Plaza y basílica de San Pedro [Vaticano]

El discurso del día había concluido y la Plaza se despejó de seguidores, creyentes, o lo que fueran. Había sido similar al de todos los días anteriores, igualmente enardecido y encolerizado, a causa de la presencia de la Torre de los Soul en sus "sagradas" tierras.

Sí, gracias a esos discursos diarios que pretendían unificar y arengar a sus seguidores a eso, a seguir siéndolo, me había enterado de que la Brigada no eran los únicos que habían acudido a Roma, si no también los Soul. Y que por lo visto, habían entrado de un modo beligerante....como no podía ser de otra manera, dadas las posiciones ideológicas de ambos bandos.

Tendía a considerar a los Soul aliados después de lo que habíamos pasado para derrotar a Sam, y sin embargo, cuanto más dias pasaba, mas me quedaba claro de que alli, yo era un invitado forzoso. Una bonita manera de enmascarar que era un prisionero con muchas tareas que hacer en el Vaticano, al cual vigilaban estrechamente, de modo que mis cartas con Arleen o mensajes con el Consejo eran muy, muy escasos. Por lo tanto, no es que pudiese considerar a estos gobernantes como amigos, aliados, o lo que fuera.

Lo ocurrido en Saint Angelo ya debería haberme bastado  para sacar esas conclusiones, pero tendía a creer que  mi comportamiento irrespetuoso había sido lo que me había ganado aquellas represalias. Y además, habían ciertas partes de los calabozos y el interrogatorio que ahora eran borrosos y no sabía cuanto habia sido real y cuanto no. Eso si, cada vez que me acordaba de aquel hombre de desagradable sonrisa, me recorrían escalofríos y me entraban los sudores fríos.

Eso si, me habian devuelto mis brazaletes y el bastón, después de una investigación exhaustiva, porque como les había explicado, si querían que les ayudara con el Obelisco del centro de la Plaza, necesitaba mis herramientas.

Continuaba mi jornada después del discurso del día. Me acerqué cuando se despejó aquello de civiles, y la presencia de soldados era algo menor, al obelisco. Arrastré mis pies con aire cansado hacia esa obra de ingeniería mágica y tecnológica, a decir verdad, encontraba cierto gusto en trabajar en aquello, porque era un completo misterio. Uno que resolvería, tarde o temprano.

Me situé en su base, tenía su superficie más que estudiada y anotada, pero no lograba encontrar puntos de acceso a su interior, ninguna clase de puerto. Por su energia  notaba que se encargaba de los escudos, y me pregunté si podría convencerlo de que los bajase. Pero para qué? Solo me ganaría represalias. Estaba seguro de poder hacerlo, pero....no, no hasta que no llegase la Brigada. Quizá si pudiera comunicarme con ellos abiertamente.... Evidentemente tampoco quería que supieran que podía llegar hasta ahi con la tecnología.

Miré mis bocetos una vez mas, y le di varias vueltas al obelisco, aparentemente liso. Sin puertos, sin nada. La energía venía de abajo, abajo había algo, algo grande. Usé el bastón para transmitir una orden de encendido, y su superficie se iluminó un momento como una pantalla encendiendose. Habia logrado que su superficie mostrara que era una pantalla...que pronto sólo empezó a mostrar signos incomprensibles. Una especie de secuencia. Que para mi no tenía sentido ninguno.


De momento.

Pasé un rato más tomando notas, tratando de desentrañar esos simbolos, quizá una vuelta por la ciudad me diera algo de información. Al rato vinieron los soldados a pedir el reporte de rigor, y tuve que entregar todas mis notas tomadas. Por suerte, estaban también en mi cabeza.

Solicité permiso para ampliar la investigacion, cosa que me permitieron tras unas cuantas gestiones....ah, eso si, con escolta, para variar.

Tendría que encontrar un modo de librarme de ellos en algun momento y poder enviar un mensaje.
___
dados exito/fallo

El miembro 'Giordano Da Vinci' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Probabilidad' :

Había decidido quedar con el mercenario ese del coliseo para ver qué podíamos obtener de él, pero no me fiaba demasiado y tampoco quería levantar sospechas. El mejor modo de discreción era quedar a solas, así que me fui para allá vestido modo pordiosero con un poncho y un gorro viejo para taparme el pelo rojo que tanto destacaba. Mi tapadera era hacer como si vendiese marihuana, algo ilegal pero no mucho. Tampoco fue difícil conseguir, teníamos en el barco. Gracias a los contactos de Daeketh y compañía conseguí citarme con el tipo ese italiano mercenario cuyo nombre se me había olvidado, quedando en las columnas que flanqueaban la calle de entrada la Vaticano.

- Psst...pssttt...¿quieres diversión de la buena? - llamé al hombre mercenario con el que debía hablar, suponiendo que era él por la las pintas, la hora y el lugar en que me esperaba. Me acerqué con discreción, tratando de no levantar sospechas de guardianis de los cojones. Me abrí la gabardina al llegar a él, pero no iba desnudo, sólo llevaba cogollos.

- Quería hablar contigo. Tengo mucho que ofrecerte. - puse voz casi sensual para confundirlo, para que no supiese si quería ofrecerle mis servicios putos, droga, o un trato de cualquier otro tipo, sobornos incluidos. - Y tengo prisa. Necesito saber varias cosas.

Emme

El mercenario habia recibido una citación de sus contactos humanos, quizá un nuevo negocio en ciernes, algo beneficioso. El último le había reportado....meh, ni mucho, ni poco....habría podido ser mejor, pero tambien peor.

Habían terminado los estúpidos canticos de la plaza y ahi estaba él, esperando a su contacto, que resultó ser un joven muy, pero que muy mal disfrazado.

Aficionados! A ese le enviaban los de la calabria? ¡Qué triste!

Además le habló en un italiano muy pobre. Asi que ademas, extranjero...esos no se enteraban de mucho.

- Mira que lo dudo. - respondió el mago con tono divertido y algo despectivo, mirando al pelirrojo de arriba abajo. Sacó una monedita de oro de su bolsillo y se la dio al pobre mendigo. - Pero finjamos que sí. ¿Buscas información? Qué tienes para pagarme? Te lo advierto, no soy fácil....

Chisté irritado con el tonito del mercenario ante mi acercamiento, ni siquiera lo había descolocado. Aún así cogí la moneda, mordiéndola primero para asegurarme de que no era falsa. Luego se fue a la saca, que había que pagar muchos gastos en el barco. - Pues sí, información es lo que quiero. Iré al grano. Todo el mundo tiene tiene un precioo...- canturreé riendo por lo bajo cuando dijo aquello de que él no era fácil. Recordé las palabras que había cruzado con mis compañeros de misión por el camino, el modo en que habíamos trazado el plan. No podíamos fiarnos por completo del mercenario.

- Mi grupo y yo podemos ofrecerte objetos mágicos interesantes, fama, poder...pero necesitamos que nos digas cómo acceder al Coliseo. - hice una pausa dramática, esperando que no pidiese dinero porque en ese momento no nos sobraba. - Sé que tú vas con quien más te pague, pero no todo es dinero. Si logramos acceder a ese lugar...podremos sacar de allí a alguien importante y con mucho poder. - ya intuíamos que la desaparición de Da Vinci se debía a lo mismo que había sucedido con Dyospiros, así que ponerle de cebo podía servir. - Es fácil. Seguro que te va mejor que sirviendo a los guardiani...hoy por hoy te sirven de algo, pero el día menos pensado dejarás de serles útil y te eliminarán como al resto.

Emme

- Claro que si, cual es el tuyo? - le preguntó el mercenario , a lo del precio de cada uno, ni corto ni perezoso, viendo como se guardaba la moneda bajo sus harapos, y viendo tambien que bajo esos harapos se ocultaba un mago bien preparado.

Lo miró alzando las cejas....
- Tu grupo? Quien es tu grupo? Sois una boy band o algo asi? Tu eres el guapito rebelde? - seguro que lo era, debajo de esa capucha tenia pinta de serlo. Así que querían entrar al Coliseo....

- Y cuando peretendéis acceder? cuando esté cerrado, por la noche, o en pleno espectáculo? Porque las cosas cambian dependiendo de las horas y el día.... Creo que tengo un folleto con la programación de los eventos para la proxima semana...dejame buscar.... - empezó a rebuscar entre su elegante casaca, evidentemente, al mercenario le iba muy bien y no le faltaba el dinero....

- Ajam, y quien es ese alguien? Tiene mas poder que el Vaticano? Estás siendo muy vago y no me estás ofreciendo garantías algunas. Tu sabes lo que me puede pasar por traicionar al Papa? Eliminarme, sí. No por dejar de ser util si no por traicionarles. Creo que tengo peores cartas en tu negocio.

Emilio miró de reojo, un escuadron de cinco Guardiani salían de la plaza en su ronda habitual. Empujó a Ben contra los soportales de los lados de la calle, metiendolo bajo ellos y dándole con su bastón para apartarlo del camino de los Guardiani, al tiempo que le increpaba en italiano.

- Aparta mendigo, que pasa la guardia! Un poco de respeto! - luego saludó a los soldados elegantemente con una gran sonrisa....antes de verlos pasar de largo y alejarse.

- No, no, nada de responder a una pregunta con otra. - chisté cruzándome de brazos porque no le iba a responder a eso de mi precio, no era el caso que nos ocupaba. Me pensé unos segundos si decirle el nombre de mi grupo, imaginando qué habría hecho Lykaios.  - Tss...claro, yo soy el rebelde al que las chicas intentan cambiar, ¿no me ves? - le seguí el rollo un momento antes de bajar más la voz, dando el nombre real, el de Brigada. Por ahora no marchaba mal del todo, le ofrecía momentos para entrar, tenía folletos...

- De noche, obviamente. Lo más sencillo para conseguir el objetivo. - luego ya verían cuándo entraban, que a lo mejor ese quería venderlos si sabían a qué hora exacta iban a ir. - Oh sí, es muy famoso. Es uno del Consejo de los 20, de Ouroboros. Participaron en la derrota de S.A.M, ¿sabes? y sabe hacer chismes mágicos muy interesantes. Eso en el mercado negro valdrá una pasta, pero claro...no puede hacerte nada si está atrapado aquí. - rodó los ojos antes de hacerse el mendigo cuando pasaron los Guardiani por allí, fingiendo para que no sospechasen de actividades delictivas o reunión ilícita. Balbuceó cosas como "per favoreee", moviendo la mano de manera exagerada como un italiano pidiendo pizza. Cuando se marcharon volvió a recobrar la compostura, empezando a impacientarse.

- No tienen por qué pillarte. Simplemente danos acceso al lugar y trata de despejarnos eso un poco. Del resto nos encargamos nosotros. Eso sí...cuidado con delatarnos. No deberías temer solo al Papa si le traicionas. - lo hizo sonar totalmente como una amenaza, para que supiese que ellos responderían ante una jugada sucia.   - Puedo ofrecerte un adelanto. ¿Necesitas pociones? tengo amortentia y matalobos...

Emme

El mago confesó el nombre de su organizacion y el mercenario levantó ambas cejas. La Brigada de las Mil Grullas? Entonces los rumores que le habian llegado de Turín eran ciertos. Sí, y algo habia oido tambien desde Saint Angelo....

Tomó nota. De noche, claro, como buenos ladrones. Aunque Emilio sabía que, facilmente, podía estar diciendole "de noche" para luego ir de día y engañarlos, distraerlos. Bueno, el caso es que ya sabía que la Brigada planeaba una incursión en el Coliseo...

- Mmmm... - se mesó su cuidado bigote, escuchando al hombre. Le sonaba tambien que alguien con esa descripcion habia pasado por Saint Angelo pero definitivamente, alguien asi no estaba en el Coliseo...el Papa no iba desperdiciar esos talentos en la arena. - Ouroboros me suena un poco a que te lo has inventado y lo de SAM....mmm....

Iba a darle informacion pero como buen comerciante esperó un poco más. Al menos, vio que Benjamin supo fingir bien en el momento en que los soldados magos cruzaban...Suspiró, aish...que chico tan inocente.

- Hijo...el Papa se entera de todo. - se tocó la sien. - Es un mago muy poderoso. Y de sagrado, ya te digo yo....tiene lo que yo de hermanita de la caridad. Hagamos una cosa, me das esas pociones poca cosa que tienes, y a cambio de doy algo de información sobre vuestro enemigo. - extendió la mano, esperando que Ben le diese esas pociones. - A los magos con chip los encierran en el Coliseo. Y a los Soul Reaper. Y a sus colegas. Y a los humanos, claro. Y humanoides. Y...androides no quedan.

- ¡Incluto! digoo...¡inculto! Ouroboros sí existe, es una isla secreta, bueno, medio secreta. Antes lo era pero ya no, porque la descubrió S.A.M y eso...y se lio parda por allí. No me lo he inventado. ¿Tampoco conoce a su S.A.M? ¿de verdad que has estado en el mundo durante este último año? - resopló muy frustrado por lo difícil que lo ponía todo, pensando en lo mal que se le daba negociar. Ya estaba empezando a sudar y todo del agobio.

- Vale, pues te daré mis pociones a cambio de información. Pero debo decirte que estás un poco desactualizado...lo de los chips en magos digo. El 5G ya no les funciona, porque la proteína spaider ya no entra por la puerta, entra por la ventana. Y se confunden y no funciona. - expliqué como si fuese lo más obvio del mundo, sacando de mi bolso bandolera un par de pociones para mostrarle mientras le hacía un gesto de que largase. - Oye, has dicho que androides no...¿qué ha pasado con ellos? ¿y qué le pasa al Papa ese? ¿es mago, no? son como los antiguos Blood Keepers, según tengo entendido.

Emme

- Claro que si! Es aquel sistema de antimagia que los gobiernos muggle de varios paises lanzaron y que se volvió puto loco y arrasó con todo, te piensas que somos tontos del nabo? - el mercenario no sabia que pensar sobre esa tal Ouroboros no obstante, no sabia si su interlocutor estaba mezclando verdad con mentira con una gran maestria, para despistarlo, o si simplemente era idiota y estaba desembuchandole todos sus planes y bases secretas. - Sigo sin creerte del todo. Donde está esa isla secreta? Si ya no es secreta, podrías decirmelo.

Miró con algo de lastima las pociones...matalobos y amortentia, que poco utiles! Pero se las quedó, pues podría venderselas a alguien desesperado por ahi, a muy buen precio.

Lo del 5G y el spider le hizo confirmar que probablemente, el mago, era un poco idiota.
- Ya...bueno...pero siguen teniendo la pila cervical. Has visto cómo está la ciudad? Si parecía un spa resort para androides. Pues nada, ni uno. Todos han desaparecido pero es obvio que han dejado su huella aqui. Los del gobierno se están esforzando mucho en borrar sus rastros...claro, todos los que no les sean utiles. Porque el Vaticano tiene un escudo de energía de proteccion, que ya te digo yo, no lo mantienen solo los guardiani. - el mercenario asintió. - Si, son...bastante extremistas con la raza, la pureza y eso....y te puedes imaginar lo que odian a los humanos después de lo de Sam. El Papa...a ver como te lo explico. No le puedes esconder secretos, si se lo propone te saca hasta el ultimo apice de informacion. Es bueno controlando a la gente con su magia. Lo mio, en cambio...son trucos muy cutres.

Podría usar la legeremancia con ese tipo y saber si algunas d elas cosas que le habian dicho eran mentira o no, pero no le apetecia llamar la atencion en ese momento.
- Si os ayudo y sale bien, quiero asegurarme un puesto de mando. Verás...soy un sangre sucia, y con el actual lider mis posibilidades de ascender son meeh.

- Eeeeso mismo, el sistema antimagia. - ahora nos entendíamos, sabía de qué le estaba hablando. Solté una risa breve cuando me pidió que le dijese dónde estaba la isla, como si eso fuese posible. - A ver...está en el aire, pero sólo se puede llegar si te llevan o si has estado antes. Así que si quisieras ir me necesitarías. - hice como si me quitase una mota de polvo del hombro, dándome importancia de manera engreída. Luego puse todos mis sentidos en entender lo de los androides, que al parecer habían desaparecido todos. Asunto turbio.

- Pues...o los han desguazado o los están usando para algo o...¿los tienen en el Coliseo? hay muchas posibilidades para que se hayan esfumado de repente. No creo que todos se hayan ido a la Ciudadela Alpha. - anoté otro dato mental, el escudo del Vaticano era algo de mezcla de magia y tecnología. Eso tenía que decírselo a Lykaios. El Papa tenía control mental, supuestamente, o usaba algo para obligar a decir la verdad. Nada que no pudiésemos solucionar arrinconándolo y ahostiándolo entre todos. - Qué siniestro... - lo miré con desconfianza, él había dicho que también tenía trucos de ese tipo. Ojoooo.

- ¡Oh! así que eres de los quieren poder y un carguito. Bien...pues te prepararemos una puerta giratoria to maja, para que cuando todo esto se solucione tengas un puesto interesante en el gobierno. Un gobierno bueno, ¿eh? que nos conocemos. ¿Qué tal ministro de economía o de artefactos mágicos? Tenemos contactos y podemos lograrlo. A la larga es mejor que nos ayudes, sales más beneficiado. Ahora dime todo lo que necesite, y ayúdanos a rescatar a los del Coliseo, eso lo primero.

Emme

- Como un club VIP- a él le encantaban los club VIP. - En el coliseo tienen a unos cuantos, si, y otros pocos desmenuzados pero....hay una especie de rumor circulando por ahí...alguna vez oiste hablar de ese cuento de la Necrópolis que hay bajo el Vaticano? Digamos que ya no se puede visitar.

Le puso cara de "pues eso", como dejándole a él adivinar. Se sonrió cuando el supuesto mendigo lo miró con cara de desconfianza, hacia bien en desconfiar de él.

- Me gusta, me gusta tu propuesta. La aceptaré con gusto. - cerró el trato con Ben y en ese momento, le puso una mano en el hombro para desaparecerlo de alli....


*****

Se lo llevó a un barrio, el Trastévere, mucho menos frecuentado y con menos guardias. Alli podrian hablar mas tranquilos.

Le cedió planos sobre el Coliseo, rutas de acceso menos vigiladas y los horarios de los guardias. No podía proporcionarle un pase, es decir un anillo, porque eran intransferibles bajo maldicion, necesitarían su propio sello. Y él no podía colarlos, eso tendrían que buscarse ellos la vida, le dijo.

Le prometió que lo que sí haría sería desactivar las alarmas aéreas y los sistemas de defensa para que pudieran acercarse sin que los derribasen de un cañonazo de plasma mágico.

Oh, y también le informó de que le iba a contar todo eso al Papa si le preguntaba, porque en verdad, habían pocas cosas que pudiera esconderle a ese mago. Al menos, ya contaban con ello.

Tras eso, se marchó de alli.

exito- se lo cuenta al papa
fallo- se lo calla

El miembro 'PNJ' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Probabilidad' :

Había recibido las instrucciones de mi hermano así que tras recuperar la sangre de Giordano y situar un viejo plano del Vaticano que había encontrado en un libro viejo sobre el suelo de la habitación, estaba a punto de realizar el ritual de localización.

Tenía la suficiente sangre para hacerlo pero dudaba del tiempo para conseguir su posición con exactitud, dada la distancia que nos separaba. Levité el vial de sangre sobre el mapa y comencé a susurrar palabras antiguas realizando determinados gestos con mis manos.

Oculté el vial entre ambas por unos instantes y al separarlas de él el cristal explotó. Los pedazos de vidrio se mantuvieron flotando en el aire y la sangre comenzó a desplazarse hacia el mapa en hilera, como una serpiente avanzando hacia su destino.

Desvié los ojos hacia el mapa mientras continuaba verbalizando el hechizo, el líquido tocó la plaza y siguió avanzando por el mapa. Cerré los ojos concentrando el hechizo, que parecía ir más lento de lo que pensaba, como si algo bloquease su efectividad. Apreté mis labios pensando que tendría que efectuar una conexión más eficaz si quería localizarlo.

Mis dedos se movieron hacia la otra mano, susurrando unas palabras para abrir un viejo corte, sumando mi sangre al hechizo, que viajó también al mapa.

En la estancia en la que se encontrase el Descendiente de DaVinci, algún objeto comenzaría a cambiar de manera que poco a poco se podría formar una imagen como si de un espejo comunicador se tratase pero aún borroso.

-¿Giordano?-Se podría escuchar algún susurro en aquella estancia.

Estaba tranquilamente en mi habitación estudiando mis anotaciones sobre la necrópolis, charlando tranquilamente. Lo de Catherine había sido raro, pero lo cierto era que nos apetecía mucho verla.

- Si, ya, ya sé como acceder a esa cerradura, el problema es que no sabemos lo que hay abajo exactamente. Vuestros rumores son muy raros, y en caso de ser ciertos, estais seguros de querer hacer eso? Yo? Creo que sí podría.... pero no si son tan fuertes como lo era él. Lo digo porque llevaba corbata, no por otra cosa.

Me acabé el octavo café del dia, ya habia caido la noche y me escurrí despacio en la incómoda silla, suspirando...

- Sabes... - le dije a mi acompañante, que permanecía al otro lado de la sala, junto a las sombras de la ventana. Sus redondas gafas se iluminaron un momento cuando restalló un rayo, el primero de la tormenta que llegaría esa noche.

"que iba a decir?"

Apreté y cerré la mano en un puño varias veces, como recordando algo, con molestia en la muñeca. Sin duda debia ser que me habia pasado dibujando los bocetos que me habian encargado.

Iba a concluir mi frase cuando oi una voz familiar en algun punto de la habitacion. Me incorporé, sobresaltado.

- Gwen? - dije con tono de extrañeza, mirando a mi alrededor. Ella no estaba. Solo nosotros dos. -Qué...?

El otro me miró en silencio y se llevó un dedo a los labios. Segui mirando alrededor hasta que...vi su cara aparecer en el bajorrelieve de la pared sobre mi escritorio.

- Eres una pared! Qué haces ahi Gwen?

-Oh...vaya.-Soltó la cara de la pared acompañada de una mueca molesta porque pensaba que la comunicación sería más clara.

Cerré los ojos tratando de visualizar, sin éxito por el momento, algo de la estancia en la que se encontraba el Descendiente a la par que la sangre seguía su curso por el mapa.

-No respondiste a mi carta.-Contesté y el rostro en la pared ladeó un poco la cabeza. Después apretó los labios y suspiré.-¿Molesté al Descendiente de DaVinci de algún modo?-Pregunté ahora con una mayor formalidad, desviando la vista al mapa. Mu lento. Una nueva mueca de disconformidad.

Continuaba el hechizo mentalmente a la par que trataba de mantener una conversación aparentemente inocente y normal.-¿Regresarás pronto? ¿Cómo os está tratando Turín?-No podía preguntar mucho más sin estar segura de dónde se encontraba, aunque por el sonido ambiente parecía estar solo.

Tomé aire y el rostro pareció mirar al techo incómodo.-Tenemos que hablar de lo que pasó junto al Sanguis Ligno ¿Tienes un momento?-Pregunté esperando que al tratarse de un tema privado, si estuviese con alguien Giordano se encargase de estar solo para comentarlo.

-Éxito: veo algo
-Fallo: no veo nada

El miembro 'Gwen Pendragón' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Probabilidad' :

- No respondí porque....porque me dijiste que era insultante. el dibujo. Y luego eso de que dudabas de volver a encontrarnos... - dije incorporandome hacia delante, apoyando los codos sobre la mesa. - A mi me sonó como un "arrivederci, no quiero saber más de ti".

Quizá eso respondió a si me habia molestado. Toqué con el dedo su cara de pared, preguntándome si ella notaría algo si hacía eso.

-Que magia estás usando para hacer esto? Cómo me has encontrado aquí? - pregunté de modo directo. Yo le habia escrito desde Turin.... ah, claro, Turin.

El sonido de la lluvia y los rayos llenaban la estancia como un sonido amortiguado desde fuera de las ventanas. Por lo demás, solo nuestras voces.

- Estoy en Roma. Sí...la verdad es que me están tratando muy bien. Este lugar es muy interesante. Estoy ayudando a restaurar la Capilla Sixtina, está hecha polvo... y varias obras de arte más del Vaticano. Me tienen en gran estima...pero volveré en cuanto haya terminado mi trabajo aquí. ¿Cómo estáis vosotros? - Apoyé la cabeza sobre una de las manos, llevando los dedos a la sien para masajearla un poco. Luego preguntó por "aquello" frente al "sanguis ligno" y lo de tener que "hablar".

-Qué? Ahora? Sobre eso? Si es por lo de la hipoxifilia ten en cuenta que estoy en tierra sagrada...Es super raro hablarle a la pared. Es decir, antes lo hacia, pero no solía responderme.

Mi acompañante seguia en el mismo lugar, inmóvil junto a las sombras del lado de la ventana, escuchando atentamente. No es que me importase, a decir verdad. Para nada. Por que habria de molestarme...?

Alcé ambas cejas por su respuesta y después desvié la mirada negando. Suspiré volviendo a centrar la mirada en él...o donde creía que estaba él.-Era insultante que ignorases la belleza de Turin para dibujar un simple rostro común.-Contesté y después suspiré apretando entre sí mis labios. En realidad parar a contestar una carta en aquellos momentos si me paraba a pensarlo había sido bastante ridículo por mi parte-Estaba muriendo. Estoy...estaba...es complicado.-Añadí.

-Oh, es un simple hechizo comunicador. -Contesté con cierta soltura, evitando dar más detalles.

Cuando se puso a contarme dónde estaba asentí mostrando interés mientras intentaba acelerar el camino de la sangre, usando mayor cantidad de la mía con tal propósito. -Suena interesante, seguro que todas esas piezas están en buenas...- Desvié la mirada de nuevo hacia el mapa. Algo estaba fallando. -Manos. -Fruncí el ceño.-¿Nosotros?Han...están pasando cosas...al parecer ahora somos enemigos oficialmente.

En ese momento me pregunté, al caer en la cuenta de que el debería estar al tanto, si no había firmado el tratado. No me había fijado en su sello. ¿Acaso habían firmado por él? -Pero eso ya lo sabes-Añadí, sonriendo con cierto deje de tristeza.

La sangre avanzaba con mayor lentitud entre los planos del Vaticano.-No...no...no es por la...hipo..-Fruncí de nuevo el ceño tratando de presionar el hechizo.-Es sobre...bueno...- Sí, debía haber algo que lo frenase, y me estaba quedando sin sangre para continuar. -Es... lo que pasó...-Alcé la vista de nuevo al escuchar eso de la pared y mis cejas se arquearon.-Podría no ser una pared si me dices dónde estas...y...podríamos-Apreté la mano tratando de ejercer aún más presión al hechizo.-¿Terminar lo que empezamos?-Terminé por decir.


Número de post para descubrir algo/localizar