Recuerdo del primer mensaje :
Residencia de Rasputín. Es un sótano de base muy amplia que consta de dos niveles. Tiene una unica entrada que suele estar vigilada por un demonio ghoul, no deja entrar a nadie si el Descendiente de Rasputín no lo considera así. En el nivel superior se encuentran las estancias de descanso, habitaciones y demas salas para menesteres de la vida. Asi como una biblioteca. En el nivel inferior al cual se accede por una angosta escalera de caracol de piedra se encuentra una unica sala muy grande llena de libros prohibidos sobre los cuales pesan maldiciones contra lectores indeseados, insumos para invocaciones (algunos metidos en desagradables tarros), mesas, fogatas, telares y muchos simbolos arcanos plasmados aqui y allá. Una atmosfera en al cual se respira la oscuridad. Hay un arcón cerrado con siete cerraduras en un recóndito lugar de éste. Nunca se ha abierto.
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-Hmm…- Lyosha alzó el labio en una especie de gruñido aburrido cuando dijo su nombre -Quizás- Entonces se dio cuenta de que lo otro también le había llamado la atención y tuvo un momento de soberbio protagonismo, moviendo suavemente la cabeza para apartar su cabello blanco sobre su hombro -Hasta donde sé, soy la única en tu vida. Pero sonaba un poco egocéntrico para los oídos de tu buena samaritana-
Los argumentos de Matvey sobre la sobrevivencia de Wthyr hicieron que ladeara brevemente la cabeza -Esperaré la orden- Dijo sonriendo de lado cuando mencionó la estrategia de drenar su vitalidad porque le parecía de lo más bonito y poético. Qué lástima que no tuviera la libertad de hacer lo que le diera la gana como Sirius.
Volvió la vista al vodka cuando mencionó lo de aguantar el alcohol y alzó suavemente un hombro como evaluándolo -También ha tenido bastante entrenamiento- Habló del cuerpo en tercera persona casi sin darse cuenta. Tras ello escuchó el porqué de su trabajo chapucero y tensó los labios -Ah… un demonio poco contento, eso es peligroso. No conozco realmente los detalles del vínculo de Khaled y Belialt pero parece más simbiótico- Divagó un poco -¿Quieres que le pida notas?- Soltó con rintintin, pareciéndole gracioso que se viera en la misma situación de su hermano.
-Cuando aprendas cómo usarlas sin que te pase factura- Le dijo en cuanto soltó que le vendrían bien sus habilidades. Usar el poder de un demonio agotaba, ya lo había visto en Khaled y bueno, ella no era esa rubia que quería ir recogiendo pedacitos pero sí que no le importaba mantenerse viva. Se había dado cuenta de ello después de la situación con ambos nigromantes.
Amplió la sonrisa cuando mencionó aquello de que estaba deseando hacerlo -No necesito que me creas- Le dijo con total y absoluta honestidad porque ese era uno de los yugos que se había quitado de encima. No necesita que nadie le creyera, no necesitaba la aprobación de absolutamente un alma en aquella tierra. Esa libertad… Era preciosa.
Las primeras tres runas apenas si le hicieron algo a Matvey. Así que…Era más duro de roer. Tenía sentido, era ruso. Ahora quien lo vio con interés fue ella, le recorrió el rostro estudiando sus facciones -Si no gritas, no me satisface- Apartó las primeras tres runas y luego bajó otras seis mientras iba calentando las demás y haciendo las nuevas. El “tatuaje” en aquel lenguaje tenía su complicación pero tampoco era algo que fuese demasiado intrincado teniendo los conocimientos que tenía. El metal iba y venía, quemando la piel lo suficiente para dejar huella en los trazos necesarios sin darle un respiro. Quería robarle un grito…uno al menos así que iba cogiendo ritmo según soportaba.
Los argumentos de Matvey sobre la sobrevivencia de Wthyr hicieron que ladeara brevemente la cabeza -Esperaré la orden- Dijo sonriendo de lado cuando mencionó la estrategia de drenar su vitalidad porque le parecía de lo más bonito y poético. Qué lástima que no tuviera la libertad de hacer lo que le diera la gana como Sirius.
Volvió la vista al vodka cuando mencionó lo de aguantar el alcohol y alzó suavemente un hombro como evaluándolo -También ha tenido bastante entrenamiento- Habló del cuerpo en tercera persona casi sin darse cuenta. Tras ello escuchó el porqué de su trabajo chapucero y tensó los labios -Ah… un demonio poco contento, eso es peligroso. No conozco realmente los detalles del vínculo de Khaled y Belialt pero parece más simbiótico- Divagó un poco -¿Quieres que le pida notas?- Soltó con rintintin, pareciéndole gracioso que se viera en la misma situación de su hermano.
-Cuando aprendas cómo usarlas sin que te pase factura- Le dijo en cuanto soltó que le vendrían bien sus habilidades. Usar el poder de un demonio agotaba, ya lo había visto en Khaled y bueno, ella no era esa rubia que quería ir recogiendo pedacitos pero sí que no le importaba mantenerse viva. Se había dado cuenta de ello después de la situación con ambos nigromantes.
Amplió la sonrisa cuando mencionó aquello de que estaba deseando hacerlo -No necesito que me creas- Le dijo con total y absoluta honestidad porque ese era uno de los yugos que se había quitado de encima. No necesita que nadie le creyera, no necesitaba la aprobación de absolutamente un alma en aquella tierra. Esa libertad… Era preciosa.
Las primeras tres runas apenas si le hicieron algo a Matvey. Así que…Era más duro de roer. Tenía sentido, era ruso. Ahora quien lo vio con interés fue ella, le recorrió el rostro estudiando sus facciones -Si no gritas, no me satisface- Apartó las primeras tres runas y luego bajó otras seis mientras iba calentando las demás y haciendo las nuevas. El “tatuaje” en aquel lenguaje tenía su complicación pero tampoco era algo que fuese demasiado intrincado teniendo los conocimientos que tenía. El metal iba y venía, quemando la piel lo suficiente para dejar huella en los trazos necesarios sin darle un respiro. Quería robarle un grito…uno al menos así que iba cogiendo ritmo según soportaba.
Estuve tentado de decirle a Lyosha que por el momento, era la unica Revenant en mi vida. Pero Stavron habia dejado claro que por el momento, preferia que su regreso fuera secreto. Asi que la incisiva Lyosha tendría que descubrir eso más adelante .
- Eso me había parecido. Tu hermano controla bien a Belialt. O incluso cuando éste está al mando, sus designios no parecen distar mucho de los del propio Khaled. Como si estuviesen de acuerdo...en lo básico al menos.- alcé las cejas cuando me dijo que si me pasaba apuntes con cierto rintintín. - Ya se las pediré yo mismo. Pienso volver a Roma para terminar lo que hemos comenzado. - informé asi a Lyosha de mis intenciones, esperando que contasen con hueco entre sus filas para un nigromante más. Y esta vez, pensaba llevarme al dragón lich.
Afirmé a eso de aprender a usarlas sin que me pasaran factura. Eso era básico y esencial. De momento, mientras me mantuviese despierto...podría hacerlo. Y el escozor en la piel de las quemaduras ayudaba a no dormirme, al igual que la claridad mental que aportaba la pocima.
- Me parece ver decepción? - le dije cuando me estudió el rostro tan a fondo tras aquel primer grabado a fuego. Las quemaduras, pese a ser de tercer grado, no sangraban. Eso si, tenian un aspecto horroroso. Asi que si no gritaba no le satisfacía. Aquello solo implicaba que mi determinación por mantener la boca cerrada aumentase.
Ella fue cogiendo ritmo, al parecer, sintiendo que podía ir mas rapido que solo de tres a tres. Eso implicó que el dolor se doblase, con lo cual apreté el puño y los dedos de la otra mano se crisparon sobre el reposabrazos, apretando el cinturon...que deseché al suelo, mirándola a ella de nuevo tras vigilar como progresaban las marcas. Traté de acompasar la respiración. Era capaz de soportarlo. Solo tenía que compararlo con aquel otro dolor, el que surgía desde dentro...y, sin duda, la poción también estaba colaborando en poder sobrellevarlo asi.
- Tendrás que encontrar otra cosa que te satisfaga, que no sean mis gritos de dolor. Eso, o...esforzarte más.
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- Eso me había parecido. Tu hermano controla bien a Belialt. O incluso cuando éste está al mando, sus designios no parecen distar mucho de los del propio Khaled. Como si estuviesen de acuerdo...en lo básico al menos.- alcé las cejas cuando me dijo que si me pasaba apuntes con cierto rintintín. - Ya se las pediré yo mismo. Pienso volver a Roma para terminar lo que hemos comenzado. - informé asi a Lyosha de mis intenciones, esperando que contasen con hueco entre sus filas para un nigromante más. Y esta vez, pensaba llevarme al dragón lich.
Afirmé a eso de aprender a usarlas sin que me pasaran factura. Eso era básico y esencial. De momento, mientras me mantuviese despierto...podría hacerlo. Y el escozor en la piel de las quemaduras ayudaba a no dormirme, al igual que la claridad mental que aportaba la pocima.
- Me parece ver decepción? - le dije cuando me estudió el rostro tan a fondo tras aquel primer grabado a fuego. Las quemaduras, pese a ser de tercer grado, no sangraban. Eso si, tenian un aspecto horroroso. Asi que si no gritaba no le satisfacía. Aquello solo implicaba que mi determinación por mantener la boca cerrada aumentase.
Ella fue cogiendo ritmo, al parecer, sintiendo que podía ir mas rapido que solo de tres a tres. Eso implicó que el dolor se doblase, con lo cual apreté el puño y los dedos de la otra mano se crisparon sobre el reposabrazos, apretando el cinturon...que deseché al suelo, mirándola a ella de nuevo tras vigilar como progresaban las marcas. Traté de acompasar la respiración. Era capaz de soportarlo. Solo tenía que compararlo con aquel otro dolor, el que surgía desde dentro...y, sin duda, la poción también estaba colaborando en poder sobrellevarlo asi.
- Tendrás que encontrar otra cosa que te satisfaga, que no sean mis gritos de dolor. Eso, o...esforzarte más.
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-O su trato es más específico- Explicó pensando que nunca había hablado con Khaled sobre eso y la verdad no recordaba si le había dicho algo a Matvey sobre el cuerpo que portaba ahora. O la razón de que lo portara. Asintió a aquello de que volvería a Roma -Me parece bien. Lykaios se comunicó conmigo y el próximo objetivo es el Vaticano, mientras hablamos Adramelech debe estar preparando todo- Mencionó la peliblanca con diligencia.
-Hmmm…- Entrecerró los ojos cuando dijo que estaba decepcionada -No estoy segura. Creo que has despertado mi interés por ver tu resistencia- Dijo y recordó dos cositas particulares -Porque…realmente tendrías que estar muerto hace rato, Matvey. Lo que lleva a preguntarme… ¿Este es el primer trato que haces con un demonio?- Sí, ella había empezado a sospechar desde hace rato y cómo había vuelto de rescatar a su hermano… La sensación que había sentido sobre su vínculo y ya no sólo esa vez sino en el suelo del vaticano le decía que algo raro había.
Escuchó el cinturón caer al piso y la tensión acumulada pero aún así…Ni la mandíbula apretada ni un gesto doloroso en el rostro. Lyosha gruñó suavemente como irritada por la situación y no ayudó nada el comentario de Matvey pero no aceleró el ritmo más porque sabía lo importante que era hacer bien las runas y el ritual -No me provoques, Rasputín- Dijo cogiendo su brazo para observar el avance de cerca y luego continuar, ya quedaba menos y dudaba que le fuera a sacar un grito, pero bien podría echarle vodka en los ojos…Un gruñido mínimo obtendría.
Aunque lo de esforzarse… Alzó la mirada hacia él con curiosidad -Sólo has visto la punta del iceberg, Matvey. ¿Se te olvida que yo también viví en Rusia?- Preguntó sonriendo de lado -Ah… pero eres uno de mis nigromantes, no puedo jugar mucho contigo- Dijo con un fingido tono decepcionado.
-Hmmm…- Entrecerró los ojos cuando dijo que estaba decepcionada -No estoy segura. Creo que has despertado mi interés por ver tu resistencia- Dijo y recordó dos cositas particulares -Porque…realmente tendrías que estar muerto hace rato, Matvey. Lo que lleva a preguntarme… ¿Este es el primer trato que haces con un demonio?- Sí, ella había empezado a sospechar desde hace rato y cómo había vuelto de rescatar a su hermano… La sensación que había sentido sobre su vínculo y ya no sólo esa vez sino en el suelo del vaticano le decía que algo raro había.
Escuchó el cinturón caer al piso y la tensión acumulada pero aún así…Ni la mandíbula apretada ni un gesto doloroso en el rostro. Lyosha gruñó suavemente como irritada por la situación y no ayudó nada el comentario de Matvey pero no aceleró el ritmo más porque sabía lo importante que era hacer bien las runas y el ritual -No me provoques, Rasputín- Dijo cogiendo su brazo para observar el avance de cerca y luego continuar, ya quedaba menos y dudaba que le fuera a sacar un grito, pero bien podría echarle vodka en los ojos…Un gruñido mínimo obtendría.
Aunque lo de esforzarse… Alzó la mirada hacia él con curiosidad -Sólo has visto la punta del iceberg, Matvey. ¿Se te olvida que yo también viví en Rusia?- Preguntó sonriendo de lado -Ah… pero eres uno de mis nigromantes, no puedo jugar mucho contigo- Dijo con un fingido tono decepcionado.
- Es posible. - comenté respecto al pacto del Svensson. - Tengo tiempo para redefinir el mío. - asi que el joven Adramelech y la Brigada ya se estaban preparando para el segundo golpe. Me pregunté si el Consejo estaría interesado en tomar parte del asunto. Quizá me diera tiempo a exponerlo en.... reunión? No, a quien pretendía engañar. Me habia quitado el brazalete, para que Lyosha pudiera trabajar, y casi puse los ojos en blanco al leer el mensaje de Jack. Totalmente perdido. Lo unico que mosqueó fue que no hubiesen contactado con Giordano aun.
- Habéis pensado que haréis una vez hayamos derrocado a ese hombre? Seguro que Adramelech tiene algun plan. No podéis dejar que un mago....o humano similar tome el control. ¿Los Soul Reaper quizá? Sois la unión entre los magos y los humanos- había que pensar a futuro, también.
Su suposición y pregunta me hicieron mirarla en silencio largamente. La piel ardía, y el dolor comenzaba a extenderse por todo el brazo quemado ya. En cuanto se pasara el efecto de la poción...entonces sí que iba a doler. Dudé acerca de cómo responderle. Nadie, salvo Lucio, estaba al tanto de eso. Y así debía de seguir....
- Es el primero. - aquello no quería decir que no pudiese darle crédito por su acertada observación. - Pero tienes razón. La muerte me ha sobrevolado varias veces, y la he hecho pasar de largo. Conocerás lo mucho que costó asesinar a Grigori Rasputín, verdad? Es...un secreto de familia. Uno bien guardado. - el olor a carne quemada era cada vez mayor. Y a medida que más superficie de la piel estaba siendo quemada, y mas terminaciones nerviosas bajo la dermis afectadas, el dolor iba aumentando, ya no era solo una pequeña zona si no que inundaba los dos brazos.
Apreté los dientes e inspiré de modo más irregular, frunciendo el ceño. Negué con la cabeza, provocarla había sido divertido, pero ya no me apetecía seguir provocándola más.... mientras miraba las marcas que habia dejado, supe que esas si que no se borrarían en mucho, mucho tiempo.
Ahora si que habría gritado con ganas, me estaba muriendo de dolor, pero no lo hice. Me mentalicé, debía controlarlo. Cerré los ojos y me mordí los labios, agachando la cabeza. Hice un esfuerzo por no mover los brazos, para que no se desviara y no cometiera fallos en los grabados, pero me temblaban los hombros por el esfuerzo. Estaba casi terminando y era el momento de hacerlo: comencé a recitar las palabras en lengua demoniaca para atar al demonio a ese sello, vinculando el nombre a las runas del caos que lo representaban, justo en el momento en el que Lyosha procedería a terminar de imprimir esas en mi piel, y el resto del círculo de contención. Acabé aquella letanía con un ronco y prolongado gruñido de dolor...
Alcé la mirada hacia ella, con el agotamiento y el dolor dibujado en la expresión de mis ojos.
- ...vendas... - las iba a necesitar.
__
he roto el codigo por un momento. Me lo merezco.
sdfasdf
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- Habéis pensado que haréis una vez hayamos derrocado a ese hombre? Seguro que Adramelech tiene algun plan. No podéis dejar que un mago....o humano similar tome el control. ¿Los Soul Reaper quizá? Sois la unión entre los magos y los humanos- había que pensar a futuro, también.
Su suposición y pregunta me hicieron mirarla en silencio largamente. La piel ardía, y el dolor comenzaba a extenderse por todo el brazo quemado ya. En cuanto se pasara el efecto de la poción...entonces sí que iba a doler. Dudé acerca de cómo responderle. Nadie, salvo Lucio, estaba al tanto de eso. Y así debía de seguir....
- Es el primero. - aquello no quería decir que no pudiese darle crédito por su acertada observación. - Pero tienes razón. La muerte me ha sobrevolado varias veces, y la he hecho pasar de largo. Conocerás lo mucho que costó asesinar a Grigori Rasputín, verdad? Es...un secreto de familia. Uno bien guardado. - el olor a carne quemada era cada vez mayor. Y a medida que más superficie de la piel estaba siendo quemada, y mas terminaciones nerviosas bajo la dermis afectadas, el dolor iba aumentando, ya no era solo una pequeña zona si no que inundaba los dos brazos.
Apreté los dientes e inspiré de modo más irregular, frunciendo el ceño. Negué con la cabeza, provocarla había sido divertido, pero ya no me apetecía seguir provocándola más.... mientras miraba las marcas que habia dejado, supe que esas si que no se borrarían en mucho, mucho tiempo.
Ahora si que habría gritado con ganas, me estaba muriendo de dolor, pero no lo hice. Me mentalicé, debía controlarlo. Cerré los ojos y me mordí los labios, agachando la cabeza. Hice un esfuerzo por no mover los brazos, para que no se desviara y no cometiera fallos en los grabados, pero me temblaban los hombros por el esfuerzo. Estaba casi terminando y era el momento de hacerlo: comencé a recitar las palabras en lengua demoniaca para atar al demonio a ese sello, vinculando el nombre a las runas del caos que lo representaban, justo en el momento en el que Lyosha procedería a terminar de imprimir esas en mi piel, y el resto del círculo de contención. Acabé aquella letanía con un ronco y prolongado gruñido de dolor...
Alcé la mirada hacia ella, con el agotamiento y el dolor dibujado en la expresión de mis ojos.
- ...vendas... - las iba a necesitar.
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-No, Matvey…Tiempo es lo que no tienes- Le dijo Lyosha con un tono un poco lúgubre y luego lo miró a los ojos alzando suavemente las cejas -Siempre creemos que tenemos tiempo y es mentira. Pensé que como revenant viviría por siempre y sin embargo…- Movió las manos con suavidad y elegancia, señalándolo a él. La situación con Khaled y Matvey le había removido demasiadas cosas a la peliblanca y por eso después de que aquellos gusanos asquerosos desaparecieran de su vista, se había recluido un poco para…digerir el miedo que había sentido -Así que lo que tengas que hacer, hazlo cuanto antes-
La pregunta sobre el futuro gobierno hizo que pusiera los ojos en blanco -De ese tema puedes hablar con Lykaios o quizás con Adramelech o Khaled, sinceramente no es algo que me llame la atención y colocar la figura de un Soul Reaper…¿Cómo crees que se lo tomarán los puristas? No lo sé, Matvey… Es una estrategia arriesgada- Ella particularmente no se veía gobernado pero, la verdad, es que tampoco era una “Soul Reaper”, era una revenant. Era…una cosa extraña. Además, por mucho que le gustara tener gente bajo sus órdenes no le apetecía dominar un país, carecía de las habilidades que tenía Adremelech o Lykaios. Quizás en su vida anterior sí, habría sido una hermosa gobernante pero ahora…No. El tiempo y la vida le había pasado factura y, tal como le decía a Matvey, estaba lo suficientemente rota y en paz con ello para añadir más carga.
-Umm.. sí- Murmuró cuando hizo referencia a su ascendente, era un hombre famoso por muchas cosas. Así que tenía un secreto familiar. Estaba claro que no iba a decírselo pero al menos así sabía que, en efecto, había algo particular con el nigromante y su forma de permanecer en este mundo -Comprendido- Mencionó sin indagar mucho más. Había límites y ella los entendía, tenía los propios aunque Matvey alguna vez había paseado por su mente sin restricciones.
Continuó marcando el tatuaje y a medida que iba terminando notó los cambios en el rostro del nigromante y la forma en la que sus hombros estaban temblando, dibujó una sonrisa de satisfacción y luego empezó a escuchar aquel cántico que aunque no lo entendía del todo sabía lo suficiente de magia negra y nigromántica para saber lo que estaba haciendo -Hmmm…- Lo de las vendas hizo que sonriera un poco más -Aún no he acabado- Levantó sus antebrazos y los puso encima del recipiente con agua con sal -Esto tampoco te va a gustar, pero a mi…- Lo dejó en el aire y le echó el agua en las heridas para luego, en efecto, secarlo y ponerle las vendas. Acabó finalmente y miró a Matvey con un pequeño gesto -Ha sido divertido-
Acabó por sentarse en el taburete y bebió del vodka un trago largo -Ya que volverá a Italia, me quedo en tu casa hasta que decidas volver. Así me ahorro el viaje- No estaba pidiendo permiso, se había autoinvitado. Movió la mano para deshacer las runas dejando varas de metal delante de ella. Iba a tener que esperar a que se enfriaran para limpiarlas. Tras estar un rato en silencio, volvió la vista hacia Matvey -Tengo una duda- Musitó -O dos- Suspiró -¿Crees que tu condición física en el Vaticano haya afectado el sello de Diana o crees que haya sido pisar ese terreno “sagrado” para un alado?- Inquirió porque era algo que le había estado molestando. En el instante en el que había cruzado ese portal, se había perdido. -¿Y dónde está tu crío?-
La pregunta sobre el futuro gobierno hizo que pusiera los ojos en blanco -De ese tema puedes hablar con Lykaios o quizás con Adramelech o Khaled, sinceramente no es algo que me llame la atención y colocar la figura de un Soul Reaper…¿Cómo crees que se lo tomarán los puristas? No lo sé, Matvey… Es una estrategia arriesgada- Ella particularmente no se veía gobernado pero, la verdad, es que tampoco era una “Soul Reaper”, era una revenant. Era…una cosa extraña. Además, por mucho que le gustara tener gente bajo sus órdenes no le apetecía dominar un país, carecía de las habilidades que tenía Adremelech o Lykaios. Quizás en su vida anterior sí, habría sido una hermosa gobernante pero ahora…No. El tiempo y la vida le había pasado factura y, tal como le decía a Matvey, estaba lo suficientemente rota y en paz con ello para añadir más carga.
-Umm.. sí- Murmuró cuando hizo referencia a su ascendente, era un hombre famoso por muchas cosas. Así que tenía un secreto familiar. Estaba claro que no iba a decírselo pero al menos así sabía que, en efecto, había algo particular con el nigromante y su forma de permanecer en este mundo -Comprendido- Mencionó sin indagar mucho más. Había límites y ella los entendía, tenía los propios aunque Matvey alguna vez había paseado por su mente sin restricciones.
Continuó marcando el tatuaje y a medida que iba terminando notó los cambios en el rostro del nigromante y la forma en la que sus hombros estaban temblando, dibujó una sonrisa de satisfacción y luego empezó a escuchar aquel cántico que aunque no lo entendía del todo sabía lo suficiente de magia negra y nigromántica para saber lo que estaba haciendo -Hmmm…- Lo de las vendas hizo que sonriera un poco más -Aún no he acabado- Levantó sus antebrazos y los puso encima del recipiente con agua con sal -Esto tampoco te va a gustar, pero a mi…- Lo dejó en el aire y le echó el agua en las heridas para luego, en efecto, secarlo y ponerle las vendas. Acabó finalmente y miró a Matvey con un pequeño gesto -Ha sido divertido-
Acabó por sentarse en el taburete y bebió del vodka un trago largo -Ya que volverá a Italia, me quedo en tu casa hasta que decidas volver. Así me ahorro el viaje- No estaba pidiendo permiso, se había autoinvitado. Movió la mano para deshacer las runas dejando varas de metal delante de ella. Iba a tener que esperar a que se enfriaran para limpiarlas. Tras estar un rato en silencio, volvió la vista hacia Matvey -Tengo una duda- Musitó -O dos- Suspiró -¿Crees que tu condición física en el Vaticano haya afectado el sello de Diana o crees que haya sido pisar ese terreno “sagrado” para un alado?- Inquirió porque era algo que le había estado molestando. En el instante en el que había cruzado ese portal, se había perdido. -¿Y dónde está tu crío?-
6/10
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Entendí lo que me quiso decir al hablar asi del tiempo. Tenía muchas papeletas para ser casi eterna, pero ese dia se habia visto al borde de la muerte a causa de Khaled y mía. Su vida dependia de ello. Las nuestras , a su vez, dependian de otros muchos factores, otros muchos hilos, pero no tan tangibles como el vínculo que nos unia a la revenant.
Había agachado la mirada contagiado por ese fúnebre comentario de Lyosha acerca del tiempo. Era cierto, no debía confiarme. El cofre no era ninguna garantía. Era frágil, igual que el resto de personas. Asentí con cierto aire solemne, reconociendo lo que éramos, y los límites que teníamos.
- Entonces haré que cada hora cuente. - aseguré. Y aquello me llenó de aun mas decisión para los siguientes pasos que debía tomar. Lyosha no pareció particularmente interesada en politica, pero si en algo coincidía con ella, era en la figura de Adramelech. - Creo que tu sobrino tiene lo necesario para encargarse. Sobre los puristas....no son bienvenidos. Ya pueden cantar misa. -si, exactamente eso.
De todos modos, era solo una sugerencia. Las gentes de alli tendrían que encargarse, no un nigromante ruso que venia de una isla voladora. Ella no indagó mas acerca de mi "secreto", la habia observado en silencio pensando que quizá algun dia pudiera contárselo, pero ese dia estaba lejos aun de llegar. Eso había sido antes de terminar con el marcaje, antes de que el dolor me dejase mareado, agotado y aturdido pese a la pocion. Sentía ambos brazos entumecidos, lacerados por las quemaduras. Casi habria preferido arrancármelos.
Entendí que lo del aguasal a parte de desinfectar tenía el objetivo de hacerme más daño. Por un momento creí que casi me iba a desmayar, cuando el agua empezó a discurrir por la carne abierta. Las señales de dolor se dispararon por todo el cuerpo, pero me mantuve en mi sitio y no volví a abrir la boca salvo para soltar toda la respiración contenida, cuando ella hubo terminado y comenzó a vendar.
Me dejé caer sobre el respaldo del sillon, cerrando los ojos, mas allí que aqui.
- no le veo la gracia... - dije en voz baja, lenta y grave, parecía que descansaba porque tenía los ojos cerrados. - Mmm. - se iba a quedar en casa? Tenía cosas que hacer.... - encárgate del dragon, Lyosha...hay que darle de comer... - dije algo ido, ladeando la cabeza para apoyarla tambien, y es que me estaba acordando del lich.
Un tiempo indeterminado después, ella volvió a hablarme. Abrí despacio los ojos, y me quedé mirando a un punto fijamente cuando preguntó.
- Te afectó al sello cuando fuiste a la Plaza? Estaba...Valqar estaba al control. Lo veo difuso. - respondí. - Con Anteia, en su casa. Si...la mujer de antes. Era ella.
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Entendí lo que me quiso decir al hablar asi del tiempo. Tenía muchas papeletas para ser casi eterna, pero ese dia se habia visto al borde de la muerte a causa de Khaled y mía. Su vida dependia de ello. Las nuestras , a su vez, dependian de otros muchos factores, otros muchos hilos, pero no tan tangibles como el vínculo que nos unia a la revenant.
Había agachado la mirada contagiado por ese fúnebre comentario de Lyosha acerca del tiempo. Era cierto, no debía confiarme. El cofre no era ninguna garantía. Era frágil, igual que el resto de personas. Asentí con cierto aire solemne, reconociendo lo que éramos, y los límites que teníamos.
- Entonces haré que cada hora cuente. - aseguré. Y aquello me llenó de aun mas decisión para los siguientes pasos que debía tomar. Lyosha no pareció particularmente interesada en politica, pero si en algo coincidía con ella, era en la figura de Adramelech. - Creo que tu sobrino tiene lo necesario para encargarse. Sobre los puristas....no son bienvenidos. Ya pueden cantar misa. -si, exactamente eso.
De todos modos, era solo una sugerencia. Las gentes de alli tendrían que encargarse, no un nigromante ruso que venia de una isla voladora. Ella no indagó mas acerca de mi "secreto", la habia observado en silencio pensando que quizá algun dia pudiera contárselo, pero ese dia estaba lejos aun de llegar. Eso había sido antes de terminar con el marcaje, antes de que el dolor me dejase mareado, agotado y aturdido pese a la pocion. Sentía ambos brazos entumecidos, lacerados por las quemaduras. Casi habria preferido arrancármelos.
Entendí que lo del aguasal a parte de desinfectar tenía el objetivo de hacerme más daño. Por un momento creí que casi me iba a desmayar, cuando el agua empezó a discurrir por la carne abierta. Las señales de dolor se dispararon por todo el cuerpo, pero me mantuve en mi sitio y no volví a abrir la boca salvo para soltar toda la respiración contenida, cuando ella hubo terminado y comenzó a vendar.
Me dejé caer sobre el respaldo del sillon, cerrando los ojos, mas allí que aqui.
- no le veo la gracia... - dije en voz baja, lenta y grave, parecía que descansaba porque tenía los ojos cerrados. - Mmm. - se iba a quedar en casa? Tenía cosas que hacer.... - encárgate del dragon, Lyosha...hay que darle de comer... - dije algo ido, ladeando la cabeza para apoyarla tambien, y es que me estaba acordando del lich.
Un tiempo indeterminado después, ella volvió a hablarme. Abrí despacio los ojos, y me quedé mirando a un punto fijamente cuando preguntó.
- Te afectó al sello cuando fuiste a la Plaza? Estaba...Valqar estaba al control. Lo veo difuso. - respondí. - Con Anteia, en su casa. Si...la mujer de antes. Era ella.
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-Bien- Lo de Adramelech seguía siendo sin duda la mejor opción, en su opinión, pero el muchacho tendría que tomar la decisión y Lyosha no haría eso por él. Quizás podría llegar a plantearle la posibilidad pero hasta allí llegaría su intervención. Sólo podía decirle cómo vivir sus vidas sin derecho a titubeo a los acólitos de la hermandad de Metal, con los demás… Sugería pero tampoco le interesaba demasiado si pasaban de ella.
Se dio cuenta de que la observó en silencio tras el tema de su secreto pero Lyosha no tenía mucho más que agregar. Tampoco le importaba tanto. Era otra cosa de lo que tendría que ser guardiana porque si ese secreto era lo que le mantenía con vida, a ella también le interesaba que Matvey se mantuviera “con los pies en la tierra”, o en ese plano.
-Soy así de retorcida y sádica- Expresó con profunda tranquilidad y miró la botella de vodka una vez mas. Decidió cerrarla, ya compartirían tragos en la celebración de la caída del Papa y sus seguidores. Así como de ese monstruo arcano. El recuerdo la hizo entrecerrar los ojos y cuando Matvey soltó un “hmmm”, volvió la vista hacia él, arqueando las cejas cuando le encargó otra tarea -¿Qué dragón?- Y entonces se emocionó, le subió todo un escalofrío por la columna -¿Puedo bajar a Londres a darle de comer humanos?- Sería un terror delicioso y la gente gritaría a su paso. La sola idea le hizo ronronear de expectativa.
-Sí. No entré yo, entró directamente Diana y empezó a darles un soberano discurso aburrido a los tipos de ahí sobre que si supieran quien era se arrodillarían y …Bueno, sonaba mucho como yo pero no era yo- Escuchar lo del crío hizo que asintiera, así que la señorita pura se llamaba Anteia y le cuidaba al crío. Sería la niñera. Y la “repara cosas” aparentemente. Se incorporó y cogió del hombro a Matvey -Tienes que dormir… Pareces más muerto que vivo. Chútate otra poción y duerme. Hago guardia en caso de que le dé a Valqar por salir a jugar. Y por favor, ahórrate las excusas que te dreno lo suficiente para que te caigas al piso y te arrastro hasta tu cama-
Se dio cuenta de que la observó en silencio tras el tema de su secreto pero Lyosha no tenía mucho más que agregar. Tampoco le importaba tanto. Era otra cosa de lo que tendría que ser guardiana porque si ese secreto era lo que le mantenía con vida, a ella también le interesaba que Matvey se mantuviera “con los pies en la tierra”, o en ese plano.
-Soy así de retorcida y sádica- Expresó con profunda tranquilidad y miró la botella de vodka una vez mas. Decidió cerrarla, ya compartirían tragos en la celebración de la caída del Papa y sus seguidores. Así como de ese monstruo arcano. El recuerdo la hizo entrecerrar los ojos y cuando Matvey soltó un “hmmm”, volvió la vista hacia él, arqueando las cejas cuando le encargó otra tarea -¿Qué dragón?- Y entonces se emocionó, le subió todo un escalofrío por la columna -¿Puedo bajar a Londres a darle de comer humanos?- Sería un terror delicioso y la gente gritaría a su paso. La sola idea le hizo ronronear de expectativa.
-Sí. No entré yo, entró directamente Diana y empezó a darles un soberano discurso aburrido a los tipos de ahí sobre que si supieran quien era se arrodillarían y …Bueno, sonaba mucho como yo pero no era yo- Escuchar lo del crío hizo que asintiera, así que la señorita pura se llamaba Anteia y le cuidaba al crío. Sería la niñera. Y la “repara cosas” aparentemente. Se incorporó y cogió del hombro a Matvey -Tienes que dormir… Pareces más muerto que vivo. Chútate otra poción y duerme. Hago guardia en caso de que le dé a Valqar por salir a jugar. Y por favor, ahórrate las excusas que te dreno lo suficiente para que te caigas al piso y te arrastro hasta tu cama-
- No, no...nada de darle de comer gente de Londres. - de vez en cuando habia que recordarselo. Es decir, es que no era necesario eso para mantener al dragon lich. - Está "dormido" en la zona inexplorada y....necesita energía vital. Basta con drenarla de parte del bosque...en principio...
Seguro que a Sofia eso de que drenase a sus arboles tambien le parecia "matar gente inocente" y bueno, podría entenderlo... pero ahora no tenia ganas de lidiar con ese pensamiento.
- Creo que pudieron ser ambas cosas. Tu sello, debilitado por mi culpa, y el territorio que pisabas. Diana debió indignarse.
Me incorporé haciendo otra mueca de dolor, la verdad, estaba para el arrastre y no iba a llevarle la contraria en eso. Medio incorporado miré a Lyosha... ella se encargaba de Valqar? Podría dormir un rato, descuidado de eso? Entre los sellos que habia hecho y...si. Lyosha sabía lidiar con demonios. Perfectamente.
Negué con la cabeza y oculté una sonrisa cansada para mi mismo al levantarme porque estaban llamando a la puerta. Tomé otros dos viales de pociones mientras iba a las escaleras. Era posible que me sintiera en la suficiente confianza como para dormirme con la Svensson ahi delante? La respuesta era un "sin lugar a dudas".
Desde abajo abrí la puerta, tras identificarse el guardia. Trajo la noticia de que Giordano habia vuelto y solicitaba reunion. Dejé ir un suspiro de alivio.
- Dadme unas horas. Unas tres horas. En ese tiempo acudiré. - necesitaba descansar. El guardia asintió y marchó, volví a la sala central y de ahi me acerqué a la puerta de mi dormitorio. -Ves. Sin excusas. - pasé al interior, alli seguian el báculo y la daga. Con cuidado me senté en la cama, y me dejé caer de espaldas. Estaba rendido, demasiado agotado como para darme cuenta del momento en el que me quedé dormido....
_
7/10 + otra dosis de nahlrout y reabastecedora. Se solapannn
Seguro que a Sofia eso de que drenase a sus arboles tambien le parecia "matar gente inocente" y bueno, podría entenderlo... pero ahora no tenia ganas de lidiar con ese pensamiento.
- Creo que pudieron ser ambas cosas. Tu sello, debilitado por mi culpa, y el territorio que pisabas. Diana debió indignarse.
Me incorporé haciendo otra mueca de dolor, la verdad, estaba para el arrastre y no iba a llevarle la contraria en eso. Medio incorporado miré a Lyosha... ella se encargaba de Valqar? Podría dormir un rato, descuidado de eso? Entre los sellos que habia hecho y...si. Lyosha sabía lidiar con demonios. Perfectamente.
Negué con la cabeza y oculté una sonrisa cansada para mi mismo al levantarme porque estaban llamando a la puerta. Tomé otros dos viales de pociones mientras iba a las escaleras. Era posible que me sintiera en la suficiente confianza como para dormirme con la Svensson ahi delante? La respuesta era un "sin lugar a dudas".
Desde abajo abrí la puerta, tras identificarse el guardia. Trajo la noticia de que Giordano habia vuelto y solicitaba reunion. Dejé ir un suspiro de alivio.
- Dadme unas horas. Unas tres horas. En ese tiempo acudiré. - necesitaba descansar. El guardia asintió y marchó, volví a la sala central y de ahi me acerqué a la puerta de mi dormitorio. -Ves. Sin excusas. - pasé al interior, alli seguian el báculo y la daga. Con cuidado me senté en la cama, y me dejé caer de espaldas. Estaba rendido, demasiado agotado como para darme cuenta del momento en el que me quedé dormido....
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7/10 + otra dosis de nahlrout y reabastecedora. Se solapannn
Pasaron varias horas de descanso relativamente tranquilo. Nada de bajadas de temperatura extremas, ni de apariciones inesperadas. Los sueños me hicieron vagar por el subconsciente, uno que habia cambiado bastante debido a la presencia de Valqar. Al despertar, recordé vagamente haber hablado con él....
Me levanté adolorido, el efecto sedante del nahlrout se estaba esfumando y además, no era suficiente ni de lejos para paliar el dolor de las marcas recien adquiridas en los brazos. Pero debían curarse así, por medios naturales, sin emplear magia o sanación que evitasen las cicatrices... las vendas mostraban pequeñas manchas de sangre, lo cual me indicó que los efectos de la pocion se estaban acabando. Me incorporé a pesar de la debilidad y malestar, aunque habia descansado unas buenas horas seguía ahi. Al menos, la cabeza estaba más lúcida. Y por ello.... Tenía la sensación de que algo iba terriblemente mal. Me acerqué al aseo, arrastrando los pasos con desgana. El espejo me devolvió una imagen preocupante, ya no solo por la palidez, si no por el hecho de que los vasos sanguíneos bajo la piel se dibujaban oscuros.
"lo que te falta es tiempo"
Dejé atrás el aseo con esas palabras de Lyosha muy presente. La mujer se había quedado haciendo guardia todo el tiempo necesario, pero cuando me vio despertar siendo yo mismo, marchó a encargarse del dragón como le había pedido. Revisé el brazalete, donde no habian mensajes nuevos.
- Vuelve cuando te hayas encargado del dragón. Informaré al Consejo y partiremos a Roma. - le dije. Esperaba que Khan pudiera intentar algo antes de tener que volver a irme, pero como habia dicho...mi tiempo escaseaba ahora mismo. Observé el reloj que tenía, las horas habian pasado y no había recibido respuesta de mi aprendiz ni Khan había aparecido. Quizá deberia haberles dicho que me estaba muriendo para que se apremiasen más?
Después de que Lyosha se marchara, bajé al subsótano donde, consultando una serie de viejos volúmenes protegidos por maldiciones, pertenecientes a mi linaje, empecé a diseñar el circulo para el ritual de creacion de un revenant. Lo dibujé a conciencia en el suelo, empleando, evidentemente, sangre. Para cuando lo hube terminado, me dispuse a preparar el cuerpo. Empezaría con el primero. Me di cuenta del detalle de que ahora mismo mi piel tenia marcas semejantes a las suyas... y la curiosidad me hizo intentarlo. Sabia que uno de los poderes de los verdugos era conocer el modo de muerte de los cadáveres asi que.... lo intenté. Abrí sus ojos observando en el interior de aquellos que habian perdido el brillo de la vida, carentes de la chispa necesaria... y conecté con la muerte. Me hundí en los ultimos momentos de vida de esa persona, sus recuerdos, desde el momento que su vida se vio truncada: junto a Wythr y Catherine, por la maldición del sello. Observé, de modo un tanto acelerado, como trataron de combatir la maldición sin exito, como fue devuelto para poder despedirse y como cometió un acto de rebeldía. Al terminar, solté su rostro y volví a cerrar sus ojos, mostrándole el debido respeto a su muerte y su vida. Pensé que no podía haber tomado un cuerpo mejor para esta empresa.
Necesitaba algunos ingredientes mas para el ritual, que ahora mismo no tenía aquí. Subí de nuevo a la sala, dejando sellado el subsótano. Me detuve agotado al llegar arriba, tuviendo que sentarme a recuperar el aire.
Me levanté adolorido, el efecto sedante del nahlrout se estaba esfumando y además, no era suficiente ni de lejos para paliar el dolor de las marcas recien adquiridas en los brazos. Pero debían curarse así, por medios naturales, sin emplear magia o sanación que evitasen las cicatrices... las vendas mostraban pequeñas manchas de sangre, lo cual me indicó que los efectos de la pocion se estaban acabando. Me incorporé a pesar de la debilidad y malestar, aunque habia descansado unas buenas horas seguía ahi. Al menos, la cabeza estaba más lúcida. Y por ello.... Tenía la sensación de que algo iba terriblemente mal. Me acerqué al aseo, arrastrando los pasos con desgana. El espejo me devolvió una imagen preocupante, ya no solo por la palidez, si no por el hecho de que los vasos sanguíneos bajo la piel se dibujaban oscuros.
"lo que te falta es tiempo"
Dejé atrás el aseo con esas palabras de Lyosha muy presente. La mujer se había quedado haciendo guardia todo el tiempo necesario, pero cuando me vio despertar siendo yo mismo, marchó a encargarse del dragón como le había pedido. Revisé el brazalete, donde no habian mensajes nuevos.
- Vuelve cuando te hayas encargado del dragón. Informaré al Consejo y partiremos a Roma. - le dije. Esperaba que Khan pudiera intentar algo antes de tener que volver a irme, pero como habia dicho...mi tiempo escaseaba ahora mismo. Observé el reloj que tenía, las horas habian pasado y no había recibido respuesta de mi aprendiz ni Khan había aparecido. Quizá deberia haberles dicho que me estaba muriendo para que se apremiasen más?
Después de que Lyosha se marchara, bajé al subsótano donde, consultando una serie de viejos volúmenes protegidos por maldiciones, pertenecientes a mi linaje, empecé a diseñar el circulo para el ritual de creacion de un revenant. Lo dibujé a conciencia en el suelo, empleando, evidentemente, sangre. Para cuando lo hube terminado, me dispuse a preparar el cuerpo. Empezaría con el primero. Me di cuenta del detalle de que ahora mismo mi piel tenia marcas semejantes a las suyas... y la curiosidad me hizo intentarlo. Sabia que uno de los poderes de los verdugos era conocer el modo de muerte de los cadáveres asi que.... lo intenté. Abrí sus ojos observando en el interior de aquellos que habian perdido el brillo de la vida, carentes de la chispa necesaria... y conecté con la muerte. Me hundí en los ultimos momentos de vida de esa persona, sus recuerdos, desde el momento que su vida se vio truncada: junto a Wythr y Catherine, por la maldición del sello. Observé, de modo un tanto acelerado, como trataron de combatir la maldición sin exito, como fue devuelto para poder despedirse y como cometió un acto de rebeldía. Al terminar, solté su rostro y volví a cerrar sus ojos, mostrándole el debido respeto a su muerte y su vida. Pensé que no podía haber tomado un cuerpo mejor para esta empresa.
Necesitaba algunos ingredientes mas para el ritual, que ahora mismo no tenía aquí. Subí de nuevo a la sala, dejando sellado el subsótano. Me detuve agotado al llegar arriba, tuviendo que sentarme a recuperar el aire.
Decidí personarme en la residencia de Matvey al no tener respuesta suya al mensaje que le envié, quedándome con la intriga. Tampoco había novedades sobre lo que le había pedido a Rosse, y ni siquiera sabía si había llegado a hablar con Oscurus. El tiempo se echaba encima y apenas había ya margen de maniobra para tratar de manipular a los vasallos de los Pendragon en su contra.
El tema de Giordano había dejado de ser una incógnita, unos guardias lo habían visto llegar a Ouroboros no hacía mucho. Una cosa menos de la que preocuparse, aunque le envié un mensaje vía memorándum para que lo recibiese y contestase. En el mensaje le ponía que reportase toda la información que considerase relevante y de manera urgente.
Tras eso me aparecí en el mismo interior de la vivienda, pues tenía prisa como para estar llamando y esperando a que me abriesen. Ya había estado antes allí, así que no era una visita ingrata. Al mirar alrededor me encontré con Matvey sentado en una silla, con un aspecto horriblemente demacrado. - Por todos los demonios...¿qué te ha pasado? necesitas ir al hospital. - me acerqué a él para ofrecerle ayuda, tendiéndole una mano con gesto bastante serio. - Creo que tienes que explicarme mejor lo que sucede en Roma, si es que tu aspecto se debe a lo que te ha sucedido allí. ¿Han tenido algo que ver los Pendragon?
El tema de Giordano había dejado de ser una incógnita, unos guardias lo habían visto llegar a Ouroboros no hacía mucho. Una cosa menos de la que preocuparse, aunque le envié un mensaje vía memorándum para que lo recibiese y contestase. En el mensaje le ponía que reportase toda la información que considerase relevante y de manera urgente.
Tras eso me aparecí en el mismo interior de la vivienda, pues tenía prisa como para estar llamando y esperando a que me abriesen. Ya había estado antes allí, así que no era una visita ingrata. Al mirar alrededor me encontré con Matvey sentado en una silla, con un aspecto horriblemente demacrado. - Por todos los demonios...¿qué te ha pasado? necesitas ir al hospital. - me acerqué a él para ofrecerle ayuda, tendiéndole una mano con gesto bastante serio. - Creo que tienes que explicarme mejor lo que sucede en Roma, si es que tu aspecto se debe a lo que te ha sucedido allí. ¿Han tenido algo que ver los Pendragon?
"entonces Catherine y Wthyr interactuaron con él en lo referente a su muerte. Se lo contaré a Stavron..."
El círculo estaba hecho, me faltaban algunos preparativos más y ya. Pero ahí estaba, sentado en una silla y luchando por hacer que mi cuerpo se levantara de nuevo. Tosi entonces, cubriéndome con el antebrazo, donde dejé en los vendajes una mancha de sangre más oscura que roja... Evidentemente, no estaba bien. Y al haber visto lo que le ocurrió a Adriano tenía bastante claro qué era lo que me ocurría a mi.
En ese momento apareció Jack directamente, sin haberse anumciado, lo que por mi estado me molestó un tanto. Cogí su mano para levantarme y con magia atraje la parte superior de mi vestimenta, para cubrirme los brazos totalmente, complementando con el brazalete.
- se te ha olvidado llamar a la puerta, Jack.... - igual que a Lyosha.
- te veo en pie y bien. Cómo has estado? - pregunté pues tras la batalla había estado ingresado.
- he avisado al descendiente de Tepes para que acuda. Ya me ha revisado un sanador pero lo que necesito es un mago de sangre... Si, tiene que ver con Roma. Y aunque los Pendragon estaban presentes, esto no es cosa suya. Respetan la tregua, igual que yo.
Le hice un gesto para que me acompañara a la mesa, ofreciéndole algo de beber. Vodka, por supuesto.
- el gobernador de Roma ha resultado ser un autoproclamado Papa con aires de dictador, hábil en la magia de sangre y control mental. Eso explica la paulatina desaparición de las comunicacones con Da Vinci. Durante la extracción de Giordano del Vaticano me dejé una considerable cantidad de sangre en la plaza y están usando eso contra mi...asi que no me queda más remedio que volver y solucionarlo
El círculo estaba hecho, me faltaban algunos preparativos más y ya. Pero ahí estaba, sentado en una silla y luchando por hacer que mi cuerpo se levantara de nuevo. Tosi entonces, cubriéndome con el antebrazo, donde dejé en los vendajes una mancha de sangre más oscura que roja... Evidentemente, no estaba bien. Y al haber visto lo que le ocurrió a Adriano tenía bastante claro qué era lo que me ocurría a mi.
En ese momento apareció Jack directamente, sin haberse anumciado, lo que por mi estado me molestó un tanto. Cogí su mano para levantarme y con magia atraje la parte superior de mi vestimenta, para cubrirme los brazos totalmente, complementando con el brazalete.
- se te ha olvidado llamar a la puerta, Jack.... - igual que a Lyosha.
- te veo en pie y bien. Cómo has estado? - pregunté pues tras la batalla había estado ingresado.
- he avisado al descendiente de Tepes para que acuda. Ya me ha revisado un sanador pero lo que necesito es un mago de sangre... Si, tiene que ver con Roma. Y aunque los Pendragon estaban presentes, esto no es cosa suya. Respetan la tregua, igual que yo.
Le hice un gesto para que me acompañara a la mesa, ofreciéndole algo de beber. Vodka, por supuesto.
- el gobernador de Roma ha resultado ser un autoproclamado Papa con aires de dictador, hábil en la magia de sangre y control mental. Eso explica la paulatina desaparición de las comunicacones con Da Vinci. Durante la extracción de Giordano del Vaticano me dejé una considerable cantidad de sangre en la plaza y están usando eso contra mi...asi que no me queda más remedio que volver y solucionarlo
Hice un gesto de quitar importancia a lo de haber entrado sin llamar a la puerta, la situación lo requería. - Disculpa mis modales. - eso por no decir que cuantos más años cumplía, menos obligaciones tenía de dar explicaciones a nadie. - Yo bien, en el hospital hacen buen trabajo. Por eso deberías ir. - hice una mueca de disgusto cuando mencionó lo de la magia de sangre y que necesitaba a Tepes, pues dudaba bastante de la capacidad del muchacho para enfrentarse a algo como lo que tenía Matvey. Parecía serio.
- Cuéntame más. - negué a lo de tomar vodka cuando me lo ofreció, no me gustaba beber alcohol más de una vez a la semana y ya tenía mi cupo cubierto. Le indiqué que volviese a sentarse, escuchando el gravísimo problema con lo de Roma. En resumen, la culpa era de Giordano por ir allí, porque de lo contrario no se habría descubierto tal cosa ni Matvey habría tenido que ir.
- No teníamos suficiente con los Pendragon, no. Ahora también un dictador religioso con poderes de ese calibre. Ojalá se destruyan entre ellos. El problema es que tú no puedes esperar. No vas a ir a ninguna parte. Es ridículo que intentes enfrentarte estando así. Tu actitud es más propia de un joven imprudente.
- Cuéntame más. - negué a lo de tomar vodka cuando me lo ofreció, no me gustaba beber alcohol más de una vez a la semana y ya tenía mi cupo cubierto. Le indiqué que volviese a sentarse, escuchando el gravísimo problema con lo de Roma. En resumen, la culpa era de Giordano por ir allí, porque de lo contrario no se habría descubierto tal cosa ni Matvey habría tenido que ir.
- No teníamos suficiente con los Pendragon, no. Ahora también un dictador religioso con poderes de ese calibre. Ojalá se destruyan entre ellos. El problema es que tú no puedes esperar. No vas a ir a ninguna parte. Es ridículo que intentes enfrentarte estando así. Tu actitud es más propia de un joven imprudente.
- Iré por pociones. - sentencié, sentandome de nuevo. La medica me habia dicho que no bebiese asi que me abstuve y....controlé un nuevo acceso de tos, aunque al final tuve que volver a cubrirme. Aun me quedaba una dosis de nahlrout.
-Mas? -cuestioné a Newton, mirándolo desde mi asiento. Qué mas quería saber?
- Bien....en principio acudí a Roma por un asunto con los Soul Reaper, relacionado con su nigromante y la Torre de la Alta Hechiceria. Resulta que se han trasladado a Roma al igual que la Brigada, y han tenido encontronazos con la dictadura de ese mago alli. Decidí unirme a ellos para descubrir sobre el paradero de Giordano y recuperarlo. Contacté con Catherine que también habia ido alli expresamente en busca de nuestro compañero. Colaboramos con los Soul y la Brigada....liberamos a unos prisioneros del Coliseo... Wthyr Pendragón estuvo de por medio en todo esto, como acompañante de Catherine. Finalmente, conseguimos colarnos en le Vaticano para sacar de alli a Da Vinci. Empleaban mucha tecnomagia y control mental, como te he dicho.
Hice una pausa, había hablado demasiado y...el aire. Maldito aire. Respiré hondo, todo lo que mis pulmones me dejaron.
- ¿Y en manos de quien lo dejo, Jack? Vas a ir tú? Ya has tenido hace poco tu buena experiencia con magia de sangre....Déjame lidiar con esto. Puedo de sobra. Llámalo imprudencia....yo lo llamo no dejar que los Pendragón suplanten a un dictador para imponerse ellos en Roma. La ciudad está en un muy buen estado. Ha evolucionado.
-Mas? -cuestioné a Newton, mirándolo desde mi asiento. Qué mas quería saber?
- Bien....en principio acudí a Roma por un asunto con los Soul Reaper, relacionado con su nigromante y la Torre de la Alta Hechiceria. Resulta que se han trasladado a Roma al igual que la Brigada, y han tenido encontronazos con la dictadura de ese mago alli. Decidí unirme a ellos para descubrir sobre el paradero de Giordano y recuperarlo. Contacté con Catherine que también habia ido alli expresamente en busca de nuestro compañero. Colaboramos con los Soul y la Brigada....liberamos a unos prisioneros del Coliseo... Wthyr Pendragón estuvo de por medio en todo esto, como acompañante de Catherine. Finalmente, conseguimos colarnos en le Vaticano para sacar de alli a Da Vinci. Empleaban mucha tecnomagia y control mental, como te he dicho.
Hice una pausa, había hablado demasiado y...el aire. Maldito aire. Respiré hondo, todo lo que mis pulmones me dejaron.
- ¿Y en manos de quien lo dejo, Jack? Vas a ir tú? Ya has tenido hace poco tu buena experiencia con magia de sangre....Déjame lidiar con esto. Puedo de sobra. Llámalo imprudencia....yo lo llamo no dejar que los Pendragón suplanten a un dictador para imponerse ellos en Roma. La ciudad está en un muy buen estado. Ha evolucionado.
Di unas palmaditas en la espalda de Matvey cuando volvió a toser como si estuviese podrido por dentro, pensando que al final él parecía mucho más viejo que yo. Todo por el asunto ese del Papa corruptor. Suspiré lamentando su situación, pasándome después una mano por la barba mientras me contaba todo lo que requería saber. Más enredado de lo que esperaba, cada vez me gustaba menos aquello. - Muchos implicados, por lo que veo. ¿Y entre tantos no habéis conseguido echar abajo a esa persona? porque en ese caso tú solo no vas a poder. Harán falta ejércitos muy completos. - anoté mentalmente lo de tecnomagia, eso me parecía bastante interesante porque era distinto al perfil de los Blood Keepers tradicionales. Lo miré alzando mis pobladas cejas blancas cuando me lanzó aquella pregunta sobre quién iría.
- Tal vez, con un plan. Y con la guardia. Si tienen vuestra sangre estáis en peligro de muerte. El Consejo debe velar por los suyos. Tú pareces demasiado obsesionado con los Pendragon. Me mencionas antes eso de que temes que suplanten al dictador...¿Por qué van a intentar hacerse con un sitio tan complicado cuando todavía tienen decenas de lugares mucho más sencillos de los que apropiarse? No nos incumbe a nosotros quién se quede con esa ciudad, si es lo que estás diciendo. Tengo entendido que los Soul tienen implicaciones históricas con ese sitio, tal vez les corresponda a ellos reclamar el territorio. Informaré a la guardia con los datos que me has dado, movilizaré al resto. Espera aquí a Tepes. - apoyé una mano en su hombro, marchándome de la casa para poner en marcha todo lo anteriormente dicho. Total, el plan de manipular vasallos no estaba avanzando como esperaba.
- Tal vez, con un plan. Y con la guardia. Si tienen vuestra sangre estáis en peligro de muerte. El Consejo debe velar por los suyos. Tú pareces demasiado obsesionado con los Pendragon. Me mencionas antes eso de que temes que suplanten al dictador...¿Por qué van a intentar hacerse con un sitio tan complicado cuando todavía tienen decenas de lugares mucho más sencillos de los que apropiarse? No nos incumbe a nosotros quién se quede con esa ciudad, si es lo que estás diciendo. Tengo entendido que los Soul tienen implicaciones históricas con ese sitio, tal vez les corresponda a ellos reclamar el territorio. Informaré a la guardia con los datos que me has dado, movilizaré al resto. Espera aquí a Tepes. - apoyé una mano en su hombro, marchándome de la casa para poner en marcha todo lo anteriormente dicho. Total, el plan de manipular vasallos no estaba avanzando como esperaba.
Khan Tepes
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Khan abandonó su morada junto a Lemóni para ir a la del descendiente de Rasputín, dejando atrás a Justin y a su colega. No le gustaba eso de dejarle plantado, pero esperaba que entendiese que las nuevas obligaciones como Descendiente exigían ese tipo de cosas. La aparición frente a la puerta de Matvey fue un poco...desastrosa. Hacía poco que había aprendido a aparecerse y todavía no le salían limpiamente. Se tambaleó un poco al perder el equilibrio en un suelo que le pareció inestable, empujando sin querer a la chica contra la puerta. Estuvo a punto de caer encima de ella, pero logró apoyarse a tiempo con la mano en el marco. Qué vergüenza...
Sacudió la cabeza levemente confundido, percibiendo un sutil aroma a limón antes de alejarse de Lemóni. - ¡Lo siento! Normalmente no me pasa...- mintió descaradamente, no quería que supiese que era un novato. Apenas hacía un par de meses que había empezado a practicar la desaparición. Al menos ahora ya no se escindía y se hacía heridas de lo más tontas al intentar desaparecer. Carraspeó bastante cortado, apartando la mirada de ella antes de tocar a la puerta un par de veces.
- ¿Matvey? Soy Khan...Tepes. Me han dicho que necesitabas mi ayuda. - dijo en voz alta, mirando después de reojo a Lemóni con cara de que tocaba esperar. - Creo que te he visto con Rasputín alguna vez...¿eres una de sus aprendices?
Sacudió la cabeza levemente confundido, percibiendo un sutil aroma a limón antes de alejarse de Lemóni. - ¡Lo siento! Normalmente no me pasa...- mintió descaradamente, no quería que supiese que era un novato. Apenas hacía un par de meses que había empezado a practicar la desaparición. Al menos ahora ya no se escindía y se hacía heridas de lo más tontas al intentar desaparecer. Carraspeó bastante cortado, apartando la mirada de ella antes de tocar a la puerta un par de veces.
- ¿Matvey? Soy Khan...Tepes. Me han dicho que necesitabas mi ayuda. - dijo en voz alta, mirando después de reojo a Lemóni con cara de que tocaba esperar. - Creo que te he visto con Rasputín alguna vez...¿eres una de sus aprendices?
Lemóni Cefiadis
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Tras otra recapitulación... Bueno, simplemente se sonrrojaba más cuando Nichollas se reía, no podía evitar sentir que estaba quedando humillada pero de cualquier forma seguro iría a bailar con él cuando todo esto termine y también escuchó son interés lo que dijo sobre la luz y el calor, sonaba como algo muy bonito.
Luego, ella observó como Nichollas tomaba la iniciativa de hablar con el descendiente y bueno ella se limitaba a asentir, y a susurrar timidamente qué no sabía porque no le habló personalmente, su maestro a veces era un hombre misterioso, y ella no lo acababa de comprender la verdad...
Pero en todo caso, al final quedó todo dicho, así que ella se dejó tomar del hombro y procedió a caminar al lado del descendiente y luego de eso a desaparecer, cosa que ella pudo hacer de forma impecable, incluso mejor que el mago promedio, es disciplinada incluso en la magia más básica...
Pero lo siguiente no lo esperó, el descendiente la empujó contra la puerta, y terminó casi sobre ella antes de que ella pudiera decir o hacer cualquier cosa, en una posición qué era muy fácil de malinterpretar y que por el rubor qué le subía por el rostro era obvio que ella malinterpretaba.
A-Ah...
No sabía como se suponía que debía reaccionar, pero por suerte el momento se acabó tan rápido como comenzó y Lemóni pudo evitar desmayarse de vergüenza, luego de eso trató de regular su respiración y decir.
E-Está bien... N-No hay cuidado.
De hecho no estaba molesta, solo algo avergonzada, pero parece que vive en un estado de constante vergüenza, no puede estar dos minutos seguidos sin qué algo la haga sonrojar, es parte de se personalidad, pero al menos con el descendiente llamando a la puerta y la pregunta pudo calmarse un poco.
Ohhhh... Sí, yo lo soy, mi nombre es Lemóni Herpeton, y el maestro Rasputín ha tenido la amabilidad de instruirme.
Y ella simple estaría agradecida por ello, jamás podría tener una oportunidad mejor de instruir se en la magia negra que por naturaleza puebla su cuerpo.
Luego, ella observó como Nichollas tomaba la iniciativa de hablar con el descendiente y bueno ella se limitaba a asentir, y a susurrar timidamente qué no sabía porque no le habló personalmente, su maestro a veces era un hombre misterioso, y ella no lo acababa de comprender la verdad...
Pero en todo caso, al final quedó todo dicho, así que ella se dejó tomar del hombro y procedió a caminar al lado del descendiente y luego de eso a desaparecer, cosa que ella pudo hacer de forma impecable, incluso mejor que el mago promedio, es disciplinada incluso en la magia más básica...
Pero lo siguiente no lo esperó, el descendiente la empujó contra la puerta, y terminó casi sobre ella antes de que ella pudiera decir o hacer cualquier cosa, en una posición qué era muy fácil de malinterpretar y que por el rubor qué le subía por el rostro era obvio que ella malinterpretaba.
A-Ah...
No sabía como se suponía que debía reaccionar, pero por suerte el momento se acabó tan rápido como comenzó y Lemóni pudo evitar desmayarse de vergüenza, luego de eso trató de regular su respiración y decir.
E-Está bien... N-No hay cuidado.
De hecho no estaba molesta, solo algo avergonzada, pero parece que vive en un estado de constante vergüenza, no puede estar dos minutos seguidos sin qué algo la haga sonrojar, es parte de se personalidad, pero al menos con el descendiente llamando a la puerta y la pregunta pudo calmarse un poco.
Ohhhh... Sí, yo lo soy, mi nombre es Lemóni Herpeton, y el maestro Rasputín ha tenido la amabilidad de instruirme.
Y ella simple estaría agradecida por ello, jamás podría tener una oportunidad mejor de instruir se en la magia negra que por naturaleza puebla su cuerpo.
- no, no se mostró ante nosotros en ningún momento... Tiene muchos soldados. Algunos leales, otros forzosos. Catherine me lo contó y he podido comprobarlo por mi mismo.
Me sorprendió su diligencia para tomar cartas en el asunto pero también lo agradecí, mascullando algo cuando dijo que estaba muy obsesionado con el tema de los Pendragon. Era eso? Me estaba obsesionando de modo enfermizo? Cerré los dedos en un puño, con debilidad.... Volvía a costarme pensar claramente a causa del dolor y el agotamiento.
- le he sugerido a Lyosha Svensson que valoren la posibilidad de tomar ellos el control de la ciudad, están muy arraigados a su historia. Son unos valiosos aliados. - le comenté con un gesto neutro, manteniendo la compostura pese a todo.
Asentí cuando se decidió a movilizar al resto
- aquí os espero.
Jack se marchó y no pude evitar quedarme pensativo por el giro de los acontecimientos. Ahora sí podríamos hacer algo en condiciones como un frente único.
Por un momento, creí que podría descansar hasta que oi la puerta. Ah, Tepes, por fin. Con un gesto de mi mano, las puertas que daban acceso a las escaleras descendentes al sotano se abrieron para que pudieran acceder a la sala principal.
- adelante, khan, Lemoni. - seguí sentado,a la mesa. Mi respiración era cada vez más pesada, pero contra todo pronóstico, aguantaba.
En cuanto llegaran a la sala donde estaba yo, les informaría.
- seré directo, Khan... Me estoy muriendo por culpa de una corrupción de sangre. - le dije al joven. Por mi aspecto se podía intuir que no exageraba. - un mago de sangre está en control de una muestra extensa de la mía y además de felonia.... Es capaz de esto. -otra pausa, mirando a mi aprendiz para evaluar su gesto. Y tomar aire. - puedes ralentizarlo?
Me sorprendió su diligencia para tomar cartas en el asunto pero también lo agradecí, mascullando algo cuando dijo que estaba muy obsesionado con el tema de los Pendragon. Era eso? Me estaba obsesionando de modo enfermizo? Cerré los dedos en un puño, con debilidad.... Volvía a costarme pensar claramente a causa del dolor y el agotamiento.
- le he sugerido a Lyosha Svensson que valoren la posibilidad de tomar ellos el control de la ciudad, están muy arraigados a su historia. Son unos valiosos aliados. - le comenté con un gesto neutro, manteniendo la compostura pese a todo.
Asentí cuando se decidió a movilizar al resto
- aquí os espero.
Jack se marchó y no pude evitar quedarme pensativo por el giro de los acontecimientos. Ahora sí podríamos hacer algo en condiciones como un frente único.
Por un momento, creí que podría descansar hasta que oi la puerta. Ah, Tepes, por fin. Con un gesto de mi mano, las puertas que daban acceso a las escaleras descendentes al sotano se abrieron para que pudieran acceder a la sala principal.
- adelante, khan, Lemoni. - seguí sentado,a la mesa. Mi respiración era cada vez más pesada, pero contra todo pronóstico, aguantaba.
En cuanto llegaran a la sala donde estaba yo, les informaría.
- seré directo, Khan... Me estoy muriendo por culpa de una corrupción de sangre. - le dije al joven. Por mi aspecto se podía intuir que no exageraba. - un mago de sangre está en control de una muestra extensa de la mía y además de felonia.... Es capaz de esto. -otra pausa, mirando a mi aprendiz para evaluar su gesto. Y tomar aire. - puedes ralentizarlo?
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