Sótano//Residencia Rasputín

No sabe bien lo embaucadores que podemos llegar a ser, sólo se lo imagina. Y mucho más en mi caso, pues he conseguido bastantes cosas a lo largo de mi vida mediante la persuasión. En esta ocasión juego con ventaja gracias al influjo del rubí de Sodoma, pues necesito algo efectivo y rápido. - Es cierto...nos persigue esa fama, al igual que los rusos tenéis fama de ser muy herméticos y fríos...supongo que sólo son clichés y estereotipos que habrá que romper. - sonrío con picardía al pensar en tratar de desmentir eso de que son tan fríos. Ya he estado antes con un ruso, así que sé que pueden ser muy apasionados cuando quieren.

Su advertencia sobre el poder y la corrupción me parece un tanto exagerada, no me gusta que me traten con paternalismos. Ya he tenido la suficiente experiencia con cierto tipo de poder como para saber que es adictivo, y he hecho cosas que muchos no aprobarían. No soy la única que ha asesinado en esta guerra, aunque a muchos les guste atribuirnos el papel de villanos. Suspiro ligeramente contrariada, pero asiento para darle la razón, no porque crea que él la lleve, sino para dar el tema por zanjado.

- De acuerdo, el maestro asume buena parte de la responsabilidad, pero no debe cargar con toda la culpa si algo que no le agrada sucede. Nadie debe soportar todo el peso de las acciones de otros. - soy bastante observadora y no he podido evitar darme cuenta de lo extremadamente "responsables" que parecen todos los Descendiente, supongo que por haber estado sometidos desde jóvenes a la presión del cargo que ostentan, con toda la responsabilidad que eso conlleva. En el caso de Matvey es bastante notable, incluso esa reticencia a coger nuevos aprendices podría indicar que hizo algo mal en el pasado y ahora va con mucho cuidado. También puedo observar que poco a poco va sintiéndose más atraído por mi persona, más atrapado en mis redes. Prueba de ello es que no rechaza el beso, aunque parece algo confuso. Todavía tengo tiempo antes de que el influjo de la joya desaparezca, pero no debo demorarme para aprovecharlo al máximo. - No lo he hecho por demostrarte nada, tampoco estoy jugando. Ambos somos adultos y libres, no tiene nada de malo disfrutar de los placeres de la vida...- susurro rozando levemente su oreja con mis labios, apartándome después para mirarlo a los ojos con una mirada lasciva que no deja lugar a dudas de lo que deseo en este momento.

El arrebato posterior del nigromante tampoco deja lugar a dudas tras dejarme contra la pared, si le doy luz verde seguirá, aunque se toma un instante para advertirme de posibles arrepentimientos posteriores. Sonrío con seguridad, negando con la cabeza para dejarle claro lo que pienso. - El arrepentimiento es para los temerosos...- sigo adelante ahora que ambos sabemos a lo que vamos, tomando la iniciativa nuevamente con intensos y pasionales besos. Comienzan también las caricias que buscan recorrer su piel y conocer todo su cuerpo, mientras lo voy despojando de sus ropajes, cada vez de manera más apremiante e instintiva.

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utilizando rubí de sodoma, post 4 de 10 de duración

Aquellas conversaciones sobre asuntos mas serios habian quedado dejadas de lado, abatidas por un unas emociones mas apremiantes, por aquel inexplicable e incontrolable deseo que habia ido aumentando en mi persona, creciendo y creciendo conforme mas me acercaba a ella, un deseo que hasta cierto punto resultaba molesto. Asi que no mas palabras sobre aprendices, sobre clichés o los problemas del consejo. Aquel roce de sus labios sobre mi oreja, o sus miradas. Cada uno de sus gestos se me antoja como el hilo de una tela de araña ineludible que me acerca con cada uno de mis movimientos hacia su centro. Y parte de mi desea ir. Esa parte que desea ir, es tan fuerte que silencia a las demás.

-Quizá si...o quizá no....pero cuando los velos de las mentiras caigan y nos veamos frente a frente, qué veremos?  La vida es breve, demasiado breve, y la muerte nos depara toda clase de caminos.- mi voz resultó queda, rasposa, pero la miré con una intensidad en los ojos casi demente. Al tiempo, subí mis dedos hasta sus labios, acariciandolos con el pulgar y sujetando su rostro.


El ambiente se siguió caldeando a partir de ese punto, nublado y arrastrado por la pasion a causa de ese encantamiento seguí su juego. Un juego que duró bastante tiempo y que dejó el suelo cubierto con nuestros ropajes. Nuestras respiraciones, tras la intensa actividad, se fueron regulando lenta y desacompasadamente. Me separé de ella lo justo, mordiendo levemente su cuello una ultima vez. Aunque el encantamiento seguía activo, era necesario un pequeño receso. La miré aun con pasión escondida y contenida desde el fondo de mis ojos, pero terminé separandome de ella. Me di  cuenta entonces y solo entonces de que al habernos despojado de nuestras ropas, la enorme cicatriz en equis de color blanquecino que tenia en el pecho era totalmente visible. ¿Como podía haber sido tan descuidado? La miré a ella con el ceño fruncido...la desconfianza no era incompatible con el deseo, para nada.

El nigromante ha caído por completo en el peligroso juego de seducción al que le he arrastrado, motivo por el cual sonrío con deleite al comprobar el deseo que desprende su mirada. A partir de este momento no hay marcha atrás, en ningún sentido, así que nos dejaremos arrastrar por nuestros más bajos instintos. Su última frase antes de dejarse llevar es cuanto menos inquietante, pero dudo que lleve doble sentido y se haya dado cuenta de algo. El efecto mágico de la piedra es suficiente como para evitar ese tipo de sospechas tan fundadas, ha debido de ser otra de sus frases profundas de nigromante. - ¿Qué más da lo que veamos? Puedo asegurarte que a mí me va a gustar lo que vea, igual que a ti...- susurro con picardía conforme vamos perdiendo ropa, volviendo a hablarle al oído. - Aprovecha que estás vivo, ya pasas demasiado tiempo con muertos. - y con esta invitación a disfrutar de los placeres carnales me entrego a él y a lo que viene a continuación, perdiendo por completo la noción del tiempo.

Procuro grabar en mi mente el tórrido momento vivido con el nigromante, pase lo que pase creo que entrará en mi selecto grupo de los dignos de recordar. Todavía yacemos ambos en el suelo, recuperando el ritmo normal de respiración, rodeados de las ropas que hemos ido tirando por ahí. Me incorporo hasta sentarme tras la última mordida que me da en el cuello, procurando mantener la sonrisa aunque veo que su expresión cambia un poco a una confusa o de desconfianza. No sé cuánto tiempo debe quedar de efecto del rubí, pues con esto de dejar de calcular el tiempo estoy algo perdida. Decido que va siendo hora de marcharse, será lo más seguro mientras dure el efecto. Busco su rostro, agarrándolo un momento para darle un beso bastante intenso antes de separarme de él, comenzando a recoger mi ropa para vestirme.

- Te lo dije, ha merecido la pena. Espero que te haya gustado tanto como a mí, que es de lo que se trata. Menos preocupaciones y más disfrutar, te vendrá bien. - termino de colocarme todo en su sitio, terminando por la capa que llevaba puesta cuando entré. -  Tal vez te visite en otra ocasión, sin compromisos. Hasta entonces, nigromante. - me despido de él lanzándole una lasciva mirada de arriba a abajo, ya que él sigue sin la ropa. Después me doy media vuelta, marchándome de allí antes de que tenga tiempo de pensar demasiado. Si todo sale bien sólo lo tomará como un simple polvo porque sí, sin mayores pretensiones. Me alejo todo lo posible de su casa, perdiéndome por algún lugar de la isla.

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rubí de Sodoma, 5 de 10

El miembro 'Adele Gaultier' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Embarazo' :

Ella me besó apasionadamente una última vez. Tomó sus ropas y se marchó despidiendose con soltura de mi. Cuando su presencia se alejó, por fin, lejos de aquella frangancia que me nublaba el juicio.... empecé a sentir frio. Lógico. Las llamas negras no calentaban, y el cuerpo perlado de sudor seguía practicamente al descubierto. Me pasé una mano por los ojos y dejé de mirar en aquella direccion por la cual ella se había ido.

"pero qué.....?"

Empecé a recoger mis ropas del suelo, un tanto cabreado. En que demonios estaba pensando? En demonios no, precisamente. Recordaba a la perfeccion todo lo que habia hecho con ella, asi que sabia que no habia estado bajo un hechizo de control mental, todo lo que le habia hecho...habia sido porque habia querido. Pero de donde habia salido tanta pasion por ella, asi de golpe? Ahora que no la tenia delante, no lo entendia....sí, atractiva sin duda, pero no podria decirse que fuese el tipo de Matvey Rasputín.... y yo solía ser muy cauto. Por eso de los descendientes, y tal.

"las llamas, las malditas llamas negras...."

Me vestí del todo, dando vueltas por la sala circular, pensando, y pensando, y pensando. Hasta que me dolió la cabeza. Filtro de amor quizá? No, no era obsesion lo que sentía, eso lo tenia clarisimo. Puesto que el filtro producia aquello incluso cuando no estaba el otro presente, y era amor, no solo pasión desenfrenada. Decidí que necesitaba aire fresco, y, cogiendo mi bastón, me desaparecí de alli con un chasquido.

Apareci en mi sotano mediante un portal demoniaco, y lo primero que hice fue llamar con voz imperiosa al ghoul vigilante para pedirle informa de la situacion. Alli por lo visto, nada se habia movido...nada habia entrado ni nada habia salido. Di un repaso rapido comprobando que las cosas mas importantes estuviesen donde debían. Tantos libros, tantos artilugios, tantas palabras prohibidas alli acumuladas.....si todo esto ahora era vulnerable entonces....

"no, estos saberes no pueden caer en las manos equivocadas"

Comenzaba a obsersionarme la idea. Miraba a un lado y miraba a otro, tratando de decidir si era seguro dejar aqui todo eso. Me acordé de algo y me dirigí a la sala mas segura, que solo se abrió cuando le di mi sangre con una herida que me produje en la mano. Comprobé que el cofre siguiese en su sitio.

Entonces fue cuando oi la voz de Desmond y me quedé momentaneamente paralizado. Como era posible? Maldije en la soledad de mi sótano, gritando una maldicion en ruso a los cuatro vientos, cagandome en la estirpe de Molay y en todos los soul reaper, y tambien en Marcus Tesla. Si, no fue una maldicion breve. Estaba cabreado.

Agarré el cofré, no era muy grande. Sali de alli y a mi paso unos cuantos pergaminos y volumenes antiguos, asi como algunos frascos y otras cajas con objetos no muy voluminosos, se fueron metiendo en otro cofre.

- Tú! Quédate aqui y vigila, si pasa algo, si se mueve una maldita mosca, avísame!

Me detuve un instante al notar algo. A la milésima, aparecio frente a mi el demonio que envié a por Marcus. Me dijo que estaba en la isla en la compañia de dos hombres mas, uno manco y el otro de pelo azul.

"Que hace con ellos?!"

Y obviamente no habia acudido a mi llamada.

- Está bien. Ve tras ellos, no les quites ojo de encima. Averigua que están tramando - se esfumó y antes de marcharme yo, decidí hacer otra cosa. Esperaba llegar a tiempo antes de que los imprudentes mellizos se dispusieran a realizar el encantamiento aquel.

"no están preparados!"

Invoqué un demonio mas, de la misma naturaleza que aquel que habia puesto tras Tesla, y le encargué localizar a Catherine Le Fay. No me fallaría....a menos que estuviese en un sitio demasiado recóndito, incluso para un demonio. Despues de hacer todo aquello, el demonio marchó. el ghoul quedó vigilante, y yo me fui de alli con mis pertrechos, rumbo al castillo de los le Fay.

Me hallaba en mi sotano leyendo unos informes recientes  de un hechicero colega mio allá en Rusia. Me rascaba lentamente la mejilla absorto en la lectura, era la tercera vez que la repasaba, pues contenia algunos detalles importantes.  Fue entonces cuando ocurrió aquello. No sabria como describirlo, fue una sensacion extraña. Pero noté un bajón de tensión, me zumbaron los oídos y sentí el chasquido de un tendón siendo cortado, aunque era mas una sensacion vaga que dolor real. Cerré los ojos y me sujeté las sienes, no comprediendo que estaba pasando.  Fue breve, pero escalofriante.  

Cuando volví a abrir los ojos dispuesto a ignorar aquel pequeño achaque y seguir con mi lectura, aun tardé algunos largos segundos en percatarme de algo.

Del silencio...

Lentamente levanté la mirada y me enderecé, mirando al frente.  El estómago se me habia encogido. Mas tarde descubriría que habia sido por miedo. Mi instinto habia reconocido lo que ocurría antes que mi cerebro, el cual se negaba a aceptar semejante tontería fuera de toda logica.

Las llamas azules del brasero del centro se habian apagado, simplemente. Las luces que procediesen de una fuente arcana, titilaron, y se apagaron tambien. Solo quedaba el susurro tenue de las antorchas comunes y mi candelabro. Me levanté de mi asiento, llamando a mi ghoul guardián. Cuando no se materializó al instante frente a mi, se disparó la alarma en mi cabeza. Agarré mi baculo y no sentí el tipico escalofrio de la magia al recorrerme cuando lo toqué. Noté la lengua seca pegada contra mi paladar cuando formulé las palabras para abrir un portal demoniaco y transportarme lo mas rapido posible fuera de mi sotano.

Nada ocurrió.  

Bueno, en realidad...si. Bajo mis pies se escuchó el gruñido sordo de una enorme bestia herida. Ronco, el sonido de la piedra quejándose.  Y la tipica sensacion que te queda cuando desciendes muchos metros de golpe, antes de estabilizarse de nuevo. Tuve que apoyarme en la mesa, todo lo que habia en ella y en los estantes tembló, y algunas cosas cayeron al suelo.

-Que ha sido eso....?

"que está pasando?"

Salí de alli lo mas aprisa que pude, algo no andaba bien.

La isla Ouroboros se elevó nuevamente a los cielos, tras la destrucción de los satélites antimagia que bloqueaban el flujo de energía mágica en todo el planeta. Antiguos rituales fueron necesarios para volver a levantar Ouroboros, acudiendo a la información de los fundadores, aquellos que la pusieron en el aire por primera vez, hace cientos de años.
Una mitad de la isla sigue siendo la antigua Ouroboros, que se salvó parcialmente de la caída y ha sido reconstruida por Adael Cohen, sus elementaristas y otros colaboradores. La otra mitad de la isla es completamente nueva, formada  desde cero con nuevas rocas, puesto que la mitad que existía antes quedó totalmente destruida. Sus ruinas permanecerán en en [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] , lugar donde se realizó el ritual.

La descendiente utilizó las escaleras para llegar a la residencia de Rasputín. Allí estaba su demonio ghoul gruñendo y comiendo insectos. Necesitaba hablar con alguien y confiaba en que el hechicero se mostraría comprensivo ante su situación. Cuando llego a la puerta dudó en si golpear o no.

-¿Y si él tampoco confía en me?- Le preguntó suavemente a los espíritus.

-Quizás está ocupado.- Les volvió a hablar. Carraspeó cuando se dio cuenta de que hablaba en voz alta. Ya no había marcha atrás, así que golpeó la puerta.

-¿Matvey? Sono Bellatrix.- Habló relativamente alto pensando que podría estar en el nivel superior como en el inferior.

Me encontraba inmerso en la lectura de un antiguo libro acerca de las diferentes relaciones entre los distintos tipos de demonios y sus casas, escrito por un ascendiente mio. Estaba contrastando aquella informacion y actualizandola por mi parte, con el conocimiento nuevo que yo había adquirido por el camino. La tarea era un poco tediosa pero, cuanto mas me concentrase en ello, menos tardaria en terminarla y antes podría ponerme a menesteres mas emocionantes. Tenía planeada una invocacion importante para dentro de unos dias.

Algo me sacó de mi concentracion, una llamada a la puerta. Levanté los ojos claros y algo cansados de la lectura de aquellas paginas escritas en ruso, me habia parecido oir la voz de Bellatrix.

"es ella o me lo he imaginado?"

Me di cuenta de que mi sotano estaba mas desordenado de lo habitual, y que yo llevaba demasiadas horas ahi sentado. Miré a mi alrededor. Pocas cosas habian sido salvadas de la destruccion de la posterior isla....libros a lo sumo y algunos cachivaches.... el nuevo sotano estaba bastante vacio en comparacion a como estaba antes. Hice un gesto con mi cabeza y la puerta a la que habia llamado Bellatrix se abrió de par en par.

- Bienvenida, Bellatrix. Ven abajo, encontrarás las escaleras mucho mas despejadas que en la ultima vez que nos vimos aqui...

Que habia sido hace bastante tiempo ya, por cierto.

Las puertas se abrieron de par en par pero, lejos de sorprender a la descendiente, se mostró aliviada. Al ingresar pudo apreciar la oscuridad que emitía el ambiente, era una atmósfera tenebrosa, sin duda, Bellatrix se sentía como en su casa en aquel sitio. Los espíritus joviales no se acercaban por aquí, las almas errantes que pululaban por éstos ambientes eran almas, genuinamente en pena. Ella podía escuchar los lamentos, los llantos, los gritos de desesperación, pero hace años que se había acostumbrado a ellos, así que ni se inmutaba. Con su habitual liviandad y elegancia avanzó a través de la estancia, bajó las escaleras y se aproximó a donde el nigromante se encontraba sentado, se detuvo cuando se encontró al lado de él y miró con curiosidad aquello en lo que estaba trabajando. No entendía nada de lo que había allí escrito, pero un espíritu la instó a señalar unas palabras en el antiguo libro que ella no sabía qué significaban, pero el espectro sabía que se trataba del nombre astral de un demonio.

-Ése es de la casa de Los Verdugos, posee el Saber del Spirito y el Saber de la Morte.- Dijo con aire ausente, entendía a lo que se refería el espíritu que parecía entender ruso y parecía también considerar que allí faltaba información. Luego de eso dejó de prestarle atención al espectro y centró su mirada en Rasputín. Pudo ver el cansancio en sus ojos. Bellatrix, por otra parte, se encontraba espiritualmente cansada.

-Lamento interrumpirte, ma no puedo más de la angustia.- Dijo de manera pausada. Apartó su mirada, respiró hondo y caminó distraídamente por el lugar.

Sabía bien que Bellatrix no hablaba el ruso, es por ello que cuando señaló la pagina del libro que habia estado leyendo yo e hizo ese comentario, que supe que habia algun espectro familiar le habia dicho aquello. Sonreí tenuemente y me puse frente al libro, recorriendo aquellas palabras con mi dedo.

- Es por esto que la gente como tú o como yo nunca nos sentimos solos.

"porque nunca lo estamos"

- Y el Saber de los Reinos, poseen los secretos de los viajes entre los reinos de lo físico y lo espiritual.... sí, gracias por el apunte. Eso era lo que faltaba por anotar. - me incliné sobre el apretado texto y escribí una nota rapida en mi angulosa letra, más tarde lo trasladaría al nuevo libro de modo mas ordenado.

La escuché y la vi vagar por la estancia. Mientras, volví a mi asiento, para que si ella lo deseaba, se sintiera con el permiso de tomar tambien asiento.

-¿Y qué es? No habrias recurrido a mi si no fuese importante. O...si no tuviese que ver con mi rama de la magia.

La bruja sonrió ligeramente, casi con desgana, como respuesta a que era por eso que gente como ellos no se sentían solos, al contrario, Bella se sentía permanentemente observada.

-La verdad es que no sé si tiene que ver con tus especialidades, ma estoy empezando a pensar que es importante.- Dijo mientras caminaba un poco más, mirando el suelo, abstraída en sus pensamientos y recuerdos.

-¿Recuerdas mi... episodio en el baile de Ouroboros? Quizás has escuchado los rumores.- Dijo mientras se dirigía al asiento y se sentaba. -No era yo la que parlare, la mayoría del tiempo. Un poderoso spirito poseyó mi cuerpo, ma me dí cuenta tarde. Yo conozco las posesiones y soy capaz de inducirlas o de denegarlas, ma questo fue un lavoro meticuloso y delicado. Generalmente las almas de los difuntos buscan comunicarse con los vivos por diversas razones y tienden a hacerlo de forma tosca o violenta porque no se lo piensan mucho, por eso sé que lo que pasó en el baile de Ouroboros no fue fortuito, fue planeado. Logró sortear la barrera della mia conciencia y, para cuando de dí cuenta, mi alma se encontraba atrapada en un rincón de mi cuerpo mientras el intruso había tomado el completo control. Aún así, no utilizó mi magia, en su lugar se comunicó con todos los presentes y, aunque utilizó formas violentas, sólo expresó un mensaje. Por eso llego a la conclusión de que era el mensajero de algo más, algo de lo que creo que nos deberíamos preocupar, porque las posesiones no terminaron allí.- Dijo manteniendo su gélida mirada en el nigromante.

- Cualquier cosa, Bella. - le recordé con voz pausada y calmada, sabía lo que era sentirse atosigado por pensamientos relacionados con aquellos del otro mundo..

Asentí despacio, pasandome una mano por la barba y sin perderla de vista...sí, recordaba aquel evento, ese episodio que tuvo. Ya habiamos visto a Bellatrix pasar por aquello pero esta vez fue algo distinto.

La escuché en silencio, todo el rato....mi mirada se entornó un poco y mi ceño se frunció.

- Un mensajero, un enviado, eso es lo que piensas....? - por supuesto esas eran sus impresiones, pero creia saber por donde se encaminaba. - Si es lo que dices, y el espiritu no tomó posesion de tu cuerpo por su propia voluntad si no por la de alguien mas...ese alguien....no es un alma errante. Podria ser alguien muy vivo. Eso es lo que me estás diciendo?

"si es asi, es casi mas preocupante, si"

- Cómo que las posesiones no terminaron alli? Te han estado obligando a hacer algo, Bellatrix? - pregunté, con un tono de mayor preocupacion en mi voz, levantandome y avanzando lentamente hacia ella....

La bruja asintió con seriedad y preocupación plasmados en su rostro como respuesta a las dos preguntas del oscuro hechicero. Ella mantuvo su fría mirada fija en él mientras éste se levantaba y se acercaba a ella.

-Yo… no lo recuerdo.- Dijo en un hilo de voz. Era consciente del peligro que eso representaba para todos, por eso se apresuró a dar explicaciones.

-En el plano de los morti, los spiriti se encuentran agitados. Fuí para encontrar respuestas, ma tienen miedo o se encuentran recelosos porque parece que spiriti terribles han sido despertados.- Desvío su mirada hacia sus manos que se movían inquietas.

-Matvey, se questi posesiones continúan, la mia alma puede perdese para siempre.- Sentenció.

Me detuve a escasa distancia de ella, viendola asentir. La gravedad de sus palabras era mucha. Con aquello, no solo estaba en peligro su integridad, si no...quien sabe la de quienes mas.

- No lo recuerdas. Porque ese espíritu no quiere que recuerdes que has estado haciendo bajo su influjo. - le di la espalda, unos momentos, pensativo. Ahora mismo, Bellatrix era facilmente un caballo de Troya... - Tu no tienes la culpa....

Suspiré y miré el libro que habia estado escribiendo. Quizá ahi estaba la respuesta.

- Quien haya hecho esto, es alguien poderoso. No puedo hacer que recuerdes lo que has hecho, pero podemos intentar proteger tu alma frente a esas posesiones de algun modo, intentar que no vuelva a ocurrir. Tampoco se los motivos que hay tras esto.

"no voy a darle falsas esperanzas...esto no tiene buena pinta"

- Antes me has hablado de los Verdugos. Son una Casa de demonios con unos Saberes muy específicos...y uno de ellos como has dicho es el Saber de los Espiritus. El poder para invocar, gobernar y someter a los espíritus de los difuntos. - recité lo que habia transcrito al libro. - Los espiritus que invoquen deberan cumplir las ordenes del demonio hasta que éste los despache. Tambien pueden crear artefactos embrujados que atrapen a un espiritu en el mundo fisico.

Volví a mirarla a ella, quizá ya entendiese por donde quería ir.
- A veces, hay que estar dispuesto a caminar de la mano de uno de ellos.... Podría invocar a un Verdugo. Si vuelve a ocurrirte, será mejor que estés cerca de mi. Podríamos atrapar a ese espiritu.

Abrió mucho los ojos cuando el tema de los demonios de la casa de los Verdugos volvió a colación. Ahora no solo entendía a lo que el espíritu que la instó a señalar aquellas palabras en el antiguo libro de Matvey se refería, si no que comprendía su objetivo. Lamentó heberle dejado de prestarle atención al espectro y barrió con la mirada la habitación con la esperanza de volver a encontrarlo, pero ya no estaba allí. Asintió ante la descripción del nigromante sobre aquella casa, coincidía con sus conocimientos al respecto. Miró los ojos claros del hombre aliviada de poder contar con él a pesar de todo.

-¿Estas proponiendo que te persiga como los spiriti me persiguen a mí? Nunca te sometería a tamaña maldición.- Dijo con una ligera sonrisa en su rostro que contrastaba mucho con la proposición de invocación demoníaca que estaban planeando.

-Hay más… en mi camino hacia aquí me cruce con Adele… ella se encontraba en una actitud molto sospechosa en la puerta de los servicios del 2º piso. Afirmaba que allí se estaba hurdiendo un plan. En un principio no le creí, pero en eso, Lucio salió del baño y, en cuanto nos vió, se puso blanco cadáver y salió corriendo. Parece que la Blood Keeper estuvo escuchando y afirma que, no sé quiénes aparte de Lucio, no confían en mi desde lo de la fiesta. Dice che sono tras la pista de las palabras que salieron por mi boca aquel día. Asegura que investigan sobre los Pendragon. Si la bruja dice la verdad, tengo la sensación de que el joven Sean Eire esta involucrado en todo esto, que buscará la última vez que el Consejo y los Pendragon se relacionaron y que pondrá a más gente en peligro siguiendo sus propios intereses, su sed di avventura e le sue egoístas arranques de heroísmo.- Dijo mostrando una expresión más severa.

- Sin embargo me temo que mi proposición es el mejor clavo ardiente al que te puedes agarrar.... Estoy dispuesto a tolerar la compañía constante si es por el bien de Ouroboros. No podemos permitir que ese espíritu vuelva a tomar control de ti mientras estas sola, y te haga hacer vete a saber qué. No, nada de eso.

De todos modos, la compañia de Bellatrix era una de las que mas podia tolerar de todo el Consejo, sobre todo durante largos periodos de tiempo, solo que normalmente no se daba el caso de tal circunstancia. Ella hablaba poco, hablaba más con los ojos que con palabras, y eso era un alivio para alguien como yo.

- Adele... - dije con cierto tono despectivo, arrastrando un tanto mis palabras. Hasta mi semblante se volvió mas hosco. - No te fíes de nada de lo que te diga esa mujer, es artera, y ni una palabra sale de sus labios si no es en su propio beneficio. Te digo este secreto, como advertencia: logró engañarme a mí.

Obviamente no me sentia orgulloso de aquello, pero alli estaba ese hecho. Captaba que Bellatrix no estuviera satisfecha con lo que habia descubierto, pero no me parecia raro que Eire desease investigar sobre los Pendragón tras lo ocurrido.

- Creo que a quien más daño puede hacer asi, va a ser a si mismo. De todos modos....tendré una conversación con él. No está mal dejar claros ciertos asuntos. Tenemos que ser cristalinos entre nosotros - que hablara yo de eso, precisamente, era hasta irónico, pensé.

La bruja se mostró de acuerdo con Matvey con el plan que tenían sobre la invocación. Ella sabía que Adele no era de confianza, se lo advirtió a Sean cuando propuso unir a todos los grupos mágicos, pero no sabía lo que le había hecho a su colega.

Del mismo modo se mostró de acuerdo con la idea de esclarecerlo todo entre los miembros del Consejo. También deberían dar a conocer estos nuevos descubrimientos sobre el tema que parecía estar de moda y lo que pesaban hacer para atrapar a aquel espíritu. Satisfecha, se retiró de la residencia con su habitual elegancia y ligereza, ahora más tranquila.