Recuerdo del primer mensaje :
Los acantilados de Dover son la frontera más cercana a la devastada Francia. Son un lugar poco vigilado, en el que son frecuentes las entradas y salidas de personas.
Sebastian Collins
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Después de ver hacía el paisaje marino con la luna pura y blanca reflejada sobre las calmadas aguas de la playa, se volvió para ver fijamente al gato mientras que componía una sonrisa tonta –Sí, es cierto, no está mal para pasar la noche– dijo en cuanto lo vio sentado tras él y enseguida volvió a hablar. –Bueno… acampar… no tengo nada para hacer eso, la madera está allí abajo así que… supongo que si… solo dormiremos…– dije mientras que se rascaba la nuca con una mano y se revolvía el pelo a modo de disculpa, aunque no sabía exactamente por qué. “Eres demasiado blando ¿Qué no lo acabas de conocer? ” le preguntó desde dentro Apolyon “Bueno, no puedo simplemente echarlo de aquí o irme solo, es demasiado tarde… además solo míralo, ¿no es tierno? ” pensó el mago, dándole a entender que de verdad le gustaban las cosas tiernas, Sebastian notó como Apolyon rodaba los ojos y no decía nada más. Por su lado Timcampy; la bola redonda con alas y cola de color amarillo flotaba a su alrededor batiendo las largas alas naturalmente, aunque momentos después se posó simplemente en el hombro del alvino cuando este se acercó a la quimera.
–Bueno, ahora es tiempo de ir a la cama… césped– le dijo el alvino a la quimera mientras que doblaba su gabardina para que quedara en forma de almohada y se sentaba en el piso a un lado del gato –Gracias por ayudar antes…– le dijo entonces por lo bajo sin despegar la vista del mar y la luna, después de todo lo que había pasado, aquel era su verdadero carácter, simplemente, sin aparentar ser todo un matón. Y después de esto simplemente entrelazó los dedos y los puso en su nuca para luego poner su cabeza en la almohada improvisada, no sabía lo que iba a pasar mañana o si despertaría solo en aquel acantilado o incluso… muerto, cualquier cosa podría pasar y sin embargo no dejaba de estar alerta.
“Despiértame si pasa algo raro Apolyon…” le dijo desde dentro a su demonio, quien simplemente asintió al escuchar al orden, el golem dorado pasó de su hombro a su estómago con un pequeño batir de alas y miró en dirección al acompañante por centésima vez en lo que iba del día juntos, ya que para su mala suerte este había tenido encuentros con felinos poco agradables y varias veces había terminado en el estómago de algunos cuantos, Sebastian lo miró entonces y soltó una risita –Tranquilo Tim, todo está bien… buenas noches– le dijo mientras que lo acariciaba con el dedo índice sobre la superficie redonda y declaraba al mismo tiempo para el felino a su lado.
Sebastian cerró los ojos entonces y se limitó a descansar simplemente, era casi como dormir con un ojo abierto, aunque el soplo de la suave brisa y el olor a sal de mar y océano lo arrulló demasiado pronto.
___________
A la mañana siguiente, Bastian se despertó con los batidos de alas de Timcampy, quien llevaba apenas algunos minutos despierto y el sol estaba comenzando a salir apenas, el paisaje matutino se veía ciertamente hermoso, todos aquellos colores mezclados, hacía mucho que no veía algo así.
–Bueno, ahora es tiempo de ir a la cama… césped– le dijo el alvino a la quimera mientras que doblaba su gabardina para que quedara en forma de almohada y se sentaba en el piso a un lado del gato –Gracias por ayudar antes…– le dijo entonces por lo bajo sin despegar la vista del mar y la luna, después de todo lo que había pasado, aquel era su verdadero carácter, simplemente, sin aparentar ser todo un matón. Y después de esto simplemente entrelazó los dedos y los puso en su nuca para luego poner su cabeza en la almohada improvisada, no sabía lo que iba a pasar mañana o si despertaría solo en aquel acantilado o incluso… muerto, cualquier cosa podría pasar y sin embargo no dejaba de estar alerta.
“Despiértame si pasa algo raro Apolyon…” le dijo desde dentro a su demonio, quien simplemente asintió al escuchar al orden, el golem dorado pasó de su hombro a su estómago con un pequeño batir de alas y miró en dirección al acompañante por centésima vez en lo que iba del día juntos, ya que para su mala suerte este había tenido encuentros con felinos poco agradables y varias veces había terminado en el estómago de algunos cuantos, Sebastian lo miró entonces y soltó una risita –Tranquilo Tim, todo está bien… buenas noches– le dijo mientras que lo acariciaba con el dedo índice sobre la superficie redonda y declaraba al mismo tiempo para el felino a su lado.
Sebastian cerró los ojos entonces y se limitó a descansar simplemente, era casi como dormir con un ojo abierto, aunque el soplo de la suave brisa y el olor a sal de mar y océano lo arrulló demasiado pronto.
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A la mañana siguiente, Bastian se despertó con los batidos de alas de Timcampy, quien llevaba apenas algunos minutos despierto y el sol estaba comenzando a salir apenas, el paisaje matutino se veía ciertamente hermoso, todos aquellos colores mezclados, hacía mucho que no veía algo así.
Gabriel suspiró al escuchar eso de que deberían dormir ahí, completamente al raso,y sin demasiada emoción comenzó a mirar la hierba a su alrededor, como asegurándose de que estuviera limpia; a pesar de su situación no se consideraba lo suficientemente asalvajado como para acostarse a la intemperie o en algún sitio sucio... O por lo menos aún le importaba un mínimo, aunque fuera por mantener las formas.
*En fin... Supongo que este sitio es tan bueno como otro cualquiera... He dormido en sitios peores.*
Pensó, y aunque en un principio no lo había recordado al momento se sacudió ante el escalofrío que le produjo el tenue recuerdo de los barrotes de una jaula, agitando la cornamenta en un intento por despejar la mente de esos pensamientos y mirar al mago; por un instante vio una especie de esfera dorada que se movía alrededor del extraño.
Alzó las orejas con gesto curioso; no se había percatado antes de la pequeña criatura, extraña, que revoloteó para inmediatamente posarse en el hombro de su compañero, y ladeando la cabeza no pudo sino preguntarse qué clase de ser sería ese, ya fuera por curiosidad humana o instinto de predación.
-Si, a dormir, a la hierba... Mucha, por todas partes...-
El comunicador resonó como con sorna al tiempo que seguía los movimientos del mago; se movió ligeramente hacia un lado para dejarle hueco, extrañado de que intentara acercarse, pero sin alejarse en demasía para que no resultara como un gesto de desdén, y cuando se sentó a su lado Gabriel simplemente permaneció inmóvil, como una estatua.
-No...- El altavoz chisporroteó ante los pensamientos extrañados de la quimera, sin saber muy bien por qué decía eso.
-No hay de qué.-
Se preguntaba por qué había respondido así en lugar de mantener el silencio, teniendo en cuenta a lo que había tenido que ayudar. Sin embargo había algo en la manera de comportarse de aquel chico que le resultaba contradictorio, y algo le decía que, aunque los hechos habían sido los hechos, no podía culparlo enteramente. Agachó la cabeza para que el mago no le viera esbozar una especie de sonrisa ante una idea descabellada que le había cruzado la mente; simplemente no tenía sentido... Era como si se comportara como dos personas distintas...
*Nah...*
Soltó un suave gruñido por lo bajo, sintiendo al otro tumbarse al lado, y tras observarlo acostarse usando la gabardina de almohada dirigió una furtiva mirada a la bola dorada que se acurrucaba junto a su dueño.
*O quizás no...*
Entonces se le escapó un bostezo, dejando escapar una bocanada de aliento cálido que se deshizo en el aire nocturno.
*Mejor descansar un poco, ya va siendo hora...*
Aun sentado se descolgó la mochila del lomo, abriendo la cremallera y dejándola bajo su pecho entre las patas, para luego y con extremo cuidado llevarse una zarpa al cuello intentando buscar el botón de apagado del comunicador; aunque útil, odiaba dormir con él puesto, pues prefería que sus pensamientos siguieran en su cabeza en lugar de que un trasto los gritara a los cuatro vientos mientras dormía.
Tras apagarlo se despegó el sensor de la frente y se lo descolgó del cuello, para guardar todo en la mochila, cerrarla de nuevo y, arrastrándola, girar en el sitio intentando tomar una postura cómoda antes de echarse en el suelo.
Acabó hecho un ovillo, con la mochila con todas sus cosas dentro apretadas contra su pecho y la cola recogida entre las patas, y para sus sorpresa, se encontró realmente cómodo, la sensación de la hierba contra su pelaje bastante agradable. Y al poco, se dejó caer en la densa oscuridad de un sueño sin ensoñaciones.
Eera de sueño muy profundo, para bien o para mal, y hacía muchísimo tiempo que no era capaz de descansar ni aunque fuera medianamente bien. Sin embargo fue un sueño liviano, corto aunque reparador. Se despertó cuando aún era de noche, pero la claridad del Sol se iba extendiendo lentamente. Rodó sobre su costado, vigilando al mago que aún dormía a su lado, y cuidadosamente recogió su equipaje.
Le habría gustado quedarse algo más, el instinto le decía que aún había mucho oculto en aquella persona.
Pero el tiempo jugaba en su contra.
Y aún de noche, con cierta gracia felina y sin hacer ruido se puso en marcha, desapareciendo a pie por la carretera.
*En fin... Supongo que este sitio es tan bueno como otro cualquiera... He dormido en sitios peores.*
Pensó, y aunque en un principio no lo había recordado al momento se sacudió ante el escalofrío que le produjo el tenue recuerdo de los barrotes de una jaula, agitando la cornamenta en un intento por despejar la mente de esos pensamientos y mirar al mago; por un instante vio una especie de esfera dorada que se movía alrededor del extraño.
Alzó las orejas con gesto curioso; no se había percatado antes de la pequeña criatura, extraña, que revoloteó para inmediatamente posarse en el hombro de su compañero, y ladeando la cabeza no pudo sino preguntarse qué clase de ser sería ese, ya fuera por curiosidad humana o instinto de predación.
-Si, a dormir, a la hierba... Mucha, por todas partes...-
El comunicador resonó como con sorna al tiempo que seguía los movimientos del mago; se movió ligeramente hacia un lado para dejarle hueco, extrañado de que intentara acercarse, pero sin alejarse en demasía para que no resultara como un gesto de desdén, y cuando se sentó a su lado Gabriel simplemente permaneció inmóvil, como una estatua.
-No...- El altavoz chisporroteó ante los pensamientos extrañados de la quimera, sin saber muy bien por qué decía eso.
-No hay de qué.-
Se preguntaba por qué había respondido así en lugar de mantener el silencio, teniendo en cuenta a lo que había tenido que ayudar. Sin embargo había algo en la manera de comportarse de aquel chico que le resultaba contradictorio, y algo le decía que, aunque los hechos habían sido los hechos, no podía culparlo enteramente. Agachó la cabeza para que el mago no le viera esbozar una especie de sonrisa ante una idea descabellada que le había cruzado la mente; simplemente no tenía sentido... Era como si se comportara como dos personas distintas...
*Nah...*
Soltó un suave gruñido por lo bajo, sintiendo al otro tumbarse al lado, y tras observarlo acostarse usando la gabardina de almohada dirigió una furtiva mirada a la bola dorada que se acurrucaba junto a su dueño.
*O quizás no...*
Entonces se le escapó un bostezo, dejando escapar una bocanada de aliento cálido que se deshizo en el aire nocturno.
*Mejor descansar un poco, ya va siendo hora...*
Aun sentado se descolgó la mochila del lomo, abriendo la cremallera y dejándola bajo su pecho entre las patas, para luego y con extremo cuidado llevarse una zarpa al cuello intentando buscar el botón de apagado del comunicador; aunque útil, odiaba dormir con él puesto, pues prefería que sus pensamientos siguieran en su cabeza en lugar de que un trasto los gritara a los cuatro vientos mientras dormía.
Tras apagarlo se despegó el sensor de la frente y se lo descolgó del cuello, para guardar todo en la mochila, cerrarla de nuevo y, arrastrándola, girar en el sitio intentando tomar una postura cómoda antes de echarse en el suelo.
Acabó hecho un ovillo, con la mochila con todas sus cosas dentro apretadas contra su pecho y la cola recogida entre las patas, y para sus sorpresa, se encontró realmente cómodo, la sensación de la hierba contra su pelaje bastante agradable. Y al poco, se dejó caer en la densa oscuridad de un sueño sin ensoñaciones.
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Eera de sueño muy profundo, para bien o para mal, y hacía muchísimo tiempo que no era capaz de descansar ni aunque fuera medianamente bien. Sin embargo fue un sueño liviano, corto aunque reparador. Se despertó cuando aún era de noche, pero la claridad del Sol se iba extendiendo lentamente. Rodó sobre su costado, vigilando al mago que aún dormía a su lado, y cuidadosamente recogió su equipaje.
Le habría gustado quedarse algo más, el instinto le decía que aún había mucho oculto en aquella persona.
Pero el tiempo jugaba en su contra.
Y aún de noche, con cierta gracia felina y sin hacer ruido se puso en marcha, desapareciendo a pie por la carretera.
63+10 regeneracion joya= 73/150 PS
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El ser apareció en la zona de los acantilados. Un cuerpo maltrecho, sucio, herido, que apenas le pertenecía ya a su antiguo dueño. Apenas parecía ya un ser humano. La túnica, llena de roña y sangre oscurecida, aprecia toda del mismo color sucio.
No articulaba pensamientos ahora que no estaba en medio de una pelea, ahora que no luchaba por hacer prosperar los planes de la sombra de su interior. Solo sentía el gran oscuro vacío.
Sin objetivos, solo con la intencion de sobrevivir. Se dejó caer sin mas, sin buscar el abrigo de los arboles si quiera, sobre la hierba de los altos acantilados. Ni el rugir del mar o del viento despejaba a la mente embotada. Nada, solo había muerte y voces en aquella cabeza.
Cerró los ojos, y así yació casi como un cadáver, boca abajo. Afortunadamente, la magia de la joya mágica incrustada en su pecho, seguia funcionando, sanándole aquellas heridas que de otro modo, habrian acabado con su vida.
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El ser apareció en la zona de los acantilados. Un cuerpo maltrecho, sucio, herido, que apenas le pertenecía ya a su antiguo dueño. Apenas parecía ya un ser humano. La túnica, llena de roña y sangre oscurecida, aprecia toda del mismo color sucio.
No articulaba pensamientos ahora que no estaba en medio de una pelea, ahora que no luchaba por hacer prosperar los planes de la sombra de su interior. Solo sentía el gran oscuro vacío.
Sin objetivos, solo con la intencion de sobrevivir. Se dejó caer sin mas, sin buscar el abrigo de los arboles si quiera, sobre la hierba de los altos acantilados. Ni el rugir del mar o del viento despejaba a la mente embotada. Nada, solo había muerte y voces en aquella cabeza.
Cerró los ojos, y así yació casi como un cadáver, boca abajo. Afortunadamente, la magia de la joya mágica incrustada en su pecho, seguia funcionando, sanándole aquellas heridas que de otro modo, habrian acabado con su vida.
73+10 regeneracion joya= 83/150 PS
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Algunas horas pasaron. Setelah abrió los ojos subitamente, habia permanecido inmovil durante todo ese tiempo: tumbado boca arriba, con los brazos abiertos en cruz y las piernas ligeramente separadas. Aunque su piel estaba tremendamente fría por las condiciones climatologicas y la inactividad, al exhalar el aire lentamente una nubecilla de vapor se formó desde su boca y se desvaneció rapido al elevarse.
Algo habia agitado su corazon, la oscuridad que dormía ahi lo habia sacado de su sueño subitamente. Sueños crueles, donde se habian desatado los mismos infiernos. Pero ahora era hora de desatarlo aqui en la tierra, y para ello debia de acudir a un lugar muy concreto, un lugar que Setelah no conocia realmente, pero el ser oscuro si. Le habia mostrado imagenes en sueños , conocía el destino en su mente, lo visualizaba claramente.
Se encontraba ahora mas fuerte. Sonrió en una expresión atroz, y se incorporó. Inspiró aire y desapareció de allí, sin tardar mas, la premura con la que la oscuridad lo acuciaba era fuerte.
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Algunas horas pasaron. Setelah abrió los ojos subitamente, habia permanecido inmovil durante todo ese tiempo: tumbado boca arriba, con los brazos abiertos en cruz y las piernas ligeramente separadas. Aunque su piel estaba tremendamente fría por las condiciones climatologicas y la inactividad, al exhalar el aire lentamente una nubecilla de vapor se formó desde su boca y se desvaneció rapido al elevarse.
Algo habia agitado su corazon, la oscuridad que dormía ahi lo habia sacado de su sueño subitamente. Sueños crueles, donde se habian desatado los mismos infiernos. Pero ahora era hora de desatarlo aqui en la tierra, y para ello debia de acudir a un lugar muy concreto, un lugar que Setelah no conocia realmente, pero el ser oscuro si. Le habia mostrado imagenes en sueños , conocía el destino en su mente, lo visualizaba claramente.
Se encontraba ahora mas fuerte. Sonrió en una expresión atroz, y se incorporó. Inspiró aire y desapareció de allí, sin tardar mas, la premura con la que la oscuridad lo acuciaba era fuerte.
Mi particular ejército de experimentos ha crecido y aprendido bastante desde que comenzó su entrenamiento en la base militar, y cada vez me voy atreviendo más a sacarlos de ese contexto para que vean también el mundo exterior. En esta ocasión acudo con ellos (montados en un camión de la Alianza y acompañados por soldados de apoyo) hasta los acantilados de Dover, un buen lugar en el que entrenar sus habilidades. En el viaje de ida les pongo la canción de Mulán de entrenamiento para que se motiven, consiguiendo que todos la canten. Se me da bien eso de meterles consignas en la cabeza que signifiquen algo, como una especie de clave de control. Después, cuando bajamos del camión, les doy las instrucciones de lo que tienen que hacer.
- Habéis mejorado mucho, vuestro creador está orgulloso de vosotros. Pronto podréis ser verdaderos soldados de la Alianza, recordando siempre vuestros orígenes.- es decir, que me sean leales.
-Tenéis que estar dispuestos a todo para ganar. Quiero que peleéis entre vosotros con lo mejor que tengáis, con todos vuestros poderes. Podéis usar magia, hacedlo. Sólo puede quedar uno al final. - no quiero que se maten, que me ha costado mucho fabricarlos, pero sí que se derroten. También quiero comprobar qué clase de poderes mágicos tienen con la combinación de ADN que les hicimos, ya que dentro de que son clones hay modelos diferentes. Si resulta que encuentro alguno muy mediocre sólo tengo que tirarlo por el acantilado, y seguro que el resto ni se lo cuestiona. Por ahora.
Horas después marchamos todos de allí, de vuelta a la base y a otras actividades pendientes.
- Habéis mejorado mucho, vuestro creador está orgulloso de vosotros. Pronto podréis ser verdaderos soldados de la Alianza, recordando siempre vuestros orígenes.- es decir, que me sean leales.
-Tenéis que estar dispuestos a todo para ganar. Quiero que peleéis entre vosotros con lo mejor que tengáis, con todos vuestros poderes. Podéis usar magia, hacedlo. Sólo puede quedar uno al final. - no quiero que se maten, que me ha costado mucho fabricarlos, pero sí que se derroten. También quiero comprobar qué clase de poderes mágicos tienen con la combinación de ADN que les hicimos, ya que dentro de que son clones hay modelos diferentes. Si resulta que encuentro alguno muy mediocre sólo tengo que tirarlo por el acantilado, y seguro que el resto ni se lo cuestiona. Por ahora.
Horas después marchamos todos de allí, de vuelta a la base y a otras actividades pendientes.
Llevaba ya varios minutos mirando la "frontera". Estaba detenida en el lugar donde le habían devuelto la vida en especie de abrazos de Azahar y Lyran. Miraba a la distancia con las manos en la cadera y el rostro compugnido en una mueca de enojo, dolor y muchos otros sentimientos que serían largos de explicar. Anteia empezó a deshacerse el moño del pelo cuando el galeón en el bolsillo interno de su vestido recibió un mensaje, dejo lo que hacía y saco la moneda para leer. Respondió inmediatamente donde estaba sin saber si vendría o no.
Sentía un ligero nudo en el estómago. Estaba tan cansada, tan agotada. De todo. De realmente esforzarse por hacer feliz a los demás y nunca ver su meta cumplida. Empezó a caminar más pegada hacia las piedras alzando suavemente su vestido para mirar las plantas que se encontraba en el camino. Ouroboros tenia muchísimas cosas pero no era muy amiga de Discórides así que no siempre podía pedirle plantas para hacer pociones y el ambiente controlado de la herboristería en Ouroboros no dejaba que todo tuviera sus verdaderas propiedades, o eso pensaba Anteia.
Se alzó la falda para hacer una especie de bolsa, porque a fin de cuentas...¿Para qué otra cosa iba a utilizar el vestido? Se había rendido, ya no haría más fiestas ni intentaría animar a todo el mundo. Eso se había acabado. Empezó a recolectar algunas de sus plantas favoritas con objetivos sanatorios y otros para sus propias experimentaciones, hace mucho tiempo no inventaba nada, debia volver al ruedo.
Después de un rato, el viento frío y el vestido lleno de hierbas decidió volver a Ouroboros.
Sentía un ligero nudo en el estómago. Estaba tan cansada, tan agotada. De todo. De realmente esforzarse por hacer feliz a los demás y nunca ver su meta cumplida. Empezó a caminar más pegada hacia las piedras alzando suavemente su vestido para mirar las plantas que se encontraba en el camino. Ouroboros tenia muchísimas cosas pero no era muy amiga de Discórides así que no siempre podía pedirle plantas para hacer pociones y el ambiente controlado de la herboristería en Ouroboros no dejaba que todo tuviera sus verdaderas propiedades, o eso pensaba Anteia.
Se alzó la falda para hacer una especie de bolsa, porque a fin de cuentas...¿Para qué otra cosa iba a utilizar el vestido? Se había rendido, ya no haría más fiestas ni intentaría animar a todo el mundo. Eso se había acabado. Empezó a recolectar algunas de sus plantas favoritas con objetivos sanatorios y otros para sus propias experimentaciones, hace mucho tiempo no inventaba nada, debia volver al ruedo.
Después de un rato, el viento frío y el vestido lleno de hierbas decidió volver a Ouroboros.
Habían transcurrido alrededor de un par de semanas desde que regresó la magia y pudimos desaparecernos del desguace de androides de aquel extraño lugar. No teníamos muy claro dónde estábamos, sólo la suposición de que podía ser Francia, a juzgar por los datos que obtuvo Thalos durante su viaje con Gelion. El único sitio que se me ocurrió para desaparecer rápidamente fue aquella pequeña aldea de la Resistencia en la que habíamos estado años atrás. El haber llegado hasta allí nos daba una prueba de que sí estábamos donde Thalos creía. Si hubiese sido otro país...no hubiese podido desaparecer a tanta distancia, y probablemente habríamos acabado escindidos. Saber dónde estábamos era una buena noticia, al menos por el momento. Supusimos que seguirían buscando a los dos presos que faltaban, así que no podríamos quedarnos demasiado.
El ambiente que encontramos al llegar era desolador, pues ya no quedaba ninguna persona de las que conocimos. En su lugar no quedaban más que cabañas abandonadas, como si se hubiesen marchado de manera apresurada. Esperaba que aquella gente hubiese sobrevivido a los bombardeos de 2036. Pasamos allí apenas un par de días para descansar y recuperarnos un poco después de todo lo que habíamos pasado, pero pronto decidimos reemprender el camino en dirección al Canal de la Mancha, rumbo al hogar. Las dificultades para llegar a ese punto no fueron pocas. Apenas encontrábamos provisiones para el camino, debido a lo despoblado del lugar y a los peligros que podían acechar en cualquier parte. En más de una ocasión tuvimos que ocultarnos de los drones que sobrevolaban de manera aleatoria, y destrozar algún otro usando la magia. Volví a usar la desaparición cuando estuvimos lo suficientemente cerca, llegando por fin al mar, donde tuvimos que sortear los 33 km que nos separaban de los acantilados de Dover. Encontrar un medio de transporte fue complicado, no nos quedó otro remedio que echar mano de una barca bastante cutre, esperando que aguantase lo suficiente para acercarnos a costas inglesas. La distancia no era excesiva, pero una tormenta nos sorprendió ya en el mar, destrozando la barca y dejándonos a la deriva con la única ayuda de los tablones de madera.
El temporal había pasado, pero las fuerzas comenzaban a flaquear. Tuvieron que pasar algunas horas más para que por fin pudiésemos contemplar los blancos acantilados de Dover alzándose ante nosotros. En ese momento agarre a Thalos por el brazo, desapareciendo del agua para después reaparecer nuevamente en lo alto de los acantilados, completamente exhaustos y remojados.
El ambiente que encontramos al llegar era desolador, pues ya no quedaba ninguna persona de las que conocimos. En su lugar no quedaban más que cabañas abandonadas, como si se hubiesen marchado de manera apresurada. Esperaba que aquella gente hubiese sobrevivido a los bombardeos de 2036. Pasamos allí apenas un par de días para descansar y recuperarnos un poco después de todo lo que habíamos pasado, pero pronto decidimos reemprender el camino en dirección al Canal de la Mancha, rumbo al hogar. Las dificultades para llegar a ese punto no fueron pocas. Apenas encontrábamos provisiones para el camino, debido a lo despoblado del lugar y a los peligros que podían acechar en cualquier parte. En más de una ocasión tuvimos que ocultarnos de los drones que sobrevolaban de manera aleatoria, y destrozar algún otro usando la magia. Volví a usar la desaparición cuando estuvimos lo suficientemente cerca, llegando por fin al mar, donde tuvimos que sortear los 33 km que nos separaban de los acantilados de Dover. Encontrar un medio de transporte fue complicado, no nos quedó otro remedio que echar mano de una barca bastante cutre, esperando que aguantase lo suficiente para acercarnos a costas inglesas. La distancia no era excesiva, pero una tormenta nos sorprendió ya en el mar, destrozando la barca y dejándonos a la deriva con la única ayuda de los tablones de madera.
El temporal había pasado, pero las fuerzas comenzaban a flaquear. Tuvieron que pasar algunas horas más para que por fin pudiésemos contemplar los blancos acantilados de Dover alzándose ante nosotros. En ese momento agarre a Thalos por el brazo, desapareciendo del agua para después reaparecer nuevamente en lo alto de los acantilados, completamente exhaustos y remojados.
Habian sido dos semanas de mierda. Aunque yo no tenia muy claro el tiempo que habia pasado, a decir verdad, se me habia hecho como mucho mas largo, me llegan a decir que ha pasado un mes y me lo creo. Bache tras bache y dificultades a la vuelta de cada esquina, para rematar, el mar decidió mandarnos una tormenta para nuestro recibimiento de vuelta al hogar.
Pero al final lo conseguimos.
Y aqui estabamos, mas proximos a una pulmonia que a sentirnos exitosos en nuestra mision de autorrescate, recien aparecidos sobre los acantilados de Dover, calados hasta los huesos y ahora soportando los fuertes y frios vientos que soplaban alli arriba.
Con todo el mareo del vaivén del mar, el agotamiento, la desaparicion...habria vomitado de tener algo en el estomago. Pero lo unico que tenia era agua salada que habia tragado accidentalmente.
Me incorporé gruñendo, retirandome el pelo mojado de la cara. Mire a Johan y le pegué un empujón. Pero luego me rei, agotado, mientras me ponia en pie con las pocas fuerzas que me quedaban.
- Buen trabajo. Ahora toca pensar como va a ser nuestro triunfal retorno...si es que aun queda a donde retornar
Pero al final lo conseguimos.
Y aqui estabamos, mas proximos a una pulmonia que a sentirnos exitosos en nuestra mision de autorrescate, recien aparecidos sobre los acantilados de Dover, calados hasta los huesos y ahora soportando los fuertes y frios vientos que soplaban alli arriba.
Con todo el mareo del vaivén del mar, el agotamiento, la desaparicion...habria vomitado de tener algo en el estomago. Pero lo unico que tenia era agua salada que habia tragado accidentalmente.
Me incorporé gruñendo, retirandome el pelo mojado de la cara. Mire a Johan y le pegué un empujón. Pero luego me rei, agotado, mientras me ponia en pie con las pocas fuerzas que me quedaban.
- Buen trabajo. Ahora toca pensar como va a ser nuestro triunfal retorno...si es que aun queda a donde retornar
Me dejé caer en el suelo de espaldas nada más aparecer en lo alto de los acantilados, respirando pesadamente por el esfuerzo y el cansancio de intentar sobrevivir al mar con unos tablones de madera. Cerré los ojos mientras intentaba recuperar el ritmo de respiración normal, sintiendo ese frío que calaba hasta los huesos. Cuando me repuse un poco me incorporé hasta sentarme, llevándome un empujón lateral de Thalos como queriendo decir que estaba vivo. Ya habíamos pasado el punto de comunicarnos con palabras a hacerlo con golpes, demasiada compenetración de compañeros de batalla 'arrastraos'. Resoplé agotado, poniéndome en pie casi como un viejo.
- Estoy harto de que todo intente matarnos: los soldados, los robots, los Blood, vampiros, seres inclasificables...y ahora el mar. - gruñí escurriéndome un poco la ropa, pensando en eso del regreso. Pensé que no llegaría este momento jamás. Pensar de nuevo en el encierro me hacía tener más escalofríos todavía. - No digas eso. Claro que debe quedar algo. Ese día consiguieron salir, seguro. - era más un deseo que una certeza. - Y han debido hacer algo para que retorne la magia, así que no habrá ido tan mal. Voy a intentar comunicarme mentalmente para que nos digan dónde están... - lo primero que pensé due el castillo Le Fay, que era donde nos refugiábamos, pero puede que Jo hubiese ido a nuestra casa. - Dame un momento...- intenté concentrarme en usar la telepatía con Josephine, se suponía que ya debería poder comunicarme con ella. Fruncí el ceño y me llevé una mano a la sien, como si ese gesto me lo hiciese más fácil. En realidad era sólo postureo.
"Josephine...he conseguido huir ¿dónde estás? ¿estáis bien Nyara y tú? ¿Justin y Reiv? ¿dónde están refugiados los demás? Piensa en algo y voy donde sea. Estoy con Thalos"
- Estoy harto de que todo intente matarnos: los soldados, los robots, los Blood, vampiros, seres inclasificables...y ahora el mar. - gruñí escurriéndome un poco la ropa, pensando en eso del regreso. Pensé que no llegaría este momento jamás. Pensar de nuevo en el encierro me hacía tener más escalofríos todavía. - No digas eso. Claro que debe quedar algo. Ese día consiguieron salir, seguro. - era más un deseo que una certeza. - Y han debido hacer algo para que retorne la magia, así que no habrá ido tan mal. Voy a intentar comunicarme mentalmente para que nos digan dónde están... - lo primero que pensé due el castillo Le Fay, que era donde nos refugiábamos, pero puede que Jo hubiese ido a nuestra casa. - Dame un momento...- intenté concentrarme en usar la telepatía con Josephine, se suponía que ya debería poder comunicarme con ella. Fruncí el ceño y me llevé una mano a la sien, como si ese gesto me lo hiciese más fácil. En realidad era sólo postureo.
"Josephine...he conseguido huir ¿dónde estás? ¿estáis bien Nyara y tú? ¿Justin y Reiv? ¿dónde están refugiados los demás? Piensa en algo y voy donde sea. Estoy con Thalos"
Me sujeté las costillas e hice una mueca de dolor. Tanto zarandeo y pasar penurias nos habia pasado factura, o fractura, mejor dicho....
- Sep, seguro que no te dejas nada en la lista? Como, no se.... Google.
En algo tenia razon, si habian logrado que volviese la magia, no podia haberles ido tan mal. Erika estaria en alguna parte. Y Reed tambien. Probablemente no siguiesen juntos. Por primera vez en varios dias, me permití el pensar que iba a volver a verlos, al igual que me permití pensar en lo que habia ocurrido en la base, en las palabras de Gelion....
El capullo ese. Seguiría alli en aquella extraña ciudad?
Lo miré de reojo cuando me pidió un momento y se llevó unos dedos a la sien, poniendo expresion de importante. Rodé la mirada y solté un bufido.
- Eso es postureo.
Solo confirmé lo que el ya sabia, seguramente. Lo habia visto usar su poder sin necesidad de eso....
- Pareces el puto Charles Xavier. En fin. Te responden?
- Sep, seguro que no te dejas nada en la lista? Como, no se.... Google.
En algo tenia razon, si habian logrado que volviese la magia, no podia haberles ido tan mal. Erika estaria en alguna parte. Y Reed tambien. Probablemente no siguiesen juntos. Por primera vez en varios dias, me permití el pensar que iba a volver a verlos, al igual que me permití pensar en lo que habia ocurrido en la base, en las palabras de Gelion....
El capullo ese. Seguiría alli en aquella extraña ciudad?
Lo miré de reojo cuando me pidió un momento y se llevó unos dedos a la sien, poniendo expresion de importante. Rodé la mirada y solté un bufido.
- Eso es postureo.
Solo confirmé lo que el ya sabia, seguramente. Lo habia visto usar su poder sin necesidad de eso....
- Pareces el puto Charles Xavier. En fin. Te responden?
Lo miré con cara de "¿qué mierdas dices?" cuando preguntó lo de Google, a no ser que se refiriese al lugar ese extraño y lleno de androides en el que habíamos acabado. Todavía seguía sin tener muy claro qué era aquello, y por qué parecía que Gelion estaba extrañado con lo que allí sucedía, según Thalos. Se nos escapaba demasiadas cosas, y todavía estábamos lejos de comprenderlas. Habría creído que todo era producto de mi imaginación de ser porque había pasado por aquello junto a Draven, y él había visto lo mismo que yo.
- Tch...no es postureo, me estoy concentrado. Calla, que me distraes. - mentí con cara de fastidio, haciendo un esfuerzo por localizar la mente de Josephine. Mi agotada mente logró contactar con la suya, haciendo que recibiese sus pensamientos cuando le llegó lo mío.
"¿Cómo que estoy ahí? no, no...estoy en los acantilados ahora mismo. ¿A punto de dormir en el castillo?"
Intercambié una mirada de confusión con Thalos, frunciendo el ceño mientras trataba de comprender a Josephine. Al menos sabía que ella estaba aparentemente bien, lo que me quitó un gran peso de encima. Lo de que era clavado a mí me hizo empezar a sospechar, haciéndome recordar lo que creí ver en mi huida, cuando me pareció verme a mí mismo.
"sí, yo estoy bien. Aléjate de quien sea que esté en el castillo, no soy yo. Vamos para allá de inmediato, aguanta."
Corté la conexión con Josephine, asintiendo finalmente a Thalos. - Jo está en el castillo. Dice que...estoy allí. Alguien clavado a mí. Imagina lo que eso puede significar. - no me habría extrañado que hubiesen hecho como con la réplica de James, ya no me fiaba de nada ni de nadie. Agarré a Thalos por el brazo, mirándole con los ojos entornados antes de desaparecernos ambos de allí. - No me compares con ese calvo.
- Tch...no es postureo, me estoy concentrado. Calla, que me distraes. - mentí con cara de fastidio, haciendo un esfuerzo por localizar la mente de Josephine. Mi agotada mente logró contactar con la suya, haciendo que recibiese sus pensamientos cuando le llegó lo mío.
"¿Cómo que estoy ahí? no, no...estoy en los acantilados ahora mismo. ¿A punto de dormir en el castillo?"
Intercambié una mirada de confusión con Thalos, frunciendo el ceño mientras trataba de comprender a Josephine. Al menos sabía que ella estaba aparentemente bien, lo que me quitó un gran peso de encima. Lo de que era clavado a mí me hizo empezar a sospechar, haciéndome recordar lo que creí ver en mi huida, cuando me pareció verme a mí mismo.
"sí, yo estoy bien. Aléjate de quien sea que esté en el castillo, no soy yo. Vamos para allá de inmediato, aguanta."
Corté la conexión con Josephine, asintiendo finalmente a Thalos. - Jo está en el castillo. Dice que...estoy allí. Alguien clavado a mí. Imagina lo que eso puede significar. - no me habría extrañado que hubiesen hecho como con la réplica de James, ya no me fiaba de nada ni de nadie. Agarré a Thalos por el brazo, mirándole con los ojos entornados antes de desaparecernos ambos de allí. - No me compares con ese calvo.
Caminaba hacia los acantilados maldiciendo todo lo que podia, con la respiracion pesada por el esfuerzo, repitiendome una y otra vez que por cosas como estas deberia dejar de fumar. Luego me recordaba a mi mismo que ni de coña. Y seguia quejándome de que la moto que le robé al del Uber Eats tuviese tan poca gasolina. De verdad esperaba repartirles aquellas fajitas a esos snobs de Central London con tan poco gas en el motor?
"que idiota...si es que deberia ser electrico..."
- Al menos...las putas fajitas estaban buenas.
"por qué siempre tenemos que quedar en lugares lejanos, apartados y altos?"
- Ah si, por la puta mania persecutoria del ejército y sus estupidos robots...
Apareceria el estupido robot? Ya sabia que no podia fiarme de un cabeza de hojalata mas de lo que podia fiarme de...de Gelion? No, incluso ese pirado me ofrecia mas confianza. UItimamente, me habia entrado la paranoia con el ojo que me habia mandado implantar, y solía mantenerlo cubierto con el parche a no ser que lo que estuviese haciendo fuese irrelevante. Y es que no me apetecia sacarme el ojo para comprobar si me habia instalado algo para espiar mis movimientos. De momento nada indicaba tal cosa. Pero prevenir nunca mató a nadie. Verdad?
Consegui llegar al punto donde habiamos quedado reunirnos. Iba bien equipado para la ocasion, como casi siempre. Hoy, me habia puesto de vuelta mi parche. Solo por...prevenir. Me quedé de pie junto al acantilado, respirando aquellos instantes de paz y soledad. Me prendí un cigarrillo y di una primera y honda calada. Dejar de fumar? Iba a ser que no.
"que idiota...si es que deberia ser electrico..."
- Al menos...las putas fajitas estaban buenas.
"por qué siempre tenemos que quedar en lugares lejanos, apartados y altos?"
- Ah si, por la puta mania persecutoria del ejército y sus estupidos robots...
Apareceria el estupido robot? Ya sabia que no podia fiarme de un cabeza de hojalata mas de lo que podia fiarme de...de Gelion? No, incluso ese pirado me ofrecia mas confianza. UItimamente, me habia entrado la paranoia con el ojo que me habia mandado implantar, y solía mantenerlo cubierto con el parche a no ser que lo que estuviese haciendo fuese irrelevante. Y es que no me apetecia sacarme el ojo para comprobar si me habia instalado algo para espiar mis movimientos. De momento nada indicaba tal cosa. Pero prevenir nunca mató a nadie. Verdad?
Consegui llegar al punto donde habiamos quedado reunirnos. Iba bien equipado para la ocasion, como casi siempre. Hoy, me habia puesto de vuelta mi parche. Solo por...prevenir. Me quedé de pie junto al acantilado, respirando aquellos instantes de paz y soledad. Me prendí un cigarrillo y di una primera y honda calada. Dejar de fumar? Iba a ser que no.
James 5TU4RD50N
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Aquella noche en la taberna del drow había resultado fructífera para el androide con la apariencia de James Stwardson. Había conseguido llegar a una especie de trato con Draven, el que fuese enemigo del verdadero James en vida. No fue fácil conseguir que aceptase hacer un pacto con un androide, y tampoco había muchas garantías de que lo fuese a cumplir. El caso es que el androide había prometido permitir a los renegados acercarse a los líderes de la Alianza, a cambio de que no interfiriesen en la existencia del creciente grupo de androides. Al menos así era el trato en líneas generales, pues tampoco se habían visto en muchas más ocasiones después de esa noche. Tal vez las condiciones del trato habían cambiado, pues los líderes principales se encontraban en paradero desconocido, o ese era el dato oficial.
James había concretado reunirse con Thalos en los acantilados Dover, a los cuales acudió con una previsión asombrosa. Llegó allí dos horas antes de la hora prevista, utilizando un jeep de la Alianza. Por ahora no lo tenían en el punto de mira, como sí había sucedido con 3a y Alice, o sus versiones anteriores. El humano aún no había llegado, así que decidió sentarse en una roca al borde del acantilado, calculando las posibles conversaciones que sucederían en la reunión. Podía preveer diferentes caminos, ninguno de ellos certero. Al parecer Thalos no se percató de su presencia al llegar al lugar, quedando a unos 100 metros de donde estaba el androide. Éste se levantó con gran parsimonia, acercándose a Thalos hasta llegar a su lado. En su rostro apareció una expresión que bien podría ser de confusión.
- Los humanos sois extraños. Tenéis toda clase de vicios que sabéis que son nocivos para la salud, y que podrían mataros. No tiene lógica alguna. - comentó observando el cigarro de Draven, alzando después la mirada hacia el parche de éste. La última vez no lo llevaba. - El trato sigue en pie, a pesar de la desaparición de los ministros. El plan requiere una actualización. ¿Qué novedades hay en el bando de los renegados?
James había concretado reunirse con Thalos en los acantilados Dover, a los cuales acudió con una previsión asombrosa. Llegó allí dos horas antes de la hora prevista, utilizando un jeep de la Alianza. Por ahora no lo tenían en el punto de mira, como sí había sucedido con 3a y Alice, o sus versiones anteriores. El humano aún no había llegado, así que decidió sentarse en una roca al borde del acantilado, calculando las posibles conversaciones que sucederían en la reunión. Podía preveer diferentes caminos, ninguno de ellos certero. Al parecer Thalos no se percató de su presencia al llegar al lugar, quedando a unos 100 metros de donde estaba el androide. Éste se levantó con gran parsimonia, acercándose a Thalos hasta llegar a su lado. En su rostro apareció una expresión que bien podría ser de confusión.
- Los humanos sois extraños. Tenéis toda clase de vicios que sabéis que son nocivos para la salud, y que podrían mataros. No tiene lógica alguna. - comentó observando el cigarro de Draven, alzando después la mirada hacia el parche de éste. La última vez no lo llevaba. - El trato sigue en pie, a pesar de la desaparición de los ministros. El plan requiere una actualización. ¿Qué novedades hay en el bando de los renegados?
Noté movimiento por el rabillo del ojo, y fue entonces para mi sorpresa, cuando me di cuenta de que el androide ya estaba alli, y de que yo no estaba solo.
"hostia, cuanto tiempo...?"
Intenté no parecer muy tomado por sorpresa. Me recordé a mi mismo: finge que confias en él, que no te mosquea su simple presencia. Y así lo hice. Lo mejor que pude, claro está. Alcé una ceja cuando se me vino con aquella reflexion....critica, o lo que fuera.
- Sabes que nos vamos a morir igual, verdad? Por mas o menos que fumemos o...o qué te importa? Ya hace tiempo que excedí mi esperanza de vida. - farfullé, volviendo a pegar otra calada. - Lo hago porque me gusta. Pero eso tu no lo entiendes, eres un cabeza lata sin gustos. A James le gustaba, rebusca por ahi en tu Sans Disk, igual lo pillas.
Me encaré totalmente hacia él, echándole el humo a la cara. Total, no necesitaba respirar, no? No le molestaría.
- Sí, sigue en pie. Pues poca cosa, seguimos buscando a algunas personas que han desaparecido. Y a los ministros, pero no damos con nadie. Tu término del trato cojea un poco.
"por no decir que mucho.... no me fio un pelo de la maquina ésta. Pero si puedo sacar algo de ello..."
- Y por la Alianza, algo nuevo? O...en la Ciudadela Alpha?
"hostia, cuanto tiempo...?"
Intenté no parecer muy tomado por sorpresa. Me recordé a mi mismo: finge que confias en él, que no te mosquea su simple presencia. Y así lo hice. Lo mejor que pude, claro está. Alcé una ceja cuando se me vino con aquella reflexion....critica, o lo que fuera.
- Sabes que nos vamos a morir igual, verdad? Por mas o menos que fumemos o...o qué te importa? Ya hace tiempo que excedí mi esperanza de vida. - farfullé, volviendo a pegar otra calada. - Lo hago porque me gusta. Pero eso tu no lo entiendes, eres un cabeza lata sin gustos. A James le gustaba, rebusca por ahi en tu Sans Disk, igual lo pillas.
Me encaré totalmente hacia él, echándole el humo a la cara. Total, no necesitaba respirar, no? No le molestaría.
- Sí, sigue en pie. Pues poca cosa, seguimos buscando a algunas personas que han desaparecido. Y a los ministros, pero no damos con nadie. Tu término del trato cojea un poco.
"por no decir que mucho.... no me fio un pelo de la maquina ésta. Pero si puedo sacar algo de ello..."
- Y por la Alianza, algo nuevo? O...en la Ciudadela Alpha?
Sayid Ibn Salah
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Después de los acontecimientos con la magia y el rescate en los campos, había pasado una buena temporada de baja pues a pesar del exitoso rescate e intercambio de prisioneros me había llevado un balazo de regalo por parte de Éamon, los meses pasaron y a la pobre Rose le había costado muchísimo más recuperarse tanto física como psicológicamente aunque no era la única pues Ling tampoco parecía el mismo. Por mi parte no pude olvidar el horror que viví en aquel lugar, mucho menos el de tantos otros que estaban prisioneros en los campos durante años hasta morir olvidados y quien sabe en qué condiciones, mi misión no había acabado.
El tiempo que me quedaba entre lecciones y clases en Ouroboros lo empleaba para investigar y sobretodo estar en contacto con los que estaban constantemente en el campo de batalla gracias a los teléfonos que Thalos nos había dado en el castillo le fey y aquel día había un acontecimiento importante una especie de reunión con un androide pero todo aquello me olía a mal, aún así decidí ir sin confirmar asistencia por si acaso.
me aparecí en un punto cercano pero no lo suficiente para que supieran que me había aparecido, justo al lado de una moto que habían dejado abandonada sabiendo que era el camino correcto. La caminata era agradable, el ejercicio y el aire fresco del mar junto al acantilado al cual subí sin ningún problema -Buenos días caballeros! precioso día para hacer senderismo, es un buen lugar para respirar aire fresco- iba vestido de paisano, nada de mis preciosas túnicas ni trajes más tradicionales, unos vaqueros, camiseta, deportivas y una mochila, sin olvidar la gorra para el sol, todo un excursionista que pasaba por ahí de pura casualidad.
El tiempo que me quedaba entre lecciones y clases en Ouroboros lo empleaba para investigar y sobretodo estar en contacto con los que estaban constantemente en el campo de batalla gracias a los teléfonos que Thalos nos había dado en el castillo le fey y aquel día había un acontecimiento importante una especie de reunión con un androide pero todo aquello me olía a mal, aún así decidí ir sin confirmar asistencia por si acaso.
me aparecí en un punto cercano pero no lo suficiente para que supieran que me había aparecido, justo al lado de una moto que habían dejado abandonada sabiendo que era el camino correcto. La caminata era agradable, el ejercicio y el aire fresco del mar junto al acantilado al cual subí sin ningún problema -Buenos días caballeros! precioso día para hacer senderismo, es un buen lugar para respirar aire fresco- iba vestido de paisano, nada de mis preciosas túnicas ni trajes más tradicionales, unos vaqueros, camiseta, deportivas y una mochila, sin olvidar la gorra para el sol, todo un excursionista que pasaba por ahí de pura casualidad.
James 5TU4RD50N
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El androide permaneció mirando a Thalos de modo inexpresivo cuando éste le dio la réplica a lo de fumar, analizando cómo intentaba justificar sus acciones. En realidad no le importaba que fumase, sólo cuestionaba el motivo. Asentiço cuando dijo que iban a morir igual. - Vosotros sí. Nosotros no. Permaneceremos mientras que los cuerpos mortales desaparecerán. - era un simple hecho, no una amenaza. Tampoco entendió los motivos por los que le gustaba fumar, cosa que al parecer también le agradaba al humano al que quisieron que replicase. Buscó la práctica de ese hábito en su base de datos, encontrando la programación al respecto. No hizo nada cuando Thalos le echó el humo encima, sólo esperó un momento para coger su cigarro y fumar del modo en que lo habría hecho el otro, tratando de imitar los movimientos.
- Mi trato no cojea. Los humanos no válidos como los ministros han desaparecido, pero todavía quedan muchos otros. Necesitaremos un pacto para lo que viene. - convino enigmáticamente, guardando silencio sobre las siguientes preguntas. Las contestaría para el recién llegado y para Thalos, por ahorrarse repetir lo mismo. Analizó a Sayid de manera exhaustiva, su aspecto, tono de voz, estado de ánimo...sabía quién era. Uno de los liberados por el pacto que realizó Blair para recuperar a Éamon. Ahora estaban todos desaparecidos. Se preguntó si Thalos le habría revelado su identidad al resto, o si iba a venir mucha más gente.
- Buenos días. No lo consideraría el más apto para hacer senderismo. Hay un 83% de probabilidades lluvia y fuertes rachas de viento en este acantilado. No es el sitio más adecuado para hacer una reunión. - informó escuetamente, retomando las preguntas que había dejado en el tintero. - Respecto a tu pregunta sobre la Alianza Humana, puedo decirte que los Ejecutores se han hecho con el control, en una especie de dictadura militar. Los diplomáticos tienen muy poco poder. - no mencionó nada del cambio de 3a, ni sobre Alice. - El ejército está dividido entre los seguidores del anterior gobierno y los que apoyan al cuerpo de Ejecutores. Ellos también deben desaparecer, son el último escollo para acabar con la Alianza. - perderían todos sus apoyos muy pronto, sólo que no se lo esperaban. El androide tiró el cigarro de Thalos al suelo, tras haberle dado una calada. Después lo pisó conla punta de la bota. Era algo que habría hecho James, pero ni el propio androide terminaba de tener muy clara su identidad.
- ¿Qué sucede con la Ciudadela Alpha?
- Mi trato no cojea. Los humanos no válidos como los ministros han desaparecido, pero todavía quedan muchos otros. Necesitaremos un pacto para lo que viene. - convino enigmáticamente, guardando silencio sobre las siguientes preguntas. Las contestaría para el recién llegado y para Thalos, por ahorrarse repetir lo mismo. Analizó a Sayid de manera exhaustiva, su aspecto, tono de voz, estado de ánimo...sabía quién era. Uno de los liberados por el pacto que realizó Blair para recuperar a Éamon. Ahora estaban todos desaparecidos. Se preguntó si Thalos le habría revelado su identidad al resto, o si iba a venir mucha más gente.
- Buenos días. No lo consideraría el más apto para hacer senderismo. Hay un 83% de probabilidades lluvia y fuertes rachas de viento en este acantilado. No es el sitio más adecuado para hacer una reunión. - informó escuetamente, retomando las preguntas que había dejado en el tintero. - Respecto a tu pregunta sobre la Alianza Humana, puedo decirte que los Ejecutores se han hecho con el control, en una especie de dictadura militar. Los diplomáticos tienen muy poco poder. - no mencionó nada del cambio de 3a, ni sobre Alice. - El ejército está dividido entre los seguidores del anterior gobierno y los que apoyan al cuerpo de Ejecutores. Ellos también deben desaparecer, son el último escollo para acabar con la Alianza. - perderían todos sus apoyos muy pronto, sólo que no se lo esperaban. El androide tiró el cigarro de Thalos al suelo, tras haberle dado una calada. Después lo pisó conla punta de la bota. Era algo que habría hecho James, pero ni el propio androide terminaba de tener muy clara su identidad.
- ¿Qué sucede con la Ciudadela Alpha?
El androide me respondió tan pancho que nosotros si moríamos, pero que ellos no. Y que ellos permanecerian.
- Pues claro que no podéis morir cabeza de chatarra. Para morir antes hay que estar vivo y vosotros no lo estais...solo simuláis vida. - le dije muy resuelto, mientras se decidió a robarme el cigarro. Lo dejé, ea , que experimente un poco al menos. - Si ahora mismo te pongo una bomba y te reviento el cuerpo, qué? No morirías? Tienes todos tus datos descargados en la nube...de modo que podrían hacer otro "James"? Pues si no puedes morir...no eres genuino. Ni estas vivo. Se acabó el tema.
"a ver si me da alguna informacion interesante al respecto de esa cuestión..."
Sí, estaba de mal humor. Y en cierto modo me estaba descargando con la maquina que sabia que no iba a molestarse. Ya no actuaba como James, habia entrado en fase mental ameba. Tenia un plan, eso estaba claro, y todo lo demás, le daba absolutamente igual. Era efectivo, directo y preciso. - Y qué es lo que viene, James? - le pregunté entre dientes. Habia tirado al suelo mi cigarro. Aun le quedaban un par de calads. Fingí que no me habia partido el alma al hacer eso
Entonces llegó Sayid, uno de los magos de los Descendientes. No era la primera vez que lo veía, ya habiamos combatido en el mismo bando aquella vez que nos metimos a los campos de concentracion a sacar a los compañeros. Luego me enteré de que para él, tampoco habia acabado muy bien la cosa, al igual que para mi. Pero ahi estaba, vestido de dominguero, con su buen color de piel y su salud cardiovascular diciendo "hola, estoy aqui, tú das asco y deberias llevar un estilo de vida como el mio". En mi cara se debía de ver pintado por todas partes que su saludo de tan buen humor chocaba con el mio como las olas contra las piedras del acantilado.
- De precioso tiene poco. - James soltó la predicción del tiempo como si fuese el accuweather y yo puse la mirada en blanco, pensando "puto google". - No hagas eso. - le insté. James habia sido una incorporacion que yo habia decidido meter a ultima hora, y dada su naturaleza, no estaba seguro de que todos los que nos ibamos a reunir aqui estuviesen de acuerdo con ello. Sayid al menos, creía, no sabia nada de qué o quién era James realmente. A no ser que tuviera alguna de esas habilidades que tienen los magos de ver auras, leer mentes, etc etc.... Yo no iba a decir nada, por el momento.
"todavía falta gente..."
Resumió lo de la Alianza en pocas palabras. Ejecutores al poder, división interna y dictadura militar.
- Nada sobre las palabras del falso Johan? - James se hizo un poco el sueco con lo de la Ciudadela Alpha. Intercambié una mirada con Sayid. - La Ciudadela que creó la Alianza. De donde tu vienes... ya es hora de que me digas como llegar allí.
"no tomé notas en nuestro viaje de venida, reconstruir la ruta seria complicado. Pero no imposible"
- Pues claro que no podéis morir cabeza de chatarra. Para morir antes hay que estar vivo y vosotros no lo estais...solo simuláis vida. - le dije muy resuelto, mientras se decidió a robarme el cigarro. Lo dejé, ea , que experimente un poco al menos. - Si ahora mismo te pongo una bomba y te reviento el cuerpo, qué? No morirías? Tienes todos tus datos descargados en la nube...de modo que podrían hacer otro "James"? Pues si no puedes morir...no eres genuino. Ni estas vivo. Se acabó el tema.
"a ver si me da alguna informacion interesante al respecto de esa cuestión..."
Sí, estaba de mal humor. Y en cierto modo me estaba descargando con la maquina que sabia que no iba a molestarse. Ya no actuaba como James, habia entrado en fase mental ameba. Tenia un plan, eso estaba claro, y todo lo demás, le daba absolutamente igual. Era efectivo, directo y preciso. - Y qué es lo que viene, James? - le pregunté entre dientes. Habia tirado al suelo mi cigarro. Aun le quedaban un par de calads. Fingí que no me habia partido el alma al hacer eso
Entonces llegó Sayid, uno de los magos de los Descendientes. No era la primera vez que lo veía, ya habiamos combatido en el mismo bando aquella vez que nos metimos a los campos de concentracion a sacar a los compañeros. Luego me enteré de que para él, tampoco habia acabado muy bien la cosa, al igual que para mi. Pero ahi estaba, vestido de dominguero, con su buen color de piel y su salud cardiovascular diciendo "hola, estoy aqui, tú das asco y deberias llevar un estilo de vida como el mio". En mi cara se debía de ver pintado por todas partes que su saludo de tan buen humor chocaba con el mio como las olas contra las piedras del acantilado.
- De precioso tiene poco. - James soltó la predicción del tiempo como si fuese el accuweather y yo puse la mirada en blanco, pensando "puto google". - No hagas eso. - le insté. James habia sido una incorporacion que yo habia decidido meter a ultima hora, y dada su naturaleza, no estaba seguro de que todos los que nos ibamos a reunir aqui estuviesen de acuerdo con ello. Sayid al menos, creía, no sabia nada de qué o quién era James realmente. A no ser que tuviera alguna de esas habilidades que tienen los magos de ver auras, leer mentes, etc etc.... Yo no iba a decir nada, por el momento.
"todavía falta gente..."
Resumió lo de la Alianza en pocas palabras. Ejecutores al poder, división interna y dictadura militar.
- Nada sobre las palabras del falso Johan? - James se hizo un poco el sueco con lo de la Ciudadela Alpha. Intercambié una mirada con Sayid. - La Ciudadela que creó la Alianza. De donde tu vienes... ya es hora de que me digas como llegar allí.
"no tomé notas en nuestro viaje de venida, reconstruir la ruta seria complicado. Pero no imposible"
La situación había estado tensa desde que algunos de los renegados se tomaron al pie de la letra el ridículo mensaje que retransmitió esa copia mía. Parte de la culpa había sido del idiota de Thoren, que debió usar aquello como excusa para tener protagonismo y ponerse en mi contra. No me cabía en la cabeza que fuese otra cosa, el tipo quería notoriedad como la tuvo en Rusia en su día. Mi enfrentamiento con Thoren me había hecho distanciarme un poco de Yaroslav, al que apenas había visto desde que discutí con su hermano. Al menos había conseguido encontrar a Thalos, Erika y los demás, con los que había estado organizando búsquedas de desaparecidos, de los ministros, y de otras posibles copias que pululasen por ahí.
Habíamos quedado en reunirnos en los acantilados de Dover, así que me aparecí allí sin muchas esperanzas de avanzar, pues ya llevábamos atascados unos mese sin sacar nada en claro. La dictadura militar de la Alianza se había implantado de manera rápida y fuerte, lo que hizo difícil aprovechar su caos interno para darles un golpe. Lo de que querían pactar con nosotros era todo falso, por supuesto. Al llegar a los acantilados me encontré con que no era el primero, pues Sayid y Thalos ya estaban allí. No eran los únicos, así que torcí el gesto al ver que se trataba de ese androide del que me había hablado Thalos, la copia de James. Llegué a tiempo de escuchar parte de su conversación, mientras me acercaba a ellos. - ¿Qué hace él aquí? no podemos fiarnos. - solté a Thalos de manera recelosa, esa cosa no dejaba de ser una máquina de la Alianza. Miré a Sayid un tanto desconcertado, parecía feliz, inexplicablemente. - Es otra de esas copias, no creo que nos diga nada de la ciudadela.
Habíamos quedado en reunirnos en los acantilados de Dover, así que me aparecí allí sin muchas esperanzas de avanzar, pues ya llevábamos atascados unos mese sin sacar nada en claro. La dictadura militar de la Alianza se había implantado de manera rápida y fuerte, lo que hizo difícil aprovechar su caos interno para darles un golpe. Lo de que querían pactar con nosotros era todo falso, por supuesto. Al llegar a los acantilados me encontré con que no era el primero, pues Sayid y Thalos ya estaban allí. No eran los únicos, así que torcí el gesto al ver que se trataba de ese androide del que me había hablado Thalos, la copia de James. Llegué a tiempo de escuchar parte de su conversación, mientras me acercaba a ellos. - ¿Qué hace él aquí? no podemos fiarnos. - solté a Thalos de manera recelosa, esa cosa no dejaba de ser una máquina de la Alianza. Miré a Sayid un tanto desconcertado, parecía feliz, inexplicablemente. - Es otra de esas copias, no creo que nos diga nada de la ciudadela.
Sayid Ibn Salah
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Los dos que ya estaban en el acantilado parecían demasiado tensos, a me parecía un día bonito en lq nqdq soleada Inglaterra -es bonito porque no nos estamos cociendo bajo el sol, está templadito y la lluvia siempre viene bien, aunque la predicción del tiempo no está nada mal, gracias - dije al androide intentando quitarle algo de hierro al asunto para pasar a algo más serio, la información que nos había llevado allí.
Escuché atento las palabras de aquel hombre que tenía tan preciso control del tiempo, llevando una mano a mi barbilla -Es normal que los ministros huyeran, estaban pidiendo sus cabezas en aquel mensaje y estarán escondidos lo cual nos lleva a los ejecutores, quienes han tomado la base, muchos eran magos o prisioneros ¿no? Tengo algo de información sobre eso así que tiene sentido que sean los más descontentos y quienes hayan tomado la oportunidad para revelarse... Pero qué papel juega aquí nuestro amigo en todo esto? No me queda muy claro en qué bando está - dije preguntando a Thalos pues no tenía información suficiente de aquel hombre.
Capté en seguida la mirada del fumador con parche pues me había dado cuenta de la forma en la que el informante evitaba el tema sobre la ciudadela, Johan se acercó en el momento justo para aclararme algo, thalos decía que venía de la ciudadela y Johan que era una copia por lo que no había duda, se trataba de un robot -Ahooooora lo entiendo, eso tiene más sentido y lo hace más fácil, no tiene un USB en algún lado? Le sacamos la información y ya, no?
Escuché atento las palabras de aquel hombre que tenía tan preciso control del tiempo, llevando una mano a mi barbilla -Es normal que los ministros huyeran, estaban pidiendo sus cabezas en aquel mensaje y estarán escondidos lo cual nos lleva a los ejecutores, quienes han tomado la base, muchos eran magos o prisioneros ¿no? Tengo algo de información sobre eso así que tiene sentido que sean los más descontentos y quienes hayan tomado la oportunidad para revelarse... Pero qué papel juega aquí nuestro amigo en todo esto? No me queda muy claro en qué bando está - dije preguntando a Thalos pues no tenía información suficiente de aquel hombre.
Capté en seguida la mirada del fumador con parche pues me había dado cuenta de la forma en la que el informante evitaba el tema sobre la ciudadela, Johan se acercó en el momento justo para aclararme algo, thalos decía que venía de la ciudadela y Johan que era una copia por lo que no había duda, se trataba de un robot -Ahooooora lo entiendo, eso tiene más sentido y lo hace más fácil, no tiene un USB en algún lado? Le sacamos la información y ya, no?
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Las crueles palabras de Thalos habrían afectado al androide de haber tenido sentimientos, el humano sabía atacar también con las palabras. James no dio muestra de emoción alguna, pero sí que se quedó procesando más rato de lo habitual todo lo que dijo Thalos. Incluso podría decirse que se quedó pensativo. Ya había tenido una crisis de identidad cuando descubrió que no era una persona real, cuando Alice le descubrió la verdad. Hasta ese momento se comportaba como lo haría el capitán Stwardson, con alguna interferencia de S.A.M y de su propia entidad. - ¿Ser genuino es poder morir? ¿que no haya otro como tú? - interrogó con aparente indiferencia, a sabiendas de que lo que él era sí estaba subido a la nube. - Pueden replicarnos una y otra vez. Transferir nuestra conciencia y recuerdos a otro cuerpo. Seguiríamos siendo los mismos. - aunque ya no estaba tan seguro de ello.
Tuvieron que dejar las conversaciones trascendentales con la llegada de otros asistentes a la reunión, aunque no comprendió por qué tenía que dejar de dar sus predicciones meteorológicas. Johan se apresuró en mostrar su desconfianza, y Sayid se dio cuenta con rapidez de lo que sucedía. - No te refieras a mi como un simple objeto. No somos algo a lo que le puedas sacar información a voluntad. He venido a negociar, a dar una oportunidad. - James camino hacia Sayid, evaluándolo de arriba a abajo durante unos segundos. - Tu copia ha resultado ser más inteligente que tú. - respondió a Johan cuando vino a replicarle. Al parecer todavía no entendía de qué iba el asunto.
- Sé que habéis estado en la ciudadela. Y sé que escapasteis de allí. Si os quisieran de vuelta ya habrían pedido que os capturasen. ¿Por qué queréis volver allí? ¿Qué razones puedo tener para deciros dónde está?
Tuvieron que dejar las conversaciones trascendentales con la llegada de otros asistentes a la reunión, aunque no comprendió por qué tenía que dejar de dar sus predicciones meteorológicas. Johan se apresuró en mostrar su desconfianza, y Sayid se dio cuenta con rapidez de lo que sucedía. - No te refieras a mi como un simple objeto. No somos algo a lo que le puedas sacar información a voluntad. He venido a negociar, a dar una oportunidad. - James camino hacia Sayid, evaluándolo de arriba a abajo durante unos segundos. - Tu copia ha resultado ser más inteligente que tú. - respondió a Johan cuando vino a replicarle. Al parecer todavía no entendía de qué iba el asunto.
- Sé que habéis estado en la ciudadela. Y sé que escapasteis de allí. Si os quisieran de vuelta ya habrían pedido que os capturasen. ¿Por qué queréis volver allí? ¿Qué razones puedo tener para deciros dónde está?
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