Villa Black

Debía reconocer que las frases de Victorya le estaban ayudando un poco a ponerlo todo en perspectiva, a deshacer los nudos que tenía en su mente respecto a sus últimos movimientos. Hecho estaba, por malo o bueno que fuese. Sobre lo único que tenía control era sobre las decisiones que tomase a partir de ahora. - Pero no hay manera de saber si las decisiones que tome serán las adecuadas o no. O serán adecuadas para un aspecto particular, y no para otro. No sólo me afecta a mí lo que decida, ¿comprendes? - le dirigió una mirada de agradecimiento por escucharle y apoyarle sin aburrirse de sus temas, pero no siguieron más allá la conversación por la llegada de Thalos.

Claro que pasaba algo...le conocía desde hace años, a lo largo de muchas situaciones y momentos. Podía decirse que le conocía bien y la tensión era evidente. Se sentó de nuevo en el sofá, más cerca de donde estaba Thalos. - ¿Entonces...los de la Misericordia están muertos? - no es que le importase porque habían sido los que atacaron a Ian y Savannah, pero le contrariaba un poco. Inspiró despacio y de manera profunda mientras seguía diciendo lo del movimiento estúpido de los cazas, y todo lo del bombardeo. Asintió a eso de haberse enterado, con cara de querer decirle algo. Se giró un momento a la morena, prefería que no estuvieran presentes porque eso era una cosa entre ellos dos. - Victorya, llévate a Ryder y déjanos solos, por favor. - después se removió un poco incómodo en el sofá, había llegado el momento de soltarlo todo. Lo miró fijamente a los ojos, serio para que no hubiese duda y no pensase que quería desviar el tema.

- Fui yo. - sentenció de manera lapidaria, haciendo unos segundos de pausa antes de continuar. Cerró los ojos un instante, sintiéndose un tanto culpable por haberle mantenido al margen. - En ese momento no podía decirte nada. El mensaje del rey fui yo tomando su aspecto, para forzar un tratado de paz y desmovilizar a los que hayan quedado. El ataque a la base...en realidad lo improvisé, cuando rescaté a Ian y a los demás de esa escoria marrullera de la Misericordia. Era todo controlado, sólo tenían que destrozar la entrada para así justificar el ataque. Los cazas...los envié al palacio. Quería cortar aquello de raíz de manera rápida, aprovechar para que no nos comiesen más terreno y demostrar que el control lo tenéis vosotros, o tú. Lo hice porque me pareció lo mejor para todos... - no sabía si iba a entenderle o no, por lo que el tiempo que él tardase en reaccionar se le iba a hacer largo y muy tenso.

Miré a Victorya con cara de "no me digas", porque sí, habiamos pensado mas o menos lo mismo ante mi retórica interrogación acerca de sus caras largas. Se quedó alli, parecía que sus intenciones eran permanecer durante la conversación...yo no iba a decirle nada, estaba en su casa.

No tenía nada que esconder ademas. Verdad? Johan le pidió que se marchara lo cual me sorprendió levemente pero ni di muestras ni hice comentarios al respecto. Solo esperé sentado a que él me respondiera.

"disgustado por sus muertes?"

- Ajam. - respondí a su primera pregunta. Alcé la mirada hacia él cuando rápidamente se declaró responsable con aquel "fui yo". Mi mirada, aun con el parche ahora, destilaba amargura pero tambien....alivio. Al menos no habia intentado engañarme una segunda vez.

Y al mismo tiempo, mi ausencia de sorpresa, valdría para indicarle que sabía ( o al menos habia sospechado en un 90%) que él era quien habia estado tras las extrañas acciones de mis soldados.

- Todo controlado. - dije con voz cáustica. - Hay al menos diez de mis soldados con heridas graves por esa explosión, y a lo mejor alguno fallece. Hay dos pilotos... dos buenos pilotos, suspendidos y encarcelados. Hay un, probablemente, calcinado cadaver en la habitación 101, después del interrogatorio que hemos llevado Carrie y yo. Y hay muchisimos civiles muertos en Buckingham. Pero sí, todo controlado. - me pasé la mano por la mandibula, como en un gesto de agobio, queriendo cortar las palabras, pero no era algo que fuese a hacer. - Controlado por tí. Querías demostrar que yo tenía el poder, sobre qué? Lo único que me has demostrado es que no tengo control ninguno!

"lo mejor para todos...."

- Hemos conseguido que la puta Alianza se abra a los magos. Hay brujas trabajando con nosotros. Como esto se sepa, se acabó!

Siempre que algo mejora, algo más empeora. Es como las cosas terminan por balancearse. La cuestión es actuar con responsabilidad.- O algo así. La verdad era que, tal como él decía, no había manera de saber lo que ocurriría más adelante. Era una moneda al aire, sobre todo cuando implicaba a tanta gente.

Con la llegada de Thalos, se vio claramente no bienvenida. El tipo no estaba para bromitas, a pesar de que lo había dicho de manera bastante sincera. Quizás demasiado. No tardaron mucho en despacharla de la sala y, aunque en realidad sí tenía ganas de quedarse, soltó un suspiro y tomó a Ryder en brazos.- Los veo después. Te quedas en tu casa, Thalos.- Dijo sin sarcasmo, aunque aún con la tensión de si sabría o no lo que ocurría. Las sombras le hablarían de toda la conversación, así que no había caso en quedarse. Lo sabría todo tarde o temprano. Sin perder un instante más, se deshizo en sombras y subió al segundo piso, dejando un etéreo rastro oscuro por allá por donde pasaba.

Se despidió de Victorya con un tenso gesto de la cabeza, esperando hasta que estuvieron solos para reanudar la conversación. Había imaginado en varias ocasiones cómo sería cuando lo supiese, porque sabía que se iba a enterar, pero ahora que lo tenía delante...todo pintaba peor de lo que había pensado. Tragó pesadamente al ir escuchando las consecuencias para sus soldados, los heridos por la explosión de la entrada y los pilotos encarcelados. - No teníais que encerrarlos por eso, se supone que cumplían vuestras órdenes. - replicó molesto porque de eso los únicos culpables habían sido ellos. Se pasó una mano por la frente para hacerse el pelo hacia atrás con gesto de exasperación por lo del calcinado en aquella maldita habitación en la que en su día los torturaron, otra cosa igual de innecesaria.

- Joder, ¿por qué? ¿así seguís haciendo los interrogatorios? si tanto sospechabas haberme preguntado a mí primero en lugar de esa represión exagerada. - se calló por lo de los supuestos civiles en Buckingham palace, tensando la mandíbula para contenerse de decir algo. Claro, civiles, convenientemente. Seguro que ahí la mayoría eran soldados, y los acólitos de los reyes. Ojalá ellos también, aunque no habían logrado encontrarlos, según había dicho Reiv.

- Que yo sepa nunca te importaron tanto las consecuencias cuando tenías un fin. Y ahora vienes a echarme en cara todo eso.- se puso en pie en el sofá en cuanto Thalos alzó la voz, sintiendo una frustración tremenda porque no era capaz de ver que no quería ponerse en su contra, que lo hacía para que su nuevo ejército no fuese débil.

- ¡Habría parecido control si me hubieses seguido la corriente! ¡había que dar un golpe de efecto contra esos imbéciles! no podemos dejar que pase lo mismo otra vez, Thalos, no podemos...- negó con la cabeza mientras volvía a bajar de nuevo el tono de voz, debatiéndose entre seguir defendiendo sus motivos o aceptar que le había salido el tiro por la culata.

- No cumplian nuestras ordenes Johan, como cojones ibamos a saberlo? Se nota que no tienes ni puta idea de organizaciones militares porque si no no dirias eso. Si dos pilotos bombardean con dos cazas unos supuestos objetivos, lo mas bonito de lo que sospechas es una traición. Actuaron por libre, y punto. Esa es la version oficial.

¿Cómo podia no darse cuenta de esas cosas? No eramos tan diferentes al fin y al cabo, verdad?

- No sospechaba de ti, gilipollas. Al principio no sospechaba para nada. - lo miré como si fuera imbecil por pensar que desde el principio sospeché de él. Empecé a hacerlo después, cuando el otro habló y até cabos. - En un principio, solo me pareció muy extraño.

"que por qué?"

Me indignó y flipó a partes iguales que le sorprendieran mis interrogatorios.

- Al menos tuvo la opción de negarse. Represión exagerada? Me dices eso por haber ejecutado a un terrorista mirándolo a los ojos, cuando tu con un solo pensamiento has mandado a dos tios a bombardear a decenas? Donde no sabías si por cierto, se refugiaban inocentes a parte de lores y yonkis gilipollas?

"no te puedo creer"

- QUÉ! - me levanté, cruzado y cabreado. La tensión de todos estos meses saliendo por fin. - YO NUNCA TUVE UN FIN HASTA AHORA JOHAN! POR ESO NO ME IMPORTABAN LAS CONSECUENCIAS! AHORA LO TENGO! Mi fin....mi fin era matar magos, acabar con todos. Era como esos tíos! - me detuve y me acerqué a él, pensando lo que iba a decir, hasta que salió sin mas. - Quizá...quizá quien no tiene un fin ahora, eres tú, y por eso no te importan las consecuencias.

"seguirte la corriente, jah!"

- Qué te crees que estoy haciendo? No le he dicho esto a nadie! Nadie lo sabe. Si mi gente se entera, se acabó la colaboración con el Concilio.

- Por eso he dicho "se supone". De cara a la galería tendrías que haber mantenido la versión de que era cosa vuestra en lugar de actuar como si os hubiesen traicionado. - pero claro, no eran capaces de ver las ventajas que podía traer lo que él había hecho, sólo actuar de manera reaccionaria. Aún así no pudo evitar esa desagradable sensación de haber decepcionado a alguien que te importa, especialmente cuando dijo que no había sospechado de él. No tuvo respuesta para eso, sólo apretó ambos puños de manera imperceptible, desviando la mirada tensamente hacia otro lado. Era la primera vez en bastante tiempo que discutían de ese modo. La acusación sobre los inocente le hizo reaccionar de manera airada, lanzándole una seria mirada de advertencia.

- ¿Me estás acusando de acabar con inocentes sólo porque he ido a por el enemigo? ¿Crees que no pensé en atacar únicamente lugares estratégicos? ¿Eso piensas de mí? Parece mentira que me conozcas desde hace tanto tiempo. - soltó un "pché" totalmente a la defensiva, sin poder evitar un gesto de sorpresa en el momento en que Thalos empezó a gritarle perdiendo el control. Tardó unos segundos en reaccionar, pero lo hizo alzando también el tono de voz. - ¡Ya lo sé! ¡Incluso en ese momento creí que merecías la pena, y tú estás dudando de mí a la primera de cambio! - la última frase le cayó como un jarro de agua fría, como un golpe bajo que le impidió responder mientras lo procesaba. ¿Así lo veía? ¿como si no tuviese un objetivo? hizo un esfuerzo por apartar la rabia de su voz, lográndolo a medias.

- Sigue importándome lo mismo que me importaba antes, los míos, pero ahora me he dado cuenta de que no merece la pena luchar por aquellos imbéciles que ni siquiera tienen intención de cambiar. Mi objetivo es controlar el escenario de una puta vez, dejar de ser los machacados de esta historia. Sigo estando de tu parte, no lo olvides. - inspiró profundamente sin apartar la mirada de él, aflojando un poco los puños cuando dijo que no se lo había contado a nadie. Al final resulta que había puesto a Thalos en una posición muy complicada.

- Haz lo que tengas que hacer para conseguir lo que quieres. Piensa tu siguiente movimiento.

El teléfono de Thalos comienza a sonar...

- a lo mejor si hubieras compartido tu conspiración conmigo, desde el principio, habría sabido que esperar y actuar en consecuencia!

"Como esperaba que decidiera marcarme un tanto por la presunta desobediencia de unos soldados?"

Como era de esperar, Johan reaccionó de un modo similar al mío.

- si, te estoy acusando de eso precisamente. Y no menos importante, de traicionar la alianza y confianza que estábamos intentando crear entre ejército y concilio.

Luego me echó en cara que él siempre....o bueno, eso es decir mucho. Que el consideró que yo valia la pena incluso en aquella época en la que era un soldado que sólo seguía órdenes deseando saciar su sed de venganza contra los magos. Me mordi ambos labios por callar, de modo breve, mirandolo e intentando disimular que eso aún dolía. Me acerqué a él, porque no pensaba quedarme sin respuestas.

- y por qué yo sí? Y ellos no? Que te hizo pensar que valía la pena?

"No, no vuelvas esto contra mi Johan"

Negué con la cabeza porque ahora intentaba acusarme a mi de dudar de él. Escuché sus argumentos y joder, claro que lo entendía. Lo entendía demasiado bien.

- pues ten cuidado de no convertirte en lo que querías destruir. - porque los humanos habían deseado lo mismo, yo lo sabía.

Siguiente movimiento...ahora la pelota estaba en mi tejado? Era una.... Era una amenaza? Lo miré muy, muy serio. No.... Él estaba de mi parte.

- el marrón no es solo mío, Black. Piensa tú también un modo de salir de esta sin cargarnos la alianza.

Salvado por la campana...o el tono de videollamada del móvil, más bien. Videollamada de Arleen? Descolgue y enfoqué la cámara hacia mi, viendo a Arleen del otro lado.
- Royden, pasa algo? Hay alguna emergencia?

Royden, pasa algo? Hay alguna emergencia?

Su imagen no aparecía, sino un fondo de peonías. No le apetecía verse la cara. Si no lo soportaba en el espejo, menos allí.-Sí... sí, tengo una situación en el hospital y…Y no sé cómo manejarlo- Cambió de cámara en su aparato móvil para que viera a los cinco guardias en camilla y lo dejó así  mientras hablaba en voz baja -Ha venido uno de los Descendientes a gestionar unas cosas y ha usado sus poderes para, segun veo, adormilarlos. A unos en particular los durmió directamente. Les he dado hervorevitalizantes pero ahora mismo tengo a cinco guardias fuera de juego y hay gente en el hospital. Necesito…Necesito apoyo- Resumió mirando en la pantalla inestable del móvil a Elizabeth y a los guardias -Por…por si acaso- No quería reconocer su miedo tan abiertamente, según Gelion el hospital era seguro y probablemente Thalos pensara lo mismo. Pero ninguno de los dos había sido secuestrado allí -Por favor- Añadió en un hilo de voz.

- No hubo tiempo para contarte nada. Fue más improvisado de lo que crees. Vi la oportunidad y lo aproveché. - la respuesta llegó de manera inmediata porque ni estaba mintiendo ni tuvo que elaborar ningún tipo de excusa. Sucedió todo a partir de lo de Hyde Park, aunque algunas ideas se le habían cruzado antes por la cabeza. La palabra traicionar en boca de Thalos le dolió más de lo que pensaba, como si supusiese un punto de inflexión en la confianza que tenían el uno en el otro. Se negó a responderle a eso, sobre todo porque ya le había explicado cuál era la intención y lo que pretendía. Si a eso se le podía llamar traición...él vería. Se mantuvo todo lo estoico que pudo cuando se le acercó más para hacerle esa pregunta sobre el pasado, sobre por qué a él si le había dado una oportunidad pero no al resto de los reales y su chusma. Tuvo que detenerse unos segundos a pensarlo, pero ni siquiera así estaba seguro de los motivos.

- Tal vez porque yo en esa época aún creía que la gente podía cambiar...o tal vez porque tuve oportunidad de ir conociéndote mejor a través de muchas situaciones, aunque fuese a la fuerza. Pude ver acciones, gestos...que había algo más. Al principio fue sólo por necesidad, porque tú tenías información que yo quería. - ganaron tiempo con toda aquella información que Thalos podía tener sobre los soldados mágicos reeducados, sobre la madre de Johan. Había llegado a humanizar al enemigo. Con los reales era distinto...ni siquiera los conocía, y los consideraba una amenaza seria para lo que querían construir. Además, habían tenido oportunidades de sobra para aprender de errores pasados y las habían echado a perder. Las oportunidades no eran infinitas.

- ¿De convertirme en qué?  - la advertencia  le hizo reaccionar sin pensar, avanzando un par de pasos más hacia él con un destello de rabia en la mirada. Si estaba insinuando que se estaba convirtiendo en uno de esos tipos como había sido Jones o los de la antigua Alianza...estaba muy equivocado. - ¿Me ves haciendo fiestas para quemar gente? ¿Encerrando a gente en campos de concentración para matarlos y torturarlos? - extendió los brazos a ambos lados al hacer esas preguntas, dejándolos caer después para terminar con tono sarcástico.  -  Ah, no, que esos eran de los tuyos. - de verdad que le estaban dando ganas de pegarle por la que le estaba montando, aunque también era consciente de que la jugada había salido muy mal y que probablemente no sirviera sólo con el movimiento que hiciese Thalos. Podían seguir adelante con lo de la firma de paz esa para desbaratar del todo a los reyezuelos, pero no tenían claro si iba a funcionar. Estaba por responderle algo cuando le sonó el móvil a Thalos, de parte de Royden. Cualquiera de los dos, Vishous o Arleen. Qué oportunos.

También le llegó a él un patronus de parte de Catherine, algo que le sacó de contexto completamente porque esos tenían sus propios problemas y eran como ajenos a todo lo que sucedía con la batalla política en tierra.

Mensaje de Catherine escribió:Patronus en forma de cuervo a Johan.

"Hola Johan... Espero que te encuentres bien tras lo sucedido la última vez que nos vimos. Quería... preguntarte si existe la posibilidad de que nos eches una mano con tus habilidades mentales.
Tenemos un serio problema con el Sanguis Ligno, que ha unido a Ávalon y Ouroboros y la rodea una especie de velo de muerte. Sospechamos que con una proyección astral podemos alcanzar a ver el estado real de la isla.
¿Sabes hacerla?
Gracias "

"¿Cómo es eso de que se han unido las islas? ¿Qué está pasando?. Podría intentarlo, aunque nunca he probado a hacer las proyecciones en terrenos tan extraños. ¿Qué necesitáis saber exactamente?"

Prefirió responderle de manera mental, aprovechando que Thalos hablaba por teléfono y tenían un pequeño receso.

"asi que viste la oportunidad y la aprovechaste. Cagoenlaputa, Johan!"

Bufé por aquel modo de proceder que había tenido. Oportunista y descuidado.

- Yo no soy el único que se hace preguntas. - intenté hacerle ver asi lo que me costaría encubrirlo. Pero...

Tensé la mandibula por su respuesta a aquella pregunta mia. En principio fue porque necesitaba información de mi, y luego... Hice un gesto, pidiendole, pidiéndole que se tomara un segundo para reflexionar aquello.


- Si en esa epoca no hubieses creido que yo podía cambiar y me hubieses liquidado...ahora...ahora estarías muerto. - y yo también. Porque aquello nos había definido el uno al otro. - Yo también lo estaría. - pedí tiempo antes de seguir porque sabia por donde iba a salirme. - No te pido que le des una puta oportunidad a todos los hijos de puta de ahi afuera, porque a veces acaba mal, y acaban causando daños y nos sentimos responsables de esos daños... - Gelion, con Eamon, sin ir mas lejos. - Pero sí que encuentres un punto medio entre ese Johan y el de hoy. Si tú no encuentras ese punto medio...

"como coño esperas que lo encuentre yo?"

Entrecerré la mirada por lo muy a pecho que se tomó aquello. Pero fue la coletilla sarcástica la que lo jodió todo.

- Los mios?! LOS MIOS?!

"despues de tanto puto tiempo?"

Había estado evitando decir "los mios" o "los tuyos" todo el rato. Bando? Raza?

- Los mios eran la Resistencia!! Tú, y Erika! Nadie más!


"A ella ya no la tengo y tú..."

El patronus se sincronizó con la llamada de Arleen casi al instante, marcando una pausa, afortunadamente, en aquella discusion. Miré al movil. Cuando dijo que tenía una situacion alli, me preocupé. Pero me relajé algo al oir de que iba.

- Los soldados están bien? Que descendiente ha sido? Me vas a disculpar, sé que son una panda de snobs, pero deben aprender a comportarse en sociedad....minimamente. - dormidos. Entonces no estaban en peligro. Resoplé. Vaya puto problema....seguiamos sin estar preparados. Sabía que la situación no era seria pero por la voz de Arleen noté más cosas, sobre todo por como suplicó. - Vale....vamos para allá en seguida. Aguanta. - tras eso, colgué y guardé el teléfono, mirando a Johan. - Vienes o qué?

- ¿Te refieres a tu hermano? pues que pregunte, él verá. - respondió malhumorado porque sinceramente le importaban una mierda las posibles quejas o reacciones de Gelion. Ese nunca sería nadie para ir a reclamarle nada. Si lo decía por los soldados...eso ya era otra cosa. No podía permitirse que le cuestionaran, ni podían tomarlo por un tirano que acababa torturando en los interrogatorios. Era todo una puta complicación, pero lo que más le jodía de todo era perder la confianza del que consideraba su mejor amigo, su hermano. De sobra sabía que le había salvado la vida en muchas ocasiones, y que aquello había sido recíproco. Necesitaba rememorar todos aquellos pasos que les habían llevado a donde estaban en la actualidad, saber si todo aquello había sido un cúmulo de casualidades y suerte o si en realidad había oportunidades reales para otros que eran como él había sido.

- Seguro que tú en aquella época pensabas que yo era gilipollas por dar oportunidades y por "idealista". Seguro que te molestaba. Y ahora me dices que busque un punto medio...los puntos medios y la tibieza no suelen funcionar, Thalos. Tú mismo lo acabas de decir, que puede acabar mal y que luego nos arrepentimos. En el momento en que estamos prefiero arrepentirme de dar menos oportunidades a otros o de mancharme las manos que de tener que llorar por perder o ver sufrir a quienes quiero proteger. - afirmó con vehemencia y con determinación en sus últimas palabras, esperando que las interpretara como lo que eran, una declaración de intenciones. Haría lo que fuese necesario. Seguramente le había decepcionado, pero aún así...esperaba no perderle. Se dio cuenta de que la había cagado con lo de "los tuyos" cuando el otro explotó de manera iracunda, así que chistó por lo bajo negando con la cabeza.

- ERAN los tuyos. Al principio, y no me extraña que acabaras metido allí teniendo en cuenta de dónde venías... - sabía lo del cabrón de su padre, claro que lo sabía. De hecho hasta había visto aquellas horribles imágenes una vez que entró en la mente de Thalos. - Luego sé de sobra y demostraste de sobra tu lealtad hacia nosotros. Luchamos y sangramos juntos. - avanzó un paso más hacia él intentando mostrarse cercano y apaciguar un poco sus ánimos, aunque se detuvo con la llamada de Arleen al teléfono. Descendientes snobs, decía. ¿Tendría que ver con lo de Catherine? al final eran como un mundo paralelo con sus propias movidas, su árbol, su isla, sus luchas internas...

Arqueó una ceja cuando cuestionó si se iba con él, casi molesto porque lo dudase. - Pues claro, no te vas a librar de mí tan fácilmente. - significase eso lo que significase. Alzó la voz para avisar a Victorya, que supiese que salía un rato. - ¡Tengo que irme a ayudar al hospital, avísame si necesitáis algo o si viene Jo con Nyara! - después agarró a Thalos por el brazo, desapareciéndose de allí con él.

Lya hizo una mueca mientras terminaba de meterse las papas fritas en la boca. La bolsa tenía fecha de vencimiento de hacia mucho tiempo, pero a Lya no le importaba nada. Tenía un pequeño stock después de asaltar una fábrica hace muchos años de Pringles, ya no le quedaban muchas pero tenía que comerlas en privado  o la gente tenía la manía de querer que le compartieran.  El gesto de disconformidad es porque no estaban del todo crujientes…Pero bueno.

Había acabado su guardia de vigilar a los lobos belicosos. En su opinión un par de brutos pero no se ponía a discutir con ellos, no valía la pena. Pero si les daba envidia con su bolsa de patatas -Hola Johan- Saludó mientras se rechupeteaba los dedos e iba a tirar la bolsa a la basura. Tras eso se fue al lavaplatos y se lavó las manos, luego pasó a buscar un vaso y lo llenó de agua. Empezó a beberlo lentamente.

No solía tener mucha relación con los jefazos ni de la Resistencia, ni del Concilio. Pero tampoco era maleducada. Se veían a menudo. Podía saludar. Además, tras todo el tema de SAM quedaba poca gente así que debían estar unidos. Apoyó la cadera en la cocina mientras tarareaba por lo bajo una alegre canción que le había escuchado a Nyara. Terminó su vaso de agua y miró al pelinegro con una sonrisa abierta -Así que… ¿Qué vas a hacer con los licántropos? ¿Cuál es el plan?- Porque hacer guardias era tedioso y aburrido. Había más cosas por hacer.

En ese preciso momento estaba en la cocina de su casa, respondiendo varios mensajes pendientes. Uno de ellos era para Arleen, que curiosamente le pedía alguien para conocer o salir. Podía ser una estrategia para pasar de Draven2, o para darle celos. Cualquier cosa, así que tras pensar unos segundos no dudó en responderle con un candidato que era de su total confianza.

[Puedo concertarte una cita con un amigo mío de mucho tiempo, ruso, alto, fortote. Creo que lo conoces un poco. Se lo digo y luego te paso fecha para reunirte.]

Le envió el mensaje a Arleen, pasando después a contestar a Ian. La advertencia de tener que largarse de Inglaterra le pareció exagerada, pero sabía que Ian no iba a mentirle respecto a eso. La fuente de información era Catherine...por algo de los Pendragon. Tenía que indagar más, así que le preguntó de cuanto tiempo disponían y si había manera de pararlo. El caso es que si era cierto...tal vez les viniese bien para eliminar a los enemigos porculeros que tenían en la ciudad. Al alzar la mirada se encontró allí con Lya, una compañera del Concilio que no esperaba ver allí. - Joder, qué silenciosa. No te oí entrar, ¿te han abierto antes o te has colado? - pero debía llevar un rato, si ya se había zampado las patatas rancias. Mejor le preparaba un té. - ¿Ya acabó tu turno de vigilancia en los calabozos del Concilio? ¿quién te ha relevado? - se levantó de la silla para ir a poner a calentar agua, apoyándose en la encimera igual que ella.

- Primero sacarles información. Por lo que gritaron en la pelea, creo que son como una versión de los Luna Roja. Hay que saber si la banda es más extensa o son todos los que detuvimos. Luego localizar a los que mordiesen por la ciudad, para ponerlos bajo la tutela de licántropos que puedan enseñarles a controlar la transformación, y repartir matalobos. Con los que tenemos encerrados ya veremos. De momento se van a comer un tiempo de calabozo, depende de si recapacitan. -

Miró por donde había venido cuando Johan le dijo que se había asustado y sonrió de lado alegremente -Eh… Ok. Pero…¿Puedo decirle a todo el mundo que te he asustado? Fijo que no me creen pero yo sabré que es cierto-  Enjuagó el vaso para luego ponerlo a secar y después cogió un paño de cocina para secarse las manos -Me ha abierto Yaros- Le explicó para que no se pensara que iba por allí colándose en casas…Que podía, tenía algo de práctica con la ganzúa pero prefería guardarse esa información…En la gigantesca mochila de cosas que escondía de los demás.

-Sep…Gavriel y Fenrir. Aunque Fenrir estaba un poco reticente, ya sabes… - Dijo alzando los hombros. Fenrir era uno de los licántropos del Concilio y parecía tomarse muy a pecho lo que había ocurrido. Lya no conocía su historia porque la gente tendía a compartir su pasado en busca de que el otro compartiera lo mismo y así conectar, lo había aprendido hace mucho tiempo y, por ende, no preguntaba ya por la historia de nadie.

-¿Por qué me suena eso de Luna Roja? ¿Qué era? ¿O es? ¿Un clan?- Así que tenían que interrogarlos y demás -Y… ¿Qué estamos haciendo que no estamos interrogándolos?- Preguntó haciendo morritos con los labios en un gesto de duda -Emm..para la matalobos se necesitan varios ingredientes.¿Tienes a alguien ya recolectándolos para Jo? ¿O quieres que lo haga yo?- Ajustó su posición para verlo de frente, aunque desvió la mirada al agua y después volvió mirarle esperando una respuesta.

Bajó un poco la barbilla mirándola con cara de "¿en serio?" por eso de decirle a los demás lo de que le había asustado.
- Jaa, ya quisieras verme asustado, Lya. Creo que necesitamos compartir más misiones para que veas eso. - en realidad tenía que conocerla más a fondo, porque en los años de la base de la Resistencia nunca llegaron a saber mucho el uno del otro. Era más una compañera de facción que otra cosa.

- Yaros. Otro que entra y sale de aquí cuando quiere. - bufó por lo bajo, sacando la moneda comunicadora para enviarle un mensaje con lo de la cita que le había pensado. Le escribió algo así como..."¿Quieres una cita con una buena moza que sabe curar (y no es JO), lista y guapa? aunque un poco pija, pero es maja." Luego la guardó y fue a apagar el agua del té, que ya hervía. - ¿Reticente por qué? por culpa de gentuza como los que hemos detenido culpan a otros licántropos nobles como él. - preparó un par de tazas con las bolsas correspondientes, llevándolas a la mesa para que ella le acompañase junto con unas pastas rancias.

- Sí, es un clan que está a favor de la supremacía de los licántropos, y que defienden morder a cuantos más mejor. Estos parecen seguir esa línea, pero también tenían pinta de banda de delincuentes callejeros. Ya están interrogándolos, pero de momento han dicho poco. Toca mandar a Yaroslav a sacarles las respuestas a la fuerza. A mi hermano lo torturó poniéndole en bucle la canción de la barbacoa durante semanas. - mojó una de las pastas en el té, ahogándola hasta que dejaron de salir burbujas. - Se pueden pedir al hospital de Arleen. Jo...está ocupada. Además, diría que no quiere participar en asuntos del Concilio.

- BLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAK! - entré saludagritando como siempre, zarandeando la moneda por la que me habia mandado el mensaje. Hacia nada le habia abierto a Lya y al principio creí que me iba a echar la bronca, pero no, era una cita.

-ESTABA PLANTANDO RRABANOS EN TU JARRDIN! -le dije amablemente - Quien es esa mujerr? Le gustan los mapas? Los videojuegos de simulación de vida muggle? Arreglarr cosas? Las grrutas? Arrancarr penes? PORQUE SI LE GUSTA LO ULTIMO DI QUE PASO!


Miré a la pelirroja, pelirrosa....entrecerré la mirada y saludé.
- Hola Lya

Señalé a Johan con una zanahoria que no se sabe muy bien de donde habia sacado. En fin, volviendo al tema.
- Dile que vale, solo si no arranca penes. Las relaciones son horribles. - le pegué un bocado a la zanahoria y me fui de nuevo hacia la puerta, pero no se me olvidó comentarle mi ultima paranoia- Ah, crreo que tengo la moneda interrvenida porr la KGB de la ciudadela Alpha, por eso te he respondido en perrsona! Malditos rusos. Ten cuidado!  - segui mi camino hasta fuera de la casa.

Alzó las cejas como y miró hacia donde estaba sentado como indicándole que era lo que acababa de ocurrir. Sonrió de lado igual y alargó una mano para cogerle el antebrazo con algo de fuerza, como quien intenta mostrar apoyo a otro -Está bien, Johan, será nuestro pequeño secreto- Aunque lo de compartir más misiones, ella no tenía problema. Lo había visto pelear alguna vez e imitaba alguno de sus movimientos para usar sus láseres. No había tenido un tutor oficial para sus poderes porque…

Bueno, aquello era confidencial.

No comentó nada sobre Yaros porque…Era cierto. ¿Pero no vivía ahí? Hasta donde sabía… Miró hacia la moneda que usaba como comunicador y pensó que, sin duda, tenían que mejorar su sistema de comunicación -¿Al que le escribes no tiene móvil?- Preguntó mientras se sacaba el suyo del bolsillo -Es súper útil…Deberíamos tener uno todos- Dijo trasteando un poco el suyo y respondiendo un mensaje de Pippin, sí, apodado así porque en varias misiones no había hecho más que cagarla. Tras eso se guardó el móvil.

-Por eso… Dice que siempre acaban discutiendo porque no los soporta y los enfrenta… Y Fenrir es más bien calmado, amigable…pero parece que estos tipos le tocan la fibra. No sé si es buena idea dejarlos mucho tiempo… - Quizás podía tomarse un break y retomar para evitar que su compañero se viera demasiado expuesto a esos. A Lya no le importaba liarse a gritar y a soltar palabrotas, no le afectaba en el…”honor”.

Escuchó la explicación del clan mientras iba a sentarse, reconociendo la silenciosa invitación de Johan para tomar té. Se sentó y cogió unas pastas, mojando un poco la primera antes de morderla. Así que…no había interrogatorios, no había que hacer pociones. No había nada que hacer. Joder… No. No podía quedarse con Johan hablando de …no sabía qué porque eso llevaría…

Le entró un poco de pánico.

Por suerte, Yaros entró gritando y Lya aprovechó aquel maravilloso salvavidas para su futura conversación hasta que acabara el té. “¿Quién arranca penes?” -¿Quién te traumatizó? ¿Eres eunuco?- Otro cotilleo importante. ¿Por qué le saludaba ahora? -Hola Yaros- Saludó de modo solemne, conteniendo la risa. Lo miró irse en silencio y luego se giró hacia Johan…segundos después se partió de risa. Eso explicaba porque no tenía móvil. Se preguntó si pensaría que ella era una espía si le contaba que estaba chipeada. Bueno, había secretos peores pero... “Desvía…” -De verdad… Es que el concilio es único- Se mordió el labio negando con la cabeza y bajó la mirada al té -¿Quién es esa mujer? ¿Estás de casamentero?- Podría ser. El que no jugaba, emparejaba.

No apartó el brazo cuando le puso la mano encima, pero arqueó levemente la ceja. Le dio la impresión de que Lya se tomaba demasiadas confianzas para la poca familiaridad que tenían. Ignoró un poco eso de que sería su secreto por lo mismo, porque como mucho eran compañeros de "trabajo" y por ahora no compartían bromas comunes.  Sí que respondió a la pregunta del móvil, sacando el suyo del bolsillo.  - También lo tengo, pero hay algunos que todavía no lo usan. - un poco anticuados en su opinión, debían ir acostumbrándose.

- Ya, los que encerramos son unos imbéciles. Por eso hay que hacer cambio de guardia cada poco para que no se quemen. No los quiero en las calles para que sigan haciendo lo mismo. Demasiados problemas hay ya. En cuanto acabemos esto nos vamos a Londres, hay cosas que hacer. Te las diré por el camino.   - bebió un poco de té antes de que el grito de Yaroslav le dejase medio sordo, resoplando porque no aprendía a usar su tono de interiores con todos los años que llevaba ya allí.  

- ¿¿Llevas todo este rato plantando rábanos?? y eso es una zanahoria, no un rábano. - señaló a la zanahoria que llevaba en la mano, intentando no reírse por todas las preguntas raras y fuera de lugar sobre su futura cita.  -  Bueno, podría decirse que sí que le gusta arreglar cosas, o al menos lo intenta. Lo de los penes no creo, no dejes que Thoren te traumatice. Y lo demás tendrás que preguntárselo tú. Es Arleen. - le puso cara de "lo sé" cuando le dijo eso de que las relaciones eran horribles, o como mínimo complicadas.  - Tranquilo, sólo es una cita. No tenéis por qué acabar en una relación. - ahora sólo faltaba decirles sitio y día a cada uno, y dejar que fluyese.  - Te robaré un móvil. - añadió antes de que se marchase, aunque dudaba mucho que la KGB de la Ciudadela tuviese su moneda. Se quedó a solas con Lya de nuevo, que al parecer no sabía el chisme del hermano de Yaros.  

- Nada, a su hermano se lo cortaron cuando iba a liarse con una Pendragon. Si es de dominio público...- casi todo el mundo se había enterado, al menos en Ouroboros.   Se acabó el té bastante rápido antes de ponerse de pie, negando a lo de casamentero.  - Qué va. Es una amiga que me lo ha pedido. ¿Quieres que te consiga una a ti también?

No le pasó desapercibido el gesto de Johan y se anotó mentalmente eso de “No tocar”. Había gente que era más abierta y otras que no. Lya por ejemplo le daba igual. Tampoco parecía asiduo a las bromas así que también se lo apuntó. Quizás por eso se mantenía más alejada de los líderes. Por eso y por su pasado.

-Sí… Estaba pensando que mejor vuelvo yo a que esté Fenrir con ellos, la verdad. A mi no me importa tanto pero sé que a él sí- Asintió, un poco más tranquila con eso de que había cosas que hacer. Pensó que podía ayudar con lo otro pero ya estaba cubierto. Ofú. Se centró en el té que estaba bien pero la pastita un poco… bueno, la mojó más en el té para luego comérsela mientras sucedía todo lo de Yaros.

“Arleen la del hospital?”

El nombre ya había sido repetido en esa conversación y se preguntó quién era esa Arleen. ¿Sería del Concilio y no la conocía? Qué fallo era no relacionarse, siempre se enteraba de última. Quizás debía inventarse una historia ficticia y repetirla, repetirla y repetirla hasta creérsela. Una historia sin huecos. ¿Y si le robaba la identidad a alguien? Eso podría servir.

Estaba un poco ensimismada cuando Johan le aclaró que se trataba de Thoren -Joder… - Le parecía una reacción un tanto exagerada mientras se acababa el té. Negó con la cabeza -No… ¿Para qué ponerme con eso si nos podemos morir mañana? Demasiada planificación a futuro- ¿Que hubiese deseado tener una vida normal? Sí, pero ahora estaba contenta. En el pasado había vislumbrado un raro futuro con un matrimonio concertado pero había escapado a tiempo y…ahí estaba. Vivía en el día a día. ¿Qué le apetecía algo? Lo buscaba ¿Que no? Pues nada. No era una preocupación y era difícil tener una relación con tanto que ocultar. Acabaría siendo pillada.

Se acabó el té en un par de tragos más y recogió la taza de Johan y la de ella, así como las pastas; encantando los platos para que se lavaran y secaran sólos mientras ellos se desaparecían a Londres.