Urgencias

- ¡Oblígame! - grité cuando me dijo que le insultara en su idioma, cosa que no me daba la menor gana. Se me va poniendo cara de indignación extrema por momentos, abriendo mucho la boca y gesticulando ofendido por todas y cada una de las palabras de Thalos. Decir que yo sólo sabía asaltar almacenes de vodka era denigrante, el tipo no tenía ni idea de lo importante que llegué a ser en mi país, aunque todo se fuese a la mierda después y tuviese que salir por patas. - ¡Mi hermano es muy listo, tú lo has dicho, pero también lleva demasiado tiempo aquí! ¡su amistad con vosottros le ha cegado, no ve los errores! - yo no estaba tan involucrado, y podía ver con más claridad que había muchas cosas que podían hacerse mejor. Dejé de gritar a Thalos por un momento, lo justo para girarme hacia Sayid con cara de no entender una mierda de lo que decía.

- ¿Sobrrio y sumiso? ese no parrezco yo. - entorné los ojos, recordando que al entrar vi uno como yo. Pensaba que era la borrachera, pero ahora tenía mis dudas. - ¡¿Más clones!? - empecé a ponerme paranoico, dejando por ahora de intentar pegar a Thalos, atendiendo levemente a los regaños de Sayid. Al menos hasta que el imbécil de Thalos se puso a hacerme su llave asesina, de la que no pude deshacerme y me hizo retorcerme para que no me partiera el dedo. - ¡Serrás desgrraciado! - esta vez sí lo insulté en su idioma, acabando por ceder para no partirme un hueso al hacer fuerza. El tío parecía entrenado por la KGB. - ¡Pues comparrte la información ahorra o te estampo cachimba en carreto! - me zafé de él, alejándome con un bufido indignado. Dí a entender que aceptaba lo de Sayid, pero salí de la zona en primer lugar, alzando la cabeza muy digno y sin esperar para ver que los dos saldrían después.

Llegué a la zona de atención primaria con mi compañera Sophia, con Adramelech como paciente y Rosse como acompañante. La amplia sala con camillas a los lados estaba bastante despejada en este momento, así que encontré un sitio con facilidad. Indiqué al paciente que se tumbase en la camilla, haciendo después un gesto a Sophia para que se acercase. Estaba un tanto nervioso porque quería decirle una cosa cuanto antes, pero pensé que era mejor introducirlo poco a poco. - Y...¿qué tal has estado todo este tiempo? ya sabes...antes de lo de la pérdida de magia y tal. ¿Has estado trabajando con otra gente? - pude sonar profesionalmente celoso, pero quería saber si había conocido a alguien. Tal vez así sería más fácil. Estaba en mis horas de trabajo y me parecía normal hablar de cosas cotidianas con mi compañera, a pesar de estar atendiendo a alguien. Después comenté algo de índole puramente profesional.

- Debemos determinar si es infección y cuál es el origen, así que podrías empezar por sacarle sangre. Dos tubos, para analizar diversos parámetros para pruebas de infección con diversas bacterias y si es enfermedad común o de índole mágica. Los laboratorios lo hacen rápido por lo general. Trae también un termómetro para conocer la temperatura exacta. - después le hice un gesto a Rosse para que se acercase. No quería estar de malas con ella, entendí que había dicho aquello porque estaba preocupada por saber si atendería a su compañero.

- Tal vez sea una intoxicación, si tu no comiste nada anoche y él sí. En ese caso debería expulsar todo lo que haya comido. - le hice un gesto para que me ayudase a quitarle la parte de arriba de la ropa al joven, para así proceder a examinarle. Cuando quedó con el torso al aire comencé a palpar la zona que había dicho que le dolía, deteniéndome en algunas zonas para apretar más o menos, hasta que llegué a la parte del costado, apretando con fuerza y soltando después para ver cómo se comportaba. El Soul soltó un quejido de dolor cuando lo hice, poniendo cara de querer matarme allí mismo. Si hubiese sido un médico malvado habría disfrutado con eso de hacerle la puñeta, pero en el fondo era buena gente y hasta acabé diciendo un 'lo siento'.

Acompañé a Lucio y a las otras dos personas, paciente y acompañante hasta la zona de atención primaria. Lucio acostó en una camilla a Adramelech y me acerqué hasta Lucio cuando me hizo un gesto.
- No gran cosa Lucio, recuerda que soy de los Renegados y estoy aquí de invitada para al menos atender en el hospital un poco a raíz de que ya no hay otro hospital y aquí les soy un poco más útil, además la gente no es que se me de muy bien. Ah sí, vi a mi hermano, me sorprendió verlo fuera de Italia, aquí en la ciudad, quizás podríamos invitarle a subir, es un ingeniero y quizás podría ayudarnos con el torneo si hay que reparar cualquier cosa, desde prótesis hasta armas y cualquier cosa técnica.

Fui a buscar lo que me había pedido Lucio mientras le quitaban la parte de arriba al paciente, me acerqué un momento a Rosse y le susurre al lado.
- Yo que tu no lo dejaba escapar, es guapo y no está nada mal, no seas una tonta como yo. - le sonreí y fui a por los útiles. Cuando regresé vi como estaba tratando al paciente y por lo que habían dicho ambos pensé en un primer momento que podría ser del hígado, ya que coincidia próximo a la zona del costado, pero su piel no tenía ningún tipo de tintura extraña, debe ser algo más intestinal.

- Lucio, estoy pensando en dos posibilidades, no sé cual es tu opinión, en un principio he pensado en el hígado pero no veo que su piel tenga una tintura anormal, o sino también que quizás sea algo más del intestino, ¿apendicitis quizás?

Tomé suavemente la mano de Adramelech y la cerré como un puño mientras desinfectaba un poco su brazo con alcohol y le ponía la goma para que se marcara la vena. Respiré profundamente varias veces y retiré los dos tubos que me había pedido Lucio y les puse las etiquetas para poder marcarlos, luego retire la goma y la aguja y le puse una gasa con povidona yodada apretando la zona de la punción para que no se le haga un hematoma.

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Post 2 de 7

-No juzgue su vida fuera de aquí, me importa como si en su vida privada le gusta follarse a una cabra en la sala de quirógrafo, lo que digo es que mucho o poco todos nos conocemos. Pero valore bien las urgencias, porque una torcedura de tobillo es mucho más leve a alguien que está debilitado, con fiebre y vómitos. - Seguí hablándole con seriedad, tratando de contener mis ganas de darle una cachetada con mi mano metálica.

Camine al paso del soul ayudándolo a caminar cuando al fin los médicos decidieron atenderlo primero. Mi vista pasaba del suelo por donde caminábamos a Adra, mirándolo con preocupación. Ayude al moreno a subir a la camilla cuando llegamos a la zona de atención primaria, para pasar mi mano por su cabello. Me molestaba no poder ayudarlo, pero sabía que estaba en buenas manos, aunque no me alejaría de él. Al estar hablando los médicos de cosas personales no preste atención.

-Dudo que pueda expulsar algo más. Ya vomito varias veces, y te aseguro que vomito lo que comió todo el mes.- Le hable a Lucio esta vez de forma calmada. Asentí ante su pedido de ayuda, y le quitamos entre ambos la sudadera a Adra para que pudieran revisarlo mejor. Me posicione a los pies de la camilla para no molestarle el paso a Lucio y a Sophia.

No pude evitar que una pequeña sonrisa se escapara de mis labios ante las palabras de la chica. - Hago lo mejor que puedo, pero no lo retendré si él no quiere quedarse a mi lado… Si él me elige, entonces si, me gane la lotería con semejante monumento.- Le hable a Sophia en voz baja riendo un poco al decir aquello último.

Mis ojos siguieron cada movimiento que hacían ambos profesionales, no por desconfiar, aunque nunca confíe del todo en nadie, sino que por curiosidad a lo que hacían.

Realmente me interesaba saber qué había estado haciendo Sophia todo este tiempo, así que la escuché atentamente mientras me ponía al día, sonriendo amablemente.  - Puedes formar parte permanente de la plantilla de este hospital. Tenemos más renegados colaborando. Y sí, sería estupendo que viniese tu hermano a colaborar con el sector de tecnomagia, traélo un día. - no me comentó nada de haber conocido a nadie, así que supuse que no tenía pareja. O simplemente no tenía confianza para contarme nada. - Sí, eso es otra cosa que quería comentarte, lo del torneo. Habrá que doblar turnos y estar preparados por si hay emergencias que atender. ¿Cuento contigo? - puse una mano en su brazo para darle sensación de cercanía, mirándola por encima de mis gafas. Seguramente se había fijado ya en lo de mi ojo con la cicatriz aquella, era otra cosa que debía contarle.

Esperé que a la acompañante no le molestase que hablase con mi compañera, aunque me lo esperaba después de lo que me había soltado cuando veníamos de camino. Era un tanto ruda para mi gusto, aunque entendía su interés porque atendiese al enfermo. Atendí a los datos que me dio sobre él, como que probablemente ya había terminado de expulsar todo lo que tuviese.   - De acuerdo. Era por saber si nos vendrían más intoxicados al hospital, pero parece que no es por eso. Tal vez usted debería quedarse en observación, por si fuese contagioso. ¿Han tenido contacto cercano estos últimos días?  - pregunté para tener más datos sobre el asunto, volviendo a mirar al paciente mientras Sofía me daba su valoración. Asentí porque el cuadro de síntomas cuadraba con una posible apendicitis.  - En ese caso no deberíamos tardar en pasarlo al quirófano, por si ha habido perforación. - observé satisfecho lo bien que Sophia hacia la extracción de sangre, pensando que la quería en mi equipo sí o sí. Le dimos los tubos de sangre a un compañero para que los llevase al laboratorio, a la espera de resultados en unos cuantos minutos. Mientras tanto me aparté un poco de los jóvenes, dándoles espacio mientras yo me separaba con Sophia a un par de metros.

- Me gusta eso de volver a trabajar contigo. No sé por qué empezamos a perder el contacto. - comenté sin pensar en que eso podía sonar en un sentido que no iba. Seguí comentando algunas cosas del trabajo, hasta que me trajeron los informes del análisis. - Los niveles para infección son muy elevados, y hay otros parámetros alterados. Nos lo vamos a llevar. - informé a Rosse mientras cogía la camilla de Adramelech, pasando los papeles a Sophia por si quería mirar. - Puedes esperar aquí si quieres. -le dije a la acompañante para hacerla saber que la cosa iba para un rato.

Estaba totalmente agotado, la tensión que había acumulado en el cuerpo después de encontrarme con Matvey y Bellatrix me había pasado factura, el sentirme tan desprotegido y expuesto, caer tan fácilmente en la hipnosis del nigromante y sentirme como un crío que no sabe nada a su lado, la impotencia... Y las revelaciones sobre Zaphira, era demasiada carga mental para mi y necesitaba darme un respiro, necesitaba que alguien me dijera que todo iba a estar bien, un abrazo... Necesitaba a Lucio.

Me sentí reacio a visitar al médico pues seguramente estaría ocupado y no me gustaba molestarlo, suficiente con el incidente de la ministra y todo lo de los pendragon, pero era algo que me superaba y quería un empujón para poder seguir adelante. Llegué al hospital con una aparición y pregunté en la recepción por el descendiente de Galeno, al parecer estaba en la sala de cuidados primarios con un paciente, el joven Soul que había venido de visita el día anterior.

Sin pensarlo demasiado entré a la sala, no sin antes agradecer a la mujer de la recepción y una vez dentro dejé que las voces me guiarán además de las auras de las personas que se encontraban dentro, las cuales podía ver gracias a mi conexión con Rubi. -Siento mucho interrumpir, venía buscando a Lucio pero me han dicho fuera que Adramelech ha ingresado- me acerqué a la cama del joven Soul por un lado de su cama, estaba bastante nervioso y dolorido así que puse mi mano en su frente para calmarlo con ayuda de mi magia blanca - tranquilo, estás en buenas manos, Lucio es el mejor médico qué conozco, estarás mejor antes de que te des cuenta... ¿Quieres que avise a tu abuelo? - el moreno se negó rotundamente a eso y no pude más que sonreír entendiendo que no era lo que quería.

Las enfermeras pasaron para preparar a Adramelech para el quirofano por lo que intuí que era algo serio y no podía quitarle mucho tiempo a Lucio -Siento haber interrumpido, solo tomaré a Lucio unos segundos- dije a las otras dos personas en la sala, una podía intuir que era la chica del comedor que llegó con el Soul, a la otra no la conocía pero probablemente fuera del hospital. Tomé la mano de Lucio para alejarnos un poco - echa la cortina un segundo- le pedí al médico y cuando lo hizo simplemente me lancé a por él abrazandolo con fuerza mientras ocultaba mi rostro en su pecho - he ido a hablar con Matvey... Estaba con Bellatrix... -

Avisé al personal para que fuesen preparando lo necesario, como las pociones anestesiantes, los utensilios y demás, dejando algo de margen de tiempo por si la acompañante quería decirle algo al que íbamos a operar. También dejé un momento para que Sophia echase un ojo a las analíticas. Fue en ese breve lapso de tiempo en el que vi llegar a Sean, acompañado de su inseparable fénix. La visita era bastante oportuna para lo que quería contarle a Sophia, y además me hizo ilusión eso de que viniera a verme al trabajo. O eso creía, esperaba que no viniese porque se encontrase mal. - ¿Todo bien, Sean? - pregunté antes de que se acercase a Adramelech para calmarlo un poco, haciendo que me pusiese orgulloso al escuchar que me consideraba tan buen médico. No iba a desmentir eso delante de alguien que estaba a punto de ser operado por mí, pero discrepaba un poco. Si de verdad fuese así habría sido capaz de solucionar hasta los casos más complicados, cosa que por el momento no era así.

Entendí que Sean estaba bien pero que necesitaba hablar conmigo, así que accedí rápidamente. Conocía ese gesto de estar aguantando como si todo estuviese bien. - Claro, será un momento. Sophia, ve pasando a quirófano con Adramelech, poniéndole la poción anestésica para dormirlo y demás. - a él ya se lo estaban llevando, así que sólo quedaba que Sophia fuese para allá. Me quedé al otro lado de la cortina con Sean, tras habernos apartado un poco. No tardó ni un segundo en lanzarse hacia mí, haciendo que el fénix volase por encima de la arbolada hasta posarse en uno de las barandas de las camas. Lo abracé preocupado, pasando una mano por su cabeza mientras intentaba que alzase la cara para verle mejor.

- Ay...ya sabía yo que venías con cara de que ha pasado algo. ¿Matvey y Bella? te dije que era mejor no hablar con Bellatrix, al menos no todavía. - suspiré disgustado, ya no tenía remedio. - ¿Qué ha pasado? ¿te...te han amenazado? - de Matvey no lo creía, no me parecía ese tipo de persona. Y Bella...no sabía qué decir, desde la fiesta no me fiaba mucho de ella. - ¿Has descubierto algo nuevo?

Cuando entré en aquella sala me sentí un poco intruso y además me sentí culpable de apartar a Lucio de su paciente que encima era un buen amigo o así lo consideraba yo, pero me prometí no tardar mucho y esperaba que mi magia lo ayudara un poco -Todo bien, no tardaré mucho- dije al medimago para que no se preocupara pero seguramente ya intuía que no era así. Accedió a concederme unos minutos dando las órdenes pertinentes para la intervención de Adramelech y dejando a cargo a la persona que no identificaba pues nunca la había "visto" por el hospital.

El abrazo seguramente tomaría a Lucio por sorpresa pero sentía que iba a explotar, siempre con tantas cosas en la cabeza que eran culpa mía por cargarme con tantas responsabilidades pero al estar con él sentía un poco de paz. Me aferré a él sintiendo como me iba calmando con aquel abrazo y sus caricias, levantando el rostro hacia él cuando me lo pidió con aquel gesto de su mano, mi cara ya no era la de "no pasa nada" más bien era una que pedía atención y cuidados que solo el mayor podía darme -Lo siento... he interrumpido tu trabajo pero necesitaba un abrazo- cerré los ojos y llevé la mano de Lucio con las mías a mi mejilla, sintiendo su calor a la vez que suspiraba un poco más tranquilo -No me han amenazado pero... Matvey ya sabía algo, creo que Bellatrix nos escuchó el día del baño y fue a advertirle... me ha hipnotizado para que le dijera la verdad, que estaba buscando el pensadero para el asunto de los pendragon- de nuevo abrí mis ojos con esa sensación incómoda al recordarlo -Me... me he sentido un poco mal y agobiado, Bellatrix también estaba allí aunque parecía ser la misma de siempre... tal vez si que estaba poseida el día de la fiesta pero sigue siendo peligroso! y si no controla a ese espíritu? y si usa la información que tenemos en nuestra contra?- apreté los labios y bajé la mirada soltando la mano de lucio para poner mi cabeza nuevamente en su pecho -y Matvey encima me ha regañado por no decirle claramente lo que iba a buscar- me quedé un momento pensando, y si al igual que yo había desconfiado de Bellatrix ellos habían desconfiado de mi? aunque yo no iba lanzando amenazas, pero podía ser, eso me hacía dudar de mi mismo -¿Estamos haciendo lo correcto, Lucio? ¿Soy una mala persona por no decirles la verdad?... no quiero herir a nadie, solo quiero evitar que esa profecía se cumpla-

Me quedé un momento más así, separándome de él para volver a tomar el báculo que había dejado a un lado cuando lo abracé -Bellatrix ha contactado con algún espíritu, parece que la clave de todo esto es Zaphira y que ella sabe algo del pensadero como sospechamos, pero tenemos que ir con cuidado... si no me lo quiso decir de primeras tiene que haber algo más en todo esto- ya me sentía un poco mejor, era algo que pocas personas podían hacer, un tipo de magia que no se aprendía en los libros, alcé la mirada para sonreír a Lucio y dejarlo libre de nuevo -Siento haber entrado así... pero te pasa por mimarme tanto- dije a modo de broma y es que empezaba a depender demasiado del médico, incluyéndolo en mis planes y llevándolo por el mal camino -Cuida bien de Adramelech, es un buen amigo, sé que hizo cosas malas pero tiene buen corazón ¿sabes que me ofreció curarme con una de sus calaveras? me sorprendí mucho pero eso demuestra que los Soul y los magos podemos ser amigos- me froté los ojos para después bostezar -debo irme a descansar un rato, tengo que participar en la primera prueba del torneo, vendré a ayudarte cuando acabe- me acerqué y le di un pequeño beso en la mejilla esperando su respuesta para después partir -Gracias por estar siempre conmigo- fueron las últimas palabras que dije antes de desaparecerme de nuevo del hospital con mi fénix.

Me reí con el comentario que me hizo la joven mientras iba a por todo el instrumental para los análisis.
- Recuerda que los monumentos son patrimonio de la humanidad - le respondí riendo - y por ello también necesitan un cuidado especial.

Después de extraer la sangre para la analítica, Lucio tomó los dos frasquitos y se los dió a un compañero del laboratorio para que los analizase inmediatamente.
- Sí, estaría bien, siempre que a ellos no les moleste el que me quede por aquí, el equipo es excelentemente completo y moderno y Michel Angelo seguro que estará contento, cuando hay que trastear con aparatos es el hombre más feliz de la tierra, como un niño con zapatos nuevos.

Las enfermeras empezaron a pasar a Adramelech para quirofano ya que había que operar de urgencia además de que sus analiticas no mostraban unos buenos resultados como dijo Lucio y después pude observar en los informes.
- Supongo que hubo muchas cosas de por medio Lucio - dije contestando a su pregunta sobre lo de perder contacto - ha sido un tiempo muy movido y además con nuestros asuntos personales hemos estado muy ocupados, aun así creo recordar que me debías una taza de té que estaré encantada de compartir cuando acabe el torneo y no estemos tan liados, lo que me recuerda que sí, solo dime donde necesitas que esté y yo ayudaré con lo del torneo.

Al poco llegó un joven que se llevó a Lucio un momento, me quedé un momento boquiabierta de lo surrealista que era esa escena en el momento de urgencia que teniamos.
- Lucio, no tardes mucho que no podemos posponer la operación mucho tiempo - cuando se fue suspiré y miré a Rosse - Por este tipo de cosas creo que me llevo mejor con las máquinas, en fin esperemos que no tarde mucho, yo iré a ponerle calmante y anestesia a tu amigo y cuando acabe la operación, mientras no es visitable te puedo traer un café o una infusión.

Dicho eso entré en el quirofano que nos tenían preparado y fui a buscar las pociones para calmar el dolor y anestesiarlo.

Había que reconocer que todo este tiempo fue un caos para todo el mundo, momento que aproveché para entrar en la torre Kakumei e investigar. Cuando la magia desapareció debido al satélite de la Alianza, la torre fue un lugar seguro durante un tiempo, debido a todas las barreras y protecciones mágicas que tenía encima, pero aun así poco a poco fueron cayendo hasta que quedó completamente a la vista y yo sin poderes.

No era tan malo, no tenía tantas comodidades pero no tenía a Diablo dándome constantes dolores de cabeza escuchando su interminable voz dentro de mi cabeza ni tampoco tenía la constante sensación de cansancio debido a la necesidad energética provocada por mis poderes y que constantemente debía estar recogiendo energía negativa en el aire y purificándola para obtner la energía que necesitaba para no sentirme cansado, no es fácil ser un Emperador Sucubo bueno, sería más sencillo hacer como mis colegas e ir a cazar, meh, simpletones.

Mientras estaba enfrascado en mis cosas, Diablo me dijo que tuvo una visión de Adramelech enfermo y convaleciente, así que decidí ir a verle, quizás era un buen momento para ponernos en paz. Como no me hacía ni puñetera gracia poner toooooooooodos los encantamientos que antes tenía la torre, porque ni de coña sería capaz ni de poner la mitad puse una barrera encantada con mi presencia, todo aquel que intentara entrar donde estaba la barrera perdería el interes por ella y se marcharían.

Utilizando el poder de Diablo abrí un portal besando el índice de mi mano derecha y dibujando un círculo en el aire delante mio haciendo que varios pétalos de rosa blanca girasen alrededor del círculo imaginario abriendo un portal, apareciendo el otro extremo en la zona de atención primaria al lado de Rosse, que bonito, una vez que por fin Diablo acierta a la primera.

- ¡Rosse, encanto! ¡Tan guapa y encantadora como de costumbre! ¿Como estás? - dije subiendo un poco las manos a mis hombros y juntando los pulgares e índices de mis manos haciendo sendos círculos con ellos de la manera más chic que sabía - Un pajarito me dijo que Adra estaba enfermo y... uuuuuh siento algo, ¡cuenta, cuenta! aquí alguien ha hecho cosas que un cura no contaría en su homilía. - dije riendo y sonriendo pícaramente.

- Yo te lo puedo decir rápida y fácilmente - dijo Diablo en alto para los dos desde su escondite astral.

- ¡NO! ¡Es un cotilleo! ¡CO-TI-LLE-O! ¡No me sirve que me lo digas tú!

- Pffff, no entiendo a las mujeres, muy bien, que os divirtáis, yo no soporto este lugar tan puritano, voy a vomitar.

No pude evitar reír ante aquellas palabras de Sophia, en verdad aquellas palabras y risas lograron que me relajara un poco. Al rato llegó el ciego del comedor, en verdad no preste atención a lo que dijo ni a qué vino a hacer, lo que se es que se llevó a Lucio unos momentos. Distrayéndose tan fácil podía cuestionar su actitud en el ámbito laboral.

Al ponerse a hablar los médicos entre ellos le acerque a un lado de Adra para darle un suave beso en la frente, dedicándole una pequeña sonrisa de que todo estaría bien.

-Te repondrás rápido, y podremos volver a terminar las noches como tu lo deseas.- Hable en un susurro diciendo aquello último en parte en tono de broma, volví a darle un beso, esta vez en la comisura de sus labios. Retome mi posición a los pies de la camilla cuando vinieron a preparar al Soul para llevarlo a quirófano, volviendo mi vista a la chica cuando volvió a hablarme, asentí un poco comprendiendo sus palabras.

-En verdad, muchas gracias.-Le dije con suavidad para dedicarle una pequeña sonrisa llena de gratitud.

Se habían llevado a Adra, ya había pasado un rato por lo que significaba que ya estaba sola. Con mi cabeza baja, mi frente apoyada en mi mano metálica, mientras que mi otra mano jugaba un cigarrillo aun sin encender.

Estaba totalmente ida en mis pensamientos cuando un portal se abrió en la habitación, sobresaltandome un poco al escuchar aquella voz tan conocida. Levante mi vista hacia el pelirrojo.

-Podría decir lo mismo de ti, pero estás más radiante que la última vez que te vi. Estoy… Como se puede estar, no me quejo. -Dije tranquilamente para suspirar, asentí ante sus palabras de que Adra estaba mal, aunque sonrojandome por sus palabras finales.

-Contigo no hay secreto que se pueda guardar. Vamos, Diablo, no te enojes, tan frío pero te noté preocupado cuando casi muero en la torre.- Dije sonriendo, recordando la última vez que nos vimos, antes de que casi muriera y despertara en la sala de un hospital.- Bueno… Por donde empiezo… Adra y yo, bueno...Nosotros…- No sabia como explicarlo, y mi nerviosismo tampoco ayudaba.- Tuvimos una noche romántica… Fue tan tierno. Se preocupó porque yo me sintiera bien… Que no me sintiera como en el burdel. -Le conté, aunque con mis últimas palabras agache la cabeza, al confesarle que había vuelto a vender mi cuerpo en aquel lugar, luego de tantos años.- Él dejó de lado su seriedad, dejando que viera lo tierno que puede ser, y lo salvaje… -Dije volviendo a mirarlo, esperando que me entendiera, suspire y volví a agachar la cabeza, sintiendo que el calor de mi rostro se intensificaba y expandía hasta mis orejas.- Debes pensar que soy una tonta por sentirme así… Pero en verdad… Fue como si fuera la primera vez, la primera vez que me gusto, que quise recordarlo todo, que lo sentí tan… Ah…-Las palabras no me salían al intentar explicar todo.

-Pero ahora Adra está ahí adentro. Sufrió de pesadillas y luego…-Mi vista se clavó en la puerta por donde lo habían sacado hace un rato.- Tal vez fue una mala idea volver… Si yo no hubiera estado, tal vez ahora estaría bien… Me siento el emisario de la desgracia… -Susurre aquello último sintiendo un gran nudo en mi garganta.

Me quedó pendiente decirle a Sophia que aceptaba lo de la taza de té, aunque no sabía si querría después de la conversación que íbamos a tener. También me dio la impresión de que no le gustó mucho que me apartase para hablar con el recién llegado, aunque no lo demostró demasiado y se marchó con el paciente al quirófano. Aproveché el momento de privacidad para calmar a Sean, acariciando un poco su mejilla. - No pasa nada, no te preocupes por la interrupción, Sophia puede empezar con los preparativos. - lo que venía a contarme era inquietante para nuestros planes, aunque ya sabía que Bella nos escuchó en los baños. Era de esperar que fuese a hablar con Matvey, después de todo eran buenos amigos por lo que compartían. Ahora ellos también sabían que andábamos en busca de algo de información, un pensadero, más concretamente. Me preocupaba eso de que Bella pudiese usar la información en contra, así que no pude mentir a Sean en eso.

- No lo sé, pero creo que Matvey no va tan desencaminado. Tal vez pudimos haber confiado en él antes. Puede que los secretos entre nosotros no sean buena idea... - y ya teníamos un par, el plan de búsqueda de memorias perdidas con Gio, y lo de que se nos había escapado la ministra O'Connell. Si se enteraban no les iba a gustar. Estábamos en un lío. Lo rodeé con ambos brazos mientras siguió apoyado en mí, haciendo un sonido de incredulidad cuando dijo si era mala persona. - En absoluto. No has hecho daño a nadie. Sólo has actuado como mejor creías, por miedo . Podemos intentar confiar en más compañeros, creo...- le sugerí ese cambio de plan porque en el fondo yo también prefería creer en la bondad de las personas, en que no tuviesen dobles intereses. Puede que Bellatrix también se hubiese sentido mal con tanta sospecha, así que hasta pensé en ir luego a hablar con ella para disculparme si la había tratado de manera fría.

- Zaphira...está claro que debe saber algo. El espíritu con el que habló Bella debía tener información. Deberías buscar el modo de sacarle la verdad, nadie la conoce mejor que tú. Me temo que sepa lo que sepa no se lo dirá a nadie más. - me iba a costar centrar la cabeza en la operación con tanta información que había dado Sean, que hizo alusión al Soul cuando no separamos. - ¿te ofreció eso? yo...sigo trabajando en algo para sanar tus ojos. Lo encontraremos, y seguiremos experimentando, te lo asegura tu médico personal. - le iba a guiñar un ojo, aunque enseguida me acordé de que no me veía. Me despedí de él con otro beso en la mejilla antes de que se desapareciese, suspirando antes de irme por fin al quirófano junto a Sophia.



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post clase de Sophia 3 de 7

Me pegué a ella cuando empezó a contarme lo que había pasado entre ella y Adra con cara de "a nene gutta", echándo alguna risilla de vieja chismosa de vez en cuando.

- ¡Uhhhhh! Alguien ha estado trayendo niños de París - dije riendo.

- En realidad vienen del útero de una mujer - resoplé y giré los ojos ante la contestación de Diablo.

- Es muy normal sentirse tonta y nerviosa la primera vez que te hacen algo así, yo tuve un novio que era un asesino, pelo castaño siempre en punta, ojos azules, buen cuerpo con alguna que otra cicatriz pero eran muy sexis, serio y frío cual cardo, después de todo una persona así no puede tener ningún tipo de sentimientos o sino entorpecerían su trabajo. Puedes pensar que era un capricho, y lo era, el llevarse a alguien así a la cama, a todo un hombre. Cuando estuve en la cama con él me esperaba algo totalmente distinto, un hombre que me iba a usar, que iba a bajarse el calentón conmigo, realmente ya no me importaba que fuera un bruto que tenia a su presa en donde quiere y poder decir que tuve un hombre como él en la cama... pero no fue así, más o menos fue algo como tu describiste... fue magia, como si tu música favorita sonara de fondo mientras el tiempo se detuviera y nada más importase, deseando que nunca se acabara el tiempo de estar juntos. - crucé mis piernas y sonreí riendo un poco - Ahora la pregunta más importante de todas, ¿qué tal de cuerpo y herramienta? - junté las manos dando una suave palmada - ¡Quiero todo lujo de detalles!

Por lo que me contó ella, probablemente estuvieran aquí cuando pasó todo, también era mala pata y poco afortunado que justo en su momento de intimidad le vinieran pesadillas, probablemente causadas por los dolores y los síntomas de lo que le afectaban.

- Cuidado señores, la hacedora de viudas, la femme fatale, la que iba de la mano del emperador egipcio cuando Moises lanzó las plagas de Egipto ha llegado a las puertas de sus casas - dijo Diablo sarcásticamente en coña.

- Ush Diablo no ayudas a nada, lo que quiere decir es que ha sido una fatal coincidencia mujer, no es que las desgracias vayan detrás de tu sombra, míralo de esta manera, de no estar contigo, nadie le hubiera podido ayudar a venir al hospital para que lo revisen y le sanen.

-Oh no no no, todo menos eso. Los condones ayudan en todo siempre. -Dije riendo para sacar la lengua por las palabras de Diablo.

Mire a Alpha atentamente escuchando su historia y sonriendo, sin siquiera pensarlo. Imaginando su felicidad al estar con aquel hombre, algo que me hizo suspirar deseando lo mismo. -¿Y que paso? ¿Ustedes siguieron juntos? ¿Lo detuvieron por criminal o algo así? -Pregunte curiosa queriendo saber más sobre ellos dos, el porque no estaba él ahí.

El fuego en mi rostro no tardó en llegar, mirándolo sorprendida con los ojos bien abiertos.-Bueno… Esta bien tallado, tiene muy buen cuerpo, algunas cicatrices… Y… Bueno… Tiene un buen tamaño…-Susurre esto último algo sonrojada, y desviando un poco la mirada.

Bufe al escuchar a Diablo, girando mis ojos. -Nunca lo entenderias… Nisiquiera tienes cuerpo como entender nada… Es que tu no entiendes Alpha, toda mi vida fue una serie de catastróficas desdichas.- Le explique esta vez al pelirrojo levantando mi brazo metálico, arqueando una ceja, para luego levantar la amplia camiseta del soul que ahora estaba en quirófano, la cual le había robado por los apuros. Dejando que se vieran las heridas, ahora curadas, pero que se notaban que habían sido profundos cortes, sumados a las que fueron las cicatrices que me habían dejado los ataques de Zayra, la madre de Adra.

-Puede que haya sido una suerte que estuviera ahí, como puede que malos pensamientos por estar yo ahí le haya pasado factura, tu sabes que si no estas bien animicamente también afecta a la salud.- Suspire bajando la cabeza, escondiendo mi rostro entre mis manos.

Salí de quirófano un par de horas después junto a Sophia y empujando la camilla de Adramelech, que todavía seguía dormido por la anestesia. Al final habíamos conseguido sacarlo adelante, después de un susto en el que nos dimos cuenta de que debíamos darnos prisa si queríamos solucionar aquello. Además, trabajar con Sophia me había servido para quitarme cierto peso de encima al confensarle mi situación actual. No sabría decir si ahora le caía mal por ello o no. Sus palabras habían sido para darme la enhorabuena, pero tampoco sabría decir si era realmente lo que pensaba o lo dijo porque se supone que era lo que había que decir. - Gracias por la colaboración y por tu comprensión. Nos vemos más tarde. Tómate dos días libres por las molestias de meterte en algo tan complejo. - me despedí de ella sonriendo amablemente, llegando después a la zona en la que habíamos dejado a la chica que le acompañaba. Ahora estaba hablando con un pelirrojo, así que supuse que la espera se le habría hecho menos larga.

- La operación ha ido bien, aunque más complicada de lo que pensaba en un principio. Hemos extirpado el apéndice y ahora le hemos puesto antibióticos para que terminen de curar la infección, así que durante las próximas horas le irá bajando la fiebre. No tardará mucho en despertar. - los enfermeros trasladaron a Adramelech de la camilla en la que iba a una cama, dejándolo ahí con el gotero puesto. - Si todo va bien podréis iros próximamente. Puede que incluso lleguéis a tiempo al torneo que tendrá lugar de aquí a unos 5 días, más o menos. Comenzará con un baile y al día siguiente se inaugurará el torneo. No os lo perdáis, aunque sea como espectadores. - les conté con bastante entusiasmo, pensando en que preferirían estar como observadores a participar. - Bueno, tengo que marcharme. Cualquier cosa podéis avisar a los que están de guardia. - me despedí de ellos porque acababa mi turno, ya pasaría en su momento a dar el alta.

En medio de la charla con Alpha me llego una carta como invitación al torneo que se haría, estaba algo extrañada de ello ya que habíamos llevado ayer y al menos yo no conocía a nadie en la isla. Sin querer me corte con uno de los bordes del papel habiendo que una pequeña gota de ésta cayera sobre la parte final de la carta, en la cual se agregaron algunas palabras mas luego que aquella gota carmín fuera absorbida por el pergamino… ‘’Felicidades, su participación al torneo ha sido comprobada. La esperamos… Lleve todo su arsenal, y que comience el nuevo torneo’’

‘’Creo que la cagué… ¿y ahora como me doy de baja a este servicio? Adra no estará muy feliz de esto… al menos tal vez se ria de la forma en la que termine involucrada en esto’’

Suspire, pasaron algunas horas para que Lucio volviera con la camilla y el soul aun dormido. Pase el dorso de mi mano suavemente por la mejilla del moreno suspirando, sabiendo que ahora estaba bien.

Me quede el tiempo que fue necesario.. O al menos el que pude antes de que me vinieran a buscar para obligarme a entrar al laberinto. Había dormido en una silla de hospital, estaba cansada, preocupada, malhumorada, y todo lo malo que terminara con ada… Menos embarazada, claro está.

Pude conseguir algo de armamento, me enteré que algunos participantes pasaron directamente a la ronda final, malditos suertudos hijos de p… En verdad no entendía mucho, pero donde había pelea sabía que me sacaría toda la tensión de estos días.

Desperté en la zona de recuperación unas horas después de haber salido del quirófano, sin recordar demasiado de lo que había ocurrido desde que llegué al hospital. Al final habían decidido atenderme, y gracias a eso seguía vivo. Agradecí a Rosse que se hubiese quedado allí para cuando saliese, y los 3 o 4 días siguientes hasta que me recuperé un poco. También tuve la oportunidad de ver brevemente a Alpha, aunque no pudimos hablar mucho porque yo necesitaba descansar. Rosse tuvo que marcharse porque se había inscrito a un torneo que se iba a celebrar en Ouroboros, algo a lo que yo también decidí apuntarme porque no quería dejar pasar la oportunidad. Mi hermano ya había participado en uno, y decidí participar tanto por ese motivo personal como para demostrar que los Soul éramos capaces de competir y colaborar con otras razas.

Abandoné el hospital después de que Rosse se fuese, dedicándome a hacer aquello que tenía pendiente del paquete de Zaphira para Khaled, por lo que tuve que pedir que alguien me llevase hasta la torre. Al regresar se supone que había un baile de inauguración, pero no había demasiadas ganas de ir y lo dejé pasar para recuperar fuerzas hasta el torneo.

Anteia al recordar a Lucio sabía que tenía que continuar. No dio explicaciones a Adam sino que informó que Lucio no estaba en condiciones. Así que en seguida los llevaron dentro pero le prohibieron entrar, eso... Le dolió. Era su ahijada... Eran sus hijos. De una u otra manera.

Adam y Anteia no necesitaban camillas así que estaban sentados el uno al lado del otro. La rubia, con el pelo más blanco que nunca, lloraba en silencio mientras se miraba las manos con nerviosismo. -Lo siento...- Murmuró en un hilillo de voz -Lo que me hicieron... Vino... Y... - Sorbió los mocos mientras temblaba brevemente al recordar que en aquel infierno también habían revivido aquellos recuerdos -A los sanadores... Les hacen... Les abren heridas y los hacen sanarse para estudiar la.magia de sanación... Yo... Es que...- Levantó la mirada con los ojos rojos y negó con la cabeza - soy debil... Lamento...siento no tener el temple de Victoria- se llevó la mano a la boca para tapar el sollozo.

Se incorporó mirándolo con genuina preocupación y ansiedad para luego echar a correr dentro, huyendo de él. Buscaría alguna opción revitalizante y se aseguraría de que Ian y Chloe estuvieran bien. Tenía que hacerlo por todo lo que no había hecho en la ciudadela.

En cuanto recibió el mensaje del colibrí, Catherine sintió muchas cosas. Alegría por recibir noticias, tristeza porque sabía que algo no iba bien. Sobretodo cuando Lyran pidió a Matvey específicamente. Mandó un mensaje telepático al nigromante explicandole la situación. Ella no sería de nada de ayuda ahí abajo si se trataba de cosas nigromanticas. Y por el tema de heridos, Jo ya se estaba encargando de ese detalle. Entonces  intentó contactar con Ian...Pero no había nada. Catherine parpadeó, sintiendo que sus ojos se humedecían mientras se llevaban a los niños pensando en todos los malos escenarios posible. Pensó... Pensó....y pensó mientras  apretaba su anillo moviendo los dedos nerviosamente. Entonces recordó otra cosa. Su suegro. Contactó con Adam. Si alguien sabía dónde estaba Ian, ese era su padre.

No obstante, la respuesta había sido satisfactoria. Estaba vivo, en el hospital. Malherido, pero vivo. La Descendiente no dudó mucho en aparecerse por las puertas de la zona de atención primaria ignorando los gritos de algunas enfermeras. Cuando observó a Adam caminó rápido hacia él para luego correr -¿Están bien?- Preguntó en plural porque se refería -Ian y tú...¿Qué...dónde está?- Inquirió mirándolo con intensidad antes de que una de las enfermeras le alcanzara y la cogiera del brazo -Srta. Le Fay- La morena apartó el brazo con un movimiento bastante brusco -Sra. Hacksaw. ¿Dónde está mi esposo? ¿DÓNDE ESTÁ IAN?- Preguntó gritando más alto de lo que debería y volvió la vista hacia Adam. Su suegro no había visto el desbarajuste mental que había tenido la morena cuando lo creyó muerto y en ese momento ni siquiera Ian y ella tenían una relación real, es más, estaban molestos el uno con el otro. Ahora todo era distinto.

Al salir por aquellas puertas encontré de frente a Catherine increpando a una de las trabajadoras. Con gesto serio me aproximé indicando a la pobre muchacha que entrase dentro.
-Yo me ocupo...
Asentí sonriendo a la muchacha que con cierta duda cruzó las puertas de vuelta. Dejé de sonreir mirando a la morena y tras buscar las palabras correctas solamente suspiré.
-¿Has avisado a Matvey?¿Se llamaba así verdad?
Desvié la vista a Anteia y a Adam que estaban también en el lugar. Aunque la rubia...muy rubia por cierto se fue corriendo para adentro.
-Chloe está fuera de peligro... sus células responden bien.
Informé volviendo a mirar a Catherine. Pensé seriamente en no decirle nada. Tal vez informar de cualquier cosa supondría un ataque de histeria o similar. Pero suspiré.
-Está inconsciente. Ian.
Aclaré mirando de nuevo a Adam por un segundo para posar la vista en Cat de nuevo con rapidez.
-Necesita a Matvey.
Antes de que hiciese nada  puse ambas manos entre nosotras indicándole que por favor no tratase entrar, también rogándolo con mi mirada.
-Vamos a necesitar todo el espacio posible para hacer bien nuestro trabajo, Cath- Creo que nunca la había llamado así hasta ahora-Yo me ocupo, ¿Vale? Saldré a informarte.