Recuerdo del primer mensaje :
Los acantilados de Dover son la frontera más cercana a la devastada Francia. Son un lugar poco vigilado, en el que son frecuentes las entradas y salidas de personas.
La chica a la que le pedí que se quitara se presentó a Adramelech con el nombre de Lisy. La chica acercó su cara hacia la mía hasta el punto de tocar su nariz con la mía para observar mi rostro, desde luego ese distintivo la había atraído. Por dicha acción, pude ver que su rostro, debía de ser de una niña de 16 años. En respuesta a lo que le dije a modo de seducción, me responde con una sonrisa pícara con que no la conozco, a modo de insinuación. Segundos después al fin decide quitarse de encima mía. Escucho como Adramelech pese a lo que la chica a la que él nombró con el nombre de Celia, dice que no conoce de nada a la chica y luego se dirige a mi cuando ve que intenté ligarme a la chica. Vale, admito que había que aprovechar la oportunidad, a lo cual me levanto -No tranquilo -me reí por lo bajo- podemos seguir sin problemas -le respondí y luego dirijo mi mirada a Celia, quien se estaba sacudiendo el vestido.
Cuando me levanto, Lisy me pregunta sobre el estado de Japón, decido no contestarle a ello ahora, pienso igual que Adramelech, ahora mismo mi prioridad es entrenar con el chico que desde luego se le ve motivado, a lo cual reacciono con una ligera sonrisa de satisfacción al ver que mis palabras le llegaron a animar. -Cuando acabe de entrenar con él responderé a todas las preguntas que tengas, pero por ahora, quiero terminar esta cuenta pendiente con él -con esto dicho, me aparté de Lisy, asintiendo a Adramelech confirmando que podemos seguir. Se acerca a mi y extiende ambos brazos los cuales son rodeados de electricidad, con ello me da la obvia alerta de que va a atacar, y que posiblemente vaya a ser un ataque bastante tocho, a lo cual decido mover mi mano izquierda para crear una barrera mágica para protegerme del rayo que me lanza al momento que apunta hacía mi con los brazos y a su vez, estalla la tormenta. El sonido del impacto contra la barrera fue bastante fuerte. -Bueno chico, una tormenta, está lloviendo a mares y tienes nubes cargadas de electricidad, un consejo para no tener que usar demasiada magia en este tipo de situación: En base a tu elemento, al mal tiempo, buena cara pero... ¿eres capaz de igualar mi velocidad? - le alerto de que le voy a atacar y me teletransporto justo a su lado y con el puño mecánico envuelto en llamas, lo bastante fuertes como para que la fuerte tormenta no las apague, decido darle un golpe, de esta manera estoy vendido, pero quiero que use la situación actual a su favor, estoy mojado por la lluvia, tengo un brazo de metal y tiene nubes electrificadas, desde luego le he regalado una buena ocasión de darme una buena descarga eléctrica.
Cuando me levanto, Lisy me pregunta sobre el estado de Japón, decido no contestarle a ello ahora, pienso igual que Adramelech, ahora mismo mi prioridad es entrenar con el chico que desde luego se le ve motivado, a lo cual reacciono con una ligera sonrisa de satisfacción al ver que mis palabras le llegaron a animar. -Cuando acabe de entrenar con él responderé a todas las preguntas que tengas, pero por ahora, quiero terminar esta cuenta pendiente con él -con esto dicho, me aparté de Lisy, asintiendo a Adramelech confirmando que podemos seguir. Se acerca a mi y extiende ambos brazos los cuales son rodeados de electricidad, con ello me da la obvia alerta de que va a atacar, y que posiblemente vaya a ser un ataque bastante tocho, a lo cual decido mover mi mano izquierda para crear una barrera mágica para protegerme del rayo que me lanza al momento que apunta hacía mi con los brazos y a su vez, estalla la tormenta. El sonido del impacto contra la barrera fue bastante fuerte. -Bueno chico, una tormenta, está lloviendo a mares y tienes nubes cargadas de electricidad, un consejo para no tener que usar demasiada magia en este tipo de situación: En base a tu elemento, al mal tiempo, buena cara pero... ¿eres capaz de igualar mi velocidad? - le alerto de que le voy a atacar y me teletransporto justo a su lado y con el puño mecánico envuelto en llamas, lo bastante fuertes como para que la fuerte tormenta no las apague, decido darle un golpe, de esta manera estoy vendido, pero quiero que use la situación actual a su favor, estoy mojado por la lluvia, tengo un brazo de metal y tiene nubes electrificadas, desde luego le he regalado una buena ocasión de darme una buena descarga eléctrica.
Suspiro al escuchar aquello, borrando la sonrisa por un segundo "Pues nada, me toca esperar".
-Animo a los dos -les digo levantando uno de mis brazos como si aquello pudiese otorgarle más fuerza.
Me siento al borde del acantilado para observar la pelea "Me gusta más participar pero si no me queda otra... ¿Qué se le va a hacer?", me llama la atención la electricidad provocada por el otro hombre, al aparecer era parte de mi misma hermandad aunque probablemente no lo sepa...
"Espera...La niña" dirijo una mirada a Celia antes de elevar mis hombros como si no importarse, y realmente no me enfado porque se lo haya dicho...supongo que así es más fácil.
Empiezo a tener sueño así que me tumbo dejando mi cabeza caer al vacío mientras que mis cabellos se deslizan hasta desbordarse en un mar de mechones ondulados con cierto tono dorado por las últimas luces del día; los debo de tener demasiado largos pero ciertamente me da lo mismo.
Permanezco largos minutos en esa posturas hasta que me doy la vuelta para poder apreciar con más claridad la puesta de sol, alargando uno de mis brazos como si pudiese llegar a tocar las olas que bajo mí estallan contra las rocas que de alguna forma me protegen de sus salpicaduras.
Me entretengo de esa forma un buen rato, esperando a que esos dos terminen.
-Animo a los dos -les digo levantando uno de mis brazos como si aquello pudiese otorgarle más fuerza.
Me siento al borde del acantilado para observar la pelea "Me gusta más participar pero si no me queda otra... ¿Qué se le va a hacer?", me llama la atención la electricidad provocada por el otro hombre, al aparecer era parte de mi misma hermandad aunque probablemente no lo sepa...
"Espera...La niña" dirijo una mirada a Celia antes de elevar mis hombros como si no importarse, y realmente no me enfado porque se lo haya dicho...supongo que así es más fácil.
Empiezo a tener sueño así que me tumbo dejando mi cabeza caer al vacío mientras que mis cabellos se deslizan hasta desbordarse en un mar de mechones ondulados con cierto tono dorado por las últimas luces del día; los debo de tener demasiado largos pero ciertamente me da lo mismo.
Permanezco largos minutos en esa posturas hasta que me doy la vuelta para poder apreciar con más claridad la puesta de sol, alargando uno de mis brazos como si pudiese llegar a tocar las olas que bajo mí estallan contra las rocas que de alguna forma me protegen de sus salpicaduras.
Me entretengo de esa forma un buen rato, esperando a que esos dos terminen.
Me quedo a cuadros cuabdo Adramelech en vez de comunicarse telepáticamente lo hace hablando. ¿Pero es estúpido o es que en la mano que perdió estaba su sentido de la lógica? En vez de reprocharle a él mentalmente como el me ha hecho a mí verbalmente le mando una imagen de un conejo dándose cabezazos en una pared
""
Me alejo yo también un poco para ver como ambos entrenan, sintiendo curiosidad por sus técnicas y plantearme si debería aprenderlas. Hasta que el brazo del japonés está envuelto en llamas. Fuego. Fuego... ¡FUEGO!
Saltan las alarmas en mi mente y como medio de defensa me transformo en shek y me lanzo hacia Kosuke, propinándole un coletazo.
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Me alejo yo también un poco para ver como ambos entrenan, sintiendo curiosidad por sus técnicas y plantearme si debería aprenderlas. Hasta que el brazo del japonés está envuelto en llamas. Fuego. Fuego... ¡FUEGO!
Saltan las alarmas en mi mente y como medio de defensa me transformo en shek y me lanzo hacia Kosuke, propinándole un coletazo.
No hago mucho caso de la imagen mental que me manda Celia, yo quería que la otra se enterase de que no me creo a la primera que sea una de los nuestros, el hecho de que vaya con Celia tampoco confirma nada. Tendría que demostrarlo de alguna manera, diciendo algo que sólo sepamos nosotros los Soul Reaper. Conocer la historia completa solía ser una buena manera de confirmar. Al menos parece que ambas entienden que tenemos que terminar lo que empezamos y que tienen que esperar un poco, así que me dedico de lleno a la batalla. Los rayos que le lanzo no consiguen atravesar su defensa, que ha conseguido protegerle de este primer ataque un poco más bestia, sin llegar a ser del tipo que usaría para dejar a alguien gravemente herido, en shock o con quemaduras. No, la potencia está controlada, suelo tener eso bastante practicado desde hace unos años, aunque cuando me enfurezco es otra cosa. En esas ocasiones se me va un poco de las manos, pero hoy no es el caso.
- No está nada mal, mago.- comento recalcando la palabra mago con cierto tono despectivo, es algo que me sale casi natural al decir esa palabra, algo que tenemos bastante arraigado los Soul por lo que nos enseñan desde que nos iniciamos. Bajo los brazos tras haber lanzado ese ataque, alzando un poco la barbilla mientras el agua comienza a caer sobre nosotros. En cuestión de segundos estaremos empapados, la tormenta no podría haber llegado en mejor momento. - Los elementos están hoy de mi parte, cierto, pero no voy a confiarme por eso.-
Me pongo alerta cuando menciona lo de la velocidad, aunque antes ya he podido ver que era rápido no sé si tiene algún truco más bajo la manga. Su teletransporte me pilla desprevenido, una vez más pienso el clásico y recurrente 'putos magos', Siento el calor del fuego que ha encendido en su brazo muy cerca de la cara, teniendo el tiempo justo para agacharme para que no me suelte el golpe que tiene preparado. Aprovecho que me he agachado para embestirlo con el hombro a la altura de la cintura, con este empujón trato de apartarlo de mi para ganar algo de espacio. Quedamos peligrosamente cerca del acantilado con este último movimiento, muy cerca del borde, pero en medio de la emoción de la pelea no me doy cuenta. Acto seguido aprovecho para engancharlo por la parte alta brazo metálico, la que no está en vuelta en llamas al estar cerca del hombro, lanzando así una nueva descarga algo más potente que la anterior. No sé si me he pasado o no, pero tampoco mantengo demasiado rato la descarga. Al mirar hacia un lado de reojo un momento veo como se lanza contra nosotros una serpiente grande y extraña, que no tengo ni puñetera idea de dónde ha salido.
"pero...¿qué mierdas es eso?"
No, no tengo ni idea de qué es o de si es Celia o no. Lo único que sé de ella es que es hija de la matriarca de la calavera de fuego, la conozco de verla alguna vez por la base o porque mi madre me dice como se llaman los que allí viven, pero no tenía ni idea de cuál era su naturaleza. Debido a la sorpresa y al ir a apartarme retrocedo de más, acabando por trastabillar al borde del acantilado. Al tratar de mantener el equilibrio suelto el brazo de Kosuke, aunque no sé si lo arrastro conmigo o si lo suelto a tiempo, dependerá también de su equilibro. Caigo hacia atrás todavía intentando mantener el equilibrio, aunque sin éxito. Al caer trato de agarrarme a alguna roca, y en este preciso instante si que echo de menos eso de tener dos manos. De este modo mi caída hacia abajo no se ve frenada, por ahora.
éxito: se agarra a algo
fallo: no consigue agarrarse
- No está nada mal, mago.- comento recalcando la palabra mago con cierto tono despectivo, es algo que me sale casi natural al decir esa palabra, algo que tenemos bastante arraigado los Soul por lo que nos enseñan desde que nos iniciamos. Bajo los brazos tras haber lanzado ese ataque, alzando un poco la barbilla mientras el agua comienza a caer sobre nosotros. En cuestión de segundos estaremos empapados, la tormenta no podría haber llegado en mejor momento. - Los elementos están hoy de mi parte, cierto, pero no voy a confiarme por eso.-
Me pongo alerta cuando menciona lo de la velocidad, aunque antes ya he podido ver que era rápido no sé si tiene algún truco más bajo la manga. Su teletransporte me pilla desprevenido, una vez más pienso el clásico y recurrente 'putos magos', Siento el calor del fuego que ha encendido en su brazo muy cerca de la cara, teniendo el tiempo justo para agacharme para que no me suelte el golpe que tiene preparado. Aprovecho que me he agachado para embestirlo con el hombro a la altura de la cintura, con este empujón trato de apartarlo de mi para ganar algo de espacio. Quedamos peligrosamente cerca del acantilado con este último movimiento, muy cerca del borde, pero en medio de la emoción de la pelea no me doy cuenta. Acto seguido aprovecho para engancharlo por la parte alta brazo metálico, la que no está en vuelta en llamas al estar cerca del hombro, lanzando así una nueva descarga algo más potente que la anterior. No sé si me he pasado o no, pero tampoco mantengo demasiado rato la descarga. Al mirar hacia un lado de reojo un momento veo como se lanza contra nosotros una serpiente grande y extraña, que no tengo ni puñetera idea de dónde ha salido.
"pero...¿qué mierdas es eso?"
No, no tengo ni idea de qué es o de si es Celia o no. Lo único que sé de ella es que es hija de la matriarca de la calavera de fuego, la conozco de verla alguna vez por la base o porque mi madre me dice como se llaman los que allí viven, pero no tenía ni idea de cuál era su naturaleza. Debido a la sorpresa y al ir a apartarme retrocedo de más, acabando por trastabillar al borde del acantilado. Al tratar de mantener el equilibrio suelto el brazo de Kosuke, aunque no sé si lo arrastro conmigo o si lo suelto a tiempo, dependerá también de su equilibro. Caigo hacia atrás todavía intentando mantener el equilibrio, aunque sin éxito. Al caer trato de agarrarme a alguna roca, y en este preciso instante si que echo de menos eso de tener dos manos. De este modo mi caída hacia abajo no se ve frenada, por ahora.
éxito: se agarra a algo
fallo: no consigue agarrarse
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Adramelech Svensson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
'Probabilidad' :
Lisy se desanimó un poco y nos dio ánimos a los dos antes de apartarse y tumbarse en el acantilado, no se por qué tiene curiosidad por mi país de origen pero, dudo que le guste mucho la historia que le tendré a contar sobre la situación de allí.
Pese a que el entorno está de parte de Adramelech, contesta con que pese a ello, no va a confiarse, desde luego hace bien en que su confianza vaya en exceso por si yo me guardase un as bajo la manga (que no, no tengo trucos). Adramelech hace justo lo que quería que hiciese, esquivar mi golpe para poder contraatacar, dice que no ha estado mal, pero noto un tono despectivo cuando dice "mago" lo cual me resulta raro, ¿un mago que desprecia a los magos? bueno, entre las distintas razas siempre los hay que se odian, pero decir aquello en aquel tono... da igual, no tiene importancia por el momento. Al momento de agacharse el chico me pega un empujón propia de un jugador de rugby, con el cual logra apartarme de él y consigue tenerme a una distancia prudente. Ambos estamos al borde del acantilado, tanto el chico como yo no parecemos darnos cuenta. Me agarra por la parte que mi brazo no estaba ardiendo y me propina una corta descarga eléctrica la cual provoca que entre en shock por unos segundos y estas se apaguen, las llamas de mi brazo claro.
Vi como Celia se transformó en una serpiente gigante que es capaz de volar, un shek, recuerdo que estos bichos son peligrosos y que... oh espera... le tienen miedo al fuego... ¡Oh joder! ¿¡en serio!? ¡Te has transformado por un par de llamas de mierda! ¿¡En serio!? ¡Cuando tienes miedo de algo lo apartas o huyes de él, no te transformas en una puta serpiente gigante y...! Y que se lanza a por mi... para suerte o desgracia, Adramelech se echó hacia atrás por lo del shek y se resbaló, y con ello arrastrándome a la caída con él, como dije, para mi suerte, debido al desliz de mi compañero de entrenamiento, el arrastrarme hizo que el coletazo que lanzó contra mi no me diese, para mi desgracia... ¡Estamos cayendo! ¡Mayday mayday mayday! Y para colmo Adramelech no consigue agarrarse a nada, a lo cual me tocará a mi hacerlo. Agarro a Adramelech por el brazo izquierdo -¡Agárrate bien fuerte y ni se te ocurra soltarte! -le grité, dicho esto, le transmito magia potenciadora a mi brazo robótico para lograr impactos más fuertes, menos mal que en vez de una mano normal pedí una garra, la cual clavo en las rocas con fuerza y freno la caída. -¿Estás bien? ¿Ningún porrazo? Joder chico, tu amiga está un poco mal de la azotea, haberme dicho que era una shek, que si lo llego a saber no uso fuego y no le pego tal susto, aunque el susto más bien nos lo ha pegado a nosotros... en fin... será mejor que subamos rápido, agarrate porque esto va a estar movidito si le da por venir y... bueno, tengo que usar algo de fuerza bruta para hacer esto rápido, cúbreme si baja y decide atacarme -dicho esto, concentro magia potenciadora en mis piernas sin dejar de concentrarla en el brazo y me impulso con él, escalando el acantilado hacia la cima rápidamente, si Lisy se ha percatado de ello, espero que nos de apoyo mientras subimos lo más rápido posible en caso de ataque.
¡¿Cómo puedo meterme en líos sin hacer nada a primera hora de la mañana?! ¡¿Qué he hecho para merecer esto?! -¡Está bien, no usaré fuego, así que déjame en paz! -grité para que la shek fuese lo suficientemente inteligente como para calmarse y me dejase subir sin problemas de ningún tipo.
Pese a que el entorno está de parte de Adramelech, contesta con que pese a ello, no va a confiarse, desde luego hace bien en que su confianza vaya en exceso por si yo me guardase un as bajo la manga (que no, no tengo trucos). Adramelech hace justo lo que quería que hiciese, esquivar mi golpe para poder contraatacar, dice que no ha estado mal, pero noto un tono despectivo cuando dice "mago" lo cual me resulta raro, ¿un mago que desprecia a los magos? bueno, entre las distintas razas siempre los hay que se odian, pero decir aquello en aquel tono... da igual, no tiene importancia por el momento. Al momento de agacharse el chico me pega un empujón propia de un jugador de rugby, con el cual logra apartarme de él y consigue tenerme a una distancia prudente. Ambos estamos al borde del acantilado, tanto el chico como yo no parecemos darnos cuenta. Me agarra por la parte que mi brazo no estaba ardiendo y me propina una corta descarga eléctrica la cual provoca que entre en shock por unos segundos y estas se apaguen, las llamas de mi brazo claro.
Vi como Celia se transformó en una serpiente gigante que es capaz de volar, un shek, recuerdo que estos bichos son peligrosos y que... oh espera... le tienen miedo al fuego... ¡Oh joder! ¿¡en serio!? ¡Te has transformado por un par de llamas de mierda! ¿¡En serio!? ¡Cuando tienes miedo de algo lo apartas o huyes de él, no te transformas en una puta serpiente gigante y...! Y que se lanza a por mi... para suerte o desgracia, Adramelech se echó hacia atrás por lo del shek y se resbaló, y con ello arrastrándome a la caída con él, como dije, para mi suerte, debido al desliz de mi compañero de entrenamiento, el arrastrarme hizo que el coletazo que lanzó contra mi no me diese, para mi desgracia... ¡Estamos cayendo! ¡Mayday mayday mayday! Y para colmo Adramelech no consigue agarrarse a nada, a lo cual me tocará a mi hacerlo. Agarro a Adramelech por el brazo izquierdo -¡Agárrate bien fuerte y ni se te ocurra soltarte! -le grité, dicho esto, le transmito magia potenciadora a mi brazo robótico para lograr impactos más fuertes, menos mal que en vez de una mano normal pedí una garra, la cual clavo en las rocas con fuerza y freno la caída. -¿Estás bien? ¿Ningún porrazo? Joder chico, tu amiga está un poco mal de la azotea, haberme dicho que era una shek, que si lo llego a saber no uso fuego y no le pego tal susto, aunque el susto más bien nos lo ha pegado a nosotros... en fin... será mejor que subamos rápido, agarrate porque esto va a estar movidito si le da por venir y... bueno, tengo que usar algo de fuerza bruta para hacer esto rápido, cúbreme si baja y decide atacarme -dicho esto, concentro magia potenciadora en mis piernas sin dejar de concentrarla en el brazo y me impulso con él, escalando el acantilado hacia la cima rápidamente, si Lisy se ha percatado de ello, espero que nos de apoyo mientras subimos lo más rápido posible en caso de ataque.
¡¿Cómo puedo meterme en líos sin hacer nada a primera hora de la mañana?! ¡¿Qué he hecho para merecer esto?! -¡Está bien, no usaré fuego, así que déjame en paz! -grité para que la shek fuese lo suficientemente inteligente como para calmarse y me dejase subir sin problemas de ningún tipo.
Las olas adormecen mis sentidos hasta que poco a poco mis parpados se van cerrando, escuchó la voz del amigo de Celia y del japonés entre mezcladas con el rugir del viento hasta que...¡PAM! Un horrible sonido provoca que mi cuerpo tiemble y que me enderece, frotándome los ojos al mismo tiempo que escuchó algo caer al vacío cerca de mí.
-¿A dónde se han ido estos? -no veo a ninguno de los dos jóvenes delante de mí ¿no me habrán dejado sola allí?
Me levanto soñolienta...y claro lo primero que quieres ver por la mañana a tu lado es una enorme serpiente más grande que tu (aunque, yo no soy la persona más alta ni más pesada del mundo precisamente)
-Ya sabía yo que no eras humana pero podrías haberme mencionado esto.
Mi corazón comienza a latir con fuerza, incluso los rayos parecen reflejar mis sentimientos pues el rugir de la tormenta ilumina mi rostro a medida que me acerco a la sherk. Es extraño pero hacia mucho tiempo que no había sentido la magia fluir por entre mis dedos ¿tantos años hacen desde que fui matriarca de la electricidad? Si tenía dudas de que pudiese despertar de nuevo ese poder en mí ahora se han disipado, es cierto que no aguantaría el mismo potencial de antaño pero podría volver a lograrlo, y de alguna forma es gracias a esa niña que comienzo a conocer.
"Sé que me escuchas, Celi y comienzo a conocerte" pienso, sabiendo que no ha cortado en ningún momento la banda ancha "por eso sé que vas a ayudar a esos dos..."
Había una posibilidad de que la serpiente no me reconociese y me atacará pero, a pesar de esa mirada animal sé que la misma persona me escucha tras ella, aun así estoy preparada por sí la sherk decide precipitarse contra mí.
-Gracias, Celia pero ahora ve a por esos dos, se habrán acojonado al verte.
Le sonrío aun pesando que me caen bien cada uno de esos tres, sin saber sus nombres, sin conocerlos en realidad...supongo que soy demasiado inocente pero soy la primera que sabe lo cruel que es el tiempo y que no debería cogerles cariño a ninguno pues acabarán muriendo mientras yo continuo en este mundo, sola...pero no quiero olvidaros...me caen bien, ojala pudiese guardar esa tarde en mis pequeñas esferas eléctricas porque a pesar de tono no puedo separarme, siempre hay alguien que termina por encontrarme.
No puedo evitar llevarme ambas manos al pecho como si estuviese guardando algo entre ellas, agito mi cabeza como si con ello despegase esos sentimientos de ella.
-Bien ¿ahora qué harás? ¿Ayudarlos o divertirnos un rato? -le preguntó mientras me preparó para la respuesta.
-¿A dónde se han ido estos? -no veo a ninguno de los dos jóvenes delante de mí ¿no me habrán dejado sola allí?
Me levanto soñolienta...y claro lo primero que quieres ver por la mañana a tu lado es una enorme serpiente más grande que tu (aunque, yo no soy la persona más alta ni más pesada del mundo precisamente)
-Ya sabía yo que no eras humana pero podrías haberme mencionado esto.
Mi corazón comienza a latir con fuerza, incluso los rayos parecen reflejar mis sentimientos pues el rugir de la tormenta ilumina mi rostro a medida que me acerco a la sherk. Es extraño pero hacia mucho tiempo que no había sentido la magia fluir por entre mis dedos ¿tantos años hacen desde que fui matriarca de la electricidad? Si tenía dudas de que pudiese despertar de nuevo ese poder en mí ahora se han disipado, es cierto que no aguantaría el mismo potencial de antaño pero podría volver a lograrlo, y de alguna forma es gracias a esa niña que comienzo a conocer.
"Sé que me escuchas, Celi y comienzo a conocerte" pienso, sabiendo que no ha cortado en ningún momento la banda ancha "por eso sé que vas a ayudar a esos dos..."
Había una posibilidad de que la serpiente no me reconociese y me atacará pero, a pesar de esa mirada animal sé que la misma persona me escucha tras ella, aun así estoy preparada por sí la sherk decide precipitarse contra mí.
-Gracias, Celia pero ahora ve a por esos dos, se habrán acojonado al verte.
Le sonrío aun pesando que me caen bien cada uno de esos tres, sin saber sus nombres, sin conocerlos en realidad...supongo que soy demasiado inocente pero soy la primera que sabe lo cruel que es el tiempo y que no debería cogerles cariño a ninguno pues acabarán muriendo mientras yo continuo en este mundo, sola...pero no quiero olvidaros...me caen bien, ojala pudiese guardar esa tarde en mis pequeñas esferas eléctricas porque a pesar de tono no puedo separarme, siempre hay alguien que termina por encontrarme.
No puedo evitar llevarme ambas manos al pecho como si estuviese guardando algo entre ellas, agito mi cabeza como si con ello despegase esos sentimientos de ella.
-Bien ¿ahora qué harás? ¿Ayudarlos o divertirnos un rato? -le preguntó mientras me preparó para la respuesta.
No hay más fuego a la vista, así que me voy tranquilizando, pero aún sigo soendo una serpiente por si acaso lo vuelven a usar.
"Pues claro que les voy ayudar, aunque creo que para el japonés hubiera sido mejor que le diera mi coletazo. Me hubiera gustado darme un chapuzón"
Me acerco al borde del acantilado y enrollo mi cola sobre el cuerpo de Kosuke, tirando de los dos hacia arriba. Los dejo suspendidos en el aire, mirando fijamente a los ojos del japonés, para comprobar si sus palabras son honestas."Suelta a Adramelech". Le ordeno mentalmente. A Lisy le hago saber que quiero que me diga cómo podemos divertirnos un rato.
"Pues claro que les voy ayudar, aunque creo que para el japonés hubiera sido mejor que le diera mi coletazo. Me hubiera gustado darme un chapuzón"
Me acerco al borde del acantilado y enrollo mi cola sobre el cuerpo de Kosuke, tirando de los dos hacia arriba. Los dejo suspendidos en el aire, mirando fijamente a los ojos del japonés, para comprobar si sus palabras son honestas."Suelta a Adramelech". Le ordeno mentalmente. A Lisy le hago saber que quiero que me diga cómo podemos divertirnos un rato.
El grito que quiere salir de mi garganta se queda atascado al no poder gritar por el vértigo de la caída. En circunstancias normales probablemente me hubiese agarrado a algún saliente, o habría estado más rápido para tratar de agarrarme a algo. Cuando pienso que voy a caer sin remedio sucede algo que no me esperaba. En mi caída he arrastrado también a Kosuke, aunque él si está rápido y consigue enganchar su garra metálica a la pared vertical de piedra. Y por suerte me ha enganchado a mi con él, sujetándome por el brazo que sí tiene mano. Lo agarro como si me fuese la vida en ello, lo cual, literalmente, es así. - joder....joder.....- murmuro de manera jadeante por toda la adrenalina del momento, sintiendo que el corazón se me va a salir del pecho. Al mirar hacia abajo me doy cuenta de que yo podría estar ahí ahora mismo, destrozado contra esas rocas que son golpeadas por las olas sin descanso. Miro hacia arriba ahora, hacia el tío que acabo de conocer y que acaba de salvarme la vida. Definitivamente le deberé una muy gorda si salimos vivos de esta. Y todo por mi torpeza de hacer el imbécil al borde del acantilado. Si es que no aprendo, tengo una habilidad especial para joder a los que me rodean.
- ¡Estoy bien! estoy bien...para lo que podría ser. Gracias, Kosuke.
"picadillo de Adramelech en el acantilado, eso podría ser. No, no puedo caer aún, tengo muchas cuentas pendientes."
- En serio...deberías soltarme, soy gafe. Yo que tú lo haría. Esto no es normal. - comento casi con una risa nerviosa, debido a la situación en la que estamos. Al menos puedo serle útil usando electricidad si el shek decide acudir, cosa que espero que no haga. - Yo no tenía ni idea, ¡sólo es una conocida de donde vivo! si lo llego a saber hubiese advertido.
"no sé si habrá oído hablar de los Souls, pero no es momento de explicar nada, estamos a punto de caernos"
De repente la serpiente, la enorme serpiente, decide interrumpir la escalada de Kosuke, agarrándolo para subirlo hasta arriba, de una manera que no me gusta nada. - Celia, cálmate y déjanos en el suelo. No creo que a tu madre apruebe esto, que somos compañeros...
"los críos de hoy día no respetan nada"
- ¡Estoy bien! estoy bien...para lo que podría ser. Gracias, Kosuke.
"picadillo de Adramelech en el acantilado, eso podría ser. No, no puedo caer aún, tengo muchas cuentas pendientes."
- En serio...deberías soltarme, soy gafe. Yo que tú lo haría. Esto no es normal. - comento casi con una risa nerviosa, debido a la situación en la que estamos. Al menos puedo serle útil usando electricidad si el shek decide acudir, cosa que espero que no haga. - Yo no tenía ni idea, ¡sólo es una conocida de donde vivo! si lo llego a saber hubiese advertido.
"no sé si habrá oído hablar de los Souls, pero no es momento de explicar nada, estamos a punto de caernos"
De repente la serpiente, la enorme serpiente, decide interrumpir la escalada de Kosuke, agarrándolo para subirlo hasta arriba, de una manera que no me gusta nada. - Celia, cálmate y déjanos en el suelo. No creo que a tu madre apruebe esto, que somos compañeros...
"los críos de hoy día no respetan nada"
Me aparezco en los acantilados en medio de toda la conmoción. Ese bonito lugar me parecía ideal como lugar de destino al estar lejos de la pelea de Londres y tenía buenas vistas. Para mi desgracia, veo que no había conseguido traerme al soldado humano con la desaparición.
"Bueno... Otra vez será".
Aún conservo la transformación de abominación de la batalla. A pesar de que me había tranquilizado, iba a tardar un poco para desaparecer al haber sido tan aguda. Por el momento, hay varias escamas escarlatas a la vista en mi abdomen y en la mitad de la cara. Por suerte mi ojo ya volvía a ser azul y mis dientes normales, el resto era cuestión de tiempo. Ahora por primera vez, echo un vistazo a mi alrededor viendo que había gente y una curiosa escena.
- ¿Oh? Parece que os estáis divirtiendo. Primero un dragón y ahora una serpiente voladora, este es un día interesante.
Saco mi escopeta recortada, cojo con mi mano izquierda un recipiente de papel y empiezo a materializar pólvora en su interior, por si a esa gente se le daba por atacarme. Sin embargo, en cuanto lo hago se me forma una muesca de dolor por las heridas que tenía de balas y el zarpazo en el abdomen, perdiendo ligeramente el equilibrio.
- Por mí no tengo ningún interés en pelear, pero con gusto os daré guerra si no me dejáis opción.
Miro con algo de miedo el extraño reptil que tenía apresadas a otras dos personas, pensando que me había escapado de un buen lío para meterme en otro.
"Bueno... Otra vez será".
Aún conservo la transformación de abominación de la batalla. A pesar de que me había tranquilizado, iba a tardar un poco para desaparecer al haber sido tan aguda. Por el momento, hay varias escamas escarlatas a la vista en mi abdomen y en la mitad de la cara. Por suerte mi ojo ya volvía a ser azul y mis dientes normales, el resto era cuestión de tiempo. Ahora por primera vez, echo un vistazo a mi alrededor viendo que había gente y una curiosa escena.
- ¿Oh? Parece que os estáis divirtiendo. Primero un dragón y ahora una serpiente voladora, este es un día interesante.
Saco mi escopeta recortada, cojo con mi mano izquierda un recipiente de papel y empiezo a materializar pólvora en su interior, por si a esa gente se le daba por atacarme. Sin embargo, en cuanto lo hago se me forma una muesca de dolor por las heridas que tenía de balas y el zarpazo en el abdomen, perdiendo ligeramente el equilibrio.
- Por mí no tengo ningún interés en pelear, pero con gusto os daré guerra si no me dejáis opción.
Miro con algo de miedo el extraño reptil que tenía apresadas a otras dos personas, pensando que me había escapado de un buen lío para meterme en otro.
-Regla nº1, salvarás a tus compañeros del peligro siempre que te sea posible, no puedo permitirme soltarte -le recité aquella regla y con ello mi decisión a no soltarle- ¿Así que esto también te coge por sorpresa? ¿Incluso viviendo cerca? Bueno... bah, da igual -dicho esto continuo mi escalada y escucho el batir de las alas a mi espalda y giro mi cabeza, viendo a la serpiente... ¡Oh jod...! Antes de pensar aquello la shek me agarró con la cola y nos subió a la cima, aunque no nos deja en el suelo y me mira con ojos analíticos, para saber si lo que dije de no usar fuego era verdad o no, mirada a la cual respondí con una mirada sincera y me llega un mensaje mental, ordenándome que lo suelte, aquello me mosquea, nadie me da ordenes así por las buenas, y menos alguien que me pega un coletazo solo por haber visto un par de llamas. Miro al suelo y uso un teletransporte de corta distancia junto con Adramelech.
Una vez llegados al suelo, suelto el brazo de Adramelech y la miro fijamente con algo de desagrado ¿Quien cojones se ha creído que es? Da igual, desvío mi atención a la chica que acaba de aparecer. Su aspecto desde luego es horroroso... varias escamas se encontraban tanto en su cara como en su abdomen y además parece estar herida. Nos apunta con una escopeta recortada mientras que de su mano izquierda salia lo que parecía ser polvo negro, el cual depositaba en un papel, aunque con ello suelta un quejido por el dolor de sus heridas. Miro a la shek nuevamente y suspiro, entendiendo el por qué apunta contra nosotros y suelto un suspiro. Me acerco a mi bolsa y de ella saco una poción herboreavitalizante y acto seguido, me acerco a la tiradora sin miedo a la recortada, como ella dijo, no hará nada a menos que nosotros actuemos de forma hostil, me agacho poniéndome a su altura y le ofrezco mi poción.
-Bébete esto anda, y que no te intimide el bicho ese, solo nos ha echado un cable -estaba usando un tono amable, para que cogiese la poción y se la bebiese de un trago, con ello deberían de sanarle la mayoría de las heridas, por no decir todas -no vamos a hacerte daño, así que aquí estás a salvo, anda, baja el arma -con ello de paso le pido que baje el arma, que no se encuentra en un entorno peligroso, ahora me dispongo a formularle unas cuantas preguntas sobre sus escamas y las heridas -¿qué te ha pasado para tener todas esas heridas? ¿y por qué tienes escamas? Bueno a eso último puedes contestar si quieres... -la pregunta referente a las escamas de su cuerpo tal vez la incomode, pero tampoco espero una respuesta directa.
Con todo lo que ha pasado, deberé de dar por finalizado todo el entrenamiento matutino, por lo que me levanto y miro a Adramelech -Por ahora ha sido suficiente entrenamiento, descansemos, aunque será mejor que nos resguardemos de la lluvia antes -les propuse a todos lo de refugiarnos y decidí mirar a mi alrededor, divisando una casa a lo lejos y luego la señalo con mi brazo de metal -¡Allí! ¡Dirijámonos a esa casa! -dicho esto, me dirijo hacia la casa, espero que los demás me hayan seguido hasta llegar allí.
Trato de abrir la puerta, que por suerte no tendría que ser forzada, se abrió con facilidad, parece que fue abandonada hace tiempo, a lo cual entro y me siento en la primera silla que encuentro, mirando a Lisy con una mirada seria -¿Qué es lo que quieres saber de Japón? Te responderé a todo lo que sepa de mi lugar de origen -no había olvidado que Lisy me preguntó sobre el estado de Japón, pero ahora que estamos en un lugar más tranquilo, dejaré que pueda hacerme todas las preguntas que quiera. ¡Ah! ¡Casi se me olvida! -soy Zekerasu Kosuke -decidí presentarme finalmente a las tres chicas que desconocen mi nombre -Tanto Kosuke, Kosu como Karasu me valen -les dije los posibles nombres por los cuales pueden llamarme.
Una vez llegados al suelo, suelto el brazo de Adramelech y la miro fijamente con algo de desagrado ¿Quien cojones se ha creído que es? Da igual, desvío mi atención a la chica que acaba de aparecer. Su aspecto desde luego es horroroso... varias escamas se encontraban tanto en su cara como en su abdomen y además parece estar herida. Nos apunta con una escopeta recortada mientras que de su mano izquierda salia lo que parecía ser polvo negro, el cual depositaba en un papel, aunque con ello suelta un quejido por el dolor de sus heridas. Miro a la shek nuevamente y suspiro, entendiendo el por qué apunta contra nosotros y suelto un suspiro. Me acerco a mi bolsa y de ella saco una poción herboreavitalizante y acto seguido, me acerco a la tiradora sin miedo a la recortada, como ella dijo, no hará nada a menos que nosotros actuemos de forma hostil, me agacho poniéndome a su altura y le ofrezco mi poción.
-Bébete esto anda, y que no te intimide el bicho ese, solo nos ha echado un cable -estaba usando un tono amable, para que cogiese la poción y se la bebiese de un trago, con ello deberían de sanarle la mayoría de las heridas, por no decir todas -no vamos a hacerte daño, así que aquí estás a salvo, anda, baja el arma -con ello de paso le pido que baje el arma, que no se encuentra en un entorno peligroso, ahora me dispongo a formularle unas cuantas preguntas sobre sus escamas y las heridas -¿qué te ha pasado para tener todas esas heridas? ¿y por qué tienes escamas? Bueno a eso último puedes contestar si quieres... -la pregunta referente a las escamas de su cuerpo tal vez la incomode, pero tampoco espero una respuesta directa.
Con todo lo que ha pasado, deberé de dar por finalizado todo el entrenamiento matutino, por lo que me levanto y miro a Adramelech -Por ahora ha sido suficiente entrenamiento, descansemos, aunque será mejor que nos resguardemos de la lluvia antes -les propuse a todos lo de refugiarnos y decidí mirar a mi alrededor, divisando una casa a lo lejos y luego la señalo con mi brazo de metal -¡Allí! ¡Dirijámonos a esa casa! -dicho esto, me dirijo hacia la casa, espero que los demás me hayan seguido hasta llegar allí.
Trato de abrir la puerta, que por suerte no tendría que ser forzada, se abrió con facilidad, parece que fue abandonada hace tiempo, a lo cual entro y me siento en la primera silla que encuentro, mirando a Lisy con una mirada seria -¿Qué es lo que quieres saber de Japón? Te responderé a todo lo que sepa de mi lugar de origen -no había olvidado que Lisy me preguntó sobre el estado de Japón, pero ahora que estamos en un lugar más tranquilo, dejaré que pueda hacerme todas las preguntas que quiera. ¡Ah! ¡Casi se me olvida! -soy Zekerasu Kosuke -decidí presentarme finalmente a las tres chicas que desconocen mi nombre -Tanto Kosuke, Kosu como Karasu me valen -les dije los posibles nombres por los cuales pueden llamarme.
Puede que en cierta forma provocase a Celia para que me atacara pero no lo habría hecho si no la conociese lo poquito que lo hago, así que sonrió para mí cuando veo como ayuda a los otros.
La verdad es que en un principio me preocupa que no los suelte "Venga, Celi que no son una piñata..." y menos aún que pida al japonés que suelte al otro ¿no sería capaz de dejar libre sólo a uno? Aunque el orgullo de ese joven pareció incapacitarlo para ello, teletransportandose al cabo de segundos.
"Parece que al final no van a poder terminar con su entrenamiento...bueno esto ha sido más divertido"
Repentinamente aparece una chica cerca de nosotros y si soy sincera, al principio temo que hiera a la niña aunque sea sólo una serpiente gigante, así que hago un movimiento vano por interponerme en caso de ataque...no obstante me detengo en mis pensamientos al verla derrumbarse "Esta...esta herida"
Yo podría tratar de ayudarla pero mis conocimientos de curación, a pesar de mi raza, son ahora escasos así que no puedo evitar permanecer quieta ante la situación mientras el joven de la mano metálica se acerca a la desconocida para darle un frasquito.
No escuchó lo que dicen, la tormenta y las olas amortizan sus voces, así que lo primero que se me viene a la mente es que quizás la conozca "¿A lo mejor es su novia? O tal vez este sea sólo un don Juan" retrocedo un poco, sintiendo cierto rubor en las mejillas "No, no...no mires a lo mejor quieren tiempo para estar juntos ¡Oh vamos no seas tan estúpida! No los conoces"
Trato de mirar hacia otra dirección opuesta incapaz de no dirigir mi vista hacia ellos en ciertas ocasiones, son apenas unos segundos pero no llego a comprenderlos. En verdad no siento rabia hacia esa extraña, más bien es envidia, parece mucho más valiente y fuerte que yo así que es comprensible que cualquiera se fijase en ella.
Tal vez sea lo mejor, yo no soy ni siquiera la más indicada aun así me siento incomoda cuando deciden ir hacia la cabaña, manteniéndome unos pasos alejada del grupo con los brazos cruzados por debajo de mi pecho.
"Esta empezando a hacer fresco y tengo sueño..."
Si no hubiese sido porque el japonés me pregunta lo que quiero saber de Japón me hubiera quedado en el exterior aunque acabase empapada.
- Eeh -me sorprendí un poco que se hubiese acordado de aquello con su novia al lado; un escalofrío recorrió mi cuerpo con sólo pensarlo "Seguro que quieren estar juntos ¿Deberíamos dejarlos?".
No recuerdo la última que tuve una relación así que no me acuerdo muy bien lo que era preocuparte de esa forma por una persona, ni querer tener cierta privacidad pero supongo que sería algo como la necesidad de comer o algo por el estilo. Bueno ciertamente nunca me he tomado una cosa así tan enserio así que puede que no sepa lo que es querer a alguien ¿esa chica lo sabrá? Bah, da lo mismo, no es lo más importante...además tengo sueño.
Sonrío como de costumbre para evitar que conozcan mis verdaderos sentimientos cuando me pregunta sobre lo que quiero saber ¿y si tuviera miedo a ese conocimiento? ¿y si ya no existía? No, no podía ser, no sólo Osaka sino Japón entero, había sido uno de los pocos lugares en los que realmente fui feliz así que no cabe en mi cabeza que hubiera ocurrido allí algo. ¿Algo que quiera saber? Lo medito mientras me doy golpecitos con mis dedos sobre mis labios y mientras que el menciona su nombre.
"Kosuke" trato de memorizar "Dira, Celia y Kosuke, Dira, Celia y Ko-su-ke"
Entró con cuidado en la casa, con cierto temor, sentándome con las piernas cruzadas en el suelo cerca de la entrada, lo más alejada al grupo que puedo "Serás tonta cualquiera que te conozca sabría que te pasa algo...pero en realidad no me debería pasar nada"
- Cuéntamelo todo y no omitas nada -le digo, tiritando pero con decisión, apoyando mis brazos sobre mis piernas frías a causa de la noche.
La verdad es que en un principio me preocupa que no los suelte "Venga, Celi que no son una piñata..." y menos aún que pida al japonés que suelte al otro ¿no sería capaz de dejar libre sólo a uno? Aunque el orgullo de ese joven pareció incapacitarlo para ello, teletransportandose al cabo de segundos.
"Parece que al final no van a poder terminar con su entrenamiento...bueno esto ha sido más divertido"
Repentinamente aparece una chica cerca de nosotros y si soy sincera, al principio temo que hiera a la niña aunque sea sólo una serpiente gigante, así que hago un movimiento vano por interponerme en caso de ataque...no obstante me detengo en mis pensamientos al verla derrumbarse "Esta...esta herida"
Yo podría tratar de ayudarla pero mis conocimientos de curación, a pesar de mi raza, son ahora escasos así que no puedo evitar permanecer quieta ante la situación mientras el joven de la mano metálica se acerca a la desconocida para darle un frasquito.
No escuchó lo que dicen, la tormenta y las olas amortizan sus voces, así que lo primero que se me viene a la mente es que quizás la conozca "¿A lo mejor es su novia? O tal vez este sea sólo un don Juan" retrocedo un poco, sintiendo cierto rubor en las mejillas "No, no...no mires a lo mejor quieren tiempo para estar juntos ¡Oh vamos no seas tan estúpida! No los conoces"
Trato de mirar hacia otra dirección opuesta incapaz de no dirigir mi vista hacia ellos en ciertas ocasiones, son apenas unos segundos pero no llego a comprenderlos. En verdad no siento rabia hacia esa extraña, más bien es envidia, parece mucho más valiente y fuerte que yo así que es comprensible que cualquiera se fijase en ella.
Tal vez sea lo mejor, yo no soy ni siquiera la más indicada aun así me siento incomoda cuando deciden ir hacia la cabaña, manteniéndome unos pasos alejada del grupo con los brazos cruzados por debajo de mi pecho.
"Esta empezando a hacer fresco y tengo sueño..."
Si no hubiese sido porque el japonés me pregunta lo que quiero saber de Japón me hubiera quedado en el exterior aunque acabase empapada.
- Eeh -me sorprendí un poco que se hubiese acordado de aquello con su novia al lado; un escalofrío recorrió mi cuerpo con sólo pensarlo "Seguro que quieren estar juntos ¿Deberíamos dejarlos?".
No recuerdo la última que tuve una relación así que no me acuerdo muy bien lo que era preocuparte de esa forma por una persona, ni querer tener cierta privacidad pero supongo que sería algo como la necesidad de comer o algo por el estilo. Bueno ciertamente nunca me he tomado una cosa así tan enserio así que puede que no sepa lo que es querer a alguien ¿esa chica lo sabrá? Bah, da lo mismo, no es lo más importante...además tengo sueño.
Sonrío como de costumbre para evitar que conozcan mis verdaderos sentimientos cuando me pregunta sobre lo que quiero saber ¿y si tuviera miedo a ese conocimiento? ¿y si ya no existía? No, no podía ser, no sólo Osaka sino Japón entero, había sido uno de los pocos lugares en los que realmente fui feliz así que no cabe en mi cabeza que hubiera ocurrido allí algo. ¿Algo que quiera saber? Lo medito mientras me doy golpecitos con mis dedos sobre mis labios y mientras que el menciona su nombre.
"Kosuke" trato de memorizar "Dira, Celia y Kosuke, Dira, Celia y Ko-su-ke"
Entró con cuidado en la casa, con cierto temor, sentándome con las piernas cruzadas en el suelo cerca de la entrada, lo más alejada al grupo que puedo "Serás tonta cualquiera que te conozca sabría que te pasa algo...pero en realidad no me debería pasar nada"
- Cuéntamelo todo y no omitas nada -le digo, tiritando pero con decisión, apoyando mis brazos sobre mis piernas frías a causa de la noche.
Me transformo en humana poco después de que Kosuke se teletransporte, no hay necesidad de llamar la atención ahora mismo. Me giro para observar a la peliblanca y mirarle a los ojos, percatándome se sus heridas.
"Otra híbrida, ya somos tres. ¿Quieres que avise a un médico?"
Le pregunto mentalmente para que vea que no tengo nada en contra suya. La verdad, ni me va ni me viene. Mientras no me haga nada, como si quiere liarse con el japonés o con Adramelech. O con Lisya, quién sabe.
"Bueno podría leerle la mente pero tampoco es cosa que se enfade, no ha ganas de pelear"
Les sigo a la casa sin decir ni una palabra. Quedándome fuera durante unos instantes mientras me cae la lluvia encima.
"Se siente bien después de la calor que hacía"
Entro justo cuando Lisya le dice a Kosuke que empiece a hablar, quedándome en el marco de la puerta, atenta a lo que dice.
"Otra híbrida, ya somos tres. ¿Quieres que avise a un médico?"
Le pregunto mentalmente para que vea que no tengo nada en contra suya. La verdad, ni me va ni me viene. Mientras no me haga nada, como si quiere liarse con el japonés o con Adramelech. O con Lisya, quién sabe.
"Bueno podría leerle la mente pero tampoco es cosa que se enfade, no ha ganas de pelear"
Les sigo a la casa sin decir ni una palabra. Quedándome fuera durante unos instantes mientras me cae la lluvia encima.
"Se siente bien después de la calor que hacía"
Entro justo cuando Lisya le dice a Kosuke que empiece a hablar, quedándome en el marco de la puerta, atenta a lo que dice.
El sentido de la lealtad que parece tener Kosuke me recuerda bastante a las reglas de la hermandad, eso de defendernos entre nosotros y de actuar de ese modo, sin dejar a nadie atrás. Lo que me resulta más extraño es que sea así aunque ambos seamos unos desconocidos, aunque algo menos que al principio al haber tenido ocasión de comprobar que hay varios puntos en común que nos unen. Cierto es que debería haber conocido las habilidades de Celia, pero la niña nunca hablaba cuando alguna vez me la crucé, y no le di demasiada importancia, simplemente era hija de una de las matriarcas. Por fin volvemos a pisar tierra firme cuando Kosuke tiene la idea de usar el teletransporte propio de los magos para regresar al acantilado, librándose así del agarre de Celia. Casi me dan ganas de besar el suelo al tenerlo de nuevo bajo mis pies, pero me contengo. Me inclino un poco hacia delante apoyando una mano en la rodilla, mientras recupero poco a poco el ritmo de respiración normal, alterado por el susto de la posible caída y el miedo a esclafarme contra las rocas.
- Uff...que momento más jodido, pensé que acabábamos los dos destrozados contra las rocas...muchas gracias, Kosuke.
"ha estado bastante rápido y ha sabido usar su garra para evitar que cayésemos. Ya tengo ganas de probar una de esas manos robóticas"
- Recuérdame para el próximo entrenamiento que no vayamos a ningún acantilado. - vuelvo a ponerme erguido, fijándome en que el japonés se ha ido a ayudar a una muchacha herida. Parece que hoy es el día de encontrarse gente, extraño en mi día a día y más en un lugar tan apartado como los acantilados. Estoy más que de acuerdo en eso de descansar, por hoy basta para los dos, así que cuando señala una casa a lo lejos me decido a acompañarlos, al menos hasta allí. Lo único que no creo que me quede. No estoy acostumbrado a estar con otros grupos que no sean de los míos, y digamos que tampoco soy muy sociable ni excesivamente hablador. Al entrar a la casa me quedo al lado de Celia, justo en el marco de la puerta, observando la conversación que van a tener ambos sobre los desastres de la guerra en Japón. Claro que también ha llegado allí, ha sido un conflicto que ha afectado a buena parte del planeta. Parece que ahora no es momento de preguntar quién es ella, por mucho que Celia diga que es de los nuestros. Ya lo haré en otro momento, no quiero interrumpir. Miro de reojo a Celia, que sigue sin decir una palabra y me parece un tanto siniestra por ello, mejor le pregunto a mi madre alguna cosa más al respecto.
- Yo tengo que marcharme, no puedo quedarme aquí demasiado tiempo. Además, no me importa caminar bajo la tormenta. - sonrío levemente mientras muestro unos pequeños rayos en la palma de mi mano, no me supone problema que haya tormenta eléctrica. - Ya hablaremos en otra ocasión. Kosuke, cuando quieras que hablemos sobre lo de antes puedes buscarme por la Posada de los Muertos, suelo ir por allí de vez en cuando. Hasta pronto, y no os metáis en más líos...- comento lo último a Celia al salir, marchándome de la cabaña y dejando atrás después los acantilados de Dover.
- Uff...que momento más jodido, pensé que acabábamos los dos destrozados contra las rocas...muchas gracias, Kosuke.
"ha estado bastante rápido y ha sabido usar su garra para evitar que cayésemos. Ya tengo ganas de probar una de esas manos robóticas"
- Recuérdame para el próximo entrenamiento que no vayamos a ningún acantilado. - vuelvo a ponerme erguido, fijándome en que el japonés se ha ido a ayudar a una muchacha herida. Parece que hoy es el día de encontrarse gente, extraño en mi día a día y más en un lugar tan apartado como los acantilados. Estoy más que de acuerdo en eso de descansar, por hoy basta para los dos, así que cuando señala una casa a lo lejos me decido a acompañarlos, al menos hasta allí. Lo único que no creo que me quede. No estoy acostumbrado a estar con otros grupos que no sean de los míos, y digamos que tampoco soy muy sociable ni excesivamente hablador. Al entrar a la casa me quedo al lado de Celia, justo en el marco de la puerta, observando la conversación que van a tener ambos sobre los desastres de la guerra en Japón. Claro que también ha llegado allí, ha sido un conflicto que ha afectado a buena parte del planeta. Parece que ahora no es momento de preguntar quién es ella, por mucho que Celia diga que es de los nuestros. Ya lo haré en otro momento, no quiero interrumpir. Miro de reojo a Celia, que sigue sin decir una palabra y me parece un tanto siniestra por ello, mejor le pregunto a mi madre alguna cosa más al respecto.
- Yo tengo que marcharme, no puedo quedarme aquí demasiado tiempo. Además, no me importa caminar bajo la tormenta. - sonrío levemente mientras muestro unos pequeños rayos en la palma de mi mano, no me supone problema que haya tormenta eléctrica. - Ya hablaremos en otra ocasión. Kosuke, cuando quieras que hablemos sobre lo de antes puedes buscarme por la Posada de los Muertos, suelo ir por allí de vez en cuando. Hasta pronto, y no os metáis en más líos...- comento lo último a Celia al salir, marchándome de la cabaña y dejando atrás después los acantilados de Dover.
Me tranquilizo al ver que la serpiente desaparece y en su lugar aparece una dulce y adorable niña. Nadie diría que eso era un enorme reptil alado hasta hace unos momentos. Luego de eso siento una voz en mi cabeza que me habla y no es mi subconsciente. No sé muy bien cual de las personas me había hablado mentalmente, así que no le hago mucho caso.
"Que cosas se encuentra una hoy en día".
Retrocedo al ver a Kosuke acercarse demasiado a mí tan despreocupado, sin bajar lo más mínimo mi escopeta. Sin embargo, saca lo que parece ser una poción curativa y me la ofrece con toda la buena fe del mundo. La cojo y le quito el tapón para ver si realmente era lo que creía y así parecía ser.
"¿Acaso es idiota y me da algo tan valioso como esto gratis?".
Sin embargo no pienso mucho sobre el tema y me bebo todo el contenido del recipiente en un instante, sin dejar una sola gota. Luego, me guardo el contenedor de cristal en mi bolsa, me sería útil más adelante, no soy de esas que tiran las cosas.
-Gracias...
Me guardo mi escopeta y mis recipientes de papel luego de vaciarles el contenido. De inmediato siento como la poción surte efecto y se me cierran todas las heridas, quedando solamente un ligero dolor donde se encontraban antes. Me giro hacía Kosuke con una sonrisa en cuanto me pregunta por mí.
-Las heridas, pues... Iba tranquilamente a mi casa cuando me encontré con un centinela y un maldito ejército de los militares desplegados, además dos licántropos transformados. Luego de eso nos llovieron balas, apareció un dragón y otros tantos magos. Al parecer el centinela impedía que pudiéramos teletransportarnos, así que en cuanto acabamos con él vine al lugar más apartado posible de allí y aquí me encuentro. Un día normal.- Le doy tantos detalles sobre la causa de mis heridas porque no tenía la más mínima intención de hablarle sobre el origen de mis escamas.
Me habría gustado irme, pero con toda esa conmoción no podría ir a mi apartamento de momento, sin hablar de que estaba cansada de la batalla y no me apetecía volver a desaparecerme, así que los acompaño a la cabaña. Me doy cuenta de que Lisya camina algo apartada de nosotros, bastantes metros atrás.
"No debo de agradarle por mi aspecto. No importa, ya estoy acostumbrada".
De camino a la casucha, pasa el tiempo suficiente para que desaparezcan las escamas y recupere totalmente mi bonita apariencia humana. Durante el trayecto me siento realmente incómoda, en la batalla me había embadurnado en pólvora para que no me oliesen los licántropos pero ahora con el agua se estaba pegando a mi piel y era bastante desagradable.
"Me gustaría pegarme una ducha".
En cuanto llegamos a la cabaña saco dos recipientes de papel y empiezo a materializar pólvora en ellos. Una vez que acabo, me dirijo a Kosuke y se los doy con una expresión seria.
- No me gusta deberle nada a nadie, así que toma. Esto no es suficiente para pagar la poción pero es todo lo que puedo hacer por ahora,- luego de dárselo, empiezo a explicarle- Presta atención porque no lo diré dos veces: El recipiente cilíndrico es una granada de humo, no tiene detonador así que tienes que apañártelas para ello con fuego o con una pequeña explosión mágica. El recipiente esférico es una granada aturdidora, si la detonas emitirá un intenso y molesto ruido agudo que aturde los oídos, junto con una luz cegadora para que a quien se la lances quede incapacitado por un momento de vista y oído.-Luego de explicarle, nuevamente me doy cuenta de que no me había presentado. No iba a decirles mi nombre real pero de alguna forma tenían que llamarme.- Lo siento, aún no me he presentado. Podéis llamarme Santa de la Pólvora.
"Así que se llama Kosuke... Un nombre extraño la verdad".
Luego de hablar con Kosuke, me quedo apartada en un rincón de la cabaña ya que no era asunto mío lo que estaba hablando con Lisya. Me siento en el suelo contra la pared y empiezo a quitarme lo que puedo la pólvora que tengo pegada en mi piel.
"Que cosas se encuentra una hoy en día".
Retrocedo al ver a Kosuke acercarse demasiado a mí tan despreocupado, sin bajar lo más mínimo mi escopeta. Sin embargo, saca lo que parece ser una poción curativa y me la ofrece con toda la buena fe del mundo. La cojo y le quito el tapón para ver si realmente era lo que creía y así parecía ser.
"¿Acaso es idiota y me da algo tan valioso como esto gratis?".
Sin embargo no pienso mucho sobre el tema y me bebo todo el contenido del recipiente en un instante, sin dejar una sola gota. Luego, me guardo el contenedor de cristal en mi bolsa, me sería útil más adelante, no soy de esas que tiran las cosas.
-Gracias...
Me guardo mi escopeta y mis recipientes de papel luego de vaciarles el contenido. De inmediato siento como la poción surte efecto y se me cierran todas las heridas, quedando solamente un ligero dolor donde se encontraban antes. Me giro hacía Kosuke con una sonrisa en cuanto me pregunta por mí.
-Las heridas, pues... Iba tranquilamente a mi casa cuando me encontré con un centinela y un maldito ejército de los militares desplegados, además dos licántropos transformados. Luego de eso nos llovieron balas, apareció un dragón y otros tantos magos. Al parecer el centinela impedía que pudiéramos teletransportarnos, así que en cuanto acabamos con él vine al lugar más apartado posible de allí y aquí me encuentro. Un día normal.- Le doy tantos detalles sobre la causa de mis heridas porque no tenía la más mínima intención de hablarle sobre el origen de mis escamas.
Me habría gustado irme, pero con toda esa conmoción no podría ir a mi apartamento de momento, sin hablar de que estaba cansada de la batalla y no me apetecía volver a desaparecerme, así que los acompaño a la cabaña. Me doy cuenta de que Lisya camina algo apartada de nosotros, bastantes metros atrás.
"No debo de agradarle por mi aspecto. No importa, ya estoy acostumbrada".
De camino a la casucha, pasa el tiempo suficiente para que desaparezcan las escamas y recupere totalmente mi bonita apariencia humana. Durante el trayecto me siento realmente incómoda, en la batalla me había embadurnado en pólvora para que no me oliesen los licántropos pero ahora con el agua se estaba pegando a mi piel y era bastante desagradable.
"Me gustaría pegarme una ducha".
En cuanto llegamos a la cabaña saco dos recipientes de papel y empiezo a materializar pólvora en ellos. Una vez que acabo, me dirijo a Kosuke y se los doy con una expresión seria.
- No me gusta deberle nada a nadie, así que toma. Esto no es suficiente para pagar la poción pero es todo lo que puedo hacer por ahora,- luego de dárselo, empiezo a explicarle- Presta atención porque no lo diré dos veces: El recipiente cilíndrico es una granada de humo, no tiene detonador así que tienes que apañártelas para ello con fuego o con una pequeña explosión mágica. El recipiente esférico es una granada aturdidora, si la detonas emitirá un intenso y molesto ruido agudo que aturde los oídos, junto con una luz cegadora para que a quien se la lances quede incapacitado por un momento de vista y oído.-Luego de explicarle, nuevamente me doy cuenta de que no me había presentado. No iba a decirles mi nombre real pero de alguna forma tenían que llamarme.- Lo siento, aún no me he presentado. Podéis llamarme Santa de la Pólvora.
"Así que se llama Kosuke... Un nombre extraño la verdad".
Luego de hablar con Kosuke, me quedo apartada en un rincón de la cabaña ya que no era asunto mío lo que estaba hablando con Lisya. Me siento en el suelo contra la pared y empiezo a quitarme lo que puedo la pólvora que tengo pegada en mi piel.
Veo como Lisy entra y se sienta cerca de la entrada, quiere que se lo cuente todo sin omitir nada... bueno, trataré de contarle todo lo que sé. -Digamos que Japón está... bueno, esta guerra se extendió por todo el mundo, aunque Japón tardó algo más en empezarla, ya sabes... magos y humanos dándose de hostias hasta morir. Tokyo, Hokaido, Osaka... nada de allí logró escapar de esto... Ha habido veces en las que tuve que participar en alguna batalla, pero solo para proteger Kumatori, mi pueblo natal, la cual está en Osaka. Por desgracia, Osaka fué la última en caer, y con ella Kumatori, pero no fue destruida por los humanos en su totalidad, sino por un nigromante de nombre Akira Terumi... -dije aquel nombre con algo de ira, solo recordarlo me hierve la sangre- no sólo destruyó Kumatori, sino también varios pueblos cercanos para construirse un ejército de demonios mediante la posesión de humanos y magos, batalla en la cual el único superviviente fuí yo, algunos compañeros asesinados, otros poseídos...yo perdí mi brazo derecho y a mi familia... Vine aquí para encontrar a ese hijo de puta y... -me estaba yendo un poco por las ramas contando lo que pasó en mi pueblo, acabando contando mi historia y echándole una mirada a mi brazo no humano- Perdón, me he ido un poco por las ramas, iré al grano. Dentro del bando de los magos, hay humanos que decidieron ayudar a los magos, entre ellos el que me dio mi brazo. No apoyaban en absoluto los ideales de la Alianza Japonesa, los cuales estaban muy bien armados y avanzados tecnológicamente. Si la Alianza de aquí os parece que están bien equipados a nivel tecnológico, digamos que la de Japón... es como si directamente la tecnología de aquí avanzase 10 o 15 años. Por suerte los expertos en tecnología del bando de los magos, han logrado equipararse a la Alianza, ahora mismo Japón se encuentra en un estado en el que, el bando que haga un mal movimiento, será la que esté jodida. -con esto último, finalizo mi explicación sobre el estado actual de Japón y en como la guerra lo ha afectado. Antes no me di cuenta, pero Lisy estaba temblando, tal vez de frío, a lo que me quito la chaqueta que cuelga de mis hombreras y se la pongo encima -Haberme dicho que tenías frío y te caliento -vale, admito que eso ha sonado realmente mal...- ¡Soy una estufa andante! -dije aquello para tratar de quitarle el mal sentido a lo dicho anteriormente, pero eh, si cuela cuela, y si no, mala suerte.
Durante el camino, la tiradora me había contado el cómo se hizo aquellas heridas, La historia incluía centinelas, soldados, licántropos, dragones, magos y lluvia de balas. Sep, el pan de cada día en esta guerra, aunque no me respondió al por qué tiene esas escamas a las cuales no les hice ninguna muesca de asco ni nada, a lo mejor ella muta o algo, cosa que me da igual realmente, bueno, tenía, para cuando llegamos a la casa abandonada ya habían desaparecido. La chica iba un tanto destapada desde luego pero eh... ¿Quién soy yo para decirle a las mujeres qué ponerse y qué no? ¡Y si alegran la vista mejor! -Desde luego has pasado una noche completita, y yo que creí que ayer era yo el idiota más desafortunado del mundo... -Aun le tenía resquemor a todo lo que pasó ayer, desde luego son cosas que no olvidas nunca, y que de viejo las acabarías contando a tus nietos durante tus desvarios de viejo senil. Mientras estábamos en la casa, la chica se acerca a mi, con dos objetos los cuales parecían ser granadas que acaba de hacer en un momento, en agradecimiento por la poción que se bebió, la cual curó sus heridas. Me explica el funcionamiento de dichas granadas, una de humo la cual tendría que detonar yo mismo mediante magia ígnea y la otra es una granada aturdidora, desde luego me serían muy útiles por si ocurre cualquier cosa. -No hacía falta que te molestaras en hacerlas, sólo te dí la poción porque te vi mal y sólo quise ayudar, pero gracias -cogí ambas granadas y las guardé en unos bolsillos pensados para llevar objetos de utilidad para las batallas en las que me viese afectado. La chica se presenta bajo el sobrenombre de Santa de la Polvora, dándome a entender que no va a dar su nombre por las buenas, bueno, si quiere que la llame así... de todas formas en algún momento sabré su nombre.
-Sí, desde luego no pienso entrenar nunca más cerca de acantilados -le respndía a Adramelech, si no me hubiese dado prisa ahora mismo no estaríamos en esta casa vivitos y coleando, refugiándonos de la lluvia. El chico no parece querer quedarse, avisándonos de que quiere irse y que no le importaba ir bajo la lluvia, bueno, allá él, solo espero que tenga cuidado. Me dice que si quiero volver a encontrarme con él, que vaya a la Posada de los Muertos y nos dice que no nos metamos en lios, refiriendose a Celia al mirarla. -Ten cuidado tú también, no vaya a ser que te resbales de nuevo y te escoñes de verdad, si viene el tipo que dije, iré a verte en el sitio que me has indicado -aunque no sé como ir allí... bueno, ya encontraré el camino cuando necesite acercarme por allí, Observo como se va de la casa, no, en serio, más le vale que tenga cuidado, no me gustaría para nada tener a otro amigo K.O. Que por cierto, ¿cómo estará Yaroslav?
Celia al parecer se quedó fuera, bajo la lluvia, aunque escuchaba atentamente todo lo que decíamos, ahora mismo la chica me parece siniestra, no habla y parece que sólo se comunica mentalmente, no ha abierto la boca en todo lo que lleva aquí. "Vamos mujer, será mejor que entres, aunque seas una shek seguramente cojas un resfriado, y habla más anda, pero hablar de decir cosas con tu boca, que vas a oxidar tus cuerdas vocales" ¿Habrá leido esto que acabo de pensar?
Durante el camino, la tiradora me había contado el cómo se hizo aquellas heridas, La historia incluía centinelas, soldados, licántropos, dragones, magos y lluvia de balas. Sep, el pan de cada día en esta guerra, aunque no me respondió al por qué tiene esas escamas a las cuales no les hice ninguna muesca de asco ni nada, a lo mejor ella muta o algo, cosa que me da igual realmente, bueno, tenía, para cuando llegamos a la casa abandonada ya habían desaparecido. La chica iba un tanto destapada desde luego pero eh... ¿Quién soy yo para decirle a las mujeres qué ponerse y qué no? ¡Y si alegran la vista mejor! -Desde luego has pasado una noche completita, y yo que creí que ayer era yo el idiota más desafortunado del mundo... -Aun le tenía resquemor a todo lo que pasó ayer, desde luego son cosas que no olvidas nunca, y que de viejo las acabarías contando a tus nietos durante tus desvarios de viejo senil. Mientras estábamos en la casa, la chica se acerca a mi, con dos objetos los cuales parecían ser granadas que acaba de hacer en un momento, en agradecimiento por la poción que se bebió, la cual curó sus heridas. Me explica el funcionamiento de dichas granadas, una de humo la cual tendría que detonar yo mismo mediante magia ígnea y la otra es una granada aturdidora, desde luego me serían muy útiles por si ocurre cualquier cosa. -No hacía falta que te molestaras en hacerlas, sólo te dí la poción porque te vi mal y sólo quise ayudar, pero gracias -cogí ambas granadas y las guardé en unos bolsillos pensados para llevar objetos de utilidad para las batallas en las que me viese afectado. La chica se presenta bajo el sobrenombre de Santa de la Polvora, dándome a entender que no va a dar su nombre por las buenas, bueno, si quiere que la llame así... de todas formas en algún momento sabré su nombre.
-Sí, desde luego no pienso entrenar nunca más cerca de acantilados -le respndía a Adramelech, si no me hubiese dado prisa ahora mismo no estaríamos en esta casa vivitos y coleando, refugiándonos de la lluvia. El chico no parece querer quedarse, avisándonos de que quiere irse y que no le importaba ir bajo la lluvia, bueno, allá él, solo espero que tenga cuidado. Me dice que si quiero volver a encontrarme con él, que vaya a la Posada de los Muertos y nos dice que no nos metamos en lios, refiriendose a Celia al mirarla. -Ten cuidado tú también, no vaya a ser que te resbales de nuevo y te escoñes de verdad, si viene el tipo que dije, iré a verte en el sitio que me has indicado -aunque no sé como ir allí... bueno, ya encontraré el camino cuando necesite acercarme por allí, Observo como se va de la casa, no, en serio, más le vale que tenga cuidado, no me gustaría para nada tener a otro amigo K.O. Que por cierto, ¿cómo estará Yaroslav?
Celia al parecer se quedó fuera, bajo la lluvia, aunque escuchaba atentamente todo lo que decíamos, ahora mismo la chica me parece siniestra, no habla y parece que sólo se comunica mentalmente, no ha abierto la boca en todo lo que lleva aquí. "Vamos mujer, será mejor que entres, aunque seas una shek seguramente cojas un resfriado, y habla más anda, pero hablar de decir cosas con tu boca, que vas a oxidar tus cuerdas vocales" ¿Habrá leido esto que acabo de pensar?
Veo a la chica sentada al otro extremo, haciendo algo que desconozco así que no puedo contener la curiosidad de acercarme a gatas hasta ella y contemplar sus manos unos segundos dirigiéndole una dulce sonrisa propia en mi persona antes de volverme a mi sitio, al alcanzar Kosuke un punto de la historia que provoca que mi cuerpo se estremezca.
He de reconocer que no me cae mal la extraña aunque la inmensa mayoría de la gente suele agradarme, además se le ve tan valiente...jo ¿daré yo la misma imagen? Es evidente que no, supongo que por eso Kosuke se fijó en ella.
Ahora mismo eso es lo que menos me preocupa, escuchó cada palabra con atención pero al llegar a la parte del nigromante mi corazón se congela al igual que mis ojos, normalmente, tan expresivos y que ahora permanecen en un punto fijo en el suelo.
El final de su explicación apenas lo escucho pero al notar la chaqueta de Kosuke sobre mí, elevo la vista tratando de aparentar normalidad incluso intento mantener en mi rostro la misma alegría con la que algunos me relacionan aunque no lo sienta realmente.
Me levantó de un salto, poniéndome de puntillas y agarrándolo del cuello de su camisa "Joder que alto es, voy a necesitar una silla".
-Eso de la estufa me gustaría comprarlo -le susurro al oído- sino tuvieses novia.
Me alejo de él antes de que pueda contestarme, agarrando a Celia por la mano y conduciéndole a un asiento.
- Aquí estarás mejor, voy a salir un momento haber si amaina la tormenta, tu quédate aquí -me muestro lo más contenta que puedo hasta que logró deslizarme hacia la salida, creyendo que la pareja se quedará allí y que Celia sabe que necesito un momento.
Cierro la puerta tras de mí, pegándome lo más que puedo a la pared para no empapar la chaqueta de Kosuke a la vez que bajo la vista hasta el suelo, cayendo la alvina cascada ondulada de mis cabellos sobre mis piernas que se resbalan hasta que me obligan a sentarme.
"Mierda" pienso antes de golpear la pared con unos de mis pequeños puños.
He de reconocer que no me cae mal la extraña aunque la inmensa mayoría de la gente suele agradarme, además se le ve tan valiente...jo ¿daré yo la misma imagen? Es evidente que no, supongo que por eso Kosuke se fijó en ella.
Ahora mismo eso es lo que menos me preocupa, escuchó cada palabra con atención pero al llegar a la parte del nigromante mi corazón se congela al igual que mis ojos, normalmente, tan expresivos y que ahora permanecen en un punto fijo en el suelo.
El final de su explicación apenas lo escucho pero al notar la chaqueta de Kosuke sobre mí, elevo la vista tratando de aparentar normalidad incluso intento mantener en mi rostro la misma alegría con la que algunos me relacionan aunque no lo sienta realmente.
Me levantó de un salto, poniéndome de puntillas y agarrándolo del cuello de su camisa "Joder que alto es, voy a necesitar una silla".
-Eso de la estufa me gustaría comprarlo -le susurro al oído- sino tuvieses novia.
Me alejo de él antes de que pueda contestarme, agarrando a Celia por la mano y conduciéndole a un asiento.
- Aquí estarás mejor, voy a salir un momento haber si amaina la tormenta, tu quédate aquí -me muestro lo más contenta que puedo hasta que logró deslizarme hacia la salida, creyendo que la pareja se quedará allí y que Celia sabe que necesito un momento.
Cierro la puerta tras de mí, pegándome lo más que puedo a la pared para no empapar la chaqueta de Kosuke a la vez que bajo la vista hasta el suelo, cayendo la alvina cascada ondulada de mis cabellos sobre mis piernas que se resbalan hasta que me obligan a sentarme.
"Mierda" pienso antes de golpear la pared con unos de mis pequeños puños.
Frunzo el ceño cuando menciona a un nigromante. ¿Acaso era el mismo que trabajaba con los sheks? Pero entonces, ¿Por qué tenía un ejército de demonios?
-¿Sabes algo más de ese tal Akira Terumi? ¿Tenía aliados?
"Los sheks saben esconderse muy bien entre las sombras"Esto último se lo digo a Kosuke en la mente, porque no me fío del todo de nuestra nueva compañera. Además, por el carácter impulsivo de Lisya, si nos encontramos con un shek seguro que le atacaría. Y no me gustaría que muriera tan rápido.
"Me está empezando a caer bien esta muchacha"
No puedo evitar aue se escape una risita cuando la nueva híbrida se presenta. ¿Santa de la pólvora? ¿Y entonces yo qué soy? ¿Hija del Séptimo? Nunca en mi vida he escuchado un nombre tan ridículo. Sí que tiene el ego por las nubes.
"Ni los dragones so tan orgullosos"
Siento la tristeza en la que la mente de mi compañera navega y me muestro un poco reticente a soltarla de la mano, pero una parte de mí sabe que necesita estar sola. Por eso cuando cierra la puerta, mitigo el vínculo telepático que nos une hasta que apenas queda un resquicio para que ella pueda hablarme si ve algo raro. Miro a Kosuke con un semblante más serio de lo habitual, porque la lógica me dice que seguramente siga a Lisya.
-Quédate aquí. Necesita estar sola
-¿Sabes algo más de ese tal Akira Terumi? ¿Tenía aliados?
"Los sheks saben esconderse muy bien entre las sombras"Esto último se lo digo a Kosuke en la mente, porque no me fío del todo de nuestra nueva compañera. Además, por el carácter impulsivo de Lisya, si nos encontramos con un shek seguro que le atacaría. Y no me gustaría que muriera tan rápido.
"Me está empezando a caer bien esta muchacha"
No puedo evitar aue se escape una risita cuando la nueva híbrida se presenta. ¿Santa de la pólvora? ¿Y entonces yo qué soy? ¿Hija del Séptimo? Nunca en mi vida he escuchado un nombre tan ridículo. Sí que tiene el ego por las nubes.
"Ni los dragones so tan orgullosos"
Siento la tristeza en la que la mente de mi compañera navega y me muestro un poco reticente a soltarla de la mano, pero una parte de mí sabe que necesita estar sola. Por eso cuando cierra la puerta, mitigo el vínculo telepático que nos une hasta que apenas queda un resquicio para que ella pueda hablarme si ve algo raro. Miro a Kosuke con un semblante más serio de lo habitual, porque la lógica me dice que seguramente siga a Lisya.
-Quédate aquí. Necesita estar sola
Miro a extrañada a Lisya cuando gatea hasta mi posición, me sonríe y se va como si nada.
"¿Qué pretende?".
Después de quitarme la pólvora adherida a mi piel siento como el frío ataca sin piedad a mi cuerpo, provocando que se me erice y tiemble ligeramente. Giro mi mirada hacia la pareja acaramelada y no puedo evitar sentir una combinación entre asco y envidia.
"Alguien como yo no puede tener una vida normal. No es justo".
Levanto mi mano izquierda y la miro algo melancólica, sabiendo que debajo de ese guante tenía un brazo con poca apariencia humana, solamente era una mutación por mis genes demoníacos. Aprieto el puño con fuerza al pasar esos sentimientos por mi cabeza, como si con ello consiguiera que se me desprendieran las escamas. Si no llevara el guante, posiblemente me estaría clavando mis uñas y haría que sangre. Eso si no tuviera las escamas claro, lo único bueno que tenían era que me protegían más que la piel por si sola. Había intentado arrancarme las escamas para ver si solamente era superficial, pero no importaba. Lo que vi debajo es una piel roja muy blanda y débil, pero al cabo de unos días me volvieron a crecer las escamas exactamente en el mismo lugar, como quien se corta el pelo.
"Y eso sin hablar que si me enfado me cubro totalmente de escamas y demás mutaciones... Yo no pedí tener sangre demoníaca".
Dejo de hacer fuerza con mi puño porque sabía que no iba a servir de nada. Empezaba a tener más frío, así que me encojo sobre mí misma y abrazo mis piernas ahí sentada en el suelo. Al menos así podría conservar mejor mi calor, siendo una bolita. Seguía teniendo frío. ¿O solamente era una ilusión de mi cuerpo y lo que quería era el calor de alguien? Me sentía así luego de ver a esos dos acaramelados.
"Tonterías. Hay cosas que calientan más".
Reprimo totalmente esos pensamientos que me empezaban a florecer, no serían nada buenos. Dejo de abrazar mis piernas pero sigo igualmente encogida para no perder tanto calor. Materializo un poco de pólvora de baja potencia y combustión extremadamente lenta en mi mano izquierda, que iba a usar para calentarme. La enciendo con una explosión pequeña y empieza a arder con una llama, como si fuera una hoguera en miniatura en mi propia mano. El guante me protegía de no quemarme, así que no había problema. Entierro mi frente en las rodillas contraídas que tengo en frente mía y pongo mi mano con la pequeña fogata entre mis piernas y mi abdomen, de forma que pudiera calentarme todo lo posible con esa pequeña llama.
"Que calentito".
"¿Qué pretende?".
Después de quitarme la pólvora adherida a mi piel siento como el frío ataca sin piedad a mi cuerpo, provocando que se me erice y tiemble ligeramente. Giro mi mirada hacia la pareja acaramelada y no puedo evitar sentir una combinación entre asco y envidia.
"Alguien como yo no puede tener una vida normal. No es justo".
Levanto mi mano izquierda y la miro algo melancólica, sabiendo que debajo de ese guante tenía un brazo con poca apariencia humana, solamente era una mutación por mis genes demoníacos. Aprieto el puño con fuerza al pasar esos sentimientos por mi cabeza, como si con ello consiguiera que se me desprendieran las escamas. Si no llevara el guante, posiblemente me estaría clavando mis uñas y haría que sangre. Eso si no tuviera las escamas claro, lo único bueno que tenían era que me protegían más que la piel por si sola. Había intentado arrancarme las escamas para ver si solamente era superficial, pero no importaba. Lo que vi debajo es una piel roja muy blanda y débil, pero al cabo de unos días me volvieron a crecer las escamas exactamente en el mismo lugar, como quien se corta el pelo.
"Y eso sin hablar que si me enfado me cubro totalmente de escamas y demás mutaciones... Yo no pedí tener sangre demoníaca".
Dejo de hacer fuerza con mi puño porque sabía que no iba a servir de nada. Empezaba a tener más frío, así que me encojo sobre mí misma y abrazo mis piernas ahí sentada en el suelo. Al menos así podría conservar mejor mi calor, siendo una bolita. Seguía teniendo frío. ¿O solamente era una ilusión de mi cuerpo y lo que quería era el calor de alguien? Me sentía así luego de ver a esos dos acaramelados.
"Tonterías. Hay cosas que calientan más".
Reprimo totalmente esos pensamientos que me empezaban a florecer, no serían nada buenos. Dejo de abrazar mis piernas pero sigo igualmente encogida para no perder tanto calor. Materializo un poco de pólvora de baja potencia y combustión extremadamente lenta en mi mano izquierda, que iba a usar para calentarme. La enciendo con una explosión pequeña y empieza a arder con una llama, como si fuera una hoguera en miniatura en mi propia mano. El guante me protegía de no quemarme, así que no había problema. Entierro mi frente en las rodillas contraídas que tengo en frente mía y pongo mi mano con la pequeña fogata entre mis piernas y mi abdomen, de forma que pudiera calentarme todo lo posible con esa pequeña llama.
"Que calentito".
Durante la historia del estado de Japón que estuve contando, vi que a Lisy le pasaba algo, como si se hubiese quedado pillada, fue cuando le conté que el causante de lo de Kumatori y varios pueblos más fue causa de un nigromante, tal vez entrase en shock o algo... ¿tendría algún familiar allí en Osaka? Aunque me parece extraño, sus rasgos no me dicen en absoluto que sea japonesa, y sí, hay diferencias entre japoneses, chinos y coreanos, pero no voy a entrar en detalles sobre eso. Había reaccionado en cuanto le había dado mi chaqueta y me mira a la cara, pareciendo normal, conservando ese rostro de niña inocente que solo sabe sonreír, levantándose enérgicamente. Desde luego la noto rara, o bien es una psicópata o... realmente la historia sobre Japón la había afectado... tch... espero que no haya perdido a alguien importante porque si no... será otro nombre al cual apuntar en la lista de vidas por las que le deberé hacer pagar a ese maldito hijo de puta. Quería preguntarle si conocía a alguien de Kumatori, o de incluso Osaka en general, pero soy interrumpido en cuanto me agarra de la camisa y me susurra al oído que le gustaría que comprobar lo de la estufa... ¡Lo sabía! ¡Sabía que me malentendería! pero luego me da una negativa al decirme que lo haría si no tuviese novia... ¡ESPERA ESPERA ESPERA ESPERA! ¿DESDE CUANDO TENGO NOVIA? ¡NI DE COÑA NI DE COÑA NI DE COÑA! -¡Yo no...! -iba a decirle que no tenía novia, que estoy más solo que la una, pero se aleja para coger a Celia de la mano y meterla dentro, acto seguido sale por la puerta de la casa, cerrándola -No... definitivamente no está bien... -susurré para mis adentros, con ello decido ir con ella, pero Celia me dice que debo de dejarla sola, que por cierto, AL FIN HABLA JODER, ESTO MERECE UNA CELEBRACIÓN y con esto me imagino a mini Kosukes de fiesta en mi cabeza.
Celia la shek me pregunta sobre Akira Terumi, sobre lo que sabía en concreto de él -Solo se que ese... monstruo -me niego en rotundo a considerarlo persona- está en Inglaterra haciendo más de lo mismo, ampliando su ejército de demonios, por ahora no se nada más de él, y si lo supiese, creo que ese hombre ya habría dejado de existir porque ya lo habría matado yo mismo. En cuanto a si tiene aliados, no lo se -tras contestarle a las preguntas, me dice mentalmente que los sheks son capaces de ocultarse bastante bien, a lo cual contesto con "Tener conocimientos sobre el arte del sigilo y el camuflaje no impiden que se te atrofien las cuerdas bocales"
Observo a la Santa, quien está hecha una bolita, tal vez porque tuviese frío y en su mano tiene lo que parece ser... ¿fuego? no me importa como ella quiera entrar en calor hasta que recordé que Celia casi logra impactarme un coletazo cuando usé llamas con Adramelech... solo con pensar que Celia podría transformarse en shek y con ello, destruir la casa y dejarnos sin refugio, se me puso mala cara... ¡Shimattaaaaaaaaaa! pensé mierda en japonés y me dirijo a mi bolsa rápido, buscando desesperado una manta hasta encontrarla y ponérsela a Freiya por encima -Apaga el fuego por favor, a la shek le dan miedo las llamitas y bueno... no quiero que se transforme y destroce el techo que nos sirve para refugiarnos de la lluvia -le pedí amablemente que lo apagase, con la manta debería bastar para que entre en calor.
Me senté en mi silla, pensativo y preocupado a la vez. ¿Yaroslav habrá salido de esta para poder emborracharnos otra vez? ¿Indira habrá logrado escapar de las malvadas garras del Napoleón encarnado y la Barbie travelo? ¡Lo sabremos en el próximo capitulo! Nah, ahora en serio, ¡que esto no es un anime leches! Ahora mismo me preocupa Lisy, que se fue bastante tocada, y pese a que Celia me dijo que la dejase sola, decidí salir de la casa y la veo ahí, sentada, como derrotada, con el puño pegado a la pared. Me quedé un rato en silencio para que no se percatase de mi presencia, hasta que decido hablar -No se si has perdido a alguien importante en Osaka, y si era de Kumatori, desgraciadamente no pude protegerlo... lo siento... -lo dije con un aire triste, comprendiendo el sentimiento de perder a aquellos a quienes te rodean. Me voy a arrepentir de esto seguramente, pero decidí abrazarla y con ello aumenté ligeramente mi temperatura mediante mi magia ígnea, pero sin tener que expulsar llamas para que la shek no se asuste, con esto era prácticamente una estufa humana y luego me acerqué a su oído para susurrarle lo siguiente -Y no, no tengo novia -tuve que decírselo, no me gusta que la gente piense que tengo novia cuando no la tengo -y con ser una estufa, me refería a esto, pero si quieres pensarlo de otra manera, tú misma -seamos sinceros, si coge la otra interpretación, desde luego tampoco es que me parezca mal, salvo por una cosa... ¡ES UNA JODIDA NIÑA DE 16 AÑOS! ¡ME NIEGO EN ROTUNDO A SER PEDOBEAR!
Celia la shek me pregunta sobre Akira Terumi, sobre lo que sabía en concreto de él -Solo se que ese... monstruo -me niego en rotundo a considerarlo persona- está en Inglaterra haciendo más de lo mismo, ampliando su ejército de demonios, por ahora no se nada más de él, y si lo supiese, creo que ese hombre ya habría dejado de existir porque ya lo habría matado yo mismo. En cuanto a si tiene aliados, no lo se -tras contestarle a las preguntas, me dice mentalmente que los sheks son capaces de ocultarse bastante bien, a lo cual contesto con "Tener conocimientos sobre el arte del sigilo y el camuflaje no impiden que se te atrofien las cuerdas bocales"
Observo a la Santa, quien está hecha una bolita, tal vez porque tuviese frío y en su mano tiene lo que parece ser... ¿fuego? no me importa como ella quiera entrar en calor hasta que recordé que Celia casi logra impactarme un coletazo cuando usé llamas con Adramelech... solo con pensar que Celia podría transformarse en shek y con ello, destruir la casa y dejarnos sin refugio, se me puso mala cara... ¡Shimattaaaaaaaaaa! pensé mierda en japonés y me dirijo a mi bolsa rápido, buscando desesperado una manta hasta encontrarla y ponérsela a Freiya por encima -Apaga el fuego por favor, a la shek le dan miedo las llamitas y bueno... no quiero que se transforme y destroce el techo que nos sirve para refugiarnos de la lluvia -le pedí amablemente que lo apagase, con la manta debería bastar para que entre en calor.
Me senté en mi silla, pensativo y preocupado a la vez. ¿Yaroslav habrá salido de esta para poder emborracharnos otra vez? ¿Indira habrá logrado escapar de las malvadas garras del Napoleón encarnado y la Barbie travelo? ¡Lo sabremos en el próximo capitulo! Nah, ahora en serio, ¡que esto no es un anime leches! Ahora mismo me preocupa Lisy, que se fue bastante tocada, y pese a que Celia me dijo que la dejase sola, decidí salir de la casa y la veo ahí, sentada, como derrotada, con el puño pegado a la pared. Me quedé un rato en silencio para que no se percatase de mi presencia, hasta que decido hablar -No se si has perdido a alguien importante en Osaka, y si era de Kumatori, desgraciadamente no pude protegerlo... lo siento... -lo dije con un aire triste, comprendiendo el sentimiento de perder a aquellos a quienes te rodean. Me voy a arrepentir de esto seguramente, pero decidí abrazarla y con ello aumenté ligeramente mi temperatura mediante mi magia ígnea, pero sin tener que expulsar llamas para que la shek no se asuste, con esto era prácticamente una estufa humana y luego me acerqué a su oído para susurrarle lo siguiente -Y no, no tengo novia -tuve que decírselo, no me gusta que la gente piense que tengo novia cuando no la tengo -y con ser una estufa, me refería a esto, pero si quieres pensarlo de otra manera, tú misma -seamos sinceros, si coge la otra interpretación, desde luego tampoco es que me parezca mal, salvo por una cosa... ¡ES UNA JODIDA NIÑA DE 16 AÑOS! ¡ME NIEGO EN ROTUNDO A SER PEDOBEAR!
- Cara de Kosuke al ver que Freiya tiene fuego entre las manos y recuerda la reacción de los shkes ante el fuego:
- Cara de Kosuke desesperado al buscar una manta:
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