Moulin Noir

Alcanzó a ver de lejos el corte tan grave que parecía tener Reiv en el pecho y eso le dejó preocupada. Tenía aquella sensación de cuando no sabías que hacer, pues Svart era demasiado grande para alejarlo del lugar a brazos, como había intentado en vano. Trató también de empujarlo hacia la puerta. Esquivó a como pudo el movimiento del dragón dentro del Moulin. Era demasiado gigantesco para ese lugar y ya quedaba solo destrozos. En el momento en que trataba de sacar a Svart, sintió rápidamente como se lo arrebataban de un coletazo. Sintió miedo por él, un profundo miedo mientras gritaba su nombre y trataba de echar a andar tras él, aunque no lo vio como la solución más efectiva. Tuvo la idea de transformarse, pero es que ahí no cabían.- ¡Reiv, aparécete afuera ahora! - Le gritó aún con la mirada fija en Svart. Sus chillidos de miedo le daban justo en el corazón. Contrario a su primer instinto, corrió hacia afuera del local al ver como la llamarada nacía en la boca del dragón.

Alcanzó a salir y a comenzar su transformación antes de que las llamas la alcanzaran, cubriéndose en un remolino con el aire que estaba alrededor suyo. Tristemente, este no fue suficiente para que todas las llamas se apagaran. Si bien al ser dragón estas no le afectaban con las mismas quemaduras que al resto le hacían, si que había sido un golpe grave a sus escamas. Lanzó un rugido como nunca antes había lanzado. Agradeció por una vez ser relativamente más pequeña que el resto de los dragones y abrió el boquete a base de golpes hasta que tuvo acceso al interior del local. No aguantaría mucho, en el instante que los dragones se decidieran a salir seguro que todo se vendría abajo. Dentro, Reiv estaba ya cerca de la puerta, pero aún no había salido y solo Dios sabía por qué. Pero algo que no podía creer era que había otro dragón negro ahora en la lucha. Alcanzó a distinguir cual era cual, pues Svart seguía atrapado en la cola de uno de ellos. Lanzó una bocanada de aire en ráfaga hacia Smaug, tan lejos de la cola como pudo, pues no quería lastimarle. También llevaba algo de hielo en ello, y metió su cola por el agujero de la puerta. Una vez que estuvo preparada, mordió con fuerza la cola de Smaug, lista para tomar a Svart y arrebatárselo en cuanto se diera la oportunidad. No iba a dejar espacio a errores y no le soltaría hasta que dejara a Svart en paz... Mientras le mordía, veía con tranquilidad y fiereza a Svart, tratando de transmitirle aquella sensación de que no estaba solo y de que le ayudaría a salir de aquella prisión tan pronto como pudiera. Le infundió el valor que pudo darle, segura de que pronto estarían bien de vuelta.


Defensa = 25 dragón + 10 stat defensa mágica + 10 habilidad especial + 5 dado = 50
PS= 150 - 20 (70-50) = 130

Ataque = 25 dragón + 21 stat + 10 habilidad especial + 25 dado = 81 de ataque a SMAUG

El miembro 'Juliet Bennett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Defensa Mágica' :


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#2 'Ataque Mágico' :

Los pseudodragones que se pasan media vida en forma de humanos deciden que ahora es buen momento para aprovechar lo que son, adoptando la forma que les corresponde. El ingrato dragón negro al que ayudé en Bastion  Hollow decide ponerse en mi contra, así que no me extraña en absoluto que quisiesen echarle de su clan. Su cabezazo me toma desprevenido, haciendo que el brutal choque de cráneos resuene en todo el lugar. Es el primero que ha conseguido abrirme herida.  - Traicionar a alguien que te ayudó en el pasado es rastrero...- sentencio con mi voz profundamente cavernosa, entornando los ojos en forma de rendijas que despiden furia. - Olvidamos pronto los favores, y recordamos sólo las afrentas. Aunque en este caso no te hice afrenta alguna, decir la verdad no lo es. No te metas en asuntos que no te conciernen. - replico con desdén y desprecio, sacudiendo después la cabeza ante el ataque de sombras de Reiv. Al principio no puedo ver por culpa de esa esfera oscura que me nubla la visión, teniendo que echar mano del resto de sentidos para percibir qué estaba sucediendo. Por suerte las sombras se desvanecen pronto por si solas, dejando al mago que las conjura casi fuera de juego gracias a las heridas y al veneno que le entró en ese ataque. Esa pequeña distracción con las sombras me impide reaccionar a tiempo a la jugada de la recién transformada Juliet.

El dragón plateado lanza una  ráfaga de aire hacia  mi, cual viento helado. Eso no me ocasiona demasiados problemas, pero sí cuando muerde con fuerza mi cola, como buscando que soltase a Svart de ese modo. Descargo una llamarada directa hacia Juliet, esperando que así abra sus fauces. Mi hijo sigue pareciendo asustado con todo lo que sucede, pero esto lo han provocado ellos, puede comprobarlo él mismo. No puedo enfrentarme a dos dragones a la vez y además intentar que no le pase nada a Svart. Estos últimos tres ataques me han debilitado bastante, no me permitiré perder ante ellos. Aflojo lentamente el agarre, liberando al joven dragón negro para dejarlo caer al suelo. Por ahora toca retirada, pero no me daré por vencido. Svart querrá regresar a sus orígenes, tarde o temprano. Y los ladrones recibirán su merecido. Ya han comenzado a recibirlo...

- Hijo mío...- bajo mi ensangrentada cabeza hacia la de Svart, rozando la suya con mi nariz. - Todo lo que he dicho es cierto...él te cogió para aprovecharse de ti cuando crezcas. Los dragones no somos esclavos, y no tenemos que avergonzarnos de nuestra verdadera forma. Él no tenía derecho a separarte de tu familia verdadera, y de tus hermanos. Sólo si vienes conmigo sabrás quiénes son, conocerás a tu verdadera madre. Necesitas conocer tu origen. Piénsatelo, búscame en el santuario de dragones de la isla de Wight. - dicho esto extiendo las alas todo lo posible en lo que queda de espacio, lanzando a Setelah una mirada que bien podría decir que los tenga vigilados, por si deciden huir muy lejos. Por ahora dejo las cosas así, confiando en que tarde o temprano Svart se de cuenta de que esos 3 han atacado salvajemente a un padre que quiere recuperar a su robado hijo. Después alzo el vuelo, terminando de romper por completo lo que quedaba de estructura del Moulin, que entre tanto dragón alrededor se ha visto reducido a un amasijo de cascotes, madera, metal, tabiques y demás. Abandono ese horrible lugar, poniendo rumbo a la isla.

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Ataque mágico:

dado  30  + 25 (forma dragón) + 15 stat ataque mágico= 70 a Juliet

Defensa física:

dado  25  + 25 (forma dragón) + 5 stat defensa física= 55

daño: 44 (reiv) + 40 (erebo) + 81 (juliet)= 165; 165 - 55= 110

PS: 150 - 110= 40

El miembro 'Smaug' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Ataque Mágico' :


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#2 'Defensa Física' :

La situación se convierte en una auténtica locura cuando de repente hay tres dragones (o cuatro, contando a Svart), en un lugar en el que no debería haber ninguno. Juliet lo ha debido de ver muy jodido como para decidir transformarse aquí, y resulta que Erebo decide ayudarnos porque parece que también le tiene antipatía a Smaug. El único que está de parte del ofendido padre es Setelah, y no creo que su ayuda les sirva de mucho. Todo a nuestro alrededor se empieza a desmoronar, más todavía de lo que ya estaba, y esto se convierte en una pelea entre dragones en la que me siento bastante inútil. Apenas puedo moverme del sitio, ni siquiera para hacer lo que sugiere Erebo con gestos ni para hacer lo que me dice Juliet de desaparecerme. Si sigo así me voy a desangrar demasiado rápido, así que trato de concentrarme para utilizar mi magia de control de sangre, una habilidad que he estado mejorando recientemente. Llevo una mano a las heridas del pecho y abdomen, canalizando la magia para ralentizar el flujo sanguíneo, haciendo que fluya más despacio. Poco a poco dejo de sangrar de manera tan exagerada, hasta casi frenarlo por completo. Esto no cura las heridas, no domino esa magia, pero al menos me permitirá seguir un poco más.

Vuelvo a ponerme en pie para ir a ayudar a Juliet en su enfrentamiento con Smaug, conjurando una barrera mágica protectora delante de ella para que no le alcance de lleno las llamaradas del furioso dragón. Lo que me extraña es que de repente decida rendirse, no sé si se habrá asustado al verse perder o qué habrá pensado, pero finalmente abre su cola para soltar a Svart en el suelo. Avanzo rápido hacia él por si decide hacerle algo, pero sólo le dice unas supuestas últimas palabras manipuladoras antes de alzar el vuelo, destrozando por completo este bar en el que he pasado tanto tiempo. Antes de que todo se venga abajo me tiro sobre el lomo de Svart , rodeando después su cuello con mis brazos. El pobre cachorro de dragón ha pasado un mal rato por culpa de unos y de otros, el único que no tiene culpa de nada es él. - Lo siento, lo siento mucho...te prometo que te explicaré todo - tampoco puedo decirle que el otro mienta, es robado en realidad. Me quedo así encima de él, sin mucho rango de movimiento como consecuencia del edifico que se nos viene finalmente encima.


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Defensa mágica para JULIET

10 dado + 9 stat defensa mágica= 19

PS: 66 - 10 (veneno post 2)= 56
Detiene sangrado con mejora habilidad de control de sangre

El miembro 'Reiv Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Defensa Mágica' :

Smaug me reprenda por haberle atacado cuando él me ayudó en el pasado, giro los ojos como diciendo "me la refanfinfla bastante, te has puesto enmedio de mi camino y ya, pesado". Al final Smaug hace una retirada táctica, no sin antes intentar que lo poco que queda del edificio caiga en pie. Siendo un dragón no es ningún problema que se me pueda caer encima algunos trozos de edificio, pero aún queda un humano y un dragoncito.

Reacciono a tiempo para ponerme encima de Reiv y el dragón a modo de paraguas, haciendo que broten varias gemas del suelo de un tamaño descomunal para interceptar los posibles cachos de techo y cerrarnos herméticamente para que ningún trozo pueda ir rodando por debajo de mi panza y los arrastre. Siento como un fuerte peso cae sobre mi en varias partes de mi lomo, esto va a doler más tarde. Cuando el derrumbe pasa, destruyo el muro creado y me sacudo para quitarme el polvo y cachos que me pudieran quedar aun encima.

Veo que está Setelah, un viejo conocido que tuve que perseguir por Londres y del que Smaug me había hablado cuando me había sanado, me medio inclino en el suelo apra quedar mi cabeza a su altura apoyado en mis patas delanteras que estan cruzadas.
- Vaya, vaya, vaya... supongo que no te acordarás de mi, pero tu me intentaste matar en nombre de la Resistencia, estando poseido y loco a más no poder con la ayuda de otra dragona, intentando matar humanos y sembrando el Caos, espero que no tenga que acabar lo que aquel día no pude, portate bien y no tendrás que aguantar a otro dragón negro, somos de un carácter muy difícil. - dije con mi voz potente de dragón.

La llamarada de Smaug no dolió como creyó que lo haría al estar tan cerca. Si bien le dio un ligero picor en las escamas, no pasó de eso tras defenderse de nuevo con aquel viento que amenazaba con derrumbar el local al mismo tiempo que lo hacían los dragones. Aquel espacio quedaría irreconocible.

Le molestó todo lo dicho por el dragón, tanto que estaba por atacarle cuando el mismo dragón decidió irse del lugar, huir más bien. El techo no cayó en ceder ahora que no estaba un pilar importante, quien detenía todo. Quiso alcanzar a Svart, pero solo alcanzó a rodear con su cola al dragoncillo y a Reiv antes de que todo se viniera abajo. Quizás un poco apretados para ser justos.

Su cola y su cabeza quedaron atoradas dentro del lugar de un modo muy incomodo, incluso también una de sus patas, no así el grueso de su cuerpo, por lo que tuvo ocasión de tirar de su pata antes de comenzar a quitar escombros con la intención de sacar su cabeza. Una vez el derrumbe se estabilizó lo suficiente, comenzó a sacar su cabeza por el que antes fue un boquete en la pared. Ahora solo quedaban trozos de concreto y madera en un pedazo de tierra que solo valía para lo sentimental

Siento de pronto que mi cola atrapada queda un poco más libre. Quizás se habría movido el dragón Erebo o había logrado acomodar de diferente modo el derrumbe al sacar la cabeza, liberando algo de presión. Alcanzaba a palpar que aún tenían enroscados en su cola algo caliente, Reiv o Svart, seguro. Tuvo miedo por un instante, pero lanzó un alarido para que supieran que se encontraba aún con ellos y que ayudaría a rescatarlos.

Comenzó a remover con la cabeza el escombro que pudo, rasgando también y sacando grandes blloques de concreto con las patas y las alas. Cuando logró quitar la pared que le impedía llegar, se coló despacio debajo del techo que aplastaba a Erebo y le apoyó levantándolo, liberando por fin el espacio suficiente para sacar al resto de ahí y salir de debajo, que curiosamente no estaban muy cerca de ningún escombro, como si hubieran quedado encerrados en una burbuja. Los arrastró hasta su pecho, comenzando a lanzar sonidos de alivio mientras soplaba un viento un poco helado con tal de quitarles el polvo de encima. Después, por puro instinto comenzó a lamer a Svart, limpiándole al verle tan sucio y buscando que su miedo pasara ya a otros términos, no sin evitar que Reiv también se llevara una lamida por el camino.

Defensa = 25 dragón + 10 habilidad + 10 defensa + 0 dado = 45 de defensa

PS= 70 - 45 defensa - 19 = 70 - 64 = 6

PS= 130 - 6 = 124

El miembro 'Juliet Bennett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Defensa Mágica' :

Me quedo abrazado a Svart cerrando los ojos y creyendo que en milésimas de segundo se nos caerá todo encima, cosa que al final no sucede. El otro dragón negro que ha intervenido en la pelea se pone encima para protegernos, conjurando en la parte de abajo varios cristales para que no se cuelen cascotes por los huecos que quedan. Al menos así evitamos acabar completamente aplastados bajo el peso de todo el edificio. También nos ha rodeado la cola de la dragona plateada, como si en el último momento hubiese tratado de protegernos también. Trato de tranquilizar al asustado Svart, hablándole en voz baja y en el lenguaje de los dragones para decirle que todo irá bien, y que pronto podremos salir de esta oscura cueva hecha de escombros y polvo bajo la que hemos terminado atrapados. No sé si será cosa de estar encerrados y de las heridas del puto Smaug, pero empieza a costarme respirar, la cabeza me da más vueltas de la cuenta y noto unos febriles escalofríos comenzando a recorrer mi cuerpo. Al menos el otro no ha conseguido lo que quería, no ha podido llevarse a Svart. Ojalá pueda explicarme con calma y entienda todo. Ojalá no me guarde rencor.

- ¡Estamos bien! - grito para informar a Juliet cuando comienza a trabajar para sacarnos de ahí, recibiendo al poco ese soplido de viento helado con el que nos quita un poco el polvo de encima. Svart lanza gruñidos lastimeros mientras se deja lamer y consolar por la dragona plateada, aunque yo también me llevo algún que otro lametazo antes de separarme de Svart. La escena debe quedar bastante cómica desde fuera, aunque si me quito yo del medio queda más bien tierna, como una dragona protegiendo a su cachorro. Dejo que sea ella la que se encargue de tranquilizarlo, que seguro que tiene mejor mano y logra que se calme.

Suspiro pesadamente mientras me dejo caer para sentarme sobre la pila de escombros, mirando a mi alrededor para encontrarme que estamos en una especie de montículo de miles de cosas destrozadas, justo en lo que antes había sido el Moulin. Ni siquiera sé dónde han quedado el resto de los que estaban aquí dentro, como Setelah o las otras personas. Este bar siempre ha sido un poco mío, tanto por todo el tiempo que he pasado en él como porque pertenecía a mi medio hermana, Siria. Espero que no mande pronto ninguna carta preguntando cómo va el negocio, se llevaría un disgusto. Busco con la mirada a Erebo, el dragón que se puso de nuestra parte en esta pelea. Creo que es justo decirle algo. - Gracias por tu ayuda con el pirado de Smaug, y por evitar que nos aplastase el techo. No sé si encontraste lo que buscabas aquel día... - al final cada uno acabamos por nuestro lado y no tenemos ni idea de cómo acabó su misión. - Pero si no es así espero que lo encuentres. - Después miro hacia Juliet, esperando a que estén listos para irnos de aquí. Intentaré de nuevo usar la desaparición, a ver si en esta ocasión no fallo como antes. - Debemos irnos de aquí cuanto antes...no vaya a ser que le de por volver. - el destino no lo tengo muy claro. Tal vez el piso de Londres, o tal vez el castillo Black, cualquiera sirve.
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PS: 66 - 10 (veneno post 3)= 46

Observo como termina la batalla dragonil y bajo de la viga de un salto cuando todo empieza a derrumbarse. Corro hacia Setelah, haciendo que el se desvanezca al igual que yo y tiró de su cinturón durante varios metros, hacia el lado contrario que se está derrumbando el lugar, dejándolo contra la pared y atrapandolo con mis brazos. Espero unos instantes para que se de cuenta lo que acaba de pasar y su respiración y latidos se hagan constantes, debido a la pelea. Observo su rostro, fijándome en la herida de su cara, de la que cae una gota de sangre.

-¿Por qué me lo pones tan dificil? - Digo sin dejar de mirar su herida. Mi mano empieza a subir por su brazo deslizándose hasta el hombro, donde le habían roto el quimono, y meto la mano para acariciar su piel desnuda, apoyando mi brazo sobre su pecho.

-Parece que no has conseguido lo que querías en la pelea. ¿Aún quieres que vayamos a lo de los mercenarios o te apetece descansar un poco?- Digo mientras acerco mi cara a la suya hasta que mi nariz roza con la suya. -Reconozco que yo estoy un poco cansado, me vendría bien dormir un poco, pero podemos continuar si quieres, a mi no me va a afectar como a tí - Mis ojos miraban todo el rato a los suyos y con mi mano acariciaba su hombro haciendo formas aleatorias, llegando a su cuello. De repente escucho un pequeño siseo detrás mia. Al mirar aparece la serpiente que había creado antes de todo el embrollo, agachándome para acariciarle unos segundos la cabezita.

-Bueno, vamonos - Realmente no era una pregunta, allí no pintábamos nada y me incorporé para irnos definitivamente.

133-10 PS (sangrado fuerte) +10 PS regeneracion joya de Smaug= 133 LOL y se detiene sangrado
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La verdad es que la cosa se complicó bastante. Yo decidí quedarme al margen y dejar que las tres bestias pardas aquellas se peleasen, aunque la verdad, tampoco queria abandonar a Smaug. Aunque fuese un cretino orgulloso demasiado viejo como para cambiar de parecer.

Él se fue, lanzandome una ultima significativa mirada, y destrozandolo todo en su huida. La familia adoptiva feliz podria volver a ser feliz otra vez. Yo me defendí con un escudo magico como pude de los objetos que caian, usando magia a diestro y siniestro para animar la materia de a mi alrededor y formarme un buen escudo. Le sonreí a Erebo de lado cuando puso su cabezo cerca mio. Asi que me conocia....

- No soy de la Resistencia, señor dragón. Tú mismo lo has dicho, estaba poseído y loco, no me enorgullezco de nada de lo que hice durante ese periodo de mi vida. El caos se siembra con estilo y no con la ayuda de un demonio. En cuanto a lo de portarse bien.... - le saqué la lengua haciendole una pedorreta al serio dragon negro. Habia entrenado con uno, me conocia su caracter. Al instante, fui rescatado (o capturado, segun se mire XD) por un apuesto vampiro que me dejó apresado contra la pared, quejándose de mi facilidad para sangrar.

-De que estas hablando? - le reté, mientras el corte de mi cara dejaba de sangrar por si solo, comenzando a mostrar rapidos signos de cicatrización. - Touché. Uno no puede salir siempre ganando. Esta es una noche de esas.


Sonreí de lado. Su nariz rozó la mia y le mantuve la mirada casi con insidia. Lo poco que quedaba del bar se desmoronaba sobre nosotros poco a poco.
- Por hoy está bien.
Me incorporé con el, poniendo una mano sobre su hombro para desaparecer ambos de alli, serpiente incluida.

Tras una gran batalla, lo que seguía era reagruparse. Tenía aquella preocupación por Reiv en el fondo de su ser, pero la superficie quería que sufriera un poco las heridas por haber mentido sobre el origen de Svart. No lo mostró, pero se sentía furiosa con él, y en modo dragón era más fácil dejar que los sentimientos se apoderaran de las decisiones.

Terminó de limpiar a Svart, sobre todo bajo las alas, manteniéndolo cerca mientras jugaba a darle mimos y caricias. Quedaba un poco extraño por todo lo que implicaba, pero era un intento de tranquilizarles y procurar que todo saliera bien. Le colocó la pata encima a Reiv, al menos la punta de los dedos, un poco de manera descuidada. Si se lastimaba más, pues no pasaba nada, que ya estaba herido. Proporcionó una curación extensa antes de volver a su forma humana. No sabía si eso resolvería lo del veneno que alcanzaba a oler, pero si no, tendría que sacarlo después.

Tras un último mimo, se transformó de vuelta, dándole un abrazo nuevo a Svart tras la batalla, que debía estar asustado. Le dedicó una mirada a Erebo y un saludo de despedida tras Reiv comentar el sentir de ambos. No había necesidad de muchas palabras. Se acercó a Reiv, ayudándole a levantarse antes de desaparecer de aquel lugar, dejando atrás el destrozo de recuerdos que no volverían. No en un futuro cercano.

PS= 124
Curación a Reiv = 20 dados + 10 base

El miembro 'Juliet Bennett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Curación' :

Lo había hecho, había protegido a dos personas de un ataque y de una fatal caida de un edificio ... había hecho cosas buenas. Setelah se había burlado de mi antes de escapar, con demonio o sin él me parece que no va a cambiar mucha cosa, suspiré. Los otros dos chicos con el pequeño dragón se fueron, pero antes de eso Reiv me dedicó un agradecimiento y algo de buena suerte y una despedida por parte de Juliet.

Me quedo solo, extrañado, algo paralizado pero primeramente me he de mover de ahí, porque el estruendo y el caer de un edificio pronto podrían atraer miradas curiosas. Me sacudí todo el polvo y todo lo que tenía encima como si fuera un perro, sacudiendo mi cuerpo, desde mi cabeza hasta la cola, pasando por cada parte de mi cuerpo. Alcé el vuelo una vez limpio a una distancia que no se me pudiera ver pero que permitiera que mis ojos draconianos pudieran vigilar un poco la ciudad.

Me sentía extraño por dentro, era como un torrente de sentimiento y sensaciones, el sentir que otras personas te agradezcan sienta ... bastante bien. Siempre me había movido por el deseo de recompensa, no movia ni un solo dedo si no fuera a reportar algo beneficioso para mi, algo de lo que se había aprovechado la Alianza, o en caso de que no me quedase más remedio. Creo que me estoy ablandando, ugh los años me están sentando demasiado mal.

Estoy cansado y magullado, por no decir que quiero acabar de beber lo que la otra petarda no me dejó y quizás comer algo también por no mencionar descansar, aunque no se muy bien donde. Por ahora marcho de allí buscando un lugar donde descansar.

Tras buscar y rebuscar Ouroboros para encontrar a mis compañeros (con inútiles resultados), decidí ir al Moulin con intención de alquilarlo para la fiesta de celebración. Cuando llegué casi se me salieron los ojos de tanto abrirlos, aquella noche no fuí la única que se pasó con la bebida, ya que solo recordaba una bata de laboratorio y unos ojos amarillos que me miraban con extrema curiosidad.

Entré al lugar por el lado, dado que estaba completamente destruido. El interior estaba lleno de escombros y polvo, creando un efecto Tyndall bastante macabro, pero nada que mi magia no pudiese arreglar. No sé cómo pasó, pero acabé comprando aquel lugar al dueño… Adiós a mis ahorros pero al menos podríamos utilizar el sótano como lugar de encuentro alternativo para la Brigada.

Utilicé mi magia del tiempo para reparar el lugar, incluso se quedó ejor que como había estado antes, y estuve toda la semana adecentando y adornando el lugar con temática Hawaiana. Habían flores por todas partes, bebida por doquier y en vez de vasos había vaciado un montón de piñas para usarlos como tal. Habían luces de varios colores por todas partes y un montón de faldas, colgantes de flores, sujetadores de cocos y camisas de flores en la entrada para que se lo pusieran los que iban llegando.

En ese momento me dí cuenta de que no había avisado a nadie, por lo que cogí corriendo la moneda comunicadora para informar a los de la Brigada que sería aquí la fiesta. Me puse la mano en la frente por mi incompetencia y me puse el sujetador de cocos, la falda de hierba y un lirio amarillo en mi oreja. Que emocionada estaba! :3

¡Fiesta! No podía desaprovechar esta oportunidad cuando lo lei en la moneda. Cuando acabé todo lo que tenía que hacer me dirigí al Moulin Noir, cuanto más lo practicaba más chupado se volvía eso de la desaparición, creo que voy a tener que tomarme enserio eso de ir entrenando de vez en cuando, nunca está de más el practicar. Cuando entro en el local, la situación me extraña, el local no era así antes, creo que antes era más inglés que Hawaiano. Dentro estaba Em vestida totalmente al estilo hawaiano con falda y cocos también. ¿Por qué nadie me avisa nunca de la temática de la fiesta?

- Hola Em, ¿no llegó aún nadie? Si me dijeras que era hawaiana hubiera traido mi camisa hawaiana, verde manzana con flores naranjas.

Cojo una de las flores y me la pongo en el pelo, me llevo una mano al mentón y me quedo pensativo, bueno siempre se pueden solucionar estas cosas con un poco de magia. Usando el poder de la luna hago una pequeña ilusión de que voy vestido con una camisa hawaiana, pantalones cortos y chanclas, ahora creo que estaba un poco más propio para la fiesta.

- ¿Vamos a tener cócteles hawaianos?

No tardo mucho en llegar al Moulin después de recibir el mensaje de Emily, tras haber informado a Sook y a Leila de que finalmente nos reuniríamos aquí. Al llegar me encuentro ya con un par de compañeros y todo preparado para la fiesta, aunque no es eso lo que más me sorprende. Este sitio se caía a pedazos la última vez que estuve aquí, y ahora vuelve a estar en pie como por arte de magia. O de Emily, mejor dicho.

- Joder, qué bien te ha quedado. Cualquiera diría que unos dragones chiflados pasaron por aquí para tirarlo todo. Buen trabajo, Em.

Tras soltar un largo silbido de admiración me dirijo hacia ambos todo sonriente, pasando un brazo sobre los hombros de cada uno. No sé cuánto tardarán en llegar los demás, pero para empezar nos basta con nosotros tres. - El resto estarán al caer. Sook está ligando en un bar nuevo con un tipo un poco raro, y Leila creo que vendrá más que lista para la fiesta porque ya estaba borracha. - les cotilleo a los dos antes de volver a separarme, yendo a por una de las piñas que tenemos por ahí para empezar a beber. Al verlo todo tan hawaiano me están dando ganas de irme de vacaciones bien lejos de la lluviosa ciudad de Londres.

- ¿Sabéis que una vez me disfracé justo como va Emily? era una fiesta de Halloween...fue muy bizarro todo. Lo raro es que me acuerde, porque iba muy borracho. ¿Qué es lo más raro que habéis hecho estando borrachos? aunque no os acordéis y os lo hayan contado...- miro a ambos con una sonrisilla como de que quiero cotilleo, pegando un buen trago a mi bebida.

El tramo desde el hospital de Ouroboros hasta Londres había sido la cosa más espantosa que hice en mi vida. Joder, que bajar en picada a espaldas de un dragón negro que no tiene consideración de un pobre viejo no es cosa fácil. Normal que lo primero que se me antojara era un trago para calmar las nauseas, el vértigo y las ganas de matar a mi sobrino postigo a quien pensaba muy seriamente en desheredar después de aquel mal aterrizaje. Los chismes de que el Moulin se había caído no me habían llegado, así que fue el primer lugar que busqué tras un par de arduas jornadas "ayudando" en el hospital. Yo no ayudé, pero los muchachos si sirvieron de algo.

Entré entonces al local seguido de Daniel. Por una vez, él no traía cara de pocos amigos, pero la puso en cuanto vio las flores, los cocos y la parafernalia hawaiiana que había alrededor. Yo solo iba por una cerveza y para descansar en una habitación, pero no puedo negar que mis planes cambiaron totaaaaalmente de dirección en cuanto vi a Emily con los cocos cubriéndole muy apenas aquellos sinuosos pechos que ella tenía. Le di un par de palmadas en la espalda al chico que iba conmigo.- Hijo, ya sabes que hacer. No molestar...- Murmuré, para que le pasara la voz también a su hermano que llegaría en cualquier rato, abriendo después los brazos en entrada triunfal a aquella cosa, fuera lo que fuera.- ¡Brigada! ¡¿Pero qué es esto?! Qué fiesta se han armado.- Caminé hasta Emily, colocándome al lado y dejando la mano en su espalda a modo de padre amoroso, aunque en el fondo de mi cabeza tenía una imagen de ella llamándome papi en un tono muy diferente.- Thranduil, de Woodland, me parece que no nos hemos presentado apropiadamente. A ustedes dos, chicos, no los reconozco de nada... O tal vez a ti sí, del cementerio- Aceptó fielmente, que a la rubia si la había visto. Ya después recordó también al pelirrojo del cementerio, instando a la guerra antes de tiempo.- Ese de allá es mi sobrino Daniel. No es muy hablador, pero es buen muchacho, demasiado inteligente para su propio bien. ¿Qué tenemos que hacer aquí para beber algo?

Tenia la sensacion de que habia pasado mucho tiempo desde que nos atacasen en el hospìtal, o quiza no habia pasado tanto, o quiza me habia llevado un golpe demasiado fuerte en la cabeza, o muchos quizás mas. Pero Ben me habia devuelto mis efectos personales, me habia curado las heridas, me habia aseado y ahora volvia a ser un general de brigada vestido y presentable. Todo lo presentable que un Knox puede ser.

Habia recibido el mensaje de Emily asi que no lo habia dudado demasiado tiempo, ya era hora de reunirnos para celebrar y no para pelear, que nos lo habiamos ganado. O no, que coño... pero no todo se puede reducir a darse hostias por salvar la vida tuya o de otros. Ademas asi me pondría al día, ya abordaría a Altair en otro momento para preguntarle todo lo que queria sobre la licantropía. Quizá el tambien pudiese enseár a Leila.

Aparecí alli, frente al bar que tantos recuerdos me traía. Iba vestido de calle pero no dejaba de llevar mis efectos personales mas importantes, la katana entre otros. Abri la puerta y me encontré con que ya habian comenzado, mas o menos. Alli habian reunidos unos cuantos. Sonreí ampliamente al encontrar de nuevo a Ben, y a Ares al cual llevaba tiempo sin ver, y a Emily, sabia que se la habian jugado en nuestra ultima maniobra contra la Alianza.

- Habeis empezado sin mi? No me lo puedo creer

"asi me gusta"

"yo quiero unos cocos de esos como los de Emily"

- PIÑAS!!!! - emocionado y olvidandome de todo lo demas, como un perro cuando ve una ardilla me fui hacia la barra donde estaban las piñas preparadas y comencé a rellenarlas con bebida alcoholica. Llevaba sin comer....cuanto llevaba sin comer? Total que cuando me acabé en dos tragos el batiburrillo alcoholico que me habia hecho, me comi tambien el vaso-piña.