Acantilados de Dover

Vi por el rabillo de Johan como éste perdía el equilibrio y se caia por la borda. Estiré una mano en su dreccion, pero fue inutil. Hasta creo que grité su nombre, pero lo unico que pude es esperar que sacase alguno de sus inagotables trucos y que el disparo no hubiese sido tan letal como para matarlo o dejarlo inconsciente.

Hice intenciones de volver a disparar a Jed, que daba ordenes a destajo a los centinelas que...no le hicieron ni puto caso y se quedaron parados. Entre aquello y la extraña frase y gesto de James acerca del fin....no me hacia ni un pelo de gracia. Disparé a Jed y al resto de ejecutores, mas para mantenerlos a raya que otra cosa. Pero el fuego fue cruzado....los ejecutores dispararon en nuestra direccion y los centinelas lo hicieron de modo indiscriminado, a ambos bandos.

Aquello fue raro. Pero no hubo tiempo de pensar. Noté un dolor intenso en el brazo izquierdo, entre tanto disparo asumí que debió de ser un disparo. Al instante el empujón de Sayid me hizo perder la nocion de mi posicion, y en seguida el suelo se hundía bajo nosotros, mandando al garete parte del acantilado, y a nosotros con él.

Me agarré al mago pensando que sacaria una alfombra pero lo que hizo fue invocar a una aparicion de lo mas curiosa...miré hacia arriba, hacia el ente que nos mantenia suspendidos en el aire, y hablé con los dientes apretados por el dolor de ese brazo que se me habia quedado inutilizado, guardando mi arma.
- Pues al final si que vas a ser como Aladín....que cosas....

Vi a los Centinelas marcharse. Luego pasé los ojos a las olas...a las rocas...tratando de ver a Johan. No se habia agarrado, no estaba suspendido en ninguna parte. Solté un taco, frustrado.

- No lo veo.... y él no se habria ido sin nosotros.... acércanos al agua!!

En un momento nos habían dejado hechos un asco, el poder de la alianza y sus máquinas era aterrador y en parte sentía que era culpa nuestra por dejar que aquello llegara a esos extremos, por suerte mi herida no era tan grave como lo podría ser Johan en ese mismo instante o el brazo de Thalos que aún tenía fuerzas para hacer bromas -Si quieres te canto- no lo iba a hacer pero por seguir la broma no iba a pasar nada, al menos así se me pasaba el susto de imaginarme de nuevo en aquellos campos luchando por sobrevivir.

-démonos prisa, espero que no se haya dado contra las rocas- sin decir nada el genio dio la vuelta y se dirigió hasta la zona en la que había caído Johan y con suerte las olas no lo habrían arrastrado hasta el fondo o mar adentro. buscamos por la superficie del agua hasta dar con un rastro de sangre, entre las rocas johan estaba intentando aferrarse pero la fuerza de las olas terminaron por hundirlo, al ver esto me lancé al agua pues con la herida del brazo poco podría hacer Thalos.

Nadé un par de metros hasta poder pillar la chaqueta de Johan y así poder tirar de él hacia arriba con un conjuro "ascendio" que nos sacó del agua rápidamente donde el genio nos esperaba para desaparecernos de allí hasta el lugar seguro que yo conocía, Ouroboros

Contaba los días que faltaban para poder dejar el ejército, algo que me hacía sentir sensación de liberación, pero también de incertidumbre. No había conocido otra cosa en toda mi vida, no sabía qué sería de mí cuando me marchase. Para eso todavía faltaban unos días, el supuesto acto para dejarlo de forma oficial todavía no tenía fecha. Por eso seguía con mis tareas de mantener el orden en Londres a nuestra manera, acabando no sólo con los de raza mágica que nos cruzásemos en el camino, sino también con disidentes idiotas seguidores de los ministros. No entendía cómo podían ser tan idiotas.

El control de los ejecutores superaba por mucho al de los otros, y en parte se debía a que éramos un grupo organizado y cohesionado. Por eso no tardamos en desviar un helicóptero que patrullaba cerca en cuanto nos llegó el aviso de que había robots Centinela atacando a los nuestros. - ¿Se han estropeado esos putos trastos o qué? ¿o los están controlando los partidarios de los ministros para volverlos contra nosotros? - grité cabreada desde el helicóptero al ver lo que estaba sucediendo. Un robot se marchaba a perseguir a un trío que me resultaba familiar, y el otro se marchaba llevando a James en una de sus piernas. Eso me dejó bastante extrañada, pero no tenía tiempo que perder. Quedaba sólo un androide, algo asumible para contraatacar. Tomé un bazoka que formaba parte del armamento del helicóptero, apuntando al cabeza de hojalata. El disparo fue certero y evité que siguiese persiguiendo a los compañeros. Después le tiré una escalera a Jed y a los que quedasen vivos, no podíamos quedarnos mucho tiempo por si venían más robots. - ¡Sube! ¡estoy harta de tener que salvarte el culo! - dejé que Jed y los demás subiesen al helicóptero, marchándonos de allí mientras me contaban lo que había sucedido en aquel lugar.

Los había aparecido cerca del Sanguis Ligno que estaba…solo y comportándose raro, lo que le congeló un poco la sangre en las venas a Freyja pero pagó su moneda de sangre y salió de allí con Cedric y el dragón. Una vez fuera se desapareció a los acantilados.

Una vez allí la brisa marina les dió la bienvenida y también un despejado cielo azul, según Freyja, era un buen sitio para morir. Ayudó a Cedric a sentarse cerca del límite del acantilado, de cara al océano y le señaló la línea azul que dividía el cielo y el mar -Si gritas… no nos harás daño- Sabía que esa era la razón por la que había pedido que estuvieran fuera de Ávalon.

-Escupe- Le ordenó para que tirara la pulsera y luego miró al dragón que se había sentado a su lado y tensó los labios, no le parecía buena idea que se pusiera a volar así que no lo sugirió -Aunque si te apetece hacer alguna escultura de piedra o crear nuevos acantilados, dudo que a la gente le importe. No es un sitio que visiten mucho- Advirtió sentándose a su lado y manteniendo, esta vez, el muro de escudos para el dragón y ella porque… Bueno… porque le parecía lógico protegerse del poder de Cedric aunque no cayeran escombros.

Freyja se había portado bastante bien, y hasta me arrancó una sonrisa en ese momento con aquello de cambiar un poco la orografía del terreno. Sonaba bien. Al menos dejaría un recuerdo bonito. Cuando me senté al borde del acantilado con Falkor, y Freyja al otro, ya había perdido la visión de un ojo. Agarré a Falkor por la mano, y luego miré a Freyja...pensando en Darren. Estaría solo? Donde estarían mis hermanos? Esperaba que estuviesen acompañados tambien.

Sin embargo, el dolor comenzó a ceder....y fruncí mi ceño extrañado. El dolor cedió, de pronto, y no solo eso: no es que esta vez se hubiese detenido como las anteriores, si no que empezó a desaparecer. Lo noté porque las manchas oscuras comenzaron a chisporrotear, como si ardieran, pero ya no dolía nada. Se desvanecieron totalmente como el humo. Las observé desaparecer y desvanecerse en el aire y miré a Falkor y luego a Freyja, como preguntandoles con la mirada. Estaba agotado por el dolor, pero...por lo demás, perfecto. Bueno, la visión no habia retornado. Pero hasta hacia cinco segundos, pensaba que me iba a morir. Agarré a Freyja por las mejillas y le estampé un beso en los labios, y luego hice lo mismo con Falkor.

Usé la magia para escribir en el aire, ahora sin problemas.

Se ha ido del todo. Las Parcas tendrán que esperar. Debemos ir a Tintagel, mis hermanas y Wthyr iban a estar alli...estoy seguro que ha pasado algo. Tenemos que comprobar y ayudarlos.

Nos pusimos en marcha en seguida. Falkor adoptó su auténtica forma y volamos velozmente hacia alli.

Abandonó Ouroboros tras no encontrar a Matvey por allí, así que por el momento no insistió en lo de recuperar de nuevo el anillo en el que había atado el alma de Morgana. Después de aquello tuvo compasión por su padre y le informó de que estaba "bien", que no se preocupase por él ni por Aedan, que se quedaba unos días con Catherine. No le dijo la verdad detrás de todo eso. Por el momento no había tenido noticias de ella, no había ido a buscarle, así que supuso que había tomado su decisión final y no era la de regresar con él. Necesitaba dejarlo todo atrás, tal vez algún día pudiese regresar y explicarles a sus hijos todo, si es que le perdonaban.

Pensó en avisar a Savannah y Jarkko, o a Lyran, pero al final a quien acabó avisando fue a su amiga Azahar, que había estado con él desde siempre. La citó en los acantilados, esperando allí con su capa de viaje y una única mochila con sus pertenencias. Se quedó con la vista clavada en el horizonte escuchando el sonido de las olas contra la roca, además de los sonidos de una tormenta lejana que pronto se acercaría a la costa.

Aparecí en los acantilados donde me habia citado Ian porque me habia dicho, basicamente, que se iba de viaje. O sea, llevaba sin verlo días por casa, me había enterado de lo su niña y eso, por medio de Chloe, pero no habia conseguido contactar con él, hasta ...

- Hasta que a ti te ha salido de las pelotas, basicamente. - dije al llegar alli, avanzando varios pasos hacia el hasta llegar a su lado. - Qué tal, colega? - le pregunté metiendo las manos en los bolsillos y mirándolo con una sonrisa preocupada, entornando levemente los...el ojo.

- ¿Vas a contármelo? - de momento, eso era todo lo que le iba a pedir. Dirigí la mirada hacia aquella tormenta, yo también, porque tronaba bastante.

Ni rastro de Aedan, ni por casa donde mis padres, nada...y de la pequeña, tampoco ni rastro. Era cuanto menos, raro, pero sospechaba a qué venia todo aquello. Catherine y Wthyr.

Azahar no fue más impuntual que de costumbre, y cuando la vio sonrió por ese comentario de "hasta que te ha salido de las pelotas". Sí, así había sido. - Es que supuse que estabas ocupada. Yo qué sé. Tampoco quería aburrirte con mis movidas. - que eran más que movidas...pero bueno. No quería autocompadecerse. Le dio una palmada en el hombro cuando le preguntó eso de qué tal, encogiéndose de hombros. - Estaré mejor. - le hizo un gesto para que se sentase junto a él en una roca, dispuesto a contarle un poco los motivos por los que iba a alejarse de allí una temporada. Ella le comprendería, aunque seguramente le caía alguna regañina.

- Me iba de viaje, pero quería decírtelo antes. Eres la única que lo sabe. He dejado a Aedan y a Aelin con Catherine, porque no creo que sea bueno para ellos estar sin su madre, ni para ella estar todo el rato yendo y viniendo. No podíamos seguir así. Le dije que ahora que la maldición se había roto podía divorciarse de Wthyr, pero no me dio una respuesta clara. - hizo un sonido de ofuscación, pero siguió contando el resto. - Fue muy jodido, ¿sabes? porque al final tuve que quitarme del medio, renunciar a ellos. Le dije también que sabría dónde encontrarme si al final se decidía. Por el momento no sé nada de ella...así que asumo que no va a venir. - suspiró mientras se recolocaba un poco la capa, movida por el viento de la tormenta que se avecinaba. Venía de la zona de Londres...

- ¿Crees que he hecho bien? sé sincera

- ocupada con qué? Cuidando a mis hermanos?

"No hago mucho más últimamente"

- no me aburres, idiota.

Me senté con el en aquella roca con vistas al acantilado y al revuelto océano. Le escuché atentamente cuando comenzó. Hice una mueca con todo aquello, sobre todo porque me pilló de sorpresa la reacción de Catherine a lo que ian le había pedido. Como que no lo tenía claro?

- a ver... - comencé cuando me pidió opinión, era complicado - ... Creo que has hecho bien en quitarte de en medio. No puedes estar asi a medias con Catherine...y si ella no se decide tu no puedes esperar eternamente, no? Ya has sufrido bastante por lo vuestro. Tienes derecho a tu vida. Y oye... Tu vida no termina con Catherine, a ver si te enteras. - quise dejarle claro. - tú vales más que eso. Te mereces alguien mejor. Algo mejor.

"Ahora, la bronca'

- pero dejar a Aedan y Aelin? Aedan no lo va a entender. De verdad vas a dejarlos crecer, creyendo que su único padre y referente es Wthyr Pendragon? - estas loco? - ahí creo que te has equivocado

- ellos te necesitan, no huyas. Sigue viéndolos. Si necesitas sacarte a Catherine de tu sistema, usad un intermediario para que los traiga y lleve a los niños. Como... La gente divorciada de antes.

Le echó una mirada de agradecimiento a Azahar cuando le dijo que no le aburría, sonriendo un poco por lo de idiota. Así se trataban ellos, a lo bruto. Después de contarle todo se quedó a la expectativa de que le dijese lo que pensaba, quitándose un leve peso de encima cuando le dio la razón en que había hecho lo correcto apartándose. Aún así...seguía sin sentirlo como la decisión correcta. Puede que no hubiese ninguna.

- Es lo que le dije. Que esa incertidumbre era lo peor. Que como podía estar tan segura sin ni siquiera haber hablado del divorcio con el Pendragon. Ya han hecho lo que tenían que hacer, y sé lo mal que lo pasó ella por  verse obligada, pero los dos comprendimos que haríamos lo que fuese por salvar a Aedan. - puso cara de circunstancia cuando ella le animó a pasar página, cosa que le costaba aunque sabía que a la larga tendría que hacerlo.  - Ya sé que no termina con ella, pero es que no quiero a nadie más. - al menos era como lo veía en ese momento, nunca se podía hablar de manera definitiva. Bajo la mirada sintiéndose culpable cuando le dijo lo de sus hijos, que era su mayor pena en ese momento. Era una bronca bien merecida, lo sabía.

- Desde luego que no quiero que tengan a ese como referente. Sólo lo hice pensando en no separarlos de Catherine, y en que ella no estuviese constantemente teniendo que planificar las visitas. No quería esa situación. - se quedó pensando unos segundos en la propuesta de Azahar porque no parecía tan descabellada, pero en ese momento un mensaje mental con la voz de Catherine irrumpió en su mente.

"Me dijiste que sabría donde encontrarte y no estás en cabaña. ¿Dónde estás?"

Se quedó paralizado un instante por lo que eso significaba, abriendo mucho los ojos como si acabase de tener una revelación. Cogió el antebrazo de su amiga sacudiéndolo un poco antes de lograr decir nada. - Me está hablando, me busca. Joder, joder...- enseguida trató de concentrarse para que le llegase su pensamiento a Catherine, aunque se había puesto nervioso de manera repentina.

"Y has sabido encontrarme. Estoy en los acantilados de Dover, había quedado con Azahar. Ven."

- lo sé.... Sé lo que es no querer a nadie más.- le confesé con aquella misma sonrisa triste de antes, pero ahora no sólo por el. - y tengo buenas noticias: lo superarás. - acompañé esa certeza con mi mano sobre su hombro.


- eso sí, recapacita lo de los niños. No te vayas. Sigue en su vida. No es incompatible y Catherine querrá eso para sus hijos también, podrá hacer el esfuerzo de hacer hueco en su agenda de reina para arreglar las citas y visitas de los peques.

La verdad era que sentía a Catherine cómo una amiga, pero...ella se había distanciado tantísimo, que ya no estaba segura. No sentía lo mismo que antes.

Sin embargo de pronto él se quedó tieso como sorpendido y entonces dijo eso de...

-qué?! Te ha decidido a tú?!- yo también me puse  nerviosa y pegué una espertugada. - y tú vas a decirle que si?! Ay Ian!- ahora si, era un "date cuenta amijaa"

- no puedes verla asi! Deshazte de eso!

Y empece a arrancarle la capa de viaje para tirarla por el acantilado, y le di una patada a su macuto y lo tiré también.

- espero que no llevaras nada importante...- debi preguntar antes

Llegar a la cabaña vacía le había mosqueado por dos razones: Ian no estaba y el hechizo de Wthyr seguía activo. Era consciente de que la presencia de Wthyr le iba a perseguir por el resto de su vida…Y se la merecía. Envió un mensaje mental a Ian que no tardó mucho en responder y se preguntó qué carajos hacía en los acantilados.

Apareció allí con una toalla pequeña con la que se había secado el rostro y las manos, pero no tenía ropa en la cabaña para cambiarse así que seguía calada hasta los huesos. El entumecimiento permanecía. De haber tenido cultura sabría a que se referían si alguien la hubiese comparado con la niña de la película El Aro.

Reconoció a Azahar primero porque su cabello azul era muy reconocible y se forzó tremendamente en dibujar una leve sonrisa a modo de saludo para luego ver a Ian, parecían agitados, como si los hubiese encontrado haciendo algo... Detuvo los pasos y los miró alternativamente con seriedad.  Bajó la vista  un momento como intentando reorganizar sus ideas y quitarse esa sensación porque... siempre había sido una duda creciente. ¿Azahar e Ian? Sí, siempre.

Alzó la cabeza finalmente -Wthyr accedió. En dos días nos divorciaremos- Expresó con un tono monótono -Pero tenemos que hablar- Bajó la vista a la toalla terminando de secarse los antebrazos -A solas, lo siento Azahar... Bueno...- Carraspeó -... al menos que tengáis algo que decirme- Y si lo había, lo aceptaría como Wthyr había aceptado sus palabras, se movió levemente como plantando los pies en tierra porque tras todo lo que había hablado con Wthyr y el tiempo en la zona anti magia, el cansancio acumulado estaba empezando a golpearle. Alzó finalmente el rostro con neutralidad, simplemente esperando el golpe.

Por como hablaba Azahar...se notaba que le había pasado algo similar. No sabía si se refería al tal Reed ese que tantos problemas le había dado, o a otra persona, o...bueno, de adolescentes habían tenido algún pequeño roce cuando su amiga se echó el novio ese raro. - Gracias...lo tomaré en cuenta. Me ha ayudado hablar contigo. Espero que siempre podamos contar el uno con el otro. - respondió con sinceridad y una leve sonrisa, quedando algo más tranquilo al menos hasta el momento del mensaje mental de Catherine. Los dos empezaron a paniquear retroalimentándose en nervios, sobre todo porque no se lo esperaba para nada.

- ¡No sé! ¡pero ha dicho las palabras de saber dónde encontrarme, fue lo que le dije antes de irme! - se puso de pie de inmediato, sin saber por qué se estaba poniendo tan de los nervios si se suponía que era porque había rechazado al otro y había conseguido lo que quería. - ¿Cómo que qué voy a decirle? Es lo que estaba esperando, que se divorciase y pudiésemos volver. - se dio cuenta enseguida que lo de la mochila y la capa de viaje podía quedar un poco mal porque tampoco habían pasado tantos días desde que le dijo que decidiese, pero la solución radical de Azahar de tirarlo todo por el acantilado le hizo llevarse las manos a la cabeza.

- ¡¿Qué haces, loca?! ¡llevaba algunas cosas importantes ahí! - vale, que ella lo había hecho por ayudar, pero...tenía incluso fotos de su familia, y alguna que otra cosa útil para el combate, además de monedas. Segundos después llegó Catherine, pillándolos en una situación un tanto extraña, algo incómoda porque pareció darse cuenta de que estaban como alterados. Poco importó eso porque le dijo que Wthyr había aceptado el divorcio, lo que le dejó una enorme sensación de descanso y le hizo suspirar aliviado.

- Por fin. - caminó hacia Catherine, preguntándose por qué venía remojada como una sopa. Tal vez le hubiese puesto pegas, tal vez la hubiese arrojado a un lago, a saber. Se detuvo al escuchar lo de tenemos que hablar porque no sonaba bien, pero asintió. - Claro, lo que quieras. - negó con la cabeza porque no había nada que decirle, añadiendo. - La estaba poniendo al día, ella no sabía nada. - miró con cierta disculpa a Azahar porque tenía que irse para que hablasen, ya se verían. Después no se contuvo más y se fue derecho a abrazarla con fuerza, sin importarle mojarse él también. - Ya eres libre de verdad, podrás volver a casa, podremos ser una familia.

- yo que sé Ian! Luego te lo pago! - le dije echándome las manos al pelo porque dijo que tenía cosas valiosas en el macuto que acababa de funar. Es que si ella venia, y lo veía listo para irse de viaje...

Por eso cuando apareció Cath me sobresalté, pegué un respingo y me tragué un grito de susto. Me llevé la mano al pecho y carraspeé, respirando, diciendole a mi corazoncito que se calmara. Solo era ella.

"joder que notición"

Miré a Ian con cara de circunstancia, me reía? no me reia? sonreia? ay, que incómodo. Y la otra con cara de llevar horas llorando.

- Ehh actually sí tengo algo que.... - dije levantando el dedo indice pero Ian me atajó y dijo que no tenía nada que decirle. Qué cara, el tio.

Me pidieron espacio cosa que entendí y asentí, y luego se fue a abrazarla y yo era ya la tercera rueda. Chasqueé los dedos y asentí con la cabeza, para mi misma.

"si, me voy..."

- venga tíos...nos vemos...ya si eso luego... eso. Cuidado con los dragones masivos eh? Hasta la vista. - a ver que tal les salía ahora la cosa. Yo tenía mis dudas pero al menos, ahora, Ian parecía feliz. Su voz y su cara habian cambiado cantidad en cuanto supo que ella venía. Miré por el acantilado pensando que lo mismo podia recuperar su mochila, pero el mar estaba demasiado bravo. Meh. Encogí mis hombros y me desaparecí de alli.

No dijo mucho más, notando cómo se detuvo cuando le mencionó que debían hablar. Pero es que debían hacerlo, tenía cosas que decirle, tanto de ella como de los niños y necesitaba que estuvieran claras de allí en adelante porque no quería que meses en el futuro le cambiara el panorama por ponerla entre la espada y la pared.

-Hm…- Dijo asintiendo cuando explicó de que iba la quedada con Azahar y cuando la peliazul alzó la mano, Catherine desvió su vista hacia ella con gesto neutral. Que lo dijera de una maldita vez. Que dijera que quería a Ian. Pero pareció callarse después del comentario de Ian lo que la hizo tensar brevemente los labios.

Tras eso, Ian la abrazó y Catherine cerró los ojos, sintiendo su calor colarse dentro de ella…Por muy entumecida que estuviera. Estaba agotada y sus palabras sonaban tan perfectas que Catherine temió romper esa ilusión de forma tan rápida. Alzó la cara para observar a Azahar cuando habló, escuchando aquello de dragones masivos con los ojos entrecerrados.

Al quedarse a solas, Catherine aún esperó un poco, dejándose abrazar. Quizás tomando algo de aire antes de enfrentar un par de obstáculos más. Tras eso lo empujó por el abdomen para que se alejara y pudiera mirarla, alzó la vista hacia él y suspiró -Tengo que ir a buscar a los niños pero necesito decirte un par de cosas primero- Frunció el ceño y negó con la cabeza -No necesito que lo entiendas, necesito que lo respetes- Porque era una realidad con la que iba a vivir, de la misma forma en la que Wthyr tuvo que lidiar con sus sentimientos por Ian -Sí tengo sentimientos por Wthyr. No por la corona, por él. Le quiero- Le dijo con claridad, observándolo al rostro para esperar su reacción - Aún así no compite con lo que siento por ti, por eso te he elegido-

Se sentía bien sacárselo del pecho así que inspiró profundo y lentamente, se retiró un poco el pelo mojado de la cara, observando que en el acantilado no llovía aún -Necesito saber si puedes vivir con esa realidad. Y con el hecho de que tengo un hijo con él, que formará parte de mi vida y de la de Aedan y Aelin. Son hermanos y no pienso separarlos. Quizás Wthyr nunca me deje llevarlo a Ouroboros pero yo sí voy a llevar a los niños a Ávalon cuando vaya a ver a Zephyr- Sea cual sea el arreglo al que llegara quería que se conocieran, quería que fueran parte de la vida del otro. Levantó la toalla para secarse la cara de nuevo porque el agua del cabello aún le chorreaba -Y sé tu actitud respecto al niño. Por eso te lo pregunto aquí y ahora ¿Puedes estar conmigo sabiendo eso?-

Se quedó mirando a Azahar un momento con cara de curiosidad cuando dejó a medias la frase sobre si tenía algo que decir. Finalmente se quedó con la intriga, despidiéndose de su amiga sin entender tampoco eso de los dragones masivos. Ya hablaría con ella. Tras aquello se quedó a solas con Catherine, alargando aquel abrazo de reencuentro hasta que ella les separó para decirle lo que debía. Se ve que necesitaba sacárselo cuanto antes así que la dejó hablar. - Bien, tendremos que decidir dónde nos quedamos ahora. La cabaña de momento no es buena idea para llevar a los niños. - porque no tenían nada, ni ropa, ni comida...no estaba habitable el lugar. Aclarado eso la dejó seguir, aunque frunció el ceño con gesto molesto cuando confesó lo que él ya sospechaba.

- Llegué a pensar algo así el otro día, pero no quería creerlo...me parece muy inverosímil.

Por eso había tardado en decidirse y darle una respuesta, porque también sentía algo por el otro. No era sólo que no hubiesen hablado del divorcio...había algo más. O eso creía ella, porque bien podía estar confusa por haberse pasado tantos meses en ese lugar de locos. Aún así todo eso daba igual ya, lo había escogido a él, lo que le hizo hacer un gesto de triunfo mentalmente.

"Jódete, Wthyr, segundón"

- Me quedo con eso último, con que nos queremos lo suficiente como para que lo otro no sea un impedimento. Estuviste mucho tiempo allí, y tú eres muy empática...sabes ver lo bueno de las personas por mínimo que sea. - era eso o decirle que tenía síndrome de Estocolmo, lo cual no se iba a tomar bien. - No pasa nada. Eso ya no me importa. Sólo la vida que podemos tener a partir de ahora. Piensa en que vamos a poder criar a nuestros hijos juntos, que todo va a volver a ser como antes...- asintió también a lo de los hermanos, pero debía poner alguna pega.

- Claro, no tengo nada en contra en que los hermanos tengan relación. Deben conocerse. Lo que no veo conveniente es que vayan a Ávalon. Los pondríamos en peligro. Te vas a divorciar de él, serás persona non grata allí, y también nuestros hijos. Tal vez no por parte de Wthyr porque tampoco querrá hacer daño a los niños, pero...¿de verdad crees que allí no habrá gente que de algún modo pueda llegar hasta ellos para hacerles algo? Por favor...piénsalo y dime que si tienen que verse no será en ese lugar. Que sea lejos de las garras de Ávalon. - intentó que entendiese el punto para que se lo quitase de la cabeza, y luego hizo un pequeño sonido de indignación por lo de su actitud hacia ese niño. - Sabes que yo jamás le haría nada a ese niño. Me conoces. Lo respetaré, obviamente. - la tomó por las manos, estrechándolas entre las suyas mientras la miraba a los ojos. - Puedo y quiero.

Ouroboros era su destino predilecto y aunque la cabaña había sido perfecta para abstraerse, Catherine… Quería todo o nada. Por un lado quería irse, lejos, a un sitio donde nadie pudiera contactarla ni hablarle; por el otro, necesitaba acabar con su trabajo como Descendiente. Igualmente, no era algo que pudiera pensar en ese momento cuando tenía tantas cosas que decirle.

Guardó silencio porque, como había dicho antes, no quería que lo entendiera, quería que lo respetara. Aún así pese a que pensó que Ian, quizás, iba a reaccionar de mala manera, sólo mencionó que ya lo sospechaba. Catherine apartó la mirada recordando el momento en el que había dejado de tocarla y la había visto de esa forma. Era algo que no olvidaría con facilidad.

Siguió escuchando en silencio, sonriendo de lado a eso de que era “empática” y siempre veía lo bueno en la gente aunque fuese “mínimo”, quiso decirle que no conocía a Wthyr, que no sabía nada de él, que tenía buen fondo aunque su ejecutar fuese regular pero… ¿Qué ganaba con eso sino exponer a Wthyr? No. Ella guardaría sus secretos, porque cuando la gente veia un acto de bondad, esperaba más y Wthyr ya tenía demasiadas expectativas que cumplir, no iba a cargarle más.

“todo va a volver a ser como antes...”

¿Cómo? Si ninguno de los dos era el mismo. Pero se calló eso también. Se calló sus inseguridades que no aportaban nada positivo.

El asunto de los niños hizo que apartara la mirada de nuevo -Dudo que me dejen andar libremente por Ávalon, Ian. No lo hice siendo reina, no voy hacerlo ahora que soy… seré lo que seré- Y las palabras de su padre hicieron eco, de todo el tiempo que había desaprovechado por miedo, por sus propias tonterías. Cuando volviera a Ouroboros iba a hablar con Oscurus -Ávalon no es el enemigo- Murmuró, porque la isla, lo poco que podía ver era preciosa. Arrugó la nariz un momento cuando un pensamiento cruzó su mente pero luego lo dejó estar, tirándolo por la borda de su cabeza. -No pensé en eso, sé que no lo harías, pero lo rechazas y si yo lo percibo, él también y Zephyr no se merece nada más que amor y cariño. Tanto como Aelin y Aedan- Le informó, para que supiera que su actitud no le había pasado desapercibida.

Bajó la mirada a sus manos cuando las tomó notando la falta de…cosquilleo. No había murmullo, no había deseo ni ganas de experimentar. Sólo paz y calma. Silencio. Eso era bueno ¿No? Era todo lo que ella pedía. Paz. Parpadeó un momento y alzó la mirada cuando le habló. Sonrió quedamente y se inclinó hacia delante para apoyar la cabeza en su pecho, cerrando los ojos y soltando un cansado suspiro mientras hacia que le rodeara con los brazos -Quiero creer que todo va a salir bien, pero hablé con Gwen hace unas horas y algo que dijo del Sanguis me dejó capciosa- Murmuró -Wthyr me dijo que no, que no me preocupara pero… No lo sé. Hablaremos en casa… ¿Puedes subir? ¿A organizar todo mientras los busco?- Preguntó.

- Pues con más motivo, Cath. No te trataban bien allí cuando eras su reina y ahora menos aún. La isla en sí no es el enemigo, pero la mayoría de la gente que la habita sí. Hay que tener cuidado. - la convencería de no llevar allí nunca a los pequeños. Antes con su posición tal vez habrían estado seguros, pero ya no. Era un riesgo que no estaba dispuesto a correr. Prefirió no decir nada más sobre eso de que rechazaba a Zephyr, porque él no lo veía así. Simplemente...no le salía ser padre de un niño que no era suyo. No podría encariñarse con él, pero sí podía ser correcto en cuanto a cuestiones de supervivencia de la criatura en caso de que tuviese que ayudar a Catherine con él en alguna ocasión. - Descuida. No habrá problemas al respecto. - zanjó ahí la conversación sobre eso, ya verían cómo era la situación cuando se les presentase.

La rodeó con los brazos para que pudieran permitirse algunos segundos de paz y tranquilidad, algo que había echado mucho de menos durante los últimos meses. Menos mal que ella no sabía en todos los líos de había estado metido, desde borracheras y peleas de bar hasta experimentos con Morgana que no acabaron como quería. Se quedó con la mejilla apoyada en su cabeza hasta que ella le hizo aquel comentario sobre el Sanguis. Chasqueo la lengua, recordando su intento fallido con el Sanguis de Ouroboros.

- Sólo quería asustarte, no le hagas caso. Tenían que encontrar algo con lo que tenerte atada para que no pudieses decidir libremente. - se separó para hablarle y para terminar de acordar todo el tema de la organización. Estaba que no se lo creía...iban a poder volver juntos a casa. - Claro, cuando llegues tendré todo listo. Le pondremos a Aelin la cuna de Aedan, y traeré comida del mercado. No tardes en traerlos. - se despidió con un beso antes de desaparecerse, y poco después Catherine hizo lo mismo para irse a Ávalon a por los críos.