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Recuerdo del primer mensaje :
[TURÍN]
Otro de los sitios que equilibra Turín con energía positiva es la Iglesia de la Gran Madre di Dio. Se cree que las estatuas que están a la entrada de la iglesia esconden las pistas para encontrar el Santo Grial, oculto supuestamente también en algún lugar de Turín.- Puente Vittorio Emmanuele I, cruza el Po y da a la Iglesia:
- interior:
- estatua que se dice sostiene el grial:
- MAPA SITUACIÓN:
En determinado momento de la noche, recuperé la conciencia. Me quedé un rato contemplando lo que me rodeaba e intenté ponerme de pie cuando pensé que tendría las suficientes fuerzas pero me equivoqué y caí de rodillas. Decidí avanzar de todas formas a gatas, así comprobé que el barco había sido anclado a tierra, agarre el bolso con mis cosas, avisé que bajaría, comencé usando el ancla para bajar pero volví a caer y aterricé sobre mi culo. Seguía mareada por lo que me quedé acostada en el suelo otro rato, con el bolso a mi lado, moviendo mis brazos y mis piernas para hacer ángeles de tierra. Rasque la tierra para obtener montoncitos y restregármelos por la cara, total ¿qué importaba? estaba roñosa de todas formas, mi pelo estaba tan grasiento que podría haber hecho velas con lo que chorreaba al peinarme y apestaba como la mismísima mierda.
Con la cara embarrada probé volver a levantarme y lo logré, aunque algo tambaleante. Debía recuperar el equilibrio de mi cuerpo, así que caminé alrededor del barco dando un amplio rodeo a la zona en la que estaba el hijo de Imram, disfrutando del cielo estrellado, de la brisa que corría y protestando en gruñidos bajos por el dolor en mi trasero por el golpe de la caída al bajar. Luego de varias vueltas, el cielo se comenzó a iluminar con la llegada del amanecer y yo trotaba alrededor del barco siguiendo la misma ruta de antes. Quería probar mi resistencia, pero también se sintió muy bien volver a tener todo el espacio que yo quisiera para correr. Tenía puestos unos auriculares inalámbricos que reproducían la música que yo seleccionaba en mi celular, cada tanto miraba al que se había sentado en el borde del barco, no recordaba haberlo visto antes, pero yo seguía trotando y haciendo mímica de las letras de las canciones con la boca.
Don't you know I'm still standing better than I ever did
Looking like a true survivor, feeling like a little kid
Con la cara embarrada probé volver a levantarme y lo logré, aunque algo tambaleante. Debía recuperar el equilibrio de mi cuerpo, así que caminé alrededor del barco dando un amplio rodeo a la zona en la que estaba el hijo de Imram, disfrutando del cielo estrellado, de la brisa que corría y protestando en gruñidos bajos por el dolor en mi trasero por el golpe de la caída al bajar. Luego de varias vueltas, el cielo se comenzó a iluminar con la llegada del amanecer y yo trotaba alrededor del barco siguiendo la misma ruta de antes. Quería probar mi resistencia, pero también se sintió muy bien volver a tener todo el espacio que yo quisiera para correr. Tenía puestos unos auriculares inalámbricos que reproducían la música que yo seleccionaba en mi celular, cada tanto miraba al que se había sentado en el borde del barco, no recordaba haberlo visto antes, pero yo seguía trotando y haciendo mímica de las letras de las canciones con la boca.
Don't you know I'm still standing better than I ever did
Looking like a true survivor, feeling like a little kid
-oh vamos...-Solté quejándome porque me estaba echando toda la culpa a mí sobre la falta de sueño.-Me estoy portando bien...sabes que necesito practicar el control sobre mis feromonas.-Dije arrugando un poco mis labios y desviando la mirada. Si bien era cierto que no desprendía cantidades inhumanas con el simple hecho de estar tocando su piel, no era capaz de mantener el control mucho rato.
Tal vez no era buena idea pasar la noche en su camarote y debía regresar al mío. Su empujón me pilló desprevenida pensando en aquello así que pegué un respingo a la par que una expiración ahogada de escapa de mis labios. Mis dedos se habían ejercido presión sobre su carne y como si se tratase del polen de las flores, de mí se había desprendido una especie de polvo brillante morado.
Le miré respirando algo agitada de más para el pequeño gesto que había hecho. Mordí mi labio por un segundo antes de inclinarme sobre él.-Me parece que como no me apartes vamos a comprobar si DaVinci hizo un bien trabajo con los tabiques del barco.-Murmuré por lo bajo apartando su flequillo con mi mano.
El barco se balanceaba sutilmente, se podía llegar a notar por algunas cuerdas y objetos colgados del techo. Por la luz que entraba por la ventana ya había pasado buena parte de la mañana.
-Y supongo que siendo el General...tendrás otras tareas más importantes.- Terminé diciendo antes de tomar aire y volver a incorporarme quedando sentada de nuevo sonriendo en una mueca. Sí, estaba intentando portarme bien... A pesar de sentir un sofocante hormigueo por el que no podía evitar presionar más mi cadera contra él.
Tal vez no era buena idea pasar la noche en su camarote y debía regresar al mío. Su empujón me pilló desprevenida pensando en aquello así que pegué un respingo a la par que una expiración ahogada de escapa de mis labios. Mis dedos se habían ejercido presión sobre su carne y como si se tratase del polen de las flores, de mí se había desprendido una especie de polvo brillante morado.
Le miré respirando algo agitada de más para el pequeño gesto que había hecho. Mordí mi labio por un segundo antes de inclinarme sobre él.-Me parece que como no me apartes vamos a comprobar si DaVinci hizo un bien trabajo con los tabiques del barco.-Murmuré por lo bajo apartando su flequillo con mi mano.
El barco se balanceaba sutilmente, se podía llegar a notar por algunas cuerdas y objetos colgados del techo. Por la luz que entraba por la ventana ya había pasado buena parte de la mañana.
-Y supongo que siendo el General...tendrás otras tareas más importantes.- Terminé diciendo antes de tomar aire y volver a incorporarme quedando sentada de nuevo sonriendo en una mueca. Sí, estaba intentando portarme bien... A pesar de sentir un sofocante hormigueo por el que no podía evitar presionar más mi cadera contra él.
Gwen Pendragón
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Estimado Giordano:
Por más que me agrade su dibujo debo decir que es insultante.
En los libros de nuestra biblioteca siempre he disfrutado de las vistas de Turín, deberíais despejar vuestra cabeza de cualquier rostro común y disfrutar de las maravillas que tenéis delante.
Temo que vuestro ave fue atacada por nuestros dragones y temo también no poder compensároslo ya que dudo que volvamos a encontrarnos.
Extrañaré nuestras charlas que, aunque similares a una guerra, eran lo más agradable que encontré en Ouroboros.
En los libros de nuestra biblioteca siempre he disfrutado de las vistas de Turín, deberíais despejar vuestra cabeza de cualquier rostro común y disfrutar de las maravillas que tenéis delante.
Temo que vuestro ave fue atacada por nuestros dragones y temo también no poder compensároslo ya que dudo que volvamos a encontrarnos.
Extrañaré nuestras charlas que, aunque similares a una guerra, eran lo más agradable que encontré en Ouroboros.
Atra du evarínya ono varda, DaVinci-vodhr,
G.
G.
El tiempo pasó sin que me diera cuenta, como siempre, mientras trabajaba e las gafas. Me pareció que habían quedado perfectas cuando las terminé, aunque claro....me faltaba todavía vincularlas, y eso era lo mas importante, y hasta entonces tampoco sabría si funcionaban realmente o no. Las dejé en mi regazo y solté una pedorreta, dejando caer los hombros mientras miraba la ciudad.
Me las coloqué y las bajé, comenzando a analizarlas. Me vendrían bien para cuando usase las alas. Algo me distrajo, un movimiento abajo. Me incliné hacia delante viendo que se trataba de una mujer que había visto pocas veces, pero al menos al embarcar si.
- Que diablos hace? - pregunté para mi mismo al verla bailar y hacer como que cantaba. Me movi de mi sitio para empezar a recoger y guardar los cachivaches, cuando me llegó una carta por correspondencia lechucil. Si se trataba de eso, no sería del Consejo. Ellos usaban el...oh mierda, el brazalete. Llevaba dias sin consultarlo.
"seguro que tengo mas de 300 mensajes sin leer, y todos seran fotos de los guisos de Emerald"
Cogí primero la carta porque me llamaba mas la atención y empecé a leer, poniendo cara de indignacion y llevandome una mano al pecho cuando lei que mi dibujo le habia resultado insultante. Perdona? Me había quedado bien! Proporciones casi perfectas!!! O no me habia quedado bien? Llevaba tiempo sin verlo, a lo mejor si lo veia ahora ya no me gustaba... No, imposible. De ser asi no lo habria enviado. Además me habian roto el búho.
- Dudo que volvamos a encontrarnos? - lei en voz alta, y aunque terminó con una especie de "cumplido" y algo en dragón que no entendí, el mensaje me sonó a despedida. Se irian de Ouroboros para siempre o algo asi? Mas movidas vikingas? Esperaba que no. Me guardé la carta y terminé de recoger todo, dandole vueltas al asunto.
Me fui para dentro, hacia las cocinas, donde por cierto gracias a mi, nunca faltaba café, ni cafeteras. Y yo necesitaba uno bien largo. Decidí prepararlo yo y mientras se terminaba de filtrar, revisé el brazalete. Chasqueé la lengua por lo de Cath, dos veces? Tendría eso algo que ver con el extraño mensaje de Gwen?
- Qué-fuerte. - solté mientras le respondía a Cath, notando un algo extraño cuando leí el nombre de Sean, como una especie de añoranza lejana. Asi que si, la distancia ayudaba.
Seguí leyendo mensajes atrasados y comencé a entender cosas, pero entonces lo de Gwen me cuadraba mucho menos. Me llevé la mano a la frente al leer a Jack y todo, y volví a escribir, pero ahora en el general. Cuando terminé desconecté el brazalete y agarré la cafetera, llenandome la taza.
- Porca miseria....menudo lio. - empecé a beber mirando al infinito. Un imperio mágico? Sin duda habian quedado muchos territorios libres para que pudieran vivir fuera de Avalon, a salvo del arbol...incluso Ouroboros! Pero....imperio? Fruncí levemente mi ceño mientras continuaba bebiendo, pensativo.
Cuando pasó un rato largo, todo el cual estuve en la misma posición, me despegué de la cocina, salí corriendo a mi camarote donde guardaba mis cosas y volví al exterior. Salté por la borda desplegando las alas tecnmomágicas, alejándome del barco.
Me las coloqué y las bajé, comenzando a analizarlas. Me vendrían bien para cuando usase las alas. Algo me distrajo, un movimiento abajo. Me incliné hacia delante viendo que se trataba de una mujer que había visto pocas veces, pero al menos al embarcar si.
- Que diablos hace? - pregunté para mi mismo al verla bailar y hacer como que cantaba. Me movi de mi sitio para empezar a recoger y guardar los cachivaches, cuando me llegó una carta por correspondencia lechucil. Si se trataba de eso, no sería del Consejo. Ellos usaban el...oh mierda, el brazalete. Llevaba dias sin consultarlo.
"seguro que tengo mas de 300 mensajes sin leer, y todos seran fotos de los guisos de Emerald"
Cogí primero la carta porque me llamaba mas la atención y empecé a leer, poniendo cara de indignacion y llevandome una mano al pecho cuando lei que mi dibujo le habia resultado insultante. Perdona? Me había quedado bien! Proporciones casi perfectas!!! O no me habia quedado bien? Llevaba tiempo sin verlo, a lo mejor si lo veia ahora ya no me gustaba... No, imposible. De ser asi no lo habria enviado. Además me habian roto el búho.
- Dudo que volvamos a encontrarnos? - lei en voz alta, y aunque terminó con una especie de "cumplido" y algo en dragón que no entendí, el mensaje me sonó a despedida. Se irian de Ouroboros para siempre o algo asi? Mas movidas vikingas? Esperaba que no. Me guardé la carta y terminé de recoger todo, dandole vueltas al asunto.
Me fui para dentro, hacia las cocinas, donde por cierto gracias a mi, nunca faltaba café, ni cafeteras. Y yo necesitaba uno bien largo. Decidí prepararlo yo y mientras se terminaba de filtrar, revisé el brazalete. Chasqueé la lengua por lo de Cath, dos veces? Tendría eso algo que ver con el extraño mensaje de Gwen?
- Qué-fuerte. - solté mientras le respondía a Cath, notando un algo extraño cuando leí el nombre de Sean, como una especie de añoranza lejana. Asi que si, la distancia ayudaba.
Seguí leyendo mensajes atrasados y comencé a entender cosas, pero entonces lo de Gwen me cuadraba mucho menos. Me llevé la mano a la frente al leer a Jack y todo, y volví a escribir, pero ahora en el general. Cuando terminé desconecté el brazalete y agarré la cafetera, llenandome la taza.
- Porca miseria....menudo lio. - empecé a beber mirando al infinito. Un imperio mágico? Sin duda habian quedado muchos territorios libres para que pudieran vivir fuera de Avalon, a salvo del arbol...incluso Ouroboros! Pero....imperio? Fruncí levemente mi ceño mientras continuaba bebiendo, pensativo.
Cuando pasó un rato largo, todo el cual estuve en la misma posición, me despegué de la cocina, salí corriendo a mi camarote donde guardaba mis cosas y volví al exterior. Salté por la borda desplegando las alas tecnmomágicas, alejándome del barco.
Genievre Rousseau escribió:-oh vamos...-Solté quejándome porque me estaba echando toda la culpa a mí sobre la falta de sueño.-Me estoy portando bien...sabes que necesito practicar el control sobre mis feromonas.-Dije arrugando un poco mis labios y desviando la mirada. Si bien era cierto que no desprendía cantidades inhumanas con el simple hecho de estar tocando su piel, no era capaz de mantener el control mucho rato.
Tal vez no era buena idea pasar la noche en su camarote y debía regresar al mío. Su empujón me pilló desprevenida pensando en aquello así que pegué un respingo a la par que una expiración ahogada de escapa de mis labios. Mis dedos se habían ejercido presión sobre su carne y como si se tratase del polen de las flores, de mí se había desprendido una especie de polvo brillante morado.
Le miré respirando algo agitada de más para el pequeño gesto que había hecho. Mordí mi labio por un segundo antes de inclinarme sobre él.-Me parece que como no me apartes vamos a comprobar si DaVinci hizo un bien trabajo con los tabiques del barco.-Murmuré por lo bajo apartando su flequillo con mi mano.
El barco se balanceaba sutilmente, se podía llegar a notar por algunas cuerdas y objetos colgados del techo. Por la luz que entraba por la ventana ya había pasado buena parte de la mañana.
-Y supongo que siendo el General...tendrás otras tareas más importantes.- Terminé diciendo antes de tomar aire y volver a incorporarme quedando sentada de nuevo sonriendo en una mueca. Sí, estaba intentando portarme bien... A pesar de sentir un sofocante hormigueo por el que no podía evitar presionar más mi cadera contra él.
- No si....no me estoy quejando....a mi me encanta ayudarte a que controles mejor ese poder.... - era genuinamente cierto. Lo de ayudarle a controlar la transformación era menos placentero, aunque en ambas podia decirse que acababa con arañazos.
Su reacción involuntaria me dibujó una sonrisa que auguraba mis intenciones.
- Creo que no voy a dejarte ir a por el desayuno todavía. - el comentario sobre los tabiques del barco me arrancó una risa pausada....ya podían ser gruesos para dar resultados. - Seguro que son mejores que las microparedes de la zona residencial.
Hice una mueca de no estar conforme cuando dijo que tendría cosas mas importantes que atender.
- Cosas que atender, sí. Mas importantes que tú? Seguro que no. Pueden esperar un poco más, o es que quieres escaparte? - apoyé los codos en la cama para incorporarme, acercame a ella y robarle un beso, ya que aunque antes se me habia acercado me habia dejado con las ganas. Me quedé sentado debajo de ella y después del primer beso le di otro mas largo. Luego pasé a su cuello y con las manos sujeté sus muñecas.
Me separé un momento para mirarla con una mueca algo traviesa y entonces la empujé hacia atrás, echándola de espaldas a la cama y juntando sus muñecas arriba, inmovilizandolas con una de mis manos, mi cadera aun contra la suya, notando como mi deseo crecía por momentos.
- Ves? es que hay una mejor manera de darse los buenos dias? - le pregunté mientras mi otra mano se colaba bajo su ropa hacia su pecho
"Es simple, no te involucres en nada más, solo sigue sus órdenes, así no habrá nada que tengas que ocultarles." Me dije a mí misma. Fácil. Cómo entraba Nathan en esa ecuación fue mi primer pensamiento. Nathan... No tenía forma de comunicarme con él, no lo culparía si no quería volver a verme, ni siquiera tenía forma de saber si estaba vivo o muerto, tal vez podría encontrar algo que sirva para comunicarnos. Cada vez que venía a mí su recuerdo, la incertidumbre me asolaba así que intentaba pensar en otra cosa amonestando a mi mente por olvidar que ambos habíamos tomado decisiones. Pensaba en eso mientras trotaba alrededor del barco escuchando música.
“No pienses en eso... piensa en... lo siguiente que harás... paso a paso... ¿Bañarte?...” A cada paso que daba, pisaba con más fuerza, como si el suelo debajo de mis pies tuviera la culpa de todo y lo estuviera pateando. “¿Comer?...” Más pisotones. “¿Equiparte?...” Más pisotones. “¿Revisar las armas?” Me harté y comencé a saltar queriendo ver sangrar a la tierra, saltaba con toda la intención de hacer un hoyo en el suelo, imprimiendo toda la fuerza que tenía en el impacto contra el piso. Me cansé luego de varios saltos y la tierra debajo de mis pies estaba estoica, la sentía mirándome con una ceja alzada y preguntándome “¿Terminaste?”.
Tragué el nudo que se me había formado en la garganta y suspiré mirando alrededor, recordando que estaba en un lugar abierto y que podrían haber ojos por todas partes. “Si, ya terminé.” Hice una mueca porque esos saltos no tardaron en pasar factura, el dolor ascendió de mis pies a mis piernas así que me senté en el suelo y me dediqué a elongar de forma consciente y metódica. En un momento una sombra pasa sobre mí y, al mirar hacia arriba, veo que se trata del que antes estaba sentado en el borde del barco volando por el cielo con alas como las de Emily ¿él era como ella?.
Resoplé sonoramente porque había pensado en equiparme con todo lo que tenía y preguntarle cómo me veía, pero su partida cambió los planes. Casi que mejor, las moscas que revoloteaban a mi alrededor me daban un buen indicio así que me concentré en ejercitar la flexibilidad de mi cuerpo mientras vigilaba los alrededores con la mirada, el olfato y el oído a la espera de que suceda algo interesante.
“No pienses en eso... piensa en... lo siguiente que harás... paso a paso... ¿Bañarte?...” A cada paso que daba, pisaba con más fuerza, como si el suelo debajo de mis pies tuviera la culpa de todo y lo estuviera pateando. “¿Comer?...” Más pisotones. “¿Equiparte?...” Más pisotones. “¿Revisar las armas?” Me harté y comencé a saltar queriendo ver sangrar a la tierra, saltaba con toda la intención de hacer un hoyo en el suelo, imprimiendo toda la fuerza que tenía en el impacto contra el piso. Me cansé luego de varios saltos y la tierra debajo de mis pies estaba estoica, la sentía mirándome con una ceja alzada y preguntándome “¿Terminaste?”.
Tragué el nudo que se me había formado en la garganta y suspiré mirando alrededor, recordando que estaba en un lugar abierto y que podrían haber ojos por todas partes. “Si, ya terminé.” Hice una mueca porque esos saltos no tardaron en pasar factura, el dolor ascendió de mis pies a mis piernas así que me senté en el suelo y me dediqué a elongar de forma consciente y metódica. En un momento una sombra pasa sobre mí y, al mirar hacia arriba, veo que se trata del que antes estaba sentado en el borde del barco volando por el cielo con alas como las de Emily ¿él era como ella?.
Resoplé sonoramente porque había pensado en equiparme con todo lo que tenía y preguntarle cómo me veía, pero su partida cambió los planes. Casi que mejor, las moscas que revoloteaban a mi alrededor me daban un buen indicio así que me concentré en ejercitar la flexibilidad de mi cuerpo mientras vigilaba los alrededores con la mirada, el olfato y el oído a la espera de que suceda algo interesante.
-¿Seguro?-Pregunté sugerentemente alzando ambas cejas con una sonrisa picarona. Ahora ya no me pasaba el día pegada a él, bueno...realmente sí, pero no de esa forma tan...extrema.
Se me escapó una risa por lo del desayuno dándole una palmada en el abdomen mientras me mordía el labio entre risas, negando. -¡Que poco considerado General! matas de hambre a tu tripulación.-Solté dramáticamente y después miré techo y paredes del camarote dudando ciertamente de la estructura.
-¿Escaparme?-Pregunté al volver a mirarle, momento en el que me besó. El polvo destellante volvió a aparecer y sonreí casi pareciendo avergonzada por sus palabras. Hice una mueca apretando mis labios y frunciéndolos hacia un lado.-Pero...-Y volvió a besarme así que no me quejé más, aunque sabía que no era más importante que todo lo que había que hacer en tierra. Me dejé llevar y estiré mi cuello cerrando los ojos, disfrutando cuando se detuvo ahí.
El ambiente comenzó a cargarse de feromonas mientras yo trataba de controlarlas un poco, lo suficiente para que no nos quedásemos allí encerrados durante todo el día. Cuando paró abrí los ojos buscando su mirada y al encontrar aquel gesto fui a decir algo pero me empujó. Reí en el proceso abiertamente. A pesar de estar bloqueada por él, me sentía segura. Ladeé la cabeza observándole con una sonrisa sincera, diríamos que de enamorada. Negué a su pregunta. No la había, eso era así.
Sentí su mano sobre mi piel que instantáneamente se erizó a la par que mi cuerpo se tensaba. Mordí mi labio sin pensarlo y entrelacé mis piernas tras su espalda, tirando hacia mi de un fuerte empujón para pegarle más contra mi cuerpo, con cierta urgencia.
Se me escapó una risa por lo del desayuno dándole una palmada en el abdomen mientras me mordía el labio entre risas, negando. -¡Que poco considerado General! matas de hambre a tu tripulación.-Solté dramáticamente y después miré techo y paredes del camarote dudando ciertamente de la estructura.
-¿Escaparme?-Pregunté al volver a mirarle, momento en el que me besó. El polvo destellante volvió a aparecer y sonreí casi pareciendo avergonzada por sus palabras. Hice una mueca apretando mis labios y frunciéndolos hacia un lado.-Pero...-Y volvió a besarme así que no me quejé más, aunque sabía que no era más importante que todo lo que había que hacer en tierra. Me dejé llevar y estiré mi cuello cerrando los ojos, disfrutando cuando se detuvo ahí.
El ambiente comenzó a cargarse de feromonas mientras yo trataba de controlarlas un poco, lo suficiente para que no nos quedásemos allí encerrados durante todo el día. Cuando paró abrí los ojos buscando su mirada y al encontrar aquel gesto fui a decir algo pero me empujó. Reí en el proceso abiertamente. A pesar de estar bloqueada por él, me sentía segura. Ladeé la cabeza observándole con una sonrisa sincera, diríamos que de enamorada. Negué a su pregunta. No la había, eso era así.
Sentí su mano sobre mi piel que instantáneamente se erizó a la par que mi cuerpo se tensaba. Mordí mi labio sin pensarlo y entrelacé mis piernas tras su espalda, tirando hacia mi de un fuerte empujón para pegarle más contra mi cuerpo, con cierta urgencia.
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GUARDIANI MAGICI
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Turín resultaba una ciudad problemática por sus idiosincrasias, y les habían terminado por llegar informaciones a los oidos que habian hecho que desde Roma mandasen más efectivos a esa ciudad, por temor a que se descontrolase.
Resultaba que al parecer, un barco volador llevaba varios dias ya anclado por la ciudad, y aunque sus tripulantes no parecían violentos los habian mandado alli a vigilarlos, echarles un ojo e identificarlos.
Así que un grupo de 10 Guardiani se aproximaron hacia la zona donde estaba anclado el barco, portando el estandarte rojo con la loba capitolina en negro que los identificaba.
Se detuvieron antes de llegar a la zona en la cual una mujer de aspecto apestoso y pordiosero. Mientras se acercaban, habian visto a la mujer pisotear el suelo de modo frenético y a un hombre salir volando con unas alas mecánicas o magicas.
Uno de ellos le hizo un gesto a dos para que se fueran a seguir al que acababa de marcharse y los otros siguieron un poco más, levantando la voz para dirigirse a la mujer rubia.
- Buona sera, signorina! Somos la autoridad de Turín, hemos venido a comprobar qué asuntos les traen a usted y a su barco a esta buena ciudad. Necesitamos que se identifiquen.
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Resultaba que al parecer, un barco volador llevaba varios dias ya anclado por la ciudad, y aunque sus tripulantes no parecían violentos los habian mandado alli a vigilarlos, echarles un ojo e identificarlos.
Así que un grupo de 10 Guardiani se aproximaron hacia la zona donde estaba anclado el barco, portando el estandarte rojo con la loba capitolina en negro que los identificaba.
Se detuvieron antes de llegar a la zona en la cual una mujer de aspecto apestoso y pordiosero. Mientras se acercaban, habian visto a la mujer pisotear el suelo de modo frenético y a un hombre salir volando con unas alas mecánicas o magicas.
Uno de ellos le hizo un gesto a dos para que se fueran a seguir al que acababa de marcharse y los otros siguieron un poco más, levantando la voz para dirigirse a la mujer rubia.
- Buona sera, signorina! Somos la autoridad de Turín, hemos venido a comprobar qué asuntos les traen a usted y a su barco a esta buena ciudad. Necesitamos que se identifiquen.
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Son un total de 10 guardianes, pero 2 se van tras Da Vinci. Quedan 8
Stats: 35 de base en magia. 10 en fisico
- al contrario! Pienso es sus estómagos, por eso te retengo aquí, porque si te dejo ir la primera los vas a dejar sin tostadas a todos- me perdí en su cuello, notando como tanto ella como sus poderes ejercían cada vez más efecto en mi, y hasta la delgada tela de su ropa interior contra la cual estaba presionando, me resultaba un estorbo.
Eso que hizo con las piernas no ayudó a convencerme de que la dejara marchar. Quedé sobre ella y la besé despacio, disfrutando cada parte de ella mientras mi mano acariciaba sus piernas. Empecé a bajar su ropa interior con esa misma mano pero detuve el movimiento cuando aún estaba a medias, al igual que deje de besarla.
Separe mi cara un poco de ella, escuchando....y luego la miré. Gen también lo habría oido...
- escuchas esas voces? Están abajo.
A regañadientes, me retiré de encima de ella, abrí la ventana del camarote y miré al exterior. La volví a cerrar y comencé a recoger mi ropa, que estaba toda tirada por ahí, para vestirme.
- parece que tenemos visitantes...- dije con ofuscación y fastidio, me habría quedado ahí con ella un par de horas más... Pero no podíamos recibir así a los vecinos! O si? Mire hacia abajo cuando me había calzado los pantalones y me reí por lo bajo, al ver lo evidente, era obvio que acababan de interrumpir.
- me debes una- dije señalándole mientras me sentaba en el borde de la cama para calzarme.
Eso que hizo con las piernas no ayudó a convencerme de que la dejara marchar. Quedé sobre ella y la besé despacio, disfrutando cada parte de ella mientras mi mano acariciaba sus piernas. Empecé a bajar su ropa interior con esa misma mano pero detuve el movimiento cuando aún estaba a medias, al igual que deje de besarla.
Separe mi cara un poco de ella, escuchando....y luego la miré. Gen también lo habría oido...
- escuchas esas voces? Están abajo.
A regañadientes, me retiré de encima de ella, abrí la ventana del camarote y miré al exterior. La volví a cerrar y comencé a recoger mi ropa, que estaba toda tirada por ahí, para vestirme.
- parece que tenemos visitantes...- dije con ofuscación y fastidio, me habría quedado ahí con ella un par de horas más... Pero no podíamos recibir así a los vecinos! O si? Mire hacia abajo cuando me había calzado los pantalones y me reí por lo bajo, al ver lo evidente, era obvio que acababan de interrumpir.
- me debes una- dije señalándole mientras me sentaba en el borde de la cama para calzarme.
Estaba sentada en el suelo con las piernas extendidas, la espalda flexionada hacia adelante, agarrando mis pies con las manos y escuchando una canción que hablaba sobre estar sucio:
Rowdy, gonna get a little unruly
Get it fired up in a hurry
Wanna get dirty, it's about time that I came to start the party
Ooh sweat drippin' over my body
Dancin', gettin' just a little naughty
Wanna get dirty, it's about time for my arrival
Me gustaba el ritmo. Gruñí por lo bajo al volver a sentir el dolor que atravesaba mis huesos en las manos y en los pies. Al escuchar voces alcé la cabeza, me giré hacia el origen y me quité los auriculares. Miré alrededor pero no encontré a otra persona. “Oh, se dirigen a mí... Universo, cuando dije que estaba a la espera de que suceda algo interesante me refería a que aparezca la gente de la Brigada.” Me puse de pie y avancé hacia los de armadura metálica con expresión neutra deteniéndome a unos dos metros de ellos.
-Hola, mi nombre es Leila, soy miembro de la Brigada de las Mil Grullas y este barco es nuestro medio de transporte.- ¿Qué asuntos teníamos allí? Ni idea, cuando le había preguntado al peliazul la razón de ir a Italia, él me respondió encogiendo los hombros así que supuse que era para lo de siempre. -¿Escucharon hablar de nosotros? Venimos a ayudar. ¿Necesitan una mano?- Alrededor solo se veían ruinas, todo había sido devastado, así que seguramente necesitarán mucho cemento, ladrillos, cañerías, etcétera. Los miré de arriba a abajo.
-Debo decir que la autoridad de Turín se ve muy bien, me gustan mucho sus trajes, la capa de lado me encanta, muy sofisticada. ¿Tienen estilistas que los vistan así?- Intentaba mostrarme amablemente curiosa y me llamó la atención que la autoridad de Turín vista tan bien cuando la situación allí se veía tan mal. Uno supondría que se destinarían recursos para encargarse del lugar antes que en comprar ropa linda pero quién era yo para juzgar, ¿Qué no hubiera dado yo por ropa interior nueva… o ropa nueva en general? (Hubiera dado más por ropa interior nueva, me urgía)
Rowdy, gonna get a little unruly
Get it fired up in a hurry
Wanna get dirty, it's about time that I came to start the party
Ooh sweat drippin' over my body
Dancin', gettin' just a little naughty
Wanna get dirty, it's about time for my arrival
Me gustaba el ritmo. Gruñí por lo bajo al volver a sentir el dolor que atravesaba mis huesos en las manos y en los pies. Al escuchar voces alcé la cabeza, me giré hacia el origen y me quité los auriculares. Miré alrededor pero no encontré a otra persona. “Oh, se dirigen a mí... Universo, cuando dije que estaba a la espera de que suceda algo interesante me refería a que aparezca la gente de la Brigada.” Me puse de pie y avancé hacia los de armadura metálica con expresión neutra deteniéndome a unos dos metros de ellos.
-Hola, mi nombre es Leila, soy miembro de la Brigada de las Mil Grullas y este barco es nuestro medio de transporte.- ¿Qué asuntos teníamos allí? Ni idea, cuando le había preguntado al peliazul la razón de ir a Italia, él me respondió encogiendo los hombros así que supuse que era para lo de siempre. -¿Escucharon hablar de nosotros? Venimos a ayudar. ¿Necesitan una mano?- Alrededor solo se veían ruinas, todo había sido devastado, así que seguramente necesitarán mucho cemento, ladrillos, cañerías, etcétera. Los miré de arriba a abajo.
-Debo decir que la autoridad de Turín se ve muy bien, me gustan mucho sus trajes, la capa de lado me encanta, muy sofisticada. ¿Tienen estilistas que los vistan así?- Intentaba mostrarme amablemente curiosa y me llamó la atención que la autoridad de Turín vista tan bien cuando la situación allí se veía tan mal. Uno supondría que se destinarían recursos para encargarse del lugar antes que en comprar ropa linda pero quién era yo para juzgar, ¿Qué no hubiera dado yo por ropa interior nueva… o ropa nueva en general? (Hubiera dado más por ropa interior nueva, me urgía)
- Canción:
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Nacionalidad
032042
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Wizard warrior
- ¿Que nos gustan los caninos? Este es el emblema de la Loba Capitolina, la Loba de Roma! No tienes cultura, o qué? - le soltó uno de ellos muy maleducadamente. - Y no somos licántropos, no, para nada. ¿Tú si...? - pregunto con tono de voz peligroso.
La mujer hizo aquel ofrecimiento y aunque no iban a aceptar sin mas, si que se la iban a llevar aunque dejarían el barco vigilado, evidentemente.
Entonces pasaron varias cosas, una detrás de otra.
Apareció otro hombre, de pelo azul, presentaciones breves y dicidendo que se iban ya.
- Ya, espere un momento, mejor. - lo detuvieron extendiendo la palma de su mano. - Nuevas órdenes. Les confiscamos el barco.
Desde St. Angelo les habian llegado ordenes de retirarles el barco, pues podía ser un arma peligrosa, asi que se la iban a expropiar.
- Así que todos abajo. Además unos de los suyos han agredido a unos guardias, vamos a tener que llevarnoslos detenidos.
Pidieron refuerzos, discretamente. No tardarían en llegar.
Wizard warrior
- ¿Que nos gustan los caninos? Este es el emblema de la Loba Capitolina, la Loba de Roma! No tienes cultura, o qué? - le soltó uno de ellos muy maleducadamente. - Y no somos licántropos, no, para nada. ¿Tú si...? - pregunto con tono de voz peligroso.
La mujer hizo aquel ofrecimiento y aunque no iban a aceptar sin mas, si que se la iban a llevar aunque dejarían el barco vigilado, evidentemente.
Entonces pasaron varias cosas, una detrás de otra.
Apareció otro hombre, de pelo azul, presentaciones breves y dicidendo que se iban ya.
- Ya, espere un momento, mejor. - lo detuvieron extendiendo la palma de su mano. - Nuevas órdenes. Les confiscamos el barco.
Desde St. Angelo les habian llegado ordenes de retirarles el barco, pues podía ser un arma peligrosa, asi que se la iban a expropiar.
- Así que todos abajo. Además unos de los suyos han agredido a unos guardias, vamos a tener que llevarnoslos detenidos.
Pidieron refuerzos, discretamente. No tardarían en llegar.
Son un total de 8 guardianes.
Stats: 35 de base en magia. 10 en fisico.
_____________________________________
DM:
En un par de turnos aprox llegan los otros guardianis
Disfrutaba de aquel beso mientras trataba de controlar mi poder. Quería que fuese menos explosivo y que todo sucediese algo más... ¿normal? No sabía como hacerlo normal. En ello estaba cuando dejó de besarme y se paró en seco.
Fruncí el ceño liberando una de mis manos de su agarre par llevarla a la suya con intenciones de insistirle en que bajase las malditas bragas de una vez, pero habló. Le miré frunciendo el ceño de nuevo, esta vez algo dudosa y me quedé quieta para prestar atención.-¿A quién le hablan?
El se separó y me incorporé, quedando atenta a aquellas voces. Al captar la de Leila ladeé la cabeza y chasqué la lengua mientras el regresaba de la ventana.-Ya...creo que Leila acaba de decir quienes somos...- Le lancé una mirada significativa, en Italia ya nos conocían de antes.
Me incorporé buscando mi ropa, quitando algunas prendas y poniendo otras. Le miré mientras me ponía los pantalones cuando dijo que YO le debía una. Sonreí de medio lado antes de subir los pantalones y saltar un poquejo para que colasen bien, abrochándolos después. -Eres tú el que no me ha dejado ir a desayunar ¿Recuerdas?
Agarré mis botas antes de acercarme para agarrarle del mentón y aproximar mi cara besándole.-Me la debes tú.-Hice un gesto con la cabeza al soltarle, señalando la puerta con la misma.-Iré a por mi bate y otros trastos. Nos vemos abajo.-Solté antes de salir por la puerta pero segundos después asomé la cabeza.-¿Crees que podemos hacer esto rápido y cobrármela ahora? Porque la verdad que me he quedado muy a medi...vale, ya paro. Voy a por mis cosas. Sí.-Asentí entornando los ojos porque se me había ido la pinza y me perdí por el pasillo para ir a por mis cosas a mi camarote, que tenía uno, aunque un poco abandonado.
Fruncí el ceño liberando una de mis manos de su agarre par llevarla a la suya con intenciones de insistirle en que bajase las malditas bragas de una vez, pero habló. Le miré frunciendo el ceño de nuevo, esta vez algo dudosa y me quedé quieta para prestar atención.-¿A quién le hablan?
El se separó y me incorporé, quedando atenta a aquellas voces. Al captar la de Leila ladeé la cabeza y chasqué la lengua mientras el regresaba de la ventana.-Ya...creo que Leila acaba de decir quienes somos...- Le lancé una mirada significativa, en Italia ya nos conocían de antes.
Me incorporé buscando mi ropa, quitando algunas prendas y poniendo otras. Le miré mientras me ponía los pantalones cuando dijo que YO le debía una. Sonreí de medio lado antes de subir los pantalones y saltar un poquejo para que colasen bien, abrochándolos después. -Eres tú el que no me ha dejado ir a desayunar ¿Recuerdas?
Agarré mis botas antes de acercarme para agarrarle del mentón y aproximar mi cara besándole.-Me la debes tú.-Hice un gesto con la cabeza al soltarle, señalando la puerta con la misma.-Iré a por mi bate y otros trastos. Nos vemos abajo.-Solté antes de salir por la puerta pero segundos después asomé la cabeza.-¿Crees que podemos hacer esto rápido y cobrármela ahora? Porque la verdad que me he quedado muy a medi...vale, ya paro. Voy a por mis cosas. Sí.-Asentí entornando los ojos porque se me había ido la pinza y me perdí por el pasillo para ir a por mis cosas a mi camarote, que tenía uno, aunque un poco abandonado.
- Sí...una idea maravillosa antes de saber si son simpatizantes nuestros o no.... verdad? - le respondí a Gen intentando embutir la pata robotica en su bota correspondiente. La rehabilitación había ido bastante bien pero a veces un me resultaba extraña. Me giré para verla y le lancé una mirada viciosilla mientras ella luchaba por meter su culo en los pantalones a base de saltos.
"maldita sea que bien le quedan"
- Yo que?
Cuando me agarró de la barbilla para besarme le respondí con una especie de gruñido pero de gusto, ademas de una sonrisa. Salió y empecé a buscar el resto de mis cosas, preparandome bien en caso de que las cosas con el dialogo alli abajo se torcieran, pero a los pocos segundos asomó Gen de nuevo.
La miré con ambas cejas alzadas y me reí cuando ella se respondió sola y se marchó. Terminé de coger y ponerme encima todo lo que necesitaba, y entonces...
- que hostias, tiene razon. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
"porque lo mismo mañana la roscas"
"maldita sea que bien le quedan"
- Yo que?
Cuando me agarró de la barbilla para besarme le respondí con una especie de gruñido pero de gusto, ademas de una sonrisa. Salió y empecé a buscar el resto de mis cosas, preparandome bien en caso de que las cosas con el dialogo alli abajo se torcieran, pero a los pocos segundos asomó Gen de nuevo.
La miré con ambas cejas alzadas y me reí cuando ella se respondió sola y se marchó. Terminé de coger y ponerme encima todo lo que necesitaba, y entonces...
- que hostias, tiene razon. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
"porque lo mismo mañana la roscas"
- +18:
- Me aparecí directamente en su camarote, donde decía que había ido a recoger su bate, y me acerqué a ella por la espalda abrazándola por detrás con cierto impetu, empujandola quizá deliberadamentee contra la pared...porque para algo rapido, la pared está muy bien. Apoyé una de mis manos contra dicha pared, hablandole cerca del oido.
- Creo que prefiero pagarte ahora. - Solo tenía que deshacerme ligeramente de sus pantalones, esos que tanto le habia costado subirse. Pero con la urgencia que sentía por entrar en ella, era más facil pensado que hecho... Aunque sí, teníamos prisa. Así que otro tirón y abajo.
Le mordí el cuello mientras se los bajaba lo justo y necesario, llevandome de paso su ropa interior, haciendo lo propio con los mios. Luego mi mano subió entre sus caderas hasta el final de sus piernas buscando su interior... un roce y un juego de apenas unos segundos, y cuando comprobé que ella estaba a gusto, mi erección buscó refugio en su interior con un movimiento profundo, intenso, donde se notaba el deseo que había estado guardando. Empujé hasta que mi vientre dio contra sus nalgas, y sujeté su hermosa cintura con la mano que me quedaba libre, apretando ligeramente los dedos, llevado por el placer de su calidez y tensión que me envolvía. Tras ese movimiento lento comencé a ir más rápido, aunque le aseguré susurrándole al oído que no iba a parar hasta que ella se corriese primero.
Me movía con rapidez por la habitación como pollo sin cabeza a decir verdad. Me había puesto las botas pero sin atarlas y después había metido pociones en una chaqueta, agarrado el bate y con todo eso encima estaba medio poniéndome la chaqueta haciendo algo de malabares cuando escuché el sonido de la aparición.
- +18:
- Apenas me dio tiempo a girar un poco el rostro para cuando Lykaios ya me tenía contra la pared. -¡¿Pero qué...?!Por suerte había conseguido poner una mano entre mi cuerpo y la misma para no darme de bruces contra ella. Al escucharle miré de reojo sobre mi hombro. Mentiría si dijese que no se me había erizado todo el vello del cuerpo. Solté aire tratando de controlar la situación. ¡Ahora mismo teníamos un problema maldita sea!
-Pero Lei...-Paré de hablar al sentir el tirón de mis pantalones y estiré mi cuello dejando espacio cuando comenzó a morderlo cerrando mis ojos. -Ly..Lyka...-Mi voz sonaba entrecortada pero dejé de hablar de nuevo al sentir aquel roce. El bate que hasta ahora aguantaba estoicamente bajo uno de mis brazos cayó al suelo sonoramente, rebotando un par de veces y las feromonas flotaron en el aire.
Todo sentido del deber se esfumó de mi cabeza y dejé espacio para que se introdujese sin problemas en mi interior. Un sonido placentero se escapó de entre mis labios antes de que comenzase a incrementar aquel ritmo, acompañándole en la medida en la que esa posición me lo permitía. Al escuchar aquello sonreí de medio lado pensando que no le iba a resultar difícil.
Busqué con mi mano libre su cadera, agarrando algún pedazo de tela de su pantalón, tirando hacia mí, buscando una mayor profundidad mientras la mano de la pared buscaba apoyo sin encontrarlo, tal vez incluso se quedaría marcada por las uñas que trataban de clavarse en la misma mientras trataba de controlar los sonidos que se escapaban de mí. Y poco, muy poco después no pude evitarlo. Sentí mi cuerpo apretarse incontroladamente, alcé la mano hasta su nuca agarrando sin cuidado su azulado cabello y mi cuello se arqueó hasta dar contra su cuerpo en un alarido un poco más exagerado que de costumbre.
Respiré agitadamente buscando el aire que me faltaba antes de comenzar a reír por lo bajo. Le miré de reojo de manera cómplice y entonces pensé que no, no había parado pero tampoco había tenido yo mucho aguante. Mordí mi labio antes de apartarme un poco para girar y quedar frente a él. Alcé ambas cejas antes de agacharme para devolverle el buen rato. Tampoco paré hasta que no lo conseguí y cuando pasó me incorporé. Tiré de mis pantalones subiéndolos antes de hacerlo con los suyos mientras le miraba con una cara muy pervertida.-Mi General...¿Los guardias?-Pregunté mientras abrochaba su pantalón.
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El miembro 'Genievre Rousseau' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Ví los brillos blanquecinos alejarse detrás de los de oscura armadura para luego posar los ojos en el que me hablaba y arquear las cejas cuando dijo que nos teníamos que ir o nos arrestarían. Me dieron ganas de volver a pisotear el suelo de modo frenético, pero controlé mi gesto para solo mostrarme desconcertada. Tantee los bolsillos de mi pantalón y saqué la moneda comunicadora para teclear un mensaje rápido y enviarlo. Miré y esbocé una suave sonrisa para el que agradeció por lo de la ropa. -Que mentiroso, no estoy bellisima.- Dije en tono jovial e imitando su acento en esa última palabra. Sabía perfectamente que el olor a sudor que yo emanaba era penetrante, por eso me había detenido a dos metros, para que corriera el aire. Sabía también que tenía el pelo grasoso, la cara embarrada y mejor ni hablemos del aliento a podredumbre. Debieron pasar años desde la última vez que me cepillé los dientes.
-Umm...- Suspiré volviendo a centrarme en el embrollo con expresión pensativa. -Verán... Yo no sé manejar el barco pero tengo que cuidarlo así que no puedo dejarlo... ¿Sería posible una excepción? Por favor…- Dije en tono conciliador. -Fue un largo viaje hasta aquí y queremos colaborar donde sea necesario, solo miren a su alrededor… Si nos permiten un tiempo, les comunicaré esto que me dicen a mis compañeros y tomaremos una decisión. ¿Dónde se hace lo de regular la situación civil?¿En Saint Angelo?¿Eso está en Turín?-
-Umm...- Suspiré volviendo a centrarme en el embrollo con expresión pensativa. -Verán... Yo no sé manejar el barco pero tengo que cuidarlo así que no puedo dejarlo... ¿Sería posible una excepción? Por favor…- Dije en tono conciliador. -Fue un largo viaje hasta aquí y queremos colaborar donde sea necesario, solo miren a su alrededor… Si nos permiten un tiempo, les comunicaré esto que me dicen a mis compañeros y tomaremos una decisión. ¿Dónde se hace lo de regular la situación civil?¿En Saint Angelo?¿Eso está en Turín?-
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032042
GUARDIANI MAGICI
Wizard warrior
- Claro que si, solo necesitas un buen aseo. - repitió el guardia ligón, que nada, que se ve que le tocaba librar aquel dia y tenia ganas de chachara. Los demás no parecian tan abiertos a hablar, estaban bastante hasta las narices de Turin.
A los guardias no les gustaba aquello...no querían tener alli a la Brigada.
- Déjenos consultarlo con nuestros superiores. Os damos algo de tiempo mientras.
Uno se apartó....salió del circulo de perimetro que estaban montando, y se puso en contacto con Gabriella directamente, a través de sus comunicadores. Le preguntó que como procedian con la Brigada y su barco que estaban alli estacionados en Turin, en aparente mision humanitaria.
Tras varios minutos, el guardia volvió.
- La Capitana Fiori no contesta... de momento. Habrá que esperar.
Intercambiaron miradas. Esperaban no tener que aguardar mucho... el silencio era incómodo.
- Saint Angelo está en Roma. - respondió el majo.
Los demás seguian haciendo perimetro alrededor de Leila, por si se le ocurria hacer algun movimiento extraño...y por supuesto no dejaban de vigilar el barco.
Wizard warrior
- Claro que si, solo necesitas un buen aseo. - repitió el guardia ligón, que nada, que se ve que le tocaba librar aquel dia y tenia ganas de chachara. Los demás no parecian tan abiertos a hablar, estaban bastante hasta las narices de Turin.
A los guardias no les gustaba aquello...no querían tener alli a la Brigada.
- Déjenos consultarlo con nuestros superiores. Os damos algo de tiempo mientras.
Uno se apartó....salió del circulo de perimetro que estaban montando, y se puso en contacto con Gabriella directamente, a través de sus comunicadores. Le preguntó que como procedian con la Brigada y su barco que estaban alli estacionados en Turin, en aparente mision humanitaria.
Tras varios minutos, el guardia volvió.
- La Capitana Fiori no contesta... de momento. Habrá que esperar.
Intercambiaron miradas. Esperaban no tener que aguardar mucho... el silencio era incómodo.
- Saint Angelo está en Roma. - respondió el majo.
Los demás seguian haciendo perimetro alrededor de Leila, por si se le ocurria hacer algun movimiento extraño...y por supuesto no dejaban de vigilar el barco.
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Me mordí el labio y bajé la mirada adoptando una suave expresión entre sonriente y apenada ante las palabras del Romeo. Asentí y murmuré un “gracias” aliviada por haber conseguido algo de tiempo y volví a centrarme en el galeón que justo se puso a vibrar así que lo miré con la esperanza de tener noticias de algún compañero... pero no, se trataba de Mérida. Ya que tenía la oportunidad de explayarme más, sin moverme de mi lugar, me puse a teclear para explicar mejor la situación durante los minutos que el de armadura metálica tardó en ir y volver de hablar con su superior. No respondí el mensaje de Mérida porque no supe qué decir, tenía la mente ocupada en no volver a la cárcel, en el dolor que sentía en las manos y en los piés y en darme cuenta que me estaban rodeando. Al ser consciente de esto comencé a sentir el corazón golpearme el pecho con fuerza a cada latido. Mi mente cruel comenzó a imaginar los escenarios más violentos y el miedo abrasó todo a su paso en su ascenso por mi garganta. A pesar de todo, tragué el filoso terror y me esforcé en mantener una expresión serena.
-Mis compañeros tampoco responden.- Comenté mirando la moneda. Sonreí con desgana cuando me vino un pensamiento: -La burocracia sobrevive a todo.- Dije. Estábamos en un escenario apocalíptico y a la espera de la respuesta de nuestros respectivos grupos. -Ah- Asentí y solté una risita por mi equivocación con respecto a Saint Angelo. El silencio se instaló y me sentía muy incómoda siendo rodeada por lo que busqué algún tema de conversación mirándolos a todos y cada uno de arriba a abajo. Me pareció extraña su reacción al saber que era miembro de la Brigada, no esperaba bombos y platillos, pero los renegados nos recibían bien… allí había gato encerrado (*Ba Dum Tss*), tal vez eran como una especie de sede de la isla flotante en la tierra y tampoco podía estar ahí por exiliada. -Así que... les gustan los caninos.- Dije mirando al Don Juan y señalando el estandarte que traían. En realidad estaba especulando, no distinguía bien si el dibujo se trataba de eso o de un cerdo desnutrido. -¿Ustedes son licántropos?- Pregunté mientras me tronaba los nudillos y abría y cerraba las manos porque el dolor era muy molesto. Hace un tiempo un clan de licántropos por poco me mata, Ben me había salvado de esa, no pude evitar pensar que esta vez no tendría la misma suerte. Tampoco se veían como ese clan, la autoridad de Turín parecía preferir lo ostentoso.
La espera me estaba matando, cuanto más tiempo pasaba, más necesitaba dejar de ser un centro de atención y salir de ahí. -Tengo una idea…- Dije ladeando la cabeza con expresión pensativa. -Mientras espero las respuestas de mis compañeros, podría ir a Saint Angelo a explicar en persona la situación, estoy segura que el barco estará bien sin mí.- Me preocupaba dejarlo a merced de los de oscura armadura pero, si realmente querían verlo más de cerca, yo no podría hacer nada para detenerlos por eso me incliné por la idea de ir a Roma aunque separarme del punto de reunión de la Brigada no me gustaba nada. No me había equipado así que vestía la plateada cota de mithril como si fuera una camiseta, el collar con la piedra de los Hijos de Fenrir, desgastados pantalones negros con varios bolsillos, todos ocupados, y mis botas oscuras. Me acerqué lo justo como para que el galán pudiera agarrar la mano que extendí hacia él mientras lo miraba con una leve sonrisa. -¿Me llevarían, por favor?- No me extrañaría que retrocediera por lo roñosa que estaba. Luego pasé la mirada por el resto de sujetos con armadura metálica mientras me mentalizaba preparándome para aguantar la desaparición y la aparición que tanto me disgustaba, todos eran mucho más altos que yo.
-Mis compañeros tampoco responden.- Comenté mirando la moneda. Sonreí con desgana cuando me vino un pensamiento: -La burocracia sobrevive a todo.- Dije. Estábamos en un escenario apocalíptico y a la espera de la respuesta de nuestros respectivos grupos. -Ah- Asentí y solté una risita por mi equivocación con respecto a Saint Angelo. El silencio se instaló y me sentía muy incómoda siendo rodeada por lo que busqué algún tema de conversación mirándolos a todos y cada uno de arriba a abajo. Me pareció extraña su reacción al saber que era miembro de la Brigada, no esperaba bombos y platillos, pero los renegados nos recibían bien… allí había gato encerrado (*Ba Dum Tss*), tal vez eran como una especie de sede de la isla flotante en la tierra y tampoco podía estar ahí por exiliada. -Así que... les gustan los caninos.- Dije mirando al Don Juan y señalando el estandarte que traían. En realidad estaba especulando, no distinguía bien si el dibujo se trataba de eso o de un cerdo desnutrido. -¿Ustedes son licántropos?- Pregunté mientras me tronaba los nudillos y abría y cerraba las manos porque el dolor era muy molesto. Hace un tiempo un clan de licántropos por poco me mata, Ben me había salvado de esa, no pude evitar pensar que esta vez no tendría la misma suerte. Tampoco se veían como ese clan, la autoridad de Turín parecía preferir lo ostentoso.
La espera me estaba matando, cuanto más tiempo pasaba, más necesitaba dejar de ser un centro de atención y salir de ahí. -Tengo una idea…- Dije ladeando la cabeza con expresión pensativa. -Mientras espero las respuestas de mis compañeros, podría ir a Saint Angelo a explicar en persona la situación, estoy segura que el barco estará bien sin mí.- Me preocupaba dejarlo a merced de los de oscura armadura pero, si realmente querían verlo más de cerca, yo no podría hacer nada para detenerlos por eso me incliné por la idea de ir a Roma aunque separarme del punto de reunión de la Brigada no me gustaba nada. No me había equipado así que vestía la plateada cota de mithril como si fuera una camiseta, el collar con la piedra de los Hijos de Fenrir, desgastados pantalones negros con varios bolsillos, todos ocupados, y mis botas oscuras. Me acerqué lo justo como para que el galán pudiera agarrar la mano que extendí hacia él mientras lo miraba con una leve sonrisa. -¿Me llevarían, por favor?- No me extrañaría que retrocediera por lo roñosa que estaba. Luego pasé la mirada por el resto de sujetos con armadura metálica mientras me mentalizaba preparándome para aguantar la desaparición y la aparición que tanto me disgustaba, todos eran mucho más altos que yo.
Fuimos muy, muy rapidos, a decir verdad. Tanto que a ella no le costó nada encargarse de poner la ropa de los dos de vuelta en sus sitios.
- Si...los guardias, los guardias. Vamos. - intenté peinarme, me rei de lado y le di un beso en los labios. - Ya hemos hecho esperar bastante a Leila, nos ha frito a mensajes, mira!
Y también vi uno de Mérida...preocupada, la pobre. Tomé a Gen de la mano y nos desaparecimos, reapareciendo abajo, cerca de donde el ancla mantenía al barco con su quilla a unos pocos metros del suelo.
Al llegar solté a Gen e intercambieé una mirada con ella, por como los guardias esos estaban claramente rodeando a Leila, aunque no se apreciaban hostilidades de ningun tipo todavia....
- Mi compañera aqui presente me ha dicho que... - di unos cuantos pasos acercandome a Leila pero su intenso olor corporal me hizo detenerme y la miré con cara de indignación. - Leila, que viajemos en barco no quiere decir que tengamos que oler como piratas! - terminé de acercarme, de verdad, no decían que los gatos eran muy aseados? Pues este no debía serlo.
- ... ahem. Me ha dicho que ... tenemos que irnos porque no tenemos papeles o no se que historia. No os preocupéis, ahora mismo nos vamos. No queremos problemas ni acabar arrestados. - miré alrededor....solo estaban esos? No eran muy numerosos. El caso es que Ben, Cleo y Dyos habían salido, y no podíamos alejarnos mucho hasta que no llegasen ellos. - Haced los preparativos . - les dije a Leila y a Gen. - Nos vamos. - aunque fuese mentira, evidentemente.
- Si...los guardias, los guardias. Vamos. - intenté peinarme, me rei de lado y le di un beso en los labios. - Ya hemos hecho esperar bastante a Leila, nos ha frito a mensajes, mira!
Y también vi uno de Mérida...preocupada, la pobre. Tomé a Gen de la mano y nos desaparecimos, reapareciendo abajo, cerca de donde el ancla mantenía al barco con su quilla a unos pocos metros del suelo.
Al llegar solté a Gen e intercambieé una mirada con ella, por como los guardias esos estaban claramente rodeando a Leila, aunque no se apreciaban hostilidades de ningun tipo todavia....
- Mi compañera aqui presente me ha dicho que... - di unos cuantos pasos acercandome a Leila pero su intenso olor corporal me hizo detenerme y la miré con cara de indignación. - Leila, que viajemos en barco no quiere decir que tengamos que oler como piratas! - terminé de acercarme, de verdad, no decían que los gatos eran muy aseados? Pues este no debía serlo.
- ... ahem. Me ha dicho que ... tenemos que irnos porque no tenemos papeles o no se que historia. No os preocupéis, ahora mismo nos vamos. No queremos problemas ni acabar arrestados. - miré alrededor....solo estaban esos? No eran muy numerosos. El caso es que Ben, Cleo y Dyos habían salido, y no podíamos alejarnos mucho hasta que no llegasen ellos. - Haced los preparativos . - les dije a Leila y a Gen. - Nos vamos. - aunque fuese mentira, evidentemente.
Aparecí directamente en la cubierta de nuestro barco, llevando conmigo a Cleo y a la semielfa que ésta había rescatado. También tiré al suelo al guardiani rehén. Nada más soltarlas resoplé furioso por haber tenido que regresar sin Dyospiros, lo habíamos perdido. - Qué desastre...ellos sabían quiénes éramos por culpa de ese patronus, por eso se lo han llevado. - me llevé las manos a la cabeza, paseando de un lado a otro del barco bastante estresado.
- Cleo, droga a ese guardiani y asegúrate de que no escapa. Tengo que avisar a Lykaios de lo que se nos viene encima. Hay que salir de aquí cagando leches. - luego caí en que había quedado con los otros chungos, con el tal Marco y compañía. - Mierda. Eso sería incumplir mi palabra. - miré de reojo a la semielfa, la que se había unido. Esperaba que fuese de fiar y que no se hubiese unido por desesperación.
- ¿Tú te irás con mis compañeros o te vendrás conmigo a buscar a los tuyos? - no esperé respuesta, que fuese pensándoselo mientras yo buscaba al resto. Los llamé a gritos, para que saliesen de donde estuviesen. - ¡LYKAIOS! ¡GEN! ¡IMRAM!
- Cleo, droga a ese guardiani y asegúrate de que no escapa. Tengo que avisar a Lykaios de lo que se nos viene encima. Hay que salir de aquí cagando leches. - luego caí en que había quedado con los otros chungos, con el tal Marco y compañía. - Mierda. Eso sería incumplir mi palabra. - miré de reojo a la semielfa, la que se había unido. Esperaba que fuese de fiar y que no se hubiese unido por desesperación.
- ¿Tú te irás con mis compañeros o te vendrás conmigo a buscar a los tuyos? - no esperé respuesta, que fuese pensándoselo mientras yo buscaba al resto. Los llamé a gritos, para que saliesen de donde estuviesen. - ¡LYKAIOS! ¡GEN! ¡IMRAM!
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