Sótano//Residencia Rasputín

Después de aquella cena con todos me sentía relajado, tantas preocupaciones rondando mi cabeza habían desaparecido gracias a la amena velada al menos por unos minutos, al terminar fui a la biblioteca para seguir con mis investigaciones pues seguramente tanto Giordano como Lucio ya estarían llevando a cabo su parte del plan y yo tenía que estar peparado para enfrentarme a la bestia, Matvey. El nigromante me infundía cierto respeto, no de la misma forma que lo hacía Newton que era más bien como un abuelo severo pero que de vez en cuando te daba caramelos, no, aquel hombre tenía un aura misteriosa y nunca había tenido una conversación en condiciones con él, de hecho solo se llevaba bien con Bellatrix y alguno más de los que eran más estrictos y tradicionales con las normas del consejo, eso podría ser un problema pues si se ponía de parte de la bruja a mi me quedaban pocas opciones, así que debía estar preparado.

Al día siguiente me preparé, hasta había estudiado cada palabra que iba a decir y mientras caminaba por los pasillos en dirección al sótano iba repasando mentalmente lo que iba a decir, podría haberme aparecido directamente pero necesitaba tiempo para prepararme mentalmente. Llegué hasta la puerta, toqué y el Ghoul que custodiaba la estancia abrió haciendo que Rubi se pusiera nervioso -Eh, no pasa nada- dije tranquilizando al ave que empezaba a tirar de mi, como si no quisiera acercarse. El aire era pesado, de sótano, nunca mejor dicho, esperé a que aquel espectro me dejara pasar, no me sentía nada cómodo con ese tipo de magia que era tan distinta a la mía y ya iba tenso, bajé las escaleras con mucho cuidado suponiendo que el mayor ya sabría que estaba allí y al llegar abajo toqué el marco del arco que daba paso a la estancia -Buenos días Matvey,perdona por la intromisión pero me gustaría pedirte un favor-

Tras la marcha de Bella y dejar a punto lo de su vigía, me dediqué a preparar y maquinar algunas otras cosas necesarias para lo que se acercaba. No escatimé en cuanto a imaginacion se refería, esperaba tener invitados interesantes.

Al poco rato, llegó una visita que habia estado esperando ver en realidad. Sean nunca pasaba por aqui, y ya sospechaba que me iba a tocar a mi buscarlo....pero en este caso, se me adelantó. Tanto mejor para mi.

El Ghoul ante mi autorizacion le dio paso, y yo mismo me aseguré de que las puertas al sótano se abriesen.

- Buenos dias, Eire. Pasa.

No fue necesario preguntar el vano "que te trae por aqui?" pues el mismo dijo que necesitaba un favor. Me quedé mirandolo de modo pensativo, pasandome una mano por la barba y recargando el peso de mi cuerpo sobre un lado de la cadera.

- Por supuesto. Dime que favores puede necesitar un practicante de la hechicería blanca de un practicante de lo opuesto. Quizá algo relacionado con tu vista? Conozco algunos demonios que quizá podrian echarte una mano con eso....

Nunca había ido a aquel sótano a pesar de los años que llevaba en la isla, no podía verlo así que dejé volar la imaginación pensando en un rollo mazmorra con cosas oscuras y arañas que gracias a Cath me gustaban más bien poco por no hablar de la sensación de frío y una mirada en la nuca. Una vez llegué abajo el nigromante ya me estaba esperando con las puertas abiertas, algo que agradecía porque aún me costaba saber que estaban ahí, de no ser por Rubi que solía tocarlas me habría estampado más de una vez.

Correspondí al saludo de Matvey con una leve inclinación de cabeza, lo trataba de forma muy cortes a pesar de ser ambos miembros del consejo por ese respeto y algo de miedo que me infundía. Rápidamente el mayor supuso que se trataba sobre mi ceguera y la idea de tener que tratar con un demonio me ponía los pelos de punta, Zaphira me contaba cosas sobre su época de templaria como si fueran historias de terror desde pequeño así que no.

-No, muchas gracias, de momento me apaño y estamos buscando una solución con Giordano y Lucio, de momento queremos esperar a que Rubi madure un poco más para poder usar sus lágrimas- dije acariciando al pájaro en mi hombro -El asunto que me trae aquí es otro, me gustaría ver algunos archivos, como sabes perdimos mucha información con la caída de la isla y el posterior ataque al castillo le Fey así que me gustaría al menos recuperar las cosas que se hablaron en los cónclaves, recuperar las actas- en principio estaba siendo sincero, no le estaba mintendo al mago pero si le ocultaba información -He intentado buscar el pensadero de la sala pero no lo encuentro por ningún lado así que he pensado que algunos de tus espíritus o demonios podría saber algo-

- Mm, como quieras. - dije echando un vistazo de reojo al hermoso fénix, desde luego a la vista era mucho mas amistoso que mi Ghoul. Me moví de mi lugar y fui hacia donde tenia mi vara de roble, tomandola con mi mano derecha, volviendo para aproximarme un poco mas al joven mago. Pese a mis palabras o lo que pudiese parecer, respetaba profundamente la rama de la magia que su linaje practicaba

"Lucio y Giordano. Ciertamente, esos tres se juntan mucho ultimamente. No me extrañaria que de verdad esten metidos en algo, pese a que las fuentes de la informacion vengan de Adele..."

Recordando lo que me habia contado Bellatrix, comencé a darle vueltas a las directas palabras de Sean.

- Entiendo. Así que andas tras las actas de los cónclaves más antiguos, o del pensadero. Me pregunto qué es lo que estás buscando ahi, exactamente. - me habia acercado a él unos cuantos pasos mas, mirandolo atentamente. El tono de mi voz habia bajado, parecía que le estuviera hablando entre graves confesiones. Pero era una voz envolvente y profunda, calmada y ronca, que parecía llegar más allá de los propios tímpanos. - Sí....los demonios lo saben casi todo, solo hay que saber preguntarles del modo correcto.... - sabía que Sean estaba esquivando a drede el tema de los Pendragón. - ...qué preguntas debería hacerles, Eire? - el hechizo de hipnosis venía con la siguiente pregunta, que de atravesar sus barreras, le haría por voluntad propia, responderme con total sinceridad ... -  qué es lo que realmente deseas? - ...y expresarme cual era su auténtico y más profundo deseo casi sin notar lo que habia pasado.





20 dado+10 hab+30 base+5canaliz= 65 ataque magico

El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque Mágico' :

Al final lo de la ceguera había quedado zanjado, se notaba que todos querían ayudarme pues no era el primero que me ofrecía una solución aún así no sabía si era por lástima o no y me hacía pensar si de verdad era tan valioso como los otros miembros del consejo y de nuevo me surgía ese sentimiento de inutilidad. Aparté aquellos pensamientos de mi mente para exponerle mi petición a Matvey que en principio pareció entenderlo pero había duda en sus palabras, como si supiera que lo estaba engañando o en su defecto lo que escondía

-Busco los archivos, me gusta estar informado, llevo la biblioteca después de todo-

Intenté salir del paso pero el nigromante empezó a moverse, pude sentir sus pasos en la habitación y después de tomar algo se acercó a mi, hablando calmadamente y con una voz que resonaba en mis oídos sintiéndome relajado de más, como si empezara a caer en las garras del sueño -Por eso he venido aquí, para preguntar...- contesté de forma pausada mientras el otro continuaba, lanzando si siguiente pregunta -Quiero saber dónde está el pensadero, eso he venido a buscar...- empecé a entrar en una especie de trance, era como si hubieran atravesado todas mis defensas, tonto de mi por confiarme del amigo de la bruja, había caído en su trampa sin ser consciente de ello.

La última pregunta era muy ambigua, podría desear muchas cosas, en aquel momento unas más que otras pero no podía elegir, solo darle al mago lo que quería -Deseo una vida tranquila, una vida sin restricciones, poder amar con libertad y estar siempre rodeado de mis seres queridos, mi familia, mis amigos... mi persona especial... por eso debo protegerlos a todos y para eso necesito información, necesito saber a que me enfrento, necesito saber si la amenaza de Bellatrix es real y hacerme responsable si es culpa de mi familia, es mi deber como amigo y como descendiente-
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15 stat + 5 dado =canta como un periquito

El miembro 'Sean Eire' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Defensa Mágica' :

La bruja atravesó el portal que había abierto justo donde unos símbolos arcanos estaban dibujados en la pared de la sala del piso inferior del sótano con el permiso del nigromante. El espíritu en el que habían encargado la vigía y el canal de comunicación entre Matvey y la médium la había alertado de que algo pasaba en la residencia Rasputín y ella enseguida había dejado lo que estaba haciendo para abrir el canal de emergencia y acceder con la esperanza de que el demonio de la Casa de los Verdugos del hechicero haya capturado al espíritu que la venia poseyendo y que los tenían tan preocupados.

Al llegar se encontró con la escena del oscuro hechicero aproximado y mirando fijamente al descendiente de Merlín el cual se encontraba como ido. Llegó justo para escuchar los deseos del mago de magia blanca y una pregunta se formuló en su cabeza.

"¿Qué hubiera sido de la comunidad mágica si los anteriores miembros del Consejo hubieran elegido satisfacer sus deseos personales a cumplir sus deberes sagrados?"

Si antes de su llegada la estancia era un ambiente frío, su presencia bajaba unos grados más la temperatura. Pudo identificar lo que el nigromante estaba haciendo y no quería interrumpirlo pero lo miró con la clara pregunta de ¿Qué buscas conseguir? en la mirada. Entendía que quizás estaba buscando una confesión de parte del joven sobre su investigación acerca de la relación de los Pendragon con el Consejo, pero ella habría aconsejado una confesión consentida porque si Adele tenía razón y era verdad que miembros del Consejo no confiaban en ella, podrían retirar su confianza de Matvey también. A pesar de todo ella se quedó estática, no movió ni un pelo y se mantuvo mirando la escena desde un oscuro rincón con una expresión neutral procurando no interrumpir la influencia de Rasputín sobre el otro.

La hipnosis surtió efecto con el chico, que me confesó los anhelos más profundos y sinceros de su corazón. Esta habilidad le había reportado muchos beneficios a mis anteriores predecesores.... Yo solo quería comprobar sus auténticas intenciones, que a decir verdad, me parecieron bastante puras.

"Pero me temo que eso que deseas.... Choca un poco con lo que el Consejo exige de nosotros"

Pensé en Cath, y en todos los sacrificios que había tenido que hacer su padre y ella misma, hasta que ahora por fin había encontrado algo de felicidad. Quizá estaban logrando que cambiase algo. Pensé también en mi mismo, en lo poco inclinado que me sentía a nombrar un heredero a mi apellido....

Noté la llegada de Bella y desvié mi mirada hacia ella, captando lo que ella quería decirme con aquel gesto. Entendía que mi método no había sido demasiado ortodoxo....

Pero no había pensado llegar más lejos. Dejé ahí la hipnosis. Sean recobraria el control sobre sus deseos, extrañado por haberme tenido en confianza para co nntarmelos.

- está bien, Bellatrix. No pasa nada. Creo que estamos todos en el mismo barco en esto.

Crucé mis brazos y miré a Sean.

- está bien, te entiendo.... Tus fines son loables y creo que la amenaza es real... Investigues tú o no. -mire a Bella, no iba a decir nada acerca de su "sonambulismo" delante de Sean. - podría hurgar en ese pasado....

Estaba metido en aquel trance sin escuchar nada más que la voz del mago, me sentía como si estuviera adormecido y bajo el agua, de repente la temperatura bajó y empecé a escuchar los graznidos de Rubi a lo lejos y como revoloteaba en mi hombro pero no hice nada, solo estaba atento del nigromante y poco más, respondiendo a todas sus preguntas sin restricciones.

Cuando se dio por satisfecho y volví en mi los graznidos del ave se hicieron cada vez más audibles despejandome en seguida de los efectos de la hipnosis, cerré los parpados con fuerza y me llevé una mano a la cabeza para darme cuenta de lo que había pasado, le había soltado todo aquello a Matvey sin rechistar, cosa que no se me ocurriría sin confianza o una razón en concreto - yo.. No quería decir todo eso, siento si me he excedido o...- se detuvo al notar una presencia extraña en la habitación y ahora entendía porque el Fénix estaba tan alterado - Bellatrix... - no lo sabía con certeza pero no me parecía extraño y la desconfianza creció en mi rápidamente.

Matvey sabía que estaba allí por como le habló a la bruja pero yo no recordaba nada más que esa sensación de embotamiento muy parecida a la maldición imperio - me has hecho algo? - fue lo único que alcancé a preguntar estando casi seguro de aquello. Matvey prosiguió, parecía que iba a colaborar pero de alguna manera me sentía traicionado, mis intenciones claramente no eran engañarlo y si realmente me había hecho algo y estaba ayudando a la bruja, cualquier información que le proporcionaramos a ella era peligrosa si era el enemigo o lo tenía dentro. No estaba enfadado, más bien estaba decepcionado y lo peor es que no sabía si quedarme para escuchar la ubicación del pensadero o irme de ese lugar...

Finalmente decidí quedarme no sin antes dar un golpe con mi báculo en el suelo creando una protección, un fino velo invisible que por lo pronto serviría para defenderme de posibles ataques mágicos -agradezco la ayuda, solo quiero saber dónde se encuentra el pensadero, nada más - empezaba a sentirme nervioso, ojalá pudiera ver de nuevo pues no saber lo que estaba ocurriendo a mi alrededor me ponía más ansioso y sentía la necesidad de volver con Lucio o con Zaphira, incluso meterme debajo de la mesa en el taller de Giordano.

La bruja salió del rincón oscuro en el que se había quedado cuando el descendiente de Merlín la nombró posicionándose al lado de Rasputín.

-Desearía que todos pensaran lo mismo, Matvey- Dijo con su suave voz observando al joven mago, refiriéndose a estar todos en el mismo barco. Miró al nigromante cuando se refirió a la amenaza real. Alzó las cejas cuando Sean formó un velo protector y una ligera sonrisa se dislumbro muy tenuemente en su rostro al oír la decepción en su voz, era una sonrisa de sentir lástima por el descendiente de Merlín. Se movió hacia él con elegancia, ligereza y lentitud para mirar de cerca a aquellos ojos que no ven. Los ojos son la ventana al alma y la de aquel chico era un alma noble y llena de cicatrices. Luego desvío su mirada hacia al rededor del muchacho.

-Ellos están contigo ¿Los escuchas?- Dijo dirigiendo su vista a distintos puntos. Comenzó a caminar rodeando a Sean de manera pausada mientras hablaba.

-Puedo oír… una poesía…
Un guerrero incansable encontrarás…
Si recuerdos perdidos desearas…
Los custodia el leal dragón…
Que protege prohibida información…
En buena hora, pluma azul hallarás…
Cayendo desde lo alto, como lágrima se verá…
-No es más que un monstruo ambicioso y una rota amistad…
Consolar intentó Merlín con bondad…
Pero rayos y centellas aún verás…
Ocultar los recuerdos con lealtad…

Repitió detrás del espíritu las frases con una voz mística y melódica para luego volver a posicionarse frente a Sean y alternar la mirada entre él y Matvey.

-Ellos están aquí.- Dijo y tocó con su helado dedo índice el pecho de Sean cerca de donde estaba el corazón, para luego volver a alejarse de él y parase junto al descendiente de Rasputín. Lo animó con la mirada a que diera alguna hipótesis del poema que acababan de escuchar.

Totalmente tranquilo y relajado pese a las sospechas crecientes del joven Eire sobre mi hipnosis, le respondí en un tono que incitaba a pensar.
- Qué te he hecho?

"nada que no hubiesen logrado otros emborrachándote o..."

- Evitar que me ocultases el por qué detrás de tu insistencia en hurgar en el pasado de los Pendragón. Lamento decepcionarte pero la verdad estaba luchando por salir de tus labios, Eire... y ya que hablamos de verdad....en realidad no, no lamento decepcionarte. Lo que lamento es que te sientas decepcionado por una pequeña sesión de hipnosis...si vienes a pedirme algo lo mínimo que puedes hacer es confiarme todos los datos.

Se sintió en la necesidad de conjurar un hechizo protector a su alrededor, lo cual me sorprendió. Tan amenazado se sentía ese chiquillo por mi? O por Bella?

Ella empezó a susurrar entonces un poema, algo que le cantaban los espíritus. Cuando concluyó aquel frágil momento y la bruja me pidió opinion con la mirada, emitiendo un sonido de estar pensandolo.

- pluma azul, rayos y centellas que ocultan los recuerdos con lealtad, recuerdos que custodia el leal dragón....no os parece que están hablando de Zaphira? - parecia bastante obvio. Y si no era sobre ella, entonces querian despistarnos. - Quizá Zaphira sepa donde está ese pensadero, Eire. Porque nosotros no tenemos datos. Puedo ponerte a unos demonios a revolver cielo y tierra y buscarlo, pero creo que deberias acudir a Zaphira primero.

Aquella pregunta porparte de Matvey dejaba en claro que me había hecho algo además de las declaraciones que hizo a continuación que sonó más a reprimenda lo que hizo que me sintiera aún más cohibido, no estaba en mi elemento ni con mis personas de confianza -Todos tenemos nuestros secretos, mis intenciones no son malas pero tienes razón, no he sido sincero y lamento eso, pero has invadido mi intimidad y has usado tu magia contra mi- y con eso ahora me sentía más desprotegido por lo que la barrera al menos me permitía seguir allí y no salir corriendo como un cachorrillo asustado que era la sensación que daba.

Bellatrix empezó a susurrar aquel poema y en seguida supe que se trataba de Zaphira, sin embargo ya le había preguntado por todo aquel asunto y me lo había negado todo, con Lucio y Giordano también llegamos a la conclusión de interrogarla pero esto lo cambiaba todo. La bruja se acercó para tocarme a lo que Rubi reaccionó aleteando no de forma tan violenta como antes, era más una advertencia para cuando ella se acercó tocando mi pecho, me puse pálido por el susto y contuve la respiración mientras mi corazón palpitaba a mil por hora, aún así sus palabras no sonaban amenazantes, parecía que había vuelto a ser la misma de antes pero eso no significaba que aquel espíritu no pudiera volver -Gracias por la información... siento el malentendido- Hice una reverencia a los dos y el fénix alzó sus alas para envolverse en llamas mientras yo nos desaparecía de aquel lugar para poder informar tanto a Lucio como a Giordano.

No se inmutó ante el aleteo del ave. Ella veía a diario a banshees y otra clase de seres fantasmales que dejarían a aquella criatura sin plumas de sólo mirarlas. También vio cómo empalidecio el joven mago.

La bruja se mostró pensativa ante la hipótesis del nigromante. No había prestado atención a las palabras que decía, se había concentrado en repetir detrás del espíritu. Cuando el descendiente de Merlín se retiró, negó suavemente con la cabeza.

-Los jóvenes de hoy en día…- Comentó con tono de reproche pero con claros sesgos de broma. Luego le dedico una mirada a Matvey, una inclinación de cabeza, para finalmente retirarse de la estancia a través de la escalera para caminar un poco y tomar algo de aire.

Catherine había escuchado específicamente lo que le había dicho Matvey y tragó fuerte. No iba a mentir, le daba miedo meterse en la mente de Ian cuando había otro habitante allí. Un habitante que, sin duda, tenía algo que ver con Adam. No obstante, la morena intentó por todos sus métodos no presionar. Cuando Matvey se desapareció supo exactamente a dónde ir y no le preguntó a Adam si le apetecía o no, simplemente le cogió del antebrazo y se desapareció.

Estaban en la parte exterior del sotano de Rasputin y Cath fue a abrir la puerta entonces miró a Adam -Em... Hace frío aqui- Señaló como quien no quiere la cosa antes de abrir. Gracias .... Bueno, gracias al Consejo ahora llevaba una túnica pesada negra con runas rojas que la abrigaba bastante. Había empezado a usarla cuando había vuelto a la Isla para tratar de retomar su puesto como Descendiente, de una u otra forma le daba más seguridad.

Finalmente ingresaron e Ian estaba exactamente en la misma posición en la que lo habían visto por última vez. Cath se acercó un poco pero sin molestar a la prisión y vio a su esposo con curiosidad tras ello cerró los ojos y extendió su campo telepático hacia él con muchísimo cuidado de no perderse en las enredaderas de aquel demonio sino en encontrar a Ian. Ya lo había hecho una vez, lo haría de nuevo. Tanto su capa como su propio tatuaje empezaron a emitir una leve irisdicencia.

La prisión de cristales de cuarzo creada por Matvey nos trasladó hasta un oscuro ótano en un lugar que desconocía. Caí al suelo de rodillas dentro de aquella jaula de energía mágica creada por el nigromante, dejando atrás la cama del hospital y cualquier agua o chisme que tuviese enganchado. Sólo habían quedado las vendas por el torso y los brazos, además de los pantalones, por lo que enseguida empecé a tener frío. Quería intentar controlar lo que me quiera que fuese lo que me estaba pasando, pero no lograba imponer mi propia voz sobre la otra que me había agarrado sin querer soltarme. Era como un títere sin voluntad.

- Tú no eres mi mayor problema ni eres nada. Ya he acabado con otros nigromantes antes que tú, no seas tan engreído, Rasputín...- una risa cruel salió de mi garganta, respondiendo a lo que había dicho el mago poco antes de desapareceros del hospital.  - Hagamos un trato. Tú sigue invocando demonios debiluchos del infierno para torturarlos en tus ridículas pruebas y dejas que los demonios poderosos decidamos dónde queremos estar. - desvié la mirada con odio hacia Adam en cuanto apareció en aquel lugar, disfrutando de la expresión de su cara ahora que había comprendido quién era el demonio que le hablaba. Se había quedado lívido, casi sin poder articular palabra, como si no pudiese creerlo. - Me pareció una bonita e irónica casualidad regresar en el cuerpo de tu hijo, ya que tú asesinaste a tu padre. - el tono de voz fue tornándose cada vez más extraño y cavernoso. Mis ojos pasearon por los de los presentes hasta dar con Catherine, que intentaba alguna especie de intromisión mental. Sólo encontraría oscuridad y caos si lo hacia.  - No busques a quien no está. A no ser que quieras ver en primera persona cómo le destrozo, y de paso te destrozo a ti, Le Fay. - dejé escapar un sonido de desdén, volviendo de nuevo mi atención a Adam.

Hice un gesto con las palmas de mis manos extendidas hacia él, haciendo alusión a las cruces en forma de cicatriz que tenían. - Deberían estar sangrando...los pecados...sí, recuerda los pecados. La lista ha aumentado mucho desde la última vez. Serás pasto de las llamas, del infierno, Hacksaw. Él...él también te ha odiado, lo sabes. ¡TE MATARÉ Y LO ÚLTIMO QUE VERÁS SERÁ LA CARA DE TU HIJO MIENTRAS TE ASESINA! - me levanté de manera repentina y agresiva, tratando de reventar la prisión con una explosión de magia.

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éxito: se controla un poco
fallo: no se controla nada

El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Dejé a Ian dentro de la prision de energia de los cristales de cuarzo, pero sabia que eso no bastaria para retenerlo mucho tiempo. Así que me apresuré y fui a mi estante, sacando un voluminoso libro que mandé a levitar fuera del circulo, haciendo que se abriese por determinada pagina, aunque estaba en blanco como todo el resto del volumen. Me puse frente al libro haciendome un corte en la mano, y al verter unas gotas de mi sangre sobre sus paginas, los textos y dibujos comenzaron a mostrarse.

- Eso no es un pacto, demonio, lo sabes perfectamente. No me resulta beneficioso.

"solo espera a que descubra tu verdadero nombre...Sigue hablando y dandome pistas, venga"


- No lo escuches, Adam. - insté al mago al oir la repalandoria que se traía el demonio con él. La mala fortuna habia querido que se toparan justo con ese... Miré un momento hacia Adam y Catherine, que acababan de aparecer alli.

Podía averiguar el nombre del demonio, y luego desterrarlo, o convertirlo en un encadenado....pero lo que me preocupaba era Ian. De pronto el demonio intentó aquello y supe que la prisión no duraría mucho más.

Canalicé mi magia hacia el sello del suelo, en el cual habia aparecido al demonio. Era un sigilo inscrito en la piedra, ahi solía realizar mis invocaciones, pues los simbolos servían como prisión tambien. Unas palabras y mi energía magica lo reactivaron.

- Quieto ahí. - me acerqué al mismo borde del círculo, observándolo bien. Luego atraje el libro hacia mi. - Un demonio que en las ultimas décadas ha vagabundeado mucho por nuestro plano.... uno con un nivel de tormento tan elevado que solo desea la destruccion, caos y sufrimiento de la humanidad.... ¿Cuántas mas víctimas has tenido? Quién...te deterró la última vez?

Catherine nos desapareció a ambos en cuanto Matvey lo hizo con Ian. Yo no fui capaz de reaccionar ante la insinuación del demonio que ahora habitaba el cuerpo de mi hijo, no quería entender lo que en realidad estaba diciendo. Aquello era una puta locura. Ni siquiera sabía que aquel que se hacía llamar mi padre tenía un demonio habitando en él. Lo único que sabía era que tenía la habilidad de fragmentar el alma, la misma que le enseñó Ian Foster, y la misma que poseía yo. Nunca me había atrevido a ponerla en marcha con todas sus consecuencias, sólo pequeñas pruebas, pequeños simulacros realizados durante el tiempo que estuve con Shamandalie en la taberna de su abuelo.

Cada palabra que pronunciaba Ian era una prueba más de que aquella cosa que lo poseía me conocía bien, sabía detalles que muy pocos conocían. Estaba tan tenso y conmocionado que me costó responderle a toda aquella mierda. - No me arrepiento de aquello. Se lo merecía. - era prácticamente el único asesinato que había cometido del que no me sentía culpable, por el que no sentía remordimientos. Era él o era yo, y había hecho daño también a los míos. Mis demás pecados sí que me atormentaban, y claro que había aumentado mucho la lista desde que era un adolescente. Noté cómo me temblaban ligeramente las manos para alzarlas y comprobar que lo que decía era cierto, aquellas malditas cicatrices sangraban siempre que él lo decía. Mucho había cambiado desde entonces y ya no causaba el mismo efecto en mí, pero me dolió particularmente lo que dijo sobre que Ian me había odiado. Tal vez no ahora, pero lo hizo cuando los abandoné. Sus gritos pretendían perturbarme, y Matvey me advirtió que no le escuchase, pero no podía evitarlo.

- ¿¡Y por qué no dejas de usar intermediarios y me matas directamente!? ¿¡Sólo se te ocurre esa mierda de querer matarme con diferentes caras una y otra vez!? qué patético... - le grité con la intención de que dejase en paz a Ian y quisiese salir de él para ir a por mí. Si salía voluntariamente en vez de expulsado tal vez no le haría tanto daño.

El comentario del demonio le hizo cierto rintintin..."Ya he acabado con otros nigromantes antes que tú". Le daba mala espina, le daba muy mala espina. ¿Por qué le recordaba a algo tan reciente? De pronto algo hizo click en su mente. Astaroth Svensson. Catherine abrió los ojos retirándose de la mente de Ian para enviar un mensaje a Adramelech.

"Adramelech, no sé que estás haciendo pero sospecho que mi esposo está poseído por el mismo demonio que poseyó a Astaroth. ¿Tienes idea de cómo se llama el demonio?"

Tras ello el demonio siguió hablando y Catherine intentó prestar atención. Escuchar aquello de Adam hizo que frunciera el ceño y lo mirara. Sabía que su suegro tenía un pasado algo oscuro pero...¿Tanto?. Escuchar la respuesta/justificación de Adam le quitó importancia y ella se centró en lo que debía hacer. Pero entonces le tocó su turno. La morena clavó sus ojos violetas en Ian con una sonrisa pedante tras ver a Matvey - Una de las cosas que me enseñaron en esta vida es no tomar órdenes de demonios- Indicó manteniéndole la mirada a Ian. En el fondo algo se estremecía.

La siguiente advertencia, aquel grito le puso los pelos de punta. Pero no lo dudó, en apenas un parpadeo Catherine deslizó algo fuera de su túnica que al extender el brazo empezó a desprender una extraña luz violeta mientras se armaba su propio báculo de poder. Simple, sencillo pero eso no ocultaba su poder. Se posicionó delante de Adam con un gesto adusto -Sobre mi cadáver- No iba a soportar la idea de que Ian allí dentro estuviese viendo lo que el demonio hacia con su cuerpo. Mucho menos que asesinara a su padre, por mucho que lo odiara. ¡Ella odiaba a su madre pero nunca pensó en asesinarla! Sabía que Ian, de una forma u otra, había hecho las paces con Adam y no iba a permitir que aquello lo destruyera.

Catherine golpeó el piso con fuerza y activó el báculo que emitió la misma irisdicencia que su capa, sus ojos y el tatuaje que Adam y Matvey no conocían pero ella sí. El vínculo entra Ian y Catherine había ido creciendo y creciendo conforme pasaban más tiempo juntos, más conectados. La descendiente cerró los ojos y navegó las turbulentas olas de la mente de Ian con determinación. Ian estaba allí, acojonado, seguro pero firme en hacer que aquel demonio saliera de su cuerpo. Estaba segura de ello "Me prometiste volver" Murmuró en la mente de Ian y sintió de pronto algo que sólo podía ser él. Sólo él.