Trafalgar Square

3A patrullaba la plaza y escaneaba el lugar en busca de sospechosos.

El androide fallado de fabrica se movía de forma efusiva a su alrededor. Ahora comprendía algunas órdenes, tras meses de trabajo en el taller.

La razón de la asignación de aquel androide defectuoso no tenía un cálculo lógico como base o 3A no había logrado descifrarlo.

Ajuste exitoso
...
468/34
Analizando datos
...
...
Misión en curso

Al finalizar la asignación de misión, el cuerpo del androide se movió hasta el transporte que lo llevaría a las coordenadas en las que los cálculos indicaban que era posible que la unidad corrompida se encuentre allí. Emitió un comando para que el robot con fallas de fábrica suba a su lado.

730.000 horas de escanear distintas localizaciones, analizar 76241 androides ante la posibilidad de que se haya auto-modificado, examinar sus registros en busca de más información. Una notificación por enfrentamiento interrumpe la búsqueda, se trata de seres mágicos, 3A emite la orden de reagrupar unidades en China Town mientras que otro grupo de unidades prosiga con la búsqueda.

Su misión principal es encontrar al androide corrompido, pero los hostiles son una gran amenaza.

-Unidad 3a 0tida procede a intervenir en el sector T24.- Informó para luego partir junto con 6897Y.

La mañana se alzaba sobre Londres, bañando las calles con una luz tenue y dorada. Sin embargo, una inquietante neblina envolvía la ciudad, como un velo misterioso que ocultaba los peligros acechantes. Desde las sombras emergieron figuras enigmáticas, vestidas con túnicas de un intenso color rojo que parecían arder con una fuerza sobrenatural.

Con pasos sigilosos y miradas penetrantes, los magos avanzaron en perfecta sincronía. Sus rostros permanecían ocultos bajo capuchas, ocultando sus rasgos y alimentando el aire de misterio. No había palabras entre ellos, solo una conexión mágica silenciosa que los unía.

La energía oscura y poderosa parecía emanar de su presencia, tiñendo el aire con una sensación ominosa. Sin necesidad de varitas, los magos canalizaban su magia directamente desde lo más profundo de su ser, dominando el flujo arcano con maestría.

Con un gesto sutil de sus manos, desataron una onda de energía, como un eco siniestro que recorría las calles. La neblina se espesó aún más, danzando a su alrededor, mientras la ciudad entera parecía contener la respiración.

Sin que nadie sospechara su llegada, desataron su ataque. Rayos de luz se arremolinaron en el aire, zigzagueando con ferocidad y encontrando a los desprevenidos transeúntes en su camino. Las explosiones de magia crearon un caos devastador, mientras la ciudad se convulsionaba bajo el poder sobrenatural.

Los gritos de sorpresa y pánico resonaron por las calles, pero fueron rápidamente sofocados por la furia arrolladora de los magos. Su presencia intimidante y su control absoluto sobre la magia sumieron a los humanos en una espiral de desesperación.

Con cada paso que daban, dejaban tras de sí un rastro de destrucción y desolación. Edificios se derrumbaban, las calles se llenaban de escombros y el ambiente se impregnaba de un aroma a caos y desesperanza.

Pero su paso también fue efímero. Tan rápido como habían llegado, los magos se desvanecieron en la neblina, fundiéndose con las sombras que los habían dado origen. La ciudad quedó en silencio, sus calles y sus habitantes temblando ante la sombra de lo que había ocurrido.

Arreglar todo el hospital le había subido el ánimo y era un paso hacia recuperar aquella confianza que a veces veía mermada. Era difícil recordar que sus habilidades estaban en otra área lejos de la física cuando intentaba cultivar la última que era tan necesaria en un mundo sumido en el caos como en el que vivía. Por eso le había insistido un poco a Johan con el tema del entrenamiento mágicos y habían encontrado pequeños huecos para hacer algo. Ella en su habitación seguía algunas de las rutinas del ejército y salía a correr por las mañanas cerca de la casa, le gustaba ver el amanecer y volver con flores recién cortadas.

Estando ya enfocada en ese estado mental apocalíptico fue un poco… extraño volver a prepararse para una cita. Lo bueno es que ahora tenía privacidad en el aseo y se tomó su tiempo para bañarse con tranquilidad, con todas las pociones y aceites esenciales que solía usar y llevaba consigo en su baúl desde que se había ido de Ouroboros. Había olvidado esa parte “coqueta” de sí misma porque lo que menos le apetecía era despertar el interés masculino.

Dijera lo que dijera Johan.

Y aunque realmente no estaba en búsqueda activa, le agradaba volver a vestirse como le gustaba y prestar atención a los detalles. Aquel dia, sabiendo que Yaroslav era un mago, eligió uno de sus vestidos favoritos. Era un vestido entallado de escote en V profundo que se unía al final con transparencias, la tela llevaba un delicado entramado de hojas que se extendía por las mangas semitransparentes y también descendía por la falda. El color, un marrón cálido hacía juego con su cabello y también con la nueva estación. Debido a que el vestido robaba bastante la atención, sólo lo acompañó con unos pendientes de oro y nada más.  No le apetecía maquillarse demasiado pero debía tapar las ojeras. Aún no dormía demasiado bien, así que hizo lo mejor que pudo para disimularlas y acabó con colorete, máscaras y un labial en tono melocotón muy suave. Al verse en el espejo echó de menos su larga melena y cogió las puntas del cabello que le rozaban la barbilla sin ton ni son por culpa de los inminentes bucles que empezaban a formarse.

¿Por qué le habían hecho eso?

Varias veces había analizado lo que le sucedió y las agresiones sexuales eran algo tan básico para los hombres, caer en ese lado de bestia incontrolable y querer demostrar su dominio sobre una mujer al violarla era muy cliché pero… ¿Por qué le habían encendido en llamas el cabello? Los recuerdos del fuego, el calor y las quemaduras hicieron que por poco cancelara la cita.

Pero Yaroslav era mago.

Bajó la mirada a su mano, allí donde Collins la había marcado y Ouroboros lo había eliminado. La marca no se veía pero ella la sentía. Yaros no la marcaría. Y si era amigo de Johan esperaba que tuviera…buen fondo, como él. Jo nunca se enamoraría de una mala persona, no con la increíble persona que era.

Así que sacó valor y cogió el perfume de jazmín para colocarse un poco antes de ir al sitio en el que había quedado con su cita. Cómo no, presa de los nervios.

Apareció en Trafalgar Square como le había indicado Yaros  y al ver a los guardias caminando bajó el rostro un momento, pensando que aún tenía que reunirse con Thalos. Tensó un poco los labios antes de alzar la cara y mirar los carteles buscando el nombre del sitio que le habían dicho…Y mirando nerviosamente alrededor para vigilar que  nadie se le acercara demasiado.

Al dar finalmente con el sitio y el número pasó dentro como alma que lleva el diablo y suspiró un poco al encontrar un bar modesto pero limpio. Le había dicho Johan que Yaros era peliblanco pero… No vio ninguno allí. Se mordió el labio un poco dubitativa y chequeó la hora. Hmm… Había llegado muy temprano. Se dirigió a la barra a ver al camarero y saludó con una sonrisa -Hola… ¿Hay alguna reserva a nombre de Yaroslav?-

Vestiditooo

Johan me habia concertado una cita a ciegas con una medimaga que segun él era muy guapa y muy lista. Y en fin, como llevaba mucho tiempo fuera de la liga (por algo sería) y lo de la elfa no habia prosperado porque habia elegido al orco (orgullo herido) pues habia dicho que si.

Había intentado recordar todo lo que sabia de las citas pero no habia tenido mucho exito. Algo de regalar flores si que me sonaba. Pero las flores eran bastante estupidas porque duraban como tres dias. Que clase de imbecil regalaba algo que durase tan poco? Asi que como regalo habia elegido unos bonitos minerales que habia estado extrayendo de las tierras de Bastion Hollow, unos bonitos cuarzos rojos pero tirando a enanos porque era escaso. Y los habia metido en una cajita con confeti.

A parte de eso habia indagado un poco con Johan sobre ella y con Jo había consultado el outfit. Ella me habia plantado unos pantalones y un jersey negro de cuello vuelto. Un poco abrigado de mas, pero bueno, cómodo dentro de lo que cabía. El pelo lo llevaba suelto porque a ultima hora me habia puesto histérico y me habia ido sin recogermelo. Por supuesto, iba armado, siempre armado. No vaya a ser que me enviasen a una espia en su lugar, o que secuestraran a la auténtica Arleen en el lugar y le dieran el cambiazo por un individuo cambiaformas o con poción multijugos....

Aparecí en el lugar con mi cajita de piedras de regalo en una mano, me tiré un poco del cuello del jersey y entré al local. Miré a todos lados con desconfianza pero no saqué el chivatoscopio porque sabia que ahi se iba a volver loco, directamente.

Entrecerré la mirada y di con una mujer que daba con la descripcion y que...qué carajos, su cara me sonaba.

- Ejem. - dije mientras me acercaba a ella. - Arrlen? - sí, dije su nombre super raro. Arrr-Len. Carraspeé esperando una respuesta afirmativa o negativa.

"si, el caso es que me suena. La habré visto con Jo en el hospital, pero ahora esta mas guapa que de hospital. Es lo normal, la gente se arregla para salir"

- Si erres Arrlen te he trraido regalo.

-¿Reserva?- El que atendía el bar empezó a acercarse a ella porque, aparentemente, no le había escuchado la primera vez así que Arleen empezó a caminar hacia él justo antes de escuchar un “ejem” que la pilló desprevenida y dio un muy leve respingo.  ¿Cuándo había bajado la guardia? ¡Si estaba atenta afuera! Se giró para encontrarse con un hombre de cabello blanco, sí, en efecto y ojos muy claros que hacían un fuerte contraste con su atuendo. Le causó un impacto que le dejó callada durante un momento, simplemente procesando su presencia.

-Oh- Sonrió nerviosamente porque el corazón aún le estaba latiendo con fuerza en el pecho y se llevó la mano allí, instintivamente evaluó la distancia que había entre Yaroslav y ella y acordó consigo misma que era prudente y perfecta. Sí, cada uno en su espacio personal -Arleen, sí-  Dijo cuando carraspeo, aparentemente se había quedado un poco en shock. ¿Era shock eso? Se supone que estaba entrenando para reaccionar mejor.

“¿Le pasará algo a mis sentidos? ¿Tendrá algo que ver la hemofilia? Tengo que investigar más…”

Parpadeó aún un poco sorprendida por lo del regalo mientras intentaba encajar que, en efecto, le había visto alguna vez  -¿A mí? ¿En serio?- Se sorprendió de sentirse tan…contenta, hacía mucho que no recibía nada de nadie sin razón. Quizás Gio con su mecapájaro, pero allí hubo un porqué. Sin embargo, de pronto se sintió cohibida. ¿Los protocolos de las citas habían cambiado? ¿Eran distintos en Rusia? (Sí, Johan le había dicho alguna cosa) -Yo…No te traje nada- Tensó un poco los labios y se miró las manos vacías un poco nerviosa. Bien cuidadas, eso sí, pese a todo el trabajo del hospital había tenido tiempo de hacerse la manicura -Pero... Pero puedo construirte algo, aunque tendría que entregártelo después-  Ladeó la cabeza y recordó que su madre le había insistido SIEMPRE en mantener la conversación andando con preguntas. Lo malo es cuando sus parejas no daban ningún tipo de aliciente. Esperaba que no interpretara lo segundo como que le estaba obligando a tener una segunda sitia -Por correo…o con mi mecapájaro-

“Cuando lo construya…. … … ¡Deja de hablar  y querer llenar el silencio!”

- No, no... - sonreí todo lo caballerosamente que sabía cuando dijo "Oh". - No es "Oh". Es "Yaroslav". Concrretamente "Yaroslav Alekséyevich Tolstoi" pero como es larrgo lo puedes dejarr en Yaros, asi me dicen las gentes de aqui. Aunque en mi pais ese es un diminutivo estúpido. - dije con cierta indignación. - Sí, tu Arleen. Bonito nombrre. Me gusta.

Asentí observándola porque la verdad, era muy bonita. Demasiado! Johan se había pasado. Solo esperaba que no fuese una cabezahueca pero no podía serlo si era doctora, pero sobre todo esperaba no espantarla en la primera cita y que saliese huyendo. A lo sumo aspiraba a pasar una velada entretenida y recordar como era el trato con una mujer.

Volví a entornar la mirada sin sentido aparente, y en verdad no habia motivo para hacerlo, pero habia recordado que quizá era una espia.

- Si a tí. Pero antes de darrte, tienes que decirrme la contrraseña secrreta que solo Arrlen conoce. - seguro Johan se la había dicho, eran un par de palabras sencillitas....

Negué cuando dijo que no me habia traido nada porque no era necesario, pero me hicieron chiribitas los ojos cuando dijo ESA palabra.
- Constrruir? Constrruyes cosas?

"LA CONTRASEÑA!!"

- La contrraseña

Le fue fácil sonreírle de vuelta cuando le sonrió de aquella forma pero cuando empezó a corregirle el nombre le hizo algo de gracia. Pero prestó atención porque así le habían enseñado y no le pasó desapercibido el tono de indignación que uso - Entiendo, entonces te llamaré Yaroslav. ¿Qué tipo de diminutivos son aceptados en tu país?- Preguntó por curiosidad porque… porque era un alma curiosa por conocimiento y punto -Gracias-Dijo con una leve sonrisa cuando mencionó que le gustaba su nombre -Yo también tengo un apodo que me indigna-

"Bien… empatizar, relacionar semejanzas. Ah… lenguaje espejo"

Mientras más entraba en modo cita más tenía la voz de su madre taladrándole la cabeza con todo lo que tenía que estar pendiente -Mis hermanos me llaman arlequín cuando se quieren burlar de mí - Le explico y puso los ojos en blanco porque recordar ese estúpido apodo le irritaba.

Y todo iba viento en popa…hasta que le pidió una contraseña -¿Qué?- No sabía nada de ninguna contraseña. Johan no había mencionado nada de una palabra o frase que tuviera que decir. Le veía sentido, sinceramente, tomando el cuenta el mundo en el que vivían. ¿Por que ella no había pensado en eso? Si era una cita a ciegas podía estar hablando con… un cualquiera. Miró a Yaros con el ceño fruncido -Nadie me dijo nada de ninguna contraseña, lo siento- Torció el gesto y buscó en su bolso su móvil para llamar a Johan en ese mismo instante.

Paró un momento cuando le preguntó si construía cosas y alzó la mirada con una sonrisa breve -Sí, soy tecnomaga. Además de medimaga. Soy aprendiz de Giordano DaVinci- Dijo con sumo orgullo pero la sonrisa se le esfumó cuando dijo lo de la contraseña -Ya se la voy a pedir a Johan- Murmuró - Tendría que haber pensado en eso yo- Se regañó a sí misma mientras se llevaba el móvil a la oreja y esperaba que el mago no estuviera muy ocupado para atenderle el teléfono.

Le dijo Johan la contraseña? Éxito sí

El miembro 'Arleen Royden' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Probabilidad' :

Entrecerré la mirada cuando se interesó por los diminutivos correctos, pero le respondí porque aunque me resultó raro su interés también lo agradecí.
- Yarik.

Luego lo de que la llamasen arlequín me dejó descolocado y hasta entendí su indignación.
- pero....un arrlequin no es acaso un payaso?- bueno, los hermanos somos bordes por naturaleza.

Podía decirse que todo había ido bien hasta el momento que no me supo decir la contraseña, fue entonces cuando me puse en guardia.

"No te muestres excesivamente sospechoso de ella o sospechará que sospechas y entonces la operación se irá al carajo"

- siiii....clarrooo...voy a cogerr mesa...tu llama... - señale hacia el fondo del restaurante mientras ella llamaba, y me aleje dirección a una mesa libre mientras me remangaba el maldito jersey y usaba muy tatuaje mágico del antebrazo para mandarle un mensaje a Johan diciéndole si es que no le había dicho la contraseña a Arleen, que era todo muy sospechoso y que creía que la habían reemplazado por un agente del enemigo.

"Seguro que está hablando con los de inteligencia ahora mismo!"

Entrecerró un poco los ojos al oír el “Yarik” -Prefiero Yaroslav, es más…regio- Sí, era lo que opinaba. Ese “ik” le sonaba como al sonido que hacía cuando algo le daba asco. Asintió con suavidad cuando mencionó lo que eran los arlequines y bajó la mirada con una sonrisa apenada de lado al recordar el porqué -Mi madre me disfrazó de arlequín cuando era pequeña y al parecer mis hermanos no pueden olvidarlo-

Asintió y se alejó un poco mientras la llamaba sonaba y sonaba, pero Johan no cogió así que le dejó un mensaje de voz. Tras ello se fijó en Yaroslav y volvió hacia la mesa sentandose al frente y dejando el móvil al alcance de la mano por si Johan le devolvía la llamada.

-¿Y cómo se yo que tú eres tú?- Inquirió con curiosidad porque… es que no dejaba de verle sentido a hacer algo así en una cita a ciegas en el mundo en el que vivían - Me parece prudente que, cuando Johan me devuelva la llamada, yo le dé a él una clave para que él te la diga a ti y así confirmar tu identidad. Porque…- Alzó suavemente un hombro -Yo podría decirte “Persigue las auroras boreales un viernes 13” y tú me dices que está correcta…Pero podrías no tener ni idea de cuál es la contraseña real- Esta vez fueron sus cejas las que se alzaron de manera inquisitiva.

Ya me daba igual lo simpatica o lo guapa que pareciera o sus anecdotas de infancia que seguro me contaba para que me confiase. La observé acercarse sin contraseña alguna, y parpadeé perplejo cuando tiró la pelota a mi campo, en sentido figurado claro.

Me dejó confuso a la vez que admirado y la miré de arriba abajo.

"pretende confundirme"

- Cómo voy a perseguir aurroras borreales un vierrnes trrece en pleno Londrres? - solté una sonora carcajada. - Eso es imposible!

"a ver...pues solo nos queda esperar a que Johan nos llame..."

Me estaba entrando la paranoia muy fuerte porque si ella era de verdad un agente encubierto y habia secuestrado a Johan, que no respondía, estabamos jodidos. Lo bueno era que me iba a comunicar con él por el tatuaje y ese medio era imposible de intervenir a no ser que usaras control mental y Johan se defendia estupendamente de ese tipo de cosas, la unica que podría con el seria Catherine Le Fay y dudaba que esa mujer estuviera en el ajo o tuviera algo menos importante que hacer que estropear citas . Dejé la cajita de regalo encima de la mesa y tamborileé sobre ella con gesto de aburrimiento mirando a Arleen atentamente mientras mi pateja se movía de modo inquieto bajo la mesa.

- HEY, BARRRMAN!!! - grité llamando la atención del barman para que viniera a atendernos. No pensaba irme de alli si cenar.

Se dio cuenta de que le pilló por sorpresa cuando parpadeó de esa manera. Bien. Le parecía un poco igualitario que él solo exigiera identificación en una cita a ciegas. Sea como fuere, si aquello no funcionaba iba a poner en práctica lo de las contraseñas. Le devolvió la mirada de arriba abajo con una ceja alzada -No eres el único que debe cuidarse las espaldas- Le informó.

Pero de pronto le mencionó su frase y su rió y Arleen abrió la boca con algo de sorpresa. Sinceramente, no pretendía hacerle una broma era solo que… le parecía una curiosa contraseña. Sonrió brevemente y bajo la mirada mientras miraba el móvil - Técnicamente, no dije Londres - Alzó la vista hacia él y no pudo evitar que su sonrisa de volviera un poco más astuta -Estamos a un portal de Johan de ir a perseguir auroras cuando queramos- Sí, se había quedado con la idea. Incluso había dejado sus botas a mano pero… no tenía tiempo, no con la que están por venir y eso incluso le generaba un poco de estrés tomando en cuenta que ella estaba allí… en una cita. Era increíble cómo por mucho que intentara centrarse en Yaroslav la realidad estaba allí, respirandole en el cuello.

El grito de Yaroslav si que la hizo dar un respingo mientras abría los ojos como platos. Sin duda alguna le había oído… y todo el bar con él. No es que estuviese muy lleno y la música tampoco estaba tan alta pero aún así llamó la atención de las almas que estaban por allí. Arleen giró suavemente la cabeza y confirmo sus sospechas de que todos les estaban mirando, por lo que sus mejillas se enrojecieron profundamente llena de vergüenza ajena … y propia. La morena bajó un poco la cabeza y dejó que su cabello le cubriera un poco los rasgos por temor a que alguien la reconociera como la una de las protagonistas de un vídeo para adultos. Sabía que los magos no eran tan adeptos a la tecnología como los humanos pero había excepciones como Belle, Gio y ella. Y si habían más excepciones ahí? Y si giraba el rostro y se encontraba con una mirada de curiosidad, de reconocimiento o de lástima?

Empezó a picarle la mano de la herida invisible cuando el barman llegó hasta donde estaban sacándola de sus pensamientos. Quería tomar nota. Y Arleen… necesitaba vino, desesperadamente. Era tan fuerte que sentía una horrible ansiedad pero si caía de nuevo por ese hueco sin fondo… carraspeó con el ceño levemente fruncido -Una copa de agua está bien-

Dejé de tamborilear en la mesa y puse la mano sobre el tatuaje de mi antebrazo, mirandolo insistentemente por si cambiaba con la respuesta de Johan. Pero nada. NADA!

"lo han secuestrado y lo han matado"

La miré con cara extrañada cuando dijo que podiamos ir a perseguir auroras.

"quien es aurora y por qué quieres cazarlas masivamente?"

Carraspeé porque la mujer estaba comenzando a ponerme nervioso y se me habia olvidado el protocolo de citas. Seguia pensando que era una peligrosa espia y no sabia que información compartir y que no. Nada personal, no debia ser nada personal.

"ya se! Ha dicho que construye cosas! quiza pueda sacarle informacion valiosa"

Ni me inmuté cuando la gente nos miró por mi voz, estaba demasiado acostumbrado a ello. Pedí al camarero que me trajese vodka rojo porque hoy me sentía dulce. Y que trajera algo de carne para comer.

- bueno, Arrlen, mientrras decidimos si podemos confiarr el uno en el otrro...me has dicho que constrruyes cosas. Que clase de cosas? Bombas? Haces bombas? - La miré intentando hacerla confesar. - Trrabajas para el gobierrno ruso? Qué trraman? Nada bueno, segurro.

Se sintió un poco incómoda ante la mirada de Yaroslav respecto a las auroras. Quizás no le había gustado que siguiera la broma porque carecía de contraseña. Sea como fuese la hizo sentir un poco cohibida  y cerró la boca…Y aún más cuando carraspeo. El silencio se extendió entre ellos y Arleen miró su móvil pensando en volver a llamar a Johan. Sentía que había una especie de desconfianza hacia ella que no le gustaba nada. Ya había tenido que soportar algo parecido en la base antes de su secuestro y…no era cómodo.

Él retomó la conversación de la construcción y Arleen negó con la cabeza -No…me especializo en otro ámbito, el médico generalmente. La ve…- Se quedó en silencio cuando le preguntó si trabajaba para el gobierno ruso, como si ella supiera alguna información de ellos. Le recorrió el rostro con una ceja alzada y …poco a poco un gesto ofendido le cruzaba el rostro -No he puesto ni un pie en Rusia en toda mi vida y no me apetece hacerlo-

Alzó suavemente el mentón -¿Y tú? ¿Por qué crees que el gobierno ruso está detrás de ti? ¿Qué es lo que estás tramando tú que tienes miedo de ser pillado?- Inquirió incisiva y se cruzó de brazos momentos antes de que el barman llegara con sus bebidas. Aún así ya estaba algo paranoica con todo aquello de la contraseña y las acusaciones. ¿Y si el que tenía algo que esconder era él? ¿Y si era uno de esos magos cambiaformas? ¿O con poción? ¿Y si quería hacerle lo que le hicieron  a Jo? Intentó no darle demasiadas vueltas a la cabeza y se inclinó para coger la copa de agua y beber un trago.

“Esto no está bien”

Miró hacia la caja que estaba cerca de Yaroslav con el “regalo”... ¿Y si era algo malo? ¿Y si era para minimizar su magia o encarcelarla? Soltó un suspiro y dejo la copa en la mesa -Creo que esto no es buena idea. Estoy poniéndome muy nerviosa y Johan no responde… -

"yaaa le médico claro claro"

Me devolvió las preguntas de modo rápido e inquisitivo, lo cual provocó que agarrase mi vaso de vodka haciendome el interesante.

- Mi prrima Anyanka goberrnaba Rusia con puño de hierro y soy de la rama familiar de los Tolstoi disidentes. Enemigo del imperrio ruso. - me señalé porque total, no era ningun secreto, no? - Golpistas y esas cosas.

Agité mi vaso leyendo su lenguaje corporal a la defensiva y entonces noté un picorcillo en el tatuaje. Lo miré leyendo el mensaje que la tinta formaba, que puto, no se lo habia dicho! Blasfemé en ruso escuchando el "ping!" del movil de Arleen al poco de que ella dijera que no estaba comoda y que Johan no respondía.

- Se le ha olvidado decirtela. -dije ahora si con una vergüenza que no habia sentido al pegar la voz de antes que causó que nos mirasen todos. Me tapé media cara con la mano.

"tarde Johan! Ya la he asustado! "

- Ya te he asustado, verrdad? - dije con cierto tono de disculpa. No si ya le había dicho a Jo que a mi estas cosas no se me daban bien!!!

Escuchó la historia de su familia y cómo, aparentemente, el gobierno podía ir tras él para…¿qué? ¿matarle? Se quedó en silencio mirándolo como tratando de procesar esa información…  y se quedó otro momento más hasta que fue directa con su respuesta -Si el gobierno ruso te hubiese querido matar  ya te habría matado ¿Verdad?- Inquirió ladeando un poco la cabeza -Es decir… ¿No son muy eficientes y eso?- Preguntó para luego reacomodarse en el asiento. Entendía el porqué de su desconfianza pero… -Siquiera conoces la situación de Rusia después de SAM? Quizás te están buscando pero no para matarte si no para que gobiernes. ¿Anyanka  sigue viva?- Preguntó alzando las cejas.

“Qué horror…vivir así…como he estado viviendo yo, mirando siempre por encima del hombro y no socializando por miedo a ser atacada”

Pronto se le hundieron los hombros, empatizando bastante con esa desconfianza que había mostrado Yaroslav. Despegó la vista de él para mirar hacia el bar mientras paseaba los dedos por la base de la copa pensando que quizás era mejor retirarse. Podía ser que aún no estuviese preparada para salir a hablar con desconocidos.

-Hm?- Volvió la vista hacia él cuando dijo algo pero no captó bien lo que era porque estaba perdida en sus pensamientos. Al poco escuchó el móvil y lo cogió para abrir el mensaje, leyendo el tema de la paranoia. Ya. Qué horrible ser acusada de algo que no era. Tecleó un mensaje rápido para él  y decidió que no necesitaba confirmar la identidad de Yaroslav ya que había sido muy seguida la interacción con Johan.

Metió el móvil en su bolso y miró al ruso que se cubría la cara avergonzado. Quería sentir un poco de empatía pero la verdad es que… sólo sentía nervios. Y sí, era él, pero tenía un regusto amargo en la boca. Cogió la copa de agua y bebió un trago lento antes de dejarla de nuevo en la mesa -Sí- Resumió -Pero entiendo tu actitud. Quizás yo debería ser igual después de todo- Dijo frunciendo el ceño mientras miraba la base de la copa y la movía lentamente -Y fiarme o confiar menos en la gente - Suspiró -Rostoplofovich-

- Corrección! Lo ha intentado. Pero soy escurridizo. Cual rata. - si, literalmente. Y altamente precavido. Lo que si era cierto es que despues de SAM no tenia ni idea del estado del gobierno ruso... debían de haber quedado en la mierda y no tenia noticias de Anyanka, ni para bien, ni para mal. Quizá podía relajarme en ese aspecto. Me quedé pensativo y aunque era improbable que me buscasen para gobernar chasqueé los dedos. - Es bonito pensarr que esa brruja ya no existe.

Luego de eso habia descubierto la verdad sobre el olvido de Johan y me habia embargado la vergüenza, aunque a mi esas cosas se me pasaban rapidas. Mas si tenía vodka rojo conmigo.

- Lo siento. No se me dan bien las citas.  Se lo dije a Jo! - dejé el vaso en la mesa y empecé a dar vueltas a la cajita. Vale, sí, esa era la contraseña. Alargué la caja por la mesa hasta ella y la abrí, entre los confeti estaban los mini cuarzos rojos.

- Son unos minerrales, se llaman jacintos de compostela. - decidí hablar antes de que se marchara del todo. Que por lo menos no hubiese estado farmeando minerales en vano! . - Su color narranja rojizo es debido a la prresencia de hierro. Es un óxido de silicio, de sistema crristalino trrigonal, durreza 7 frractura concoidea y exfoliación nula. El brrillo es vítrreo como puedes verr y su peso especifico 2,65 . - miré los cuarzos con amor y apoyé la cara en las manos listo para seguir mi charla. - En el ámbito terrapeutico se considerra que es revitalizadorr del cuerrpo.
Se indica parra recuperrar de convaleciencia. Favorece el funcionamiento del hígado, bueno parra beberr mas vodka. Aporrta relajación y está indicado para calmarr la ansiedad, el estrrés, el insomnio y la hiperractividad.

Me había venido arriba pero es que claro, si iba a terminar de asustarla que fuese al principio de la cita y no más tarde.

- O prrefierres flores? - pregunté con una mueca de "solo los locos prefieren las flores"

jacintos de compostela.:

-Quizás es hora de que lo confirmes- Mencionó pensando que si eso le daba tranquilidad de sólo pensarlo, la certeza le generaría algo más de calma. A ella,  a su modo, la confirmación de la muerte de Eámon se la daba. Pero sabía que Collins había sobrevivido y no sabía bien si los demás también. No, no les deseaba la muerte sólo esperaba nunca cruzarse en su camino.

-A mi tampoco- Le confesó a Yaroslav porque aunque tuviera todo un protocolo extenso de cosas aprendidas sobre lenguaje, modales, temas de conversación y hasta risas ensayadas; Arleen no se encontraba de ánimos para seguir nada. Al verlo mover la cajita hacia ella desvió la mirada tentativamente a ésta, sorprendiendose de no encontrar joyas sino ¿piedras? ¿Qué eran? Frunció suavemente el ceño antes de tratar de entender toda la parte técnica que le estaba explicando Yaroslav. ¿Dureza 7? ¿En qué escala se basaba?

Alzó la vista hacia él cuando apoyó el rostro en sus manos…parecía… apasionado. ¿Así se veía ella cuando hablaba de sus inventos? Volvió la vista a los cuarzos  y sacó uno de la caja para mirarlo escuchando aquello de que ayudaba al insomnio. Le entró la curiosidad  -¿Si canalizo magia con ellos me ayudará a dormir?- Preguntó pensando que serían ideales. Podría construirse algún brazalete o quizás un collar que le ayudara con todo -Puedo engarzarlos en un brazalete… Incluso para curar- Musitó pensativa mientras las ideas fluían en su mente, sintiéndose un poco más cómoda al usar su cerebro en otras cosas.

La pregunta hizo que lo mirara de nuevo y sonrió asintiendo -Me gustan las flores, sí…- Reconoció pero luego le mostró el mineral -Pero esto es más duradero y práctico…Las flores de la casa de Johan tengo que estar constantemente cambiándolas- Dijo mientras dejaba el… el… -¿Jacinto de Compostela me dijiste que se llamaban?- Podría preguntarle a Gio si tenían algún otro uso o si conocía el mineral. Cerró la caja con una leve sonrisa -Gracias…- Y recordó su ofrecimiento -¿Qué te gustaría que te construyera?-

Poco después de su pregunta llegó el barman con la cena y Arleen reacomodó su posición y puso la servilleta sobre sus piernas para cubrirse el vestido. Se sorprendió de encontrar sólo un set de cuchillo y tenedor pero…bueno, tendría que funcionar. Le gustaría preguntarse de dónde sacaban carne los bares tomando en cuenta que la base tenía un menú tan deprimente. ¿Era un trato? ¿La importaban? Movió la carne brevemente para ver que estuviera en su punto y empezó a cortarla en pedacitos.