Aposentos de Wthyr Pendragon

Recuerdo del primer mensaje :


Además de la habitación, como todo castillo, cuenta con salas anexas entre ellas: Un salón privado para comer, aseos y vestidor privado y además un área con una biblioteca y zona con un escritorio. También tiene un espacio con sofás alrededor de una chimenea.

Ignoró que Shyvanna había comprendido exactamente lo que estaba haciendo. ¿Cómo? No lo sabía. También ignoró sus comentarios sobre los colores hasta que preguntó a quién le rendía tanto luto. La miró con seriedad a los ojos y un gesto poco amable. Los elementales se incorporaron para ponerse a su lado con la mirada púrpura clavada en Shyvanna. Se sentía…aún peor que antes, estaba sudando en frío mientras peleaba por mantener el control y las rodillas en su sitio.

-Adiós- Respondió a sus preguntas constantes y cuando soltó que eran tal para cual fue lo único que necesito para vomitar, se llevó la mano a la boca y fue corriendo al baño para devolver todo el desayuno y cuando acabó sintió el estómago mucho menos adolorido. Se aseó y lavó los dientes para luego lavarse la cara, disfrutando del agua fresca.

La había dejado sola. En territorio enemigo.
Era más imbécil de lo que creía.

Salió del aseo y dirigió sus pasos hacia la mesa de estudio donde cogió sus pinceles, un lápiz  y un pedazo de pergamino para empezar a dibujar su trono a imagen y semejanza del que había alzado al lado del de Wthyr. Lo hizo con rapidez pero aún así le llevó casi dos horas que la mantuvieron distraída en luces, contrastes y mantenerse tan alejada como fuese posible del trono de Morgana. Cuando acabó se lo envió con un guardia a Shyvanna y se recostó en la cama -Subid- Murmuró y dio unas palmaditas en la cama, se acomodó junto a ellos sintiendo su cercanía y calidez y dejó su mente vagar en recuerdos…o ilusiones durante lo que quedó de día, ignorando las llamadas para comer porque sencillamente no tenía hambre y no quería consumir otro veneno.

Porque cuando el gato está fuera, los ratones hacen fiesta.

Al final, sí que había tenido que decidir un montón de cosas PORQUE WTHYR NO APARECÍA POR NINGÚN LADO. NINGUNO. NINGUNO. Y PASÓ UN DÍA, PASARON DOS Y TRES… Y Shyvanna estaba histérica. Encima Catherine no hacía nada, nada…Simplemente existía y por lo que le decían las criadas -apenas- dormía y comía. Aunque supuso que tampoco dejaba ver lo que hacía a puertas cerradas. Sólo interactuó con ella o le sacó un par de palabras cuando le fueron a probar el vestido para poder ajustárselo.

La mañana de la coronación aún no había ni pista de Wthyr así que decidió enviarle una carta a Gwen para que tratara de venir a la isla lo más rápido posible por si tenían que hacer alguna especie de ritual o alguna…¿mentira? Para retrasar la coronación. Sabía que tenía que ir a ver a Catherine porque se había tomado la molestia -y la puta estupidez- de no dejarle su maquillaje ni peinado a nadie sólo a ella misma.

-Buenos días- Saludó a Catherine al entrar en la habitación y nada más verla hizo una mueca. Ojeras, un poco más oscuras que la última vez que la había visto -¿Dormiste algo anoche?- Eso iba a necesitar mucho corrector. La mandó a bañar y cuando salió envuelta en el albornoz negro la sentó en frente al espejo. Sabía que en el armario estaban los dos trajes de coronación en los maniquís. Es más, cada uno de los hermanos tenía el propio porque Shyvanna se había encargado TAMBIÉN de eso. Y DE LOS RITUALES. Y DE LOS REGALOS DE LOS CLANES.

Empezó a peinar el cabello de Catherine mientras la veía garabatear en un papel -Mantén la cabeza en alto- Le dijo tomándola de la barbilla y levantándola -¿Por qué tienes los ojos cerrados?- Preguntó mientras continuaba cepillando y desenredando el denso cabello oscuro. ¿Acaso nunca se peinaba? Quizás si iba a necesitar ayuda. Al menos a ella le quedaba solo vestirse, lo demás, estaba perfecto.

Tras reaparecer en el Sanguis Ligno volé con el dragón hasta la entrada del castillo, bajando allí antes de agradecer la aventura a mi compañero de viaje. Al poner los pies en tierra noté de golpe todo el cansancio acumulado de los días anteriores, resintiéndome de las heridas a medias de curar. Atravesé la puerta principal tras preguntar a los guardias por mis hermanos, para que me diesen su ubicación. Lo que más me sorprendió fue que Shyvanna hubiese ido a mis aposentos, pues al parecer Catherine ya estaba allí. Me extrañó que llegase con horas de antelación, pero al menos pude mentalizarme de que iba a volver a verla después del encontronazo de hace unos días.

Abrí la puerta de la habitación de manera algo brusca, encontrándolas a ambas. Shyvanna estaba peinando a Catherine, pero ella estaba con los ojos cerrados. ¿Le estaba tirando del pelo o qué?   - Qué madrugadora, hermana. - le dediqué esa frase a modo de saludo, inspirando después despacio antes de dirigirme a la morena.  - ¿Regresaste a Ávalon hace mucho, Catherine? La ceremonia no se celebra hasta esta noche. - no era exactamente la mejor forma de dirigirme a ella, pero teniendo en cuenta las circunstancias era de lo poco que se podía decir para intentar mantenerse lo más neutral posible de cara al evento que teníamos por delante. Lo único que tenía que hacer era controlarla de cerca para que no se volviese a repetir lo sucedido en el banquete de los Lothbrok. Crucé la habitación sin acercarme a ellas, dirigiéndome directamente al baño con la intención de quitarme de encima toda la suciedad acumulada.

 - Luego tengo que hablar contigo y con todos los hermanos. - comenté a Shyvanna en tono un tanto enigmático, no iba a decir ni una palabra más sobre lo del imperio delante de Catherine. Ya sabía lo que ella opinaba al respecto y no podía confiar.  - Salgo enseguida. - Tras eso me metí al baño, cerrando la puerta para comenzar a desvestirme.

Había hecho mucho más de lo que Shyvanna creía que hacía. Había intentado replicar la maldita aura pero le era imposible hacerla sola, su potenciador llegaba hasta cierto punto y las runas también. Aquello le frustraba en cantidad pero no podía hacer nada para evitar la realidad de que necesitaba la magia de Wthyr. Una vez que descubrió eso se dedicó a hacer poco menos que nada, tenía sueño…Mucho, pero con Aedan también había pasado. Sin embargo, dormía por poco tiempo porque se despertaba sobresaltada con cualquier sonido esperando que alguien apareciera con la puerta con una daga. Quizás las pesadillas ya no tenían nada que ver con Morgana sino con las 1001 formas de morir que tenía en Ávalon.

Cuando Shyvanna llegó había salido hace poco del baño y estaba envuelta en un albornoz como le había solicitado. La había notado…frenética y ya la había visto loca así que no quería mandarla por el abismo -Buenos días- Cogió un papel y un lápiz para entretenerse mientras Shyvanna la peinaba, dibujando un par de runas o una combinación de éstas para otro proyecto que tenía en mente. Una promesa que había hecho. Cuando la rubia le llamó la atención…No la oyó, porque entonces percibió el huracán de magia llegar a Ávalon. Cerró los ojos y dejó que le acomodara la cabeza mientras intentaba controlar la inquietud de su energía. Escondió las manos en el albornoz y se concentró únicamente en apagar sus irises. Sabía que en cuanto abriera los párpados llamarían la atención de Shyvanna y habría demasiadas preguntas qué contestar.

La llegada de Wthyr no se hizo esperar y su pregunta le pareció extraña pero estaba demasiado concentrada en controlar la erupción que mantuvo el rostro sereno -Nunca me fui- Mantuvo los ojos cerrados e hizo una mueca cuando Shyvanna volvió a tirarle del pelo. Las siguientes frases fueron absolutamente directas y a la morena le resultó evidente que no la quería allí. Bien, pues en todo caso terminaría la pantomima y se iría a Ouroboros con la excusa de una revisión con Anteia. Matvey ya debería haber avisado a todos de la movilización de los Pendragon aunque dudaba que los del Consejo hicieran nada. Y debería haber aceptado la invitación de Shyvanna hacia la Brigada pero…No quería socializar, no quería salir de la seguridad de aquellas cuatro paredes….sólo…no quería.

Agh… Quería música y risas. Era horrible prepararla para lo que parecía un funeral. Todo negro, sin alegría, sin emoción…sin expectativas. Esperaba que Gwen llegara pronto pero quien llegó fue el otro -¡WIWI!- Le gritó histérica y clavándole el pelo a Catherine con fuerza hacia abajo para tirar de esos malditos nudos que no salían -¡Te voy a  matar!- Aunque parecía que a quien iba a dejar calva era a Catherine.

-¿Cómo que regresar? ¡¿QUÉ PRETENDÍAS?! ¡¿DEJARME TODO EL MARRÓN A MI?! -  Le quitó el cepillo a Catherine de un movimiento brusco porque no bajaba más y se lo tiró a Wthyr a la cara porque era un descarado -¡¡Menos mal que se quedó!!- Le gritó acercándose a él mientras veía toda la porquería que llevaba encima con un gesto de asco -¡Te has ido sin avisar! ¡Sin escolta! ¡ A QUIÉN SABE DONDE! ¡Y ME HAS DEJADO CON ESTA FRIGIDA QUE NO SABE NADA DE UNA CORONACIÓN! ¡Ni siquiera conoce Ávalon! ¡Todo el día en esta puta habitación!- Le dijo y lo miró cruzar la habitación, ella le siguió sin un maldito problema porque quería deshacerse de toda esa presión que tenía encima.

-¡EVIDENTEMENTE!- Le gritó cuando le dijo que tenía que hablar con los hermanos porque es que Darren más le valía que le cruzara la cara de un puñetazo, que Cedric le lanzara un libro a la cara, que Lake le metiera un cachetón y que Gwen lo mirara con decepción. Cuando le cerró la puerta en las narices gruñó exasperada y pateó la puerta con fuerza -¡INSUFRIBLE!...¡TÚ SIÉNTATE AHÍ!- Le gritó a Catherine cuando la vio un par de pasos alejada de la silla así que fue a por ella -¡No te voy a perder de vista! ¡NINGUNO! ¡LOS DOS SE VAN A QUEDAR AQUÍ HASTA QUE YO LES ORDENE QUÉ HACER CON SU VIDA!- Tiró de ella hasta volver a sentarle en la silla y cogió otro cepillo para peinarla maldiciendo entre dientes -¡¿Nunca te peinas?!-

El contraste entre la reacción exaltada de Shyvanna y la casi nula reacción de Catherine era tremendamente exagerado, como si fuesen la noche y el día. Mi esposa me dejó más que intrigado con eso de que no se había ido, y no entendía por qué. Yo mismo le había dicho que se fuese, y ella odiaba Ávalon. No tenía sentido que se hubiese quedado, menos aún cuando no parecía un lugar seguro. Quería saber por qué lo había hecho, pero tenía que encontrar el momento para averiguarlo. Por ahora nuestra relación estaba más que tocada. Se había hundido tras haber hecho unos pocos progresos. Yo podía ser orgulloso, pero ella también lo era, y mucho. La miré con el ceño fruncido antes de entrar al baño, aunque también traté de contener un poco la furia de la rubia. Al parecer ella había estado al cargo de todos los preparativos de la coronación y eso le estaba pasando factura. En pocos segundos me dio bastante información, como que Catherine no había salido de la habitación para nada, y que la llamaba "frígida". Si ella supiera...

- Seguro que lo has hecho todo perfectamente, hermana. ¿Desde cuándo te has vuelto tan responsable? No es para tanto. Y hay tiempo de sobra, deja de estresarte. Al fin y al cabo es un acto más. - repliqué tras alabarle un poco el haberse encargado, pero después de eso cerré por dentro la puerta para que no se le ocurriese entrar a seguir reclamándome. Eso sí, su "insufrible" me llegó bien alto y claro.

Al terminar de desvestirme y meterme a la ducha le eché un vistazo a las heridas, haciendo una mueca de molestia cuando el agua comenzó a caer sobre ellas. Intenté limpiarlas lo mejor que pude pero sin tocar demasiado porque dolían, y luego seguí quitando la sangre y la roña del resto del cuerpo. Al llegar al hombro no herido me encontré con algo muy extraño, como una pequeña zona de piel cubierta de lo que parecían ser escamas de color rojizo oscuro. Podía decirse que eran muy similares a las de un dragón, pero eso era absurdo y no tenía sentido. Quise quitarlas a base de frotar, pero nada. Bufé molesto, resignándome mientras le buscaba explicación. Al salir de la ducha cogí unas vendas del botiquín para las heridas, echando antes un poco de desinfectante. No quería salir en bolas delante de mi hermanas, así que en vez de una toalla cogí uno de esos albornoces de cuerpo completo para salir del baño a coger la ropa para vestirme. Al salir seguían con lo del peinado, o la tortura, según se viese. Fui hacia el armario aprovechando que estaba centrada en ella, cogiendo unas cuantas cosas para llevármelas de vuelta al aseo. El hermetismo sobre la misión de Irlanda sería absoluto por ahora.

- Tras la coronación puedes regresar a Ouroboros. Es lo que siempre has deseado, y estarás más segura allí. De hecho, pensé que te había quedado claro cuando te dije el otro día que podías irte. Desconozco los motivos que te han llevado a permanecer aquí. Dudo que sea para elegir modelitos con Shyvanna. - volví a hablarme a Catherine, esta vez unas cuantas frases seguidas. Seguro que ella me respondía con monosílabos. Le encantaban los monosílabos cuando no trataba de imponer su voluntad.

Y lo que Catherine había tratado de prevenir, Wthyr había… desbocado. Los gritos de Shyvanna fueron cada vez más estridentes y sólo puedo evitar que se concentrara en la canalización de magia para reducirla. Le aumentó los nervios aquel constante agudo y se incorporó, sacudiendo las manos a ver si con eso lograba apagar el hormigueo. Pero no… De pronto, la ira de Shyvanna fue contra ella y la sentó de nuevo en la mesa para empezar a tirarle el pelo y cuando preguntó aquello negó -No- Era cierto, le aburría enormemente. Es más, tampoco de acordaba de la última vez que se lo había tocado. No era presumida, no le interesaba en lo absoluto su pelo.

Siguió soportando los tirones de pelos y bufidos de la otra preguntándose qué tipo de insulto era “frígida” porque sonaba a insulto a diestra y siniestra. Luego le preguntaría a Gio, que parecía tener mucho lenguaje técnico en ese ámbito. Cuando Wthyr salió del cuarto de baño tuvo que mover la cabeza, estirando el cuello un poco para controlar la tensión que se le acumulaba en la nuca. Escondió las manos de nuevo en el albornoz, cruzándose de brazos.

No pensó que fuera a dirigirle la palabra, pero lo hizo. Ladeó la cabeza hacia él e inspiró profundamente antes de abrir los ojos, que se diera cuenta, qué más daba. Le recorrió de arriba abajo en silencio, apenas unos segundos y volvió la vista hacia sus ojos -Tengo por costumbre mantener mi palabra. El día que nos casamos hicimos un pacto, yo vivía en Ávalon y tu no lastimabas a Ian- Cerró los ojos y volvió a apartarlos con un gesto digno -Si me mantuve antes en la isla fue por tu plan de hacerme pasar por muerta…. En fin, si no me quieres aquí para oír mis opiniones sobre tu otro plan de conquista mundial, solo dilo, sé que puedes ser honesto cuando te da la gana- Hizo una mueca al sentir el tirón de cabello de Shyvanna pero no se quejó.

-Cuando estés más descansado, sobre la mesa tienes una idea de lo que el Consejo interpretó de vuestra decisión de dejar la plaza. Mi recomendación, como Descendiente y aparentemente vuestra portavoz, es que hagas un escrito sobre exactamente cuáles son vuestros planes al quedaros en la isla como residentes- Respiró profundo y como realmente ya todo le importaba media mierda -En cuanto a lo de Morgana, está solucionado, no necesitas preocuparte por ello-


Puede controlar ojitos? FAIL

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'Probabilidad' :

-No, Wiwi, no…No hagas eso- Le señaló como indignada por lo que le estaba diciendo pero aún así sonrió de lado porque hasta ella estaba orgullosa de sí misma. Todo estaba en tiempo perfecto e iba a ser apoteósico. Si los dos colaboraban. La negativa de Catherine a lo del cabello hizo que la mirara largamente -¿Has pensado en cortártelo?- Inquirió con el ceño fruncido.

Tras un rato logró, más o menos, desenredarlo así que ahora empezaría el proceso del moño que había pensado para hacerle, lo que llevaba complicadas trenzitas engarzadas con elementos de oro que ahora estaban en una mesita al lado de la silla. Así que empezó con ello, quizás si se le cansaban las manos le pediría a una de sus primas que le ayudara, pero…Buah, el cotilleo estaba interesante.

Se hizo la tonta, cual dama cualquiera, mientras empezaba a tejerle a Catherine las trenzas pensando que era un poco estúpido de Wthyr coronar una reina y mandarla fuera de Ávalon donde no podía ni vigilarla ni protegerla. ¿O la enviaría con uno de ellos? Lo que también le generó duda es porqué se había quedado en esas cuatro paredes si él le había dicho que se fuera. La respuesta no tardó en llegarle y el pacto hizo que alzara suavemente las cejas, pero se quedó calladita mientras engarzaba un anillo pequeño de oro.

Oh…que estaba en contra. Por eso…Y… Ahora entendía muchas cosas, pero el tonito con el que le hablaba a Wthyr no le gustó así que aprovechó para tirarle del pelo con fuerza. Sin embargo, lo del Consejo hizo que alzara la vista hacia él pensando que ya se habían encargado de eso y tenía autorización para ir y venir cuando quisieran -Mejor esperar después de la coronación…Hoy es un día para celebrar- Miró a Wthyr con un gesto serio que empeoró cuando oyó a Catherine -¿Morgana? ¿El qué de Morgana? ¿Qué pasa con ella?- Inquirió frunciendo el ceño. ¿Sería algo del Sanguis?

En el momento en que abrió los ojos comprendí el motivo de que los tuviese cerrados antes. Era tan llamativo que Shyvanna podría preguntarle qué demonios pasaba, de qué iba todo eso. O peor aún, hacerle preguntas indiscretas. Al verla me vinieron recuerdos del día del juicio, cuando comenzaron a brillarle de aquella manera. Aquello me atraía como la luz a las polillas, pero entonces recordaba lo que ella había hecho y hacía un esfuerzo por apartar la mirada. Alcé la comisura del labio en una especie de gesto irónico por lo de mantener su palabra. Sí, claro. Igual que con las ilusiones. Con la de veces que le había dicho que no las usase para engañarme a mí.

- Y no lo he lastimado, a pesar de que no me han faltado ganas. No lo haré mientras no haga nada que pueda joder los votos que hicimos al Sanguis, mientras que no haga nada que tire por tierra nuestros esfuerzos de romper la maldición. Que vivas con él o no ya da igual, haz lo que quieras. Quédate o vete. Ya me ha quedado claro que me detestas. - me dio igual que estuviese Shyvanna delante, ni siquiera tuve cuidado escogiendo las palabras. Lo solté tal y como lo sentía. En el fondo estaba frustrado. Por mucho que le hubiese dicho a Shyvanna que simplemente era un matrimonio de conveniencia. Claro que lo era, pero muy en el fondo había esperado que pudiese ser algo más. Ni siquiera me atrevía a confesármelo a mí mismo porque me avergonzaba haber pensado en eso.

- No son opiniones. Dijiste que te opondrías, que te entrometerías.  Pensaba que eras mi esposa, no una infiltrada. A ti no te gusta mi plan y a mi no me gusta el tuyo, estamos en paz. - estaba tan ofuscado que estuve a punto de tirar al suelo toda la ropa que había cogido, pero en lugar de eso regresé a la puerta del baño. Me quedé ahí plantado un momento, mirando hacia el interior como si recordase otra cosa. Realmente me había preocupado por ella cuando estuvo tan mal por el veneno, en ese momento quise cuidarla sin estar pensando constantemente en que era un medio para un fin. Giré la cabeza para lanzar una mirada de desagrado cuando escuche lo del Consejo, ahora resultaba que había que escribir una carta con méritos para que nos dejasen quedarnos. Qué asco me daban todos ellos.

- Como dice mi hermana...mejor esperar. - respondí muy lentamente para no soltar un exabrupto contra esos imbéciles, porque me estaban entrando ganas de hacer como decía Freyja e ir simplemente ahí con todo a por los malditos Descendientes. Volví a meterme al baño, aunque esta vez sin cerrar la puerta para poder seguir hablando mientras me vestía. Simplemente me puse en un lado para no estar a la vista.  - Sí, ya me dijiste lo de Morgana. Tu maravilloso ex lo resolvió, según mencionaste. No me llegaste a dar la información. Preferiste provocar lo que pasó... - no dudé en contarle a Shyvanna de qué iba el tema, no pensaba ocultarle nada.  - Su antepasado en forma de espíritu la poseyó una noche, cuando estábamos en Ouroboros. Quería cosas tan simpáticas como hacerse con Ávalon y matarnos a todos. ¿Cómo te quedas?

La descarga de Wthyr parecía algo que hubiese estado preparando mucho tiempo, Catherine le miró un momento más mientras analizaba sus palabras. ¿Ahora tenía la libertad de irse? ¿Y de qué iba esa pantomima de acto? Podría haberla echado directamente ese día. Cerró los ojos tratando de concentrarse en no explotar, ni física ni mágicamente -Si consideras que nuestras opiniones encontradas son sinónimo de que te detesto quizás deberías de revisar quién te enseñó a relacionarte con la gente. No te detesto, ni te odio…Sólo creo que tienes una visión equivocada del mundo. Si no puedes vivir con eso porque estás acostumbrado a que la gente piense igual que tú, bueno, te vas a llevar una gran sorpresa cuando salgas de Ávalon al mundo real- Al que aplastaría en el fuego de sus dragones si no coincidían. A ella solo le protegía que estaba embarazada aunque, para ser sincera, con tanto desastre sólo sabía que seguía embarazada por las náuseas matutinas o los golpes de apetito que le daban a lo largo del día.

-No soy una infiltrada pero si crees que me quedaré mirando como doblegas el mundo para que caiga en otra guerra, estás equivocado. Otra vez- Dijo con bastante calma mientras controlaba su respiración, contando los segundos de inspiración y luego los de expiración como esos ejercicios que le había enseñado Anteia para dar a luz a Aedan.

La intervención de Shyvanna le recordó que estaba ahí aunque no paraba de tirarle el pelo. ¿Celebrar el qué? ¿Qué era lo que debían celebrar? ¿Recibir una corona que no quería? ¿Y que se convertiría en algo más grande si Wthyr conseguía lo que quería? Abrió los ojos ante las siguientes palabras de su esposo respecto a Morgana. Para -no- su sorpresa, el pelinegro tampoco les había dicho nada a sus hermanos sobre la situación de Morgana. Aprovechó un momento en el que Shyvanna soltó su pelo y se incorporó en la silla. Recordó a Ian, necesitaba paz. Eso era lo único que quería y en aquella maldita isla sólo sentía inquietud y miedo. Fue hasta el armario, ignorando el vestido en el maniquí y se metió en los primeros pantalones y jersey que encontró, tras eso se puso sus botas y tomó su abrigo. Confirmó que tenía el orbe del grifo y salió -Ya tenéis a vuestro Rey y no necesitáis ninguna reina- Se dirigió hacia la puerta de la habitación y antes de salir le dirigió unas palabras a Wthyr-Te informaré de la evolución y la fecha probable de parto, haz lo que quieras con los datos- Si él sólo quería romper con la maldición, bien -Incanta- Llamó a su gata que salió de debajo de la cama para trotar tras ella, cerró la puerta finalmente y salió de los aposentos en dirección al Sanguis. No tenía sentido que siguiera con aquel show si ni siquiera iba a tener permitido vivir allí. Total, ella no quería ninguna corona y Wthyr haría lo que le diera la gana así que... Mejor se iba a Ouroboros a su vida normal.

Había algo que se le estaba escapando respecto a la reacción de Wthyr y lo miró un poco extrañada. Es decir, no era la primera vez que lo veía regañar o actuar así, pero Catherine no había hecho nada en cuanto llegó. Es más, tenía la misma cara de sosa de siempre. Pero a medida que hablaban sabía que ALGO había pasado, pero no sabía EL QUÉ. Le miró con preocupación cuando dijo que le detestaba, algo en su tono hizo que su corazón se apretara, y le tiró el pelo a Catherine para preguntarle si era cierto pero su respuesta la dejó un poco patitiesa. Ummm… Así que… Hmmm. Interesante. La gente que no compartía tu opinión no te odiaba. Ajá. Tomaba nota.

Carraspeó un poco cuando de pronto todo empezó a escalar oyendo que la llamaba infiltrada y mirándola mal por ello, no le gustaba que fuera de chismosa por ahí pero era un riesgo que le habían advertido a Wthyr. Era una Descendiente después de todo. No tenía ningún cariño por Ávalon y su gente. En cuando a lo del Consejo y Ouroboros ya vería que hacer, seguro Cedric hacía una carta hermosa y se quedarían hasta con ganas de darle la plaza. Soltó una risita ante ese pensamiento.

Pero lo de Morgana, bueno, eso no le gustó para nada -¿Y te la has traído aquí?- Le preguntó ya soltando a Catherine y decidiendo darle un rapapolvo a Wthyr también -¿Me estás diciendo que el espíritu de la bruja podría haberla poseído estando aquí y matarnos a todos…Empezando por ti?- Le preguntó ya entrando en el baño sin ningún tipo de tabú y puso el gesto serio al ver las heridas -Déjame…- De refilón vio como Cath salió del armario -¿De qué vas?- Le preguntó pero la respuesta no tardó en llegar. Shyvanna por un instante no supo cómo responder. Por un lado, sí le apetecía que se fuera porque era una mierda preparar una coronación para una reina que no iba a existir en Ávalon y por el otro estaba esa Pendragon que se había pasado los últimos cinco días lidiando con mil y un detalles para que aquella noche fuera perfecta. Pero ganó la primera.

Seguía pensando en ello cuando se giró hacia Wthyr y alzó la pierna para sacarse una daga atada al muslo y cortarse la mano, en cuanto la sangre manó se dibujó unas runas en los antebrazos y posó las manos en las heridas empezando a canalizar su magia para absorberla, mientras miraba el hombro de moreno negaba con la cabeza una y otra vez - ¿Es así de irritante siempre? ¿Qué le pasaba en los ojos esta vez? - Volvió la vista hacia él para conectar con su mirada -Wthyr… ¿Por qué crees que te detesta? ¿Qué te dijo?  ¡Le voy a pegar!- No estaba segura, pero… Ella había visto su preocupación cuando la vio a punto de morir, la forma en la que había reaccionado, que había cuidado de ella. Quizás le importaba, pero no creía que quisiera reconocerlo. Terminó de curarlo y se alejó - ¿Vas a dejar que se vaya con tu heredero? ¿Vas a perder esta oportunidad también? - Tensó los labios -¿Quieres que vaya a buscarla yo? Puedo hacerle drama de coronación-

- No tiene nada que ver con nuestras opiniones encontradas...son otras cosas. Se puede demostrar que no te agrada alguien de muchas maneras. - pero para qué se lo iba a explicar...siempre tenía que ser yo el que pusiese de mi parte. - Parece que la que está deseando que haya una guerra eres tú, para ir de salvadora del mundo. - espeté cabreado, mordiéndome la lengua por enésima vez para no decir nada más.

Ya me esperaba que Shyvanna alucinaría al saber lo de Morgana, y no era para menos. Negué rápidamente con la cabeza cuando preguntó si la había traído a Ávalon, explicándole un poco más.  - Eso sólo sucedió en Ouroboros. Nunca aquí. - no sabía si por algún motivo concreto, pero el caso es que no había pasado. Hice un sonido de molestia cuando me siguió hasta el baño mientras me vestía, tapándome lo suficiente para estar cómodo delante de ella. Tampoco dejé que viese el hombro en el que me había salido aquella cosa rara, sólo le permití que mirase las heridas vendadas. Le di las gracias después de que hiciese su magia de sanación conmigo, pero acto seguido me asomé a la puerta del baño al escuchar que Catherine había decidido marcharse ya mismo. O me había malinterpretado o lo hacía sólo por joder, a escasas horas de la coronación.  Vale, no era yo solo. Shyvanna también la encontraba irritante.  - Lo es, la mayor parte del tiempo. -  aunque no siempre. A veces incluso habíamos encontrado momentos de más unión, de tener "algo".   - Ya te explicaré lo de los ojos. - avancé unos cuantos pasos dejando atrás a Shyvanna con varias respuestas pendientes, caminando unos cuantos pasos hacia Catherine mientras tomaba su abrigo.

- Lo único que te pedí es que estuvieses para la coronación, te dejé libre todo este tiempo. Todo te viene mal, nunca se puede acertar contigo. ¿Y ahora precisamente me dices que te vas? ¿Por qué lo haces?- y al parecer era una marcha definitiva, a juzgar por lo que dijo de la fecha del parto. Negué con la cabeza como sin creerme lo que estaba haciendo. Un berrinche de niña, eso era. Quería que le suplicasen, que fuesen detrás. Pues iba lista si esperaba que lo hiciese. Miré con desprecio a la gata que la siguió, entendiendo entonces el motivo de que llevase picándome la nariz un rato. Solté un gruñido de frustración y me di media vuelta en cuanto ella atravesó el umbral de la puerta, regresando de nuevo con mi hermana.  Me senté en el borde de la cama un momento, apoyando los brazos sobre las rodillas.

- ¿De qué oportunidad me hablas, Shyvanna? ¿alguna vez la hubo? ya te lo dije en aquella conversación que tuvimos...eso del amor no es para nosotros. Lo único que hemos hecho ha sido por conveniencia mutua, para sobrevivir. - me quedé pensando unos segundos en los motivos por los que podía detestarme, aunque ella dijese que no. Acabé corrigiendo, puede que fuese otra cosa.  - Más bien es indiferencia...le da igual todo. Simplemente por no ser él. - quería al otro, y así sería siempre. Era una batalla perdida antes de empezar.  - Esto empezó por una ilusión en la que me metió, una en la que teníamos un hijo squib. - le hice un gesto para que se sentase al lado un momento, pidiendo que no hiciese nada hostil ni de ir a por ella. - No hace falta que la busques. Diré que está indispuesta y ya. Si no sale de ella hacerlo, no quiero que lo haga. Prefiero que te quedes y me hables de ti.  -


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probabilidad: No va tras ella

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'Probabilidad' :

- No tiene nada que ver con nuestras opiniones encontradas...son otras cosas. Se puede demostrar que no te agrada alguien de muchas maneras. - pero para qué se lo iba a explicar...siempre tenía que ser yo el que pusiese de mi parte. - Parece que la que está deseando que haya una guerra eres tú, para ir de salvadora del mundo. - espeté cabreado, mordiéndome la lengua por enésima vez para no decir nada más.

Ya me esperaba que Shyvanna alucinaría al saber lo de Morgana, y no era para menos. Negué rápidamente con la cabeza cuando preguntó si la había traído a Ávalon, explicándole un poco más. - Eso sólo sucedió en Ouroboros. Nunca aquí. - no sabía si por algún motivo concreto, pero el caso es que no había pasado. Hice un sonido de molestia cuando me siguió hasta el baño mientras me vestía, tapándome lo suficiente para estar cómodo delante de ella. Tampoco dejé que viese el hombro en el que me había salido aquella cosa rara, sólo le permití que mirase las heridas vendadas. Le di las gracias después de que hiciese su magia de sanación conmigo, pero acto seguido me asomé a la puerta del baño al escuchar que Catherine había decidido marcharse ya mismo. O me había malinterpretado o lo hacía sólo por joder, a escasas horas de la coronación. Vale, no era yo solo. Shyvanna también la encontraba irritante. - Lo es, la mayor parte del tiempo. - aunque no siempre. A veces incluso habíamos encontrado momentos de más unión, de tener "algo". - Ya te explicaré lo de los ojos. - avancé unos cuantos pasos dejando atrás a Shyvanna con varias respuestas pendientes, caminando unos cuantos pasos hacia Catherine mientras tomaba su abrigo.

- Lo único que te pedí es que estuvieses para la coronación, te dejé libre todo este tiempo. Todo te viene mal, nunca se puede acertar contigo. ¿Y ahora precisamente me dices que te vas? ¿Por qué lo haces?- y al parecer era una marcha definitiva, a juzgar por lo que dijo de la fecha del parto. Negué con la cabeza como sin creerme lo que estaba haciendo. Un berrinche de niña, eso era. Quería que le suplicasen, que fuesen detrás. Pues iba lista si esperaba que lo hiciese. Miré con desprecio a la gata que la siguió, entendiendo entonces el motivo de que llevase picándome la nariz un rato. Solté un gruñido de frustración y me di media vuelta en cuanto ella atravesó el umbral de la puerta, regresando de nuevo con mi hermana. Me senté en el borde de la cama un momento, apoyando los brazos sobre las rodillas.

- ¿De qué oportunidad me hablas, Shyvanna? ¿alguna vez la hubo? ya te lo dije en aquella conversación que tuvimos...eso del amor no es para nosotros. Lo único que hemos hecho ha sido por conveniencia mutua, para sobrevivir. - me quedé pensando unos segundos en los motivos por los que podía detestarme, aunque ella dijese que no. Acabé corrigiendo, puede que fuese otra cosa. - Más bien es indiferencia...le da igual todo. Simplemente por no ser él. - quería al otro, y así sería siempre. Era una batalla perdida antes de empezar. - Esto empezó por una ilusión en la que me metió, una en la que teníamos un hijo squib. - le hice un gesto para que se sentase al lado un momento, pidiendo que no hiciese nada hostil ni de ir a por ella. - No hace falta que la busques. Diré que está indispuesta y ya. Si no sale de ella hacerlo, no quiero que lo haga. Prefiero que te quedes y me hables de ti. -


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probabilidad: No va tras ella

Agradar…Detestar. Shyvanna estaba empezando a pillar ciertas cosas de la relación de esos dos. Pero no dijo nada, simplemente guardó silencio mientras los evaluaba. Frunció el ceño a eso de que había sucedido sólo en Ouroboros -¿Y estará segura allí?- Preguntó, aunque decía que estaba solucionado, Shyvanna prefería asegurarse ella solita. Quizás debería preguntarle ella luego cómo estaba solucionado.

No entendía porqué Wthyr le preguntaba de nuevo. Además… ¿Para qué quería coronarla exactamente? Si nunca iba a estar a su lado según la libertad que ahora le había otorgado. Se quedó un poco en segundo plano hasta que Catherine se fue y luego miró a su hermano cuando se sentó en la cama -Te lo dijo y tiene razón, tú no necesitas ninguna reina. Nunca has necesitado a nadie… ¿Por qué quieres que esté?- A ver si esa pregunta si se la respondía.

Se sentó a su lado llevando una mano a su rodilla y apretándola con suavidad -¿Y qué es exactamente lo que esperas de ella?- Le preguntó con el ceño fruncido -¿Qué tenéis? ¿Dos meses juntos? ¿Pretendes que se olvide del otro sólo por estar contigo? ¿Así? ¿En un tronar de dedos?- Inquirió arqueando las cejas -Wthyr…yo a veces he tardado más de tres meses en desapegarme de alguien…Y lo mío es sexual, ni siquiera incluye sentimientos- Apretó un poco más la rodillas -Además si os estáis tratando así todo el rato…- Puso los ojos en blanco -Os vi cuando ella se encontraba mal… Yo… - Hizo una mueca y miró hacia la puerta -Te preocupaste por ella y te molesta que ella no tenga esa … misma sensación. Y sin embargo…- Estaba tratando de atar cabos sueltos -Se quedó y deberías haber visto su reacción cuando le dije que no estabas en Ávalon. Estaba aterrada...Creo que confía en ti, en algún nivel pero no os sabeis comunicar-

-¿Por qué hacia eso?-  Preguntó lo de la ilusión sin entender a qué venia que eso. ¿Por qué iban a tener un hijo squib? Negó con la cabeza y luego arqueó una ceja, parpadeando con sorpresa ante algo. Recordó haberse enterado de lo que había sucedido con Freyja porque lo del control mental se había expandido como pólvora y tensó los labios. -¿Crees que podría obligarte a desmontar nuestros planes? Mentalmente, me refiero… ¿Crees que usaría sus poderes para prevenir que suceda?- Y deliberadamente ignoró la pregunta sobre ella, alzando un hombro -Me esforcé... me esforcé en el evento. Intenté hablar con ella...me dijiste que valía el doble. La invité a ver a la Brigada y sólo me dijo que quería estar sola. Le dije que no era sano pero me despidió, viéndolo en retrospectiva, quizás estaba bien así no conocía toda la información de mis formaciones y el grueso de nuestras tropas- dijo pensativa y aunque mencionó que estaba indispuesta torció el gesto -La gente la verá irse-

- Claro que estará segura. El otro se encargó de decirme que yo no sabía cuidar de ella, como queriendo decir que él sí. - respondí con un claro resquemor que aún duraba desde aquella frase, pero lo cierto es que así había sido. Aquello le había pasado estando conmigo. Me quedé callado unos segundos con gesto pensativo por lo que dijo Shyvanna, pasándome una mano por la barba escasa de los días que había estado por ahí. ¿Para qué la quería allí? - Ahora mismo por la ceremonia. Porque se supone que al menos para estas cosas iba  a estar. No le he pedido que finja que me quiere ni nada de eso, sólo que haga su papel como esposa de cara al público. Antes de todo esto...quería que estuviese por otros motivos. - la miré de reojo sin saber muy bien cómo explicarlo, haciendo un gesto con ambas manos para canalizar una pequeña esfera de energía mágica de color rojizo.  - Me atrae su magia. - cerré la palma de la mano, haciendo desaparecer la esfera luminosa.  - Y ella. Pero eso supongo que ya lo imaginabas. - era evidente cuando ya no me había hecho falta  Sodoma para sentir atracción física.

Shyvanna hacía muchas preguntas y también me obligaba a pensar, a analizar mejor el motivo de lo que me molestaba o lo que me frustraba. Era buena en eso, entendía que Darren sólo se abriese con ella (no en ese sentido, ¡pervertidos!) .   - En estos dos meses desde la boda ha pasado de todo. - con tanta intensidad habían sucedido tanto cosas buenas como malas. - Ya sabía que no se iba a olvidar del otro así como así, pero al menos...esperaba que intentase disfrutar de algún momento aquí, que no pareciese obligada constantemente. Por eso...que haga lo que quiera.- entorné los ojos mirando hacia la puerta por donde se había marchado, asintiendo después a lo de haberme preocupado.  

- Lógico. ¿Tú la viste cómo estaba de mal? - alcé levemente una ceja cuando me contó que Catherine parecía asustada cuando me marché de Ávalon, probablemente porque temía más ataques.  - Tal vez. Le dije que era su único aliado aquí. - tenía sentido. Eso y porque me "usaba" para poder dormise. Yo ya me había acostumbrado a aquello. - Quería ponerme a prueba, para saber si rechazaría a un hijo por ser squib.- me encogí de hombros como dándole a entender que no, que no sería ese tipo de padre. Hubiese sido como si nuestra madre nos hubiese rechazado por ser híbridos, en caso de haber sabido lo del abuelo Goth.

Sí la veía capaz de usar sus poderes para impedir nuestros objetivos, y eso era una de las cosas que más me inquietaban. No podía defenderme de esa manipulación si decidía hacerlo. Incluso si me ponía a practicar con habilidades de oclumancia, requeriría mucho esfuerzo hacerle frente. - Podría hacerlo, está obsesionada con que la paz sólo se logrará a su manera. - para qué iba a mentir a Shyvanna, no estaba seguro de que Catherine no intentase oponerse así. Me di cuenta de que mi hermana ignoraba mi pregunta sobre ella, así que torcí el gesto como queriendo decir que me había dado cuenta de la maniobra de esquivar.  - Me dijeron cómo reaccionaste en el banquete... - dejé que terminase de contarme todo lo que intentó hacer con la Descendiente, así que puse  mi mano sobre la suya para que supiese que lo valoraba.  - Te has esforzado mucho, lo sé. Por eso vamos a seguir adelante con la coronación. Debes disfrutar la fiesta. - iba a responder a eso de que la verían irse, pero en ese momento abrió la puerta la ayudante de la matrona. Me extrañó mucho verla allí para buscar a Shyvanna, sorprendiéndome más todavía que Catherine quisiera hablar con ella. Le di las gracias a Eretria y le dije que podía retirarse.

- Ve, a ver qué te dice. Espero que no sea para seguir discutiendo. Yo voy a terminar de prepararme.  - le dije antes de levantarme de la cama, dirigiéndome al maniquí ya conjuntado para terminar de ponerme las prendas correspondientes.

-Bueno pero Ian tiene la boca muy grande. Es como un chucho que ladra pero no muerde- Alzó los hombros porque Shyvanna no se había enterado de la nariz rota de Wthyr. Se quedó en silencio dejándole pensar las respuestas a sus preguntas porque quizás eran cuestionamientos que él no se quería hacer. Y lo que sospechaba llegó finalmente a sus oídos. Vio la esfera y comprendió que quizás por eso los ojos de Catherine brillaban, había algo en la forma en la que sus magias conectaban. Se lo había dicho Wthyr pero ella no lo había entendido -Sí…Por eso te estoy haciendo estas preguntas que no quieres hacerte a ti mismo- Y si su hermano… Agh, tenía que intentarlo.

Se quedó escuchándolo y cuando soltó lo de que era su único aliado, Shyvanna alzó las cejas con sorpresa -¿Perdona?- O sea, estaba claro que los hermanos no le soportaban pero…No dejó de indignarse -Es decir, que la has traído aquí con la mierda de Morgana dentro y le has dicho que encima sólo puede confiar en ti…Y…- Se paró de la cama para llevarse las manos a la cadera -Y cuando sale…Le clavan una daga, la avasallo sexualmente y luego es envenenada- Enumeró y lo miró con un gesto un poco adusto. Sin siquiera pensar en cómo ella le había amenazado el día de su boda.  Quizás ahora entendía lo de que quisiera estar sola y con sus elementales. Lo de la ilusión para el niño squib hizo que frunciera el ceño, seguía sin entenderlo. Sería alguna cosa de ellos.

-¿Y no hay ninguna forma de que su método de alinee con el nuestro? ¿Ninguna?- Preguntó, no sabía qué pretendía hacer Catherine pero quizás si entre todos pensaban podían intentar limar asperezas. Fijo que Cedric podía hacer algo, los demás, bueno. El gesto de Shyvanna mutó cuando  dijo lo del banquete y se quedó en silencio, buscando con cuidado las palabras que decir y volvió a sentarse en la cama-Darren no tenía derecho a anunciar nada sin tu autorización y sin la bendición del Sanguis- Alzó suavemente el hombro como si eso fuera suficiente. La forma en la que le tomó la mano le hizo sonreír y suspiró -Wiwi…prométeme que hoy bailaremos toda la noche… Las ultimas celebraciones han sido horrorosas-  En medio de su baile, Cedric había caido culpa de la maldición; luego Catherine y la certeza que todos podrían haber muerto -…Sólo quiero bailar hasta que no pueda tenerme en pie-

Se sorprendió de la entrada de Eretria y asintió ante la petición cuando se fue. Se incorporó y oyó a Wthyr mientras sentía una presión en el pecho que nada tenia que ver con él -Cuando queremos algo, no lo dejamos ir, ni le decimos que se vaya a Ouroboros, no nos damos por vencidos en dos meses…Hemos esperado siglos por nuestra venganza, te pensaba más resiliente… Empieza por tratar a Catherine como tratarías a tu dragón. Cortéjala. Te sorprenderías de cuán encantadora es tu sonrisa cuando no es una mueca soberbia, hermano- Le habló en un tono sosegado y pensativo antes de cerrar la puerta tras de sí e ir a por su cuñada que, encima, podría convertirse realmente en una persona de la familia. Ofú.

Unos minutos más tarde algunas damas entraron para llevarse todos los accesorios y el vestido de Catherine de la habitación para arreglarla en otro sitio. Y cuando la hora empezó a acercar Shyvanna envió a uno de los del servicio a buscar a Wthyr para que fuera a la antesala privada del salón del trono.

Se sintió fatal en cuanto recibió la respuesta de Wthyr y tensó los labios bajando la mirada. No era su intención confundirlo, pero tampoco le había dado brecha para que pensara una cosa distinta ¿No? Intentó repasar sus actitudes y lo cierto es que más allá del momento en el que quiso compartir lo que estaba sintiendo en su vientre, no había hecho mayores acercamientos. No desde su perspectiva al menos.

Siguieron caminando en silencio y Catherine se tomó el tiempo de repasar su conversación antes de entrar a la sala del trono. Intentó recordar cada palabra, cada detalle en el que quizás él hubiese malinterpretado su posición en aquello. Al llegar allí lo primero que hizo fue quitarse la capa y movió lentamente los hombros alegrándose de quitarse ese peso de encima. Tras eso se fue hacia el tocador evaluando su imagen en el espejo antes de quitarse la corona lentamente y colocarla en el mueble. Esperaba que no tuviera que llevarla todo el tiempo, le dolía un poco la cabeza y los hombros del peso.

Iba a cambiarse pero la respuesta que venía rumiando no podía quedarse más tiempo callada -No es mi intención confundirte…- Reconoció girándose hacia él mientras se cruzaba de brazos para luego mirar hacia la cama -No me gusta dormir sola cuando estoy en Ávalon y habíamos quedado en que lo haríamos juntos. Sé lo que decían nuestros acuerdos pero no me siento segura en ningún otro sitio en esta isla. Si he logrado hacer todo lo que he hecho hoy es por la leche de amapola y porque estabas allí- Volvió la vista hacia a él -Tuve el inicio de un ataque de pánico cuando salí del castillo, por eso pedí la leche- Pero ese no era el punto que quería tratar. Se acercó un par de pasos hacia él con el ceño levemente fruncido.

-Pensé que todo había quedado claro con lo que hablamos en la tarde. Pese a que teníamos un objetivo, queremos construir una familia juntos. Pero no prometí nada que no pueda darte, Wthyr- Le miró a los ojos un instante, tratando de ser sincera pero sin deseo de lastimarlo -No es que me toma como ofensa que me echaras de la habitación, tengo miedo de estar aquí sin ti- Le confesó con toda la claridad del mundo y negó con la cabeza un instante antes de empezar a quitarse las anillas que Shyvanna había atado en su pelo, por hacer algo con las manos y que no se notara su nerviosismo -Estas noches han sido las peores en mi vida- Había sentido que cada sonido, cada pequeño ápice de luz, cada movimiento estaba hecho para cernirse sobre su garganta y silenciarla mientras la arrancaba la vida. Había tenido vívidas pesadillas, no de morir, pero sí de su pasado en el castillo Le Fay y cada una peor que la anterior.  Se giró hacia el tocador de nuevo y decidió sentarse y quitarse los malditos tacones antes de seguir con el cabello.

Eres sangre de mi sangre y huesos de mis huesos.
Te doy mi cuerpo para que los dos seamos uno.
Te doy mi espíritu hasta que termine nuestra vida.

Nunca le había prometido su corazón. Miró su reflejo a través del espejo un momento hasta que conectó con sus ojos sintiendo que el corazón se le aceleraba pero intentaba entenderlo -Sé honesto conmigo…- Inspiró profundamente -¿Me quieres para algo más que ser la madre de tus hijos y la Reina de Ávalon?- Porque con esos títulos no había mucho problema, ya lo había aceptado pero con el siguiente se le planteaba un gran problema -Porque un momento pareces tenerlo claro y al siguiente...- No dijo nada un momento pero lo miró, recordando el instante en el que la música finalizó... El momento en el que atrajo su rostro hacia ella con una clara intención y maldijo a sus mejillas por colorearse. Al menos estando afuera no se veía con tanta claridad gracias a la noche. Allí... Desvió la mirada para ver hacia abajo  y empezar a quitarse los anillos y brazaletes -Me confundes a mi también-