Buckingham Palace

Al parecer ninguno de los dos tenemos muy claro cómo sentirnos respecto a la noticia de si sigue el embarazo o no, pensarlo nos sobrepasa por la situación en la que estamos. Habría sido mucho más sencillo de no estar como prisioneros, podríamos haberlo planteado todo de otro modo. - No lo buscábamos, eso está claro. Pero de ahí a pensar que si no ha seguido adelante ha sido culpa de ellos... - es el punto. Están decidiendo sobre nuestras vidas. Hago un sonido irónico cuando me dice que he sido fuerte, yo no lo llamaría asi. Es como si me hubiese resignado a esperar que todo cambie, teniendo miedo de actuar por lo que pueda pasarle, o por no sobrevivir.  - ¿Y si no podemos hacer nada más? ¿y si lo único que podemos hacer es aguantar para nada, pensando que va a cambiar todo y que luego no sea así? estamos en un maldito callejón sin salida. - no he hecho más que quebrarme la cabeza pensando en modos de escapar, pero ninguna respuesta es la buena. Por mucho que diga que hay que pensar algo, no consigo verlo.

Cuando estamos sentados junto a la mesa sigo dándole vueltas al asunto, cogiendo champagne del caro para beber, ya que estoy aquí voy a hacerles gasto. Hago una mueca de asco porque ni siquiera me gusta, dejándolo en la mesa con cara de fastidio. Después cojo otra copa de otra cosa que hay en la mesa, que sabe algo mejor. No me termino de creer eso de que dejen descansar a Juliet, pero seguro que ella me lo cuenta así para no preocuparme. - Te dije que iría a por ti, y no he ido. Has tenido que venir tú. Vaya desastre de promesa. - murmuro en plan negativo aunque no quiera, me está costando bastante mantener una actitud mejor en vista de la realidad. La cojo de la mano mientras me habla de lo jodida que está por el encierro en soledad. Sus ojos humedecidos la delatan, casi no hace falta ni que lo diga. Ojalá pudiese decirle que sí, que vamos a poder estar juntos, pero no consigo que me salga otra promesa que no veo que pueda cumplir. Acabo por acercar mi rostro al suyo para darle un beso en los labios por respuesta, aunque el maldito Éamon se acerca a nosotros para interrumpirnos, quemándome en el cuello con el cigarro. No se larga sin antes soltar una amenaza, mirando después a Juliet como un asqueroso. Si pudiese le partiría el cuello aquí mismo.

- Son los dos igual de insoportables...no sé ni cómo se aguantan entre ellos, ahí bailando como dos gilipollas. - aparto la mirada de la pareja porque solo de verlos me entra la rabia, así que me dedico a volver a beber cualquier cosa que haya en la mesa.

De repente el collar comienza a emitir una una luz y un mensaje, con una voz artificial que decía "Ha salido del perímetro de seguridad, tiene quince segundos para volver a entrar". A partir de ese momento se inicia una angustiosa cuenta atrás con pitidos y el parpadeo de una luz. El corazón se me pone a mil por hora la darme cuenta de lo que esto significa, y no entiendo por qué está sucediendo esto si no he hecho nada que pueda contrariar a Blair. Intercambio con Juliet una mirada de pánico y agobio, buscando después a Blair por todo el salón.  - ¿¿Dónde se ha metido?? ¡¿Dónde?! - doy la vuelta sobre mí mismo para tratar de localizarla, pero nada, se ha esfumado. No sé si se ha ido sin darse cuenta, o si lo ha hecho por joder, pero el caso es que el collar se ha activado y está en cuenta regresiva. No sé si pasa lo mismo con el de Juliet, pero no lo descartaría. - Mierda...tenemos que encontrarla antes de que esta puta cosa explote. Sádicos. - no consigo compartir la tranquilidad de Juliet cuando me toma del brazo para atravesar el salón, dirigiéndonos a la puerta de entrada a la sala. Allí trata de negociar la apertura de la puerta con el guardia, pero no hacen mucho caso. Me veo por ahí cerca a Éamon, con el móvil en alto en dirección a nosotros, como si estuviese haciendo una foto o grabando algo, todo muy sospechoso. Están jugando con nosotros, todo el rato. Un maldito juego macabro.

No puedo aguantar más y estallo, tras demasiado tiempo callando y agachando la cabeza para evitar un mal mayor. La presión contenida de todo el encierro se desborda. El pitido y la luz hacen que simplemente se me crucen los cables, separándome de Juliet para ir a cruzar el salón, con un nuevo objetivo. Me abalanzo contra Andreas por la espalda, aferrándome a él con todas mis fuerzas para que no pueda separarse de mí.

- ¡BLAIR, ZORRA DE MIERDA! ¡VUELVE AQUÍ O EL CERDO DE WILHELM ESTALLARÁ CONMIGO! ¿ESCUCHÁIS LO QUE PITA? ¡SÍ! ¡QUE SEPÁIS TODOS QUE TIENEN ESCLAVOS COMO NOSOTROS CON COLLAR QUE ESTALLA, Y QUE SON UNOS PUTOS SÁDICOS QUE DISFRUTAN CON LAS TORTURAS, NO QUIEREN INTEGRACIÓN NI NADA DE ESO! ¡Y LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN SON PEORES!

Reiv confirmó sus peores pensamientos en el momento en que aseguró la intención del pitido. Si bien por su parte la cosa iba bastante en control, tomando en cuenta que les quedaban como diez segundos para correr por el pasillo hasta encontrar a Blair. Al menos moriría sin que la vieran en directo, como Éamon parecía querer al filmar, conservando la poca dignidad que podían tener.

Cuando giró el rostro hacia atrás fue cuando se dio cuenta que Reiv ya no se encontraba ahí, sino que había comenzado a gritar. En ese punto, su corazón se rompió con la cordura del moreno, dándose cuenta de que aquello era una elección entre apoyarlo, con todas sus posibles ganancias o consecuencias, o dejarlo morir solo. En su mente vio claramente el momento en que los guardias a su lado le disparaban a quemarropa, Andreas salía ileso, la prensa se controlaba con dinero y la mala publicidad era callada culpándolo como un intento de mejorar a los mágicos pero los pobres humanos habían fallado y ahora sufrían.

Sin pensarlo más, soltó un sollozo que no pudo evitar, rompiendo después la copa contra el arma dura de uno de los guardias para luego abalanzarse por detrás contra Éamon. Le colocó el mango puntiagudo de la copa contra el cuello, haciendo presión firme justo debajo de la yugular. Gracias a Dios se había mantenido en forma, por lo que arrastró a Éamon con ella por la pista de baile hasta llegar a espaldas de Reiv. Al menos se cubrirían uno con otro. Tenía que hacer control de daños. Tenía que hacerlo. La prensa estaba ahí, pero seguro que era mejor historia esto que la farsa de evento de antes. Si explotaba o electrocutaba como habían dicho, también le llegaría a Éamon, pues practicamente estaba con él mejilla con mejilla.- Excitante, ¿no? Seguro que tu vals conmigo será mejor que con tu esposa. Sé que no se llevan bien y solo están por los niños y las apariencias.- Murmuró contra su oído. Quizás su videito también captaría aquello. Por más político flacucho que fuera, tenía la sensación de que él era capaz de cosas peores, así que no lo tomaba por garantizado ni aunque estuviera fuertemente atrapado entre sus brazos. Debía aceptar que le hacía un poco de gracia que ahora Blair debiera correr hacia ellos.

Nunca se han detenido a pensar en nosotros. Solo nos usaron como una puesta en escena y ahora también trataste de usarnos como diversión, Blair. Y la culpa será toda tuya. ¡Sepan que solo queremos vivir en paz! Podríamos aportar mucho a la sociedad, pero este estigma que tienen sobre nosotros no se va a quitar solo. ¡Esclavizarnos nunca ha servido y nunca servirá! ¡Queremos vivir libres! ¡No podemos seguir haciendo lo que hacemos: descubrir algo que no conocemos y destruirlo a conveniencia!

Yo habia estado muy a lo mio desde que comenzara la fiesta, comiendo tuister de langostino, que son una delicia, uno tras de otro, y pensando si era mejor regarlos con mojito, cocktail de mango, puerto de indias, o seagram con sprite. De momento me dediqué a amullonar mi estomago con langostinos para que el alcohol luego no cayese en vacio, que ya me conocia a mi, y si ya saben como me pongo para que me invitan.

Entre el picoteo y revisar las noticias del canal privado del departamento de desarrollo, se me pasó el rato rapido, socializando de cuando en cuando con algno de los otros invitados, muy elocuente yo.

Hasta que de pronto algo empezó a pitar y a decir cosas chungas

-Qué perímetro que dices- dejé mi duodécimo tuister de langostino, ya iba a preguntarle a Siri que tripa se le habia roto, cuando uno de esos estupidos magos de Blair y Eamon me abrazó por la espalda gritando. Puse los ojos en blanco al entender la situacion, a que se refería, que pasaba con sus dispositivos controladores (eran similares a uno de los efectos mas nocivos del chip que llevaba ya años instalando en mis campos) y sobre todo, porque me estaba dejando sordo.

- Odio decir "os lo dije" - farfullé por lo bajo. El chico estaba fuertote, no merecia la pena forcejear, tampoco habia mucho tiempo...aunque me daba a mi que aquello de la "explosion" ahora mismo era un farol. Blair no estaba tan loca como para hacer estallar una bomba aqui con todos los invitados presentes.

Mis guardaespaldas ya apuntaban a Reiv por la espalda. Bastaria un chasquido de mis dedos para que le disparasen....pero me dio mucho asco pensar que su sangre me salpicaría a mi tambien, me mancharia, y seguro estaba calentita y repugnante. Bueno, ademas que la otra pelirroja se habia pegado a las espaldas de él y con Eamon agarrado aquello de disparar por la espalda se volvio problematico.  Asi que saqué mi taser y se lo endiñé a Reiv en las costillas, a maxima potencia, suficiente como para dejarlo paralizado unos minutos.  Luego me aparté de él y chasqueé los dedos, y mis dos guardaespaldas se acercaron para apuntarlo directamente en la cabeza

"pues claro que esclavizaros no sirve. Pasemos al exterminio y punto"

- Eamon se os ha ido de las manos, os avisé. - le dije viendo como la dragona lo habia cogido a él y lo amenazaba con no se qué. Yo lo que no queria era ver sangre. Que me podia dar un desmayo ahi mismo.  - Muy bien William Wallace, ya has terminado tu apologia a la libertad? - los collares ya no pitaban. - Permítame que os diga una cosa, a vosotros la raza mágica que tan orgullosos os sentís de vuestra paz y vuestras aportaciones: sois unos hipócritas. Y para que lo diga alguien como yo ya tiene que ser grave. Tuvisteis vuestra oportunidad para colaborar con la raza humana, para "aportar" y no lo hicisteis, unos cuantos siglos han sido mas que suficientes no? Solo queréis fingir darnos un trozo del bocadillo ahora que nosotros, los humanos, no somos los pisoteados, ni los ignorantes, precisamente para eso, para tratar de evitar un giro de torno que ahora os pone a vosotros en la situacion desfavorable en la que hemos estado en casi todo el mundo, durante casi toda esta larga guerra. Pues ya no: se acabó. No es que ya no conozcamos vuestra magia, no es temor al desconocimiento.  No habeis aportado nada bueno, no para nosotros los humanos. No habeis compartido nada, y ahora ya se os ha hecho tarde. Ciao pescao, it is over. Por favor ahórrate tu momento mártir.

Me quité las gafas y las guardé en el bolsillo interior del traje.

- Suelta a Éamon, querida. Te tienen con las miras apuntando al cerebro, y Blair no va a dejar que esos collares causen ningun daño aqui adentro.  O no.  O apuñala el cuello de Eamon con ese palito cutre de cristal y te llenarán el cuerpo de balas. Una herida de ese tipo se puede solucionar rapido,  pero lo tuyo me parece que no lo solucionaremos. Os habeis confundido un poco de más. Tsk...suelta un poco la correa del perro y mira como reacciona....

La idea de irse a casa no era tan mala, le gustaban los eventos sociales pero de ese en concreto ya estaba bastante harta, mira fijamente a Éamon aún con la sonrisa en los labios cuando le quita el cigarrillo, a ella no le importaba que se lo quitara no solía fumar mucho y cuando lo hacía daba tan solo un par de caladas. Que Éamon hasta se prestara para grabarle la escenita era tan raro como el baile que habían tenido hace unos minutos atrás, hasta se le había pasado por la cabeza invitarlo a su casa para ver a los niños aunque eso le recordó el asunto de las motos así que descarta la idea. Lo ve marchar y en cuanto sale por la puerta hacia la sala de baile, ella da unos cuantos pasos hacia atrás.

No tarda mucho en oír el revuelo en la sala, incluso le parece oír la voz de Reiv a lo lejos, seguramente estaba gritando como un loco y esa idea la hace reír a carcajadas, mira su pequeño reloj y a los diez segundos da un par de pasos al frente pues el objetivo era fastidiarlos, no hacerlos volar ahí mismo, aún quería seguir jugando, sin embargo, el bullicio de la sala continúa lo que le parece extraño y la hace caminar hasta la sala nuevamente, nada de correr, eso es de plebeyos.

Al salir por la puerta llega a escuchar las últimas palabras que le dice Andreas a Juliet, claro que no estaba loca y el dispositivo del collar tampoco volaría todo el recinto, que desperdicio solo para cortar dos cabezas de bestias sin educación. -Pero que está pasando? es que una dama no puede ir a retocarse el maquillaje sin que todo el mundo se vuelva loco? ya sé que mi presencia es imprescindible pero no sabía que lo fuera tanto- echa una mirada a Reiv, ya se habían encargado de él, solo quedaba la pelirroja -Haz lo que te dice querida, no lo pongas más difícil, me da igual lo que os pase ahora, habéis roto el trato, yo intentando daros trabajo, comida, un teco y así me lo pagáis... con el bonito vestido que llevas y sigues siendo una salvaje.- mira a Éamon fijamente y después al collar de la chica, esperaba que hiciera algo para librarse del agarre de esta y así poder activar el collar para que liberase una descarga en ella para que la capturaran, se había acabado el juego, los dos iban a pagar caro ese acto de traición, aunque lo provocara ella misma.

Mi plan de grabar con el móvil a ese par de desgraciados pinta muy divertido, parecen tan desesperados que incluso me hace gracia que vayan a pedirle cosas a los guardias. A Blair le gustará el vídeo, sin duda. De repente todo se tuerce, en esclavo se vuelve medio loco y le da por hacer un intento de inmolación con Andreas. Bajo el móvil al instante, pues no esperaba que la situación se fuese tanto de las manos y desconozco la potencia que puede tener el explosivo del collar. Está claro que con esa proximidad si Reiv explota, Andreas también, por lógica. Además se pone a gritar como un pirado, insultando a todos y revelando lo de las torturas y demás. No creo que a los presentes les importe demasiado. Algunos prefieren mirar para otro lado, mientras a ellos les vaya bien y sigan ganando dinero les da lo mismo. Otros incluso disfrutan de esas torturas, puesto que van a ver combates a la arena. Seguro que hasta lo ven bien. Apenas habrá unos cuantos más reticentes con nuestros métodos, pero tampoco van a decir nada.

Tan atónito me he quedado con la imagen del asalto a Andreas que casi no me doy cuenta de cuando Juliet viene a por mí para arrastrarme también al centro de la pista, amenazándome al cuello con un cristal roto. - La habéis cagado a base de bien. - murmuro entre dientes por la ocurrencia de la chica, mirando hacia atrás con gesto de desprecio profundo. Suelto un sonido irónico cuando dice lo de las apariencias con mi mujer y lo de los niños. De lo primero tal vez pudo intuirlo por lo de la enfermería, y lo de los críos no tengo ni idea de cómo lo sabe, puesto que en los medios no suelen hacer apariciones públicas y no creo que ella esté muy al tanto de los entresijos de las familias de los políticos.

- Preocúpate de tus asuntos...que creo que están bastante peor que los míos. - sonrío de manera irónica, resoplando cuando comienza a hacer apología de los derechos de los mágicos. Wilhelm se encarga bastante bien de darle la réplica, diciendo algo bastante similar a lo que yo hubiese dicho, así que poco me queda que aportar. Van listos, si creen que a los de esta fiesta les va a importar algo. Tal vez en la calle hubiesen conseguido algo, como con la manifestación que se montó tras el mensaje televisado de los renegados, pero aquí...lo llevan crudo. - ¿Te crees que nosotros no queremos vivir en paz? Estáis así porque es lo que os merecéis, porque sois peligrosos. Tendríais que agradecer que os hubiésemos dado la oportunidad de vivir y de ser útiles, de estar del único bando legítimo en esta guerra. - no me muevo demasiado para que no apriete más el cristal contra mi cuello, a pesar de que Wilhelm dice que eso será una herida de nada.

"no te jode...como no es tu cuello el que está en juego"

Lanzo una mirada de escepticismo a mi compañero mientras dice eso, aunque apruebo su acción con el táser para librarse por fin de Reiv. La aparición de Blair llega en el mejor momento posible, pues seguro que con el collar podrá hacer algo parecido a lo del táser. El problema es que primero me tengo que librar de Juliet. No voy a ser menos que Andreas, y menos delante de Blair, así que tengo que librarme de la pelirroja por mis propios medios. Echo mano de mis conocimientos en artes marciales, agarrando rápidamente la muñeca de Juliet para retorcerla y que tenga que ceder. Después hago una rápida llave para lanzarla al suelo, tirándola por encima de mí para que caiga y así me deje libre.

Mi acto de locura arrastra a Juliet a otro exactamente igual, no sé si por convencimiento o por no dejarme solo. En cualquier caso acabamos ambos agarrando a un líder de la Alianza, amenazándolos con explotar junto a ellos si no viene Blair a desactivar los collares. Ni siquiera pensé lo que estaba haciendo, pero tampoco es que tuviésemos más salida que la amenaza directa. Quedo de espaldas a Juliet para así protegernos en caso de que quieran atacarnos por detrás, aunque en ningún momento tengo la sensación de que esto vaya a salir bien, es más una huida hacia delante, a la desesperada. Todas y cada una de las palabras que ella dice son ciertas, por mucho que Andreas se empeñe en retorcerlas, manipularlas y tergiversarlas. Es un político, no se puede esperar otra cosa de él. - ¡Deja de mentir! ¡lo único que queréis es aplastarnos! ¡ni siquiera intentáis buscar un acuerdo de paz justo para todos! ¡esta panda de imbéciles puede que os sigan el juego, pero el calle la mayoría ya está harta de vosotros! ¡desde la manifestación lo sabéis, y tenéis miedo de que todos se vuelvan en vuestra contra! - aquello fue un antes y un después, la primera vez que se unían tantos humanos sin magia, incluso soldados protestando. La descarga del táser de Wilhelm me impide seguir hablando un segundo más, va directa a las costillas y hace que suelte al político de inmediato.

Suelto un grito de dolor al caer al suelo, quedando ahí tirado de lado medio encogido por la descarga, con los músculos tan paralizados que me impiden cualquier movimiento de defensa o de ataque. En cuestión de segundos suceden demasiadas cosas, pues primero tengo casi encima  a dos guardaespaldas apuntándome con sus pistolas, después entra Blair a la sala, con lo que los collares supuestamente no deberían explotar, y finalmente Éamon consigue librarse del agarre de Juliet con una especie de llave. Mi mirada se vuelve hacia ella con toda la desesperación del mundo, no hemos conseguido nada con lo que hemos hecho y ahora estamos incluso peor que antes. Cierro los ojos un instante, esperando el peor de los finales. Después vuelvo a abrirlos, si vamos a acabar aquí al menos quiero que ella sea lo último que vea. No sé por qué pero también pienso en lo del embarazo, en qué hubiese pasado si...

Es en ese momento cuando se me viene a la cabeza lo que me contó Kyllian sobre Leila, por asociación de ideas, y antes de darme cuenta ya lo estoy soltando en voz alta, o todo lo alto que puedo tras la descarga, pues se me entrecorta la voz. Tal vez me equivoque porque no hay nada seguro, pero yo suelto el farol.

- Ehh...Eámon, desgraciado...¿también tratas así a todas las embarazadas? ¿...también le hiciste eso a la chica feral...Leila era, no? ¿o con esa tendrás más cuidado por ser tu...tu puto bastardo? -

Claro, claro, dices nuestro momento de hacer nuestra aportación, pero hicieron sus cazas de brujas siglos atrás por simple machismo, por no entender que las mujeres podían también entender la medicina, y me vienes a hablar de que debimos haber prestado nuestros servicios. ¡Nos habrían ahorcado mil años antes, es todo! No sabes que son los elfos quienes mantienen los bosques y las sirenas los mares. No lo han entendido. Terminarán por destruir el mundo antes que matarnos.- Replicó a lo que Andreas decía, soltando un siseo por lo bajo porque Reiv ahora yacía en el suelo y ya no tenía nada cubriéndole las espaldas, que igual no harían nada mientras tuviera a Éamon, pero eso nunca era seguridad.

Se dio cuenta en el instante en que su muñeca comenzó a ser retorcida que el rubio intentaría zafarse de ella en cualquier instante. Previo sus posibilidades, abrazándole por detrás con el brazo libre, aunque no pudo evitar que la lanzara contra el piso un instante después. A pesar del dolor del impacto, tomó su tobillo con fuerza, pues ahora con Blair ahí no tenía muchas posibilidades. Se aferró entonces a la pierna del rubio, alcanzando a ver detrás de él que Reiv ya estaba vencido en el suelo. Si tan solo... si tan solo hubiera tratado de tranquilizarlo de manera oportuna quizás no estarían en aquella situacion. Le lanzó un te amo solo con el contorno de sus labios. Se llevó la mano al collar mientras subía hasta llegar a las caderas. Le había visto en el burdel antes. Seguro que extrañaría su miembro si trataba de quitarse el collar que justo tiraba suavemente de él con los dedos.- La verdad hubiera preferido tomar a Andreas, pero tu estabas más cerca. Ese tipo me enerva con lo hipócrita que es.- Mencionó, que aunque no era del todo verdad, pues los odiaba del mismo modo. A su espalda, una confesión formó un silencio completo en la sala. Quizás no les importaban los mágicos, pero la traición de alguien de su propia Alianza podía más que todo. Por un momento pensó más en lo que le pasaría a Éamon por parte de Blair que lo que le pasaría a ella misma.

Se levantó mientras el mundo estaba paralizado, cogiendo a Éamon del brazo, esta vez ya no con la intención amedrentadora, pero con la fuerza suficiente para que de ahí no la moviera ni Sansón. Ya todo estaba dicho, hasta el más íntimo secreto. No le sorprendería ya nada.- Quizás tampoco debiste haber visitado aquel burdel de mágicas que se quemó... o quemaste.- Murmuró en voz un poco alta para que Blair que ya estaba cerca también alcanzara a escuchar. Por su parte, seguía jugando con el collar, aunque ahora sentía que era un poco distinto. Era una humillación para Éamon, pero aquello casi era un servicio social para Blair.

La situación era bastante complicada, al menos Andreas estaba libre, sus guardaespaldas se estaban ocupando de Reiv aunque ni con un par de pistolas apuntándole a la cabeza se callaba, rueda los ojos cuando la chica pelirroja empieza con eso de la caza de brujas, que si machismo y blah, blah, blah... si eran brujas eran brujas y punto aunque alguna pobre infeliz humana también cayó victima de esas persecuciones pero bueno, nadie es perfecto, siempre debe haber males menores para un bien mayor.

En un momento de descuido de la pelirroja, Éamon consigue librarse de su agarre, era el momento perfecto que estaba esperando para poder activar los collares pero de nuevo Reiv abre la bocaza, sus palabras si que la distraen, conocía los líos de su marido con las sucias ratas que capturaban y tenían en los campos, pero siempre pensó que simplemente lo hacía por trabajo, por torturar y fastidiar pero ¿un bastardo? de verdad se había atrevido a creas semejante abominación? miró a Andreas, como interrogandole con la mirada, esperando que le dijera que no era cierto, tan desconcertada la había dejado aquello que Juliet tuvo la oportunidad de aferrarse de nuevo a Éamon e inmovilizarlo, no sin antes soltar otro secretito, ahora resulta que también visitaba ese horrible burdel, muchos de los malditos pervertidos ahí presentes lo habían frecuentado, lo sabía de buena mano, pero lo único bueno que tenía su marido era que al menos no era un putero, o eso había pensado hasta ahora, que estaba casado con su trabajo, que no tenía tiempo para ella ni para sus hijos por el trabajo... a la mierda todo, su rostro deja de reflejar cualquier expresión o sentimiento, era tan rígido y serio como si estuviera esculpido en mármol pero por dentro se la llevaban los demonios, mira a Éamon como quien mira una mierda en la calle, y ahora sin pensar en lo más mínimo si está cerca del collar o no, le da al botoncito que tiene en la mano, lo cual da una descarga electrica tanto a Reiv como a Juliet y esperaba que también a su marido, bueno, a ese ser con el cual estaba atada, ya ni siquiera se sentía capaz de decir que era su marido.

La descarga continua del collar consigue el tiempo suficiente para que tanto el moreno como la pelirroja se retuerzan de dolor, esto deja que los soldados y los de seguridad los reduzcan, sobretodo a juliet que era la que aún estaba libre, la reducen e inmovilizan contra el suelo mientras ella se va acercado para dar instrucciones -Inmovilizadlos, ponedles también una mordaza, ya han hablado suficiente, metedlos en un furgón para llevarlos a los campos, me ocuparé personalmente de ellos en seguida- respira hondo, a pesar de que Éamon está a su lado no puede ni mirarlo, saca su mejor sonrisa y se dirige a los invitados -Queridos invitados, siento mucho este desafortunado incidente pero por suerte está todo bajo control, mis intenciones eran buenas para con estos seres pero, error de novata~- dice mientras el resto de la sala ríe con ella ante la broma, después prosigue. -Si me disculpan, el deber me llama y el... ministro O'Connell y yo debemos retirarnos, pero por favor, les invito a que sigan disfrutando de la velada, la fiesta no termina hasta que salga el sol.- dice enseñando su mejor sonrisa, a los presentes que empiezan a aplaudir contentos de seguir bebiendo y comiendo como los cerdos que eran.

Los guardaespaldas de Éamon ya le habían ayudado a levantarse o al menos a que no cayera al suelo, tampoco le importaba pero aún así las putas apariencias había que seguirlas guardando, le toma del brazo y sin decir nada empiezan a retirarse mientras se lleva también a los dos mágicos pero en cuanto la puerta de la sala se cierra tras ellos lo suelta casi con asco y se adelanta a paso ligero, no sin antes soltar algo del veneno que se le estaba acumulando dentro -Eres casi peor que ésta escoria mágica, no quiero verte cerca de los niños, si quieres jugar a ser padre vete con tu puta mágica y el bastardo que lleva dentro o lo que sea que hayas hecho- le dedica una mirada de odio, asco pero también de tristeza y decepción, por un momento en aquel baile pensó que podrían volver a empezar, que había visto a aquel joven ambicioso del cual se enamoró en el hombre de ahora, pero ya no quedaba nada, vulve la mirada al frente, la ira y la impotencia se le acumulaban, pero por suerte tenía con quien pagarla, sale del recinto, espera a que tiren a Juliet y Reiv al furgón, se sube al coche y marcha rumbo a los campos de concentración.

- En la calle nuestros métodos son impopulares. Pero en el fondo, aunque vayan de liberales, todos los ciudadanos desean en el fondo de sus corazones a un líder que tenga la mano firme y sepa lo que se tiene que hacer en cada momento para mantenerlos a salvo. Y se sienten avergonzados por ello, pero es la realidad. Les da igual lo que os pase mientras estén ellos bien.

Me estaba creyendo hasta yo mismo la version de conquistador y protector del pueblo, pero bueno, aquel era el estilo, creerse la mentira. Y asi de paso sembraba un poco mas el odio en ese mago.

Cuando después soltó aquello a Eamon de las embarazadas, miré a mi compañero alzando una ceja. Leila? Si, cierto, él se habia encargado de torturarla, la tenia casi en pelotas cuando fui a decirle no se que cosa y él estaba con el interrogatorio, pero no sabia qué...

- Por qué no dejas de inventar cosas, mocoso? - le dije a Reiv con asquete. Aunque albergase mis dudas, reaccioné rapido. Pero esquivé la mirada de Blair. - Y tú. - señalé a Juliett. - Calla ya. Que dices de machismo ni que hostias, tambien me vas a acusar del apartheid? Ya que estamos, no sé, digo yo. - lo de los elfos y las sirenas me parecio mas interesante, al fin y al cabo, el mundo era nuestra hogar y el medio ambiente prioritario. - Ah si? Estudiaré eso. Pero, vaya, vaya, tu no eres ni un elfo ni una sirena...para que sirves tu en el ecosistema? ...acabar con el exceso de ovejas?  de humanos?

La chavala se seguia resistiendo pero esta vez Blair fue quien tomó cartas en el asunto. Por su gesto, se veia como le habia afectado aquello que habian dicho de Eamon.

- Si os diera por escucharme alguna vez, yo dejaria de juguetear con ellos y los condenaría a muerte. Sus crímenes bien lo valen. Ademas ahora acaban de atentar directamente contra nuestras vidas.... - me afloje el nudo de la corbata. - Lo lamento, no soy tan magnánime ni bondadoso  como Blair. - añadí para reforzar un poco mas la pantomima de ella. El tipico truco del poli bueno y el poli malo.

Tras aquella conclusion de los O' Connel, yo me quedé un poco mas para aparentar normalidad, pero no tardé demasiado tampoco en marcharme de alli, dejando instrucciones para cuando terminase la party hard.

Por un momento me da por creer que ya tenemos controlada la desagradable situación, incluso atiendo al discursito que se marca Andreas sobre los ciudadanos desean en el fondo de sus corazones a un líder fuerte, a un Estado protector y paternalista. Ellos necesitan alguien que les proteja, alguien en quien poder confiar para dejar de temer a los horrores del mundo. Estoy a punto de añadir algo más a esas líneas, pero en ese momento el despojo de Reiv se atreve a abrir la bocaza para soltar mierda contra mí. Intento mantener el rostro lo más imperturbable que me es posible, pero lo que dice sobre mí y sobre Leila es tan inoportuno que le habría reventado la cabeza de una patada ahí mismo. Si no lo hago es porque eso sería como darle la razón, y juego con la baza de que nadie tiene pruebas de ellos. Además...puede que todo sea un farol, o puede que Kyllian, que fue quien lo soltó, también esté equivocado. Dedico una mirada de asco a Reiv, como quien mira a una cucaracha.

- Te han frito el cerebro y no dices más que estupideces...tu patética desesperación sólo da para inventar patéticas mentiras. - suelto como si nada, muchos años de práctica mintiendo. Evito la mirada de Blair, por supuesto, imagino que debe estar fulminándome ahora mismo. Después la otra esclava se suma a la sarta de difamaciones, amenazando con hacer volar el collar que lleva en el cuello, con la intención de llevarse mis partes en el proceso de explosión. Por un momento me recorre un escalofrío por todo el cuerpo, aunque la razón me diga que ella está sola y que van a detenerla antes de que intente nada. Ya ni molesto en contestarle a lo del burdel, simplemente hago un sonido de desprecio como si me aburriese tanta intensidad de declaraciones. Mi mirada se encuentra por fin con la de Blair, que es de una mezcla entre el asco y la decepción. Ni siquiera me ha concedido el beneficio de la duda, y acciona el botón de descargas sin importarle que Juliet esté cerca de mí, con lo que también me llega parte de la descarga. Acabo recibiendo daño por la descarga, aunque por suerte los guardaespaldas me apartan a tiempo para que no sufra el mismo ensañamiento que sufren los otros dos. Esta vez no logro disimular la sorpresa por lo que ha hecho Blair, aunque apenas da tiempo a que nadie lo vea porque ella se encarga rápidamente de dar las excusas pertinentes para que nos marchemos ambos de allí, saliendo de aquella sala. Ya en el pasillo se encarga de soltar todo el veneno contenido, ante mi más absoluto asombro. Niego con la cabeza tras soltarme de ella, parándome en seco sin poder creerme lo que escucho.

- ¿Vas a dar más crédito a lo que digan esos dos engendros que a lo que te pueda decir tu marido? Ni siquiera me has preguntado, y ya me estás juzgando. No te hagas la santa, Blair, no eres nadie para juzgarme...nadie. - ahora mismo parece muy lejano el breve momento de acercamiento que tuvimos en el baile, se ha esfumado como si nunca hubiese existido. Lanzo una mirada bastante hostil cuando dice lo de los niños, no voy a tolerar que me amenace con ellos. - Son mis hijos también, no vas a prohibirme verlos. Tampoco voy a permitir que nada rompa la estabilidad de la Alianza que tanto ha costado lograr, ni tú, ni tus malditas paranoias. - me aproximo a ella para decir esto último, sin alzar la voz en absoluto, pero usando un tono de advertencia implícito. - Deja de ponerlos en mi contra, yo no lo hago. No seas tan rastrera. - suelto antes de que se vaya, quedándome ahí solo en mitad del pasillo con muchas ganas de cargarme algo o a alguien. No sé a dónde irá, ni quiero volver a entrar a la fiesta. Yo también me largo de allí, pasando del chófer para coger yo solo el coche, arrancando furiosamente para abandonar el lugar. El palacio queda vacío de todo invitado y demás pocas horas después.

Abrió los ojos. Sentía el cuerpo ligeramente pesado, a lo igual que la cabeza y le costaba enfocar ya que sus ojos se sentían apagados, como si hubiera dormido por mucho tiempo.

Y quizá eso era.

El aturdimiento parecía no dejarle; sin embargo, pronto comenzó a recordarlo... ¡Sus criaturas! Salió corriendo del cobertizo hacia los hábitats de sus animales, revisando cada uno de ellos hasta cerciorarse de que se encontraban perfectamente bien. Memorias como flashazos venían a su mente, recordaba poco a poco lo que había ocurrido.

Grindelwald... Dumbledore, Theseus, Tina y todos los demás, habían peleado juntos contra él y sus acólitos, logrando que el mago tenebroso acabara en Azkaban, pero, su gente, muchos habían logrado escapar. Los aurores se dieron a la tarea de buscarlos, darles caza; Newt por su parte, hizo lo posible por reintegrarse de vuelta a su vida normal, a sus investigaciones por todo el mundo.

Y justo en uno de esos viajes ocurrió. No lo reconoció al principio, pero este a él sí. Era uno de esos seguidores del mago tenebroso y sin saber como, pronto se vio envuelto en un combate con él.

Desgraciadamente, las cosas pronto se volvieron injustas para Scamander, pues el tipo tenía amigos que pronto llegaron a su auxilio. La pelea subió de nivel y, pese a su mejor esfuerzo y aunque les costó trabajo, los magos oscuros lograron vencer a Newt, echándolo en el interior de su maleta.

Ya teniéndolo ahí, lanzaron sobre él un hechizo con el cual lo dejaron suspendido en una especie de "animación suspendida mágica", congelado en el tiempo, a la vez que traían la maleta de vuelta al Reino Unido.

El plan de los magos era usarlo como rehén para chantajear a Theseus y a Dumbledore, logrando así la libertad de Grindelwald; pero fueron emboscados por otro grupo de aurores en cuanto pusieron un pie en Inglaterra. En la batalla, la maleta acabó rodando por el campo y nunca más se supo de ella.

Ahora, Newt despertaba, ¿cómo? No podría decirlo. Él no sabía que sucesos fuera de su control en este nuevo mundo habían logrado suspender el hechizo que lo había dejado inerte en vida. Ahora despertaba y trataba de ubicarse. Al ver que sus criaturas estaban bien, salió de la maleta.

Estando afuera, cerró bien su equipaje y comenzó a andar. No reconocía en lo absoluto el lugar, pero le hacía sentir que era extrañamente familiar. Comenzó a andar por el sitio,encontrándose con miseria y destrucción a su paso, preguntándose ¿acaso Grindelwald escapó y sumió todo en el horror?

Pronto su pregunta fue respondida, de la forma menos esperada. Una criatura, que a Newt le hizo pensar en una de las armaduras de Hogwarts, pero con un diseño extraño, apareció de repente, con una cosa rara en sus manos que, a Scamander, le hizo pensar en un arma. La cosa le miró y luego le interrogó, preguntando su nombre.

Newt no sabía que hacer, si responder o no. Guardó silencio sin saber si debía contestar o desaparecer en el acto.

Había dejado a los niños en Ouroboros para que estuviesen a salvo de los peligros a los que nos enfrentábamos aquí abajo, especialmente desde que se anunció eso de la limpieza sistemática de todos aquellos que se negasen a trascender. No me había enterado exactamente del plan de los renegados porque yo ya no formaba parte de ellos, pero me había enterado de algo durante el torneo, pues gente de la isla también se había marchado a Francia. No asistí a las pruebas de Setelah porque estaba un poco molesta con él, así que únicamente fue Joram a anirmarle. Yo había decidido bajar a tierra para terminar un negocio que tenía a medias con unos en China Town, llevarles cierta sustancia ilegal para pociones.

En cuanto llegué a Londres tuve que reconocer que había sido una pésima idea venir sólo por acabar un negocio, pues las calles estaban aún peor que cuando la Alianza tenía el control total del lugar. Esta vez eran los soldados los perseguidos por enormes robots Centinela, aquellos que no hace tanto les servían como arma contra la raza mágica. Acabé cerca de la zona del palacio de Buckingham, o al menos lo que había sido hasta hace poco. Apenas había quedado rastro del grandioso palacio, ahora destrozado por culpa de algún bombardeo. Tampoco había rastro de supervivientes, debían haber pasado horas o días desde la explosión y ya no parecía quedar nadie con vida. Comencé a alejarme rápidamente del lugar con la intención de volver pronto a Ouroboros a contar lo sucedido, pero me detuve de manera repentina al toparme en mi camino con otro robot Centinela y con un hombre vestido de modo un tanto antiguo.

- ¡No hables con el robot! - advertí al tipo desde unos cuantos metros para que se moviese, esperando que fuese rápido reaccionando.  - Te van a eliminar si no quieres "trascender" con él y el resto de androides. - casi todo el mundo se había enterado de eso, los mensajes se habían retransmitido por medio mundo. Por eso era extraño que se quedase ahí parado, sin más.

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dado probabilidad éxito/fallo:
éxito: no nos ataca aún
fallo: nos ataca ya el robot

El miembro 'Mónica Gallagher' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

El magizoologista está tentado a responder a la pregunta de la armadura frente a él, sobre todo porque se halla confundido y piensa que esta cosa podría ser capaz de darle respuestas si él coopera. Había abierto la boca para hacerlo, cuando escuchó la voz de una joven cerca de él que le advertía que no lo hiciera. Extrañado, la miró por un segundo, parpadeó un par de veces y miró de nuevo a la armadura que se quedó quieta, aún esperando su respuesta.

La chica había llamado "robot" a la armadura, lo cual hizo que Newt encogiera un poco la nariz y frunciera el ceño ligeramente por la duda. ¿Qué era un robot y porqué habría de eliminarlo? ¿A qué se refería con "trascender"? Se alejó lentamente de la mira de aquella cosa y se acercó un poco a la chica. Ella podría darle las respuestas que buscaba.

-Disculpa, ¿A qué te refieres con eso de "trascender"? ¿Y qué es un robot? Perdona, pero, ¿Podrías decirme en dónde estamos? -

Newt se estaba impacientando un poco, el lugar era sórdido y triste, muy diferente al lugar en que él recordaba haber estado. Aquel panorama era tan triste que hacía pensar que Grindelwald se había escapado y había conseguido su objetivo, quizá así era y esta cosa llamada robot era una de sus armas o herramientas nuevas. Si las cosas eran así, necesitaba saber que había pasado con Dumbledore, Theseus, Jacob y Tina. ¿Estarían a salvo? ¿Estarían luchando? ¿Qué había ocurrido?

off:Perdón por la tardanza

El incauto que estaba frente al robot reaccionó a mi llamada, girándose con cara de no entender ni mierdas de lo que estaba pasando. Lo miré con cara de "¿en serio?", extendiendo las manos a ambos lados de mi cuerpo. - ¿Cómo que qué es un robot? ¿dónde has estado estos últimos años? - o me estaba tomando el pelo o salía de una cueva. El caso es que vestía de un modo bastante raro y anticuado, incluso en el caso de que fuese mago. No parecía uno de esos magos ancianos de 100 y pico años, con sus barbas y túnicas, al contrario, se veía bastante joven.

- Estamos en Londres, y lo que tienes delante es un robot que quiere matarte o que te conviertas en uno de ellos. Ya te explicaré el resto luego. - el robot Centinela alzó el brazo lentamente, como si diese por terminado el escaneo del hombre despistado. Aproveché que él se retiró un poco hacia atrás, agarrándole por el brazo para tirar de él y empezar a correr a toda velocidad. No me parecía bien dejarlo ahí abandonado, muriendo presa de su ingenuidad.

- ¡Vamos, corre! - el ser metálico disparó un rayo láser con su brazo, que impactó en un montón de escombros tras el que nos escondimos. - Mierda. Tenemos que alejarnos un poco más si queremos ser capaces de usar la desaparición. Esas cosas nos bloquean. - me asomé un momento para localizar al robot, que seguro ya nos tenía ubicados. - Si salimos de esta ya me contarás de dónde sales...- su cara me sonaba de algo, aunque no sabía de qué. - ¿Tienes algún lugar donde esconderte o te llevo conmigo? - el segundo impacto de láser derribó el montón de escombros y tuvimos que volver a correr, esperando alcanzar suficiente lejanía con el robot como para poder desaparecer.
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probabilidad:
éxito: consiguen huir
fallo: les agarra el robot

El miembro 'Mónica Gallagher' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

La joven parecía exasperarse ante las preguntas de Scamander, cosa que a este la verdad, no le extrañaba, pues él tenía ese efecto en la gente y una más no le era novedad. Lo que ella decía le sonaba aún más extraño, sin embargo pese a no comprenderlo del todo, o nada, era lo más cercano a información que podía tener por ahora y era mejor escucharla.

Se dejó alejar del área de la armadura viviente y comenzó a correr a su lado a toda velocidad, aún sin entender, pero siguiéndola sin chistar. Sacó de entre sus ropas la varita con la intención de desaparecerlos a ambos, pero entonces ella dijo que esa cosa evitaba que lo hicieran. NEwt la miró con gran sorpresa.

-¿Qué... no se pue...?- Pero el magizoologista ya no pudo terminar la pregunta pues la cosa esa habia comenzado a atacarlos con una magia extraña que había destruido el refugio que habían conseguido. Nuevamente esa cosa había lanzado su hechizo, haciendo que ambos corrieran otra vez por en medio de la herrumbrosa ciudad.

Londres... ¡¿Eso era Londres?! Newt no alcanzaba a entenderlo. Cuando la chica le dijo aquello último, sus pensamientos corrieron rápidamente por su cabeza. Necesitaba más respuestas y solo ella podría dárselas.

Tras mucho correr, ambos llegaron a un sitio más alejado y, aparentemente a salvo. Scamander echó un último vistazo, no parecía haber señales de la cosa esa, ni el extraño sonido que se daba cuando lanzaba su magia. Miró a la chica que le había ayudado. Agitado, se dirigió a ella.

-Muchas gracias... señorita... Ahora, por favor, si fuera tan amable ¿Me diría qué está pasando aquí? ¿Cómo es que Londres se ha convertido en... en esto?-

La carrera nos llevó a los restos de un edificio cercano, aunque todavía no podíamos asegurar que hubiésemos despistado al robot. No sería seguro quedarse demasiado tiempo. Al menos podríamos recuperar el aliento durante un par de minutos, lo justo antes de que volviese a seguirnos, o peor, que apareciesen más. - Eso ha estado cerca...- respiré hondo sin dejar de vigilar a nuestras espaldas. Volví a mirar al extraño hombre que acababa de encontrar, fijándome mejor en su rostro. Realmente parecía estar perdido, no tenía pinta de estar engañándome. - Puedes llamarme Mónica. - me presenté de ese modo para que no tuviese que decirme señorita todo el rato, haciendo un gesto con la barbilla para señalarle como si pidiese su nombre. - ¿Y tú eres...? - antes estuvo a punto de decirle al robot cómo se llamaba, aunque por suerte no le dio más datos.

Suspiré como si me costase contarle lo que estaba sucediendo, era una historia demasiado larga para entrar en detalles, así que intenté resumirle todo lo posible. Si tenía que explicar más ya sería en un lugar seguro, como en la isla. - Londres lleva años así, en caos, en guerra. No sólo la ciudad...sino el país entero. Y prácticamente todo el mundo. El mundo mágico y el humano llevan en guerra desde hace mucho, desde que se reveló nuestra existencia al mundo allá por 2019. Han sucedido muchas cosas desde entonces, pero lo que estás viendo ahora va más allá. Esas máquinas creadas por humanos están contra todo ser vivo. La Alianza Humana ha perdido el control sobre ellos. - concluí con rabia, pensando en todo el daño que habían hecho por querer jugar a ser dioses. Ahora me tocaba a mí hacerle las preguntas al desconocido, me resultaba de lo más intrigante tanta falta de información.

- Todo el mundo está al tanto de lo sucedido, en mayor o menor medida. Todos lo han sufrido de un modo u otro. ¿Por qué tú no sabes nada? ¿acaso te has escapado de alguna prisión de alta seguridad? - no lo parecía, no estaba sucio, ni él ni sus ropas. - ¿Te han borrado la memoria?

Habían logrado ponerse a salvo por ahora, lo cual resultaba un gran alivio. La chica le dio su nombre y como era de esperar le pidió el suyo. Por un momento dudó, pero estuvo a punto de presentarse ante la armadura viviente, y aunque ahora que sabía que Londres parecía haber sido destruido por alguna especie de maleficio y eso ya le dictaba prudencia, la chica lo había salvado y lo menos que merecía era esa pequeña consideración. - Newt. - Respondió, con una leve inclinación de cabeza a modo de saludo.

Cuando comenzó a explicar a Scamander lo ocurrido, este seguía pensando que se trataba del trabajo de Grindelwald. Jamás imaginó lo relatado a continuación... ¿humanos contra magos? ¿Se refería a los muggles? ¡¿2019?! ¡¿como era que se hallaban en un año distinto?!

Casi no pudo oir el resto por el shock. La cabeza le daba vueltas y luchaba por mantenerse firme. Escuchó las últimas preguntas y negó con la cabeza. - No... No... No, yo.... No estuve en prisión, no al menos una como Azkaban, sino... Mi maleta, el tiempo, yo....- Sacudió la cabeza de nuevo, como tratando de ajustar sus ideas. - Desperté hace poco.... La última vez que vi el calendario marcaba como año... 1927.-