Metro de Londres

No sabía de donde habían salido aquellos tipos pero claramente Londres no había cambiado tanto como creía. Sus figuras quedaron atrás cuando abandonamos la estación y la imagen de la ciudad, unos cuantos metros por encima del suelo fue espectacular. Tenía un vago recuerdo de haberla visto así, en mi juventud temprana.

Suspiré antes de apartarme de la puerta y mirar alrededor. El vagón estaba vacío. Con rapidez busqué los indicadores de línea. Hacía tiempo que el metro había dejado de funcionar, al menos en su mayor parte. Conservábamos algunas líneas que conectaban almacenes y bases militares pero del resto...no tenía ni puta idea donde llevaban. Al localizar el panel leí rápidamente intentando centrarme, los nombres eran conocidos en su mayoría y sin embargo no tenía ni idea de dónde dirigirme.

Pasé nuevamente una mano por mi rostro despejando el agua. ¿La base militar? Tal vez sería la mejor opción pero viajaba en dirección contraria y no tenía muchas intenciones de volver a encontrarme con los tipos de la estación. Al menos no sin armas. Gruñí pensativo y miré de reojo hacia la puerta que conectaba vagones. Allí estaba la doctora, como si la hubiesen petrificado, y poco más allá parecía tener compañía. No era mi problema. Volví a mirar al panel. Piensa Draven, piensa. Prioridades.

Volví a mirar de reojo un par de veces más y finalmente incliné la cabeza mirando al techo mientras resoplaba pesadamente. Abrí la puerta del vagón, primero una y después la siguiente, dejando entrar el ruido exterior los segundos que tardé en cruzarla y cerrar de nuevo. Metí ambas manos en mis bolsillos mientras caminaba, observando al tipo que parecía algo colgado, hasta que quedé cerca de la doctora.

-Sabes que puedes desaparecerte ¿verdad?-Comente en una voz prudentemente baja para que el tipo no escuchase, mirando ahora de reojo a Arleen ¿Por qué cojones no se largaba?. Alcé la vista al panel luminoso de nuevo, buscando un destino. Si la doctora se desaparecía tendría que cambiar de plan pero ir a casa parecía lo más adecuado, allí podría conseguir armas, si es que no habían saqueado, claro.

No podía escuchar el murmullo exactamente pero había ido subiendo el tono cada cierto tiempo, como si estuviera peleando. Arleen se había movido un poco hacia el otro lado de la puerta manteniendo una distancia prudente y sus ojos pasaban del hombre hacia el plano. Entendía que aquel medio de transporte parecía cruzar la ciudad y detenerse en ciertos puntos, como lo había hecho en el London Eye.

¿Iba en un solo sentido? Se preguntó acercándose al mapa, pero cuando se movió se dio cuenta de que el murmullo ceso. Rezó, a cualquier tipo de Dios que hubiese, para que no fuese agresivo, que sólo se hubiese detenido por miedo a ser oído. La morena lo observó un momento, intentando ver su cuello pero llevaba una gruesa bufanda…Una que le habría gustado tener para protegerse del frio que estaba congelándola por dentro.

Terminó por inclinarse para sacarse el zapato de tacón que le quedaba. Quizás podía tirárselo a la cara y ganar algo de tiempo. Estaba tan tensa que se había perdido la imagen de la ciudad aunque había captado pequeños haces de luz a través de la lluvia. Si aquello iba en un solo sentido, tenía que cambiarse. Pararon en lo que pareció otra estación y miró la puerta, no se abría sola pero tenía una especie de palanca. Quizás si la tocaba podía abrirse pero antes de hacerlo apareció Gelion de nuevo. Mentiría si no dijera que su presencia le tranquilizó y deslizó su mirada hacia el hombre que miraba hacia la pared y había retomado su murmullo pero cada vez más bajo.

-No- Le respondió y fue demasiado consciente, demasiado, de que Gelion había hablado en voz baja. Muy baja, para que el otro no le escuchara. Un pequeño escalofrío le recorrió la medula espinal y no tenía nada que ver con su ropa y cabello mojado -Cuando estás embarazada no se recomienda, pone en riesgo al bebé…Me concentré extra para hacerlo porque me parecía que era menos peligroso que una tijera atravesándolo- Le explicó sin dejar de ver al hombre que ahora parecía buscar algo en su abrigo. ¿Cuándo se había torcido todo su día? Ella sólo quería hablar con Anteia -Tengo que volver al London Eye. Este aparato va en un solo sentido ¿No? Para volver tengo que ir a otro… ¿Cómo… cómo me paso a otro? ¿Las puertas se abren con esa palanca?- Inquirió, al menos eso había interpretado, cuando llegaron a otra parada. No había casi nadie, las puertas permanecieron cerradas y Arleen aún no tenía mucho ánimo de moverse porque el hombre del otro lado se había quedado quieto de nuevo. Se preguntó dónde estaba todo el mundo. Londres siempre había sido una ciudad bulliciosa.  El hombre del otro lado del vagón finalmente se giró y Arleen conectó su mirada con él. Tenía un ojo normal y el otro parecía robótico. Es más, todo el hombre parecía dividido en dos. Como si gran parte de su cuerpo hubiese resultado comprometido y le hubiesen puestos partes robóticas. Su mirada, maldita curiosidad,  se deslizó por su brazo como preguntando pero el hombre sólo ladeó su cabeza siguiendo el gesto de Arleen (cuya cabeza se había inclinado) y aquello le congeló las entrañas. ¿Sabría que era una bruja?  Se inclinó un poco hacia Gelion y bajó aún más la voz -Sólo dime cómo-

Mi ceño se frunció ante la negativa mientras aún miraba la señalización de las paradas. ¿no lo sabía? Ya habíamos pasado una, hasta Hampstead quedaban unas cuantas más y luego tendría que seguir andando. Apreté los labios ante la posibilidad de hacer varios trasbordos, cosa que descarté inmediatamente, coincidiendo con la explicación de la doctora. Bajé la vista a ella alzando ambas cejas por un segundo mientras alzaba mi mano a una agarradera porque el vagón comenzaba a menearse y ser algo inestable.

-No tenía ni idea.-Comenté con tranquilidad. No era una disculpa aunque pudiera parecerlo, de haberlo sabido hubiese actuado igualmente. Suspiré ladeando la cabeza porque la tensión en el cuello estaba presente, crujiendo el mismo, cuando escuché sus intenciones, sus preguntas. Demasiadas preguntas para una humana. Miré de reojo al tipo.-En la estación había un grupo armado, yo de ti no regresaría ahora mismo.

Aparté la vista del hombre conforme vi su aspecto. Otra parada. Esperaba que aquel hombre-máquina no fuese agresivo sobre todo si permanecían ajenos a él, pero Arleen se había quedado mirándole así que volví a fijarme en el hombre que parecía haberse percatado de los gestos de la doctora. Gruñí, molesto y por lo bajo.-Te llevaré de vuelta.-el pitido sonó y de nuevo estábamos en marcha.

Con determinación agarré el brazo de Arleen tirando de ella para que me siguiese o más bien para arrastrarla de vuelta a las puertas que unían vagones.-¿Pueden localizarte de algún otro modo?-Pregunté mientras cruzaba la unión de vagones mirando a mi espalda para cerciorarme de los movimientos del hombre antes de continuar cruzando el vagón contiguo. Quedaban dos paradas pero la siguiente era un trayecto más bien largo.

Arleen sólo abrió un poco más las piernas para tener mejor estabilidad, poniendo las manos a sus lados. Le miró sorprenderse y tuvo que entrecerrar los ojos, negando con la cabeza y apartando la mirada. No le importaba -Hay muchas cosas que no sabes- Le espetó porque no podía terminar de sacarse de encima ya no sólo el enojo sino también el miedo y el frío. Todo una combinación que estaba pasándole factura. Miró entonces hacia fuera notando las luces y la vida que parecía vibrar. Pero no vida vida…sino…

-¿Puedo volver caminando? Asumo que por la velocidad la distancia que estamos recorriendo es larga pero tiene que haber una forma. Recuerdo que Vishous me habló de unas grandes vayas con mapas en zonas turísticas- Respondió  cuando escuchó aquella información sobre el grupo armado. Igual sus escudos podrían con una bala. SAM era mucho más poderoso -¿Eran humanos?- Inquirió porque no recordaba haberse enfrentado a un androide pero quizás tenían el mismo poder que SAM y rompían su escudo con sólo un movimiento -Puedo defenderme… Con mis escudos- Le explicó pero después pensó que era tonto, qué le iba a importar, además…¿Por qué habrían de herirla? Ella no era agresiva y cuando se fijó en sí misma en el reflejo del vagón supo que no, no representaba amenazaba. Una mujer que se olvidó un paraguas, sin zapatos y calada de agua fría pero no… No tendrían porque atacarla.

-¿Por qué?- Preguntó cuando oyó el gruñido aquel de que la iba a llevar de vuelta -Sólo dime cómo hacerlo, puedo arreglármelas sola- Soltó un siseo cuando la cogió del brazo y se removió un poco porque estaba harta de que la llevara de un lado a otro sin explicarle nada. Como una muñeca. Agh -No necesito a ningún hombre para volver a ese sitio. Sólo dime la dirección, dime cómo funciona todo esto- Le espetó cruzando, ignorando ya al hombre que había quedado en el vagón de atrás porque el funcionamiento de las puertas hizo que las observara con curiosidad. La pregunta sin embargo le hizo mirarle, y estando en esa posición fue consciente de que seguía herido. Algo en ella se removió -Eh…- En realidad, es que no podrían haberla localizado en principio, Arleen simplemente se aferraba a la esperanza de que Aurora hubiese entendido su señal -No estoy segura…- Dijo con un tono más bien bajo. Aquel vagón estaba solo y Arleen tiró de su brazo para salir de su agarre y lo cogió de los hombros bruscamente para que le diera la espalda, tras eso llevó sus manos a la nuca y usó algo de su magia para ayudarle. Si iban a partir caminos que no se fuera de su lado sin al menos estar sano. Pero tampoco le daría toda su energía. Necesitaba concentrarse en volver.

Se alejó un par de pasos hacia las puertas de apertura del vagón y llevó una mano a la palanca, leyendo las advertencias sobre abrirlas o pulsarlas en movimiento. Tensó los labios.  Se pasó una mano por el rostro, tratando de quitar más agua de sus gestos, intentando pensar en formas de hacer que la rastrearan. Un patronus…Podía enviar. Si supiera siquiera donde estaba, podría decirles su ubicación, pero más allá de eso. ¿Cómo podían rastrearla desde arriba? Giordano quizás con alguna máquina, los propios autómatas estaban preparados para reconocerla, pero no estaban hechos para la búsqueda. Sin embargo, sabía que sus hermanos no pararían hasta encontrarla… Inspiró profundamente, sintiendo una leve puntada en la cabeza.

-Ya...hay muchas cosas que no sabes tu tampoco Doc. -Solté con reproche por su manera de hablar. Simplemente le había tocado a ella por estar ahí como podría haber sido cualquier otra persona.

Mas preguntas, solté aire por la nariz desviando la mirada. ¿Podía ser menos sutil? Cualquiera podría darse cuenta de que no había pisado una ciudad normal en su vida.-Tardarías demasiado.-Negué ahora apretando mis labios, tensando la mandíbula.-No lo sé. -Maldita sea, ¿podía parar con las preguntas?

Conforme andaba asentí con cara de fastidio.-Lo sé, lo...-entorné los ojos molesto y me giré hacia ella.-Ahora no tenemos tiempo para pararme a explicarte nada Arleen.-Solté exasperado. Era lógico que no fuese consciente de la situación al haber vivido en su mundo ideal con su isla ideal y haber pisado tierra...¿cuanto? ¿dos veces en su vida? Cuando se podía cruzar la calle sin que nadie intentase matarte.

No estaba segura de que pudiesen dar con ella.-Bien, pues cuando... -En ese momento tiró de su brazo para solarse y la miré con seriedad y después, después se puso a curarme. Por dentro estaba gritando. Estaba loca, completamente irracional. ¿Qué instinto de supervivencia era ese? Por fuera simplemente abrí mucho los ojos y me giré apartando sus manos, mirando alrededor. El tipo del otro vagón seguía en su sitio. Esperaba que no la hubiese visto.

Para cuando volví a buscarla con la mirada se había ido a una de las puertas y avancé conforme su mano se acercaba a la palanca.-Así solo lo harás más difícil. ¿Puedes esperar a llegar, al menos, a la siguiente parada?-Comenté plantando mi mano sobre la suya mirándola con intensidad.-Escucha, ¿Quieres?...sé que puedes volver sola a ese sitio, pero no tienes ni idea de donde estás, ni de cómo es esta ciudad, ni de cómo es la gente aquí. Ni siquiera yo lo sé aunque creo que me puedo hacer una idea más aproximada. ¿Puedes dejar de llamar la atención con preguntas que no haría un humano y con magia por si nos cruzamos con cualquiera que quiera meterte una bala en la cabeza por ello?-Terminé por preguntar susurrante, por si acaso. -Ya no estamos en Kansas ,Dorothy.

Nos aproximábamos a una estación, el tren aminoraba la marcha.-Conseguiré un transporte y al menos tendrás más posibilidades.-Y si quería aceptar aquello bien, si no...no pensaba insistir más. Sonó el ruido característico de las puertas que conectaban los vagones entre sí, pero no la del que acabábamos de abandonar, por el otro lado.

Miré hacia allí de reojo con rapidez, un grupo de personas, con pintas raras. Apreté los dientes antes de empujarla contra la puerta aún cerrada y apartar la mano de la manilla que la abría para ponerla en su hombro pegada a su cuello mientras acercaba mi cuerpo al suyo, sujetando con la otra mano su cadera. -No...te ...muevas.-Murmuré muy bajo. No tenía claro si eran aquellos tipos o no, no me había dado tiempo a reconocerlos. El tren volvió a reanudar la marcha una vez más. Respiraba con tensión tratando de mirar de reojo hacia ellos de nuevo de cuando en cuando que se iban aproximando, iban riendo, hablando entre ellos y dando golpes con algo a los asientos. Clavé los ojos en la doctora mientras pasaban a nuestra espalda. Solo por si lo hacía, porque era una preguntona y curiosa mujer, alcé la mano de su cadera a su mejilla ejerciendo una mínima presión para que no lo hiciese.

Por suerte, o por cualquier cosa simplemente soltaron un par de grotescos comentarios hacia nosotros y abrieron la puerta que daba al otro vagón. Tragué saliva aguantando la posición hasta que oí como la puerta se cerraba. En ese momento miré por dónde se habían marchado. Tardé un poco en dejar de agarrarla aún sin mirarla. Los golpes comenzaron a oírse al otro lado de la puerta, los insultos, y los gritos del hombre-robot que habíamos dejado allí.-Yo bajo en la siguiente. Haz lo que quieras. -Volví a clavar la vista en ella antes de seguir avanzando en dirección opuesta a la que se habían ido los tipos.

-Las he ido descubriendo- Replicó porque no iba a quedarse callada porque resultaba que a él le molestaba su exposición de hechos. Agh, odiaba la forma en la que soltaba el aire como un toro preparándose para embestir. Sin embargo, las palabras que salieron confirmaron su sospecha -Pero se puede- Agregó, ignorando la forma en la que estaba negando con la cabeza. Aunque el hecho de que hubiese siquiera una pequeña posibilidad de que fuesen androides hizo que reculara un poco. De acuerdo, quizás debería esperar un poco.

Le contuvo la mirada cuando le soltó que no había tiempo para explicarle -Soy rápida aprendiendo, te sorprenderías el poco tiempo que tardarías explicándome o lo que ya he logrado dilucidar- Porque de tonta no tenía ni un pelo. ¿Impulsiva? Quizás… Pero, encima que intentó hacer algo para que se sintiera mejor, la detuvo. Le miró con la indignación cada vez más creciente. No iba a curarlo nunca más. Era un idiota. Se habían dejado gran parte del diagnóstico sin hacer porque se habían ido antes de la resonancia y al recordar que le había golpeado la espalda se sintió fatal así que se alejó.

Alzó la mirada hacia él cuando cambió el tono en su voz y algo dentro de ella el daba ganas de tirar de la palanca y, en efecto, hacerlo más difícil. Pero esa parte irracional paró en el momento en el que le dijo que le escuchara. Como si eso fuera ganarle algo pero aún así guardó silencio y la enumeración de aquellos hechos hizo que su determinación y su entereza empezaran a resquebrajarse. Estaba perdida. Estaba perdida en una ciudad apenas recuperada y no sabía lo que podía encontrarse. La pregunta sobre la magia hizo que volviera la vista hacia el sitio donde había empezado a curarlo y se le revolvió el estómago, las rodillas le fallaron un poco y el susurro siguiente hizo que le mirara inmediatamente. No iba a dejar que la viera llorar de nuevo, no…Aquello era una aventura. Tenía razón. Como Dorothy lo único que quería era volver a casa y…Todo estaba dentro de ella, no, no necesitaba a nadie, pero Dorothy tampoco y aun así hizo amigos en el camino. En su mano aún seguía el otro tacón y lo alzó para que lo mirara -Entonces busquemos mi otro zapato- Le respondió la referencia y…De acuerdo, una parte de ella sonrió y las comisuras de sus labios porque el hecho de que tuviera la pila lo hacia un poco robot. A veces se olvidaba de que Gelion leía. ¿Por qué siempre acababa peleando y no hablaban de al menos UN libro? En ninguna de sus conversaciones lo habían hecho.

Estaba bastante más metida en su mundo de fantasía, incluso llamando a Londres la Ciudad Esmeralda con tantos haces de luz pasando que hasta que Gelion la empujara no fue consciente de la entrada de gente rara -Pero…- Iba a reclamarle de nuevo, que dejara de zarandearla de una vez pero entonces se acercó…Un poco demasiado. Traspasando ciertos límites de distancia personal que le gustaba poner e iba a quejarse cuando le dijo que no se moviera. Parpadeó con suavidad intentando desviar su mente del pensamiento de que, con su cercanía, ya no hacía tanto frío pero sus manos estaban heladas. Se había olvidado por completo de que, así como ella, él también estaba calado y probablemente adolorido. Intentó concentrarse en aquellas personas que estaban pasando pero se dio cuenta de que Gelion no hacía contacto visual y bajó suavemente la cara fijándose en alguna parte de la ropa de Gelion y entonces se percató de que era la de la fiesta. Alzó una mano para cogerle de la ropa y moverla entre sus dedos. Sí, la reconocía de ayer. Frunció el ceño sin comprender y cuando alzó la mirada hacia él sintió sus ojos penetrantes clavados en los suyos y tensó los labios, para luego morderse el inferior y callarse. Su respiración también se aceleraba un poco. Humana…Tenía que parecer humana. ¿Cómo se comportaban los humanos?  Su mente se quedó un poco en blanco.

Sin embargo, uno de los comentarios que lanzaron hicieron que la pálida piel de Arleen se coloreara y sus ojos entrecerrados corrieron hacia el tipo que lo había dicho y a punto…A punto estuvo de soltar algo si no fuera por la presión de Gelion en su mejilla. Volvió su mirada hacia él con un gesto de indignación. ¿Por qué los dejaba decir esas cosas? Eran horribles ¡En su vida había estado tan ofendida! Pero los gritos del hombre del otro vagón le dijeron que, quizás, haber mantenido su lengua quieta le había ganado algo. Cuando se alejó, Arleen echó de menos el calor de su cuerpo, porque…Daría lo que fuera por un cambio de ropa y una chimenea. Le sostuvo la mirada a Gelion un instante antes de seguirle -Seguiré el camino de ladrillos amarillos, hombre de hojalata-

Fue tras él pero durante un momento miró por encima de su hombro, apresuró el paso para ponerse a su lado -¿No deberíamos ayudarle?- Inquirió pensando que…Aunque parecía que fuese una máquina estaba segura de que los gritos no tenían nada que ver con si le cortaban un cable pero siguieron avanzando hasta que el metro empezó a pararse de nuevo, Arleen se cogió de uno de los asientos para no caerse y siguió a Gelion hasta la puerta para bajar en la estación. Mirando alrededor y viendo el nombre de la misma. Información que se guardó para sí misma en caso de que Gelion faltara a su palabra, aunque empezaba a dudarlo -¿Y ahora?- Preguntó -¿Qué hacemos?- Inquirió de nuevo.

Había ignorado los gestos de Arleen durante el encuentro en el vagón, estaba mucho más concentrado en las intenciones de aquellos tipos que en preocuparme por si estaba indignada o no, aunque me había parecido ver una especie de sonrisa cuando pilló mi referencia hacia el Mago de Oz contraatacando con aquel símil por la Bruja Mala del Este, Nessarose.

Una vez pasado aquel peligro me disponía a bajar en aquella parada, decidiese lo que decidiese Arleen. Pasaron segundos antes de escucharla a mi espalda, negué a la par que bajaba la manilla de la puerta. No podíamos ayudar, ahora mismo no y tampoco sabía si era alguien a quién debía ayudar, si era beneficioso para mi o no. Bajamos y no paré de andar, seguí hacia delante.-Ahora, buscamos un sitio en el que cambiarnos y entrar en calor.-Expliqué saliendo de la estación mirando alrededor.-Y luego te buscamos un transporte.-Parecía estar eligiendo una de las casas y sin embargo sabía perfectamente dónde íbamos, solamente que habían repintado varias fachadas, los negocios estaban cerrados, no había actividad en la calle... Parecía algo menos renovado que el centro y mucho menos vivo.

Suspiré y seguí andando, pegado al parque que había a mi izquierda. Metí ambas manos en mis bolsillos mientras continuaba, bajo la lluvia buscando el camino a casa. Izquierda, rodeando el parque, derecha y después derecha de nuevo...hasta llegar al frente. Paré mirando como si fuese la primera vez, después de tanto tiempo. La verja de entrada estaba abierta y alguien se había encargado de abrir el garaje y tomar prestado el coche. -Aquí

Es bonito tener tranquilidad a veces...

Las calles, se han vuelto riesgosas, y no solo por causa de ella y otras criaturas de la noche, si no porque debido a que ahora había orbes de luz aquí y allá, no podía andar a sus anchas, tenía que mantenerse lo más lejos de la vista qué pudiera.

Pero, existen lugares donde tiene cierta calma, como por ejemplo, en el metro, es un lugar bien defendido, y aunque no pueda hacer nada, tampoco le hacen nada, ya que esta nueva alianza no se hace dramas al detectar seres mágicos, y bueno, nadie se imagina qué ella podría ser una vampira.

La verdad es que no necesita usarlo, es bastante capaz de moverse a través de los edificios de forma sigilosa, aunque no sea un proceso tan rápido, resulta suficiente, pero le gusta lo tranquilo qué es ahí, sobre todo a estas horas...

Es tan tarde qué no hay prácticamente nadie, y ella está dando vueltas por ahí sin oficio ni beneficio, ha comido bien, por lo que no se siente desbocada, lo único que la pone triste es que no puede sacar sus dedos para jugar a imaginar historias, ya que la última vez que hizo eso frente a un soldado, recibió un disparo, y fue una cosa muy fea.

De hecho el lugar está tan vacío, que cada vez que ve a alguien llegar se da un segundo para saludar, algunos se preguntan que hace ahí una niña de diez años sola, pero ella tiende a dar respuestas vagas y laconicas como siempre mientras comenta que no le será difícil volver a casa, y la gente eventualmente sigue su camino.

Buenas noches, señor.

Y ahí ha visto llegar a alguien más, por lo que no tiene reparos en saludar.

Había andado toda la calle del Moulin hasta la boca de metro, esperando que el frescor de la noche me quitara un poco el aturdimiento del alcohol, cosa que no hizo. El sabor a sangre y tequila mas cerveza en mi boca me estaba provocando nauseas, y al bajar la adrenalina de la pelea, el adormecimiento del alcohol golpeaba fuerte.

"no voy a llegar a la base asi... puedo ir hasta White Chapel. Con suerte mi piso sigue alli"

Decidí coger el metro. No estaba seguro de conseguir no dormirme mientras lo esperaba. No funcionaba muy bien el transporte en Londres...pero era lo mejor que podíamos pedir a dia de hoy.

Me detuve en la entrada, presa de un acceso de arcadas, que logré contener, agarrado a la barandilla e intentando disimular la borrachera.

"maldito Johan... como puede pensar que no confío en él?"

Estaba preocupado, cabreado, hastíado...todo lo malo terminado en "-ado". Comencé a bajar las escaleras apretandome la nariz a ver si lograba que dejase de sangrar, intentando discernir que linea tenia que coger cuando oi una voz fina romper el silencio del metro a aquellas horas.

- me dices a mi? - desvié la mirada hacia la fuente del sonido, intentando enfocar a la niña que me habia hablado. - qué haces tu aqui sola? - y por qué me resultaba algo familiar?

Una vez acercándose podría notar el estado del hombre tanto por la vista, como por el olfato, pues no olía solamente a ese alcohol qué mencionó Ursula la vez que se encontraron con aquél sujeto, que ahora ya es un olor qué identifica, si no que también olía a sangre...

Pudo sentir a su bestia removerse en su interior, y se dió una palmada en el cuerpo como diciéndole qué pare quieta de una forma bastante infantil, suerte qué ya ha comido, o ese aroma podría signifcarle un problema, pero al menos ahora podrá estarse tranquila.

Sí.

Asintió un par de veces con su cabecita, confirmando qué sí le hablaba a él, mientras que lo miraba con curiosidad, pero a la vez manteniendo esa expresión vacía qué tiene casi todo el tiempo en el resto de su rostro, y por supuesto, no tuvo reparos en responder.

Estoy jugando aquí, porque afuera es muy peligroso.

Aunque claro, a ella le ha parecido más importante explicar el por qué está ahí, y no tanto el por qué está sola, porque lo último le pone triste recordarlo, no es que antes su vida fuera muy buena pero... Sigue siendo doloroso.

¿Y usted, señor?

Le devuelve la pregunta, básicamente intentando hacer la plática.

¿Va a que lo curen?

Supuso, pues olía a sangre, normalmente eso significa que alguien está herido, o que ha herido a alguien, o los dos.

A decir verdad, es más frecuente qué sean los dos, considerando lo que ha visto hasta ahora, la gente tiene que pelear mucho, por sus razones cada quien, pero todos acaban peleando, hasta ella pelea, por mucho que no sepa muy bien como hacerlo, lo tiene que hacer cuando llegan las circunstancias.

"tiene los ojos rojos y el pelo blanco. Debe de ser bruja..."

- no es ni lugar ni son horas para andar jugando. Para una niña. Deberías irte a tu casa

Busqué el panel informativo y resople al ver que quedaba un rato, pasando una mano por mi ojo, mareado. Me tambalee hasta un banco para esperar.

- si es que tienes una casa, claro está. -seguramente ni tenía. - quién cuida de ti?

No pensaba preguntar por sus padres. Estarían muertos o serían unos padres tan pésimos como yo.

- si, supongo que sí - dije dejando de apretar la nariz por fin, comprobando si había dejado de sangrar o no.

"Mierda"

Casi casi. Aún caían algunas gotas pero ya no era como hacía unos minutos. Eso sí, el lado de la cara donde me había pegado Johan se me estaba inflamando.

"Qué voy a hacer al respecto...?"

Volví a mirar a la cría. No sabia si era el  alcohol, el cansancio, o...

-nos hemos visto antes?

Eva infla las mejillas ligeramente en un suave gesto de puchero, pues no le agrada que no la dejen jugar en el mejor lugar que ha encontrado para ello, en la ciudad no hay muchos lugares donde se pueda estar en calma, sobre todo siendo una niña.

Pero no puedo jugar a otras horas, o en otros lugares...

Es triste, pero lo cierto es que no quiere calcinarse, por lo cual, simplemente no puede acercarse a la luz del día, y a decir verdad, lo extraña, pues resulta todo... Muy extraño, la noche es demasiado diferente del día, incluso resulta difícil sentir del todo el paso del tiempo, cuando está oscuro, las cosas son muy monótonas, solo la luna moviéndose por el cielo ofrece un sentido al tiempo.

Todavía no...

Ciertamente no tenía una casa, vivía con su Sire en el cementerio... Pero ese es hogar de él y ella junto a sus hermanos lo están abarrotando, pero ella a veces trata de buscar un lugar al menos seguro donde dormir, de hecho estaba pensando en usar una estación abandonada, casi no hay nadie ahí y suelen haber espacios semi-derrumbados donde los adultos no caben.

A veces mis hermanos, a veces el señor Black...

Dependía de la noche, pero esa noche estaba sola, y cuando está sola, debe arrastrarse entre la oscuridad para mantenerse a salvo, lejos de los peligros qué asechan en la luz.

Hm... Al menos no parece muy mal, en la ciudad la gente herida normalmente tiene agujeros de bala... O cosas peores.

Comentó ella, pensando en las cosas que ya era casi normal ver en las calles, pues era bueno ver a alguien que no se encuentre tan mal, y también trataba de evitar mirar las gotas de sangre qué estaba oliendo, por lo que desvío la mirada, mientras que se iba a sentar al banco con el hombre con el que hablaba.

Y también le dió algo con lo que distraer su mente, ¿Se conocían?, fue entonces que lo miró otra vez, y se puso una manita en la barbilla.

Uh...

Trataba de recordar... Pero no le sonaba.

Tal vez... ¿Me vió alguna vez? He vagado mucho desde lo que me salvaron de esos "reales" en mi cumpleaños... Creo que ellos también tuvieron una fiesta ese día.

Comentó mientras se rascaba la cabecita, haciendo memoria sobre si lo había visto en alguna de todas esas noches, había visto a muchas personas, pero no muchas de esas personas la han visto a ella, todo sea dicho, lo que lo hace más extraño.

- Y por qué no? - le pregunté de malas maneras a la niña, que me parecía que se ponia muy exquisita con su horario y zona de juego.

A quien cuidaba de ella me respondió con algo que me sacó algo de mi sopor etílico, me hizo parpadear y mirarla. Black? Me perseguia ese apellido, o qué?

- El señor Black? Qué "señor"? - podria ser Sirius, o Johan. Para esa cria, hasta Johan debia de parecerle un señor como para llamarlo asi. Sería del grupo del Concilio Libre? Probablemente. Por eso debía sonarme.


- Si, ya....la ciudad está hecha una mierda. - comenté de mala gana por eso de que lo mio no tenia mala pinta. Si, la gente aparecía apuñalada, destripada o desangrada. O muerta sin más. Mierda. Daba igual lo que hiciéramos. Londres se comía a sí misma.

- Qué? - le pregunté de pronto mas tenso cuando mencionó a los Reales, y mas aun, el día de la fiesta. La miré bien, de nuevo. No, su cara no me sonaba de verla de fondo en las reuniones del Concilio o en la Base de la Resistencia. Me sonaba de aquel dia, de aquel vistazo fugaz que había podido echarle a los rehenes antes de que.... - No puede ser. Los mataron a todos. - No le quitaba ojo de encima....estaba viendo un fantasma en el metro?

Porqué podría morir.

Ya sea por el sol, o por estar distraída afuera, no hay muchos lugares seguros en general en la ciudad, y seguros para ella, existen incluso menos, por lo que tiene que hacer lo que mejor pueda, no le queda de otra.

Oh, Sirius Black... ¿Usted lo conoce?

¿Tal vez ese hombre conocía a su Sire?, eso sería bueno, al final del día su Sire, era la persona más importante que tenía en su vida, y a quien le debía continuar con vida ahora mismo... O bueno, con "vida" supone, ese asunto todavía le provoca una enorme confusión, a decir verdad.

Sí, aunque siempre ha sido así, ¿No?...

Comentó, al final, desde el día en que nació, ha conocido un mundo en guerra, desde la posición más vulnerable posible, y según solían decir sus padres... La cosa lleva mucho más tiempo así del qué ella tiene en este mundo.

Pero en fin.

Sí, me da gusto haber salido de ahí... Fue algo horrible.

Podía ver que se ponía tenso con lo que le comentaba, y no era para menos, esa gente es terrible.

Aunque cuando le dijo que los mataron, ella asintió, era cierto, aún recuerda como lo explicó su Sire en su momento, sí se habían muerto, pero seguían estando ahí, cosa que no es lo normal estado muerto, pero sí lo es cuando te convierten en vampiro, hasta donde ha podido comprobar.

Nos mató, pero también nos trajo de regreso.

Afirmó mientras que también le miraba al ojo directamente, haciendo memoria.

Dijo que no nos podía sacar vivos, así que nos podía matar, y por eso nos ofreció ser vampiros... Y bueno, ya no me quedaba nada...

Y aquí estamos, lo cierto es que hasta a ella le cuesta creer lo que ha ocurrido, es hasta el día de la fecha que no conoce las intenciones de su Sire para hacer esto, pero... No le importa cuales sean, espera poder servir para lo que sea que se suponga qué deba hacerlo.

Había caminado, torpemente, pero rápido tratando de huir de la mirada de Vishous. No estaba borracha sólo…alegre. Las últimas palabras de Johan le habían incomodado porque, sí, hablaba de ella pero sospechaba que de ellos también. Se habían dicho cosas con mucho resentimiento o rencor escondido que había, finalmente, explotado.

La oscuridad de Londres no ayudaba, la verdad, y pese a que una parte de ella le decía que era peligroso… Convocó una luz para poder caminar con más tranquilidad. Le aterraba la oscuridad, todos los sabían y SAM seguía trabajando en reparar el sistema eléctrico.

No tenía mucha idea de a dónde podía haber ido Thalos así que cuando dio con el metro… Tomando en cuenta que el moreno no podía desaparecerse, le pareció una opción adecuada. ¿Pasaba un metro cerca de la base? No lo sabía. Empezó a bajar cogiéndose bien del pasamanos cuando empezó a oír voces.

Dijo que no nos podía sacar vivos, así que nos podía matar, y por eso nos ofreció ser vampiros... Y bueno, ya no me quedaba nada…

Arleen se detuvo un instante y luego fue consciente de que aquello era estúpido, si allí había un vampiro ya le habría percibido. Necesitaba… Luz. Sol en realidad…Pero sobre todo, llegar hasta Thalos. Quizás su escudo podría ayudar en caso de violencia. Volvió a enviarle un SMS a V sólo con dos palabras: Vampira - metro.

-Thalos…- Llamó su atención cuando entró en su campo de visión y empezó a caminar hacia él sin quitarle el ojo de encima a la vampira y sonriéndole amablemente, quizás…Sólo quizás… Era una buena vampira. Arleen no se lo creía. Había perdido bastante su fe en la sociedad mágica y humana.

Ni siquiera se lo pensó dos veces, le enganchó el brazo a Thalos con fuerza -Te dije que no caminaras tan rápido. Vamos, V nos está esperando. Perdón pero debemos irnos…- Dijo tirando suavemente de él para volver hacia las escaleras y salir de ahí de una vez. Su escudo funcionaba bien, pero el de V era mejor. Lo que tampoco dudó fue en empezar a canalizar su magia de sanación en el contacto que tenía con el castaño, enfocándose en los daños más internos y menos visibles para no llamar demasiado la atención de la vampira.


Probabilidad: ¿La luz mágica atrae luciérnagas AKA Hijos de la misericordia? Bicos why not  + caos xD
Éxito no, fallo sí.

Me cagó, el azar no quiere darme problemas en este rol. Prf.

El miembro 'Arleen Royden' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

- Sirius Black...me tomas el pelo? Claro que lo conozco. - no "personalmente", no eran amigos, pero...era el extraño padre vampiro de Johan y les habia salvado el culo mas de  una y mas de dos veces.

Intentaba atar cabos, que tenia que ver esta cria con Sirius, los Reales...todo, en general? Por qué me sonaba su cara? Me enteraría pronto, pero por el momento, las hostias de Johan y el alcohol me hacian pensar demasiado lento.

- No, Londres no siempre fue asi. - cai en la cuenta de que para los niños, sí. Ya habian nacido en esta mierda absurda. Eterna. Pero lo que dijo a continuación me distrajo. Nadie salio con vida de aquella fiesta de los reales. Pero ella decia que sí, que escapó.

"que os...mató?"

"por eso la sangre. Por eso se largó de alli. No se le fue la olla"

- hizo eso...para convertiros?

Me la quedé mirando sin saber si yo estaba en peligro ahora que sabia que estaba frente a una vampira, atónito también por la elección de Sirius al tiempo que me cuestionaba si yo habria hecho lo mismo, si Johan lo sabía, entendiendo tambien el aumento de ataques por vampiro y cadáveres desangrados en la ciudad, con la sensacion molesta en segundo plano de que ese resultado habia sido culpa nuestra por no haber salvado a tiempo a esos rehenes. La misión habia sido un puto fiasco, un maldito fracaso.

No me habia dado cuenta de que habia llegado Arleen y habia dicho mi nombre, solo cai en su presencia cuando me agarró por el brazo. La miré y me levanté con ella, sintiendo un repentino alivio fisico del dolor. Pero estaba demasiado pedo como para darme cuenta de que estaba usando magia asi que lo achaqué a...yo que se.

- Espera, esa cria es una vampira - me detuve subitamente cuando ibamos por las escaleras. - estaba alli el dia de la fiesta con los reales. Fue nuestro fallo- y si había matado gente? Debería cargarmela? Sirius la controlaba? Y si atacaba a alguien inocente? Quien era inocente, hoy en dia?

Ofrecí algo de resistencia a Arleen, no podia quitarle ojo de encima a la cria ahora que recordaba todos los informes de muertos desangrados. O ataques. Era otro plan de Johan en conjunto con Sirius para limpiar la ciudad? Él no llegaria tan lejos, verdad?

-Dime como te llamas por lo menos - me agarré a la barandilla, mareado, sacando la pistola para apuntar a la chiquilla. - Vampira. No deberías habermelo dicho. - sí, estaba cargada, y cuando dejase de ver doble, iba a dispararle. No se moriría pero lo mismo dejaba de dar por culo un tiempo o se mudaba de ciudad. O tenia balas ultravioleta....?
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exito...es un buen chico
fallo...quien dijo que pudiera serlo?

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'Probabilidad' :

Ohhhh...

En ese momento mostró una suave sonrisa porque se alegraba de poder saber de alguien que conocía a su Sire, tal vez entonces podría hablar con más personas, pensamiento qué hace que su noche mejore sustancialmente, puesto que lleva muchas noches entregandose a la caza casi exclusivamente, es como vivir en piloto automático, y la verdad... Aún guarda cierta esperanza de que las cosas puedan ir más allá de eso, de alguna forma.

Entonces... ¿Cómo era?...

Esa respuesta le descolocó un poco y quizo saber de donde venía...

Pero entonces fue qué lo notó, escuchó pasos, y casi de inmediato dejó de mirar al señor con el que hablaba y observó directamente a la entrada del metro, sabía que alguien venía, había aprendido a siempre estar alerta, y cuando una mujer fue por ahí, desde el momento en que salio, Eva ya la estaba mirando.

Pero... Parecía sonreír y se acercaba al hombre.

¿Usted viene del mismo lugar que el señor soldado?

Porque huele igual, a alcohol, ese olor qué francamente es muy fuerte para su gusto, pero ya ha visto a mucha gente que huele así, así que debe ser común.

Oh... Está bien, de todos modos el señor Thalos necesita un doctor, su nariz ha estado sangrando todo este tiempo.

Lo llama como esa señora lo acaba de llamar, porque asume qué debe ser su nombre, y hablando de él, asiente a lo que ha dicho, en efecto así fueron convertidos.

¿Su fallo?... ¿Qué quiere decir?

Preguntó, pues no entendía, ¿Él también estaba ahí? Tal vez intentó hacer algo ahí, pero no pudo, ¿Pero el qué? No encuentra la conexión entre una cosa y la otra, podría suponer, pero eso no es educado.

Yo soy Evangeline.

Alcanzó a decir con suavidad y dulzura, la qué podría esperarse de una niña de diez años, esto antes de soltar un chillido cuando le apuntó con un arma, y caerse del banco casi de inmediato, mientras que, como si de un detonador se tratase, recuerdos volvieron a ella para atormentarla.

Era como volver a esos momentos, estaba tendida en el suelo, y con múltiples cortes y moretones por el cuerpo, a veces con ese feo mono anaranjado, a veces sin él, a veces cubierta con su propia sangre, de otros cuando la tortura era conjunta, o en las ocasiones que sus captores buscaban una forma de realzar su ego, cubierta de otros fluidos dudosos, siempre en un estado miserable, tal vez lo hacían porque era la más vulnerable, lloraba siempre fácilmente, al menos las primeras veces, luego, gradualmente se fue apagando.

Pero en todas las ocasiones, siempre había una constante... Lo que miraba directamente, era una de esas armas de los muggles, siempre apuntandole, y detrás de la misma, siempre había algo relacionado a su raza, una seguidilla de insultos y menosprecios, mientras que ella se quedaba quieta porque no quería morir.

Aunque con el paso del tiempo hasta llegó a preguntarse si era una alternativa tan mala.

Por fuera, seguramente solo la verían abrazada a sus rodillas y temblando en el suelo, mientras que decía cosas sin mayor sentido con el contexto del exterior.

N-No importa a donde mire...

Habla, son dirección alguna.

T-Todo lo que hacen es apuntar y odiar...

Esto podría haberse quedado ahí, pero por desgracia eso solo sería para una persona, y ella ya no lo es.

Pues entre su sensación de temor, pudo sentir un rugido desde detrás de su alma.

Y antes de que ella pudiera hacer algo, su cuerpo por cuenta propia se levantó, pues ella ya no estaba ahí para evitarlo, este se levantó sobre sus cuatro extremidades y siseó como si fuera un gato, mostrando sus colmillos, mientras su melena blanquesina se esponjaba.

Reaccionando como un animal acorralado, mientras se movía por el recinto, primero viendo por donde escaparse pues aunque la bestia no fuera capaz de entender los pensamientos, el horror qué la trajo al exterior definitivamente venía de esa arma, por lo que no lo dudó, y saltó justamente sobre la misma, con toda la intención de destrozarla, y tal cual como cabría esperarse de una bestia, sin mayor razonamiento detrás, ya que la pequeña Evangeline ya no se encontraba ahí para manejarse de una forma menos arriesgada.

Dado de trauma:

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'Probabilidad' :