Los acantilados de Dover son la frontera más cercana a la devastada Francia. Son un lugar poco vigilado, en el que son frecuentes las entradas y salidas de personas.
Tras marchar de la base sin rumbo fijado, en busca de un lugar tranquilo donde nadie me molestase, llego a unos acantilados. El olor a mar me golpea la cara, sí... este sitio es el idóneo para entrenar. Solté mi bolsa, dejándola en el suelo y respiro profundamente, entrando en un estado de calma absoluta mientras levanto mi mano izquierda a la altura del pecho, levantando los dedos índice y corazón, como lo hacen los ninjas, sintiendo mi magia fluyendo por mis canales de magia. Con todo ello me coloco en posición de guardia y comienzo a lanzar puños básicos y lentos a modo de calentamiento. Tras esto, rompo la lentitud y comienzo a lanzar puños con fuerza acompañados por la agilidad de mis piernas y acabo la serie saltando hacia arriba y aterrizo con un fuerte golpe contra el suelo con el brazo mecánico cargado en fuego acompañado por un fuerte grito, provocando un pequeño fogonazo al impactar, dejando grietas y la marca del puño en el suelo.
-Más fuerte... tengo que hacerlo más fuerte y más rápido... -susurré y acto seguido aparto el puño del suelo, salto hacia adelante lanzando una serie de patadas voladoras ígneas y al aterrizar acabo con un golpe explosivo al aire con mi puño de metal al tiempo que se escucha el romper de una de las olas que impactó en los acantilados.
-Más fuerte... tengo que hacerlo más fuerte y más rápido... -susurré y acto seguido aparto el puño del suelo, salto hacia adelante lanzando una serie de patadas voladoras ígneas y al aterrizar acabo con un golpe explosivo al aire con mi puño de metal al tiempo que se escucha el romper de una de las olas que impactó en los acantilados.
Todo parece haberse estancado últimamente. El tiempo ha transcurrido de manera lenta desde que Fizban nos sacó de la Torre de la Alta Hechicería, teniendo que retroceder una vez más ante el nigromante y sus demonios. La expedición a Irlanda resultó ser amarga, desde el principio fue mal. Nada más llegar perdí tanto la llave aquella especial como mi mano, todo por culpa de Fistandantilus, siendo encerrado en las mazmorras. Después fui rescatado por Fizban y su ayudante, que me ayudó a recuperarme antes de volver a aquella maldita torre. La sorpresa esta vez fue mayor, reapareció mi hermano Astaroth, al que creía perdido tras haber sido arrastrado por un demonio. La mala noticia fue que ya no era él, pasar todo ese tiempo en el inframundo había hecho que fuese poseído por uno de esos demonios. Ya han pasado meses desde que ese nigromante prometió sacar al demonio del cuerpo de mi hermano, pero sigue sin haber noticias, y dudo que vaya a cumplir con su palabra, a pesar de que dijese que lo haría para evitar que fuésemos más a su torre.
"es casi peor que haberlo perdido definitivamente. Tiene que ser él, tiene que estar en alguna parte, aunque dijiese que me odiaba y me echase la culpa de lo que pasó"
La esperanza volvió a encenderse de nuevo con las noticia de que Astaroth era uno de los participantes del torneo ese que habían organizado en Inglaterra, por ese motivo regresamos para encontrarlo, saber algo de él. Se nos ocurrió pensar que el nigromante había cumplido su palabra y lo había liberado del demonio, pero la falta prolongada de noticias incluso ya acabado el torneo no hace más que desesperarme. ¿Y si nunca vuelve a ser él? ¿y si es cierto lo que él mismo dijo y esa era su verdadera personalidad? En el fondo Astaroth tenía motivos para odiarme, por culpa de mis errores tuvo que realizar aquel maldito exorcismo que lo arrastró y lo condenó.
Atormentado por todas esas ideas acabo llegando al borde del acantilado, buscando un lugar tranquilo en el que tratar de apaciguar la mente, aunque eso es tarea difícil. El mar y el tiempo parecen estar hoy tan revueltos como mi propia mente, amenazando tormenta en breves. Tal vez algo de entrenamiento no me vendría mal, voy a perder la práctica si sigo así, pero desde que perdí la mano me siento un tanto inútil luchando con algo que no sea mi elemento.
Un ruido que no procede del choque de las olas contra las piedras capta mi atención, haciendo que me gire para encontrar varios metros más lejos a un hombre que parece estar practicando alguna habilidad de fuego, ya que no creo que esté luchando con alguien, no se ve nada más por allí. Mi primer pensamiento es pensar que es de la hermandad del fuego, pero después recuerdo que hay muchos magos que pueden usar esa habilidad. No es alguien a captar para los Souls, pero sí que hay un detalle de él que me hace decidir acercarme: uno de sus brazos no es de carne y hueso.
- ¿No perteneces a la Hermandad del fuego, o sí? - la pregunta no tiene mucho sentido, sobre todo porque conozco de vista a la mayoría de los souls en varios territorios, aunque puede que sea un extranjero. Sobre todo le pregunto eso para iniciar una conversación, como pretexto.
"es casi peor que haberlo perdido definitivamente. Tiene que ser él, tiene que estar en alguna parte, aunque dijiese que me odiaba y me echase la culpa de lo que pasó"
La esperanza volvió a encenderse de nuevo con las noticia de que Astaroth era uno de los participantes del torneo ese que habían organizado en Inglaterra, por ese motivo regresamos para encontrarlo, saber algo de él. Se nos ocurrió pensar que el nigromante había cumplido su palabra y lo había liberado del demonio, pero la falta prolongada de noticias incluso ya acabado el torneo no hace más que desesperarme. ¿Y si nunca vuelve a ser él? ¿y si es cierto lo que él mismo dijo y esa era su verdadera personalidad? En el fondo Astaroth tenía motivos para odiarme, por culpa de mis errores tuvo que realizar aquel maldito exorcismo que lo arrastró y lo condenó.
Atormentado por todas esas ideas acabo llegando al borde del acantilado, buscando un lugar tranquilo en el que tratar de apaciguar la mente, aunque eso es tarea difícil. El mar y el tiempo parecen estar hoy tan revueltos como mi propia mente, amenazando tormenta en breves. Tal vez algo de entrenamiento no me vendría mal, voy a perder la práctica si sigo así, pero desde que perdí la mano me siento un tanto inútil luchando con algo que no sea mi elemento.
Un ruido que no procede del choque de las olas contra las piedras capta mi atención, haciendo que me gire para encontrar varios metros más lejos a un hombre que parece estar practicando alguna habilidad de fuego, ya que no creo que esté luchando con alguien, no se ve nada más por allí. Mi primer pensamiento es pensar que es de la hermandad del fuego, pero después recuerdo que hay muchos magos que pueden usar esa habilidad. No es alguien a captar para los Souls, pero sí que hay un detalle de él que me hace decidir acercarme: uno de sus brazos no es de carne y hueso.
- ¿No perteneces a la Hermandad del fuego, o sí? - la pregunta no tiene mucho sentido, sobre todo porque conozco de vista a la mayoría de los souls en varios territorios, aunque puede que sea un extranjero. Sobre todo le pregunto eso para iniciar una conversación, como pretexto.
Tras la explosión provocada por mi puño, dejo la posición de guardia al percatarme de que alguien ha venido, no podía ver su rostro... que manía tiene la gente de ocultar su cara, él último encapuchado era un psicópata obsesionado con matar. Lo miro seriamente, no quería que fuese otro loco como el de ayer e interrumpiese mi entrenamiento matutino, aunque no parece tener intención de querer causas líos. Lo observo de arriba abajo, fijándome en que le falta la mano derecha... -Veo que no soy el único que ha perdido una extremidad en estos tiempos ¿eh...?
El tipo me preguntó sobre si pertenecía a algo llamado Hermandad del fuego, mmm... espera... creo que eso lo he leído... mmm... no... ahora no caigo qué es esa mierda, pero decidí responderle -Em... no recuerdo que es eso de la "Hermandad de fuego" -me rasco la cabeza, no lograba recordar qué era a lo que se refería- pero... no, no pertenezco a tal organización, ni si quiera soy de aquí así que... hay cosas que desconozco-con eso respondido, quiero preguntarle algunas cosas para asegurarme que no es un tipo con el que tenga que lidiar- Espero no ser maleducado pero... ¿cómo perdiste tu mano? ¿y a qué has venido aquí? siento si te estoy bombardeando a demasiadas preguntas pero... el último encapuchado con el que me encontré era un puto sádico que me amargó un poco ayer. -termino de bombardearle a preguntas, cruzándome de brazos, a saber por lo que ha pasado... -Si quieres una mano nueva y funcional, conozco a un tipo que podría hacerte una nueva y bastante versátil, si le da por venirse claro.
El tipo me preguntó sobre si pertenecía a algo llamado Hermandad del fuego, mmm... espera... creo que eso lo he leído... mmm... no... ahora no caigo qué es esa mierda, pero decidí responderle -Em... no recuerdo que es eso de la "Hermandad de fuego" -me rasco la cabeza, no lograba recordar qué era a lo que se refería- pero... no, no pertenezco a tal organización, ni si quiera soy de aquí así que... hay cosas que desconozco-con eso respondido, quiero preguntarle algunas cosas para asegurarme que no es un tipo con el que tenga que lidiar- Espero no ser maleducado pero... ¿cómo perdiste tu mano? ¿y a qué has venido aquí? siento si te estoy bombardeando a demasiadas preguntas pero... el último encapuchado con el que me encontré era un puto sádico que me amargó un poco ayer. -termino de bombardearle a preguntas, cruzándome de brazos, a saber por lo que ha pasado... -Si quieres una mano nueva y funcional, conozco a un tipo que podría hacerte una nueva y bastante versátil, si le da por venirse claro.
Mi primera reacción ante su mirada de arriba a abajo es la de ocultar la mano (o la no mano). Aunque ya ha pasado más de un año todavía sigue dándome algo de reparo que se queden mirando. Sé que es absurdo y que así sólo consigo que miren más, pero no puedo evitarlo. Hago un gesto de incomodidad que puede pasar desapercibido por la capucha que aún llevo puesta, pero luego me recuerdo que al menos estoy ante alguien que debe haber pasado por la misma situación, así que supongo que puede entenderlo. Es más, a él le falta un brazo, debió ser peor.
- Así es...pero al contrario que tú todavía no he conseguido reemplazarla con nada. Por ahora digamos que soy un...¿tullido se dice?
"no puedo escalar como antes lo hacia, que me recorría la ciudad ágilmente"
Emito un sonido de fastidio, sintiéndome tal y como él dice algo bombardeado a preguntas porque no esperaba que de buenas a primeras me dijese todo eso. De todos modos tampoco es malo, puede ayudarme a hablar con él sobre el tema y quién sabe si informarme sobre lo que puedo hacer para conseguir una prótesis funcional o algo por el estilo. Termino por quitarme la capucha a la mención del tipo encapuchado chungo con el que se encontró, no quiero que desconfíe de mi por mi aspecto. Al hacerlo ya puede ver con claridad mi rostro, el de un joven de unos 24 años, ojos grises y el cabello negro y más o menos corto, con el tono de piel moreno típico de la gente de los países mediterráneos. Por ahora no le revelo el nombre, puesto que no lo ha pedido.
"lo que pensaba, no es uno de los Souls...lo habría reconocido"
- mi mano...- alzo un momento la inexistente mano, haciendo una mueca de desagrado al recordar lo sucedido, ese nigromante y su endemoniada aprendiz me la habían jugado bien. Dudo unos segundos, me cuesta rememorar y contar lo sucedido, pero en este caso puede hacerme bien - Me la necrosaron y acto seguido la cortaron. Es una larga historia que no voy a contar ahora, no quiero aburrirte, pero fue cosa de un viejo nigromante. Hice tratos con quien no debía.
"o intenté hacerlos, más bien"
Bajo de nuevo el brazo, al igual que la vista, contemplando la hierba como si fuese la cosa más interesante del mundo. ¿Por qué he venido aquí? tampoco tiene mucha historia, nada que realmente pueda considerarse un motivo. - Necesito entrenar, en un lugar apartado. Llevo tiempo sin hacer nada. Tal vez pueda pelear contra ti. Puede que me hiciese sentir menos ...inútil. - murmuro lo último con una especie de sonrisa entre irónica y amarga, alzando la vista cuando menciona lo de la posibilidad del brazo. - Si pudiese tener algo así podría volver a hacer las cosas que hacía antes.¿Cómo lo conseguiste tú?
- Así es...pero al contrario que tú todavía no he conseguido reemplazarla con nada. Por ahora digamos que soy un...¿tullido se dice?
"no puedo escalar como antes lo hacia, que me recorría la ciudad ágilmente"
Emito un sonido de fastidio, sintiéndome tal y como él dice algo bombardeado a preguntas porque no esperaba que de buenas a primeras me dijese todo eso. De todos modos tampoco es malo, puede ayudarme a hablar con él sobre el tema y quién sabe si informarme sobre lo que puedo hacer para conseguir una prótesis funcional o algo por el estilo. Termino por quitarme la capucha a la mención del tipo encapuchado chungo con el que se encontró, no quiero que desconfíe de mi por mi aspecto. Al hacerlo ya puede ver con claridad mi rostro, el de un joven de unos 24 años, ojos grises y el cabello negro y más o menos corto, con el tono de piel moreno típico de la gente de los países mediterráneos. Por ahora no le revelo el nombre, puesto que no lo ha pedido.
"lo que pensaba, no es uno de los Souls...lo habría reconocido"
- mi mano...- alzo un momento la inexistente mano, haciendo una mueca de desagrado al recordar lo sucedido, ese nigromante y su endemoniada aprendiz me la habían jugado bien. Dudo unos segundos, me cuesta rememorar y contar lo sucedido, pero en este caso puede hacerme bien - Me la necrosaron y acto seguido la cortaron. Es una larga historia que no voy a contar ahora, no quiero aburrirte, pero fue cosa de un viejo nigromante. Hice tratos con quien no debía.
"o intenté hacerlos, más bien"
Bajo de nuevo el brazo, al igual que la vista, contemplando la hierba como si fuese la cosa más interesante del mundo. ¿Por qué he venido aquí? tampoco tiene mucha historia, nada que realmente pueda considerarse un motivo. - Necesito entrenar, en un lugar apartado. Llevo tiempo sin hacer nada. Tal vez pueda pelear contra ti. Puede que me hiciese sentir menos ...inútil. - murmuro lo último con una especie de sonrisa entre irónica y amarga, alzando la vista cuando menciona lo de la posibilidad del brazo. - Si pudiese tener algo así podría volver a hacer las cosas que hacía antes.¿Cómo lo conseguiste tú?
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El camino de las quimeras había sido largo, habían pasado dias tras el comienzo de su marcha y en el proceso un gran cumulo de informacion azotaba a las criaturas, no recordaban el mundo mucho mas alla de los arboles por lo que lo divisaban pero aquella imagen de caos y inseguridad estaba presente en todo lugar en el que se adentraban. Evitaban el contacto directo o simplemente pasaban inadvertidos alejados de las zonas conflictivas, Verenah y Kain no eran lo que se pudiese decir criaturas evasivas del peligro sin embargo a las constantes amenazas y habladurias de Kain Verenah siempre respondia con palabras sabias, ''la evasion del peligro desconocido es una ciencia'' a lo cual respondia Kain con ''Una vez acabemos con sus vidas les preguntaremos si eran mas de letras''.
El trayecto era duro y el estomago de ambos rugia por dos, sin embargo, las flechas de Verenah eran veloces y los mordiscos de Kain implacables. Pronto llegaron al culmine de su mundo, las aguas del mar parecian suplicar por acariciar la cima de aquellos acantilados de roca maciza, la mirada de ambos se perdieron en el horizonte ya que por primera vez en su vida observaban que el mundo era mas grande de lo que ellos podrian haber imaginado -Dime corderita, ¿que es eso?- alboroto una voz grave y algo seca, bruta en su sintonia con las olas rompiendo contra las rocas -Es el mar mi querido lobo, la guarida en la que se aguardan las criaturas que no pueden contra ti- emergio como un susurro la voz aguda de verenah, su voz era lo suficiente dulce como para evitar ser un incordio en ninguna de sus formas. -¿eso es porque me temen?- respondio Kain con un tono mas suave -Porque te temen...- finalizo Verenah disminuyendo el tono de su voz, la mirada de ella vagaba de un lado a otro hasta clavarse en la lejania donde dos figuras humanoides parecian coincidir ante el horizonte.
Kain no tardo en seguir el rumbo de la mirada y abrir sus desproporcionadas fauces sin previo aviso -El viento trae olor a muerte- comento Kain con cierta excitacion -Muerte descansa hoy mi querido lobo, seamos prudentes, si lo eres la recompensa sera dulce- los colmillos se fundieron en las sombras que el lobo representa mientras Verenah comenzaba a correr hacia el lado contrario de las personas, alli se encontraba una caida, una pendiente lo suficiente escalonada para bajar a alta velocidad sin ceder al miedo de una caida directa.
Corderita descendio con largos saltos, no tardo en descender y comenzar a correr por el borde, sus pezuñas se mojaban sin embargo el mar no parecia estar furioso, cuando llego cerca de la posicion de las personas cedio su arco a lobo mientras comenzaba a escalar el gran acantilado, su velocidad de escalada era suficiente como para no preocuparse, tras llegar unos minutos subiendo llego a un brazo y medio de la cima, alli quedo completamente apoyada en la zona mientras miraba a lobo -Huele a ceniza- comento alertado al igual que alterado -silencia tu voz con el mar, el sera nuestro protector si el fuego nos encuentra- comento como un susurro intentando camuflar su voz con el mar, escuchar a los dos hombres y poder identificar sus intenciones era la prioridad de Verenah.
El trayecto era duro y el estomago de ambos rugia por dos, sin embargo, las flechas de Verenah eran veloces y los mordiscos de Kain implacables. Pronto llegaron al culmine de su mundo, las aguas del mar parecian suplicar por acariciar la cima de aquellos acantilados de roca maciza, la mirada de ambos se perdieron en el horizonte ya que por primera vez en su vida observaban que el mundo era mas grande de lo que ellos podrian haber imaginado -Dime corderita, ¿que es eso?- alboroto una voz grave y algo seca, bruta en su sintonia con las olas rompiendo contra las rocas -Es el mar mi querido lobo, la guarida en la que se aguardan las criaturas que no pueden contra ti- emergio como un susurro la voz aguda de verenah, su voz era lo suficiente dulce como para evitar ser un incordio en ninguna de sus formas. -¿eso es porque me temen?- respondio Kain con un tono mas suave -Porque te temen...- finalizo Verenah disminuyendo el tono de su voz, la mirada de ella vagaba de un lado a otro hasta clavarse en la lejania donde dos figuras humanoides parecian coincidir ante el horizonte.
Kain no tardo en seguir el rumbo de la mirada y abrir sus desproporcionadas fauces sin previo aviso -El viento trae olor a muerte- comento Kain con cierta excitacion -Muerte descansa hoy mi querido lobo, seamos prudentes, si lo eres la recompensa sera dulce- los colmillos se fundieron en las sombras que el lobo representa mientras Verenah comenzaba a correr hacia el lado contrario de las personas, alli se encontraba una caida, una pendiente lo suficiente escalonada para bajar a alta velocidad sin ceder al miedo de una caida directa.
Corderita descendio con largos saltos, no tardo en descender y comenzar a correr por el borde, sus pezuñas se mojaban sin embargo el mar no parecia estar furioso, cuando llego cerca de la posicion de las personas cedio su arco a lobo mientras comenzaba a escalar el gran acantilado, su velocidad de escalada era suficiente como para no preocuparse, tras llegar unos minutos subiendo llego a un brazo y medio de la cima, alli quedo completamente apoyada en la zona mientras miraba a lobo -Huele a ceniza- comento alertado al igual que alterado -silencia tu voz con el mar, el sera nuestro protector si el fuego nos encuentra- comento como un susurro intentando camuflar su voz con el mar, escuchar a los dos hombres y poder identificar sus intenciones era la prioridad de Verenah.
Tal y como predije, el encapuchado se sintió incómodo ante mis preguntas, aunque al menos se tomó la molestia de bajarse la capucha, lo cual me mostraba su cara por completo, debía ser algo más joven que yo, perder la mano... puedo entender lo jodido que es estar con una mano menos... yo lo estuve durante una temporada hasta que hacían mi brazo... sentí empatía por el chico, llamándose tullido a sí mismo y me confirma lo jodido que está con un sonido el cual me decía que estaba fastidiado. Desde luego a nadie le haría gracia estar con una mano o brazo menos, y si lo pones aún más jodido, una pierna.
Alza ligeramente su muñón con mala cara, desde luego le incomodó que le preguntase aquello... Pese a ello, me cuenta el como la perdió, y parece ser que al igual que yo, la historia gira entorno a los nigromantes... -Vaya... otro igual que yo... esos cabrones no tienen nada mejor que hacer que dedicarse a amputarles miembros a la gente... tampoco me importa escuchar tu historia completa, solo si quieres claro, soy todo oídos -me disponía a escuchar su historia por curiosidad y por si quería contarla.
En cuanto baja el brazo, me comenta que quiere entrenar y que no le importaría en absoluto que fuese conmigo, desde luego un compañero es mejor que pegarle al aire. -De acuerdo entrenaré contigo, has venido en el momento adecuado, siempre es mejor un compañero que pegarle al aire -sonreí ligeramente y choco mi puño izquierdo contra la palma de mi mano derecha metálica, además, me comenta algo sobre que le gustaría tener una mano nueva en respuesta a mi propuesta- Sin problemas, llamaré al tipo que hizo mi brazo, a ver si le da por venir aquí, que me comentó que vendría en cuanto acabase un par de cosillas en Japón, no tendrá problemas en hacerte una mano nueva y si quieres, podrá ponerle alguna que otra función nueva -ahora tocaría responderle a cómo conseguí el mio- Digamos que... un científico, bastante bueno la verdad, de fiar, me "echó una mano", hizo mi brazo para que además de poder hacer las cosas normales con uno ortopédico, pudiese hacer unas cuantas cosillas más, aunque dudo que sea conveniente usarlas en este entrenamiento, no tengo balas de pintura o de fogueo ahora mismo -con eso le dejé claro que mi brazo tenía la capacidad de disparar.
Miré hacia abajo del acantilado, para asegurarme de que no pisaba mal y me cayera, aunque observé una figura un tanto extraña... parecía ¿un... cordero y una bola de humo con forma de lobo? Aquello me tomó por sorpresa, ¿serán quimeras? porque desde luego no recuerdo que los corderos tuviesen ese aspecto, ya sabéis... los animales no van sobre sus patas traseras ni llevan máscaras... Me mantendré alerta, por si deciden interrumpir el entrenamiento y ser hostiles ya que cuando di un segundo vistazo ya no estaban, aunque espero que no lo sean la verdad... Voy a centrarme en entrenar con el chico, necesitará ayuda para saber llevar su otra mano hasta que Aikawa-sensei venga a Inglaterra y le haga una nueva mano, pero sin olvidarme desde luego de los nuevos visitantes inesperados.
Alza ligeramente su muñón con mala cara, desde luego le incomodó que le preguntase aquello... Pese a ello, me cuenta el como la perdió, y parece ser que al igual que yo, la historia gira entorno a los nigromantes... -Vaya... otro igual que yo... esos cabrones no tienen nada mejor que hacer que dedicarse a amputarles miembros a la gente... tampoco me importa escuchar tu historia completa, solo si quieres claro, soy todo oídos -me disponía a escuchar su historia por curiosidad y por si quería contarla.
En cuanto baja el brazo, me comenta que quiere entrenar y que no le importaría en absoluto que fuese conmigo, desde luego un compañero es mejor que pegarle al aire. -De acuerdo entrenaré contigo, has venido en el momento adecuado, siempre es mejor un compañero que pegarle al aire -sonreí ligeramente y choco mi puño izquierdo contra la palma de mi mano derecha metálica, además, me comenta algo sobre que le gustaría tener una mano nueva en respuesta a mi propuesta- Sin problemas, llamaré al tipo que hizo mi brazo, a ver si le da por venir aquí, que me comentó que vendría en cuanto acabase un par de cosillas en Japón, no tendrá problemas en hacerte una mano nueva y si quieres, podrá ponerle alguna que otra función nueva -ahora tocaría responderle a cómo conseguí el mio- Digamos que... un científico, bastante bueno la verdad, de fiar, me "echó una mano", hizo mi brazo para que además de poder hacer las cosas normales con uno ortopédico, pudiese hacer unas cuantas cosillas más, aunque dudo que sea conveniente usarlas en este entrenamiento, no tengo balas de pintura o de fogueo ahora mismo -con eso le dejé claro que mi brazo tenía la capacidad de disparar.
Miré hacia abajo del acantilado, para asegurarme de que no pisaba mal y me cayera, aunque observé una figura un tanto extraña... parecía ¿un... cordero y una bola de humo con forma de lobo? Aquello me tomó por sorpresa, ¿serán quimeras? porque desde luego no recuerdo que los corderos tuviesen ese aspecto, ya sabéis... los animales no van sobre sus patas traseras ni llevan máscaras... Me mantendré alerta, por si deciden interrumpir el entrenamiento y ser hostiles ya que cuando di un segundo vistazo ya no estaban, aunque espero que no lo sean la verdad... Voy a centrarme en entrenar con el chico, necesitará ayuda para saber llevar su otra mano hasta que Aikawa-sensei venga a Inglaterra y le haga una nueva mano, pero sin olvidarme desde luego de los nuevos visitantes inesperados.
Mi cara de sorpresa al escuchar lo que le pasó a él no tiene precio. Resulta que no sólo ha perdido un miembro o parte de él al igual que yo, sino que ha sido por culpa de otro de esos individuos que se hacen llamar nigromantes. No creo que haya sido el mismo puesto que parece que viene de lejos, así que dudo que sea el nigromante que me encontré en Irlanda. Sí...tal y como pensé en aquella ocasión, odio a los nigromantes cuando no están de tu lado, algo que no me había pasado hasta ese momento. Lo que no menciono es que mi abuelo era nigromante, y que mi hermano también lo es, o lo era. Ahora no está muy claro lo que es o lo que queda de mi hermano mayor.
- En realidad yo tuve mucha culpa. Estaba desesperado porque ayudase a una persona, y confié en que ese nigromante haría un trato conmigo a cambio de entregarle un objeto. Claramente me equivoqué, y pagué mi estupidez.
"además luego Astaroth me lo reprochó todo. Ojalá pudiese volver a hablar con él para saber si realmente piensa lo que me dijo o era el demonio que lo poseyó el que hablaba por él"
- No sé cómo sería en tu caso, pero en el mío...podría decirse que fui a meterme en la boca del lobo. - guardo silencio durante unos segundos, desviando la mirada hacia el borde del acantilado, escuchando el viento y las olas chocando contra las rocas. Las nubes grises y la amenaza de mal tiempo van en aumento, comenzando incluso a chispear ligeramente. Tampoco importa mucho, el clima por aquí es así constantemente. El hecho de que acepte pelear conmigo me hace sentir un poco mejor, como si todavía pudiesen considerarme un oponente digno. Puede que sólo tenga que acostumbrarme para recuperar mi capacidad de lucha anterior. Además parece bastante amable al ofrecerme esa especie de brazo mejorado, según me da a entender, con añadidos hechos por un científico o algo así. - Te lo agradecería mucho, si pudieses avisar a ese amigo tuyo. Buscaría alguna manera de pagaros.- a pesar de que quiero creerlo una parte de mi desconfiada y resentida por todo lo sucedido me pide que no me emocione tanto, que nadie ayuda tan fácilmente a cambio de nada, así que procuro no olvidarme de ello y trato de ser prudente. Al ver que se asoma por el acantilado y dedica más tiempo de la cuenta a mirar por él yo también me asomo un segundo, pero el ser que estaba allí merodeando ya no está, por lo que me encojo de hombros y decido empezar la pelea/entrenamiento con Kosuke.
- Está bien, sin armas de ese tipo. No queremos herirnos seriamente. Podemos usar la habilidad mágica que tengamos, y golpes. Yo no usaré armas tampoco.
"y sobre todo necesito probar mis golpes"
- ¿Preparado? - retrocedo un poco para alejarme del peligroso borde del acantilado, alzando mi mano al aire para comenzar a concentrar electricidad en la palma de ésta, haciendo que chisporrotee. Tras esto dirijo el puño de manera rápida hacia su cara, esperando iniciar la pelea de este modo. Si se aparta a tiempo evitará el golpe eléctrico, si no recibirá un buen porrazo, aunque he controlado la electricidad para que el impacto no llegue a noquearlo.
- En realidad yo tuve mucha culpa. Estaba desesperado porque ayudase a una persona, y confié en que ese nigromante haría un trato conmigo a cambio de entregarle un objeto. Claramente me equivoqué, y pagué mi estupidez.
"además luego Astaroth me lo reprochó todo. Ojalá pudiese volver a hablar con él para saber si realmente piensa lo que me dijo o era el demonio que lo poseyó el que hablaba por él"
- No sé cómo sería en tu caso, pero en el mío...podría decirse que fui a meterme en la boca del lobo. - guardo silencio durante unos segundos, desviando la mirada hacia el borde del acantilado, escuchando el viento y las olas chocando contra las rocas. Las nubes grises y la amenaza de mal tiempo van en aumento, comenzando incluso a chispear ligeramente. Tampoco importa mucho, el clima por aquí es así constantemente. El hecho de que acepte pelear conmigo me hace sentir un poco mejor, como si todavía pudiesen considerarme un oponente digno. Puede que sólo tenga que acostumbrarme para recuperar mi capacidad de lucha anterior. Además parece bastante amable al ofrecerme esa especie de brazo mejorado, según me da a entender, con añadidos hechos por un científico o algo así. - Te lo agradecería mucho, si pudieses avisar a ese amigo tuyo. Buscaría alguna manera de pagaros.- a pesar de que quiero creerlo una parte de mi desconfiada y resentida por todo lo sucedido me pide que no me emocione tanto, que nadie ayuda tan fácilmente a cambio de nada, así que procuro no olvidarme de ello y trato de ser prudente. Al ver que se asoma por el acantilado y dedica más tiempo de la cuenta a mirar por él yo también me asomo un segundo, pero el ser que estaba allí merodeando ya no está, por lo que me encojo de hombros y decido empezar la pelea/entrenamiento con Kosuke.
- Está bien, sin armas de ese tipo. No queremos herirnos seriamente. Podemos usar la habilidad mágica que tengamos, y golpes. Yo no usaré armas tampoco.
"y sobre todo necesito probar mis golpes"
- ¿Preparado? - retrocedo un poco para alejarme del peligroso borde del acantilado, alzando mi mano al aire para comenzar a concentrar electricidad en la palma de ésta, haciendo que chisporrotee. Tras esto dirijo el puño de manera rápida hacia su cara, esperando iniciar la pelea de este modo. Si se aparta a tiempo evitará el golpe eléctrico, si no recibirá un buen porrazo, aunque he controlado la electricidad para que el impacto no llegue a noquearlo.
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El mundo se centraba en el interior de la mascara de Verenah, aunque parece contrario se habia acostumbrado tanto a llevarla que para ella ya era sencillo olfatear con esta colocada sobre su rostro, el olor del mar se concentraba tanto en la zona, el frio y el aire machacaban con cierto abuso el acantilado, tanto era asi que parecia ser menos agresivo sobre este sin embargo no podria apostar por ello. Una gota callo sobre su mascara, el sonido hueco alerto del detalle a lo cual siguio uno de los dedos de la cordera noto el tacto humedo mientras su mirada seguia clavada en la cima clavando sus sentidos en la conversacion de los individuos, las nubes habian comenzado aislar sus lagrimas como si de oro se tratase.
De pronto un rostro se asomo por el lugar, Verenah sabia que si Kain hubiese tenido la boca vacia hubiese sorprendido a aquel individuo llevando junto a sus fauces su cabeza 15 cm por encima de la cima del acantilado, sin embargo la suerte estaba del lado del individuo ya que el arco ocupaba la gran boca de la criatura. El muchacho desatendio un instante la escena, momento suficiente para que ambos trabajaran al unisono, cordera se dejo caer agarrandose de uno de los tramos del arco siendo llevada hacia el lado oculto del acantilado, si tenian suerte el humano tomaria como una vision la escena.
Asi parecio ser ya que ninguna frase posterior se refirio a estos, Verenah no tardo mucho en propulsarse hacia el acantilado, aunque parece una accion arriesgada para ella era algo tan sencillo como respirar, ajenos a la caida de la pequeña arenisca que se habia formado tras el roce de sus pezuñas contra la piedra blanca que formaba la gran pared estaban nuevamente ocultos, sus voces como movimientos se desvanecian con el sonido del mar y el aire de la zona. Un pequeño chisporrotazo alerto nuevamente a Kain -los humanos tienen muchas herramientas, dime corderita ¿que temen los humanos?- susurro entre pequeños movimientos del arco en sus fauces, costaba entenderlo con un tono tan bajo al comun y tantos sonidos alrededor sin embargo Verenah habia vivido toda su vida con el, sabia que era aquello que preguntaba incluso antes que la curiosidad sometiese su mente -Te temen a ti mi querido lobo...- las palabras escapaban dulcemente, como envueltas en papel decorativo, no tanto por su significado si no por su tono, dulce calido y suave, esperar a que aquellos dos demostraran sus actitudes era la clave, debian de conocer que eran aquellas personas que se encontraban cerca y si realmente suponian un peligro.
De pronto un rostro se asomo por el lugar, Verenah sabia que si Kain hubiese tenido la boca vacia hubiese sorprendido a aquel individuo llevando junto a sus fauces su cabeza 15 cm por encima de la cima del acantilado, sin embargo la suerte estaba del lado del individuo ya que el arco ocupaba la gran boca de la criatura. El muchacho desatendio un instante la escena, momento suficiente para que ambos trabajaran al unisono, cordera se dejo caer agarrandose de uno de los tramos del arco siendo llevada hacia el lado oculto del acantilado, si tenian suerte el humano tomaria como una vision la escena.
Asi parecio ser ya que ninguna frase posterior se refirio a estos, Verenah no tardo mucho en propulsarse hacia el acantilado, aunque parece una accion arriesgada para ella era algo tan sencillo como respirar, ajenos a la caida de la pequeña arenisca que se habia formado tras el roce de sus pezuñas contra la piedra blanca que formaba la gran pared estaban nuevamente ocultos, sus voces como movimientos se desvanecian con el sonido del mar y el aire de la zona. Un pequeño chisporrotazo alerto nuevamente a Kain -los humanos tienen muchas herramientas, dime corderita ¿que temen los humanos?- susurro entre pequeños movimientos del arco en sus fauces, costaba entenderlo con un tono tan bajo al comun y tantos sonidos alrededor sin embargo Verenah habia vivido toda su vida con el, sabia que era aquello que preguntaba incluso antes que la curiosidad sometiese su mente -Te temen a ti mi querido lobo...- las palabras escapaban dulcemente, como envueltas en papel decorativo, no tanto por su significado si no por su tono, dulce calido y suave, esperar a que aquellos dos demostraran sus actitudes era la clave, debian de conocer que eran aquellas personas que se encontraban cerca y si realmente suponian un peligro.
Él mismo fue quien trató con el nigromante para tratar de ayudar a alguien, por el tono con el que lo dice, alguien muy cercano a él, y para variar, el nigromante lo estafó y de paso lo dejó... manco. -Como siempre... la mayoría de los nigromantes hacen lo mismo... esos pedazos de mierda... -refunfuñé y luego escucho como se culpa, algo que no debería hacer- Tu no tienes nada de culpa, intentaste ayudarlo... estabas desesperado, cualquiera que viese un pequeño haz de esperanza se aferraría a él con fuerza... Errar es humano, amigo mioy con ello, aprendemos, aunque mira el lado bueno... ¡Pudieron cortarte la polla! -a ver si con esto consigo animarlo, aunque sea un poco.
-Mi caso fue... digamos que a un nigromante le dio por destrozar pueblos invocando demonios y sacrificando a quienes vivían en ellos para así dichos demonios los poseyesen y obtener un ejército de estos... mi pueblo fue uno de ellos, lo perdí todo... incluso la mayor parte de mi brazo... -me miré el brazo metálico por un momento, maldiciendo el día en que ese bastardo decidió aparecer en mi hogar, sin embobarme demasiado, vuelvo a dirigirle la mirada. -No tienes por qué agradecérmelo, encontrarme a alguien que ha pasado por algo parecido a lo mio puedo entenderlo, le iré avisando para que venga y trate tu caso, además, estará encantado de ayudarte y de darte lo necesario para... bueno, patearle el culo a ese nigromante.
Dicho esto, me pregunta si estoy preparado a lo cual asiento y me pongo en guardia, observo como alza su mano y cómo concentra electricidad en ella, me sorprende un poco el hecho de que el tipo use un elemento que yo usaba antaño, desde luego este entrenamiento será productivo para recordar que uso le daba yo a dicho elemento. -Anda mira, justo uno de los elementos que se utilizar, creo que podré darte un par de consejos-. El haber cargado electricidad en su mano ya me había alertado de por sí, lo cual no me costaría esquivarlo- Buen puño, pero aun no es rápido, por cierto, si fueras capaz de usarlo en tus piernas... tal vez seas capaz de ir más rápido en carrera- me situo por su lado derecho -Que no tengas mano no significa que no puedas usar el resto de tu brazo- le aconsejé para que bloquease mi ataque, le he dado algo de tregua al darle el consejo de bloquear con el resto de su brazo, espero que no se sienta insultado, trataré de ponerme en serio. Decido poner mi mano izquierda juntando todos los dedos, como si fuese una lanza, y hago un movimiento similar al de cortar, apuntando al cuello, por supuesto, si no logra bloquearlo detendré el golpe para que no impacte. -Me alegro que al menos no seas el típico mago que solo usa magia elemental con los típicos rayitos y bolitas, que al menos sabes pegar cuerpo a cuerpo.
Aun entrenando con el chico, me mantengo alerta por si el tercero que había visto decide intervenir, no me fio ni un pelo de si aquel ser pudiese ser hostil.
-Mi caso fue... digamos que a un nigromante le dio por destrozar pueblos invocando demonios y sacrificando a quienes vivían en ellos para así dichos demonios los poseyesen y obtener un ejército de estos... mi pueblo fue uno de ellos, lo perdí todo... incluso la mayor parte de mi brazo... -me miré el brazo metálico por un momento, maldiciendo el día en que ese bastardo decidió aparecer en mi hogar, sin embobarme demasiado, vuelvo a dirigirle la mirada. -No tienes por qué agradecérmelo, encontrarme a alguien que ha pasado por algo parecido a lo mio puedo entenderlo, le iré avisando para que venga y trate tu caso, además, estará encantado de ayudarte y de darte lo necesario para... bueno, patearle el culo a ese nigromante.
Dicho esto, me pregunta si estoy preparado a lo cual asiento y me pongo en guardia, observo como alza su mano y cómo concentra electricidad en ella, me sorprende un poco el hecho de que el tipo use un elemento que yo usaba antaño, desde luego este entrenamiento será productivo para recordar que uso le daba yo a dicho elemento. -Anda mira, justo uno de los elementos que se utilizar, creo que podré darte un par de consejos-. El haber cargado electricidad en su mano ya me había alertado de por sí, lo cual no me costaría esquivarlo- Buen puño, pero aun no es rápido, por cierto, si fueras capaz de usarlo en tus piernas... tal vez seas capaz de ir más rápido en carrera- me situo por su lado derecho -Que no tengas mano no significa que no puedas usar el resto de tu brazo- le aconsejé para que bloquease mi ataque, le he dado algo de tregua al darle el consejo de bloquear con el resto de su brazo, espero que no se sienta insultado, trataré de ponerme en serio. Decido poner mi mano izquierda juntando todos los dedos, como si fuese una lanza, y hago un movimiento similar al de cortar, apuntando al cuello, por supuesto, si no logra bloquearlo detendré el golpe para que no impacte. -Me alegro que al menos no seas el típico mago que solo usa magia elemental con los típicos rayitos y bolitas, que al menos sabes pegar cuerpo a cuerpo.
Aun entrenando con el chico, me mantengo alerta por si el tercero que había visto decide intervenir, no me fio ni un pelo de si aquel ser pudiese ser hostil.
La perspectiva de haber podido quedar eunuco no sé si me anima demasiado, al menos eso no me afectaría para moverme y luchar. Perdería otras cosas, eso sí, pero sería un miembro útil a la comunidad Soul. - Hm, tampoco es que tenga muchas ocasiones para ...bueno, ya sabes...actualmente es más difícil, con la guerra y eso.- admito así que no me como un rosco, un tanto cortado por ello. De todos modos agradezco internamente ese intento de broma para tratar de animarme, haciendo un gesto como para dejarlo pasar.
Su historia parece mucho peor que la mía, porque en su caso no fue él a buscar al nigromante, sino que fuero a atacarle justo donde vivía. En ese sentido puede decirse que su pérdida fue mayor que la mía. Aunque intente decirme que no fue mi culpa sí que lo fue, porque todo vino encadenado a varios errores míos. Astaroth no tendría que haber hecho ese trato con ese auror que quería liberar a su mujer de la posesión de un demonio, y no lo habría hecho si no nos hubiese chantajeado con ello para devolvernos una de las reliquias de las calaveras perdidas por la Hermandad, en lo que tuve mucho que ver. En resumen, lo compliqué todo demasiado y así salieron las cosas. - Bien seguro que lo haré cuando recupere la mano. Todavía tengo cuentas pendientes con ese, y con otros muchos. Espero que a ti también te llegue tu momento y puedas resarcirte por lo sucedido
"no pienso quitarle las ideas que tenga de venganza, eso es absurdo. Además, entiendo lo que debe sentir, no puedes dejar pasar las cosas así sin más"
Ya iniciado el combate me entero de que él también sabe manejar el elemento que yo uso, así que la cosa se pondría interesante si teníamos que hacer lucha de elementos. Mi puño no consigue alcanzarle, puede que haya sido demasiado lento y además se veía venir la intención. Él parece que tiene bastante idea de lucha cuerpo a cuerpo, con lo cual no estoy jugando con ventaja. El consejo del resto del brazo ya lo había pensando antes, pero seguía sintiéndolo extraño para luchar, con lo que me limito demasiado a uno. - Lo sé, pero es raro.- murmuro algo contrariado, alzando el antebrazo para así tratar de parar el ataque que va a mi cuello. Por otro lado alzo la mano que sí tengo para dirigir un golpe a su abdomen, aunque esta vez sin electricidad. Tan metido estoy en la dinámica de ataques que no me doy ni cuenta de que Kosuke parece estar más alerta por algo ajeno a nosotros, algo de lo que yo todavía ni me he percatado.
Su historia parece mucho peor que la mía, porque en su caso no fue él a buscar al nigromante, sino que fuero a atacarle justo donde vivía. En ese sentido puede decirse que su pérdida fue mayor que la mía. Aunque intente decirme que no fue mi culpa sí que lo fue, porque todo vino encadenado a varios errores míos. Astaroth no tendría que haber hecho ese trato con ese auror que quería liberar a su mujer de la posesión de un demonio, y no lo habría hecho si no nos hubiese chantajeado con ello para devolvernos una de las reliquias de las calaveras perdidas por la Hermandad, en lo que tuve mucho que ver. En resumen, lo compliqué todo demasiado y así salieron las cosas. - Bien seguro que lo haré cuando recupere la mano. Todavía tengo cuentas pendientes con ese, y con otros muchos. Espero que a ti también te llegue tu momento y puedas resarcirte por lo sucedido
"no pienso quitarle las ideas que tenga de venganza, eso es absurdo. Además, entiendo lo que debe sentir, no puedes dejar pasar las cosas así sin más"
Ya iniciado el combate me entero de que él también sabe manejar el elemento que yo uso, así que la cosa se pondría interesante si teníamos que hacer lucha de elementos. Mi puño no consigue alcanzarle, puede que haya sido demasiado lento y además se veía venir la intención. Él parece que tiene bastante idea de lucha cuerpo a cuerpo, con lo cual no estoy jugando con ventaja. El consejo del resto del brazo ya lo había pensando antes, pero seguía sintiéndolo extraño para luchar, con lo que me limito demasiado a uno. - Lo sé, pero es raro.- murmuro algo contrariado, alzando el antebrazo para así tratar de parar el ataque que va a mi cuello. Por otro lado alzo la mano que sí tengo para dirigir un golpe a su abdomen, aunque esta vez sin electricidad. Tan metido estoy en la dinámica de ataques que no me doy ni cuenta de que Kosuke parece estar más alerta por algo ajeno a nosotros, algo de lo que yo todavía ni me he percatado.
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El sonido de las voces se hacia prominente, sus historias llegaban a oidos de Kain el cual las ignoraba en su gran medida, sin embargo Verenah era lo suficientemente atenta como para poder entenderlas y asimilarlas, le costaba comprender los matices, conocia las diferentes ramas de la magia gracias a los libros del despacho de su antiguo dueño, las voces disminuyeron en simples frases detonantes de parte de uno, Verenah identificaba a este como el mas hablador del grupo mientras el sonido de los cuerpos cercanos generaban en cordera la deduccion que estaban peleando.
-Corderita ¿cuanto mas debemos de esperar?- comento impaciente Kain - cuenta las olas del mar mi querido lobo, tienes que saciar tu mente antes que tu cuerpo- sugirio la cordera mientras seguia centrada en los muchachos, tenia en cuenta que solo seria cuestion de tiempo que lobo se percatara de lo que ocurria en la cima y cuando eso ocurriese pocas serian las olas del mar que pudiesen detener la sed de pelea de su acompañante. La cabeza del lobo danzaba en el aire mientras miraba hacia el mar, su aparente calma solo era atosigada por el costante movimiento de la criatura, parecia inmerso en la cuenta progresiva lo cual le daba un margen de tiempo a Verenah para canalizar mas informacion de los aparentes magos. Salir del lugar no era una opcion, nunca lo habia sido, era una de las pocas normas nunca dichas con Kain, si las cosas se volvian peligrosas buscar un plan alternativo era la clave, pero para ello necesitaba saber mas de ellos, como ella decia habitualmente ''la paciencia es una habilidad que muy pocos entrenan''.
-Corderita ¿cuanto mas debemos de esperar?- comento impaciente Kain - cuenta las olas del mar mi querido lobo, tienes que saciar tu mente antes que tu cuerpo- sugirio la cordera mientras seguia centrada en los muchachos, tenia en cuenta que solo seria cuestion de tiempo que lobo se percatara de lo que ocurria en la cima y cuando eso ocurriese pocas serian las olas del mar que pudiesen detener la sed de pelea de su acompañante. La cabeza del lobo danzaba en el aire mientras miraba hacia el mar, su aparente calma solo era atosigada por el costante movimiento de la criatura, parecia inmerso en la cuenta progresiva lo cual le daba un margen de tiempo a Verenah para canalizar mas informacion de los aparentes magos. Salir del lugar no era una opcion, nunca lo habia sido, era una de las pocas normas nunca dichas con Kain, si las cosas se volvian peligrosas buscar un plan alternativo era la clave, pero para ello necesitaba saber mas de ellos, como ella decia habitualmente ''la paciencia es una habilidad que muy pocos entrenan''.
Parece que mi pequeña broma no lo animó, al contrario, me dice que no es bueno con las mujeres -Las mujeres ya llegarán hombre -le respondí a aquello para concluir ese tema. A continuación, me dice que cuando tenga su nueva mano, que irá a por el nigromante a saldar cuentas con él, el también quiere venganza, al igual que yo, pero solo espero que no haga una cosa -No te dejes consumir por la oscuridad... este camino que estamos siguiendo es peligroso... -le dije aquello a modo de consejo, aunque ya que estamos entrenando, vi oportuno presentarme con mi nombre, para aumentar nuestra confianza mutua, el chico me cae bien y sigue el mismo camino que yo -Soy Zekerasu Kosuke, pero si te es complicado, con Kosu o Karasu bastará -sí, también usé el apodo que Yaroslav me dio, desde luego suena bien, que hablando del ruso... espero que lo estén tratando como se debe... -y si tienes información sobre un nigromante llamado Akira Terumi... te lo agradecería bastante, por supuesto, si encuentro información sobre quien buscas, te lo haré saber también -un amigo y aliado en estos tiempos siempre son valiosos, además de que me conviene conocer gente, ya que en Inglaterra estoy taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan solo... ¿¡Aikawa, cuando cojones piensas venir!?
El chico logró parar mi golpe con el brazo derecho, aunque murmura algo de que lo nota raro -Al principio es raro, pero luego acabas acostumbrándote poco a poco -no quiero que el chico se desanime por ir con una mano menos y que deje de ver lo que le queda de brazo como algo útil -aún puedes darle uso, por raro que te parezca -le recomendé aquello para que siga usando su brazo sin mano, acto seguido, me golpea en el abdomen, a lo cual me quejo con un gruñido -Buen golpe... -aparto mi mano izquierda y le pego una patada ígnea en el abdomen en respuesta al suyo, por supuesto, conteniendo mi fuerza y minimizando la potencia de mis llamas para que no le quemasen en caso de impacto, una buena patada puede hacer bastante daño, y más si le metes magia -vamos, usa todo lo que tienes -le insto a que use su repertorio de golpes y magia eléctrica para que se vaya soltando por completo y se acostumbre a usar solo una mano hasta que llegue su repuesto -Por mis huevos y mi botella de sake (que perdí tristemente en el Moulin... mierda...) que vas a ser capaz de pelear de manera efectiva -espero que estas palabras animen al chico para que lo de todo y no se sienta inutil. Me mantengo atento ante posibles ataques de terceros, no si antes llorar mentalmente por la pérdida de mi querida botella de sake en el Moulin.
El chico logró parar mi golpe con el brazo derecho, aunque murmura algo de que lo nota raro -Al principio es raro, pero luego acabas acostumbrándote poco a poco -no quiero que el chico se desanime por ir con una mano menos y que deje de ver lo que le queda de brazo como algo útil -aún puedes darle uso, por raro que te parezca -le recomendé aquello para que siga usando su brazo sin mano, acto seguido, me golpea en el abdomen, a lo cual me quejo con un gruñido -Buen golpe... -aparto mi mano izquierda y le pego una patada ígnea en el abdomen en respuesta al suyo, por supuesto, conteniendo mi fuerza y minimizando la potencia de mis llamas para que no le quemasen en caso de impacto, una buena patada puede hacer bastante daño, y más si le metes magia -vamos, usa todo lo que tienes -le insto a que use su repertorio de golpes y magia eléctrica para que se vaya soltando por completo y se acostumbre a usar solo una mano hasta que llegue su repuesto -Por mis huevos y mi botella de sake (que perdí tristemente en el Moulin... mierda...) que vas a ser capaz de pelear de manera efectiva -espero que estas palabras animen al chico para que lo de todo y no se sienta inutil. Me mantengo atento ante posibles ataques de terceros, no si antes llorar mentalmente por la pérdida de mi querida botella de sake en el Moulin.
- Cara mental de Kosuke al recordar que perdió su botella de sake en el Moulin Noir:
Por un segundo todo dio vueltas a mi alrededor y algo en mí interior me aviso de que no acabaríamos en Londres pero mi inocencia se cegó en que así sería.
Notaba la mano de Celia apretando la mía “¿Tendrá miedo?" Seguramente no pero yo comienzo a marearme en el instante en el que salimos despedidas desde lo alto, envueltas por el sonido de las olas “¿Tanto a cambiado Londres que tiene mar?"
No, por supuesto que no, y yo continuo cometiendo los mismos errores.
Distingo debajo de nosotras dos figuras humanas pero no logró reconocerlas porque caemos a toda velocidad hasta una.
-¡Ya hemos llegado! - digo, feliz, sin percatarme de que ambas estamos aplastándo a alguien ni del contacto de algo metálico bajo mí.
Miro a mi alrededor, sin saber dónde estamos ¿y cuándo he estado yo aquí?
-Uy...creo que me he equivocado.
Notaba la mano de Celia apretando la mía “¿Tendrá miedo?" Seguramente no pero yo comienzo a marearme en el instante en el que salimos despedidas desde lo alto, envueltas por el sonido de las olas “¿Tanto a cambiado Londres que tiene mar?"
No, por supuesto que no, y yo continuo cometiendo los mismos errores.
Distingo debajo de nosotras dos figuras humanas pero no logró reconocerlas porque caemos a toda velocidad hasta una.
-¡Ya hemos llegado! - digo, feliz, sin percatarme de que ambas estamos aplastándo a alguien ni del contacto de algo metálico bajo mí.
Miro a mi alrededor, sin saber dónde estamos ¿y cuándo he estado yo aquí?
-Uy...creo que me he equivocado.
Lo primero que veo es que en vez de estar en el suelo, vamos cayendo, demasiado rápido para transformarme.
-¡AAAAAAAGH!
Por suerte, caemos en algo que parece blando, excepto la parte donde está mi brazo derecho. Eso parece metal.
"Por las calaveras... Qué golpe"
La presencia de actividad mental debajo de Lisya y mía me descubren que hemos caído encima de una persona, así que empujo a la híbrida y me quito yo también encima.
"Qué vergüenza"
-¡AAAAAAAGH!
Por suerte, caemos en algo que parece blando, excepto la parte donde está mi brazo derecho. Eso parece metal.
"Por las calaveras... Qué golpe"
La presencia de actividad mental debajo de Lisya y mía me descubren que hemos caído encima de una persona, así que empujo a la híbrida y me quito yo también encima.
"Qué vergüenza"
No dejarse consumir por la oscuridad por culpa de la venganza suena muy bonito como teoría, la pregunta es quién de los dos lo conseguirá, porque yo lo dudo. De hecho creo que todo este asunto me ha hecho peor persona de lo que era, yo antes no habría tirado a un tío por el muelle para que se ahogase, pero ese puto auror colmó mi paciencia. Además, lo lancé electrocutado con toda la intención de que muriese, así que no sé que sería de él. En otra ocasión me habría importado, pero después de lo que me hizo no. - Ya veremos, eso de caminar en la luz está sobrevalorado. - comento con una sonrisa irónica, volviendo a dejar fluir la chisporroteante electricidad a mi alrededor, destacando el color azulado contra el cielo cada vez más oscuro por los nubarrones tan típicos de los cielos ingleses. La presentación de rigor llega un poco más tarde de lo esperado, ya iniciada la pelea, pero nunca es tarde para ellos. Japonés, el nombre lo delata. No me parece difícil de pronunciar, así que lo llamaré Kosuke.
- Adramelech Svensson.- respondo dándome cuenta demasiado tarde de que podía relacionar mi apellido con el de Khaled Svensson, mi abuelo, antiguo líder de los Soul Reaper y maestro de la calavera de nigromancia, que se había llevado con él al mismísmo infierno. Por un momento me resulta curioso pensar qué sucedería si decidiese hacer nuevos nigromantes entre los humanos, podría desatarse el caos. Pero el ser que volvió del infierno en aquella torre hace unos meses ya no sé si sigue siendo mi abuelo o no, después de más de 20 años allí, cuando lo creíamos muerto.
Paso por alto lo del nombre, puede que al venir de tan lejos no haya oído hablar de él o de lo que sucedió aquí con los Soul hace tiempo. - Podría tratar de enterarme de algo respecto al nombre del que buscas, aunque pensaba que había pocos nigromantes. Es alarmante saber que hay más de los que pensaba. El que me jodió a mi se llama Fistandantilus, vive en una torre de Irlanda. Es un viejo asqueroso. - digo casi escupiendo las palabras con rabia contenida, lo que me ayuda a darle más fuerza al siguiente ataque. Por suerte el puñetazo consiguió acertarle, aunque temo que se esté conteniendo por lástima. - No quiero que me dejes ganar, ¿de acuerdo? si tienes que tirarme al suelo, hazlo. - advierto seriamente para que deje de contenerse en caso de estar haciéndolo. Acto seguido recibo una patada en el abdomen de la que no llego a defenderme porque estoy demasiado obsesionado con eso de que no me tengan lástima, haciendo que me doble un poco por el golpe. Claramente no vamos a matar, pero una pelea bien hecha algo debe doler. Toso un par de veces, animándome al poco a seguir atacando con todo ese repertorio de golpes que menciona.
En esta ocasión llevo mi mano al cuello para agarrarlo por ahí a la vez que doy una descarga eléctrica moderada, alzando la rodilla para dar una patada dirigida al estómago, que si es rápido podrá frenar. De todos modos sigo sin usar el otro brazo, excepto cuando lo suelto y retrocedo hacia atrás como protegiéndome con éste. Lo siguiente que sucede me deja bastante desconcertado, de la nada aparecen dos chicas que caen sobre Kosuke, haciendo que pierda toda la concentración que pudiese tener.
"le han...¿¿le han caído dos mujeres del cielo??"
- ¿Has pedido que lluevan mujeres en vez de agua o qué?
"espera, a no ser que sean hostiles, no hay que bajar la guardia"
Al fijarme mejor veo que una de ellas es la hija de Paula, que me suena de verla por la base. La otra no sé quién es, así que le pregunto a la joven shek. - ¿Celia...qué puñetas estáis haciendo? ¿quién es ella?
- Adramelech Svensson.- respondo dándome cuenta demasiado tarde de que podía relacionar mi apellido con el de Khaled Svensson, mi abuelo, antiguo líder de los Soul Reaper y maestro de la calavera de nigromancia, que se había llevado con él al mismísmo infierno. Por un momento me resulta curioso pensar qué sucedería si decidiese hacer nuevos nigromantes entre los humanos, podría desatarse el caos. Pero el ser que volvió del infierno en aquella torre hace unos meses ya no sé si sigue siendo mi abuelo o no, después de más de 20 años allí, cuando lo creíamos muerto.
Paso por alto lo del nombre, puede que al venir de tan lejos no haya oído hablar de él o de lo que sucedió aquí con los Soul hace tiempo. - Podría tratar de enterarme de algo respecto al nombre del que buscas, aunque pensaba que había pocos nigromantes. Es alarmante saber que hay más de los que pensaba. El que me jodió a mi se llama Fistandantilus, vive en una torre de Irlanda. Es un viejo asqueroso. - digo casi escupiendo las palabras con rabia contenida, lo que me ayuda a darle más fuerza al siguiente ataque. Por suerte el puñetazo consiguió acertarle, aunque temo que se esté conteniendo por lástima. - No quiero que me dejes ganar, ¿de acuerdo? si tienes que tirarme al suelo, hazlo. - advierto seriamente para que deje de contenerse en caso de estar haciéndolo. Acto seguido recibo una patada en el abdomen de la que no llego a defenderme porque estoy demasiado obsesionado con eso de que no me tengan lástima, haciendo que me doble un poco por el golpe. Claramente no vamos a matar, pero una pelea bien hecha algo debe doler. Toso un par de veces, animándome al poco a seguir atacando con todo ese repertorio de golpes que menciona.
En esta ocasión llevo mi mano al cuello para agarrarlo por ahí a la vez que doy una descarga eléctrica moderada, alzando la rodilla para dar una patada dirigida al estómago, que si es rápido podrá frenar. De todos modos sigo sin usar el otro brazo, excepto cuando lo suelto y retrocedo hacia atrás como protegiéndome con éste. Lo siguiente que sucede me deja bastante desconcertado, de la nada aparecen dos chicas que caen sobre Kosuke, haciendo que pierda toda la concentración que pudiese tener.
"le han...¿¿le han caído dos mujeres del cielo??"
- ¿Has pedido que lluevan mujeres en vez de agua o qué?
"espera, a no ser que sean hostiles, no hay que bajar la guardia"
Al fijarme mejor veo que una de ellas es la hija de Paula, que me suena de verla por la base. La otra no sé quién es, así que le pregunto a la joven shek. - ¿Celia...qué puñetas estáis haciendo? ¿quién es ella?
El tiempo tiene toda la pinta de que va a llover, desde luego el chico de nombre Adramelech Svensson (nombre raruno, pero dudo que se me olvide) tendrá ventaja en cuanto empiece a llover y si diluvia estará jodida la cosa, menos mal que no vamos a matarnos. -Tampoco he dicho nada de caminar el sendero de la luz -le respondí a eso de caminar en la luz y Adramelech. -Tu nombre desde luego no se me va a olvidar, Adramelech -sonreí cuando se presentó.
-Ya bueno... se supone que hay pocos de esos pedazos de basura pero... realmente nunca te esperas que hubiesen tantos que practicasen las artes oscuras, y gracias por echarme un cable respecto a la información que busco -le agradecí el gesto, y a continuación me da el nombre de Fistandantilus, me da su posible ubicación, pero tampoco está de más que recopile información por mi cuenta para encontrarlo -de acuerdo, buscaré información sobre él, y si necesitas ayuda, te la daré -también decidí ofrecerle mi ayuda para que tuviese la oportunidad de cobrarse su venganza, a partir de ahora, esto se pondrá mucho más interesante.
Me acusa de contenerme por lástima cosa que no es cierto, admito que tuve que contener la patada, los músculos de las piernas son de los más fuerte y a la vez, los más complicados de contener su fuerza, y para rematar la había inducido ligeramente en fuego -Lo siento, pero la patada la tuve que contener, no quiero que salgas ardiendo ni tengas quemaduras graves -le dije al observar como se dobla un poco por ella -tampoco te estoy dejando ganar y por supuesto que iba a tirarte al suelo si fuese necesario- le espeté y a continuación me cogió del cuello y me proporciona una pequeña descarga eléctrica, un pequeño calambrazo. Poco a poco voy recordando como empleaba aquel elemento anteriormente, pero no tengo tiempo para embobarme en antiguos recuerdos, debo de bloquear un rodillazo que va directo al estómago, me da el suficiente tiempo como para bloquearlo con mi brazo derecho. Desde luego mis ánimos le han debido de subir la adrenalina, parece que se está poniendo serio finalmente.
Tras el intento de golpearme el estómago, se aparta con su brazo derecho a modo de protección, finalmente iba a ponerme serio. Cargo mi mano izquierda con fuego y me disponía a correr hacia él para golpearle. Para mi desgracia (o suerte) antes de iniciar la carrera dos chicas caen del cielo y con ello apagaron las llamas de mi mano, aterrizando sobre mi y dejándome tumbado en el suelo... ¿¡Qué cojones acaba de pasar!? ¿¡Es mi día de suerte con las mujeres o algo?! Bueno... eso de suerte... habría preferido que no cayesen SOBRE MI. Adramelech me pregunta si había deseado que lloviesen mujeres del cielo -Alguna que otra vez pero... no hoy... en serio... -le contesté como mejor podía ya que su peso me dificultaba la respiración, mi cara al apartarla del suelo tenía una expresión de "¿Qué cojones...?" -... Estoy bien... -tosí y noto como se aligera el peso sobre mi, ya que una de las chicas se apartó de mi. Escuché que Adramelech conoce a una de las que ha aterrizado sobre mi y miro a la chica que sigue encima mia como mejor podía -Perdona pero... ¿podrías quitarte de encima...? Normalmente prefiero ser yo el que esté encima de una mujer...
-Ya bueno... se supone que hay pocos de esos pedazos de basura pero... realmente nunca te esperas que hubiesen tantos que practicasen las artes oscuras, y gracias por echarme un cable respecto a la información que busco -le agradecí el gesto, y a continuación me da el nombre de Fistandantilus, me da su posible ubicación, pero tampoco está de más que recopile información por mi cuenta para encontrarlo -de acuerdo, buscaré información sobre él, y si necesitas ayuda, te la daré -también decidí ofrecerle mi ayuda para que tuviese la oportunidad de cobrarse su venganza, a partir de ahora, esto se pondrá mucho más interesante.
Me acusa de contenerme por lástima cosa que no es cierto, admito que tuve que contener la patada, los músculos de las piernas son de los más fuerte y a la vez, los más complicados de contener su fuerza, y para rematar la había inducido ligeramente en fuego -Lo siento, pero la patada la tuve que contener, no quiero que salgas ardiendo ni tengas quemaduras graves -le dije al observar como se dobla un poco por ella -tampoco te estoy dejando ganar y por supuesto que iba a tirarte al suelo si fuese necesario- le espeté y a continuación me cogió del cuello y me proporciona una pequeña descarga eléctrica, un pequeño calambrazo. Poco a poco voy recordando como empleaba aquel elemento anteriormente, pero no tengo tiempo para embobarme en antiguos recuerdos, debo de bloquear un rodillazo que va directo al estómago, me da el suficiente tiempo como para bloquearlo con mi brazo derecho. Desde luego mis ánimos le han debido de subir la adrenalina, parece que se está poniendo serio finalmente.
Tras el intento de golpearme el estómago, se aparta con su brazo derecho a modo de protección, finalmente iba a ponerme serio. Cargo mi mano izquierda con fuego y me disponía a correr hacia él para golpearle. Para mi desgracia (o suerte) antes de iniciar la carrera dos chicas caen del cielo y con ello apagaron las llamas de mi mano, aterrizando sobre mi y dejándome tumbado en el suelo... ¿¡Qué cojones acaba de pasar!? ¿¡Es mi día de suerte con las mujeres o algo?! Bueno... eso de suerte... habría preferido que no cayesen SOBRE MI. Adramelech me pregunta si había deseado que lloviesen mujeres del cielo -Alguna que otra vez pero... no hoy... en serio... -le contesté como mejor podía ya que su peso me dificultaba la respiración, mi cara al apartarla del suelo tenía una expresión de "¿Qué cojones...?" -... Estoy bien... -tosí y noto como se aligera el peso sobre mi, ya que una de las chicas se apartó de mi. Escuché que Adramelech conoce a una de las que ha aterrizado sobre mi y miro a la chica que sigue encima mia como mejor podía -Perdona pero... ¿podrías quitarte de encima...? Normalmente prefiero ser yo el que esté encima de una mujer...
- Cara de Kosuke cuando saca la cabeza del suelo en plan "¿Qué cojones?":
-Vergüenza...¿por qué?
Llego a comprender que estoy haciendo algo que no debo pues el desconocido de la capucha me señala con cierta desconfianza...aunque sí conoce a esa niña que parece llamarse Celia.
Repentinamente notó algo moverse a mi costado lo que me hace girarme hacia un completo desconocido que se dirige a mí con unas palabras a las que no prestó la suficiente atención pues hay algo que provoca que mis ojos se habrán como platos "Tiene...tiene..." acerco mi rostro al suyo hasta rozar mi nariz con la de él.
"Tiene rasgos asiáticos"
Instintivamente llevo mi mano a la cintura hasta rozar el tessen que tantos recuerdos de Ōzaka-jō despierta en mí. Tras percibir su frío contacto suspiro aliviada para concentrarme en sus palabras. Las otras mujeres se hubieran disculpado inmediatamente, avergonzadas y sonrojadas...supongo que no figuro entre lo corriente ni siquiera en eso.
Elevo mi ojos hasta él, y tomándome aquello como juego adopto una sonrisa pícara que habla por sí sola.
-Eso es porque no me conoces.
Espero unos segundos en los que mantengo su mirada hasta que me levanto enérgicamente para responder a la segunda pregunta que escuchó del otro extraño, el que conoce a Celia.
-Lisy.
Cuando el japonés se levanta, le preguntó en un susurro con cierto grado de preocupación, como si se tratase de un secreto que los otros no deberían saber (aunque seguro que la cría se está enterando de todo)
-¿Está...está bien Japón? Quiero decir...no lo han destruido ¿verdad?
No concibo en mi mente la imagen de Osaka destruida "No...no puede ser, esta bien, esta bien, esta bien" me repito para mí, creyendo incluso que el maestro Ueshiba sigue con vida, algo imposible debido al tiempo que ha transcurrido desde la última vez que estuve allí.
Llego a comprender que estoy haciendo algo que no debo pues el desconocido de la capucha me señala con cierta desconfianza...aunque sí conoce a esa niña que parece llamarse Celia.
Repentinamente notó algo moverse a mi costado lo que me hace girarme hacia un completo desconocido que se dirige a mí con unas palabras a las que no prestó la suficiente atención pues hay algo que provoca que mis ojos se habrán como platos "Tiene...tiene..." acerco mi rostro al suyo hasta rozar mi nariz con la de él.
"Tiene rasgos asiáticos"
Instintivamente llevo mi mano a la cintura hasta rozar el tessen que tantos recuerdos de Ōzaka-jō despierta en mí. Tras percibir su frío contacto suspiro aliviada para concentrarme en sus palabras. Las otras mujeres se hubieran disculpado inmediatamente, avergonzadas y sonrojadas...supongo que no figuro entre lo corriente ni siquiera en eso.
Elevo mi ojos hasta él, y tomándome aquello como juego adopto una sonrisa pícara que habla por sí sola.
-Eso es porque no me conoces.
Espero unos segundos en los que mantengo su mirada hasta que me levanto enérgicamente para responder a la segunda pregunta que escuchó del otro extraño, el que conoce a Celia.
-Lisy.
Cuando el japonés se levanta, le preguntó en un susurro con cierto grado de preocupación, como si se tratase de un secreto que los otros no deberían saber (aunque seguro que la cría se está enterando de todo)
-¿Está...está bien Japón? Quiero decir...no lo han destruido ¿verdad?
No concibo en mi mente la imagen de Osaka destruida "No...no puede ser, esta bien, esta bien, esta bien" me repito para mí, creyendo incluso que el maestro Ueshiba sigue con vida, algo imposible debido al tiempo que ha transcurrido desde la última vez que estuve allí.
Me limpio y estiro el vestido con mucha parsimonia y delicadeza. No por nada es mi vestido favorito y no me hace mucha gracia mancharlo.
"Aaay, Sí Lisya. Es asiático. Hay muchos asiáticos por el mundo, ¿lo sabes?"
Le respondo mentalmente un poco molesta por haberme hecho desaparecer sin más de Gorgoroth Throath a un sitio que está lejos de cojones
"Aun transformada tardaría un buen rato en regresar..."
Cuando me habla Adramelech, lo único que hago mirarle a los ojos, para responderle mentalmente que es una de los nuestros.
"Aaay, Sí Lisya. Es asiático. Hay muchos asiáticos por el mundo, ¿lo sabes?"
Le respondo mentalmente un poco molesta por haberme hecho desaparecer sin más de Gorgoroth Throath a un sitio que está lejos de cojones
"Aun transformada tardaría un buen rato en regresar..."
Cuando me habla Adramelech, lo único que hago mirarle a los ojos, para responderle mentalmente que es una de los nuestros.
Como la pelea ha tenido un breve parón que espero sea temporal por ahora no lo ataco, al menos hasta que se aclaren las cosas con las chicas caídas del cielo. Al menos me ha dejado más tranquilo el hecho de que me diga que no me está dejando ganar. Supone mucho para mí que me valoren de verdad como rival, y que no me vean como un inútil al que no hay que atacar porque no vale para nada y da pena. Por eso tengo muchas más ganas de luchar que antes, y espero que no nos interrumpan demasiado tiempo el entrenamiento. El mensaje de Celia llega directo a mi mente, aunque no termino de fiarme de eso de que sea uno de los nuestros, porque nunca la he visto. Además, tiene un comportamiento extraño con Kosuke, yo creo que van a acabar ligando o algo por como se le ha quedado mirando.
- ¿Cómo que es de los nuestros? yo no la conozco de nada. Nunca la he visto en nuestra base, no sé cómo estás tan segura. Espero que no hayas revelado nada importante
La advierto en un tono que suena un poco a hermano mayor, por eso de que es una cría e hija de una de las líderes de los Souls, así que es como si fuese un miembro de la familia joven al que hay que vigilar. Ruedo los ojos cuando Kosuke suelta eso de que prefiere ser él quien esté encima, y además la otra le sigue el juego. - Bueeeno...si veis que sobramos por aquí lo decís, eh?
"pero primero que termine la pelea"
- Ya hablaréis de Japón luego, estábamos entrenando. Danos cinco minutos y terminamos el combate. - Lisya no me parece hostil por el momento, así que no me molesto en ponerme a la defensiva, simplemente sigo con el curso normal del interrumpido entrenamiento. Vuelvo a acercarme a Kosuke, extendiendo los brazos a ambos lados de mi cuerpo mientras la electricidad gira alrededor de estos cada vez de manera más intensa. Finalmente llevo los dos brazos delante del pecho, lanzando un rayo más potente que los anteriores. Justo en ese momento estalla definitivamente la tormenta que venía preparándose desde hace un rato, resonando un trueno de fondo y comenzando a caer la lluvia con algo más de fuerza.
- ¿Cómo que es de los nuestros? yo no la conozco de nada. Nunca la he visto en nuestra base, no sé cómo estás tan segura. Espero que no hayas revelado nada importante
La advierto en un tono que suena un poco a hermano mayor, por eso de que es una cría e hija de una de las líderes de los Souls, así que es como si fuese un miembro de la familia joven al que hay que vigilar. Ruedo los ojos cuando Kosuke suelta eso de que prefiere ser él quien esté encima, y además la otra le sigue el juego. - Bueeeno...si veis que sobramos por aquí lo decís, eh?
"pero primero que termine la pelea"
- Ya hablaréis de Japón luego, estábamos entrenando. Danos cinco minutos y terminamos el combate. - Lisya no me parece hostil por el momento, así que no me molesto en ponerme a la defensiva, simplemente sigo con el curso normal del interrumpido entrenamiento. Vuelvo a acercarme a Kosuke, extendiendo los brazos a ambos lados de mi cuerpo mientras la electricidad gira alrededor de estos cada vez de manera más intensa. Finalmente llevo los dos brazos delante del pecho, lanzando un rayo más potente que los anteriores. Justo en ese momento estalla definitivamente la tormenta que venía preparándose desde hace un rato, resonando un trueno de fondo y comenzando a caer la lluvia con algo más de fuerza.
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