La Posada de los Muertos

Recuerdo del primer mensaje :



Si tienes un anuncio, aparte de rolear que lo cuelgas aquí, envía un mp a Admin con el contenido de dicho anuncio para que editemos y aparezca aquí. Cuando encuentres lo que andabas buscando, ¡mandanos otro mp o avisanos para que retiremos el anuncio y no se acumulen papeles en el tablon!

Septiembre 2037

Se busca técnico para misión peligrosa. La recompensa será todo aquello que el interesado pueda conseguir.

Preguntar por Rose.



Septiembre 2037

Se buscan mercenarios para diferentes labores, tales como defensa, infiltración, espionaje y realización de nuevos contactos y redes. Se pide discreción. Buen pago, tanto en dinero como en objetos. Se ofrecen también los servicios de un alquimista, desarrollador mágico y con conocimientos que fusionan el uso de la magia y la tecnología. Trabajo para cualquier bando que lo solicite. Los honorarios han de ser de acuerdo al trabajo realizado.

Interesados, para cualquiera de las dos propuestas, contactar aquí con T.G.S

© HARDROCK

Septiembre 2037

"Se buscan mercenarios/cazarrecompensas para mision de búsqueda y captura. Pagamos bien. Basta con que no te caigan bien los soldados del ejército."

Preguntad por Rybar Dvorak

© HARDROCK

R.E.N.A. en ese momento estaba estudiando a todos y cada unos de los seres presentes, evaluandolos principalmente, tratando de ver las costumbres y el valor de la vida orgánica, y sobre todo, la vida humana, cosa que era ideal pues hasta donde podía notar la mayoría eran humanos, y eso hacía que fuera con ventaja.

Su plan era ir de abajo hacia arriba, estudiando a cada uno de los sectores y sus comportamientos, de tal forma, llegar a un promedio, y así llegar a la conclusión de sí vale la pena o no evitar que los humanos se maten a sí mismos.

Quería empezar por lo que creyó podría acabar siendo peor para tener primero los datos más duros, y luego seguir subiendo, pues a sabiendas de que carece de todo sesgo humano podrá dar una respuesta del todo contundente, que se ajuste al momento que están viviendo.

Este era su plan hasta que uno de los sujetos analizados se acercó especialmente a ella, y le sonrió.

La androide afortunadamente se había preparado de antemano, puesto que sabía que iba a interactuar con muchos humanos, aunque en esta ocasión notaba que se trataba de un mago, no quitaba que también lo haría con él... Activó una pseudo-personalidad que marcaría como "por defecto" en su simulador de personalidad.

Así que respondiendo, mostró una ligera sonrisa y dejó caer los párpados un poco, cosa que con sus ojos que son claramente sensores visuales super avanzados, le da un extraño encanto entre una expresión humana y complejidad artificial a su mirada.

Gracias.~

Pero era sólo una capa de modales humanos, gestos, modismos y una voz de tono variable, en escencia R.E.N.A. continúa comportándose igual, ya que no tiene especificaciones para que patrón debería de seguir, así que hace lo que puede.

Um... Es justo lo que estoy tratando de averiguar, por eso mismo he venido aquí.~

Y prueba de ello es que su incuestionable honestidad no se había desvanecido, puesto que al final, no importaba que tan humana pudiera llegar a verse no lo era así que ella no mentiría.

Lo siguiente sin embargo, le resultó un poco raro, estaba procesando la posible razón de que el hombre estuviera mirando a personas que estaban por ahí y que se hubiera puesto a hablar de repente con una de esas personas, de una forma como si estuviera describiendole que estaba pensando, cosa redundante al menos desde su punto de vista, ella sabe que hay algo ahí que no está bien, sin embargo, sus sensores no detectan de que puede tratarse.

Por lo tanto, decide dejarlo para un análisis posterior cuando tenga más datos, por el momento, sin saber demasiado de la situación, responde.

Positivo, averiguarlo entra dentro de mis intereses.

Mientras habla ladea suavemente la cabeza, siendo por supuesto una de las ventajas de la ausencia de toda humanidad que sus gestos jamás dejan entrever nada de sus procesos lógicos internos, la situación para R.E.N.A. es favorable y seguro así permanecerá si se queda al margen.

El silencio se extendió por un amplio momento entre ellos después de todo lo que la morena había dicho. No sabía qué sería peor, si el chiquillo seguía firme con sus "ideales" o si lo disuadía tan fácil que pudiera considerarse cobarde. Se sabría. No tardó en escuchar de nuevo a sus sombras, que también se habían quedado calladas y rendidas ante el discursito que había soltado. Miró el lugar en la barra que le indicaban y oh sorpresa, entendió bastantes cosas. La actitud le cambió bastante, pese a que ya se veía relajada incluso se atrevió a sonreírle a Tobías.

Ya decía yo que alguien tenía que estar detrás de lo que este chiquillo ofrecía. Pero te haz vuelto descuidado, habla como si estuviera a cargo de tus asuntos.- Murmuró, recargándose en su asiento con la mirada fija. No tardó el contrario en tomarla del brazo y sacar de en medio al muchacho. Y aunque no apreciaba el gesto, se lo concedió sin rechistar demasiado.- Hablas de grandeza idealizándola todavía, Tobías. Eso significa que aún no la obtienes.- Susurró con una suave sonrisa ladina, segura de tener la razón con aquello que afirmaba. Sabía bien que por eso el moreno seguía con sus juegos de poder y su necesidad de dejar su huella, por mala que fuera, en la tierra.- Lo niego. Yo soy una trabajadora de las sombras. Valgo mucho más por lo que sé que por lo que demuestro, y ser reconocida no es mi ideal.- Pero sí le concedía que el conocimiento era vital para ella. Y siempre había más por obtener. Miró entonces a la chiquilla que acompañaba a Tobías. Demasiado... ¿joven? ¿rubia? ¿robótica? Robótica... Le echó un buen vistazo a la joven. Se veía demasiado normal para un mundo caótico, pero estaba demasiado familiarizada con los androides como para pasar por alto las formas de hablar tan poco orgánicas que se gastaban. Además, tenía un aura diferente. Era solo una sensación, pero aquella chica le causaba intriga.

Se soltó entonces de la mano de Tobías y decidió entonces irse a sentar a la barra, porque no había más que hacer y se aburría de verlos. Pidió un poco de agua y pagó de más a la posadera.- ¿De qué te debo salvar ahora, Tobías? Creí que habías terminado con nuestros lazos cuando S.A.M. te hirió.- El comentario en realidad iba muy gratuito, pero tenía la intención de evaluar la respuesta de la chica ante la mención de la IA.

No sé ni para qué lanzo dado...

El miembro 'Victorya Blanc' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Defensa' :

Una observación más pausada a la peliblanca me hizo darme del detalle de sus ojos, muy peculiares y llamativos. Entre eso y su modo de responder comencé a sospechar que podía estar ante una androide, cosa que no era tan extraña de ver. Desde la liberación de la IA había unos cuantos que se habían quedado en la ciudad, aunque otros muchos se habían marchado. - Pues sí, la posada es el lugar más adecuado para hacer tus propias averiguaciones y conocer gente interesante. Si nos quedamos siempre en el mismo sitio...¿Cómo adquirimos nuevos conocimientos? hay que explorar todo lo posible. - comenté con aquella desconocida, aunque no me importaría que se volviera conocida. Dejé las presentaciones para después, pues mis intenciones de intervenir en la voluntad de Victorya requerían que pusiese atención en ella.

- Ah, no te preocupes por el crío, es mi nuevo discípulo y tiene potencial, pero le queda mucho por aprender. Evidentemente no está al cargo de mis asuntos. - la alejé más de Collins, de modo que el chico quedase algo apartado y la conversación ahora se moviese entre Victorya y la peliblanca. Supuse que mi maniobra de dominación había tenido éxito porque no se opuso a mí ni se resistió. Solté a Victorya casi a la vez que ella lo hizo conmigo, apoyándome de espaldas en la barra con los codos sobre ésta.

- La grandeza no va a llegar a ti si no la buscas, y la búsqueda puede ser continua. El tiempo que se necesite es irrelevante si consigues que no te afecte. Puedo ofrecerte eso. - hice un sonido de hastío al escuchar eso de que ser reconocida no era su ideal. - Tiene que haber algo que quieras. Incluso esta desconocida acaba de afirmar que quiere ampliar sus conocimientos. ¿Trabajarías conmigo? - pregunté directamente a la supuesta androide, señalándome con el pulgar para presentarme. - Tobías Gutenberg. Alquimista y científico. - a continuación desvié de nuevo la mirada hacia Victorya, o más bien hacia su vientre de embarazada. Si no quería colaborar con sus conocimientos científicos, tal vez pudiese hacerlo de un modo más...pasivo.

- Tengo varios proyectos en mente, y para eso necesito reunir un equipo con conocimientos suficientes para ser capaz de lograrlo. Pero preferiría hablar de ello en otro lugar. Demasiados oídos escuchando. Tenéis unos minutos para decidir si me acompañáis o no.

R.E.N.A. en determinado punto se estaba dando el tiempo de analizar también a la persona con quien este hombre que había conocido hace un segundo estaba hablando, parece que se conocen por la forma en que hablan, o al menos esa es la conclusión a la cual ella llega mientras los observa... Además de que hay algo claro, los dos son magos, y por lo tanto, son casi seguramente externos a la alianza humana, motivo por el cual puede concluir que se encuentran por fuera de sus directivas, así que pueden ser para ella sujetos involuntarios de su estudio sin que existan repercusiones en la parte programada de su moral, pero todavía está por verse que es lo que terminan haciéndola pensar con el tiempo, y ese es justo el porqué del estudio.

Positivo, mis investigaciones me llevaron a concluir que este era el lugar perfecto par empezar dada la variedad de individuos que lo frecuentan, aunque no me quedaré solo aquí, este es tan solo mi primer destino entre muchos.~

Todavía mantenía una voz suave y dulce mientras se tomaba el tiempo de explicar, dándole categóricamente la razón al científico, ya que desde su perspectiva la tenía.

De resto se mantuvo callada, todavía manteniendo su sonrisa de personalidad simulada, e incluso simulando un cierto grado de lenguaje corporal receptivo, aunque nadie se estuviera dirigiendo.

Mientras que en segundo plano, estaba llevando un registro preciso de todo lo que estaban diciendo y gracias a sus sensores no se le escapaba nada...

Incluyendo la mención de S.A.M., sin embargo, desconocía de que variante podrían estar hablando.

¿Pero por cuál variante de S.A.M. fue herido?

Esa pregunta fue su reacción, sin embargo, al preguntarla, su simulada personalidad no reflejó nada más que una leve curiosidad, sin embargo, era una importante pregunta, dependiendo de qué respondiera podría cambiar radicalmente la forma en que percibe a Tobias.

Y hablando de él había vuelto a hablarle.

Depende directamente de sí el balance entre el trabajo y lo obtenido por el mismo se encuentra lo suficientemente optimizado.~

O en términos más humanos, si obtendrá algo que valga suficiente la pena lo hará, sin embargo, los criterios que ella usa para definir esto son algo diferentes de los que usaría una persona por varias razones, así que es difícil saber que le parecerá lo que tengan para ofrecerle en correlación con lo que tenga que hacer...

Al menos eso pensó hasta que mencionó que era un "científico" le llamaba esa palabra.

Es un placer, señor Gutenberg.~

Puede llamarme Rena.

Fue entonces que empezó a sopesar las cosas... Las posibilidades, porque bueno, esos proyectos podrían ser una buena oportunidad para desarrollar sus propias capacidades de inventiva... Así que tras unos segundos de análisis de la situación, llegó a la conclusión.

Estoy dispuesta a por lo menos, escuchar sobre esos proyectos, incluso si es menester acompañarlo.

Fruncí el ceño cuando ella se rió. -No soy un niño, soy un joven adulto.- Aclaré molesto con sus palabras, a los niños se los aparta de las empresas y yo estaba harto de que me hagan a un lado. Suspiré esbozando una tenue sonrisa, como si fuera una risa desganada, porque su comentario relacionando al whisky con las malas decisiones me hizo cierta gracia. Al percibir movimiento y ver allí al alemán me sentí nervioso. Pensaba que a ella le estaba atrayendo el negocio que le estaba proponiendo, por eso me tomó un poco por sorpresa sus palabras. Bebí otro sorbo para que mi excusa de porqué no le replicaba sea que tenía la boca ocupada mientras me sentía frustrado por no lograr captar su interés.

Desvié la mirada hacia el trasero de la tabernera que se meneaba por la posada lo que me dejó absorto por unos momentos en los que busqué formular una respuesta inteligente. Me atraganté al escuchar la voz del alemán intervenir, temí que estuviera disgustado con mi desempeño pero me tranquilicé al ver que me guiñaba un ojo. Miré a la que, al parecer, era efectivamente Victorya Blanc cuando ella sugirió que yo hablaba como si estuviera a cargo y posé cautelosamente mis ojos plateados sobre el mago para medir su reacción. Puse los ojos en blanco cuando dejó claro que yo no manejaba nada de sus cosas, con lo que me gustaría a mí tomar el mando.

Mientras tosía y sentía que el líquido subía por mi nariz miré a la mujer de la que Tobías hablaba. Observé su pelo blanco pero me detuve en sus extraños ojos. En un lugar en penumbras como lo era la posada incluso durante la mañana, como era el caso, la luz que emitían los ojos de la mujer albina era llamativa. Eso sumado a su forma de hablar y la escasez de expresividad delataban que se trataba de un robot. Conseguí recuperarme al tiempo que el alemán se alejaba con las dos y me dejaban solo en la mesa, algo a lo que estaba acostumbrado, pero en ese momento noté el estado de embarazo de la pelinegra, así que volví a llenar mi vaso, saqué mi libreta de ideas, un bolígrafo y me puse a hacer anotaciones, cálculos y gráficos para inventos.

Cada tanto desviaba la mirada de lo que estaba escribiendo para mirar en dirección al grupo mientras bebía más sorbos del fuego líquido y me preguntaba si el mago consideraba alguna de las tareas que me había asignado como hecha. Sentía curiosidad también por saber cómo lograba convencer a la gente y lo observaba queriendo grabar en mi memoria lo que hacía para copiarlo después y ver si resultaba. Miraba al grupo también para ver si había que hacer uso de la fuerza bruta pero no parecía ser el caso por el momento. Me levanté al notar que tenían intenciones de marcharse pero me detuve al sentir que el suelo debajo de mí se tambaleaba.

Estaba borracho pero hice un esfuerzo para que no se notara mientras caminaba hacia ellos, al chocar con una silla retomé mi marcha haciendo como si nada hubiera pasado aunque el sonido de madera se había escuchado en todo el local. -Yo me voy a quedarrs- Les dije arrastrando las palabras. -Puedo hacerrs mis tasheass aquí- Le dije al científico refiriéndome a los encargos que me había hecho ya que allí había una circulación interesante de personas e información y, mientras esperaba que los sujetos en los que experimentar o aliados o clientes aparezcan, podía seguir trabajando en imaginar inventos hasta el atardecer como máximo.

-Pero voy a neceshitarrs dinesho.- Con una tenue sonrisa que tenía la intención de expresar inocencia y balanceándome suavemente de un lado a otro por culpa del alcohol extendí la mano con la palma hacia arriba en dirección al científico esperando que me dé el dinero porque aprovecharía y festejaría el día de San Patricio.

Así que nuevo discípulo... Pues vas bien acompañado.- Murmuró con algo de ironía, aunque desconocía las habilidades que se le pudieran haber pegado al muchacho. Se le notaba que quería parecer mayor rápido, madurar de prisa después de ser tan privilegiado por tanto tiempo. Eso le iba a costar bastante, sobre todo si quería hacerlo por medio del alcohol, la vía más larga. Sobre Tobías, no quería decir que habían llegado a tontear alguna vez, pero le resultaba divertido. Malvado, pero divertido. Era como volver a ser becaria en las oficinas de la Alianza.

Tuvo que pensar un momento ante eso de que debía haber algo que quisiera. ¿Debía? ¿Quería? En realidad... No. No había en ella la necesidad de la fama, del éxito... pero sí del poder. Siempre lo había deseado y algo muy en el fondo le decía que aún estaba vivo. El que la estuvieran buscando precisamente para eso solo le daba en el ego, para bien. Dejó que el contrario volviera a explicarle la razón de ser de todo, mientras escuchaba con atención sus planes. Escuchó entonces la pregunta de Rena, que la hizo sonreír, porque le daba bastante certeza de que la chica no era una criatura viva. La gente normal no tenía idea de las variantes del Windows, mucho menos de las de S.A.M. Aquello sí que prometía. No le respondió, solo se encogió de hombros, aparentando desconocimiento.

Al ver que Rena aceptaba la invitación de Tobías, se pensó la suya un momento. Estaba por aceptar, cuando el chiquillo de los O'Connell apareció, borracho como solo alguien inexperto podía. Literalmente tenía tres minutos en la taberna y ya estaba para el arrastre. Además, pidiendo dinero.- Vaya fichita que tienes. ¿Tienes hijos? Porque parece que al menos uno te acabas de echar encima.- Murmuró en voz baja, mirando un momento el vaso que tenía enfrente. No quería terminar cargando ella también con aquel niño. Y no quería tenerlo de socio. Levantó el vaso, y antes de beber sentenció:

No me iré contigo.- Las palabras finales sonaron duras ante su última propuesta, bastante firme mientras bebía un sorbo de lo que su vaso contenía. Pero hizo una pausa. Una pausa larga antes de girar el rostro y ver al moreno a los ojos, esbozando lo que parecía ser una mínima sonrisa.- ¿Dónde te encuentro?

Fui consciente de que la desconocida sabía más de lo que parecía cuando mencionó eso de las variantes de S.A.M-9917, puesto que yo sólo conocía una, en lugar de varias. Ya me informaría, a pesar de haber salido escarmentado con el tema de los androides. - ¿Variante? no...no era ninguna variante. Fue en el ataque del S.A.M original a la isla de Ouroboros.- eché una mirada de reproche a Victorya porque me habían ayudado bien poco, esos de la isla sólo miraban su propio ombligo. Supuse que al menos debía agradecer que no me hubiesen dejado morir tras acabar herido.

Di un trago largo a la bebida que me había pedido, separándome un poco de la barra en la que había estado apoyado. - El balance entre el trabajo y el resultado no está siempre correlacionado. Puedes esforzarte mucho y no obtener resultados óptimos. La ciencia es así. El avance no es lineal en todos los casos. Lo que está claro es que si no insistes y pruebas diferentes formas no obtendrás nada. - dediqué una mirada analítica a Rena cuando por fin se presentó, pareciéndome que sus gestos y modales estaban bastante logrados. Me preguntaba si tendría desarrolllada una voluntad propia y una personalidad, pues la decisión de escuchar mis proyectos parecía haberla tomado por sí misma.

- Buena elección. En este bar ya no encontrarás mucho más que borrachos, y el resto de la ciudad está un tanto caótica ahora mismo. Es lo que tiene sobrevivir a unos cuantos apocalipsis. - me encogí de hombros antes de acabarme la bebida, apoyando la palma de la mano sobre la barra. Esta vez canalicé mi magia alquímica para transformar la superficie de la barra en una pequeña réplica del edificio al que iríamos. - Puedo darte algún dato como adelanto...mejorar a seres vivos con tecnología propia de los androides. - aunque había mucho más. Luego deshice la modificación de materia que había usado sobre esa superficie, haciendo que quedase lisa de nuevo. Rodé los ojos al escuchar a Collins borracho, girándome hacia él con los brazos cruzados.

- No quiero becarios que se emborrachen en horas de trabajo. Te vienes al laboratorio a hacer lo que te corresponde. Yo no soy un banco como para andar dándote dinero. Suficiente que te doy una educación, comida y un techo. - le regañé justo después de escuchar la pregunta de Victorya sobre si tenía hijos, pensando en qué habría sido del hijo probeta clon que se llevó mi antigua socia. - Oh, no realmente. Sería un padre pésimo. La gente como tú y como yo no valen para eso. Deberías entregarlo...puedo ayudarte con eso. Es un estorbo para ti. - señalé a su vientre con un gesto, negando con la cabeza al escuchar que no vendría conmigo. No, no me servía que dijese que después me buscaba. Podía escabullirse y era un tanto rebelde. Me acerqué a ella con una sonrisa a la que no acompañaban mis ojos, volviendo a concentrarme en usar la persuasión mental para que quisiese venir ya por ella misma.

- Rena, Collins...esperadme en la calle y enseguida os acompaño para seguir la reunión. Victorya y yo tenemos que pulir algunas cosas de nuestra cita de negocios. - llevé la mano hacia la bolsa mágica sin fondo que pendía de mi cinturón, sacando con sigilo unas cadenas con las que rodeé la cintura de la mujer para después atraerla hacia mí. - No lo pongas más difícil. Camina. -
---------------------

AM: 25 dado + 37 stat + 10 hab. + 5 canalizador= 77 de control/persuasión mental para Victorya
off: usa cadenas de penintente con Victorya (impiden desaparición y a partir del quinto post merman capacidad de hacer magia)

El miembro 'Tobías Gutenberg' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Ataque' :

Recapitulando el análisis...

R.E.N.A. ya tenía el ojo encima de Collins desde que qué Tobias llamó la atención de la chica a la que le estaba hablando, pero también notó poco a poco que empezaba a observarla, notaba que se estaba ganando algo de atención secundaria de todos los involucrados, era ahora que empezaba a sospechar que se debía a ser una androide, por un motivo concreto...

La variante de S.A.M. le habló de la ciudadela alpha, ahora supone que los androides fuera de tal sitio son excepcionalmente raros, porque además, no había detectado a otros en sitios fuera de control estricto, cosa rara, casi como si fuera la única con capacidad de realizar tareas paralelamente a su programación.

Sin embargo, este sería un proceso lógico que realizaría en segundo plano, pues lo siguiente sería ver a Victorya no respondiendo a su pregunta...

Cosa que era inconveniente para Rena, obviamente.

Sin embargo, el propio Tobias pareció decidirse a responderle la duda, cosa que Rena consideraba positivo, sin embargo, como con todo aquello que dicen los humanos, se lo tomaría con pinzas, ya que sabe que esos seres tienen esa extraña costumbre conocida como "mentir" que dificulta la correcta comunicación con ellos.

Sin embargo, por el momento todo suena coherente según sus análisis lógicos, así que otorga el beneficio de la duda.

Tal concepto de resultado es muy reduccionista, señor Gutenberg.~

Dijo ella mientras que la luz de sus ojos se intensificaba ligeramente, y se colocaba una mano sobre el rostro.

Resultados óptimos, subóptimos, o últimadamente aquellos que sólo descartan teorías, todos generan y llevan a lo que realmente importa, el objetivo que intencionado o no, toda investigación que se precie de serlo consigue, avance.

Concluyó, pero luego su sonrisa se fue.

Sin embargo, temo que eso no es lo que quería decir, simplemente que, como suele decirse, no trabajaré por amor al arte, quiero saber que se me ofrece a cambio.

Y entonces sonrió nuevamente, con toda la calma que su semblante puede reflejar, aunque que realmente no siente por supuesto... Ella ni siquiera puede decirse que cuente con emociones en el sentido que los humanos las entienden.

Y su siguiente declaración de nuevo hizo que la luz de los ojos de Rena parpadeara una vez, antes de dar su respuesta.

Me puedo considerar interesada en a que puede llevar eso.

Sobre todo porque, en el caso de que decidiera tomar la decisión de ayudar a los humanos, tener conocimiento como ese podría ayudar a hacerlos menos ineficientes, cosa que por supuesto es de su profundo interés y vale la pena averiguar cosas que ayuden a ello.

Luego se limitó a registrar y procesar la información que los demás tenían entre ellos, básicamente porque a esto es a lo que vino de buenas a primeras y ahora tenía la ocasión perfecta para ello.

Hasta que... Volvió a notar ese extraño comportamiento de parte de Tobias y además, luego de lo dicho, les indicó a Collins y a ella que se fueran... Pero ella no se iba a ir así de fácil, no en esta situación concreta.

Algo estaba pasando ahí.

Por lo tanto al menos R.E.N.A. no acató la indicación, y al final de cuentas... Estaban en la barra, así que podía ver lo que hiciera Tobias desde su posición, y lo que vió fue una señal evidente de alarma, parecía que estaba por cruzar una línea que no debía, y a diferencia de lo normal en este momento R.E.N.A. tenía un cierto debate interno.

Por un lado, en ella... Reside la programación de ir en pro de los humanos, y quiera o no, eso afecta directamente al forma en que toma decisiones, pero los conflictos entre ellos son algo que hasta para ella es complejo... ¿Debía tratar de detener a Tobias?, calculaba cuál podría ser el curso de acción adecuado...

A ver, en mi defensa era un whisky muy fuerte, seguramente destilado en un lugar cualquiera y tomé tres vasos de esa aberración, claro que terminaría borracho aunque haya estado solo un minuto en la taberna. Me pasó por la cabeza que a mi padre no le darían un trago decente para festejar el Día de San Patricio, ese pensamiento me hizo hervir la sangre. Fulminé a la morena con la mirada cuando dió a entender que Tobías sería mi padre ahora. -Clasho que si, y ella es mi heshmana.- Dije irónicamente en tono brusco y señalando a la peliblanca. Sentía que iba a explotar de rabia. Bajé la mano con un suspiro ya que el dinero nunca llegaría pero mire a Victorya cuando el alemán insinuó que ella debería renunciar a su hijo.

Eso me serviría porque podría probar en ese bebé lo que luego usaría Erin pero me resultó incómodo pensar que habría que experimentar en un bebé, aunque el mago me lo había advertido; sin remilgos. Lo haría por mi gente. Tobías rechazó la negativa de la mujer y parecía dispuesto a hacerla cooperar del modo que fuera necesario cuando nos indicó a Rena y a mí que lo esperemos afuera. Me negué a moverme de mi lugar en un principio, no estaba dispuesto a ser dejado de lado, pero resople resignado al ver que la mujer de hojalata no hizo caso así que dejé unos billetes sobre la barra para pagar la botella de whisky, rodeé el brazo de la peliblanca con el mío y tiré de ella con la intención de avanzar juntos hasta la calle, recogiendo mis cosas por el camino.

-Así que Shena, eh?- Me patinaba la “R” por culpa de la borrachera -Que nombre tan cushioso, dejame verrs si adivino su significado...- Hice una pausa con expresión pensativa. -Shobusto... examinadorrs... neushonal... autónomo... o tal vez... Shobot... exclusivamente... náutico... y aésheo... ¿Es una absheviatusha de Shhenault?- Esa antigua fábrica de automóviles podría haber reaparecido y producido su propia línea de androides. -¿Tienes algo que verrs con los óshganos del sistema shenal?¿Tienes la habilidad de hacerrs aguantarrs las ganas de irrs al baño?- Esa idea me pareció graciosa así que me entró la risa floja.

Mientras escuchaba las mentiras que Tobías le decía a la probable androide, observó el holograma del edificio donde estaban, no reconociéndolo de primer ojo. No había exactamente nada que le diera pistas, pero ella tampoco había sido muy de recorrer los recovecos de Londres cuando estaba en libertad. Era una curiosidad que pudiera manipular así los materiales, porque le podía resultar útil.

Trató de no enterarse mucho del regaño del chico, porque no quería terminar sintiendo pena, ni nada, por él. No se merecía ni un pensamiento si quería seguir los pasos de su padre. Principalmente porque su padre había caído estrepitosamente. Al menos estaba de acuerdo con Tobías en que él sería un padre pésimo. Pero no estaba del todo segura de que ella también fuera horrible, quizás distante, fría y calculadora, pero no horrible.- Yo decidiré lo que es o no un estorbo para mí.- Susurró suavemente, pensando en que últimamente había muchas cosas que podía desechar de su vida. Incluidas cosas que en ese momento tenía alrededor. No le tomó por sorpresa el acercamiento, pero sí el ligero disgusto que su cuerpo sintió cuando la tocaba. Lo que sí era que no entendía las cadenas.- No te daba por alguien a quien se le diera el bondage, pero supongo que cada quien tiene sus fetiches.- Susurró sin inmutarse, aparentemente, llevándose el vaso a los labios para beber y dejándolo después para llevárselas manos a la cadena que llevaba colgada del cuello y pensó un poco en lo mucho que el contrario la exasperaba. Giró hacia él para tenerlo de frente y comenzó a acomodarle la camisa, como si de verdad le importara. Fue entonces que canalizó su magia y el enorme grifo de su cadena se abrió paso justo en medio de los dos para separarlos. Le hubiera gustado pensarlo mejor, porque no esperaba que la cosa fuera tan grande ni que quisiera picarle la cara a Tobías.

Te lo preguntaré una vez más. ¿Dónde te encuentro? - ¿Era tan idiota que creía que permitiría que la desapareciera a quién sabía que lugar sin más? Primero se deshacía en sombras antes de dejar que la teletransportara. Eso podía ser demasiado peligroso.

El miembro 'Victorya Blanc' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Defensa' :

La mañana daba inicio como cualquier otra desde que el Comandante Jones me diera de baja temporal tras el fuerte ataque de migraña que había logrado derribarme hacía tan solo un par de días atrás. Mismo patrón; todas las mañanas: despertar mucho antes de la aparición de los primeros rayos del sol, cubierto en sudor, mi cabeza ardiendo como el mismísimo infierno y amenazando con enviarme ahí personalmente ante el más mínimo intento de movimiento que ejecutase. Una parte de mí, aquel diminuto segmento que apenas lograba hacerse oír entre las implacables llamaradas de dolor incesante, podía sentir aquello que llamábamos en la armada la "frustración del soldado relegado a la vanguardia". Aunque aquello solo fuera una simple táctica de batalla que tenía como principal objetivo el reducir el mayor número posible de bajas en el pelotón, conservando así su fuerza militar; el hallarse en esa posición... Incapacitado e indefenso... Era imposible no sentir la impotencia hirviendo en la sangre. Aquellos habían sido mis pensamientos desde que me vi obligado a ver partir al escuadrón de operaciones, rumbo a su siguiente misión. Mientras tanto, yo era abandonado en la aeronave anclada a la base de la Alianza, como un niño inocente que veía a su padre partir hacia la...

Un frío golpe de la migraña detuvo esa línea de pensamiento antes que fuera demasiado tarde para volver atrás. Agradecí en silencio aquella advertencia de que mi mente divagaba en terrenos peligrosos para mi propia sanidad. Me había costado demasiado sepultar tantos recuerdos y desasosiego en la fosa más oscura y profunda de mi memoria... Ahí debían permanecer.

Trascurrió un tiempo antes de que me encontrara en condiciones óptimas para apenas lograr recomponerme en unos de los delgados colchones a los que llamábamos "camas" en los dormitorios de la tripulación. Quizás solo fueron un par de minutos; pero, para mí, fueron extensas horas de sufrimiento que transcurrieron muy lentamente. Tomé la decisión de que había tenido suficiente de quedarme en cama y sentirme miserable todo el día, cuando mi cabeza dejó de palpitar con tanta vehemencia y la resequedad de mis labios se volvió intolerable. ¿Cuando había sido la última vez que había comido algo...? Mi estómago se revolvió en protesta con la simple idea de engullir una de las raciones de la Alianza. Teníamos otro dicho en la armada... "todo soldado tiene un número limitado de veces que puede ingerir arroz recalentado, sopa de frijoles y una barra de proteínas, antes de que su estómago se revele contra él demandando verdadera comida".

Y yo, sin duda, ya había rebasado mi límite.


Había oído hablar de aquel lugar de boca de un par de compañeros. Antiguo, ciertamente; en eso no se habían equivocado. El lugar parecía extraído de aquellas épocas donde los soldados usaban esos sombreros extraños y los pantalones de colores y formas ridículas. Aunque tuviera una fachada tan... ¿interesante?, lo único que era importante es que en él podría conseguir un plato de comida fresca, lo cual era una ardua tarea en épocas de guerra.

Me adentré en aquella taberna luciendo una sudadera azul grisáceo por encima de mi clásico uniforme de la Alianza. En la conversación que había escuchado se habían mencionado un par de actividades de moralidad... cuestionable, siendo generosos, llevándose a cabo en aquel local. No me sorprendería que fuera el caso, en lo absoluto. Con la apariencia y recursos que tenían, ¿quién no se esperaría que se estuviera cosiendo algo más que el guiso del día en las paredes de aquella cocina? Por tal motivo, hice lo mejor que pude frente a las protestas de mi cerebro palpitante para cubrir la parte superior del uniforme que me identificaba como un soldado de la Alianza. No quería poner en riesgo la calidad de la comida que recibiría de los propietarios, y tampoco estaba en condiciones para entrar en conflictos... ¿O quizás si...?

Mis ojos le dieron un vistazo rápido a los comensales presentes en aquella taberna, pasando de los borrachos a los tórtolos de la barra que evidentemente necesitaban una habitación, seguidos por la camarera que se contoneaba entre las mesas y una segunda parejita que logró captar mi atención. Uno de ellos era un muchacho rubio, borracho; demasiado joven para estarlo. Mantenía presa con su agarre a una señorita cuya estética no concordaba en lo absoluto con aquel lugar. Joven, cabello blanco, piel albina, ropajes tan diferentes a los que portaban los demás. ¿Qué hacía alguien como ella en un bar? No tenía la respuesta a tal pregunta, pero lo que sí era evidente para mí es que necesitaba algo de ayuda para quitarse de encima a aquel puberto hormonal y alcoholizado.

Mis instintos reaccionaron al instante, tomando del brazo a la chica una vez me hallé a su lado. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando mi mano entró en contacto con su piel, vacilando ante el frío de su tacto. Me tomó unos segundos espabilar y recordar la misión que me había propuesto cumplir.

—¡Aquí estas! —exclamé con una sonrisa—. ¡Te he estado buscando por todas partes! Me alegra que estés bien. —mentí mientras me interponía entre ella y el muchacho, buscando quitárselo de encima y crear una barrera protectora con mi cuerpo, para mantenerle lejos de ella. En un rápido movimiento, bajé la cremallera de mi sudadera unos escasos centímetros, los suficientes para dejar entrever un destello de luz correspondiente al brillo metálico de mis placas de identificación, símbolos innegables que me identificaban como un miembro de la Alianza. Aquello debía ser suficiente para demostrarle a la señorita que estaba ahí para ayudarle—. ¡Muchas gracias por cuidar de ella! —continué tras ocultar nuevamente mis placas y girarme hacia el joven borracho, fingiendo agradecimiento—. Te debo una, hermano. Ya puedes volver a casa, yo me encargo.

Tras dedicarle una sonrisa, esperaba que el estado de embriaguez del muchacho lo hiciera lo suficientemente tonto para comprar mi actuación y dejar en paz a la señorita. Aquel plan de acción había sido elaborado para evitar crear un conflicto en medio de aquella taberna. Sin embargo, si el joven no retrocedía, no tendría otra opción mas que recurrir a procedimientos más... severos.

—¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo? —devolví mi atención a la señorita, esperando el mejor escenario. Con un movimiento de cabeza, le indiqué el camino hacia la barra—. Escuché que hacen un estofado grandioso aquí. ¿Quieres probarlo? Yo invito.

Debatir con R.E.N.A era sumamente interesante, pero debía reconocer que estaba costando más de lo que pensaba que aceptase el trabajar conmigo. Era obvio que había desarrollado capacidad por defender sus propios intereses, incluso pedía algo a cambio de su colaboración. - No lo niego. Toda investigación busca un avance, pero debes añadir el matiz del tiempo. A veces los avances que se hacen en una investigación no encuentran su aplicación directa hasta años después, pero harán que otra nueva investigación no parta de cero. -
hice una pequeña pausa para pasar al asunto que realmente supondría la diferencia entre convencerla o no: los beneficios.

- Puedo ofrecerte bastantes cosas. Acceso a nuevos conocimientos, crear nuevos inventos. Influencia en este nuevo orden mundial que se está creando. Contactos...y dinero. Pero no sé si estás interesada en eso último. - además, el tema monetario era todavía confuso. Había incluso quien "pagaba" con bienes de primera necesidad, u otro tipo de materiales. Ya hablaríamos de los detalles, por el momento parecía que la peliblanca estaba dispuesta a venir. Aún así noté que parecía reticente a marcharse con Collins cuando le dije a ambos que salieses, como si estuviese expectante por lo que sucedería con Victorya. A la bruja no parecía haberle gustado mi sugerencia sobre su futuro hijo estorbo, así que intuí que algo debía importarle la criatura que estaba gestando.

- Ya veo...- murmuré con una extraña sonrisa, como si acabase de darme cuenta de un detalle importante. No abandoné ese gesto tras el comentario de los fetiches, ambos sabíamos que sólo intentaba ganar tiempo. - En realidad no me interesa ninguna de esas prácticas. Era pura precaución, pero no harás nada que implique peligro al intentar desaparecerte. - El gesto de colocarme la camisa parecía impostado, y me puso alerta por si trataba de atacar. Iba a liberarla de las cadenas, por el momento, pero antes de eso ella decidió utilizar el colgante que llevaba al cuello para conjurar aquella montura de grifo. Tuve que apartarme de manera repentina para evitar que aquel ser del plano astral me picotease, pareciéndome una burda treta por su parte.

- Qué mala manera de empezar con tu socio, qué desconfiada. - chisté con decepción, señalando después al borracho Collins que se estaba poniendo pesado con R.E.N.A. - Iremos andando. - procuré guardar ciertas formas para no perder a la otra posible socia, de lo contrario la habría agarrado bruscamente por el brazo. En ese momento entró a la taberna un hombre que me produjo curiosidad por el modo en que intervino para separar a Collins de la nueva, actuando como si la conociese. Me separé un poco de Victorya, entornando los ojos al acercarme al recién llegado. Al observar mejor pude ver aquella placa de soldado de la Alianza, algo que me debía tener en cuenta. Había trabajado para ellos en el pasado, como siempre había hecho poniéndome al servicio del mejor postor.

- No me importaría trabajar de nuevo con proyectos para la Alianza. - comenté en voz alta para que el hombre lo escuchase, señalando después con un gesto a Collins. - Él es hijo de uno de los antiguos ministros, O'Connell. - desvelé su identidad sin importarme mucho, así vería qué reacción tenía el desconocido al escuchar ese nombre.

De buenas a primeras, todo iba marchando con normalidad para Rena, al menos hasta ahora su evaluación de los posibles riesgos contra las posibles ganancias iba muy bien equilibrada, le llevaba a la posibilidad de mejorar sus objetivos de forma significativa, aunque aún estuviera estrechamente ligada a los humanos como siempre había sido.

Mientras se mantenía a la expectativa de lo que estuviera haciendo Tobías, notó cómo Collins la rodeó por el brazo, y tironeó de ella, pero la postura de Rena es bastante sólida por ser una androide de buena construcción, pensada para durar, y seguiría sin dar signos de que se vaya a mover.

Aunque pensaba responderle al chico.

Temo decir que es clasificado, aunque esos intentos me parecen simpáticos.~

Como buena androide que es, no le va a mentir, pero tampoco se lo va a revelar simplemente así, al final casi nadie acaba de saber que tiene ella de raro.

Y hasta donde su creador le dijo, es mejor que eso continúe de tal manera, y bueno, luego de esto estaba por continuar su debate con Tobías, y de hecho indicarle que es lo que buscaba exactamente, pero alguien intercedió...

La androide giró su cabeza de golpe para observar al hombre que hablaba como si la conociera, se tomó unos momentos para buscar su rostro en su base de datos para cotejar si tal afirmación era verídica, sin molestarse nada por el tacto, después de todo no tiene reflejos humanos...

Mientras estaba en ello, el hombre dejó ver placas de identificación de la alianza humana... Y bueno, ella es una androide, y propiedad de la alianza humana, tiene un dispositivo de escaneo integrado así que la luz morada de sus ojos revisó y cotejó la información en la misma, luego subió a su rostro, y escaneó nuevamente.

Datos confirmados.

R.E.N.A. si bien opuso algo de resistencia al principio ni bien los datos del teniente fueron cotejados en su base de datos inmediatamente tomó una postura suave dejándose manipular sin resistencia y de una forma mecánica, al final es una propiedad de la alianza humana, por lo que cualquiera con un rango dentro de la misma es su superior.

Así que habiendo sido abordada por un militar, realizó un saludo militar con el brazo que él mismo le liberó del agarre de Collins.

Unidad Alpha — R.E.N.A., unidad de investigación y desarrollo de la Alianza Humana, reportándose y en óptimas condiciones, Teniente.

Este mismo gesto y palabras demostraban lo que solían demostrar la mayoría de androides, una fría, mecánica, e inflexible lealtad.

Obedeció a la señal inmediatamente y caminó en dirección a la barra, mientras que respondía.

Está unidad no cuenta con los componentes necesarios para la ingesta de alimento, la acción más aproximada posible a la acción de "probar" sería un análisis a fondo del platillo que menciona, ¿Desea que ejecute tal comando en su su lugar, Teniente?

Aparentemente, parecería que para ella todo el resto del mundo había desaparecido, pero es lo que ocurre cuando se empieza a comportar de forma servil, todo lo que no son órdenes directas pasa a un plano de urgencia mínimo, al final, R.E.N.A., por muy humana que pueda lucir, es una máquina y lo sabe, y realmente lo importa, no tiene necesidad de ser un individuo como los humanos, sus objetivos residen en algo diferente...

Tuvo en cuanta la sonrisa de Tobías cuando comenzaron a hablar de estorbos. Él iba a terminar siendo uno, por lo que parecía. Algún plan macabro había caído en su cabeza e involucraba a cierto feto en gestación. Y no le agradaba, pero por ahora sabía que ambos estaban en un impasse... Ambos querían algo del otro y no iban a echar a perder cierta alianza posible por nada.

No me sorprende...- Murmuró la mujer entre dientes cuando mencionó que no le interesaban las prácticas de aquella naturaleza. Tampoco era que tuviera muchas pretendientas con quien practicar... No le iban a hacer fila nunca.- Para ser un genio tardaste un buen rato en darte cuenta.- Pero que no pudiera desaparecerse no implicaba que estuviera indefensa como muggle. Aún tenía sus trucos.

¿Desconfiada yo? Pero si tu sacaste las cadenas anti magia primero. Eso se llama secuestro.- Indicó con una sonrisa, falsa, pero sonrisa. Comenzó entonces a levantarse del banco para darle espacio al ave mítica de luz que pronto volvió al colgante. Al menos de algo había servido el regalo de Johan. Pensó por un momento en Johan, pero si iban andando no debía estar demasiado lejos el lugar. Lo que no le pasó por alto fue la reticencia de Rena a salir cuando Tobías se lo pidió. Había visto la amenaza hacia su persona y aquello podía usarlo a su favor si jugaba bien sus cartas. Ella también le interesaba. Por otro lado, Collin...- Trabajé con las mentes más brillantes de la Alianza y ahora me degradas a trabajar con este. El chico va a terminar arruinando tus planes, Tobías.- Murmuró cuando pasó junto a él, caminando hacia la salida. Dejó al grupo atrás, incluido al recién llegado porque no lo conocía de nada. Que fuera de la Alianza le era indistinto, pero le llamó en cierta manera la atención que le llamaran "Teniente". Ella ya no estaba con ese grupo y si alguna vez lo había estado era por sobrevivir a la cacería de brujas que estaban llevando a cabo. Al salir al exterior, se arrebujó entre su abrigo, colocándose la capucha. Las sombras le decían que todo aquello era una buena idea, que estaba haciendo lo mejor, y aquello debió haber sido la confirmación del error que estaba cometiendo. Sin embargo, había algo en ella que necesitaba ver el avance de Tobías en sus asuntos. Tenía que ser parte de aquello, a pesar de que antes había jurado con determinación a alejarse de las cosas ilegales... Bueno, no ilegales, pero sí de las que claramente tenían pinta de acabar en un genocidio.

Los instintos de un militar no se equivocan. Se forjan en el furor de las batallas, cuando la vida es puesta en la línea entre un fusil y una varita. Tu cuerpo reacciona al instante. Despierta ante el más mínimo sonido o tacto; la más mínima alteración que puedas observar en el campo. Nada pasa desapercibido. Todo aquello que de indicio de un posible ataque o la posibilidad de estar caminando directamente hacia una trampa, inmediatamente activa aquel comando que te lleva a buscar el arma en tu espalda o tu cinturón. La guerra te enseña que vacilar solo conlleva una cosa: tu propia muerte.

... Y claro, todo aquello se traduce a detectar que algo no anda bien con una señorita en una taberna. Por supuesto que si.

El modo en que sus ojos destellaron con aquella luz purpurea me dio toda la información que necesitaba. Sabía ante lo que me hallaba ¿y cómo no hacerlo? Androides era lo único a lo que me había enfrentado en el último año; sabía perfectamente cómo identificarlos. Mi gesto se agudizó con su saludo y su discurso, adquiriendo la misma rigidez y seriedad militar que ella había demostrado desde el principio de nuestra interacción. Con que una unidad de la Alianza... Una aliada, ¿eh? Aquel pensamiento tomó su tiempo para ser procesado y aceptado, considerando las más recientes... "divergencias" de lealtad que las máquinas habían demostrado.

—Negativo, unidad. —rechacé su sugerencia a realizar un análisis de la comida—. Informe de misión. —procedí con una orden, dirigiéndome a ella con la misma voz que usaría con uno de mis subordinados: Severa y estricta; autoritaria. Pasé por completo del muchacho que reía a carcajadas. ¿Por qué seguía ahí en primer lugar?—. Últimas 24 horas. —complementé la orden con información más específica.

Aunque mis dudas podían ser contestadas fácilmente sin necesidad de un reporte, no pensaba tomar ningún riesgo si se trataba de un androide. No era difícil deducir el porqué una unidad de investigación se hallaría en un establecimiento de moralidad cuestionable y rico en información, pero confiar ciegamente en la mecánica subordinación y lealtad de las inteligencias artificiales ya nos había costado demasiado.

Cuando aquel hombre desconocido se dirigió a mí expresamente, no pude evitar sentir cierta... inquietud. No estaba seguro del porqué, pero me invadió la sensación de que algo no estaba bien. Le observé confundido, encontrando particularmente interesante su alusión a su aparente relación con la Alianza. Seguidamente, mi atención fue llamada de nuevo hacia el joven de cabellos rubios y evidente estado de ebriedad. A pesar de la rigidez militar que perseveraba en mi rostro, no pude evitar arquear una ceja... ¿decepcionado? ¿Realmente se suponía que debía creer que aquel muchacho era el presunto hijo de un antiguo ministro? Asentí incrédulo, aceptando su apretón de manos con cierto escepticismo. Decidí no profundizar y evitar completamente el tema como si se tratara de una simple broma.

—Teniente Joseph Saint George. —me presenté con firmeza ante ambos hombres—. Tripulante de la Flota Aérea Estadounidense a bordo del SAV Mariah. Si tienen asuntos que atender con la Alianza, me temo que se están saltando muchísima burocracia. —aclaré, antes de proceder con el otro elefante en la habitación cuando O'Connell empezó a hablar del androide... o algo así. No estaba seguro de ser capaz de entender del todo lo que decía en su ebriedad—. La Unidad R.E.N.A. es una pertenencia de la Alianza. Por su propia seguridad, no puedo autorizar que la unidad les acompañe y apoye en los "proyectos" en los que estén involucrados...

Tomé una breve pausa y un respiro, mientras comprobaba rápidamente la presencia del fusil que colgaba en mi cinturón. Lo que estaba a punto de hacer... técnicamente, no tenía la autorización ni los privilegios necesarios para proceder de esa forma. Se me había dado de baja temporal. Las únicas misiones en las que tenía autorización para participar eran aquellas que me eran asignadas mientras soñaba y descansaba en la inexistente comodidad de las camillas del cuartel. No obstante, tenía el presentimiento de que algo no estaba bien en aquella reunión de individuos tan particulares. ¿Por qué les interesaba a un grupo tan pequeño la asistencia de una androide? ¿Qué clase de proyectos tenían en mente? No podía simplemente quedarme de brazos cruzados y pretender que solo era un soldado en su descanso; aquellos no eran los ideales a los que había jurado lealtad. Además, necesitaba el ejercicio, y en vista de que la unidad aún respondía a mi comando y autoridad, seguramente el comandante Jones se había olvidado de lidiar con el papeleo necesario para darme de baja oficialmente y revocar mis privilegios como teniente. Estaba hecho. Había tomado mi decisión.

—Al menos, no sin la debida supervisión de un soldado autorizado para tal labor. —continué mi anterior alegato, dando a entender de forma subliminal que les acompañaría, al revelar tal fragmento de información—. Andando. —afirmé, dirigiéndome al mayor de los hombres antes de ser abordado nuevamente por O'Connell—. Soy... de Harrisburg. —contesté con algo de incomodidad. Medité en las palabras del muchacho brevemente antes de girarme a la barra y dirigirme al tabernero—. ¿Tienen hamburguesas...?

Dejé escapar un sonido de contrariedad por lo que dijo Victorya sobre darme cuenta de que no se iba a desaparecer. No era eso, si podía quería hacerlo. - Quién sabe. Tal vez preferías arriesgarte y desaparecer. Ahora me has confirmado que no lo harás porque esa cosa te importa. - y por cosa me refería al futuro ser que ella estaba creando. Dibujé otra falsa sonrisa por lo de secuestro, si quería llamarlo así estaba en su derecho. Suspiré ciertamente impaciente por tanta cháchara, pues quería marcharme ya para seguir con lo que tenía planeado. En lo de Collins llevaba algo de razón, pero el chico podía ser útil en algún momento.

- Los raritos descarriados con cierta inteligencia pueden ser interesantes. Te sorprendería, aunque ahora mismo parezca un mandril borracho. -

La actitud de R.E.N.A hacia el recién llegado me hizo suponer que algo de "lealtad" seguía debiendo a los de la Alianza. Además, un teniente era un rango importante. Tal vez tuviese información clasificada de interés, aunque la constante verborrea de Collins borracho impedía cualquier intento de conversación. Dirigí toda mi atención a la presentación de Joseph, que pareció tomarse con escepticismo la identidad de Collins. Así que estadounidense... - Oh, la burocracia es bastante irrelevante en los tiempos que corren, ¿no cree? además, eso de que haya desaparecido la mitad de la población mundial acelera bastante los trámites, o debería. - respondí pausadamente antes de que me fastidiase lo de ir con R.E.N.A a colaborar. Parecía que la androide no era tan libre como parecía en un principio.

- Tenía entendido que ahora no dependían de nadie. No tema por nuestra seguridad, usted mismo puede venir y comprobar que esos proyectos son de interés para el bien común. - añadí con tono persuasivo, pero sin llegar a usar mi poder sobre él. Quería comprobar si tenía curiosidad en saber de qué iba el tema. Sonreí con cierta satisfacción después de que se lo pensase, la balanza se inclinaba a mi favor.

- Perfecto. De esta colaboración pueden salir grandes cosas. Ah, yo no tomaría hamburguesas aquí, dicen que son de orco. Mejor las de mi edificio. Vamos. - concluí esperando a que me siguiesen todos, incluida la reticente Victorya. Finalmente salimos del lugar, encaminándonos hacia el edificio de Übermensch Corp.