaras en tus experimentos, pero...- Señaló de nuevo a la vaca y comenzó a caminar tras Tobías. Sin embargo, tuvo que soltar un sonido de burla hacia el chico cuando habló de que eran muy necesarios los refuerzos. ¿En qué mundo vivía aparte del del alcohol? Por otro lado... ¿Cómo había conseguido Tobías un edificio con seguratas? Algo había de raro. Era poco probable que tuviera benefactores, así que debía ser algún tipo de... ¿Persuasión? Ella sabía algunos de esos trucos mentales, pero ¿él los estaba usando? Era complicado de saber incluso si no funcionaban. Pero sí quería saber las intenciones de lo que quedaba del ejercito de la Alianza, como lo había dicho Tobías. Ella solo tenía una parte de la historia, la de Thalos siendo líder.

Le sonrió a Tobías cuando pasó junto a ella. Eran bastante parecidos. A él también le gustaba indagar.- No precisamente. Londres tiene que reconstruirse antes de poder hacer algo.- Podía ser cierto o no, pero comenzaba a cansarse de que pareciera aún más lúgubre que antes. Sobre todo en los alrededores. Sonrió ampliamente ante su pequeño discurso. La puta alianza los había cazado precisamente por esa razón y ahora sí querían magia sin límites.- ¿Qué te hace diferentes de los... Soul Reapers? Ellos quieren magia para todos, esa también podría ser una manera de... ¿Cómo le llamaste? Ah si... de mejorar el ser humano hasta límites insospechados. ¿Quién necesita otro Michael Phelps en un mundo como este? - El ejército, claro está. El gobierno era el cajero automático más grande del mundo e interesarlos en algo así sería crucial para su fama y su éxito, de seguro...

Si el teniente decía que no podía participar, entonces no participaría, no estaba a discusión, por mucho que sabía que él no se fiaría de ella por motivos obvios, ella no puede elegir ser leal o no, las directivas le obligan a serlo.

Solo terminó llendo con los demás porque el teniente al final autorizó que lo hiciera con su compañía, cosa que por supuesto para ella es absolutamente incuestionable.

Cuando R.E.N.A. recibió la orden de dar el informe... No dudó.

Procedió a dar un largo, y cuando quiere decir largo, es LARGO, informe sobre todas sus actividades de las últimas veinticuatro horas.

Utilizaba un tipo de narración extremadamente detallada, hasta el grado de lo redundante, con tal de no dejarse nada por fuera.

Aunque muy a resumidas cuentas puede decirse que le estaba contando sobre cómo estaba ocupada ayudando a la construcción del hospital donde atenderían a todos, para finalmente cuando tuvo tiempo libre, decidirse a hacer un estudio sobre la humanidad en todos sus estratos empezando en el ambiente en que el teniente la encontró, sobre el como simuló una personalidad con este propósito, y toneladas, muchas toneladas de detalles innecesarios, como el número de pasos dados, las horas de cada acción clave dadas con una precisión equivalente a milisegundos...

Estuvo hablando sin parar durante todo el camino desde el momento en que el teniente le preguntó, hasta el momento presente, donde cerraría diciendo.

Hasta ahora los resultados de la tareas principales no han alcanzado el umbral de lo concluido, pero se trabajará para que eso cambie a lo largo del tiempo, Teniente.

Y luego de eso procede a analizar el nuevo entorno en que se encuentran, haciendo un proceso lógico para cuestionarse lo atípico de ese sitio cuando ve el holograma de una extraña vaca-planta.

Lo siguiente que hizo fue finalmente volver a mirar a Tobias, porque a pesar de estar en modalidad de esclava robótica todavía responderá y comentará sobre cosas realmente importantes.

Está unidad puede confirmar la última parte, pues estuvo trabajando arduamente en la construcción de dicho hospital.

Y ante lo siguiente que dijo hablando sobre la empresa, R.E.N.A. le confirmó.

Positivo, el interés de esta unidad por tales proyectos es auténtico.

Y en cierta forma... Es afín a sus propósitos últimos.

El androide no dejó de hablar durante todo el camino, dirigí mi atención para dejar su extensa exposición como ruido de fondo para mi cabeza pero registré algo sobre la construcción de un hospital. En el momento en el que guardó silencio sentí alivio y como si faltara algo, al mismo tiempo. Puse los ojos en blanco cuando el mago dejó claro que prefería estar solo, eso arruinaba el plan que se gestaba en mi cabeza de arruinarle el Oktoberfest en venganza del día de San Patricio que no pude festejar apropiadamente. -Las festividades son muy útiles, sobre todo después de años de guerra y un apocalipsis androide, sirven para sentir que se es parte de algo y para recordar por qué se lucha... o al menos así es como lo sentimos los humanos, no sé los magos... además hay más formas de festejar el Oktoberfest, se puede hacer una pequeña reunión para tomar unas cervezas y pasar el rato. Creo que estarías como pez en el agua tomando una cerveza en una feria científica en octubre, ese podría ser tu Oktoberfest.- El día de San Patricio me hacía recordar a mi familia y al tiempo que viví en la Isla Esmeralda, por eso era importante para mí, pero no iba a quejarme más porque el alemán y Victorya tenían cierta razón en mandarme de vuelta al trabajo (aunque solo lo admitiría en voz alta bajo tortura), estaba muy mal perder el tiempo en festividades cuando tenía una promesa que cumplir, me faltaban tantas cosas, ya habían pasado dos meses desde que mi familia había sido separada y había logrado muy pocos avances.

Debía esforzarme más, no podía hacer esperar a mi gente más tiempo. Cada momento en el que no trabajaba para recuperarlos, yo los estaba traicionando. Ese pensamiento me hizo sentir mucha culpa de repente. En silencio y con la mirada perdida escuché las palabras de Tobías sobre el proyecto de paz que la Alianza quería poner en práctica aparentemente, sobre incidentes en la inauguración fallida de un hospital confirmados por el robot y a Victorya dando a entender que Johan Black no colaboraría con la Alianza, en su lugar priorizaba la reconstrucción de Neo Londres. Seguí de cerca al mago hacia el ascensor sintiendo la pesadez de la resaca combinada con unas repentinas ganas de trabajar. -Es diferente porque ellos solo se mejoran a través de la magia, aquí será por medio de la magia y la tecnología. De hecho, he estado trabajando en unos cálculos para realizar procesos que nos permitirían hacer mutaciones muy útiles.- Dicho esto, me dediqué a ocuparme del proyecto de las mutaciones durante un tiempo, pidiendo la ayuda del alemán y de la embarazada e invitando al Teniente y al robot a presenciar el desarrollo. Fueron días largos llenos de matemática, teorías, pruebas, errores, reformular y repetir.

La vorágine de trabajo nos había mantenido ocupados a la gran mayoría desde aquel fortuito encuentro en el bar. Fue precisamente ese ritmo de trabajo el que me impidió darme cuenta del momento en el que la socia-cobaya Victorya abandonó el lugar por voluntad propia. Maldita, al final si que hacían falta las cadenas antimagia. Ella se lo perdía, no aprendería nada de una gran mente como la mía. Ya me buscaría alguna otra que no fuese tan tiquismiquis con eso de experimentar. Al menos la androide R.E.N.A había demostrado más interés en los proyectos que le había comentado, y no parecía tener problema alguno con colaborar. Le había pedido que encontrase a gente interesada en mejorarse con tecnología androide, y estaba a la espera de recibir a sujetos de pruebas.

A Collins también lo veía más espabilado, incluso aunque un adolescente pesado a veces y borracho otras. Podría decirse que estaba madurando, y también aportaba ideas de posibles nuevas investigaciones. Durante esos días estuvimos hablando del tema de las mutaciones que propuso, una investigación que yo ya había iniciado en el pasado pero a la que no había dedicado tiempo suficiente.

+PROYECTOS escribió:+Proyecto mutantes e híbridos. Uso de la ingeniería genética con magia aplicada, valiéndose de seres mágicos de los que obtendremos muestras para hibridar. Abandonado

La frase seguía tachada en una de las muchas libretas de anotaciones del laboratorio. Con otras había tenido más éxito, y pronto podrían comercializarse para ofrecer servicios que esperaba que demandasen. Además, podía transmutar materiales inorgánicos a su antojo, así que no tenía problemas de suministros en ese sentido. En ese momento se encontraba enfrascado en el desarrollo de una droga de potenciación mágica temporal, una sustancia que provocase chutes de magia instantáneos. Alzó la vista de sus matraces al quedar satisfecho, sólo quedaba probarla con sujetos. - ¡Becario, ven aquí! necesito que me traigas gente para un par de experimentos.

El tiempo de trabajo que se empleó en el proyecto de los mutantes me dió muy pocos avances y mucha frustración. Días enteros de intentar solucionar ecuaciones por todos los ángulos posibles sin éxito me llevó al borde del llanto. Mientras escuchaba al mago hacer sus cosas, yo estaba sentado tranquilamente con la cabeza apoyada en la mesa, odiando mi vida en silencio. Tras escucharlo hablar, respiré profundo y me puse de pie. -Haré un radar, así será más fácil encontrar seres.- Dije mientras me encaminaba en busca de los materiales.

Tal vez podría encontrar alguna solución si tomaba distancia y dejaba reposar el tema un rato. Recorrí la sede haciendo uso del ascensor, recolecté varios componentes electrónicos de diferentes sectores en distintos pisos, encontré cables en las estanterías y partes de metal en cajones. Tuve que forzar mi mente a no pensar en los cálculos que insistía en repasar. En un momento comencé a sentir picazón en una mejilla y cuando fui a rascarme sentí algo raro. Al mirar mi reflejo ví una espinilla que sobresalía claramente en mi cara así que resoplé e hice mi camino de vuelta con el material recogido.

-Ya sé que en el edificio hay radares listos para usar, pero quiero hacerlo yo mismo.- Le dije al alemán cuando regresé dejando el botín en mi mesa de trabajo. Encendí el soldador para que comenzara a calentarse y miré sus recipientes de laboratorio llenos de ingredientes. -¿Qué se supone que hace eso?- Pregunté señalando los envases que el científico estaba usando.

1/1 Post de recolectar materiales.

Estuve a punto de detener al crío para decirle que no hacía falta que fuese a por materiales, que los radares para encontrar seres era algo que ya existía en el mercado. Lo malo es que la gran mayoría de esos radares estaban en manos del ejército de la Alianza. Aún así no le detuve, dejé que se marchase para buscar lo que necesitase. Así se ganaba su manutención en ese lugar. Seguí enfrascado en mis fórmulas hasta su regreso, momento en él mismo me aclaró que sabía que quería hacer él mismo el radar.

- Oh, ya veo. Chico con iniciativa. Eso me gusta. No quiero vagos a mi lado. - dejé que siguiese a lo suyo con el soldador, esbozando una sonrisa enigmática cuando me preguntó en qué andaba yo. - Algo que hará que dependan de mí. Querrán esta sustancia a toda costa. - removí el matraz ante mis ojos, acercándome después a él. - A ti no te haría nada si te lo tomases. Es una droga de potenciación mágica. He estado haciendo algunas modificaciones con mi alquimia, y buscando opuestos a la poción de chizzpurffles. Necesito probarla con alguien, y desde luego no conmigo mismo. Hazme sugerencias....- murmuré ensimismado con el color ambarino y brillante de la sustancia, alzando después las cejas.

- Pueden ser pobres desgraciados o gente ambiciosa que pruebe los efectos y quiere más. Podríamos secuestrar a alguien en Ouroboros, y de paso ir a por tu papaíto. ¿No has pensado en esa idea nunca? ¿O lo quieres lejos de tu vida? - dejé caer, para ver qué opinaba sobre su padre caído en desgracia.

Me detuve un momento para procesar sus palabras, ¿eso había sido un halago? Se sintió raro, no bien ni mal, raro a secas. -Lo sé, a pesar de ser... ¿Cómo habías dicho?... ah, si, un humano obsoleto, soy el mejor.- Dije encogiéndome de hombros, fingiendo humildad mientras limpiaba los materiales que usaría y preparaba el esquema que necesitaba ver para guiarme. Pude escuchar la sonrisa en su voz cuando me habló de aquello en lo que estaba trabajando, seguramente estaba satisfecho con su creación. Miré el líquido en el recipiente cuando se acercó, me incliné un poco para olerlo al tiempo que él explicaba lo que era y luego me aparté para ponerme la máscara para soldar. El mago había desarrollado algo que favorecía a los seres mágicos, era lógico pero molesto, como el grano en mi cara.

-Mmm...- Me puse a pensar en seres mágicos que podrían servir para experimentar pero no se me ocurrió ninguno que fuera fácil de convencer o atrapar, esas criaturas eran muy escurridizas. Al mismo tiempo y con cuidado comencé a manipular metódicamente los componentes metálicos separando esto, uniendo aquello, ajustando esto otro... pero la mención de mi padre me detuvo en seco. -Claro que quiero recuperarlo pero tu lo haces sonar muy fácil. “Vamos a buscar a tu padre y a alguien más porque hoy hay 2x1”- Dije haciendo una exagerada imitación del acento alemán mientras gesticulaba con el soplete encendido. -Hacen falta más aliados y más armas. Es posible que lo hayan matado o que ni siquiera esté allí, además pueden haber más personas retenidas.- Erin, entre otros, fue lo que se me ocurrió mientras volvía a enfocarme en el trabajo.

La idea de encontrar a mi padre muerto me revolvía el estómago, pero era mejor que no saber nada de él, además era una posibilidad, por muy dolorosa que fuera. Acomodé los cables para luego conectar todo dando como resultado un pequeño objeto que, al darle al interruptor para encenderlo, las luces mostraron varios puntos localizando e identificando los seres que se encontraban en un radio de 5 kilómetros. Dejé escapar un hondo suspiro de alivio al sentir que finalmente algo encajaba y funcionaba como yo quería. Era un estímulo en el ego necesario para empezar a recuperarme después del tiempo en el que tuve que lidiar con el proyecto de los mutantes. Me senté pesadamente en mi silla, me quité la máscara para soldar dejándola a un lado sobre la mesa y miré a Tobías con expresión pensativa.

-¿Me ayudarías a rescatar a mi gente, incluso cuando todavía estoy a prueba?-

1/1 Post de fabricación.

- Realmente obsoleto, sí. Por eso hay que mejoraros, para que no seáis tan debiluchos y fenezcáis tan pronto. - comenté con tono de superioridad, casi tanto como él al decir que era el mejor. Dejé el matraz sobre la mesa metálica antes de volver a prestarle atención, sonriendo maliciosamente al escuchar que sí que quería recuperar a su padre. - Admitirlo es el primer paso. Supongo que sabes que es o era un cabrón, pero aún así quieres rescatarlo de las garras de esos estúpidos prepotentes de Ouroboros. - se quitó los guantes con los que había estado manipulando diversas sustancias, tirándolos a la basura antes de acercarse a Collins.

- No he dicho que vaya a ser yo el que aparezca en la isla para rescatarlo. Me niego a que mi talento acabe desperdiciado porque ellos quieran encerrarme con su ridícula justicia. Son unos desagradecidos, después de todo lo que he colaborado con ellos. Que sí, que yo provoqué el desastre en parte, pero eso no les da derecho a ir contra mí. - asentí cuando el joven dijo aquello de que se necesitarían más aliados y armas, y que no sería fácil. AL menos era realista y se daba cuenta de que podían haberlo matado. No es que me hiciese ilusión recuperar a los ex ministros, pero pensaba que todavía podían ser útiles en algún sentido, y que así me deberían un gran favor.

- Tiene que hacerlo alguien que no esté vetado en esa isla. De poco sirve que yo aparezca allí si de repente se me echan encima todos los guardias. Necesitamos un topo, o topos. Parecerán traidores, pero serían obligados. O tal vez podemos contratar a alguien para que lo haga, o crearle tal adicción a la droga que acabo de crear que haría lo que fuese por obtener más. A ver, piensa. ¿A quién podemos utilizar para hacer el trabajo sucio de sacarlos de allí? - con esa última pregunta le dejé claro que sí que le ayudaría a recuperar a su padre. Cogí el radar de criaturas que había creado, echándole un vistazo con cara de "nada mal".

Ah, ahí estaban los insultos, comenzaba a extrañarlos. Dí el tema de los humanos obsoletos por zanjado luego de poner los ojos en blanco y lanzar un resoplido, como si fuera una risa desganada. -Puede ser muchas cosas, entre ellas es mi padre, él haría lo mismo por mí.- Dije en tono serio como toda respuesta al comentario sobre querer rescatar a mi papá a pesar de su maldad. Por sus palabras, era evidente que había gente de su raza que no lo quería pero alcé las cejas al escuchar que admitía haber provocado el desastre en parte. -¿Qué hiciste?- Pregunté con curiosidad.

Pensar en un plan era algo importante así que cambié mi postura despatarrada en la silla a una más derecha, apoyando el codo en la mesa y la cabeza en la mano. -Sé que hubo seres mágicos que trabajaban para la Alianza Humana además de tí... mmm... conocí también a... Sean Eire, ... Arleen Royden, ... Sayid Ala, sé que... mmm... Lucio Galenus y ... uhmm... Chloe Hacksaw trabajaban en el hospital que tienen en esa isla ... Giovanni Da Vinci y emmm... Belle Simon trabajaban en el taller... espera un momento, tu eres un mago, ¿por qué me preguntas a mí? Seguramente conoces a más seres mágicos que yo, sabes cuáles son sus motivaciones y cómo encontrarlos.-

En el fondo hasta me resultaba entrañable ver al adolescente queriendo recuperar a su padre a toda costa, a pesar de todas las maldades que había hecho. - Vaya, qué serio te has puesto. - comenté de manera burlona, suspirando después antes de comenzar a narrarle mis propias fechorías. - Bueno, digamos que fue el culpable de que la Alianza descubriese el material antimagia que luego utilizaron con los satélites. No era precisamente mi intención que lo utilizasen de ese modo, y por supuesto que no tenía ni idea de lo que pasaría después con la inteligencia artificial que tomó el control. Cosas que pasan cuando se investiga. A veces algunos hallazgos acaban en malas manos. - terminé de explicar de modo bastante resumido, porque tampoco era cuestión de explicar el periplo completo. Todo eso me había hecho ganarme el título de uno de los más odiados.

Me alejé de la mesa para colgar mi bata de trabajo, por hoy ya era suficiente. Mientras lo hacía escuché los nombres que iba dando como posibles, pensando en quién podríamos usar para lograr nuestro objetivo sin ponernos en riesgo. - Te pregunto porque para algo eres mi becario. Para que des tu opinión. Me has dado algunas ideas...gente que pueda acercarse a la celda sin levantar sospechas, actuando bajo nuestro mando siendo manipulados. Puedo ser muy persuasivo cuando quiero y hay sustancias que potencian ese efecto. La poción de control mental y mi propio poder de coacción bastarán. La chica Hacksaw...sé que trabajaba en el hospital. Podemos hacer que vaya a la celda con la excusa de atender la pobre salud de los detenidos, que a estas alturas debe ser deplorable. La manipulamos para que convenza a algún guardia de que le deje pasar, y hacemos que les libere y los saque. Ahora sólo falta sacarla de la isla para poder hacer lo nuestro. Provoquemos algún tipo de catástrofe que requiera sanitarios en tierra. Vamos, pon tu cabecita a trabajar. - le hice un gesto para que me siguiese, dispuesto a empezar con el plan que le interesaba.

-Que irónico.- Me limité a decir tras escuchar lo que el mago contó sobre el material antimagia aunque me interesó el tema, me pregunté si ése material estaba relacionado a la tecnología antidesaparición, dónde se conseguía, etcétera. Arrugué la nariz en una mueca de desagrado cuando me llamó su “becario”, básicamente dijo con palabras bonitas que mi trabajo era hacer lo que él no tenía ganas de hacer y pensar lo que él no tenía ganas de pensar. Fruncí el ceño mientras me quitaba la bata como él había hecho y la dejaba en el respaldo de la silla para luego levantarme. Me disgustó pensar que pudo haber usado o que usaría en el futuro esos elementos de persuasión conmigo. Podía obligarme a hacer lo que él quisiera pero por el momento no me sentía demasiado perjudicado y él estaba planteando un plan para ayudarme que sonaba bien. De todos modos, debía aprender a distinguir las habilidades de convencimiento del alemán, esa bebida mágica y averiguar la forma de defenderme de eso.

Agarré el radar, lo guardé en mi mochila, me colgué la bolsa al hombro y lo seguí. Cuando comencé a pensar en un plan de rescate, me imaginaba algo así como un ejército bien armado, aviones militares, tanques y más. -Pero no sé si tienen a mi gente en celdas, tal vez están en el hospital, pueden tener retenidos a miembros del ejército, a líderes políticos, a civiles... además, en el supuesto caso de recuperarlos, ¿cómo haré para evitar que los vuelvan a secuestrar?- Pregunté mientras agarraba elementos que nos servirían para desencadenar el desastre. No pude evitar desear que hubiera una mejor manera porque lo que íbamos a hacer podía afectar también a los humanos pero, si el rumor sobre ese proceso de paz que quería llevar adelante la Alianza era cierto, probablemente no harían nada respecto a los cautivos. Aunque hubiera que sacrificar a muchos para recuperar a unos pocos, alguien debía hacerlo, me esforzaría en que no afecte tanto a los humanos. Con una gran variedad de componentes encima, Tobías y yo nos marchamos del edificio charlando sobre los detalles del plan.

Era incómoda la sensación de desaparición mágica pero me sentí un poco más tranquilo al llegar al edificio, era un lugar en el que me sentía relativamente seguro, tal vez el zumbido bajo de las máquinas era lo que me calmaba.

-Por un momento temí que me hubieras dejado solo.- Admití mirando de reojo a Tobías mientras llevaba a la sanadora y la dejaba sentada en una silla. Como la coloqué mal, la mujer se deslizó del asiento hasta el suelo así que la volví a sujetar y la acomodé bien en la silla.

-¿Cómo harás para que no desaparezca apenas despierte?- Le pregunté al alemán. ¿Me apenaba obligar a alguien a hacer algo que probablemente no quería? No realmente, a ella también le serviría, podría poner la excusa de que no tuvo opción porque había sido coaccionada.

El trabajo de secuestro fue rápido y limpio, enseguida nos largamos de allí llevándonos a la joven sanadora. Collins se encargó de ponerla en una silla, y yo de inmediato me encargué de atarla con unas cadenas de penitente.  Até bien sus tobillos y sus muñecas, además de su cuerpo al respaldo de la silla.  - No, ¿cómo iba a abandonar a mi aprendiz? sería una estupidez. - dejé todo listo para cuando despertase, explicándole a Collins lo que era eso.

- De esto modo no va a desaparecerse. Si las lleva puestas mucho rato también disminuye su capacidad de hacer magia. Todo controlado. me alejé un momento para ir al armario de pociones, sacando la de control mental. Con eso y con mi poder sería suficiente para que esa idiota hiciese lo que queríamos.  - Ya puedes estarme agradecido, chaval. - le inyecté la poción en el brazo a Chloe, y después le pegué un par de palmadas en la cara para que espabilase.

- Qué manía con dormirse tanto rato cuando les das un golpe en la cabeza. Espero que no nos de mucho la lata ni lloriquee.  - la chica fue espabilando poco a poco, quejándose por el dolor del porrazo. Decidí no esperar demasiado para darle la orden, acercándome a ella como si fuese majo.

- Este pobre chico quiere recuperar a su padre, encerrado injustamente en Ouroboros. Tú vas a ayudarle, vas a traerlo de vuelta. Búscalo donde esté encerrado, dile a los guardias que vas a atender médicamente a los presos. Consigue las llaves como sea y sácalos de ahí. No es difícil...después solo tienes que traerlos a este sitio. ¿Comprendes?

El golpe en la cabeza fue suficiente para hacerme caer inconsciente al suelo, y para cuando volví a recuperar el conocimiento estaba atada a una silla sin posibilidad de moverme. Me quejé por lo bajo por el daño, intentando forcejear para soltarme. No comprendía nada. Delante de mí estaba el chico al que había ayudado porque se encontraba mal, y también el alquimista que tantas veces nos había complicado la situación a todos.

- ¿Qué...qué significa esto? ¿por qué? - miré a Collins con los ojos llorosos, sintiéndome profundamente decepcionada y traicionada. Ningún paciente me había hecho nunca algo así, atraerme para secuestrarme - ¿Me has engañado porque te lo ha dicho él? - pregunté asustada, aunque no esperaba respuesta. No sabía qué querían hacerme, pero por la fama de Tobías...nada bueno. Empecé a notarme rara con el paso de los segundos, como si mi mente se quedase adormilada y sin voluntad. Parpadeé un par de veces antes de mirar a Tobías de manera inexpresiva, encontrando bastante lógica en lo que le decía. Me estaba convenciendo de que era injusto que el padre de Collins, y yo tenía que liberarlo. Era un buen acto, tenía sentido que me pidiera algo así. Asentí en silencio, mirando después a Collins con gesto neutro.

- Éamon O'Connell. Liberar a Éamon O'Connell.

Hice una mueca de disconformidad al ver las cadenas que retenían a la mujer, eso podía dejar marcas que nos delaten. Cuando Tobías se alejó un momento y me dejó solo con Chloe la observé pensativo, no le haríamos daño, solo la obligaríamos a hacer algo que probablemente no quería, sería un necesario momento desagradable que terminaría pronto. Las palabras del alemán me sacaron de mis cavilaciones. -Estaré agradecido si rescatamos a mi padre y a Andreas, es lo mínimo que espero.- Renuncié a la idea de recuperar a mi hermana y a todo el resto de mi gente en ese rescate, pero seguía siendo mi objetivo.

-Es un pésimo método ¿Qué haremos si tiene una hemorragia cerebral?- Me quejé sobre el golpe en la cabeza pero me puse alerta cuando la sanadora comenzó a reaccionar. Me incomodó percibir su tristeza y su temor pero me mantuve todo lo estoico que pude. -Es necesario, estarás bien.- Fue mi única respuesta a sus preguntas para luego dejar hablar al mago. Me sorprendió cómo fue cambiando la expresión en el rostro de Chloe a una vacía de emociones y me alarmó su mirada hueca sobre mí y su forma de hablar como robot pero me recompuse rápido.

-Mi padre, Eamon O’Connell, y mi tío, Andreas Wilhelm, me cuidaron toda la vida, ahora quiero cuidarlos yo a ellos, por favor libéralos y tráelos para que yo pueda cuidarlos.- Le ordené acercándome a ella y manteniendo el contacto visual. -Buscarás donde están encerrados, le dirás a los guardias que debes atender médicamente a los presos, conseguirás las llaves para sacar a Eamon O’Connell y a Andreas Wilhelm y los traerás aquí.- Repetí las órdenes de forma pausada para que las tenga grabadas a fuego y luego miré a Tobías preguntándole con la mirada si ya podíamos liberarla.

- Los tendrás, únicamente debes tener algo de paciencia. - obvié decir que los tendría a no ser que los hubieran ejecutado, aunque se suponía que en Ouroboros no hacían ese tipo de cosas. Yo mismo tuve suerte al irme de allí antes de que les diese tiempo a juzgarme bajo sus leyes.  - No cuestiones el método, era lo más rápido. Además, le ordeno que se cure a sí misma el golpe para que no sospechen y ya está. - me acerqué a Chloe para darle otra orden, haciendo que ella misma canalizase su magia de sanación hacia el porrazo de la cabeza.

- Eso, sin marcas delatoras. - crucé los brazos con gesto cuestionador hacia Collins al ver que le hablaba de forma relativamente amable a la chica, pero quise suponer que lo hacía para reforzar el convencimiento y no porque tuviese consideración por quien era una simple herramienta.

Dejé que repitiera lo que yo había dicho, soltando después a Chloe tras asegurarme que estuviese completamente bajo control. - Ah, y no repitas las cosas como un loro, niña, que queda algo raro. Actúa natural. - tras eso le dije que se despareciese, rumbo a Ouroboros para cumplir lo encomendado. Cuando ella se fue por fin pudimos tomarnos un descanso, marchándose cada uno a sus propios asuntos.