Sala de Urgencias

A pesar de la sugerencia del Ministro, Javert no movió ni un músculo, no era tan viejo como para no poder permanecer de pie ni tampoco tan joven como para tomarse tales confianzas. Aunque en ningún momento Andreas Wilhem cuestionó aquello, hacer lo mandado hubiera supuesto para Javert encontrarse en un lugar que no comprendía como suyo, suponía situarse al mismo nivel del gobierno y este, para bien o para mal, estaba por encima del ejercito.
- Sino le importa me gustaría permanecer de pie, me encuentro mejor -le daba lo mismo que le tratase de "usted" o de "tu" pero sentarse le haría sentirse una carga- por lo que respecta a esos dispositivos se hablará tras la elección del nuevo capitán, esperamos que para entonces esté listos o a punto para su uso.
Ya debería haberse extendido la noticia de la elección de capitán por la mayor parte de la ciudad "Eso pasa por organizarlo todo en una libreta y olvidarla en la Sala de estrategias; ahora que lo acuerdo, debería preparar un discurso".
- Le felicito por la idea de los periódicos...yo también había preparado algo similar -murmuró sin saber si debía mencionar aquello- ¿conoce al Capitán América? Fue cómic elaborado durante los cuarenta, en la Segunda Guerra Mundial, no sólo era una historieta para distraer a los niños sino que también elevaba el ánimo de los futuros soldados ¿por qué no hacer algo parecido? Un personaje que luchara contra las fuerzas mágicas y que pueda levantar el nivel patriótico de las personas hay se podría incluir lo que usted menciona sobre la integración de los magos.
No había hablado de aquello con nadie, llevaba algunos días pensándolo pero oírlo en voz alta le hacía vislumbrar dos caminos: el del éxito o el de la estupidez.
- No se preocupe, correrá de mi parte

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Post de la entrada al hospital: 5 de octubre
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Asiento, él prefiere quedar en pie, y a mi me es indiferente. Meto las manos a los bolsillos de mis pantalones de traje de raya diplomatica, mirandolo cuando me habla de comics
-Claro que conozco tal suceso, me parece un hecho entrañable.

"GUAU, tenemos al capitán del ejercito queriendo sacar comics?"

-Entonces si he entendido bien, usted quiere diseñar una linea por el estilo y editar unos comics? Bueno, yo no lo veo mal, todo el control propagandístico para la sociedad puede ir bien. Estaré de acuerdo con tales empresas, siempre y cuando no distraigan y roben tiempo de lo principal.

"no hay que olvidarse de que la sociedad necesita placebos y cosas de esas"

En ese momento me entra un mensaje, que ya habian trasladado al prisionero a los campos de concentracion -Qué rapidos, ya tenemos al preso alli. Creo que partiré en breves, quiero verlo en persona y autorizar ciertos experimentos en él. El chip, ya sabes. Me voy a trasladar hacia alla. Me pregunto si deseas acompañarme, será un viaje breve en mi coche.

- En ese caso, le acompaño. -dijo antes de que cualquier médico pudiera interrumpirle, se encontraba en perfectas condiciones así que no tenía por qué perder más tiempo allí parado- hace tiempo que tenía intención de visitar los campos y no encontraré otro momento para hacerlo
Antes de salir del hospital, mandó a un soldado que llevara a Silenciadora a su despacho para que no le ocurriera nada al fusil "Será la luz al final del túnel, la liberadora de injusticias, el desenlace de esas aberraciones...te doy mi palabra, Silent".
Javert apuntó el nombre de aquel soldado en su memoria, al igual que otros muchos, ya fuesen amigos o todo lo contrario los mantenía vivos en su conciencia para sustentar la llama de su lucha, su último sustento de fuerzas, su vitalidad por la que se levantaba cada mañana con la intención de destruir aquella desigualdad entre humanos y criaturas que ni siquiera eran de este mundo.
Se sentó en el coche del ministro, tomando entre sus manos un periódico en el que se relataba lo mencionado por Andreas " Una reintegración de los magos en la sociedad es posible. Nosotros creemos en ellos."
La idea de que esos seres eran personas como el ministro, como sus compañeros...como él, la aborrecía pero sí era cierto que ante esa interminable guerra la reintegración era un medida entre muchas.
Aquel artículo podría suponer para los humanos una muestra de esperanza no llevada a cabo por los malvados magos que intentaban continuar con la sangría, aunque si se analizaba con detenimiento se percibía a la perfección como en esa noticia rebosaba la idea del hombre como única y suprema especie a la que debería reducirse todas las demás cosas del universo.
Javert no levantaba la vista del periódico, no por interés sino por no conocer el camino hacia los Campos lo cual en caso de que lo capturasen no podría ser revelado, simple cautela.
Repentinamente el coche paro y sin elevar la vista el capitán supo que habían llegado.

Ps recuperados

Una vez entrado al sanatorio, dejó a Morgana en una de las camillas, se sentó cerca de esta con las manos juntas en torno a los labios, pensativo, más parecía una piedra que un humano.
“Al menos..."
Cogió el comunidor, tratando de contactar con Ailanthus:
- La Base no ha sufrido ningún ataque grave, algunas imperfecciones que se corregirán en poco tiempo pero lo más importante se conserva ¿y en campos? ¿Cuántos prisioneros han escapado? Disculpa
Uno de los soldados le interrumpió para comunicarle que se había formado una sala preparada para los periodistas, si es que deseaba intervenir.
- Los buitres quieren carroña que morder , supongo que los periodistas, también le han acosado a ustes, si es el caso de las respuestas más concisas (sin muchos detalles) hasta que nos aclaremos nosotros mismos
Tras esto colgó y salió de a habituación para reunirse con aquellos a los que él denominaba "buitres".
No le dejaron ni sentarse para lanzar la variedad de preguntas.
-¿Cómo se encuentra, capitán?
- Físicamente bien, toda batalla implica riesgos pero no he sufrido herida de la que preocuparme...lo único que lamento es que nuestros valerosos y leales soldados no hayan podido disfrutar del inicio de estas fiestas con sus familiares, gracias a ellos todos estamos aquí, ellos son los verdaderos héroes hoy .
-¿En qué estado ha quedado la Base Militar? -preguntó otro al fondo.
Nunca le agrado esa atención y menos la cantidad de cámaras apuntándole, sentía que cada uno de sus movimientos eran estudiados por lo tanto se limitaba a guardar las formas.
- La base no ha sufrido ningún daño -se limitó a decir.
-¿Conoce la identidad de los atacantes?
“¿Cómo si te lo fuera a decir"
- Los atacantes en base eran magos, ninguna criatura entre ellos, se está trabajando en su identificación
- ¿Cuales han sido las perdidas?
¿Se sabe la motivación de los atacantes?"
- En Base ninguna y en palacio me consta que el número ha sido muy reducido -se incorporó algo en el asiento, apoyando el codo en brazo de la silla y señalando al muchacho que le había hecho la pregunta- Escuché, se ha tratado de una acción desesperada, poco trabajada si me permite decir, el mayor ataque se ha llevado a los campos mientras que el resto se intentaba una mera distracción con la que además minar las esperanzas y las fuerzas de los nuestros pero le puedo asegurar que no lo han conseguido, la humanidad siempre luchará por la libertad y la igualdad entre razas sin magia de por medio .
- ¿Que piensa usted hacer para proteger al pueblo de Londres? ¿Que medidas va a tomar para con esos terroristas? ¿El Ejército está haciendo lo suficiente?
Sonrió ligeramente, volviéndose a apoyar en el respaldo del asiento.
- Cada uno de los que hemos luchado contra ellos, cada uno de los que nos denominamos "soldado", entregamos nuestra vida por la defensa de Londres en el mismísimo segundo en que recibimos el sobrenombre de " recluta", yo doy mi vida por cada piedra, por cada civil que forma la ciudad pero ¿y usted? Es el momento de permanecer unidos contra todos aquellos que intentan hacer caer a la humanidad, nuestra raza, es el momento de demostrar fortaleza, valentía y lealtad, no sólo yo sino todos - la pequeño sonrisa se nublo por tal desconsideración- Me pregunta si el ejército está haciendo lo suficiente, el 31 de diciembre usted podrá estar con los suyos, tomando las uvas y festejando el nuevo año, esos soldados lo pasarán en las calles o en la base luchando porque eso siga así. Me pregunta usted si hacemos lo posible, le respondo yo que damos el doble de lo que nos piden ¿por qué? Por deber, por la patria, uno no lucha por ella porque sea bonita o grande sino porque es suya y ha sido la matrona que nos concedió la vida.
Los periodistas permanecieron en silencio ¿sus palabras les habían caladado? No lo sabía pero lo había formulado con la suficiente sinceridad y gravedad en su voz para crear un silencio absoluto.
-Tiene algo que decirles a los atacantes? -rompió el silencio uno joven del fondo a lo que Javert decidió mirar directamente a la cámara como si en verdad estuviera mirando a todos los que se había enfrentado hacia horas, como si estuviera mirando a los dos muchachos, al de la moto y al que le sonaba.
- Podéis pensar que habeis ganado, podéis estar regocijándoos en vuestras bases, pero no es cierto -sonreía porque sabía que era cierto y sus ojos brillaban por ello- No os acostumbreis a una realidad que no es cierta, pronto el sol que anheláis se nublará ¿es una amenaza? Sí, una amenaza para todos aquellos que hicieron llorar a una madre hoy, que impedisteis que un soldado regresara a casa en nochebuena y me da lo mismo que sólo sea un soldado, un simple peón en esta guerra, ese peón me ha permitido a mí y a todo Londres seguir en pie...por ellos, por todo ese mar de lágrimas, recordaréis el día en que salisteis del infierno y maldeceréis no haber permanecido allí. Gracias y buenas tardes.
Dicho esto se levantó y volvió junto a la cabo para ir recuperándose.

Formo parte del grupo de médicos que atienden a los militares del palacio de Buckingham que hayan sufrido heridas, entre los que se encuentran Milton o Wilhem, entre otros miembros del ejército que acuden tras los ataques. Nos ocupamos de todos ellos después de que entren, sea cual sea su estado. Deberán quedarse aquí hasta que estén todos completamente recuperados, esas son las prescripciones médicas que se les hacen. Se les atiende de sus heridas, dejando que descansen después en camas separadas por cortinas. Cuando acabo de curarlos me acerco con otros médicos a cotillear lo que sucede con la rueda de prensa del capitán Javert, queriendo enterarme de lo que ha pasado con los ataques. Magos, según dice, y además en varios sitios. Un ataque terrorista hacia todos nosotros. Escucho atento toda la intervención, consiguiendo por fin algo más de información. Cuando termina estoy a punto de aplaudir, pero me contengo, volviendo a mi trabajo. Voy hacia donde está Javert con la soldado, pidiendo que se lleven a ésta última a cuidados intensivos por la gravedad de su estado. Después me dedico a atender las heridas del capitán, que no ha salido demasiado mal parado en esta ocasión. - Creo que tiene razón en todo lo que ha dicho. Esos monstruos...no nos dejan vivir tranquilos. He visto las atrocidades que pueden llegar a cometer con todos nosotros. ¡ Incluso quemaron su propio hospital! sí, sí...uno que tenían para magos. ¿No le parece una salvajada? - sé la historia a medias por cosas que he oído, pero reconozco lo que hay detrás de todo aquello. Cuando termino de atender sus heridas recojo mi material, dándole algún analgésico al capitán. - Descanse, no salga hasta estar recuperado del todo. Le mantendré informado del estado de los otros miembros del ejército. - dicho esto salgo de allí, yendo a revisar a todos los heridos que nos han traído.

Olvidé la mala hostia que tenían los médicos, y aquel con el que nos acabamos de cruzar no era una excepción. Tenía esa típica cara de querer que le clavasen agujas bajo las uñas. Dejé a Vanessa hablar, porque no es que se me notase tensión alguna, pero mi cara de pan enfurecido mezclado con mi rudeza no iba a ayudar mucho. Al carajo, no debía de ser la primera ni la última enfermera amargada del hospital. Asiento la cabeza con una mueca de sonrisa algo falsa y me dejo arrastrar por Vanessa.

Salimos de la planta de quirófanos, no rápido, lo suficiente para que el científico aguafiestas del carajo no nos siguiese, creo. De todas formas ya debía estar comprobando nuestros datos, se acabó el campar como con cabrillas montesas por allí, teníamos que salir cuanto antes.

En la sala de urgencias nos encontramos con más movimiento, sin delicadeza ninguna nos metemos en una pequeña enfermería. A simple vista sólo hay vendas, alcohol, esparadrapo, y medicinas basiquísimas como ibuprofenos o betadine. Trato de atrancar con uno de los sais la puerta.
- ¿Sabes que no vamos a poder llevar todo lo de la lista? - le digo entre la frustración y la mala hostia. Si teníamos cinco minutos, quizá aquella habitación fuese la última que pudiéramos desmantelar.

Trato de apartarme el pelo que se me ha salido de la coleta de la cara, a la vez que resoplo varios veces y saco la moneda comunicadora. ''Ptreparaos para slair pintando, itnertaremos salir sin ser vistas pero ya han estado a punto de pillarnos hostia puta ya.'', bah, era la primera vez usaba ese cacharro, mandé el mensaje sin comprobar siquiera que estaba escrito bien.

Y manos a la obra otra vez, con la bolsa colocada en el centro de la habitación comencé a echar todo cacharro pequeño que veía, betadine, vendas, vendas de yeso, alcohol, tijeras, hilo de sutura, incluso cosas que no estaban en la lista como gasas o jeringas, que le den a la lista.

Llegamos a la sala de Urgencias rápido, evitando mirar atrás por si el idiota de antes nos perseguía y tal, entrando en seguida en uno de los habitáculos que las enfermeras usan en los casos más inmediatos. "Espero que nadie se haya fijado en nosotras, suficientemente difícil va a ser salir de aquí".

-Pues cojamos lo que podamos, es mejor que no llevar nada.

Miro a Scar, que acaba de atrancar la puerta y mandar un mensaje a Johan, y las dos nos ponemos a echar cosas en la bolsa abierta sin buscar demasiado qué es y qué no es de la lista. Los nervios empiezan a notarse, pero nos esforzamos por estar serenas, un poco por mantener la imagen ante la otra y otro poco porque aún nos queda trabajo que hacer, si nosotras no podemos los demás difícilmente podrán dados los sistemas antimagos que tienen aquí.

-Tengo una idea.

Saco la ropa de nuevo de la bolsa y se la tiendo a Scar, instándola a cambiarse como yo, dejando el horrible uniforme por ahí tirado y recuperando mis vaqueros y chaqueta. Vuelvo a ponerme la venda y con una sonrisa cierro la bolsa cuando ya estamos listas, comprobando que estamos como al principio.

-Guarda la bolsa en tu cápsula, toca salir de aquí.

Habíamos entrado como enferma y acompañante, saldríamos como tales. El médico buscaría a dos enfermeras extrañas que probablemente se hubieran colado en el hospital a por un poco de morfina para colocarse o vete tú a saber, pero no a una enferma medio manca y su amiga que la acompaña.

La bolsa ya comienza a estar ya a la mitad de capacidad, he perdido la cuenta lo que hemos echado en ella, y aunque habíamos cumplido con al menos la mitad de la lista, los medicamentos tendrían que esperar.

Cuando Vanessa me dice que tiene una idea los ojos ya se me están haciendo chiribitas, la miro expectante como me tiende mi ropa, la de Thalos más bien, y cómo se vuelve a poner la venda. Tan ingenua yo, ¿cómo no se me había ocurrido? Teníamos que salir tal y como habíamos entrado. Vuelvo a sentirme segura al ponerme mi cazadora con mi bendito sai encima, y ahora tocaba recuperar el otro con el que había atrancado la puerta y volver a esconderlo bajo a chaqueta. Guardo la bolsa medio llena, algo disgustada en la cápsula y vuelvo a la puerta con las manos vacías sujetando el pomo con fuerza e indecisión antes de abrir:

- ¿Nos vamos? - no sabía si una parte cabezota de mi quería acabar la misión o salir por patas a emborracharse.

Bajo corriendo hasta la siguiente planta, la de urgencias. Al principio no las localizo, lo único que veo es un montón de gente en una sala de espera. Después voy mirando por las diferentes consultas, ocupadas por pacientes o vacías. Por fin consigo dar con ellas en una pequeña enfermería, aunque al principio me cuesta porque se han cambiado la ropa. Las caras no se me han olvidado, obviamente.

- ¡ESTÁN AQUÍ, LAS INTRUSAS QUE DIJE ANTES ESTÁN AQUÍ! - grito para que todos me escuchen al exterior, para que estén alerta y les sea muy difícil escapar. Después me dispongo yo mismo a retenerlas, hasta que lleguen los de seguridad, que están siendo algo lentos. En unos minutos lo van a tener jodido para huir. Me coloco en la puerta para que no puedan marcharse sin atacarme, mientras aprovecho para interrogarlas.

- ¿Quién os envía? ¿sois yonkis o qué? Más os vale tener una buena respuesta preparada para cuando lleguen los soldados...- meto mi mano al bolsillo con cuidado, buscando alguna cosa que pudiera serme útil si querían pasarse. Lo único que llevo son los restos de una anestesia que he usado antes y que no he tirado con las prisas, pero tal vez sea suficiente para frenar a una de ellas.

Asiento hacia Scar cuando me pregunta si nos marchamos, esperando a que desatranque la puerta para salir, preparándome para actuar como cuando entramos, intentando camuflarnos entre los enfermos que llamaban por atención médica. Pero entonces la puerta es abierta por el otro lado, dejándonos ver al tío pesado de antes, que se nos queda mirando. Al principio no nos reconoce, y aunque guardo un poco de esperanza de que se largue por donde ha venido creyendo equivocarse en seguida se fija más en nuestros rostros, gritando que nos había encontrado. "Vaya idiota".

Miro un momento a mi compañera, no es buena idea sacar las armas ahora, menos si está convencido de que somos unas yonkis que van por libre, quizá nos venga bien seguir así hasta que consigamos encontrarnos con Johan, claro que en ese momento él está encargándose de proclamar que la Resistencia ha estado implicada cuando genera una pequeña explosión en la puerta del hospital, pero desde aquí no se escucha el estruendo entre la gente gritando y las palpitaciones en mis oídos. Haciendo un gesto con la cabeza justo antes, las dos nos lanzamos hacia el médico a la vez, buscando apartarlo de la puerta lo justo y necesario para poder pasar.

No es que las dos seamos muy grandes ni con cuerpo, más bien delgaditas vaya, pero uniendo fuerzas y con un poco de impulso gracias al suelo echamos todo nuestro peso hacia el tío buscando tirarlo, o al menos cogerlo desprevenido y que se quite de en medio.

Todo está preparado para poder irnos cagando leches. Pero justo cuando ya tengo colocado dentro de mi chaqueta el sai que atrancaba la puerta la abre el capullo del médico de antes, y encima dando la voz de alarma. Mi cara, que ya estaba mosqueada de antes de por sí, se torna a una expresión de enfado que ni el mismísimo Hulk. Al menos el muy idiota cree que somos yonkis, y yo se lo termino de confirmar con voz de chunga.
- Vamos a ver... matasanos de los cojones... estas dos yonkis de aquí se van a largar tranquilamente si no quieres que te hagamos un tacto rectal a patadas ¿entendido? ¡Pues aparta! - sin dar tiempo a que conteste, sigo la señal de Vanessa y nos echamos encima de él. Al mismo tiempo escucho una explosión en la calle, más le valía a Johan ser él liándola.

En el forcejeo no hago más que murmurar como un loro sacando todo insulto posible : - Hijo de puta, tú a mi no me jodes la fiesta imbécil te voy a matar bocachancla de las narices...
- por si no quedaba constancia de mi naturaleza yonki.

Una de las yonkis se queda completamente callada, casi da miedo. Tiene que estar tramando algo, seguro. La otra se pone jodidamente agresiva, empezando a hablarme de malas formas. Enseguida se arrojan contra mí para tratar de empujarme, así que comenzamos a forcejear. Son dos contra uno, así que no tardo en clavarle a Scar la jeringuilla en el primer lugar que pillo, que es el cuello. Descargo todo el líquido de la jeringa dentro, aunque no vaya a hacerle efecto inmediato. Al menos frenará su huida. Al final consiguen tirarme al suelo entre las dos, haciendo que caiga fuera de la enfermería, al pasillo de la zona de urgencias. Parece que no es el único problema, en el exterior se escucha jaleo, disparos, explosiones. Dos yonkis son ahora el menos de nuestros problemas, que se encarguen los de seguridad. - Nos atacan...seguro que es la chusma mágica, siempre son ellos, siempre...- me levanto del suelo tras reptar hasta la pared más cercana, asustado, completamente acobardado. Echo a correr por el pasillo, tengo que poner a salvo a los pacientes. - ¡¡¡ACTIVAR PROTOCOLO DE SALVAMENTO!!! - chillo como un histérico a la carrera, largándome así de la zona de urgencias.

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Off: tirada éxito/fallo para ver si acierta la anestesia
segunda tirada para ver si Scar o Vanessa. Del 1 al 5 Scar, del 6 al 10 Vanessa

El miembro 'Científico Alianza Humana' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Probabilidad' :


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#2 'Dado opciones' : 3

Scar parece poco contenta, lo que comprendo totalmente, y se pone a insultar al médico. Si no estuvieramos en una situación así seguro que sonreiría, también yo me pongo arisca a veces cuando me fastidian los planes (véase aquella pelea en mitad de Londres contra la Alianza y sus malditos centinelas).
Nos tiramos ambas sobre el tío, y aunque conseguimos apartarlo él se resiste, consiguiendo clavar una jeringa en el cuello de mi compañera. "Por favor que no sea veneno ni nada..." Escuchamos entonces todo el ruido de fuera, la distracción ha llegado en el momento justo.

-¿Estás bien?

Miro a Scar preocupada, no nos conviene que se desmaye o algo ahora, ni en este lugar. La tomo por la muñeca y nos movemos entre la gente nerviosa y que grita, como el médico pidiendo el traslado de enfermos. Corremos hacia la salida y buscamos a Johan entre la nube de polvo que hay, bajo las débiles luces de la calle. Tal vez él pueda saber qué le ha metido el loco ese y sacárselo antes de que le pase cualquier cosa.